Organizaciones y expertos en cambio climático ven con preocupación avance en la Asamblea Legislativa del proyecto n°23414 “Armonización del Sistema Eléctrico Nacional”. Representantes de organizaciones ambientales de todo el país se dan cita para debatir en torno a las oportunidades y desafíos que tiene el país en materia de cambio climático y de transición justa. El Programa Estado de la Nación y la Federación Ecologista han organizado un evento este 15 de octubre, con el fin de analizar en conjunto el camino que debe de seguir Costa Rica en materia de energía y cambio climático para lograr una transición justa hacia modelos energéticos más sostenibles.
Una serie de expertos y representantes de comunidades dan contenido al encuentro denominado “Diálogo multisectorial: transición energía justa en Costa Rica”.
Entre los obstáculos y preocupaciones más importantes para logar la justicia energética y la transición justa se encuentra el proyecto de ley n°23414 “Armonización del Sistema Eléctrico Nacional” impulsado por el Ejecutivo. Osvaldo Durán integrante de la FECON señaló que: “vemos con entera preocupación el curso del proyecto en la Asamblea legislativa y el adverso contexto nacional en favor de la privatización del servicio público de electricidad y el desmantelamiento del ICE. Dialogamos sobre la alianza entre los sindicatos del ICE, diputados y diputadas del Frente Amplio y nuestras organizaciones sociales, con la urgencia de reforzar la organización, movilización y capacidad de propuesta política y técnica para la defensa de la electricidad pública, los ríos y los ecosistemas, ante las propuestas de privatización y desnacionalización.”
El proyecto de ley n°23414 propone debilitar la institucionalidad pública en la administración de la energía eléctrica a nivel nacional, dando paso a un nuevo proceso de privatización, donde empresas privadas, que ya participan de la generación de electricidad, tengan más poder y control sobre la energía de este país. Lo cual hace que el sistema eléctrico pase de ser uno basado en los principios de solidaridad, universalidad y de funcionamiento al costo, para pasar a ser un sistema basado en la especulación, el mercado, el lucro. La energía en Costa Rica dejaría de ser un bien del que goza la gran mayoría de la población, a ser un recurso acaparado por unos cuantos. «A nivel global, la mayoría de los países entienden el tema energético con una cuestión de seguridad nacional, y de un tiempo para acá, un tema de seguridad climática. Es claro que los sistemas públicos de producción y distribución de electricidad públicos son más eficientes y resilientes ante los embates del cambio climático. Sacarlo de la esfera pública es impensable en otras geografías, pero en Costa Rica esta propuesta está movida por el afán de enriquecimiento a costa de la seguridad energética nacional.
En tiempos de incertidumbre, los jóvenes se sienten desesperanzados debido al cambio climático y un futuro económico incierto. En el video «No nos dejemos llevar por mentiras, organicémonos» de Prisma Latinoamérica, se habla de una perspectiva alentadora e indica que, aunque el cambio climático es una realidad, contamos con los recursos para enfrentarlo si actuamos de manera colectiva y con el respaldo de unas Naciones Unidas más transparente.
Otro tema relevante que se toca es el enfocado a que la riqueza global ha aumentado, pero la distribución sigue siendo desigual, especialmente en América Latina. La clave está en invertir en educación y organización social para construir un futuro más justo y sostenible.
Le invitamos a ver el video y unirte al llamado a la acción:
En el mundo que vivimos crecen olas de pesimismo sobre el futuro de la humanidad. Por una parte, acecha el cambio climático, que golpea cada vez con mayor crudeza en diversas partes del planeta, al mismo tiempo que se agotan los suelos y se contaminan los mares, dejando la pesca sin controles efectivos lo que amenaza el abastecimiento de los recursos marinos.
Los presupuestos de las grandes naciones, mientras tanto, se orientan a concentrar las esferas de poder, priorizando los gastos en armamentos y guerras descuidando la importancia de estas amenazas para el futuro de la especie.
Las amenazas sin sustento inducidas por los medios masivos
Por otra parte, se afirma, partiendo del crecimiento y envejecimiento poblacional, que no habrá pensiones ni estabilidad social para las actuales generaciones debido a la falta de recursos. Esto se ve reforzado por el resquebrajamiento de la estabilidad que gozaban antes las clases medias, el desplazamiento de la mano de obra física y administrativa, por la tecnología y los robots. Todo esto asociado al incremento de los trastornos mentales, especialmente después de la pandemia.
Sin embargo, la contaminación y el cambio climático son amenazas reales, que deben y pueden ser enfrentadas con los recursos existentes, por una organización de Naciones Unidas efectiva, que reoriente los recursos que se gastan en los juegos suicidas de poder militar y se dediquen a la defensa de la humanidad frente a los peligros que la acechan. Este tema trasciende los alcances de este artículo, ya que implica cambios importantes en la organización mundial, pero tiene fundamento en los elevados presupuestos militares existentes.
Las otras amenazas sobre la falta de respaldo para el bienestar de las actuales generaciones y un futuro amenazador sobre los fondos de pensiones por el incremento poblacional y el crecimiento del porcentaje de personas mayores, con el que se imprimen temores y desesperanza, no tiene como veremos más adelante sustento, si reorganizamos los recursos.
Es falso que nos aboquemos a un desastre económico
Para analizar la realidad debemos de partir de los datos concretos. No es cierto que el incremento poblacional nos haya hecho más pobres. Es cierto que la población mundial paso de 2.5 mil millones de habitantes en 1950 a 8000 millones en 2023, pero el Producto Interno Bruto por habitante del planeta paso de US$ 1974 en 1950 a US$ 12.900 en 2023. O sea, año con año a pesar del crecimiento desbordante de población, creció la riqueza por persona. Claro que este fenómeno ha sido acompañado de un incremento de la desigualdad en la distribución del ingreso. En general, el índice de Gini para el mundo ha fluctuado, con un aumento notable en la desigualdad desde los años 80.
Lo que sí es una realidad, es la ideología neoliberal que nos despoja de nuestro carácter gregario y nos hace ver como individuos aislados responsables de nuestra desgracia.
El problema de América Latina
América Latina por su parte presenta el mayor índice de desigualdad del planeta donde el 10% más rico concentra el 55% de los ingresos, superando incluso a otras regiones del planeta como el África subsahariana, la más pobre, donde el 10% más rico acumula el 37% de los ingresos. En las listas internacionales de crecimiento económico América Latina, a pesar de sus riquezas, ocupa por su organización política que mantiene en la exclusión histórica una parte considerable de su población, la última posición en el mundo.
El desarrollo de la ciencia y la tecnología y más recientemente la Inteligencia Artificial, perfilan un incremento acelerado de los ingresos para quienes aprovechen los avances especialmente la inteligencia artificial, con un desplazamiento simultáneo de la mano de obra no calificada y reactiva a los cambios. Este desplazamiento será especialmente peligroso en América Latina por la debilidad de su calidad y cobertura de sus sistemas educativos y el poder creciente del narcotráfico que se nutre de la pobreza y la exclusión social.
Como se puede apreciar existen peligros importantes para la estabilidad del planeta y de nuestra región, que demandan visión y políticas públicas de inclusión social. Recursos existen, pero demandan recuperar nuestro carácter gregario, para ejercer una acción sobre el sistema político y social creando un reordenamiento de los ingresos y de políticas públicas sobre todo en el campo de la educación y capacitación, que contribuyan a reducir la exclusión social. Incorporando al mismo tiempo los conocimientos ancestrales que pueden contribuir a la preservación del ambiente e incorpore a los excluidos, debidamente organizados con autonomía real, sin manipulaciones clientelistas, a la creación de una nueva cultura de esperanza.
MSc. Fiorella Salas Pinel Académica SEPRODES, Escuela de Economía UNA-Costa Rica
Día con día, nuestra existencia transcurre rodeada de servicios ecosistémicos que hacen posible la vida en nuestro planeta. Desde el aire que respiramos, el agua que tomamos y los alimentos que consumimos, entre muchos otros: todo depende de la cantidad y calidad de la provisión que obtenemos del sistema natural, donde el sol como fuente primaria de energía hace posible la fotosíntesis y de esta forma se mantiene la continuidad en las cadenas tróficas que sostiene la biodiversidad tal como la conocemos. De igual forma, nuestras actividades generan residuos que son dispuestos en dichos ecosistemas y que en ausencia del adecuado tratamiento representan riesgos para su funcionamiento.
A pesar de este papel fundamental, en ocasiones “lo ambiental” se asocia únicamente con aspectos concretos como algunas celebraciones cada año. Sin embargo, la conciencia ambiental es necesaria pero no suficiente, ya que la sociedad humana es inviable en ausencia de la naturaleza y nuestra supervivencia como especie depende de mejores hábitos. Tomar acción requiere conocer aspectos de la vida cotidiana con los cuales podemos ahorrar dinero y al mismo tiempo contribuir con la sostenibilidad ambiental. Es decir, podemos fortalecer tanto nuestras finanzas personales como el ambiente. Esto mediante una toma de decisiones más consciente de nuestra relación con temas como: el agua, la energía, los residuos, el desperdicio de alimentos, entre otros.
El ahorro verde consiste en aplicar acciones que promuevan un estilo de vida sosteniblede acuerdo con las experiencias cotidianas de cada persona. Como todo hábito requiere constancia y disciplina, que podemos implementar mediante los siguientes pasos.
Primero, conocer los principalesrecursos naturales y servicios ecosistémicos,que nos rodean y hacen posible nuestra vida. El agua, y la energía coexisten con los residuos: sólidos, líquidos, gaseosos, que generamos en nuestros hogares, centros de estudio y trabajo, entre otros espacios.
Segundo, identificar que recibimos servicios asociados con “la naturaleza”. Por ejemplo, pagamos recibos por el agua potable, la electricidad y el alcantarillado sanitario o tratamiento de aguas residuales. Todos directamente vinculados con los ecosistemas que hacen posible las actividades productivas y humanas. Entonces, ¿conocemos a nuestro proveedor de servicios? ¿Sabemos si ejecuta acciones orientadas a la sostenibilidad ambiental de sus operaciones? ¿Qué tanto nos involucramos en estas medidas? Por ejemplo, ¿conocemos el uso de electricidad por horarios establecidos y con tarifa diferenciada?
Tercero, calcular loscostos directos de los servicios que pagamos. A este respecto, ¿hemos revisado los recibos para verificar los rubros consumidos? Medidas como el uso de luminarias LED, apagar luces y desconectar dispositivos cuando estén en desuso (evitando el consumo fantasma) nos permiten reducir tanto el monto de las facturas como la presión sobre las fuentes energéticas, especialmente las hidroeléctricas durante la época seca. Adicionalmente, ¿estamos haciendo un uso racional del agua durante nuestras actividades diarias en cada espacio donde interactuamos, por ejemplo, mediante duchas de menor duración, empleando sanitarios con descarga diferenciada, grifería inteligente o cerrando la llave cuando no necesitamos del agua, entre otros?
Cuarto, identificarahorros asociados a un estilo de vida sosteniblede acuerdo con nuestras experiencias cotidianas. Estrategias ligadas a la reducción del desperdicio y las compras sostenibles surgen como oportunidades relevantes. Planificar los menús permite reducir el desperdicio de alimentos, que a su vez podría potenciarse si rechazamos el exceso de embalajes y envases no reciclables. Por su parte, tomarse el tiempo para reflexionar sobre la necesidad real de consumir podría reducir el consumismo asociado a bienes y servicios innecesarios y que eventualmente incrementarían la generación de residuos.
Las acciones orientadas hacia un estilo de vida sostenible son posibles. En esta dirección, el taller titulado “Ahorro Verde” ha sido impartido en dos ediciones de Costa Rica Aprende con la U Pública. De esta forma, el Programa Sectores Productivos y Desarrollo (SEPRODES) de la Escuela de Economía de la Universidad Nacional (ESEUNA) ha contribuido con la creación de capacidades de personas ligadas a diversas actividades productivas, como el comercio, a crear estrategias orientadas al mejoramiento de su calidad de y vida y la reducción de su huella ambiental. Beneficios asociados con ahorros en el pago de servicios públicos, alimentación más saludable y decisiones de compra más conscientes. Nos encontramos frente a un importante reto ambiental, donde cada una de nuestras acciones cuenta y mucho más al enfrentarnos a fenómenos planetarios como el cambio climático, que reporta aún más presión sobre los ecosistemas naturales: sostén fundamental de la vida en nuestro planeta.
Investigadora del Programa Sectores Productivos, Competitividad y Desarrollo, Escuela de Economía, Universidad Nacional, Costa Rica. Es Magister Scientae del Programa de Maestría en Política Económica del Centro Internacional de Política Económica para el Desarrollo Sostenible (CINPE) de la Universidad Nacional. Actualmente se desempeña como coordinadora de la Maestría en Economía del Desarrollo. fiorella.salas.pinel@una.crhttps://orcid.org/0000-0001-5036-9779
COVID-19 es una enfermedad de origen zoonótico, la cual escaló hasta convertirse en una pandemia. (Foto: Martin Sanchez / Unsplash).
Nuevo informe del ISC y PNUMA
por Michelle Soto Méndez
La degradación de la naturaleza; la escasez de recursos naturales y la competencia por los mismos; el rápido desarrollo de tecnologías como la inteligencia artificial (IA); una nueva era de conflictos; desplazamientos forzados masivos en todo el mundo; desigualdades persistentes y crecientes; desinformación, pérdida de confianza en las instituciones y polarización; así como policentrismo y difusión de la gobernanza.
En total, los expertos del Consejo Científico Internacional (ISC, por sus siglas en inglés) identificaron ocho transformaciones críticas que podrían dar lugar a perturbaciones que afectan la salud planetaria, el bienestar humano y el funcionamiento mismo de las sociedades. De hecho, a estas transformaciones las acompañan 18 “señales de cambio” que ya están propiciando múltiples crisis que “se amplifican, aceleran y sincronizan, con enormes consecuencias”.
A esta conclusión llegó el nuevo informe del ISC y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), titulado: Navegar hacia nuevos horizontes. Si bien el documento realiza advertencias, también ofrece herramientas prospectivas que permiten trascender el cortoplacismo y ayudan a los países a identificar tanto oportunidades como riesgos futuros.
“A medida que se intensifican los impactos de las múltiples crisis, ahora es el momento de adelantarnos a los acontecimientos y protegernos de los nuevos retos”, declaró Inger Andersen, directora ejecutiva del PNUMA. “El rápido ritmo de cambio, la incertidumbre y los avances tecnológicos a los que asistimos, con las turbulencias geopolíticas como telón de fondo, hacen que cualquier país pueda verse desviado de su rumbo con mayor facilidad y frecuencia”.
En este sentido, los autores recomiendan “adoptar un nuevo contrato social en el que participen diversas partes interesadas, incluidos los pueblos indígenas; dar más voz a los jóvenes; y replantearse las medidas de progreso para ir más allá del Producto Interno Bruto (PIB)”.
Otra recomendación es que los gobiernos cuenten con objetivos e indicadores a más corto plazo que les permitan ser más ágiles en la gobernanza. Introducir herramientas y acciones para reconfigurar los sistemas financieros podría redirigir flujos de capital que, a su vez, podrían ayudar a reducir las desigualdades, erradicar la pobreza extrema y hacer frente a las crisis medioambientales.
“Apoyar una gobernanza ágil y adaptable requeriría un mejor seguimiento y evaluación de las intervenciones. Esto incluye integrar y mejorar el seguimiento del cambio medioambiental y hacer más accesibles los datos y los conocimientos”, se lee en el reporte.
Advertencias
La relación de la humanidad con el medio ambiente se considera como una transformación clave y el cambio climático es ejemplo de ello. La temperatura global sigue incrementándose con proyecciones de 2,1 °C y 3,9 °C para 2100, esto por encima de los niveles pre industriales.
Una “señal de cambio” vinculada a este calentamiento es que microbios antiguos que yacen en el permafrost ártico podrían emerger ante el descongelamiento. “Los investigadores han calculado que cada año podrían liberarse de la criosfera microorganismos antiguos, algunos de los cuales podrían ser patógenos, como consecuencia del cambio climático, con consecuencias para la salud medioambiental, animal y humana. Este fenómeno ya provocó un brote de ántrax en Siberia, que mató a miles de renos y afectó a decenas de personas”, se detalla en el informe.
Otra “señal de cambio” son las nuevas enfermedades zoonóticas emergentes que vienen de la mano del cambio climático y la pérdida de biodiversidad, los cuales dan lugar a “cambios en las áreas de distribución de las especies que conducen a nuevas interacciones entre especies que antes no existían, lo que aumenta los contagios zoonóticos y, en última instancia, desencadena otra pandemia”.
Los cambios en el uso del suelo, la deforestación y la destrucción del hábitat, así como las prácticas agrícolas insostenibles, no sólo liberan grandes cantidades de carbono a la atmósfera y propician la pérdida de biodiversidad sino que aumentan el riesgo de aparición y propagación de enfermedades zoonóticas. “Estudios recientes indican que si continúa el aumento de los episodios de propagación, estimado entre un 5% y un 8% anual, es probable que los tipos más comunes de estos patógenos provoquen 12 veces más muertes en 2050 en comparación con 2020”, cita el informe.
A pesar de estos riesgos, los motores de la degradación ambiental continúan e incluso se exacerban: actualmente está aumentando la extracción de materiales, el uso y la producción de combustibles fósiles, los plásticos y el consumo de agua.
A esto se suma que, por intentar solucionar una crisis, se contribuye a la agudización de otra. Este es el caso de la extracción de materiales críticos (tierras raras, minerales y metales) para impulsar la transición energética y la transformación digital, ya que ambas requieren de estos materiales para la elaboración de componentes electrónicos destinados a vehículos eléctricos, baterías y centros de datos para la IA.
“Se prevé que la demanda de elementos críticos de tierras raras, minerales y metales para impulsar la transición a la neutralidad se multiplique por cuatro de aquí a 2040, con lo que aumentarán las peticiones de extracción en aguas profundas e incluso en el espacio. Esto plantea amenazas potenciales para la naturaleza y la biodiversidad, podría aumentar la contaminación y los residuos y desencadenar más conflictos”, señalan los autores.
Además, este extraccionismo muchas veces va en detrimento de los territorios y las comunidades locales, como sucede en el Triángulo del Litio compuesto por Argentina, Bolivia y Chile, lo cual también tensa las relaciones entre el Norte y Sur Global.
Según el informe, otras “señales de cambio” relacionadas al cambio climático o a la discusión relacionada a este tema son: futuro no asegurable debido a los crecientes desastres, el aumento de las subvenciones a los combustibles fósiles, decisiones cada vez más alejadas de la evidencia científica, aumento de los riesgos de corrupción en la compensación de emisiones y la eco-ansiedad como una crisis emergente.
Afrontar la triple crisis
La preocupación por la triple crisis planetaria llevó a la adopción de 15 resoluciones en la pasada reunión de la Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEA, por sus siglas en inglés), celebrada en marzo. La UNEA es el máximo órgano decisorio en materia ambiental; está constituida por 193 Estados, todos miembros de Naciones Unidas.
Las resoluciones abordan temas como gestión sostenible de minerales y metales; gestión racional de productos químicos y sus residuos, gestión integrada de los recursos hídricos en el sector doméstico, la agricultura y la industria para hacer frente al estrés hídrico; estilos de vida sostenibles; rehabilitación de tierras y aguas degradadas, e incluso asistencia y recuperación medioambiental en zonas afectadas por conflictos armados.
De hecho, la mayoría de estos temas están incluidos como “señales de cambio” en el informe del PNUMA e ISC.
El Colectivo Vergel y Flacso Costa Rica organizan la Papeña “Este suelo que habitamos”: un evento que, desde el arte y la cultura comunitaria, busca sensibilizar sobre la migración y el cambio climático.
La Papeña tendrá presentaciones musicales, teatro, títeres, poesía, danza, exposición fotográfica y feria de artesanos para todo público.
El Colectivo de Gestión Cultural Vergel y Flacso Costa Rica invitan este sábado 20 de julio de 2024 de 1:00 pm a 6:30pm, a la Papeña “Este suelo que habitamos” , un evento gratuito en el que personas de todas las edades podrán disfrutar del talento de artistas locales, actividades musicales, teatro, títeres, poesía, danza, exposición fotográfica y feria de artesanos para todo público. Dicho evento se desarrolla en el marco del proyecto “Migraciones y Cambio Climático” liderado por Flacso Costa Rica, que busca desarrollar acciones afirmativas que motiven la creación de rutas, políticas y procesos a favor de mejorar la calidad de vida de las personas afectadas por desastres ambientales y el cambio climático desde un enfoque de Justicia Climática.
“En estos momentos de importantes afectaciones ambientales es necesario poner en perspectiva cómo el cambio climático afecta de forma diferenciada nuestras cotidianidades, nuestra forma de vivir y de hacer las cosas. No todas las personas enfrentan el cambio climático de igual forma, algunas lo hacen desde la vulnerabilidad social, territorial y económica y otras desde el privilegio.
En este contexto, el arte y la cultura son fundamentales para el encuentro comunitario y para sensibilizar sobre la migración y el cambio climático. Por ello es fundamental la alianza con el colectivo Vergel, que nos permite generar un espacio de encuentro con artistas de distintos países para sensibilizar sobre estas realidades” comenta Karla Salazar Sánchez, directora de Flacso Costa Rica.
“Papeña” es un espacio de promoción artístico producido por más de 15 años en el Centro de la Cultura Cartaginesa, para esta ocasión especial realizará un festival con la participación de artistas de distintos países, promoviendo un encuentro en torno a la temática de migración y cambio climático.
“En Vergel Cultural queremos invitar a la comunidad cartaginesa y de todo el país, a participar de la Papeña producida con muchísimo cariño con Flacso Costa Rica. Desde hace 15 años en Vergel estamos convencidos de que desde el arte y la cultura podemos transformar y generar espacios para la convivencia y mejora de la calidad de vida de las personas. La alianza con Flacso nos permite converger en este objetivo. La Papeña será un evento para el disfrute de personas de todas las edades y permitirá conversar y sensibilizar sobre la realidad de la migración y el cambio climático, junto con el trabajo de grandes artistas de distintos países. ¡Les esperamos!” afirmó Diego Zúñiga Céspedes, representante del Colectivo Vergel Cultural
El colectivo Vergel nace en el año 2008, y tiene 15 años dedicados a la gestión sociocultural. También ha formado parte redes nacionales de cultura y de movimientos ciudadanos latinoamericanos que luchan por el desarrollo cultural de las comunidades y la dignificación del trabajo cultural.
Por su parte la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales Sede Académica Costa Rica (FLACSO Costa Rica), se constituyó en 1997 tiene dentro de sus fines realizar investigación en temas sociales, políticos, económicos y ambientales con excelencia académica y orientados a coadyuvar en la definición de políticas públicas, además difundir los resultados en diversos espacios.
La actividad cuenta con el apoyo del Centro de la Cultura Cartaginesa y la Dirección de Gestión Sociocultural cuyo objetivo es fortalecer proyectos e iniciativas de personas y organizaciones culturales en todo el territorio nacional.
El evento se desarrollará en el Centro de la Cultura Cartaginesa, ubicado 100 metros oeste del costado norte de la plaza mayor, en el centro del cantón central de Cartago.
Sergio Mora Castro Doctor en Ingeniería Geológica, especialista en Gestión del Riesgo
La comunicación social es compleja, sobre todo cuando se trata de la percepción del riesgo
Esta reflexión breve, acerca de la complejidad de la comunicación social y de la percepción del riesgo, bajo el contexto de las amenazas hidrometeorológicas y climáticas, surge al observar lo que pareciera la fragua de un efecto perverso causado por el exceso de información incompleta, descontrolada, sesgada y sin el sustento adecuado de la conjugación, imprescindible, de las ciencias naturales y sociales, sobre el problema del Cambio Climático, particularmente en su faceta asociada con el Calentamiento Global Antropogénico.
El escenario actual, a partir del cual se genera la percepción social de ese riesgo, ha sido construido a partir de una sobrecarga y bombardeo persistente de información insuficiente, inadecuada, insistente y sesgada acerca de una situación (aunque real), de que el planeta se está calentando. Sin embargo, el sensacionalismo, el alarmismo y el catastrofismo, induce a pensar que esta situación nos conducirá a que todos moriremos fritos en el sartén terrestre, más temprano que tarde.
Ejemplos de la comunicación en la actualidad
En el caso de Costa Rica, este tipo de información se ha agudizado durante los períodos prolongados de la estación seca, a veces convertidos en sequías, recurrente y frecuentemente asociadas a los episodios (“calientes”) de El Niño-Oscilación del Sur (ENOS), el cual, dicho sea de paso, no es un “fenómeno”, como inadecuadamente se insiste en calificarlo (i.e. tiene explicación científica, e incluso cierto grado de predictibilidad).
Estas sequías se presentan, a menudo, como la prueba irrefutable del cambio climático en nuestro país y hasta han servido de excusa para los aspavientos prematuros de posibles cortes y racionamientos eléctricos, pero que no han sido más que el producto de los errores en la planificación de la expansión de la oferta eléctrica, producidos durante los últimos años en el país.
Luego y casi inmediatamente después, sobrevinieron las lluvias torrenciales de finales de mayo, junio y lo que va de julio, las cuales produjeron inundaciones y deslizamientos en los mismos sitios en donde se producen casi todos los años y esta vez, se buscó afanosamente un chivo expiatorio adicional: La Niña-Oscilación del Sur (episodio “frío”, también mal-denominada “fenómeno”).
Más o menos durante los mismos meses iniciales de 2024, se produjo una ola de calor en Argentina, la cual impactó severamente el bienestar de la población y que, por supuesto, fue atribuida al cambio climático. Apenas terminada esa oleada calorífera, se produjo, de manera relativamente súbita, una “oleada polar”. Estos episodios fríos suceden, más o menos, entre cada 10 a 15 años. En esta ocasión ha sido más evidente, gracias a la enorme cantidad de información instantánea que aparece en las redes sociales y en la prensa.
Antes y durante estos casos, el paso rápido de los extremos del calor al frío en Argentina, así como la alternancia entre las sequías y las lluvias torrenciales en Costa Rica, la población y los tomadores de decisiones no siempre reciben la información adecuada y oportuna y terminan bajo una confusión severa y perniciosa. Es notorio, en todo caso, el sesgo insistente que se produce, desde hace varios años, con las noticias que le asignan todos los males atmosféricos al cambio climático. En contraposición, no hay suficiente información ni comunicación social acerca de la Variabilidad Climática, sobre la cual sus características y parámetros son casi y prácticamente desconocidos para el público.
Resultado: La percepción social del riesgo se convierte en una confusión crónica
A causa de ello, la población y, como hemos visto recientemente, la población es tomada por “sorpresa” y los sectores energético y agropecuario no se preparan, se asustan y se descuidan a la hora de enfrentar las variaciones naturales e ineludibles, ya sea del déficit o exceso de las lluvias y/o de la alternancia entre el frío y el calor, por lo que terminan sufriendo las consecuencias.
Así de simple: En el lapso de unas pocas semanas o días, se pasa del horno al congelador, y de la sequía a las inundaciones y deslizamientos, todos apocalípticos…
Por todo ello se hace necesario reflexionar y establecer una estrategia para lograr el balance adecuado, con rigurosidad científica, del proceso de la comunicación social del riesgo, y equilibrar así los conceptos, datos e información, con fundamento y sentido común que deben orientar a la percepción social. Es necesario comenzar por aclarar y cubrir todos los aspectos y variables de los procesos que involucran el “tiempo”, la “variabilidad climática”, el “calentamiento global antropogénico” y el “cambio climático”.
A continuación, se ofrece una muestra y algunos ejemplos de las noticias sobre estas situaciones en Costa Rica y Argentina, sucedidas este año y plasmadas en reportajes, en algunos casos, de la prensa sensacionalista:
Mayo, el más cálido y el más frío (13 de junio de 2024): https://chequeado.com/el-explicador/mayo-2024-fue-el-mas-calido-desde-que-se-tienen-registros-a-nivel-mundial-pero-el-mas-frio-desde-1961-en-la-argentina/
«No podemos enfrentar las causas y efectos del Cambio Climático con las actuales actitudes consumista y autocomplacientes. Es necesario realizar un cambio personal interno, con la puesta en práctica de Cinco Prácticas que aumenten nuestro nivel de empatía».
Les invitamos a conocerlas e interactuar, para enriquecer estas Cinco Prácticas.
Decenas de científicos costarricenses de las universidades estatales y las delegaciones de más de 20 países de América, Europa y Asia, así como de asociaciones de desarrollo, líderes y organizaciones no gubernamentales que desarrollan acciones en pro de la sostenibilidad del océano, se reúnen desde hoy y hasta el jueves 6 de junio en el auditorio Cora Ferro Calabrese de la Universidad Nacional.
El océano está amenazado por los impactos del cambio climático, sobreexplotación, pérdida de hábitat, defaunación marina, contaminación y otras presiones. Las investigaciones advierten de los aumentos en la concentración de dióxido de carbono y las consecuencias relacionadas con el cambio climático que tendrán importantes efectos en toda la columna de agua y el fondo marino profundo.
Decenas de científicos costarricenses de las universidades estatales y las delegaciones de más de 20 países de América, Europa y Asia, así como de asociaciones de desarrollo, líderes y lideresas comunitarias, organizaciones no gubernamentales y otros actores locales que desarrollan acciones en pro de la sostenibilidad del océano, se reúnen desde hoy y hasta el jueves 6 de junio en el auditorio Cora Ferro Calabrese de la Universidad Nacional, para participar del Congreso de Integración de Saberes para un Océano Sostenible (CISOS24), organizado por la Comisión de Vicerrectores de Investigación de Consejo Nacional de Rectores (CONARE).
“La gobernanza global de los océanos se enfrenta a numerosas dificultades en múltiples frentes, incluidos los riesgos para la salud de los ecosistemas, la salud humana y la sostenibilidad. El cambio climático perjudica la equidad social, limita el uso de actividades humanas relacionadas con el mar y reduce la capacidad de los ecosistemas marinos para prestar servicios. Se requiere entonces una gobernanza global de los océanos más adaptable, que tenga en cuenta una amplia gama de actores en diversos niveles que trabajen juntos de manera gradual y pragmática, de acuerdo con el requisito de un cambio continuo hacia la consecución de los objetivos de desarrollo sostenible”, dijo Jorge Herrera, vicerrector de Investigación de la Universidad Nacional en el acto de inauguración.
Este es un foro académico – científico que pretende: generar recomendaciones desde la integración de saberes académicos y no académicos para garantizar acciones en torno a la sostenibilidad del océano, así como evidenciar aportes científicos, tecnológicos, experienciales, de gestión comunitaria, entre otros, en el cumplimiento de los objetivos de desarrollo sostenible 2030, de cara a las acciones a desarrollar para la III Conferencia de la Organización de las Naciones Unidas sobre el Océano (UNOC25), a realizarse en Francia en junio de 2025, donde Costa Rica será coanfitrión. Este evento se proyecta como una ventana para el mundo en materia de lo que la academia costarricense produce y comunica en este campo del conocimiento.
Para Francoise Gaill, representante del Panel Internacional por la Sustentabilidad del Océano, dijo que, hoy más que nunca el océano está en un estado de emergencia, pues el océano se vuelve cada vez más cálido, más contaminado, más insalubre, y estamos ante la pregunta de qué hacer para volver a un océano más sostenible. “Necesitamos el conocimiento científico porque es una manera universal de entender la realidad del mundo, pero también necesitamos el saber hacer y el cómo hacer, y es a través de eventos como este, donde podemos intercambiar conocimientos para lograr objetivos”.
Se realizarán foros, talleres, paneles de discusión, conversatorios, conferencias y mesas de trabajo, el resultado de este trabajo será una declaratoria en el marco del evento de alto nivel: Immersed in Change, a realizarse el 7 y 8 de junio en el Centro de Convenciones, donde la Universidad Nacional participará con un stand donde compartirá información sobre su trabajo académico e investigativo asociado con la sostenibilidad del océano, y dos paneles organizados por los académicos Silvia Chacón del Sistema Nacional de Monitoreo de Tsunamis (Sinamot-UNA) y Sergio Cambronero del Laboratorio (LAOCOS), ambos del Departamento de Física en sus temas de gestión de riesgos por tsunami y océano profundo
Cooperación
“Lo sabemos todos y ya se recordó esta mañana: el océano desempeña un papel fundamental en la regulación del calentamiento global por su función de bomba de carbono. Se calcula que el océano contiene 50 veces más carbono que la atmósfera, que absorbe el 30 % de las emisiones de dióxido de carbono de origen humano y que genera el 50 % del oxígeno que respiramos. Pero sabemos todos también, lamentablemente, el importante deterioro de la salud del océano y de su biodiversidad, lo que provocará pérdidas irreparables. Como lo declaró el Secretario General de las Naciones Unidas en la segunda Conferencia sobre el Océano celebrada en Lisboa en junio de 2022, el océano se encuentra en estado de emergencia, entonces hay que actuar rápidamente. En junio de 2022 se decidió que Costa Rica y Francia iban a presidir conjuntamente la tercera Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Océano en Niza, en junio de 2025. Nuestros dos países son en efecto, totalmente conscientes de esta emergencia. Decidieron asumir y liderar un compromiso colectivo para detener el declive de la salud del océano, para proteger el océano, nuestro bien común, y ustedes, los científicos lo saben mejor que nadie, el conocimiento es totalmente clave”, dijo la Embajadora de Francia Alexandra Bellayer-Roille.
Para Francisco González, rector de la UNA, “esta es una evidencia de la forma en la cual hemos venido orientando también nuestras capacidades institucionales al servicio de la diplomacia internacional. De manera particular con Francia hemos venido construyendo una relación de mucho apoyo estratégico, que hoy se consolida con esta iniciativa que es el primer congreso donde desde la academia, reflexionamos y aportamos para la agenda política del próximo congreso mundial”.
Adicionalmente, este evento alberga la Cumbre de Juventudes Latinoamérica Azul, organizada por la Alianza de Sostenibilidad del Océano (SOA) capítulo Costa Rica, que reúne a 100 jóvenes de Latinoamérica y el mundo para discutir temas relevantes sobre la sostenibilidad del océano y el cumplimiento del ODS 14.
“Somos personas de entre 18 y 35 años de Argentina, Cuba, Costa Rica, Chile, Colombia, México, Panamá, Perú, Portugal, entre otros. Estos días vamos a tener talleres, charlas, paneles, pero también unos espacios de construcción. El objetivo principal es culminar con una declaratoria de iniciativas de jóvenes involucrados activamente en sus países en temas de conservación, ciencia, gestión de los recursos, política, ideas que esperamos sean atendidas por los tomadores de decisiones”, detalló Marilyn Valverde, representante de la SOA en Costa Rica.
La causa principal de la acidificación del océano es la liberación a la atmósfera del CO2 originado por actividades humanas. La única opción realista de mitigación que se conoce a escala mundial consiste en limitar los niveles futuros del CO2 atmosférico. Así lo detalló Jean -Pierre Gattuso, quien impartió la conferencia inaugural Océano y cambio climático, donde afirmó que acciones como la restauración de las zonas pantanosas, la plantación de nuevos bosques y la reforestación podrían mejorar la absorción por la vegetación y los suelos, pero indicó que la acidificación del océano no está explícitamente regulada por los tratados internacionales, y que si bien se considera una amenaza para los ecosistemas ecológicos y económicamente más importantes, así como para el bienestar humano, no existen todavía mecanismos internacionales ni financiamiento para emprender acciones que mitiguen la acidificación o la adaptación a ella.
Océano bajo la mirada del arte
Además de conocer la investigación generada en torno a los océanos, en el lobby del auditorio, los asistente podrán participar de “Las dimensiones del océano”, una instalación intermedial cuya narrativa integra la creación de objetos de especies marinas en 3D, la impresión de algunos de estos objetos en 3D, el uso de sensores, la respuesta sonora de ciertos animales marinos, y la interactividad y la inmersión a través de la realidad virtual.
“La era digital, aunada a nuestro potencial de desarrollar tecnologías de alta gama y sofisticación, nos permite aproximarnos cada vez más a la inmensidad del océano, conocer sobre las diversas especies marinas, y sus formas de convivencia e interacción. Esta es una oportunidad de acercarnos a una alfabetización oceánica desde una mirada artística”, dijo Paula Rojas, directora de la EAE-UNA.
De acuerdo con Rojas, se trata de un proyecto investigativo que involucra tanto a personas estudiantes y académicos artistas que aportan a la investigación, a la generación de los contenidos, y a la resolución técnica y/o dramatúrgica de la propuesta. Así, esta idea se convierte en un estímulo a las investigaciones desarrolladas en el LED, y una puerta para conocer, admirar y comprender los retos que tenemos como humanidad frente al océano.
La oficina de Comunicación de la Universidad Nacional, preparó un especial que reúne la trayectoria de la UNA en materia de océanos, e incluye una diversidad de esfuerzos inter, multi y transdiciplinarios que contribuyen con la producción de conocimiento sobre cómo se establece la relación entre el océano y la sociedad de una manera sostenible.
Conozca también algunas de estas iniciativas en las voces de sus especialistas, el cronograma de ambos eventos así con los proyectos de la UNA en el siguiente enlace: https://acortar.link/bOpe1u
En el vídeo de Hope Piedras del Hambre se aborda una llamada de alerta, pero también de esperanza.
La sequía extrema que vive Europa es la peor en al menos 500 años, ha dejado al descubierto las llamadas piedras del hambre en el río Elba, cuando el río ha bajado a ese nivel ha provocado fracaso de cosechas y hambrunas, así quisieron dejarlo marcado los habitantes hace siglos.
Y efectivamente, la sequía extrema y el calor inédito están haciendo fracasar cosechas por gran parte de Europa, habiéndose perdido en amplias regiones más de 50% de la cosecha de cereal, maíz , arroz y de frutas incluso ya peligra también el aceite de oliva en parte de España e Italia, vecinos haciendo fila para recibir botellas de agua porque no sale nada del grifo, situación que se repite en decenas de municipios ingleses, españoles, franceses, italianos y portugueses.
El mayor río de Europa está dejando de ser navegado, los incendios sin precedentes devoran España, Portugal y Francia, y al mismo tiempo las inundaciones catastróficas arrasan Turquía, Irán, Dubai o Corea del Sur cobrando decenas de vidas.
Nos toca ahora decidir el siguiente movimiento, la crisis climática provoca que eventos meteorológicos extremos catastróficos que deberían ocurrir una vez cada 1000 o 2000 años, empiezan a ocurrir cada 10, cada 5 o cada 2 años, el patrón es este, olas de calor y sequías extremas alternadas con lluvias torrenciales catastróficas, con este clima caótico y agresivo producir comida se convierte en misión imposible.
Esto no es la nueva normalidad a la que nos tengamos que acostumbrar, estamos en un 1,2°C de calentamiento y con cada décima de grado que aumente la temperatura global, los impactos aumentarán de forma exponencial.
Aún podemos resolver esto, ya que tenemos toda las soluciones al alcance de la mano para reducir de forma rápida las emisiones de gases de efecto invernadero y a la vez regenerar la naturaleza para restablecer el equilibrio del que dependemos, por ejemplo, cientos de estudios científicos de las universidades más prestigiosas del mundo, certifica que es totalmente viable completar de forma rápida, una transición total a las renovables limpias, electrificar la industria del transporte y la calefacción, creando millones de empleos, salvando vidas y eliminando la principal fuente de emisiones de efecto invernadero, la quema de combustibles fósiles. Y además, las renovables ya son la fuente de energía más barata que existe
Otro ejemplo, la transición a la agricultura regenerativa, capaz de retener mucha más agua en el suelo, soportando mucho mejor las sequías, permite extraer gigantescas cantidades de CO2 de la atmósfera y almacenarlas en el suelo en forma de carbono, regenerando la fertilidad natural de la tierra y produciendo alimentos sin arar los campos, ni utilizar fertilizantes químicos o herbicidas, esta técnica que quita todavía no conozcas, ocupa ya 46,000,000 de hectáreas en todo el mundo y no para de expandirse, es una solución de primerísimo nivel que combinaba con una reducción en el consumo de carne podría marcar la diferencia.
¡Podemos hacerlo!. Podemos elegir quiénes queremos ser la generación que regeneró el planeta para siempre, o la que lo convirtió en un lugar inhóspito.
Es la hora de movilizarse en masa para exigir acción climática de emergencia. Es la hora de cambiar nuestros hábitos, nuestro consumo de votar, de contagiar a nuestro entorno.