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Etiqueta: convivencia

CON UN HASHTAG NO ELIMINAMOS EL RACISMO

Por Memo Acuña (Sociólogo y escritor costarricense)

En su declaración de principios, la política nacional para una sociedad libre de racismo, discriminación racial y xenofobia 2014-2025 indica que tendrá como propósito la construcción de una sociedad costarricense más sensible a las diferencias. Así lo señala su visión:

Costa Rica será una sociedad libre de racismo, discriminación racial y xenofobia a partir de la garantía del ejercicio pleno de los derechos humanos de los pueblos indígenas, afrodescendientes, poblaciones de migrantes y refugiados, que contribuyen a la conformación de una sociedad más respetuosa y sensible a las diferencias y enfoques particulares”.

Pese a este propósito, la sociedad costarricense continúa presentando serias dificultades para alcanzar la aspiración de una sociedad cada vez más inclusiva.

Durante las recién pasadas finales de fútbol desarrolladas en el país, el jugador del Club Sport Herediano Kreysher Fuller denunció haber sido objeto de insultos racistas provenientes de un sector de aficionados apostados en las graderías del sector oeste del Estadio Ricardo Saprissa, ubicado en la capital costarricense.

En las imágenes del incidente, se logra apreciar algunas reacciones verbales del jugador, criticables también, contestando a tales insultos. En una publicación en su cuenta personal el jugador afirmó: “No puede ser que en estos tiempos aún exista insultos raciales, como lo volví a vivir este jueves en el estadio».

Ambas actitudes son deplorables. Sin embargo las respuestas no fueron similares. El jugador fue sancionado con varios partidos por su reacción. Pero la actitud de los aficionados no fue castigada de oficio, abriéndose en su lugar una “investigación” para determinar el alcance de lo denunciado por el jugador por parte de los órganos correspondientes a nivel dirigencial.

Esta actitud organizativa no es neutra. Cuando la institucionalidad actúa así, representa el culmen de la naturalización arraigada en cuanto a racismo y discriminación. Es sabida la producción y reproducción de discursos discriminatorios en lugares como estadios. La xenofobia, la homofobia, el machismo y el racismo encuentran terreno fértil tras una voz colectiva que se escuda en el anonimato para ofender y agredir de palabra.

El caso de México, por ejemplo, demuestra cuánto se debe seguir trabajando en la erradicación de estas prácticas. Las últimas noticias confirmaron un castigo más a su Federación por la reiteración de gritos homofóbicos en los juegos de su selección.

Costa Rica, a pesar de avances en su legislación como la política citada al iniciar esta columna, debe hacer un examen a conciencia acerca de los esfuerzos para estirpar estas odiosas acciones. Los procesos de violencia experimentados recientemente y en múltiples ocasiones por pueblos originarios en defensa de sus territorios son acaso un desafío que el estado costarricense no ha logrado resolver.

Peor aún, las declaraciones de un alcalde de una comunidad del Atlántico costarricense ofreciendo una “mujer indígena a cambio de favores de la empresa privada” en las que deja entrever un racismo y colonialismo in extremis, solo confirman la naturalización de una conducta histórica que una legislación no elimina.

La erradicación del racismo en los estadios, uno de los tantos desafíos en la materia por parte de la sociedad costarricense, no se resuelve con una campaña de camisetas vestidas por los jugadores, un “hashtag” y mensajes previos a cada partido.

Debe surgir de una profunda modificación de contenidos educativos en los que respeto, convivencia e integración sean los ejes para avanzar hacia la construcción de una sociedad absolutamente diferente.

¿CONVIVIR O ESTAR JUNTOS?

Por Memo Acuña (Sociólogo y escritor costarricense)

Recientemente el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en conjunto con la escuela de Estadística de la Universidad de Costa Rica presentaron los resultados de una encuesta denominada “Construyendo una ruta común hacia el 2030” en la que se arrojaron resultados interesantes sobre la visión país que tienen las personas consultadas.

Llama la atención la permanencia de núcleos duros de opinión sobre la discriminación subjetivamente experimentada.

La persistencia de estas prácticas entre la población costarricense continúa representando enormes desafíos para la base de una colectividad que, ya lo hemos dicho en otros momentos, debe construir nuevas formas de contrato social para poder enrumbarse hacia el futuro.

Resaltan por ello, dos aspectos de los resultados compartidos: el conjunto de discriminaciones experimentadas en razón de ciertas características como la edad y la condición social, entre otros, así como la persistencia de las ideas sobre las personas extranjeras en tanto “otros sociales”, a los que se les reconoce su aporte a la sociedad costarricense pero se les sigue “manteniendo” con cierta distancia social y cultural.

En el primer caso, la discriminación experimentada evidencia una frágil construcción de mínimos en los reconocimientos socioeconómicos, generacionales y de género. Así lo evidencian 6 de cada 10 personas consultadas por el estudio.

En estas condiciones, no es difícil imaginarse un escenario donde la convivencia sea tranzada, negociada, por un conjunto de presupuestos que colocan al otro en una situación de inferioridad. En un escenario de esta magnitud, estar juntos no necesariamente implica convivir y esto se traduce en una serie de dificultades y bloqueos para establecer acuerdos mínimos en una experiencia colectiva que hace mucho dejó de serlo, para presentarse como una visión atomizada y fracturada, repleta de fraccionamientos sociales.

En el segundo caso, la continuación de discursos de discriminación hacia ciertas poblaciones como las migrantes, revela una tarea todavía inconclusa en materia de respeto hacia la condición de nacionalidad.

Así, más de la mitad de las personas consultadas indicaron que en Costa Rica se vuelve difícil vivir si se es nicaragüense, condición que se comparte con las poblaciones indígenas. Ambos grupos fueron superados ampliamente por las poblaciones con alguna discapacidad, para las cuales se les dificulta vivir en un país como este.

En cualquiera de los tres casos, la dificultad expresa una permanente fractura hacia las poblaciones que no representan esa identidad homogénea y anquilosada que se dibuja bajo la noción de Costa Rica.

En una aparente transición hacia un nuevo estado de procesos sociales y culturales producto de la crisis civilizatoria experimentada distante los últimos dos años, un enorme desafío para trabajar en la convivencia se impone en Costa Rica.

 No lo resuelve la dimensión política porque es del orden de lo sociocultural y solo con un trabajo de contenidos comunitarios y educativos estaremos listos para dar el paso entre la aparente estancia de estar juntos a convivir, reconociéndonos en nuestras diferencias. Esa es la tarea.

Imagen: https://www.france24.com

Diez tesis para incrementar la inversión en investigación científica y tecnológica endógena en Costa Rica

Grupo ‘Desarrollo Científico y Tecnológico Endógeno’ del Foro Confluencia Solidaria

Introducción:

La capacidad de un país para generar desarrollo científico y tecnológico endógeno es un elemento esencial en la procura de la construcción de una convivencia marcada por la prosperidad y la equidad. Costa Rica, a lo largo de su historia, ha hecho esfuerzos importantes para promover la investigación y el desarrollo y para aplicar estos conocimientos en el mejoramiento de la calidad de vida. No obstante, y pese a la existencia de un sistema nacional de ciencia, tecnología e innovación (CTI), la investigación científico-tecnológica del país adolece de una serie de deficiencias que impiden su aporte a un desarrollo inclusivo, próspero y con equidad.

El Informe del Estado de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación, elaborado por el Programa Estado de la Nación, ha mostrado claramente algunas de estas deficiencias, entre las cuales destacan: (1) Muy baja inversión en investigación y desarrollo (según datos de RICYT, esta inversión en Costa Rica para el año 2018 fue de 0,39% del PIB, en tanto para América Latina y el Caribe fue, en promedio, de 0,58%; los países de la OCDE, en promedio, invirtieron en 2019 un monto correspondiente al 2,47% del PIB en este rubro). (2) Una masa crítica de recurso humano en investigación insuficiente y frágil, sin redundancia en la mayoría de las áreas, con brechas de género y alta endogamia. (3) Una producción académica modesta en el contexto internacional. (4) El número de solicitudes de patentes efectuadas por personas residentes en el país es bajo. (5) Se da un escaso encadenamiento entre el sector de investigación y las necesidades de los sectores sociales y económicos. (6) La mayoría de los escasos fondos de inversión se enfocan en la investigación aplicada en detrimento de la ciencia básica.  (7) Hay una limitada integración entre los diversos componentes del sistema CTI.

Es necesario que se genere un consenso a nivel nacional en el sentido de dar a la ciencia y la tecnología nacionales el papel que les corresponde como palancas esenciales del desarrollo. Esto demanda una visión-país y un compromiso sostenido de diversos sectores, incluyendo una fuerte voluntad política e institucional. Esto también requiere una visión de CTI que sea integral, es decir que fomente el crecimiento en todos los componentes del sistema, incluyendo las ciencias básicas, las ciencias sociales, el desarrollo tecnológico, la innovación y el fomento de vínculos diversos con los sectores sociales y productivos.

Uno de los elementos centrales de cualquier estrategia de desarrollo de la ciencia y la tecnología se centra en la asignación creciente de recursos que permitan el fortalecimiento de una comunidad de investigación y desarrollo robusta y consolidada, en estrecha relación con las necesidades de la sociedad.  El colectivo formado por las personas que integran el eje de desarrollo científico y tecnológico endógeno del Foro Confluencia Solidaria (confluenciasolidaria.org) ha desarrollado, a lo largo de un año, un proceso de consultas y reflexión sobre el tema del financiamiento de la investigación en ciencia y tecnología. El presente texto recoge las principales ideas que han surgido de este proceso. Esta propuesta se presenta en el formato de tesis específicas sobre puntos concretos.

  • (1) Enmarcar la agenda de ciencia y tecnología endógenas dentro de una agenda estratégica de largo plazo hacia el aumento de la capacidad productiva nacional y la construcción de resiliencia. 

La mayoría de los países del Sur Global, o países en vías de desarrollo, se caracterizan por un esquema comercial en el que se importan productos esenciales (alimentos, energía y tecnologías cruciales) y de alto valor añadido, mientras que se exportan productos no esenciales y de bajo valor añadido (típicamente materias primas).  Este esquema de comercio coloca a los países del Sur Global en una posición de alta vulnerabilidad ante posibles shocks en los mercados internacionales y ante el tipo de cambio de la moneda nacional con respecto al dólar.  El tener que importar bienes esenciales para el bienestar de la población, como granos básicos, energía y tecnologías claves, hace que estos países sean muy poco resilientes.

En este sentido, aunque Costa Rica se encuentra en una posición menos desfavorable que otros países en vías de desarrollo, en general sigue los mismos patrones: importamos una cantidad considerable de granos básicos, todos los combustibles y gran cantidad de tecnologías esenciales.  Además, una gran parte de nuestras exportaciones de bienes y servicios son no esenciales y se caracterizan por tener un bajo valor añadido, con algunas notables excepciones.

La clave para escapar de esta posición de vulnerabilidad se debe centrar en un esfuerzo concertado de largo plazo hacia el aumento de la capacidad productiva nacional para con ello lograr producir localmente una cantidad cada vez mayor de bienes y servicios esenciales para el consumo nacional y, al mismo tiempo, incrementar el valor añadido de nuestras exportaciones.  El papel de la ciencia y la tecnología endógenas en este esfuerzo nacional por aumentar la resiliencia es absolutamente crucial.  Con un fuerte soporte de ciencia básica, la agenda de investigación científica y tecnológica en el país debe estar, en buena medida, enmarcada dentro de una agenda de aumento de la capacidad productiva nacional, en un sentido muy amplio.  Así, la selección de las grandes líneas de investigación debe responder no solo a las capacidades actuales del país, sino también a las áreas estratégicas que se necesitan fortalecer para lograr una resiliencia sostenible.

  • (2) Garantizar financiamiento para la investigación científica, además del desarrollo tecnológico y la innovación

Muchos de los planes de desarrollo del sistema CTI de Costa Rica confieren un énfasis desmedido al financiamiento de actividades de desarrollo tecnológico e innovación, en apoyo del sector económico-productivo. Si bien este es un componente muy importante del sistema, es necesario mantener una visión integral de la CTI, lo cual implica considerar el financiamiento de la investigación científica como tal, más allá de sus aplicaciones inmediatas. No es factible construir una plataforma eficaz de innovación si no se cuenta con una base científica endógena sólida, que genere ideas novedosas en todos los campos.  La reciente transformación del Consejo Nacional para Investigaciones Científicas y Tecnológicas (CONICIT) en la Promotora Costarricense de Innovación e Investigación generó una honda preocupación en la comunidad científica debido al énfasis excesivo que el proyecto de ley de su creación confiere al desarrollo tecnológico y la innovación y a la escasa atención que le brinda a la investigación científica. Existe un riesgo real de que el grueso del financiamiento que canalice la Promotora se dirija a actividades de innovación y que la ciencia como tal quede desfinanciada.

Se propone garantizar, mediante una reforma a la ley de creación de la Promotora Costarricense de Innovación e Investigación y mediante procedimientos claramente definidos al interior de esta institución, que un porcentaje mínimo de un 20% de su presupuesto del Fondo de Incentivos (Ley N° 7169) se destine a financiar proyectos de investigación científica, idealmente de carácter inter-disciplinario, orientados a atender grandes desafíos nacionales, en el marco de una agenda científica nacional, en estrecha coordinación con la Academia Nacional de Ciencias. Estos deberían ser fondos concursables, mediante procedimientos rigurosos de evaluación que garanticen la idoneidad de las propuestas que se aprueben y el seguimiento de estas. Así mismo, el financiamiento de la investigación científica debe aspirar no solo al apoyo de proyectos, sino también al fortalecimiento de la comunidad científica mediante la creación de oportunidades de dedicación para que más personas puedan optar por trabajos en el ámbito de la investigación, como forma de combatir el crónico problema de fragilidad y escasa masa crítica de nuestra comunidad de investigación. El fortalecimiento de los grupos existentes y la creación de nuevos centros e institutos de investigación en temas estratégicos para el país es otra necesidad para la cual se requiere contar con financiamiento creciente y consistente.

  • (3) Avanzar por el camino de reformas tributarias de carácter progresivo, que permitan generar recursos frescos para ciencia y tecnología

Es necesario generar un consenso, a niveles social y político en el país, para transitar hacia políticas tributarias progresivas que generen recursos frescos para promover equidad y bienestar a través de programas públicos estratégicos, entre los cuales se encuentra una política científico-tecnológica fortalecida de cara a las necesidades del país. La OCDE ha señalado esta necesidad en el caso de Costa Rica y otras tendencias internacionales apuntan también en esta dirección. El país debe alinearse con estas tendencias. Se requiere generar tributos a aspectos como: (a) Patrimonio (riqueza), (b) salarios y pensiones de lujo, (c) rentas y ganancias de capital, y (d) herencias, por citar algunos ejemplos. Parte de esos recursos se deben destinar a financiar una política nacional estratégica en ciencia y tecnología. Se debe hacer énfasis en que los nuevos tributos que se generan para apoyar actividades de investigación y desarrollo deben ser de carácter progresivo, evitando por ejemplo que se centren en un incremento del IVA y otros impuestos al consumo de carácter regresivo.

  • (4) Fomentar los encadenamientos de las empresas transnacionales de zonas francas con la comunidad de investigación científica-tecnológica del país

Las empresas de zonas francas gozan de importantes beneficios tributarios, además de que el país les ofrece profesionales y técnicos de alto nivel. Pese a sus aportes a la economía nacional, este sector del universo industrial ha quedado debiendo en cuanto a establecer encadenamientos de largo aliento con la comunidad científico-tecnológica nacional. Es tiempo de colocar este tema en el tapete de las discusiones políticas. Por su naturaleza y por sus posibilidades, las empresas de zonas francas deben contribuir de manera más consistente con el desarrollo científico-tecnológico endógeno de Costa Rica. Se propone que el país genere mecanismos diversos que fomenten dicho encadenamiento, los cuales podrían orientarse a destinar parte del ‘impuesto mínimo global’ que se establecerá en el futuro a apoyar acciones de desarrollo científico-tecnológico endógeno, además de generar políticas proactivas de acercamiento y confluencia entre estas empresas y el sector de ciencia y tecnología del país. Para esto se requiere voluntad política de alto nivel, así como compromiso de este sector empresarial y del sector de ciencia y tecnología. Es necesario diseñar políticas nacionales que fomenten estos encadenamientos, y que las mismas estén centradas en el fortalecimiento de la base científico-tecnológica endógena, en el marco de una estrategia nacional de largo aliento, al tiempo que satisfacen necesidades de estas empresas.

  • (5) Destinar un porcentaje del presupuesto de ciertas entidades autónomas al financiamiento de investigación científico-tecnológica

El universo de entidades autónomas de Costa Rica constituye un ámbito con enorme potencial para el financiamiento de actividades de investigación y desarrollo. Estas instituciones tienen grandes necesidades en la incorporación de conocimiento a sus actividades y líneas de desarrollo, para garantizar una mayor eficiencia y mejores servicios a la población a la que sirven. Aunque algunas de ellas cuentan con departamentos y laboratorios de investigación y desarrollo, estas instituciones podrían aprovechar mucho mejor el enorme potencial de investigación que existe en el universo de los grupos de investigación ubicados en las universidades públicas y otros sectores del sistema nacional de ciencia, tecnología e innovación. De hecho, la Ley 7169 de Promoción del desarrollo científico y tecnológico, en el capítulo de Racionalización de los Recursos, incluye varios artículos que facultan a las instituciones de la administración pública que ejecuten acciones en materia de ciencia y tecnología a destinar un porcentaje de su presupuesto ordinario anual a la promoción, el incentivo, la protección y el desarrollo de proyectos de investigación en ciencia y tecnología.

Se propone que se efectúen las modificaciones legales pertinentes de manera que las instituciones autónomas destinen un porcentaje de su presupuesto a financiar actividades de investigación y desarrollo. Este financiamiento se canalizaría vía programas específicos, adaptados a las necesidades de dichas instituciones, y coordinados por el Ministerio de Ciencia, Innovación, Tecnología y Telecomunicaciones (MICITT) y la Promotora Costarricense de Innovación e Investigación. Estos entes gestionarían todo el proceso de diseño de concursos, evaluación de propuestas, seguimiento de contratos y evaluación de resultados. De esta manera se desarrollaría una dinámica de mutuo beneficio, mediante el cual las instituciones apoyarían el desarrollo científico-tecnológico nacional y, a la vez, recibirían insumos de conocimiento adecuados a sus necesidades para desarrollar su trabajo.

  • (6) Asegurar un adecuado financiamiento de las universidades públicas para que estas consoliden sus actividades de investigación

Las universidades públicas constituyen el principal reservorio de investigación científico-tecnológica del país, gracias a un colectivo académico diverso en muchas ramas del conocimiento. Existe el riesgo de que, en medio de las dificultades fiscales del país, se limiten los presupuestos asignados a estas instituciones de educación superior, lo cual tendría un efecto lesivo a la ciencia y la tecnología del país. Es necesario que los sectores políticos comprendan la importancia de mantener un adecuado financiamiento del sistema de universidades públicas y que, en estas instituciones, se asigne un presupuesto creciente a la investigación, manteniendo el equilibrio entre ciencias básicas, ciencias sociales, tecnologías y humanidades. También es necesario que estas instituciones consoliden sus sistemas de apoyo y evaluación a las labores de investigación que garanticen excelencia y pertinencia en la generación de conocimiento.

  • (7) Fortalecer, de manera bien concebida y ordenada, las actividades de investigación contratada, venta de bienes y prestación de servicios por parte de los grupos de investigación

 

Los colectivos de investigación del país, sobre todo aquellos ubicados en las universidades públicas, desarrollan una amplia labor de vínculo con necesidades de los sectores externos en el desarrollo de investigación, prestación de servicios y venta de bienes. Los grupos consolidados en determinadas líneas de trabajo tienen la posibilidad de ofrecer este tipo de servicios académicos en el ámbito internacional también. Estas líneas de acción ofrecen oportunidades importantes para apalancar el financiamiento de actividades de investigación y desarrollo en la comunidad científico-tecnológica. Para ello las universidades cuentan con normativas específicas y con departamentos, oficinas y fundaciones que coadyuvan en su desarrollo. En este sentido, la ley 7169 establece que “las instituciones de educación superior universitaria estatal quedan habilitadas y autorizadas para la venta de bienes y servicios ligados a los proyectos de investigación, desarrollo tecnológico, consultorías y cursos especiales. Para mejorar y agilizar la venta de bienes y servicios, dichas instituciones también quedan habilitadas y autorizadas para crear fundaciones y empresas auxiliares.”

Es necesario fortalecer estas actividades, al tiempo que se garantice que las mismas realmente contribuyan al fortalecimiento de los grupos de investigación y consoliden su aporte a la sociedad. Para ello se deben tener en cuenta los siguientes aspectos:

  • a- Se requiere definir claramente de antemano las características de los productos a contratar y considerar aspectos como propiedad intelectual y restricciones en el uso de los productos para investigación. Tales aspectos deben ser reflejados muy claramente en los términos de referencia y los contratos que se generen.
  • b- Estas actividades deben surgir del desarrollo académico de los grupos, aprovechando nichos de oportunidad en áreas de fortaleza académica. Deben ser de un contenido científico-tecnológico alto y no se trata simplemente ofrecer servicios repetitivos por el hecho de que estos permitan obtener fondos. La idea es no competir con lo que ofrece el sector externo / privado, sino ofrecer servicios de alto contenido en conocimiento.
  • c- Se debe hacer un análisis estricto y riguroso de costos y de determinación de precios de los servicios.
  • d. Estas actividades deben mantener un equilibrio con las actividades de generación de nuevo conocimiento mediante la investigación en las unidades académicas. Es decir, la prestación de este tipo de servicios no debe distraer a los grupos de investigación de su función central de generación de nuevo conocimiento.
  • e. Los montos que se perciban producto de investigación contratada, venta de bienes o prestación remunerada de servicios deben servir para financiar actividades esenciales de investigación en la unidad académica correspondiente y en la universidad.
  • f. Pese a la conveniencia de que exista una normativa clara y transparente que regule este tipo de actividades, la excesiva tramitología y burocratización, lo cual demanda una cantidad creciente de tiempo por parte de las personas investigadoras, constituye un lastre que se debe resolver. Es necesario que las universidades generen esquemas más eficientes de gestión de estos proyectos, y ofrezcan apoyo administrativo sustantivo a las personas investigadoras, para que estas puedan concentrar su esfuerzo en la actividad científico-tecnológica creadora.
  • (8) Desarrollar una estrategia de cooperación científica internacional ambiciosa que permita acceder a fondos para investigación

El país desarrolla esfuerzos importantes en la procura de fondos internacionales para investigación. Es necesario fortalecer esa línea de trabajo, mediante la mejora en la coordinación de las instancias públicas e institucionales relacionadas con cooperación internacional, incluyendo los ministerios, las universidades y las instituciones autónomas, de manera que se despliegue una estrategia bien concebida de detección de oportunidades de financiamiento de investigación y desarrollo de fuentes internacionales.

Es necesario apoyar de manera efectiva a los grupos de investigación que logran establecer cooperación internacional con colegas, grupos e instituciones, para desarrollar plataformas que faciliten, y no entraben burocráticamente, estas relaciones.  Se requiere procurar que Costa Rica se integre a programas globales como Horizonte Europa, bilaterales como Dimensions of Biodiversity (National Science Foundation, EE. UU.) y otros semejantes, mediante emisión de deuda para cubrir nuestro compromiso financiero con el programa y permitiendo que los presupuestos se conciban y ejecuten como inversiones. Es urgente desarrollar una estrategia nacional de ‘diplomacia científica’ que incluya este aspecto de obtención de recursos para investigación y desarrollo y establecimiento de alianzas estratégicas con grupos internacionales. En dicha estrategia deben involucrarse diversos sectores de manera coordinada. En este ámbito de acción, el fortalecimiento de la relación con la diáspora científica costarricense ocupa un papel clave.

En este tema se debe considerar la procura de préstamos externos para apoyo de desarrollo científico-tecnológico, en el contexto de una estrategia país clara en este tema y cuidando el precepto de asegurar el desarrollo integral de todos los componentes del sistema CTI. Este tipo de préstamos contribuye a consolidar las plataformas de equipo científico-tecnológico, la formación, inserción y retención de recurso humano calificado en ciencia y tecnología, y el financiamiento de proyectos de carácter interdisciplinario que aborden temas de gran complejidad y relevancia para el país, entre otras posibilidades.

  • (9) Desarrollar un programa de reformas legales que faciliten el desarrollo de la ciencia y la tecnología

Existen una serie de regulaciones en la normativa vigente que limitan de manera importante el desarrollo de la ciencia y la tecnología, incluyendo su financiamiento. Es necesario efectuar un análisis minucioso de estas trabas y ‘cuellos de botella’, por parte de las autoridades en ciencia y tecnología y de la comunidad académica, para promover modificaciones a la normativa. A partir de este análisis deberían surgir propuestas y proyectos de ley dirigidos a modificar estas trabas y facilitar las actividades de investigación y desarrollo. A manera de ejemplo, se requiere impulsar la reforma del artículo 93 de la Ley 7169 para que indique que presupuestariamente las labores de investigación se consideren como inversiones y no como una actividad ordinaria, de manera que se permitan los presupuestos plurianuales para desarrollar proyectos ambiciosos de largo aliento. Como esta, hay muchas otras instancias de tipo normativo cuya modificación y ajuste apoyaría de manera significativa el trabajo en ciencia y tecnología.

  • (10) Generar mecanismos para que el sector privado invierta más en actividades de investigación y desarrollo

Una de las principales deficiencias en ciencia y tecnología de Costa Rica es el escaso financiamiento para actividades de investigación y desarrollo por parte del sector privado. La inversión en investigación y desarrollo en Costa Rica gira predominantemente alrededor del sector público. Esto marca un contraste enorme con países con mayor nivel de desarrollo en este ámbito. Es necesario que el porcentaje de inversión en este rubro correspondiente al sector privado se incremente significativamente. Ello demanda cambios importantes en la cultura de este sector en cuanto a comprender la relevancia de estas actividades, así como modificaciones en normas y leyes que favorezcan dicha inversión. También es necesario afinar y mejorar los mecanismos de interfase entre el sector privado y la comunidad generadora de conocimiento en ciencia y tecnología mediante la investigación. Es necesario fortalecer y ampliar los programas de banca para el desarrollo, así como generar nuevas líneas de crédito para actividades de investigación y desarrollo.

A manera de conclusión

Pese a que Costa Rica ha efectuado ingentes esfuerzos a lo largo de su historia para desarrollar su capacidad endógena en ciencia y tecnología, existen enormes deficiencias y rezagos para lograr que estas actividades se conviertan en verdaderas propulsoras de procesos de desarrollo centrados en la procura de la equidad y la prosperidad, no solo para ciertos sectores sino para toda la población del país. Ello demanda una estrategia nacional integral de desarrollo de la ciencia y la tecnología, que incluya los diversos componentes de un sistema que es sumamente complejo y que debe incorporar la generación de conocimiento a través de la ciencia básica y las ciencias sociales, el desarrollo tecnológico, la innovación y la transferencia de ese conocimiento a amplios sectores de la sociedad. Ello exige un esfuerzo concertado nacional con amplia participación ciudadana y con clara voluntad política. Entre las muchas tareas pendientes para lograr este objetivo como país, un elemento central es incrementar significativamente el financiamiento de las actividades de investigación y desarrollo mediante esquemas renovados y creativos que involucren a sectores diversos en el marco de una estrategia nacional con visión de futuro. El Foro Confluencia Solidaria llama a efectuar procesos de discusión, análisis y toma de decisiones para que la investigación científica y tecnológica de Costa Rica cuente con el financiamiento adecuado, en el marco de una estrategia nacional de largo aliento, de manera que esta faceta de la vida nacional cumpla un rol protagónico en la construcción de una convivencia marcada por la equidad y la prosperidad colectivas.

NUBES TÓXICAS

Por Memo Acuña (Sociólogo y escritor costarricense)

Hace algunas semanas fui invitado a compartir reflexiones en una institución de secundaria en Costa Rica, en el marco de las conmemoraciones del bicentenario. El tema propuesto fue la xenofobia y sus impactos en la sociedad costarricense.

Cuando un tema así debe ser abordado, hay que movilizarlo desde la subjetividad misma, acercarlo a la experiencia y vida cotidiana para observar cuánto de lo que se hablará le atraviesa a la persona, para entonces desde allí impulsar contenidos pero sobre todo despertar las diversas formas de contener y detener la problemática.

La xenofobia, hemos dicho en otros momentos, es el miedo y el odio al extranjero y se cruza con contextos de excepcionalidad como los que actualmente experimentanos, con la aversión de clase muy profunda.

El temor y el rechazo a la persona pobre se mezcla con los propios miedos a “caer” en esa condición particularmente en tiempos en que la crisis social y económica ha empujado a cientos de miles de personas a la informalidad, el desempleo y la inanición.

Sea como sea, la xenofobia alimenta discursos exhacerbados, prácticas eufóricas y rituales de rechazo que se convierten en fuente de violencia simbólica y a menudo física.

Como ocurrió en la ciudad chilena de Iquique al finalizar el mes de setiembre, cuando colchones y juguetes pertenecientes a migrantes venezolanos sin hogar fueron quemados en una manifestación organizada que protestaba por su presencia en campamentos en espacios públicos de la ciudad. El hecho fue protagonizado por algunos grupos de exhaltados que llevaron su actitud hasta ese punto.

Ya en Costa Rica en agosto de 2018 habíamos presenciado un fenómeno xenofóbico parecido al ser convocada una marcha para sacar a nicaragüenses de espacios como parques de la capital. El episodio estuvo a punto de tener consecuencias dramáticas si no interviene la policía local.

Con la consigna de impregnar en el cuerpo de las personas estudiantes participantes en la charla estos temas, les lancé a las muchachas y los muchachos una pregunta inicial: “nombre una palabra con la cual haya sido discriminada o discriminado alguna vez”.

La nube de palabras fue formándose y conforme iba tomando un tamaño importante empezaba a reflejar un conjunto de ideas que en lo cotidiano podrían pasar como el lenguaje propio de las relaciones de personas adolescentes.

Pero puestas en contexto de sus impactos, de lo que van resultando para la vida, la identidad y la fortaleza de esas mismas personas, resultan una clara llamada de atención acerca de la construcción de procesos de discriminación que el lenguaje diario va creando. La conversación posterior con ellos y ellas confirmó dicha apreciación.

Es importante no desconocer la forma como interpelamos, desde estructuras de poder, de humor mal intencionado, de deseos de hacer sentir mal al otro, a la otra y trabajar revirtiendo sus efectos. Es necesario disipar esas nubes tóxicas de discriminación y desapego, en procura de mejores experiencias de convivencia.

La complejidad de las palabras y la simplicidad del discurso del poder

Juan Huaylupo

Las palabras son la manifestación del pensamiento, cultura, ideología, historia e identidad de las personas. En este sentido, las palabras son ricas y poseen complejas significaciones presentes en toda comunicación, las cuales trascienden la interrelación entre individuos para ser también expresiones de grupos y sociedades en tiempos-espacios particulares.

Esto es, la comunicación requiere de algunas condiciones para establecer la interacción, sin embargo, en determinados contextos la situación, condición y pensamiento distinto entre los interlocutores la inhibe porque las palabras y su articulación, no son comprendidas por no poseer significaciones ni intereses comunes. La incomunicación en el presente, es el resultado de la fragmentación y separación social, no necesariamente física, en una sociedad paradójicamente articulada e interdependiente, plagada de medios técnicos para la comunicación.

La pluralidad social en el presente globalizado requiere de la comunicación porque es un requisito necesario para la convivencia, para la vida en comunidad y para nuestra socialización como seres humanos en un mundo integrado e interdependiente. Sin embargo, a pesar de su necesidad social e histórica, la incomunicación está presente y nutre muchas de nuestras relaciones sociales y políticas con el poder prevaleciente.

Se podría afirmar que, la incomunicación es una condición patológica de la sociedad contemporánea, que impide el conocimiento entre unos y otros, a pesar de una extensa e intensa relación en la diversidad de nuestra cotidianidad.

La incomunicación no solo es una separación con quienes tenemos que convivir, es una ruptura con los otros, a los cuales les niegan absurdamente tener comunidad de intereses y anhelos compartidos. La incomunicación es antagónica a todo proceso democrático, no representa el interés de todos ni el respeto al pensamiento, actuación e ideologías distintas a la propia. Es parte consustancial de un proceso político totalitario que crea enemigos, que separa lo que está unido, que desprecia y pretende desaparecer a los otros, y que en pulsión suicida asesina a quienes sustentan su existencia.

La actuación y pensamiento idéntico entre las personas, no existe, todos somos distintos, nunca máquinas estandarizadas, como tampoco contendientes ni enemigos. Creer que las diferencias son separaciones absolutas, es asumir absurdas posiciones totalitarias que auguran confrontaciones y guerras infinitas de destrucción contra la humanidad.

Gran parte de los medios de comunicación en Costa Rica, son ejemplos de la incomunicación, porque con la mercantilización de las noticias pueden decir cuanta falsedad quieren sus contratantes, privados o gubernamentales, además de mentir, calumniar y difamar, crean miedos y desconfianza informando sobre asesinatos, asaltos, fraudes y accidentes. Así, promueven ilusiones, frustraciones y disputas entre los seguidores del futbol, mientras se enriquecen los negociantes que usurpan y corrompen el deporte popular.

Esos medios no son públicos, son privados, se imponen con palabras parciales y parcializadas que ofenden la inteligencia e impiden el pensamiento complejo, así como simplifican la complejidad de los acontecimientos y realidades. La veracidad y la pluralidad del pensamiento, así como el debate serio, plural, comprometido, sobre los derechos ciudadanos, la democracia, la planificación o el desarrollo nacional, están ausentes en dichos medios, no obstante, están protegidos y mantenidos por el poder. Los propietarios de los medios encubren su funesta actuación con la honestidad, honradez y sacrificio de muchos otros periodistas, que en honor a su compromiso social denuncian a gobernantes ilegítimos, a los corruptos, así como defienden la institucionalidad pública y los derechos ciudadanos.

Las palabras del discurso del poder en Costa Rica están dirigidas a las mayorías trabajadoras para ocultarles que son ellas quienes sustentan los ingresos fiscales y que son los generadores de las ganancias y riquezas privadas. También para imponerles decisiones y acciones, como verdades absolutas, de las cuales supuestamente depende el bienestar y la existencia de los trabajadores, a pesar de que los perjudica y empobrecen. Asimismo, el discurso del poder se dirige a las mayorías para buscar apoyo y legitimar su poder con mentiras y demagogia. Esas intencionalidades del discurso del poder dictatorial, hacia los trabajadores, es para mantenerlos pasivos, obedientes, engañados, confundidos, enfrentados, enfermos e incomunicados para posesionarse en el poder dictatorial.

Las tiranías requieren de esas palabras y discursos, no para dialogar ni concertar, sino para imponer las decisiones y acciones contra quienes les han negado la palabra y no son escuchados. El discurso del poder no solo son palabras del mandatario, también hablan y actúan las leyes, los medios, la educación formal, la administración pública, la religión o “las fuerzas del orden”, que contribuyen con la difusión de sus palabras y miedos a la consecución de los propósitos del poder.

La incomunicación social es una condición privativa del poder, pero ninguna tiranía es eterna, como tampoco lo es la incomunicación. El fracaso del discurso del poder, es la imposibilidad de seguir dominando y explotando, es la absurda pretensión de eternizar un poder irracional, sin horizonte histórico. El pensamiento y conciencia crítica y disidente, son la esperanza para reconstruir una sociedad plural y un mundo mejor.

¿Cómo explicar que los empresarios se les exima pagar las deudas al seguro social, cómo se permite la elusión y evasión tributaria y el no pago de intereses moratorios, a pesar que fueron cobrados en las mercancías y servicios que venden?, ¿cómo es posible que un mandatario afirme que fue electo para emitir criterio?, ¿qué podemos esperar de un Estado que pregona democracia y libertad, cuando impone acciones contra el pueblo que dice representar?, ¿cómo confiar en alguien que defraudó y traicionó la decisión electoral del pueblo?

Al parecer las palabras y acciones de los autócratas, de los intelectuales del sistema, de los propietarios de los medios y del capital, revelan transparentemente el cinismo de su poder. Es lamentable que aún no podamos democráticamente destituir al mandatario, dado que no tiene la solvencia moral de renunciar ni reconocer su traición al pueblo costarricense. Nuestra población será callada y disciplinada, pero no es ignorante ni tonta, son tales, quienes creen engañar y defraudar eternamente al pueblo.

Imagen: https://steemkr.com/spanish/@luzmar/el-poder-del-discurso

LIBERTAD AMURALLADA

Por Memo Acuña (Sociólogo y escritor costarricense)

En su texto Estados amurallados y soberanías en declive (2015) la filósofa Wendy Brown plantea la paradoja que, cinco años después, continúa sin resolverse, más aún en medio del contexto de excepcionalidad que atraviesa el planeta hará ya año y medio.

La paradoja refiere al consabido binomio apertura-oclusión en el marco de los procesos globalizadores actuales: a una cierta actitud de laxitud en las fronteras a los temas económico-comerciales, se opone el amurallamiento horizontal y vertical para que las personas “no bienvenidas”, rechazadas, concebidas por el discurso y la práctica hegemónicas de la “migration managment” como «personas ilegales» (sic), no crucen los contornos fronterizos.

Durante agosto y setiembre esa paradoja estuvo presente en la región en sus dos extremos fronterizos.

En el norte, en el binomio Guatemala-México, pero especialmente al sur de este país, la maquinaria migratoria y de seguridad opuso una feroz resistencia a cientos de migrantes que en grupo intentaban caminar para salir de la deplorable condición que durante semanas experimentaron en Chiapas.

En el sur regional, la incontenibilidad de las movilidades humanas caribeñas y extra regionales debió sortear las narrativas de la discriminación y el muro natural e inexpugnable en el que se ha convertido la selva del Darién, ese impresionante tapón que continúa tragándose vidas todos los días.

Para los Estados amurallados en sus políticas y en sus fronteras, aplicar la regla de la seguridad a las movilidades resulta conveniente. No solo intervienen actores del orden público, sino que aparecen también industrias de lo privado que mueven millones de dólares en equipos de seguridad, dispositivos de control y armamentos.

Entre tanto, como hemos dicho ya varias veces, las personas en contextos de movilidad solamente tienen sus cuerpos y su dignidad como herramientas para seguir avanzando.

La cuestión de las fronteras nos ofrece a cada momento un nuevo motivo para pensarlas y reflexionarlas desde nuestras experiencias situadas. En las semanas previas, por ejemplo, fue anunciado el ganador de un concurso de fotografía sobre aves silvestres. El fotógrafo mexicano Alejandro Prieto expuso su pieza “Bloqueado” con la que obtuvo el galardón.

En la imagen recurren de nuevo la paradoja de la movilidad y el limite, la tristeza y la esperanza. En un primer plano, un correcaminos aparece pequeño y diminuto frente a la fuerza avasalladora de una sección del muro fronterizo entre Estados Unidos y México.

Compuesta de alambres, aluminio y metal, la estructura contiene, divide, limita. Su impotencia reduce a la parálisis del movimiento al pequeño correcaminos, que luce incierto frente a la gran estructura.

“La imagen cuenta una historia importante de la fragmentación del hábitat y cómo estructuras como el muro fronterizo pueden evitar que la vida silvestre migre y se traslade a otras áreas” ha dicho el sitio digital elpopular.mx sobre la obra ganadora.

La narrativa de las fronteras y los muros abarca no solo lo visible. También con nuestros discursos estigmatizantes, llenos de odio y desafección bloqueamos la posibilidad de romper los cercos que limitan la acción de comunicarnos y convivir.

Debemos de entender que la libertad colectiva es un buen comienzo para crear otros mundos posibles. Destruyamos las barreras. Todas.

 

Imagen: https://elpopular.mx

El abaratamiento partidario

Álvaro Vega Sánchez, sociólogo

Cuando la oferta es mayor que la demanda, según las leyes del mercado, los precios bajan. Aunque con los oligopolios transnacionales ese principio no se sostiene, en el caso de la actual sobreoferta partidaria sí hay evidencias que estamos ante el abaratamiento de los partidos.

En este sentido, se trata de un fenómeno que, aunque no es nuevo, viene en ascenso, y no es, precisamente, un indicador de un fortalecimiento del régimen democrático, todo lo contrario: con el abaratamiento partidario estaríamos asistiendo a una mayor devaluación de nuestra democracia.

Y esto obedece, como argumentan algunos politólogos, a que la política viene cada vez más cediendo espacio a los poderes fácticos empresariales y financieros, o sea, la economía domina a la política. Tal es el caso, del comportamiento de las nuevas propuestas partidarias, entre otras, el Partido Acción Ciudadana (PAC) y los partidos de corte confesional “evangélico” (PRN y PNR), que se convirtieron en más -mucho más- de lo mismo, haciendo causa común con el bipartidismo neoliberal, vía los consensos legislativos dirigidos a desmantelar el Estado Social de Derecho. Y secundados, por una campaña inquisitorial, impulsada por los medios de comunicación dominantes contra el sector público. Es decir, la agenda política ha estado en manos de esos poderes fácticos.

Por otra parte, el fenómeno del pluripartidismo en ascenso se ha convertido en una vía para acceder a la Asamblea Legislativa, ante un sistema que ha supeditado las candidaturas a diputados a la vía partidaria. Solo en este aspecto, es que podría estar contribuyendo a la democratización en la elección de diputados. Una muestra de que el país requiere nuevas alternativas para la elección de diputados, así como la apuesta por un régimen más parlamentario. Para ello, es fundamental que accedan a este primer poder de la república personas con trayectoria en el movimiento social, verdadero liderazgo comunitario, así como quienes han probado, desde diversos frentes, tener vocación y capacidad para servir al bien común. Evitar, así, el abaratamiento también de ese primer poder de la república, cada vez más decadente.

Las ofertas partidarias de hoy no muestran evidencias contundentes de estar marcando la diferencia. No se avizora una propuesta coherente y consistente para encarar los álgidos problemas que vive el país. Podría aducirse que la campaña todavía no arranca. Sin embargo, quienes lideran las múltiples ofertas partidarias ya se han lanzado al ruedo y resultan más ruidosos que propositivos. A estas alturas, y debido a la crítica situación que vive el país, es de que ya se hubiesen levantado las voces de la denuncia de tanta injusticia que colma el vaso y de la propuesta seria y visionaria que haga renacer la esperanza para reconstruir esta maltrecha “finquita”.

Para tiempos críticos como los actuales, se requieren liderazgos valientes, atrevidos y disruptivos, decididos a propiciar cambios estructurales, mostrando independencia frente a los poderes fácticos y los intereses particulares. Liderazgo político que genere confianza, trascendiendo el gremialismo partidista, y mostrando voluntad para conjuntar a las mejores personas, que se conviertan en garantes de una propuesta con visión de un país inclusivo, equitativo y solidario. Un liderazgo decidido a relanzar el país por los caminos de la paz y la justicia social requiere entereza, para poner a toda la ciudadanía a contribuir con generosidad -sin exclusiones, como se hace ahora con los que más tienen-, y a aportar lo mejor de sus recursos y capacidades, para proyectar la Costa Rica digna, justa y soberana en que habrán de vivir las próximas generaciones.

Quizá todavía estemos a tiempo para cambiar de rumbo, y no continuar abaratando la política, pilar esencial para una convivencia humana con justicia y paz social.

Costa Rica requiere fortalecer una cultura centrada en el respeto a la dignidad de todas las personas

José María Gutiérrez, profesor emérito, Universidad de Costa Rica

El bicentenario de la independencia de las repúblicas centroamericanas encuentra a Costa Rica en una posición tambaleante. Los primeros dos siglos de vida independiente fueron testigos de procesos complejos en los cuales el país, gracias a pactos sociales visionarios en diversos momentos de nuestra historia, pudo generar políticas públicas y una institucionalidad que ha dado réditos valiosos, en medio de múltiples problemas, conflictos y desafíos. Estos pactos sociales, no obstante, se han debilitado notablemente en las últimas décadas. El tejido social se ha deshilachado y el país ha pasado a engrosar la lista de naciones con mayor desigualdad. Los proyectos políticos y económicos hegemónicos no auguran un futuro promisorio y el país requiere buscar nuevas luces y avenidas que conduzcan a una convivencia donde priven la equidad, el bien común, la dignidad de las personas y la relación armoniosa con el ambiente. ¿Cómo lograrlo?

Debemos generar un escenario colectivo de prácticas democráticas renovadas, en el cual la participación de amplios sectores de la población marque la pauta en procura de alternativas en todos los ámbitos de nuestro quehacer. Vale decir, requerimos edificar una auténtica democracia participativa, donde la energía creadora de muchas personas y colectivos abra las puertas a nuevos horizontes. Estos procesos deben ir aparejados del fortalecimiento de las instituciones públicas como garantes de derechos esenciales, con amplia participación popular y en un marco de equidad. Necesitamos políticas tributarias progresivas, que reduzcan la inaceptable desigualdad en que vivimos. El fortalecimiento de la educación y la salud públicas deberán ser ejes centrales de nuestro futuro, al igual que políticas que aseguren la protección del ambiente. Debemos abocarnos a fortalecer un desarrollo científico-tecnológico endógeno, incluyendo las ciencias naturales y las sociales, que ponga el conocimiento al servicio del bien común, mediante una estrategia de resiliencia ante los embates externos, la cual garantice soberanía alimentaria, energética y tecnológica.

Costa Rica requiere fortalecer una cultura centrada en el respeto a la dignidad de las personas y su diversidad en todos los planos, incluyendo los grupos históricamente excluidos. Debemos dejar atrás las lacras del patriarcado, el racismo y el clasismo, para generar un entorno nacional marcado por la generosidad y la solidaridad, lejos del individualismo y del mercantilismo prevalecientes. Una sociedad donde nadie esté de más y donde todas las personas tengamos garantizada una vida digna. Ojalá que en el transitar hacia el tercer centenario de nuestra independencia tengamos la sabiduría y el coraje para construir ese mundo más pleno.

Crónica – El Grande

Publicado en redes sociales el 30 de marzo de 2011,
un día después del partido Argentina-Costa Rica en el nuevo Estadio Nacional, en San José

Por Memo Acuña (Sociólogo y escritor costarricense)

Transcurridos dos minutos de partido, un jugador tico levanta por los aires a un colega argentino.

La Tribuna se enardece y grita eufórica; mi padre recuerda, como si fuera ayer, que así sonó el estadio cuando empezando el partido él mismo le quita un balón al mítico Garrincha. Lo que dice, como me lo dice, donde me lo dice, para mi vale más que el barullo mediático, la estría boba y sosa de un sistema institucional deportivo que gatea en las artes del negocio transnacional que significa ahora el futbol en el planeta.

A partir de allí, el escenario adquiere para mi otra dimensión. Me dedico a recordar los incontables momentos en los que mi padre y yo asistimos en comunión a los partidos en el viejo estadio nacional. El ritual de la preparación, las madrugadas viajando de Heredia a La Sabana, los sanguches solidarios con el termo de café para aguantar la jornada. Esta vez, no fue una bolsa entera, pero si un par para cada uno, como correspondía. Para la ocasión.

Me reviste una emoción profunda estar sentado con una persona que vivió momentos de gloria al tocar cada balón, al ser ovacionado cuando venció a la legendaria araña negra, cuando se paseó junto con Carlos Alvarado, Juan José Gámez y Marvin Rodríguez por varias canchas en el mundo. Para él, y para mí, daba lo mismo que fuera Argentina, Brasil o Islas Guadalupe. Era un encuentro con la historia, con su historia personal que en cierto momento fue de todos también.

Ajenos al bullicio romano sobre si jugaba o no jugaba el ídolo de barro, nos concentramos cada uno, en silencio, en recordar lo que valía la pena recordar. Minutos antes, como siempre fue, nos abrazamos para cantar ese himno que he visto tantas veces mancillado por intereses espurios y pueriles; pero lo cantamos como se debe cantar una canción profunda y sincera para renovarnos los votos de compromiso con este país que se nos cae a pedazos; pero también, lo escuché cantar respetuosamente el himno de Argentina, desde la A a la Z; «es que antes, la educación era otra, eran otros los valores y nos enseñaban los himnos de varios países». En ese momento mi padre era un argentino más. Y yo lo escuché en silencio.

Luego todo transcurrió en cámara lenta, en super 8, en celuloide; la euforia, el ritus de la entrada, el miedo escénico de una selección desconocida jugando contra otra selección desconocida. Y los recuerdos fluyeron. Hablar de fútbol con alguien que sabe de fútbol es exquisito y yo lo tenía a la par, conmigo, entre tanta bullaranga comercial.

Caí en la cuenta de que el partido era lo menos que me interesaba. El pequeño ídolo de barro hizo su show, ayudado por los medios de comunicación deportivos y por unos cuantos jugadores ticos que escogieron un mal momento para saludar a su ídolo; pero el grande, el ídolo de verdad, estaba a menos de un metro de distancia, recordando, con agua en sus ojos, los momentos de gloria que no se olvidarán jamás.

El pequeño es una máquina de hacer millones; el grande, es una máquina de hacer sueños. Y el mío ya se cumplió.

Las otras pandemias

Por Memo Acuña (Sociólogo y escritor costarricense)

Al ejecutar el arquero rival el saque de puerta un enorme grito homofóbico se deja sentir. En las imágenes de primer plano, abundan risas de burla luego del grito ejecutado al unísono, un concierto desafortunado. Estas risas y muecas fueron parcialmente apagadas recientemente: la FIFA transnacional multó a México con dos partidos a puerta cerrada y 60.000 francos suizos por la reiterada conducta discriminatoria de sus aficionados.

Esta aparente acción correctiva, sin embargo, no es suficiente para detener la escalada de violencia conservadora que campea a nivel planetario. El mismo México experimentó en junio anterior el asesinato de un joven que, en una actividad social, confesó su estado serológico y portador del VIH. Fue torturado, quemado y finalmente asesinado.

Ya lo decía con algo de pena el cantautor español Víctor Manuel en una de sus composiciones: “nuestra sociedad es un buen proyecto para el mal”. Y es que efectivamente estas acciones de rechazo van minando las posibilidades reales de construir una experiencia distinta de colectividad, basada en la comprensión y aceptación del otro, de la otra.

Hoy se producen otras pandemias que no aplanan su curva. Se instala la naturaleza de las superioridades que, como ha dicho la historiadora costarricense Patricia Alvarenga, constituyen alteridades biológicas, de género y étnicas. Es necesario reconocer los discursos de odio como enclaves, como espacialidades simbólicas donde se vierten todo tipo de ideas discriminatorias y se produce un peligroso precedente que podría generar más violencias y actos peligrosos para la integridad y la vida de las personas.

Dos estudios realizados en Costa Rica en 2020 y 2021 deben considerarse parte de una tendencia regresiva, instalada quizá con mayor amplitud al tenor de una escalada conservadora, en aumento e irreversible.

Ambos encuadres señalaban la reproducción de discursos xenofóbicos y discriminatorios en redes sociales. El estudio más reciente publicado por la ONU, identificó más de 500.000 conversaciones vertidas en estos espacios virtuales, en las cuales se emite lenguaje fuerte y excluyente en contra de poblaciones específicas. Preocupa en demasía la alusión directa a la nacionalidad (xenofobia) al género (mujeres) y las identidades sexuales (personas homosexuales).

En la semana que se dan a conocer los resultados preliminares de este abordaje, una jueza de familia declinó su trabajo al enterarse de la posibilidad de casar a dos hombres. Está en todo su derecho de hacerlo, es cierto, pero esta actitud constituye un ejemplo más del carácter profundamente regresivo y excluyente instalado en la sociedad costarricense en estos temas.

En un contexto marcado por la incertidumbre de los relatos, en los que categorías como Estado, institucionalidad y sistema democrático experimentan reconfiguraciones importantes y los impactos demoledores para la convivencia social producto de la pandemia y la pérdida de sentido colectivo se han hecho sentir, los discursos de esta naturaleza deben revisarse con detenimiento.

Son esas las otras pandemias que deben ser aplanadas en su curva exponencial.

Uno de los desafíos más amplios en esta materia atraviesa el sistema educativo nacional. No es exagerado decir que los requerimientos a la presencialidad en el sistema educativo costarricense, exigidos por voces supuestamente defensoras de los derechos a la educación, deben ir acompañados de la solicitud expresa para implementar procesos intensos de trabajo con niños, niñas y adolescentes sobre el valor de las interrelaciones con esas otredades presentes en nuestra sociedad. Y el desafío alcanza tanto la educación privada como la pública.

Es desde estos niveles educativos donde se puede tratar de detener esa marca registrada de cierto ADN regresivo instalado en las profundidades de la identidad costarricense. Construir desde allí otro proyecto de sociedad. Aplanar la curva de esas otras realidades que amenazan con llevarse todo a su paso.

Imagen: http://www.educatolerancia.com