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Etiqueta: Barcelona

Fábricas de obreros en Barcelona y su extrarradio

Gabe Abrahams

En la primavera de 2023, llevé a cabo una caminata de seis semanas por la costa de Cataluña, utilizando un circuito que iba desde El Masnou a Vilanova i la Geltrú y de Vilanova i la Geltrú a El Masnou. Circuito que yo ya había utilizado en mi anterior caminata de diez días de 2021.

Durante el transcurso de esa caminata, pasé ante varias y destacadas antiguas fábricas de obreros. En el presente artículo, me detengo en ellas. Lo merecen.

Fábrica Cordelería Ribó

El circuito de la caminata de seis semanas de la primavera de 2023 entraba en la ciudad de Badalona, con el mar Mediterráneo a su izquierda y casas de dos plantas un tanto anodinas, empresas actuales y antiguas fábricas a su derecha.

Entre las fábricas, destacaba la Cordelería Ribó, la cual funcionó entre 1850 y 1980 y estuvo dedicada a la fabricación de hilados, cordeles, cuerdas de uso náutico…

En 1911, la Cordelería Ribó inauguró su actual edificio, una obra modernista destacada del arquitecto Joan Amigó.

Tanto en mi caminata de seis semanas de 2023 como en mi anterior caminata de diez días de 2021, al pasar ante la Cordelería Ribó, observaba su lograda fachada y su belleza decadente y pensaba en las generaciones de obreros que pasaron sus vidas entre sus paredes, padeciendo largas jornadas laborales, miseria… Tuve las mismas impresiones y pensamientos al pasar ante otras fábricas.

Fábricas Can Fabra y Fabra i Coats

Tras dejar atrás Santa Coloma de Gramenet y entrar en Barcelona, el circuito de la caminata recorría el barrio de Sant Andreu de Palomar por el paseo de Torras i Bages y la calle Segre. Al iniciarse esta, llegaba a las antiguas fábricas Can Fabra y Fabra i Coats, dos obras de estilo modernista.

En 1839, Ferran Puig fundó El Vapor del Fil, una empresa dedicada al textil. Después de su fallecimiento, el Vapor se fusionó con la escocesa J&P Coats, naciendo Filatures Fabra i Coats. En 1915, la Fabra i Coats adquirió la Fábrica Can Fabra. Y, ya en octubre de 1936, en los inicios de la Guerra Civil, la Fabra i Coats fue colectivizada y autogestionada por los obreros, aunque, finalizada la guerra, la dictadura de Franco se la entregó a los capitalistas que cohabitaban con su régimen. En 1970, la fábrica entró en declive, poniendo fin a su recorrido en 2005.

Hoy, los varios edificios de la antigua Fábrica Fabra i Coats y el edificio de Can Fabra están muy bien cuidados y en ellos se realizan diferentes actividades. En este último, por ejemplo, destaca la magnífica Biblioteca Ignasi Iglésias-Can Fabra.

Todos los edificios de la Fabra i Coats y Can Fabra son pura arquitectura obrera de ladrillo visto, con grandes ventanales y cuidados detalles. Una maravilla artística digna de ser visitada.

Tanto en mi caminata de 2023 como en mi caminata de 2021, al pasar por Can Fabra y la Fabra i Coats, disfruté con la categoría de sus edificios y recordé a las generaciones de obreros que pasaron sus vidas en ellos. Al pensar en los esforzados obreros, me animaba y continuaba caminando a pesar del cansancio acumulado o del agotamiento.

Fábrica Damm

El circuito de la caminata más adelante atravesaba el barrio de l’Eixample de Barcelona por las calles Rosselló, Aribau y Londres. En la calle Rosselló, se encontraba la Fábrica Damm, una obra de estilo ecléctico de 1905 del arquitecto Joan Massoles.

En 1876, los alsacianos August Kuentzmann Damm y Joseph Damm fundaron una fábrica de cerveza en la barcelonesa calle Viladomat. Más de un cuarto de siglo después, en 1905, tras unirse a la sociedad Miklas y Musolas, inauguraron la fábrica de cerveza La Bohemia en la calle Rosselló de l’Eixample. La Bohemia fue el nombre por el cual resultó conocida la Fábrica Damm durante décadas.

El emblemático edificio de la calle Rosselló que cobijaba la Fábrica Damm pasó a ser, en 1910, su factoría principal, situación que duró hasta 1992. Desde ese año, se convirtió en su sede central administrativa.

La Fábrica Damm tiene una larga historia relacionada con el movimiento obrero, al igual que otras fábricas del circuito de la caminata como la citada Fabra i Coats y la Trinxet, de la cual hablaré de inmediato.

Justo antes de la Guerra Civil, tuvo entre sus trabajadores al anarquista Buenaventura Durruti. Y, tras el estallido de la guerra, terminó colectivizada y autogestionada por los trabajadores, una situación similar a la ocurrida en las fábricas Fabra i Coats y Trinxet.

Al final de la contienda, acabó siendo entregada a los capitalistas por el franquismo, siguiendo este sus prácticas habituales.

A día de hoy, el edificio de la antigua Fábrica Damm se conserva en muy buen estado y, como he comentado, es la sede central administrativa de la empresa.

Es un gozo observar sus detalles artísticos como la forma de sus fachadas o su ladrillo visto, característico de la arquitectura obrera.

Durante mi caminata de 2023 y mi caminata de 2021, al pasar junto al edificio de la Fábrica Damm a la altura del cruce de la calle Rosselló con las calles Dos de Maig y Cartagena, siempre me fijé en su excelente estado y su calidad. También pensé en sus obreros y en los procesos revolucionarios de otro tiempo como la colectivización y la autogestión. El mundo había cambiado mucho en las últimas décadas y, por el momento, se imponía el Capital.

Fábrica Trinxet

Una vez llegaba a L’Hospitalet de Llobregat, el circuito pasaba por una cuarta fábrica de gran interés, la citada Fábrica Trinxet, una obra de estilo modernista de 1905-1916 de los arquitectos Joan Alsina y Modest Feu.

En 1905, se construyó la Fábrica Trinxet o Can Trinxet como nuevo centro de producción textil de la hasta entonces conocida como Fábrica Avelino Trinxet.

En los años veinte, la Fábrica Trinxet se convirtió en una gran industria en la que trabajaron el 45% de los obreros de L’Hospitalet de Llobregat. Y, en 1933, incorporó a su recinto las construcciones de Can Gras. Con el estallido de la Guerra Civil, la fábrica sufrió un proceso de colectivización y autogestión obrera como las fábricas Fabra i Coats y Damm y, al terminar la contienda, el franquismo se la devolvió a sus antiguos propietarios. En 1982, la fábrica cesó su actividad.

La Fábrica Trinxet producía alambradas de lino y algodón y tejidos diversos como sábanas o la famosa pana de color tostado de los uniformes de los trabajadores de la Compañía de Tranvías de Barcelona.

En la actualidad, la Fábrica Trinxet solo conserva las construcciones de Can Gras, con sus naves central y lateral, su chimenea, su entrada principal… Tiene los ladrillos gastados y un mal estado general, manteniendo elementos de inspiración medieval y mudéjar.

En mis caminatas de seis semanas de 2023, diez días de 2021 y 1.000 millas de 2017, pasé en repetidas ocasiones por la calle Santa Eulàlia de L’Hospitalet y ante la Fábrica Trinxet. Y siempre pensé que era una pena que su estado de conservación dejara tanto que desear.

Las fábricas de obreros de Barcelona y su extrarradio tienen un interés artístico e histórico muy importante. Poseen unos edificios de arquitectura obrera selecta y guardan estrecha relación con la historia del movimiento obrero en Barcelona y Cataluña. Yo terminé de conocer esa doble vertiente en mi caminata de seis semanas de 2023, aunque ya en anteriores caminatas la había saboreado.

El presente artículo recuerda a esas antiguas fábricas de la Barcelona del siglo pasado y a sus obreros y, en cierta manera, les rinde homenaje. Un recuerdo merecido.

Gabe Abrahams publica “Caminatas de 1.000 millas, Barcelona 2017 y Aragón 2018”

Por María Arribas

Gabe Abrahams, marchador de grandes caminatas Multiday con diversas plusmarcas mundiales y colaborador en diversos medios de comunicación como Surcos Digital, acaba de publicar el libro Caminatas de 1.000 millas, Barcelona 2017 y Aragón 2018 (WR-NW Books, 2022).

En el libro, Gabe Abrahams narra sus dos épicas caminatas de 1.000 millas llevadas a cabo por el Área Metropolitana de Barcelona en 2017 y por Aragón en 2018.

El libro recorre lugares, paisajes y obras arquitectónicas, tanto de Barcelona y sus alrededores como de Aragón, transportando al lector a sitios de gran belleza e interés cultural.

“Desde hace varios años, compagino el deporte y mis caminatas con escribir en medios de comunicación columnas y artículos. Empecé a escribir por mi gusto por observar y por una necesidad interna de contar cosas de aquello que me llamaba la atención. He tenido la necesidad de contar en el libro todo aquello que me resultó de interés durante mis dos grandes caminatas de 1.000 millas, la del Área Metropolitana de Barcelona de 2017 y la de Aragón de 2018. Paisajes y lugares de gran belleza, pueblos perdidos en la nada, pueblos de colonos en medio del desierto, obras de arquitectura selecta, colonias de obreros, etc.”, comenta Gabe Abrahams sobre su obra.

“El proceso de escribir el libro ha sido apasionante, porque me ha supuesto centrarme en aquello que más me gusta, mis caminatas Multiday. Escribir sobre los lugares, paisajes u obras arquitectónicas que conocí en mis caminatas de 1,000 millas en medio de esfuerzos agotadores me ha hecho retroceder a los mejores momentos de mi vida”, explica Abrahams.

Gabe Abrahams, igualmente, está a la espera de que aparezca otro nuevo libro suyo a principios de enero, Gestas deportivas: atletas, ciclistas, tenistas… (WR-NW Books, 2023). Este otro libro es una recopilación de biografías de atletas, ciclistas, tenistas… que alcanzaron gestas deportivas durante el siglo XX.

Ambos libros de Gabe Abrahams, publicados por WR-NW Books, pueden adquirirse en la dirección: https://www.wr-nw.com/wr-nw-books.html.

Colonias obreras en las 1.000 millas de 2017

Gabe Abrahams

Durante la caminata de 1.000 millas por el Área Metropolitana de Barcelona de 2017 a la que dediqué mi anterior artículo, el circuito de la misma recorría lugares y obras arquitectónicas de gran nivel.

A muy poca distancia del circuito, se encontraba la Colonia Güell, perteneciente a Santa Coloma de Cervelló. Una colonia de obreros de enorme categoría arquitectónica que se encuentra en un excelente estado de conservación.

Fue tal el impacto que me supuso pasar cerca de esa colonia durante mi caminata de 2017 que, una vez la terminé y descansé, visité la colonia con calma varias veces.

De toda esa experiencia, parte mi interés por las colonias de obreros, tanto en su dimensión arquitectónica como social.

El presente artículo está dedicado a ellas.

Las primeras colonias

Las colonias de obreros tomaron forma en Gran Bretaña a mediados del siglo XVIII. Las máquinas movidas por el vapor mejoraron la producción en las fábricas y provocaron un aumento de beneficios para los propietarios capitalistas, así como demandas de los obreros a la estela de ese aumento. Para frenar esas reclamaciones, los capitalistas crearon colonias de obreros que cubrían las necesidades más básicas de los mismos.

A lo largo del siglo XIX, las colonias de obreros se multiplicaron por diferentes países. Así, después de asentarse en Gran Bretaña, saltaron al continente europeo y a Estados Unidos. La colonia de Crespi d’Adda (Italia) se fundó en 1878. Y la colonia de la empresa Pullman de los suburbios de Chicago data de 1880.

En España, las colonias se instalaron en las mismas fechas, siendo Cataluña el lugar donde tuvieron mayor presencia. Las fábricas textiles catalanas y sus respectivas colonias se ubicaron junto a los ríos Ter y Llobregat para aprovechar la potencia del agua de ambos ríos en su bajada desde el Pirineo.

El Ter y el Llobregat

Las colonias de obreros catalanas del Ter y el Llobregat fueron puro paternalismo social de los propietarios capitalistas, al igual que ocurrió en el resto de España y en otros países, con el ánimo de frenar las justas reclamaciones de la clase trabajadora.

Esas colonias disponían de viviendas, escuelas, tiendas, cooperativas, capillas… En algunas, el propietario tenía para su uso una gran casa con comodidades, a la vez que los trabajadores vivían en casas de una planta y pisos humildes.

En la Cataluña central, alrededor del río Llobregat, existió una concentración de colonias de obreros única en el mundo. Quince colonias se encontraron en poco más de veinte kilómetros. Entre otras, me refiero a las colonias llamadas Cal Rosal (1858), L’Ametlla de Casserres (1858), Viladomiu Vell y Nou (1860 y 1868), Cal Bassacs (1861), Cal Pons (1865), L’Ametlla de Merola (1876), La Plana (1884), El Guixaró (1885), Cal Marçal (1886), Cal Casas (1891), Cal Vidal (1896).

El Vapor Vell de Sants

Siguiendo el curso del río Llobregat hacia el mar Mediterráneo, fue construida también la Colonia Güell (1890). Una colonia que se encontraba muy cerca del circuito de la caminata de 1.000 millas por el Área Metropolitana de Barcelona de 2017 y que despertó mi interés por las colonias de obreros. Durante la caminata, la observé a duras penas desde la lejanía en un punto del circuito que pasaba por el territorio de Santa Coloma de Cervelló. Acabada la caminata, tuve la necesidad de visitarla y lo hice varias veces.

La familia Güell trasladó su industria Vapor Vell de Sants (Barcelona) al Llobregat, tras poner en marcha Antoni Gaudí la construcción de la Colonia Güell y habilitarla para los obreros. Una vez el Vapor Vell se asentó en su nueva ubicación, la colonia se desarrolló con rapidez. Durante la Guerra Civil Española (1936-1939), la fábrica y la colonia fueron colectivizadas, pero, después, el franquismo se las devolvió a los Güell. En 1973, la fábrica cesó su actividad, aunque la colonia pervivió y se incorporó a Santa Coloma de Cervelló.

En la actualidad, el estado de conservación y la arquitectura obrera de toda la Colonia Güell es magnífico, difícil de mejorar. La colonia, con sus edificios de piedra vista, se ha convertido en un auténtico museo de arquitectura obrera y modernista al aire libre. Recibe muchos visitantes.

Y es que una visita a la Colonia Güell es recomendable, como también lo es visitar cualquier otra colonia de obreros. La arquitectura de estas colonias suele ser excelente, a la vez que su mensaje social resulta de interés. Cuando uno las visita, puede disfrutar de la arquitectura obrera de calidad, al mismo tiempo que toma conciencia de la situación de esclavitud laboral en la que desarrollaron sus vidas los obreros de otras épocas.

Las colonias de obreros creadas en la segunda mitad del siglo XIX han pervivido hasta nuestros días. Muchas permanecen en pie con su arte y su mensaje social escrito en piedra. Un mensaje que da luz a la historia del movimiento obrero. Fue una suerte conocerlas, a través de la Colonia Güell en el transcurso de mi caminata de 1.000 millas del año 2017. Recomiendo visitarlas.

Gabe Abrahams, 1.000 millas por el Área Metropolitana de Barcelona 2017

Gabe Abrahams

Entre el 6 de marzo y el 11 de abril de 2017, caminé 1.000 millas por el Área Metropolitana de Barcelona y logré por primera vez la plusmarca mundial de las 1.000 millas de Speed Walking (Caminata Rápida).

Para completar esas 1.000 millas, recorrí quince veces y media un circuito de 104 km que incluía dos tramos. El primer tramo transcurría de Barcelona a La Sentiu (Garraf) en ida y vuelta y el segundo de Barcelona a Castellbisbal en ida y vuelta. Desde Barcelona a Sant Boi de Llobregat, ambos tramos eran idénticos. Después, el primero iba a La Sentiu y el segundo a Castellbisbal, desde donde regresaban al inicio.

Esos dos tramos de ida del circuito, me sirven para recordar la caminata de 1.000 millas de 2017 y los lugares y obras que conocí, entre agotadores esfuerzos.

Barcelona

Los dos tramos del circuito de la caminata tenían su punto de inicio en la Escuela Industrial de Barcelona. De entrada, ambos tramos recorrían los barrios barceloneses de la Nova Esquerra de l’Eixample y Les Corts.

En esa zona, el circuito pasaba por la citada Escuela Industrial y la Casa Can Deu, entre otros lugares y obras. La Escuela Industrial, ubicada en la Nova Esquerra de l’Eixample y construida entre los siglos XIX y XX, se compone de una serie de edificios de estilo principalmente noucentista como el Central, el del Reloj o el de la Escola d’Arts i Oficis. La Casa Can Deu, situada en la plaza de la Concòrdia de Les Corts y datada en 1897, es un edificio modernista. Al pasar caminando por la Escuela Industrial y la Casa Can Deu durante la caminata, me sentí cautivado en todo momento por la enorme categoría de esas obras. Aunque yo ya las conocía, no dejaron de impresionarme. Al anochecer, las vidrieras del jardín de la Casa Can Deu alcanzaban una gran belleza.

Una vez el circuito dejaba atrás el barrio de Les Corts por la calle Mejía Lequerica, sus dos tramos recorrían los barrios barceloneses de la Maternitat i Sant Ramon y Badal. En la entrada del barrio de la Maternitat i Sant Ramon, justo en el cruce de la calle Mejía Lequerica con la gran vía de Carles III, el circuito pasaba a pocos metros de los Edificios Trade (1965-1971), edificios acristalados de estilo racionalista. Al pasar caminando ante ellos en el transcurso de la caminata, me impresionó observarlos. Sus fachadas acristaladas con formas cilíndricas alcanzaban al anochecer una belleza similar a la de las vidrieras de la Casa Can Deu de Les Corts.

A pocos metros de los Edificios Trade, el circuito entraba en los jardines de la Maternitat y los recorría dando una vuelta por ellos. Los jardines de la Maternitat, antiguo recinto hospitalario de la Casa de la Maternitat i Expòsits (1883-1957), tienen edificios de estilo modernista (Xaloc, Central, Ave Maria, Mestral, Olímpia y Prat de la Riba) y noucentista (Rosa y Blau). Al caminar por esos jardines, me llamaba la atención el gran número de obras excelentes agrupadas en su espacio. Todo el conjunto era un museo al aire libre.

Antes de abandonar Barcelona y entrar en L’Hospitalet de Llobregat, el circuito también pasaba por el Camp Nou (1954-1957), el campo del FC Barcelona, uno de los templos del fútbol mundial. En la Travessera de Les Corts, en todo momento de la caminata, me encontré un sinfín de turistas fotografiando el estadio.

L’Hospitalet y Cornellà

Tras dejar atrás el barrio barcelonés de Badal y entrar en L’Hospitalet de Llobregat, los dos tramos del circuito de la caminata recorrían esta ciudad por las calles Riera Blanca, Santa Eulàlia, Enric Prat de la Riba y Major, para después proseguir por la carretera de L’Hospitalet hasta Cornellà de Llobregat.

En esa zona obrera, el circuito pasaba por delante de la Fábrica Trinxet (L’Hospitalet de Llobregat) y del Palau Mercader (Cornellà de Llobregat), entre otras obras. La Fábrica Trinxet (1905-1916), situada en la calle de Santa Eulàlia de L’Hospitalet de Llobregat, es una obra modernista de los arquitectos Joan Alsina y Modest Feu. Dedicada al textil, fue la fábrica más importante de L’Hospitalet en los inicios del siglo XX. El edificio de la fábrica, del cual solo se mantiene en pie una parte, está en la línea de la arquitectura obrera de ladrillo visto. El Palau Mercader (1864-1869), ubicado en el parque de Can Mercader junto a la carretera de L’Hospitalet, es una obra ecléctica del arquitecto Josep Domínguez. El palacio fue la residencia de la familia aristócrata Mercader Belloch. Bien conservado, es una construcción de planta cuadrangular.

Al pasar por la Fábrica Trinxet durante la caminata, prestaba atención a sus gastados ladrillos y su mal estado. En varias ocasiones, también repuse fuerzas en un establecimiento situado junto al palacio y observé con calma su buen estado. El diferente estado de ambos edificios invitaba a la reflexión. El edificio de los obreros pobres apenas se aguantaba de pie, mientras que el edificio de los aristócratas ricos se encontraba perfectamente conservado. Parecía evidente que esos dos estados de conservación distintos reflejaban las diferencias entre las clases sociales. Ambos edificios se encontraban cercanos en la distancia, pero muy alejados en todo lo demás.

Dentro de Cornellà de Llobregat, los dos tramos del circuito de la caminata transcurrían por la avenida de la Fama, el paseo dels Ferrocarrils Catalans, la carretera del Prat, la avenida del Baix Llobregat y el puente de entrada al parque Riu Llobregat. Por una pista de tierra del parque, ambos tramos llegaban a Sant Boi de Llobregat. El parque Riu Llobregat, en esa zona de Cornellà, estaba bien cuidado, tenía un aire limpio y carecía de bullicio y ruido urbano. Era frío por la mañana y caluroso al mediodía. El calor, por cierto, fue una constante a lo largo de la caminata. Para soportarlo, tuve que tomar medidas: hidratarme bien, eliminar ropa, recortarme la barba, evitar caminar en las horas del mediodía.

Camino de La Sentiu y Castellbisbal

Arribados los dos tramos del circuito de la caminata a Sant Boi de Llobregat por una pista del parque Riu Llogregat, el primer tramo continuaba por la carretera C-245 y recorría Viladecans, Gavà, el parque del Calamot y una pista de tierra hasta La Sentiu.

En ese primer tramo del circuito que concluía en la ida en La Sentiu, el circuito pasaba por la ecléctica Torre de l’American Lake (1888-1910) de Gavà, el parque del Calamot, la masía de Can Llong (siglo XV) de La Sentiu, entre otros lugares y obras.

De esa parte final del primer tramo del circuito en la ida, recuerdo la presencia de numerosas empresas y tráfico en la carretera C-245; la citada Torre de l’American Lake; el restaurante Siltonet, situado al lado del parque del Calamot, en el que reponía fuerzas; y la masía de Can Llong, típica de la Cataluña de otro tiempo. El Parc del Calamot era un punto de paz después de recorrer la transitada carretera C-245.

Desde Sant Boi de Llobregat, el segundo tramo del circuito permanecía dentro del parque Riu Llobregat y recorría por una pista de tierra los territorios de Santa Coloma de Cervelló, Sant Vicenç dels Horts, Pallejà, Sant Andreu de la Barca y Castellbisbal.

En ese segundo tramo del circuito que concluía en el polígono industrial de Can Pelegrí de Castellbisbal, el circuito pasaba cerca de la modernista Colonia Güell (1890) de Santa Coloma de Cervelló, de las casas noucentistas de obreros de Sant Vicenç dels Horts… Obras de pura arquitectura obrera.

La familia Güell encargó al arquitecto Antoni Gaudí la construcción de la Colonia Güell y trasladó su industria Vapor Vell de Sants (Barcelona) al Llobregat. La colonia tuvo viviendas, escuela, cooperativa, capilla… Al estallar la Guerra Civil Española (1936-1939), la Colonia Güell fue colectivizada. Pero, al finalizar la guerra, la dictadura franquista se la devolvió a los Güell. Cerrada la fábrica en 1973, la colonia y sus habitantes se incorporaron a Santa Coloma de Cervelló. Las colonias de obreros nacidas del paternalismo social de los propietarios capitalistas tuvieron una gran presencia alrededor del río Llobregat y en la Cataluña central, una presencia única en el mundo.

De esa parte final del segundo tramo del circuito, recuerdo las poblaciones del extrarradio de Barcelona en la lejanía, las obras vinculadas al mundo obrero, un par de puentes que atravesaban el parque Riu Llobregat con intenso tráfico y las pistas de tierra del parque, infinitas para mí en aquellos días de la caminata por el cansancio acumulado. También recuerdo el aire limpio, la ausencia de ruido y bullicio…

Las 1.000 millas por el Área Metropolitana de Barcelona de 2017 permanecen en mi memoria con cientos de imágenes de Barcelona y sus alrededores. No las olvido, como tampoco olvido las posteriores 1.000 millas por Aragón de 2018. Todo lo que conocí en ambas caminatas y los esfuerzos que me supusieron son un recuerdo permanente.