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Etiqueta: CIDE-UNA

Informe Estado de la Educación revela retrocesos y gestión errática en el sistema educativo costarricense

El décimo Informe del Estado de la Educación advierte que Costa Rica enfrenta una crisis educativa más profunda que la de años anteriores, producto de rezagos históricos no resueltos, el apagón educativo que ocurrió entre 2018 y 2022 y una gestión errática que debilitó al sistema en los últimos años.

La investigación detalla que la falta de un plan educativo entre 2022 y 2025, junto con decisiones cuestionadas del Ministerio de Educación Pública (MEP), frenó los esfuerzos para atender los rezagos. El país registró retrocesos en indicadores clave: en las pruebas internacionales PISA de matemáticas se pasó de 402 puntos, en 2018, a 385 en 2022, uno de los niveles más bajos de la región.

Isabel Román Vega, coordinadora del informe, señaló que los diagnósticos previos ya advertían sobre el deterioro. “Hace seis años dijimos que nuestra educación estaba atrapada en una jaula de inercias. En 2021 hablamos de un apagón educativo y en 2023 de una educación de segunda clase. Hoy, Costa Rica sigue experimentando una grave crisis educativa y nuestra educación está perdiendo el valor que siempre tuvo en nuestra historia”.

Según el documento, tres factores principales agudizaron la crisis: los rezagos estructurales acumulados durante décadas, las interrupciones educativas por huelgas y pandemia entre 2018 y 2022, y la gestión errática reciente, sin una política clara ni planes de continuidad.

Entre las prácticas que afectaron la calidad educativa se incluyen:

1. Cambios de planes para remediar el apagón educativo: se pasó del Plan Integral de Nivelación Académica (PINA) a pruebas comprensivas y estandarizadas. Finalmente, todas las anteriores quedaron fuera y actualmente se aplica el diagnóstico de aula y la prueba nacional estandarizada, a cargo del docente, sin herramientas de apoyo.

2. Eliminación del programa PRORI para la informática educativa y de la estrategia de conectividad: en 2022, el MEP solicitó a la SUTEL suspender la distribución de dispositivos y la Contraloría General de la República eliminó la Red Educativa del Bicentenario. En 2023 se rompió el convenio de 30 años con la Fundación Omar Dengo, lo cual dejó las computadoras almacenadas en una bodega.

3. Supresión del programa de Afectividad y Sexualidad sin criterio técnico: fue sustituido por el Programa de Educación para la Paz y la Convivencia, que no incluye contenidos alternativos en materia de sexualidad.

4. Negociaciones anuales del FEES: el presupuesto limitado frena la planificación estratégica y generan estancamientos, caídas y conflictos, sin contemplar las necesidades futuras.

5. Debilitamiento en la fiscalización de universidades privadas: se modificó el reglamento del CONESUP, se autorizó la apertura de nuevas universidades internacionales sin supervisión y se aprobaron carreras virtuales sin control de calidad.

El documento no solo describe los problemas, también plantea seis prioridades de acción con soluciones prácticas: inversión educativa, reducción de la pobreza en los aprendizajes, mejoras en evaluación, fortalecimiento de la rectoría del sistema, gestión local y logro universitario.

La UNA reacciona

El pronunciamiento del Decanato del Centro de Investigación y Docencia en Educación (CIDE-UNA) se sumó a la discusión tras los hallazgos. “Estos datos nos interpelan como nación. Desde el CIDE consideramos urgente la construcción de un gran acuerdo nacional por la educación, que trascienda los ciclos políticos y siente las bases de una política pública de largo plazo. Este acuerdo debe traducirse en una estrategia país integral y sostenida, que convoque al Estado, las universidades, las familias y a toda la sociedad a un esfuerzo común por sacar a Costa Rica de la crisis educativa”, señaló Susana Jiménez Sánchez, vicedecana del CIDE.

La académica enfatizó que mejorar la gobernanza en el Ministerio de Educación, fortalecer la macro evaluación con instrumentos de calidad y crear mecanismos de acompañamiento pedagógico para los centros educativos son pasos necesarios que vinculan la escuela con la comunidad. También reconoció que los centros formadores de docentes, incluido el propio CIDE, deben revisar y mejorar su quehacer mediante innovación en la formación inicial y continua, investigación pertinente y propuestas que contribuyan a la recuperación de aprendizajes.

El pronunciamiento incluyó un mensaje al magisterio nacional: “Sabemos que los contextos educativos son diversos, que las complejidades sociales inciden directamente en su labor diaria y que los desafíos son enormes. Les agradecemos profundamente por mantenerse en pie de lucha, con compromiso y vocación, en defensa del derecho a la educación pública de calidad. Cuentan con el respaldo del CIDE en este camino”, mencionó la vicedecana.

El mensaje del decanato concluye con un llamado a la acción: “La educación es el cimiento de la democracia, la equidad y el desarrollo humano. Desde el Decanato del CIDE hacemos un llamado a la unidad nacional, con visión de futuro y responsabilidad histórica, para garantizar que cada estudiante costarricense tenga acceso a una educación de calidad que le permita construir su vida y aportar al bienestar colectivo”.

El informe fue presentado el 28 de agosto a las 9:30 a. m. en el auditorio Franklin Chang Díaz, en Pavas, por el Consejo Nacional de Rectores (CONARE).

Oficina de Comunicación / Universidad Nacional, Costa Rica

Curso lectivo de 2025 inicia con desafíos críticos

Curso lectivo inicia con bajo presupuesto, ausencia de pruebas de idoneidad para docentes y aumento creciente de la violencia escolar.

El curso lectivo inicia en Costa Rica marcado por desafíos críticos: 825 órdenes sanitarias que afectan a instituciones educativas, un presupuesto reducido, la ausencia de pruebas de idoneidad para docentes y un contexto de creciente violencia escolar. Ante esta situación, el Centro de Investigación y Docencia en Educación de la Universidad Nacional (Cide-UNA), hace un llamado a la sociedad costarricense a renovar el compromiso con la educación pública, por ser un pilar del desarrollo nacional, equidad y justicia social.

El sistema educativo público enfrenta múltiples retos que requieren una respuesta inmediata y coordinada, según advirtió Susana Jiménez, vicedecana del Centro de Investigación y Docencia en Educación (Cide-UNA). Este año, dijo, el presupuesto destinado a la educación es el más bajo de la década, lo que limita las inversiones urgentes en infraestructura, capacitación docente y programas educativos. Además, la falta de concursos para docentes recién graduados y la ausencia de pruebas de idoneidad dificultan el fortalecimiento de la calidad de la enseñanza.

Las 825 órdenes sanitarias vigentes en los centros educativos reflejan una problemática que impacta directamente las condiciones de aprendizaje de los estudiantes. Paralelamente, el aumento de casos de violencia en las aulas agrava la situación, afecta el ambiente escolar y provoca un desgaste emocional y profesional entre el personal docente, que enfrenta desmotivación frente a estas adversidades.

La educación pública, sin embargo, continúa siendo un eje central para el desarrollo nacional. A lo largo de la historia costarricense, ha sido la herramienta que ha permitido a millones de personas acceder a oportunidades, reducir desigualdades, y promover el progreso colectivo. Ante este panorama, cita Jiménez, existen experiencias internacionales con estrategias que podrían ser replicadas en el país.

En otros contextos, agregó la experta, se implementan programas educativos que integran a las comunidades en procesos de aprendizaje sostenibles. “La colaboración activa entre familias, comunidades y escuelas fomenta el capital social y la corresponsabilidad en la mejora del sistema educativo. Además, inversiones en educación temprana y en la calidad de los procesos en todos los niveles posicionan a la educación pública como un motor de bienestar colectivo y desarrollo regional”.

En el caso de Costa Rica, señala la experta, reivindicar la figura docente es clave para superar los retos actuales, ya que las maestras, maestros, profesoras y profesores desempeñan un rol esencial como agentes de cambio y es fundamental, además, fortalecer su compromiso y motivación. “Esto se puede lograr mediante programas de formación continua que incluyan liderazgo transformacional, desarrollo de competencias pedagógicas y tecnológicas, así como una reflexión crítica sobre el impacto social de su labor”, dijo.

Actores clave

Mejorar las condiciones laborales y salariales de los docentes también es indispensable. De acuerdo con la especialista, fomentar encuentros que permitan la reflexión profesional puede ayudarles a reencontrarse con su vocación y renovar su entusiasmo. Estas acciones son fundamentales para garantizar la sostenibilidad y calidad del sistema educativo a largo plazo.

El rol de las familias es igualmente crucial. Además, crear espacios accesibles y acogedores en las instituciones educativas facilita su participación activa en la educación de sus hijos e hijas. La capacitación para apoyar el aprendizaje en casa y su involucramiento en las decisiones escolares fortalecen el sentido de comunidad y la confianza mutua entre familias e instituciones.

Desde el Cide-UNA se hizo un llamado a la sociedad costarricense para defender la educación pública. Este sistema no solo impulsa el desarrollo personal, sino que es un motor de equidad, justicia social y progreso económico, además de promover la cohesión social.

Cada familia puede apoyar activamente a sus hijos e hijas en el proceso educativo. Cada docente tiene la oportunidad de inspirar a sus estudiantes, incluso en los contextos más difíciles. Además, la ciudadanía en general debe cuestionar discursos que minimizan el valor de la educación pública, considerándola un gasto en lugar de una inversión estratégica para el desarrollo del país”, mencionó la vicedecana.

El inicio del curso lectivo 2025, agregó, debe ser un punto de partida para renovar el compromiso colectivo con la educación pública. Afirmó que este llamado no solo corresponde a los actores directamente involucrados en el sistema educativo, sino a toda la sociedad costarricense: la educación pública es un bien común que beneficia a todos y debe ser defendido con firmeza.

Un país que invierte en educación invierte en su futuro. Renovar la esperanza y defender la educación pública es una tarea que nos compete a todos. Solo mediante un esfuerzo conjunto será posible garantizar un sistema educativo a la altura de las necesidades del país, que permita construir una sociedad más justa, equitativa y solidaria”, concluyó Jiménez.

Oficina de Comunicación

Universidad Nacional, Costa Rica

Santa Bárbara trabaja en propiciar entornos seguros para las personas menores de edad

Con esta iniciativa se busca mejorar la coordinación institucional para crear entornos informativos, preventivos y protectores, especialmente en situaciones de negligencia y abandono. Además, se enfoca en la prevención de situaciones de abuso sexual y drogadicción en parques y centros recreativos, que garanticen un ambiente seguro para los menores.

Más de 1400 niños, niñas y adolescentes, junto con la opinión de líderes de la comunidad, fueron los pilares para la construcción de la Política Local para las Personas Menores de Edad del cantón de Santa Bárbara de Heredia para el periodo 2024-2029, -la cual fue presentada el pasado 6 de agosto ante cerca de 400 docentes de instituciones públicas-, y cuyo objetivo es garantizar el derecho pleno de las personas menores de edad (PME) en un entorno justo y equitativo que promueva su bienestar y desarrollo integral.

Esta política fue elaborada por el equipo de académicos de la División de Educación Básica del Centro de Investigación y Docencia en Educación (CIDE-UNA), conformado por Kattia Rojas Acevedo, Graciela, Herrera y Stiven Gómez, con la coordinación del académico Ronald Rivera, con la colaboración de diversas entidades, incluyendo la Oficina Social y Familia de la Municipalidad de Santa Bárbara y la Oficina Local del Patronato Nacional de la Infancia (PANI). También se realizaron encuestas en centros educativos públicos con la participación del Ministerio de Educación Pública (MEP).

En noviembre de 2023, la UNA aplicó dos encuestas dirigidas a niños y niñas de centros educativos públicos y a estudiantes de colegio. De acuerdo con la académica Graciela Herrera, cerca del 50% de las personas encuestadas consideran que no se les toma en cuenta en la toma de decisiones. Además, cerca de un 9% percibió insultos por su procedencia o nacionalidad.

El diagnóstico también señala que la gran mayoría de PME conviven con familias reconstituidas, ya que el 91% dice vivir con la madre, pero solo el 66% con el padre. En menor medida, solo el 58% vive o convive con sus hermanos y hermanas.

Falta apoyo

La investigadora también mencionó problemas como el consumo de drogas, la violencia y la falta de acceso a servicios de salud y educación como algunos de los retos que deben abordarse con políticas que fortalezcan las capacidades de los padres y madres, y promuevan la educación sobre los derechos y deberes familiares.

En cuanto a la obligación de las familias de velar por el derecho a la educación, solamente el 65% de las personas menores de edad reciben ayuda en el cumplimiento de los deberes escolares, y el 13% de los niños y niñas dice que su familia ni siquiera conoce su horario de clases, mientras que un 12% no se siente apoyado por su entorno familiar.

El 74.6% de los adolescentes encuestados en el cantón de Santa Bárbara afirmaron haber vivido situaciones de abandono por parte de sus padres o cuidadores, y un 85.5% considera que en su comunidad las PME están expuestas al consumo de sustancias adictivas y perjudiciales para la salud, mientras que un 70% percibe problemas vinculados con la delincuencia.

En cuanto a la violencia sexual, cita Herrera, había 10 PME embarazadas, y el 65% de las personas consultadas no saben que existen programas de atención para adolescentes embarazadas. Según la percepción de los adolescentes, la comunidad, los parques, las instalaciones deportivas y la familia representan los entornos con mayor riesgo de sufrir abuso sexual, especialmente cuando se consideran otros factores como la delincuencia y el consumo de sustancias ilícitas. “Esto refuerza la idea de que los entornos comunitarios en el cantón de Santa Bárbara son los lugares donde los derechos se ven más vulnerados, según lo percibido por las personas participantes de la encuesta”.

Red de trabajo

En la política se definieron siete ejes de intervención: Institucionalidad democrática; Vida en familia y comunidad; Protección especial; Salud; Educación; Cultura, juego, deporte, recreación y actividad física; y Medio ambiente.

“Con respecto al eje de Educación, se pretende promover el acceso, la incorporación, la permanencia, la pertinencia, el desarrollo, el aprendizaje, el avance, el logro, la inclusión, la participación y la calidad de la educación de las personas menores de edad matriculadas en los centros educativos del cantón mediante acciones que potencien su desarrollo integral”, dice la propuesta.

Además, se establece que la Municipalidad, junto con el PANI, liderará el proceso de análisis, seguimiento y evaluación del cumplimiento de la política por medio de la articulación institucional a través del Subsistema Local de Protección de la Niñez y la Adolescencia, el cual se pretende establecer en el primer año de implementación de la política.

“Una municipalidad no es solamente infraestructura, calles, aguas o aceras. Este es un insumo muy importante, porque marca nuestra línea de acción para los próximos cinco años”, dijo Víctor Hidalgo Solís, alcalde de Santa Bárbara.

Para Alejandra Gutiérrez Vargas, directora regional de Educación de Heredia, esta es una oportunidad para crecer, aprender y actualizarse. “Estos niños y jóvenes necesitan más de nosotros, necesitan ser escuchados. Tenemos el compromiso de renovarnos porque el futuro de la educación está en nuestras manos”.

En la actividad, los directores y directoras de los distintos centros educativos, por medio de su firma en un banner, se comprometieron apoyar las acciones impulsadas por la Municipalidad , para cumplir con los lineamientos de la política cantonal.

Gracias a la colaboración del Centro de Investigación, Docencia y Extensión Artística (CIDEA-UNA), este encuentro culminó con un concierto a cargo del Coro Universitario de la UNA, fundado en 1981, el coro está conformado por estudiantes de las distintas carreras de la Escuela de Música. En la actualidad lo dirige el académico Josué Ramírez Palmer, con el apoyo del también docente Franklin Aguilar Montero en el piano.

Oficina de Comunicación
Universidad Nacional, Costa Rica

UNA gradúa a cien personas adultas mayores en inglés

Un centenar de personas adultas mayores, entre 65 y 90 años, se graduaron de los talleres de inglés de los niveles I, II y III, la mañana de este viernes. Los cursos los imparten estudiantes de segundo año del Bachillerato en la Enseñanza del Inglés de la División de Educología del Centro de Investigación y Docencia en Educación (Cide) de la Universidad Nacional (UNA) y brindan una oportunidad de aprendizaje y crecimiento a una población muchas veces olvidada en programas educativos.

Desde 2014, la UNA ofrece estos cursos de inglés dos veces al año, durante el primer y segundo ciclo lectivo. Este programa ha permitido a una numerosa población de adultos mayores adquirir habilidades lingüísticas esenciales en un idioma global, con lo cual se fomenta su desarrollo personal y social. Este año, por primera vez, los talleres se llevaron a cabo en la comunidad de Guararí, en el distrito de San Francisco de Heredia, con lo que se amplía el alcance de la educación inclusiva de la Universidad.

Giannina Seravalli Monge, académica de la División de Educología y del Bachillerato en la Enseñanza del Inglés, recordó que la UNA tiene un compromiso con la educación comunitaria. “Estas actividades reflejan el principio de universidad necesaria, ya que llegan a las poblaciones vulnerables. Es un retorno de la educación al servicio de la comunidad”, afirmó Seravalli. Este compromiso institucional con la educación inclusiva, agregó, demuestra cómo las universidades pueden desempeñar un papel crucial en el fortalecimiento del tejido social.

El evento de graduación estuvo lleno de historias inspiradoras. Una pareja de esposos, quienes lucharon juntos por obtener el título, se graduó hoy, y demostraron que el aprendizaje puede ser una experiencia compartida y enriquecedora. Además, una de las estudiantes que impartió el taller compartió su alegría al ver, feliz, a su abuelita cumplir el sueño de aprender un segundo idioma. Este evento no solo celebró los logros individuales, sino también los lazos familiares y el apoyo mutuo.

Ave María Alpízar Jiménez, una de las graduadas, recibió su título del primer curso de inglés. “Siempre había querido aprender inglés desde cero. En la escuela y el colegio solo tenía conocimientos básicos, pero siempre quise aprender a leer y hablar el idioma. Gracias a los estudiantes de la UNA, ahora creo que pronto estaré hablando y entendiendo más el inglés”, dijo. En su testimonio resaltó la importancia de estos programas en la realización de sueños personales y en el empoderamiento de los adultos mayores.

Javier Frutos Jiménez, otro de los graduados, destacó el papel de su hija en su decisión de unirse a los talleres. “Mi hija me preguntó si quería estudiar inglés, y le respondí que sí. Siempre me ha gustado el idioma, y hoy me gradúo del primer nivel. Esto es solo el comienzo, tengo la meta de seguir adelante”, comentó.

Entre los graduados, también destacó Nazira Naranjo Rueda, quien a sus 90 años finalizó el tercer nivel de inglés, con lo cual demostró que nunca es tarde para aprender y que la educación puede ser un camino de por vida.

Para los estudiantes universitarios, la experiencia de impartir estos cursos fue gratificante y desafiante. Así lo expresó Kendal Bonilla Mesén, uno de los instructores. “Hemos tenido que adaptar las clases, buscar formas creativas para enseñar pronunciación y vocabulario, y enfrentar desafíos únicos en la enseñanza a adultos mayores. Pero la satisfacción de ver su progreso ha sido inmensa”, comentó.

Los adultos mayores participantes animaron a otros a aprovechar esta oportunidad educativa. Asimismo, resaltaron que estos cursos son vitales no solo para su desarrollo cognitivo, sino también para su bienestar físico y mental, por lo que no dudan en invitar a otras personas adultas mayores y sus familias a aprovechar la oportunidad de seguir aprendiendo y creciendo.

Las personas mayores de 65 años interesadas en participar en estos talleres pueden comunicarse a los números telefónicos 2277-3368 / 2277-3936. Los únicos requisitos son saber leer y escribir. Estos talleres son gratuitos, lo cual reafirma el compromiso de la UNA con la accesibilidad y la inclusión educativa.

Oficina de Comunicación
Universidad Nacional, Costa Rica

Estudiantes señalan falencias en la política curricular del MEP

Falta de inclusión en el proceso de toma de decisiones en sus instituciones educativas, modalidad técnica agotadora y estresante y falta de infraestructura, insumos tecnológicos y acceso a internet. Estos son algunos hallazgos preliminares de la investigación, «Análisis de la puesta en práctica de la política curricular vigente desde la dimensión pedagógica en la educación general básica del MEP: un acercamiento a su impacto en las dinámicas de la inclusión-exclusión (2022-2024)», que realiza el Centro de Investigación y Docencia en Educación (CIDE) de la Universidad Nacional (UNA).

Este estudio interdisciplinario, que lo conduce cinco especialistas desde el Proyecto Perfiles, destaca tres áreas problemáticas principales:

  1. Participación estudiantil:los estudiantes de educación técnica profesional perciben una falta de inclusión en el proceso de toma de decisiones en sus instituciones educativas, lo que contrasta con la visión de la política educativa que promueve la formación de una ciudadanía crítica y participativa.
  2. Carga académica y estrés: los estudiantes encuentran la modalidad técnica agotadora y estresante, aunque reconocen sus beneficios en términos de oportunidades laborales futuras.
  3. Infraestructura y tecnología: existe una demanda significativa de mejor infraestructura, insumos tecnológicos y acceso a internet, especialmente en las zonas periféricas, lo que indica una persistente brecha digital que contribuye a las dinámicas de exclusión.

Arturo Meléndez Montero, asistente del proyecto, enfatizó sobre la necesidad de considerar las voces de los actores educativos para entender mejor las discrepancias entre la teoría y la práctica de las políticas educativas. “Estos hallazgos preliminares destacan la importancia de escuchar las voces de los actores educativos para comprender mejor las brechas entre la teoría de las políticas educativas y su implementación en la práctica. El Proyecto Perfiles continuará analizando estos datos para ofrecer recomendaciones que puedan mejorar la implementación de políticas educativas en Costa Rica», afirmó Meléndez.

El Proyecto Perfiles, Dinámicas y Desafíos de la Educación Costarricense, se estableció en 2002 con el objetivo de proporcionar un análisis detallado sobre la evolución histórica, estructura, dinámicas actuales y desafíos del sistema educativo costarricense. Desde su concepción, en 2001, el proyecto ha llevado a cabo 10 investigaciones significativas, publicado numerosos artículos y organizado eventos académicos para fomentar el diálogo sobre la educación en Costa Rica.

Ejes de análisis de la investigación

La investigación actual se centra en la política curricular del Ministerio de Educación Pública (MEP), implementada en 2016 bajo el lema “Educar para una nueva ciudadanía”. Los principales ejes de análisis incluyen:

  • Impacto en las dinámicas de inclusión-exclusión: evaluación de cómo la política curricular afecta la inclusión y exclusión de estudiantes.
  • Implementación pedagógico-administrativa: análisis de la implementación de la política desde perspectivas administrativas y pedagógicas.
  • Diseño y gestión de la política: estudio del diseño y la gestión de la política en las realidades educativas.
  • Voces resilientes y emergentes de los educadores: recopilación de experiencias y percepciones de los educadores.
  • Voces resilientes y emergentes de los estudiantes: recopilación de experiencias y percepciones de los estudiantes.
  • Metodología y recopilación de datos.

El equipo de investigación ha visitado diversas instituciones educativas en todo el país, incluyendo zonas urbanas del Gran Área Metropolitana (GAM) y zonas periféricas. Las técnicas de recolección de datos incluyeron entrevistas y grupos focales. Entre las instituciones visitadas se encuentran las escuelas de La Carpio y Finca San Juan, los colegio Bilingüe de Belén, Técnico Profesional Jesús Ocaña Rojas, Técnico Profesional de San Rafael de Poás, así como la Escuela Surik y el Colegio Indígena La Casona, ubicados en la zona del Pacífico Sur, cerca de la frontera con Panamá.

Oficina de Comunicación
Universidad Nacional, Costa Rica

Día Mundial de la Educación: Retos educativos en Costa Rica

Susana Jiménez Sánchez
Vicedecana del Centro de Investigación y Docencia en Educación (CIDE-UNA)

En el marco del Día Mundial de la Educación, es imperativo reflexionar sobre la trascendencia de la educación en la vida de quienes hemos nacido y crecido en Costa Rica. La educación ha sido un pilar fundamental que ha moldeado nuestro desarrollo individual y colectivo. Sin embargo, en este momento histórico, nos enfrentamos a desafíos significativos que requieren una revaluación profunda de la educación pública.

La situación actual en el sistema educativo costarricense revela preocupantes rezagos, como la pérdida de aprendizaje equivalente a dos años, según datos del Banco Mundial y la UNICEF. Este fenómeno, destacado en el Noveno Informe del Estado de la Educación, plantea la posibilidad de una generación de estudiantes por debajo de las competencias mínimas en lectura y matemáticas. Además, el recorte presupuestario para la educación pública en 2024, representando solo el 5.2% del PIB, amenaza con afectar la cobertura, calidad y pertinencia de los programas de equidad, impactando a más del 40% del estudiantado en centros educativos públicos.

En este contexto crítico, es esencial que los líderes políticos en Costa Rica reconozcan la educación como una inversión social primordial. La asignación de recursos económicos adecuados se vuelve imperativa para garantizar el óptimo funcionamiento del sistema educativo y para contrarrestar las desigualdades estructurales que persisten. La educación no solo moldea individuos competentes, sino que también se erige como una estrategia vital para disminuir la violencia y la criminalidad, cerrando las brechas sociales y proporcionando oportunidades equitativas a todos los sectores de la sociedad.

Frente a estos retos, es crucial implementar estrategias que nos conduzcan a transformar nuestras diversas realidades. Desde el Centro de Investigación y Docencia en Educación dela Universidad Nacional (CIDE-UNA), enfatizamos la importancia de mejorar la formación docente continua, permitiendo a quienes están en las aulas actualizar sus conocimientos y mejorar sus prácticas pedagógicas. Es esencial que la sociedad costarricense reconozca que la educación es responsabilidad de todos, individuos y organizaciones por igual, y que nuestra participación activa es fundamental para mejorar la situación actual.

En este sentido, estas acciones, respaldadas por un aumento significativo en la inversión educativa, tienen el potencial de revertir los rezagos en la educación básica y media en Costa Rica en 2024. Al unir esfuerzos y trabajar en conjunto, podemos sentar las bases para un futuro educativo próspero y equitativo, donde cada estudiante tenga acceso a una educación de excelencia. ¡Feliz Día Mundial de la Educación!

Oficina de Comunicación
Universidad Nacional, Costa Rica

Imagen: UCR.

Estudio del Cide confirma abandono social y educativo en frontera norte

Un ambicioso estudio de la División de Educación Rural de la Universidad Nacional (DER-UNA) busca comprender a fondo las dinámicas y desafíos que caracterizan los contextos transfronterizos, a través del proyecto Contexto transfronterizo del Triángulo Norte-Norte de Costa Rica: Percepción identitaria, realidad socioeducativa y cumplimiento de los Derechos Humanos. La investigación, que comenzó en enero de 2021 y se extiende hasta diciembre de 2023, se lleva a cabo en conjunto con la comunidad local.

El objetivo principal de esta indagación es analizar la percepción identitaria, la realidad socioeducativa y el cumplimiento de los derechos humanos en los contextos transfronterizos del Triángulo Norte-Norte de Costa Rica. Para ello se emplea una metodología cualitativa que permita profundizar sobre la realidad social y educativa de esta zona, involucrando a las poblaciones locales, estudiantes residentes y organizaciones locales.

“Es muy importante porque en diferentes espacios que hemos podido movernos nos hemos dado cuenta de que realmente hay un abandono de estas zonas fronterizas y que tienen una realidad migratoria importante, porque la mayoría de la investigación, soporte y atención a este tipo de poblaciones se da para quienes viven en el valle central o en cabeceras de cantón. Entonces, la realidad que se vivencia en zonas binacionales de ocho comunidades no aparece consideradas en ninguno de los espacios que hemos tenido la oportunidad de acceder, incluso foros donde están trabajando otras universidades y otras instituciones que atienden a la población en condición de refugio o población migrante. Para la DER significa una manera de coronar esfuerzos y conocimientos que se han construido a lo largo de los años y que se ven materializados en proyectos como este y otros que tiene la unidad en este momento”, mencionó Vivian Carvajal Jiménez, subdirectora de la DER

El Triángulo Norte-Norte de Costa Rica es una región en la que conviven poblaciones costarricenses y nicaragüenses, en donde comparten tierras sin derechos de propiedad formal. A pesar de ello, estas poblaciones enfrentan desafíos significativos, como la falta de reconocimiento en alguno de los dos países y la discriminación histórica hacia las poblaciones migrantes. La investigación se alinea con la misión de la UNA de educar para la convivencia, la no discriminación y el cumplimiento de los derechos humanos en contextos vulnerables como este.

Además de su impacto en la comunidad, esta iniciativa tiene como objetivo secundario fortalecer el talento humano en la División de Educación Rural, pues brinda oportunidades de participación a otros profesores de dicha unidad académica, lo cual enriquecerá tanto la investigación como el desarrollo de habilidades investigativas y pedagógicas de quienes conducen el estudio.

Proyecto pionero

La identidad en el Triángulo Norte-Norte de Costa Rica se forja en un contexto de convivencia interétnica, influenciada por conflictos históricos y la construcción de una subcultura que fomenta la tolerancia y la adaptación a las diferencias culturales. Este proyecto se enfoca en la autopercepción identitaria de los habitantes de las fronteras y busca comprender cómo las dinámicas transfronterizas influyen en la construcción de identidad.

Los contextos transfronterizos de esta investigación se encuentran en los cantones de Guatuso, Upala y Los Chiles, en el Triángulo Norte-Norte de Costa Rica. Estas áreas se caracterizan por conflictos históricos entre Costa Rica y Nicaragua, lo que ha dado lugar a desafíos únicos y una mayor vulnerabilidad de las poblaciones locales.

El acceso a los derechos humanos es esencial para garantizar la calidad de vida de las personas, y este programa se esfuerza por comprender y mejorar la situación de las poblaciones vulnerables en la región.

“El proyecto es pionero en lo que es la educación en contexto fronterizo; hay una realidad que no ha sido leída y que no se ha materializado al campo educativo, llámese escuela, colegio o universidad, por lo que nosotros consideramos que este proyecto puede dar hallazgos valiosos para que sean contemplados. Por ejemplo, la cultura que se vive en estos lugares es tan diferente: es una cultura binacional que se construye con las riquezas de dos pueblos hermanos, habrá una línea imaginaria entre fronteras, pero entre las familias y comunidades eso no existe. Esto debe de materializarse como producto de la investigación para que haya una lectura de esas realidades y esa lectura pueda impregnar todas las propuestas educativas que se promueven en estas comunidades, porque son completamente olvidados. Hay una ausencia estatal que a través de la investigación se puede develar”, acotó Marielos Vargas, académica de la DER.

La División de Educación Rural de la UNA trabaja para formar profesionales de la educación comprometidos con la mejora de la calidad de la educación en contextos rurales y vulnerables. A través de la investigación, la formación docente y la extensión, la División promueve el acceso a una educación de calidad y la protección de los derechos humanos en todas las comunidades.

Asimismo, la Universidad Nacional reafirma su compromiso con la excelencia académica, la inclusión social y la promoción de los derechos humanos. Como institución pública de educación superior, contribuye al desarrollo sostenible de Costa Rica y la región a través de la formación, la investigación y la extensión en diversas áreas del conocimiento.

Oficina de Comunicación
Universidad Nacional, Costa Rica

Especialistas de la UNA presentan propuestas frente a Ruta de la Educación

Tras analizar la Ruta de la Educación 2022-2026 y coincidir en que el documento—presentado en formato Power Point por el Ministerio de Educación Pública (MEP)—tiene serias carencias, especialistas de la Universidad Nacional (UNA) plantearon propuestas que responden a las necesidades educativas del contexto actual, durante el panel “Ruta de la educación: Retos y propuestas”, realizado el pasado 24 de abril en modalidad virtual.

“Las universidades públicas somos instituciones clave para la investigación y análisis de la realidad educativa del país y también en la generación de propuestas que puedan enriquecer esta Ruta de la Educación, así como las políticas educativas”, afirmó Dora Hernández, moderadora y coordinadora de la carrera de Pedagogía con énfasis en Educación Preescolar y Primera Infancia, entidad encargada de la organización del panel, junto al Instituto de Estudios Interdisciplinarios de la Niñez y la Adolescencia (INEINA).

“Hay ideas (en la Ruta de la Educación) que suenan preciosas, por ejemplo que al 2026 estaría todo escolarizado, el bilingüismo, la tecnología… Pero sabemos que eso no es verdad. Obviamente este tipo de propuestas se hacen en mejora de la educación, de la sociedad, del país, pero ¿han visitado las escuelas, las aulas? ¿se considera todo el contexto?”, cuestionó Vivian Patiño, académica de la División de Educación Básica del Centro de Investigación y Docencia en Educación (CIDE) de la UNA y docente de preescolar del MEP.

En esa misma línea, Norman Solórzano, académico de la Facultad de Ciencias Sociales y director del Instituto de Estudios Sociales en Población (IDESPO), calificó la propuesta del MEP como “un conjunto de buenas aspiraciones”, que está muy lejos de contener los elementos para ser considerado una verdadera política de educación.

Entre esas aspiraciones, Solórzano destacó “calidad educativa con equidad”, la cual—dijo—no puede asegurarse haciendo abstracción de las condiciones reales de vida de las personas que participan en los procesos educativos. Añadió que el documento carece de acciones concretas para lograr la disminución de las desigualdades que empiezan a ser intolerables y constituyen el principal obstáculo para lograr esa educación.

Pablo Chaverri, académico del INEINA coincide en que la Ruta de la Educación presenta objetivos demasiado generales, sin desagregación ni articulación con acciones. “Hablamos de un documento sin contenidos detallados, ni estructura ni organización, lo cual nos hace preguntarnos cómo se va llevar a cabo y cómo se le va a dar seguimiento”, subrayó.

Inmersión en las aulas

Frente a un documento “muy limitado” y tomando en cuenta las necesidades educativas del país, los especialistas de la UNA plantearon propuestas concretas para responder a los desafíos en esta materia.

Desde su doble rol como pedagoga y como docente del MEP, Vivian Patiño propone una inmersión en el aula de las personas en el MEP encargadas de dictar estos planteamientos. “Ellos tienen que acercarse a la realidad, notar los diferentes contextos, tener una visión más cercana de lo que está sucediendo en las aulas, desde la infraestructura, hasta la parte de la calidad profesional”, enfatizó.

También se refirió a la importancia del trabajo en equipo. “Una triada entre la familia, la comunidad y la escuela es fundamental para que logremos avanzar todos en la misma sintonía”.

Asimismo, destacó la calidad docente como un elemento esencial. “Todo va enlazado, pero sobre todo tener muy bien focalizado qué es lo que queremos alcanzar”, insistió.

¿A qué apuntamos?

El académico del INEINA, Pablo Chaverri, considera indispensable privilegiar metas de aprendizaje y desarrollo. “Necesitamos saber a qué apuntamos y es el aprendizaje y el desarrollo. Necesitamos monitorear el progreso para tomar medidas en función del desarrollo”, destacó.

En el tema de infraestructura, Chaverri propone realizar un diagnóstico-plan detallado de necesidades y acciones. “Si no tenemos ese detalle, no podemos hacer promesas de cuánto tiempo se va a durar en cada caso; hay diferencias muy importantes entre centros educativos, que deben tomarse en cuenta”.

En lo referente a equidad, el especialista del INEINA estima que es preciso partir de que hay diferentes puntos de salida y condiciones diferentes, con el fin de llevar una educación que sea sensible a las diversas necesidades y capacidades.

Para Chaverri, no puede haber un sistema educativo de calidad sin docentes de calidad, por lo cual considera necesario que el país cuente con acreditación obligatoria de calidad de la formación inicial, prueba de conocimientos y habilidades, así como articular la contratación e incentivos con el aprendizaje del estudiantado.

En evaluación, el académico afirma que es preciso avanzar hacia un sistema centrado en los aprendizajes y la retroalimentación, que sirva como insumo para la formulación de un plan de mejoramiento del aprendizaje.

Norman Solórzano, académico de la Facultad de Ciencias Sociales y director del IDESPO, plantea recuperar el sentido de la Ley Fundamental de Educación, que habla de que el sistema educativo debe buscar el desenvolvimiento de capacidades humanas, personales y sociales con los valores de convivencia y solidaridad, equidad y paz.

Además, considera que se debe desplegar un proceso de educación comunitaria que permita a las comunidades un involucramiento proactivo e informado para asumir corresponsabilidades tanto en la gestión de los centros como en el curriculum.

También propone la revisión de los procesos formativos universitarios del cuerpo docente.

Por último, el director del IDESPO propone impulsar un diálogo abierto, público y sincero con sectores productivos, culturales, sociales, organizaciones y gobiernos locales, entre otros, en un marco mayor de una visión de desarrollo, con el fin de contemplar de forma articulada e integrada, las necesidades, oportunidades y aportes que puede hacer la educación.

Para Ana María Hernández, académica de la carrera de Pedagogía con énfasis en Educación Preescolar y Primera Infancia—quien tuvo a su cargo las conclusiones del evento académico, los planteamientos de los expositores coinciden con el informe de la Unesco 2021, que indica que la transformación profunda de la educación es tarea de todos, de la comunidad educativa y la sociedad, donde los padres de familia juegan un papel muy importante.

“Esa visión de transformación educativa desde una visión de cooperación, de colaboración, una visión solidaria, no verticalista, no cortoplacista, necesitamos que realmente se hable de una política educativa que trascienda los gobiernos, que sea con una visión de Estado”, subrayó.

Se refirió además al impacto del desempeño de los docentes en la calidad de la educación. Al respecto, citó una investigación que muestra que los estudiantes asignados a docentes con alto desempeño lograran avances tres veces más rápidos que alumnos con docentes de bajo desempeño. “Es decir, que la calidad de la educación tiene su techo en la calidad del profesorado”, señaló Hernández.

“Como universidades públicas, hemos estado y siempre estamos abiertos y dispuestos a involucrarnos con las autoridades del Ministerio de Educación Pública que tengan estas tareas porque tenemos muchísimo que aportar a esa transformación que requiere la educación y uno de los aspectos más importantes en los que estamos comprometidos es justamente la formación de un pedagogo de calidad con una formación integral”, enfatizó la especialista del CIDE.

Oficina de Comunicación
Universidad Nacional, Costa Rica

 

Imagen ilustrativa, UCR.

UNA: Condiciones en liceos rurales reproducen desigualdad

Una oferta educativa reducida, climas educativos predominantemente bajos en los hogares, dificultades de acceso a recursos didácticos y falta de docentes en las regiones, son parte de las condiciones asociadas a la modalidad de liceos rurales que favorecen la reproducción del modelo de desigualdad prevaleciente en el país, según evidencia la investigación “Factores socioeducativos y dinámicas de inclusión-exclusión en la oferta de Educación Media del Ministerio de Educación Pública”, realizada por el equipo académico del proyecto Perfiles, dinámicas y desafíos de la educación costarricense del Centro de Investigación y Docencia en Educación de la Universidad Nacional (Cide-UNA).   

“La desigualdad es un tema complejo, multidimensional, entonces uno no puede decir que la modalidad de liceos rurales de por sí es excluyente, por sí misma no lo es; pero todos los otros factores que están asociados al contexto educativo propio de los mismos estudiantes, como el clima educativo, las distancias, todo eso afecta el que esta población esté en una condición de desventaja cuando está dentro de un liceo rural”, afirma Cecilia Dobles, académica del Cide y coordinadora del equipo investigador que presentó los resultados del estudio, el pasado 9 de marzo, en el auditorio Clodomiro Picado del Campus Omar Dengo de la UNA.

Un conjunto de factores

Aunque aclaró que esta modalidad de liceos rurales surgió para dar derecho y acceso a educación de más calidad en las distintas zonas del país, Dobles insistió en que hay una serie de limitaciones propias de los contextos educativos, que van planteando desigualdades, como es el caso de la falta de docentes formados para las especialidades que se requieren para un colegio académico, así como la malla curricular reducida.

Por ejemplo—de acuerdo con datos del MEP citados en la investigación—mientras  el colegio académico tradicional tiene 126 lecciones en el III ciclo y 88 en educación diversificada, en la modalidad de liceos rurales las lecciones se reducen a 120 y 80, respectivamente.

Y es que—añade la especialista—por la misma condición de falta de docentes en las regiones, no hay posibilidad de impartir artes plásticas, educación física u otras materias,  lo que va en perjuicio de la calidad de la educación que recibe la población estudiantil en los liceos rurales.

La problemática de los docentes también lleva a que deban hacerse contrataciones por inopia en estos centros educativos, las cuales  muchas veces se realizan en forma postergada, cuando ya ha iniciado el ciclo lectivo.

A esto se suma el hecho de que los docentes tampoco tienen acceso a procesos de capacitación o formación continua debido a las distancias geográficas, lo cual también representa una limitación muy grande, según destacó la investigadora.

Luis Diego Conejo, académico del Cide e integrante del equipo investigador, coincidió en que las condiciones de la modalidad de liceos rurales que reproducen el modelo de desigualdad tienen que ver con una oferta educativa reducida, pero también con el contexto familiar del cual provienen los estudiantes, de los climas educativos predominantemente bajos,  así como las dificultades en el acceso a recursos educativos y materiales tanto en el área educativa como en sus hogares, lo cual afecta negativamente su experiencia de aprendizaje. “Es un conjunto de factores”, subrayó.

En el caso del contexto familiar, el especialista explicó que el hecho de que las personas que atienden esta modalidad provengan de climas educativos bajos en sus hogares limita las posibilidades de que se haya fomentado una serie de capacidades básicas, que tienen que ver con la lectoescritura o con acceso a materiales o recursos educativos en sus casas, que les permitan desarrollarse a un nivel que sea comparable al resto de la población. 

La investigación del Cide profundiza acerca de la prevalencia de diferencias profundas entre las modalidades educativas en la educación media, a saber: Académico Diurno, Académico Nocturno, Ambientalista, Artístico, Bilingüe, Científico, Técnico Profesional, Deportivo, Humanista, Indígena, Rural, Telesecundaria y Unidades Pedagógicas.

De esta forma, el estudio identifica desventajas que tiene la población estudiantil nacional, dependiendo de la opción educativa a la que asista y las condiciones propias de las realidades educativas en que se encuentran inmersos los centros educativos.

En ese marco, se encuentra que hay modalidades educativas que lejos de reducir las brechas para acceder a una educación de calidad, reproducen los factores y dinámicas que generan la desigualdad educativa, tal como se hace evidente en el caso de los liceos rurales.

El equipo investigador está conformado por las personas académicas: Cecilia Dobles (responsable); Luis Diego Conejo, Viviana Gómez, Olga Guevara, Gabriela Quirós, Satya Rosabal, Magaly Rodríguez y Giannina Seravalli. Además participaron las estudiantes graduadas Liseth Rojas y Jennifer Vanegas.

Video: 

***Más detalles con periodista Oficina Comunicación UNA 8334-4150.

Alfabetización con sello UNA llega a comunidad indígena en Alto Chirripó

SURCOS comparte el siguiente comunicado de prensa:

Un grupo de personas adultas de la comunidad indígena cabecar Nimarí-Ñak, ubicada en Alto Chirripó, en Turrialba, cumplió su sueño de aprender a leer y escribir, de la mano de la estudiante Karen Solís Chaves, quien cursa la licenciatura en la carrera de Pedagogía con énfasis en Educación Preescolar y Primera Infancia en el Centro de Investigación y Docencia en Educación de la Universidad Nacional (Cide-UNA).

Con edades entre 15 y 65 años, estas diez personas indígenas caminaban hasta tres horas montaña abajo, luego de una extenuante “jornaleada”, para acudir a sus lecciones de lectoescritura dos veces por semana durante ocho meses, en un gran esfuerzo que culminó con su graduación, el 30 de setiembre pasado en el pequeño local de una iglesia evangélica en Bajo Pacuare.

Leer la Biblia por sus propios medios, sin necesitar ayuda de otra persona, llevar un curso para aprender algún oficio o con la intención de recrearse, o pasar en la escuela, son parte de las acciones que hoy pueden realizar estos integrantes de la comunidad Nimarí-Nak, gracias a la exitosa jornada de alfabetización liderada por Karen, quien se formó en educación con el sello humanista de la UNA.

Y no es de extrañar que, durante su graduación, estas personas indígenas –en su mayoría mujeres- expresaran su alegría y agradecimiento: este logro les abría las puertas para desenvolverse mejor en su entorno, para su superación personal.

“Fue un resultado muy positivo, ya que anteriormente no podían llevar cursos de su interés, debido a que se encontraban con una gran desventaja al no saber leer y escribir”, destaca Solís, quien reconoce el reto que para estas personas implica aprender a leer y escribir debido a que el español no es su propia lengua.

Convencida de que todas las personas debemos tener el derecho a la educación y a una vida digna, Karen asegura que este proyecto permite a las personas adultas pasar por un proceso de aprendizaje de lectoescritura desde su propio contexto, validando tanto sus experiencias previas, como su cultura y lengua materna.

De carencias y derechos

Esta comunidad indígena –como otras a lo largo del país- enfrenta serias carencias. La mayoría de las familias son de escasos recursos socioeconómicos, donde los padres hacen jornales en fincas fuera del territorio indígena, mientras que las mujeres se dedican a trabajar sus propias tierras, con la siembra y corta de banano.

Nacida en San Joaquín de Tuis, en Turrialba, pueblo rural cercano al territorio indígena, Karen pudo darse cuenta desde niña que las personas habitantes de Nimarí- Ñak carecían de servicios y derechos básicos, como por ejemplo la posibilidad de acceso a una educación de calidad.   

“Es por eso que mi pasión por la educación me llevó a querer generar cambios en esas comunidades que me habían visto crecer”, afirma.

Es así como al llegar a la UNA a estudiar educación preescolar, el curso de primer año Procesos Iniciales de Lectura y Escritura –impartido por la profesora Margarita Urdaneta- marcó su vida como persona y como profesional.

Se dio cuenta –dice la hoy estudiante de licenciatura- que todos tenemos la capacidad para impactar vidas y que está en nosotros mismos la oportunidad de hacer cambios en el mundo.

“Ahí inició mi aventura de hacer distintos proyectos a nivel educativo, con los cuales podía dar un aporte a mi propio pueblo y a la comunidad indígena”, explica.

Esta joven emprendedora destaca que este tipo de proyectos no los ha hecho sola, pues siempre ha contado con el apoyo de profesoras del Cide, lo cual es uno de los aspectos que más aprecia de la Universidad.

“He sido formada por docentes que se preocupan por sus estudiantes más allá de las aulas, por lo que ese sello humanista del Cide y de la UNA lo he querido plasmar en este proyecto de alfabetización”, subraya.

Es por eso que en este proceso se dio a la tarea de generar herramientas para que las y los estudiantes indígenas, desde su contexto, pudieran construir sus propios aprendizajes, lo cual contribuyó a formar un entorno de confianza para el aprendizaje y la interacción.

“No solo llegábamos a aprender, sino que se iba a compartir “, resalta.

No por casualidad, Karen recientemente expuso esta experiencia de alfabetización ante las académicas a cargo del proyecto “Lectoescritura: UNA mirada desde de la Literacidad para la construcción de Ambientes Lectores Inclusivo, a partir la Primera Infancia hasta la Prolongevidad”, de la División de Educación Básica (DEB) del Cide, quienes consideraron que la iniciativa de la estudiante de licenciatura evidencia cómo cuando hay compromiso se puede aportar al cambio.

Precisamente el proyecto Lectoescritura de la DEB cuenta con una amplia trayectoria transformando la vida de gran cantidad de personas adultas, al llevarles hasta sus comunidades e incluso hasta sus propios hogares, la alfabetización con sello UNA.

 

Compartido con SURCOS por UNA Comunicación.