UCR-CIEM: 30 años de activismo feminista desde la academia
El Centro de Investigación en Estudios de la Mujer (CIEM) de la Universidad de Costa Rica (UCR) suma 30 años de existencia, periodo en el cual, ha evidenciado su compromiso con las razones que motivaron su existencia y que continúan guiando su trabajo.
La desigualdad, la discriminación y el rezago han acompañado la vida de las mujeres a lo largo de la historia, pero esa realidad fue reconocida mundialmente hasta que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) declaró la década de 1975 a 1985 como el decenio de las mujeres.
Tras la celebración de la Primera Conferencia Mundial sobre la Mujer en México, los estados miembros de la ONU se comprometieron a iniciar un proceso de cambio que favoreció la legitimación de las luchas que mujeres en todo el mundo venían desarrollando.
El movimiento feminista en Costa Rica y el resto de Centroamérica también había emprendido sus procesos de organización para exigir demandas concretas que tomaban mayor fuerza cada día, en medio de un efervescente contexto regional.
La declaratoria de la ONU hizo un llamado al sector académico y particularmente a las universidades, para que contribuyeran con la construcción de instancias especializadas, así como programas de grado y pregrado que estudiaran la realidad de las mujeres.
El llamado tuvo impacto en todo el mundo y a partir de 1980 empezaron a consolidarse esfuerzos académicos en Europa y Estados Unidos. En 1887, la UCR se sumó a la iniciativa con la creación del Programa Institucional Interdisciplinario de Estudios de Género (PRIEG), adscrito a la Escuela de Psicología.
La unidad tuvo a cargo la coordinación e integración de las numerosas experiencias de investigación, docencia y acción social que se desarrollaban en la institución desde los años 70`s, con el objetivo de generar conocimiento sobre la condición que experimentaban las mujeres en el país.
Un año más tarde, el PRIEG se convirtió en un programa permanente de la institución, adscrito a la Vicerrectoria de Docencia y fortaleció la ejecución de importantes espacios de reflexión y debate, e incluso, en 1992 dio lugar a la Maestría en Estudios de Género.
El programa se adscribe al Sistema de Estudios de Posgrado (SEP) y se imparte por primera vez en 1993, con lo que se consolida como el primer espacio académico de su tipo en toda América Latina y el Caribe. La Maestría promueve más tarde, la creación de una Red Centroamericana de Programas de Estudios de Género y de la Mujer.
En 1999, la UCR cierra las funciones del PRIEG para dar lugar a la consolidación del actual CIEM; las competencias otorgadas incrementaron las posibilidades de incidencia de la unidad y marcaron el inicio de procesos investigativos, académicos y de acción social con mayor autonomía e impacto social.
Las académicas fortalecieron más que nunca sus vínculos de trabajo con los grupos de mujeres en las diferentes localidades del país y generaron investigaciones que a partir de datos concretos evidenciaron la necesidad de consolidar legislación con perspectiva de género.
Desde entonces, el CIEM cumplió un papel clave en la formulación y aprobación de legislación y políticas públicas como la Ley de Igualdad Social de la Mujer, La Ley de Violencia Doméstica, la Ley contra el Hostigamiento Sexual en el Empleo y la Docencia y la Ley de Paternidad Responsable.
Las pequeñas acciones cotidianas y también los grandes logros han evidenciado el compromiso del CIEM con la construcción de una sociedad más justa, en la que las oportunidades sean equitativas y ninguna voz sea silenciada.
Una importante participación en el debate público, la preparación de mujeres que nutren la labor de instituciones públicas en temas de género y la consolidación de alianzas con 23 universidades alrededor del mundo, son solo algunas de las iniciativas que evidencian un norte claro en la labor de la unidad.
Lejos de intentar favorecer a un solo sector de la población o tratarse de una agrupación exclusivamente de mujeres, el colectivo feminista es cada día más diverso y reconoce abiertamente, la necesidad de seguirse fortaleciendo para atender los desafíos actuales.
Muchas de las demandas que motivaron el origen de la lucha feminista en el país y en el resto del mundo siguen pendientes y conquistas consolidadas en el pasado amenazan con revertirse, una realidad que obliga al movimiento a mantenerse vigilante.
El camino nunca ha sido fácil y la lucha sigue activa desde las calles y desde las aulas universitarias, una sinergia denominada activismo desde la academia que casi nunca ha sido respaldada o al menos bien valorada.
Pero el movimiento feminista sabe que la desaprobación es natural, cuando se lucha contra el sistema social establecido y se proponen otras formas de pensamiento, que cuestionan comportamientos, evidencian injusticias y incluso, perjudican los intereses que quienes ostentan el poder.
Hoy, tras 30 años de haber legitimado esta lucha desde la Universidad de Costa Rica, las mujeres que han liderado la labor del CIEM reconocen el valor de los logros alcanzados pero aún más, de la necesidad de seguir adelante con una misión que está lejos de ser cumplida.
Información tomada de: http://www.ucr.ac.cr/
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