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Etiqueta: campaña electoral

¿Dónde está escondido el Tribunal Supremo de Elecciones?

Dr. Oscar Aguilar Bulgarelli

Es público y notorio, como dicen los abogados, que desde el mismo día que terminó la campaña política del 2022, Rodrigo Chaves Robles empezó, sin prisa y sin pausa, la de 2026. Muchos, obnubilados por su retórica populista y vulgar, le siguieron el juego sin darse cuenta de la gravedad de lo que estaba sucediendo. Hoy a tres años de aquel mal paso dado por nuestra democracia, muchos están cayendo en cuenta de su equivocación; pero algunos siguen con la vista nublada y apoyan a Chaves, quien ahora se quita la careta y a mandíbula o quijada batiente, anuncia que “piensa” en la posibilidad de renunciar a la Presidencia de la República y lanzar su candidatura a diputado, para lo que pide a sus súbditos que voten los suficientes por su partido taxi (¿?) para sacar 40 legisladores.

No cabe duda, es una estrategia muy bien planeada con mente diabólica, por sus asesores de la misma calaña. Primero, eso de renunciar a la Presidencia, está por verse; pues dice el artículo 121, inciso 8, de nuestra Constitución Política que corresponde a la Asamblea Legislativa recibir el juramento y “conocer de las renuncies de los miembros de los Supremos Poderes, con excepción de los Ministros de Gobierno, resolver las dudas que ocurran en caso de incapacidad física o mental de quien ejerza la Presidencia de la República y declarar si debe llamarse al ejercicio del poder a quien deba sustituirlo…” , pero también de acuerdo a los incisos 9 y 10 de la CP, le corresponde a la Asamblea admitir las acusaciones que haya contra esos funcionarios y resolverlas con votación calificada de 38 votos.

Entonces, Chaves tendrá que declararse loco, esquizofrénico, bipolar o padecer de trastornos de comportamiento disruptivo y disocial, de los que ya ha dado muestras o síntomas evidentes durante estos tres años transcurridos. Sin embargo, es importante tener en cuenta opiniones como la del jurista don Manrique Jiménez que considera que basta que el presidente comunique su renuncia a la Asamblea Legislativa, como un acto de formalidad, para que tenga validez y eficacia la renuncia y que no tiene necesidad de aprobación. Bueno, son opiniones contrastantes y, por lo visto, será un tema que desatará la controversia.

Pero la verdad, la tal renuncia es lo que menos le importa al tiranuelo de Chaves, es simplemente un distractor que le permite algo más importante para su proyecto político y el de su diabólico grupúsculo: tener participación político electoral activa y pedir votos para sus papeletas de diputados que viajan en su taxi político, conducido por Pilar Cisneros como chofer con sueldo millonario de diputada, pagado por todos los costarricenses.

Entonces cabe hacer la pregunta: ¿esa participación político electoral e ilegal de Chaves, se puede parar, evitar, frenar y ponerlo en orden?, ya sabemos que de mutuo propio no lo hará, pues su vocación violadora lo lleva a atentar contra la ley y no obedecerla. La respuesta es sí, y por eso me pregunto: ¿Dónde está, donde se escondido el TSE? Veamos.

En primer lugar, el Presidente de la República, al igual que los Vice Presidentes y Ministros, entre otros funcionarios, tienen prohibición de participación político electoral, según el artículo 146 del Código Electoral que entre otras formas de participación señala que no podrán asistir a reuniones de carácter político ni “utilizar la autoridad e influencia de sus cargos en beneficio de los partidos políticos ni hacer ostentación partidaria de cualquier otro género”, y Rodrigo Chaves ha incumplido ese texto, palabra por palabra, cuando ha tenido en las oficinas de la Presidencia de la República a funcionarios a sueldo organizando partidos, su participación en la campaña por las municipalidades y para organizar acciones con miras al 2026, tal como lo han reconocido públicamente por medios de prensa, Chaves y sus funcionarios.

Pero además, el Presidente Chaves desde hace meses en reuniones públicas realizadas en Nicoya, Limón, Cartago, San Carlos y difundidas urbi et orbi por su prensa vasalla y todos los mércales en su show de noticias, habla claramente de sus deseos electorales, pide votos para elegir 40 diputados, alaba a los actuales y pide que se elijan 40 como ellos, según él…¿para qué?, para dominar el Poder Legislativo, pasar las leyes cargadas de inconstitucionalidades que ahora no ha podido, convocar una Asamblea Constituyente que él anuncia, desde ya, quiere presidir para hacer un régimen autoritario y antidemocrático al estilo Bukele, Maduro u Ortega, según sea su gusto del momento. Inclusive, en su show mediático del pasado miércoles 11 al dar respuesta a la negativa de los presidentes de los otros poderes a participar en su “show debate”, amén de su mofa y tono sarcástico, de nuevo se lanzó a la arena político electoral abiertamente; mientras el TSE sigue guardando silencio.

Todo lo anterior, tiene tres años de hacerlo abiertamente, reconozco que es en la único que Chaves no ha sido hipócrita y no ha mentido, también ante la mirada impávida del TSE. Si a los magistrados les ha dado temor de actuar de oficio, desde hace muchas semanas tienen en sus manos, varias denuncias presentadas por ciudadanos y por el presidente del PLN que, conforme a los artículos 266 y 267 del Código Electoral, llenan los requisitos de legitimación y procedimental para ser acogidos y tramitados. Porque el deber de los magistrados del TSE es, de acuerdo con el artículo 146 del Código Electoral “ordenar la destitución e imponer inhabilitación de ejercer cargos públicos por un periodo de dos a cuatro años a los funcionarios citados, cuando sus actos contravengan las prohibiciones contempladas en este articulo”, más claro no canta un gallo.

Me dirán que conforme los señala el mismo Código hay procedimientos a seguir según el artículo 269; si en efecto los hay, pero el levantamiento de ese expediente no tiene plazo y por lo tanto, pueden los señores Magistrados poner términos perentorios por la gravedad de los hechos, por su urgencia y porque todo lo denunciado es público, está en mil lugares, en los medios de comunicación y en las propias computadoras del TSE, no es nada esotérico, pues hasta en sus celulares encuentran las imágenes de estos hechos; es decir si se trabaja de verdad y se tiene el valor necesario para tomar decisiones y no se esconden de sus obligaciones; el TSE debería estar poniendo orden, aunque fuera una “jaladita de orejas” a un Presidente acosador y abusador de nuestra democracia y nuestras libertades.

Pero no, parece que están escondidos, pidiendo que no les “hagan olas” pues todo hace pensar que no saben nadar en esos mares tormentosos.

El terrorismo político expresado en las vallas publicitarias

Vladimir de la Cruz

Se han puesto vallas gigantes, en la autopista de circunvalación norte y la ruta 27 hacia Escazú, con las fotos de los rostros del Presidente de la Asamblea Legislativa, Rodrigo Arias Sánchez, la Contralora General de la República, Marta Acosta, el Fiscal General de la República, Carlo Díaz y el Presidente de la Corte Suprema de Justicia, Orlando Aguirre, pidiéndoles que “renuncien”, articulando con ello una gran campaña publicitaria, que procura mover conciencias, voluntades, confianzas públicas e institucionales, en contra de estos altos funcionarios, procurando provocar sentimientos negativos contra ellos, contra su honor y dignidad, como si fueran delincuentes públicos sujetos de persecución y de ”recompensas”, en este caso políticas, que serían lograr sus “renuncias”.

No es solo una campaña contra los altos funcionarios de Estado que presiden o dirigen instituciones claves del control político, del control administrativo institucional y del presupuestario nacional, de la persecución del crimen y de los delitos y de la ejecución de la Justicia.

Es de hecho una campaña contra las instituciones que ellos presiden o dirigen: la Asamblea Legislativa, la Contraloría General de la República, la Fiscalía General de la República y la Corte Suprema de Justicia. Son las instituciones y sus funcionarios que han sido víctimas de los constantes ataques del presidente de la República Rodrigo Chaves Robles, alegándoles que no le dejan gobernar, lo que no es cierto. No es que las instituciones o estos funcionarios no le dejan gobernar; es que no sabe gobernar en régimen democrático, bajo una división de poderes. Por eso impulsa un régimen autoritario, dictatorial, tiránico.

La Asamblea Legislativa se integra por 57 diputados electos popularmente. Los actuales fueron electos el primer domingo de febrero del 2022, cuando quedaron electos, en las mismas elecciones que colocaron al presidente Rodrigo Chaves como finalista, junto con José María Figueres, elecciones presidenciales que se resolvieron, en segunda ronda el primer domingo de abril del 2022.

En esa ocasión, el partido político con el que el presidente electo participaba sacó solo 10 diputados de los 57. Igual situación tuvo el partido Acción Ciudadana en las elecciones del 2014 y del 2018. Para este partido eso no fue una crisis política institucional que lo llevara a realizar ataques institucionales contra la Asamblea Legislativa, ni contra su presidente, ni contra las otras instituciones y funcionarios que el presidente Chaves a cada rato ataca. Este partido tuvo la capacidad de negociación política, de acuerdo a la tradición democrática nacional, con el resto de los diputados, de las distintas fracciones legislativas, para que nombraran presidente de la Asamblea Legislativa a diputados y diputadas de ese partido, en ambos períodos presidenciales.

El partido que eligió al presidente Rodrigo Chaves Robles, careciendo de historia electoral y de tradición política institucional, no tuvo esa capacidad negociadora. Sus diputados no la tuvieron. La jefe parlamentaria que pusieron tampoco la tuvo. Ninguno de sus diputados estaba en capacidad de asumir la Presidencia del Poder Legislativo. Quizá la única, de ese partido, con esa experiencia podía ser la diputada Pilar Cisneros Gallo. Esta diputada, por ser de origen extranjero, peruana de nacimiento, no podía dirigir la Asamblea Legislativa, porque para ello se necesita ser costarricense por nacimiento. Aun así, el Tribunal Supremo de Elecciones, haciéndole un favor, una cortesía institucional, permitió que, en el Directorio Legislativo Provisional, de la primera sesión parlamentaria, el Directorio que el Tribunal Supremo de Elecciones escoge e integra por vejez, por la mayor edad, de su miembros, colocó en el puesto de vicepresidenta a la diputada Pilar Cisneros Gallo. En mi opinión no podía hacerlo, porque el vicepresidente de la Asamblea Legislativa también tiene que ser costarricense por nacimiento, porque puede sustituir al presidente del Poder Legislativo y eventualmente podría sustituir al mismo presidente de la República, como sucedió en el Gobierno de Oscar Arias Sánchez, 2006-2010, cuando en el año 2009-2010, varias veces el presidente legislativo, Francisco Antonio Pacheco, le sustituyó por salidas del país que tuvo que hacer el presidente.

En los tres años que han transcurrido del gobierno de Rodrigo Chaves Robles, su fracción parlamentaria, se redujo de diez a ocho diputados, porque dos se salieron de las directrices de gobierno y de la forma como la diputada Pilar Cisneros dirige autoritariamente esa fracción.

Además, desde su elección, el presidente Rodrigo Chaves Robles enfrentó a la Asamblea Legislativa, confrontó fuertemente a los partidos políticos que habían elegido diputados, a sus dirigentes políticos e históricos, enfrentó la institucionalidad sin ninguna consideración. Incluso habló de “dinamitar” los puentes políticos que debían existir para lograr acuerdos y pactos parlamentarios. Trazó la ruta, de esa manera, de cómo quería gobernar a la fuerza, de manera autoritaria, por imposición de sus decretos ejecutivos y con la intención, como recientemente lo ha declarado, de que la Asamblea Legislativa, la Contraloría General de la República, la Corte Suprema de Justicia y la misma Fiscalía General de la República deben obedecer y actuar bajo la dirección de lo que se disponga, trace y dirija desde el Poder Ejecutivo, porque es la única manera en que se puede gobernar, cuando el Presidente de la República, según él, tiene todo el control de la institucionalidad pública.

La verdad histórica de Costa Rica es que todos los presidentes que ha habido han sabido gobernar con la independencia de los poderes públicos del Estado, y sin tratarlos de dominar de la manera como quiere hacerlo el presidente Chaves. Esta experiencia histórica se ha dado aun cuando los presidentes y sus partidos no tenían mayorías legislativas propias, de sus partidos.

La inexperiencia política y legislativa del partido, que llevó al presidente Rodrigo Chaves a encabezar el Poder Ejecutivo, hizo que no estuviera preparado para asumir el cargo. Tenía las manos vacías de proyectos legislativos, de iniciativas parlamentarias qué proponer. Eso hizo que en los primeros días de trabajo parlamentario del actual gobierno, en el 2022, no tuvieran proyectos de ley que someter a la Asamblea Legislativa, por lo que la Asamblea no trabajó, porque en las sesiones extraordinarias de trabajo parlamentario, la Asamblea Legislativa solo puede trabajar con los proyectos de ley que el Poder Ejecutivo le presenta a los diputados.

En estos tres años de trabajo parlamentario la fracción legislativa que representa al presidente de la República es la más deficiente en presentación de proyectos de ley propios. El gobierno no ha tenido una iniciativa parlamentaria que indique una ruta para el país.

Por otro lado, el gobierno presenta proyectos de ley que rozan la Constitución Política o la ilegalidad nacional, por lo que no pueden aprobarse y se le rechazan. Ante esto acude a formas para tratar de imponerlos por la fuerza, por la vía de la consulta ciudadana, del referéndum y también se le rechazan por las mismas razones inconstitucionales.

Estos rechazos, por su ineptitud gubernativa, le ha permitido al presidente montar una campaña publicitaria, agresiva, intimidatoria, irrespetuosa en todo sentido, de carácter terrorista de Estado, contra la institucionalidad democrática, contra la independencia de los supremos poderes y sus representantes, descalificándoles, tratando de que sobre todos ellos se pierda la confianza y la fe pública con la intención de montar una situación de conflicto institucional y de crisis política aguda que le permitiera llamar a un estado de excepción y gobernar a la fuerza como lo hace su amigo Bukele en El Salvador.

La Asamblea Legislativa en su función exclusiva, indelegable y propia de hacer las leyes, tiene además la de ejercer el control político sobre la marcha de la Administración Pública, sobre el ejercicio del trabajo de todos los altos funcionarios del gobierno, a los que puede llamar a rendir cuentas, aspecto que no le gusta al presidente Rodrigo Chaves.

La Asamblea Legislativa tiene como función propia, exclusiva e indelegable de nombrar ciertos funcionarios públicos, como son los Magistrados propietarios y suplentes de la Corte Suprema de Justicia, por períodos de ocho años con posibilidad de reelección continua. Esto tampoco le gusta al presidente Rodrigo Chaves, que desearía nombrarlos él directamente.

La Asamblea Legislativa tiene como función propia, exclusiva e indelegable de nombrar ciertos funcionarios públicos como el Contralor General de la República y al Subcontralor, puestos también reelegibles de manera continua. Esto tampoco le gusta al presidente Rodrigo Chaves, que desearía nombrarlos él directamente. Actualmente es el cargo que lo tiene la Controlara Marta Acosta.

La Asamblea Legislativa tiene como función propia, exclusiva e indelegable de nombrar ciertos funcionarios públicos como son los Defensores de los Ciudadanos, y otros funcionarios de Estado. Esto tampoco le gusta al presidente Rodrigo Chaves, que desearía nombrarlos él directamente.

Los Magistrados de la Corte Suprema de Justicia son los que nombran al fiscal general de la República y a los Magistrados propietarios y suplentes del Tribunal Supremo de Elecciones, que tienen la posibilidad de la reelección continua. Esto tampoco le gusta al presidente Rodrigo Chaves, que desearía nombrarlo él directamente.

Cuando el Presidente de la República lo que muestra es una gran incapacidad de gobierno, de dirigir el Estado y el Gobierno, en su Poder Ejecutivo, con una agenda y una hoja vacía de ruta clara políticamente para resolver los problemas fundamentales de la población, obliga a que le rechacen acciones por inconstitucionalidades o ilegalidades, y se abran procesos de investigación judicial ante la Fiscalía General de la República, procesos que pueden llegar a la Asamblea Legislativa, para levantar su inmunidad, y a la Corte Suprema de Justicia para juzgarlo de manera definitiva, es lo que lleva al Presidente a cuestionar y demeritar a estas instituciones y sus altos funcionarios. Varias docenas de acusaciones tiene el presidente en trámite ante la Fiscalía. Hay acusaciones e investigaciones de la forma como realizaron económica y financieramente su campaña electoral, lo que tiene el Tribunal Supremo de Elecciones en trámite de investigación

Por ello los ataques constantes a las instancias públicas que tiene que ver con todo eso, la Asamblea Legislativa, la Procuraduría General de la República, la Fiscalía General de la República y la Corte Suprema de Justicia.

Por eso es que ha levantado esa campaña asquerosa, sucia, denigrante, provocando una imagen delincuencial de los altos funcionarios de Asamblea Legislativa, la Procuraduría General de la República, de la Fiscalía General de la República, de la Corte Suprema de Justicia, con las vallas que tienen las fotos de Rodrigo Arias Sánchez, de Marta Acosta, de Carlo Díaz y de Orlando Aguirre.

Es una campaña contra estas personas, en lo individual, en lo profesional, en lo institucional, en contra de su imagen pública y en contra de su imagen, su honor y dignidad, como altas autoridades de instituciones contraloras del desarrollo de la institucionalidad y la vida pública y política del país. Es una campaña que puede generar agresiones físicas, no solo verbales, contra estas personas, y cualquiera otras personas que impulsen en campañas de esa manera.

La empresa dueña de las vallas publicitarias es corresponsable de acciones de este tipo que se puedan generar contra estos altos funcionarios. La empresa publicitaria que diseñó los carteles de las vallas también es corresponsable. Estas dos empresas como los periódicos y medios de comunicación tienen la obligación legal de ver y valorar los contenidos de lo que van a publicar. No es un problema de censura, es de los alcances legales que les puedan comprometer.

En los periódicos cuando un artículo no les parece a sus directores por los contenidos que pueden provocar acciones legales, penales y civiles, obligan a que se corrijan o se rechazan para su publicación.

Si las vallas no tienen una firma responsable, de una persona, una sociedad o un partido político que asuma esa responsabilidad y acusación pública insinuada de perversa, mala, que requiera la renuncia, que se anuncia y reclama, que se hace de estos funcionarios, es claro que la fuente de esa campaña son los grupos de poder que financian esa campaña, asociados al gobierno de Rodrigo Chaves Robles, es claro que él es el primer responsable de esa campaña.

Aquí no se trata solo de la libertad de expresión que no puede tener censura. La valla en sí misma, si no hay nadie que la firme como su protesta, ni está expresando una opinión ciudadana, no es una expresión simple de libertad de opinión. La única opinión de un ciudadano, en este sentido ofensivo, intimidatorio, es la del presidente Chaves Robles, que así opera contra estos funcionarios.

Los descontentos ciudadanos en la historia nacional se dan contra las actuaciones del Poder Ejecutivo y sus funcionarios. Eso es lo que se castiga en los propios procesos electorales. Nunca ha sucedido que el descontento ciudadano se exprese contra la Contraloría General de la República o contra la Fiscalía General de la República. Ni siquiera contra la Asamblea Legislativa o la Corte Suprema de Justicia.

Contra estas instituciones sí se dan las críticas, pero no descontentos ciudadanos que tengan estas características de expresión en vallas. Esto es propio del actuar político organizado desde el Estado, el Gobierno o desde los partidos políticos.

El Poder Ejecutivo encabezado por Rodrigo Chaves Robles es el único responsable de esta odiosa y malévola campaña publicitaria. Responde típicamente a actos de terrorismo de Estado, que se ejecutan de esa manera contra ciudadanos adversos al gobernante o al grupo gobernante.

Reflejan estas vallas las formas oscuras, tenebrosas y peligrosas como se está diseñando la campaña electoral del 2025. Es el gobierno dirigido por Rodrigo Chaves el interesado en poner tenso el ambiente político nacional, es el único interesado de estar en el ambiente político, en la beligerancia electoral que lleva a cabo hablando constantemente contra todos los partidos, los líderes políticos, pidiendo votar por otros diputados de nuevos y otros partidos políticos, de hablar por sus “jaguares”. Su beligerancia política le provoca y genera, en su favor, tener un gran distractor nacional de su mala gestión gubernativa.

Estas vallas no responden, por ahora, a ninguna práctica política de propaganda de alguno de los partidos políticos existentes, que además tendrían que justificar en sus finanzas ante el Tribunal Supremo de elecciones. Los partidos políticos están más entretenidos en ver como terminan de inscribirse, que en iniciar una campaña política contra la Asamblea Legislativa, la Contraloría General de la República, la Fiscalía General de la República o la Corte Suprema de Justicia. El único interesado en esta campaña es el propio presidente Chaves porque ese es tema suyo hasta para su posibilidad de ser candidato a diputado, a partir de julio.

Lo más fácil es echarles la culpa a los otros actores políticos del país, a los otros poderes públicos que intervienen en sus acciones, frenándole las inconstitucionalidades o ilegalidades, sometiéndole a crítica pública sus acciones negativas, por ello enfrenta y ataca a todos los medios de comunicación social, a directores de programas de opinión. Es la manera directa con la cual en su forma de beligerancia política el gobierno y el presidente Chaves entran al escenario político en el 2025. Todo empieza a girar en torno a él, como él lo quiere.

Los partidos políticos siguen partidos en su interior, distraídos de la política nacional, en el furgón de cola que les pone el gobierno.

Las organizaciones sociales están peor en este escenario nacional que afecta a los trabajadores y a toda la ciudadanía.

Estamos advertidos de los tiempos electorales que vienen y del Estado Terrorista que opera.

Compartido con SURCOS por el autor.

El objetivo político más importante de la campaña electoral será cómo integrar la Asamblea Legislativa

Vladimir de la Cruz

Los fuegos electorales ya iniciaron. El Tribunal Supremo de Elecciones ya dio el banderazo de salida. Todos los partidos políticos interesados en participar en el proceso electoral nacional hacia las elecciones del primer domingo de febrero del 2026 deben estar en proceso de inscripción este mes. Ahí se cierra la lista.

En algunos partidos políticos suenan precandidatos presidenciales. En el Partido Liberación Nacional estos candidatos tienen plazo de inscripción a pocos días para ser admitidos y poder participar en una convención abierta para escoger el candidato presidencial. Aquí hay tres bien definidos y una silueta adicional que está tratando de meterse. Ramos, Taylor y la diputada que pareciera la candidata del presidente Chaves en ese partido son los más sonados. En el Partido Unidad Social Cristiano, que está partido, que no es unitario, que tampoco es social y menos cristiano, tiene dos candidatos visibles. Uno de ellos claramente identificado con la Casa Presidencial, el diputado Bojorges, que pareciera ser el candidato del presidente Chaves en ese partido. El otro, Juan Carlos Hidalgo, el presidente del Partido que ha sido obligado a renunciar a su presidencia partidaria para poder aspirar a la candidatura presidencial. Su renuncia es un absurdo político. En ninguna parte del mundo se le exige eso a un alto dirigente de un partido político. Al contrario, cuando un partido político escoge su candidato presidencial lógico es que también dirija el partido durante el período de la campaña electoral, como lo ha hecho siempre Liberación Nacional, o al menos que forme parte del núcleo director del partido. Pero, si es presidente del Partido no tiene por qué renunciar o suspender su responsabilidad partidaria, de dirigente del partido. Es tan solo una maniobra politiquera del grupo de Bojorges, contra Juan Carlos, orientada a restarle algo de poder y de supuesta influencia que podría tener como presidente del Partido en el proceso de la convención para escoger el candidato presidencial. Es como si al diputado Bojorges, se le obligara a renunciar a su condición de diputado para evitar que, desde ese puesto, y por la visión pública que le da, pudiera influir en su campaña para la candidatura. No hay nada más estúpido en la política partidaria de la Unidad Social Cristiana y del país esto que está ocurriendo en este partido. Es una falta enorme de visión política, de sensibilidad política y una gran falta de inteligencia emocional política.

Es claro que los diputados Eli Feinzaig y Fabricio Alvarado serán candidatos presidenciales de sus partidos políticos.

En las otras tiendas políticas conocidas no hay a la vista otros candidatos ni precandidatos presidenciales, por ahora posibles. Una discreta publicidad de datos curriculares de Sofía Guillén pareciera está orientando una tendencia para que en el Frente Amplio se le valore como eventual candidata presidencial.

En la Guarida del Jaguar sí hay movimiento político y electoral. El presidente no descansa de intervenir en asuntos políticos electorales. No tiene medida de su beligerancia política, que la tiene prohibida constitucionalmente, pero poco le vale esa restricción porque sabe que no hay posibilidad real de someterlo a acusaciones por este motivo. Por el contrario, sabe que cualquier crítica y acción que se haga en su contra es mera propaganda a su favor, es mayor imagen pública para sus intereses electorales.

La beligerancia política electoral que tiene el presidente no es, por ahora, a favor de algún partido en particular, porque no tiene todavía un partido con el que se identifique plenamente para la próxima campaña electoral. Eso debilita las acciones en su contra.

La beligerancia política del Presidente es directa, fuerte, intimidante, contra todos los partidos políticos en general, especialmente contra Liberación Nacional y la Unidad Social Cristiana, a los que acusó, junto al partido Acción Ciudadana, de haber gobernado el país, desde 1953 hasta su llegada al gobierno, en el 2022, de una forma dictatorial y tiránica, al servicio de camarillas empresariales de esos partidos y de los gobiernos que ellos ejercieron, siempre gobernando contra el pueblo y los intereses populares.

La beligerancia política presidencial es abierta contra los partidos Liberación Nacional y Unidad Social Cristiana, como principales partidos que han gobernado, que tienen sus propias bases partidarias y de seguidores.

La beligerancia político electoral del presidente es para descalificar, ante la opinión pública y el electorado, a los diputados que integran la Asamblea Legislativa, exceptuando a los ocho que le son fieles. Para él, en toda la Asamblea Legislativa está mal representada la voluntad popular, la soberanía popular. Para él ninguno de los diputados sirve. Por ello, su beligerancia política se orienta en sus diatribas a llamar a votar por nuevos diputados, por diputados que cambien toda esa representación partidaria allí expresada en la Asamblea Legislativa, para que los partidos tradicionales y los que han tenido diputados electos no vuelvan a elegir diputados.

Su beligerancia política es por su intervención política llamando a votar por nuevos diputados de nuevos partidos, que estén dispuestos a cambiar la Constitución Política, para agilizar trámites administrativos, para eliminar controles institucionales de la gestión directa del Poder Ejecutivo, para poderle dar continuidad a las políticas que su gobierno ha impulsado y materializado. Su beligerancia política es creando la imagen de que se debe continuar con las políticas de su gobierno, para lo cual hay que dominar todo el espectro político, de los tres poderes de la República, lo que ya está diciendo con vehemencia.

La beligerancia política electoral del presidente es para descalificar y hacer perder la fe y la confianza en las instituciones políticas como son la Asamblea Legislativa, el Poder Judicial, el Tribunal Supremo de Elecciones, la Contraloría General de la República, las Defensorías ciudadanas. Por eso reta cuando puede, con cualquier pretexto, a los presidentes de la Asamblea Legislativa y de la Corte Suprema de Justicia.

Recientemente fue muy claro y directo en su discurso. Para él se necesita una Asamblea Legislativa que pueda nombrar nuevos Magistrados, para que la Asamblea Legislativa junto con la Corte Suprema de Justicia puedan armonizar mejor la acción estatal y gubernativa. Para el presidente no hay división de poderes públicos, hay acciones conjuntas que deben ser dirigidas desde el Poder Ejecutivo. Así de claro lo dijo. Bukelización, Orteguización o Maduración del país le faltó decir. Hay que reconocer que de estos tres países El Salvador, Nicaragua y Venezuela, el que más le apasiona y le tiene enamorado es El Salvador.

Con El Salvador, se dice públicamente, firmó un Pacto Confidencial. En lo que ha corrido en noticias es un pacto de gobernabilidad centroamericana, donde Bukele impulsa un nuevo proyecto unionista, sintiéndose un Morazán moderno, del Siglo XXI y Chaves se siente su segundo al mando. Pero, es también un pacto de gobernabilidad policial, para establecer en Costa Rica un sistema policial carcelario y militar como el existente en El Salvador. Es un pacto para impulsar, como en El Salvador, procesos constantes de estados de excepción, donde se suspenden las garantías, derechos y libertades por lapsos de tres meses. En El Salvador han hecho ya 32 estados de excepción de este tipo, lo que le permite al gobernante actuar prácticamente sin ningún control sobre toda la población y sobre toda la actividad política, económica y social del país.

Lo más peligroso del Pacto confidencial es lo que no se ha dicho sobre el tráfico de droga en Centroamérica, siendo Costa Rica la principal bodega prácticamente de todo el continente y de esta región. Pareciera que se buscan nuevas rutas internacionales para el narco comercio, debido a que en Europa tienen bien controlada la llegada de la droga que se exporta, con bastante tolerancia oficial, desde el Caribe costarricense, que carece de controles importantes, y desde las costas pacíficas del país, donde el Ministerio de Seguridad ha desmantelado y descuidado intencionalmente, los controles que habían, debilitando, y casi desapareciendo, los cuerpos de seguridad y de lucha contra las drogas que estaban altamente especializados en esas zonas costeras.

En el campo político electoral el Pacto de Confidencialidad abarcó el apoyo y la presencia del bukelismo en las próximas elecciones nacionales, con dos partidos políticos aparentemente en proceso de inscripción con miembros de la familia Bukele, que pueden participar en las elecciones nacionales costarricenses. Con ello posiblemente se habló del financiamiento de esos partidos y de lo se le pueda ayudar al presidente Chaves si decide lanzarse a diputado en agosto, porque la campaña a diputado va a requerir más dinero que la campaña para un candidato presidencial, debido a que para Chaves hay que hacer girar la campaña no sobre los candidatos a presidente sino sobre los candidatos a diputados, siendo él candidato.

Esto de ser correcto va a ser un reto mucho mayor para todos los partidos políticos que quedarán obligados a presentar candidatos de altos calibres políticos y profesionales.

El objetivo político para Chaves no es quien continúe en el gobierno del 2026, si seguidor suyo o no. El objetivo político más importante de esta campaña electoral probablemente será cómo integrar la Asamblea Legislativa. La lucha es por el control de la Asamblea Legislativa, desde donde se puede marcar la pauta de gobierno si se tiene una mayoría legislativa fuerte, altamente beligerante e inteligente.

Queda en deuda la posibilidad de construir una gran coalición política electoral. En 1958 contra Liberación Nacional se logró una coalición de fuerzas políticas que impulsó la candidatura de Mario Echandi Jiménez. En 1966 contra Liberación Nacional se logró una coalición de fuerzas políticas que impulsó la candidatura de José Joaquín Trejos Fernández. En 1978 contra Liberación Nacional se logró una coalición de partidos políticos y fuerzas políticas que impulsó la candidatura de Rodrigo Carazo Odio. Las tres coaliciones ganaron las elecciones. Mario Echandi Jiménez, José Joaquín Trejos Fernández y Rodrigo Carazo Odio fueron nombrados presidentes de la República.

Hoy el tema no es desplazar a Liberación Nacional o a la Unidad Social Cristiana de ganar la elección. El tema es desplazar y eliminar de la institucionalidad pública lo que el presidente Chaves es, significa y puede proyectar a un nuevo gobierno, e impedir que sus afanes destructivos puedan continuar.

¿Habrá capacidad para realizar una coalición política, de la manera más amplia posible, en esta dirección? Yo lo veo difícil cuando los partidos Liberación Nacional y la Unidad Social Cristiana ya están con sus propias candidaturas, y cuando en el seno de ambos partidos hay fuerzas que son como agua y aceite, que se rechazan unas a otras. Solo recuerdo el esfuerzo nacional de 1943 cuando a Iglesia Católica, encabezada por Monseñor Víctor Manuel Sanabria Martínez, el Partido Republicano Nacional, encabezado por el Dr. Rafael Ángel Calderón Guardia y el Partido Comunista, encabezado por Manuel Mora Valverde, los tres hoy Beneméritos de la Patria, para impulsar las Garantías Sociales y el Código de Trabajo, las grandes Reformas Sociales de esos años, y cómo para las elecciones de 1944, se creó la Coalición del Bloque de la Victoria, del Partido Republicano y del Partido Comunista, ya llamado Vanguardia Popular, apoyada la coalición por la misma Iglesia Católica, para darle continuidad a las Reformas Sociales. Repito la pregunta: ¿Habrá capacidad para realizar una coalición política, de la manera más amplia posible, en esta dirección?

 

Compartido con SURCOS por el autor.

El reto del Jaguar contra los Presidentes de la Asamblea y de la Corte

Vladimir de la Cruz

Vivimos inevitablemente la sociedad de la información y del conocimiento en la cual, por todo lado, nos llegan datos procesados, mensajes de todo tipo, puntos de vista sobre temas diversos, referencias de la actualidad inmediata que vivimos. El conocimiento y la información que nos llega es mezclada. Hay que saberla distinguir para valorar lo que nos interesa y lo que hay que dejar de lado o desechar, porque no tenemos todo el tiempo del mundo para entretenernos con esos mensajes informativos.

Esa información, la generalizada del Facebook, del WhatsApp, del Instagram, del TikTok, y de otras redes digitales similares, se vuelve adictiva por lo atractiva que es y por la simpleza de contenido que trasmite.

Lamentablemente, este mundo informático y digital ha ido creando una población analfabeta, que cada vez escribe y lee menos, que reduce las palabras a signos y garabatos, de ignorantes, sin cultura alguna, ni general, ni histórica y mucho menos política. De continuar en ese camino, el peligro es que avancemos hacia una población de analfabetos por desuso, es decir, de personas que aprendieron a leer y escribir que por no practicar la lectura y la escritura se les olvida cómo hacerlo. El analfabetismo y al analfabetismo por desuso, ha aumentado.

Los analfabetas y analfabetas por desuso son más fácilmente influidos y dirigidos también, por demagogos, por demagogos populistas, quienes apelan ante ellos con prejuicios, con emociones, con miedos, sembrando esperanzas, identificándose con sus frustraciones sociales, económicas y políticas, buscando ganar su apoyo, el apoyo popular, usando recursos de oratoria desinformada, con datos errados y engaños, halagando al pueblo, al bajo pueblo, al populacho con actitudes populistas que los identifican simbióticamente.

El proceso educativo nacional, hace bastantes años empezó a aceptar prácticas que se orientaban en esas direcciones, cuando ante la lectura completa de libros y textos, introdujeron y aceptaron las prácticas de lecturas de resúmenes de libros, prácticas que llegaron a las universidades, con igual daño formativo. Hay gente que se queja de leer más de 3 minutos, menos de una página.

La información como tal, como concepto latino que es, procede del verbo latino “informare”, que significa “dar forma a la mente”. De allí instruir, disciplinar, enseñar.

De modo, que quien no lee y no escribe, o no practica la lectura y la escritura, posee menos palabras, no desarrolla su mente. Con ello disminuye su capacidad de entendimiento y comprensión de textos, libros o discursos, se aumenta su ignorancia, es decir, la ausencia completa del conocimiento y, por ello, el desconocimiento de la realidad concreta, específica. En la escuela nos enseñaban a usar el diccionario, obligado como texto escolar. Hoy los niños y jóvenes estudiantes no lo tienen a mano.

En esa época, no hace mucho, aunque pareciera una eternidad, por la descerebración que se ha producido nacionalmente, sin estas redes informativas y de comunicaciones interpersonales, existía una cultura nacional, una educación nacional, relaciones familiares más estrechas y formales, más respeto, cultivo de valores personales, familiares, sociales, cívicos. Había tiempo y disciplina de lectura.

Las personas, los niños y estudiantes, los jóvenes como los adultos y personas mayores rendían culto y respeto a las tradiciones históricas nacionales. Aun sin mucha información histórica, las fechas patrias y las efemérides nacionales tenían peso, se respetaban, su cultivaban en su enseñanza básica. Hoy, esto se va diluyendo cada vez más, y más rápidamente. No interesan estas identificaciones con el país, con la Nación, con la Patria, con su Cultura, su Historia, con su Patrimonio.

Hoy se orienta hacia un cosmopolitismo vacío, hacia la creencia de que formamos parte de una misma comunidad universal sin pertenecer en la realidad a ninguna, porque se tiende a borrar esas identidades particulares. Se impulsa una globalización por encima de las diferencias nacionales, culturales, geográficas o políticas, donde los hombres universales se venden como los modelos.

Con fuerza se venden y promocionan de la misma manera los que han servido a organismos o instituciones mundiales, o internacionales. Por ello, no son casuales los personajes al estilo de héroes de ficción como Rodrigo Chaves, quien así se presenta ante una población de analfabetas, de analfabetas por desuso, y de analfabetas políticos que se identifican con el soldado universal, arropado de presidente, capaz de resolver los problemas de la población, y de saldar las cuentas con quienes por años han engañado a ese pueblo ignorante, como él lo ha dicho, por medio de sus dictadores y tiranos que usufructuando el poder solo para ellos, sus partidos y sus camarillas han gobernado, y que “no le dejan gobernar”.

El demagogo populista siembra el engaño, confunde para vender un producto o ganar un favor. Estos demagogos no se mueven en la sociedad de la información o del conocimiento. Afirman deliberadamente con sus actos, con sus acciones, con sus discursos, la sociedad de la ignorancia desde los medios de comunicación masiva, de sus redes sociales, de las redes que pagan troles, donde la condición de ignorante la presentan como virtuosa, donde los ignorantes se sienten sabios o identificados con la sabiduría del demagogo populista, sabiduría que asumen como propia, lo que los envalentona de modo agresivo.

Los demagogos populistas procuran provocar animosidad, fuertes sentimientos identitarios, reacciones fuertes, guerreristas, confrontativas. Viven azuzando, irritando, hostigando, aguijoneando para confrontar, para embestir, para luchar, para atacar. Viven ladrando, mejor dicho, gruñendo como jaguares.

Hace una semana el animal de Zapote, el Jaguar, gruñó fuerte. Al menos así lo hizo en un spot, un corto televisivo y en redes digitales, que trasmitieron muchas veces por todos los sistemas de comunicación que manejan en la Guarida de Zapote.

El Jaguar se abalanzó directo al pecho, y a las yugulares, de los Presidentes de la Asamblea Legislativa y de la Corte Suprema de Justicia, Rodrigo Arias y Orlando Aguirre. Se lanzó violentamente, tratando de sorprenderlos, para depredarlos, para cazarlos, para eliminarlos como las figuras más importantes de los Poderes Públicos, que el Jaguar no controla y domina, para evitar que figuras como ellos, representantes y defensores de la Democracia, nazcan, se reproduzcan y aumenten, y pueda evitarse el descarrilamiento de la Democracia que se impulsa desde la Guarida de Zapote.

El ataque fue directo: “Los invito, Rodrigo Arias y Orlando Aguirre, sin asesores, en cadena nacional en Facebook o donde ustedes quieran, donde nos sentemos a conversar sobre el desempeño de cada uno de los tres poderes que presidimos”.

El ataque fue el resumen apretado de una nota que les dirigió el pasado 12 de diciembre. En ella afirmó que “la democracia no es silencio, es la claridad con que exponen, se analizan y se discuten los problemas y los medios para resolverlos”. Frase contundente que es válida para quienes también critican al Presidente, sus actos y acciones u omisiones de gestión gubernativa.

Agregó el Inquilino de Zapote que “el silencio constituye, muchas veces, complicidad con lo que está mal en nuestra patria”. Por eso nadie, ninguna persona sensata, se puede callar frente a la mala, casi nula, conducción del país.

Recordó que el miércoles 11, en su montada conferencia de prensa, “los invitó a debatir en vivo, pública y transparentemente, sobre los desafíos y cambios que debemos llevar a cabo en los poderes de la república, por los que tanto clama el pueblo”.

El pueblo no clama. El que ha estado exigiendo, clamando, gritando desbocadamente contra los poderes públicos, como la Asamblea Legislativa, sus integrantes, sus diputados y, contra la Corte Suprema de Justicia, su Sala Constitucional, la Fiscalía General de la República y sus integrantes, los magistrados o funcionarios, es el Presidente Chaves.

Para el presidente que acepten la invitación al debate es “un sublime ejercicio democrático”. Pero, él no acepta debates con los periodistas independientes, no pagados por casa presidencial, o que no tienen el guion de las preguntas obligadas que hay que hacerle, para las cuales están preparadas las respuestas y hasta los funcionarios listos a contestar.

Propuso que el debate se hiciera en la Casa Presidencial, que llamó “la casa de todos los costarricenses”, o estar dispuesto a desplazarse a cualquier otro lugar en la fecha y hora que a los Presidentes del Poder Legislativo y del Poder Judicial lo prefieran.

¿Cuáles son los “desafíos y cambios” que el presidente quiere discutir de los otros poderes? No los señaló, ni siquiera hizo una caricatura de ellos. Así no se puede ir a un debate, donde no están bien definidos los temas y las reglas del debate.

En esas condiciones el encuentro va a estar montado, para la casa presidencial, solo para servirle a él y para atacar, como lo ha venido haciendo constantemente, a los Poderes Públicos, dañar su imagen, disminuir y falsear la confianza pública ciudadana que deben tener y se les debe rendir. Para atacar especialmente a los Presidentes de la Asamblea y de la Corte y desprestigiarlos.

La carta enviada, y el spot que la promueve, son una falta de respeto a los Poderes Judicial y Legislativo. Se pasa de la raya del respeto institucional que se debe tener de la independencia y autonomía de los Poderes Públicos.

El presidente no ha entendido, en casi tres años de morar en Zapote, que los Poderes Públicos en Costa Rica tienen 200 años de existencia. No ha entendido que esos Poderes Públicos tienen funciones propias, específicas, exclusivas e indelegables. Uno, para ejecutar las leyes y acciones de gobierno que derivan de ellas, otro para aplicar las leyes y desarrollar y asegurar la justicia y, el otro, para hacer las leyes, con una función adicional propia, indelegable y exclusiva, la de ejercer control político sobre el quehacer de todos los funcionarios públicos, incluido el Presidente y su administración o gestión de gobierno. No ha entendido que la Asamblea Legislativa y el Ejecutivo son los únicos Poderes Públicos de carácter político, que podrían reunirse a discutir sobre temas políticos y electorales, como el presidente provoca. El presidente no ha entendido que el Poder Judicial, por su naturaleza no puede participar de debates políticos, donde puedan estarse mezclando, como lo pretende el presidente, temas también electorales. De la Independencia institucional que los poderes tienen, el que más independiente debe ser es el Judicial, por la imparcialidad que institucional, constitucional y jurídica tiene para poder mantener y asegurar la confianza e integridad de la función judicial encomendada ante la sociedad y la ciudadanía.

El Presidente ha venido enfatizando hacia el público analfabeto políticamente, que le sigue fanática y ciegamente, que esos poderes no le dejan gobernar; que hay que reformarlos o controlarlos con una mayoría de diputados afines a él, como está llamando a los ciudadanos a organizarse y a votar en las próximas elecciones de esa manera, contra todos los demás partidos políticos y a votar por los diputados de los llamados partidos jaguares, que llevarán ese emblema electoral, no importando el nombre que tengan.

Es el presidente quien ha venido minando las estructuras institucionales de control que públicamente existen, porque desea gobernar sin controles, entre otras cosas porque es una manera fácil de gastar dineros públicos con empresas o “socios”, o amigos empresarios del gobernante… porque lo que hay en el Gobierno, como él dijo de los otros gobiernos anteriores, es un grupo de amigos, de todo tipo de actividades empresariales, productivas, financieras y que produzcan riqueza, gobernando por medio de él.

Al presidente Chaves le urge y le es necesario despedazar, desprestigiar y hacerle perder credibilidad y confianza, ante el pueblo costarricense, a la Corte Suprema de Justicia y a la Asamblea Legislativa. Desea y trabaja para quedar como el único Poder Público válido y legitimado.

La forma en que el presidente del Ejecutivo Nacional se ha referido a los presidentes de la Corte Suprema de Justicia y de la Asamblea Legislativa es burlona, irrespetuosa, agresiva, baja pisos, intimidante. Nunca se había visto algo así en el país ni en la historia republicana que hemos vivido.

La carta, a los presidentes de la Corte Suprema de Justicia y de la Asamblea Legislativa, les fue enviada al momento en que la Asamblea Legislativa entró en receso parlamentario hasta el 6 de enero próximo.

El Presidente Rodrigo Arias Sánchez no tiene por qué responderle esa nota antes del 6 de enero. Si lo hace, ese día, será como un regalito del Día de Reyes para el inquilino de Zapote.

No están obligados los ciudadanos presidentes de estos Poderes Públicos, Rodrigo Arias y Orlando Aguirre, de aceptar el show político que, publicitariamente, quieren montar en Zapote para iniciar el año electoral del presidente Rodrigo Chaves Robles.

En ese tablao zapoteño, a lo flamenco, lo que se quiere hacer sonar es el zapateado de las botas presidenciales, que se pondrá ese día el Jaguar, donde lo que se pretende, como en los tablaos originales españoles, es que los participantes del espectáculo muestren atención y disfruten el show, en este caso del “bailongo” a la tica.

Para este espectáculo presidencial, no se han mostrado más que a dos “bailaores”, a Rodrigo Arias y a Orlando Aguirre, sin anunciar el repertorio de músicos, canciones y coreografías que Chaves tiene montadas para el jueves 9 de enero a las 2 p.m, día del baile llamado “Debate”, cuando quiere lanzarse el presidente a la arena electoral del 2025, preparando el ambiente electoral para su candidatura a diputado en las elecciones del 2026.

Bien harían los presidentes, de la Asamblea y de la Corte, de no aceptar el baile que les proponen en ese local, del Cabaret presidencial que quieren hacer funcionar ese día.

Casi se le ocurre al Jaguar, en lugar del tablao presidencial que les propone, haberlos llevado al Tablado de Zapote, a pocos metros de la guarida del jaguar, a tratarlos como toros de lidia, ya debidamente preparados para el sacrificio y muerte, como llevan a esos toros a esas plazas de toreo, a esas arenas de combate… donde está todo amañado contra los toros… como está ese debate estructurado contra los presidentes de la Corte y de la Asamblea.

Lo correcto en este momento, antes del show cabaretesco que se quiere montar, es que el Presidente Chaves se ubique correctamente en la historia republicana costarricense, en la historia de independencia y respeto que históricamente han tenido los Poderes Públicos.

El año 2025 es muy peligroso para el país, para la Patria, para Costa Rica, para su institucionalidad. Chaves procurará descarrilar el proceso histórico de la mejor manera que pueda. Para Chaves será el año en que tratará de montar su candidatura a diputado, o de sus candidatos a diputados y a presidente, a base de dinamitar todo lo que se le oponga política e institucionalmente.

La tensión política nacional será llevada al máximo posible, como nunca se ha visto, para tratar de provocar con ello la fórmula salvadora del autoritarismo militarista que se quiere instaurar en Costa Rica.

El Presidente se meterá en la campaña electoral, sabiendo que no puede hacerlo, pero sabiendo también que no hay condiciones políticas ni legales que lo puedan llevar a las sanciones máximas si se mete en la política electoral, ni que le puedan evitar su beligerancia política como lo está haciendo. Tiene el panorama despejado. Le falta iniciarlo con el show del reto al debate que ha propuesto.

A favor del presidente está que los partidos tradicionales, los que están en la Asamblea Legislativa y los que están por inscribirse para las elecciones del 2026, no tienen músculos desarrollados ni fuertes. Los partidos políticos parecieran tener una distrofia muscular, que es la enfermedad que progresivamente les ha creado debilidad y pérdida de la masa cerebral y muscular política, junto a sus militantes, partidarios y simpatizantes, que se han contagiado, cuando no se han ido a buscar otros partidos más sanos… aunque sean de populistas demagógicos, o a refugiarse irresponsablemente en el abstencionismo, como sucedió en la segunda vuelta electoral del 2022.

El discurso presidencial ante las próximas elecciones

Vladimir de la Cruz

La gente habla o se expresa cotidianamente, sin pensarlo, y quizá sin saberlo, en forma de prosa, es decir sin reglas de expresión sujetas al verso, donde las frases no riman, o son muchas veces sin entenderse, como sucede en el habla del Jaguar de Zapote, que al menos él reconoce, que no habla, que gruñe, que con frecuencia no liga su lengua con su cerebro.

El habla es la forma como se expresan ideas, pensamientos, razonamientos, por medio de los sonidos vocales que emitimos articuladamente.

Cuando hablamos discurrimos, hacemos, sin saberlo también, un discurso, como una construcción lingüística que nos permite comunicar nuestros pensamientos, de forma oral con elementos verbales y no verbales, incluso corporales.

Los discursos que hacemos, cuando hablamos, pueden ser para persuadir, convencer, entretener, intimidar o meter miedo, para amenazar, para construir una realidad, para proponer una realidad o un mundo para vivir mejor.

Los discursos son herramientas de comunicación. Generalmente se pretende que sean potentes o fuertes, y que respondan a estrategias de comunicación, los cuales pueden provocar reacciones a favor o en contra de quien los realiza. Se pueden hacer en forma oral o de manera escrita, dependiendo ante quién y dónde se hagan, de manera que pueden ser narrativos, expositivos, argumentativos, informativos y publicitarios, entre otras formas.

Con el discurso se pretende llegarle a un receptor del mismo, individual o colectivo, a grupos pequeños o grandes auditorios, pretendiendo obtener de quien lo recibe una respuesta positiva.

La clave del discurso está en el inicio para lograr que los receptores se interesen y pongan la atención debida, en el resto de lo que les quiere manifestar.

Debe procurarse que el discurso sea claro, comprensible y apto para quien se dirige. Debe procurarse credibilidad en los temas que se tratan, con sus propios desarrollos e ideas básicas.

Los discursos transmiten y exhiben comportamientos sobre temas generales como específicos. Por ello se dice o se refiere al “discurso de izquierda”, “discurso de la derecha”, “discurso de los comunistas”, “discurso de los anticomunistas”, “discurso de los populistas”, “discurso de los liberacionistas”, “discurso de los socialcristianos”, “discurso de los liberales o neoliberales”, y así se podría seguir. Con estas formas queda claro que se transmite un contenido, se comunican ideas, significados, y comportamientos políticos por el emisor respectivo.

El próximo año entramos activamente al año electoral, hacia las elecciones presidenciales y de diputados, que se realizarán el primer domingo de febrero del 2026, dentro de trece meses. Ya están encima. Así como han pasado casi tres años del gobierno de Rodrigo Chaves.

Más rápido se sentirá que pasa el tiempo hacia las elecciones. Todo lo que gire alrededor de ellas provocará esa sensación de que el tiempo vuela, lo que es cierto especialmente para los partidos y candidatos, que están sujetos al calendario oficial electoral, que ya publicó el Tribunal Supremo de Elecciones, que funciona a partir del primero de enero próximo, sin que pueda ser modificado desde esa fecha, dando toda la seguridad jurídica y electoral al proceso de las elecciones y a los partidos que van a participar.

Es claro y evidente que el Presidente Rodrigo Chaves está en campaña electoral. La legislación electoral y la Constitución Política le prohíbe al Presidente participar, en el escenario público, en asuntos políticos o electorales. Si participa comete el delito de Beligerancia Política, que si se le comprueba puede ocasionarle la suspensión de su condición de Presidente de la República.

De proceder esta situación se debe acusar al Presidente ante la Fiscalía General de la República. Por ser un Presidente de un Poder de Estado, la investigación la realiza el Fiscal General, a quien el presidente constantemente ataca, cuestiona, le hace escándalos y deslegitima. Probablemente, lo ha hecho y lo seguirá haciendo porque sabe bien, el Presidente, que el Fiscal es el primero que tiene que instruir sobre una acusación de este tipo. Por esta razón necesita debilitar esta figura institucional para provocar la desconfianza publica del Fiscal y de su Oficina, la Fiscalía.

De comprobarse los hechos, el Fiscal tiene que pasar el caso a la Corte Suprema de Justicia para que allí se proceda en lo que sigue. Por ser un Presidente de un Poder de la República el Presidente de la Corte Suprema de Justicia tiene que pasar el caso a la Asamblea Legislativa, para que levante la inmunidad legal que goza el presidente, para poderlo procesar.

De allí también, se puede entender por qué el Presidente Chaves ataca constantemente a la Corte Suprema de Justicia, a su Presidente, a la Sala Constitucional, ampliando sus ataques a la Sala Penal, a la Fiscalía como parte del andamiaje institucional de la Corte, para debilitar sus credibilidades institucionales y eventualmente procesales.

Una vez recibido el caso en la Asamblea Legislativa se tiene que integrar una Comisión Parlamentaria, encargada de conocer el caso, en lo que se llama un Ante Juicio.

La Comisión Legislativa, como todas las comisiones estudia el caso, con los trámites internos parlamentarios, y termina dando un resultado, que puede ser negativo o positivo sobre lo que se le acusa al presidente. Si el resultado es negativo, de rechazo de la acusación, el expediente pasa al archivo legislativo. Si el resultado es mayoritariamente positivo, con dictamen favorable, y negativo con dictamen minoritario, se pasa todo el expediente al Plenario Legislativo, para que todos los diputados resuelvan si se levanta la inmunidad o no.

Allí, como en las Comisiones, se dan los debates correspondientes entre los diputados y se vota el levantamiento o no de la inmunidad que tiene para ser procesado judicialmente. Personalmente, veo que no hay ambiente legislativo para levantarle la inmunidad.

En el supuesto, de lo que expongo, que se le levante la inmunidad, entonces se procede a devolver el expediente a la Corte Suprema de Justicia para que así se juzgue al Presidente.

De encontrarse culpable se procede a calificar la sanción y la máxima es destituirlo de su condición de Presidente e inhabilitarlo políticamente.

En este momento hay dos acusaciones ante el Tribunal Supremo de Elecciones, que conoce de delitos electorales contra el Presidente por beligerancia política, una de un ciudadano y otra del Presidente del partido Liberación Nacional. De igual manera, lo que disponga el Tribunal Supremo de Elecciones, tiene que pasarse por la Corte para el trámite del levantamiento de la inmunidad.

Como se puede apreciar no es tan fácil destituir al presidente por la violación constante que hace en sus intervenciones y discursos, de meterse a opinar contra partidos políticos y sobre temas electorales, lo que le está prohibido. Menos fácil es hacerlo en año electoral, por los plazos procesales de estos trámites, que pueden ser lentos. Pero, también porque un juicio así, en el año electoral, le puede ser muy útil al presidente para mantenerse activo en la campaña electoral, como gran protagonista, defendiéndose de las acusaciones que se le hagan y haciendo campaña, eventualmente para él mismo en caso de que quisiera, como se dice que aspira a ser diputado en el 2026, para lo cual tendría que renunciar a la presidencia en el mes de julio. Ya no gozaría de la inmunidad que tiene. Si se le quisiera continuar la acusación para lograr una sentencia que lo inhabilite de participar se podrían llevar en el tiempo el resto del año y el de las mismas elecciones.

La beligerancia que impulsa el presidente le permite estas discusiones y la posibilidad de su activismo político in extremis.

NO le veo posibilidades reales a procesos de este tipo contra el presidente en este momento. Lo que procede a los opositores al presidente es articular una alianza de fuerzas opositoras con una Coalición Electoral de partidos y de fuerzas sociales, cívicas, ciudadanas que lo puedan superar electoralmente en número de diputados, que es su propósito político, de lograr la mayor cantidad posible de diputados, ojalá una cantidad superior a los 29, para poder palanquear todas las reformas constitucionales y legales que le permitan volver a la presidencia en el 2030 con reelecciones consecutivas, al estilo de cómo están procediendo en Centro América y en el continente los distintos presidentes, y sus procesos electorales.

La construcción lingüística de los discursos e intervenciones del presidente está en esta lógica y perspectiva de afirmar su figura como el nombre fuerte y necesario para sacar adelante política, social y económicamente.

Sus discursos son potentes, al foro de sus ciegos seguidores, y al foro de sus intimidados opositores. Para sus discursos de los miércoles lleva un guion bien estructurado, con una buena guía de los temas que quiere tratar, de los fundamentos que los sustentas, de los actores que los justificarán y de los periodistas, ya contratados, para que le hagan las preguntas para las tienen las respuestas adobadas.

De los garabatos de sus guion, o apuntes a mano, se ve que a como habla y explica así tiene la guía. No hace frases grandilocuentes, pero sí enfatiza en los ataques, en el contenido del ataque y en los personajes por él abordados siempre de manera intimidante, baja pisos, mintiendo sobre ellos en algunos aspectos, creando con ello verdades falsas, que cuando se dicen en abundancia y repetitivamente se llegar a creer como verdades. Sus lemas han de ser: “miente, miente que algo queda” y “una mentira cien veces dicha llega a ser verdad”.

En sus discursos e intervenciones crea historia, algunas con cierta autenticidad, y hasta personajes ficticios con los cuales trata de identificarse y hasta defender…la Señora del Purral…

Tiene buen control de su comunicación no verbal, gesticular o corporal, incluso cuando se mete en el vestido del jaguar y en sus gruñidos, y sus manos actuando como garras…

Le gusta lanzar cuestionamientos provocadores. Recientemente ha aminorado los ataques personales, pero no deja de insinuar hacia quienes van dirigidos y cuáles personas se refiere, siempre burlescamente o bajándoles el piso de distintas maneras.

Hasta ahora no recuerdo que use estadísticas convincentes de su gestión. Lo que más le entusiasma son los resultados de encuestas sobre su persona. No es el presidente de citar personajes, no los necesita para sus tonterías discursivas, pero también porque debe ser de una baja cultura general. Este no sería su pecado, porque a veces quien pasa citando personajes es por la debilidad de sus propios argumentos y necesita darles la fortaleza de los personajes que cita, de manera que si actuara así, con solo quitarle las citas se quedaría sin discurso.

Quien lo está asesorando me parece que, para el genio y figura que es, lo está haciendo hasta ahora bien. Sin duda alguna el que más se cree sus discursos es él mismo. Curiosamente, no está publicando sus discursos, al menos los principales, los que le preparan y escriben, que para eso hay funcionarios especializados en los palacios presidenciales. En eso ha de ser vanidoso de publicar bajo su nombre lo que otros escriben.

Esta práctica la debe haber aprendido en los organismos internacionales en que trabajó. Allí se acostumbra que los informes y trabajos que se realizan salen con el nombre principal del director, del jefe o de la principal figura que está sobre quien o quienes redactaron el informe, el trabajo o la investigación. Si no aparece nada con el nombre del presidente como principal redactor o escritor es que no hizo nada relevante. Habría que revisar su currículum de publicaciones. De todas maneras esto no sería un pecado en esas experiencias laborales. Tan solo n os permitiría conocer el discurso, expresado en investigaciones y publicaciones hechas por el Presidente.

Estaremos atentos al discurso presidencial del candidato electoral oficial, sea cual sea, si es para presidente o para la diputación que salga de la Guarida de Zapote.

No tengo duda de que el discurso presidencial ante las próximas elecciones va a ser muy confrontativo, de pelea callejera, sin grandes contenidos, escogiendo como contrincantes a quienes vaya viendo mejor en posibilidades organizativas electorales o que empiecen a despuntar en encuestas. A todos ellos les montará sus policías políticas y represivas para buscarles cualquier lunar que tengan o haya tenido, no importa si de ahora o hace treinta, vente o diez años. Lo importante es buscar escándalos posibles descalificadores que puedan someterse acusaciones e investigaciones judiciales para limpiar el terreno electoral. Esta será, probablemente, la campaña más sucia y asquerosa electoralmente hablando de la historia reciente del país, que resultará de quienes así la orienten, la diseñen y la hagan.

¿Seguiremos con posibilidades electorales confusas?

Vladimir de la Cruz

Los partidos políticos que llamamos tradicionales en Costa Rica, que son a la vez los históricos, Liberación Nacional y la Unidad Social Cristiana, los que han dominado el escenario nacional, ganando las campañas electorales presidenciales, y dominando la mayoría parlamentaria de diputados hasta el 2014, cuando emergió otro partido con carácter gobernante, Acción Ciudadana, al haber abandonado sus banderas sociales y sus banderas alrededor de la construcción de un Estado benefactor, asistencialista, protector y desarrollador de las clases medias urbanas y rurales, entre otros aspectos y haberse plegado a las políticas neoliberales, lenta y rápidamente, desde la década de los 80s y 90s, sin estar estos partidos con voz opositora política, ni controladora política, son los que han contribuido, en medio de las crisis internacionales de este período, a no perfilar el futuro del país, a no darle rumbo certero y a crear los sustentos fundamentales que han dado origen a las tendencias populistas que están emergiendo desde el 2014 en Costa Rica.

Todavía no se ha hecho un buen balance político de los ocho años del gobierno del Partido Acción Ciudadana, PAC, especialmente del segundo de sus gobiernos, el de Carlos Alvarado, que fue el que precipitó el ascenso del actual presidente y de crearle la base legislativa e institucional de sus políticas, y de quedarse Acción Ciudadana sin representación parlamentaria, después de haber gobernado y dirigido el país en dos gobiernos seguidos.

Recientemente, los dirigentes del Partido Acción Ciudadana, Elizabeth Fonseca y Eduardo Trejos, como editores, han publicado un libro, “Partido Acción Ciudadana: 20 años de Historia”, que recoge una historia política de este partido, en 21 puntos de vista de sus principales dirigentes y activistas públicos del PAC. Es un gran esfuerzo, bien escrito, cuidadoso, bien concebido en la temática que aborda para ver la trayectoria del partido y de sus gobiernos, sin que se haga una revisión crítica a fondo de su organización partidaria ni de los factores que impidieron su desarrollo para mantenerse como la tercera opción política alternativa al PLN y al PUSC, y haber ellos tres marcado los derroteros futuros del país, que parecen estar hoy en manos de fuerzas populistas de nuevo tipo, encabezadas por el presidente Chaves, aunque él carezca de partido político propio, aunque no tenga organización política territorial, ni sea por ahora el principal líder político nacional, salvo que lo que hace como Presidente en ejercicio, lo coloca en ese nivel principal no por su liderazgo conductor político y visionario del país, sino por su arrogancia, desplantes, enfrentamientos destructivos hacia los poderes e instituciones públicas, ocurrencias deslegitimadoras y por sus fracasos gubernativos en la gestación de las leyes que le son propias.

El libro de la Historia del PAC termina con un apartado sobre el III Congreso Ciudadano que convocaron el 30 de julio del 2023, que llevó el nombre de una querida amiga mía y familiar, de muchos años, desde las luchas estudiantiles en la década de 1970, Olga Marta Sánchez Oviedo. Sería interesante que el esfuerzo de este Congreso se concretara en la publicación de sus actas, ponencias y discusiones si existen recogidas, para mejor valorar al PAC y sus eventuales posibilidades próximas, frente a la crisis que tienen Liberación Nacional y la Unidad Social Cristiana, que hoy carecen justamente de esta elaboración de pensamiento político, tan necesario para motivar más pensamiento político, más conocimiento del pensamiento y planteamientos políticos de los partidos existentes, de cara a las elecciones próximas.

Sin estas elaboraciones partidarias, y otras que pudieran gestar otros partidos, al menos los que tienen representación parlamentaria, que seguramente todos ellos irán tras las elecciones del 2026, el electorado costarricense, los ciudadanos, el pueblo electoral está ayuno de visiones políticas sobre el futuro del país, y estará más a las puertas de caer en las visiones esperanzadoras, de humo, que puedan llamar la atención de los votantes, con nuevos candidatos populistas peores que el actual gobernante, algunos de ellos haciéndose abanderados del continuismo presidencial actual y otros quizá, enfrentando al actual gobernante y su errado gobierno, levanten banderas más peligrosas y explosivas para el proceso democrático nacional y el futuro de la democracia costarricense.

Estos nuevos populistas ya están sonando cornetas y clarines, siguen siendo los llamados outsiders, los que están o vienen de afuera de las fuerzas políticas conocidas y tradicionales, que no trabajan bajo consensos políticos, ni con compromisos porque se montan en sus mensajes personales exacerbando las bajas pasiones, las frustraciones ciudadanas y populares, impulsando tensiones, como las que realiza cotidianamente el presidente Chaves, convocando a los ciudadanos para que le den el poder, de forma autoritaria, que dice le niegan para poder resolver los problemas de las gentes, del pueblo.

Todavía el animal de Zapote, el Jaguar, no ha dicho que quiere fundar una nueva República, la Tercera. No plantea la refundación de la Nación costarricense. Tal vez masculla, hablando entre dientes, gruñendo, mascando mal, rezongando, que la única Nación en posibilidad de “refundarla” es un periódico homónimo, lo que se verá en los siguientes meses electorales, de su éxito en ese sentido después de doblegar algunos brazos de sus accionistas e intereses publicitarios. En corrillos se dice que está feliz por los cambios en ese periódico.

Los nuevos candidatos populistas que se avecinan probablemente se montarán en este discurso, de nuevo gobierno, nueva república, nueva Costa Rica, con lo cual estarán enfrentando al inquilino de Zapote, salvo que el Jaguar logre llevar su jaguarcito político bien envuelto para continuar la destrucción y desmantelamiento del Estado Social de Derecho y del Estado de Derecho costarricense, como la está realizando.

La campaña electoral próxima tiene, por ahora, como escenario enfrentar al Jaguar, sus jaguarcitos, sus tendencias populistas extremas, su autoritarismo y sus pretensiones militaristas de la sociedad costarricense.

A la vista, los partidos Liberación Nacional y la Unidad Social Cristiana no están figurando como las principales fuerzas electorales hacia las elecciones del 2026. Participarán en las elecciones luchando por mantener en primer lugar el número de diputados que ya tienen, y, en segundo lugar, tratar de aumentar sus diputados. Por ahora no le veo más perspectivas que éstas. Esos diputados dependerán de lo que lleven en propuestas de candidatos.

Lamentablemente estos partidos han caído en las redes de las 84 tribus cantonales que los han invadido sin liderazgos nacionales, algunas de esas tribus actuando como verdaderas mafias políticas, de manera oportunista buscando y medrando poder en las estructuras partidarias, anulando y devaluando las dirigencias nacionales e históricas de esos partidos, enredándose en sus propios mecates.

Es triste el panorama que se nos avecina. En ausencia de fuerzas políticas en capacidad de actuar unitariamente, de alianzas reales y efectivas, con una plataforma común, con la certeza de que quienes la suscriban se atenderán a ella, sin rechazar los orígenes partidarios o ideológicos de quienes puedan compactarse, las posibilidades electorales, para la mayoría nacional, es confuso. En esta confusión caótica el discurso populista continuador del gobierno o neopopulista, alterno y confrontativo al gobierno, serán los ejes de la campaña.

No estamos atravesando una época tranquila ni sencilla. Es compleja. A nivel internacional, para América Latina, la llegada de Trump a la presidencia de los Estados Unidos y del senador Marco Rubio, como su jefe de política exterior, va a ser de tiempos difíciles. Los populistas, tipo Rodrigo Chaves, y sus congéneres, empatarán más con las directrices del Departamento de Estado. Ya Chaves se ha alineado dócilmente, alejándose de la Soberanía nacional, con relación a lo que Washington dicta respecto a las relaciones económicas con China. Políticamente no está muy alejado tampoco.

Estados Unidos, en sus estertores de potencia en declive, puede arrastrarnos a una guerra mundial de carácter nuclear de baja intensidad, con sus guerras regionales en Ucrania y en el encendido Medio Oriente, con eje en la situación de palanca que tiene Israel en la proyección de sus conflictos con Hamas y la aniquilación e intento de desaparición de Palestina, y sus ataques en Siria e Irán. El Mar de la China, Mar de Japón, Taiwán, Coreas, son escenarios que atender en este panorama.

El populismo y el neopopulismo en la Comunidad Europea y el péndulo populista en América Latina son igualmente preocupantes. En Centroamérica el eje Bukele-Chaves se articula hacia un nuevo proyecto de centroamericanización autoritarista. El triángulo norte, Guatemala, el Salvador y Honduras sigue funcionando en sus aspectos migratorios y económico comerciales.

En la visión de Bukele hay una nueva visión morazánica como él la ve. Chaves, falderillo de Bukele, no tiene idea de lo que es esto. No casualmente se han desarrollado partidos, en procesos de inscripción electoral en el país, que tienen vínculos con Bukele o el bukelismo. No sería nada raro que el mismo Chaves se aproveche de una estas opciones para sus aspiraciones electorales en el 2026. No hay que negar ni ocultar, ni engañarse, de que el presidente Chaves está en campaña electoral permanente, para quienes él llegue a apoyar o para impulsar su propia candidatura y las de los diputados que él quiere llevar a la Asamblea Legislativa de manera mayoritaria.

Igual que en la época de Morazán las contradicciones internas en cada país centroamericano impiden la realización de un proyecto regional. Bukele, sin embargo, cultiva esa posibilidad viéndose él como el líder regional.

Los organismos regionales como el Parlamento Centroamericano y la Corte Centroamericana no funcionan, ni tienen carácter vinculante importante. Solo gastos a sus países les generan. El Sistema de Integración Centroamericano, SICA, y el Banco Centroamericano de Integración Económica, sí funcionan en el campo de apoyos económicos para todos los países miembros. El gobierno de Chaves ha sacado provecho de esa pertenencia.

Honduras con debilidad política y Guatemala con graves contradicciones que pueden tumbar, si se agudizan, al gobierno de Bernardo Arévalo. La no aceptación del candidato de Nicaragua a la dirección del SICA es una contradicción importante, de todos los demás países centroamericanos, con el gobierno de la dinastía dictatorial que se ha establecido en Nicaragua, dando margen para que trascurra el breve período que falta sin ese nombramiento para que en su lugar lo asuma Costa Rica, como corresponde en el trámite protocolario que existe.

Nicaragua y Venezuela se mueven en la afirmación de dictaduras no deseadas en el continente, sin que se pueda actuar, por ahora, diplomáticamente con ellas. Lo de Venezuela sigue pendiente hasta el 10 de enero, cuando Maduro tenga que asumir su ilegítima presidencia.

Brasil con Luiz Inácio Lula, Colombia con Gustavo Petro y México con la presidente Claudia Sheinbaum se perfilan como el eje más democrático y progresista del continente. Uruguay con su reciente electo presidente, Yamandú Orsi, se sumará a este trío. En Bolivia hay una situación confusa. El presidente de Paraguay Santiago Peña, de paso el más joven presidente del continente y el presidente de Panamá José Raül Mulino, calzan entre los neoliberales y populistas del continente.

Así se visualiza el término del 2024 y el inicio del 2025. Pero, no pierdo la esperanza.

¿Es Nayib Bukele un ejemplo demócrata a seguir?

Freddy Pacheco León

Es menester reflexionar, en estos días de tanto desbarajuste provocado por acciones antidemocráticas gubernamentales, que matizan la realidad nacional. Comentar que, planeada desde el Poder Ejecutivo, se desarrolla una estrategia propagandística populista, demagógica, perversa, que atrapa a incautos, en la que el Chaves se presenta como un «súper héroe» nacido del tugurio, en combate cuerpo a cuerpo contra los corruptos, que invita a que lo sigan cual cabeza de un cardumen.

Y es que, a año y medio de finalizar la administración, incapaz de mostrar siquiera, algunas pequeñas cosas buenas, se ha optado por reforzar una «campaña electoral», similar a la desarrollada en la segunda ronda que lo hizo presidente. Por ahí iba su intención de usar la figura del referendo, y, también, los anuncios de promesas, que, sabe muy bien, jamás se van a ejecutar, como son, luchar contra la criminal evasión de impuestos, fortalecer el Seguro Social, llevar bienestar a las ciudades costeras para liberar a sus habitantes de la tentación de buscar ingresos económicos en el narcotráfico, de fortalecer la seguridad ciudadana y acabar con los asesinatos cotidianos, de reafirmar compromisos con el ambiente, de garantizar el eficaz abastecimiento de agua potable…

Promesas y más promesas, que, bien divulgadas, y anunciadas con megáfonos, levantan la esperanza de un pueblo desvalido, que, al no poder superar su pobreza, a veces, extrema, quisieran creerle como último recurso. Pueblo que, dichosamente, poco a poco, parece ir despertando de su letargo.

Pues bien, como parte de esa nada sutil estrategia de campaña, una administración que se dice obstaculizada por caros principios democráticos, como la separación y respeto entre los poderes de la República, y por las instituciones de control del gasto público, ahora promueve la presencia de un cuestionado presidente centroamericano, con la intención de que éste le ayude en su vigente «campaña electoral», presentándolo como un ejemplo demócrata a seguir. Por ello, porque se viene ese incómodo acontecimiento, es pertinente mirar hacia la esencia del gobierno de Nayib Bukele, el ahora colaborador electoral de Rodrigo Chaves.

Al ponerle la lupa, la imagen captada, muestra a alguien que ha demostrado, un total menosprecio por las normas jurídicas salvadoreñas, como, por ejemplo, su menosprecio a la Constitución Política, conque fue electo la primera vez, síntoma evidente, de una deriva autoritaria, aplicada en el pequeño país hermano. Un caso grave es el de su forzada candidatura a la reelección presidencial. Resulta que la Constitución de 1983, prohíbe la reelección inmediata, y dicha prohibición había sido reafirmada por un fallo del 2.014. Sin embargo, gracias a una circunstancial mayoría absoluta, obtenida en las elecciones legislativas de febrero de 2.021, Nayib alteró las reglas constitucionales, gracias a una serie de maniobras alejadas de la legalidad. Cuando su sumisa Asamblea Legislativa, aprobó reemplazar a los miembros de la Corte Suprema de Justicia, le abrió camino a ejercer, una dictadura maquillada de democracia. De este modo, sus «piezas» judiciales resolvieron en el 2.021, que el presidente en ejercicio podía postularse legalmente para el cargo, si se alejaba del poder, un tiempito (seis meses) antes de las elecciones, como simuló hacerlo en el papel, para cumplir con ese fraudulento requisito.

Ejecutada esa maniobra, se postuló nuevamente. Asimismo, procedió a acabar con los vitales entes contralores, dándole vía libre a la corrupción galopante, donde su familia, por cierto, juega un papel determinante.

El enfrentamiento con los pandilleros expulsados de los EE.UU., que acosaban a la población salvadoreña, ha sido motivo de gravísimas acusaciones, lanzadas al basurero, después de la destitución del fiscal general, cerrándose así la investigación penal sobre las negociaciones del gobierno con los líderes de las pandillas. El enfrentamiento con los pandilleros, que expulsados de los EE.UU. (desde donde 2,5 millones de salvadoreños, con remesas anuales de US$8.000 millones, sostienen la economía de su país) acosaban a la población salvadoreña, ha sido motivo de acusaciones, muy serias. Sin embargo, después de la destitución del fiscal general, se cerró la investigación penal sobre las negociaciones amistosas del gobierno con los líderes de las pandillas, truncando un enjuiciamiento oficial sobre el caso, que, por supuesto, empañaba «el único logro» exhibido por Nayib, pese a la gran indignación, nacional e internacional, por las violaciones de derechos humanos, relacionadas con las detenciones arbitrarias de más de 73.000 personas, muchas inocentes, sin contar con el fundamental debido proceso. Pero era tanta la delincuencia, que el pueblo salvadoreño apoyó abrumadoramente las drásticas medidas oficiales, convirtiendo, por ello, a Nayib, en el líder más popular de América Latina, debido a la disminución de las tasas de violencia y homicidios, aunque obedecieran a acciones ilegales por él propiciadas.

El estado de emergencia” que siguió al aumento de la violencia de las pandillas, le dio a su gobierno, como sucediera antes con la pandemia del Covid 19, un camino libre, bien oscuro, tenebroso, para las irregularidades y la corrupción. El resultado fue una falta de transparencia y de acceso a la información pública, así como una total ausencia de rendición de cuentas en el uso de los recursos públicos, al eliminarse las restricciones legales sobre el manejo de fondos del Estado. Hasta hoy, dicho «estado de emergencia» se ha prorrogado 22 veces (la última vez en enero de 2024), por lo cual, la pareja corrupción e impunidad, viven una eterna luna de miel. Por ejemplo, se desconocen los déficits presupuestarios crónicos, pese a las remesas que representan el 28 % del PIB, pues se publican pocos datos sobre la composición exacta del presupuesto del Estado. Por ello, pese a que se asignan cifras gigantescas para «seguridad», la supervisión de las finanzas públicas es prácticamente inexistente.

Y como era previsible, como resultado de la cobertura crítica sobre la corrupción y las políticas públicas, vino el ataque a la prensa independiente. Los periodistas han sufrido la autocensura, al enfrentarse a la intimidación y las agresiones. Otros fueron obligados a abandonar el país, como el medio El Faro, que, habiendo informado sobre la corrupción institucional de El Salvador durante décadas, hubo de salir del país, para trabajar digitalmente desde Costa Rica. De hecho, Departamento de Estado de EE.UU., ha acusado de corrupción a más de una docena de funcionarios del gobierno de Nayib Bukele, por lo que muchos de ellos figuran en la «Lista Engel» del gobierno estadounidense, que incluye a personajes corruptos y enemigos de la democracia.

Así, con el Poder Legislativo bajo su control total, el Poder Judicial manejado por sus fieles partidarios y el Poder Ejecutivo concentrado en su figura, con un círculo de confianza formado por hermanos y leales servidores, Nayib logró un poder indiscutible en El Salvador, que, por lo conocido, está muy lejos de merecer levantar un estandarte democrático, aunque sí, el de una dictadura que busca entronizarse por muchos años, cuando pise suelo patrio.

Preguntamos, ¿A de ser un modelo ejemplar para los costarricenses? ¿Se justifica honrarlo con una invitación a visitar las sedes de los tres poderes de la República? ¿Su amistad con el presidente Chaves, estará por encima de los principios democráticos, que movilizan a muchos compatriotas? ¿Qué beneficios obtendría nuestra Patria, con su visita oficial, aparte de, supuestamente, ayudar con la «campaña electoral» adelantada, que se desarrolla desde nuestra Casa Presidencial? Finalmente, ¿Será que Chaves aspira a gobernar como su admirado dictador?

Para nosotros, las respuestas son obvias, como también lo es, que repudiamos su inoportuna presencia en Costa Rica.

25.10.2024

La renuncia del presidente

Omar Jiménez Camareno

Los costarricenses elegimos presidente de la República cada cuatro años.

No obstante, aunque el período de gobierno dura formalmente cuatro años, sabemos que en la realidad el presidente y su equipo de gobierno cuentan en la práctica con tres años para alcanzar sus principales logros, ya que en el último año la campaña electoral limita seriamente las posibilidades del gobierno de materializar logros importantes.

El presidente actual (período 2022-2026) estableció durante su campaña electoral básicamente ocho grandes compromisos, los cuales dijo que era fácil lograr, solo se requería un lapicero y valentía para «comerse la bronca».

¿Recuerdan ustedes al entonces candidato a la presidencia levantando un lapicero diciendo que a él le bastaba ese lapicero para…?

✓ Reducir el costo de la vida (prometió bajar el precio del arroz, la electricidad y medicinas)

✓Acabar con la pobreza (¿Recuerdan que incluso dijo que como funcionario del Banco Mundial había dirigido programas de combate a la pobreza en más de 40 países?)

✓ Acabar con las pensiones de lujo y la corrupción (prometió, como una forma de transparencia, transmitir públicamente las sesiones del Consejo de Gobierno).

✓ Sacar al país del apagón educativo y mejorar las oportunidades de estudio para las personas jóvenes de los sectores con menos posibilidades económicas.

✓ Fortalecer las políticas de protección ambiental.

✓ Impulsar una salud pública de calidad y acabar con las listas de espera en la Caja Costarricense del Seguro Social.

✓ Aumentar el empleo.

✓ Fortalecer la seguridad ciudadana (¿Recuerdan la promesa que hizo de que volveríamos a ser el país más feliz del mundo?)

A mitad de su período, el presidente confesó, aunque no lo haya hecho expresamente, que o se equivocó o que nos mintió.

Nos dijo a todas y a todos los costarricenses que no lo han dejado gobernar.

En otras palabras, aunque sin decirlo, reconoció que no bastaba un lapicero para hacer realidad sus promesas y, también sin decirlo, confesó que no había alcanzado resultados concretos durante esos dos primeros años.

Aunque para justificar su fracaso le echó la culpa a la institucionalidad, a los partidos de oposición, a la Contraloría y a la «prensa canalla» que no le han permitido gobernar.

Desde el dos de mayo, en el discurso ante la Asamblea Legislativa y hasta el día de hoy, el presidente redujo todo su plan de gobierno para los próximos dos años a agitar a la población en torno a lo que llamó «La ley jaguar».

Es decir, el presidente, apenas a dos años de gobierno renunció a:

✓ Renunció a bajar el precio del arroz y las medicinas. (La ruta del arroz solo sirvió para que un pequeño grupo de importadores de arroz dejaran de pagarle al Estado costarricense miles de millones en el pago de aranceles de importación).

✓ Renunció a acabar con las pensiones de lujo. ¿Se han dado cuenta que ya ni siquiera volvió a hablar de ese tema?

✓ Renunció a mejorar la educación pública. No solo nunca conocimos la famosa «ruta de la educación», sino que además se redujo el presupuesto para educación al nivel más bajo de los últimos 30 años y se eliminaron más de 70 mil becas a las niñas, niños y personas jóvenes de los hogares más pobres.

✓ Renunció a aumentar el empleo. Al contrario, en lo que va del gobierno se han perdido más de 100 mil empleos.

✓ Renunció a mejorar la seguridad ciudadana. De hecho, el año pasado alcanzamos la mayor cantidad de homicidios en la historia del país y en lo que llevamos de este año las cifras siguen aumentando. En lugar de volver a ser el país más feliz del mundo, nos hemos convertido en uno de los más inseguros del mundo.

✓ Renunció a fortalecer la salud pública. Las listas de espera no solo no se redujeron, sino que siguen aumentando y la Caja Costarricense del Seguro Social se debilita cada día más.

✓ Renunció a combatir la corrupción. Se negó a cumplir la promesa de transmitir públicamente las sesiones del Consejo de Gobierno, se ha dedicado a favorecer a sus «amigos y amigotes» y financistas de campaña, veamos:

  • Reducción de impuestos a importadores de arroz
  • Los cariñitos con los dineros del BCIE
  • Ampliación del contrato en el puerto de Caldera
  • Sobreprecio en la remodelación de la pista del aeropuerto en Liberia
  • Los permisos irregulares a su financista en Gandoca-Manzanillo

Para citar unos pocos de los casos de corrupción que se han dado apenas a mitad del gobierno.

No se habla nada de estos grandes problemas del país, ni una sola propuesta en ninguno de estos temas.

El presidente decidió, apenas a la mitad de su mandato, renunciar a cumplir sus compromisos de campaña.

Renunció a gobernar, para dedicarse, desde ahora, únicamente a la campaña electoral del 2026, con el cuento de un jaguar que ya no solo no caza, sino que ya ni siquiera ruge desde que lo asustó un mango en el parque de Nicoya.

Cuatro referéndums

Freddy Pacheco León

Freddy Pacheco León

En la Ley sobre Regulación del Referéndum, Nº 8492, no se evidencia la opción planteada por Otto Guevara, de realizar un «referéndum multi-temático«, que decidiría por 14 proyectos de ley de diversas materias, que se votarían, ¡cual si se tratare de un solo proyecto de ley! Dijo el exlegislador libertario: «Propongo al Poder Ejecutivo utilizar el referéndum multi-temático, para lo cual requerirá del apoyo de al menos 29 diputados en la Asamblea Legislativa”. Es decir, lo propuso, pero sin la tarea formal de recolección de firmas, quizá porque ya antes, junto a su compañera de partido, Natalia Díaz, había fracasado en ello, con su referéndum para “cerrar Recope”.

Cabe recordar, que la lógica del referéndum es la de que, el día de su votación, el pueblo, el soberano, y no a través de sus representantes, juegue el papel de Asamblea Legislativa, y tome una decisión sobre un proyecto de ley, o si fuere el caso, por más de uno, que, si coincidieren en su trámite, se pudiesen acumular, para ser conocidos en un mismo acto comicial. Entendiendo, por lógica, que, si se tratare de, digamos, dos proyectos de ley, para cada uno se tendría una boleta de votación, con la correspondiente casilla donde votar SI o NO, según la voluntad del ciudadano.

Con más razón, si se tratase de 14 proyectos de ley, pues es inimaginable, que esa «Asamblea Legislativa» popular (si se le quisiera identificar así) conformada por todos los ciudadanos de la nación, se viere obligada a votar «en bloque», sin posibilidad de decidir su voto favorable por unos proyectos, y desfavorable por otros, lo cual, claramente, violentaría los derechos democráticos más elementales del ciudadano.

Proyectos que, si se tramitasen regularmente en la Asamblea Legislativa, obviamente, seguirían los procedimientos ya conocidos, donde cada uno se discutiría y votaría, como corresponde, por reglamento y lógica, por aparte en el Plenario Legislativo.

En la citada Ley N° 8492, que regula el referéndum, se evidencia con claridad, que el legislador tuvo en mente, el proceso del referéndum para un proyecto de ley, que, por su importancia, y otras particularidades, se votara de esa manera. La opción de decidir por más de uno es solo una posibilidad, por circunstancias especiales, para economía de recursos y, considerando la prohibición de realizar más de un referéndum en el transcurso de 12 meses.

No se prohíbe, pero, mucho menos, se pensó, en degradar tan especial mecanismo de democracia ciudadana, estableciendo la irracional posibilidad de votar por varios proyectos, en bloque, con un SI o con un NO, obviando esa realidad, donde el votante acudiría a la urna, prácticamente con las manos amarradas.

Al estudiar la Ley, encontramos que ésta habla de «el texto del proyecto» (Art. 6 c), «publicación del proyecto» (Art 7° b), «texto del proyecto de ley que se someterá a referéndum» (Art 12), «el texto del proyecto para el respectivo control de constitucionalidad» (Art 16), «proyecto sometido a referéndum» (Art 20 c), «el proyecto se archivará» (Art 26), no encontrándose ninguna referencia en plural, como corresponde al principio del derecho positivo.

Por lo consignado, si se hubiera acogido la propuesta del «referéndum multi-temático» de 14 proyectos, 14 también habrían sido los resúmenes y explicaciones que habrían de haberse presentado a los ciudadanos, en 14 hojas oficializadas por el TSE, para la recolección de firmas. Pues, aunque pareciese complicado el asunto, el único responsable de tal embrollo, sería, sin duda alguna, el ciudadano que decidiera tramitar 14 referéndums «de un solo tiro», mediante la recolección de firmas, de lo cual se cuidó don Otto Guevara.

Ahora bien, aunque Guevara hubiera logrado que el presidente Chaves hubiera acogido su propuesta, y, por tanto, enviado los 14 proyectos al Congreso, con la esperanza de que 29 diputados se los avalaran, el “multi-temático” estaría procesándose, pero, teniendo clara la forma en que cada uno de los proyectos, se conocerían en el Congreso y, eventualmente, podrían votarse el domingo señalado para la votación.

Pero no fue así. Chaves decidió, no enviar 14, sino cuatro proyectos, eso sí, torpemente «camuflados», con encabezados, tales como capítulos, secciones, artículos, cual, si fuesen partes de un solo proyecto, por lo cual algún “genio” que lo asesorara, le propuso hacerlo con un único título, muy poco serio, por cierto, de «Ley Jaguar». Símbolo propagandístico, que se dice, sería parte de la campaña electoral sui géneris, que con recursos públicos ya estaría iniciándose, para la elección presidencial y de diputados a realizarse el 1º de febrero del 2026.

Se trata de proyectos tan diversos como uno primero sobre el uso de terrenos del Estado a nombre de Japdeva, para que empresas privadas puedan construir en ellos desarrollos urbanos y de transporte marítimo, principalmente de su interés lucrativo particular. Un segundo proyecto busca abrir opciones para que un banco regional (el BCIE), últimamente muy cuestionado, otorgue a Costa Rica un préstamo por US$450 millones, sin trámite legislativo, con el cual construir parcialmente, obras sin licitación en terrenos pertenecientes al Liceo de Costa Rica. Ello con la intención de buscar un atajo a regulaciones legales relativas a la contratación pública, que la Contraloría General de la República tiene el deber de fiscalizar, sobre el proyecto aún sin planos y escaso de financiamiento, llamado Ciudad Gobierno. El tercer proyecto pretende flexibilizar, peligrosamente, normas referentes a la Ley de Control Interno, y, como el proyecto más relevante, el cuarto proyecto, busca suprimir competencias constitucionales, que transformarían el diseño básico de, nada menos, la Contraloría General de la República, que además de inconstitucional, es altamente amenazante para la institucionalidad costarricense y la lucha contra la corrupción y la incompetencia.

O sea, amigos, se trata, aunque lo pretendan presentar como UN PROYECTO de ley, de CUATRO modificaciones a un mismo número de leyes vigentes. Algunos dirán que no son tantos proyectos como los sugeridos por el exdiputado Guevara, pero esos cuatro fueron enviados a conocimiento de los diputados, en busca del apoyo (imposible, creemos) de al menos 29 de ellos. Proyectos que, para su conocimiento en el Congreso, se requerirá disgregarlos en cuatro, para poder conocerlos y discutirlos, adecuadamente, antes de decidir si se suma la mayoría de diputados, a la iniciativa de un referéndum conjunto, del Poder Ejecutivo y la Asamblea Legislativa.

Por otro lado, los mismos cuatro proyectos, fueron entregados al Tribunal Supremo de Elecciones, por los ciudadanos Alberto Cabezas Villalobos y Édgar Espinoza, en ese orden de llegada. Hemos de acotar, que nos llama la atención el que un ciudadano costarricense, quien había vivido “exiliado” en Managua, bajo la protección del régimen de Daniel Ortega, sea quien primero acudiera con los textos oficiales, a presentar la solicitud de inicio del proceso de recolección de firmas.

Recordamos, y está documentado, que el señor Cabezas Villalobos, cuando Costa Rica estaba enfrentando, por medios diplomáticos, la invasión del ejército de Nicaragua al territorio de isla Portillo, había presentado un recurso de amparo contra la construcción de la ruta 1856, que para entonces se consideraba estratégica para la protección de nuestra soberanía territorial a lo largo de parte del río San Juan. Al haber tomado partido a favor de Nicaragua, y, por ende, en contra de nuestra Patria, justificó su solicitud de asilo en el país invasor, donde vivió por unos cinco años, con el argumento de que su vida corría peligro en Costa Rica. Ahora aparece promoviendo la iniciativa de la Casa Presidencial, argumentando, entre otros, que “El Proyecto Jaguar busca aclarar y fortalecer normativas para facilitar la implementación de grandes proyectos de infraestructura, promover la inversión y reducir costos operativos del gobierno”. Con esos antecedentes, ¿podríamos creerle?

Finalmente, para que desde ahora no se diga que, en conjunto, el TSE y la Asamblea, se han unido para enfrentar las intenciones del presidente Chaves, valoremos que, ante la seriedad de los procesos iniciados, ambos poderes, habrán de remitir al Departamento de Servicios Técnicos, del Primer Poder de la República, los textos de los proyectos que se han recibido, para que, hagan un primer análisis de forma, del documento sometido a consideración. Es de prever que, los juristas de la Asamblea seguramente coincidirán con sus colegas del Poder Electoral, en cuanto a las deficiencias de los cuatro proyectos según las regulaciones legales del referéndum, y las evidentes inconstitucionalidades que contienen, por lo cual deberán de hacerse las consultas previstas, ante la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia, para cada uno de ellos.

9.6.24

¿Detener el movimiento?

Por Memo Acuña. (Sociólogo y escritor costarricense)

A inicios de la semana que concluye el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, emitió una nueva orden ejecutiva relacionada con el tema migratorio. En esta disposición, se restringe el ingreso de migrantes indocumentados y se limita la posibilidad de obtención de la figura de asilo.

Nada nuevo en el marco de una retórica de continuidad en la política migratoria estadounidense que pareciera no establecer diferencias entre Republicanos y Demócratas cuando se trata de este tema.

Justamente, las voces de esperanza en que Biden realmente lograra adecentar la política migratoria de Estados Unidos con un corte absolutamente securitario, no repararon en que detrás de una aparente humanización y adecentamiento de las acciones en materia de migración, seguridad fronteriza, integración, se posicionaba el enfoque real con el cual Estados Unidos como país ha abordado el tema en los últimos 25 años.

Esta Orden Ejecutiva firmada el 3 de junio, llega en un momento político aderezado por la campaña electoral estadounidense. En este sentido, bien es conocida la postura racista, xenófoba y antiinmigratoria de Donald Trump, el seguro candidato republicano, con la cual se ha granjeado millones de votos sustentados en una combinación entre enojos y un nacionalismo exacerbado.

Tomando posturas de esta naturaleza, Biden apuesta también por obtener apoyos para su estrategia política, en medio de un contexto en el que las movilidades humanas no cesan a nivel global. En lo que se escriben estas notas, se conoce del drama de cientos de personas migrantes africanas en Islas Canarias, en España. Es que las movilidades humanas poco entienden de cercas, vallas fronterizas, políticas duras y agresivas.

El presidente estadounidense ha dicho que con la firma de esta acción se recuperará el control de las fronteras, desbordadas como están por la necesidad incesante de cientos de miles de personas. La pregunta, que no es retórica, que debemos hacernos es quién firmará de una vez por todas una acción global contra la violencia, el hambre, la miseria, la desigualdad, el racismo, la pobreza. Aguardemos entonces.