Artículo de opinión por la académica de la Escuela de Economía de la Universidad Nacional, M.Sc. María Leonela Artavia Jiménez, quien coordina el Proyecto de Investigación Trabajo y Crisis
La disminución del desempleo es algo que todas y todos queremos en este país. Por lo cual si se presenta un decrecimiento hay que celebrarlo y reconocer los avances que ello significa, en especial en esta época post pandemia en la que se han profundizado las asimetrías en los mercados laborales. Sin embargo, festejar una caída del desempleo que no se acompaña de un crecimiento de la población ocupada es dejarse engañar por las cifras, es pasar por alto que en los mercados laborales siempre hay que revisar dos veces lo que está sucediendo y analizar las diferentes aristas, a no ser que se esté consciente de ello y aun así se quiera confundir a la población.
Por ello, aunque podemos notar en los resultados de la Encuesta Continua de Empleo del I Trimestre 2023 (INEC, 2023) que la tasa de desempleo se ubica alrededor del 11%, lo que también se puede visibilizar es que con respecto al trimestre anterior (INEC, 2022a) y al I Trimestre del 2022 (INEC, 2022b) hay una reducción significativa de la población ocupada.
Análisis interanual
En general, los datos del I Trimestre del 2023 con respecto al I Trimestre del 2022 reflejan que hay un total de 139.044 personas más fuera de la fuerza de trabajo y que la población ocupada se redujo en 3.974 personas, pese a que la cantidad de personas desempleadas bajó en 81.448, por lo que no se trata de que esas personas estén encontrando trabajo, por lo que se trata de una reducción de la Población Económicamente Activa (PEA) que, en total corresponde a 85.421 personas en el lapso de un año.
Análisis trimestral
Asimismo, si comparamos el I Trimestre del 2023 con el último trimestre del 2022 los cambios son más profundos, pues se evidencia una reducción de la cantidad de desempleados de 38.306, sin embargo, en este caso tampoco se trata de que pasen a engrosar la población ocupada, por lo contrario, esta se redujo en 74.958 personas, lo cual corresponde a una reducción de la PEA de 113.264 personas.
La población desalentada
Por otra parte, es importante considerar otro fenómeno importante en la población y es que si revisamos las cifras de las encuestas de empleo encontramos que la reducción del desempleo se explica en parte por la población desalentada -que termina ampliando aquella fuera de la fuerza de trabajo- y que corresponde a esa que no está buscando trabajo porque no tiene dinero, se cansó de buscar, no le dan trabajo, no hay trabajo en la zona o sabe que no en esta temporada no hay trabajo, en suma son 24.616 personas.
Pero, ¿quiénes son esas personas desalentadas? En cuanto a sus territorios, son personas mayoritariamente de zonas urbanas, se distribuyen mayoritariamente en la región Central, Brunca y Huetar Norte. En cuanto a su perfil educativo, son personas con una baja especialización, que se concentran mayoritariamente en el grupo etario que va entre los 45 y 59 años, y los 15 y 24 años, y que son sobre todo hombres.
Las presiones sobre la satisfacción de las necesidades
Por lo cual, se mantiene la preocupación sobre la condición de actividad de las personas en el país, pues si la PEA se reduce hay serias presiones sobre los ingresos de los hogares, los cuales dependen mayoritariamente de lo percibido por medio de sus labores -salario- para sostener la satisfacción de sus necesidades básicas. Es decir, ello significa una mayor dependencia económica, por lo cual podríamos esperar incrementos en los niveles de pobreza de la población.
Crecimiento económico que no se traduce en nuevos empleos
Todo esto, mientras el crecimiento económico del país se mantiene al alza, pues según el Banco Central de Costa Rica (2023) la tasa de crecimiento del PIB a precios de mercado fue de un 4.3%, y se proyectó en 3.3% para el 2023, es decir, producimos más pero con menos gente, lo cual es esperable ante un contexto de cambio tecnológico global; sin embargo, plantea el desafío de cómo dotar a la población de las herramientas necesarias para insertarse en esas nuevas formas de trabajo, por un lado. Por el otro, el de cómo generar nuevos puestos de empleo a fin a la población desempleada -y desalentada- mientras se ajusta el perfil de especialización de estas personas, otorgándole una atención especial a la población joven y a las mujeres, para incentivar su inserción en las ciencias.
Alternativas como responsabilidad gubernamental sobre el bien común
Seguimos esperando la reactivación económica necesaria para que la población desempleada sea absorbida por la población ocupada y no por la que se encuentra fuera de la fuerza de trabajo. Continúa la necesidad de que los sectores productivos nacionales se fortalezcan para que puedan producir y generar empleo, para ello, es preciso -primero- saber leer adecuadamente las cifras del mercado laboral para no caer en eso de pasar un gato por una liebre.
Se mantiene la urgencia de que el sector productivo nacional junto con el Estado -incluida la academia- generen alternativas para incrementar la productividad de las actividades económicas y generen puestos de empleo de calidad, para ello, por supuesto que no basta con hacer a la población trabajar más horas.
Ojalá que se vean pronto propuestas en esta materia y en especial, ojalá que estas propuestas estén a la altura del bien común, y no, del aprovechamiento de un sector de la población en detrimento de otros y otras; lo cual no es otra cosa que la responsabilidad del Gobierno electo.
Oficina de Comunicación Universidad Nacional, Costa Rica
En la década de 1960, bajo la presión del desarrollo del Mercado Común Centroamericano, que se impulsaba al empuje de la Alianza para el Progreso de los Estados Unidos, y de la reunión de Presidentes y Dictadores de Centroamérica, que se realizó en Costa Rica, en paralelo se impulsaron otros programas. Uno de ellos, el del Consejo de Defensa Centroamericano (CONDECA), que reunió los Ejércitos de Centroamérica, para maniobras conjuntas, en un período que se impulsaba la doctrina de la contrainsurgencia y de la lucha anticomunista, por la recién triunfada Revolución Cubana.
Costa Rica se integró al CONDECA como país observador, y participó, poco tiempo después, de manera infame, en la intervención militar que hiciera y encabezara Estados Unidos en República Dominicana, en 1965.
Otro Programa fue el de la ROCAP, con el cual se planeó la divulgación de textos educativos para Centroamérica, especialmente en sus zonas rurales y marginadas, restos que carecían de contenidos nacionales, de tradiciones históricas precisas, de símbolos nacionales. El propósito era destruir la identidad nacional, la memoria nacional e insertar a los niños y jóvenes en un concepto regional sin valores ciudadanos de identificación particular con cada país en concreto. En el caso costarricense, dichosamente, la Escuela de Educación de la Universidad de Costa Rica combatió fuertemente estos textos y esta política educativa que se quería imponer.
Por aquellos días, y hasta 1978, se impulsaba el desarrollo del Estado Social de Derecho, el llamado Estado Asistencialista o Benefactor, que alcanzó su mayor apogeo en el gobierno de Daniel Oduber, con gran número de empresas estatales.
A partir del gobierno de Rodrigo Carazo el Estado Benefactor empezó a desarticularse, cuando el presidente impulsó la disolución y privatización de esas empresas estatales. Luego siguieron los Planes de Ajuste Estructural a partir del gobierno de Luis Alberto Monge, y las políticas de Tratados de Libre Comercio, a partir de los gobiernos de 1990, que modelaron, y siguen perfilando, la Costa Rica actual.
La situación internacional, provocada por la caída del Sistema Mundial Socialista, la disolución de la Unión Soviética y la caída de los sistemas socialistas en los países europeos que formaban parte de ese Sistema Mundial, favorecieron más fuertemente las políticas neoliberales a escala universal, hizo surgir en esos años a los Estados Unidos como la super potencia hegemónica mundial, papel que está perdiendo, con el desarrollo del multilateralismo y de varios países que reclaman este papel director mundial compartido.
La guerra estimulada en Ucrania es parte de esa disputa por presidir el control hegemónico mundial, bordando criminalmente la posibilidad de desatar una III Guerra Mundial, que de realizarse alcanzará inevitablemente al continente americano y a los territorios de Canadá y Estados Unidos, que son países integrantes de la OTAN, de continuar la OTAN con sus planes guerreristas y hegemónicos.
A la desintegración del Estado Social de Derecho, al debilitamiento de las instituciones nacionales que lo constituyen, se han sumado ahora las políticas de debilitamiento, y de ser posible de desaparición, de las instituciones culturales. Es una lógica perversa la que se está imponiendo desde el ejercicio político de la Casa Presidencial.
Acabar con la cultura, con sus diversas manifestaciones que tienen amparo institucional, es parte de este proceso neoliberal. Interesa impulsar una nación de borregos, de gente sometida dócilmente, o por temor, o intimidación, a la voluntad impuesta del gobernante y de quienes le acompañan en esta desintegración de la cultura nacional. Eso se acompaña de nuevos valores asociados a la cultura del neoliberalismo, la de la cultura como negocio, la de la cultura de los grandes espectáculos musicales, que apartan a los jóvenes especialmente, y a otros sectores nacionales y populares, de los valores históricos nacionales, de la tradición cultural costarricense. Desnacionalizar culturalmente al país pareciera ser el objetivo del proyecto neoliberal que cabalga desbocadamente en Zapote.
Puedo entender que una persona que ocupa el recinto presidencial, que no ha vivido 35 años en el país, que aparentemente ni venía a vacacionar cuando podía hacerlo, esté bastante desarraigado y desconozca mucho el desenvolvimiento histórico del país, y por ello carezca del conocimiento histórico cultural porque en tanto tiempo de lejanía poco tuvo que ver con esa tradición y el conocimiento básico de los lineamientos históricos y culturales de la nación costarricense. Pero, que quienes le acompañan, o quienes le aconsejan en la toma de decisiones lo han rodeado o le han hecho rodear de ignorantes como él.
Lo que se está haciendo con las instituciones culturales, en el Ministerio de Cultura es un acto criminal institucional. Es la expresión de la liquidación de la cultura como parte de la liquidación que se impulsa del Estado Social de Derecho, es lo que sigue, para tener hasta donde sea posible un pueblo mal educado, sin educación, sin cultura general y precisa, sin valores nacionales, sin cultivo de tradiciones históricas, y sin rescate, promoción y conservación de estas tradiciones y de este conocimiento de la Patria, y de la nación costarricense.
Decía Nicolás Maquiavelo que el Príncipe, el Gobernante, no debe ser religioso, pero que debía aparentarlo. Lo aconsejaba como acto importante para la toma de decisiones del Gobernante.
El Presidente Chaves pareciera no tener nada de cultura y conocimiento histórico costarricense, pero como Presidente por lo menos debe aparentarlo, para sus decisiones importantes, en un campo sensible como la cultura y la educación, como para sus práctica política cotidiana.
El Presidente debe aparentar ser un hombre culto, lúcido, con brillo mental. Si de ello carece, por lo menos debe rodearse por quienes le puedan dar ese brillo, esa luz, le cubran sus vacíos culturales e históricos, y con le hagan brillar su gobierno, que por ahora es bastante opaco.
Lo peor que nos puede pasar a los costarricenses es que el Presidente se luzca como el ignorante más grande del país, como un deficiente mental que actúa o se comporta con poca o casi ninguna inteligencia, como un tonto, pensando más en sus intereses y en su figura personal presidencial que en los asuntos públicos que debe atender.
En su LIII aniversario, la emergencia nacional provocada por la pandemia del Covid-19 trajo a flote la crisis que arrastraba el Ministerio de Cultura y Juventud (MCJ), acumulada en los últimos treinta años y acelerada en los últimos diez. Merced a la contrarreforma neoliberal iniciada en los años ochenta del siglo pasado con los tristemente célebres Planes de Ajuste Estructural (PAEs), dicho ministerio fue despojado de algunas de las funciones estratégicas para las que originalmente fue creado. Por eso carga con serias limitaciones para responder a una realidad cambiante y también en crisis, la cual se expresa en una sociedad trastocada por el cambio global y por una creciente y profunda desigualdad estructural.
Frente a ese aniversario y ante el opaco bicentenario de la “república”, muchas personas pensamos que bien valdría la pena realizar un balance colectivo del ministerio y de las políticas culturales en Costa Rica para repensar lo que se había hecho y dejado de hacer, pero, fundamentalmente, sobre el rol que debería jugar el MCJ en el futuro cercano, sin olvidar que, al menos simbólicamente, también es el ministerio de la juventud. Con acendrada ingenuidad, esperamos a que el mismo ministerio, en las últimas dos administraciones, se abocara a ello con la presencia organizada de los sectores involucrados en el quehacer cultural y artístico del país. Con Godot, continuamos esperando.
Es importante recordar que el 5 de julio de 1971, mediante la Ley No. 4788, se crea el Ministerio de Cultura Juventud y Deportes, de modo tal que la cartera involucraba también a la Juventud y al Deporte. (El pequeño ministerio se había incubado en la otrora Dirección de Artes y Letras del Ministerio de Educación, cuyo gran impulsor, entre otros, fuera el artista y arquitecto Rafael Ángel “Felo” García). En los años setenta y parte de los ochenta, funcionó el Movimiento Nacional de Juventudes (MNJ) un vigoroso proyecto con casas de la juventud por todo el país. Más tarde se eliminó al “movi” (así lo llamábamos) porque coadyudaba a generar dirigentes juveniles conscientes y críticos (¡con instructores israelíes!), muchos de los cuales pasaban a las organizaciones políticas de izquierda. Pero, además era el ente rector del deporte; luego se creó el ICODER quitándole esa papa caliente al ministerio, cuyo quehacer en esa rama era casi decorativo.
La creación del MCJ obedeció al objetivo estratégico del proyecto original promovido por los llamados “hombres de letras” del Partido Liberación Nacional, jefeados por don Alberto “Beto” Cañas Escalante, en un contexto marcado por la guerra fría y por las consecuencias de la guerra civil con sus persecuciones y su anticomunismo. Como en tantas otras acciones socialdemócratas y socialcristianas, el MCJD funcionó para institucionalizar conflictos y sectores “en pugna”. El Ministerio nace sin saldar la eterna disputa entre “Cultura” y/o “Bellas Artes”, es decir, entre la visión “bellaletrista y bellartística” y el concepto antropológico en el cual la cultura se entiende de manera más amplia e integral. Era una concepción difusionista: fortalecer las bellas artes, llevar la cultura a quienes no la “tenían”, ir a las comunidades con un proyecto de extensión jerárquico y patriarcal. Para ello había que crear conjuntos artísticos (OSN, CNT, CND, TNT…), museos, bibliotecas, entre otros entes; más tarde, cuando el concepto antropológico se fue imponiendo, se crearon direcciones regionales y casas de la cultura con un nuevo discurso acerca de cierta “regionalización” ante el pudor de una conciencia vallecentrista asumida a medias. Eso hizo aguas muy pronto y el ministerio no se reactualizó, sino que, al contrario, se recortó.
Ya entrado el nuevo milenio, el MCJ se fue adaptando a la contrarreforma y extendiéndose más al espectáculo (FIA, FNA, Feria del Libro, Festival de Cine, etc.) y apoyando las incipientes industrias culturales. La actividad cultural pasaba de ser prioridad del estado (benefactor) a dejarse en manos de la iniciativa privada que, de todas maneras (rezaba el slogan) “produce libertad”. En los últimos años se le dio prioridad a los “pequeños productores de cultura” (artesanos y emprendimientos “artísticos”) e incluso los grandes proyectos de masas tipo FIA o FNA hicieron aguas, ya por la desidia, ya por la impericia de los tres últimos (des)gobiernos. Es claro que el ministerio transitaba a la deriva dependiendo de las administraciones o de las “personalidades” de sus ministros o ministras, así como de sus efímeros equipos de trabajo.
Ante la crisis prolongada y con la emergencia de la pandemia, algunos “artistas” pegaron el grito al cielo (yo me preguntaba: ¿por qué no lo hicieron antes?, ¿por que hasta los tiempos del Covid 19?), amenazando incluso con acusaciones y anatemas, a la vez que lanzaban un estentóreo SOS. Muchos de ellos comparaban al ministerio con una suerte de CNP, ICT, INVU o IMAS, sin comprender la naturaleza del mismo ni la amplitud del concepto cultura constreñido, según sus visiones, a la “actividad artística”. Otros, como quien esto escribe, pensamos que ya era demasiado tarde para pataleos puesto que hacía algunos años le habían dado el tiro de gracia. La contrarreforma neoliberal lo precarizó, los tres últimos gobiernos lo desmantelaron. Sin embargo, “del ahogado el sombrero”, pensaba; algo se podría rescatar. Se precisaba, eso sí, de una reforma total del estado que lo revitalizara y colocara a la altura de los tiempos. En otras palabras, se trataba de preservar y fortalecer el Estado Social de Derecho que la contrarreforma neoliberal había venido debilitando y que ahora intenta rematar sin oposición y con miles aplaudiendo. La pregunta todavía se impone: ¿será posible?
Para entonces un reconocido cantautor ponía en una de las redes sociales: “Muchos de los que reclaman ahora parece que han estado muy cómodos durante tantos años de silencio”. La frase contiene una vigencia estremecedora y se extiende a lo largo y ancho del tejido social desestructurado y herido por la contrarreforma y por una élite que maneja, con ácida lucidez e impune soltura, los hilos del poder y de los negocios al amparo de un estado secuestrado por su avaricia sin fin. La discusión, quiero decir, la lucha, es mucho más amplia y álgida de lo que parece. Pero pocas personas lo entienden. Y a muy pocas les interesa.
COORDINACIÓN MESOAMERICANA Y EL CARIBE DE LA FEDERACION SINDICAL MUNDIAL
Delegados y delegadas de organizaciones de FSM, reunidos en la ciudad de Managua, convocados por la Coordinación Mesoamérica y El Caribe de la Federación Sindical Mundial, los días 4 al 6 de mayo de 2023, después de un intenso periodo de debate, regido por el principio de la hermandad y solidaridad internacionalista y posterior al balance de la situación subregional y regional, hacemos públicas las siguientes consideraciones:
CONSIDERANDO
El pueblo de Costa Rica conquistó en los años 40 del siglo anterior, una importante reforma social, establecida en un apartado constitucional denominado “Garantías Sociales”, la valentía y visión del pueblo y sus liderazgos históricos permitieron que esta conquista se traduzca en la salud como un Derecho Fundamental, un bien público y no una mercancía al servicio del gran capital.
La Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) es la principal expresión del modelo de Seguridad Social costarricense, ha transformado significativamente la realidad del pueblo, a través de su innegable labor, ha colocado a Costa Rica en los primeros lugares del mundo en cuanto a estándares de salud y es reconocido como un modelo de Salud de los mejores a nivel global.
La CCSS no solo ha tutelado de forma efectiva el derecho a la salud, y por ende a la vida del pueblo costarricense, ha atendido y librado eficientemente al pueblo ante la reciente pandemia por COVID 19, sino que también ha generado paz social, bienestar poblacional, permitiendo que se aumente la calidad de vida de las y los habitantes del país, llevando al pueblo por la ruta del desarrollo.
La Caja Costarricense de Seguro Social de composición tripartita en su Junta Directiva, ha sido protegida por mandato Constitucional, de la manipulación económica, de la injerencia y coacción política, blindándola con una Autonomía de gobierno y administración del Poder Ejecutivo.
Para cumplir su cometido la Caja Costarricense de Seguro Social , se estableció por mandato constitucional, una obligación de contribución forzosa tripartita, que establece el aporte de los patronos, Estado y Trabajadores, para su financiamiento.
El Gobierno de la República de Costa Rica, ha desplegado una serie de maniobras contra este patrimonio del pueblo costarricense, violentando la legalidad y los mandatos constitucionales, ha irrespetado la Autonomía Constitucional de la CCSS, ha irrumpido en su órgano de dirección nombrando a sus aliados y tomando control de la misma, paralelamente ha emprendido una campaña de desprestigio contra esta benemérita institución, indicando de forma falaz que la institución está quebrada, siendo el mismo estado el mayor deudor histórico de la CCSS.
Ante ello y ante la exposición que han hecho los compañeros de UNDECA y la Delegación de Costa Rica presentes en este importante evento, siendo consecuentes con el principio irrenunciable de solidaridad con los pueblos del mundo, los delegados y delegadas de la FSM EXPRESAMOS:
EXIGIMOS al Gobierno de Costa Rica el respeto irrestricto a los mandatos establecidos en Constitución Política de la república de Costa Rica respecto a las obligaciones económicas con la Caja Costarricense de Seguro Social así como el respeto a su Autonomía y la composición tripartita según los legítimos representantes nombrados por los sectores
DENUNCIAMOS la hipocresía del Gobierno del presidente Rodrigo Chaves Robles ente el pueblo de Costa Rica y la comunidad internacional, que siendo el primer responsable de estar al día con sus obligaciones de contribución forzosa tripartita, emprende una campaña de desprestigio contra la Caja Costarricense de Seguro Social y privilegia contra estas obligaciones con la CCSS, el pago de los intereses de la deuda con los organismos económicos de dominación FMI, BM,OCDE, rellenando los bolsillos de los ricos por encima de la salud del pueblo.
CONVOCAMOS Y HACEMOS UN LLAMADO a los afiliados, amigos de la FSM, a todos los sindicatos combativos y consecuentes de la subregión de Mesoamérica y el Caribe, para que se sumen y participen activamente en la denuncia, de las acciones del Gobierno de Rodrigo Chaves Robles, en contra de la Caja Costarricense de Seguro Social, su campaña infundada de desprestigio contra la CCSS, sus políticas injerencistas contra la Autonomía de la Institución de Salud de los costarricenses, el irrespeto al bloque de legalidad que tutela la composición e integración de la Junta Directiva de la CCSS, y el incumplimiento injustificado de sus obligaciones constitucionales de aporte y financiamiento de la Caja Costarricense de Seguro Social.
REAFIRMANMO nuestro compromiso militante e internacionalista, con la lucha de los pueblos por su derecho a los sistemas públicos de salud, por sistemas de Seguridad Social robustos, regidos por los principios de solidaridad, universalidad, con especial pronunciamiento de la situación de loS y las hermanas del pueblo costarricense.
CONDENAMOS y REPUDIAMOS las políticas neoliberales destructoras de las conquistas sociales de los pueblos que intentan convertir este derecho en mercancías de lucro y dolor y que intentan arrebatar el derecho de los pueblos a tener sistemas de salud públicos robustos y vigorosos.
Dado en la ciudad de Managua, a los 6 días del mes de mayo de dos mil veintitrés.
Por la coordinación certificamos
Ernesto Freire Cazañas, Coordinador FSM América Latina y el Caribe
Miguel Ruiz Estrada, Consejo Presidencial FSM, Secretario General de la CST-RBE
Información compartida con SURCOS por Luis Chavarría.
10 textos de la Edad de Oro de la literatura centroamericana son llevados a la voz con una propuesta rítmica e interpretativa que busca provocar una respuesta emocional y reflexiva en el oyente.
Como parte de un proyecto donde se buscaba la recuperación en formato impreso y digital de las obras publicadas en la Edad de Oro de la literatura centroamericana, liderado por el Instituto de Estudios Latinoamericanos (Idela)y la Editorial de la Universidad Nacional (EUNA), surgió la idea con el apoyo del programa de Investigación, Arte y Transmedia (IAT) de producir textos sonoros a partir de textos literarios.
“Cada vez son más los consumidores que buscan este tipo de formatos para ser utilizados en el autoaprendizaje, como recursos lúdicos o pedagógicos en las clases virtuales o presenciales. Este es un trabajo creativo que implica destrezas artísticas técnicas y tecnológicas, para generar contenido que impacte al oyente y provoque una respuesta emocional y reflexiva perdurable en el tiempo”, dijo Nuria Rodríguez Vargas, coordinadora del proyecto.
El objetivo trazado fue lograr en formato de podcast, 10 textos sonoros, en este caso cuentos infantiles, unos originales, otras adaptaciones y algunas traducciones, de escritores centroamericanos nacidos en la última mitad del siglo XIX. La producción se realizó en el estudio de audio del Programa IAT y contó con la participación de docentes y estudiantes de la Escuela de Arte Escénico, a cargo de Daniel Solano Ulate, músico productor del IAT y docente de las escuelas de Música y Danza, el resultado se denominó: La Edad de Oro de García Monge: textos que saltan al sonido.
Para Solano, a propuesta hecha por Rodríguez les hizo imaginar esta literatura en otro medio. “El trabajo con los textos de La Edad de Oro consistió en traer la palabra escrita a su dimensión oral. Conjurarla con la pronunciación. Darle corporalidad a través de un timbre, una interpretación. Hacer ese cambio de medio es también en términos artísticos: hacer una traducción”.
Para esto, se contó con la colaboración de los académicos Reinaldo Amién y Mabel Marín, y las ahora egresadas de la Escuela de Arte Escénico Sofía Sandoval, Verónica Montero y Bárbara Alpízar.
“Con este elenco buscamos una interpretación posible desde la voz, sí, pero también desde la acción con la voz. Esto quiere decir que las personas que interpretan los textos desde su lectura, lógicamente, tienen la libertad de componer y recrear para ellos un ritmo en la oralidad y también desde ahí caracterizar personajes cuando correspondía, ir detrás de las imágenes poéticas y el relato usando el sonido articulado desde la palabra”, detalla Solano.
Asimismo, cita el artista, el “diseño sonoro del texto está caracterizado por cierta sencillez en su intervención para que esta no pecara de invasiva ni estuviera cargada de sonido ilustrativo y así dejarle el protagonismo a la voz”.
Cuentos literarios
“Martí y don Joaquín (García Monge) fueron visionarios y apelaron a una educación que respondiera a la época en que se estaba, tomando en cuenta los cambios sociales y tecnológicos. Así, en las reflexiones educativas de sus épocas sobresalen temas que hoy nos suenan familiares, por ejemplo, la inclusión de género, de etnia, la diversidad cultural, el valor y la protección de la naturaleza, la importancia de las nuevas tecnologías y la formación interdisciplinaria”, dijo Rodríguez.
Asimismo, resaltó la académica, que esta “Edad de Oro costarricense es una propuesta editorial, pedagógica y literaria, heredera del ideario martiano, por muchas razones, pero quizás la más importante es, la reflexión de tratar con respeto a las identidades infantiles, y no subestimar la capacidad interpretativa, analítica y creadora de estas”.
Susana Jiménez, académica de la División de Educología del Centro de Investigación y Docencia en Educación (Cide), y especialista en tecnología educativa, afirmó que el lenguaje sonoro como recurso educativo tiene múltiples ventajas, entre ellas el aprendizaje personalizado, proporciona una experiencia más entretenida y significativa, puede ser utilizado en diferentes temas y áreas de conocimiento y facilita el acceso a la información.
“El lenguaje sonoro es un medio que nos permite comunicar de una manera diferente a la que estamos acostumbrados. Cuando escuchamos un podcast, no solo estamos recibiendo información verbal, sino que también podemos experimentar diferentes emociones gracias a la música, los efectos de sonido y la entonación del locutor. Esto nos permite conectar con la información de una manera más profunda y significativa”.
Puede escuchar los textos completos en el YouTube del IAT e el siguiente enlace: https://bit.ly/3NaNE7A Las ilustraciones estuvieron a cargo de María José Sabaten.
Lista completa
La resurrección de la rosa. Rubén Darío
La doncella heroica. Ricardo Fernández Guardia.
Los hermanitos de San Francisco de Asís. Rafael Heliodoro Valle.
El naranjo. María Leal de Noguera.
La granada. Khail Gibrán (traducción de Roberto Brenes Mesén).
El perro sabio. (traducción de Roberto Brenes Mesén).
El escorpión y la tortuga. Juan Ramón Uriarte.
La raíz y el gusano. Blanca Milanés.
Los caminos después de las lluvias. Azarías H. Pallais.
Nevando. Alberto Masferrer.
Oficina de Comunicación Universidad Nacional, Costa Rica
La bocaracá común (Bothriechis schlegelii) Foto: Alejandro Solórzano.
Luko Hilje Q. (luko@ice.co.cr)
Publicado originalmente en la revista digital europea MEER
Al leer el título del presente artículo, más de un lector pensará que perdí la chaveta, pues… ¿quién habría de proteger o conservar a un grupo de animales al que se le asocia de manera axiomática con la perfidia y la muerte?
No obstante, es pertinente insistir en que «no son, necesariamente, ni más feas ni más bonitas que otros animales, pero nacieron malditas en la memoria colectiva de la humanidad, a lo cual sin duda ha contribuido fuertemente la visión bíblica del génesis, cuando Adán y Eva fueron inducidos al pecado —¡desventuras de su apariencia fálica!— por una malévola serpiente. Pobre “animala” —sí, porque incluso le endilgaron el género femenino—, pues fue ella la que terminó estigmatizada con el pecado original, que nunca podrá borrar». Esto lo escribí en un artículo intitulado Serpientes, publicado en el diario La República (8-III-2005) para saludar la aparición de la primera edición del libro Serpientes de Costa Rica, del apreciado amigo y herpetólogo Alejandro Solórzano López.
Un neonato de la boa arborícola norteña (Corallus ruschenbergerii). Foto: Roel De Plecker.
Han transcurrido 18 años, y debo decir que ahora se renueva en mí ese regocijo, mientras me deleito hojeando y ojeando un ejemplar de la segunda edición del libro, que recién vio la luz, gracias a la visión y al tesón de Alejandro, asiduo y consumado investigador de nuestros reptiles, a cuyo estudio ha dedicado más de 40 años. Algo muy meritorio es que, a diferencia de la primera edición, emergida de la editorial del Instituto Nacional de Biodiversidad (INBio), esta vez Alejandro se aventuró a hacerlo como un proyecto personal, con los riesgos que eso implica; no obstante, con la credibilidad que se ha ganado, logró acopiar algunos fondos de entidades y personas amigas, y pudo ver cristalizado su sueño.
En realidad, si la primera edición alcanzó niveles de excelencia científica y estética, no hay un término superlativo para calificar esta nueva obra, tanto en términos cualitativos como cuantitativos. Esto es así porque, además de actualizar la información biológica y ecológica de las 147 especies hasta hoy conocidas como residentes en el territorio de Costa Rica —pues en los últimos años se describieron 10 nuevas especies—, su volumen se incrementó de 791 a 1116 páginas, mientras que la cantidad de fotografías aumentó de 300 a 710 imágenes, todas de calidad estupenda. Asimismo, en esta edición se incluyen tres nuevas y amplias secciones, provenientes de dos científicos invitados, ambos de gran prestigio en sus campos; al respecto, el Dr. Mahmood Sasa Marín escribió las secciones intituladas Origen y evolución de las serpientes y sus venenos, así como Conservación de serpientes en Costa Rica, en tanto que el Dr. José María Gutiérrez Gutiérrez hizo lo propio con la sección Envenenamientos por mordedura de serpiente en Costa Rica.
Mientras me solazo contemplando tantas formas, colores y comportamientos, no puedo dejar de evocar mi época de estudiante en la Universidad de Costa Rica.
Aunque desde muy temprano en mi carrera opté por la entomología agrícola, debía tomar algunos cursos electivos referidos a animales vertebrados, para poder graduarme como biólogo especializado en zoología. Ante este dilema, una de las pocas opciones que tenía era matricularme en el curso de Herpetología, impartido por el Dr. Douglas Robinson Clark. De él se decía que era muy estricto y hasta medio tirano, y que, con tal de encontrar y recolectar culebras, anfibios y lagartijas, llevaba a sus estudiantes a giras nocturnas por la ribera de ríos y quebradas, sin importarle otra cosa que regresar a las aulas con una muestra sustanciosa de especímenes vivos, para su posterior estudio.
Al respecto, como una confirmación de lo que se decía de él, aún recuerdo que un par de años antes de que me decidiera a inscribirme en su curso, al regreso de una gira por Guanacaste fui a esperar a una compañera que lo estaba tomando y, cuando llegaron, ¡me quedé patitieso y boquiabierto! «¡Bajen con cuidado!», les advirtió Douglas, pues en esa especie de arca de Noé con llantas —el memorable jeep Land Rover de doble cabina usado para las giras de la Escuela de Biología— viajaban más culebras, sapos, ranas y lagartijas que estudiantes. Para hacer más dramática tan pintoresca escena, en la parte posterior del vehículo, dentro de un saco de gangoche tendido sobre el piso, venía arrodajada una inmensa cascabel (Crotalus simus), mientras que en los asientos laterales flanqueaban el saco cuatro estudiantes. ¡Habían viajado cinco o seis horas con las piernas entumidas, así como con los pies intercalados con los traseros de los compañeros sentados en el asiento del frente, con tal de no pisar tan peligrosa víbora!
De momento, eso bastó para disuadirme de tomar el curso al año siguiente, aunque debo reconocer que, además, tenía cierta aversión o recelo hacia las serpientes. En efecto, recuerdo como si fuera hoy, y así lo narré en el artículo Turrialba y las terciopelos (Turrialba Hoy, mayo-junio 2005), que siendo muy niño, como familia vivimos a distancia la tragedia de Carlos Alberto Huete Coronado —cuñado de un primo hermano de mi madre—, quien en Turrialba fue mordido por una terciopelo (Bothrops atrox), sin que se le pudiera salvar la vida, tras incontables días de expectación y angustia. Así que, como no había prisa, le di largas al asunto.
Transcurrieron los años sin que yo llegara a tratar a ese temido profesor, que «hosco en su apariencia reptiliana, realmente escondía a un niño en su buen corazón, el cual afloraba espontáneo en su sonrisa y ojos cuando la timidez cedía», como lo describí en un pasaje del artículo Douglas (Semanario Universidad, 28-VI-1991), escrito a su muerte. Nuestras interacciones fueron escasas, y restringidas al ámbito político-académico, pues en dos años distintos fui presidente de la Asociación de Estudiantes de Biología y representante estudiantil, lo cual me daba el derecho de participar en las asambleas mensuales de profesores.
El herpetólogo Douglas Robinson. Foto: Franklin Chaves Solera
Sin embargo, tras obtener el bachillerato a fines de 1973, el inicio del nuevo año fue muy auspicioso, pues durante el verano pude tomar Ecología de Poblaciones, magnífico curso de posgrado ofrecido a estudiantes de países latinoamericanos por la Organización de Estudios Tropicales (OET). Aunque era un curso colegiado, con profesores de muy alto nivel, tanto nacionales como extranjeros, Douglas era el coordinador, junto con Gary Stiles y Sergio Salas Durán, y con ellos recorrimos gran parte del país aprendiendo a realizar investigación de campo. De tan fatigosos pero gratos días, en el artículo recién citado escribí lo siguiente sobre Douglas: «Nos puso a trabajar, en jornadas de más de quince horas diarias durante dos meses, para estudiar la ecología de las poblaciones naturales. El curso fue una expurgación de lo libresco, del reportecito fácil, de la biología de folletín. Ahí, entre la extenuación, nacimos como ecólogos».
Recuerdo que la primera zona que visitamos fue el suroeste del país, y durante una semana nos hospedamos en un pequeño hotel de la Compañía Bananera, en Quepos. Nomás empezando el curso, en una mañana de despiadado sol y copioso sudor, estábamos clavando unas estacas para delimitar una parcela de estudio en una plantación de palma africana. De súbito algo se movió y, a todo galillo, una compañera gritó: «¡¡¡Una culebraaaaaaa!!!», tras lo cual observamos que en el alto zacatal se formaba una ondulante estela conforme la serpiente huía veloz de nosotros y, sobre todo, de quien lanzó tan destemplado alarido.
Al instante, como si a un niño le hubieran avisado que fuera recoger un delicioso helado, Douglas sonrió con fruición y, sin pensarlo dos veces, corrió a grandes zancadas sobre la vegetación. En menos de cinco minutos estaba de regreso con la presa en sus manos, así como con una pícara sonrisa de oreja a oreja. «No se asusten. Es una boa», fue todo cuanto nos dijo. Desde ese día, Pablo —como la denominó, sin acta ni pila bautismal de por medio—, se convirtió en nuestro compañero de curso durante una semana. Ya de regreso a la UCR, y antes de partir hacia la segunda gira de estudio, al Cerro de la Muerte —las otras serían a Palo Verde, Monteverde y la Estación Biológica La Selva, en Sarapiquí—, la dejó en su laboratorio, donde lo acompañaría por varios años.
Un neonato de la boa arborícola norteña (Corallus ruschenbergerii). Foto: Roel De Plecker.
Durante los dos meses que duró el curso, la interacción cotidiana con Douglas hizo posible construir una relación académica de gran respeto mutuo, y en la que —de manera espontánea y sincera— me permitió que lo llamara por su primer nombre. Tanta fue su confianza, que en los dos años siguientes él y sus colegas me nombrarían asistente del curso, por lo que acrecentaría mi amistad con ellos, algo que me honra hasta hoy, a mis 70 años de edad, y cuando esos genuinos maestros que fueron Douglas y Sergio ya no están con nosotros.
Ahora bien, de regreso al curso lectivo normal, en marzo de 1974, tal fue mi relación académica con Douglas, que tomé con él el curso de Anatomía Comparada, así como un seminario de ecología de relaciones simbióticas, los cuales disfruté inmensamente, dada la calidad científica de este auténtico mentor. Por eso, en mi artículo póstumo expresé que «nos enseñó a dudar, a escrutar, a argumentar, a pensar. Nos transformó, para formarnos». Aún más, gracias a los provocadores desafíos que nos planteaba, me sentí estimulado para efectuar dos trabajos de investigación que, aunque breves, tiempo después se convertirían en artículos para revistas científicas, el primero de ellos sobre la relación entre la anatomía de los murciélagos y su alimentación, el cual apareció en la revista Brenesia, del Museo Nacional.
Y, bueno…, hasta entonces seguía con el pendiente de tomar el curso de Herpetología, lo cual no fue posible sino hasta el segundo semestre de 1975, y también lo disfruté mucho.
Es curioso que, por alguna razón acerca de la que nunca indagamos, para entonces Douglas había atemperado sus ímpetus de recolector. Recuerdo haber efectuado una gira al cerro Chompipe —en las estribaciones el volcán Barva— un domingo por la noche, y después algunas por varios días al Bajo de La Hondura, a Sarapiquí, a Moravia de Chirripó y al Parque Nacional Santa Rosa, y era más bien cauto; por ejemplo, en Moravia, localidad conocida como un «culebrero», nos pidió que no ingresáramos a la montaña, y que él lo haría solo —¡lo cual le agradecimos mucho, por supuesto! —, aunque al final regresó con muy poco en las manos.
Irónicamente, aunque en esas excursiones capturamos numerosos anfibios y reptiles, así como algunas serpientes no muy grandes, el único episodio adverso que enfrentamos fue más bien con sanguijuelas. En efecto, una noche, mientras recolectábamos ranas en una charca en La Selva con el agua hasta la cintura, decenas de sanguijuelas se metieron por las botas de hule y nos subieron por las piernas, para adherirse con sus ventosas a nuestra piel, mientras soportábamos de manera estoica —¡pues había que seguir recolectando! — el agudo dolor causado por sus filosos dientes. Por fortuna, como fumador empedernido que era, Douglas tenía a mano la solución, y después sacó un paquete de cigarrillos, nos dio uno a cada uno, para así quemarles el abdomen y que se desprendieran esos insaciables gusanos hematófagos, para entonces henchidos de sangre.
El otro conato de accidente me ocurrió solo a mí, pero no en el campo, sino en un aula en el sótano de la Escuela de Biología. Al respecto, recuerdo que una noche estábamos en una sesión de laboratorio, para lo cual el recordado amigo turrialbeño Federico Valverde Bonilla —asistente de Douglas—, en las mesas laterales colocaba hileras de cajas con paredes de vidrio, dentro de las cuales había serpientes. Cada una tenía una tarjeta con el nombre científico de la especie, el sexo del espécimen, así como algunos datos acerca de la historia natural y la distribución geográfica de la respectiva especie. Además, con una equis roja, en la tarjeta se indicaba si la especie era venenosa, para que no la sacáramos de la jaula ni la manipuláramos.
Éramos ocho los estudiantes, y había material de sobra para analizar, de modo que cada uno estaba en lo suyo, tomando apuntes sobre la especie de turno. Mientras tanto, Douglas se mantenía trabajando en su oficina-laboratorio, en el primer piso del edificio.
Pues…, sí. Yo había anotado la información de unas dos o tres especies, y extraído todas para revisarlas más de cerca, e hice lo mismo con la que seguía. Estaba en esas cuando, de súbito, en medio del absoluto silencio de la noche, oímos venir a Douglas desaforado, bajando por las gradas. Al embocar en la puerta del aula, se dirigió a mí y me espetó un «¡Suéltela!». Creo que no la solté para obedecer la orden recibida, sino del puro susto de ver a Douglas con la cara roja y sudorosa, así como con los ojos desorbitados.
Él la recogió del piso, la introdujo en la jaula, y respiró profundo. Y, ya aliviado, en medio de las risas de todos —para así liberarnos del tenso episodio recién sufrido—, tomó una tarjeta y la marcó con una inmensa equis roja, debajo de la cual escribió el latinajo lapsus calami, como disculpa por el serio error en que había incurrido, al no haber colocado antes esa señal de advertencia. En ese momento, ya en broma, le dije: «Bueno, Douglas…, si hubieras bajado cinco minutos después, habrías tenido que escribir rigor mortis en vez de lapsus calami». Lo cierto es que la culebrita, parecida a una «bejuquilla» y perteneciente a la especie Oxybelis koehleri —Oxybelis aeneus en aquel tiempo—, no tenía el más leve aspecto de ser peligrosa, y siempre se mostró imperturbable y dócil entre mis manos.
La falsa coral de nariz manchada (Erythrolamprus bizona). Foto: Alejandro Solórzano
Ahora bien, tras estas extensas anécdotas relacionadas con Douglas, se preguntará el lector qué tienen que ver con el libro de Alejandro. Bueno…, quizás nada. O, tal vez, mucho.
En realidad, Alejandro fue alumno, a la vez que discípulo de Douglas, quien cultivó en él la pasión por ese grupo de animales, misterioso, fascinante e incomprendido, a la vez que aprendió o heredó los métodos de trabajo propios de un auténtico biólogo de campo. Es decir, de esos que no reparan en horarios, tiempos de comidas, malos albergues, terrenos escabrosos ni adversidades climáticas, a la vez que no les importa estar expuestos a serios riesgos de manera continua, con tal de entender y descifrar lo que encierra la naturaleza, con sus especies, mecanismos y procesos, sobre todo en el mundo tropical, tan rico en diversidad de especies y en acertijos biológicos.
En tal sentido, el libro Serpientes de Costa Rica es una muestra fehaciente y elocuente de esas actitud y visión, pues para cada una de nuestras especies se consigna muy detallada información acerca de sus características anatómicas, hábitos y comportamiento, alimentación, reproducción, abundancia, distribución geográfica —ilustrada con un mapa en cada caso—, hábitats y especies afines, para así captar mejor sus interacciones en las comunidades ecológicas y los ecosistemas de las que forman parte, y en las que cumplen una función particular, de mayor o menor importancia. Asimismo, en las fotografías de cada especie —resaltadas por el papel cuché, de altísima calidad—, pocas veces se las muestra estáticas, sino que se les ve en acción, con esos elegantes movimientos sinuosos que son gráciles de por sí, al igual que de una gran plasticidad artística, a lo cual se suman coloraciones y patrones cromáticos y geométricos (rayas, bandas completas o discontinuas, mosaicos, triángulos, rombos, manchas de diversos tipos, etc.) realmente espectaculares, nunca siquiera imaginados por el más consumado pintor.
Pienso que, si la gente obviara los prejuicios, en realidad disfrutaría de contemplar criaturas tan maravillosamente concebidas durante ese incesante, complejo e indetenible proceso evolutivo que ha moldeado a la naturaleza desde que en nuestro planeta surgió la vida. Y, entonces, eso también contribuiría —y mucho— en su protección o conservación que, en el fondo, es el propósito y el mensaje principal del libro de Alejandro.
El herpetólogo Douglas Robinson. Foto: Federico Bolaños Vives
Al respecto, no debe olvidarse que, de las 147 especies que viven en Costa Rica, solamente 25 de ellas —equivalentes al 17%— son venenosas. Pero, aterrada ante su sola presencia, para el común de la gente «culebra es culebra», y es así como terminan «pagando justas por pecadoras», aunque estas últimas ni siquiera tengan noción de lo que son el pecado y la maldad. Harto sabido es que las serpientes más bien le temen y le huyen al ser humano —pues éste es una criatura ajena y extraña en su entorno natural—, y que lo atacan solo si les pisa o se les molesta, más bien para defenderse. Por tanto, el riesgo de una mordedura se puede evitar si se adoptan las medidas preventivas sugeridas por el propio Alejandro.
En efecto, esa fue una parte esencial del vasto legado científico y educativo del brillante, humilde y generoso Douglas —pionero en el campo de la herpetología en Costa Rica—, y que, como providencial y excelente relevo generacional, Alejandro ha sabido acrecentar ahora, en beneficio de nuestra salud pública y la conservación de la naturaleza.
La alacranera norteña (Stenorrhina freminvillei). Foto: Alejandro Solórzano.
Del pabellón que ocupó la Facultad de Derecho en las instalaciones que ocupó la Universidad de Costa Rica en barrio González Lahmann (frente a la actual Corte Suprema de Justicia) solo queda el templete esquinero como recuerdo y homenaje. No es casual que ese lugar se haya convertido en el centro neurálgico del Poder Judicial. Captura de pantalla del video conmemorativo del 180 aniversario de la Facultad de Derecho, UCR
Facultad de Derecho
Actividades de celebración se extenderán durante todo el año
Un Estado social y democrático de derecho no se construye de la noche a la mañana y tampoco es producto de generación espontánea. Para construir la nación que hoy es Costa Rica se ha requerido de la unión de muchos esfuerzos y el compromiso a largo de plazo de personas en distintas áreas de la función pública, así como la formación, investigación y proyección académicas constantes por parte de la que hoy es la Facultad de Derecho de la Universidad de Costa Rica.
Esta unidad académica es la de más larga data en el país. Sus raíces se asientan en lo que fue la carrera de Jurisprudencia de la Universidad de Santo Tomás, fundada el 3 de mayo de 1843, hace ya más de 180 años. Por sus aulas han pasado miles de personas que han realizado extraordinarias contribuciones en la construcción de la nación desde la función pública y desde entes privados y no gubernamentales.
Rafael Obregón Loría, en “150 años de la creación de la Facultad de Derecho (1843-1993), Libro Conmemorativo.”
“…La Universidad de Santo Tomás fue creada por decreto número 11 de 3 de mayo de 1843 suscrito por el Dr. José María Castro Madriz, como Ministro General de Costa Rica, y en los considerandos de ese decreto, se nota la intención de los hombres que fundaron la Universidad. Se habla de la importancia de la instrucción pública para el país y como labor fundamental del gobierno. Se creía que el pueblo de Costa Rica, podría ser un pueblo libre y consciente de sus obligaciones cívicas al ser un pueblo culto y que la instrucción es el baluarte de la libertad del país. Se nota en este decreto las ideas que el Dr. Castro Madríz tenía sobre la importancia de la cultura nacional…”
Esta Facultad ha contribuido en la formación de mentes brillantes que posteriormente sirvieron en los máximos cargos de los tres Poderes de la República, en el Tribunal Supremos de Elecciones, en la Contraloría General de la República, en municipalidades y como representantes del país ante organismos internacionales, entre muchos otros cargos.
Para festejar esta contribución sostenida en tres siglos distintos, la Facultad de Derecho ha programado una serie de actividades para este año, las cuales iniciaron el 3 mayo con la conferencia magistral “180 aniversario del periplo histórico-jurídico de la Facultad de Derecho de la Universidad de Costa Rica (1843-2023)”, la cual estuvo a cargo de Tomás Federico Arias Castro, director del Área de Investigación y docente adscrito a la Cátedra de Historia del Derecho.
El contenido de esta conferencia se publicará de manera seriada en la sección Voz experta entre mayo y diciembre del presente año. A manera de introducción, seguidamente se resaltan los principales momentos de la historia de esta Facultad:
En 1814, el Ayuntamiento de San José promueve la creación de la Casa de Enseñanza de Santo Tomás para cumplir con la Constitución de Cadiz en lo relativo a la instauración de escuelas en los territorios americanos. Para ese entonces, Costa Rica y el resto de Centroamérica se encontraba en medio de una gran incertidumbre, porque aunque no se había alcanzado la independencia de España, la hegemonía europea era cada vez menor. Si bien había un incipiente mercado de bienes, la población todavía no tenía una organización política propia que le permitiera definir su futuro.
Juan Carlos Calderón Gómez, decano de la Facultad de Artes
«Un saludo muy cordial a la Facultad de Derecho desde la Facultad de Artes. 180 años es un montón de tiempo y le han dado a este país un ordenamiento jurídico que nos ha caracterizado a lo largo del tiempo. Gracias, Facultad de Derecho, por todo ese esfuerzo que ha hecho durante tanto tiempo y porque muchas de las cosas que tenemos ahora han sido fruto de ese esfuerzo, de ese talento puesto al servicio del pueblo costarricense. La Facultad de Derecho no solo se celebra dentro de la Universidad, sino se celebra fuera de la Universidad, para todo el país. ¡Larga vida a la Facultad de Derecho de la Universidad de Costa Rica!»
Inicialmente, la Casa de Enseñanza de Santo Tomás funcionó en un edificio que se ubicaba en lo que actualmente es el Banco Central de Costa Rica. Los estudios que ahí se impartían eran una mezcla entre la enseñanza primaria y secundaria; de ahí que, quienes deseaban obtener un grado profesional debían trasladarse a la Universidad de León, en Nicaragua, o a la Universidad de San Carlos, en Guatemala.
En 1854, la Universidad de Santo Tomás se trasladó a otro edificio ubicado al costado sur de la Plaza Juan Mora Fernández, donde actualmente se ubica el Ministerio de Hacienda, sobre la avenida segunda de San José. Un año antes, fue declarada pontificia, un giro religioso que no fue del completo agrado del sector liberal, corriente política que tomaría fuerza hacia finales del siglo XIX. De ahí que la Universidad de Santo Tomás fuera clausurada en 1888 para dar paso a una reforma educativa que fortaleció la educación secundaria en manos del Estado. Sin embargo, eso provocó que Costa Rica se quedara sin una institución universitaria por más de medio siglo.
Francisco Guevara Quiel, decano de la Facultad de Letras
«Quisiera felicitar profundamente a la Facultad de Derecho por esta actividad, por esta trayectoria tan importante que ha tenido para la historia de Costa Rica, por ser el cimiento del Estado de derecho, que es el que gozamos actualmente y que esperamos que sigan contribuyendo para fortalecerlo de cara al futuro, frente al contexto y la coyuntura crítica que vivimos en estos momentos.»
En 1941, la Escuela de Derecho se integró a la recién fundada Universidad de Costa Rica, en Barrio González Lahmann, frente a la actual Corte Suprema de Justicia, y, once años después, retomó su categoría de Facultad. En 1960 se trasladó al naciente campus de San Pedro de Montes de Oca, a pesar de que aún no tenía instalaciones físicas propias allí. De esta manera, el edificio de la Escuela de Economía compartió sus aulas con la comunidad de estudiantes y docentes de Derecho. Según recuerda Luis Baudrit Carrillo, egresado de la Facultad y exdirector de la Oficina Jurídica de la UCR, las clases de Derecho se impartían por la mañana, mientras que las de Economía se daban por las tardes.
Por su parte, María Eugenia Vargas Solera, estudiante de la primera generación de la Escuela de Derecho de la UCR en 1941 y quien es la abogada más longeva del país, recuerda que el traslado de la Facultad del “Potrero de los gallegos” (como solía conocerse al sector que hoy ocupa el primer circuito judicial de San José) al campus de San Pedro fue caótico porque implicó dejar las comodidades que ya se tenían para ocupar aulas prestadas. Inclusive, la biblioteca no tuvo un lugar adecuado para su funcionamiento por mucho tiempo. Además, señala que era muy incómodo trasladarse desde su casa en Barrio México hasta Montes de Oca.
Esa situación se mantuvo hasta 1977, año en el que estudiantes y docentes estrenaron un nuevo edificio a la entrada de la UCR, instalaciones que fueron ampliadas y remodeladas completamente en el 2018.
La conferencia de conmemoración de los 180 años de la Facultad de Derecho fue propicia para el encuentro de egresados y estudiantes. En la imagen, Marcela Moreno Buján, decana de la Facultad de Derecho, saluda a Rafael Ángel Calderón Fournier, expresidente de la República y exalumno de la Facultad. Foto: Anel Kenjekeeva, UCR.
Rafael Ángel Calderón Fournier, expresidente de la República
“El centro de toda nuestra legislación ha sido la Facultad de Derecho, que ha sido la que ha inspirado, tutelado, revisado y apoyado todo lo que ha sido este maravilloso país en 180 años. Es algo realmente grandioso y, como costarricense, me siento muy honrado de poder estar aquí, y como exalumno de esta Facultad mucho más todavía. La Facultad de Derecho tiene que continuar el mismo camino, brindar el soporte técnico que se requiere en las transformaciones que el país vaya teniendo de aquí en adelante, como lo ha hecho en el pasado.”
Orlando Aguirre Gómez, presidente de la Corte Suprema de Justicia
“El impacto de la Facultad de Derecho, sin duda, ha sido determinante en lo que ha sido la historia de Costa Rica. Actualmente podemos visualizar la estructura del Estado que tenemos, es un Estado social y le agregamos “de derecho”, hemos creado una cultura de respeto a los derechos de las personas, sobre todo en la dimensión humana y no cabe duda que en la formación del Estado que hoy tenemos, incluso de la sociedad que hoy tenemos, ha influido el quehacer jurídico. […] En esto, la Universidad sigue siendo el referente de la calidad en la enseñanza del Derecho debe ser, yo espero que nunca caiga en el facilismo, que siga siendo un ente rector de la educación jurídica, que las otras universidades que existan o que nazcan se rijan por los niveles que aquí se enseñan.”
Enrique Castillo Barrantes, excanciller de la República
«El impacto de la Facultad de Derecho en la historia del país ha dejado una huella profunda porque es la Facultad universitaria que le dio formación a los líderes del país desde el principio. Los grandes políticos del siglo XIX y del siglo XX y aún los actuales tuvieron su formación en la Facultad de Derecho de la Universidad de Costa Rica. Ahí se sentaron los cimientos de la institucionalidad y de la democracia costarricense. Todos los presidentes fueron abogados en esos tiempos y fueron formados en la Escuela, de manera que ha dejado una huella muy profunda y la sigue dejando. […] Amenazas y periodos críticos, por ellos ha pasado el país muchas veces, pero la Facultad siempre mantuvo la misma línea recta de enseñar justamente lo que es un Estado de derecho, lo que es una democracia, lo que es un país con una institucionalidad fuerte. Esa es la ruta y yo estoy seguro que bastará con que la siga para que sigan sintiéndose sus efectos sobre el país.»
Isabella Tristán Valverde, presidente de la Asociación de Estudiantes de Derecho
“Quiero dejar mi marca en el mundo porque siento que, si pasamos por esta vida sin hacerla más fácil y equitativa para otras personas, no vale la pena el tiquete de venida a esta Tierra.”
Marcela Moreno Buján, decana de la Facultad de Derecho
“Nuestros graduados han contribuido históricamente y siguen contribuyendo de forma notoria en el proceso de gestación, desarrollo y sostenimiento del Estado social y democrático de derecho costarricense y así como con la protección y justiciabilidad de los derechos humanos. […] Somos los primeros de la educación superior de Costa Rica y somos la piedra angular del Estado social y democrático de derecho costarricense.”
Ana Carmela Velázquez Carrillo, directora del Consejo Universitario
“Esta prestigiosa trayectoria de la Facultad de Derecho también le impone un gran reto, no solo de mantener el sitio de honor hasta ahora conseguido, sino superarlo, porque los tiempos que corren son duros, confusos y violentos, y han puesto en franco peligro la estabilidad jurídica nacional y esto exige el máximo de sabiduría de nuestra Casa y de la Facultad de Derecho, porque tiene los recursos intelectuales, éticos y morales para contribuir a esta solución.”
Carlos Palma Rodríguez, representante del área de Ciencias Sociales ante el Consejo Universitario
“El impacto de la Facultad de Derecho en la historia del país es incalculable. La Escuela de Derecho, inicialmente, fue una de las instituciones que consolidó la democracia en este país. Y la consolidó con la formación de cientos, miles, de profesionales que llegaron a fundar las diferentes instituciones de este país y, básicamente, sentados en el Poder Judicial, base fundamental de una democracia; de tal manera que hay que ver a esta Facultad no solo desde el punto de vista del ejercicio profesional, sino del impacto que ha tenido en lo que es consolidar un Estado libre, democrático, un Estado social de derecho que ha permitido que este país viva en paz y mantenga una tradición civilista.”
Álvaro Sánchez González, presidente del Colegio de Abogados y Abogadas de Costa Rica
“Seguiremos siendo aliados de la Universidad porque es un compromiso país. Seguiremos siendo aliados en la defensa de la institucionalidad, de la autonomía universitaria y en la certeza de que la educación es el vehículo para la movilidad social.”
Gustavo Gutiérrez Espeleta, rector de la Universidad de Costa Rica
“Este aniversario es especial, no solo por recordarnos el crecimiento que puede tener una escuela de pensamiento, sino también por ser reflejo del propio crecimiento del país. En efecto, la hoy conocida Facultad de Derecho se ha destacado siempre por el prestigio institucional, también por la excelencia académica y la solidez de sus diversas y notables generaciones de docentes, estudiantes y personas funcionarias. Cada uno y cada una ha sabido promover y perpetuar la misión de una formación académica sólida sustentada en la enseñanza del Derecho desde una perspectiva humanista y jurídica comprometida con el desarrollo sostenible, el progreso social, económico y político del país.”
El sorteo del pasado 7 de mayo de la Lotería Nacional conmemoró los 180 años de la Facultad de Derecho.
Foto: Laura Rodríguez Rodríguez, UCR.
180 Aniversario de la Facultad de Derecho
El día de hoy, la comunidad académica de la Facultad de Derecho se complace en celebrar sus 180 años de emblemática historia, fungiendo como el pilar de la enseñanza, la investigación y la proyección social de las Ciencias Jurídicas del país. ¡Feliz cumpleaños a nuestra querida Facultad!
Fernando Montero Bolaños Periodista, Oficina de Divulgación e Información, UCR
El día 15 de mayo de 2023 la Biblioteca Nacional MIGUEL OBREGÓN LIZANO presentará a las 3 p.m. por vía Facebook Live “Ciclo: Historia, cultura y democracia. Visión histórica del derecho al trabajo en Costa Rica”, a cargo del expositor Vladimir de la Cruz, historiador.
El pasado viernes 21 de abril, la Asociación Nacional de Empleados Públicos y Privados (ANEP) informó al Dr. Ding Ding, Jefe de Misión para Costa Rica del Fondo Monetario Internacional (FMI) sobre el planteamiento obrero-social de la situación fiscal en Costa Rica y el dictamen legal sobre el pago de intereses de la deuda pública en Costa Rica en detrimento de un enfoque prioritario en Derechos Humanos.
Respecto al planteamiento, la ANEP señala que hay temas muy relevantes que se estaban dejando de lado en los análisis o bien, se habían tratado muy superficialmente como la concentración del ingreso que se genera año tras año, resultado de las leyes y normas impuestas por la política pública.
Asimismo, afirma que para corregir esta falencia, hay acciones urgentes como una eficiente gestión tributaria y aduanera que pueden dinamizar el mercado, generar empleos y traer prosperidad compartida pero, no son incluidas por las evaluaciones de los organismos internacionales ni son tomadas en cuenta por los grupos nacionales de poder económico.
Según la ANEP, Costa Rica requiere de mejorar la recaudación por el bien de un crecimiento económico robusto y balanceado de la sociedad por lo que considera que los negocios prósperos deberían contribuir con el financiamiento del Estado. Además, afirma que forzar el ajuste fiscal vía recorte del gasto social no es justo, equitativo y sostenible así como tampoco es conveniente seguir insistiendo por la vía de los impuestos indirectos.
Por otra parte, la ANEP expone que hay otros temas que no se pueden seguir invisibilizando en las evaluaciones del FMI tales como el mal funcionamiento de algunos mercados que son extractores de rentas oligopólicas por lo que al país también le urge una revisión exhaustiva de las estructuras de los mercados.
En cuanto al dictamen legal sobre el pago de intereses de la deuda pública en Costa Rica, la ANEP considera preocupante que el Presidente de la República retome la receta fácil y poco creativa de recortar gasto público que en realidad es inversión social pública en lugar de atender los problemas estructurales que son las causas y no las consecuencias.
Por lo anterior, la ANEP se posiciona a favor de la responsabilidad social, teniendo en cuenta que la deuda pública del país debe ser desagregada y priorizada en cuanto a su nivel de cumplimiento, tomando como base de criterio el Enfoque Basado en Derechos Humanos (EBDH).
En este sentido, la ANEP menciona que la deuda que tiene el gobierno central con la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS), debe ser un tema prioritario para que la seguridad social del país sea robusta y de calidad. Es decir, bajo un enfoque de Derechos Humanos, es permitido preguntarse sobre lo que es o no prioritario: ¿pagar intereses de deuda externa o cumplir con la obligación de que el gobierno central pague su deuda con la Caja?
Ante esta situación, la ANEP enlista las recomendaciones finales del dictamen, manifestando la a)necesidad de exigir al Estado Costarricense una propuesta de renegociación de la deuda pública, ante organismos financieros internacionales, b) acudir ante el Experto Independiente sobre las consecuencias de la deuda externa y las obligaciones financieras internacionales conexas de los Estados para el pleno goce de todos los derechos humanos, sobre todo los derechos económicos, sociales y culturales y c)realizar un proceso político de auditoraje de la actual deuda pública, el cual permita obtener algún nivel de claridad y de transparencia, en cuanto a una diversidad de variables.
MSc. Anais Patricia Quirós Fernández Especialista en la Enseñanza del Idioma Inglés Académica Universitaria
En biología, una sociedad invertebrada es aquella cuyos animales carecen de columna vertebral. Grupos de animales como insectos, crustáceos, moluscos o gusanos. Pero me referiré a un término tal vez no reflexionado antes en alguno de mis artículos. Este se refiere al ámbito social, el término “sociedad invertebrada” para describir una sociedad o comunidad que carece de una estructura organizativa clara, o de lideres definidos. Donde existe una falta de cohesión social y a una incapacidad para resolver problemas de manera efectiva, enfocándose a una falta de estructura o liderazgo claro.
No se puede negar que la sociedad al igual que un cuerpo humano puede enfermar. Y que cada enfermedad se clasifica según su origen; pueden ser de origen infeccioso (corrupción, delincuencia, drogadicción), genético (dominio, poder, desigualdad social), ambiental (destrucción del medio ambiente, contaminación, guerras), idiopático (de causas desconocidas, suicidio). Igualmente, estas enfermedades sociales se pueden clasificar según su gravedad: leve, moderada o grave. Y, esto puede depender de factores como la duración, la intensidad y el impacto en la calidad de vida de sus ciudadanos. También podremos clasificarlas según su sintomatología (delincuencia, corrupción institucional, abuso de poder, acoso, violaciones a los derechos humanos, violación a menores, corrupción política) y por su área de afectación en grupos sociales (niños, jóvenes, hombres y mujeres, homicidios, suicidios, femicidio, entre otras).
Cada una de estas enfermedades se puede clasificar según su evolución:aguda(problemas sociales de inicio súbito y de corta duración), abuso infantil, violación a menores, acoso y hostigamiento sexual en diferentes centros educativos; crónica(de inicio gradual y larga duración), desigualdad social, corrupción en diferentes instituciones gubernamentales y estatales; o recidivante (que tiende a reaparecer después de un periodo sin síntomas), el estrés, la falta de apoyo social y el aislamiento, enfermedades influenciadas por diferentes factores sociales. Identificar cada una de estas enfermedades sociales es muy importante ya que nos puede llevar a dar un diagnóstico, un tratamiento y plantear medidas de prevención.
Costa Rica, formada por grupos sociales como si fuese un cuerpo, que en diferentes formas enferman y presentan síntomas y que requieren de atención inmediata por sus lideres, guías y jefes a cargo, como cualquier otro país, enfrenta desafíos y problemas sociales. Negándose muchas veces, el tratamiento inmediato para prevenir la evolución de sus enfermedades.
Instituciones evadiendo la realidad de corrupción entre sus paredes: MOPT, BCR, AyA, Fundación Omar Dengo, Caja Costarricense del Seguro Social, son algunas de las partes enfermas, con diagnósticos claros, donde existe una carencia de una estructura organizativa clara. Indudablemente su evolución que de forma crónica carcome la confianza de aquella sociedad que alguna vez confió en el desarrollo de sus funciones.
Homicidios en Costa Rica 2023, en este año tenemos alrededor de 302 homicidios en diferentes zonas, le sumamos los datos brindados por INAMU, el incremento en femicidios, lo que nos permite diagnosticar el aumento de familias que vivirán con la ausencia de sus madres a cargo de la crianza de menores de edad, que luego serán miembros de dicha sociedad. Vemos una falta de cohesión social y una incapacidad para resolver problemas de manera efectiva. Propuesta de programas educativos desde edades tempranas para detener la violencia intrafamiliar que venga a modificar en cierta parte un poco las conductas violentas que se alimenta en nuestra sociedad.
El Ministerio de Salud de Costa Rica informó que el suicidio es la octava causa de muerte en el país y que se registran más de 500 casos a hoy. Aquí estamos ante una evolución recidivante donde fatores sociales generan enfermedades sociales afectando grupos vulnerables. Resultando una debilidad en la búsqueda de respuestas y ayuda a un diagnóstico que está claro, ¿son estas enfermedades de origen infeccioso?, ¿son estas graves o leves?, ¿es de evolución crónica? Lo cierto es que son los síntomas de una sociedad invertebrada, que indudablemente esta enferma, donde la notable desigualdad golpea a cada grupo, donde se refiere a los de arriba y a los de abajo. Donde la diferencia solo requiere un nombre o un apellido. Donde un niño deja de ser niño solo por la geografía, donde la educación dependerá de un lugar, y sus derechos solo serán respetados y atendidos según el origen de sus apellidos. Profesionales en busca constante de empleo, sin obtener respuesta mientras otros puesto son adquiridos solo por aquellos que fueron invitados a la piñata. Salarios fenomenalmente incrementados, por un tema de vínculos, mientras el desequilibrio notable de quienes no entraron al circulo se les agrava cada día más. Escritorios sirviendo de trono para derrochar la jerarquía de poder, donde se alimenta el acoso laboral, el abuso, y la extorsión. Alimentando el aislamiento social, falta de apoyo y stress común. Actos de corrupción que encabezan las primeras páginas de los noticieros nacionales, crímenes sin resolver que han sido archivados, sin hacer preguntas a los miembros del familiar mutilado. Infanticidio, una enfermedad grave, que aun cuando existe El Código Penal de Costa Rica que lo establece como un delito especial y que castiga con una pena mayor que la del homicidio, muchos de estos delitos quedan impune ante los ojos del culpable sin mucho cuestionamiento.
¿Cómo se podría dar solución a cada uno de los problemas anteriormente mencionados?
¡Creando leyes! ¡Aplicando castigos! ¡Mejorando la educación! ¡Permitiendo mas doctrinas religiosas! ¡Expandiendo la ayuda social! Como se sanaría nuestra sociedad enferma cuando no se tiene claro…
¿CUAL ES SU COLUMNA VERTEBRAL?
En una sociedad que tiene problemas sistémicos graves que afectannegativamente la calidad de vida de sus miembros, problemas que pueden incluir altos niveles de pobreza, desigualdad económica, corrupción, violencia, delincuencia, discriminación. Con falta de cohesión social, con un notable deterioro de las relaciones interpersonales y la falta de confianza en las instituciones. Manifestando problemas en aumento como unos de los comunes: la mala gestión de los recursos públicos y la falta de respeto a los derechos humanos.
En resumen, una sociedad enferma también esta invertebrada, cuando sus problemas estructurales y sistémicos son tan graves que afectan negativamente la calidad de vida de sus miembros, dificultando su desarrollo y progreso. Donde cada enfermedad social debería atenderse en el contexto completo del sistema social y no enfocarse únicamente en partes individuales.
Sociedad invertebrada es aquella que: carece de una columna que sostiene y responde a las diferentes enfermedades sociales. Una sociedad que no ve la igualdad y la discriminación, la justicia social, la solidaridad, la responsabilidad social y la protección de -los derechos humanos. Es aquella que omitela idea de que los seres humanos tienen obligaciones éticas y morales no solo hacia sí mismos, sino también hacia los demás y hacia la sociedad en general.