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Etiqueta: cambio climático

Información actualizada acerca de la emergencia climática. El derecho de todos a saber qué es lo que pasa

Carlos Manuel Muñoz Jiménez

Cambios en el clima impactan nuestro país

Tanto en el clima nacional como en el mundial se registran variaciones importantes que resultan ser un comportamiento diferente al que estamos acostumbrados, las condiciones climáticas extremas en nuestros país como la subida de la temperatura, la sequía o las intensas lluvias, son en palabras de científicos que continuamente estudian la afectación mundial del fenómeno, los primeros resultados del cambio de fase en el que ya se encuentra nuestro planeta “nos hemos mudado a otro planeta sin cambiarnos del mismo”, resume Antonio Turiel, investigador científico del Instituto de las Ciencias del Mar en España.

Tales comportamientos extremos afectan áreas centrales de la sociedad y Costa Rica no es la excepción.

En cuanto a la disposición del agua (que a su vez ocasiona problemas sociales), tenemos como el ejemplo más sobresaliente de este verano lo sucedido en Hatillo, así, lamentablemente, se ven los primeros atisbos de lo que podría pasar en otras comunidades con vulnerabilidad hídrica, conforme se agrave la afectación climática año con año.

En relación con los impactos en el ambiente este año, según reportó el Benemérito Cuerpo de Bomberos de Costa Rica, el país ha roto el record nacional de incendios forestales con casi un centenar en el inicio del mismo y más de 17.000 hectáreas afectadas, como consecuencia de la intensa sequía principalmente en Puntarenas y Guanacaste.

La investigadora, Kerlyn Suárez, del Programa Sectores Productivos y Desarrollo (SEPRODES) de la Escuela de Economía de la Universidad Nacional (UNA), realizó en el año 2022 un análisis de la relación del cambio climático con la economía del país y determinó áreas económicas de afectación “debido a que Costa Rica es un país que depende del clima para la realización de actividades económicas” (¿Tiene efectos el cambio climático en la economía costarricense?, UNA Comunica, 2022).

Siendo las implicaciones del sector turístico las relacionadas con los impactos sobre la biodiversidad y en el campo agropecuario las dificultades generadas por la presencia de plagas, nuevas enfermedades y cosechas anticipadas, poco previsibles, que implica aumentar la probabilidad de pérdidas.

Los altos niveles de precipitación, indicó Suárez, pueden también implicar cierres de carreteras y desbordamiento de cuerpos de agua, que impactan el comercio de bienes, el transporte de carga transfronterizo y la movilidad de las personas.

Otro aspecto que se podría ver afectado es la suspensión de servicios públicos en comunidades, que afectaría la comunicación y a microempresas.

Finalmente, el estudio hizo ver que en cuanto a sectores públicos también serían impactados el educativo y en salud por aumento de virus y enfermedades como el dengue.  En este sentido, este año el Instituto Meteorológico Nacional pronostica fuertes y cuantiosas lluvias que traerá La Niña.

Los 9 límites planetarios

En la más reciente actualización del estudio que lleva a cabo el Stockholm Resilience Centre de Suecia, hecha el pasado año 2023, indica que la humanidad como resultado del sistema de vida capitalista de consumo y producción sin límites, ya ha superado 6 de los 9 límites planetarios, el mismo estudio ha dejado en claro que la superación de cualquiera de estos pone en riesgo la supervivencia de la especie humana en este planeta.

Los nueve procesos críticos que definen los límites planetarios, en orden de importancia de afectación son: 

  1. Incorporación de nuevas entidades (sustancias químicas que se envían al ambiente) 
  2. Integridad de la biósfera (Biodiversidad)
  3. Flujos biogeoquímicos (Ciclo de fósforo y nitrógeno)
  4. Cambio climático 
  5. Cambios en el agua dulce
  6. Cambios del uso del suelo.
  7. Acidificación del océano
  8. Carga de aerosoles atmosféricos
  9. Reducción del ozono estratosférico

Los primeros 6 límites ya están sobrepasados. Estos fueron propuestos por primera vez en 2009 por un grupo de 28 reconocidos científicos liderados por el sueco Johan Rockström.

Colapso de la corriente AMOC

La corriente AMOC, es una corriente submarina de agua que recorre la Tierra, que especialmente en el norte de Europa hace posible la vida gracias a que proporciona calidez.

Para entender mejor, el norte de Europa se encuentra en la misma latitud de Canadá, sin el calor que proporciona esta corriente, esta parte del orbe se convertiría en una región tan fría como el suelo canadiense.

Muy especialmente a causa del deshielo del Ártico, esta banda de calor submarino ha venido perdiendo temperatura como efecto de la disminución de la concentración de la salinidad dentro del océano.

En julio de 2023 los científicos Susanne Ditlevsen y Peter Ditlevsen, llevaron a cabo una investigación para el Instituto Niels Bohr de la Universidad de Copenhague, que fue presentado en la reconocida revista Science Advances, donde alertaron que la AMOC podría estarse acercando al colapso gracias a las consecuencias climáticas, en algún momento de los años 2025 a 2095, poniendo como un punto muy probable el año 2057.

En otra investigación llevada a cabo por la Universidad de Utrecht, Países Bajos, presentada recientemente en febrero, publicada también por Science Advances, liderada por René M. van Westen, postdoctorado en ciencias marinas y atmosféricas, se logró determinar que existe una alta probabilidad de colapso de la corriente en los próximos 50 años, pero se desconoce con certeza si la corriente ya entró en transición.

Una importante parte de la comunidad científica está dando seguimiento a estos inquietantes estudios, no obstante, la incertidumbre de los científicos sobre el momento del colapso de la AMOC no debe tomarse como una excusa para no reducir las emisiones de gases de efecto invernadero para intentar evitarlo, dijo Hali Kilbourne, profesora asociada de investigación para el proyecto de la Universidad de Copenhague, en el Centro de Ciencias Ambientales de la Universidad de Maryland. (New York Times, 2023)

Para visualizar una idea de las consecuencias del colapso de la corriente AMOC, países como Francia quedarían sepultados 50 metros bajo la nieve, y en nuestras latitudes aumentaría dramáticamente el calor, con impactos catastróficos como la pérdida del Amazonas (Antonio Turiel).

Al lado de lo mencionado anteriormente, como estrategia para enfrentar la emergencia climática, existe un despliegue muy grande de inversión y trabajo por parte de países del norte de Europa especialmente los países nórdicos, Países Bajos, Reino Unido y Alemania, con el fin de implementar tecnologías de absorción del CO2 e impulsar la conversión de la energía hacia fuentes renovables como por ejemplo grandes parques de paneles solares y eólicos (DW, Cambio Climático), aun así, esto no es suficiente.

No hay tiempo para perder el tiempo

Con las condiciones anteriores, y la prueba científica, muchos expertos proponen que no hay tiempo para perder el tiempo, y que la sociedad tanto globalmente como localmente, debe de tomar de manera inmediata decisiones que puedan hacer frente a este desafío, entre otras cosas y fundamentado en la información suministrada por el ´Panel Intergubernamental para el Cambio Climático de las Naciones Unidas (IPCC por sus siglas en inglés), es necesaria una desaceleración del uso de los combustibles fósiles rápida, lo que nos permitiría no superar los 1,5 grados centígrados antes del 2030, que es la meta global fijada por el Panel Intergubernamental, aunque hay científicos como el Dr. James D. Hansen, director del Instituto de la Tierra de la Universidad de Columbia, prestigioso científico del clima cuyo testimonio ante el Senado estadounidense en 1988 atrajo por primera vez la atención mundial sobre el cambio climático, que explican que esto no será posible pues todo apunta a que incluso superaremos los 2 grados centígrados antes de ese mismo año, por la negación de los grandes países industriales en disminuir la emisión de carbono hacia la atmósfera. (El planeta se calienta más rápido de lo previsto, dice el científico que alertó sobre el cambio climático en la década de 1980, CNN, 2023)

En la pasada COP 28 llevada a cabo en Dubai en diciembre de 2023, los países participantes, -dentro de estos el grupo de la OPEP-, llegaron al acuerdo de abandonar los combustibles fósiles, lo que proclamaron como el inicio del fin de la era los combustibles fósiles. Para limitar el calentamiento global a 1,5ºC, el acuerdo establece que se deben reducir las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero un 43% hasta 2030 y un 60% hasta 2035 en relación con los niveles de 2019, y alcanzar las emisiones netas de dióxido de carbono cero para 2050.

No obstante, esta decisión es reprochada por quienes indican que el compromiso firmado no es coherente entre las palabras y los hechos, pues 2023 fue el año con mayor cantidad de emisiones de CO2 en la historia con 37,4 Gt (Gigatoneladas), según la Agencia Internacional de la Energía (AIE), donde estos países productores y el mundo industrial son los principales responsables, además, apuntan, que se comprometieron a abandonar los combustibles fósiles, pero no a disminuir sus ventas hasta el año 2030.

El derecho de todos a conocer del problema, proponer soluciones y tomar decisiones locales y globales

La vida de la especie humana en este planeta, no depende únicamente de las grandes decisiones políticas ni de los grupos de empresarios que poseen exorbitantes cantidades de riqueza y repercuten en las políticas económicas mundiales, hoy por hoy, ante todo lo anterior, existe un derecho que lo posee cada ser humano que respira, niñas, niños, jóvenes, mujeres, adultos mayores, personas con discapacidad, indígenas, etc., este es: el derecho de la supervivencia, dotado inalienablemente por el simple hecho de vivir.

De tal modo, es una obligación que esta información de lo que sucede en el planeta a causa de la emergencia climática se difunda y se comunique con toda la amplitud necesaria, en vista de que, estamos a las puertas de lo que los científicos están declarando como nuestra posible extinción como especie.

Reconociendo, por otro lado, que aún existe una esperanza de que podamos salir adelante con este desafío humano, es necesario que todos y todas tengamos la oportunidad de conocer, opinar, proponer y llevar a cabo acciones decisivas, es decir, es el derecho de todos de velar por nuestra continuidad en la existencia, y, al final, el derecho de cada uno de hacer lo que pueda, de aportar desde sus posibilidades su grano de arena.

Por lo tanto, también, es fundamental el estudio individual y colectivo de la temática con el fin de generar y comprobar nuestro propio conocimiento y afirmar certezas.

Compartir el mensaje

La trampa es el desconocimiento, la gran mayoría desconoce lo que sucede, y está concentrada diariamente en trabajar para sobrevivir, lo cual está bien, no obstante, nos dirigimos hacia una encrucijada donde en vista de la no reacción inmediata de la sociedad, no vamos a poder actuar a tiempo.

El problema fundamental es el consumo, relacionado con los combustibles fósiles (se consumen diariamente 100 millones de barriles de petróleo), la sociedad no toma acciones decisivas como otras alternativas u otras decisiones más radicales para impedir más consumo de CO2  y dejar de afectar los límites planetarios, que también se relaciona directamente con el consumismo, modelo económico vigente, pues cada mercadería producida y consumida en este mundo industrial necesita el uso de combustibles fósiles (gasolina, diesel, gas, carbón, etc.), en una menor medida lo requieren productos artesanales, locales, ambientales o alternativos.

Para vencer la trampa debemos de compartir el mensaje de lo que está sucediendo y así lograr que la información llegue a oídos de todos o de una buena mayoría, que podrá tomar decisiones y acciones para superar el problema más importante que debemos de enfrentar como raza humana.

Rosario de Naranjo, 8 de abril de 2024.

Urge aprobar el proyecto anti petrolero

Freddy Pacheco León

El proyecto de «Ley para declarar Costa Rica como país libre de exploración y explotación de petróleo y gas» (expediente N° 23.579), demanda ser aprobado urgentemente, para cortar de raíz la grave amenaza que hoy se cierne sobre nuestra Patria.

Y es que no es cuento, el peligro está latente, mientras se puedan otorgar PERMISOS y CONCESIONES, para que el mismo Estado (vía permisos) o empresas privadas, presumiblemente extranjeras, con o sin testaferros (vía concesiones), pudiesen lanzarse a diestra y siniestra, a buscar hidrocarburos en el subsuelo costarricense. Cabe resaltar el detallazo de prohibir el otorgamiento de «permisos», pues con ello se evita que el Poder Ejecutivo, con el impulso de un ministro cualquiera de Obras Públicas y Transportes, o de Ambiente, ¡como sucediera con ambos!, se impusieran como tarea medular, la tan destructiva tarea de buscar yacimientos, con la ocurrencia de hacerlo por medio del ICE que se encargaría de las perforaciones, como lo propuso el presidente ejecutivo de Recope, ahora a cargo del abastecimiento eficiente del agua potable. Cuando se prohibió la explotación minera a cielo abierto, solo se incluyó la prohibición de otorgar concesiones (obviamente a privados), pero no el otorgamiento de permisos, por lo que el Estado no tiene impedimento legal para, por ejemplo, explotar el oro de la mina en Crucitas, para aprovecharlo en el marco de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS). Gracias a esa redacción, tenemos la feliz oportunidad de dedicar más de US$120 millones anuales, para la atención médica de la creciente población de adultos mayores, en lo que hemos propuesto, sería un hermoso sistema hospitalario que hemos denominado “Hospital del Oro”. Pero bueno, volvamos al petróleo.

Reconocemos, que, algunas personas, gobernantes o no, después de estar escuchando por años a ciertos personajes, afirmar sin sonrojarse siquiera, que nuestro país esconde en el subsuelo gigantescas reservas de petróleo y gas metano, que nos permitirían saltar al grupo selecto de riquísimas naciones petroleras, se han creído ese cuento. Y ha sido así, pues, se han atrevido incluso, a dar cifras en centenares de miles de millones de dólares, que como no se podrían invertir sino en muchos años, se podrían ofrecer en Wall Street… por lo que no faltan quiénes se han frotado las manos, viéndose como ciudadanos del país más rico del continente.

Todo ello, sobra decir, sin poder mostrar ni un barril lleno de ese supuesto petróleo, que haría ricos a los promotores nacionales, gracias a las jugosas comisiones que, ellos esperan, pagarían los consorcios extranjeros, a los que, brindando “asesorías”, logren eliminar de la legislación tica, los conocidos impedimentos, que al lograrlo gracias a sus “contactos” a los más altos niveles gubernamentales y empresariales, les pudieren abrir, de par en par, las puertas que les permitan formalizar con el Estado costarricense, los respectivos contratos de exploración y contratación, sin tener que hacer sustanciosas inversiones financieras. Y todo bajo la sombrilla de una entreguista Ley de Hidrocarburos, que determina beneficios económicos extraordinarios a favor de las petroleras extranjeras.

Los que han venido pujando desde Zapote, unos pocos gremios de profesionales, organizaciones empresariales y algunos individuos «dispuestos a sacrificarse», ocultan que, detrás de esas iniciativas se esconde algo realmente tenebroso para Costa Rica, al enfrentarnos al dilema de escoger, entre un desarrollo turístico sustentado en nuestra riqueza ambiental, o entre un amenazante e imprevisible, «desarrollo» a partir de un supuesto «oro negro», que, reiteramos, NADIE podría afirmar con certeza, existe en nuestro pequeño y vulnerable país. Y es que hay que tener presente, que, pese a la «tecnología de última generación«, que siempre ofrecen sería utilizada, múltiples ejemplos tenemos de desastres ambientales, intrínsecos a la industria petrolera.

Por ello, el solo anuncio de esa posibilidad, acabaría inmediatamente, con potenciales inversiones en infraestructura turística, y provocaría comprensible desazón, entre los que hoy luchan por sacar adelante sus, mayoritariamente, pequeños proyectos hoteleros. La degradación instantánea del prestigio ambiental de Costa Rica, además de la vergüenza que nos provocaría como Estado, no es algo menor. Asimismo, los compromisos adquiridos formalmente, ante la comunidad de las naciones, en pro de mitigar los efectos del cambio climático, comprometiéndonos con los principios del desarrollo sostenible, se irían al carajo.  Y todo para que, como es muy posible, sean vanos los intentos, por encontrar cantidades comerciales de petróleo de calidad, que pudiesen llenar las expectativas, de los amantes de los hidrocarburos causantes del desastre climático que ya el planeta está sufriendo.

Finalmente, invitamos a reflexionar a los amigos lectores, sobre lo que piensan sería el modelo de desarrollo de la Costa Rica actual, si en los años 80, durante el gobierno de don Luis Alberto Monge, se hubiese aprobado y construido un gigantesco oleoducto interoceánico, desde Limón a Guanacaste. Resulta que la terminal en la costa del Pacífico, infraestructura para la recepción de inmensos petroleros, con su correspondientes muelles y gigantescos tanques de almacenamiento, para bombear 1.200.000 barriles de petróleo diarios de costa a costa, se habría ubicado donde hoy, en tierras del Estado, se levanta el proyecto turístico Golfo de Papagayo, motor indiscutible del desarrollo turístico de Costa Rica, o sea, en la península de Nacascolo y sus magníficas playas, en playa Panamá y en bahía Culebra. ¿Se habría constituido el turismo en la principal fuente de empleo y divisas extranjeras, de haberse levantado ese complejo petrolero en ese vital centro de turismo? ¿Cuánto habríamos perdido, como nación, si tal fuente constante de contaminación hubiera evitado el empuje turístico que hoy conocemos?

Pues amigos, es conveniente que esa lucha realizada hace 40 años, fuertemente criticada entonces por los que soñaban con falsos beneficios económicos, sirva de ejemplo para reflexionar, repetimos, acerca de la trascendencia del proyecto de ley que hoy apoyamos con entusiasmo, pues, sin duda, es de significativa importancia para la Patria.

17.3.2024

El mundo en el llamado “período de transición”

Alberto Salom Echeverría

Introducción.

La “transición” de la que se habla hoy, tanto en ciencias sociales como en las ciencias de la naturaleza, apunta a un cambio de sistema desde una producción sin restricciones de los recursos que nos provee la naturaleza, a otro en el que se imponen limitaciones a todas aquellas prácticas que no contribuyen a dar paso a una producción sostenible y sustentable con la Naturaleza y, además, que no conduzcan a una justicia social en la que, el sistema socio-económico y político abra paso a un mayor bienestar para toda la población. Desde mi óptica, se trata de consolidar prácticas distributivas de la riqueza, de modo que se produzca con mayor equidad, disminuyendo toda clase de brechas entre los segmentos más ricos en el mundo y en cada nación, frente a los más pobres y vulnerables.

Si esta es la premisa alrededor de la cual parece haberse generado un consenso, sería menester considerar seriamente cómo disminuir progresivamente la producción de contaminantes (los hidrocarburos, petróleo, gas, carbón mineral, gas metano en particular, y todo lo que de ellos se deriva), para potenciar las energías limpias llamadas a reemplazar todo aquello que coadyuva a provocar el calentamiento de la atmósfera de la Tierra y el cambio climático concurrente. Aquí hay, claro está, una frase clave, “disminución progresiva”. Significa entonces que, a la humanidad le sería poco razonable y hasta desastroso seguramente, pretender acabar ´de un solo tajo’ con la industria energética de los hidrocarburos, sobre la que está asentada la maquinaria productiva, desde el momento en el que arrancó el período de la industrialización, a mediados del siglo XIX hasta nuestros días. Esto lo ha entendido así, la inmensa mayoría del cónclave planetario de naciones que se ha reunido en “las Conferencias de las Partes” (o COP), convocadas por las Naciones Unidas para enfrentar el “cambio climático”.

No obstante, como ya no queda mucho tiempo en todo el Planeta, para reducir la producción de las industrias contaminantes (los hidrocarburos esencialmente), y para frenar las prácticas productivas consiguientes devastadoras de los mares, los bosques, los manglares, etc., las COP han adoptado un conjunto de resoluciones acompañadas de indicadores, para medir cómo ir reemplazando esta producción que acarrea gases de efecto invernadero, así como las mismas prácticas salvajes mencionadas que deterioran la naturaleza, y canalizar más bien recursos para “investigación y desarrollo” por medio de lo cual se generen otras formas de producción sostenibles y sustentables con la naturaleza, que llamamos “energías limpias”. Aquí es donde, se encuentra el “desiderátum” de nuestra época, ya que hemos continuado traspasando los umbrales establecidos científicamente en las COP.

¿De cuánto tiempo disponemos para lograr el cambio requerido?

Ciertamente, no nos es dable desmontar la maquinaria productiva que se ha creado a lo largo de decenios ya, valga decir, por decreto; pero está visto que tampoco es pertinente postergar por más tiempo la inversión en innovación para crear una industria basada en “energías limpias”. Lo escribo entre comillas, porque siempre habrá algo de contaminación, puesto que, vamos dejando a nuestro paso, necesariamente, un sedimento, una huella ecológica que, no hace más que poner en evidencia el nacimiento de la humanidad, o de cada individuo viviente en su trajinar por la tierra. Hay pues, siempre, una huella ecológica que dejamos, por lo que se trata entonces, de que la ecuación entre la contaminación producida por el ser humano y su entorno sea inferior a la capacidad de la atmósfera para regenerarse y ofrecernos un ambiente saludable o vivible, o sea, favorable al medio ambiente. Dicho en otras palabras, es menester generar una cantidad de CO2 inferior o apenas igual, pero nunca superior, que aquel que el planeta requiere consumir con el objeto de que pueda continuar así el ciclo de la vida (el umbral, como veremos está establecido por el panel de científicos). Cuando las emanaciones de anhidrido carbónico son superiores a su capacidad para regenerarse, estamos en problemas. No otra cosa es lo que está ocurriendo en nuestros días, provocado esencialmente por la actividad productiva desproporcionada del ser humano, en medio de un modelo productivo de “neoextractivismo”, llamado así, para diferenciarlo del modelo productivo que imperó durante el período colonial e inclusive neocolonial, en esta época de industrialismo desenfrenado. Este es el tema, hemos desatado un “industrialismo voraz” para sostener sociedades consumistas, en las que, dicho sea de paso, una minoría consume en exceso, y los más, no llegan a consumir lo indispensable.

El panel de científicos anexo a las COP ha constatado que como humanidad continuamos traspasando las metas autoimpuestas. Al hacerlo, nos arriesgamos a provocar mayor calentamiento en la atmósfera, merced al efecto invernadero, que el umbral establecido por los científicos, insisto, de 1,5° grados centígrados al 2050; o sea, una temperatura que llegaría a estar, en esa medida, por encima de la era preindustrial (la que existía aproximadamente antes de1850). Todavía no hemos llegado ahí, pero nos encontramos peligrosamente acercándonos a dicho limen.

Antes de demostrar con datos que nos abocamos a una situación de crisis indeseable que, dejará por fuera de la vida a un alto porcentaje de los más desvalidos de la tierra, creo indispensable citar al sociólogo portugués, Boaventura de Sousa Santos hablando acerca de la crisis de la democracia, nos dice que: “El modelo de capitalismo que hoy domina es cada vez más incompatible con la democracia, incluso con la democracia de baja intensidad en la que vivimos, una democracia centrada en democratizar las relaciones políticas y dejar que sigan imperando los despotismos en las relaciones económicas sociales y raciales, etnoculturales y de género. Me refiero -añade de Sousa- a la prioridad de los mercados sobre los estados en la regulación económica y social; la mercantilización de todo lo que pueda generar ganancias, incluidos nuestros cuerpos y mentes, nuestras emociones y sentimientos, nuestras amistades y nuestros gustos; relaciones internacionales dominadas por el capital financiero y los super ricos.” Es preciso aclarar además que, para Boaventura De Sousa, en los modelos de desarrollo industrial, hubo dos versiones históricas, la generada por el “capitalismo” y la del “socialismo soviético”, las cuales, desde la óptica de su relación con la naturaleza, fueron muy similares. (Cfr. Sousa Santos, Boaventura. “Las Transiciones del mundo: dónde y hacia dónde”. Revista digital La Razón. https:/www.la-razon.com/político/2022/08/28/las-transiciones-del-mundo-donde-y-hacia-donde/ La Paz, Bolivia.)

De Sousa luego, cita a su coterráneo, el secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, quien ante la situación que nos encontramos y que nos angustia proclamó: “O acción colectiva, o suicidio colectivo”. De Sousa enseguida destacó que las regiones del mundo que a causa del modelo productivo “neoextractivista” que impera, padecen más intensamente la crisis ecológica, son: África, algunas islas del Pacífico y algunos países del sur de Asia, Bangladesh entre ellos, donde una cuarta parte de cuyo territorio se encuentra inundado, afectando a unos cuatro millones de personas. Asimismo, expresa que, en el 2020, el hielo glacial en el círculo polar Ártico, experimentó la mayor reducción jamás registrada en solo un mes. Por otra parte, se está conformando un “nuevo continente” -lo llamó así- el de los plásticos en el océano Pacífico, que se extiende desde California hasta el archipiélago de Hawái. Finalmente subraya que, de continuar el actual ritmo de calentamiento global, dado que la mayor parte de la población mundial habita en las regiones tropicales y templadas de la Tierra, en la parte del sudeste de Asia, entre 1.000 y 3.000 millones de personas quedarán, durante 50 años fuera del “nicho climático” en el que se pueda sobrevivir. Estamos, por ende, en una situación límite, en la que no hay prácticamente tiempo de holgura.

Es importante saber que, cerca del 40% del dióxido de carbono emitido a la atmósfera por los seres humanos, desde 1850 permanece en ella durante miles de años. Las estadísticas oficiales lamentablemente confirman que las emisiones de CO2 no han bajado durante los últimos años, con excepción de los meses de confinamiento -debidos principalmente a la pandemia de la COVID 19-. Los países que más han logrado reducir sus emisiones de dióxido de carbono son en su orden: Alemania, México, Francia, España, Italia y Arabia Saudita. En cambio. Los países más contaminantes como son: China y Los Estados Unidos continuaban aumentando sus emisiones de CO2 hasta el 2023. Por otra parte, solamente dos países hasta esa fecha habían alcanzado la carbono neutralidad, es decir, carbono cero o neutralidad climática, estos fueron El Vaticano y Bután. Para lograr dicha neutralidad en las emisiones de dióxido de carbono, hay que seguir uno de dos caminos: a. utilizar energías renovables, que no producen dióxido o son muy bajas en esas emisiones, se habla en este caso de economía descarbonizada. b. El segundo camino es pagar a otros para capturar y almacenar el 100% de las emisiones de carbono a la atmósfera (por ejemplo, plantar árboles. También se obtiene al financiar proyectos de carbono que previenen futuras emisiones o comprando créditos de carbono. (Cfr. Durán, Rafael -18 de julio 2022. “Las empresas dejan su huella en los bosques” citado en es.m.wilkipedia.org).

Ideología antes que ciencia, negocio por encima de la Patria.

Al analizar el caso de Costa Rica con relación a la exploración y eventual explotación de petróleo y gas, quedan en evidencia dos circunstancias cruciales: 1. la primera es que, una gran parte de los que buscan apuntalar esta aspiración están envueltos en una trama ideológica antes que en un intento por acercarse a una visión científica de la cuestión junto con sus soluciones. Quienes parten de esta premisa solamente quieren ver, obsesivamente, como opción y, como dos caras de una misma moneda, al productivismo y su correlato el consumismo. En ambos casos, como dice de nuevo De Sousa, suponen que el crecimiento económico es infinito, y esto, en la circunstancia costarricense significa que, tienen por seguro que la exploración encaminada a encontrar petróleo y gas en el subsuelo culminará en un final feliz: suponen otra vez que, la mencionada exploración y la explotación del petróleo y el gas, nos sacarán de los apuros económicos que padecemos, y además fantasean con que ello ocurrirá en el cortísimo plazo. Desdeñan en cambio, el hecho de que las élites económicas y los Estados que amparan tales circunstancias andan sin cesar tras la intermediación de la explotación de los hidrocarburos, como una de las principales fuentes de su poder económico, antes que resolver la situación económica de los más vulnerables. Para esto último es imprescindible la transición del modelo neoextractivista a otro que sea económicamente sostenible y sustentable. O sea, un modelo del “Buen Vivir”.

En cambio, para las élites económicas y políticas, la priorización de esa fuente de poder convierte por arte de birlibirloque, valga decir, por arte de magia, la transición en una frase vacua, carente de contenido, que, por lo consiguiente no quiere decir nada. 2. La segunda circunstancia, nos remite a otro hecho igualmente significativo; consiste en el hallazgo de la investigación periodística de un caso muy revelador, el del exministro Dobles Arias, ya que, según lo ha revelado el diario La Nación, el exministro mantuvo una relación con “…empresas petroleras interesadas en extraer hidrocarburos en suelo nacional, desde hace más de dos décadas.” O sea, desde antes inclusive de ocupar el cargo de ministro de Ambiente en la segunda administración de Oscar Arias, del 2006 al 2010. En forma concomitante con la denuncia periodística, la Unión Costarricense de Cámaras y Asociaciones del Sector Empresarial Privado (UCCAEP), ha procedido a separar a Dobles Arias de su comité de energía. Mientras se aclaran las dudas levantadas por la investigación, afirmamos que, de resultar ciertas las denuncias entrañaría un posible conflicto de interés de parte del exministro Dobles, tras haber firmado un convenio en el 2010 con la Black Hills Corporation, empresa dueña de Mallon Oíl. En efecto, de acuerdo con un documento en poder del diario La Nación -nos relata el periodista Diego Bosque- Dobles habría pactado “…millonarias regalías con Black Hills, a cambio de impulsar la exploración y explotación de petróleo en varios bloques terrestres de la zona norte.” (Cfr. Diario La Nación. “UCCAEP separa a exministro Dobles de Comité de Energía” por el comunicador Diego Bosque, 10.03.2024. Pp.3). Por ello, Dobles habría recibido de acuerdo con el contrato la suma de $4.000 por mes (equivalentes a 2.1 millones de colones, aproximadamente). Además, el acuerdo contempla gastos de representación por cenas, hoteles, gasolina, transporte y otros. Adicionalmente, se contempló en el convenio que, al entrar en vigor la explotación de petróleo y gas natural, Roberto Dobles recibiría entre el 2.5% y el 3% de las utilidades por año a lo largo de todo el período de la extracción, lo que se definiría de acuerdo con el valor promedio anual del petróleo. Se contempla adicionalmente en el convenio, porcentajes idénticos por la eventual extracción del gas natural. (Ibidem.)

Hay pues, suficiente evidencia cuya veracidad se deberá comprobar en la investigación periodística, o en eventuales acusaciones de la fiscalía, toda vez que las denuncias dan lugar a pensar que podría haber en el caso de marras, de probarse las mismas, cuando menos un conflicto de interés, puesto que el exministro promovió gestiones en favor de la empresa petrolera, cuando todavía se desempeñaba como jerarca del ramo.

Por lo consiguiente, en el caso costarricense es valedera la hipótesis según la cual una parte de los que buscan apuntalar la exploración y explotación de petróleo y gas natural, están indisolublemente involucrados con intereses de grandes corporaciones petroleras, que buscan darle cima al modelo neoextractivista, invalidando o nulificando por tanto, un curso hacia una transición energética que abra cauce a un modelo económicamente sostenible y sustentable, que se compagine con la carbono neutralidad.

Campaña de limpieza en San Francisco de Goicoechea

¡Acompáñenos a nuestra primera jornada de limpieza urbana del 2024 en San Francisco de Goicoechea! 

Fecha: 21 enero 2024

Hora: 8:30 a.m.

Punto de encuentro: Parqueo de la Iglesia de Ladrillo. 

¿Qué llevar?

  • Hidratación en botella reutilizable.  
  • Gorra o sombrero. 
  • Guantes reutilizables. 
  • Zapatos cerrados. 
  • Bloqueador solar. 

La inscripción se realizará mediante el siguiente enlace: https://forms.gle/Q9kXggZfBkN5pSQcA

Además recuerde que puede llevar sus tapitas plásticas para apoyar nuestra campaña de recolección.

¡Le esperamos para juntos darle una mano al medio ambiente! 

¿Sombras nada más?

Por Memo Acuña. Sociólogo y escritor costarricense.

En la transición entre el 2023 y este recién estrenado 2024, algunos medios de comunicación internacionales y especializados colocaron en la agenda la discusión sobre un nuevo término para definir el impacto de las acciones humanas sobre el planeta.

Al parecer ya la fatiga del término “huella de carbono” ha hecho de las suyas y no es útil para abordar la complejidad de las acciones humanas sobre su entorno.

Ahora la propuesta resulta un tanto más integral: “sombra climática”, que implica una visión más holistica (según los propios medios) y recupera la sumatoria de las decisiones individuales (y colectivas) sobre el ambiente.

Este concepto, por interesante y novedoso, asume por ejemplo que las decisiones como votar o tener conciencia sobre el cambio climático, son aspectos que van dejando tras de sí una estela, una especie de sombra que afectará de forma individual y luego colectiva, la vida en este mundo.

Me resulta evocador y provocador este término. No solo porque la evidencia de que algo con este clima veraniego está pasando y tiene que ver de forma irrefutable con nuestras acciones sobre la misma naturaleza, sino porque ya empieza uno a entender que los impactos de las formas como estamos eligiendo van más allá de entregarle la gerencia del país a personas sin expertiz, o lo que peor, con oscuras intenciones.

Este 2024, en todo caso, inicia con claroscuros a nivel político. Lo ocurrido en Guatemala en la toma de posesión del nuevo presidente, Bernardo Arévalo, solo confirma que las decisiones en el pasado se expresarán en el presente e impactarán definitivamente nuestro camino. En Costa Rica y a la vuelta de la esquina decidiremos en pocos días el destino del ámbito local en las elecciones municipales. No es menor lo que se juega. Por ejemplo, el desarrollo de localidades realmente deterioradas, su cohesión social.

No son sombras nada más las que se ciernen sobre nosotros cuando actuamos como actuamos al tomar decisiones políticas. Son huellas que se quedarán definitivamente y para siempre reflejadas en nuestra vida y nuestro entorno colectivo. Ya estamos pagando estas consecuencias en la sociedad costarricense con el finiquito de lo que alguna vez fue excepcional.

Disipemos esas sombras. Construyamos algo distinto.

Costa Rica en la COP 28: el concepto de transición ecológica

Alberto Salom Echeverría

“El Concepto de transición ecológica abarca, el conjunto de medidas y

estrategias adoptadas en la esfera política, económica y social para la

lucha contra la contaminación y el cambio climático y para la protección de

la biodiversidad y de los recursos naturales.”

Costa Rica, nuestro “pequeño-gran país” había conquistado un gran prestigio en el contexto mundial de naciones, por haber apostado a un desarrollo verde, ambientalmente sostenible en gran parte de su pequeño territorio. El sexto informe del Estado de la Nación constata con datos fehacientes que, más del 50% del territorio costarricense está cubierto de ecosistemas naturales y adicionalmente un 26% de éste lo constituyen agroecosistemas arbolados y forestales. Con escasas excepciones, todos los gobiernos anteriores al actual del presidente Chaves, han permanecido adheridos a esta determinación sin alterarla en lo medular, aunque ha habido doblez, como cuando se ha permitido a particulares incursionar en los territorios indígenas, o se ha vuelto la vista al lado para disimular la tala de árboles en parques nacionales para robar madera.

En febrero del 2020, el gobierno costarricense del presidente Carlos Alvarado Quesada, dio un paso trascendental adelante al dar a conocer el “Plan Nacional de Descarbonización para el 2050”; una estrategia orientada a demostrar como dijera el presidente Alvarado que: “El plan de descarbonización consiste en mantener el crecimiento económico en una curva ascendente y al mismo tiempo generar una curva descendente en el uso de combustibles fósiles, para dejar de contaminar.”

En su momento esta estrategia recibe el apoyo de los más amplios sectores sociales y políticos costarricenses, independientemente de las diferencias que hubiesen tenido unos y otros con el gobierno. Se trata de uno de esos vértices cruciales del alma costarricense que refleja nuestros sueños e identidad única. Es uno de esos objetivos de largo aliento que distinguen una nacionalidad, cuyos antecedentes son la declaratoria de la gratuidad de la enseñanza pública, las garantías sociales y el código del trabajo, la justicia social, la garantía de la libertad en general y de la libertad electoral en particular, la igualdad de derechos entre el hombre y la mujer, la no discriminación a los derechos de las minorías y, ¡cómo no!, la abolición del ejército para consagrar la vocación de paz y la civilidad.

Fue por eso, por la apuesta a un desarrollo sostenible y sustentable, por lo que, nuestro país recibió ese año el premio “Campeones de la Tierra” del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente. Un reconocimiento singular que dio pábulo a los esfuerzos de Costa Rica por convertirse en un colíder, junto a Chile, de la conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP 25) que se llevó a cabo en Santiago de Chile, en diciembre del 2020.

Sin embargo, desoyendo la resonancia planetaria del decantado consenso nacional alrededor de la sostenibilidad eco ambiental, del estilo de desarrollo sustentable que se estableció a lo largo de décadas de esfuerzos previsores, el actual gobierno del señor Chaves Robles y su equipo de trabajo, se separaron abruptamente de esta tradición, al optar por la pretensión de recorrer el pedregoso y desprestigiado camino de la exploración y explotación del petróleo y del gas natural. No solo quiebra una tradición, de acometer esa ruta, también rompe con las enormes posibilidades que poseemos como nación de desplegar un desarrollo sostenible y sustentable para alcanzar la carbono neutralidad en el 2050, tal como se estableció en el mencionado Plan Nacional de Descarbonización al 2050. Un aporte de ejemplo valeroso de una pequeña nación como la nuestra, ante las tribulaciones que padecemos como humanidad por el calentamiento global y el cambio climático.

¿Podemos prescindir de las energías fósiles en este momento? Está claro que se trata de una transición ecológica, por lo consiguiente no podemos desprendernos por completo de estas energías contaminantes súbitamente. Pero la estrategia en la transición debe implicar el objetivo de potenciar las energías limpias -como en gran parte lo había venido haciendo Costa Rica- y al mismo tiempo disminuir nuestra dependencia de los combustibles fósiles. Si no es ese el objetivo cardinal de esta época de transición, entonces no quiere decir nada. Se trata de continuar moviéndonos hacia una nueva política económica y social, así como una nueva cultura con la vista puesta en un desarrollo limpio, verde, sostenible y sustentable que, también ha demostrado ser rentable.

La nueva política en la transición conducente a la descarbonización debe implicar como se señala en el Plan de Descarbonización, una reforma ambiental para crear nuevas instituciones modernas, digitales y flexibles para gestionar la transformación en el estilo del desarrollo. Ha de implicar una reforma al sistema de transporte público reitero, basado en energías limpias; el plan también dejó establecido el propósito de crear mecanismos eficientes para la recolección, separación, reutilización y eliminación de residuos; deberá producirse un incremento de la cobertura forestal a un 60%; en la política fiscal se estableció la meta de aumentar los impuestos a aquellas actividades económicas que continúen utilizando combustibles fósiles y también a aquellas otras que produzcan contaminación ambiental. Antes de la COP 25, de diciembre 2020, Costa Rica propuso al cónclave mundial tres prioridades: “ciudades y movilidad sostenibles, soluciones basadas en la naturaleza, y economía azul.”

¿Cuánto de estos propósitos y metas loables que se habían formulado se han programado por parte del gobierno actual? Todo indica que fueron echadas por la borda, cuando revisamos la actuación silenciosa de los representantes del actual gobierno en la reciente COP 28 de Dubái. Tampoco se promovió la participación de Organizaciones No Gubernamentales, como lo venía haciendo Costa Rica en las anteriores conferencias dedicadas a buscar acuerdos estratégicos para combatir el cambio climático. Y luego, se produce el gazapo conducente al descrédito de nuestro país, en que se incurrió tras haber anunciado la intención de encaminarse a la exploración y explotación del petróleo y del gas. Todo indica que el gobierno actual acometerá un camino errático, que asombró al mundo, ya que, entre otras cosas, se abstuvo de firmar la declaración de los países agrupados bajo las siglas de BOGA, (Beyond OIL & GAS Alliance, por sus siglas en inglés), una alianza de la que formaba parte nuestro país, encaminada a abandonar progresivamente la explotación de los hidrocarburos, del petróleo y gas; algo exactamente opuesto a las nefastas pretensiones señaladas por el Gobierno de Chaves más recientemente.

A este gobierno, o desgobierno lo llamo yo, carente de planes, excepto este desafortunado, sin políticas claras para la transición ecológica, le restan unos dos años y medio; un largo trayecto todavía, que amerita una seria atención por parte de los sectores democráticos que tengan la mira puesta en el progreso y en el desarrollo sostenible y sustentable con la ecología, con la Naturaleza en su conjunto y con la vida. Se impone una gran alianza para impedir un daño a nuestro país como el que se produciría si se le permite actuar en la dirección indicada por Chaves y sus acólitos. No podemos mantener una actitud pasiva o expectante. El futuro para una economía limpia, de colores verdes y azules, está en las manos de los amplios sectores sociales y políticos que se identifiquen con este vértice que significa el desarrollo ambientalmente sostenible y sustentable.

Compartido con SURCOS por el autor.

Nuevo paradigma en la lucha contra el cambio climático para el cuidado de la casa común: el trato hacia la naturaleza, la tierra y la transformación en el modo de producción actual

La Universidad de Costa Rica y la Rectoría le invitan a participar el próximo viernes 17 de noviembre a las 10:00 a.m. de la charla: “Nuevo paradigma en la lucha contra el cambio climático para el cuidado de la casa común: el trato hacia la naturaleza, la tierra y la transformación en el modo de producción actual”. Será impartida por el teólogo Leonardo Boff.

Para reservar su espacio, ingrese al siguiente enlace: https://rectoria.ucr.ac.cr/eventos/

Lanzamiento de exhibición: Reliquias de 2 Futuros Opuestos

El próximo miércoles 18 de octubre se llevará a cabo la exhibición de arte pop: “Reliquias de 2 futuros opuestos, proyecciones para el próximo siglo de cambio climático en Costa Rica”. La exhibición se estará realizando en  la Fundación Friedrich Ebert, Rohrmoser, San José a las 6 de la tarde. 

Para inscribirse, llenar el siguiente formulario: https://forms.office.com/pages/responsepage.aspx?id=tpID4-CT0ku1xLLLi8G4fXodLUy1RFhNqzNrGK3jMDFUQkhGVjQzWTdPRDhSR1JSQzBJTDdIWTdXSi4u 

Las inscripciones finalizan el 13 de octubre. 

Compartido con SURCOS por Lorea Pino.

Las universidades públicas ante al cambio climático

MBA Lic. Bach. Luis G Martínez Sandoval
Académico Universitario Titular
Carreras Comercio Exterior, Administración Aduanera
Sede Central UTN www.utn.ac.cr
Especialista en Relaciones Económicas y Políticas Internacionales,
MBA Administrador de Empresas énfasis Mercados Globales y Negocios Internacionales.
Ex Funcionario Banco Mundial IFC – Ecuador- y, América Latina,
Escritor, Científico Social

luis.martinez.sandoval@gmail.com

Luis G. Martínez Sandoval.

La Tierra es nuestro hogar y el daño a la Madre Tierra es irreversible. Los límites del crecimiento (Meadows:1972) han sido superados y hemos talado el árbol de la ciencia del bien y del mal.  El Huerto del Edén creado por Dios para que el ser humano lo “labrara y lo guardase” (Génesis: 2:15) no solo está devastado y destruido sino también hemos eliminado los querubines (Génesis: 3:24) que con sus espadas encendidas guardaban el árbol de la vida.

Hoy, a veintitres años del Siglo XXI y la Tierra con más de 8 mil millones de seres humanos guiados por la sociedad capitalista hiperconsumista global como las sociedades de economia planificada que depredan sin límites los seres vivos de los reinos biológicos, la academia e investigación científica debe dar las respuestas a los problemas desde los centros de educación superior universitaria pública.

Las Universidades Públicas ante el cambio climático tienen la responsabilidad de asumir el liderazgo para crear seres humanos diferentes, que le hagan frente al calentamiento global inducido por: los seres humanos cuyos impactos (IPCC: 2023) son generalizados y severos con emisiones globales que alcanzarán su punto máximo antes de 2025 en las trayectorias alineadas a 1.5 °C y que son producto de la quema de combustibles como el carbón, petróleo y gas. La detonación de más de 2.500 bombas nucleares o dispositivos con carga atómica desde 1945 a nuestros días encabezados por EUA, ex URSS y Francia. La deforestación de selvas y bosques, el excesivo uso de fertilizantes, los residuos y  la ganadería.

Este cataclísmo guiado por ese “atlas del sufrimiento humano y una acusación incriminatoria del fallido liderazgo climático” obliga a  las universidades públicas a cumplir con la Carta de la Tierra y sus pilares: Respeto y Cuidado de Vida, Integridad Ecológica, Justicia Social y Económica, Democracia, No violencia y Paz para cuidar la Pachamama, o Madre Tierra. Están llamadas a liderar, guiadas por sus principios de la conservación, mejoramiento del medio ambiente y el fomento del desarrollo sostenible.

Desde la academia, la extensión, la acción social, la investigación, el movimiento estudiantil y el Consejo Universitario deben contribuir en la búsqueda de soluciones concretas y de corto plazo a los desafíos del cambio climático. Esa es su razón de ser en el Siglo XXI dado, que tienen el deber de desarrollar programas especiales para construir sociedades guiadas por la responsabildad social ambiental y la economía circular. Asimismo, deben estimular la indagación y la construcción de nuevos conocimientos y el impulso del modelo de desarrollo socio económico autosostenible.

En este momento crítico de la humanidad, las universidades públicas tienen el compromiso de hacer suyo el gran mensaje del Jefe indio Seattle, de la tribu Suwamish (1854) y la Carta de la Tierra (lanzada formalmente el 29 de junio de 2000) y sus pilares, para no solo ayudar a enfrentar el cambio climático sino la gran soledad espiritual que permea al ser humano, desde que perdió su misión de labrar y guardar el Huerto del Edén y proteger el árbol de la ciencia del bien y del mal y el árbol de la vida.

El concepto de transición energética del Exministro de Ambiente y Energía Roberto Dobles

Alberto Salom Echeverría

El viernes 8 de los corrientes me permití comentar el primer artículo del ex ministro de Ambiente y Energía en el período 2006-2010, Roberto Dobles Arias. Lo hice a sabiendas que vendría otro artículo de su parte; no me esperé con el objeto de que el mío no se me hiciera inconmensurablemente largo; sin embargo, resultó largo siempre, dada la importante temática que se aborda. Ruego paciencia y sapiencia a mis lectores. En lo que sigue encontrarán un conjunto de observaciones al II artículo aparecido en la versión digital de la República.net el lunes 11 de setiembre del 2023, perteneciente a Roberto Dobles Arias.

La importancia de esta discusión.

Este tema de la Transición Energética reviste como se verá la mayor importancia y actualidad. Enuncio de inmediato el concepto de Transición Energética al que adhiero, a fin de evitar equívocos o ambigüedades. Según la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA), la transición energética consiste en un cambio gradual y constante del uso de la energía a nivel mundial desde las fuentes fósiles a un sistema de cero emisiones de carbono para el año 2050.

Como ya muchas personas saben, si esta transición o cambio del uso de energías fósiles para pasar a energías “limpias”, no se produjera a nivel mundial, con la celeridad indicada, nuestra “Casa Común”, valga decir, la única que tenemos para vivir dignamente, sobrevendría con toda seguridad, un colapso o destrucción de la vida humana en ella, así como de las especies actualmente existentes. De ahí se deduce que, nos tenemos que tomar con seriedad las advertencias de la mayoría de los científicos ecologistas, geólogos y demás, y proceder a introducir las modificaciones que se nos han sugerido hacia la descarbonización de la atmósfera, con perentoriedad, es decir, con urgencia. Es el último plazo que tenemos. La temperatura no puede aumentar por encima de 1,5° centígrados, ósea, por encima del clima que imperaba en la tierra (como promedio) en la era preindustrial (estamos hablando, más o menos, de 1850). Pero, las noticias que se nos dan reiteradamente no son buenas. En otras palabras, el clima continúa calentándose más de lo aconsejable.

El umbral de 1,5°centígrados se estableció en la cumbre de París, a pesar de la resistencia de potencias como Estados Unidos y China. No obstante, después de una lucha tenaz, lograron firmar un compromiso para reducir globalmente el CO2 de la atmósfera. Posteriormente en las siguientes “Conferencias de las Partes” promovidas por Naciones Unidas (las COP), las naciones se fueron encontrando decepcionantes resultados en cuanto a las metas de cumplimiento que se fijaron. Una gran parte de los Estados de los países desarrollados defeccionaron, no fueron capaces de acometer con responsabilidad, las metas que habían asumido desde el 2015, en el marco de los compromisos internacionales. Ha habido excepciones, pero son las menos. La acción de los Estados orientada a garantizar el suministro de energía de manera sostenible medioambiental y económicamente, a través del abastecimiento exterior y la generación de fuentes autóctonas, fue sobrepasada por la emisión de CO2, derivada a su vez de la falta de voluntad política o la incapacidad para reducir las inversiones en gases contaminantes de efecto invernadero, a saber: el carbono, el petróleo, el gas natural y el metano.

Escenarios importantes que no favorecen la cooperación entre las naciones y que no están tomados en cuenta en el discurso de Dobles. (Al menos no lo ha dicho expresamente).

Lo anteriormente señalado pone al descubierto, que globalmente la humanidad se encuentra en una situación más calamitosa que aquella de la que se partió en el 2015, en la Conferencia de las Partes celebrada en París. Por lo tanto, el esfuerzo global que se debe hacer hoy es infinitamente mayor que hace ocho años. El panorama internacional, no es auspicioso de un nuevo y mayor impulso de cooperación entre las naciones, para bajar las emisiones de efecto invernadero.

La afirmación que acabo de hacer la sustento en varios hechos que paso a enumerar someramente:

1. La guerra ruso-ucraniana refleja una enorme desconfianza entre los países europeos de la OTAN, encabezados y acicateados por Los Estados Unidos e Inglaterra, que apoyan decididamente a Ucrania frente a Rusia; esta nación por su parte está respaldada por Corea del Norte, Bielorussia y otros países vecinos de Rusia, y parcialmente por China. La guerra ha venido en una escalada, que afecta tanto el clima político mundial, como el clima en sentido estricto, ya que el uso de armas de grueso calibre produce emisiones de CO2 que, en nada contribuyen a descarbonizar la atmósfera.

2. En el Pacífico nororiental, se agudizan las contradicciones entre Corea del Norte, apoyada políticamente por China y Rusia, frente a Japón y Corea del Sur principalmente, que cuentan por su parte con el inveterado e incondicional respaldo de los Estados Unidos.

3. Las rencillas entre La República Popular China y la isla de Taiwán se han vuelto a encender en el sureste de Asia. De nuevo ahí, Los Estados Unidos mantienen tanto en el terreno político como en el militar un importante soporte a Taiwán, si bien la guerra no ha sido declarada, pero está latente.

4. Otro punto caliente que no favorece la cooperación internacional para luchar contra el cambio climático, es la región del Medio Oriente, donde el conflicto palestino-israelí aflora a cada instante, en medio de la tensión entre las poblaciones árabes y de Israel, por aparte se desarrollan conflictos que enfrentan a diferentes facciones de las culturas radicadas en el oeste de Asia.

5. En el continente africano actualmente prevalece un hervidero político y militar, a causa de los enfrentamientos étnicos, favorecidos por las artificiales divisiones de fronteras que dejaron las potencias coloniales europeas. La intrincada situación económica fruto también de los resabios de la lucha anti neocolonial en el África, solo favorece el enfrentamiento de muchos gobiernos emergentes con países europeos que devastaron mediante el colonialismo el continente africano. A la vez, en la región latinoamericana aflora una corriente de gobiernos progresistas que no necesariamente se identifican con los de izquierda, pero todos en mayor o menor medida están crispados frente al gobierno de los Estados Unidos por su política belicista a nivel internacional, por su falta de apoyo a las apremiantes necesidades de los pueblos latinoamericanos y por su incongruente e inestable posición frente al cambio climático.

Dentro de este contexto, no se puede dejar de mencionar que en el panorama mundial tiende a fortalecerse una corriente de naciones denominada G-77 + China, que tiene como uno de sus propósitos centrales la lucha contra el unilateralismo y el hegemonismo que ejercen Los Estados Unidos, junto a las principales potencias de Europa occidental e Inglaterra. Es posible que, en el mediano o largo plazo, esta corriente sea auspiciosa de la lucha contra el cambio climático, en favor de la paz y la distención internacionales; pero en lo inmediato se presenta como otro elemento de tensión y discordia frente al viejo y obsoleto paradigma del unilateralismo y el hegemonismo encabezado por los Estados Unidos.

Las principales olas de calor en el mundo actual, que no aparecen en el discurso del exministro Roberto Dobles Arias sobre la Transición Energética.

En primer término, no es posible tampoco hablar de “Transición Energética”, como pretende el señor Dobles, sin identificar además de lo descrito en el apartado anterior, las olas de calor que van creciendo cada día en todo el orbe. En segundo término y muy vinculado con lo anterior, la “Transición Energética” solamente se da, si la cooperación mencionada entre naciones desarrolladas logra crear un polo de poder suficientemente sólido, más allá de discrepancias ideológicas, como para enfrentar los enormes negocios de empresas transnacionales, que no atinan a cambiar el destino de sus inversiones fincadas hoy en la energía de los combustibles fósiles. En tercer lugar, la “Transición Energética” no se puede propiciar mientras prevalezcan los países luchando por separado, insisto, cada uno por su lado, contra el uso de combustibles fósiles.

Esta ruta aislacionista (que parece ser la que está presente en el discurso del señor Dobles respecto a Costa Rica), fue la que siguió entre otros países de Europa, el Reino Unido, adoptando por cierto una actitud que los autores denominaron “auto flagelante”, merced a la responsabilidad que les compete por haber causado mucho daño ambiental al planeta, derivado de la “industrialización temprana”; así lo afirman Benedict Macon Cooney y Tone Langengen (ambos asesores del mandatario Tony Blair en su administración, y miembros del “Institute for Global Change” de Blair). Empero, de una manera muy apropiada, advirtieron: “No hay duda de que los gobiernos europeos deben cumplir sus objetivos de reducción de emisiones, pero el cambio climático es un problema global, y los países industrializados deberían lograr esas metas desplegando políticas prácticas y desarrollando soluciones tecnológicas que impulsen el crecimiento económico interno y, al mismo tiempo, sustenten la transición a las energías verdes en el extranjero.” (Cfr. Macon Cooney, Benedict y Langengen, Tone. “Cerremos la Brecha de las Tecnologías Limpias.” La Nación, 5.9.2023 pag. 21) Esta es una de las claves de la cuestión denominada la “Transición Energética”. Cualquier intento individual, desprendido de una estrategia de cooperación internacional, sobre todo cuando pretende ser acometida por países subdesarrollados, está condenada al más rotundo fracaso. Este es el quid de la cuestión.

Identifiquemos ahora en concreto, algunas de las principales “Olas de Calor”, que constituyen una advertencia en el sentido de que no podemos seguir “jugando con fuego”, como lo hacen todos los desatentos de cara a la situación del clima globalmente considerado, que quieren seguir promoviendo los negocios de los hidrocarburos, sin tener en cuenta todos estos fenómenos que describiremos enseguida, y que se suman a la falta de cooperación de parte principalmente de las naciones de mayor desarrollo industrial, que son también por lo general las de mayor producción de gases de efecto invernadero.

1. El investigador del CATIE, Lenin Corrales Chaves, (actualmente es el presidente del Consejo Científico de Cambio Climático de Costa Rica y Asesor Senior de la Unidad de Acción Climática (http://labmeh.catie.ac.cr/) del Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (CATIE) -www.catie.ac.cr-).establece una hipótesis clave para todo lo que puede sobrevenir, si no somos capaces de atajar las fuentes de estas “Olas de Calor”. La hipótesis de Corrales señala que el Clima en el 2023 es un preludio del futuro. La situación -afirma Corrales- es más alarmante de lo que se pensaba. “Los registros de los meses de junio y julio (del 2023), destacan un aumento en las temperaturas medias mundiales y superan las cifras récord anteriores por 0,2°C y 0,3°C respectivamente… De seguir esta tendencia, es posible que el 2023 se corone como el año más cálido jamás registrado en la historia moderna, [como] lo reconocen algunos científicos.” (Cfr. Corrales Chaves, Lenin. (Investigador del CATIE) “El Clima en el 2023 como preludio del Futuro.” La Nación, sección del Foro, p.26 10.08.2023.)

2. De manera semejante, “Olas de calor extremo sofocan a EE. UU, Europa y Japón”, como se titula un artículo de julio del presente año, en el que se establece que “muchas zonas del planeta registran récords de temperatura”. Italia, por ejemplo, dice después: “declaró alerta roja para varias ciudades del centro”. En Roma la capital, se vaticinaron temperaturas hasta de 36°C y 37°C, que subieron hasta 42°C y 43°C. Esta información proviene del Centro Meteorológico Italiano (CNI). Otro tanto ocurrió en España, donde en regiones como Islas Canarias y Andalucía, se batieron récords de calentamiento, pues los registros marcaron más de 40°C, lo que provocó concomitantemente incendios como el de La Palma en Islas Canarias, donde se quemaron más de 2.000 hectáreas. El mismo fenómeno se presentó este verano en Francia, Alemania, Polonia y Grecia. En Los Estados Unidos se produjo una intensa canícula (período más caliente del año), que se extendió desde California hasta Texas, pero también en Arizona y otros estados. El Valle de la Muerte en California, registró un calor récord al traspasar los 56,7°C establecidos en 1913. Otro tanto se suscitó en Canadá, donde brotaron más de 500 focos de fuego sin control. En Asia, se reportaron olas intensas de calor inéditas en China, Japón, combinadas con fuertes lluvias. El mes de junio se presentó primero, como el más caliente jamás registrado, de acuerdo con datos de la Organización Meteorológica Mundial (OMM). No se pueden dejar de mencionar las olas de calor marinas, que dan cuenta de la desaparición de decenas de especies. Frente a todo esto, dice el secretario general de la OMM: “En comparación con la era preindustrial, el mundo ya experimentó un calentamiento de unos 1,2°C debido a la actividad humana, especialmente el uso de combustibles fósiles…[enfatizó el secretario general] en la necesidad urgente de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero lo más rápido y en la mayor medida posible.” (Cfr. Taalas, Petteri. “Hemisferio norte sufre peligrosas y frecuentes olas de calor extremo”. En La Nación, 15.07.2023. P.24. La negrita es mía).

3. En otro reportaje por esos mismos días, se afirma: “El cambio climático derrite el sur de Los Estados Unidos.” Esto ocurre así desde la costa oeste que es bañada por las aguas del océano Pacífico, cruzando transversalmente hasta la costa este, colindante con el Atlántico. Toda esta región durante el verano es afectada por temperaturas que están por encima de los 50° Celsius, lo que afecta los tres estados con más habitantes, a saber: California, Texas y Florida. Se puntualiza que los calores extremos están matando más personas que los huracanes y tornados juntos. De acuerdo con afirmaciones del Washington Post, el calor excesivo afecta más a los ancianos y a las personas de bajos recursos. Quiere decir que, “…la desigualdad social -dice el Washington Post- es un factor de riesgo frente a los fenómenos climáticos.” Por eso, afirma finalmente: “Detener el cambio climático es literalmente una cuestión de vida o muerte. [-y luego remata afirmando-]… Tenemos que poner fin a las actividades humanas que ocasionan la crisis del clima, como la quema del petróleo …” (Cfr. “El cambio climático derrite el sur de Estados Unidos.” La Nación, Foro. 15.07.2023.P.26)

4. Igualmente la OMM afirma que: “el Cambio Climático empeora Latinoamérica. Está empeorando en América Latina y el Caribe, con un aumento de la temperatura y del nivel del mar, ciclones tropicales más destructivos y sequías prolongadas, según un informe de la OMM divulgado en la Habana…en el informe presentado durante una convención internacional sobre medio ambiente y desarrollo entre los impactos se describe un aumento de la temperatura, la subida del nivel del mar, los ciclones tropicales, las crecidas y los deslizamientos de tierra, así como las sequías prolongadas, las olas de calor y los incendios forestales.” También se señala que, las sequías prolongadas afectaron el suministro de agua potable, y en amplias zonas de América del Sur se redujo la producción hidroeléctrica, lo que conllevó a un aumento significativo de la demanda de combustibles fósiles. (Cfr. Ibidem. P.24).

5. En nuestro país, San José sufrió el calor más fuerte en 80 años, de acuerdo con registros del Instituto Meteorológico Nacional (IMN). Por su parte, en las regiones del Pacífico y el resto del Valle Central en general, las estaciones meteorológicas registraron un aumento de 1°C por encima del promedio durante el mes de mayo, 0,8°C en junio y 1°C en julio. Santa Cruz en Guanacaste, Buenos Aires de Puntarenas y La Garita en Alajuela son algunas de esas localidades que experimentaron aumentos significativos de temperatura con relación al promedio histórico. Se nos advierte que, son tendencias similares a las que se han presentado en Los Estados Unidos, México, Europa y Asia, según los informes de las principales agencias internacionales que monitorean las variaciones climáticas. Con base en esa información detallada, se pudo constatar finalmente que, el mes de julio de este año se convirtió en el más caliente jamás registrado en el Planeta. A ello han contribuido principalmente dos fenómenos: 1. la presencia del fenómeno del Niño, denominado científicamente “El Niño Oscilación del Sur” (ENOS) y 2. la actividad humana de producción de hidrocarburos. Además de estos dos fenómenos anteriores que son los principales, el mundo conoce la deforestación, la degradación de los ecosistemas, los incendios forestales y las emanaciones de gases de efecto invernadero; esto ocurre cuando la atmósfera atrapa la radiación térmica emitida por la Tierra, generando un aumento del calor. (Cfr. Ibid. P.11)

Conclusión.

No se puede afirmar como hace el señor Dobles Arias a rajatabla, es decir, cueste lo que cueste, que durante la transición debemos seguir invirtiendo tanto en el desarrollo de las nuevas fuentes de energías (renovables), como también en las tradicionales, o sea en el petróleo y el gas. Que quede claro, la inversión en las energías tradicionales no puede significar que continúen creciendo las actividades económicas basadas en estas energías tradicionales (combustibles fósiles, o sea carbón, petróleo e inclusive gas natural y metano), por encima de las energías limpias y renovables, como el hidrógeno verde, la energía eléctrica, la eólica, la geotérmica, la biomasa, en suma, todos aquellos que no contribuyan a introducir más carbón a la atmósfera.

Es menester un esfuerzo conjunto de las naciones más desarrolladas, para impulsar las energías renovables a su interior y en apoyo a los países subdesarrollados de la Tierra, en lugar de esfuerzos aislados. La Transición debe querer decir que se le está ganando la partida al cambio climático y no a la inversa que es lo que está ocurriendo, como dejamos probado supra.

En el caso costarricense, el mismo señor Dobles Arias afirma que en Costa Rica estamos en una “transición energética” hacia atrás, o sea, una frecuente “petrolización” de la economía. Significa un desplazamiento continuo de las fuentes nacionales renovables de energía por las crecientes importaciones petroleras. Además, habla de que debemos atenernos a un “Trilema Energético”; que implica: 1. Asequibilidad energética (costos bajos y competitivos internacionalmente), 2. Seguridad energética y 3. Sostenibilidad ambiental.

No se entiende como, a partir de lo anterior, el señor Dobles insiste en que el país debe ir a la explotación y exploración del gas natural y petróleo, cuando: 1. Importantes estudios científicos son concluyentes en que el cambio climático tiene como una de sus fuentes principales la quema de hidrocarburos por los seres humanos, carbón, petróleo e inclusive el gas natural. (Cfr. Id. P.11) 2. El país no se encuentra en condiciones de acometer por su cuenta y riesgo la exploración la explotación del petróleo ni del gas, ya que carecemos en conjunto de la experiencia y el conocimiento para ello. Por tanto, quienes piensan de esa manera, favorecen los negocios de empresas extranjeras, sin saber de cuántos años se trata. Algunos importantes estudiosos del tema afirman que, para estar en condiciones de explotar los yacimientos, en caso de existir en condiciones comercializables, no bajaría de 8 a 10 años; es decir, cuando la matriz energética mundial estará mucho más diversificada, mientras tanto Costa Rica estaría comenzando a impulsar apenas una peligrosa concentración basada en fuentes de hidrocarburos. 3. Finalmente, solo una parte, (no necesariamente la más abundante en la experiencia mundial) de las fuentes de gas se encuentra en el subsuelo cerca de la superficie, sin estar mezclada con el petróleo. Es en cambio muy frecuente, encontrar el gas natural a una profundidad que oscila entre los 500 metros y los 5.000 metros, detrás de las rocas de esquisto poco porosas, revuelto con el petróleo. Por ello, por tratarse de rocas poco porosas, con frecuencia se recurre a la técnica del “fracking” o fractura de la roca para su extracción, produciendo recurrentemente una alta contaminación en tierra o en el océano. Por esa razón, en muchas partes han prohibido el uso de la técnica del “fracking”. “Esta técnica consiste en realizar una perforación en el subsuelo para levantar un pozo que alcance entre los 1.600 y los 2.000 metros de profundidad, con el propósito de crear canales de elevada permeabilidad por medio de la inyección de agua a alta presión para vencer la resistencia de la roca, generalmente pizarra.” Las desventajas de esta técnica están a la vista: alta contaminación de los acuíferos; escapes incontrolados de gas, produciendo inclusive fugas de gas metano, o sea CO2 a la atmósfera; supone un uso intensivo del agua; riesgo sísmico, como lo han señalado los geólogos; junto a los escapes de gases; a la vez, se ha documentado el riesgo de explosiones que pueden liberar sustancias radiactivas y la generación abundante de residuos como lodo y otras sustancias contaminantes.

No olvidemos que, la transición energética es un proceso de cambio de una forma de producción de energía a otra, e incluye fuentes de energía renovables y no renovables. Entre los cambios se encuentra el reemplazo paulatino pero progresivo de combustibles fósiles, como el carbón, el petróleo y el gas natural, por fuentes renovables, como la energía solar, la eólica, la geotérmica y la biomasa, principalmente.