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Etiqueta: conquistas sociales

Conformación del Frente Nacional de Lucha para la Defensa de las Conquistas Sociales

COMUNICADO PÚBLICO AL PUEBLO DE COSTA RICA

El “Frente Nacional de Lucha para la Defensa de las Conquistas Sociales”, una alianza conformada por más de 45 instituciones y organizaciones sociales, así como por ciudadanos/ciudadanas y personas progresistas de todas las regiones y de todos los sectores del país, anunció este miércoles su constitución como movimiento político no partidista.

La creación del Frente responde al interés de múltiples sectores sociales, y de la ciudadanía en general, de emprender un esfuerzo nacional-multisectorial, articulado y organizado contra las políticas neoliberales que se aplican en la actualidad y que se han aplicado en el país desde hace más de 40 años por parte de todos los gobiernos de turno, vinculados a élites a las que solo les interesa su propio bienestar y desdeñan el bien común. La acción organizada que pretende el Frente se emprende ante el impedimento objetivo para la participación ciudadana real y ante el desinterés de la clase política por transparentar, debatir públicamente, escuchar y tomar en cuenta el parecer de la ciudadanía.

Desde el Frente se considera que las políticas neoliberales son expresión tangible del “capitalismo salvaje”, que se caracteriza por la carencia de sensibilidad social y se interesa solamente en facilitar la acumulación y el acaparamiento de riqueza en manos de algunos pocos. Dichas políticas han sido impulsadas por cúpulas polí- ticas y económicas aprovechándose de la carencia de mecanismos integrales de información y de participación ciudadana real, y han sido causales directas del deterioro creciente de las instituciones públicas solidarias y de los servicios que prestan, así como de la seria situación social y económica que, como consecuencia, afronta el país.

Para el Frente, es especialmente preocupante el panorama en la actualidad ante el recrudecimiento de esas políticas, que se intentan imponer utilizando mensajes de odio, verdades a medias e incluso mentiras para su justificación, entre otros recursos que riñen directamente con los cánones básicos del respeto, el debate público y abierto, la transparencia, el estudio, la razonabilidad y la verdad, así como con los principios y normas fundamentales consagrados en las Garantías Sociales de la Constitución Política.

Como colectivo, el Frente aspira a trabajar por el establecimiento de un diálogo de alcance nacional que apunte a proponer ideas, proyectos y acciones concretas para defender la prevalencia del carácter solidario del aparato público costarricense, así como la mejora de las condiciones sociales, económicas y políticas en el país.

Teniendo como punto de partida su conformación amplia y diversa, el Frente se plantea la expectativa de constituirse en eje motivador y articulador de un gran movimiento de acción, movilización, diálogo social y propuesta por la protección y fortalecimiento de las instituciones públicas solidarias, el Estado Social de Derecho y la Constitución Política, las Garantías Sociales, la prevalencia efectiva de los Derechos Humanos fundamentales y la participación real de la ciudadanía en la toma de decisiones públicas.

El Frente hace un llamado a todas las instituciones, organizaciones sociales y ciudadanos/ciudadanas progresistas para que se integren y aporten, desde sus realidades y posibilidades, a este proceso de lucha.

Entre otras instituciones y organizaciones, integran actualmente este frente las siguientes organizaciones:

  1. Asociación Ambientalista Montaña Verde
  2. Asociación Confraternidad Guanacasteca
  3. Asociación Costarricense de Estudiantes de Medicina (ACEM)
  4. Asociación de Funcionarios del Instituto Tecnológico (AFITEC)
  5. Asociación Nacional de Educadores y Educadoras (ANDE)
  6. Asociación Sindical Costarricense de Telecomunicaciones y Electricidad (ACOTEL)
  7. Asociación Nacional de Técnicos y Trabajadores de la Energía y las Comunicaciones (ANTTEC)
  8. Asociación Sindical de Empleados Industriales de las Comunicaciones y la Energía (ASDEICE)
  9. Bloque de Vivienda
  10. Bloque Unitario Sindical y Social Costarricense (BUSSCO)
  11. Central General de Trabajadores (CGT)
  12. Coalición por la Defensa del Modelo Eléctrico Solidario
  13. Colectivo de Comunicación LaKanaya
  14. Colegio de Enfermeras de Costa Rica
  15. Colegio de Trabajadores Sociales de Costa Rica (COLTRAS)
  16. Comisión Nacional de Enlace
  17. Comité de Lucha por Vivienda Monte Alto
  18. Comité de Lucha por Vivienda La Morocha
  19. Confederación Nacional de Asociaciones de Desarrollo (CONADECO)
  20. Federación de Estudiantes de la Universidad de Costa Rica (FEUCR)
  21. Federación Costarricense para la Conservación del Ambiente (FECON)
  22. Federación Unitaria Sindical (FUS-ICE)
  23. Federación Nacional de Estudiantes de Secundaria (FNES)
  24. Frente Nacional por la Seguridad Social (FRENASS)
  25. Instituto Tecnológico de Costa Rica (TEC)
  26. Movimiento Asambleas Populares (MAP)
  27. Movimiento Patriótico por Costa Rica
  28. Movimiento Ríos Vivos
  29. Movimiento de Trabajadores Costarricenses (MTC)
  30. Mujeres en Lucha Social
  31. Partido Frente Amplio
  32. Partido Pueblo Unido
  33. Partido Revolucionario de las y los Trabajadores (PRT)
  34. Partido Vanguardia Popular (PVP)
  35. Sindicato de Trabajadores de Farmacia de la CCSS (SINTAF)
  36. Sindicato de Empleados del PANI (SEPI)
  37. Sindicato de la Salud y la Seguridad Social (SISSS)
  38. Sindicato Nacional de Administradores de Servicios de Salud y Afines del Seguro Social (SINASSASS)
  39. Sindicato de Profesionales en Ciencias Médicas de la CCSS e Instituciones Afines (SIPROCIMECA)
  40. Sindicato Trabajadores del INA (SITRAINA)
  41. Sindicato Trabajadores Acueductos y Alcantarillados (SITRAA)
  42. Unidos por la CCSS
  43. Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la UTN (UTRA-UTN)
  44. Unión Médica Nacional (UMN)
  45. Unión Nacional de Productores Agropecuarios Costarricense (UNAG)
  46. Unión Nacional de Empleados de la Caja y la Seguridad Social (UNDECA)
  47. Universidad de Costa Rica (UCR)

Las batallas del Presidente Rodrigo Chaves

Vladimir de la Cruz

Múltiples frentes para desmantelar las conquistas sociales en Costa Rica

El presidente de Costa Rica, Rodrigo Chaves Robles, se incorporó a la política nacional, después de haber sido funcionario del Banco Mundial y haber estado ausente del país, por casi 35 años, como ministro de Hacienda, por un brevísimo período, al terminar el gobierno de Carlos Alvarado, 2018-2022.

Saboreó las mieles del poder y buscó posibilidades de participar en las elecciones nacionales, de febrero del 2022, con partidos pequeños, nuevos, sin experiencia política y electoral. Con éxito se incrustó como candidato del Partido Progreso Social Democrático, recién fundado y sin ninguna participación ni ideario político electoral anterior.

La campaña la asumió colocándose como candidato que enfrentaba a todos los partidos que habían gobernado anteriormente, acusándolos de la ingobernabilidad que esos mismos partidos decían que sufría el país, así como de los males de la corrupción nacional y el abandono de la población, especialmente rural y pobre, por prácticas institucionales.

En Costa Rica se ha venido sufriendo un ataque constante, desde hace muchos años, contra la política, los políticos, los partidos políticos, malos gobiernos; acusándolos de corrupción, desapego a las soluciones de los grandes problemas nacionales que sufre la población, entrabazón institucional para resolver problemas y para incentivar nuevos procesos de emprendedurismo. También, el ataque ha sido dirigido a los poderes públicos, especialmente a la Asamblea Legislativa y los diputados o legisladores, de los partidos allí representados; a la Corte Suprema de Justicia en sus diversas instancias judiciales, especialmente a su Sala Constitucional, y a los medios de comunicación. Esto ha provocado un desencanto de la democracia como sistema político que se expresa en un alto índice de abstencionismo creciente en los últimos procesos electorales nacionales. En cierta forma ha estimulado la simpatía por la llegada de hombres fuertes al ejercicio del gobierno.

El crecimiento de la pobreza, de la extrema pobreza, el desarrollo de asentamientos humanos de estos sectores cada vez más visibles en la geografía nacional; el desempleo creciente, que tiene más de 400.000 personas en condición de desempleados; el aumento de más de 100.000 mujeres cabezas de familia, consideradas el principal ingreso de sus hogares aunque tengan esposo o compañero, desocupadas; la expulsión forzada en el contexto de la pandemia de 120.000 jóvenes del proceso escolar; la agudización de la pobreza en las zonas marginales y rurales del país, el abandono de políticas institucionales en esas regiones; la imposibilidad de poder ofrecer salidas, oportunidades y posibilidades, educativas y de trabajo, a miles de jóvenes, lo que ha llevado a que el trabajo informal ronde el 60%; el congelamiento nacional de salarios desde hace cuatro años, con un crecimiento constante de pagos de servicios públicos y de los precios de alimentos de la canasta básica; y, un estrujamiento de las clases medias urbanas y rurales, con congelamiento también de sus ingresos y de las pensiones; con alto grado de evasión y elusión fiscal, por grupos económicos poderosos, ha ido marcando una gran división social y económica del país.

Dos Costa Rica se viven simultáneamente en el país. La de los que tienen todas las posibilidades de vivir satisfaciendo sus principales necesidades, manteniendo sus hijos en escuelas y colegios privados, con todas las condiciones para recibir una buena educación; viviendo en residenciales o condominios privados, con altos niveles de seguridad personal y social; con capacidad de pagar educación privada, servicios de salud y de seguros de salud privados, que les evita sufrir los atrasos de citas médicas en la seguridad social pública. Y, la Costa Rica de la gran masa de población que sufre los problemas de escuelas y colegios públicos deficientes, más de 1000 de ellos con sanciones sanitarias; con deficiencias tecnológicas de estudio, institucionales y personales, con deficiencias en la enseñanza de idiomas como segundas lenguas, requisito importante para la obtención de nuevos empleos; de una población que paga cargas sociales e impuestos y no ven ni reciben satisfactoriamente sus beneficios.

Así arribó Rodrigo Chaves Robles a la Presidencia de la República el 8 de mayo del 2022, sin experiencia política nacional, sin partido con experiencia histórica y política nacional, sin ideología política que lo identifique a él y a su partido gobernante, sin contar con equipos de colaboradores con experiencia política y de ejercicio gubernativo; con una postura populista y autoritaria.

Sus funcionarios y colaboradores inmediatos, los miembros de su Gabinete de Gobierno, los escogió, y así lo sigue haciendo, por ternas que le ofrece una empresa de acuerdo con los perfiles profesionales que él solicita, lo que le ha creado un grave problema de cambios constantes en su propio gabinete y en las oficinas institucionales del Estado y del Gobierno. En sus 14 meses de gobierno ha tenido 34 cambios, entre despidos y renuncias que ha provocado su inexperiencia y su manera autoritaria de gobernar con sus subalternos, como si la dirección del Estado y del Gobierno operara como una alta gerencia de una empresa, o como si fuera el director de programas del Banco Mundial, acostumbrado a dar órdenes con base a metas, objetivos y resultados.

Los cambios en cascada del Gabinete frenan cualquier iniciativa de los ministros y funcionarios que las impulsaron, y provocan improvisación de los nuevos que los sustituyen, dejando al mismo presidente al garete, a la deriva, sin gobierno real y efectivo, sujeto a las acciones y determinaciones improvisadas del conjunto que él comanda, provocando con ello un maltrato público, en mesas de prensa, de sus propios subalternos, y desarrollando un teatro de estratégicas batallas de la guerra que él ha provocado.

Desde su campaña dijo que él se compraría las broncas. Señaló y trazó su camino de riñas, de discusiones o alusiones fuertes y violentas de él contra el mundo político costarricense. En esto se ha distinguido como ningún otro presidente del país, ruidoso, agresivo, como una de las partes en disputa, destilando rabia, enojo, disgusto contra sus molinos de viento.

Su teatralidad de la guerra lo lleva al drama de su gobierno, entre comedia y tragedia, a manifestarse en varios actos o libretos, más como monólogos que como diálogos, para sus escenarios o batallas de radio y televisión, con los guiones finamente articulados y escritos para provocar sus barrabasadas, disparates y vómitos mentales con el grave perjuicio para la democracia nacional y la búsqueda de consensos políticos, que es lo que le debiera interesar por el bien del país.

Las batallas de su teatro las tiene claras. Es el poder por el poder.

La batalla política contra todo lo que signifique partidos políticos y políticos nacionales; contra los que han ejercido el gobierno y contra los que han estado presentes en la Asamblea Legislativa. Les dice que su ingobernabilidad no existe; que lo que ha existido es la falta de gobernantes, y qué él es un gobernante y llegó para gobernar…a la fuerza si es necesario, para lo cual trata de preparar el terreno. Se trata en su discurso de acabar con las instituciones partidarias, especialmente las tradicionales. En el caso político parlamentario la tiene especialmente contra el Partido Liberación Nacional y el Frente Amplio, como las fuerzas más opositoras; a Liberación porque es el partido que más oposición le puede dar y el que mejor respuesta puede brindar, si así lo quisiera, a sus malas políticas de gobierno; al Frente Amplio, por el distinguido papel parlamentario que tienen sus jóvenes diputados, que le constituyen un clavo en sus zapatos.

La batalla política más importante que lleva a cabo es contra los poderes públicos. Poder Legislativo porque con 10 diputados no puede hacer nada, contra la Corte Suprema de Justicia, sus magistrados y jueces, desacreditándolos porque tiene la posibilidad de juzgarlo, por acusaciones que se han presentado para su debido trámite, contra la Sala Constitucional porque sigue siendo el reducto más importante de la defensa del Estado de Derecho y todavía del Estado Social de Derecho, que le puede enmendar la plana cada vez que se parte de la constitucionalidad y del régimen constitucional y legal que juró respetar y cumplir al asumir el Gobierno. Dentro de la estructura judicial el presidente ha actuado contra el Ministerio Público y la Fiscalía General de la República, olvidando la división de poderes e intimidando a sus principales funcionarios.

La batalla económica contra los grupos económicos que han sido aliados de los partidos y grupos políticos que han ejercido el gobierno. Se trata de desplazar, por la vía de los negocios y políticas públicas, a esos grupos económicos para que entren y actúen otros, como los importadores, otros grupos bancarios financieros, el grupo de Calixto Chaves, los financistas chinos de su campaña electoral, especialmente contra el grupo financiero donde hay presencia del capital y familias de origen judío, ¡cuidado con el neonazismo! ¡Cuidado!, también se podrían mover a su alrededor grupos mafiosos de distinto pelaje.

La batalla institucional contra las instituciones del Estado, que en su visión operan mal, y hay que eliminar si fuera posible, o corregir de tal manera que se reestructuren precarizando o privatizando parte de sus servicios, o haciéndolas desaparecer al estilo de las políticas de la Escuela de Chicago en el Chile de Pinochet. Cuando se empeña en vender el Banco de Costa Rica, no es porque no sirva y hay que cerrarlo, sino porque es un negocio su venta para un grupo de sus amigos interesado en comprarlo.

Igual con las otras instituciones del Estado que quiere someter a procesos de privatización. En otra dirección, como la Caja Costarricense del Seguro Social, emblema nacional de la seguridad y paz social, es por la política de reducirla y fortalecer el sector privado de la salud. En la educación es igual, reducir el espacio educativo popular, reducir la matrícula eliminando los apoyos sociales, becas, trasporte estudiantil, comedores estudiantiles, no arreglando las 1000 escuelas que están con sanciones sanitarias, no dotándolas de las capacidades instrumentales y de la infraestructura necesaria, lanzando a los estudiantes a la deserción escolar y al trabajo informal que ya alcanza el 60%. O, el negocio de intentar cerrar del toda la Fundación Omar Dengo, por lo que significa su capacidad económica, para impulsar aprovechando esos fondos, los préstamos educativos hacia la educación privada y no pública, como es la estrategia de lo que tienen diseñado en este sentido. O, la venta de la Fábrica Nacional de Licores, por iguales razones, no morales, sino de gran negocio para grupos privados de hacerse con la producción de licores, pero especialmente del alcohol que produce la Fábrica, especialmente del alcohol industrial.

En su batalla contra las instituciones las presenta como que no han servido para los ricos, pero tampoco para los pobres.

En el plano de la cultura y educativo su batalla es contra la memoria histórica, contra la identidad nacional, contra las instituciones formadoras de conciencia nacional y de valores nacionales, por reducir hasta donde pueda el alcance vital de las universidades públicas, por asfixiarlas económicamente.

La batalla social de enfrentar a los grupos marginados, desclasados, pobres y de la extrema pobreza, empobrecidos de las clases medias, de los que ni trabajan ni estudian, contra el Estado y los gobiernos que los han desatendido, que los han llevado a esa situación social de exclusión, marginalidad y empobrecimiento, presentándose el Presidente Chaves como el Salvador, el que está identificado con esos sectores, como el que los reivindicará social y políticamente, haciendo ver que solo en él y lo que él representa los puede salvar, y sacar del hoyo en que se encuentran.

La batalla comunicacional que tiene declarada contra los medios de comunicación, escritos, radiales o televisivos; de redes sociales, que acusa de “canallas” y de “sicarios”, a los que les manda mensajes de que contra el gobierno no se debe escribir ni criticar, presionando por la exclusión y eliminación de articulistas y comentaristas de esos medios; utilizando baterías de troles desde el país y desde el extranjero contra cualquier crítico; presionando medios de prensa para que saquen de sus planillas asesores legales o comunicacionales, y amenazando, y pasando a los hechos, con el aparato del Ministerio de Hacienda, los inspectores de la Caja Costarricense del Seguros Social sobre empresas y personas investigándolas en el cumplimiento de sus deberes tributarios y cargas sociales. Mientras esto hace no actúa contra los grandes evasores y elusores fiscales, que fue una de sus promesas de campaña electoral.

La batalla comunicacional tiene también el frente de la intimidación; de provocar el miedo reverencial, del temor al gobernante; del bajonazo de piso al interlocutor, de la falta de respeto al periodista, de la agresión verbal a los medios de comunicación y provocar la desconfianza de sus informaciones e investigaciones periodísticas. La lucha pública que mantiene contra Extra, antes de su cierre, hace unas semanas, Canal 7, CRhoy y, en menor medida, pero sin descuidarlo, el Semanario Universidad.

Con una ignorancia política profunda y costarricense, pero alardeando de conceptos que ni siquiera maneja correctamente, el presidente se mete en el lenguaje y dialéctica de la vieja guerra fría, 1945-1991, del anticomunismo hoy trasnochado, atacando opositores políticos de “comunistas”, atacando al Frente Amplio de comunista, desconociendo que el Partido Comunista de Costa Rica, que todavía existe, se llama Vanguardia Popular.

En estos escenarios de sus batallas Rodrigo Chaves se alimenta del descontento popular acumulado, de esos sectores que no ven frutos del Estado ni del gobierno, aunque paguen impuestos y cargas sociales, que sienten que las instituciones del Estado estorban, que las élites políticas y económicas que han participado de esto hay que quitarlas.

La esencia de toda esta estrategia es que los grupos que han servido al Estado y al gobierno, y se han servido del Estado y del Gobierno, hay que desplazarlos porque viene otro grupo, representado por el Presidente Rodrigo Chaves, que es otra élite política, al ejercicio del Gobierno, a servir y a servirse del Estado y del Gobierno…ya lo estamos viendo.

Publicado en https://www.meer.com/ y compartido con SURCOS por el autor.

“Desafíos del Derecho Laboral en procesos políticos de reversión de conquistas sociales”

La Cátedra Lic. Mario Alberto Blanco Vado organizó en el marco de conmemoración del Primero de Mayo el conversatorio virtual titulado “Desafíos del Derecho Laboral en procesos políticos de reversión de conquistas sociales”.

La actividad se convocó para el sábado 30 de abril de 2022. Los expositores invitados fueron los especialistas en derecho laboral el doctor. Esteban Calvo Rodríguez y el doctor Mauricio Castro Méndez.

El encuentro puede buscarse en el Facebook de ANEP.

Atentado de La Penca: ni perdón ni olvido

Lic. Javier Francisco Cambronero Arguedas

El próximo 30 de mayo se cumplirán 37 años del horroso crimen de La Penca, perpetrado con la finalidad de asesinar a Edén Pastora, en el marco de la lucha interna en Nicaragua entre la contra y el régimen sandinista. Tras dicho atentado que pretendía materializarse en una conferencia de prensa a orillas del rio San Juan, el Comandante Cero resultó severamente herido y se perdieron 7 vidas y hubo 22 heridos más, tras el estallido de una bomba, que aún hoy se desconoce quien la puso. Entre los fallecidos, valerosos trabajadores de la presa, cito a Lynda Frazier (del Tico Times), Jorge Quirós, Evelio Sequeira, Carlos Vargas Genè y Roberto Cruz (murió tiempo después por las secuelas). Entre los periodistas gravemente heridos y que hoy nos sobreviven Nelson Murillo, José Rodolfo Ibarra, Edgar Fonseca y don Gilberto Lopes.

Esa página negra en la historia patria dará origen a través de un decreto ejecutivo de 2010, a la creación del Día del Periodista.

Tras casi 4 décadas, no hay acusados y la justicia nacional e internacional le ha fallado al país y a las familias de fallecidos y sobrevivientes.

Esta fecha no puede pasar desapercibida. Constituye una gran afrenta a nuestra democracia, pues conforme pasa el tiempo se llegan a conocer mayores detalles y se pone en evidencia la complicidad de autoridades nacionales y de cuerpos de seguridad para que se perpetrara dicho atentado, ejecutado en territorio nicaragüense pero orquestado desde Costa Rica donde “otros movieron los hilos”.

Presumo que más de la mitad de quienes leerán esta nota, aún no habían nacido en ese momento. Y es que nos corresponde desmitificar que durante toda nuestra historia hemos sido un remanso de paz, de dicha y felicidad. Y que como los ticos hemos sido vistos tan buena gente y como mansos corderos, pareciera que fuerzas divinas nos han visto con sumo agrado y eso nos ha permitido vivir en medio de la virtud y de la abundancia. Nada más alejado de la realidad. Costarricenses hasta no hace mucho el país y Centroamérica entera, estuvo envuelta en graves y profundos conflictos donde la sangre inocente de miles de hermanos, fue derramada en Nicaragua, Guatemala y El Salvador. Toda esto ocurrió a muy pocos kilómetros de nuestras fronteras. El genocidio en Guatemala donde el general Ríos Montt masacró y provocó la muerte de miles y miles de indígenas. Guerra civil en El Salvador por los combates y enfrentamientos entre el ejército y la guerrilla; entre las víctimas encontramos religiosas asesinadas por los fusiles del ejército y su temible batallón Atlacatl, la invasión al campus de la Universidad Centroamericana y el cobarde asesinato de Ignacio Ellacuría, así como de otros padres jesuitas y el martirio de monseñor Romero, hoy merecidamente canonizado por la iglesia.

Por eso resulta dolorosa la tozudez de autoridades educativas por bajarle el perfil a asignaturas tan importantes como lo son Estudios Sociales y Educación Cívica. Importantes contenidos en los programas de estudio de esas asignaturas en secundaria han estado asociados lógica y naturalmente al estudio de la historia; historia patria e historia de Centroamérica, así como la consolidación de nuestras instituciones democráticas y valores fundamentales como el derecho a la vida y a la libertad de la prensa, debidamente consagrados en nuestra Constitución Política.

De ninguna mara podemos ir a la celebración de un cacareado Bicentenario con una visión parcial de la historia patria. Lo he dicho en otros momentos, se equivocan las autoridades educativas una y otra vez en que pruebas FARO y pruebas ISA no incluyan Estudios Sociales y Educacion Cívica, o será más bien que deliberadamente se quiere que se olvide todo esto y se profundice el mito fundante de que los ticos nunca hemos sufrido conflictos, guerras o violencia alguna. Por ejemplo, ignorar que muchas de las conquistas sociales que hoy disfrutamos fueron concesiones gratuitas de las clases dominantes y que no costaron vidas ni sangre ni lágrimas de otro costarricense que nos ha heredado esta patria. O que luchar por la libertad, la justicia y que la prensa realmente esté al servicio de la verdad ha costado hasta la vida y salud de valientes costarricenses.

Tras los horrores de la década de los ochenta vinieron los acuerdos de paz suscritos en Esquipulas y Chapultepec. Legaba la paz sobre todo a Guatemala y El Salvador. Pero hoy con estupor y dolor miramos las desgarradoras imágenes de caravanas de centroamericanos migrando hacia el norte en busca de una mayor calidad de vida, que su propio país no fue capaz de brindarles. A lo mejor llegó la paz a Centroamérica pero no así se detuvo la desigualdad y el agresivo proceso de acumulación de riqueza, hoy acelerado por la codicia y los efectos de la pandemia.

Por eso hoy debemos hacer un alto en el camino y honrar merecidamente a quienes perdieron su vida aquel 30 de mayo y a quienes resultaron seriamente heridos. No contribuyamos, con nuestra indiferencia a echar una palada más para que convenientemente se olvide tan macabro hecho. No lo merecen las familias de quienes perdieron su vida ni tampoco quienes aún hoy conviven con nosotros: Edgar Fonseca, Rodolfo Ibarra, Nelson Murillo y Gilberto Lopes. Para ustedes, grandes costarricenses y buenos periodistas, nuestra admiración y respeto imperecederos. Sigan haciendo periodismo grande, bueno, del que marca diferencia. Costa Rica los necesita.

27-V-21