En Aula Abierta, en la sesión del curso “Disputas Territoriales y socioambientales en Costa Rica: el caso de los monocultivos” se cuenta con la participación del Dr. Joan Martínez-Alier, el cual aborda el tema “Conflicto socio ambiental y resistencias comunitarias en Centroamérica y las Antillas”
Martínez es doctor en Economía por la Universidad Autónoma de Barcelona, investigador del St Anthony’s College de Oxford, profesor visitante en FLACSO-Ecuador, miembro fundador de la Asociación Europea de Economía Ambiental y de la Sociedad Internacional de Economía Ecológica, que presidió en 2006 y 2007. Desde el 2000 es miembro del Comité Científico de la Agencia Europea de Medio Ambiente.
El programa completo de Kioscos Socio-ambientales UCR se encuentra en el siguiente enlace https://fb.watch/v/1evXGpode/, en la página de Facultad de Ciencias Sociales en el siguiente enlace: https://fb.watch/v/1evXgAlYA/, y en el YouTube WebTV:
Libro analiza la conmemoración que se realizó en 1921, para estudiar los cambios en la esfera pública, en la cultura política y en la construcción de la identidad nacional y centroamericana
El libro forma parte de la colección Bicentenario de la Independencia de Centroamérica, de la Editorial UCR. Foto: Laura Rodríguez Rodríguez, UCR.
La historiadora y directora del Instituto de Investigaciones en Arte (IIArte) de la Universidad de Costa Rica (UCR), Patricia Fumero Vargas, detalla cómo fue la celebración de los primeros 100 años de independencia en la región centroamericana, en el libro “Festejos y Símbolos: el primer centenario de la independencia de Centroamérica”.
El libro fue publicado por la Editorial UCR y forma parte de la colección Bicentenario de la Independencia de Centroamérica.
Los pueblos, los actores políticos, las manifestaciones culturales y los festejos de Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica en 1921 son los objetos de estudio de la investigación.
Fumero Vargas dedicó tres años al estudio y recopilación de los principales hitos históricos que marcaron el centenario de la independencia en el istmo y mediante becas de investigación organizó un periplo para recorrer la región en búsqueda de finalizar su proyecto.
“Primero inicié con la revisión de algunos periódicos, archivos públicos y privados, ya después tuve dos o tres diferentes momentos y estancias de investigación en cada uno de los países y donde los colegas centroamericanos aportaron no solo la calidez humana sino que también el apoyo en el proceso de investigación”, comentó la autora del libro.
El texto nos transporta 100 años atrás, donde en la región centroamericana convivieron dos modelos distintos de creación del nacionalismo. Por un lado, la unión entre Guatemala, El Salvador y Honduras en lo que se llamó “El Triángulo del Norte”. Mientras que en Nicaragua y en Costa Rica existía un sentimiento mucho más nacionalista y anclado a lo invidiual.
En nuestro país, ese sentimiento inició su proceso de desarrollo desde el año 1913, cuando el sistema educativo costarricense empezó a resaltar los símbolos nacionales como elementos de unión patria.
“Desde que se inició a concebir y cantar las notas del Himno Nacional y además estudiar los símbolos nacionales, empezamos a fortalecer la idea de que somos ticos. Y este sentimiento fue aún más fuerte para 1921 porque ya más del 80% de la población había ido a la escuela”, explicó Fumero Vargas.
Mientras en los otros países del istmo, se vivían tiempos particulares en la historia. En Guatemala y El Salvador habían terminado las dictaduras, por lo que se dio una apertura política y un proceso de democratización, y por primera vez desde las leyes liberales de 1880, en Guatemala se nombró a un Arzobispo.
A pesar de esas diferencias nacionales y culturales entre los países, para setiembre de 1921, Centroamérica se volvería a unir y celebraría el centenario de vida independiente de manera conjunta.
Esta vez, la unión surgió como respuesta ante un nuevo enemigo en la zona, los Estados Unidos. Ya con mucha influencia en los distintos países, los norteamericanos tenían grandes contratos petroleros e iniciaban sus negocios con las bananeras.
Por esta razón, Costa Rica decidió participar con una representación en la celebración del centenario que se realizó en Guatemala.
“Por Costa Rica van dos niveles de representación. El primero de ellos fue político, representado por el presidente Rafael Iglesias, dos secretarios y dos mujeres que se dice fueron su esposa y su hija. También varios periodistas que fueron a cubrir el evento”. detalló Fumero.
A pesar de que la celebración magna se llevó a cabo en Guatemala y unió a los cinco países, en Costa Rica, unas semanas antes del setiembre de hace 100 años, organizó su propia conmemoración.
Nuestra Celebración
Desde enero de 1921 inició el proceso de organización, en el país, para la celebración de los 100 años de vida independiente. Diferentes grupos sociales planearon desde sus realidades, actividades para conmemorar esta fecha tan importante para la historia nacional.
“La mayoría de celebraciones eran organizadas por las escuelas y comunidades pero también se dieron celebraciones de organizaciones gremiales, artesanos, obreros y la Iglesia Católica, quienes básicamente desfilaban por todas las ciudades y mandaban a hacer elementos decorativos, como los arcos del triunfo”, aseguró la autora.
Uno de los sectores más importantes para la celebración de este hito fue el de las mujeres costarricenses, la mayoría de ellas mediante el Club Unionista del Partido Unionista, ya que fueron las encargadas de organizar las actividades de las comunidades mediante el sistema escolar.
En el marco del Bicentenario
Para la autora, existen varios aspectos similares entre las realidades centroamericanas del primer centenario a las actuales, principalmente en el ámbito político y económico.
Temas relacionados con aranceles y aduanas, problemas con las injerencias de un país sobre otro, disputas políticas y acciones diplomáticas sin solventar, son algunos de los detalles que desde la perspectiva de ella y después de investigar las realidades pasadas, compartimos con 100 años de diferencia.
No obstante, el principal diferenciador que encuentra entre ambas realidades es la unidad y comunicación entre los países del área y cómo en aquel entonces éramos capaces de unirnos como bloque y enfrentar los problemas como tal. Ya que para ella, trabajar en conjunto como unión centroamericana es mejor que trabajar por separado.
Patricia Fumero Vargas deja un mensaje en el marco del bicentenario de vida independiente en la región donde resalta la necesidad de replantearnos qué queremos cómo sociedad y cómo podemos seguir marcando la historia como lo sucedido hace un centenar de años atrás, en conjunto, como sociedades centroamericanas.
“Lo que yo quisiera ver es cómo llegamos a pensar en qué tipo de sociedad queremos y además qué tipo de ciudadanía queremos. Debemos pensar más en los derechos humanos y no tanto en asuntos de procedencia y de dónde viene la sangre si no vernos a todos por igual. Esta responsabilidad está en nuestras manos, es nuestra decisión”, concluyó.
El libro está disponible en la Librería UCR o en el siguiente enlace.
Kevin Venegas Arias Asistente de Prensa, Oficina de Divulgación e Información
Por Memo Acuña (Sociólogo y escritor costarricense)
Terminaba un año atípico en la historia de la humanidad y en Centroamérica se dimensionaba la tragedia de haber experimentado uno de los embates de la naturaleza más impactantes que se recuerde.
Con una o dos semanas de diferencia y como contando, los huracanes Eta e Iota provocaron una devastación sin precedentes en las ya de por sí frágiles pieles de países como Honduras y Guatemala, donde la cifra de personas fallecidas alcanzó casi las doscientas y cerca de nueve millones de personas damnificadas, muchas de ellas desarraigadas de sus contextos familiares y comunitarios.
En un reportaje en caliente sobre la tragedia, la filial de la BBC para América Latina mostraba una imagen de cientos de personas hondureñas pernoctando debajo de un puente. No tenían adónde ir. O en el peor de los casos, consideraban la migración como recurso, como estrategia de salvación para ellos mismos y sus familias.
De forma casi coincidente, simultánea, en Estados Unidos se celebraba quizá una de las más importantes elecciones presidenciales de la era moderna, al enfrentar supuestamente dos visiones contrapuestas sobre varios temas, entre ellos la migración. Al ya consabido estilete dicharachero y confrontativo, racista y discriminador del expresidente Trump, se le oponía un enfoque más laxo, aparentemente progresista y conciliador en esta materia representado en la dupla Biden-Harris.
De hecho, una de las principales premisas del candidato demócrata en campaña había sido “adecentar” las restricciones fronterizas entre Estados Unidos y México, casi que con un tono humanitario. Pero claro, eso fue en campaña.
Iniciando junio de 2021 la región recibió dos visitas emisarias por parte de dicha administración.
A Costa Rica llegó el Secretario de Estado Antony Blinken en su primera salida a América Latina y días más tarde le tocó a Guatemala recibir a la Vicepresidenta Kamala Harris. En ambos casos, el discurso sobre la gestión migratoria adoptó tonos quizás menos optimistas que los expuestos alegremente por Biden antes de ser electo.
Blinken lanzó la retórica diplomática acerca de los derechos humanos, la cooperación y la necesidad de fortalecer las democracias, el buen gobierno, la seguridad y el medio ambiente en la región. Una agenda «lugar común» en todo caso, a la que sumó la necesidad de colaboración con Costa Rica para que continúe su labor de recepción migratoria para países como Nicaragua y Venezuela. Esto, como una transacción a cambio de donaciones de vacunas anunciadas por Washington en aquellos días. El 50% del trato aún no ha sido confirmado.
Valga recordar que, en efecto, el territorio costarricense es destino y tránsito y presenta enormes desafíos para atender la nuevas dinámicas migratorias, entre los cuales el remozamiento de la institucionalidad que atiende estos temas debe impulsarse con prontitud.
En medio de la visita del secretario de Estado, la bisoña democracia costarricense fue salpicada por un escándalo de intromisión del narcotráfico en uno de los poderes de la República. Desde luego ese tema no apareció en agenda, como tampoco el aumento de la desigualdad, la exclusión y el despojo desde la élites económicas coludidas con la administración central del país. Nada de eso se dijo y la agenda de la vista emisaria del secretario de Estado entonces fue algo más que un orden del día común y corriente.
En Guatemala Harris fue más puntual y certera. En su primer viaje al exterior como Vicepresidenta de Estados Unidos, emitió ese “no vengan” como premisa disuasiva que, valga decirlo, no dista mucho al “no queremos aquí a peligrosos y delincuentes potenciales” emitida por su predecesor en su diplomacia del tweet.
Otra vez un represente de Casa Blanca repitió un guión discursivo altamente conocido: Harris habló de cambiar las condiciones estructurales, mejorar el desarrollo económico y fortalecer la lucha anticorrupción como factores para detener el flujo de personas migrantes hacia su país.
Otra vez la retórica de lo estructural tocada, rozada superficialmente con un anuncio de dotación de 4.000 millones de dólares para invertir en la región. Entre la cartera de inversionistas, Microsoft y Mastercard se “comprometieron con el desarrollo económico de la región”.
En una reciente conversación televisada con dos queridos colegas polítologos costarricenses hablábamos de esa epidermis de la región expuesta y la presencia del elefante en la sala, metáfora con la que se suele reconocer el peso de Estados Unidos en las determinaciones de política centroamericana. Una vez más el elefante ya llegó y se sentó entre nosotros.
La temporada de huracanes 2021 ha sido anunciada y sus efectos probablemente serán de vuelta sentidos en una territorialidad frágil, despojada y aniquilada por la barbarie del mercado y el extractivismo rampante.
En consecuencia, muchas personas seguirán saliendo y entonces esas premisas de disuasión y esa frase de cajón repetida en palacio y en organismos internacionales que demandan “una migración regular, segura y ordenada” serán sólo cosmética ante una avasallante realidad histórica que no solo roza la epidermis regional, sino que profundiza su alergia convertida en desigualdad, expulsión y miseria.
Parafraseando al maestro guatemalteco Edelberto Torres Rivas, Centroamérica no tiene hoy en día piel que la cubra. Debemos reinventarla de una nueva forma de convivencia y distribución equitativa de los recursos. Para que entonces regenere en otra cosa. En una cosa nueva. sin tanto elefante en la sala. No en esto en que la hemos convertido.
Es inadmisible la persecución que hace el gobierno de Daniel Ortega contra sus opositores políticos en vísperas de las elecciones en ese país hermano. Una clara maniobra para proscribir las candidaturas de sus adversarios, tan burda como la inhabilitación que hizo el gobierno de Lenín Moreno para sacar de la contienda a Rafael Correa o la realizada por la derecha brasileña para quitar del camino a Lula Da Silva y que Bolsonaro tuviera vía libre.
La diferencia es que sobre lo ocurrido en Ecuador y Brasil no escuchamos el coro de condenas orquestado por los Estados Unidos y el séquito de gobiernos marionetas que abundan en América Latina.
Repito, es inaceptable, injustificable y condenable la persecución contra los opositores nicaragüenses.
Llama la atención que los grandes medios de comunicación dan escasa cobertura sobre el creciente autoritarismo del gobierno encabezado por el señor Bukele, que controla los tres poderes del Estado a sus anchas. El bravucón de Bukele que no toca a los criminales de la guerra civil que sufrió ese heroico pueblo durante los ochenta.
Tampoco hacen campaña sobre los posibles vínculos del gobierno de Juan Orlando Hernández de Honduras, surgido de un escandaloso fraude electoral, cuyo hermano está preso por narcotráfico en los Estados Unidos. Cuesta pensar que el reo no haya puesto dinero para la campaña electoral de su hermanito Orlando. Muy poco de esto se habla en los medios de Centroamérica.
Ni hablar de Guatemala, donde la violación a los derechos humanos de los pueblos indígenas y la violencia de todo tipo contra las niñas, los niños y la gente humilde, cuenta con la complicidad de un Estado inútil. Sobre esto tampoco hablan en los medios.
Costa Rica no se queda atrás, los sectores hegemónicos están desmontando el Estado social de derecho y han arremetido contra las clases asalariadas y la pequeña producción urbana y rural, cargándole todo el peso de la crisis que viene desde antes del Covid 19. Los políticos y buena parte del empresariado costarricense, que gustan de criticar a Ortega, no dudaron en criminalizar la protesta social y proscribieron el derecho a huelga. Mientras, siguen rampantes escondiendo fortunas en paraísos fiscales, evadiendo y eludiendo impuestos de forma escandalosa.
En Costa Rica se mantienen impunes los asesinatos de dos líderes indígenas, recuperadores de tierras y cuidadores de la naturaleza. El Estado no solo no los protegió, como lo exigieron organismos internacionales, sino que ahora cubren de impunidad a sus asesinos.
Así las cosas, nuestra región se acerca a la celebración de su bicentenario de independencia, con muchas cuentas por saldar en materia de derechos humanos y de acceso libre a la información.
El próximo 30 de mayo se cumplirán 37 años del horroso crimen de La Penca, perpetrado con la finalidad de asesinar a Edén Pastora, en el marco de la lucha interna en Nicaragua entre la contra y el régimen sandinista. Tras dicho atentado que pretendía materializarse en una conferencia de prensa a orillas del rio San Juan, el Comandante Cero resultó severamente herido y se perdieron 7 vidas y hubo 22 heridos más, tras el estallido de una bomba, que aún hoy se desconoce quien la puso. Entre los fallecidos, valerosos trabajadores de la presa, cito a Lynda Frazier (del Tico Times), Jorge Quirós, Evelio Sequeira, Carlos Vargas Genè y Roberto Cruz (murió tiempo después por las secuelas). Entre los periodistas gravemente heridos y que hoy nos sobreviven Nelson Murillo, José Rodolfo Ibarra, Edgar Fonseca y don Gilberto Lopes.
Esa página negra en la historia patria dará origen a través de un decreto ejecutivo de 2010, a la creación del Día del Periodista.
Tras casi 4 décadas, no hay acusados y la justicia nacional e internacional le ha fallado al país y a las familias de fallecidos y sobrevivientes.
Esta fecha no puede pasar desapercibida. Constituye una gran afrenta a nuestra democracia, pues conforme pasa el tiempo se llegan a conocer mayores detalles y se pone en evidencia la complicidad de autoridades nacionales y de cuerpos de seguridad para que se perpetrara dicho atentado, ejecutado en territorio nicaragüense pero orquestado desde Costa Rica donde “otros movieron los hilos”.
Presumo que más de la mitad de quienes leerán esta nota, aún no habían nacido en ese momento. Y es que nos corresponde desmitificar que durante toda nuestra historia hemos sido un remanso de paz, de dicha y felicidad. Y que como los ticos hemos sido vistos tan buena gente y como mansos corderos, pareciera que fuerzas divinas nos han visto con sumo agrado y eso nos ha permitido vivir en medio de la virtud y de la abundancia. Nada más alejado de la realidad. Costarricenses hasta no hace mucho el país y Centroamérica entera, estuvo envuelta en graves y profundos conflictos donde la sangre inocente de miles de hermanos, fue derramada en Nicaragua, Guatemala y El Salvador. Toda esto ocurrió a muy pocos kilómetros de nuestras fronteras. El genocidio en Guatemala donde el general Ríos Montt masacró y provocó la muerte de miles y miles de indígenas. Guerra civil en El Salvador por los combates y enfrentamientos entre el ejército y la guerrilla; entre las víctimas encontramos religiosas asesinadas por los fusiles del ejército y su temible batallón Atlacatl, la invasión al campus de la Universidad Centroamericana y el cobarde asesinato de Ignacio Ellacuría, así como de otros padres jesuitas y el martirio de monseñor Romero, hoy merecidamente canonizado por la iglesia.
Por eso resulta dolorosa la tozudez de autoridades educativas por bajarle el perfil a asignaturas tan importantes como lo son Estudios Sociales y Educación Cívica. Importantes contenidos en los programas de estudio de esas asignaturas en secundaria han estado asociados lógica y naturalmente al estudio de la historia; historia patria e historia de Centroamérica, así como la consolidación de nuestras instituciones democráticas y valores fundamentales como el derecho a la vida y a la libertad de la prensa, debidamente consagrados en nuestra Constitución Política.
De ninguna mara podemos ir a la celebración de un cacareado Bicentenario con una visión parcial de la historia patria. Lo he dicho en otros momentos, se equivocan las autoridades educativas una y otra vez en que pruebas FARO y pruebas ISA no incluyan Estudios Sociales y Educacion Cívica, o será más bien que deliberadamente se quiere que se olvide todo esto y se profundice el mito fundante de que los ticos nunca hemos sufrido conflictos, guerras o violencia alguna. Por ejemplo, ignorar que muchas de las conquistas sociales que hoy disfrutamos fueron concesiones gratuitas de las clases dominantes y que no costaron vidas ni sangre ni lágrimas de otro costarricense que nos ha heredado esta patria. O que luchar por la libertad, la justicia y que la prensa realmente esté al servicio de la verdad ha costado hasta la vida y salud de valientes costarricenses.
Tras los horrores de la década de los ochenta vinieron los acuerdos de paz suscritos en Esquipulas y Chapultepec. Legaba la paz sobre todo a Guatemala y El Salvador. Pero hoy con estupor y dolor miramos las desgarradoras imágenes de caravanas de centroamericanos migrando hacia el norte en busca de una mayor calidad de vida, que su propio país no fue capaz de brindarles. A lo mejor llegó la paz a Centroamérica pero no así se detuvo la desigualdad y el agresivo proceso de acumulación de riqueza, hoy acelerado por la codicia y los efectos de la pandemia.
Por eso hoy debemos hacer un alto en el camino y honrar merecidamente a quienes perdieron su vida aquel 30 de mayo y a quienes resultaron seriamente heridos. No contribuyamos, con nuestra indiferencia a echar una palada más para que convenientemente se olvide tan macabro hecho. No lo merecen las familias de quienes perdieron su vida ni tampoco quienes aún hoy conviven con nosotros: Edgar Fonseca, Rodolfo Ibarra, Nelson Murillo y Gilberto Lopes. Para ustedes, grandes costarricenses y buenos periodistas, nuestra admiración y respeto imperecederos. Sigan haciendo periodismo grande, bueno, del que marca diferencia. Costa Rica los necesita.
Conversatorio ¿Justicia independiente o justicia en la pendiente? Riesgos frente a tendencias autoritarias en Centroamérica
Foro de Justicia
Participan:
Álvaro Artiaga, Politólogo, UCA – El Salvador; Antonio Durán, Juez penal – El Salvador; Claudia Paz y Paz, CEJIL Programa Mesoamérica y México; Rosaura Chinchilla, Universidad de Costa Rica.
Moderación activa:
Lorena González, Cátedra UNESCO, U La Salle; Marcia Aguiluz, Foro de Justicia Costa Rica.
Día: 13 de mayo del 2021
Hora: 5:00 p.m
Se podrá encontrar el conversatorio en el Facebook Live.
Hoy viernes 30 de abril a las 5:00 p. m., se llevará a cabo la cátedra centroamericana con la temática: ¿Cuál futuro para las mujeres de Centroamérica? Contará con la participación de las siguientes invitadas:
Maria José Cascante, docente e investigadora de la Universidad de Costa Rica. Actual vicerrectora de Vida Estudiantil.
Subversivas, Colectiva Feminista Nicaraguense.
Diana Campos Ortíz, Docente cátedra Centroamérica, Universidad de Costa Rica.
Hoy jueves 29 de abril a las 6:00pm se llevará a cabo el Programa Radial El Telar “Voces del tejido comunitario”, edición #34, en el que se discutirá sobre las luchas que vivimos en la región, y cómo resistir desde el arte, la comunicación y la organización social. Contará con la participación de los siguientes invitados:
Lucía Ixchíu: Festivales Solidarios, Guatemala.
Heyling Marenco, Las Volcánicas, Nicaragua.
El evento se transmitirá por radiocronia y es producido por Guanared.
La Plataforma Regional de Organizaciones Basadas en la Fe (OBF) invita al foro virtual: Xenofobia y violación de los DDHH a las personas en migración en México y Centroamérica.
La actividad será este jueves 22 de abril de 2:00 a 4:00pm, vía Zoom. Y tendrá la participación de las expositoras Melissa Vertiz, Leslie Voguel y Tracey King.
Usted puede acceder a este foro en el siguiente enlace:
El pasado 27 de marzo en el marco del Día Mundial del Teatro, se realizó el lanzamiento oficial del proyecto «En la Ruta del Acta: Yago«, en el que varios grupos y profesionales del teatro a lo largo del istmo Centroamericano suman trabajo y gestiones para llevar a escena esta adaptación de Shakespeare de su gran pieza teatral Otelo.
Con esta iniciativa podrá conocer al equipo de trabajo artístico, de producción y las diferentes instituciones públicas y privadas que también están diciendo presente a esta iniciativa que se enmarca muy especial en este 2021 como es la Celebración del Bicentenario de la Independencia Centroamericana.