Los cambios y avances de punta tecnológicos han dejado atrás muchos principios y acuerdos de respeto mutuo y convivencia mundial. Ahora las potencias mundiales compiten en las artes de destrucción masiva o en la de precisión de misiles, utilizando la inteligencia artificial y la convencional para dominar continentes completos, zonas territoriales o países, pueden definir los espacios que van a destruir en menos de 5 minutos o, en casos intercontinentales, en media hora,[1] pueden destruir miles de km cuadrados de una nación, dejándola como fue en la edad de piedra.
En Centroamérica, en menos de una semana, las fuerzas militares de EUA y Rusia tomaron esta zona como indicada para persuadirse mutuamente de lo letal que son sus capacidades bélicas. Rusia está logrando en Nicaragua la autorización, para instalar su tercera base militar afuera del territorio ruso[2]. Con un argumento sólido, de su gobierno en la Europa del Este, puesto que está rodeada de bases estadounidenses, con un despliegue de 254 bases con instalaciones militares, liderando a la OTAN,[3] quiere acercarse más a Washington. Aunque Rusia está midiendo el mejor momento para desplazar su infraestructura militar en Nicaragua.[4]
Mucha población centroamericana, de manera equivocada, sigue creyendo que ese es un conflicto entre países demócratas contra el comunismo. No se dan por enterados que en Rusia no gobierna el comunismo, pero un sistema oligárquico, dirigidos por el partido Rusia unida.[5]
Ante los intereses de dominio imperialista estadounidense, buscando utilizar a Ucrania como trampolín, Washington esta buscando asaltar el país más grande del mundo, con 17 millones de kilómetros cuadrados. Para lo cual ha contado con el apoyo, principalmente de la Unión Europea. Dado el asecho militar y político en las barbas de Rusia, ésta parece decidida a instalar una base militar en Nicaragua. La respuesta inmediata de Washington ha sido el uso de su histórico dominio político en Costa Rica para enviar sus portaviones a este territorio. Contando con la ya antañona base militar en Honduras, es poco o nada lo que le falta para tener a Nicaragua muy rodeado de fuerzas militares gringas.
Pero esas movidas militares estratégicas de estas dos potencias, independientemente de la simpatía que tengamos hacia una o la otra, nos va a cambiar geopolíticamente nuestro contexto en más de 90 grados en pocos días. Ahora el ejército nicaragüense estará más soberbio de lo que ha sido, al igual que la pareja Ortega.
Costa Rica deja de ser aquella que “no tiene ejercito desde 1948” y deja de ser la “Suiza centroamericana”, su poder judicial impune, como sus otros poderes, podrían variar a ser más represivos contra los sindicalistas; podrían reprimir más a los grupos indígenas, además de continuar con su proyecto de privatización en el marco del neoliberalismo iniciado por el Partido Liberación Nacional o, muy dudosamente se vuelva más tolerante al crecimiento de movimientos populares y democráticos.
Honduras acaba de sembrar sus esperanzas en un gobierno menos sometido a las directrices de Washington, aunque desde su inicio en enero, le ha sido difícil, ahora con una mayor presencia e interés del Pentágono en este territorio, con una de sus principales bases militares, las dificultades para hacer que se le respete su soberanía, serán mayores. Guatemala, con una problemática interna de corrupción importante aun trata de consolidar su gobierno la administración estadounidense le puede torcer el brazo. Exceptuando El Salvador y Nicaragua la seguridad militar y policial cuenta con una presencia significativa de Israel para entrenamiento y asesoría. El Salvador se ha distinguido en su política alejada de los dictados de estas dos potencias[1]. Seguramente su cercanía con la potencia China le hace mantener esa independencia. Esta relación le da un diferente carácter a la administración Bukele.
Con esta presencia militar en conflictos traídos desde febrero, no debe sorprendernos que el Istmo centroamericano se convierta en algo parecido a Ucrania guardando, desde luego, las grandes diferencias geopolíticas. No se trata de crear miedo artificial, pero sí de prevenir una grave situación, que después de la pandemia del covid-19, la crisis económica que ya estamos sufriendo y va a empeorar en los próximos meses, debido a las casi seis mil sanciones de EUA/UE contra Rusia, ahora que esperamos algunas catástrofes naturales, igual o peores del año anterior, una crisis bélica, que aumente por cien las migraciones, el hambre, el desempleo, el contrabando, etc., etc., nos destruiría por completo nuestro habitas de por sí endeble.
Recordemos que EUA es experta en abrir conflictos militares, desestabilizar los gobiernos y producir el derrocamiento de gobiernos elegidos democráticamente por sus pueblos.[2] El negocio en la venta y uso de armas es el primero en los EUA con al menos 19.500 millones de dólares[3], después del petróleo y las drogas.
Detener este potencial conflicto entre potencias sobre el territorio centroamericano es un deber de nuestros gobiernos, como de su población o ciudadanía organizada y no organizada. Nuestra juventud debe tomar muy en consideración la probabilidad de caer en una confrontación bélica que arrastre a nuestra juventud a convertirse en carne de cañón.
La capital josefina es una ciudad sucia, maloliente, con calles nunca lavadas, y aguas negras corriendo por algunos caños. El área metropolitana no posee un adecuado sistema de alcantarillado sanitario, lo que obliga a los usuarios al uso de los contaminantes tanques sépticos. A su vez, en sus calles se encuentran deambulando personas sin hogar, muchas veces consumidas por las drogas que realizan sus necesidades en las esquinas, mientras que las cuarterías, refugio de delincuentes, son avaladas por el ojo ciego de la municipalidad.
Los ríos aledaños, se han convertido en los receptores de inmundos fluidos lixiviados, descargados impunemente desde vertederos de basura inmundos con «marca de la Alcaldía». Que junto al excesivo y a veces innecesario uso de plásticos, tan usado para empacar y encarecer las frutas en los supermercados, enferman tan silenciosamente a sus habitantes como lo hace la altamente contaminante flota vehicular, que sin árboles espera los tres o cuatro “proyectos de arborización” inaugurados por el despreocupado alcalde. Así es el ambiente en nuestra insegura ciudad capital.
¿Hubo algún motivo para «celebrar» el DÍA DEL AMBIENTE en la ciudad de San José?
El 8 de junio de 2022, se realizó el foro “Plaguicidas en Costa Rica: El Agua de Cipreses y el cuido del bien común”, organizado por el Programa Kioscos socioambientales y la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Costa Rica.
La intencionalidad de este foro fue exponer sobre la mesa, temas primordiales como el uso alarmante de plaguicidas en la agricultura de Costa Rica, mencionado en el informe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Además, del riesgo para la salud humana y el ambiente, la conservación del medio, el uso sostenible de los recursos naturales, los retos y desafíos, entre otros. Se indicó en dicho informe que, los plaguicidas usados son de alta peligrosidad, estableciendo un rango significativo de uso muy por encima de países del continente que poseen condiciones agrícolas similares a las de Costa Rica.
La mesa de panelistas fue integrada por el representante residente adjunto del PNUD Kifah Sasa; la Docente en la Escuela de Salud Pública, Rebeca Alvarado; el Químico David Bolaños; el Químico Ambiental Clemens Ruepert; la Síndica del distrito Cipreses de Cartago, Isabel Méndez y la moderadora Isabel Avendaño.
Rogelio Cedeño Castro, sociólogo y escritor costarricense
Al inmortal Beny Moré…esa mata siguaraya, no se puede cortar, porque son orishas.
“The eleventh Edition is the definitive edition?» he said ‘we’re getting the language into in final shape-the shape it’ s going to have when nobody speaks anything else. When we’ ve finished with it, people like you will have to learn it all over again. You think, I dare said, that our chief job is inventing new words. But not a bit of it ! We’ re destroying words-scores of them, hundred of them, every day. We’re cutting the language down to the bone. The Eleventh Edition won’t contain a single word that will become obsolete before the year 2050’ … (George Orwell NINETEEN EIGHTY-FOUR Penguin Books London 1990, page 54). « Its a beatiful thing, the destruction of words. Of course the great wastage is in the verbs and adjectives, but there are hundreds of nouns thet can be got rid of as well. It isn´t only the synonyms ; there are also the antonyms. After all, what justification is there for a word which is simply the opposite of some other word ? A words contains its opposite in itself. Take « good », for instance. If you have a word like « good », what need is there for a word like « bad » ? « Ungood » will do just as well-better, because it’s an exact opposite, which the other is not. Or again, if you want a stronger version of « good », what sense is there in having a whole string of vague useless words like « excellent » and « splendid » and all the rest of them ? « Plusgood » covers the meaning, or « doubleplusgood » if you want something stronger still. Of course we use those forms already, but in the final version of Newspeak there’ ll be nothing else. In the end the whole notion of goodness and badnees will be covered by only six words-in reality, only one word. Don’ t you the beauty of that, Winston ? It was B.B.’s idea originally, of course, ‘ he added as an afterthought. » (ibidem). Principio del formulario
Final del formulario
La extravagante y descontextualizada propuesta de una joven diputada “liberacionista”, a la que sus padres le compraron-por así decirlo- una curul, para convertir al inglés en la segunda lengua oficial en este pequeño país centroamericano, no sólo nos dejó sumidos en el asombro, sino que nos condujo a traer a cuento algunas reflexiones que siempre nos hemos hecho sobre el tema.
De inmediato, se nos ocurrió preguntar ¿de cuál inglés estará hablando la joven diputada? ¿será el qué se habla en la Nueva Inglaterra, Boston y alrededores?, o ¿acaso el que se habla en el sur de Inglaterra? O ¿en la llanura de Texas? Son tantos los pueblos y comunidades lingüísticas que han hecho del inglés un medio vehicular o lingua franca para expresar sus sentimientos más profundos, como también sus intereses materiales y su visión particular de mundo, que quedamos confundidos y nos preguntamos, como una reacción espontánea ¿por qué no empezar proponiendo como segunda lengua oficial al kriol limonense, una de las tantas versiones anglófonas del Caribe, ese Mediterráneo de América del que nos hablaba el gran escritor y poeta cubano Alejo Carpentier? Si de algo estaba consciente el autor de ÉCUE-YAMBA-Ó, título de su primera novela, publicada a comienzos de los años treinta, era de la gran diversidad cultural de esta parte del mundo. El que empezáramos, todos nosotros, a aprender el inglés criollo limonense, nos permitiría dar inicio a un fructífero intercambio entre los habitantes del Caribe costarricense y las gentes del interior, que con el paso del tiempo nos convertiría en una nación mucho más inclusiva y menos etnocentrista, desde luego. En este caso no estaríamos hablando del inglés como lengua extranjera, como algo que es digno de ser puesto de relieve.
Frente a todo este panorama, no siempre visible en la superficie de nuestra cotidianidad, nos encontramos con la limitación de que, dentro de la mentalidad colonizada y utilitarista de los tecnócratas de ayer y de siempre, la lengua no pasa de ser una herramienta de los explotadores para sacar provecho de sus víctimas, tal y como sucedió con el pidgin o variante lingüística del inglés, el francés, el holandés o cualquiera de las otras lenguas de los colonizadores europeos, una lengua o dialecto diseñado siglos atrás para que los esclavos africanos pudieran comunicarse con sus amos para acatar sus instrucciones, sin adentrarse en los laberintos de la lengua que hablaba el colonialismo, como un tema que no dejaba de ser un problema para aquellos insaciables europeos.
Ese inglés de que habla la joven diputada, al parecer una ferviente tecnócrata, es cómo las semillas transgénicas u organismos genéticamente modificados (OGM) con las que la Monsanto pretende despojar a nuestros agricultores y pueblos originarios de la fuente para producir sus alimentos, tanto como de sus saberes ancestrales, algo que con tanta gallardía y coraje defendió el recordado líder bribri, Sergio Rojas Ortiz, asesinado hace pocos años por los usurpadores de tierras en Costa Rica, a cuya invaluable memoria rendimos respeto.
Entonces, podemos observar que tampoco se trata, en modo alguno, del inglés de que hablábamos supra, sino de un nuevo pidgin o lengua presuntamente neutra, un inglés que sólo existe en las mentes de quienes están acabando con la posibilidad de cualquier tipo de existencia digna en nuestro planeta. Tampoco en este caso estaríamos entablando un diálogo cultural con otros pueblos, de las más diversas latitudes, que hicieron del inglés la herramienta para expresar sus sentimientos más profundos. No es para hablar con el poeta antillano Derek Walkott, ni con Bob Marley (redemption song) u otros cantores a la la lucha por la libertad, la alegría y la belleza del mundo caribeño, ni tampoco con las gentes bostonianas, canadienses o londinenses. ¿será asunto de unos dólares más, como en las películas de aquel spaguetti italiano del cine western de hace ya algunas décadas? Seguimos teniendo más interrogantes que respuestas, creo que vamos por un camino, un poco más correcto, o más cercano a la realidad. Call center, at your service my master…
Costa Rica, Colombia y Méjico son los países donde los trabajadores trabajan más horas, 48 horas semanales, de los miembros de la OCDE. Pero Colombia aprobó un proyecto para bajarlas a 42 horas. Según la organización 24 países cuentan con 40 horas o menos de trabajo semanal.
En Costa Rica la tendencia de nuestros gobernantes es contraria a la tendencia mundial, no solo a conservar las 48 horas sino a hacerlas más onerosas para los trabajadores con las jornadas de 4-3.
Por otra parte, los informes de la OCDE indican que la productividad laboral de Costa Rica, aunque ha aumentado en los últimos años, está por debajo de la media de los miembros de esa organización, lo cual significa que la productividad no está directamente relacionada con el número de horas que labora un trabajador. En otras palabras, cuando se trabaja menos, se produce más. Por ello, no es cierto que las jornadas 4-3 aumentarán la productividad. Ahí está la experiencia internacional.
En un reciente estudio de la Academia Centroamericana llamado “La Productividad en Costa Rica. Estudios sobre Productividad” de la autoría de Gloriana Ivankovich Escoto y Josué Martínez Castillo, se reconoce esta verdad:
“Al descomponer el PIB per cápita en el PIB por hora trabajada y las horas trabajadas per cápita se observa que su crecimiento durante los últimos 30 años se explica más por un aumento en la eficiencia con que se trabaja (PIB por hora) y menos por el número de horas dedicadas a la producción (ver Gráfico 2). Este resultado es más evidente en la última década, cuando el PIB per cápita crece un 2,1 por ciento en promedio por año impulsado por el aumento en el PIB por hora (3 puntos porcentuales) mientras el uso de la mano de obra (cantidad de horas trabajadas) más bien decrece (0,9 puntos porcentuales)”.
La productividad es producir más con menos recursos. Lo que significa que el trabajador o trabajadora producen más artículos o servicios en el mismo tiempo o en menos tiempo. Generalmente esto ocurre mientras el trabajador o trabajadora obtiene el mismo salario. En consecuencia, el grado de productividad crece con los mismos recursos. Es lo que la teoría marxista llama aumento de la plusvalía (explotación) y aumento de la tasa de ganancia.
Pero lo que nos interesa resaltar ahora es que la productividad no está en relación directa con el número de horas trabajadas, sino más bien con una reducción de la jornada de trabajo.
Los autores del estudio de la Academia Centroamericana expresan que, “En años recientes la productividad laboral de Costa Rica crece a un ritmo más acelerado. Durante el periodo 2008-2018, el crecimiento anual promedio de la productividad laboral en Costa rica, medida como el PIB por hora trabajada, es más alto, en comparación con países miembros de OCDE, Chile y Estados Unidos (ver Gráfico 8)”.
Cuando se cruzan estos datos con los salarios ganados por los trabajadores, se muestra la tendencia siguiente: mientras en los últimos años la productividad crece los salarios reales se estancan o decrecen.
Un estudio de la Facultad de Economía de la UCR llamado “Evolución del mercado laboral”, aunque es del 2018, indica lo siguiente:
“En el mismo gráfico se muestra que el nivel de los salarios y las tendencias de crecimiento entre sectores han sido diferentes. El sector primario tiene los salarios reales promedio más bajos durante todo el periodo e inclusive una tendencia negativa. El sector secundario tiene salarios reales promedio más bajos que el terciario, excepto en el primer trimestre del 2015, pero significativamente más altos que el primario durante todo el periodo. Además, muestra una tendencia hacia la baja desde el 2010 hasta finales del 2012 y luego una tendencia hacia el alza hasta el primer trimestre del 2015. Luego, los salarios reales del sector secundario se mantienen relativamente constantes hasta el segundo trimestre del 2017. El sector terciario tiene los salarios reales más altos, excepto para el primer trimestre del 2015, y se puede observar una tendencia al alza pronunciada desde el 2013 hasta principios del 2016. A partir de ese momento, los salarios reales del sector terciario muestran una tendencia a la baja”.
Los salarios no han ido parejos con el aumento de la productividad como lo muestran estos dos estudios.
De lo anterior se puede concluir, que la productividad de CR no se debe al aumento de las horas laboradas; que la experiencia internacional señala que cuando se trabaja menos se produce más; que tampoco la productividad en el país ha ido acompañada de una mejora sustancial de los salarios.
En fin, que cosas como las jornadas 4-3 están sustentadas en mitos que nos quieren meter para acrecentar la explotación de la mano de obra. Contraria a esta política, el mundo, incluyendo los países de la OCDE, avanzan hacia la reducción de las jornadas de trabajo (40 horas semanales o menos) y hacia un justo salario.
Hay que recuperar le viejo principio socialdemócrata de SALARIOS CRECIENTES, hoy en total abandono.
El extremismo es resultado de la hipertrofia de la irracionalidad y esta hipertrofia se da cuando se está objetiva y emocionalmente inmerso y dominado por intereses materiales, que podrían ser en sí legítimos, sino trajeran consigo miseria y la injusticia a la mayor parte del país.
Ignacio Ellacuría
Luis Andrés Sanabria Zaniboni
Seguimos dando el prudente tiempo al gobierno que recién empieza, para que pueda amueblar la casa presidencial, preparar la documentación y proyectos de ley. Es así que como comentamos en el artículo anterior, podemos seguir reflexionando sobre nuestro contexto. Por esta razón nos preguntamos ¿Cuáles sociedades se encuentran al margen del proyecto dominante?
Empecemos por desnudar un falso principio, que la concentración de riqueza ordena nuestras sociedades, que premia el “esfuerzo”, es decir genera las legitimidades y relaciones que reconocen el “esfuerzo”. En cambio, lo que dicha concentración si evidencia son las formas y modos que reproducen la dominación y explotación en nuestras sociedades, pero también impiden el surgimiento o reproducción de otras lógicas que atenten ese monopolio del discurso del “esfuerzo”.
Una supuesta “meritocracia” que premia al más vivo, en detrimento de las personas que se quedan “dormidas”, es decir aquel que sabe cómo se mueven las cosas, a quien llamar o a quien citar, dista mucho de ese esfuerzo que representa el trabajo de tantas personas, que a partir de su fuerza mueven un país.
¿Por qué falso principio? Porque la concentración de riqueza, lejos de demostrar la idoneidad de algo, es precisamente la consecuencia de muchas acciones que van desde la privación de algo hasta el despojo violento de comunidades y de nuestros bienes comunes (naturales, sociales, culturales).
Este marco nos permite identificar que proyectos de sociedad se privilegia sobre otros, es decir leyes, políticas, discursos y prácticas. En esta ocasión, no nos preocuparemos por aquellos que se imponen, sino a pensar sobre esas sociedades que desaparecen.
Siguiendo esto, podemos mirar nuestras comunidades campesinas que han sido devoradas por la expansión de monocultivos para la exportación en beneficio de la agroindustria y los mercados financieros. Esta voluntad de los sectores dominantes por la supuesta “tecnificación”, genera no sólo la destrucción del mundo rural y la migración a la ciudad, sino que la mezcla de ambos vulnera nuestra naturaleza, ya que el abandono de la tierra representa la desprotección del bosque y de los ciclos de la vida.
Esto nos lleva a repensar el conflicto que viven los pueblos indígenas ante su voluntad de permanecer en sus territorios, lo cual ha reflejado el extremo al que llega el despojo, ya que por un lado la indiferencia refleja la grave reducción de los pueblos indígenas a meros portadores del “folklore”, es decir sus formas y modos de ser en el mundo, no son reconocidas ni legitimadas.
Por esto la galopante impunidad ante los actos de violencia que procuran aterrorizar y desmovilizar a las personas indígenas en sus territorios. Sin la intensión de escarbar mucho detalle, podemos remontar la agudización de estos actos desde el 2012 al presente.
La anulación de los derechos colectivos, es una muestra más de este cercamiento de la “ciudadanía”, es decir de esas sociedades que habitan los territorios y espacios públicos, erosión y reducción constante de los “servicios públicos” (salud, educación, cultura entre otros) , muestra el camino de la reconfiguración de la ciudadanía “real”, en donde el poder económico, es decir la propiedad, poder adquisitivo y la concentración de riqueza determina el grado de libertad y capacidad de autorrealización posible de los individuos y los sujetos colectivos.
Sumado a esto, la ofensiva por la revisión de todo lo que se pueda denominar “ideología de género” muestra una vez más el cercamiento que sufre la diversidad sexual y los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres. Es decir una sociedad que estratifica los roles de género, privilegiando una supuesta “tradición” moral y un falso determinismo biológico, que esconde las relaciones de desigualdad que es fruto del poder de la dominación-esclavitud que enajena la voluntad de muchos a pocos.
Este es un vistazo hacia esas sociedades negadas, a cómo esas violencias estructurales se configuran para impedir su realización, establecen no sólo relaciones, sino también mecanismos para negar su existencia, desde la institucionalización se garantiza su invisibilidad. Tal vez, la muestra más clara de este proceso, es la ya mencionada oleada contra la “ideología de género”, que nos evidencia este proceso de negación en clave de retroceso.
¿Cómo llegamos a esto? Son muchas las trenzas de dominación que han estructurado nuestras sociedades, en ocasiones identificamos al capitalismo, patriarcado y el colonialismo, que se manifiestan desde la xenofobia, el racismo, machismo y otros más que tal vez han escuchado en otras ocasiones. Sin embargo, también son muchas las experiencias que han apuntalado hacia un compromiso por la liberación, desde la necesidad y la crítica han convertido su pensar-hacer en formas y modos instituyentes de otra cosa. Este será el centro de nuestra última entrega.
Dr. Luis Paulino Vargas Solís Economista Investigador CICDE-UNED
Leer la columna de Luis Mesalles en La Nación del domingo 29 de mayo de 2022, despejó cualquier duda que yo pudiera haber tenido sobre ese particular. Me dejó claro en qué consiste ese diagnóstico de los economistas “oficiales”, o sea, los de la corriente dominante (no hablo de “las economistas” porque no he visto que ninguna participe del debate).
La cuestión es así: durante el gobierno de Carlos Alvarado, y con Rodrigo Cubero en la presidencia del Banco Central, se siguió una “política monetaria expansiva”, que hizo descender las tasas de interés. Los “agentes económicos racionales” actuaron entonces según pronostica la teoría económica y prescriben las leyes del “libre mercado”: optaron por buscar formas de inversión más rentables, lo cual los llevó a sacar sus capitales del país, en busca de mejores y más atractivas opciones. Esa migración de capitales introdujo presiones sobre la tasa de cambio colón-dólar, que el Banco Central, bajo la conducción de Cubero, moderó echando mano de sus reservas en dólares. De ahí las desatinadas quejumbres del presidente Chaves: “me dejaron sin suficientes reservas para hacer yo, lo que critico que Carlos Alvarado hizo”. En todo caso, sabemos (y seguramente Chaves lo sabe), que no es el presidente de la República el que toma tales decisiones.
O sea, y en resumidas cuentas, Cubero y el Banco Central, no debieron propiciar tal baja en las tasas de interés, no obstante que el país sufría los violentos embates de la pandemia y la recesión económica asociada a ésta. He ahí el error y el origen del problema. Eso dicen los economistas “oficiales”.
Podríamos decir que hasta elegante resulta la lógica interna de esta narrativa. El problema es que parte de premisas incorrectas y deja muchos cabos sueltos.
En primer lugar, es demostrable que los bonos de deuda pública emitidos por el Ministerio de Hacienda, mantuvieron en todo momento, tasas de interés bastante altas. Inferiores, quizá, a sus promedios históricos, pero aún así muy favorables, y claramente superiores a las tasas de inflación nacionales.
Es también sabido que los bonos del Tesoro estadounidense, los bonos alemanes y otros bonos emitidos por gobiernos de países ricos, pagan un rendimiento ridículamente bajo. Por lo tanto, si de obtener una mejor rentabilidad se trataba, habría entonces que moverse hacia los circuitos de la especulación financiera, que domina ampliamente las bolsas de valores y los mercados financieros del mundo rico. El riesgo, en tal caso, sería mucho más alto.
Difícilmente hay detrás de esto nada racional. Todo lo contrario, más bien. Lo que hay son una serie de prejuicios ideológicos que maquillan, con tintes glamorosos, la jungla de la especulación financiera global, y un comportamiento de manada: “si todos van para allá, yo también iré en la misma dirección”. Y por ahí se fueron, entre algunos otros, los fondos de pensiones.
Por otra parte, sucede que durante este período de persistente fuga de capitales (desde mediados de 2020 en adelante), Hacienda nunca tuvo problemas para financiarse, y realizó todas sus colocaciones de bonos sin mayores contratiempos. Entretanto, escuchábamos reiterarse, una y mil veces, la trillada cantaleta: “no hay dinero para financiar la obra pública, por lo que ésta debe ser entregada en manos de las transnacionales”. Pero, contradictoriamente, “sí hay dinero” que, desde Costa Rica, es lanzado imprudentemente al agujero negro de los mercados financieros globales. En realidad, lo que no hay, y de lo que carecemos, es de un sistema financiero que haga su trabajo en serio, y genere los mecanismos -expeditos, confiables y transparentes- que permitan canalizar los fondos disponibles hacia el financiamiento de inversiones públicas que al país le urgen grandemente. Como tampoco ha habido liderazgos políticos con la lucidez y la capacidad para romper los cuellos de botella que, desde la normativa y la institucionalidad, ralentizan la ejecución de la inversión pública.
No puedo, además, dejar de referirme a la dogmática subyacente en el discurso de los economistas “oficiales”, la cual básicamente proclama: “dios mercado” ordena que lo “racional” es llevarse la plata para afuera, ante lo cual no hay nada que hacer, excepto mostrar resignación y humilde obediencia.
Las consecuencias que de esto derivan son conocidas y ya se han observado en otros países (por ejemplo: países del Asia Oriental hacia 1997): esa inflexible dogmática del “libre movimiento de capitales” puede resultar sumamente dañina. Y, claramente, le está haciendo daño hoy a Costa Rica. Si no se corrige esa ruta, sino se aplica cierta mínima dosis de racional pragmatismo en las políticas económicas, lo que pueda venir podría ser peor.
Objetivamente hablando, no cabe esperar que, ni Rodrigo Chaves ni el Banco Central, bajo la conducción de Roger Madrigal, quieran intentar ninguna corrección.
Concluyo: quedan diversos aspectos, todos importantes, a los cuales no hago referencia aquí (por ejemplo, el efecto derivado de las rentas del capital extranjero). Intentaré retomarlos posteriormente.
El próximo sábado 11 de junio, las organizaciones Bloque de Vivienda, Conatrab, Asnea, Sintrajap y Coordinadora Campesina del Caribe, se reunirá con el pueblo limonense a eso de las 9:00 a.m., en el salón Mowalt Hall, para luego realizar una caravana cultural.
Esta reunión abordará temas relevantes dentro de la provincia, entre los cuales se encuentran: el plan de empleo provincial, la baja inmediata en los precios de los combustibles, eventual nuevo recorte al presupuesto del BANHVI, el financiamiento urgente para JAPDEVA, el respaldo financiero y tributario para pescadores de la zona, el plan de apoyo agropecuario, entre algunos otros temas en importancia.
Se espera la presencia y participación en los eventos del señor presidente de la República Rodrigo Chávez Robles.
Definitivamente ha sido muy complicado esta etapa de los famosos 100 días del nuevo gobierno. Apenas se va acercando al mes, precisamente mañana, sin embargo, lo que se han encontrado en este corto tiempo son cosas que no prometen nada positivo.
La guerra de Ucrania y Rusia con las consecuencias negativas para todos, la inflación galopante y el precio del dólar disparado, con aumentos de gasolina históricos.
Los hackeos a las instituciones más importantes para la buena marcha del país, Ministerio de Hacienda y Caja Costarricense del Seguro Social, precisamente en donde se pueden determinar los grandes evasores y los grandes deudores. Resulta muy sospechoso que todo eso se haya dado a tan pocos días de la transición del gobierno. Ya lo había manifestado que era increíble ver la pasividad con que actuó el gobierno anterior ante estos ataques. No había en los rostros la más mínima preocupación sobre las consecuencias que tendrían esos ataques.
Ojalá y se pueda descubrir quienes han estado detrás de estas acciones criminales y ojalá se pueda llegar al fondo del asunto para castigar a los responsables y que no queden en la impunidad.
Pero si eso fuera poco, el tema de RITEVE viene a poner otra cáscara de banano en el caminar de este gobierno y es que no tiene parangón la irresponsabilidad del gobierno anterior que a sabiendas del vencimiento del plazo del contrato no hicieron nada para darle continuidad al servicio. Ahora el Ministro de Transporte habla claro y contundente y sin alcahuetear a nadie y sale la prensa a llamarlo confortativo. Que cumpla RITEVE con su obligación de donar todo lo que los costarricenses ya pagamos y además porque así está establecido en el convenio.
Han usufructuado por muchos años este servicio con tarifas monopolísticas y ahora se resisten a cumplir con lo pactado. Definitivamente hay que apoyar la gestión ministerial y que cumplan con lo firmado.
Dios quiera que no aparezcan más entuertos y más situaciones negativas dejada por la anterior administración y que este gobierno pueda ir cambiando lo que hemos tenido hasta ahora y que sea para bien de todos.
El doctor Rafael Ángel Calderón Guardia (izquierda) en el momento en que firmaba la ley 362 de creación de la Universidad de Costa Rica. Le acompaña el ministro de Instrucción Pública, Luis Demetrio Tinoco. (Foto UCR).
El historiador Vladimir De la Cruz manifestó en una charla virtual que ambos presidentes fueron clave en el desarrollo de la UCR y que eso no se les ha reconocido hasta el día de hoy.
Vladimir De la Cruz sostuvo en una charla virtual convocada por el Museo de la Universidad de Costa Rica (UCR) que los presidentes José Figueres Ferrer y Rafael Ángel Calderón Guardia merecen una mayor presencia en el campus Rodrigo Facio, porque ambos fueron clave en el desarrollo de esta casa de enseñanza.
Para el historiador Vladimir de la Cruz, el presidente José Figueres Ferrer, al igual que Calderón Guardia, deberían tener un mayor reconocimiento en el campus Rodrigo Facio. (Archivo Semanario).
El 6 de abril de 2022, el Museo convocó al encuentro Radiografía del Patrimonio artístico, arquitectónico y natural de la Ciudad Universitaria Rodrigo Facio Brenes, la cual tuvo como expositores principales a De la Cruz y a la arquitecta Ofelia Sanou, de quien en su momento se rescatará su ponencia.
Lo que era una jornada académica se convirtió en una clase magistral al ritmo de la memoria de Vladimir De la Cruz, quien hizo un singular y atractivo recorrido histórico por lo que fue y representó el Campus Universitario Rodrigo Facio en la década de los sesenta: con sus sodas memorables, sus plazas y los espacios para la protesta y la utopía.
El historiador argumentó que en el campus y que en la Ciudad de la Investigación ambos gobernantes deberían de tener una mayor presencia, ya sea con un busto o, incluso, en el caso de Calderón Guardia ese es el nombre que debería de llevar la nueva sede universitaria.
Destacó que cuando Calderón Guardia fundó la UCR bien pudo darle continuidad a la Universidad de Santo Tomás, pero que imbuido por el espíritu laico y de libertad experimentados en la Universidad de Lovaina y la Universidad Libre de Bruselas, ambas en Bélgica, optó por crear una nueva casa de enseñanza superior.
“Si Calderón Guardia le hubiera dado continuidad a la Universidad de Santo Tomás, la Iglesia Católica hubiera tenido una gran influencia, porque aquella tenía un carácter pontificio”, afirmó.
De esta manera, la UCR se fundó el 26 de agosto de 1940, fecha en que el Presidente Calderón Guardia firmó la ley número 362 y que llevaba por nombre “Ley Orgánica de la Universidad de Costa Rica”, la cual en su artículo primero establecía: “Crease, con el nombre de Universidad de Costa Rica, una institución docente y de cultura superior que tendrá por misión cultivar las ciencias, las letras y las bellas artes, difundir su conocimiento y preparar para el ejercicio de las profesiones liberales”.
En esa mañana de miércoles, De la Cruz, quien fuera catedrático en la UCR, hizo un recorrido por lo que significaron espacios que permitían una convivencia entre los profesores y los estudiantes más allá de las clases habituales, y habló de cómo existía, además, una conciencia para vivir la universidad en un contexto de Guerra Fría y el mundo bipolar.
El objetivo de la actividad, organizada por Eugenia Zavaleta, coordinadora del Museo de la UCR, era realizar una especie de balance entre las ponencias que ya antes —2018— se habían hecho en relación con el patrimonio de la Ciudad Universitaria, y De la Cruz tomó al vuelo la oportunidad para tirar de su magnífica memoria y hacer vivir a los asistentes virtuales una clase histórica y llena de interpretaciones con una hondura ideológica.
De la Cruz destacó que Estudios Generales era el corazón de la vida universitaria en los años sesenta y setenta. (Foto Karla Richmond,UCR).
Fue tal el hechizo con que lo hizo, que cuando terminó de exponer dio la sensación de que hubo amagos de aplaudirle.
Para De la Cruz, quien participó a mediados de los sesentas y comienzos de los años setenta en la Federación de Estudiantes, uno de los elementos más importantes de aquellos años eran las sodas, y resaltó la de Estudios Generales y la inolvidable soda Guevara, a donde los profesores acudían a tomar café, a fumar y de paso a compartir en un espacio más distendido con los educandos.
A la Guevara asistían, por ejemplo, los filósofos Constantino Láscaris y Teodoro Olarte Sáenz, ambos españoles, y quienes en “la Gueva» conversaban con los alumnos en un ambiente más distendido.
De la Cruz contó que una vez estaban ahí reunidos cuando llegó un señor bajito, ya muy mayor, quien les dijo: “Muchachos, los puedo acompañar a tomar café”. Era nada más y nada menos que Abelardo Bonilla.
Relató que ante el sí unánime, les replicó: “Quiero discutir de libertad”. Y agregó el historiador: “Aquello era una maravilla, porque Bonilla había sido vicepresidente de la República y tenía una cultura enciclopédica extraordinaria”.
Algo similar a lo ocurrido en la Guevara sucedía en la soda de la Escuela de Estudios Generales, donde la interacción entre profesores y estudiantes era común, lo que hacía que el encuentro se tornara de una gran riqueza desde el punto de vista formativo.
Para De la Cruz, el que se fueran perdiendo esos espacios no tiene un carácter accidental, sino que responde a una visión, a una ideología.
“Las sodas tenían un papel. Los nuevos edificios ya carecen de estos espacios y para mí esto tiene un carácter ideológico, entendida la ideología como la que justifica la dominación y los procesos de dominación, no es, como se cree, una suma de ideas”.
Las iglesias góticas de la Edad Media, recalcó, son un claro ejemplo de cómo un edificio sirve para oprimir y aplastar al ser humano. Igual sucedía con la Corte Suprema de Justicia de Costa Rica, con aquellos mármoles imponentes que hacían que cuando un campesino entraba ahí, se sintiese aplastado.
La siembra de árboles en la Plaza 24 de Abril fue un acto ideológico, aseguró De la Cruz. (Archivo Semanario).
“Nuestras facultades hoy tienen algo de eso. Siento como que hay una opresión, poco espacio interno, y que no hay vida, que existen como túneles. Esto viene a contrarrestar con los espacios públicos que tuvimos con motivo del auge estudiantil”.
En efecto, en el período analizado por De la Cruz –entre 1967 y 1975—, los estudiantes se manifestaban en la Plaza 24 de abril, en el Pretil, y en los diferentes espacios universitarios en los que bullía una conciencia por un mundo más justo, más humano y por el mero hecho de estar del lado de numerosas causas nacionales e internacionales.
La colocación de árboles en la Plaza 24 de abril fue analizada por De la Cruz, en un momento glorioso de su exposición, como un acto ideológico por parte de Guillermo Chaverri, quien fue Vicerrector de Fernando Durán Ayanegui.
“La Plaza 24 de abril era un espacio recreativo y para organizar protestas. Guillermo Chaverri, en un claro acto ideológico, dispuso sembrar árboles en el espacio público. La siembra de estos árboles fue un acto ideológico. Protestamos, porque era un espacio democrático y de concentraciones. Ya hoy nadie pensaría en quitar esos arbolitos”.
Pasillos y avisos
Dentro de esa arquitectura construida en el campus Rodrigo Facio y las actividades que se vivían en los años de grandes protestas, influenciadas por aires que todavía provenían de la reforma de Córdoba, hasta la colocación de techos en los pasillos requería de luchas, destacó el profesor de historia.
De la Cruz explicó cómo en época de invierno era demasiado complicado acercarse a una parada de buses o trasladarse de una facultad a otra, por lo que les pidieron a las autoridades universitarias que pusieran techos entre los distintos edificios, lo que lograron no sin antes tener que recoger firmas y presionar en diferentes frentes.
Respecto de las posibilidades de expresarse libremente en el campus, De la Cruz narró que los integrantes de la Federación de Estudiantes pegaban papelitos en las paredes para dar a conocer informaciones valiosas, pero que en un momento dado supieron que el director administrativo, Carlos Caamaño, los mandaba a quitar, por lo que tuvieron que dirigirse directamente al rector Carlos Monge Alfaro para exponerle dicha problemática.
“Nosotros luchábamos por nuestros espacios de opinión, pero nunca hicimos una pintada de un edificio. Llamábamos a concentraciones con megáfonos o utilizamos la propia soda de Estudios Generales para llamar a la acción. Alguna vez hicimos unos volantes y los pegamos en los pasillos y en las paredes con masking tape, pero el director Carlos Caamaño empezó a quitarlos. Fuimos entonces donde Carlos Monge Alfaro y le explicamos que si nos quitaban los pelitos y carteles íbamos a hacer pintadas en los edificios. Ahí mismo, en el acto, don Carlos llamó a Caamaño y le indicó que no debían quitar nuestros carteles”.
En este sentido, De la Cruz consideró que algo está fallando en la actualidad, cuando se hacen pintadas en los edificios sin mayores argumentos. “Nosotros nunca tuvimos que hacer una solo pintada”.
Elogio a los auditorios
En su recorrido memorístico e histórico por el campus de la Universidad de Costa Rica, De la Cruz recordó que la mayoría de los edificios que se construyeron en la Ciudad Universitaria Rodrigo Facio tenían grandes auditorios, que era espacios de un valor incalculable para la discusión de distintas problemáticas, pero que, lamentablemente, las nuevas construcciones ya no los incorporan, y si lo hacen, son lugares pequeños que no resultan atractivos.
Esta es, en su criterio, otra de las pérdidas que ha experimentado la Ciudad Universitaria como un lugar para el encuentro, la disputa ideológica, la oratoria y la discusión de los problemas nacionales e internacionales.
Era tal la efervescencia de los años dorados de la universidad, que De la Cruz recordó que ellos imprimían y regalaban el Manifiesto Comunista, como una manera de fomentar la cultura y el pensamiento.
Hoy esas prácticas se ven muy distantes, acotó, al tiempo que destacó que, entre los universitarios, hubo grandes oradores como Fernando Berrocal, quien fuera candidato a la Federación de Estudiantes en una contienda en la que estuvo como aspirante Ana Ligia Rovira, quien al final perdió con su contrincante.
Rodolfo Cerdas era otro de los oradores destacados en tiempos en que esta práctica en el campus, influenciada por griegos y romanos, era más usual de lo que parece.
De la mano de ello, estaba el Centro de Recreación, un lugar para discutir, donde se efectuaban los congresos estudiantiles, y era un espacio con un auditorio abierto y grande.
Todo ese clima redundaba en que la vida universitaria se caracterizaba porque prevalecía un espíritu libre.
Dentro de ese contexto se presentó el famoso incidente en que un grupo de estudiantes empezó a silbar al entonces presidente José Figueres Ferrer y la reacción que este tuvo con Pablo Azofeifa, miembro de la Federación Estudiantil, a quien el mandatario abofeteó en la Facultad de Economía y de Derecho.
El golpe que don Pepe le dio a Pablo Azofeifa, ese 17 de febrero de 1971, le dio la vuelta al país y al mundo. El estudiante era hijo de Isaac Felipe Azofeifa, amigo personal del Presidente.
Sobre esa situación, De la Cruz confesó que él le dijo a Azofeifa, a quien en realidad la cachetada no le había afectado grandemente desde el punto de vista físico: “Si querés te doy un golpe y te rompo la boca y hacemos un molote contra Figueres, pero el pendejo ese dijo que no”
Agregó que “al final del día fue un escándalo tan grande, que don Pepe habló en cadena nacional y explicó que a un Presidente se le puede chiflar en la universidad, pero lo que no se puede hacer es faltarle el respeto a una persona mayor —él tenía 64 años— y que por eso tuvo que pegarle, para educarlo. Mi abuelita Ofelia, que era una antifiguerista declarada, me dijo, ´tiene razón, en eso tiene razón´. También era la manera en que Figueres decía las cosas”.
La función de las sodas universitarias, tanto la de Generales, como la Guevara, que estaba fuera del campus, eran imprescindibles para generar conversación y pensamiento. (Foto Internet).
Un verde magistral
En la actividad, que llevaba por título Radiografía del Patrimonio artístico, arquitectónico y natural de la Ciudad Universitaria Rodrigo Facio Brenes, De la Cruz resaltó la visión que hubo desde el principio en la construcción del campus, que priorizó zonas verdes y que eso le daba un gran valor, por encima de universidades de la talla de la UNAM en México, o la de Caracas, en Venezuela.
En su percepción, eso sí, hay margen para seguir mejorando y muchos de los árboles debieran tener una placa explicando su especie y el por qué los escogieron para ubicarlos en el campus.
De igual manera, llamó al Museo de la UCR a que haga un esfuerzo por identificar y poner placas de las personalidades que se destacan en la Ciudad Rodrigo Facio, y ahí fue cuando insistió en que ni José Figueres Ferrer ni Rafael Ángel Calderón Guardia han tenido el reconocimiento que se merecen.
Recordó que existe un busto de Calderón Guardia detrás de la Rectoría, pero que está prácticamente escondido.
Por eso, consideró que, a la Ciudad de la Investigación, donde imperan construcciones con un espíritu distinto al campus Rodrigo Facio, deberían bautizarla con el nombre de Rafael Ángel Calderón Guardia, por el decisivo apoyo que tuvo el gobernante en la creación y crecimiento de la UCR.
Tras la charla, el corolario que dejó en la audiencia fue la nostalgia de aquellos años idos, en los que la vida universitaria era más que asistir a clases y en la que los espacios públicos del campus cobraban una relevancia especial para convocar a la utopía, a la rebeldía, a la discusión, y a una universidad más humana y profunda, y en la que más allá de las ideologías, el estudiantado siempre jugó un rol protagónico e hizo muchas veces de trapecista al arriesgar el todo por el todo en sus múltiples posturas en defensa de una universidad libre y comprometida con las causas más nobles y justas.