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Etiqueta: crecimiento

El triunfo del Frente Amplio uruguayo: lección para América Latina

Francisco Esquivel V.
Economista

El Frente Amplio uruguayo (FA-UY) logró una importante victoria electoral, recobrando el poder luego de haberlo perdido durante un período gubernamental. De esta manera, Uruguay será gobernado por el Frente durante 20 años de los 25 del período 2005 – 2030. En los primeros tres gobiernos se aplicó una política económica y social que generó crecimiento con beneficio para la población, con más intensidad en los dos primeros períodos. Esto rompió el dominio de los dos partidos tradicionales que habían gobernado durante el siglo XX: el Partido Blanco y el Partido Colorado. Fue una demostración de que en América Latina puede ejecutarse una política pública de crecimiento, combinando la expansión exportadora con el estímulo al mercado interno. También se demostró que el crecimiento del mercado interno sólo es posible mediante una clara política distributiva en favor de los sectores más rezagados.

En 2019 el FA-UY perdió la elección presidencial ante el Partido Blanco, debido a un desgaste de la gestión gubernamental que mostró un “distanciamiento respecto a la gente” y una pérdida de contacto con el sector empresarial. El Frente revisó lo sucedido y en 2024 ha regresado con la suficiente fuerza para ganar la elección con claridad (un poco menos de 100.000 votos de diferencia) y plantearse la recuperación de los mejores momentos de los primeros 15 años al frente del gobierno. El presidente del FA-UY, Fernando Pereira, define este resultado como el producto de un trabajo puerta a puerta que duró tres años: el resultado de “chancletear” todo el país (www.youtube.com/watch?v=6hUovOa_2lc).

Varios analistas han definido al FA-UY como un partido raro. Es diferente a los otros frentes amplios que operan en América Latina. En realidad, es una coalición de diferentes tendencias que tienen en común la búsqueda del crecimiento combinado con el bienestar de la gente, en un marco de respeto profundo a la democracia uruguaya y a sus rivales políticos. Social demócratas, demócratas cristianos, socialistas, ex tupamaros, ambientalistas y tendencias similares se unen en el FA-UY desde hace 50 años. Todos se definen de izquierda, basados en los principios particulares de cada uno. En este contexto, el concepto de “izquierda” significa solidaridad con los que menos tienen, defensa de los mecanismos estatales que propician la redistribución del ingreso, defensa de la democracia, rechazo al totalitarismo. Así, todas las tendencias citadas se preguntaron: ¿estamos de acuerdo con estos principios? Si. Entonces, actuemos juntos para mejorar al Uruguay. No nos peleemos por tonteras, impulsemos un programa de cambio compartido. Hay un programa básico compartido; pero, cuando hay diferencias de criterio sobre puntos fuera de ese programa, se respeta la opinión de cada uno y su libertad para actuar de acuerdo a sus creencias. Como resultado de esta visión el FA-UY es el partido más grande de Uruguay. En el siguiente enlace se encontrará el programa 2025 – 2030: www.frenteamplio.uy/prioridades-para-gobernar-uruguay-2/

El logro económico

Los dos primeros gobiernos del FA-UY generaron los mejores logros económicos, como se observa en el gráfico 1. En el período 2005 – 2009 gobernó Tabaré Vázquez y en el período 2010 – 2014 José “Pepe” Mujica fue el presidente. La economía creció por encima del 5% anual, combinando la expansión exportadora con el impulso del mercado interno. La capacidad exportadora mejoró notablemente, con lo que las exportaciones por habitante aumentaron un 73%. Influyó un ambiente internacional favorable con precios al alza de los productos de exportación. Pero, el solo hecho del entorno internacional favorable no es suficiente para explicar este tipo de expansión. Se necesitan políticas de promoción de la exportación. Un ejemplo de esto fue la atracción de la inversión extranjera que pasó de US$1.400 millones en el período 2000 – 2004 a US$12.400 millones en el período 2010 – 2014. Además, el crecimiento exportador se vinculó con el mercado interno a través de una política de salarios crecientes y un incremento del gasto social estatal. De esta manera, el consumo de las familias por habitante aumentó un 76% de 2004 a 2014. Esta década demostró que el progresismo puede manejar la economía latinoamericana con eficiencia propiciando la expansión empresarial y el bienestar de la población. El conductor de la política económica de este período fue el economista social demócrata Danilo Astori, destacado catedrático de la Universidad de la República. Astori fue Decano de la Facultad de Ciencias Económicas de esa Universidad, la principal del país.

El FA-UY impulsó el crecimiento entendiendo que es el resultado de la combinación de la exportación con el mercado interno. No le tuvieron miedo a la globalización, pero la asumieron con políticas claras. No le tuvieron miedo a la inversión extranjera, por el contrario, la propiciaron. No le tuvieron miedo a la concesión de obra pública, ni a las alianzas público – privadas. Entendieron que se trata de impulsar una fórmula apropiada: el progreso empresarial y el bienestar de la población deben ir de la mano, con políticas claras de desarrollo del mercado externo y del mercado interno, con políticas contundentes de redistribución como se verá más adelante.

Gráfico 1

Datos económicos

El tercer período, 2015 – 2019, liderado de nuevo por Tabaré Vázquez, reveló un desgaste de la gestión del FA-UY. Los resultados macroeconómicos se debilitaron como lo muestra el gráfico 1. El proceso exportador continuó, pero con menos intensidad. Esto afectó la dinámica inversora lo que se tradujo en una salida de inversión extranjera. El consumo de las familias también mejoró, pero de manera lenta. Tales factores se combinaron para que la economía creciera un pobre 0,70% anual. El Partido Blanco aprovechó este mal desempeño económico para ganar la elección de 2019. Sin embargo, el resultado del período 2019 – 2023 no fue bueno, creciendo la economía un limitado 0,85% anual. Influyó en esto la pandemia de 2020 – 2021. Pero, el rebote natural, post pandemia, no tuvo la intensidad adecuada. La exportación se recuperó lentamente y se observó cierta recuperación de la inversión extranjera, pero insuficiente. No hubo políticas de distribución favorables a los sectores más rezagados, por lo que el consumo de las familias mejoró limitadamente, así como el mercado interno no fue un factor de crecimiento. Esto facilitó que el chancleteo, citado por Fernando Pereira, rindiera resultados positivos en la reciente elección presidencial generando el cuarto gobierno del FA-UY.

El logro social

El éxito de la política económica de los gobiernos del Frente está relacionado con la política distributiva favorable a los sectores más rezagados. El gráfico 2 presenta un pequeño grupo de indicadores que revelan la orientación de esa acción distributiva.

Gráfico 2

Datos sociales

El ingreso promedio de la población trabajadora aumentó un 60% de 2005 a 2017. El crecimiento económico y esta política distributiva bajaron la pobreza sustancialmente del 20% de la población al 4%. Asociado a lo anterior, la distribución del ingreso mejoró sustancialmente haciendo que el índice de Gini bajó de 0,47 a 0,39, en los primeros años del proceso. Este índice fluctúa entre 0 y 1. Conforme se acerque a 0 la distribución mejora, lo que sucedió en el período mencionado.

Es claro que las políticas distributivas se deterioraron al final del tercer gobierno del FA-UY, revelando el desgaste de la gestión del partido. Sin embargo, es importante observar que el Partido Nacional, en el período 2020 – 2023 no logró revertir esta situación. En parte afectó la pandemia. Pero, una vez superado este problema, no existió voluntad para aplicar una política distributiva consistente, por lo que el ingreso de las personas no superó el nivel dejado por el segundo gobierno de Vázquez. Asociado a esto observamos que la pobreza aumentó levemente y la distribución del ingreso también se deterioró.

La lección para América Latina

La experiencia del FA-UY revela que el progresismo puede manejar con éxito cualquier economía latinoamericana. Es falso que el neoliberalismo sea la opción que tiene la fórmula del éxito. Por el contrario, cada vez queda más claro que la extrema derecha neoliberal lleva al fracaso a nuestros países. El caso más claro es la experiencia argentina con Javier Milei, que está destruyendo la producción, aumentando el desempleo y la pobreza y perpetuando la desigualdad. Con las políticas alternativas del progresismo se puede alcanzar buen desempeño macroeconómico y mejoras sustanciales en el plano social. Pero se requiere de un enfoque unitario de todas las fuerzas que quieran el cambio progresista. Este cambio no será propiedad de un solo grupo, aislado del resto de las fuerzas progresistas. Hay muchas fuerzas que comparten esa visión progresista, entendida como la vocación por el crecimiento con beneficio para la población, en un marco de democracia plena. Los social demócratas, los demócratas cristianos, los socialistas, y demás fuerzas similares, persiguen objetivos comunes de bienestar humano. La unión de esas fuerzas conduce al éxito.

Las instituciones importan…

Caryl Alonso Jiménez

El estudio de la antropología del desarrollo es el dispositivo teórico para el estudio de la cadena de procesos económicos, sociales y políticos de la realidad…

Caryl Alonso Jiménez

Pensar en el desarrollo en términos de su mejor alternativa no es simplemente lo que se cree, piensa o se imagina; sino la evidencia de cómo debiera emprenderse las siguientes etapas. Y sin dejar de lado las fallas y lecciones para aprender del pasado, (Santayana, 1863-1952).

Por eso vale repasar todos los ángulos. Los mejores hombres y los más inteligentes incluyendo los estrategas (hasta los embusteros), ven el pasado como la medida del tiempo, y quien mejor lo explicó fue Robert Kaplan, en “El retorno a la Antigüedad” (2022). Kaplan es redactor del Atlantic Monthly y columnista colaborador del Washington Post, New York Times, entre otros.

Por cierto, libro que los políticos y algunos académicos entusiasmados por el posmodernismo despreciaron… ¡Vaya insensatos y soberbios, allí está la lección…! El mismo Steve Job (1952-2011), se los dijo en aquella famosa alocución sobre los genios… esa grabación que algunos miran y oyen en la intimidad, pero no escuchan el ruido…

Vale recordar que Kaplan fue lectura para los mariscales de campo en la guerra del Golfo a principios de este siglo. El libro está en digital para quienes quieran leerlo.

Un buen ejercicio entonces en esa línea, para ver más lejos (Newton, 1643-1727), desde la antropología del desarrollo, en un curso del mismo nombre que por invitación de uno de los científicos sociales más importantes de Guatemala, Doctor Nelson Amaro, que impartiré en la maestría, Estrategias Público-Privadas de Desarrollo Sostenible.

Al repasar entonces desde esa perspectiva, los procesos de reforma Estatal en la década de los 80 en el siglo pasado, cuando se reconfiguró, (eufemismo, que realmente consolidó lo que ya venía de decenas de años en Latinoamérica), la compleja institucionalidad pública y facilitó vías para liberar la economía que contó con el apoyo de las corrientes internacionales y nacionales para el supuesto nuevo Estado actual.

Que, entre otras premisas inconclusas, buscaba gestar mayores competencias a los gobiernos subnacionales para abrir nuevo camino hacia la reactivación territorial (Burky, 1989; Dillinger, 1992), que nunca fueron el objetivo en esta región.

Fue una especie de silogismo: dos premisas verdaderas (liderazgo local y libertad de elegir autoridades municipales -Art. 253, CPRG 1985-), pero de conclusión falsa: no se podía lograr por la incapacidad de gestión y autonomía municipal que persiste hasta ahora. ¿Por qué insistir en engañarnos en ese enfoque que nunca dio resultado?

Al parecer lo quieran o no aceptar, tienen responsabilidades históricas sobre esa verdad (academia, elites, políticos, dirigentes sociales) al respaldar decisiones políticas que marcarían al Estado y las instituciones de hoy. Daniel García lo repitió en su libro, “Y para cuándo los bienes publicos? (2018).

Fue tan grave que no se tiene claridad de las consecuencias excepto por las debilidades institucionales del Estado para intervenir en las fragilidades cotidianas: seguridad ciudadana, opacidad, violencia, salud, educación, infraestructura, vivienda y empleo.

Al analizar las reformas fue evidente que el proceso con matices económicos fortaleció la estabilización macroeconómica que favoreció al sistema crediticio, monetario y cambiario. Estimuló el crecimiento sin alcanzar índices de crecimiento de antes de 1980. El sector económico se fortaleció y creció, pero las instituciones públicas se debilitaron.

La modernización en Guatemala tuvo su epítome a partir de la Consulta Popular de 1994 que se constituyó en el centro del debate de los sectores sociales, económicos y gobierno. Ese torbellino se centró en la reforma fiscal y tributaria, pero no alcanzó acuerdos, excepto para reformas del sistema financiero (Art. 133, CPRG, 1985).

Al analizar el contexto histórico en profundidad, hace evidente que el problema era político, debió alcanzarse acuerdos y consensos. No se definió la ruta para 30 y 40 años en términos de bienestar. Pero en esos mismos años Singapur si lo logró, entonces, ¿Dónde estuvo la diferencia o cómo la explicamos…?

Los grandes estadistas se ausentaron de la representatividad, lo que confirmó que las reformas nunca fueron en línea hacia la vigorización democrática (Alonso, 2024), lo que impactó hasta hoy en la construcción de canales de ascenso social.

Fue notable la ausencia de inversiones territoriales, las oportunidades se limitaron. Y curiosamente hoy la oferta académica superior territorial no va en línea al formato a la demanda de la economía real, ¿Cómo explicar la migración con títulos universitarios y algunos con PhD?

Es imperativo un test de estrés del Estado, que pueda gestar lineas que reconstruyan el nuevo papel institucional. Sin embargo, tal como afirma Jeambar y Roucaute (2008), “En cada momento se apela a la inteligencia para que encuentre una solución eficaz que garantice las libertades en un Estado de derecho y permita el avance de la sociedad hacia la autonomía”. Pero realmente, ¿Es lo que se quiere hacer…?

Para pensar en un nuevo sistema tributario

Fernando Rodríguez Garro.

Fernando Rodríguez Garro
Observatorio Económico y Social, Universidad Nacional

En los últimos días se han escuchado voces pidiendo una revisión profunda de nuestro sistema tributario. Totalmente de acuerdo con eso, no solo porque arrastramos una agenda pendiente en la definición de nuestra estructura tributaria, sino porque enfrentamos retos futuros que debemos abordarlos desde ya en nuestra política fiscal, para evitar entrar a la discusión de una reforma fiscal más adelante como un mero parche para alcanzar la estabilidad macroeconómica, sin ver la contribución de la política tributaria a la equidad y al crecimiento.

A fin de contribuir a esa discusión quisiera aportar un elemento fundamental, que rara vez se discute en una reforma de estas: el para qué. ¿Qué papel queremos que juegue el sistema tributario, qué tipo de sistema tributario necesitamos en función de las responsabilidades que creemos debe asumir el Estado?

He insistido, desde hace tiempo, que la definición de la política fiscal pasa primeramente por tener claro el papel que vamos a otorgarle al Estado en una sociedad moderna. Ese papel incluye algunas funciones elementales:

  1. La provisión de bienes públicos, según lo entendemos los economistas. Aquellos bienes y servicios que no tienen mercado y que, por lo tanto, deben ser prestados por un Estado que garantice su disponibilidad. La seguridad pública, por ejemplo.
  2. Servicios estratégicos, cuya provisión nos permite garantizar el acceso a derechos fundamentales y a una sociedad más equitativa. La educación y la salud pública, por ejemplo.
  3. El otorgamiento de ayudas a personas y familias en condición de pobreza y vulnerabilidad, a fin de darles la oportunidad de tener una vida digna y mejorar su condición económica futura.
  4. La protección de los recursos comunes, a fin de garantizar su existencia en el tiempo y un uso adecuado por las distintas generaciones.
  5. La protección de otros derechos fundamentales.
  6. La intervención en actividades económicas, a fin de impulsar transformaciones en el modo de producción, sobre todo en épocas de transición tecnológica o de crisis económica.
  7. Otras funciones que quieran otorgarle al Estado.

Una vez definido lo anterior, sabremos con certeza el tamaño de la tarea. El tamaño del sistema tributario, entonces, corresponderá a las funciones que queremos desempeñe el Estado. Luego de definir esto, tocará definir qué instrumentos usaremos para financiarnos, o sea, cuáles impuestos escogeremos, sobre quiénes los aplicaremos y qué tasas estableceremos. Entrar a hacer una reforma tributaria sin tener eso claro, nos puede llevar a seguir arrastrando agendas pendientes en próximos años, por insuficiencia del sistema impositivo frente a la tarea definida. Además, sería reiterar un error muy común, de poner el sistema tributario como fin último y no como un medio, lo que tiende a provocar que la tendencia en la aplicación de la política fiscal, sea a ajustar el gasto a los recursos financieros disponibles y no al contrario, lo que implicaría garantizar los ingresos tributarios necesarios para alcanzar nuestras aspiraciones como sociedad.

En el caso costarricense se vislumbran algunas tareas importantes, pensando en la corrección de reformas anteriores que no se han hecho completas, pero en retos futuros de la política fiscal. Por ejemplo, y solo para citar unos:

  1. Seguimos con una ley de impuesto sobre la renta de 1988, mientras el planeta ha profundizado su integración global y la capacidad, cada vez mayor, de movilización de capitales por el planeta. Una modificación profunda de esta legislación, que además incorpore lo último en herramientas legales para evitar el traslado de beneficios y la erosión de la base imponible, sigue siendo un imperativo.
  2. Las nuevas herramientas de pago en sustitución del uso de efectivo y que compiten con las tarjetas de crédito y débito, están erosionando la recaudación del IVA, obligando a que eventualmente se incorporen nuevas formas de control para evitar la evasión por esta vía.
  3. Nuestra carga tributaria es baja, lo que ha dejado una brecha importante en el financiamiento de las actividades que históricamente hemos pretendido que asuma el Estado. Eso dio pie a centrar el ajuste en el lado del gasto, lo que está generando una reducción significativa en la capacidad de atender las demandas de la población. Revertir eso tendrá un costo importante, eso sí, pues en la actualidad la política fiscal sigue siendo deficitaria. Pasar del nivel actual de gasto en educación, por ejemplo, a lo indicado por la Constitución Política, nos obligará a un esfuerzo fiscal de casi 3% del PIB, que hoy no tiene una fuente de financiamiento definida.
  4. La descarbonización de la economía, una aspiración del país de cara al año 2050, reducirá el consumo de combustibles y con ello erosionará la tercera fuente de ingresos tributarios del país, la que deberá ser sustituida por otra fuente de ingresos.
  5. La transición tecnológica y energética, que el cambio climático y la descarbonización traen aparejados, hacen necesario pensar en el uso de mecanismos de incentivo para impulsar una nueva economía y nuevas formas de movilidad, por ejemplo. Pero el país ha abusado de la exoneración como forma de incentivo, lo que tiene consecuencias fiscales indeseadas y tiende a ser una figura regresiva. Debemos plantearnos el uso de subsidios dirigidos y que estos sean valorados periódicamente, lo cual también nos debería obligar a pensar en una fuente de recursos con ese fin.
  6. Costa Rica adolece de una enorme dispersión en las tareas de cobrar impuestos, delegadas en varias instituciones que hacen funciones de administración tributaria, sin que esa sea su actividad principal. Un ejemplo de esto: el Teatro Nacional, al que la ley le delegó la responsabilidad de cobrar el impuesto a los espectáculos públicos. Esto reduce la efectividad de las medidas de cobro, distrae recursos que debería dedicarse al “core business” de las instituciones públicas y facilita la evasión. Concentrar las funciones de cobro en la Dirección General de Tributación debería ser una decisión en próximos años, a fin de corregir esto.

Esta lista no agota los temas a valorar, pero es una muestra de lo complejo de la tarea, a la que, sin embargo, debemos entrarle pronto y empezar a señalarle a la clase política los múltiples riesgos que corremos a futuro, si no nos abocamos en esta discusión lo antes posible.

Erradicar la pobreza más allá del crecimiento

Informe del Relator Especial sobre la extrema pobreza y los derechos humanos, Olivier De Schutter

Resumen

“El enfoque dominante en la lucha contra la pobreza se basa en el aumento de la producción agregada de la economía (medida como producto interno bruto), junto con la redistribución después de la comercialización mediante impuestos y transferencias. No obstante, el Relator Especial sostiene que el actual interés por aumentar el producto interno bruto es desacertado. El aumento del producto interno bruto no es una condición previa para hacer efectivos los derechos humanos ni para combatir la pobreza y las desigualdades. La ideología del “crecimientismo” no debe desviar la atención de la urgente necesidad tanto de proporcionar más bienes y servicios que mejoren el bienestar como de reducir la producción de lo que es innecesario o incluso tóxico. Mientras la economía se rija principalmente por la obtención del máximo beneficio, responderá a la demanda expresada por los grupos más ricos de la sociedad, provocando formas de producción extractivas que empeoran la exclusión social en nombre de la creación de más riqueza, y no logrará hacer efectivos los derechos de las personas en situación de pobreza. El paso de una economía impulsada por la búsqueda de la maximización de los beneficios a una economía basada en los derechos humanos no solo es posible, sino que resulta necesario para mantenerse dentro de los límites planetarios. En el presente informe, el Relator Especial explica por qué es necesario este cambio y cómo podría materializarse”.

Si desean informarse más acerca de lo que trata este informe sobre cómo erradicar la pobreza más allá del crecimiento, les invitamos a descargar el documento PDF.

Economía nacional se recupera pero desequilibrio fiscal se agrava

Pronóstico de la economía nacional de IICE fue presentado esta semana

Economía nacional se recupera pero desequilibrio fiscal se agrava
La disminución en los precios del petróleo es uno de los aspectos que influirán en la baja en la inflación y la estabilidad del tipo de cambio (foto Archivo ODI).

 

Elizabeth Rojas Arias

Periodista Oficina de Divulgación e Información.

 

El pronóstico de la economía nacional para este año es positivo según el estudio del Instituto de Investigaciones en Ciencias Económicas (IICE) porque se vislumbra un aumento en el Producto Interno Bruto, el cual alcanzaría al final del año entre un 3,5 y un 4,5 y porque la inflación se mantendría estable, entre un 4% y un 5%.

Lo que si consideran los economistas de la Universidad de Costa Rica M.Sc. Rudolf Lücke Bolaños y M.Sc. Max Soto Jiménez, es que debido al desequilibrio fiscal, en el 2015 se podrían aumentar las tasas de interés, de manera que la tasa básica pasiva podría llegar a final de año a un 8,3%.

La influencia de un repunte en la economía estadounidense, la disminución del precio del petróleo y la cuarta emisión de eurobonos por mil millones de dólares al inicio de este año, son factores que también influirán en el crecimiento de la economía nacional, según lo afirmó el magister Max Soto.

Economía nacional se recupera pero desequilibrio fiscal se agrava2
Los economistas Rudolf Lücke y Max Soto comentaron que la reducción de las importaciones podría ser un indicador de una disminución del ingreso disponible del consumidor nacional. Además repercute en el crecimiento de las exportaciones por el menor ingreso de materias primas al país (foto Rafael León).

El director del IICE añadió que “la situación de déficit fiscal que no muestra ningún signo de mejorar, más bien un deterioro progresivo, va a afectar la tasas de interés, crecientes en el 2015”.

Además, Soto considera que la baja en el precio del petróleo y la emisión eurobonos le hace pensar que el tipo de cambio se mantendrá estable.

Por su parte el investigador Rudolf Lücke comentó esta semana, durante la presentación del pronóstico de la economía, que para el primer trimestre del año 2015 la inflación sería de un 3 a 4 por ciento, pero esto va a depender de los escenarios que establezca el Banco Central para su meta de inflación.

Economía nacional se recupera pero desequilibrio fiscal se agrava3
La reducción de la exportaciones se ha dado sobre todo en textiles, cuero, productos químicos, alimentos y artículos eléctricos y electrónicos. Aumentó en equipo médico, agrícola, pecuario y pesca y metal mecánica en el último año.

Al respecto explicó que un escenario alterno con una política monetaria más flexible se podría dar si se mantiene el precio del petróleo en niveles cercanos a los 60 dólares el barril, si la inflación internacional continúa baja y el tipo de cambio estable. En este caso el Banco Central optaría por una política monetaria que manteniendo la inflación entre un 3 y 5 por ciento, procure contribuir al mayor crecimiento de la economía y la reducción del desempleo.

Por otra parte, el economista Lücke detalló que el crecimiento de los precios en el año 2014 fue de un 5,13%, superior a la observado en los últimos tres años. Este incremento responde principalmente al aumento en el costo de la electricidad, la educación y las comidas fuera de la casa, que representaron un 30% de la inflación registrada el año anterior.

En el 2015, la evolución de los precios, dijo Lücke se verá influenciada por la reducción en el precio del petróleo, y por la estabilidad en el tipo de cambio.

Economía nacional se recupera pero desequilibrio fiscal se agrava4
La demanda de crédito experimentó un cambio significativo a favor de los préstamos en moneda nacional.

Otro de los datos que destacó el economista fue que la demanda de crédito en el año 2014 varió sustancialmente debido a que los préstamos en colones pasaron de un 11% a un 19,4%, mientras que en dólares disminuyeron de un 20% a un 7%.

Con respecto al déficit fiscal que se ha venido incrementado en los últimos dos años 4,4% en el 2013 y 5,6% en el 2014, el gobierno ha tenido que recurrir al endeudamiento interno y externo.

La deuda externa se ha sustentando con la emisión de bonos, la cuarta y última emisión se realizará este año con un vencimiento en el 2044 y fue sustancialmente más cara para el país, pues la tasa de  título se situó por encima del 7%.

Esta emisión del 2015 será la primera que estaría haciendo el país después de la reducción en la calificación crediticia internacional por parte de la firma Moody´s, lo que según los especialistas del IICE, podía incrementar las pretensiones de los inversionistas sobre el rendimiento de los títulos y obligar al Gobierno a incrementar las tasas de interés que ofrecerá por los mil millones de dólares en bonos.

 

Información tomada de: http://www.ucr.ac.cr/

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