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Etiqueta: arte

Reseña del Programa Alternativas: Arte, Cultura y Sociedad

El panel titulado «Arte, Cultura y Sociedad», realizado el 20 de septiembre de 2024, como parte del Programa Alternativas, ofreció una profunda reflexión sobre el papel del arte en la sociedad contemporánea, a incluir temas relacionados con la filosofía, el cine, la literatura y escultura. Los panelistas, tres expertos en sus respectivos campos, compartieron una visión enriquecedora sobre cómo el arte y la cultura son elementos fundamentales para la cohesión social y el desarrollo humano.

Pablo de Jesús Vindas, profesor de filosofía, aportó una reflexión filosófica que conectó el arte con la civilización occidental, especialmente desde una perspectiva griega. Según Vindas, el arte no puede entenderse sin la participación activa del espectador. El acto de crear arte, como él explicó, no está completo si no hay una interacción entre la obra y quien la observa. Explicó que el arte es una extensión de la emotividad humana y su relación con la realidad, y que es el medio por el cual el ser humano expresa su interioridad de una manera simbólica. También hizo referencia a filósofos como Nietzsche y Freud, quienes han abordado cómo el arte y la imaginación permiten al ser humano crear y entender su entorno.

Por su parte Mario Octavio Montero, profesor especialista en cine y literatura, abordó el tema del arte desde la perspectiva visual y la influencia de la mirada. Destacó la importancia de aprender a «saber mirar» (Saper Vedere), una habilidad que, según él, está en declive en las sociedades modernas debido al ritmo acelerado de la vida. Montero argumentó que la sobreexposición a imágenes y la cultura del consumo visual han disminuido nuestra capacidad de apreciar verdaderamente el arte. Además, citó a varios filósofos y escritores, como el alemán Max Scheler y el poeta francés André Malraux, para subrayar la importancia del arte en la formación de una cultura crítica. También se refirió al cine como una forma de arte que no solo entretiene, sino que también tiene el poder de educar y provocar la reflexión en el espectador.

De igual forma, Juan Manuel Arce, desde su experiencia como escultor, compartió cómo la escultura y las artes plásticas permiten a los artistas y a los espectadores conectarse con las emociones más profundas. A diferencia de otras formas de arte, la escultura involucra un diálogo tangible con los materiales y el espacio. Su intervención destacó la importancia de proporcionar acceso al arte y la cultura en la educación pública, especialmente en zonas marginadas, donde las oportunidades para los jóvenes son escasas. Para él, la falta de financiamiento y apoyo a las instituciones culturales está contribuyendo al aislamiento de amplios sectores de la población, alejándolos de las posibilidades transformadoras del arte.

Un tema recurrente en el panel fue el papel del arte en la transformación social. Los panelistas coincidieron en que, a través de las distintas formas de arte, la sociedad puede reflexionar sobre sus problemas y buscar soluciones. Vindas habló de cómo el arte ha sido históricamente una forma de resistencia ante sistemas opresivos, mencionando cómo en tiempos de crisis políticas y económicas, el arte ha servido para visibilizar injusticias y dar voz a los marginados.

Además, se hizo hincapié en la necesidad de defender el financiamiento y apoyo a las instituciones culturales y educativas que promueven el arte. Tanto Arce como Montero advirtieron sobre los peligros de que las artes sean relegadas a un segundo plano en las políticas públicas, ya que esto no solo limita el desarrollo personal y colectivo, sino que también perpetúa la desigualdad social.

Finalmente, la discusión también enfatizó la importancia de la educación artística desde edades tempranas, destacando que el arte no debe verse como un lujo, sino como una necesidad fundamental para la cohesión social y el bienestar de las personas. Como señaló Montero, el «saber mirar» es esencial para no perder el sentido de asombro y aprecio por el mundo que nos rodea, un valor que parece estar desvaneciéndose en la era digital.

Concierto Centroamericano por la Paz 2024 en Alajuela

Este sábado 21 de septiembre, en conmemoración del Día Internacional de la Paz, se llevará a cabo el Concierto Centroamericano por la Paz 2024 en el Museo Juan Santamaría, Alajuela.

Este evento contará con la participación de diversos artistas de toda la región centroamericana, quienes ofrecerán una tarde de música y cultura para celebrar la paz.

La jornada comenzará a las 9 a.m. con una feria de arte y emprendedores, y el concierto iniciará a las 2 p.m. La entrada es completamente gratuita.

Shirley Miranda y Kerly Rodríguez nos cuentan cómo su relación con la UCR ha cambiado sus vidas y la de sus comunidades

Shirley Miranda nos comparte que forma parte del programa de educación abierta en la Sede del Sur, al cual asiste una vez a la semana. Éste ha sido de gran ayuda y la ha hecho sentir muy feliz el poder ser parte de ello; menciona que era justo lo que necesitaba para construir sus sueños, ya que por situaciones de la vida dejó sus estudios, sin embargo siempre tuvo el sueño de estudiar y alcanzar esta meta (ser bachiller) Shirley motiva a la gente con ganas de estudiar que aprovechen este proyecto de la UCR.

Kerly Rodríguez es la encargada de promoción cultural del museo histórico cultural Juan Santamaría. Nos comenta “que Ethan Chavarría junto a otros niños participan de los talleres”. La alianza con la Universidad de Costa Rica les ha permitido realizar distintas actividades que han beneficiado a una población que busca oferta de talleres culturales y de esta manera se benefician las personas participantes del taller. Asimismo, la UCR cumple con el impacto social que la compromete.

Le invitamos a ver el video de Shirley Miranda y Kerly Rodríguez quienes nos cuentan cómo su relación con la UCR ha cambiado sus vidas y la de sus comunidades.

Presentación del poemario «Otras Lunas»

El jueves 19 de septiembre a las 6:00 pm, en la librería universitaria de la UCR se estará llevando a cabo la presentación del poemario “Otras Lunas” de Arabella Salaverry.

Participarán la autora, Premio Nacional de Cultura Magón, al igual que Alfonso Chase, poeta, novelista, cuentista y ensayista. Esta presentación también contará con la presencia de Alexander Jiménez Matarrita.

Información compartida con SURCOS por Arabella Salaverry.

15 años de enseñanza musical en SINEM Puntarenas

Este 17 de septiembre la sede de SINEM Puntarenas en su XV aniversario, programó un homenaje a la Fundación de la Ciudad de Puntarenas, una adaptación del arreglo del maestro Gerardo “Pino” Barrantes “Fantasía de Puntarenas”, “Recordando mi puerto” de Orlando Zeledón, “Noche Inolvidable” de Ricardo Mora, y “Chuchecas”, anónimo de cultura popular puntarenense.

Extendemos una invitación a deleitarse con esta música y agregamos el enlace para ver la presentación del SINEM.

Taller de arpilleras: bordando derechos y justicia

Fecha: 3 de octubre
Hora: 10:00 a.m.
Lugar: UCR, edificio de Educación Continua, Ciudad de la Investigación

El taller se enmarca dentro del proyecto «Lazos culturales: Costa Rica-Chile», organizado por la Unidad de Equidad y Género de la UCR, la Embajada de Chile en Costa Rica y el colectivo «Chileniticxs». En este taller, titulado «MemorArte: Arpilleras Urbanas de Chile», se aprenderá a crear arpilleras, una forma de expresión artística que no solo narra historias, sino que también sirve como herramienta de incidencia política. A través del bordado, se dará voz a experiencias y demandas, promoviendo los derechos humanos desde una perspectiva de género y feminista.

Organizan:

  • Unidad de Equidad y Género UCR
  • Embajada de Chile en Costa Rica
  • Colectivo Chileniticxs

En el marco del taller, también se llevará a cabo la conferencia «El arte de las arpilleras: Incidencia política y derechos humanos», que abordará la relevancia del arte de las arpilleras en la promoción de la justicia y la equidad social.

Una familia que colecciona máscaras

Ya llevan más de 40 ejemplares

Por Uriel Rojas

En Rey Curré de Buenos Aires, la familia Lázaro Ortiz poseen una enorme colección de máscaras que bien pueden crear su propio Museo de las Máscaras.

Son más de 40 máscaras las que forman parte de una hermosa colección que van desde figuras de rostro humano de acuerdo con la costumbre antigua hasta las más coloridas y extravagantes que denotan una enorme destreza artística.

Gran parte de estas máscaras, han sido jugadas en el tradicional Juego de los Diablitos desde hace muchos años, algunos pertenecieron a los primeros miembros de la familia cuando eran adolescentes, y los han colgado, para salvaguardar esos recuerdos que engrandecen la identidad de los descendientes borucas.

Máscara por máscara forman una secuencia a través de los tiempos, por eso algunos parecen tener diseños bastante sencillos, pero representan a los primeros tipos de máscaras que usaron los antepasados para jugar esa tradición.

Otras máscaras, de diseños más recientes, van de la mano con los tiempos actuales, donde se combina lo antiguo con diseños más faunísticos y florísticos, algunos con expresiones más abstractas que forman parte del imaginario artístico.

Felicidades a esta familia y gracias por salvaguardar parte importante de la diversidad artística y cultural de nuestro país.

Máscaras: Colección familia Lázaro Ortiz

Crónica – ¿Para qué sobreviví?

Por Memo Acuña. Sociólogo y escritor costarricense

Sobre la obra teatral “La danza de la ira cosquillitas” protagonizada por Marian Li, Premio Nacional de actuación Ricardo Fernández Guardia en Teatro Espressivo.

La primera escena muestra a Odette desfigurada. Juro que vi en ella varias caras mientras su cuerpo colapsaba sin control en el centro del escenario. Es apenas el primero de cientos de microtemblores que suceden en escena, que juntos dibujan una gran falla tectónica representando el flagelo del abuso infantil en un país como Costa Rica.

Confieso que desde esa primera escena comprendí que hay momentos en la vida que te preparan para decir lo que debes decirle a una sociedad “violentamente pacífica” como esta. Gracias Marian Li, la actriz, por poner en el cuerpo y la subjetividad de Odette las cosas que deben decirse fuerte y claro, sin miedo.

Hoy vengo a decir con vos.

La puesta en escena, una vez más, de la trepidante y brutal obra teatral llamada originalmente “Cosquillitas” y que en esta nueva temporada se ha denominado “La Danza de la ira”, nos muestra la destrucción-reconstrucción de una mujer que siendo niña y por años experimenta abuso sexual por parte de un conocido de su familia.

Usando el arte, la danza como herramienta de sanación, Odette transita por varias facetas que la descomponen y la recomponen al mismo tiempo. Desde su zona rota, desde su voz quebrada pero fuerte, desde su constante lucha para perdonarse, la danza como recurso, el arte como medicina persisten.

“La danza de la ira”, un texto teatral escrito por Andrea Bescond (en francés Les Chatouilles ou la Danse de la Colere), invita a gestionar la ira de manera que esta no quede atrapada en el cuerpo y en las emociones.

Por eso el arte. Por eso el teatro. Por eso la danza. Por eso, entiendo la contundencia con la que Odette, Marian, presentan el dolor, el enojo, la frustración de chocar contra pared primero con quienes la violentaron y segundo contra un sistema institucional omiso y a menudo revictimizador.

La noche que fuimos a ver este espectáculo había cierta, tanta energía en el ambiente. Se sentía. La luz, un personaje más en la puesta en escena, detallaba los contornos de la actriz y sus 15 personajes a cuestas. Como si la violencia no terminara de fragmentarnos, volarnos en mil pedazos que luego terminamos por juntar del suelo para reconstruirnos.

Repararnos. Sanarnos.

Por eso esa primera escena que fragmenta a la mujer que se da cuenta de lo que un día siendo niña, le hicieron sin poder decir ni una sola palabra para defenderse.

Vengo a decir con vos, Marian. Gracias por darme la valentía para hacerlo.

En 2023 el 9-1-1 captó 3.494 reportes de diversos abusos de tipo sexual contra menores de edad. Esta cifra es escandalosa, de miedo, de terror. Es que un solo niño, una sola niña que esté siendo violentada de esa forma a esta hora, nos convierte en una sociedad “violentamente pacífica”. Nada de mitos fundacionales, sociedades igualitarias, pacifismo mentiroso.

En el Poder Judicial los casos que llegan son alarmantes:8.000 en promedio anual. Pero los procesos son lentos, agotadores, revictimizantes en todo caso.

Y si a esto agregamos que son más los hechos no denunciados por que el abusador solicita mantener el secreto, por temor, por complicidad familiar, por negligencia, por tantas cosas…estamos hablando de una sociedad rota, partida, desfigurada también en mil pedazos.

La noche que vi el espectáculo con el cual la actriz Marian Li ganó el Premio Nacional de actuación Ricardo Fernández Guardia en 2023, entendí que más que junto con la negligencia, el silencio es una laceración para la dignidad de las personas que sufren o han sufrido esta brutalidad en sus cuerpos y mentes.

Agradezco a Teatro Espressivo por abrir el arte a estos temas y hacerlos parte de nuestras necesarias reflexiones.

Debemos hablar. No callarnos más. Para no seguir rompiéndonos como personas, como colectivo. Y debemos acompañar los procesos de reparación con escucha, orientación, guía. El arte también es una salida. Siempre.

Con esa guía y esos instrumentos es que vengo a decir entonces, porque no debe haber más silencio:

Soy Memo Acuña, sociólogo, actor, escritor, comunicador, Premio nacional de literatura en la rama de ensayo 2019, Vicedecano de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional en Costa Rica.

Yo tambiénsoy fragmentos y me reparo. Todos los días.

Escribo esta reseña desde mi condición de sobreviviente, para que ojalá alguien que lea estas palabras acuda, hable, salve. Se salve. Sobreviva.

Perdono al Memo niño que sufrió lo que hicieron con el y le digo que en el futuro todo estará bien. Que aquí estoy yo para abrazarlo.

Que para decir esto que digo sin miedo y fuerte, sobreviví.

Aquí estoy.

Despertar y hacer la vida poesible

Por Memo Acuña. Sociólogo y escritor costarricense

A escribirse esta columna el país se acerca a la alarmante cifra de 600 homicidios. En la noche previa 5 hombres fueron asesinados bajo lo que en apariencia serían ajustes de cuentas.

Al iniciar la semana un medio de comunicación local me consultaba acerca de hechos de violencia ocurridos en actividades de celebración en vías públicas. Es la ausencia de convivencia y sentido colectivo, indiqué en su momento.

Sin embargo, me parece que es más que la necesidad de tejido colectivo lo que le está ocurriendo a una sociedad como la costarricense. Es claro que los tiempos violentos transcurren en el mismo momento que la desigualdad y la exclusión social aparecen como ejes vectores de nuestra sociedad.

Y entonces empiezan las preguntas: ¿qué hacer? He dicho hasta la saciedad que para sacar al país del lastre violento al que lo sometió 40 años de agenda neoliberal, se requiere algo más que voluntad política.

Hemos tenido un violento despertar hacia otro país, hacia un vacío que nos puebla. Para sacudirnos de la oscuridad, se requieren acciones para recuperar nuestro carácter subjetivo e intersubjetivo.

He dicho hasta el cansancio que creo en el arte como vehículo transformador. A eso le apuesto. Sobre eso voy. Por eso mi camino actual. Por eso mi convencimiento que en el arte está la clave.

En los años noventa Medellín era una de las ciudades más violentas del planeta y apostó entre otras cosas por recuperar los espacios públicos para la gente y por la poesía con sentido comunitario.

Yo sueño con que nos demos la posibilidad de caminar espacios públicos con calidad, libres de violencia y poetizar la vida en todos los sentidos.

Crónica – lo que significa una puesta de sol

Por Memo Acuña. Sociólogo y escritor costarricense

Se necesitan agallas y valentía por partes iguales para hablar sobre ciertos temas. Se necesita humanidad y destreza para hacerlo frente a un público poco acostumbrado a la participación, al convivio social, al “junte teatral”

La noche del 23 de agosto anterior mi querida gestora cultural, periodista y bailaora de flamenco, Natalia Rodríguez, nos hizo un regalo inmenso: invitarnos al estreno de la puesta en escena de “Las cosas maravillosas” dirigida y protagonizada por el actor costarricense Melvin Jiménez.

Durante hora y media, a través de una actuación envolvente y sincera, Jiménez logra taladrar esa cuarta pared hipotéticamente existente entre el público y el actor, para colocar en el escenario uno de los temas más complejos que nos atraviesa en la vida moderna.

El ambiente de ese viernes en la Sala del Teatro Espressivo era un tanto distinto a las convencionalidades y rituales de una función teatral.

La puesta en escena inicia sin los acostumbrados tres timbres que anuncian el comienzo.

Por el contrario, encuentran a un Melvin distendido, jovial, distribuyendo entre el público que ingresa, papelitos con frases de situaciones cotidianas. Las indicaciones son precisas: al escuchar el número correspondiente, la persona debe leer la frase anotada.

Eso, que pareciera parte de una utilería más de una pieza teatral, se convierte en personaje medular del entramado.

Para hablar de la salud mental, de la depresión en las personas y sus consecuencias, muchas de las veces terminadas en suicidio, se requiere algo más que conocimiento. Se necesita sensibilidad y percepción de las emociones de un público que ríe, llora, aplaude, canta, piensa, acciona. Se necesita, valga la metáfora, apalabrar en colectivo lo que nos pasa por el cuerpo y la mente.

Originalmente escrita por el inglés Duncan Macmillan, la propuesta de dirección y actuación ensaya un recorrido por la nostalgia a través de música rock costarricense de los años ochenta. Conectar con la memoria es evocar los sonidos que pueden salvarnos. Conectar con eso, es simplemente maravilloso.

Confieso que desde la primera escena un shock eléctrico se instaló en mi cuerpo. Y entonces las emociones iban y venían, desde la alegría a la reflexión profunda.

En mi vida he tenido momentos así. Pero juro que haber visto en los últimos años puestas de sol absolutamente incomprensibles para el ojo humano, me ha devuelto a mi ADN original y forman parte de mi registro de cosas increíbles.

Absolutamente todos deberíamos hacer una lista con estos momentos. Empezar con lo más llano del día a día y terminar con puestas de sol que te devuelvan tu sentido en la vida.

Una vez más compruebo y confirmo que el arte es un vehículo transformador y que nunca, como en este caso, debo dejar de decir que el arte salva. El arte sana. Yo soy artista. Por lo tanto, soy sanador.