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Certeza jurídica, Estado digital y transparente para un país más eficiente (II y final)

Caryl Alonso Jiménez

¿Qué hacer para avanzar con la velocidad y los tiempos correctos…?

Caryl Alonso Jiménez

El ENADE 2024 nuevamente puso en el debate nacional las prioridades presentes y futuras de país. No dijo cómo ni cuándo. Con dos extraordinarios expositores: Toomas Ilves, Expresidente de Estonia y Santiago Bilinkis, experto en innovación tecnológica.

La mañana del jueves 10 de octubre, en un espacio para funcionarios públicos se adelantaron las primicias de los dos expositores para compartir con decisores políticos visiones y experiencias claves.

La segunda ponencia de esa mañana estuvo a cargo de Santiago Bilinkis, argentino, empresario, escritor, experto en sistemas tecnológicos e IA (inteligencia artificial). Bilinkis, es dueño de una extraordinaria verbalización, con ruidos altisonantes del provocador de escenarios. Fue capaz de mantener la audiencia sometida a ráfagas de información que, por momentos alientan a escenarios optimistas y en otros, a verdaderas alarmas. Como todo buen expositor, apoyó con datos estadísticos sus afirmaciones, que hacen creíbles los escenarios abordados.

La ponencia sorprendió a los asistentes, funcionarios y asesores de entidades públicas. Usó el idioma florido del argentino encantador, condujo con interrogantes que resultaron en graves revelaciones de la verdad: en tres años, -dijo. La IA estará presente… y dejó la interrogante instigadora, ¿Estaremos listos…?

Bilinkis tiene mente comercial, desarrolló, extendió y elevó su negocio a los atractivos de inversionistas y al parecer, con habilidad propia del estratega vendió a tiempo. Ello le dio los bonos, al parecer suficientes… para detenerse en la poltrona de la sabiduría y dedicarse a pensar con mente matemática, con esas lógicas contemporáneas, que hacen del inventario de las crisis, oportunidades cotidianas y expectativas futuras… aunque no para todos, sino para los que están en la acumulación… el resto solo consume.

Es indudable, tiene ese don de visionario y calculador de las olas de transformación tecnológica, eso lo convierte en un agudo observador y pendolista de ideas para América Latina, y más con esa doble virtud del don de la palabra escrita y hablada.

Seguro fue eso lo que sedujo a los organizadores del evento. Compartir sus visiones, alarmas y sobre todo, por su capacidad persuasiva para hablarle a un público escéptico como el guatemalteco… que bueno, tiene sus razones acumuladas de años…

Publicó en el 2019 “Guía para sobrevivir en el presente”, de lectura obligada. Su último libro, “Artificial” (2023), en coautoría con Mariano Sigman, de lectura en aulas universitarias y con intensa presencia en redes sociales. El libro presenta el escenario para América Latina que adelanta el arribo en los siguientes años de la IA. Aunque revela escepticismo y dudas, ante el advenimiento indetenible, por esas realidades sociales y políticas que resultan en barreras para la expansión tecnológica.

El libro confronta los grandes desafíos de la ola de la IA que se avecina, pero no se deja obnubilar por las transformaciones que serán realidad en procesos que van impactar los escenarios educativos, laborales, investigativos y la vida cotidiana, como ya ocurre con el denominado “internet de las cosas” (Kevin Ashton, 1999).

Interroga la realidad latinoamericana, ¿Qué sentido tiene estar hablando de la IA cuando en muchas escuelas falta agua, calefacción o se cae la mampostería de los techos? ¿Hablar de tecnología cuando existe una tremenda desigualdad y una brecha digital enorme? (P.117). Explica que sin inversión ni compromiso las oportunidades se alejan.

Es indudable, el valor de los ENADE anuales, abonan al debate reiterado de las decisiones que faltan y omisiones históricas que ya no pueden esperar.

Me recordó aquel ENADE 2019, cuando James Robinson, coautor con Daron Acemuglo del libro, “Por qué fracasan los países” (2013), fue expositor principal de ese año. Recuerdo que insistía en los modelos económicos productivos que deberán modernizarse para las transformaciones del siglo XXI. Por cierto ambos autores, junto a Simon Johnson son los galardonados con el Premio Nobel de economía 2024.

Es incontestable, la certeza jurídica y la transformación digital son parte de la cadena de la eficiencia institucional del Estado, nadie lo discute. Pero no son automáticas. Lo primero son decisiones de políticas. Sobre todo diálogo, acuerdo y compromiso. Vale seguir la iniciativa, no me cabe duda, es una buena señal y va en la línea correcta…

Felipe Larraín, economista y exministro de hacienda de Chile, en un reciente artículo sobre la viabilidad de la transformación digital de Latinoamérica (2024), identifica a Uruguay, Chile, Costa Rica y Brasil por cuatro condiciones: certeza jurídica, estabilidad democrática, capital social y estabilidad macroeconómica. La evidencia es buena…

Esos países iniciaron políticas de transformación hace más de 30 años. ¿Es eso lo que se quiere…? Pero, hacerlo demanda decisiones, ¿Se tomarán a tiempo…? ¿Qué falta…?

El futuro siempre tiene ideas transformadoras… (I)

Caryl Alonso Jiménez

A propósito de la ENADE 2024: Certeza jurídica, un Estado digital y transparente para un país más eficiente…

Caryl Alonso Jiménez

Es absolutamente incontestable el tema y marco de fondo que compartió el Encuentro Nacional de Empresarios 2024 (ENADE), que no solo define la ruta futura; sino, pareciera que le puso fecha…

Más allá de la provocación de lo que vendrá mañana… el evento anual tuvo, como siempre esa veta que exacerba optimismo, cálculo y hasta escepticismo… Pero se quedó una pregunta, ¿Para cuándo…?

Justamente, el jueves 10 de octubre, FUNDESA, como parte del Encuentro Nacional de Empresarios 2024, en un escenario anticipado para altos funcionarios públicos, presentó a los dos principales oradores del evento, Toomas Ilves, expresidente de Estonia (2010-2016) y Santiago Bilinquis, empresario y experto en innovación tecnológica, escritor y docente universitario, de Argentina.

Escuchar esa mañana experiencias, resultados alcanzados y escenarios de promoción de la certeza jurídica y procesos de transformación digital, reviste de singular importancia, y más cuando viene de líderes y protagonistas… Ese es el valor de las ideas transformadoras, pero, ¿Por dónde empezar?

En esta primera entrega y en una traducción libre y brevísima por el espacio, se recogen ideas claves que destacan la extraordinaria exposición en inglés del expresidente de Estonia, Toomas Ilves. Su exposición recorrió el marco de una radiografía de la realidad de ese país a finales de los años noventa. Aunque su principal exposición se centró en logros y avances alcanzados en las transformaciones digitales durante su gobierno, expresó que los resultados fueron consensos como factor clave para cualquier transformación. Estas fueron sus principales ideas esa mañana.

El Expresidente Ilves, reveló que debía partirse de decisiones políticas en tres aspectos que aunque no lo dijo exactamente así, se podía inferir que esos fueron los ruidos de fondo: (1) Alcanzar consensos políticos capaces de definir el horizonte y las consecuencias de las decisiones en certeza jurídica, (hacia dónde ir); (2), priorizar qué factores claves debieron implementarse para poner en marcha las transformaciones legales en Estonia, (¿Qué hacer?); y (3), qué papel debían jugar el Estado, empresarios, sociedad y políticos para construir la plataforma jurídica, en ruta para alcanzar un modelo sostenido, estable y predictivo (¿Cómo hacer?).

Dentro de ello abordó el tema de la educación particularmente en inversión de capital social, en donde las transformaciones digitales no son manuales de contenido básico, es la plataforma del cambio en modelos y sistemas pedagógicos que inciden en el dominio de capacidades. Pero también en acuerdos con el sector económico para armonizar capital social con productividad, en una ecuación de crecimiento y desarrollo.

Destacó los resultados alcanzados por Singapur, (su comentario está retratado en el Informe PISA 2022, que revela que los estudiantes de ese país ocupan los primeros lugares en matemática en los países de la OCDE y que las mujeres adolescentes aventajan a los hombres en el liderazgo y emprendimiento). Aunque tampoco lo dijo, vale decir que Singapur una es las primeras economías del mundo.

Resultó sorprendente escuchar esa mañana al Presidente Ilves, hombres de su talla que revelan la veta de estadista y mirada intergeneracional. Destacó que la construcción de Estados sólidos, con claridad y velocidad hacia a las transformaciones, productividad (cambio de los factores competencia), dependen del consenso político con los diferentes sectores de la sociedad, sin ello es imposible lograrlo.

Destacó que la transformación digital basada en certeza jurídica depende de decisiones políticas y liderazgo de gobierno, actores económicos, sociales y elites políticas.

Escuchar estadistas de la talla de Ilves, obliga hacer repasos y balances sobre resultados, y particularmente de lo que falta por hacer en la región. Principalmente sobre cuánto se deja de hacer para recuperar tramos perdidos en el tiempo.

Sorprendió que no hubiera ningún comentario a la experiencia de la región y Guatemala en los años del apagón mundial de la economía a causa de la crisis sanitaria del COVID-19. Se mandó a 3 millones de estudiantes y docentes (públicos, privados y universitarios) a conectarse por su cuenta. No se les pudo ocurrir una moratoria del pago de contratos.

Un amigo, en una visita al viejo continente me expresó que no se explicaban como las grandes ventanas de oportunidad se perdieron en la región por la orfandad de propuestas estructurales, algunas pudieron venir del legislativo y transformar la brecha digital. Un joven legislador sentado a la par, conmovido por la exposición me expresó que trabajaría en una propuesta: estoy seguro que lo hará, este tiempo es de transformaciones… y los jóvenes podrán provocarlas.

¿Se quiere transformar el nuevo escenario digital en la región? La sabiduría del presidente Ilves fue implacable: la educación es el primer camino, los niños y la juventud son el objetivo. Realmente, ¿Se quieren transformaciones…? ¿Para cuándo…?

Las instituciones importan…Pero, ¿realmente importan…? (II y final)

Caryl Alonso Jiménez

¿Qué gobierno es el mejor, el de las leyes o el de los hombres…?

Caryl Alonso Jiménez

En uno de los libros donde el posicionamiento de la democracia es el sello distintivo y postura ejemplar, es la que asume Norberto Bobbio (1909-2004), en aquel legado testimonial que no deja espacio a la duda en su libro, “El futuro de la democracia” (1987), que afirma, “Si para concluir el análisis se me pide quitarme la vestimenta de estudioso, y ponerme la del hombre comprometido con la vida política de su tiempo, no tengo ningún empacho en decir que prefiero el gobierno de las leyes y no el de los hombres” (p. 136).

Y justamente, las instituciones son la expresión en la que se traduce el lenguaje de la respuesta democrática. Es el lugar donde la función institucional solo se explica por la defensa concreta de todo aquello que construya la verdadera realización de la sociedad en canales de ascenso social (Gutiérrez, 2014), pero lo contrario, es la negación del ciudadano como razón de la democracia…ese es el tema: el ciudadano y el bienestar.

El debate de las instituciones puede parecer denso por la complejidad de las redes del poder que se ejercen desde todos los ángulos, (discrecionalidades) que a veces es derrota y agotamiento en sociedades que siguen a la espera de servicios públicos reales.

Es verdad, ya están emergiendo generaciones de mujeres y hombres ejemplares, comprometidos con claridad de transformación en las instituciones de la región, a quienes seguramente habrá que acompañar….

Esos serán los temas en el curso PhD, “Teorías de Gobierno, gestión pública y gobernanza” gracias a la gentil invitación del Doctor Jean Paul Vargas, hombre comprometido con su tiempo, la región y dilecto amigo, Director del Doctorado Gestión Pública y Ciencias Empresariales, del Programa de Doctorado, del Instituto Centroamericano de Administración Pública (ICAP), que tendré el honor de impartir a funcionarios y profesionales latinoamericanos.

Es indudable, a principios de este siglo el Doctor Manrique de la Peña, Profesor del Tecnológico de Monterrey dijo, “Para un barco sin rumbo, cualquier viento es bueno…”, En referencia a una reflexión sobre lo que sería el Siglo XXI, y, ¡Qué razón 22 años después tenía…!

Por cierto, fue una de las primeras experiencias virtuales en Guatemala, promovida por el Decano, Hugo Beteta, de la Facultad de Economía, de la Universidad Rafael Landívar de aquel entonces, del que fui invitado facilitar. Era una trasmisión que venía vía el Instituto del Banco Mundial, dirigido por Arturo Vergara, conectado vía satelital con México. Hugo Beteta hoy es el Embajador de Guatemala en Washington.

La democracia define el marco de la organización republicana, (independencia de los tres poderes Estatales). El gobierno, en teoría, ejerce su función apegada al marco Constitucional, y las instituciones públicas son, justamente el orden legal que, bajo competencias delegadas, cumple funciones en favor del ciudadano hacia el bienestar.

En esto no hay discusión y estoy convencido de que los demócratas con pensamiento republicano, aspiramos a que las imperfecciones del modelo se ajusten a procesos de mayor capacidad de respuesta: educación, salud, empleo, infraestructura, seguridad ciudadana, defensa de las fronteras, justicia, propiedad privada y activación socioeconómica nacional e internacional. ¿En dónde no se entiende…?

Sin embargo, los grandes coloquios sociales, nacionales e internacionales, se embarcan en emblemáticos encuentros para analizar el espíritu y las grandes doctrinas que mueven los marcos democráticos. Extraño, ¿Antinomias o dudas Constitucionales…?

El Estado son todos aquellos principios abstractos y concretos que con precisión legal y normativa mueven la armonía colectiva (el orden economico, social y político), que tiene su particular reparto histórico. De eso justamente hablaremos: de las responsabilidades Estatales (todos), de las funciones institucionales (los que gobiernan) y el compromiso cívico (participación, organización ciudadana, auditoria social y derechos).

Se repasará la importancia de políticas, rol del partido, los agentes económicos y actores sociales en la construcción del Proyecto de Nación, que a veces no es la nación del Estado. Sin tentativas emocionales se abordará la importancia de la estrategia de Estado, la generación de pensamiento y la expectativa futura, con índices y mediciones.

Los programas de gobierno pueden incidir en la gestión de la institucionalidad pública, articulando redes de coordinación nacional y territorial para impactar el desarrollo. Pero no ocurre, si apuntaran a factores causales, seguro construirán certeza y confianza…

“El problema son los procedimientos que no se cumplen…”, dijo un alto funcionario del control gubernamental recientemente… Entonces, Como pedía Bobbio, ¿gobierno de leyes o de hombres…? Hoy es el momento de hacer efectivo el gobierno de leyes…

Las instituciones importan…

Caryl Alonso Jiménez

El estudio de la antropología del desarrollo es el dispositivo teórico para el estudio de la cadena de procesos económicos, sociales y políticos de la realidad…

Caryl Alonso Jiménez

Pensar en el desarrollo en términos de su mejor alternativa no es simplemente lo que se cree, piensa o se imagina; sino la evidencia de cómo debiera emprenderse las siguientes etapas. Y sin dejar de lado las fallas y lecciones para aprender del pasado, (Santayana, 1863-1952).

Por eso vale repasar todos los ángulos. Los mejores hombres y los más inteligentes incluyendo los estrategas (hasta los embusteros), ven el pasado como la medida del tiempo, y quien mejor lo explicó fue Robert Kaplan, en “El retorno a la Antigüedad” (2022). Kaplan es redactor del Atlantic Monthly y columnista colaborador del Washington Post, New York Times, entre otros.

Por cierto, libro que los políticos y algunos académicos entusiasmados por el posmodernismo despreciaron… ¡Vaya insensatos y soberbios, allí está la lección…! El mismo Steve Job (1952-2011), se los dijo en aquella famosa alocución sobre los genios… esa grabación que algunos miran y oyen en la intimidad, pero no escuchan el ruido…

Vale recordar que Kaplan fue lectura para los mariscales de campo en la guerra del Golfo a principios de este siglo. El libro está en digital para quienes quieran leerlo.

Un buen ejercicio entonces en esa línea, para ver más lejos (Newton, 1643-1727), desde la antropología del desarrollo, en un curso del mismo nombre que por invitación de uno de los científicos sociales más importantes de Guatemala, Doctor Nelson Amaro, que impartiré en la maestría, Estrategias Público-Privadas de Desarrollo Sostenible.

Al repasar entonces desde esa perspectiva, los procesos de reforma Estatal en la década de los 80 en el siglo pasado, cuando se reconfiguró, (eufemismo, que realmente consolidó lo que ya venía de decenas de años en Latinoamérica), la compleja institucionalidad pública y facilitó vías para liberar la economía que contó con el apoyo de las corrientes internacionales y nacionales para el supuesto nuevo Estado actual.

Que, entre otras premisas inconclusas, buscaba gestar mayores competencias a los gobiernos subnacionales para abrir nuevo camino hacia la reactivación territorial (Burky, 1989; Dillinger, 1992), que nunca fueron el objetivo en esta región.

Fue una especie de silogismo: dos premisas verdaderas (liderazgo local y libertad de elegir autoridades municipales -Art. 253, CPRG 1985-), pero de conclusión falsa: no se podía lograr por la incapacidad de gestión y autonomía municipal que persiste hasta ahora. ¿Por qué insistir en engañarnos en ese enfoque que nunca dio resultado?

Al parecer lo quieran o no aceptar, tienen responsabilidades históricas sobre esa verdad (academia, elites, políticos, dirigentes sociales) al respaldar decisiones políticas que marcarían al Estado y las instituciones de hoy. Daniel García lo repitió en su libro, “Y para cuándo los bienes publicos? (2018).

Fue tan grave que no se tiene claridad de las consecuencias excepto por las debilidades institucionales del Estado para intervenir en las fragilidades cotidianas: seguridad ciudadana, opacidad, violencia, salud, educación, infraestructura, vivienda y empleo.

Al analizar las reformas fue evidente que el proceso con matices económicos fortaleció la estabilización macroeconómica que favoreció al sistema crediticio, monetario y cambiario. Estimuló el crecimiento sin alcanzar índices de crecimiento de antes de 1980. El sector económico se fortaleció y creció, pero las instituciones públicas se debilitaron.

La modernización en Guatemala tuvo su epítome a partir de la Consulta Popular de 1994 que se constituyó en el centro del debate de los sectores sociales, económicos y gobierno. Ese torbellino se centró en la reforma fiscal y tributaria, pero no alcanzó acuerdos, excepto para reformas del sistema financiero (Art. 133, CPRG, 1985).

Al analizar el contexto histórico en profundidad, hace evidente que el problema era político, debió alcanzarse acuerdos y consensos. No se definió la ruta para 30 y 40 años en términos de bienestar. Pero en esos mismos años Singapur si lo logró, entonces, ¿Dónde estuvo la diferencia o cómo la explicamos…?

Los grandes estadistas se ausentaron de la representatividad, lo que confirmó que las reformas nunca fueron en línea hacia la vigorización democrática (Alonso, 2024), lo que impactó hasta hoy en la construcción de canales de ascenso social.

Fue notable la ausencia de inversiones territoriales, las oportunidades se limitaron. Y curiosamente hoy la oferta académica superior territorial no va en línea al formato a la demanda de la economía real, ¿Cómo explicar la migración con títulos universitarios y algunos con PhD?

Es imperativo un test de estrés del Estado, que pueda gestar lineas que reconstruyan el nuevo papel institucional. Sin embargo, tal como afirma Jeambar y Roucaute (2008), “En cada momento se apela a la inteligencia para que encuentre una solución eficaz que garantice las libertades en un Estado de derecho y permita el avance de la sociedad hacia la autonomía”. Pero realmente, ¿Es lo que se quiere hacer…?