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Venezuela y la crisis de las elecciones del 2024

Carlos Delgado Rodríguez
2-8-2024

Carlos Delgado Rodríguez

El capitalismo mundial hoy está atravesado por profundas crisis: crisis ambiental, dificultades para convertir el dinero en capital, dificultades para convertir la fuerza de trabajo en mercancía, lo cual significa la creación de una población sobrante que ni siquiera puede ser explotada. Pero tal cosa no quiere decir que todo esto esté desembocando en procesos revolucionarios; no los hay de hecho. La derrota del campo popular (clases subalternas interesadas en la construcción de un nuevo orden que supere al capitalismo) desde hace décadas, ha sido acompañada por la disolución de las organizaciones políticas que se planteaban las transformaciones revolucionarias dentro del capitalismo; lo que aún queda está disperso y debilitado en cada país y en el campo internacional.

Lo que, si está sucediendo, ante nuestros ojos, como parte de la crisis del capitalismo sin procesos revolucionarios, es una reorganización del capitalismo mundial, que produce una gran fractura entre “oriente” y “occidente”. Estados Unidos al frente de occidente, como potencia hegemónica que no tiene ningún contrapeso en el G7, se enfrentan a dupla de China y Rusia más los BRICS (los BRICS son un grupo abigarrado que se articula para enfrentar la decadencia ya completamente palmaria del occidente hegemonizado por Estados Unidos, entre otras cosas). Esta lucha ha fracturado el capitalismo mundial, y se extiende por todas partes: Ucrania, Asia, África, Medio Oriente. El cuestionamiento al dominio imperial por potencias contra hegemónicas como Rusia y China se ha vuelto completamente explicito. La lucha es en el campo económico, militar, cultural y geopolítico.

China tiene un gran proyecto mundial para construir su propio entorno geoeconómico y se llama ruta de la Seda. Es la articulación de su propia área de influencia, que a su vez se acopla con otros procesos geoeconómicos en marcha promovidos en Asia Central, Medio oriente, Asia y África. Rusia acompaña este proceso y se vincula también directamente a la economía China. Este bloque se ha ido consolidando a partir del tenaz enfrentamiento de Rusia con Estados Unidos y la OTAN. China también ha sufrido el asedio del imperialismo en torno a Taiwán.

El imperio estadounidense no tiene nada que ofrecer, no hay ningún gran proyecto, no hay ninguna alternativa para articular el mundo capitalista en crisis, y menos aún su propia periferia. Gracias a esta debilidad de Estados Unidos, China ahora tiene una fuerte presencia en América Latina, incluso en países como Uruguay, Perú o Ecuador, gobernados por derechas que suelen ser incondicionales con los mandatos imperiales.

La estrategia imperial, como lo indican algunos analistas como Thierry Meyssan, es la estrategia del caos, que ha sido aplicada intensamente en lo que ellos denominan Medio Oriente. Tal cosa pasa por provocar un caos permanente que impida que los rivales y los países víctimas de estas acciones, puedan lograr alguna estabilidad. Siria, Irak, Afganistán son, entre otros, algunos ejemplos. Asimismo, Israel en Medio Oriente es el principal instrumento del imperio; los genocidas sionistas quieren hoy provocar una guerra total que involucre directamente a Estados Unidos contra Irán y cuyas consecuencias son imprevisibles.

Hoy el imperio no solo tiene al frente formidables adversarios (Rusia, China, Irán), sino que también profundas contradicciones internas. El estado profundo -esa estructura no visible y tampoco elegida “democráticamente”- es la que gobierna más allá de cualquier agenda partidaria. Ese estado profundo está exacerbando las contradicciones geopolíticas en aquellos lugares que considera relevantes para los intereses imperiales: Asia, África, América Latina. Mientras, por otra parte, ha reducido a Europa a una colonia sumida en un vasallaje total.

Venezuela

Desde que dio inicio el proceso bolivariano conducido inicialmente por Hugo Chávez, el imperialismo norteamericano intentó desestabilizar el proceso y sustituirlo por gobiernos vasallos como siempre lo ha hecho en América Latina. Se fue configurando también un discurso mediático contra Venezuela: Venezuela fue presentada como un modelo del mal, como una referencia de lo que no se debe hacer en ninguna parte. Esto el imperialismo siempre lo hace con sus enemigos. Esto ha llegado a un punto tal que no es necesario decir mucho contra Venezuela, lo único necesario es invocar su nombre, que se asocia con un modelo del mal. Chávez primero, Maduro después, son los jefes de ese modelo del mal que hay que extirpar. Las “masas”, la gente del común, no saben nada de Venezuela, pero no es necesario saber nada, puesto que es suficiente saber que Venezuela es un modelo del mal, con esto se obtiene un rechazo automático, que no está sujeto a ningún tipo de experiencia concreta, es un rechazo apriorístico que no está sujeto a ningún tipo de comprobación puesto que no es necesario hacerlo. Esa es la forma en que funcionan los procesos de modelación, manipulación y condicionamiento del pensamiento y la conducta, aplicados por los estrategas de la dominación.

Venezuela ha sido víctima de esto una y otra vez. Cuando hubo el golpe de estado en Honduras la gran prensa internacional no hizo mayor alboroto. No hubo un canciller gringo que le dijera a los golpistas que se tenían que ir. Los países aliados incondicionalmente de Estados Unidos guardaron silencio. Lo mismo ocurrió en Paraguay cuando echaron a Lugo. Igual pasó en Brasil con el golpe de estado que le dieron a la presidenta Vilma. Igual pasó con el golpe de estado en Perú. Esta ha sido la historia reciente.

El proceso bolivariano ha sido atacado de forma brutal por el imperio, de esto hay datos de sobra: el robo de Citgo, el robo de miles de millones de dólares que estaban en la banca de los Estados Unidos, los sabotajes, los bloqueos, el financiamiento de grupos de choque, normalmente procedentes del lumpen, que hacen un trabajo pagado. Las campañas interminables contra Venezuela. Trump lo expresó abiertamente: estuvimos a punto de derrotarlos y todo el petróleo hubiera sido nuestro.

En días atrás pude ver un video de Bukele refiriéndose a Nicolás Maduro. Decía que Maduro violaba los derechos humanos, que era un genocida, que era un dictador. Curiosamente, todo lo que dice Bukele de Maduro lo dicen sus adversarios políticos de él.

Los gobiernos bolivarianos han tratado de construir un proceso socialista en medio del asedio, y de una correlación de fuerzas francamente desfavorable. Como decía anteriormente, salvo Cuba y unos cuantos países más, las revoluciones no han sobrevivido luego de la década de 1990. Estamos en medio de una crisis capitalista sin revoluciones, y eso hay que tenerlo claro. Y no solo no hay revoluciones, sino que no existen las condiciones correspondientes para que estas sucedan, a pesar de lo terrible que es la vida para las mayorías sociales en el capitalismo actual. El factor subjetivo (el querer hacer una revolución), fundamental para cualquier revolución ha desaparecido. Hoy las grandes mayorías están sumidas en un sopor aletargante, tratando de resolver su insoportable vida cotidiana, y fascinadas con el consumo y el entretenimiento.

El proceso bolivariano asediado (y entender esto es fundamental) ha tenido una evolución cargada de contradicciones internas. Ha sido una lucha contra la parasitaria Oligarquías Venezolana, contra el imperialismo, contra sus propios errores, y contra un contexto internacional en el cual las revoluciones no existen, ni se toleran.

Hoy día este proceso mantiene una posición de tipo nacional, anti imperialista, y se pronuncia por la unidad latinoamericana. Internamente, se ha debatido en medio de una gran crisis económica que ha sido el resultado de errores propios, pero también de una política explicita de bloqueo y desestabilización impulsada sistemáticamente por Estados Unidos, apoyada por Europa y por varios países latinoamericanos, que han hecho lo imposible por tratar de derribar el gobierno bolivariano. Recuerdo cuando desde el lado de la frontera de Colombia el difunto presidente chileno y el presidente de Colombia, de aquel momento, le pedían al ejército de Venezuela que derrocara a Maduro, y al pueblo que se revelara. Ellos se fueron primero, cosas de la historia.

El Partido Socialista de Venezuela, al que pertenece Nicolás Maduro, es posiblemente el partido más grande de América Latina y uno de los más estructurados. Esto no dice necesariamente sobre su calidad, pero es sin lugar a dudas un instrumento poderoso, que la llamada oposición no tiene ni de lejos.

La oposición venezolana ha sido permanentemente un fiasco, y la corrupción y la ausencia de una visión estratégica de país la han acompañado siempre. Guaidó y María Corina, no han sido capaces de articular un discurso en el que se vislumbre alguna salida real y consistente para la crisis política inducida por el imperialismo norteamericano. Y resalto inducida: si, efectivamente, la crisis política de Venezuela no sería la misma ni a nivel local ni internacional sin la intervención de Estados Unidos, orquestando campaña mediática, tras campaña mediática contra Venezuela, manteniendo con millones de dólares a los políticos corruptos, serviles y apátridas como Guaidó o Machado, solo para citar a dos conocidos; financiando, como ahora mismo lo están haciendo, con millones de dólares, la desestabilización del gobierno Venezolano, sin tener de ninguna manera, una salida para el caos que están provocando. Esto es lo más terrible. La derrota, que tendría que pasar por una intervención militar de Estados Unidos, del gobierno venezolano, abriría un largo proceso de convulsiones sociales y guerra interna, y la destrucción completa de la economía venezolana. Esto no es una exageración, simplemente es el curso de los hechos conocidos que resultan de la intervención de Estados Unidos en donde sea.

También, hay quienes dicen que este gobierno de Maduro es represivo, bonapartista, burgués. Esto no son más que etiquetas que no están acompañadas del análisis concreto de los acontecimientos. Igualmente, cuando se habla de las masas que acompañan a la oposición ¿de qué masas estamos hablando? De las que acompañaron a Hitler, a Mussolini, a Milei en Argentina, a Shakira en el concierto del Estadio Nacional. Las masas son precisamente un conglomerado de gente que no adscribe ningún proyecto político específico. Y cuando suscriben un proyecto revolucionario dejan de ser masas para ser pueblo político, organizado, clasista, que aspira a una gran transformación social. Hoy día ese pueblo está con Maduro, a pesar de sus errores y debilidades, no con Guaidó, ni con María Corina, ni con el abuelito. Estos últimos son acompañados por un pueblo social (masa) que no es poseedor de ninguna conciencia política, ni siquiera nacional. No están ni siquiera dispuestos a defender los recursos estratégicos de Venezuela (que son muchos), porque son esa masa inconsciente que vive atrapada en la terrible alienación de la vida diaria. Que esas masas le fueron arrebatadas al Chavismo, en parte, esto puede ser cierto, pero tal explicación no hace más plausible la existencia de la oposición venezolana.

Hoy nuevamente todos los gobiernos de derecha de América Latina, las grandes cadenas de prensa internacional se vuelcan contra Maduro. Los mismos que reprimen y reproducen acríticamente el capitalismo dependiente; los mismos que siempre han puesto nuestros recursos y fuerza de trabajo al servicio de las grandes transnacionales de Estados Unidos. Nadie se plantea realmente verificar si hubo fraude o no; eso no importa, es irrelevante, el imperio y sus lacayos vienen nuevamente con todo para intentar destruir el proceso bolivariano, y hacerse con las grandes riquezas de Venezuela, y eliminar un incómodo gobierno que expresa una posición anti imperialista en el contexto latinoamericano, siempre considerado por los gringos como su patio trasero donde deben mandar ellos.

Hace unos días atrás el canciller de Estados Unidos decía que ya bastaba de seguir tolerando lo que pasa en Venezuela, y que hay que defender la democracia. Lo dice el representante del gobierno que está sosteniendo y alimentado el genocidio en Gaza. Que hoy sigue apoyando incondicionalmente al genocida y pirómano de Netanyahu, que está dispuesto a incendiar todo Oriente Medio sin tener tampoco una salida posible. Hoy el imperio se comporta demencialmente, y esa demencia y esa irracionalidad brutal también se descargan contra Venezuela.

Yo sí estoy con Maduro, sin vacilaciones. No porque crea que ahí hay una revolución perfecta. Simplemente reconozco gradaciones, y Venezuela con todas sus limitaciones es un estado de corte nacional, que defiende sus recursos estratégicos y aboga por la unidad latinoamericana, imprescindible para poder construir un futuro propio. Y todo esto sucede en un mundo en el cual hay una profunda crisis capitalista, pero sin revoluciones.

Los libertarios y los multilateralistas

Marlin Oscar Ávila

Marlin Óscar Ávila.

Grandes potencias europeas, junto con EUA están abriendo senderos hacia una guerra mucho más global de la que ha estado dándose en zonas orientales en el presente año, estimuladas por la OTAN contra Rusia. Para la Alianza de Occidente, esa Federación en Europa del Este (Rusia) es un botín que debe ser conquistado como lo hacían los corsarios en el siglo XVIII y los imperios del XIX, excepto que ahora existe un estratega nacionalista como Vladimir Putin, sumamente «peligroso», aliado a la gran potencia China, que juntos están construyendo un mundo multipolar al cual se están uniendo los demás países que están fuera del eje de Washington y donde se apuesta por la paz y el equilibrio climático duradero.

La caída del imperio estadounidense está sucediendo aun cuando su destrucción significa el resquebrajamiento de muchas estructuras institucionales, desde el micro local, hasta el macro institucional, desde lo nacional hasta lo multinacional. Se hará sentir lenta y dolorosamente. Su repercusión es en todos los aspectos de la vida social, especialmente en aquellas sociedades más dependientes del dominio imperial norteamericano y, menos lo será en aquellos países que han iniciado relaciones alternativas. Naciones con gobiernos más liberales y neoliberales tendrán una mayor resistencia a esos cambios y al multilateralismo, aun cuando su retórica sea «libertaria» dadas sus ataduras con el sistema dominante del norte.

Un síntoma de que esta corriente multilateralista está creciendo es la expansión de ondas ultraconservadoras, cuyas expresiones suenan como de la época de la guerra fría, entre 1947 a 1991. Entre mayor sea la ignorancia mayores son las acusaciones de «comunistas» hacia quienes buscan la autonomía y soberanía, principios básicos del multilateralismo.

Esperemos a que los gobiernos y pueblos de la región Centroamérica avancen en apoyar el multilateralismo. Que no se dejen manipular por los grandes medios controlados por las oligarquía, seguidoras de las grandes corporaciones del mercado internacional.

6 de julio de 2024

103 Años del PC Chino: Transformación, Evolución y Liderazgo

Mauricio Ramírez Núñez.

Mauricio Ramírez Núñez
Académico

El Partido Comunista Chino (PCCh) celebra 103 años de existencia, marcados por una historia que ha transformado a una de las naciones más grandes del planeta. Desde su fundación en 1921, el PCCh ha recorrido un camino lleno de desafíos y victorias, llevando a China a convertirse en una potencia mundial que compite de tú a tú con las grandes potencias (hoy en declive) de Occidente, que en algún momento vieron al pueblo chino como inferior o incluso como parte de sus conquistas.

La Revolución y la Evolución del Partido

El PCCh inició su travesía con la misión de liberar a China del yugo colonial y feudal, liderando una revolución a cargo de Mao Tse Tung, que culminó con la fundación de la República Popular China en 1949. Esta revolución no solo derrocó a las fuerzas imperialistas y feudales, sino que también sentó las bases para la construcción de una nueva sociedad basada en los principios del socialismo, superando así el periodo conocido como el “siglo de la gran humillación del pueblo chino”.

A lo largo de su historia, el PCCh ha demostrado una notable capacidad para evolucionar y adaptarse a las cambiantes realidades del mundo. Más allá de la teoría, el partido ha aplicado sus principios de manera pragmática, amalgamando valores tradicionales, cultura y economía para crear lo que hoy conocemos como el «socialismo con peculiaridades chinas». Este modelo, único y no replicable, ofrece lecciones valiosas para los países en vías de desarrollo, mostrando que es posible desarrollar un camino propio hacia el progreso y la prosperidad basado en las raíces y tradiciones que caracterizan a cada pueblo.

Una Visión de Nación Completa

Uno de los aspectos más destacados de la evolución del PCCh es su visión del pueblo chino no como una mera clase social, sino como una nación completa. Esto es clave para comprender la China contemporánea. La lucha contra la pobreza y la desigualdad no se limita a la clase obrera, campesina o proletaria, sino que se ha convertido en una responsabilidad colectiva de todo el pueblo chino, independientemente de su clase social o nivel educativo. Este enfoque inclusivo ha sido una de las claves del éxito del partido y marca una diferencia fundamental con los partidos de izquierda en Occidente, especialmente en América Latina, que a menudo permanecen atrapados en un sectarismo doctrinario propio de la Guerra Fría.

Mientras en estas latitudes todavía se enfrascan, tanto la derecha como la izquierda, en debates ideológicos añejos entre lo público y lo privado, el marxismo chino, en una comprensión dialéctica superior, ha entendido en la práctica que lo público y lo privado no son antagonistas, sino complementos de una realidad superior: el bienestar de todo el pueblo. Ambos deben trabajar juntos, no por separado ni de manera egoísta, para lograr este objetivo. El garante de que esto sea así es el Estado.

Política Exterior y Multipolaridad

En el plano internacional, el PCCh se alinea con la verdadera multipolaridad del mundo, la nueva estructura del sistema internacional. Trabajando de la mano con Rusia y otros países, China busca construir un sistema antihegemónico donde las imposiciones ideológicas, económicas o culturales sean cosa del pasado. En su lugar, se promueven relaciones de cooperación y beneficio mutuo, basadas en el respeto verdadero a la soberanía, así como al derecho internacional.

La política exterior de China se basa en cinco principios fundamentales: respeto mutuo por la soberanía y la integridad territorial, la no agresión mutua, la no interferencia en los asuntos internos de otros países, la igualdad y beneficio mutuo, y la coexistencia pacífica. Estos principios son clave para mantener buenas relaciones con todos y para construir un mundo verdaderamente diverso y anticolonial.

Desarrollo de Alta Calidad y Liderazgo Económico

China, bajo la dirección del PCCh y después de la época de la reforma y la apertura llevada a cabo por Deng Xiaoping en 1978, se ha esforzado en alcanzar un desarrollo de alta calidad. En 2023, contribuyó con un 32 por ciento al crecimiento económico mundial, consolidándose como el mayor motor de la economía global. Este logro ha generado incomodidad entre las potencias occidentales, que a menudo predican la competencia y el libre mercado, pero en la práctica buscan impedir una competencia real. Aún hoy, algunos países occidentales actúan como si estuvieran en tiempos de colonialismo imperial, negándose a aceptar que una nación considerada de tercer mundo y con un sistema político diferente pueda superarlos.

Los niveles de modernización que ha alcanzado la China comunista no tienen paralelo en ningún país desarrollado. Occidente sigue sin aceptar que otra nación, con un sistema político distinto, pueda rivalizar o superar sus logros, perpetuando la idea de ser los únicos dueños del «logos» y la verdad.

El Milagro Chino y su Relevancia Global

El milagro chino merece ser estudiado con detenimiento. Desde la forma en que el PCCh toma decisiones hasta el pragmatismo estratégico utilizado para sacar a más de 800 millones de chinos de la pobreza en 2021, cada aspecto ofrece lecciones valiosas. A pesar de las sanciones ilegales y las restricciones impuestas a empresas chinas, China ha logrado no solo sobrevivir, sino también prosperar, demostrando una capacidad de resistencia y adaptación que merece reconocimiento.

Estos 103 años del PCCh y los 75 años de la República Popular China representan una experiencia acumulada y demostrada de dignidad, desarrollo y bienestar popular que pocos países han logrado emular. El PCCh ha creado un modelo de socialismo con peculiaridades chinas, que incluye su milenaria tradición filosófica y espiritual que no solo ha transformado a su nación, sino que también ofrece un faro de esperanza y una fuente de aprendizaje para todos los países en vías de desarrollo.

La Biblia dice que se juzga a alguien por sus obras y la causa por sus resultados. Siguiendo esta lógica, el Partido Comunista Chino es digno de respeto y admiración. Ha recorrido un camino impresionante desde su fundación, transformando a China en una potencia mundial. Su capacidad para evolucionar, adaptarse y liderar con pragmatismo y visión inclusiva lo convierte en un modelo digno de estudio, donde los resultados hablan por sí solos y rompen estereotipos.

Los BRICS ¿Otro mundo es posible?

Félix Madariaga Leiva

Por Félix Madariaga

Se denomina BRICS al conjunto de cinco países que partieron formando este grupo y trabajando de forma consensual en áreas como el comercio, inversión, tecnología y finanzas con el fin de promover sus intereses en común en el panorama mundial, buscando hacer frente a la hegemonía de otras instituciones internacionales como el G7 o el Banco Mundial. Este grupo se fundó formalmente en el año 2006 cuando los líderes de los países miembros celebraron una reunión en Nueva Delhi, India. En el año 2010 Sudáfrica se unió al grupo para formar lo que hoy se conoce como BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica).

El BRICS es visto por muchos como un importante contrapeso a los países del G7 y su rol en la economía mundial es una cuestión que está generando debate y controversia, sobre todo, por los importantes resultados que han obtenido. El objetivo del BRICS es buscar una mayor independencia económica y financiera, especialmente en lo que respecta al sistema global y las instituciones financieras internacionales. También busca fortalecer los sistemas multilaterales entre estos países y también con otros que no son integrantes.

Otro de sus objetivos es impulsar a países emergentes y economías en desarrollo para que logren alcanzar su potencial de crecimiento; y de esta manera, crear un sistema político y económico mundial más justo y equilibrado.

Economías emergentes vs economías maduras

En conjunto los países del BRICS constituyen una gran parte de la población mundial y una proporción significativa del PIB mundial. El grupo reúne alrededor de 3.500 millones de personas (cerca del 45% de la población mundial) y según proyecciones del FMI, en 2028 los países del BRIC representarán el 33,6% de la producción mundial. Estos países en conjunto tienen un gran potencial de mercado, cuentan con una importante fuente de mano de obra y manejan recursos naturales claves para las economías mundiales.

Los BRICS+ en el panorama mundial

Sin duda los BRICS han surgido como una alternativa al orden económico y político dominado por naciones occidentales, lo que está generando un cambio en el equilibrio del poder global. Han formado nuevas alianzas y acuerdos con otros países emergentes y con algunos países desarrollados lo que les ha dado mayor influencia política y diplomática en organizaciones internacionales como las Naciones Unidas, lo que se verá reforzado con el ingreso, a partir del 1 de enero 2024, de 5 nuevos miembros: Irán, Egipto, Etiopía, Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos, que en conjunto conformarán los BRICS+.

Han permitido una profundización de la cooperación económica, ya que los países del BRICS han establecido instituciones financieras para competir con las existentes y han intensificado su cooperación económica en áreas como el comercio, inversión y tecnología con países en desarrollo.

A pesar de las oportunidades de cooperación y colaboración entre los países miembros del BRICS, también existen tensiones entre ellos y con otras potencias mundiales que no están en el grupo, lo que podría generar conflictos, crisis económicas y políticas.

Hoy en días las naciones BRICS son conocidas por su significativo crecimiento económico y su influencia creciente en asuntos globales, en conjunto representan un 42% de la población mundial, el 23% del PIB mundial, alrededor del 30% del territorio terrestre y más del 18% del comercio mundial, comenzaron a organizarse como bloque económico y político, celebrando cumbres anuales desde el año 2009 y estableciendo el nuevo Banco de Desarrollo, conocido como el Banco BRICS desde el año 2014, el que está diseñado para financiar proyectos de desarrollo sostenibles en esos países y en otras economías emergentes y en desarrollo, aumentando su influencia en la economía mundial.

Cada vez más tiende a debilitarse y desaparecer el dólar como moneda de intercambio. Los BRICS podrían constituir una alternativa, una manera diferente de transar con otra moneda, otro sistema internacional libre de sanciones, libre de imposiciones por parte de las grandes potencias reunidas en el G7 (liderado por Estados Unidos) y otros países europeos. Los BRICS representan la libertad de usar la moneda que quieras.

Imagínense también si se lograse un bloque militar entre los BRICS, donde participan las mejores economías del mundo, Rusia, China, Brasil, India, Irán. Lamentablemente muchos países son extorsionados por EEUU para continuar utilizando el dólar bajo amenazas de represalias y corte de las ayudas. Será interesante ver la evolución con la incorporación de nuevos países que aportarán ideas, recursos, personas a un proyecto que podría convertirse en una seria y clara alternativa a la tradicional hegemonía occidental, que sólo explota a los países en desarrollo, y no los considera sus socios en la construcción de sociedades más libres, solidarias y equilibradas. Un caso claro es el de Argentina.

Argentina era uno de los países que había sido invitado a incorporarse al BRICS, sin embargo, con la llegada del nuevo gobierno de Javier Milei, se anunció la negativa, ya que los compromisos de los nuevos administradores estaban ya firmados con Estados Unidos, es así como a fines de 2023 anunciaron oficialmente su retirada, anunciando nuevas medidas económicas para su País entre las que lamentablemente destacan el cese de obras públicas y la cancelación de contratos que ya estaban aprobados. Esto tiene como consecuencia inmediata que abruptamente aumentará la tasa de cesantía, habrá mucha mano de obra paralizada, lo que en el mediano plazo profundizará la crisis económica que ya afecta a los trabajadores y provocará un aumento insostenible de la extrema pobreza.

Otra de las medidas tomadas por Milei es el fin de los subsidios en energía y transporte público, lo que aumentará los precios de los pasajes en los transportes públicos y estatales, y esto se verá reflejado directamente en los trabajadores que los utilizan, reduciendo aún más su poder adquisitivo; y junto a ello ha anunciado también la reducción de la plantilla del estado, lo que ya ha dejado a miles de cesantes nuevos.

En la nueva estructura del Estado argentino, los ministerios pasaron de 18 a 9, y las secretarías de 106 a 54. Esto significa más despidos, más cesantía y mayor presión para los funcionarios que quedan. Otra medida es la reducción “al mínimo” de las transferencias que el Estado hace a las provincias, las que en muchos casos dependen del gobierno central para funcionar. Estos son sólo algunos ejemplos de una política que no se entiende, medidas que no contribuyen al desarrollo económico integral de la nación. El fin del sistema SIRA, por el cual el Estado decidía qué importadores tenían acceso o no a dólares para cancelar sus pagos en el exterior, se reemplazará por un sistema estadístico y de información que no requerirá de la aprobación previa de licencias: el que quiera importar, ahora podrá hacerlo, ¿pero a qué precio?

Ante estas medidas – del todo opuestas a los principios del BRICS – más de un centenar de economistas de todo el mundo firmaron un texto en el que alertaron al resto del mundo que las propuestas del ultraliberal argentino son “potencialmente muy perjudiciales para la economía y el pueblo argentino”, entre ellos destacan entre otros, por la India Jayati Ghosh, el serbio Branko Milanovic, el francés Thomas Piketty o el colombiano José Antonio Ocampo. El de Argentina es un esquema neoliberal que ya conocemos, que ha sido aplicado en muchas de nuestras naciones, también conocemos de cerca las consecuencias en la piel de los más pobres. Tal vez, y sólo tal vez si nos permitiéramos pensar en que un mundo distinto es posible, comprenderíamos la enorme importancia que puede tener para las personas reales el crecimiento y consolidación del BRICS.

Fuente:

https://elpais.com/argentina/2023-12-13/las-diez-medidas-economicas-del-gobierno-de-javier-milei-para-argentina.html

https://elpais.com/argentina/2023-11-08/mas-de-un-centenar-de-economistas-de-todo-el-mundo-alertan-sobre-los-peligros-del-programa-de-milei.html

https://elpais.com/argentina/2023-11-08/los-peligros-del-programa-economico-de-javier-milei-en-argentina.html

https://es.statista.com/grafico/30676/paises-miembros-del-g7-y-brics/

https://www.youtube.com/watch?v=pPRzGuqvwoM

El milagro económico: Cinco tips para entender la modernización china (+ Video)

Guiyang, China. Foto: Sean Pavone/ Shutterstock

Por Thalía Fuentes Puebla

Algunos lo llaman “el milagro económico” para explicar cómo un país colonizado, con guerras, saqueado, expoliado, paso de la extrema pobreza de su población a convertirse en una de las economías con mayor crecimiento en el mundo. Sin embargo, este resultado no se le puede achacar a la suerte: China lleva más de un siglo teorizando y desarrollando la idea de modernización. Después de 1978 y hasta 2014, el Producto Interno Bruto del gigante asiático aumentó en 177 veces, 2.8 veces más del promedio mundial.

La historia china ha tenido lugar en un enorme espacio asiático (en extensión, es el tercer país del mundo), con gran número de regiones, etnias y lenguas, además de una diversidad de los diversos poderes políticos que las han dominado a lo largo de los siglos en sus distintas capitales (Beijing, Chong-qing, Guangzhou, Nanjing).

Pese a ese difícil escenario, siempre se ha defendido el concepto de “una sola China”, gracias a una sabiduría histórica.

Si bien en un momento fue un país extremadamente pobre y desigual, la apuesta del gobierno fue llevar a cabo una modernización íntegra, sistemática, sostenible, que beneficie al pueblo y que sea lidereada por el Partido Comunista Chino (PCCH). Se basa en el trabajo duro y en las propias condiciones nacionales, a diferencia de los países occidentales hegemónicos que parte de la colonización, la expansión exterior y las intervenciones expoliadoras. También difiere de las teorías de la dependencia y desarrollismo de una parte de América Latina.

El mercado es el centro de la modernización y se apuesta por el progreso I+D científico y tecnológico y las innovaciones industriales. Es, en definitiva, un patrón de desarrollo económico propio que no imita a otras potencias, aunque si ha abierto un nuevo camino para que los países en desarrollo avancen hacia la modernización, a partir de esa experiencia histórica inédita.

“La modernización china, que es la modernización socialista dirigida por el Partido Comunista de China, tiene no solo las características comunes de la modernización de los diversos países, sino, más aún, las peculiaridades chinas basadas en nuestras condiciones nacionales propias”, aseguró Xi Jinping, presidente del país asiático durante el informe presentado en el XX Congreso Nacional del PCCh.

Precisamente, el proceso de modernización que lleve adelante el país se puede entender desde cinco aristas:

1- Se toma en cuenta la enorme magnitud poblacional

2- Parte de la prosperidad común de todo el pueblo

3- Coordinación entre la civilización material y espiritual

4- Coexistencia armoniosa del ser humano y la naturaleza

5- Seguimiento del camino del desarrollo pacífico

Un poco de historia

Las Cuatro Modernizaciones fueron objetivos establecidos por el ex ministro de Relaciones Exteriores, Zhou Enlai, en 1963, y promulgados por Deng Xiaoping a partir de 1977, para fortalecer la agricultura, industria, defensa nacional, ciencia y tecnología de China. Luego, fueron adoptadas en 1978, tras la muerte de Mao Zedong, como un medio de rejuvenecer la economía de China.

Antecedentes de las Cuatro modernizaciones

Agricultura: Hasta 1978 la agricultura se había basado en la colectivización. La mayor parte de la tierra era propiedad pública. Deng puso en marcha dos reformas para un aumento en la productividad: la extensión de las parcelas privadas y el trabajo de tierras.

Industria: Abandona la autosuficiencia económica y la desconfianza extranjera. Abre distintas zonas a favor de aumentar las industrias. Se les permitió incentivos a los trabajadores, y la libre elección del trabajo. Se terminó parcialmente la fijación de precios por parte del estado. Se concedió más libertad para fijar salario, contratar y despedir los trabajadores. Se permitió la creación de empresas privadas.

Defensa nacional: Fueron re introducidos los grados militares, la milicia perdió su independencia y fue reducida a una reserva utilizada en caso de guerra. Aumentó el ejército.

Ciencia y tecnología: Aportó dinero a escuelas de calidad, los mejores estudiantes fueron enviados a las mejores universidades en el extranjero para aprender su cultura y progreso. Todo esto se hizo para mejorar su educación y así la ciencia y tecnología.

La estrategia de Deng Xiaoping se basó en una fórmula amplia conocida como “cuatro más cuatro”: las cuatro modernizaciones citadas, más los cuatro principios (la vía socialista, la dictadura del proletariado, el liderazgo del Partido y el pensamiento de Marx-Lenin-Mao Zedong)

Este proceso fue entendido por los líderes chinos como clave para la transformación de la industria y la economía, aunque en un primer momento era un objetivo más teórico que alcanzable por el aislamiento durante décadas de los científicos chinos de la comunidad internacional occidental, universidades anticuadas, y una falta general de acceso a equipamiento científico avanzado, tecnologías de la información y conocimientos de gestión.

Todo dio un giro de 180 grados en otoño de 1978 cuando el Gobierno Chino obtuvo el apoyo del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (UNDP) para proporcionar recursos financieros para la implementación de un conjunto inicial de proyectos específicos que incluían el establecimiento de programas de formación en el extranjero, programas académicos, centros de procesamiento de información como unidades clave del gobierno, y el desarrollo de métodos para tomar decisiones informadas en el contexto chino basadas en los principios del mercado.

Luego, el gobierno decidió acelerar el proceso de modernización aumentando el volumen de comercio extranjero, para lo que abrió sus mercados, destacando especialmente la adquisición de maquinaria de Japón y el Mundo Occidental.

Logros y aspiraciones

De acuerdo al Banco Mundial, China dobló su PIB en nueve años, volvió a doblarlo en otros nueve y mejoró esa marca en los nueve siguientes. Según la misma fuente, Inglaterra, en el apogeo de la Revolución Industrial, invirtió sesenta años en doblar su PIB, mientras que Estados Unidos, para doblarlo en el siglo XIX, cincuenta. Esos datos dan una medida del ascenso vertiginoso de la economía del gigante asiático.

Uno de los elementos claves fue que en 1978 se inauguró la denominada apertura al exterior, en la cual el comercio internacional adquirió mayor importancia como factor de crecimiento. Se toma la decisión de desarrollar las ciudades costeras y las Zonas Económicas Especiales, política que reprodujo también otro modelo histórico exitoso que dinamizó a fondo el crecimiento de la economía europea a través del comercio internacional de sus ciudades costeras.

En 1984 es realmente cuando el gigante asiático se abre al mundo, por medio de la integración de 14 ciudades costeras al proceso de expansión del comercio exterior; al año siguiente se añaden también el Delta del Yangtzé y el del Río de las Perlas.

A finales de 2020, China cumplió, diez años antes de lo previsto, con el objetivo de erradicar la pobreza en la nueva era; 98.99 millones de personas con recursos económicos vulnerables en las zonas rurales saldrían de la pobreza según las normas vigentes.

Desde el proceso de reforma y apertura, de conformidad con las normas internacionales vigentes sobre la pobreza del Banco Mundial, 770 millones de pobres rurales de China han salido de la pobreza, lo que representa más del 70 por ciento de la reducción de la pobreza de todo el mundo en el mismo periodo.

La modernización y un reflejo en cifras

El 2023 es el primer año de China después de la transición estable del control de la epidemia de covid-19 en tres años, el desarrollo económico se reinicia y se logran resultados destacados.

Según los datos de crecimiento, la economía creció el pasado año en un 5.2%, por encima de Estados Unidos (2.5%), la zona del euro (0.5%) y Japón (1.9%) y otras de las principales economías del mundo. Se espera que la contribución al crecimiento económico mundial supere el 30%.

Según los indicadores físicos, el valor agregado de la industria por encima de cierto tamaño aumentó un 4.6% interanual durante todo el año, la generación de energía aumentó un 6.9%, el consumo total de energía aumentó un 5.7%, el volumen total de transporte de mercancías aumentó un 8.1%, se construyeron 2,776 kilómetros de nueva línea de ferrocarril de alta velocidad y se alcanzó un total de 3.38 millones de estaciones base 5G.

En cuanto a la protección de la calidad de vida de la población, durante todo el año se crearon 12.44 millones de nuevos empleos en áreas urbanas, más de 33 millones de personas que habían salido de la pobreza encontraron empleo, los ingresos disponibles per cápita de los residentes aumentaron un 6.1% interanual, la inversión en la producción y suministro de electricidad, calor, gas y agua creció un 23%, y la inversión en agricultura aumentó un 9.3%.

Desde la perspectiva del impulso del crecimiento, la inversión en la modernización tecnológica de la industria manufacturera aumentó un 3.8% interanual durante todo el año, y la proporción del valor agregado de la industria manufacturera de alta tecnología y la industria de fabricación de equipos en el total de la industria por encima de cierto tamaño aumentó al 15.7% y 33.6% respectivamente.

La integración sólida de la tecnología digital y la economía real continuó avanzando, con un aumento del 11.9% en el valor agregado de la industria de transmisión de información, software y servicios de tecnología de la información. Las exportaciones de “nuevos productos” como vehículos eléctricos, baterías de litio y productos fotovoltaicos aumentaron casi un 30%…

La modernización de China en tiempos de Xi Jinping no afronta aquel reto sumario de la pobreza y el subdesarrollo. El Informe de la Labor del Gobierno del 2024 colocó en primer lugar de las tareas de trabajo para el año 2024 “impulsar en gran medida la construcción del sistema industrial modernizado y acelerar el desarrollo de nuevas fuerzas productivas de alta calidad”.

La modernización es de otro signo, con la justicia social, ambiental y lo tecnológico como desafíos. No parte de un proyecto anticolonial y antiimperialista sino que es deudor de una celosa soberanía a la vez apegada a la construcción de un nuevo orden multipolar.

En video, Una senda propia: El camino de China hacia la modernización

Fuente: http://www.cubadebate.cu/especiales/2024/03/28/el-milagro-economico-cinco-tips-para-entender-la-modernizacion-china-video/

Los orígenes de la transformación china iniciada en 1978 fueron rurales

Miguel Sobrado

A contrapelo de lo que se afirma en la prensa occidental, que las transformaciones en la economía china se iniciaron por la inversión extranjera en zonas especiales, existió un origen interno que condujo a una profunda reforma agraria que cambió la dinámica económica de ese gigantesco país y abrió las puertas a una economía de mercado socialista.

Esta transformación agraria se inició en Xiogang, un “pueblo enormemente atrasado aislado y empobrecido”. La noche del 24 de noviembre de 1978 un grupo de 21 agricultores demacrados, denominados pieles-amarillas, se habían reunido en secreto, vestían ropas harapientas, pero mostraban una actitud digna y juraron que preferirían ir a la cárcel o ser ejecutados antes de seguir con el sistema imperante que hacía al pueblo dependiente de los subsidios oficiales que ofrecían granos para comer, préstamos y ayuda financiera. Acordaron dividir los campos de cultivo en función de cada casa y cultivar los terrenos por su propia cuenta. Crearon el sistema de “da-bao-gang” o gran olla común, por el cual algunos pagos se hacían en grano y otros en metálico. “Al año siguiente Xiaopang producía una cosecha récord y por primera vez entregaba grano público para el gobierno y saldaba parte de la deuda”. Viendo los resultados, las autoridades que buscaban alternativas de cambio promovieron el modelo en toda la provincia, esto, después de un primer momento de indecisión y aprovechando el clima de cambio nacional promovido por Deng Xiao Ping. Fue bautizado como “sistema de responsabilidad contractual personal”. Analizando la experiencia descubrimos que el pueblo es el que provoca los cambios más relevantes. Los políticos vieron que su misión era entender cómo “dejarse llevar por la corriente” y mejorar el resultado final. Solo les faltaba entender cómo encauzar la creatividad de la gente tratando de seguir el camino del desarrollo.

Pienso que esta experiencia, que condujo a una nueva reforma agraria en China, dinamizó la economía de todo el país, empezando por abastecer de comida a la población, lo que la convierte en la base de las transformaciones y modernización de la economía. Recordemos que entonces China era un país rural y la activación de la producción agropecuaria involucró a millones de personas, impulsó la producción de maquinaria por parte de la industria y estimuló los servicios de apoyo y transporte. Lo más importante, sin embargo, fue que al adoptar el gobierno una vía de desarrollo que respondía a la visión popular, desencadenó una dinámica social, una especie de “espíritu de combate” que contagió de esperanzas a toda la sociedad. Sobre esta ola de reactivación económica, dinámica social y políticas públicas para crear zonas económicas integrales, que incluían la capacitación de la mano de obra, la inversión extranjera pudo encontrar condiciones óptimas que estimularon los encadenamientos con la economía local.

Cuba, que no es China, aunque sigue siendo rural, conoce la experiencia de ese gran país que ha batido los récord mundiales de desarrollo sacando a más 800 millones de personas de la pobreza. En este sentido, debe considerar en este momento que las sanciones externas han extremado las dificultades, escuchar las experiencias y voces de sus campesinos y técnicos de vanguardia y tomar las medidas para flexibilizar y estimular la comercialización campesina. Es preciso tener presente el inmenso peso del campesinado en el agro cubano y las experiencias avanzadas en agroecología y desarrollo regenerativo con tecnología local, que estimulan el arraigo de la población al campo. Por otra parte, las empresas agrícolas estatales deficitarias, integradas por obreros agrícolas, podrían transformarse en empresas cooperativas, eso sí con autonomía real, como Hondupalma en Honduras o Coopesilencio en Costa Rica, para incrementar la producción nacional con desarrollo humano.

Embajada de la República Popular China se refiere a ataques para sembrar discordia en las relaciones china-costarricenses

COMUNICADO DE PRENSA 

Con respecto a los ataques contra China para sembrar discordia en las relaciones china-costarricenses lanzados por Anne Neuberger, Asesora Adjunta de Seguridad Nacional para Tecnología Cibernética y Emergente en el Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos, y Nathaniel Fick, Embajador Itinerante de Estados Unidos para Ciberespacio y Política Digital, en una entrevista en Costa Rica el 10 de abril de 2024, expresamos nuestra enérgica protesta. Lamentamos que funcionarios estadounidenses hayan difundido «pura mentira» en un país conocido por su «pura vida», y declaramos lo siguiente:

I.Las empresas de telecomunicaciones de China operan en países de todo el mundo,

incluyendo Costa Rica, en estricta conformidad con las leyes del mercado y el principio de competencia leal. El Gobierno chino nunca ha pedido a ninguna empresa ni ha utilizado los

servicios de telecomunicaciones para obtener datos de usuarios o propiedad intelectual clave de otros países. Las afirmaciones pertinentes de los funcionarios estadounidenses ignoran los hechos y no tienen fundamento.

Il.En los últimos años, la capacidad de innovación tecnológica de China va en aumento. La inversión en I+D de toda la sociedad y la inversión en industrias de alta tecnología han mantenido un crecimiento de dos dígitos durante muchos años consecutivos, y el número de solicitudes de patentes y de clústers científicos y tecnológicos de China ocupa el primer lugar en el mundo. Sobre 5G en particular, China cuenta con más del 42% de las declaraciones de patentes esenciales estándar (SEP) 5G en el mundo, estando siempre a la vanguardia mundial.

III.Para salvaguardar su propia hegemonía y sus intereses económicos, Estados Unidos no cesa de generalizar el concepto de seguridad nacional. Realiza durante largo tiempo ciberataques, vigilancia y escuchas telefónicas a gran escala, de manera organizada y sin distinción agobiernos, empresas eindividuos extranjeros, incluso asus «aliados».

IV.China ve con buenos ojos el desarrollo de relaciones normales entre Costa Rica y otros países, pero se opone firmemente a la intervención de una tercera parte en las relaciones China-Costa Rica, y rechaza el trato injusto y discriminatorio contra China por cualquier parte a través de la coacción, la inducción, o la presión.

V.La parte china valora altamente las relaciones amistosas con Costa Rica, y ve en Costa Rica un socio estratégico en Centroamérica. Nunca ha perjudicado la seguridad nacional de Costa Rica ni la privacidad de sus ciudadanos. China está dispuesta a desplegar la cooperación mutuamente beneficiosa sobre la base de respeto a la voluntad de Costa Rica, las leyes locales, las reglas del mercado y las prácticas internacionales, en aras de promover el desarrollo económico y social de Costa Rica. Fin.

1 de abril de 2024, San José

BRICS: Un Bloque Geopolítico Alternativo

Desde principios del siglo XXI, el escenario geopolítico internacional ha estado en constante cambio. Actualmente, países emergentes, nuevos actores y potencias regionales han planteado una alternativa al gastado modelo del mundo unipolar.

El caso más claro es el de BRICS+, compuestos por Brasil, Rusia, India, China Sudáfrica y otros países del Medio Oriente y Norte de África. Son países que por su territorio, población, su cooperación mutua, potencial de crecimiento económico y apertura comercial han logrado consolidarse como una representación que desafía el control del G7 y el tradicional mundo unipolar. 

En un mundo cada vez más interconectado y globalizado, el ascenso de los BRICS+ representa un fenómeno de gran importancia geopolítica y económica. Su capacidad para desafiar el status quo y promover un sistema más equitativo de gobernanza mundial es fundamental para comprender la evolución del orden geopolítico en el siglo XXI.

Bajo esta premisa presentamos el texto “BRICS: Un Bloque Geopolítico y Económico Alternativo” escrito por la MBA. Hellen Ruiz Hidalgo del Observatorio de Comercio Exterior de la UNED.

Compartimos el documento:

Información compartida con SURCOS por Carlos Carranza.

Imagen, Semanario Universidad.

Partido Vanguardia Popular expresa gratitud y solidaridad al embajador y al pueblo chino

El Partido Vanguardia Popular (PVP) desea expresar, en nombre de sus miembros, un mensaje de apoyo y agradecimiento a Tang Heng, embajador saliente de la República Popular de China, y al pueblo chino por su apoyo y camaradería durante su estancia en el cargo diplomático.

Destacan que la labor desempeñada por el embajador ha permitido fortalecer los lazos de amistad y promover el internacionalismo entre nuestras naciones, algo que valoran profundamente. Mencionan que la colaboración entre nuestros países ha sido fructífera y ha contribuido al mutuo beneficio.

Asimismo, desean mostrar solidaridad tanto al embajador como al Partido Comunista y al pueblo chino en general. Reconocen y admiran los avances y logros que han alcanzado en diversos ámbitos, así como su contribución al desarrollo económico y social a nivel global.

Además, hacen notar la preocupación que las acciones del gobierno de Costa Rica generan, por ejemplo, que excluyen a nuestro país del acceso a la tecnología de 5G. Consideran que esta decisión es de mucha estrechez mental y no refleja los beneficios que podría aportar una colaboración más estrecha en este ámbito. Instan a las autoridades costarricenses a reconsiderar su postura y a promover la cooperación y el intercambio tecnológico.

Se suscriben, con sentimientos internacionalistas, comprometidos con el fomento de la cooperación y la amistad entre nuestros pueblos.

¡No tendremos oportunidad de aplaudir!

Gilberto Lopes, desde San José
9 marzo 2024

  • Una Europa de perfil alemán
  • Mientras tanto… ¿cómo le ha ido a Inglaterra?
  • Los rusos… ¿afuera o derrotados?
  • Conservadores y socialistas
  • La amenaza rusa
  • La OTAN se prepara para la guerra

“Los norteamericanos adentro, los rusos afuera, los alemanes abajo”. Así definía Lord Ismay –Hastings Lionel Ismay, I Barón Ismay, general del ejército británico, primer Secretario General de la OTAN (1952-57)– los objetivos de la organización, fundada en 1952, en plena guerra de Corea y comienzos de la Guerra Fría.

Como nos advierte Víctor Davis Hanson, historiador de la Hoover Institution, en la Universidad de Stanford, autor del libro “The Second World Wars: How the First Global Conflict Was Fought and Won”, Lord Ismay no se refería a dejar afuera a la Unión Soviética (que, alguna vez pretendió, sin éxito, sumarse a la OTAN), sino a los “rusos”. Tampoco a Alemania del este, o a los nazis. Simplemente, a los “alemanes”.

En un artículo publicado en julio de 2017, Hanson afirmaba que Ismay entendía que, atrapada entre Alemania y Rusia, Europa necesitaba un poderoso aliado externo para evitar nuevos conflictos. Ese aliado era Estados Unidos­, entonces tentado por el aislacionismo ante el riesgo de involucrarse en otra guerra europea. Una preocupación que el eventual triunfo de Trump en noviembre próximo despierta nuevamente.

Lo que Hanson no dice es que impedir el surgimiento en el continente europeo de una potencia que pudiera desafiar a Londres fue siempre un objetivo clave de la moderna política exterior británica.

Por alguna razón, diría Hanson, tanto la exprimera ministra inglesa, Margaret Thatcher (1979-90), como Mijaíl Gorbachov, Secretario General de Partido Comunista de la Unión Soviética (1985-91), veían con preocupación la unificación alemana en 1989. Tanto a Lord Ismay como a Thatcher, o a Gorbachov, una Alemania dividida les parecía más seguro.

Pese a que hoy, en muchos aspectos, Alemania es un “modelo de democracia”, no hay que olvidar ciertas “raíces” que hacen pensar que la historia podría repetirse, agregó Hanson. El general Ismay no dejaba de recordar la guerra Franco-Prusiana de 1870-71, ni el papel de Alemania en las dos guerras mundiales.

Una Europa de perfil alemán

El objetivo de la OTAN, de mantener “a los alemanes abajo”, no se cumplió. La unificación alemana, en 1990, y el Brexit, aprobado en un referendo el 23 de junio del 2016, por el que Gran Bretaña decidió salirse de la Unión Europea, son dos expresiones de ese fracaso.

Catorce años antes del Brexit, el 1 de enero del 2002, había entrado en circulación, en doce Estados europeos, el euro, la moneda única que Gran Bretaña nunca adoptó. Empezaba ya entonces su retirada de una Europa que se iba organizando, cada vez más, con un perfil alemán.

El euro fue la espina dorsal de esa construcción. Una moneda común que evitaba la valorización de una moneda nacional, como el marco, haciendo más caras las exportaciones de un país que mantenía un creciente superávit comercial, como era el caso de Alemania.

El banco central alemán controlaba de hecho las finanzas europeas, dice Hanson. Las empobrecidas economías del Mediterráneo estaban atadas a la alemana, que vio en el Brexit “una intolerable afrenta a su liderazgo”.

Abundan los análisis sobre el efecto del euro en las economías europeas y no es posible analizarlo aquí en detalle. Sugiero el texto de Joseph Stiglitz, premio Nobel de Economía y autor del libro “El euro. Cómo la moneda común amenaza el futuro de Europa”, publicado en 2017. Para Stiglitz, para salvar el proyecto europeo había que abandonar el euro. El euro ha hecho que los países más débiles lo sean aún más y que los más fuertes se hayan reforzado, dice Stiglitz. El PIB alemán, que era 10,4 veces el de Grecia, en 2007, pasó a serlo 15 veces, en 2015.

Adam Tooze, historiador económico británico, ya señalaba, en septiembre de 2012, en la revista Foreign Affairs, que el crecimiento de Alemania era insostenible, porque gran parte de su superávit era logrado a costa del déficit en cuenta corriente de los países europeos en crisis.

Alemania veía en el enorme superávit comercial –que disfrutó desde el 2000– como una forma de retornar a los viejos días de gloria posteriores a la II Guerra Mundial. Pero entonces, dice Tooze, invertían en el país. En 2012, Alemania invertía más en el extranjero que en casa. En ese sentido el superávit no era una repetición del modelo de crecimiento de posguerra, “sino una señal de su descomposición”.

Quizás en ningún otro escenario esa Europa “alemana” se dibujó con mayor dramatismo que en las condiciones impuestas a Grecia en la renegociación de su deuda, en 2015, con el ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble (2009-2017), desempeñando un agresivo papel en la imposición de drásticos recortes a los gastos públicos, privatizaciones y la obligación de hacerla pagar hasta el último centavo de la deuda. Los gobiernos de la Eurozona no querían ver ni en pintura una renegociación, un alivio a la deuda griega.

Poco a poco se fue conociendo de qué se trataba todo eso. El FMI había decidido proteger los bancos afectados, principalmente alemanes y franceses, expuestos a la deuda griega. Se sacrificó la economía griega para salvar el proyecto del euro y el sistema bancario del norte de Europa.

Mario Draghi, entonces presidente del banco, reconoció que los países de la eurozona obtuvieron beneficios por 7,8 mil millones de euros gracias a las condiciones que impusieron a Grecia en la renegociación de su deuda. Berlín ganó cerca de 2,9 mil millones de euros con la crisis griega, gracias a la parte que le correspondía de las ganancias generadas por el programa de compra de títulos de la deuda griega por el Banco Central Europeo (BCE).

Mientras tanto… ¿cómo le ha ido a Inglaterra?

En 2018, la primera ministra británica, Theresa May, negociaba con la Comisión Europea los acuerdos que regularían la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea, luego del referendo de junio del 2016.

“En la famosa cena de Downing Street, de Theresa May con el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, la primera ministra planteó que debían comprometerse a conseguir que el Brexit fuera un “éxito». Un perplejo Juncker le recordó que eso era imposible, porque las dos partes iban a salir perdiendo”.

El luxemburgués Juncker era el mismo que, junto con el alemán Schäuble, se había ensañado con Grecia tres años antes, en la renegociación de la deuda.

En noviembre del 2022 el Banco de Inglaterra advirtió que el Reino Unido enfrentaba un escenario «muy desafiante» para su economía y que el desempleo prácticamente se duplicaría para 2025, pasando de 3,5% a casi 6,5%. Si bien no sería la recesión más profunda de su historia, sería la más larga desde que comenzaron los registros en los años 20, dijo el banco central.

El gobierno conservador de Rishi Sunak anunciaba nuevos recortes de gastos y aumento de las tasas de interés. La oposición laborista advertía que las familias no podrían soportar estos aumentos, que los precios de los alimentos y la factura de energía iban en aumento y ahora tendrían que hacer frente a tasas hipotecarias más altas.

Ya entonces se leía en la prensa británica que millones de personas se veían obligadas a saltarse comidas (o a quedarse el día entero sin comer). En una, de cada cuatro casas con niños, se estaba viviendo inseguridad alimentaria.

En octubre del 2022, la BBC publicó un artículo titulado “Ratas, huesos y barro: los alimentos del hambre que la gente desesperada come para sobrevivir”. “Hay personas que están comiendo alimentos para mascotas y calentando su comida con velas”, decía otro artículo, dos meses después, en un comentario sobre los efectos de la inflación en el Reino Unido.

Con la economía prácticamente estancada, el FMI prevé un crecimiento del PIB de 0,6% en 2024. La OCDE proyectó una contracción de 0,4% en 2023 y un crecimiento más modesto, de 0,2% en 2024.

Una encuesta de opinión del Observer señaló que 41% de los entrevistados opinaban que Gran Bretaña se había hecho menos influyente en los últimos diez años. 19% estimaba que más. 35% estimaba que el Brexit le había dado menos influencia, frente a 26% que opinaba lo contrario.

Las previsiones de la Comisión Europea sobre la economía de la región tampoco son optimistas. “El importante estancamiento de la UE a lo largo de 2023 se tradujo en un débil impulso al entrar en el nuevo año. […] la economía de la UE entró en 2024 en una situación más débil de lo previsto, y los últimos indicadores no sugieren un repunte inminente”.

No era el escenario imaginado por los ingleses cuando se creó la OTAN, hace ya 75 años.

Los rusos… ¿afuera o derrotados?

Ya no se trata de dejar a los rusos afuera de la OTAN, como planteaba Lord Ismay. Ahora el objetivo de sus países miembros es derrotar a Rusia. Algo mucho más ambicioso… y peligroso.

La era de la posguerra ha terminado”, dijo el primer ministro polaco, Donald Tusk, en una reunión del conservador Partido Popular Europeo (PPE) en Bucarest, Rumania. «Estamos viviendo nuevos tiempos: una era de preguerra». O luchamos para proteger nuestras fronteras, territorio y valores, para defender a nuestros ciudadanos y a las generaciones futuras, o [aceptamos] la alternativa que es la derrota”.

La derrota de Rusia “es indispensable para la seguridad de Europa”, opina también del presidente francés. “Europa se pone en pie de guerra”, decían, entusiasmados, dos corresponsales del diario español “El País”. “Más munición, más producción de armamento, mayor inversión y coordinación en capacidades de defensa”.

La presidente de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, aseguró ante el parlamento europeo que “la amenaza de guerra puede no ser inminente, pero no es imposible”. Para los periodistas españoles es un granito más, un aporte al cambio de paradigma, una advertencia para que los ciudadanos europeos se preparen mentalmente para la guerra, como lo pidió el gobierno sueco, recién incorporado a la OTAN.

¿Para qué guerra deben prepararse los ciudadanos europeos?, deberíamos preguntarnos desde América Latina. Y desde todo el mundo. ¿Estarán en sus cabales quienes pretenden prepararse para una guerra entre Rusia y la OTAN? ¿Quienes hablan de la necesidad de producir más municiones, o de un cambio de paradigma? ¿De qué municiones están hablando, de qué paradigma?

Para el canciller ruso, Sergei Lavrov, la corriente de los partidarios de la guerra es muy fuerte en Europa. Putin ha reiterado que no tiene intención de librar una guerra con la OTAN, que será, inevitablemente, una guerra nuclear.

Hay quienes piensan que avanzando en la militarización de Europa y acercando las fronteras de la OTAN a Rusia estaremos todos más seguros. La advertencia de von der Leyen –aseguran los periodistas españoles– no es más que la última “de una cadena de llamativas declaraciones que alertan del riesgo de que el presidente ruso, Vladimir Putin, ataque un país europeo”.

Las advertencias son en el mismo tono, nunca precisos: “Nuestros expertos prevén que esto podría ser en un periodo de cinco a ocho años”, según el ministro de Defensa de Alemania, Boris Pistorius. Para el titular de Defensa danés, Troels Lund Poulsen, el hipotético ataque podría suceder incluso antes”.

Conservadores y socialistas

Los periodistas se entusiasman con lo que consideran “un paso histórico” de la UE, de apoyar militarmente a Kiev con fondos intergubernamentales. O que el Banco Europeo de Inversiones cambie su política crediticia “para financiar empresas que fabrican armas y municiones”.

Occidente ha incrementado progresivamente su participación en la guerra: suministra artillería de largo alcance, avanzados sistemas de defensa aérea, tanques, misiles crucero, inteligencia por satélite.

Para al jefe del servicio de inteligencia de Estonia el Kremlin está, “probablemente”, anticipándose a un “posible” conflicto con la OTAN, en la próxima década, “o algo así…” “Los ministros de Defensa de Dinamarca y Alemania han advertido también que Rusia puede atacar a la OTAN en menos de una década”.

“Nos encontramos ante el amanecer de una nueva era más turbulenta y difícil”, dice la primera ministra danesa, Mette Frederiksen, en el congreso de los socialistas europeos, en Roma. Putin es el “gran desestabilizador”. “Rusia ataca donde huele debilidad”. Por lo tanto, se trata de sumar fuerzas en su contra.

Es el mismo congreso donde se designará al luxemburgués Nicolas Schmit candidato del Partido Socialista Europeo (PSE) a la presidencia de la Comisión. A la que los conservadores llevarán como candidata a la reelección a la actual presidente. Se elige el parlamento europeo en junio próximo, y luego se encarga de elegir a los altos funcionarios de la Comisión. Según los grandes medios europeos, los conservadores no solo tienen asegurada una mayoría, sino que, corridos aún más hacia la derecha, consolidarán un bloque mayor que el actual.

Schmit fue tajante: “No hay compromiso posible con la extrema derecha, ni con quienes la respaldan y amparan”. Luego agrega: “No podemos aceptar que nuestros hijos estén expuestos a amenazas permanentes (de Vladímir Putin), al chantaje permanente de una potencia (Rusia) que es una potencia imperialista y, por sus orientaciones, una potencia fascista”.

Nadie habla del avance permanente de la OTAN hacia las fronteras rusas, del Maidán ucraniano del 2013-14, estimulado por Estados Unidos. Solo de la “amenaza rusa”. “La defensa de Ucrania es esencial para la estabilidad europea y para prevenir la expansión del poder global ruso. Contener a Rusia en Ucrania significa mantener la línea de contacto tan cerca de la frontera rusa como posible, restringiendo las tendencias expansionistas rusas”, estiman cuatro académicos del Center for Strategic and International Studies (CSIS), una organización con base en Washington.

“Europa se reafirma”, según los periodistas españoles. En 2014, cuando Rusia se anexionó Crimea el presupuesto militar de los aliados europeos de la OTAN era de 235 mil millones de dólares: 1,47% del PIB. En 2023, la cantidad ascendió a 347 mil millones de dólares, equivalentes a un 1,85% del PIB. Para 2024 se espera 380 mil millones. Un 2% del PIB. Cifra considerada ya insuficiente por los países europeos.

La amenaza rusa

¿Es Rusia una verdadera amenaza para la OTAN? se preguntaban Andrea Kendall-Taylor, directora del Programa de Seguridad Transatlántica del Center for a New American Security, y Greg Weaver, exdirector de la oficina del Subsecretario de Defensa para Políticas, en un artículo publicado el 5 de marzo en Politico.

No lo ponían en duda. En su artículo trataban de analizar como debían prepararse los aliados de la OTAN para enfrentar una agresión rusa que, pese a todas las evidencias en contrario, estimaban muy probable.

Weaver y Kendall-Taylor citan al exjefe del Estado Mayor conjunto de los Estados Unidos, el general Mike Milley, quien explicaba que, si bien los gastos para disuadir una agresión son altos, muchos más altos son los de pelear una gran guerra.

Les preocupa tener que pelear en dos escenarios: en Europa y Asia. Para eso se necesita asegurar la capacidad de transportar y abastecer sus fuerzas, por mar y aire, en los escenarios de batalla y de contar con suficientes municiones convencionales para mantener su superioridad.

Fyodor Lukyanov, director del Grupo de Debates de Valdai, nos sugiere otra visión del problema. La élite occidental gobernante es hoy muy distinta a la de generaciones anteriores, pues cree en su infalibilidad. Piensa que cualquier desvío de las normas políticas e ideológicas establecidas después de la Guerra Fría sería “una real catástrofe para el mundo”. Y como cualquier compromiso con los rusos significaría eso, “es necesario evitarlo a toda costa”.

“Los Estados Unidos fueron incapaces de manejar la responsabilidad de ser la única superpotencia del mundo al finalizar la Guerra Fría”, dijo Putin en el reciente Festival de la Juventud, en Sochi.

Lukyanov se refiere al origen de esas ideas, a la mentalidad del “fin de la historia” que prevaleció con el fin del socialismo en el este europeo. El mundo parecía caminar en una sola dirección, hasta que se toparon con una nueva realidad, con Estados capaces de oponerse y bloquear ese movimiento.

Durante veinte años Rusia trató de hacer ver la necesidad de reacomodar el orden internacional. Esas advertencias fueron ignoradas. El resultado fue lo ocurrido el 24 de febrero del 2022, cuando sus tropas entraron en Ucrania. Rusia trata ahora, con la fuerza militar, de obligar a Occidente a revisar su enfoque de los años 90, a buscar un nuevo acuerdo sobre el escenario de seguridad europeo, dice Lukyanov.

El que la retórica de Occidente sobre lo inadmisible de una victoria de Moscú sea cada vez más estridente es alarmante. “Estamos entrando en un período peligroso”, en su opinión.

Para el diplomático hindú Kanwai Sibal, exembajador en Rusia (2004-07), los países miembros de la Unión Europea prometen más armas para Ucrania, mientras se niegan a aceptar la afirmación de Moscú de que no tienen planes de atacar ningún país de la OTAN. Piensan que aumentando el nivel de la confrontación, van a obligar a Moscú a sentarse en la mesa de negociaciones.

“Esto puede ser un grave error de apreciación”, estimó. Lejos de forzar una solución negociada al conflicto, esa lógica puede conducir inexorablemente a una confrontación entre Rusia y la OTAN.

El argumento es que si Rusia vence, atacará otros países para satisfacer sus ambiciones imperiales.

“¿Alguien en esta sala piensa que Putin parará en Ucrania? Les garantizo que no”, dijo Joe Biden en su discurso sobre el estado de la nación, el pasado 7 de marzo. La frase me recordó la del entonces Secretario de Estado Colin Powel quien, un 5 de febrero del 2003, exhibía ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas una muestra de ántrax, supuestamente del arsenal de Sadam Husein, un argumento más para justificar, mes y medio después, la invasión de Irak.

Son falsos argumentos, dice Sibal. “Putin ha estado en el poder 24 años, la OTAN se ha expandido cinco veces, sus tropas y los misiles norteamericanos están estacionados cerca de las fronteras rusas, sin ninguna respuesta agresiva de Rusia”. Nadie explica ahora porque Rusia tendría interés de atacar a la OTAN.

Putin ha advertido a Occidente de los riesgos de sus políticas, especialmente del avance de la OTAN hacia sus fronteras. Lo hizo en el 2007, en su discurso en la conferencia de seguridad de Múnich y no ha dejado de hacerlo desde entonces. Su última oferta de un acuerdo, en diciembre del 2022, dos meses antes de la invasión de Ucrania, fue rechazada.

Occidente piensa que Moscú no responderá militarmente si Occidente sigue incrementando su apoyo a Ucrania. “Esto puede ser un serio error de apreciación; puede explicar porque los europeos no toman debida nota del formidable aparato nuclear ruso”. “Esto –dijo Sibal–puede arrastrar a Occidente, y a todo el mundo, a la pesadilla nuclear.

La OTAN se prepara para la guerra

El que Rusia no tenga los medios para lograr sus ambiciones neoimperiales no le impide tratar de alcanzarlas hasta un amargo final, dijo Joschka Fischer, exministro de Relaciones Exteriores y líder de los verdes alemanes (que hoy ocupan nuevamente esa cartera, a cargo de la expeacenik Annalena Baerbock).

Sobre las ambiciones neoimperiales, las lecciones más recientes de la historia revelan que lo que Fischer atribuye a Rusia calza mejor con el comportamiento alemán. Ambiciones imperiales que nos han conducido a amargos intermedios, pero que, repetida, nos puede conducir al final amargo a que hace referencia el político alemán.

La Unión Europea ya no es solo un proyecto de paz. Europa tiene que prepararse para la guerra. Este programa no contradice el objetivo inicial de prevenir la guerra en Europa, dijo Riho Terras, un conservador miembro del parlamento europeo y excomandante militar de Estonia.La Comisión Europea acaba de presentar una Estrategia Industrial de Defensa junto con un fondo de subsidios de al menos 1.500 millones de euros para un Programa Europeo de Inversiones en Defensa. Pero se va a necesitar mucho más, si Europa pretende crear un complejo industrial competitivo, en opinión del Comisario de Industria de la Comisión Europea, Thierry Breton. Se necesitarían cien mil millones de euros. Algo que otros diplomáticos europeos ven más allá de toda posibilidad.Cuando la OTAN fue creada, Estados Unidos era una potencia en plena expansión. Fue su momento de mayor preponderancia en el escenario internacional. Controlaba entonces cerca del 50% de la industria mundial.

En 1999, diez años después del final de la Guerra Fría, Bill Clinton (93-2001) anunció que Estados Unidos tenía por delante un futuro próspero y brillante. Parecía cierto: el país era más rico que nunca.

Desde entonces, el porcentaje de su participación en la economía mundial, su productividad, no han cesado de caer, mientras crece la obsolescencia de su industria manufacturera y de su infraestructura.

La inestabilidad financiera es solo uno de los problemas de la economía occidental, dijo el analista económico del Financial Times, Martin Wolf, en su más reciente libro, “The crisis of democratic capitalism”. Es un largo texto, para una crisis profunda, a la que Wolf agrega otros factores, como “la creciente desigualdad, la creciente inseguridad personal y el lento crecimiento económico, especialmente después de la Gran Recesión”.

El debate sobre la decadencia del imperio norteamericano tiene muchas aristas, pero es evidente que el país que impuso las reglas de Bretton Woods al mundo hoy tiene que esforzarse para tratar de mantenerlas, antes de que se les vayan de las manos.

Es el mismo que hizo de la OTAN la columna vertebral de su política de defensa, una organización beligerante que sigue estrechando el cerco en torno a Rusia, moviéndose cada vez más cerca de una guerra nuclear de la que sus líderes parecen soñar con salir vencedores.

¿Nos quedaremos, el resto del mundo, como simples espectadores de una obra sobre nuestro final? ¿Tendrá alguna posibilidad de éxito el esfuerzo mediador de China, con la gira, a principios de marzo, de su representante especial para los asuntos de Eurasia, Li Hui, que incluyó Kiev? ¿O los de Lula, o los de Petro, o los del Papa Francisco? Lo único inaceptable es esperar sentados que caiga la telón…

¡No tendremos oportunidad de aplaudir!

FIN