Jorge Mora Portuguez
Ayer fue la Presidencia de la Asamblea Legislativa y la Fiscalía General las que recibieron amenazas de muerte.
Hoy fue la Universidad de Costa Rica la que sufrió una amenaza de bomba cargada de tal violencia, que ya por sí sola, constituye una brutal agresión; no solo contra la comunidad universitaria y contra miles de estudiantes cuyo único delito ha sido el intentar forjarse un futuro mejor; sino también contra toda la sociedad costarricense.
Estas expresiones de violencia, que deben ser repudiadas por toda la población; no son aisladas, sino la consecuencia de un discurso de odio que nace desde Casa Presidencial, contra toda la institucionalidad democrática de nuestro país.
¡Ya es suficiente señor Presidente! Ya es hora de que se dedique a gobernar y deje de llamar a la violencia, antes de que sea demasiado tarde.
Toda nuestra solidaridad con la Universidad de Costa Rica, con su población estudiantil, con su personal administrativo y su cuerpo de docentes.
Toda nuestra solidaridad también; con la Contraloría General de la República, con el Fiscal General, con los señores diputados y diputadas de la Asamblea Legislativa, con los magistrados y magistradas del Poder Judicial, con los medios de comunicación independientes; hoy todos bajo ataque del chavismo.