Maestra da criterio sobre Programa para la Afectividad y Sexualidad Integral

Caro Masis Cruz

 

Soy católica y soy educadora, este es mi 12° año de ejercer mi profesión, la cual amo, y en la que me ha tocado ver de todo. He tenido estudiantes embarazadas en sexto grado, incontables niñas y niños que han sido abusados sexualmente, alumnos que tocan de forma inapropiada a sus compañeros y compañeras (desde segundo grado), y muchas cosas más.

Hay algo mal, muuuuy mal en la «educación» sexual que se brinda en los hogares. Falta interés por parte de muchísimos padres, que no se involucran, que no conversan ni están presentes en la vida de sus hijos, incluso muchos dan malos ejemplos en casa.

Hay que dejar claro que desde hace muchísimos años se habla de sexualidad en las aulas, incluso desde la primaria en la materia de Ciencias se enseña sobre reproducción humana, claro desde lo meramente biológico. (Si los padres estudiaran con sus hijos, lo sabrían claramente). De lo que NADIE les habla a los chicos es de afectividad: de lo que significa el consentimiento, del machismo o de equidad de género (he tenido niños de 11 años furiosos porque les pedí el favor de que barrieran el aula, porque eso es «trabajo de mujeres»).

Claramente en las casas NADIE les habla de sexo ni de afectividad (como si pudieran separarse). Si esto no fuera así, el MEP no hubiera visto la necesidad de crear estas guías.

No soporto el hashtag #amishijosloseducoyo porque me parece hipócrita, en realidad lo que se esconde detrás de esa frase es más bien «a mis hijos no los educo yo y no permito que los eduque nadie».

A diferencia de mucha gente, yo sí me leí las Guías, desde mi perspectiva como docente y católica. Me parecen necesarias. La gente que cree que promueve que los chicos «se vuelvan gays o trans» claramente no se las ha leído. En secundaria lo que pretende es informar sobre la comunidad LGTB y sobre todo, lo que promueve es el respeto hacia las personas sexualmente diversas. Porque son una realidad, porque tienen derechos y porque no se van a ir a ninguna parte.

Aclaro que soy pro familia, pero el hecho de que esté a favor de la familia tradicional no quiere decir que esté en contra de los demás modelos de familia, el respeto ante todo.

Dios en la Biblia deja muy claro que nuestro principal mandamiento es amar al prójimo y reprende muy fuerte a quienes pasan juzgando a los demás (aquello de la paja en el ojo del hermano vs la viga en el ojo propio). Yo amo a mi prójimo, a quien sea, si comete pecado o no, será Dios quien los juzgue. Recordemos cómo actuó Jesús cuando iban a apedrear a la mujer adúltera: «El que esté libre de pecado, que tire la primera piedra«.

Volviendo al tema de las Guías, creo que es el deber de los padres y madres acompañar muy de cerca los contenidos vistos en clase. Quienes se oponen, son las familias que no hablan con sus hijos, que no los orientan, que no trabajan valores y principios. Mi recomendación es dejar que los chicos vayan a las clases y en casa enmarcar esos contenidos dentro de las creencias de cada familia.

Si creen que los chicos inician su vida sexual de forma temprana porque les hablan de sexo pues se equivocan, es porque no tienen información. Una persona informada toma decisiones informadas.

Y, por cierto, el Programa para la Afectividad y Sexualidad Integral del MEP es asignatura aparte sólo para décimo año.

¡Dios nos bendiga a todos y a todas!

 

*Imagen con fines ilustrativos tomada del video ¿Qué dicen realmente los programas de educación para la afectividad y sexualidad integral del MEP?

Compartido por Omar Miranda.

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