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Etiqueta: ciberseguridad

Comunicado de la Embajada de China en Costa Rica

La Embajada de la República Popular China en la República de Costa Rica ha tomado nota de los comentarios sobre China de la ministra de Ciencia, Tecnología y Telecomunicaciones Paula Bogantes, y del viceministro de Telecomunicaciones Hubert Vargas, durante su comparecencia ante la Comisión de Relaciones Internacionales y Comercio Exterior de la Asamblea Legislativa el 11 de octubre de 2023.

Como altos funcionarios del Gobierno de Costa Rica, la Sra. Paula Bogantes y el Sr. Hubert Vargas, haciendo caso omiso de los hechos básicos, lanzaron comentarios inadecuados sobre el sistema político de China y llamaron al país “un país con mayor riesgo en materia de ciberseguridad”. Estos comentarios afectan gravemente la confianza y las expectativas de las empresas chinas para realizar actividades económico-comerciales en Costa Rica y socavan el buen ímpetu de desarrollo de las relaciones bilaterales. Lamentamos mucho por sus comentarios y expresamos nuestra energética y vehemente oposición a sus acusaciones irresponsables e infundadas. Por medio del presente, aclaramos lo siguiente:

  1. La democracia es un valor común de toda la humanidad y un concepto importante en que el Gobierno y el pueblo chinos siempre hemos perseverado. China viene impulsando la construcción de la democracia de acuerdo con nuestras propias condiciones nacionales. Persistimos y promovemos la democracia popular en todo el proceso, en la que el pueblo ejerce efectivamente el poder del estado a través de las asambleas populares de diferentes niveles, evitando eficazmente el fenómeno de hacer numerosas promesas durante la campaña electoral y echarlas al suelo una vez se concluya el proceso electoral. En este sistema, 1400 millones de chinos han salido de la pobreza y el rezago, y gozan de amplios derechos y libertades, con lo que se ha explorado una nueva ruta para el desarrollo de la causa de la democracia de la humanidad.
  2. Siendo China otra víctima azotada de los ciberataques, las escuchas telefónicas y la vigilancia, rechazamos categóricamente y combatimos según la ley toda forma de ciberdelincuencia, y salvaguardamos firmemente la ciberseguridad. En 2020, China lanzó la Iniciativa Global para la Seguridad de Datos, con la que aboga por que las empresas cumplan estrictamente las leyes de los países donde operen, y se opone al uso indebido de la tecnología informática para realizar vigilancias a gran escala y la recopilación ilegal de información personal de ciudadanos de otros países. En contraste, ciertos países, abusando de su hegemonía tecnológica, realizan ciberataques, vigilancia y escuchas telefónicas sin distinción, e incluso a sus “aliados”.
  3. China apoya los esfuerzos de Costa Rica para salvaguardar la ciberseguridad. Sin embargo, el Convenio de Budapest es un convenio sobre la cooperación judicial en materia penal, cuyo objetivo es establecer un mecanismo de cooperación internacional para combatir la delincuencia. No aborda la cuestión de ciberseguridad, ni establece las presuntas normas de ciberseguridad. Cuesta entender que Costa Rica haya alegado este Convenio para regular el origen de los proveedores de 5G. En realidad, la mayoría de los países firmantes del Convenio de Budapest permiten y dan la bienvenida a la participación de empresas de telecomunicaciones chinas en la construcción de 5G en sus países.
  4. Las empresas de telecomunicaciones de China llevan años operando en América Latina y el Caribe, incluyendo Costa Rica. No solo que nunca han puesto en peligro la ciberseguridad local, sino que además han promovido notablemente el desarrollo de las telecomunicaciones en la región, dando facilitaciones al pueblo en general y creando considerables beneficios socioeconómicos. La presunta acusación de que China es “un país con mayor riesgo en materia de ciberseguridad” es totalmente absurda e infundada.
  5. Costa Rica es el único socio estratégico de China en Centroamérica. Durante los 16 años desde el establecimiento de las relaciones diplomáticas, las relaciones China-Costa Rica han logrado fructíferos resultados gracias a los esfuerzos de ambas partes, traducidos en beneficios para ambos pueblos. China es el segundo socio comercial de Costa Rica. Los productos que exporta Costa Rica a China se han aumentado de unas 10 variedades al inicio de las relaciones diplomáticas a más de 200 en la actualidad. Los proyectos con cooperación china como el Estadio Nacional, la Escuela Nacional de Policía y la Planta Potabilizadora Cañas-Bebedero se han convertido en proyectos emblemáticos de la amistad entre ambos países, y se están impulsando y abordando muchos otros proyectos de cooperación. Son amplias las perspectivas de cooperación.

Apreciamos altamente que las diputadas y los diputados de distintos partidos políticos integrantes de la Comisión de Relaciones Internacionales y Comercio Exterior de la Asamblea Legislativa han persistido en una posición objetiva y justa y han hecho evaluaciones objetivas y positivas sobre las relaciones sino-costarricenses.

Estamos a la expectativa de que los distintos sectores de la sociedad costarricense no se dejen engañar por las maniobras políticas de unas pocas personas, y continúen haciendo esfuerzos conjuntos con la parte china para salvaguardar las relaciones bilaterales entre China y Costa Rica.

Fuente: http://cr.china-embassy.gov.cn/esp/ndle/202310/t20231013_11160320.htm

Compartido con SURCOS por Claudio Monge Pereira.

Cuba: Defenderse es Necesario

Lic. José A. Amesty R.
20-agosto-2021

Los EEUU no contentos con el bloqueo económico y la guerra mediática, entre muchos otros, utilizan ahora, contra Cuba, las tecnologías (las plataformas digitales), como armas de guerra no convencional, para continuar agrediendo a la mayor de las Antillas.

Por ejemplo, se han identificado y denunciado desde suelo norteamericano, transmisiones de estaciones de radio, promoviendo contenido desestabilizador, propiciando el desorden público y la violencia, noticias falsas, desinformación y tergiversando la verdad sobre Cuba heroica.

A su vez, monopolios informativos como Facebook, Youtube, Twitter y otros, han violado sus propias normas, permitiendo en sus plataformas, mensajes violentos y llenos de odio contra el país caribeño.

También, varias instituciones gubernamentales, recibieron recientemente ciberataques como, por ejemplo, el sitio de la Presidencia, al cual se le trató de negar el espacio digital, y lo mismo sucedió con medios de comunicación, como Granma y Cubadebate.

Al interior de Cuba, existen 60 sitios webs bloqueados para el país, vinculados con procesos de capacitación, formación profesional, comercio electrónico y hasta de comunicación interpersonal, a lo cual se le agrega la imposibilidad de importar tecnología, con más de un 10 por ciento de componente estadounidense.

En este mismo orden de ideas, los EEUU han auspiciado últimamente el acceso gratis de internet en el país, con la sola intención de manipular y controlar la desinformación, el incitar al odio y a la violencia, así como para buscar proveer a los cubanos de la oposición, un servicio paralelo de internet gratuito, violando la soberanía nacional y propiciando la subversión.

Para defenderse y blindarse, Cuba acaba de actualizar su marco jurídico en materia de telecomunicaciones, y entre los aspectos esenciales potencia el modelo de actuación ante incidentes de ciberseguridad, una cuestión que no es exclusiva hoy de la isla caribeña.

Recalcamos y puntualizamos que esta herramienta jurídica, es para el ciber acoso, las noticias falsas, bloqueos masivos de cuentas en redes sociales, pornografía, ciber terrorismo, ciber guerra y subversión social, entre otros.

El instrumento legal aprobado es el, Decreto-Ley No 35 de “las Telecomunicaciones, las Tecnologías de la Información y la Comunicación y del Uso del Espectro Radioeléctrico”. Esta resolución pretende garantizar, a través de la gestión de incidentes, la prevención, detección y respuesta oportuna ante posibles actividades enemigas, delictivas y nocivas que puedan ocurrir en el ciberespacio.

Los objetivos generales del presente Decreto-Ley son los siguientes: a) Coadyuvar a que la utilización de los servicios de telecomunicaciones sean un instrumento para la defensa de la Revolución; b) impulsar el uso de las telecomunicaciones y las tecnologías de la información y la comunicación asociadas a estas, en lo adelante telecomunicaciones/TIC, para contribuir al desarrollo político, económico y social del país; además de asegurar progresivamente la fiabilidad, la estabilidad y la seguridad de sus redes y servicios; c) fortalecer la soberanía en la utilización del espectro radioeléctrico en el territorio nacional; d) satisfacer las necesidades generales del Estado y el Gobierno y las relacionadas con la Seguridad y la Defensa Nacional, el Orden Interior y la Defensa Civil en materia de las telecomunicaciones/TIC y del uso del espectro radioeléctrico; e) promover el progreso armónico y ordenado de las redes y los servicios de telecomunicaciones/TIC en función del desarrollo de la informatización del país; f) garantizar el desarrollo y la convergencia tecnológica en el uso de las telecomunicaciones/TIC, así como priorizar la implementación de redes de banda ancha; g) proteger los intereses de los ciudadanos y asegurar el acceso a los servicios de telecomunicaciones/TIC y los derechos constitucionales; en particular el principio de igualdad, privacidad y secreto en las comunicaciones; h) promover y facilitar el uso de las telecomunicaciones/TIC y del espectro radioeléctrico para mejorar las condiciones de vida de la población; i) facilitar el trato adecuado a sus condiciones en el caso de las personas con necesidades especiales, de acuerdo con las características y disponibilidad de capacidad de cada tipo de servicio de telecomunicaciones/TIC; j) elevar la ciberseguridad para salvaguardar que el uso de los servicios de telecomunicaciones/TIC y del espectro radioeléctrico no atenten contra la Seguridad y la Defensa Nacional, el Orden Interior o en acciones dirigidas a ocasionar afectaciones o perjuicios a terceros; k) resguardar el cumplimiento de las condiciones y obligaciones de servicio público en la explotación de redes y la prestación de servicios de telecomunicaciones/TIC, así como de las obligaciones del servicio universal de estas; l) garantizar una utilización eficaz de los recursos limitados o escasos de telecomunicaciones/TIC; m) integrar la investigación, desarrollo e innovación en el sector para la evolución de las redes, los equipos, dispositivos, aparatos y servicios de telecomunicaciones/TIC y la gestión del espectro radioeléctrico; y n) preservar el desarrollo del capital humano asociado a la actividad.

Por supuesto, de inmediato EEUU, ha catalogado la Ley como un atentado contra los Derechos Humanos, pero es un modelo que opera en prácticamente todos los países: la lucha contra la desinformación y la ciberseguridad.

Y es que esas disposiciones no son nuevas en el mundo. Muchos países, organizaciones mundiales y regionales ya se habían referido al combate de la desinformación y la ciberguerra, como un aspecto fundamental en el trabajo de cualquier Estado.

Por ejemplo, la Unión Europea tiene su equivalente, desde 2018, denominada: el Plan de Acción contra la Desinformación.

Es más, en una resolución aprobada por la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU), el 31 de diciembre de 2020, en cuanto a los avances en la esfera de la información y las telecomunicaciones en el contexto de seguridad nacional, dicho ente señala que “los Estados tienen el deber y el derecho de combatir la difusión de noticias falsas”.

Igualmente, en el contexto de la pandemia de Covid-19, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), publicó un artículo en el cual llamaba a los gobiernos a adelantarse y liderar la lucha contra la información falsa, incendiaria y engañosa que amenaza con empeorar los graves efectos de la enfermedad.

En España, también existe un Procedimiento de Actuación contra la Desinformación, publicado desde octubre de 2019, y que identifica los organismos y autoridades que forman el sistema y marca el procedimiento de sus actuaciones para la prevención, detección, alerta temprana, análisis, respuesta y evaluación de la desinformación.

Francia posee una ley para, “proteger la vida democrática de las fake news”, con especial atención a los procesos electorales, y mediante la cual se puede multar con más de 40 mil euros y hasta cárcel a quienes la infrinjan.

En América Latina, también existen varios ejemplos como Nodio, un Observatorio argentino de la desinformación y la violencia simbólica, en medios de prensa y plataformas digitales.

Asimismo, el Parlamento de Nicaragua, aprobó desde octubre de 2020, una ley contra los ciber delitos para hacer frente a crímenes cibernéticos, como el hackeo, robo de identidad o espionaje informático, pero también a aquellas personas que difundan información falsa.

Uruguay y Alemania, también tienen una ley similar, para regular y combatir dichos delitos.

Y aunque parezca increíble, aunque no es extraño, la misma Ley-Decreto 35, mencionada, ha sido atacada, con los mismos protagonistas, el mismo operador y los mismos objetivos desestabilizadores, de la siniestra etiqueta #SOSCuba. La maquinaria de ciberguerra contra Cuba, ha vuelto a lanzar este 17 de agosto, una operación en redes digitales, tratando de utilizar manipuladoramente el nuevo Decreto Ley, para la protección de la soberanía nacional y los derechos ciudadanos en el ciberespacio que acaba de emitir nuestro país.

La misma cuenta guía (@agusantonetti), que los días 9 y 10 de julio, lideró aquella campaña, la del Sr. Agustín Antonetti, de la Fundación Libertad de Argentina, encabeza la nueva manipulación. Seguida por otras que también participaron en la misma, están recibiendo miles de retuits con una etiqueta contra ese Decreto Ley, que solo pueden ser fruto del uso de bots (aplicaciones automatizadas para generar miles de repeticiones), con el objetivo de aparentar una protesta masiva contra la legislación y colocarla artificialmente como tendencia en las redes.

Como señalara el investigador español Julián Macías Tovar, al analizar los procesos en las redes que antecedieron a los sucesos del 11 de julio, “Antonetti ha sido un activo participante en las campañas de bulos y bots en redes sociales, contra los procesos de izquierda en América Latina, entre ellos contra el del boliviano Evo Morales y el mexicano Andrés Manuel López Obrador”.

En síntesis, Yohanka Rodríguez, coordinadora del Centro de Seguridad del Ciberespacio de Cuba, señaló que en la actualidad hay un aumento de ciberataques en el mundo, de allí la necesidad de compartir experiencias, coordinar acciones y combatir ese tema.

En ese sentido, Cuba ha hecho grandes esfuerzos para aumentar la seguridad, y fortalecer el ciberespacio nacional e integrar las capacidades existentes, para detectar y contrarrestar los eventos cibernéticos nocivos.

Reiteró que como han expresado sus máximos dirigentes, el gobierno cubano se opone enérgicamente al uso del ciberespacio, como polígono de guerra y como plataforma para la subversión política, y fue enfática al afirmar que Cuba jamás ejercerá de manera unilateral acciones de este tipo contra otros Estados.

Rodríguez reclamó la integración de los esfuerzos internacionales, que permitan el logro de un ciberespacio seguro y un marco jurídico que garantice enfrentar las ciberamenazas.

Es necesario presentar iniciativas que permitan contrarrestar estos peligros, puntualizó la especialista, que ve en la capacitación de los recursos humanos y en la elevación de la cultura de ciberseguridad en todos los ciudadanos, elementos fundamentales sobre este aspecto.

“Falta mucho por hacer, como la adopción de posiciones comunes y convertir al ciberespacio en un lugar seguro y fiable y que Internet sea un instrumento para la paz y no para la guerra”, señaló Yoanka Rodríguez.

Así mismo, la ministra cubana de Comunicaciones Mayra Arevich Marín, enfatizó que “apostamos por una sociedad digital justa, no para alimentar odio y subversión, sostenible y que aporte al desarrollo del país”, así como: “defender nuestro ciberespacio y tener una internet ética para nuestra población”.

Finalmente, el uso de las tecnologías de la información y las comunicaciones, no constituye una opción para las fuerzas de izquierda, sino un imperativo de primer orden, porque la construcción de un discurso es parte de la guerra simbólica, de los contenidos que contribuyen a disminuir la brecha digital que sufren nuestros países.