¿EL INGLÉS: SEGUNDA LENGUA OFICIAL EN COSTA RICA?

Rogelio Cedeño Castro, sociólogo y escritor costarricense

Al inmortal Beny Moré…esa mata siguaraya, no se puede cortar, porque son orishas.

“The eleventh Edition is the definitive edition?» he said ‘we’re getting the language into in final shape-the shape it’ s going to have when nobody speaks anything else. When we’ ve finished with it, people like you will have to learn it all over again. You think, I dare said, that our chief job is inventing new words. But not a bit of it ! We’ re destroying words-scores of them, hundred of them, every day. We’re cutting the language down to the bone. The Eleventh Edition won’t contain a single word that will become obsolete before the year 2050’ … (George Orwell NINETEEN EIGHTY-FOUR Penguin Books London 1990, page 54).
« Its a beatiful thing, the destruction of words. Of course the great wastage is in the verbs and adjectives, but there are hundreds of nouns thet can be got rid of as well. It isn´t only the synonyms ; there are also the antonyms. After all, what justification is there for a word which is simply the opposite of some other word ? A words contains its opposite in itself. Take « good », for instance. If you have a word like « good », what need is there for a word like « bad » ? « Ungood » will do just as well-better, because it’s an exact opposite, which the other is not. Or again, if you want a stronger version of « good », what sense is there in having a whole string of vague useless words like « excellent » and « splendid » and all the rest of them ? « Plusgood » covers the meaning, or « doubleplusgood » if you want something stronger still. Of course we use those forms already, but in the final version of Newspeak there’ ll be nothing else. In the end the whole notion of goodness and badnees will be covered by only six words-in reality, only one word. Don’ t you the beauty of that, Winston ? It was B.B.’s idea originally, of course, ‘ he added as an afterthought. » (ibidem). Principio del formulario


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La extravagante y descontextualizada propuesta de una joven diputada “liberacionista”, a la que sus padres le compraron-por así decirlo- una curul, para convertir al inglés en la segunda lengua oficial en este pequeño país centroamericano, no sólo nos dejó sumidos en el asombro, sino que nos condujo a traer a cuento algunas reflexiones que siempre nos hemos hecho sobre el tema.

De inmediato, se nos ocurrió preguntar ¿de cuál inglés estará hablando la joven diputada? ¿será el qué se habla en la Nueva Inglaterra, Boston y alrededores?, o ¿acaso el que se habla en el sur de Inglaterra? O ¿en la llanura de Texas? Son tantos los pueblos y comunidades lingüísticas que han hecho del inglés un medio vehicular o lingua franca para expresar sus sentimientos más profundos, como también sus intereses materiales y su visión particular de mundo, que quedamos confundidos y nos preguntamos, como una reacción espontánea ¿por qué no empezar proponiendo como segunda lengua oficial al kriol limonense, una de las tantas versiones anglófonas del Caribe, ese Mediterráneo de América del que nos hablaba el gran escritor y poeta cubano Alejo Carpentier? Si de algo estaba consciente el autor de ÉCUE-YAMBA-Ó, título de su primera novela, publicada a comienzos de los años treinta, era de la gran diversidad cultural de esta parte del mundo. El que empezáramos, todos nosotros, a aprender el inglés criollo limonense, nos permitiría dar inicio a un fructífero intercambio entre los habitantes del Caribe costarricense y las gentes del interior, que con el paso del tiempo nos convertiría en una nación mucho más inclusiva y menos etnocentrista, desde luego. En este caso no estaríamos hablando del inglés como lengua extranjera, como algo que es digno de ser puesto de relieve.

Frente a todo este panorama, no siempre visible en la superficie de nuestra cotidianidad, nos encontramos con la limitación de que, dentro de la mentalidad colonizada y utilitarista de los tecnócratas de ayer y de siempre, la lengua no pasa de ser una herramienta de los explotadores para sacar provecho de sus víctimas, tal y como sucedió con el pidgin o variante lingüística del inglés, el francés, el holandés o cualquiera de las otras lenguas de los colonizadores europeos, una lengua o dialecto diseñado siglos atrás para que los esclavos africanos pudieran comunicarse con sus amos para acatar sus instrucciones, sin adentrarse en los laberintos de la lengua que hablaba el colonialismo, como un tema que no dejaba de ser un problema para aquellos insaciables europeos.

Ese inglés de que habla la joven diputada, al parecer una ferviente tecnócrata, es cómo las semillas transgénicas u organismos genéticamente modificados (OGM) con las que la Monsanto pretende despojar a nuestros agricultores y pueblos originarios de la fuente para producir sus alimentos, tanto como de sus saberes ancestrales, algo que con tanta gallardía y coraje defendió el recordado líder bribri, Sergio Rojas Ortiz, asesinado hace pocos años por los usurpadores de tierras en Costa Rica, a cuya invaluable memoria rendimos respeto.

Entonces, podemos observar que tampoco se trata, en modo alguno, del inglés de que hablábamos supra, sino de un nuevo pidgin o lengua presuntamente neutra, un inglés que sólo existe en las mentes de quienes están acabando con la posibilidad de cualquier tipo de existencia digna en nuestro planeta. Tampoco en este caso estaríamos entablando un diálogo cultural con otros pueblos, de las más diversas latitudes, que hicieron del inglés la herramienta para expresar sus sentimientos más profundos. No es para hablar con el poeta antillano Derek Walkott, ni con Bob Marley (redemption song) u otros cantores a la la lucha por la libertad, la alegría y la belleza del mundo caribeño, ni tampoco con las gentes bostonianas, canadienses o londinenses. ¿será asunto de unos dólares más, como en las películas de aquel spaguetti italiano del cine western de hace ya algunas décadas? Seguimos teniendo más interrogantes que respuestas, creo que vamos por un camino, un poco más correcto, o más cercano a la realidad. Call center, at your service my master…