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Reelecciones Catrachas

Reelecciones Catrachas2

1 de Agosto de 2014

Marlin  Ávila

Hemos escuchado más de una vez la afirmación que el actual Presidente de la República de Honduras se piensa mantener en el poder por otro período. Ayer, alguien de confianza nos dijo que Juan Orlando Hernández la corrigió diciéndole que serían 16 años y no ocho. Es posible que él esté provocando a sus oponentes con esa afirmación, puesto que se le acusa de querer establecer una dictadura al estilo de Tiburcio Carías. Bueno, hay algunas similitudes con el carácter que tenía el ex mandatario de las primeras décadas del siglo anterior, como el haber entrado en contradicciones con la capital del imperio por asuntos de armamentos y la concentración de poder absoluto del Estado, no obstante, hay disimilitudes importantes también. Diferencias como el manejo de la geopolítica internacional y la estrategia de desarrollo. Desde luego, son dos contextos históricos muy diferentes.

Los políticos, y los medios, hacen mucho alboroto cuando un gobernante pretende reelegirse porque viola la Constitución de la República, al grado de promover golpes de Estado. En el fondo no es la verdad completa. Lo que hay es un cierto acuerdo no escrito de turnarse el poder entre grupos dominantes de la economía y la política, sin importar si es del Partido Liberal o del Partido Nacional. Sin embargo, para el pueblo cualquiera de las facciones o partidos que gane ha tenido los mismos o peores resultados. Claro, la facción ganadora saca a los empleados públicos no afines  e introducen a sus militantes en las planillas del “nuevo” gobierno, mientras las otras esperan su turno para las siguientes elecciones. La facción en el poder, les hace favores a unos empresarios más que a otros que no aportaron para la campaña electoral. Algunos empresarios han aprendido que para quedar siempre bien, financian las campañas de quienes compiten en las elecciones sin importar si son Liberales o Nacionalistas, al fin y al cabo, son similares.

Estos juegos se complican más ahora que hay posibilidades de una oposición más fuerte y exista el riesgo que una tercera fuerza logre ser electa en las próximas contiendas electorales. Más complejo si esa oposición no acepta sobornos ni chantajes. Algo que está por verse, pues hay datos que nos informan sobre comportamientos nocivos para la democracia y antiéticos, heredados o trasladados por los dos partidos tradicionales a los nuevos partidos LIBRE y PAC.

Volviendo a lo de las reelecciones, cualquier analista serio que conoce el país puede asegurar que en cuatro años de gobierno no se pueden lograr los cambios exigidos por el contexto. Por esto, y por influencias internacionales, en este nuevo milenio se ha estado haciendo esfuerzos de construir una estrategia de desarrollo, aunque queden como papel mojado. Desde luego, en ninguna estrategia se logran resultados de impacto positivos en cuatro años, conociendo como se dan los ciclos de gobierno, en que apenas se logra una mediana ejecución en los dos años intermedios. Pero a los grandes empresarios de la élite del poder factico no les preocupa esto, puesto que cada uno saca grandes provechos de cada período. Además, ya queda poco para extraerle en recursos económicos al Estado, excepto acuerdos administrativos para formalizar las explotaciones nacionales con subsidios, traslados de capital y exoneración de impuestos.

Por lo visto, en el abanico ideológico político existente hay aceptación de lo dicho. Los de la ultra derecha como a los de la izquierda internacional han estado buscando practicar reelecciones continuas, solo que la ultra derecha no ha sido tan exitosa hasta ahora. Claro, hay más experiencia de gobernar por largos períodos por parte de la derecha, a excepción del caso cubano, la derecha es quien gobernó en las dictaduras militares o civiles del Cono Sur; en las Centroamericanas; en la haitiana, dominicana, mexicana y cualquier otra que haya existido. Es decir, son expertos en sabotajes, montajes de acciones represivas y golpes de Estado. Sabemos que está deseando gobernar por largos períodos en este milenio en cualquier país de la región, solamente que la izquierda le ha ganado terrenos y contiendas políticas importantes por los medios democráticos. Recientemente la ultraderecha fracasó en Colombia, como han fracasado tantas veces en Venezuela, en Ecuador y no digamos en Cuba, así que no querrán otro fracaso.

Si lo que se vaticina en círculos políticos es verdad en cuanto a que JOH se quiere reelegir, es lógico pensar en una posible Constituyente, esta vez lanzada por el PN, de manera que se permitan las reelecciones, tal y como lo han hecho los países progresistas de América al Sur de Honduras.

Aquí podríamos ver el juego geopolítico interesante del actual Presidente de la República. No solamente visita a Nicaragua, pero a Ecuador para conocer de las políticas y ejecutividad del buen gobierno de Correa, donde quiere aprender sobre el montaje de una Constituyente, al igual que lo intentó el ex Presidente Zelaya.

Recientemente, la actual embajadora de Ecuador en Honduras, Irina Cabezas, le ofreció a JOH públicamente el asesoramiento necesario para hacerlo. Añadió ella que debemos saber que una Constituyente incluye inexorablemente la voluntad popular. Cosa que al Presidente no debe preocuparle en mayor cuantía, dado que la generalidad de este pueblo es conservador.

Si estas aproximaciones son correctas, estamos ante una apuesta de los conservadores para ganar gobiernos continuos por los medios electorales como lo han venido haciendo en América del Sur los progresistas. Para el PN no constituye ninguna dificultad seguir apoyando un joven inteligente y audaz, y más audaz que inteligente, según parece. Más bien es su nuevo líder al cual no se le pone al par ningún otro nacionalista.  Con el monopolio del poder absoluto, a él parece no preocuparle los resultados concretos para beneficiar al pueblo en este período, siempre y cuando logre los factores que le aseguren su reelección. Uno de esos factores es transformar su gobierno en populista, como el de Rajoy en España. Veremos si la realidad que estamos viviendo no le convierta más en apaga fuegos que en un estadista estratégico.

 

Información enviada a SURCOS Digital por el autor.

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Honduras, reelecciones presidenciales