Los Revueltas

Manuel Delgado

Mencioné en otra ocasión al poeta Santiago Papasquiaro, integrante del movimiento mexicano del infrarrealismo. En realidad, ese era su pseudónimo, que él toma de una pequeña ciudad del estado de Durango.

Infrarrealistas aparte, la ciudad es famosa por haber sido cuna de una familia única, la familia de los Revueltas. Fueron ocho hijos, pero allí nacieron solo los primeros. De esa retahíla, son muy famosos cuatro.

El primero es Silvestre. Muy jovencito, y para huir de la leva obligatoria provocada por la Revolución Mexicana, fue enviado por su padre a Estados Unidos, donde se convirtió en un compositor de renombre. Al volver a México a los 21 años se encontró con el vacío más insultante. Su obra, inspirada en el nacionalismo y basada en las tradiciones populares de su país, pudo permanecer viva solo por obra de un cuñado suyo, alemán de dinero, que promovió lo que nadie quería: la interpretación de sus sinfonías, ballet, piezas de cámara y demás. Hoy Silvestre es considerado uno de los grandes renovadores de nuestra música sinfónica. Murió a los 41 años, en 1940, solo, olvidado, pobre y alcoholizado.

El segundo hermano fue Fermín, un poco menor, que se fue al norte junto con su hermano buscando su sueño de ser pintor. A su regreso se convirtió en uno de los iniciadores del muralismo, con una temática, forma y recursos visuales similares a los de sus contemporáneos Rivera, Orozco y Siqueiros, que siempre lo consideraron un maestro. Fermín murió antes que Silvestre a la edad de 32 víctima del alcoholismo.

Como fue más larga, la vida de José fue más dolorosa. A los 17 años fue llevado a la terrible prisión de La Tres Marías por su rebeldía política. A partir de entonces si vida la pasó entre prisión y presión. En 1968 fue detenido acusado de la rebelión estudiantil y condenado a un cachimbo de años en la tenebrosa prisión de Lecumberri. Fue liberado después de una huelga de hambre que minó irremediablemente su salud. Murió en 1976.

José Revueltas es uno de los grandes escritores de México y Latinoamérica. La colección Archivos de la UNESCO, que escoge a un autor por país (García Monge representa a Costa Rica) lo escogió a él en el puesto de México con su novela “Los días terrenales”.

La cuarta joya es Rosaura, una muchachita de un talento que a todos nos deja con la boca abierta. Sin haber estudiado nunca para actriz, fue elegida para protagoniza la película norteamericana “La sal de la tierra”, basada en la historia de una huelga de mineros chicanos en EE.UU. Esa película se rodó con unos cuantos actores profesionales, pero el resto, en cuenta el actor principal, eran los mismos mineros, la gente del pueblo.

Antes de terminar la filmación, Rosaura y sus amigos fueron detenidos por el FBI. Ella fue deportada, otros terminaron en la cárcel, la película fue prohibida.

Una vez en México, terminaron lo que faltaba de la filmación, así como la edición, de manera clandestina. De contrabando la película fue metida en Estados Unidos, donde causó un inmenso revuelo. Terminó de hecho prohibida. Lo mismo ocurrió en México. Después de múltiples gestiones y campañas de prensa, se logró que un valiente dueño de una sala accediera a proyectarla por cinco días. Nunca más de volvió a poner. Pero la obra se convirtió en un hito mundial. Ganó premios de mejor película y mejor actriz en al festival de Karlovy Vary, uno de los más prestigiosos de esa época, y Rosaura recibió un premio especial de la Academia Cinematográfica de Francia.

Esta obra cosechó un éxito apoteósico en la República Democrática Alemana, donde Rosaura fue recibida como una heroína por las multitudes. Allí conoció de Bertolt Brecht, quien la invitó a trabajar en su teatro, el Berliner Ensamble. Terminó convirtiéndose en actriz principal de esa compañía (ella hablaba alemán perfectamente; lo había aprendido siendo adolescente sola en México) hasta la muerte de Brecht. La película puede verse en Youtube.

Pero en México la cubrió el silencio, el ninguneo, la desaprobación. Nunca más fue invitada a participar en una película y su teatro fue boicoteado. Ella, sin miedo alguno, dedicó sus esfuerzos a otro de sus talentos, la danza, y se convirtió en una de las renovadoras de la danza moderna en su país.

Alguien me hizo el inmenso favor de dejar en una compraventa un ejemplar de libro de Rosaura titulado “Los Revueltas” que es una delicia por todos lo ángulos. Le doy gracias a la vida por ese reglado. (El libro estuvo a la venta de Amazon pero creo que ya se agotó. Inténtenlo).

México lindo y querido, tan solidario con los perseguidos y los desamparados de otras naciones, ¿por qué fuiste tan cruel con estos cuatro genios de tu arte? (En la foto, Rosaura en “La sal de la tierra”).