Skip to main content

Etiqueta: adultos mayores

UCR: La Feria navideña del Programa Institucional para la Persona Adulta y Adulta Mayor (PIAM) llega a su 15 aniversario

Un escenario para resignificar los conocimientos adquiridos en los cursos

Los pasillos de la Facultad de Educación acogieron la edición número 15 de la Feria Navideña del Programa Institucional para la Persona Adulta y Adulta Mayor (PIAM) el pasado 28 de noviembre. Las y los estudiantes de diferentes cursos que imparte este programa, expusieron sus productos al público, ofrecieron talleres y compartieron mucho de lo aprendido durante este 2024.

La Feria Navideña abarca más que la exposición de productos diseñados por las personas adultas mayores que conforman los cursos del PIAM. Es una muestra de una construcción reflexiva que se edifica a partir de las experiencias y aprendizajes de los y las estudiantes, así como del aporte de quienes apoyan cada uno de los cursos que se imparten, con el fin de fortalecer la educación como fuerza transformadora de la sociedad.

El PIAM ofrece los cursos en las aulas del campus universitario. Estos se organizan en ocho módulos, según su orientación temática:

  • Tecnologías de la información y la comunicación
  • Nuevos idiomas
  • Artesanías y manualidades
  • Movimiento humano
  • Estilos de vida saludables
  • Arte y cultura
  • Conocimientos generales
  • Grupos artísticos

La Universidad de Costa Rica, a través de la Vicerrectoría de Acción Social y, más específicamente, el PIAM, fomenta espacios de educación no formal desde 1986 para personas adultas y adultas mayores.  El PIAM ha evolucionado con el paso de los años, madurando lo que significa e implica el aprendizaje a lo largo de la vida y reivindicando la defensa de los derechos de las personas mayores mediante espacios solidarios, constructivos y pujantes.

 

María Encarnación Peña Bonilla
Periodista Oficina de Comunicación Institucional, UCR

Tecnología mejora habilidades cognitivas en adultos mayores

 

  • Sensaciones socioemocionales relacionadas con la satisfacción con la vida, apoyo social, autoeficacia y salud, mejoraron.

  • Intervención incluyó a dos grupos, de 10 y 11 personas, del cantón de Nicoya, en medio de la pandemia.

UNA Comunica. 13 de setiembre de 2024. Para doña Felipina Fajardo tomar fotos y enviárselas a sus contactos, a través del teléfono celular que le regalaron sus tres hijos, era una tarea imposible. Ahora no solo hace eso, también realiza videollamadas y hasta se puso en contacto con una farmacia cercana para solicitar, por medio de su sitio web, el envío exprés de una medicina que requería para atender una dolencia en su columna.

Doña Felipina tiene 75 años y desde que nació ha vivido en Nicoya. Aceptó ser parte de un proyecto del Programa de Investigaciones en Psicología (PIP) de la Escuela de Psicología de la Universidad Nacional (UNA), llamado Promoción de procesos de envejecimiento saludable en población mayor residente en Nicoya, Guanacaste, mediante intervenciones con tecnologías de la información y la comunicación.

Mediante dos grupos (uno de 10 y el otro de 11 personas), los investigadores a cargo del proyecto, liderado por la académica María Dolores Castro, se propusieron determinar si el uso de la tecnología podía mejorar las habilidades cognitivas y de bienestar subjetivo entre la población adulta mayor.

Asimismo, identificar si a través de esta intervención era posible hacer un manejo eficaz del estrés y la ansiedad y de cómo se sentían ellas y ellos con la inclusión en el uso de la tecnología.

Para todos estos casos el resultado fue positivo. Por un lado, una de las conclusiones fue que esta población sí está dispuesta a aprender sobre tecnología, que sus capacidades y habilidades cognitivas mejoraron, así como sus sensaciones socioemocionales, relacionadas con la satisfacción con la vida, el apoyo social, la autoeficacia y la salud.

Para llegar a estas conclusiones, el grupo de investigación aplicó una prueba antes de que iniciaran las sesiones de capacitación y otro al finalizar, transcurridas las 10 semanas entre reuniones virtuales y presenciales, las cuales se llevaron a cabo en la biblioteca pública de Nicoya.

“Cuando nos referimos a capacidades cognitivas estamos hablando de la memoria, la atención, el control ejecutivo. El bienestar subjetivo es el grado de satisfacción que puedan tener las personas con sus vivencias. Y en esto hay mucha evidencia que dice que cuando las personas mayores aprenden a usar la tecnología aumenta un estado que se llama la autoeficacia, que es creer de que soy capaz de lograr las metas que me propongo”, manifestó Castro.

Junto con ella, el equipo estuvo integrado por Mauricio Blanco, académico de la Escuela de Psicología y por Mayela Coto, académica de la Escuela de Informática. También se contó con el apoyo de estudiantes asistentes tanto en la ejecución de los talleres como del seguimiento con los dos grupos.

Tareas

La necesidad de emprender este proyecto en una zona rural del país nació tras la pandemia. Castro manifestó que desde el 2008 viene trabajando temas de envejecimiento en la Escuela y desde ese momento se planteó la inquietud de cómo investigar las formas en que las personas, en su etapa de adulto mayor, pudieran vivir de manera saludable y con una mejor calidad de vida.

En el 2015, la Organización Mundial de la Salud (OMS) definió el envejecimiento saludable como el proceso de desarrollo y mantenimiento de la capacidad funcional que permite el bienestar en la vejez.

En el 2014, luego de concluir su tesis de doctorado, María Dolores Castro inició con un proyecto que involucraba el impacto de la tecnología en los procesos de envejecimiento, pero en zonas urbanas, con residentes de las provincias de la Gran Área Metropolitana (GAM).

“La pandemia nos hizo una gran revelación, porque entonces nos planteamos: ¿ahora qué hacen los adultos mayores que están en aislamiento y que no saben cómo acceder a las nuevas tecnologías? Y ¿cómo hacemos para prevenir sentimientos de soledad, cuando no tienen la oportunidad de convivir con otras personas?”, se cuestionó la académica.

Fue así como seleccionaron el cantón nicoyano, y con el apoyo de la biblioteca pública local, comenzaron a girar invitaciones de personas interesadas en ser parte del estudio. El banderazo de arranque fue en el 2020, en plena pandemia, de ahí la necesidad de que tuviese una modalidad virtual.

Elementos como aprender a conectarse a una red inalámbrica de Internet, utilizar aplicaciones como WhatsApp, realizar videollamadas a través de la herramienta de Zoom, compartir audios y fotos, fueron parte de las enseñanzas. Esto se complementaba con tareas que debían cumplir los participantes y cuyos resultados luego se compartían con el grupo.

Más allá de aprender sobre el uso de aplicaciones y sus funcionalidades, el proyecto tuvo el propósito de resolver cómo, a partir de su uso cotidiano, estimulan la memoria y proyectan interacciones sociales relevantes.

Entonces, por medio de estas labores, que para muchas personas pueden ser rutinarias, se establecían intervenciones desde la psicología para analizar el impacto, por ejemplo, sobre distintas habilidades cognitivas.

“Los viernes trabajábamos técnicas de respiración, de manejo del estrés o cómo lidiar con pensamientos negativos, como, por ejemplo, ‘yo ya no puedo aprender esto porque estoy muy viejo’ y a partir de ahí, saber cómo se pueden abordar”, agregó Castro.

De las evaluaciones realizadas, un 80% de los asistentes indicó que la actividad más significativa fue el recuento de recuerdos personales, seguido del uso de Zoom (76%) y la grabación e intercambio de audios por WhatsApp (76%). Además, un 77% consideró que lo aprendido en las sesiones de estrés y ansiedad es muy útil para su vida diaria.

Hoy, doña Felipina dice sentirse feliz. Ella tiene familiares y conocidos que viven lejos y ahora, por medio de la tecnología, puede tener contacto más frecuente con sus personas allegadas.

Oficina de Comunicación
Universidad Nacional, Costa Rica

Impartirán curso gratuito en computación para adultos mayores de Sarapiquí

La Escuela de Secretariado Profesional y Sección Regional Huetar Norte y Caribe, Campus Sarapiquí de la Universidad Nacional (UNA), invitan a las personas adultas y adultos mayores del cantón Sarapiquí, a inscribirse en el curso gratuito de computación básica II, donde ampliarán su conocimiento en el manejo operativo de la computadora, acceso seguro y responsable a la Internet, uso del correo electrónico y creación de carpetas, entre otros.

Como parte de los requisitos es ser mayor de 30 años, contar con dispositivo USB (llave maya), interés por aprender y sobre todo, disponibilidad para asistir a clases presenciales. Inicio de lecciones, semana del 02 de setiembre de 2024, con una duración de ocho semanas. Además, se brindará certificado de aprovechamiento.

Las clases se impartirán en el Campus Sarapiquí de la UNA, ubicado en la comunidad de La Victoria de Horquetas de Sarapiquí. Fecha límite para matricular, 01 de setiembre de 2024. Cupo limitado.

Formularios de inscripción:

Lunes de 8:00 am a 11:00 am https://forms.gle/2uDwuheGm9GtzJrYA

Lunes de 2:00 pm a 5:00 pm https://forms.gle/HHjtTXQvnRrWAFGs5

Martes de 6:00 pm a 9:00pm https://forms.gle/1Qr6LbAYodhpVFtZ8

Sábados de 1:00 pm a 4:00 pm https://forms.gle/dQhDFymRFkwzhf546

Dicha actividad académica es organizada por el programa: “Prácticas Docentes en Contextos Comunitarios” de la carrera de Educación Comercial de la Escuela de Secretariado Profesional de la UNA, en el marco de las iniciativas de investigación y extensión: “Fortaleciendo las comunidades”.

Para mayores detalles puede comunicarse al (2562-6050), en horario de oficina de 8:00 am a 5:00 pm.

Oficina de Comunicación
Universidad Nacional, Costa Rica

La histórica sentencia contra Hacienda y a favor de la igualdad real, la libertad y la eficiencia económica

Greivin Hernández González*

La Sala IV ha rechazado los débiles argumentos brindados por el Ministerio de Hacienda, con el fin de justificar un nuevo recorte a los fondos destinados a los programas sociales en este 2024. Le ordenó “disponer lo necesario, para que, en el plazo de UN MES, contado a partir de la comunicación de esta resolución, se dé cabal cumplimiento a la obligación de girar al Fondo de Desarrollo Social y Asignaciones Familiares (FODESAF), la totalidad de los recursos correspondientes a la transferencia del Gobierno Central” (Res. Nº 2024021400). Al respecto algunas lecciones que debemos mantener presentes.

La primera, el recorte a los recursos del FODESAF por poco más de ₡62 mil millones ejecutado por el Ministerio de Hacienda en este año, fue justificado por el ministro de Hacienda a.i. en unas cuantas líneas diciendo que “se han encontrado con la simple, dura e incontrovertible realidad de que los recursos económicos con los que actualmente se cuenta son insuficientes para satisfacer todas las demandas y obligaciones que la normativa legal exige.” Así de sencillo, sin brindar datos o mayores explicaciones a la Sala, a pesar de que, con esos recursos, sería posible reducir la pobreza extrema en varios puntos porcentuales (ver Cantú et al, 2024).

Es fácil “entender” el proceder de Hacienda porque ciertamente los datos no los favorecen. Recordemos que la partida presupuestaria que el Estado está obligado brindar al FODESAF fue establecida tomando como base un momento de crisis fiscal, 2019. En aquellos tiempos, la constante era déficit primarios continuados, normativa fiscal con desfase de 25 años, y las calificadoras veían al Estado costarricense como un pagador muy riesgoso. En 2024 el panorama ha cambiado radicalmente, tras varios años de implementación de una reforma fiscal y al empleo público, el Ministerio de Hacienda ha alardeado sendos superávits primarios, y coincide con el Fondo Monetario Internacional en proyectar este comportamiento en el corto plazo. Incluso este año Fitch Ratings y S&P Global Ratings han mejorado la calificación de la deuda Estatal costarricense. Por lo que la excusa de que Hacienda no cuenta con recursos contrasta con la realidad de los hechos.

En segundo lugar, la Sala considera que el incumplimiento de Hacienda no es cosa menor, decidió irrespetar normas legales superiores y especiales; afectando derechos fundamentales de la población más desvalida, como el derecho a la salud, la educación, la alimentación; aspiraciones de nuestra sociedad consagradas en la Constitución Política y convenios internacionales como son la igualdad real, la libertad y la eficiencia económica; y de plano atentar contra el Estado Social de Derecho establecido en la normativa costarricense.

Esto es así porque el FODESAF es un patrimonio de recursos creado con el objetivo de dar sostenibilidad financiera a programas que financian transferencias para que la población en condición de pobreza extrema, niñez y adultos mayores puedan subsistir, y tengan acceso a servicios de salud; programas que se ha demostrado mejoran el desarrollo económico a largo plazo pues aumentan la matrícula estudiantil y la permanencia en el sistema educativo como comedores escolares y becas educativas; otros que mejoran la empleabilidad con tasas de éxito superiores al 90%, como el PRONAE; y los que cubren varios objetivos, brindan protección, aumentan la escolaridad de sus beneficiarios y dinamizan la economía, como los de vivienda social.

Tercera, ahora el Ministerio de Hacienda debe trasladar los recursos faltantes al FODESAF por la vía de un presupuesto extraordinario que debe ser aprobado por la Asamblea Legislativa y de allí trasladados a los distintos programas sociales. Suponiendo que tanto Hacienda como la Asamblea sean diligentes, se requerirá mucha agilidad, eficacia y consciencia por parte de los distintos programas para asegurar la ejecución de los recursos en lo que resta del año. Los programas de transferencias monetarias (RNC, Avancemos, Protección Familiar etc) y algunos de cuido (Conapdis, Conapam), pueden ejecutar fácilmente lo que se les traslade, pues además de tener una amplia población objetivo sin cubrir y beneficiarios precalificados a la espera de presupuesto, el tipo de beneficio o la forma de ejecutarlos (en conjunto con el sector privado) facilita su expansión. En los casos en que esto no suceda, que en la práctica son los menos, se debería apelar a la conciencia de los jerarcas de los programas con dificultad de ejecución para que renuncien a los recursos y puedan ser trasladados a aquellos con mayor probabilidad de ejecución. Esta dinámica se podría adelantar desde la gestión del presupuesto extraordinario en la Comisión de Asuntos Hacendarios de la Asamblea Legislativa.

Cuarta, el fallo de la Sala hace un recuento de las numerosas ocasiones en que Hacienda ha recortado recursos al FODESAF, al tiempo que la Sala le enmienda la plana ordenando su restitución. Con ello se les da la razón a los recurrentes, en el sentido de que es una práctica histórica y reiterada por parte del Ministerio de Hacienda, el incumplir la normativa nacional y convenios internacionales, recortando el financiamiento de los programas sociales a su discreción. Ante ello, uno esperaría que hubiese una advertencia más vehemente o mecanismos legales más efectivos para desincentivar este comportamiento tan perjudicial y entronizado en las autoridades encargadas del Presupuesto Nacional.

Quinta, en el fallo de la Sala se hace un recuento de la normativa que ha venido reduciendo los aportes del Estado al FODESAF, desde que se había definido como el 20% de lo recaudado por concepto del “impuesto de ventas”; hasta un monto mínimo absoluto de ₡256mil millones con la reforma fiscal de 2018. Lo cual es evidencia de un Estado poco comprometido con el cumplimiento de sus aspiraciones en materia de desarrollo social y económico. Esto además deja como fuente principal de recursos para el FODESAF el 5% que se recauda sobre las planillas, en momentos de alto desempleo estructural, y una fuerte presión empresarial por eliminar este tipo de contribuciones parafiscales.

En momentos en que el Ministerio de Hacienda ha reconocido que la reforma fiscal de 2018 ha tocado techo, cosa normal y esperable pues ya han pasado seis años (los países avanzados hacen reformas fiscales cada otro año), parece un momento oportuno para plantear una reforma fiscal progresiva, eficiente, que ponga a contribuir solidariamente a todos los sectores económicos de nuestro país, sobre todo a los más dinámicos, y de manera que se puedan cumplir las aspiraciones del Estado social de derecho costarricense.

*Exdirector Desarrollo Social y Asignaciones Familiares (Desaf). Exdirector Ejecutivo a.i. del Sistema Nacional de Información y Registro Único de Beneficiarios del Estado (Sinirube).

UNA gradúa a cien personas adultas mayores en inglés

Un centenar de personas adultas mayores, entre 65 y 90 años, se graduaron de los talleres de inglés de los niveles I, II y III, la mañana de este viernes. Los cursos los imparten estudiantes de segundo año del Bachillerato en la Enseñanza del Inglés de la División de Educología del Centro de Investigación y Docencia en Educación (Cide) de la Universidad Nacional (UNA) y brindan una oportunidad de aprendizaje y crecimiento a una población muchas veces olvidada en programas educativos.

Desde 2014, la UNA ofrece estos cursos de inglés dos veces al año, durante el primer y segundo ciclo lectivo. Este programa ha permitido a una numerosa población de adultos mayores adquirir habilidades lingüísticas esenciales en un idioma global, con lo cual se fomenta su desarrollo personal y social. Este año, por primera vez, los talleres se llevaron a cabo en la comunidad de Guararí, en el distrito de San Francisco de Heredia, con lo que se amplía el alcance de la educación inclusiva de la Universidad.

Giannina Seravalli Monge, académica de la División de Educología y del Bachillerato en la Enseñanza del Inglés, recordó que la UNA tiene un compromiso con la educación comunitaria. “Estas actividades reflejan el principio de universidad necesaria, ya que llegan a las poblaciones vulnerables. Es un retorno de la educación al servicio de la comunidad”, afirmó Seravalli. Este compromiso institucional con la educación inclusiva, agregó, demuestra cómo las universidades pueden desempeñar un papel crucial en el fortalecimiento del tejido social.

El evento de graduación estuvo lleno de historias inspiradoras. Una pareja de esposos, quienes lucharon juntos por obtener el título, se graduó hoy, y demostraron que el aprendizaje puede ser una experiencia compartida y enriquecedora. Además, una de las estudiantes que impartió el taller compartió su alegría al ver, feliz, a su abuelita cumplir el sueño de aprender un segundo idioma. Este evento no solo celebró los logros individuales, sino también los lazos familiares y el apoyo mutuo.

Ave María Alpízar Jiménez, una de las graduadas, recibió su título del primer curso de inglés. “Siempre había querido aprender inglés desde cero. En la escuela y el colegio solo tenía conocimientos básicos, pero siempre quise aprender a leer y hablar el idioma. Gracias a los estudiantes de la UNA, ahora creo que pronto estaré hablando y entendiendo más el inglés”, dijo. En su testimonio resaltó la importancia de estos programas en la realización de sueños personales y en el empoderamiento de los adultos mayores.

Javier Frutos Jiménez, otro de los graduados, destacó el papel de su hija en su decisión de unirse a los talleres. “Mi hija me preguntó si quería estudiar inglés, y le respondí que sí. Siempre me ha gustado el idioma, y hoy me gradúo del primer nivel. Esto es solo el comienzo, tengo la meta de seguir adelante”, comentó.

Entre los graduados, también destacó Nazira Naranjo Rueda, quien a sus 90 años finalizó el tercer nivel de inglés, con lo cual demostró que nunca es tarde para aprender y que la educación puede ser un camino de por vida.

Para los estudiantes universitarios, la experiencia de impartir estos cursos fue gratificante y desafiante. Así lo expresó Kendal Bonilla Mesén, uno de los instructores. “Hemos tenido que adaptar las clases, buscar formas creativas para enseñar pronunciación y vocabulario, y enfrentar desafíos únicos en la enseñanza a adultos mayores. Pero la satisfacción de ver su progreso ha sido inmensa”, comentó.

Los adultos mayores participantes animaron a otros a aprovechar esta oportunidad educativa. Asimismo, resaltaron que estos cursos son vitales no solo para su desarrollo cognitivo, sino también para su bienestar físico y mental, por lo que no dudan en invitar a otras personas adultas mayores y sus familias a aprovechar la oportunidad de seguir aprendiendo y creciendo.

Las personas mayores de 65 años interesadas en participar en estos talleres pueden comunicarse a los números telefónicos 2277-3368 / 2277-3936. Los únicos requisitos son saber leer y escribir. Estos talleres son gratuitos, lo cual reafirma el compromiso de la UNA con la accesibilidad y la inclusión educativa.

Oficina de Comunicación
Universidad Nacional, Costa Rica

Cacao “de oro” para la Caja

Dr. Freddy Pacheco León

Aunque sucede en Costa Rica y muchos hablan de ello, no le prestamos la merecida atención. Se trata de la relación directa, entre el aumento significativo de la población de adultos mayores, y el gran sufrimiento que provocan las inevitables enfermedades sin atender debidamente, que aquejan a dicha población. Se vive a nivel familiar, pero no socializamos suficientemente sus penas y angustias. Y es que, aunque la vejez no es una enfermedad, con ella emergen dolencias que sorprenden a los que las sufren y con frecuencia, les dificultan severamente su calidad de vida, en momentos en que ansían gozar de una vejez placentera, o por lo menos, sin grandes preocupaciones.

Situación que se desdeña, pese a que los Ciudadanos de Oro muestran un porcentaje relativo mayor, en la deforme «pirámide» de población costarricense, donde los jóvenes, cada vez más escasos, han de aportar, de sus ingresos salariales y otros, los montos financieros necesarios que garanticen la salud de los actuales regímenes de pensiones, y los del futuro que ellos tienen como parte de sus merecidas expectativas.

Dentro de ese contexto, muchos adultos mayores son, injustamente considerados, una carga para hijos y demás parientes, quienes eventualmente, como sucede en innumerable cantidad de casos, poco a poco optan por abandonarlos, porque “ellos se la juegan bien solitos” y “están mejor que nosotros pues no les falta el arroz y los frijoles”.

Más allá de los casos individuales, lo que como sociedad verificamos, es que los adultos mayores, necesitan de un cada vez más urgente y especializado servicio de salud, que generalmente no se satisface plenamente en los centros de salud de las comunidades, como los más de mil Ebais dedicados a la atención primaria por casi todo el país. Es conocido que en dichos Ebais de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), más del 65% de las personas que acuden a ellos, son mayores de 65 años, porcentaje que aumentará inevitable, pues en muy pocos años la población de costarricenses mayores de 65 años, superará ampliamente el millón de habitantes.

Y si fijamos la mirada en centros de salud superiores, como los hospitales, vemos que los espacios en emergencias, consulta externa y en salón, son ocupados mayoritariamente, por nuestros abuelitos y abuelitas, quienes, pese al esmero y cariño con que generalmente les acogen los profesionales en salud, las condiciones que se les ofrece, adolecen de muchas limitaciones. Se trata de hospitales diseñados, casi sin excepción, para atender una población de menor edad, con necesidades diferentes a las que tienen los pacientes de la tercera edad, que esperan, por ejemplo, camas de menor altura, cierta privacidad, atención especializada de parte de asistentes, enfermeros y médicos, preferiblemente capacitados para atender casos de geriatría, lo anterior sumado al diseño de las áreas de duchas y servicios sanitarios, por ejemplo, acorde a su edad y capacidad de movilidad. En resumen, hospitales donde algunos viejitos con enfermedades graves, y hasta terminales, no sean necesaria y literalmente, amarrados a sus camas, porque la escasez de recursos humanos, entre otros, así lo determina. Eso, mis amigos, aunque duele en el alma, sucede frecuentemente.

Así, además de otros problemas financieros y de administración, igualmente de atención urgente, se enfrenta la benemérita Caja a insoslayables problemas, que terminan por afectar a venerables ancianos, que buscan un oportuno alivio a sus enfermedades, sin tener que sufrir la angustia inhumana de las llamadas «listas de espera», causa de días de insomnio y sufrimiento que inevitablemente se comparten con sus familiares. Incontables noches y días se van sumando para quienes son conscientes, que cada día sin esa o aquella cirugía, sin aquel examen, sin aquella cita con un especialista, sin aquel resultado de un ultrasonido realizado semanas atrás, sin aquella cama de hospital para su tratamiento urgente, etcétera, es un día más de incertidumbre, que le acerca inexorablemente, hacia un desenlace que él piensa será fatal. “Listas de espera” programadas desde la fría e impersonal administración, donde también son los médicos y otro personal de salud, los que las sufren íntimamente, pues son los que conocen al paciente mejor que nadie, y saben de la urgencia que está de por medio, sin poder hacer mayor cosa por él. Son muy escasos los recursos humanos y materiales, y la insuficiencia de recursos financieros son determinantes.

Quizá por cierto comportamiento pasivo del costarricense, hay quienes parecen acostumbrarse a ser rechazados para una atención médica.  Algunos simplemente callan, ocultan su pena y aplican equivocadamente, el refrán de «al mal tiempo buena cara», cuando quizá lo que corresponde, es luchar, luchar por sus derechos, para que esa gran obra sanitaria de los reformadores sociales de Costa Rica, eventualmente no se convierta en un hecho histórico, nostálgico, del que se hable en el futuro.

Por ello, no ha de esperarse para que nuestras autoridades de la Caja, promuevan el diseño y estructuración de un sistema hospitalario acorde con la nueva realidad, donde, en las principales regiones del país, se ofrezca centros de atención primaria, con secciones dedicadas a la atención particularizada de los Ciudadanos de Oro.  Donde se les brinde las especiales respuestas que merecen, independientemente de su nivel social y económico. Sistema hospitalario que tendría, en todos los hospitales existentes, anexos o secciones dedicados a tan venerable población. Asimismo, según lo determinarían los especialistas encargados de tan magno proyecto, la construcción de otros hospitales geriátricos, hijos del prestigioso “Blanco Cervantes”, que sería la punta de lanza de ese movimiento, quizá acompañados de centros de especialidades médicas orientados a dicha población meta, acorde con los avances científicos y tecnológicos que nos ofrece la ciencia moderna.

Pero, estarán algunos preguntándose con razón: ¿Cómo hacer chocolate sin cacao?

Pues mis amigos, resulta que, a diferencia de otros proyectos irrealizables desde que se anuncian, para el del sistema hospitalario que nos ocupa, sí tenemos el cacao “de oro” que se necesita para ese chocolate. Hablamos del oro que está en el subsuelo de una remota, degradada ambientalmente, despoblada y pequeña área de nuestro país, que no alcanza un kilómetro cuadrado, menor al tamaño del parque de La Sabana. Sitio donde una vez, se otorgó una concesión a una empresa extranjera para que explotara el oro nuestro que se encuentra en su subsuelo. Hablamos pues, de la mina sin explotar industrialmente todavía, de Crucitas.

Al contrario de minas de oro en países hermanos latinoamericanos, como Chile, Perú y México, con extracciones superiores a las 100 toneladas anuales, el oro propiedad de todos los costarricenses que se encuentra en Crucitas, se explotaría a razón de tres toneladas al año, según lo había dispuesto la empresa canadiense que perdió la concesión. Así, a ese ritmo de extracción razonable, de bajo impacto, la exportación de ese rico mineral, derivaría en beneficios económicos que, para nuestro pequeño país, serían altamente significativos, estimados en más de $180 millones anuales, que, al muy bajo cambio del dólar con respecto al colón, que insiste en mantener artificialmente el Banco Central, corresponde a C.96.000 millones anuales, que aumentará en cuanto el tipo de cambio alcance la normalidad.

Se trata de cifras reales, estimadas en un yacimiento que todo el mundo (¡especialmente los que se lo están robando hoy día!) conocen dónde está. Oro que, de no explotarse para una causa de tanto sentido social, eventualmente lo veríamos salir del país, para beneficio exclusivo de los concesionarios que se aprovecharían para su propio beneficio de él, como habría sucedido hace unos años.  Oro que siempre ha sido nuestro y no puede dejar de serlo, pues es un bien «demanial», perteneciente al Estado costarricense.

Como hemos indicado (esperamos que con suficiente claridad), no hablamos de uno o varios hospitales, sino de UN SISTEMA HOSPITALARIO, que identificamos como “HOSPITAL DEL ORO!, a desarrollarse de la mano de la muy valiosa infraestructura que exhibe la CCSS. En un sistema como el que imaginamos, por ejemplo, también se habrá de considerar facilidades para familiares que, desde regiones alejadas, han de estar acompañando a sus abuelitos internados, como en aquellos momentos en que, como hoy, no queda más que amarrarlos por falta de quien los cuide.

¡Y algo muy importante a considerar, que igualmente habría de ser valorado, por la Junta Directiva de la Caja!, lo es el predecible beneficio colateral que obtendría la CCSS, al dedicar esa fuente extraordinaria de recursos para atender exclusivamente a las personas de la tercera edad. De ejecutarse el proyecto, las hoy interminables “listas de espera” que, como consecuencia de la escasez financiera provocan desazón y dolor en miles de pacientes y sus familiares, también se verían disminuidas, conforme más y más adultos mayores vayan siendo atendidos en el sistema hospitalario diseñado para ellos. Así, en cierto tiempo, alrededor del 65% de las citas médicas, los espacios, equipos, medicamentos, exámenes de laboratorio, consulta externa, emergencias, cirugías, etcétera, que hoy son compartidos con los Ciudadanos de Oro, se irían liberando, y por ende, la Caja contaría con mucho mejores condiciones sanitarias para el cumplimiento de su cristiana labor. ¡Todos salimos ganando y se mitigaría el creciente problema matizado de dolor humano, resumido en la expresión “listas de espera”!

¿Y por qué no pensar en la grandiosa oportunidad de dejar un legado histórico de inmensas repercusiones para los costarricenses, comparable quizá, al iniciado por los tres grandes reformadores sociales de la Costa Rica de los años 40? Si “Querer es poder”, confiamos en que se pueda hacer realidad la propuesta del “HOSPITAL DEL ORO”, siempre y cuando prive la comprensión y una buena actitud, en quienes tienen en sus manos esa decisión política. Misma que no requiere de modificación alguna al Código de Minería, pues la prohibición agregada en forma unánime durante el gobierno de doña Laura Chinchilla, lo es para el otorgamiento de concesiones para explotación minera, obviamente, a persona físicas y jurídicas privadas. El mismo Estado costarricense, por definición, no es afectado por esa prohibición.

Finalmente, hemos confirmado, que no existe ningún otro país en el mundo, donde la riqueza mineral de su subsuelo, perteneciente a toda la comunidad como bien demanial, se dedique a la atención sanitaria de sus “Ciudadanos de Oro”, de los que más lo necesitan y, más importante, de los que lo merecen. ¿Acaso podría pretenderse un mejor aprovechamiento de la riqueza de ese oro localizado en Crucitas, antes de que, por azar político, se le asigne otro destino nada beneficioso para Costa Rica?

¡Unamos pues voluntades! para hacer realidad el formidable sistema hospitalario llamado “HOSPITAL DEL ORO” que, obviamente, se desarrollaría con estricto cumplimiento, de las particularidades ambientales que conlleva un proyecto de minería como el que habremos de hacer realidad para los costarricenses. Proyecto que consideramos, urgente, razonable, único, y más importante, posible, si nos proponemos a hacer algo grande y de gran impacto social positivo.

Dr. Fernando Morales: »Las personas adultas mayores no la están pasando nada bien»

Ante los desafíos que viven las personas adultas mayores en Costa Rica, la UCR inaugura un nuevo Observatorio del Envejecimiento que trabajará para incidir en política pública

“A propósito de la pandemia en el 2020, hace un año yo comenté una situación de una adulta mayor, de 86 años, que me llama y me dice: mis familiares me dejan la comida en una palangana”.

De esa manera el rector de la Universidad de Costa Rica (UCR), el Dr. Gustavo Gutiérrez Espeleta, retrató uno de los escenarios de violencia y maltrato que viven muchas personas adultas mayores en Costa Rica, mismos que hoy siguen pasando desapercibidos entre el desconocimiento, el desinterés y la falta de datos actualizados, suficientes y confiables.

En ese sentido, el decano de la Facultad de Medicina de la UCR, el Dr. Fernando Morales Martínez, no tardó en coincidir con el rector y, además, enfatizó que en estos momentos “las personas adultas mayores no la están pasando nada bien”, poseen “una inseguridad financiera fatal”, de la mano con una serie de situaciones vinculadas “al abuso, maltrato, abandono y negligencia que son parte de un capítulo abandonado por el país”.

Ante esa situación, y para afrontar esa compleja realidad, nace por primera vez en Costa Rica el Observatorio del Envejecimiento, una iniciativa creada desde la Cátedra “Envejecimiento y Sociedad” (de la Facultad de Medicina) en conjunto con el Observatorio del Desarrollo (CIOdD); ambas de la UCR.

De acuerdo con el Dr. Carlos Murillo Zamora, director del CIOdD-UCR, los observatorios son modelos que surgieron como instancias para la gestión, el análisis, la generación y la presentación de información a los tomadores de decisiones y a la comunidad en general sobre una temática específica.

Uno de los objetivos es incidir en política pública mediante la formulación de planes y programas. También, proponer temas de investigación, servir como una herramienta de seguimiento y monitoreo de las diferentes acciones que el país adopta, así como evidenciar los vacíos de información. Vacíos que, en el caso del tema de vejez y envejecimiento en Costa Rica, están muy presentes. Para comprobarlo, solo basta con echarle un vistazo a las actuales políticas públicas.

“La estrategia nacional para un envejecimiento saludable basado en el curso de vida venció hace tres años y a la fecha no se ha generado una nueva estrategia. El reciente Plan Nacional de Desarrollo de Inversión Pública 2023-2026, Rogelio Fernández Güell, solo aborda la población adulta mayor en dos metas. Una es disminuir el plazo promedio de días de espera para cirugías de catarata en la Caja Costarricense de Seguro Social; y dos, mejorar la cobertura de la población económicamente activa para su protección económica y social ante los riesgos de invalidez, vejez y muerte. Y no hay otras metas en el Plan Nacional de Desarrollo”, comentó el Dr. Murillo.

La principal meta del Observatorio consiste en suministrar evidencia veraz, oportuna y confiable que permita promover políticas públicas que favorezcan una vida digna, autónoma e independiente para todas las personas adultas mayores de Costa Rica.

Deudas pendientes

Para el director del CIOdD-UCR es claro que Costa Rica “tiene grandes rezagos y deudas con esta población que crece cada vez más en número, en cantidad y en años para disfrutar de la vida”. Dicho crecimiento es fácilmente verificable al leer las cifras del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC).

Según ese Instituto, para el año 2025, el 79 % de las personas adultas estará en proceso de envejecimiento y un 13 % estará en la categoría de vejez. Además, se espera que para el año 2050 la población adulta mayor represente el 20 % de la población total del país, lo que implica retos importantes en la formulación de políticas públicas y de servicios de salud adecuados para atender las necesidades de este grupo etario.

Con esos datos disponibles la pregunta ahora es: ¿se ha hecho lo suficiente para afrontar esa explosión sociodemográfica que se avecina? Para los especialistas la respuesta es clara: no. No se ha hecho todo lo necesario y falta más para afrontar el escenario que se aproxima, si lo que se busca es no exacerbar los desafíos que hoy se ven.

¿Algunos de esos desafíos? La violencia, el maltrato y el abandono, acompañado de una serie de brechas relacionadas con la dependencia, la necesidad, las pobres relaciones familiares, los pocos espacios de convivencia, las desigualdades y las condiciones de vida poco dignas, muchas veces, ocasionados por ingresos mínimos e insuficientes.

En esos ámbitos, el Observatorio del Envejecimiento de la UCR dará un aporte invaluable para analizar la situación del país y proponer soluciones ante una etapa de la vida que, como bien lo dijo el Dr. Morales, “todos vamos a llegar. La juventud no es eterna”.

“Costa Rica se caracteriza por ser un país con un significativo registro de información estadística. Esto es fundamental para la toma de decisiones en todos los ámbitos, tanto públicos como privados. Sin embargo, en el caso de las personas adultas mayores, esas estadísticas están dispersas en numerosas instituciones públicas, lo cual agrava el problema de las brechas que mencioné. Por eso se requiere sistematizar toda esa información dispersa, analizarla y presentar informes que contribuyan a la formulación de políticas públicas apropiadas”, manifestó el director del CIOdD-UCR.

“Esas políticas públicas son necesarias para que guíen las acciones nacionales en pro de una sociedad más sensible y propositiva en el abordaje de los problemas prioritarios relacionados con el envejecimiento poblacional y del bienestar de la población adulta mayor. Pero, sobre todo, que se contemple una nueva visión del envejecimiento, de tal manera que se promueva la inclusión de las personas adultas mayores en las sociedades, se ofrezcan bienes y servicios de calidad, y se dé cuenta de su contribución al desarrollo”, amplió el Dr. Morales.

El plan de trabajo

El Observatorio del Envejecimiento procurará abordar las aristas más importantes que en este momento exige el país. Uno de ellos es el tema de la inseguridad alimentaria, un elemento que se vio fuertemente reflejado en la pandemia del COVID-19.

“¿Por qué este tema? Porque la pandemia hizo evidente que la alimentación fue una experiencia realmente dramática. Muchas personas no tenían quién le llevara los alimentos a la casa, cómo tenerlos a mano y, muchas veces, no tenían cómo pagarlos. Imagine lo que es no tener cómo alimentarse adecuadamente. Esto es una Costa Rica desconocida y aquí el Observatorio tiene una tarea muy grande. No le podemos quedar mal al país ni a los adultos mayores”, exaltó el Dr. Morales.

En este marco, ya se han mantenido reuniones técnicas de trabajo con diferentes autoridades para avanzar en distintos procesos que ayuden a contribuir en ese y otros campos más. Entre esos está la meta de generar más conocimiento sobre los determinantes del envejecimiento y las condiciones de vida a las personas adultas mayores en Costa Rica. El segundo es analizar las categorías asociadas al envejecimiento activo y saludable exitoso.

El tercero se enfoca en promover que el país continúe con los procesos iniciados en el 2015 y 2016 relacionados con la Convención Interamericana sobre la Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores.

El cuarto punto es monitorear el proceso de envejecimiento de la población costarricense. Este es especialmente importante porque, desde la opinión del Dr. Morales, desde la pandemia hubo un importante desmejoramiento de las condiciones de vida de esta población.

“Antes de la pandemia no era que las personas mayores estaban en una posición de flores, pero ahora se disparó. Por lo tanto, se debe poner el acento en las acciones que vienen, así como generar respuestas urgentes y oportunas a sus múltiples necesidades”, dijo el Dr. Morales.

Tanto el rector de la UCR como el decano de la Facultad de Medicina están seguros de que el Observatorio se constituirá muy pronto como un punto de referencia nacional e, incluso, internacional. El tan solo hecho de tener un espacio de análisis y de discusión científica que antes no existía en nuestro país, abre una puerta trascendental hacia la generación de nueva información.

“Aprovechemos esta enorme oportunidad que tenemos para mejorar las condiciones de vida de las personas adultas mayores, así como para transmitir a los más jóvenes la enorme necesidad de prepararse para la vejez, sobre cómo vivir más pero también mejor, mediante un envejecimiento activo con hábitos, actitudes y comportamientos que propicien no solo una vida más larga, sino también una vida de bienestar. Debemos celebrar en grande este paso firme que estamos dando por el bien de las personas adultas mayores en nuestro país. Yo agradezco profundamente a todas las personas implicadas que, en tan poco tiempo, hicieron de esto una realidad”, concluyó el rector de la UCR.

 

Jenniffer Jiménez Córdoba

Periodista, Oficina de Divulgación e Información

Fundación Munakuy se pronuncia ante decisiones de CONAPAM

SURCOS comparte el siguiente comunicado de prensa:

Vista de Mar de Goicoechea 20 de marzo del 2023

Comunicado de Prensa.

Ante las noticias de que nuestros usuarios serán reubicados por el CONAPAM, manifestamos lo siguiente: no es de recibo decir que nuestros usuarios sufren desatención. Siempre buscamos ante CONAPAM la firma de un convenio directo, para atender sin tercerización, a los residentes que nos fueron confiados por medio de la Asociación Albergue de Rehabilitación al Alcohólico Adulto Mayor Indigente, que es quién nos ha venido contratando desde el año 2020, cuando muchas alternativas residenciales para Personas Adultas Mayores se negaron a recibir Adultos Mayores en condición de abandono, alguno de los que recibimos incluso con COVID.

Es de conocimiento, mediante las actas del CONAPAM, que la mencionada Asociación ha venido siendo objeto de discusión por tener asignados Adultos Mayores que no atiende de manera directa, si no que los transfiere a Alternativas como la nuestra, asignándonos ellos un pago no así CONAPAM.

En el año 2020, las autoridades de la Comisión Nacional de Emergencia, nos buscaron. Nos visitaron para que recibiéramos Adultos Mayores y Personas con Discapacidad en Abandono, muchos en hospitales, nos solicitaron remodelar las instalaciones para recibir esos usuarios. Nos hablaron de contratarnos para atender una cantidad de 200, tenemos la evidencia de esa negociación, que no se concretó. Eso nos dejó una grave crisis en nuestras finanzas que arrastramos hasta el día de hoy, aun así, aunque con atrasos, hemos venido pagando nuestras obligaciones, las personas que se tuvieron que despedir, algunas por la situación económica, otras por faltas y no cumplir el periodo de prueba. En Costa Rica todas las Alternativas que atendemos estas poblaciones somos entes privados, algunas al tener la certificación de Organización de Bienestar Social (OBS), firman convenios directos con CONAPAM. Incluso actualmente CONAPAM, mantiene convenios con algunas organizaciones que tienen vencida esa condición de OBS que otorga el IMAS.

Nuestro representante legal, presento un recurso de revocatoria ante la medida dictada por CONAPAM, que nunca nos fue comunicado como corresponde, es importante señalar que nuestra organización es la única Alternativa residencial para personas sexualmente diversas, personas en condición de VIH – SIDA, que no son recibidas en otras alternativas que cuentan con la certificación de OBS.

De persistir la medida dictada por CONAPAM, de trasladar a nuestros residentes, esto obliga a un cierre técnico, ya que no tendremos recursos para cancelar salarios, para pagar alquiler y proveedores y estarán dejando sin empleo a más de 25 personas que trabajan en nuestra ONG. De persistir la medida acudiremos a todas las vías legales disponibles en un estado de Derecho como el nuestro.

En relación a los usuarios de CONAPDIS, que de igual manera les recibimos los usuarios que nadie quiso atenderles en la grave crisis del COVID, el mes de octubre nos reubicaron algunos Adultos Mayores, por los que no quisieron pagar. Nos obligaron a atenderlos de gratis sin tener nuestra organización un subsidio estatal para ese efecto, al iniciar el proceso de cobro que aún se mantiene, las autoridades de CONAPDIS trasladen esos Adultos Mayores a otras Alternativas, donde están pagando por su atención.

Esto se les comunicó a los funcionarios, que ante la crisis que tenemos al no recibir el pago de CONAPDIS, por la atención de estos usuarios solicitaríamos a CONAPDIS, trasladar a los usuarios que teníamos asignados ya que estamos en un proceso de cobro con esa institución que se resolverá en vía judicial.

Francisco Javier Vargas Solano, director

Marco Castillo Rojas, director

Willy Chaves Cortes, director

Keylor Badilla Torres, director

Ser viejo hoy en Costa Rica

Luis Paulino Vargas Solís

Leyendo ayer una nota en el Semanario Universidad, caí en cuenta de un detalle: aunque creo tener plena conciencia de que ya soy “una persona adulta mayor”, sin embargo, no he interiorizado plenamente lo que eso significa.

Me pongo entonces a reflexionar sobre la realidad de una sociedad costarricense que tiende a envejecer, pero que no está preparada para bregar con lo que eso significa. La cuestión se trivializa detrás de frases rituales, huecas e hipócritas, que oscilan entre la infantilización de la persona mayor (“tan lindos los viejitos, es que son como bebés”), a una falsa veneración de las canas y las arrugas (“la sabiduría de las personas mayores”). Pero también, y a menudo, el desprecio y el odio expresado sin caretas ni atenuantes (“roquillos cacrecos, anticuados e inservibles”).

La mayor amenaza hoy viene de la política, o sea, de los liderazgos en cuyas manos está el país, y de la ideología que informa a esa gente y guía su proceder.

Es la amenaza que plantea una política de austeridad fiscal totalmente cínica e insensible, tal cual el ministro Nogui Acosta se ha encargado de enfatizarlo cada vez que tiene oportunidad, y que, por ello mismo, no tiene empacho en aplicarle tijera a los servicios de salud, a la educación y, por supuesto, los servicios de atención de la niñez y de las personas mayores.

Es, también, la amenaza, inédita y por completo inesperada, que plantea el tener un presidente, el señor Rodrigo Chaves, que odia profundamente a la Caja del Seguro Social, y que lo manifiesta cada vez que tiene oportunidad, sin escrúpulos y sin disimulo. Y justo cuando la Caja se vuelve más y más importante, puesto que, al envejecer la población, más necesarios serán sus servicios.

En pocos meses me pensionaré. Lo haré por el sistema IVM de la Caja. Contrario a lo que tanto energúmeno me ha gritado por años, ni soy ni seré un “pensionado de lujo”. Pero ¿hasta cuándo? En vista del rumbo que lleva Costa Rica, no debe extrañarnos si en pocos años, La Nación y los rodrigo-chaves empiezan a vociferar que el sistema IVM también es “de lujo” y deben ser recortado a lo bestia.

Ser un viejo, hoy, en Costa Rica, es asunto muy desafiante. Nada nos garantiza una vejez en paz. Todo lo contrario, más bien.

Mes del adulto mayor y nuestro compromiso con esta población

José Luis Pacheco Murillo

En octubre celebramos el Día del Adulto Mayor y se acostumbra ahora a llamarlo el mes del adulto mayor.

Al finalizar este festejo es importante llamar la atención acerca de la forma en que tratamos a los adultos mayores. No se puede negar que no somos todo lo amorosos, dedicados y cuidadosos con ellos. No podemos ocultar las formas despectivas y omisivas con que actuamos con los adultos mayores.

La pandemia ocasionó serios daños en la salud física, mental y emocional de los adultos mayores y mucho más en esta última forma ya que si algo les afectó fue el distanciamiento y la lejanía de sus seres queridos. Aún hoy en día muchos adultos mayores se sienten solos y abandonados y no por tema de pandemia sino por una actitud malsana de sus seres queridos. Hijos y nietos han hechas en el olvido, en el abandono a sus papás y abuelos, no disimulan para nada el estorbo que les causan y tampoco disimulan el desprecio con el que los tratan.

Somos más agradecidos con aquellos que dieron alma, vida y corazón por tenernos en buenas condiciones y por brindarnos amor y cariño. Hoy, en muchos casos nos olvidamos de ellos. Hay quienes los dejan olvidados en hospitales o en hogares de ancianos. Es decir, que otros se haga cargo de ellos y que no nos molesten.

Es muy doloroso para ellos. Ellos, nuestros viejitos sienten esas formas de menosprecio que se les hacen y sufren en silencio, pero a pesar de ello, nos siguen amando y con cualquier gesto cariñoso, perdonan todo.

No sigamos siendo irresponsables y no sigamos siendo tan duros y miserables con nuestros adultos mayores. Demostrémosles el amor y el cariño que merecen como una forma de agradecerles todo lo que hicieron por nosotros.

Dios quiera que cambiemos de actitud y de comportamiento para con nuestros adultos mayores y seamos agradecidos con ellos y se lo demostremos con cuidado, atención y con darles la mejor calidad de vida que podamos. Insisto, ellos se lo merecen.