Una gran diversidad de proyectos de Acción Social articulan con redes comunitarias en la Región Huetar Norte. Por ejemplo, el programa «Kioscos Socioambientales» crea alianzas para superar los conflictos socioambientales, como las consecuencias de los monocultivos, la minería a cielo abierto y la ausencia de planes regulares sobre desarrollo inmobiliario. Foto: Archivo OCI.
Región Huetar Norte
La baja escolaridad, el desempleo, la explotación de migrantes y los problemas ambientales son la otra cara de la moneda de la riqueza de la zona
Los retos de la Región Huetar Norte son múltiples y complejos. La llamada “nueva ruralidad”, marcada por la pluriactividad y el trabajo asalariado agroindustrial, desplaza las formas tradicionales de vida campesina. Ante la ausencia de políticas diferenciadas, la población en general sigue relegada ante dinámicas de desigualdad, invisibilización y vulnerabilidad.
Aunque ese gran territorio posee riqueza natural y un enorme potencial productivo y turístico, no logra superar las brechas que frenan su desarrollo integral. A pesar de los avances en infraestructura turística y educativa; aún persisten las brechas en la escolaridad, en el empleo, en las condiciones ambientales y en la equidad social, ante la mirada esquiva del Estado.
Un informe del Banco Central de Costa Rica en enero pasado, con datos del 2021, señala que la región aportó el 4,66 % del producto interno bruto, el segundo más bajo en el ámbito nacional. Este se confirma con los hallazgos de la Encuesta Nacional de Hogares (Enaho 2024) que la ubicó como la tercera región con mayor cantidad de hogares pobres, solo superada, en pequeñas diferencias, por las personas que habitan las localidades Brunca y Huetar Caribe.
De la misma manera, el Índice de Desarrollo Social (IDS-MIDEPLAN-2023) indica que el 84 % de sus distritos presentan un desarrollo bajo o muy bajo, a excepción de La Fortuna y Ciudad Quesada, en donde se concentran las actividades turísticas y productivas. Sin embargo, el ingreso promedio es distante a la media urbana, esto se relaciona con que el hecho de que el desempleo afecta al 7 % de la población económicamente activa y con posibilidades de ingresar al mercado laboral, lo que agrega mayores vulnerabilidades al 30 % de familias catalogadas como pobres, un porcentaje que supera en 7 % la media nacional.
Propuestas desde la Institución
Desde la Vicerrectoría de Acción Social (VAS), la Universidad de Costa Rica (UCR) tiene en ejecución 97 proyectos en esta región, enmarcados desde los pilares de cultura y patrimonio, educación permanente y trabajo comunal. Además, esta presencia se fortalece con iniciativas como “Tejiendo Redes”, que se suma a los esfuerzos institucionales y comunitarios para identificar las necesidades y las soluciones colectivas fuera del Área Metropolitana.
En materia ambiental, la UCR hace contribuciones vinculadas con la lucha contra la deforestación; el monocultivo de la piña y sus efectos en los ecosistemas y la sobreexplotación de los cuerpos de agua; problemas que se instalan en la zona por la ubicación de empresas agroexportadoras cercanas a los asentamientos campesinos y fronterizos. La Institución apoya alianzas con las comunidades para la defensa de los ríos, evitar las concesiones y la privatización de los recursos naturales.
“Para citar un caso, Medio Queso se ha convertido en tierra de nadie, donde muchas instituciones han fallado. Se trata de una zona con cultura transfronteriza, marcada por la migración, las redes criminales y la desigualdad”.
Docente Dylanna Rodríguez Muñoz, coordinadora del programa «Kioscos Socioambientales para la Organización Comunitaria».
“Para citar un caso, Medio Queso se ha convertido en tierra de nadie, donde muchas instituciones han fallado. Se trata de una zona con cultura transfronteriza, marcada por la migración, las redes criminales y la desigualdad”, comentó la docente Dylanna Rodríguez Muñoz, coordinadora del programa “Kioscos Socioambientales para la Organización Comunitaria” (ED-3555), que propone soluciones conjuntas en Caño Negro y Los Chiles ante conflictos socioambientales y la defensa de sus territorios.
Otro proyecto enfocado en el sector productivo es el trabajo comunal “Iniciativas comunitarias para el desarrollo rural” (TC-488), de la Escuela de Economía Agrícola y Agronegocios, que realiza aportes para fortalecer a las entidades locales de productores y cooperativas. Mediante este trabajo comunal se brindan herramientas técnicas para mejorar la gestión administrativa y empresarial de las agrupaciones rurales e incentivar el intercambio de conocimientos para favorecer el desarrollo endógeno, integral y sostenible. “Apoyamos a estas asociaciones que tienen buenas ideas pero carecen de planificación, estructuras internas claras o conocimientos técnicos”, explicó la magister Vanessa Villalobos Ramos, docente coordinadora.
Superar estos desafíos requiere una mirada territorial que reconozca las especificidades locales, potencie la educación y fortalezca la articulación entre Estado, la academia y las comunidades para proponer oportunidades equitativas, un desarrollo sostenible y justicia social. Al respecto, el Ing. Teodoro Willing Castro, Director de Gestión de la VAS, aseguró que “el ejercicio de regionalización y la gestión de acción social articula soluciones con otras instituciones públicas y organizaciones sociales para generar oportunidades”.
La Región Huetar Norte en resumen
Esta región la integran los cantones de San Carlos, Upala, Los Chiles, Guatuso, Sarapiquí, y distritos de San Ramón y Grecia, con una extensión de 9.790 kilómetros cuadrados y habitada por 437.000 personas.
Con un clima tropical, seco en el oeste y muy lluvioso en el Caribe, su terreno fértil la convierte en una de las más productivas del país con diversidad de granos básicos, caña de azúcar, café, plátano, banano, piña, papaya, yuca, plantas ornamentales, a lo que debe agregarse la gran industria de ganadería de doble propósito. Destinos como La Fortuna, los humedales de Caño Negro y la laguna del Arenal son vitales para el turismo creciente en la zona. Foto: Archivo OCI.
Alfredo Villalobos Jiménez Periodista, Vicerrectoría de Acción Social, UCR
Eduardo Muñoz Sequeira Periodista, Vicerrectoría de Investigación, UCR
M.Sc. Javier Madrigal Córdoba Coordinador de Acción Social Sede Regional del Pacífico
Por: M.Sc. Javier Madrigal Córdoba Coordinador de Acción Social Sede Regional del Pacífico
La Universidad de Costa Rica (UCR), mediante su Sede Regional del Pacífico, desarrolla diversos proyectos de Acción Social en la Región Pacífico Central con la finalidad de fortalecer la participación comunitaria y junto a diversos sectores de la sociedad mejorar la calidad de vida de las personas.
También, con estos proyectos buscamos fortalecer procesos de gestión local en diferentes comunidades, acompañando a grupos organizados, a otros actores sociales como instituciones públicas, sector privado y organizaciones no gubernamentales. A la fecha, la UCR tiene en ejecución más de 100 proyectos de Acción Social que trabajan directamente en esta región, de los cuales 22 se coordinan desde nuestra sede universitaria. Nuestra meta es aportar a esas capacidades locales, al emprendimiento y mejorar el acceso a derechos básicos como la educación. Muchos de estos han logrado alianzas, las cuales son imprescindibles ante las condiciones de vulnerabilidad que actualmente viven los pobladores de esta región. Este abordaje interinstitucional tiene el claro objetivo de impulsar el desarrollo cultural, social y económico.
En la actualidad, la Región Pacífico Central presenta una serie de retos vinculados a la desigualdad y exclusión social. Solo para mencionar unos datos atinentes, según el Atlas del Desarrollo Humano Cantonal del 2024, los cantones costeros presentan un IDH por debajo del promedio nacional. Por otro lado, la región muestra un incremento de la informalidad laboral y una disminución significativa en la participación de jóvenes entre 15 y 24 años en la fuerza laboral, lo que se vincula a la falta de oportunidades y la migración hacia otros territorios del país. Ante estos desafíos, nuestros proyectos de Acción social se orientan hacia el mejoramiento educativo, el desarrollo sostenible, la participación comunitaria y el acompañamiento, capacitación y asesoría para las mejoras de las condiciones socioambientales.
Limitación de recursos
Como universidad pública, los proyectos Acción Social de la UCR en la región Pacífico Central enfrentan variedad de retos estructurales y operativos, derivados de las condiciones socioeconómicas y territoriales. Sin duda, en las Sedes Regionales se reflejan situaciones de la realidad nacional que se viven en otras instituciones, organizaciones sociales y comunidades, una de ellas es que carecemos de un financiamiento estable que asegure la continuidad y el impacto en las comunidades vulnerabilizadas, ya que algunas iniciativas dependen de presupuestos limitados o fondos temporales lo que dificulta su permanencia a largo plazo.
El acceso de las personas de comunidades alejadas a una infraestructura vial o tecnología adecuada es otro factor que limita la participación dentro de programas educativos, artísticos o de capacitación laboral. La misma movilidad entre barrios no es la adecuada o en muchas ocasiones no se tienen las capacidades económicas para el traslado de un lugar a otro. Es imprescindible la articulación con actores locales, comunitarios, privados e institucionales, ya que la falta de coordinación puede generar duplicidad y aislamiento de distintos esfuerzos y recursos. Ejemplo de esto es la estrategia Tejiendo Redes, iniciativa de la Vicerrectoría de Acción Social que ha venido enfocada en la articulación de diversos proyectos para generar acciones conjuntas a partir del diálogo con distintos actores.
Un patrimonio diverso
La Región Pacífico Central es un territorio diverso, desde las comunidades rurales, las islas y localidades costeras tiene a su haber una acervo lleno de historia y cultura viva, paisajes naturales y una intensa actividad socioproductiva.
En la búsqueda de un desarrollo social sostenible es fundamental promover el diálogo y adaptar las estrategias a las particularidades de cada comunidad. Aunque los desafíos son numerosos, la esperanza se mantiene viva en cientos de proyectos e iniciativas locales que requieren el acompañamiento de la Universidad.
En ese sentido, desde la Sede Regional del Pacífico estamos comprometidos en la promoción de espacios culturales que contribuyan a la transformación de la vida en comunidad. Desde el baile, el teatro, la música, el disfrute del cine y la creación literaria se logra fomentar el sentido de comunidad y apropiación de los espacios públicos, lo que ha demostrado de múltiples formas ser un agente para la transformación social de las comunidades.
Esta revitalización que se logra mediante las actividades lúdicas y artísticas que transforman los espacios urbanos deteriorados en sitios que atraen de nuevo a sus pobladores, no solo se trata de que se tornen más seguros, sino que permita a la población en general del disfrute de sus derechos culturales.
Además, los proyectos de Acción Social vinculados a la creación artística promueven la memoria histórica, el desarrollo humano sostenible, la interacción entre vecinos y personas de diferentes edades. En suma, desde esta sede universitaria continuaremos apostando por las comunidades y sus pobladores como un recurso ante las apremiantes necesidades de la región Pacífico Central costarricense.
Javier Madrigal Córdoba Coordinador de Acción Social Sede Regional del Pacífico, UCR
Iniciativa de Acción Social de la UCR tiene objetivos de conservación y de integración comunal
Vista del Parque Nacional del Agua Juan Castro Blanco creado para proteger las fuentes de agua y la biodiversidad de la región, además de conservar los ecosistemas. Foto cortesía de la administración del parque.
Mejorar la conectividad de la biodiversidad entre la Reserva Ecológica Manuel Koss de la Universidad de Costa Rica (UCR) y el Parque Nacional del Agua Juan Castro Blanco, es el objetivo principal del proyecto de acción social que busca la unificación de ambas áreas de protección boscosa por medio de serie de corredores biológicos de los terrenos circundantes de la comunidad que rodea ambas reservas.
Este proyecto que busca tanto la conservación del medio ambiente como la integración con la comunidad, se plantea la consolidación de brigadas comunales de monitoreo biológico y de restauración del paisaje para instaurar microcorredores biológicos. Así lo comentó Gilberto Rojas, coordinador del proyecto ED-3657 “Conservación en paisajes productivos: vinculando la biodiversidad y las comunidades entre la Reserva Ecológica Manuel Koss (UCR) y el Parque Nacional del Agua Juan Castro Blanco”.
Tanto el parque como la reserva se encuentran en las cercanías de Sarchí, Zarcero, Grecia y San Carlos. Además, el parque tiene una alta biodiversidad. Sin embargo, la pérdida y fragmentación de los hábitats naturales en la zona de amortiguamiento del parque conlleva a la conversión de los bosques a otro tipo de uso del suelo, generando aislamiento entre remanentes de bosque, y la consecuente degradación de los ecosistemas y disminución de la biodiversidad.
Es por eso que ante esta problemática surge el proyecto, que también enfrenta el desafío de la falta de identificación de la comunidad con el parque nacional cercano.
Como iniciativas de este proyecto, se realizan actividades educativas con niños, se forman brigadas para monitoreo y restauración con la participación activa de la comunidad y se desarrollan invernaderos para reproducir árboles que formarán los corredores ecológicos. Además, se han identificado líderes comunitarios, para que el proyecto sea sostenible a largo plazo.
Bosque Vecino
Una parte importante del proyecto es la creación de una identidad para la reserva, denominada «Bosque Vecino», y la colocación de rótulos en las propiedades participantes. También se realiza un conteo de aves y se organizan eventos comunitarios para promover la participación y el sentido de pertenencia.
«En esta comunidad usted llegaba y le preguntaba a los niños, por ejemplo, ¿cuáles eran sus animales preferidos? Y los niños te empiezan a decir elefantes, jirafas, rinocerontes, todos los bichos de la selva africana o la sabana africana. Y uno se sorprende de eso, teniendo un parque nacional aquí a dos kilómetros y medio y no se les ocurre decir, por ejemplo, un mapache, un coyote» declaró Arias.
Es por eso que se implementaron actividades con niños, para aumentar su conocimiento y aprecio por la biodiversidad local; y actividades de investigación en donde se identifican especies locales y un levantamiento de biodiversidad.
Para Rojas, el proyecto ha tenido un impacto positivo en la comunidad, la cual ha comenzado a reconocer la importancia de la conservación. La presencia de la universidad en la zona ha generado una respuesta favorable, y se están realizando actividades en colaboración con diversas organizaciones, incluyendo el Instituto Meteorológico y la Cruz Roja.
Historia de la Reserva y el Parque Nacional
La Estación Biológica Manuel Koss Rubinstein es el resultado de la donación de los terrenos a la UCR en 2019 por la joven Iona Koss Stupp, como una forma de preservar el legado de su padre, Manuel Koss Rubistein, profesor por casi 30 años de la Escuela de Química y uno de los fundadores de la Escuela de Tecnología de Alimentos.
La Escuela de Biología y la Red de Áreas Protegidas, asumen la administración de la propiedad, que se convierte en una reserva ecológica. Luego de la pandemia por COVID-19 se decide ampliar el área y conectar la reserva con el Parque Nacional del Agua Juan Castro Blanco, mediante la creación de micro corredores entre parches boscosos.
La reserva tiene un área de 62 899,65 metros cuadrados, más de 100 especies de aves, más de 40 especies de anfibios y reptiles y una cantidad importante de mamíferos. Como parte de la fauna se han observado manigordos, dantas, pizotes, zorros pelones y garzas.
Mientras tanto el Parque Nacional del Agua Juan Castro Blanco, se fundó en 1992 como parte de una lucha de la comunidad para proteger las fuentes de agua y la biodiversidad de la región del avance de la minería de azufre en la zona, así lo declaró Fabio Arias, administrador del parque. Tiene una extensión de 14 258 hectáreas y un 93% de cobertura de bosque primario.
Arias destacó la importancia del parque en la protección del recurso hídrico para la región norte de Costa Rica y los esfuerzos en investigación y conservación, incluyendo la reaparición de la rana vibicaria en 2011.
Un efecto inmediato de la existencia del parque y la zona de protección es la conservación del recurso hídrico. Foto cortesía del proyecto: ED-3657
Este parque ofrece la apertura al público por Bajos del Toro, así como la posibilidad de establecer una estación en Venecia para ampliar el alcance de la investigación y conservación y gestión de proyectos.
El administrador enfatizó la necesidad de involucrar a las comunidades en la conservación y gestión, la importancia de encontrar objetivos comunes en la gestión de áreas protegidas y la necesidad de cambiar el enfoque estático de la conservación a una visión más integral.
El parque tiene 3 estaciones de acuerdo a la altura: Estación Quetzal, Estación Volcán Viejo y Manuel de Koss que según Arias es vista como una estación más del parque pero administrada por la UCR.
Alados y nocturnos
Los invernaderos de la Reserva Manuel Koss es parte de los aportes del proyecto al abordaje integral y la relación simbiótica entre ambos terrenos destinados a la conversación. Foto cortesía del proyecto ED-3657
Alexa Morales, bióloga de la UCR, forma parte de la Red de Áreas Protegidas y de la Unidad Especial de Investigación en Áreas Protegidas, tiene una participación importante en el proyecto, donde colaboró en la elaboración del plan de manejo de la reserva. Asimismo, Morales destaca que el trabajo con las comunidades es de vital importancia.
Coyote captado en una cámara trampa instalada en la Reserva. Foto cortesía del proyecto: ED-3657
“Es fundamental que las áreas protegidas de la U no se vean solamente desde un enfoque biológico. La conservación no es solo Biología; también incluye lo social, lo artístico, y lo recreativo. Trabajar de forma interdisciplinaria y con la comunidad es esencial para entender y progresar en la conservación(…) una de las cosas que yo tenía muy claro es que si no trabajaba con la gente no iba a funcionar. Cualquier cosa, cualquier especie que esté en peligro de extinción, ¿generalmente, el problema quiénes somos? Los seres humanos”, finalizó Morales.
Morales resalta el “Taller de murciélagos” como una actividad importante, realizada en colaboración con la Fundación para la Conservación de Murciélagos en Costa Rica, el cual se enfocó en la importancia de los murciélagos en los ecosistemas y en la necesidad de su conservación. A pesar de las dudas iniciales sobre la participación, el taller recibió una excelente respuesta de la comunidad, con una alta asistencia de alrededor de 350 personas. Los participantes aprendieron sobre el rol ecológico de los murciélagos y participaron en actividades prácticas relacionadas con su conservación. El éxito de este taller también contribuyó a aumentar el interés y la participación en el proyecto de reserva ecológica y en otras actividades relacionadas.
Otras actividades que se llevan a cabo como parte del proyecto son: desarrollo de corredores biológicos, instalación de invernaderos y formación de las brigadas de monitoreo biológico y restauración ecológica.
Niños y niñas durante una actividad de monitoreo de macroinvertebrados en uno de los cuerpos de agua del Parque Nacional del Agua Juan Castro Blanco. Foto cortesía de la administración del parque.
Pese a los avances que ha tenido el proyecto y la aceptación en la comunidad, tanto Rojas como Morales coinciden en que enfrenta retos importantes como la sostenibilidad a largo plazo mediante la formación de líderes locales y el fortalecimiento de la identidad dentro de la comunidad, así como la coordinación administrativa y la expansión de la red de invernaderos, para incluir diferentes pisos altitudinales.
Proyecto de acción social de Trabajo Comunal Universitario
TC-765 “Semillero estudiantil para la acción contra el racismo”
Martes 14 de febrero del 2023
El pasado 8 de febrero del 2023 se dio a conocer a través del sitio AmeliaRueda.com la denuncia interpuesta por parte de la mamá y la tía de una niña estudiante de 5 años que estuvo presente con su madre durante el acto cívico de bienvenida a clases realizado el lunes 6 de febrero en la Escuela Manuel Hidalgo Mora de Aserrí. De acuerdo con esta denuncia, una docente, durante este acto público, pidió que “por favor no traigan a sus hijos con rastas ni dreads, aquí no estamos en Limón, es Aserrí, ni mucho menos traigan a sus hijas con el poco de cosas en el pelo”. La madre de la niña explicó, además, que su hija ya había recibido otros tratos discriminatorios por parte de compañeras y el personal encargado no había hecho nada al respecto.
En primer lugar, apelamos a las autoridades del sector educativo a cumplir con el debido y pronto procedimiento de investigación, que vele por la protección de las personas menores de edad y atienda las denuncias que estén relacionadas con posibles discursos y comportamientos racistas en este centro educativo. Asimismo, nos separamos de las expresiones de odio que también se han manifestado en las redes sociales en contra de la docente, ya que no es posible combatir el racismo mediante la expresión de otras formas de discriminación.
Este caso da pie a reflexionar sobre las expresiones y los comportamientos racistas que se presentan de manera cotidiana en escuelas, colegios, universidades y otros espacios públicos y privados del país. Los datos de la Encuesta Actualidades realizada en el 2022, señalan que el 9,2% de las personas entrevistadas, en algún momento de su vida ha deseado interponer una denuncia por discriminación racial y el 81,3% de las personas entrevistadas no conoce de una ruta para denunciar el racismo. Dado que esta encuesta cuenta con una muestra representativa a nivel nacional, se puede afirmar que existen miles de personas que han sufrido discriminación racial, sin embargo, carecen de rutas para que puedan realizar una denuncia de manera efectiva y segura.
También, debemos cuestionar las formas del control del cuerpo que se ejercen desde el poder escolar e institucional, mediante reglas estéticas regidas arbitrariamente que subordinan la expresión e identidad de personas, grupos y pueblos diversos que formamos parte de este país. Por tanto, es injusto para las personas, grupos y pueblos diversos no ejercer libremente su identidad y estar en permanente comparación. Además, debe acatarse la circular DM-0030-07-2020, vigente desde agosto 2020, en la que se ordena la eliminación de los reglamentos internos de cada centro «toda referencia a “cortes de cabello permitidos”, “estilos de cabello permitidos”, “largo de cabello permitido”, o cualquiera otra forma de sintaxis similar, esto en virtud de calificarse como restricciones al ejercicio del libre desarrollo de la personalidad, el derecho de autodeterminación de la imagen, la identidad de género, la integridad y la intimidad de las personas estudiantes; así como, la desaplicación inmediata de las directrices, circulares o cualquier comunicado específico en el tema».
Otro tema por abordar es la superioridad geográfica que podemos identificar desde discursos descalificantes hacia ciertas regiones y de sus manifestaciones culturales. A ninguna persona o colectivo debe imponérsele límites territoriales que condicionen sus derechos humanos.
Debemos pensar antes de realizar comparaciones, ya que estas suelen estar cargadas de prejuicios que perpetúan las jerarquías sociales y raciales existentes, las cuales se han construido desde un sistema racista que lamentablemente sigue vigente. La discriminación racial no es un problema que se genera de manera aislada que se genera de manera aislada entre personas, es expresión de violencias estructurales que se reproducen en las comunidades, las familias, los medios de comunicación, las empresas privadas, en los centros educativos y desde las instancias de poder institucionales.
Instamos al sector educativo, institucional y personas en general, a buscar procesos educativos y de reparación ante estas situaciones, para transformar la matriz racista de nuestros comportamientos y mentalidades, lejos de una acción basada únicamente en el castigo.
Estudiantes durante una recolección de residuos en la playa de Limón. Foto cortesía del proyecto ED-1772.
Se detecta baja participación e interés de las comunidades por involucrarse en las juntas directivas de las ASADAS
Limón es una provincia cuya población es afectada por la contaminación de fuentes acuíferas, dificultando el acceso al agua potable y en algunos de sus cascos humanos, se muestran problemas de una adecuada gestión de los residuos sólidos.
La Universidad de Costa Rica (UCR) por medio del proyecto de acción social Promoción de la Gestión Ambiental en la provincia de Limón (ED-1772), promueve la Educación Ambiental en los campos de la gestión integral de residuos sólidos y la protección del recurso hídrico.
Desde sus inicios del 2012, el proyecto surgió como una iniciativa a lo interno de la Sede del Caribe para implementar una serie de buenas prácticas ambientales. Posteriormente, en el año 2016 el proyecto cambia su orientación y se proyecta hacia el resto de la provincia, así lo confirmó Fernando Bermúdez Kuminev, colaborador del proyecto.
Para Bermudez, la educación ambiental en la provincia es de suma importancia ya que hay un gran analfabetismo ecológico: “el proyecto responde ante esa incapacidad en la que no hemos podido leer nuestro entorno y cómo nos relacionamos con él. Por ejemplo en la playa de la ciudad de Limón se hace limpieza por lo menos una vez por mes, ¿por qué pasa esto? Porque hay mal manejo de los residuos sólidos y desconocimiento del factor movilizador del agua que arrastra todos esos residuos”, argumentó.
Dentro de sus principales actividades, este proyecto contempla la capacitación en educación ambiental y el establecimiento de relaciones con múltiples actores de la zona como asociaciones de desarrollo integral (Río Blanco, Limón 2000), escuelas y colegios, asociaciones administradoras de acueductos y alcantarillados (Río Blanco) y la Asociación Talamanqueña de Ecoturismo y Conservación (ATEC). También ha trabajado con la empresa privada. Para ello, utilizan una metodología dialéctica en la que se llega a las comunidades a escuchar las necesidades, aportes y experiencias, destacó Bermudez.
Para el coordinador del proyecto, Olman Araya Mejías dentro de los principales logros se destaca: tener esquemas de información como talleres, infografías e información para capacitar personas en la Región Caribe en temas de gestión del recurso hídrico y la gestión integral de residuos sólidos, así como publicaciones, que han logrado colocar en el repositorio institucional Kérwá.
Adicionalmente, también destaca la realización en forma bianual desde el año 2018, de un Encuentro de Educación Ambiental a nivel de la Región Huetar Caribe y múltiples capacitaciones con ASADAS y comunidades de la provincia de Limón, con la participación del Instituto Nacional de Acueductos y Alcantarillados (AyA). Para Bermúdez, la inversión en Educación Ambiental ayuda a la comunidad a determinar su modelo de desarrollo.
Alianzas estratégicas
Para Mayra Alejandra Mejía Fernández, gestora socioambiental de acueductos rurales del AyA, el trabajo en conjunto que han venido realizando con la UCR en el marco de este proyecto, es un gran apoyo ya que son apenas once personas para atender, asesorar y acompañar en la gestión del recurso hídrico a 120 ASADAS de la Región Huetar Caribe. En este momento, el trabajo con la UCR se concentra inicialmente en cuatro ASADAS.
Taller de manejo de residuos sólidos. Foto cortesía del proyecto ED-1772.
«La educación ambiental y estrategias de abordaje en la región son de vital importancia por la variedad de grupos étnicos, idiomas y culturas así como por la variedad geográfica en donde hay zonas costeras, urbanas y rurales. Por otro lado, la calidad del agua presenta una alta dureza con presencia de hierro, manganeso, fluoruro, calcio, lo que podría traer consecuencias para la salud y problemas para su distribución por acumulación de calcio en las tuberías de distribución y el costo de las plantas removedoras de estos metales es de alto costo económico» indicó la gestora Mejía. Es por ello que crear conciencia sobre la gestión del recurso hídrico e incluso capacitar a las comunidades en el mantenimiento de la plantas de tratamiento, es indispensable.
Finalmente, Mejía destacó el componente social del proyecto universitario, ya que se ha detectado una baja participación e interés de las comunidades por involucrarse en las juntas directivas de las ASADAS, las cuales están en su mayoría conformadas por hombres adultos y donde la participación de la mujer y de personas jóvenes es escasa. “Es por eso que tenemos la responsabilidad de informar, motivar a la población a ser parte de la solución, cuidar su recurso hídrico y sus recursos naturales, desde pequeñas labores diarias” concluyó.
Esteban Umaña Picado Comunicación Vicerrectoría de Acción Social UCR
Rocío González (izq.) y Dunia Méndez forman parte del proyecto de Acción Social de la Sede de Guanacaste, dirigido a mejorar la gestión de las MIPYMES. Foto cortesía Ana María Quirós.
La UCR trabaja en conjunto con actores fundamentales de la provincia para mejorar las condiciones socioeconómicas de las comunidades
Desde la incorporación a Costa Rica del partido de Nicoya ocurrida el 25 de julio de 1824, la identidad cultural costarricense no podría definirse sin los aportes culturales, económicos y naturales de esta provincia, sin embargo es una de las provincias con mayor desigualdad, alto desempleo y pobreza.
Según los datos del Banco Central, Guanacaste es la segunda provincia con menor desarrollo empresarial (9.343 empresas) en el 2017. Considerando la importancia de las PYMES y su potencial vinculación con la principal actividad económica de la región (el turismo), la Universidad de Costa Rica (UCR) desarrolla en la región Chorotega varios proyectos de acción social, entre los que destaca el ED-3245Servicios de capacitación y asesoría para micro y pequeñas empresas procesadoras de alimentos (PYMES) en la provincia de Guanacaste.
Su principal objetivo es fortalecer las capacidades técnicas de PYMES aplicables al procesamiento, control de calidad e innovación de productos alimenticios, para el desarrollo del sector agroindustrial en la región Chorotega. Muchos de estos productos son elaborados con cultivos de la zona.
Con las capacitaciones sobre manipulación e inocuidad de los alimentos,estandarización de procesos, etiquetado y registro, se espera que las PYMES mejoren la calidad y cumplan con los requisitos necesarios para obtener los permisos del Ministerio de Salud que les permitan operar en diversos mercados, y de esta forma se amplíen sus oportunidades económicas, ya que estos productos en su gran mayoría se realizan de forma artesanal.
La carrera de Ingeniería de Alimentos, de la Sede de Guanacaste, ha organizado varios talleres y charlas para las y los participantes del proyecto. Foto cortesía Ana María Quirós.
Según la Licda. Ana María Quirós Blanco, coordinadora del proyecto, desde el 2015 han trabajado en los 11 cantones de la provincia de Guanacaste, no solo contribuyendo al desarrollo de la ingeniería de alimentos y agro industrial, sino también en el rescate de algunos aspectos de la cultura culinaria de la provincia.
Gracias a que en la Sede de Guanacaste de la UCR se imparte la carrera la Ingeniería de Alimentos, se logró que participaran en este proyecto ocho de los 10 docentes de esa carrera, así como estudiantes que por medio del Trabajo Comunal Universitario TC-721 Apoyo a MYPIMES de la provincia de Guanacaste, participan activamente para brindar las capacitaciones.
Rocío González, una de las participantes del proyecto cuyo emprendimiento es la carnicería Jomar, que se ubica en Abangares, recibió asesoría técnica y recomendaciones para cumplir con los requerimientos que solicita el Servicio Nacional de Salud Animal (SENASA), así como mejoras en la creación de procesos e inocuidad de los alimentos.
“Elaboramos desde cero los productos, traemos la carne del matadero, hacemos los cortes y elaboramos embutidos, chuletas ahumadas, chorizo chino, tocineta ahumada, pastrana y salchichón jamonado. Nuestro proceso es totalmente natural y lo hacemos de forma artesanal”, concluyó González.
Este proyecto tiene como objetivo el impulso de las MIPYMES en Guanacaste, con el fin de mejorar la calidad de vida en las comunidades locales. Foto cortesía Ana María Quirós.
Por su parte, Dunia Méndez, quien es dueña de un emprendimiento de productos en Hojancha llamado Lácteos DValle, resaltó la formación integral que ha recibido en las capacitaciones y que responde a necesidades concretas adaptadas a la realidad de los productores.
“La capacitación que obtuve fue en cómo realizar la pasteurización de forma correcta, lo cual es muy importante cuando hablamos de productos lácteos, y las temperaturas adecuadas de los cultivos en el caso del yogurt, ya que mi formación en ese campo era muy básica”, indicó Méndez.
Ambas productoras se caracterizan por desarrollar sus productos desde las etapas más básicas de la materia prima, pasando por el envasado o empaquetado, hasta lograr la distribución en el mercado local.
Uno de los principales aportes de Guanacaste al país es su gastronomía y producción agropecuaria. En ese sentido, Ana María Quirós destacó la importancia de la industria agroalimentaria en la provincia, dada la cantidad de PYMES que se dedican a esta actividad y el servicio que le brindan al turismo, que representa la primera actividad económica de Guanacaste.
Así, este proyecto de la UCR contribuye a la economía, la innovación y al rescate de la cultura alimentaria de la región Chorotega.
Esteban Umaña Picado Periodista de la Vicerrectoría de Acción Social, UCR
La Rectoría le solicitó al señor canciller de la República de Costa Rica que interponga sus buenos oficios ante el Gobierno de Nicaragua para conocer las razones para negar el ingreso al profesor Sandoval y saber sin están relacionadas con su labor docente. (Foto: Archivo ODI, UCR).
El Consejo Universitario protestó de manera enérgica y manifestó su preocupación ante la Embajada de la República de Nicaragua en Costa Rica por la situación que afrontó el catedrático Carlos Sandoval García en su intento de ingresar a ese país, como parte de las actividades de investigación que desarrolla en la Universidad de Costa Rica (UCR).
El 31 de marzo, el Dr. Sandoval viajó a Nicaragua para realizar una serie de grupos focales; sin embargo, al ingresar a la oficina de Migración, en Peñas Blancas, una oficial le hizo ver que él era “analista y escritor” y le solicitó los nombres de las personas que visitaría, a lo cual el investigador se negó, pues consideró que podría poner en riesgo a quienes habían ofrecido recibirlo. Tiempo después, sin que mediara una justificación razonada por escrito, la oficial le informó que no podía ingresar.
Ante esta situación, el Órgano Colegiado recordó que la autonomía universitaria en América Latina garantiza el cumplimiento del propósito fundamental de la Universidad, el cual es generar conocimiento libre, crítico y reflexivo, sin limitaciones ni condicionamientos externos, y formar personas con capacidad de transformar e incidir positivamente en la sociedad por medio de la docencia, la investigación y la acción social o la extensión.
El proyecto del profesor Sandoval se denomina Exclusión social y procesos electorales en Honduras, Nicaragua y Costa Rica (2021-2022), está inscrito en el Centro de Investigación en Comunicación de la UCR y tiene como objetivo contrastar las narrativas de los partidos políticos y sus candidaturas las publicaciones en redes sociales así como la versión de quienes viven en condiciones de exclusión.
En Costa Rica casi un millón de personas obtienen su sustento mediante la economía informal, y gran parte en condiciones de precariedad, sin derecho a la seguridad social o la cotización a un régimen de jubilación. Ilustración Raquel Mora Vega.
Día Internacional del Trabajo
Cada 1 de mayo millones de personas trabajadoras marchan por sus derechos
Aunque desde 1889 en el mundo se conmemora el Día Internacional del Trabajo, millones de personas aún no tienen las garantías mínimas que garanticen un ámbito laboral seguro y con un salario digno. Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en su Informe Mundial sobre la Protección Social 2020-2022, solo el 30 % está totalmente cubierto por sistemas de seguridad social en todas sus aspectos.
A pesar de que existen múltiples causas, una de las principales son las condiciones económicas en los países denominados “emergentes” y “en desarrollo”, en los que predomina el trabajo informal y las contrataciones bajo acuerdos entre patronos y personas trabajadoras donde se excluyen sus derechos fundamentales. Otros datos de la OIT calculan que la informalidad en esos países llega al 96% y que a nivel global el 61% de las personas obtienen sus ingresos por trabajos informales. Al desagregar los datos, las zonas rurales son las que muestran mayores porcentajes de informalidad, y es la agricultura la actividad en la que se ubican la mayor cantidad de personas en dichas condiciones.
En Costa Rica la crisis sanitaria provocada por la COVID-19, incidió en un aumento de la informalidad. La última Encuesta Continua de Empleo publicada en enero 2022 mencionó que el 45 % de las personas se dedican a labores informales, en total unas 966 000, registrando un aumento atribuido a la pandemia sanitaria que redujo sensiblemente los ingresos de las familias costarricenses.
Con respecto a este tema, en Costa Rica las personas más afectadas por la informalidad están vinculadas a las actividades agrícolas y al sector cultural. Para colaborar en el empoderamiento de estas personas e incidir en las políticas públicas, dos proyectos de Trabajo Comunal, ejecutados mediante la Vicerrectoría de Acción Social (VAS), enfocan sus esfuerzos en esa línea.
El primero es el referido al “Cumplimiento de los derechos laborales en las plantaciones y afines. Alcances de la reforma procesal laboral frente a las necesidades del colectivo laboral” (TC-681); y el otro es sobre “Cumplimiento de los derechos laborales en el sector artístico y cultural y sus condiciones socio-económicas” (TC-754), ambos de la Facultad de Derecho de la Universidad de Costa Rica. En ambos casos, se realizan actividades de acompañamiento y asesoría a personas trabajadoras en instituciones públicas.
Creatividad en tono de precariedad
En el sector cultural costarricense hay una serie de problemáticas generalizadas, en parte porque el gremio es muy amplio y diverso, y en otra porque no existe una normativa que garantice que en el desempeño de su labor cuenten con todos sus derechos, afirmó la Lic. Karen Carvajal Loaiza, coordinadora del proyecto “Cumplimiento de los derechos laborales en el sector artístico y cultural y sus condiciones socio-económicas”.
Si algo caracteriza a las personas que trabajan por la cultura costarricense son las condiciones de precariedad, en las que predomina la informalidad, el subempleo, la subcontratación y la carencia de cosas que la mayoría asume como un derecho, como tener el seguro social o la posibilidad a una pensión al final de la vida laboral.
El TC-754 está en ejecución desde agosto de 2021, a raíz de la preocupación que la docente Carvajal conoció de un informe del Ministerio de Cultura y Juventud (MCJ) sobre las graves afectaciones de la cultura producto de las restricciones sanitarias de la COVID-19. Por ejemplo, entre las personas profesionales de la música del sector estatal hay una problemática de larga data con respecto al tipo de jornada, ya que se les impone una prohibición de tener nombramientos parciales en distintas compañías, pues a criterio del MCJ se consideran distintas instituciones, aunque ambas están adscritas a ese ministerio; es decir, es el mismo patrono. Por el anterior motivo, se han dado despidos sin responsabilidad patronal aduciendo una prohibición sin fundamento, afirma la profesora Carvajal.
Adicionalmente, afirmó la coordinadora del TC-754, no existe uniformidad en el tipo de pago, las jornadas que implican las contrataciones y tampoco hay controles de cumplimiento de los derechos mínimos; pese a que en muchas de ellas está involucrado el Estado. Asimismo, falta reconocimiento del artista como un profesional, y a lo interno del propio MCJ se sigue discutiendo un manual de puestos para la carrera artística.
En cuanto a lo privado, aunque no existe un diagnóstico de la situación laboral del sector artístico, se podría afirmar a priori que el principal problema es el aseguramiento dada la inestabilidad del gremio, tanto así que muchas personas conjugan sus labores como artistas con otras labores distintas a su profesión, y en el caso de los subcontratistas no se sabe si cumplen o no con la normativa laboral costarricense.
Adicionalmente al trabajo realizado entre el sector gubernamental, se participó en el Simposio sobre la Condición Laboral de las Mujeres de las Artes Escénicas, realizado en enero pasado por el Colectivo de Mujeres en Escena. En el futuro, el TC-754 se abocará a organizar varias mesas de trabajo. Una de ella con entes estatales como el Ministerio de Trabajo, la Caja Costarricense del Seguro Social, el MCJ, y organizaciones gremiales para analizar las posibilidades de brindar el aseguramiento necesario. Y otros encuentros en los que se analizará cada uno de los problemas detectados durante este proyecto.
Carvajal concluyó que evidentemente existe una “ausencia de espacios de diálogo ante el Estado, esto limita la incorporación de los derechos de este sector en las políticas públicas. Esto genera que el Estado tampoco preste atención a las problemáticas, porque lamentablemente, en el derecho y a nivel del Estado no suceden cosas o no va a resolver ningún problema si no hay una demanda de los colectivos de esas necesidades”.
Las personas migrantes contratadas de manera irregular en el país carecen de garantías sociales, derecho a un seguro de salud y riesgos del trabajo y viven bajo amenazas de deportación por parte de algunos patronos, especialmente en regiones agrícolas. Foto Semanario Universidad.
La semilla de inequidad
El proyecto de Acción Social sobre el “Cumplimiento de los derechos laborales en las plantaciones y afines. Alcances de la reforma procesal laboral frente a las necesidades del colectivo laboral” (TC-681) es otra iniciativa de la Facultad de Derecho de la UCR.
El TC-681 reúne el esfuerzo de estudiantes de diversas carreras, bajo la coordinación del Dr. Mauricio Castro Méndez, y tiene el objetivo de facilitar procesos de formación colectiva acerca de los derechos de las personas trabajadoras y al ejercicio de la ciudadanía social por medio del fortalecimiento de las capacidades de sus organizaciones.
El proyecto parte de la premisa que las organizaciones del sector agrícola tienen un rol relevante en la determinación de sus propias condiciones de trabajo y de vida en general, así como en el cumplimiento efectivo de sus derechos laborales. En la actualidad, el trabajo se enfoca en las zonas Caribe y Norte, acompañando a sindicatos de las plantaciones de banano y piña; y hace poco incursionaron en la región Chorotega, para brindar apoyo a personas trabajadoras de la caña de azúcar, en el Ingenio Taboga.
Este proyecto inició en el año 2017 con un objetivo muy concreto, ya que ese año entró en vigencia la reforma procesal laboral, que planteó nuevas normas. Además, que en Costa Rica en el sector privado existe una cultura antisindical muy virulenta hacia las personas que son parte de los sindicatos, como para quienes se afilian, explicó.
En los diagnósticos aplicados se han detectado una serie de problemas. Entre ellos, es que en materia de salud ocupacional se incumple la normativa; por ejemplo, no se aplica reglamento para prevenir el estrés térmico durante la jornada agrícola; o el existente sobre la aplicación de agroquímicos, para el que existe estrictos protocolos técnicos, “pero una cosa es eso y otros el biomonitoreo relacionado con la aplicación rutinaria en las aplicaciones”. En ambos casos, explicó el docente, se está desarrollando una estrategia para subsanar estos vacíos en las prácticas agrícolas.
En el tema de jornadas y salarios la principal irregularidad es que las empresas propietarias de las plantaciones “acuerdan” con las personas pago por hectáreas o cajas de productos; “pero la legislación indica que si ese pago resulta inferior al mínimo por la jornada regular se debe ajustar. Pero en muchas empresas que pagan a destajo no están haciendo el cálculo de lo que el trabajador debería recibir. Por eso, junto con el Ministerio de Trabajo se está diseñando una aplicación para calcular cuánto debería recibir por lo realizado”, dijo Castro.
Finalmente, otra situación sumamente grave, es la discriminación y abusos con motivo de la condición migratoria de la persona, sobre todo en la zona norte. “Un primer tipo de problema es que hay empresas que prefieren traer trabajadores en condición irregular porque son más vulnerables y no cuentan con la seguridad social, y hasta utilizan la amenaza de deportación cuando los trabajadores exigen sus derechos. Lo segundo es que en esa zona predomina un sistema de subcontratistas que brindan servicios a la empresa principal, y de esta manera esquivan sus responsabilidades legales. Aunque esto es un secreto a voces, en el resto del país existe un desinterés total sobre el asunto, y no fue hasta que las poblaciones migrantes fueron un foco de contagios por la COVID-19 que se les volvió a ver, pero al costarricense en general no le interesa la población migrante y sus derechos”, concluyó Castro.
Este equipo de la UCR trata de “identificar las problemáticas, buscar respuestas, generar documentos, manuales, guías o videos para facilitarle a las personas trabajadoras sobre las mismas”, explicó el docente Castro. Otros de los productos generados son el diseño de propuestas, capacitaciones o estrategias de incidencia; a veces por una organización o una plataforma conjunta; y en otros casos se trata de aportar información como entrarle a los procesos que se están viviendo en casos particulares, detalló.
Una conmemoración sellada con sangre
A finales del siglo XIX las jornadas laborales eran de 16 horas diarias; y las fábricas operaban en condiciones insalubres y alto riesgo para la vida de las personas. Para ese periodo, los Estados Unidos se habían convertido en un importante centro del desarrollo impulsado por la Revolución Industrial.
El 1ode mayo de 1886 inició una huelga en la ciudad de Chicago que terminó tres días después, y se exigió el cumplimiento de la jornada laboral de ocho horas. Tras las revueltas se desconoce a ciencia cierta el número de fallecidos y heridos; pero quienes pasaron a la historia fueron ocho dirigentes que luego se conocerían como los “mártires de Chicago”. Posteriormente, el Congreso Internacional de Trabajadores, realizado en París en 1889, declaró el 1ode mayo como el Día del Trabajo y desde entonces cada año las personas trabajadoras marchan por las ciudades del mundo en pro de sus derechos laborales, garantías sociales para sus naciones y en protesta contra los proyectos de Estado que atentan contra las mismas.
En Costa Rica, la primera marcha ocurrió el 1ode mayo de 1913, por iniciativa de educadores ilustres como María Isabel Carvajal -Carmen Lyra-, Omar Dengo y Joaquín García Monge. Con el surgimiento del Partido Comunista en 1931, de la mano de Carvajal y Manuel Mora, entre otros intelectuales, la fecha tomó fuerza, hasta la proscripción de esa agrupación política y el encarcelamiento, destierro y asesinato de sus líderes tras la conclusión de la confrontación bélica de 1948, de la que se declaró ganador José Figueres Ferrer.
Eduardo Muñoz Sequeira, Periodista, Vicerrectoría de Acción Social, UCR
En el curso “Bioalfabetización Virtual” organizado por PiOsa-UCR participaron 30 personas de los grupos comunitarios del Área de Conservación Osa
El curso se desarrolló de manera virtual del 03 de agosto al 23 de septiembre del 2021 y contó con la participación de 30 estudiantes y 12 facilitadores. Fotografía con fines ilustrativos. Foto: Anel Kenjekeeva, UCR.
Los grupos comunitarios de COVIRENAS y Guardaparques Comunitarios del Área de Conservación Osa, se capacitaron en herramientas de ciencia ciudadana mediante el curso “Bioalfabetización Virtual” que les permitirá realizar monitoreo biológico participativo en sus actividades de apoyo a la conservación de los recursos naturales y hacer su aporte a la ciencia.
Esta capacitación se desarrolló, del 03 de agosto al 23 de septiembre del 2021, en el marco del proyecto: ED-3590 “Iniciativas de conservación comunales en la Península de Osa y el Corredor Biológico Amistosa, con enfoque ambiental”, del Programa Institucional Osa-Golfo Dulce-(PiOsa) de la Universidad de Costa Rica (UCR).
El curso inició con un conversatorio introductorio a la conservación de la vida silvestre con oportunidades de las comunidades locales y ciencia ciudadana, adonde se trataron temas como: especies en peligro de extinción, especies endémicas, conservación de base comunitaria, ciencia ciudadana, manejo de áreas protegidas y corredores biológicos.
Estas se enfocaron en conocimiento general de grupos taxonómicos, incluidos anfibios y reptiles, mamíferos terrestres, voladores (murciélagos) y marinos (cetáceos); aves, hongos e insectos; y capacitación en el uso de aplicaciones para el levantamiento de datos bajo el enfoque de ciencia ciudadana como iNaturalist.
Para cada uno de estos grupos taxonómicos se trataron problemáticas, amenazas, oportunidades de conservación, importancia turística e importancia como servicios ecosistémicos. Así como la aplicación de conocimientos al contexto local de investigación y conservación (Área de Conservación OSA) que aporta a la gestión y manejo de los Corredores Biológicos y la importancia de realizar ciencia ciudadana.
Comunidades organizadas por la conservación
Las personas que participaron en el curso brindan su apoyo a las áreas silvestres protegidas del Área de Conservación Osa: el Parque Nacional Marino Ballena, el Humedal Nacional Térraba Sierpe, la Reserva Forestal Golfo Dulce, el Parque Nacional Corcovado y el Parque Nacional Piedras Blancas.
Se contó con la participación de 18 mujeres y 13 hombres, vecinos de las comunidades de Puerto Jiménez, Palmar Sur, Bahía Drake, Guadalupe, Rancho Quemado, Golfito, Bahía Ballena, Playa Blanca, Piedras Blancas, Pérez Zeledón, Puerto Cortés, Guaycará, Matapalo y Palo Seco.
Zobeida Mendoza Rojas, vecina de los planes de Bahia Drake, quien es guía turística local y presidenta de la Asada de esta comunidad, reconoció el gran valor de esta capacitación que le brinda nuevos conocimientos para transmitir en su comunidad y a los turistas que los visitan.
La responsable del proyecto, Hellen Solís destacó que; a pesar de las dificultades tecnológicas, las personas participantes mostraron un compromiso al conectarse a las lecciones a pesar de la poca cobertura, las cargas laborales y personales, y el clima que muchas veces interrumpió su conexión. A pesar de estas dificultades el proceso de enseñanza no se detuvo y se dedicaron 36 horas a compartir conocimiento y experiencias.
“Durante pandemia, estas situaciones nos mostraron que las personas de las comunidades rurales tienen un alto interés en participar y aprovechar espacios de aprendizaje, incluso desde la virtualidad. Esto es una gran oportunidad, pero también un reto para que haya condiciones de conectividad suficientes que garanticen la participación para todas las personas”, agregó Solís.
Los estudiantes, después de recibir la capacitación teórica, se fueron a colectar hongos y presentaron sus hallazgos de forma virtual en la clase, donde los facilitadores les dieron retroalimentación y explicación sobre las especies colectadas.
Los estudiantes utilizaron la plataforma iNaturalist para subir fotografías de los insectos encontrados. Cabe mencionar que todas las actividades realizadas las hacían en sus casas, en su lugar de trabajo o en los momentos que realizaron las acciones de protección en las áreas protegidas. Imagen tomada de: https://www.inaturalist.org/
Capacitación en comunidades rurales
El curso fue organizado por la investigadora Hellen Solís Hernández y Cristina Brenes, asistente del Programa PiOsa, en colaboración con Diego Gómez Hoyos del Proyecto de Conservación de Aguas y Tierras- ProCAT, con apoyo de Sharon Alfaro del Área de Conservación Osa (ACOSA) y Rebeca Quirós del Comité de Vigilancia de Recursos Naturales Península de Osa.
“El objetivo fue generar un proceso de aprendizaje y sensibilización a través de la bioalfabetización para capacitar a los grupos comunitarios organizados en el Área de Conservación Osa, los cuales, ofrecen un importante aporte en los corredores biológicos Amistosa, Osa y Paso de la Danta”, señaló Solís.
Las personas de las comunidades tuvieron la oportunidad de compartir con expertos en las diferentes temáticas que de forma ad honorem compartieron sus conocimientos cuatro horas cada semana. Gracias a este curso los y las participantes se encuentran más capacitadas para realizar monitoreo biológico participativo en sus actividades de apoyo a la conservación de los recursos naturales.
Una de las participantes, Jahaira Ramírez Cambronero, vecina de Puerto Cortés, Osa pertenece a organizaciones locales que monitorean de aves y tortugas y es emprendedora turística. Para ella el curso de bioalfabetización le permitió adquirir nuevos conocimientos, apreciar aún más la naturaleza que le rodea y transmitir eso a otras personas.
Al finalizar, los estudiantes quedaron agradecidos con el trabajo realizado, a través de la evaluación del curso, expresaron su agradecimiento. Estos fueron algunos de sus comentarios, “Sería dar las gracias una vez más, me parecieron muy éticos y profesionales, todos nuestros profesores fueron muy respetuosos y comprensivos”. “Excelente muy bueno esos cursos muy bonitos sigan con esa energía”. “Si necesitamos más cursos como estos en las comunidades rurales, y muchas gracias a todos los que colaboraron para instruirnos”.
Finalmente, el faclitador Diego Gómez señaló que: “Este curso fue imprescindible para conocer las oportunidades de generar espacios de capacitación y aprendizaje en comunidades rurales. De manera que esta experiencia será fundamental para replicarla en otras áreas estratégicas para la conservación en el país. Poreso, el Programa PiOsa y la organización ProCAT buscarán la forma de seguir adelante con esta experiencia inspiradora.”
Los expertos con los que contó el curso fueron:
La M.Sc Michelle Monge Velásquez del Instituto de Conservación y Manejo de Vida Silvestre de la Universidad Nacional y iNaturalistCR, en la capacitación del uso de la aplicación iNaturalist; el M.Sc Diego Gómez Hoyos y la M.Sc. Rocío Seisdedos del Proyecto de Conservación de Aguas y Tierras-ProCAT en el tema de anfibios y reptiles; la Sra. Eida Fletes Almengor guía local, parataxónoma y vecina de la comunidad de Puerto Escondido en la Península de Osa y el estudiante de biología de la Universidad de Costa Rica Luis Francisco Ledezma de Funga Conservation en el tema de hongos; el Bach. Jim Córdoba de BioSur Foundation en el tema de insectos; la Bach. Raquel Bone estudiante de la maestría en biología de la Universidad de Costa Rica y la Bach. Lizeth Corella, investigadora del Programa Gente y Fauna en el tema de mamíferos terrestres; el Bach. Alejandro Quesada, estudiante de biología de la Universidad de Costa Rica y la M.Sc. Pilar Bernal de Osa Birds en el tema de aves; el Ph. D. Lenín Corrales Correa del Centro de Investigación de Cetáceos de Costa Rica y del Laboratorio de Ecología de Mamíferos Marinos Tropicales, en el tema de cetáceos; y, la Ph. D. Gloriana Chaverri Echandi académica de la Sede del Sur de la Universidad de Costa Rica, en el tema de murciélagos.
Katzy O`neal Coto Periodista, Oficina de Divulgación e Información
Vinculación comunitaria demuestra liderazgo estudiantil con sello UCR
Las Iniciativas Estudiantiles logran un acercamiento a comunidades y organizaciones con propuestas que promueven el diálogo entre la UCR y la sociedad, para construir proyectos que inciden en la calidad de vida de las personas. La imagen corresponde al proyecto IE-127 “Con Toda la Pata”. Foto archivo VAS, UCR
Con ganas renovadas un grupo de 64 estudiantes de la Universidad de Costa Rica (UCR) iniciarán en marzo con 25 proyectos de Iniciativas Estudiantiles que llegarán a comunidades de todo el país, provenientes de las sedes universitarias Rodrigo Facio, Occidente, Guanacaste, Atlántico y el Sur. Bajo esta modalidad, la Vicerrectoría de Acción Social (VAS) llegará a comunidades de Talamanca, Golfito, San Ramón, Cartago, Guanacaste y San José.
Según el Ing. Minor Cordero Jiménez, coordinador de Vinculación Estudiantil y Comunitaria, la pandemia sanitaria decretada en el año 2020 implicó “la suspensión de una parte de los proyectos a ejecutarse durante ese año lectivo, esos se retomarán en este periodo lectivo. Para el 2021 se continuará con la modalidad virtual en todos los proyectos que iniciarán en marzo próximo”, explicó.
Las Iniciativas Estudiantiles son proyectos inscritos en la Vicerrectoría de Acción Social (VAS) gestionados por estudiantes de bachillerato o licenciatura, quienes aplican metodologías alternativas, participativas e incluyentes de los intereses y necesidades de las comunidades y sus grupos.
La idea de estos proyectos es contribuir al mejoramiento de la calidad de la vida de las comunidades y estimular el desarrollo de sus capacidades. Para este fin, se cuenta con el apoyo de la Vicerrectoría de Acción Social en la formulación, la gestión, la realización de actividades, el manejo de los recursos y la divulgación de los alcances de los proyectos
Al igual que en años anteriores, los aprobados por la unidad de Vinculación Estudiantil y Comunitaria contemplan la variedad de temáticas de la VAS, como son el fortalecimiento educativo, socioambientales, arte y cultura, organización comunitaria, salud, derechos humanos y socioproductividad.
Para que una Iniciativa Estudiantil sea aprobada se debe superar un proceso de selección, que lo realiza una comisión conformada por estudiantes, docentes y asesores y asesoras de la VAS. Entre los criterios están la pertinencia de los proyectos e impacto social, los elementos técnicos requeridos para la ejecución y los ejes transversales de la propuesta.
Durante el proceso de ejecución, las personas proponentes de las Iniciativas Estudiantiles tendrán el respaldo de la VAS para la puesta en marcha, acompañamiento para su exitosa gestión y apoyo logístico, como compra de materiales, alimentación si es requerida, desplazamientos geográficos, equipo, entre otros, explicó el Ing. Cordero.
Impulso renovado
Entre los proyectos que iniciarán está el denominado “Campaña de cuentos virtuales: previniendo juntos la violencia infantil” (IE-159), de las estudiantes María José Solano Soto, Ximena Matamoros Sandí y Andrea Castro Ortega, de la carrera de Antropología. Ellas llevarán su iniciativa hasta la Escuela La Pradera, ubicada en la Guácima de Alajuela.
Por su parte, Camila Garro Hernández y Raquel Rodríguez Rojas, de las carreras de Comunicación y Artes Plásticas, crearán una estrategia para el impulso de “Museos Virtuales Accesibles” (IE-165), que consiste en facilitar sesiones virtuales para vincular a personas con baja visión o ciegas a exposiciones museísticas en el Museo de Insectos de la UCR.
De la misma manera, Wilberth Arroyo Chacón y Adriana García Monge, de la carrera de Artes Dramáticas, ejecutarán el proyecto “Benjamín y la huerta de los secretos. ¡Una serie documental de sostenibilidad, plantas y comunidad!” (IE-162), quienes mediante recursos virtuales se vincularán con el grupo de Teatro Infantil Semillas, del Centro Cultural de Ipis, en Goicoechea.
En la Sede Sur, el equipo estudiantil integrado por Valeria Zúñiga Ángulo, Andrés Monge Naranjo y Cristel González Méndez, gestionarán el proyecto “Potenciador digital de emprendimiento en la zona de Golfito-PODER” (IE-156). En la zona de Talamanca, Luis Ledezma Vazquez será el responsable de otro titulado “Recuperación de cultivos en la zona de Talamanca” (IE-134).
Ventana a la realidad
Para las estudiantes Aneth Rojas Castro y Giuliana Cappela Flores, de la carrera de Ortoprótesis y Ortopedia, quienes en el año 2019 coordinaron el proyecto “Con Toda la Pata. Comunidad de personas amputadas que se reúnen en San José” (IE-127) afirmaron que “las Iniciativas Estudiantiles fue la parte más real de toda la universidad”.
“Fueron espacios de inmenso aprendizaje para nosotras ya que, aunque nuestra carrera sea en gran parte dirigida a la atención de personas amputadas, no habíamos tenido tanta cercanía con personas con la condición. Las oportunidades que nos dio este proyecto para crecer personalmente han sido valiosas, desde planear y ejecutar los eventos hasta las amistades que hemos hecho con las personas participantes”.
Luego de concluir su proyecto, Cappela recomienda que el estudiantado debería proponer sus Iniciativas Estudiantiles, porque para ella en lo personal “cada día, más allá de aprender a organizar, cada minuto que pasaba yo sentía que era un semestre de clase, todo fue muy increíble. Pero más allá, la parte más humanística que aprendí en la universidad fue en el proyecto Con Toda la Pata”.
Cómo inscribir un proyecto
Cada año, durante el segundo semestre, se abre la convocatoria para la inscripción, generalmente por espacio de dos semanas. Las fechas varían de un año a otro. La inscripción incluye llenar una boleta para la propuesta, asistir a un taller para el diseño de la misma, exposición oral ante la comisión evaluadora y la presentación escrita de la iniciativa.