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Etiqueta: coalición

«Nuevo Frente Popular»: El programa completo de la coalición de las izquierdas francesas

Autor: El Grand Continent.

¿Qué contiene el programa de gobierno del Nuevo Frente Popular francés? 

Tras el esperado éxito de Reagrupación Nacional en las elecciones europeas y la inesperada disolución de la Asamblea Legislativa anunciada por Emmanuel Macron el 9 de junio, las izquierdas francesas lograron ponerse de acuerdo para formar la coalición «Nuevo Frente Popular». Ahora es el primer bloque en la nueva Asamblea Nacional. Traducimos su programa político común por primera vez en español.

Se les invita a descargar el documento para acceder a la información completa.

Liberación Nacional y la Unidad Social Cristiana ante el arranque de las elecciones

Vladimir de la Cruz

Los partidos Unidad Social Cristiana y Liberación Nacional han tomado la iniciativa de la carrera electoral. El primero con su convocatoria a la Asamblea Nacional para tratar de definir la forma cómo han de escoger sus candidatos, principalmente diputadiles, si por decisión de las Asambleas Provinciales, como lo han venido haciendo o si por la Asamblea Nacional, o en convención. Además, para tratar de definir una estrategia ante una eventual coalición. Al menos en este sentido la Asamblea deberá autorizar al Comité Político, o a su Comité Ejecutivo, para que indague lo que corresponda y realice las reuniones pertinentes. Este camino tiene dificultades por el interés de un diputado, de Pedro Muñoz, de ser el candidato oficial de ese Partido, lo que es ponerle trabas a la eventual coalición. Si de eso se tratara, a mi parecer, el mejor candidato, de los que suenan hoy, para esa posible coalición podría ser Mario Redondo, ex diputado, ex Presidente de la Asamblea Legislativa y actual Alcalde de Cartago, donde está realizando una buena labor.

Suenan en la Unidad Social Cristiana otros dos precandidatos, a mi modo de ver más débiles que Pedro Muñoz. No sé porque aún no se ha hecho público que la Unidad Social Cristiana exija de inscripción de candidaturas, como ha hecho Liberación Nacional, un monto, para asegurar cualquier proceso interno que tengan que realizar para resolver esta candidatura oficial.

Al contrario, en Liberación Nacional hay muchos precandidatos, lo que es bastante normal en este partido. Algunos son distractores de los principales. Otros lo son porque lanzando su nombre se ubican en posiciones de esperar posibles nombramientos en posiciones de elección de las papeletas de diputados, o en puestos de ministros o de juntas directivas de las instituciones del Estado, en caso de que llegaren a ganar las elecciones del 2022. Cínica y desvergonzadamente participan de esa manera sabiendo que es una forma de medir y asentar cuotas de poder interno, lo que al final tienen que alinear con el candidato que en Liberación Nacional gane la Convención que ya está convocada.

Su papel real en esta disputa se verá cuando tengan que pagar la cuota de participación de 25 millones de colones. Por ahora lo que hay a la vista es parte del elenco de viejos liberacionistas, de viejos militantes. Todos ellos tienen más de 25 años de militancia y pertenencia a ese partido, algunos tienen más años.

Allí, ni en la Unidad Social Cristiana, hay caras nuevas, aunque haya precandidatos nuevos. Eso no es malo para el PLN, ni para el PUSC, porque apunta a la experiencia partidaria que es importante, al compromiso político con esos partidos o con sus idearios programáticos. En el caso de Liberación Nacional la mayoría apuesta a la experiencia política de haber desempeñado puestos públicos y de elección popular.

Esa cantidad de precandidatos, en el caso de Liberación Nacional le da un aire de partido democrático, por el número de aspirantes a la candidatura, pero también demuestra la falta de los grandes líderes que carece, que desde hace mucho tiempo no tiene, y de la debilidad orgánica que padece. Esta falta de liderazgo nacional, político, de peso, es más fuerte aún en la Unidad Social Cristiana.

La cantidad de precandidatos, en Liberación Nacional, muestra la ausencia y carencia de una Dirección Política Nacional que antes sí tenía Liberación Nacional, igual que el PUSC que la tenía, y ahora ni se siente, y refleja el archipiélago de grupos que hoy conforma a Liberación Nacional, así como la orfandad que muestra la Unidad Social Cristiana que busca desesperadamente la posibilidad de una coalición, casi como la única alternativa de su mejor participación, lo que se ha acentuado con las presencias provincialistas y cantonalistas, en ambos partidos, que han ido acaparando sus espacios políticos internos matando a esos Partidos. Lo cierto es que en el caso de Liberación Nacional la totalidad de precandidatos no llegará a la Convención.

Liberación Nacional hace mucho tiempo perdió sus grandes líderes partidarios. Igual le sucedió a la Unidad Social Cristiana. Su mejor líder nacional, de las últimas dos campañas, Rodolfo Piza, ni se le oye respirar como posible precandidato presidencial, más se oye su nombre para encabezar la Provincia de San José como diputado.

Como partidos ninguno de los dos se siente, no tienen presencia nacional, no participan de la discusión de los grandes temas nacionales. Sus Comités Políticos Nacionales han sido relegados, desde hace mucho, por las Fracciones legislativas Parlamentarias, como ha sucedido con casi todos los partidos que tienen diputados., que es como si la cola de perro moviera al perro y no su cabeza. Son partidos descabezados, para no decir descerebrados.

Los miembros de los Comités Políticos, de estos partidos, son bastante ignorados, desconocidos. El caso más patético es de Liberación Nacional, que, como partido político, borró su Historia política, su peso e importancia en la Historia Nacional. Lo más importante, es que borró su aporte al desarrollo del Estado Social de Derecho, renunció a esa Historia, renunció a las clases medias que siempre representó, así como a otros sectores sociales que organizaba.

Cuando los nuevos aspirantes a puestos de elección popular, dentro de Liberación Nacional, especialmente, a partir de las elecciones del 2010, empezaron a “matar” la imagen y la memoria de sus grandes dirigentes y Expresidentes de la República, como líderes naturales de ese Partido se pegaron ellos mismos un tiro, se auto inmolaron.

Los partidos políticos como tales deben tener líderes con los cuales la gente y los miembros de esos partidos se identifiquen, se enamoren, confíen en ellos y depositen sus sueños y esperanzas en ellos. Hoy Liberación y la Unidad Social Cristiana, como partidos no los tienen. En el caso de la Unidad Social Cristiana como un Quijote ha salido, en esta dirección, con buen tino, dando orientaciones políticas nacionales y partidarias del qué hacer, el ex Presidente Miguel Ángel Rodríguez, quien es quizá la figura más destacada, importante, clara y emblemática, sin que esté aspirando a nada político electoral, más que su partido tenga un papel decoroso en el escenario nacional, y en el plano interno hoy de este partido.

Muchos de los candidatos presidenciales últimos han sido de “ocasión”, ad hoc, para la campaña. Algunos actuando como floreros de mesa, como centros de mesa y hasta como los muertos de la vela.

Hoy se necesitan candidatos que produzcan visión de futuro, confianza de estadistas, líderes que alrededor suyo unifiquen fuertemente al Partido, a sus bases, a sus electores, a sus diversos grupos. Dentro de lo que se exhibe de precandidatos hay quienes pueden dar esta sensación.

Si como resultado de las Convenciones de los partidos se impone un candidato sin unificar al resto, Liberación y la Unidad Social Cristiana pueden cantar “viajera”. Más Liberación Nacional que sortearía una tercera derrota electoral continua.

La Historia electoral del país ha mostrado desde 1953 que un mismo Partido político solo dos veces gobierna consecutivamente. Así ha sido con Liberación Nacional, con la Unidad Social Cristiana y ahora con Acción Ciudadana. El pueblo electoral no ha dado confianza, hasta hoy, de tres gobiernos seguidos para estos partidos políticos. Esto vale para Acción Ciudadana mientras no se produzcan las elecciones del 2022, que es su prueba, de posibilitad de reelección consecutiva.

La Historia electoral ha mostrado la fortaleza de los partidos que han gobernado y pierden gobierno y lo vuelven a recuperar, lo que ha sucedido especialmente para Liberación Nacional, más que para la Unidad Social Cristiana.

Lo que no se ha dado en el país es que Liberación Nacional pierda tres campañas electorales seguidas. Ese es su gran reto. Si eso sucede empezará a debilitarse de tal forma que llegará a ser un partido que no definirá procesos electorales, como le ha sucedido a la Unidad Social Cristiana, y reduzca su tamaño, sus electores, sus áreas de influencia, pierda su rastro histórico, y desaparezca como la gran fuerza política y electoral que fue.

Que no existan nuevos personajes políticos en el interior de Liberación Nacional no es un problema de renovación política de dirigentes para un Partido que tiene casi 70 años de existencia. Este año los cumple. La renovación de Liberación Nacional solo puede descansar si de nuevo levantan banderas de carácter social, defienden las clases medias y populares, rescatan los niveles de vida, de salarios, de pensiones, y de poder adquisitivo de las grandes mayorías. Lo que ya se ha hecho, en el campo económico, para los grandes ricos, con el apoyo de Liberación Nacional y de la Unidad Social Cristiana es más que suficiente. Ahora urge gobernar, con acciones eficaces y reales, para las grandes mayorías, urge una política progresista social. ¿Están los precandidatos de Liberación Nacional y de la Unidad Social Cristiana con esta agenda? ¿Están en capacidad de impulsar una agenda progresista social? Ese es su dilema como partidos y el de sus precandidatos.

En el caso de la Unidad Social Cristiana han renunciado a las banderas de la Reforma Social y del Gobierno del Gran Reformador Social de Costa Rica, el Dr. Calderón Guardia que no temió aliarse a los comunistas en 1943, en medio de la crisis nacional que tenía el país. Los actuales socialcristianos que impulsan la coalición de “centro derecha”, para el 2022, si vivieran aquellos años probablemente se hubieran aliado emocionalmente a Hitler, a Mussolini y a los dictadores que imperaban en la América y en Centroamérica. No lo hacen a Trump porque en este m omento no significa nada político para ellos, en el escenario nacional norteamericano ni internacional.

Esto es lo que vamos viendo en este arranque de año hacia los procesos internos electorales de los grandes partidos políticos del país.

Coalición Sabanilla: Seguridad Comunitaria

Hace unas semanas Coalición Sabanilla realizó una actividad para tratar la seguridad comunitaria. Se abordaron los temas de Delegación Policial, Municipalidad y CISMO.

En las siguientes imágenes podrá ver lo abordado en cada una de las temáticas, posibles líneas a seguir, logros y las conclusiones de la actividad.

Coalicion Sabanilla Seguridad Comunitaria

Coalicion Sabanilla Seguridad Comunitaria2

 

Imagen con fines ilustrativos tomada de Criminología en Costa Rica

Información compartida por Sofía Durán en Coalición Sabanilla.

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¿Dónde estamos y hacia dónde vamos?

En el titular falta ¿de dónde venimos? Empecemos por ahí: venimos de un proceso de más de tres décadas de pronunciado y sostenido deterioro de nuestro sistema de seguridad social, destrucción del modelo socio-económico basado en el concepto de la solidaridad, y decadencia del entramado de representación política, que no se limita a partidos e instancias gubernamentales… incluye medios informativos tradicionales, religión, y relaciones humanas en general.

¿Dónde estamos? La jornada electoral de este 2 de febrero nos muestra cambios sustanciales:

– El bipartidismo conocido y sus alianzas continúa su pronunciada erosión. Según el nuevo mapa político de Costa Rica, destacan: a) la presencia del PAC como referente de adhesión política coyuntural para que sea retador directo del grupo que ha gobernado en los últimos años, -y que es más que el PLN-, y b) el Frente Amplio como partido político emergente que se coloca como tercera fuerza de manera contundente pasando de 1 a 9 asientos legislativos, pero superando una férrea anti-política. La evidente pérdida de credibilidad política del PLN se expresa en que ya no controla la mayor parte del país. Además, hemos presenciado el derrumbamiento de las opciones políticas retardatarias y fundamentalistas como el ML y el bamboleante y oportunista PASE. Agreguemos el empoderamiento comunicativo-político que potencia la transformación.

– En síntesis, tenemos un arrinconamiento electoral de los grupos responsables directos del deterioro de tres décadas, y de sus aliados. En contraste, una ruptura evidente que sitúa arriba a nuevas fuerzas (PAC y FA) que han propuesto transformaciones de distinto grado y fueron parte del esfuerzo de coalición que impulsamos desde el movimiento social. Esfuerzo que definíamos como diverso e inicial.

¿Hacia dónde vamos? Este nuevo panorama no ocurrió por simple cansancio, hay procesos de acumulación de luchas y propuestas sociales así como rupturas embrionarias con el sistema político imperante que abren posibilidades para algo nuevo.

Pero abren solo eso: posibilidades. Hacerlas realidad es la tarea en este momento.

Cada quien, desde su espacio y capacidad, podrá aportar a la necesaria suma o podrá facilitar que continúe la destrucción. Los acentos, condiciones y alcances de la suma los pone cada quien. Muy probablemente esa decisión tenga carácter personal y no grupal.

¿Cuál es el ancho de esa suma? Entramos quienes nos comprometamos en la recuperación y fortalecimiento del sistema de seguridad social, en la reconstrucción del modelo socio-económico basado en la solidaridad, y en el avance del sistema político en ruta hacia la democracia participativa. En el proceso de coalición esas eran las líneas de acuerdo.

El camino entonces es continuar acumulando luchas y propuestas así como generando y profundizando rupturas culturales. Ello implica no dejar de leer el nuevo mapa que hemos construido.

En ese proceso la ciudadanía comprometida, partícipe activa de los cambios vistos, debe seguir construyendo democracia y aportando rutas y vehículos para transitarlas. Porque queremos ir hacía ahí: una sociedad basada en la solidaridad, la transparencia, la democracia participativa, la justicia, la fraternidad.

Leer el mapa, compararlo con el anterior, poner la mirada en la nueva sociedad, y seguir caminando. Y para aportar efectivamente, cada quien puede escoger los valores que prefiera, hacerlos consejeros, y dar el ejemplo.

 

Héctor Ferlini Salazar.