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Etiqueta: 25N

MARIPOSA

Hoy día de la NO Violencia contra las mujeres, escribo un poema a “Las Mariposas” que en el transcurso de su vida han alzado la voz y han cambiado la historia.

En especial a esas Mariposas que la vida me ha dado el placer de conocer y llamarlas “Amigas”.

MARIPOSA

“La vida no vale por lo que es
sino por lo que hacemos de ella “
Minerva Mirabal

Esta mañana las mariposas
se disfrazan de Minerva,
buscan posarse en el Ojo de Agua
sobrepasar el muro,
y entenderse con los colibrís
que buscan su libertad
entre revoloteos silenciosos.

La opacidad desmembró sus alas
pero el viento las acuna,
las esparce,
las multiplica.
Hoy una entró por mi ventana
se posó en la mesa,
acarició mi pluma
buscando mutarse en un poema.

Los golpes
se convirtieron en cantos
que opacaron el miedo.
Ante el grito de
“Ni una más”
las orugas se multiplican.
Sus capullos se camuflan
bajo las hojas del mandala.
Una pupa cierra los ojos y espera…
De qué color fueron las alas
que eclosionan en las barriadas?
Cuando asomó la esperanza…?
en cada casa
    en cada beso
        en cada lágrima.
En Santo Domingo
furtivas y clandestinas
se encriptan las Morpho
mientras las notas de un merengue
resuenan por la ciudad.

Alejandra Espinoza Arias

Imagen de portada: https://www.es.amnesty.org

Manifiesto Día Internacional por la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres

Costa Rica, 25 de noviembre de 2025**

Marchamos hoy con dolor por el aumento del número y de la crueldad de los femicidios en nuestro país. En lo que va de este gobierno llevamos contabilizados 126 femicidios. Las cifras muestran la magnitud del problema, pero detrás de cada número había una mujer con familia, sueños y afectos, que nos fue arrebatada de la forma más terrible.

Con cada femicidio perdemos una parte de nuestro derecho a vivir libres de violencia. Hemos exigido reiteradamente que se declare emergencia nacional para detener los femicidios, y esta administración se ha negado una y otra vez, mientras dilapida más de 500 millones de colones en los llamados Puntos Violeta. Denunciamos la ineficacia y opacidad de esta estrategia, como modelo que privatiza servicios públicos, carece de resultados comprobables, deteriora la calidad de la atención de las mujeres y aumenta la ruta crítica que deben recorrer para encontrar ayuda. Exigimos acciones inmediatas y los recursos necesarios para implementar los programas públicos especializados y cumplir los compromisos internacionales asumidos bajo la Convención Belém do Pará.

Rechazamos el texto sustitutivo del proyecto de ley “Reparación Integral para Personas Sobrevivientes de Femicidio” (Ley 10263), actualmente en discusión en la Asamblea Legislativa. Este texto representa un grave retroceso en los derechos de las familias sobrevivientes, debilitando los mecanismos de reparación, acompañamiento y justicia conquistados tras años de lucha. Nos sumamos al llamado del Grupo de Familias Sobrevivientes al Femicidio, que exige ser escuchado antes de la votación en plenario de esta reforma. Las reformas propuestas vacían el espíritu de la ley y reducen el alcance de la reparación integral, dejando sin protección a hijas, hijos y familiares de las víctimas. Exigimos a las diputadas y diputados detener cualquier modificación regresiva y garantizar un proceso participativo y con enfoque de derechos humanos.

Denunciamos el incumplimiento por parte del Estado costarricense de sus obligaciones en materia de derechos sexuales y reproductivos como forma violenta de controlar nuestros cuerpos. La presentación, por parte del Poder Ejecutivo, de un proyecto para aumentar las penas del delito de aborto, la derogación de la ya restrictiva norma técnica del aborto terapéutico mediante un decreto que pretende pasar por encima de la ley e incumple lo establecido en el Código Penal, que permite dicho procedimiento para evitar un peligro para la vida o la salud, limitándolo ahora a los casos en que la persona se encuentre al borde de la muerte. Recordamos los casos de Ana y Aurora ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, quienes hasta el día de hoy no han obtenido justicia, así como los de todas las demás mujeres y personas con capacidad de gestar que actualmente enfrentan la misma situación.

Exigimos la implementación plena de programas de educación sexual científica, laica y con enfoque de género en todos los niveles educativos, así como la despenalización y legalización del aborto con acceso seguro y gratuito. Estas son obligaciones derivadas de las recomendaciones del Comité CEDAW, del Examen Periódico Universal y de la Convención de Belém do Pará. Defender la educación sexual integral y el derecho a decidir es defender la vida, la autonomía y la dignidad.

La violencia contra la niñez y adolescencia en Costa Rica se ha convertido en una emergencia nacional. En 2024 se registraron más de 125 mil casos de maltrato infantil, y la CCSS atendió cerca de 12 mil menores por abuso sexual, un aumento del 50 % respecto a 2022. Este tipo de agresión ya es la segunda causa de violencia en menores atendidos en el Hospital Nacional de Niños, lo que refleja la gravedad y extensión del problema.

Detrás de estas cifras hay niñas, niños y niñes, muchos de entre uno y nueve años, víctimas de un sistema que no logra protegerles. Las instituciones están desbordadas, la respuesta del Estado ha sido insuficiente a causa del desfinanciamiento de programas sociales y de la misma CCSS y la impunidad sigue siendo la norma. Urge actuar con firmeza y empatía: basta de silencio, basta de violencia. Cada niña, niño o niñe merece crecer con seguridad, amor y justicia.

Denunciamos que entre 2022 y 2025, los casos de violencia doméstica o intrafamiliar aumentaron un 107 %, afectando a mujeres, niñas, adolescentes, personas mayores y poblaciones en situación de vulnerabilidad por orientación sexual, identidad de género, discapacidad o condición de salud. Asimismo, se han incrementado las desapariciones de mujeres, principalmente adolescentes entre 14 y 17 años, muchas huyendo de dinámicas de violencia intrafamiliar y expuestas luego a relaciones impropias o a la muerte.

En el ámbito político, el Observatorio de Comunicación Digital de la Universidad Latina reporta que, a septiembre de 2025, la violencia digital contra las mujeres en política se concentra en ataques a la reputación (42 %), burlas a la edad o apariencia (31 %) y deslegitimación de propuestas (22 %), evidenciando un entorno desigual que restringe la participación de las mujeres.

Apoyamos la demanda de las compañeras que ejercen el trabajo sexual por el reconocimiento pleno de sus derechos laborales. A pesar de que la CCSS reconoció oficialmente en 2023 su labor mediante un código propio, aún falta el reconocimiento legal y laboral integral. Exigimos legislación que garantice una regulación justa, digna y respetuosa del trabajo sexual, asegurando derechos laborales, sociales y humanos.

Las mujeres trans tienen una esperanza de vida de 42 años en Costa Rica, en un contexto donde son objeto de discursos de odio. Son estigmatizadas por el comercio sexual, pero no se les ofrecen opciones de educación ni empleo, lo que las lleva a la pobreza, la injusticia, la exclusión y la muerte. La doble moral, intolerancia en nombre de la religión y conservadurismo ponen en riesgo a las poblaciones históricamente excluidas. No son privilegios, son Derechos Humanos, no son caprichos, son deseos de superación y desarrollo, no es ideología, es inclusión. ¡Las mujeres trans siempre han estado, están y estarán, porque existen, resisten y seguirán su lucha!!!!

Expresamos nuestra profunda preocupación por la violencia y el despojo que enfrentan los pueblos indígenas, especialmente en los Territorios Ancestrales recuperados del Sur-Sur. Denunciamos la falta de protección estatal hacia las personas defensoras y exigimos el cumplimiento de las obligaciones internacionales del Estado costarricense. Reconocemos el papel fundamental de las mujeres indígenas como guardianas de la Madre Tierra, defensoras de los ríos, las semillas criollas y la vida comunitaria. Exigimos garantías efectivas de seguridad, restitución de los Territorios Ancestrales y políticas interculturales con enfoque de género. La defensa de los territorios es la defensa de la vida.

Las mujeres afro han cargado generaciones de silencios impuestos y violencias normalizadas, enfrentan desigualdades históricas, abandono estatal y mayores amenazas a su seguridad. El sistema racista y patriarcal, discrimina la piel que habitan, cuestiona su autoridad, esconde e intenta blanquear su existencia, sexualiza su presencia y minimiza su dolor histórico. Las mujeres afro se niegan a una resistencia silenciosa y a sostener estructuras que las violentan. El feminismo será interseccional y será antirracista o no será. Porque existir como mujer afro en Costa Rica ya es un acto de resistencia y exigen vivir con dignidad de su herencia y raíces, con voz propia y sin miedo, ocupando todos los espacios que por derecho les pertenecen, porque la mujer costarricense también tiene rostro de mujer negra.

También denunciamos la destrucción de instituciones públicas como el INAMU, llevada a cabo por una administración incompetente, que debilita las acciones y programas para la atención y la prevención de la violencia contra las mujeres, así como el ataque a la autonomía de la CCSS, la cual representantes del neoliberalismo nos quieren arrebatar, y su desmantelamiento a través de crisis provocadas contra el personal médico, contra el sistema de pensiones, el acoso a la líder sindical Martha Rodríguez y la deuda del Estado que va en aumento año tras año. La salud de las mujeres no le importa a este gobierno, que viola uno de sus derechos fundamentales. ¡Páguenle a la Caja! Sumamos el deterioro del MEP, donde en lugar de atender las condiciones básicas de los centros educativos, el Estado aprueba medidas que permiten el control de los cuerpos de adolescencias e infancias —regulando vestimenta, cabello y expresión corporal— y elimina los protocolos de prevención de la violencia hacia estudiantes LGBTIQ+, reforzando el castigo moralizante hacia quienes se salen de la norma.

Las mujeres de Costa Rica están en su mayoría (58 % en 2024 según el INEC) sin empleo, principalmente por responsabilidades en el hogar. Exigimos una política de empleo para las mujeres y un verdadero sistema de servicios públicos de cuidados, para que las mujeres podamos tener independencia económica. Las mujeres obreras, en el sector industrial y agrícola, viven condiciones laborales abusivas, salarios y tarifas insuficientes, accidentes laborales frecuentes sin reporte ni atención en el INS, acoso y violaciones, despidos y persecución sindical. Todo con impunidad para la patronal que se enriquece de esto. Exigimos el pleno respeto de los derechos laborales de las mujeres.

Desde el feminismo antiespecista contemplamos que el mismo acuerdo social que nos reduce a objetos de consumo es el que cosifica a los animales. Se nos vende como placer o servicio a través de la explotación sexual interminable. La carne se trata con erotismo y el cuerpo como carne, invisibilizando nuestro dolor con la cotidianidad de estas violencias. Los animales sienten y merecen la misma vida autónoma que queremos para nosotras. ¡Ya no más jaulas!

En Costa Rica, la impunidad alcanza los niveles más altos del poder. A pesar de que desde colectivos feministas e instituciones académicas se han respaldado denuncias por acoso y abuso sexual contra figuras políticas y funcionarios públicos, estas siguen sin justicia. Los casos se frenan por inmunidades o influencias que los silencian. El sistema protege a los poderosos y revictimiza a las denunciantes. Urge romper el pacto de silencio y exigir transparencia y cero tolerancia a la violencia sexual en todos los ámbitos. Nadie debería estar por encima de la ley.

En este 25 de noviembre, la Familia Penitenciaria Unida alza la voz ante las violaciones a los derechos humanos y la manipulación de información que busca estigmatizar a las familias penitenciarias. Denunciamos la desigualdad en el Centro Vilma Curling, donde las mujeres solo reciben visita cada 15 días y no cuentan con condiciones dignas, así como la situación de las personas en los espacios de alta contención, donde se vulneran derechos básicos. Rechazamos la idea de que la llamada Mega Cárcel o las políticas punitivas sean una solución a los distintos tipos de violencia; por el contrario, profundizan las desigualdades y el sufrimiento humano. Exigimos respeto, verdad y dignidad para todas las personas privadas de libertad y sus familias.

En Nicaragua, al menos 707 mujeres han sido víctimas de femicidio durante los últimos 8 años; miles de niñas y adolescentes son víctimas de abuso sexual; la violencia física y psicológica está presente en los hogares y también en el estado. 12 mujeres continúan encarceladas injustamente y 9 están en condición de desaparecidas. La dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo en su intento de ocultar la realidad ha prohibido cualquier tipo de acción colectiva para apoyar a las víctimas, exigir justicia y denunciar la impunidad que reina en el país.

Recordamos, honramos y demandamos justicia para las víctimas de la Masacre de Alajuelita perpetrada en 1986: Marta Eugenia Zamora Martínez, de 41 años; sus hijas María Gabriela, de 16, María Auxiliadora, de 11 y Carla Virginia Salas Zamora, de 9, y sus sobrinas Alejandra, Carla María y María Eugenia Sandí Zamora, de 13, 11 y 4 años. Los dos juicios contra los sospechosos fueron anulados por errores procesales. No se exploraron diversas alternativas investigativas que apuntaban hacia otros sospechosos. La crueldad e impunidad del crimen señala al Estado costarricense como incapaz de la debida diligencia investigativa y de conducir el juicio. Ni olvidamos ni perdonamos.

Nos solidarizamos con las mujeres y el pueblo palestino, víctimas de un genocidio. Defender a Palestina es defender los derechos humanos y la vida de todas las mujeres. Exigimos que Costa Rica rompa relaciones diplomáticas con Israel, no firme el TLC y se apoye el derecho del pueblo palestino a la autodeterminación y a la existencia misma ¡No más genocidio! ¡Palestina libre!

Finalmente, denunciamos el avance del autoritarismo y las prácticas antidemocráticas del actual gobierno, que amenaza derechos fundamentales, persigue liderazgos sindicales y manipula la información pública para deslegitimar la protesta social.

Hoy, 25 de noviembre, las mujeres de Costa Rica y del mundo alzamos la voz contra todas las violencias.
Exigimos verdad, justicia y dignidad.
¡Ni una menos! ¡Vivas, libres y sin miedo nos queremos!

Podemos transformar las relaciones desiguales e injustas con el compromiso personal y social

Kattia Isabel Castro Flores

La cultura ha construido relaciones desiguales e injustas y una de sus manifestaciones se ve de forma clara en los vínculos que se establecen entre hombres y mujeres. La buena noticia es que podemos transformar esta triste realidad por medio del compromiso personal y social en el cultivo del cuidado mutuo, de relaciones respetuosas, equitativas, que reconocen el valor y la dignidad que nos corresponde a hombres y a mujeres por igual.

Solo un par de generaciones atrás las mujeres no podían estudiar, debían casarse a edades tempranas y tener múltiples embarazos y partos. Nuestras abuelas y madres tuvieron vidas marcadas por carencias económicas, pero además por falta de oportunidades para expresar lo que sentían y pensaban. Se limitaba la participación de las mujeres en actividades fuera del hogar, fueran estas de tipo recreativo o de participación comunal.

Se promovía que era virtud en las mujeres ser calladas, obedientes, tímidas y sumisas. Todo lo contrario se pensaba para los hombres, a ellos se les asignaba la libertad de movimiento y de actuación. El ejercicio del liderazgo era parte de su identidad, aunque se pareciera más al autoritarismo. Se autodesignaron los administradores de los recursos económicos familiares.

Muchos hombres hicieron un mal uso del poder que la sociedad les otorgaba y lo usaron para humillar, golpear, intimidar, toquetear y hasta violar a mujeres de sus propias familias, vecinas o conocidas. Muchas mujeres han tenido que llevar adelante embarazos que son resultado de violencia sexual, mientras que otras han sufrido abortos espontáneos y también fruto de agresiones sufridas en el hogar.

¿Conoce usted algún caso de violencia física, emocional, patrimonial o sexual en el entorno familiar o comunitario? Sabemos que lamentablemente la respuesta a esta pregunta es positiva. Tristemente usted y yo podemos ser una de las víctimas. La violencia era y sigue siendo parte de la vida cotidiana de las familias y de la comunidad. Frente a la violencia sufrida se guarda silencio porque el dolor es inconmensurable y se piensa, de forma errónea, que es mejor ignorarlo y seguir como si nada hubiera pasado. No puede haber una familia feliz si hay violencia en cualquiera de sus formas, tener que aparentarlo es revictimizar a la persona que sufrió violencia y alcahuetear a quien la ejerció o la sigue ejerciendo. El silencio nos hace cómplices del dolor y el sufrimiento de muchas personas y esto está lejos del amor, la paz y la justicia. Los agresores sexuales deben ser frenados, denunciados y condenados.

Ha llegado el tiempo de romper el silencio y de llamar a las cosas por su nombre: los mal llamados “piropos” son violencia. Los hombres que se masturban delante de niñas, niños y mujeres de todas las edades, ejercen violencia; también los hombres que observan a las mujeres mientras se bañan o se visten. El lenguaje soez de contenido sexual es violencia. El acoso sexual callejero, es violencia. La exposición a pornografía es violencia. El sexo sin consentimiento, aún dentro de la vida de pareja es violencia. La violación es violencia. Compartir en redes sociales fotos de contenido sexual que no fueron creadas con esa finalidad también es violencia.

Las mujeres tenemos derecho y exigimos una familia y una comunidad libre de violencia. Queremos salir a caminar y saber que estamos seguras. Queremos viajar con la alegría de conocer el mundo y saber que solo pasarán cosas bonitas. Queremos salir a divertirnos y regresar a casa cansadas y satisfechas. Queremos sonreír y tener una vida tranquila y en paz.

Memoria de mujeres que no se rindieron ante la violencia

Observatorio de Bienes Comunes

En este 25 de noviembre queremos compartirte esta entrevista llena de rebeldía y dignidad.

Conversamos con Enid Cruz, trabajadora social, activista feminista y directora de MUSADE, una organización que ha marcado la defensa de los derechos de las mujeres en San Ramón y Costa Rica.

¿Por qué vale la pena verla?

* 🌿 Conocés cómo nació MUSADE en los años 80, en medio de crisis y cambios sociales profundos.

* ✊ Escuchás la memoria de mujeres que no se rindieron ante la violencia.

* 🔥 Te conecta con la fuerza del movimiento feminista y su impacto real en la vida cotidiana.

* 💬 Es una conversación cargada de historia, dignidad y esperanza.

👉 Mire el video completo aquí:
https://bienescomunes.fcs.ucr.ac.cr/caminar-juntas-los-trayectos-de-musade/

Seis candidaturas firmaron el Compromiso Ético y Político contra la Violencia hacia las Mujeres

Este martes se realizó la firma presencial del Compromiso Ético y Político contra la Violencia hacia las Mujeres, iniciativa convocada por organizaciones especializadas en derechos humanos y equidad de género. El documento —difundido días atrás— establece una serie de compromisos mínimos para que quienes aspiran a gobernar el país se comprometan públicamente a prevenir, sancionar y erradicar todas las formas de violencia contra las mujeres, así como a fortalecer las instituciones encargadas de garantizar su protección.

Seis aspirantes a la Presidencia acudieron a firmar el compromiso tras ser invitadas, reafirmando su adhesión a los principios planteados y asumiendo la responsabilidad ética y política que implica su eventual ejercicio de gobierno.

Personas firmantes (orden alfabético por nombre):

  1. Álvaro Ramos – Partido Liberación Nacional

  2. Ana Virginia Calzada – Partido Centro Democrático y Social

  3. Ariel Robles – Partido Frente Amplio

  4. Claudia Dobles – Partido Agenda Ciudadana

  5. Claudio Alpízar – Partido Esperanza Nacional

  6. Juan Carlos Hidalgo – Partido Unidad Social Cristiana

El compromiso insta a las candidaturas a reconocer la violencia contra las mujeres como una problemática de Estado, promover políticas públicas basadas en evidencia, garantizar presupuestos adecuados, fortalecer la ruta institucional de atención y asegurar mecanismos de prevención en todos los ámbitos, incluido el político y electoral.

Las organizaciones convocantes señalaron que esperan que más candidaturas se sumen en los próximos días, pues este pacto busca ser un acuerdo amplio que refleje la responsabilidad colectiva del país frente a la erradicación de la violencia de género.

Las estudiantes del Colegio de Señoritas leyeron y entregaron a las candidaturas presentes un comunicado de la juventud.

Convocan a firmar Compromiso Ético y Político contra la violencia hacia las mujeres

Diversas organizaciones sociales convocan a la firma del Compromiso Ético y Político con todas las mujeres que habitan nuestro territorio, un acto público que se realizará el martes 25 de noviembre a las 9:45 a.m. en la Asociación de Educadores Pensionados (ADEP). Esta actividad se enmarca en las acciones del Día Internacional por la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, y busca reafirmar el compromiso de múltiples colectivos con la erradicación de todas las formas de violencia que afectan la vida de niñas, adolescentes, adultas y adultas mayores.

De acuerdo con la convocatoria, en dicha actividad presentaremos un documento con acciones prioritarias que las mujeres proponemos para erradicar la violencia de género, ante las candidaturas presidenciales, esperando su compromiso ético y político con las mujeres de Costa Rica.

Según la información oficial del evento—recibida junto al afiche—la jornada tiene como propósito sumar voces individuales y colectivas en defensa de los derechos de las mujeres, y promover responsabilidades éticas y políticas que fortalezcan la igualdad y la vida libre de violencias. La invitación está abierta a todas las personas y organizaciones que deseen respaldar este compromiso desde sus territorios, espacios comunitarios, laborales, académicos o institucionales.

La actividad contará con la participación y la organización conjunta de plataformas de mujeres, redes feministas, espacios de diálogo social y movimientos que han acompañado históricamente la defensa de los derechos de las mujeres en Costa Rica.

Para inscribirse, se habilitó el siguiente formulario:
👉 https://docs.google.com/forms/d/e/1FAIpQLScvERHjDfbW7F4HqXFpemhmcnu_9N_vwj9xXaMmZVF0pgkxhA/viewform

Recital de poesía y cuento «Palabras contra la Violencia» – 25N

La Asociación Costarricense de Escritoras y el Ministerio de Cultura y Juventud, por medio de la Benemérita Biblioteca Nacional de Sinabi, se complacen en invitarle al recital  de poesía y cuento Palabras contra la Violencia  con la participación de las escritoras Shalaisha Barret, Kristy Barrantes, Leda García, Valeria Varas, Marianella Vargas, Carla Brunetti, Mariamalia Sotela, Lucía de Paula, Elena Monge. Modera Marta Rojas.

El recital se realiza en conmemoración del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.

La actividad, se celebrará en la Benemérita Biblioteca Nacional el jueves 20 de noviembre a las 4:00 p.m. y será transmitida por el Facebook de la Biblioteca Nacional https://www.facebook.com/bibliotecanacional.mcj.cr/

Leer para no olvidar: memoria feminista y resistencia en el 25N

Por Heidy Valencia Espinoza

Un testimonio que interpela

El 25 de noviembre es una fecha de conmemoración y de lucha para los movimientos feministas. Esta fecha se remonta al asesinato de las hermanas Mirabal, tres mujeres dominicanas que fueron ejecutadas en 1960 por oponerse a la dictadura de Rafael Trujillo. Desde entonces, se conmemora el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, una jornada que en América Latina adquiere matices propios por los altos índices de violencia patriarcal, incluidos los femicidios.

En respuesta a esa violencia, ha cobrado fuerza en la región la organización del movimiento de mujeres bajo el grito de ¡Ni una menos!. En Costa Rica, en los últimos años se han articulado colectivamente las familias que sobreviven a los femicidios, junto con organizaciones feministas, para exigir justicia y mantener viva la memoria de las mujeres asesinadas.

Este año no será la excepción. La convocatoria es a marchar el 25N a las 4 p.m. desde el Parque Central de San José. Según el Observatorio de Violencia de Género contra las Mujeres y Acceso a la Justicia del Poder Judicial, hasta el 2 de noviembre del año en curso se registraban 32 femicidios en el país, cifra que confirma la persistencia de una problemática estructural.

Una reconstrucción amorosa de la memoria

Al leer El invencible verano de Liliana, de la escritora mexicana Cristina Rivera Garza, encontré una historia que resuena profundamente con las luchas feministas en Costa Rica. Rivera Garza —una de las voces más reconocidas de la literatura latinoamericana contemporánea— reconstruye la vida de su hermana Liliana Rivera Garza, víctima de feminicidio en 1990 en Azcapotzalco, México.

El libro combina los géneros del testimonio, la crónica, el archivo y la memoria para recuperar la voz de Liliana, no solo como víctima, sino como mujer libre, creativa y soñadora. La autora muestra que hace tres décadas ni siquiera existía el lenguaje para nombrar la violencia machista, y que la escritura puede ser una herramienta de justicia simbólica y colectiva.

El feminicidio de Liliana ocurrió antes de que la antropóloga y feminista Marcela Lagarde acuñara el término “feminicidio”, que se popularizó en la década de 1990 para referirse a los crímenes de mujeres cometidos en contextos de impunidad y desigualdad estructural. En México, el feminicidio no fue tipificado como delito hasta 2012, cuando fue incorporado en el Artículo 325 del Código Penal Federal.

Rivera Garza, al mezclar memorias personales, documentos y testimonios, logra articular una denuncia que es también una reconstrucción amorosa con la cual escribir se convierte en un acto de resistencia contra el olvido.

De México a Costa Rica: una violencia sin fronteras

El caso de Liliana, ocurrido hace más de tres décadas, sigue resonando en América Latina. Su historia dialoga con una realidad compartida donde persiste la violencia patriarcal y la impunidad. En Costa Rica, las cifras de femicidio muestran una tendencia preocupante, mientras las respuestas institucionales siguen siendo insuficientes.

La situación nacional se agrava por el debilitamiento institucional del INAMU, los recortes presupuestarios y la aprobación de políticas que profundizan la precariedad laboral —como las jornadas 4×3— que afectan especialmente a las mujeres trabajadoras. Esta combinación de factores evidencia que el problema no se limita a la violencia individual, sino que forma parte de un entramado político y social que desprotege a las mujeres y favorece la impunidad.

Cada caso de femicidio revela el mismo patrón, detrás de cada cifra hay una historia interrumpida, una familia desgarrada y una comunidad que se organiza para exigir justicia. Los recientes femicidios de mujeres jóvenes conmocionan al país y reactivan la demanda por respuestas urgentes frente a un sistema judicial que, con frecuencia, revictimiza y desatiende.

Ante esta realidad, son las familias, amigas y comunidades quienes han asumido la tarea de mantener viva la memoria. Al igual que Cristina Rivera Garza transformó su duelo en una escritura de resistencia, en Costa Rica las familias de víctimas han convertido el dolor en fuerza colectiva junto a organizaciones feministas y de mujeres.

Así, las historias de Liliana en México y de tantas mujeres en Costa Rica se entrelazan como parte de una memoria feminista latinoamericana, una memoria que no olvida, que nombra y que insiste en que vivir libres de violencia no puede seguir siendo un privilegio.

La literatura como resistencia y como acto de amor

El invencible verano de Liliana es, sobre todo, un ejercicio ético de memoria. Escribir, para Rivera Garza, es una forma de reparación simbólica y de justicia. En sus páginas, la autora denuncia la carga de culpa impuesta a las familias de las víctimas —culpa que no es individual, sino social— y señala al patriarcado como estructura que reproduce la violencia y el silencio.

La dimensión estética del libro amplifica su fuerza política. La literatura se vuelve un territorio para restituir humanidad a las mujeres asesinadas, devolverles nombre, sueños y dignidad. En ese sentido, el arte y la memoria se funden en un mismo propósito: no olvidar.

Leer para no olvidar

En un contexto donde la violencia machista continúa arrebatando vidas, leer también es una forma de resistencia. Leer y recordar son actos políticos. El invencible verano de Liliana nos recuerda que las palabras pueden ser refugio, pero también trinchera.

Como escribe Rivera Garza:

“Somos ellas en el pasado, somos ellas en el futuro, y somos otras a la vez. Mujeres en busca de justicia. Mujeres exhaustas, y juntas. Hartas ya, pero con la paciencia que solo marcan los siglos. Ya para siempre enrabiadas.”

Marchar, escribir, acompañar, recordar, todo ello es parte del mismo gesto de amor y de justicia. Porque, como nos enseñó Liliana, aun en lo más profundo del invierno, hay un verano invencible.

Foro Nacional: Hacia una Costa Rica libre de violencia de género

Este 25 de noviembre se estará llevando a cabo en el Hotel Radisson, a las 7:00 p.m. el Foro Nacional: Hacia una Costa Rica libre de violencia de género, en el marco de la marcha nacional de ese mismo día, el 25N.

Este foro está organizado por el SEC, la Mesa Nacional de Diálogo Social y Productivo, la Asamblea de Trabajadores y Trabajadoras del Banco Popular, y la organización Mujeres por Costa Rica.

Le invitamos a participar de este espacio para mantenerse al tanto de un tema tan importante como es erradicar la violencia del género, y les recordamos que este evento es de cupo limitado, por lo que se reciben confirmaciones al 8780-1108.

Información compartida con SURCOS.

Gran Marcha Nacional 25N: Ni una menos

Este 25 de noviembre a las 5:00 p.m. en el Parque Central de San José se estará dando la Gran Marcha Nacional del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres.

La marcha está organizada por diversas organizaciones universitarias, activistas e independientes.

Le invitamos a participar de esta marcha, y hacer que se escuchen sus voces: ¡Basta de violencia machista en Costa Rica! ¡Ni una menos! ¡Emergencia ya!