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Etiqueta: cultura maya

El Tamal, de comida de dioses a comida popular

Vladimir de la Cruz

El Tamal, como plato de comida, especial de estas fechas de navidad y de año nuevo, en la gastronomía costarricense, es casi sagrado. Es lo que también podemos decir una comida típica, propia del buen comer costarricense, que se disfruta en todos los niveles sociales, desde los más bajos, dentro de sus posibilidades económicas, hasta los más altos.

Es una comida de todos los días, ya ofrecida así en supermercados, restaurantes, sodas y establecimientos de comidas rápidas, como en la hechura propia de las casas. Pero, en estas fechas cobra relevancia su consumo, como la actividad de tipo familiar que se genera en los hogares, para hacerlos o prepararlos.

El tamal navideño, de esta época, es el que tiene, comparado con el que se elabora durante los otros meses del año, la gran solemnidad de su preparación y su degustación.

El tamal generalmente va acompañado de un buen café, en una taza o jarro de lata, como todavía se usa para el café.

El tamal no es típico o exclusivo de Costa Rica. Lo hay y con variedades distintas en los otros países latinoamericanos. Eso sí, es un plato muy centroamericano Yo lo he comido en Costa Rica, pero también en Nicaragua, en El Salvador, en Guatemala, en México y en Venezuela.

El origen del tamal así es disputado no solo por cocineros y especialistas, en esta comida, como por países. Sé que lo hay también en Colombia, en Chile y en Argentina. En Nicaragua lo llaman Nacatamal, en Venezuela y en Colombia le dicen Hallaca, en Chile le llaman Humitas. Hay variedades de tamales en Puerto Rico, Cuba y Ecuador, incluso en Las Filipinas, probablemente introducido por los españoles cuando extendieron hasta allí sus dominios coloniales, desde 1565 hasta 1821, con el Virreinato de Nueva España al que pertenecimos nosotros. Con la Independencia de México, setiembre de 1821, la administración de las Filipinas pasó de Acapulco a Madrid.

A esto se suma la variedad regional, dentro de los países, para su elaboración, con los respectivos ingredientes, y con los nombres que reciben relacionándolos con las zonas, regiones o ciudades donde son hechos. Esto hace que el tamal pueda ser considerado también una comida latinoamericana, pero igualmente se da en otros continentes.

Esta variedad de tamales ha hecho que también se hable de mestizaje de tamales, como mestiza puede ser la comida y los ingredientes que se usan para su elaboración, la del tamal clásico, cuya base siempre es el maíz.

Para nosotros, el nombre de Tamal viene del vocablo náhuatl “tamalli”, que significa “envuelto”, de allí que, para el caso nuestro, el tamal está más enraizado en esta tradición histórica precolombina, porque además, se asocia directamente al cultivo y consumo del maíz, base de las culturas indígenas.

Nuestra cultura precolombina estuvo muy ligada a la producción de maíz. Con frecuencia en las excavaciones arqueológicas, en ollas de cerámica, y otros utensilios, se han encontrado restos de maíz, y hasta pequeñas mazorcas.

Para el caso nuestro se vincula directamente a la cultura maya y azteca, donde se sabe que era consumido en el sur de México y en Guatemala.

Entre los mayas existía en su cosmogonía el Dios del Maíz, llamado Cintéotl o Centeotl, el tercero de los dioses más importante en la jerarquía de sus dioses, nombre que en la lengua nahua significa “mazorca del maíz seco”, y en las figuras que nos recuerdan, en esta cultura, a este Dios se le representa generalmente con un tamal al lado, o con mazorcas de maíz, lo que para algunos especialistas y antropólogos, les permite señalar o interpretar que también el tamal es considerada una comida de dioses, o de vínculo con los dioses.

Centeotl es una figura que se representa como hombre y como mujer, con identidad dual. En el libro Popol Vuh, del siglo XVI, de esta cultura, se narra que el hombre se creó a partir del maíz, de allí también que el maíz lo consideraran una fuerza vital. En la tradición maya el maíz se personifica en una mujer, mientras en la aristocracia maya reconocían al Dios del Maíz como una figura masculina. Los mayas ofrecían tamales a sus dioses para favorecer las lluvias y asegurar sus cultivos.

El tamal es un plato que se hace o prepara con masa de maíz cocida, que se envuelve en hojas, a veces de la misma mazorca del maíz, como se hace en algunos países, o de plátano como se hace generalmente en Costa Rica. En otros países usan hojas de maguey, bijao, que es un platanillo de hojas grandes, como lo hacen los campesinos en Venezuela.

Los mexicanos consideran que ellos son la cuna de los tamales, donde también se asocia su consumo a festividades religiosas.

Al consumo del Tamal, como de su preparación, se asocian también leyendas y tradiciones. Así, por ejemplo, se dice que no deben prepararse o elaborarse si se está de mal humor porque pueden quedar mal hechos, o sin buen gusto. De esto también dependía quien, hombre o mujer, preparaba los tamales.

En mi tradición familiar, tanto en la familia paterna como en la materna, se preparaban tamales para estas fechas, especialmente a mano de mujeres, mis abuelas. Por mis abuelos y bisabuelos paternos tenía la tradición colombiana combinada con costarricense, por mis bisabuelos maternos la tradición dominicana combinada con costarricense. En ambos casos dominaba la tradición costarricense para la elaboración de tamales.

Por mi familia directa materna, con dos tíos casados con nicaragüenses saboreaba siempre los nacatamales. Por mi padre que emigró a la fuerza a Venezuela, y por mi estancia en Venezuela como embajador, saboreaba las Hallacas. Por un amigo de mis padres, también mío, casado con venezolana, aprendí a comer las Hallacas dulces.

Por amigos de mis padres, especialmente de mi madre, su mejor amiga por muchos años, de origen salvadoreño, y por mi suegra, también salvadoreña, consumía también tamales dulces, y por viajes a México comí los tamales mexicanos, en diversas variedades y con diversos tonos de chile, que era muy frecuente ponerle a todo lo que entraba por la boca. Así, me acostumbré a comer tamales, no todos los días, pero de vez en cuando. La verdad es que los disfruto. Nunca en mi familia oí de preparar tamales a la usanza colombiana o dominicana, como sí oí al estilo nicaragüense, salvadoreño o venezolano.

En esta mezcolanza me gustan por igual los tamales dulces que los salados, y me quedo con los tamales costarricenses. Cuando los busco los prefiero comprar en tamaleras, donde se hacen tamales, asegura uno mejor calidad y sabor.

En estas fechas los he probado tres veces ya. Dos comprados, uno casero regalado. Todos muy buenos. Ayer martes terminamos, lo que habíamos iniciado el lunes, una elaboración de tamales, que nos salieron casi cien.

Junto a este tamal, que llamo “clásico”, existe el tamal de elote, elaborado con maíz tierno, sin ningún tipo de relleno y envuelto en la propia tusa, en las hojas del maíz, que es muy propio de regiones como Guanacaste, que se acompaña para su comida con crema, mantequilla o natilla, y el tamal llamado “mudo” que generalmente se rellena con frijoles molidos.

La carne adobada, los condimentos y verduras se colocan dentro de la masa y se envuelven para ser cocidos en una olla con poca agua a fuego rápido.

En el caso del tamal salvadoreño, también se le llama tamal de “azúcar”, tiene uvas, pasas o ciruelas, y hasta mermelada de piña se le puede poner, junto con quesillo, chicharrón, frijoles fritos, y la carne puede ser de pollo o de gallina.

El nacatamal nicaragüense, según las regiones en que se hacen, se puede rellenar con frijoles rojos o negros, queso, se endulzan, los que son tamales dulces, con azúcar o rapadura de caña, queso rallado, carne de gallina o de pollo. En Nicaragua a veces le ponen tocino.

En Nicaragua el Nacatamal tiene más significado de plato típico nacional, y es a todos los efectos una comida completa para desayunar, cenar y disfrutar en fines de semana. Junto al café se puede acompañar en Nicaragua con chicha de maíz, o tiste que es una bebida de tradición indígena chorotega, muy refrescante, que mezcla maíz, cacao, canela, arroz remojado.

Por la presencia de la migración nicaragüense el nacatamal se ha generalizado en Costa Rica. No compite con el tamal costarricense, pero se consume y promociona bastante. En general el nacatamal tiende a ser un poco más grande que el tamal costarricense, aunque los tamales ticos ya se consiguen de buen tamaño.

En el Estado de Louisiana, en Estados Unidos, en New Orleans, como en Baton Rouge, he comprado nacatamales y tamales, en puestos de venta administrados por centroamericanos, y los he comido en lugares similares. Probablemente en otras ciudades en Estados Unidos, con colonias latinas grandes, se encuentren ventas de tamales.

En el tamal guatemalteco empleaban carne de pavo, de tepezcuintle y de venado, especialmente los mayas, para la celebración del solsticio de invierno, el 21 de diciembre, que se preparaba para los Señores Mayas. En el caso guatemalteco también en diciembre hacen un tamal negro que se acompaña con chocolate.

En Venezuela la Hallaca es un cotidiano típico plato nacional, como lo son las arepas. Tiene los mismos ingredientes que los tamales nuestros. La Hallaca venezolana es además de plato nacional casi un símbolo de la Patria. Pareciera que la Hallaca venezolana fue desarrollada más por influencia colonial, que indígena, cuando se establecieron los lazos comerciales, por la llamada flota del cacao, entre los puertos de La Guaira, en Venezuela y Veracruz, de México, allá por el siglo XVII.

En Cuba los tamales son también de tradición. Tanto que en la década de 1950 la Orquesta Aragón tocaba y entonaba un cha cha cha, “Los tamalitos de Olga”, relacionado con una tamalera de Cienfuegos y de La Habana, que vendía sus tamales en la esquina de Neptuno y Prado, en la zona de la Habana Vieja.

A la tradición indígena de los tamales los españoles durante la colonia, fueron los que le introdujeron la manteca, el azúcar, las aceitunas, las alcaparras y las carnes.

En la actualidad, con el desarrollo del turismo, se han impulsado tamales gourmet, en México, especiales para la atracción turística. Aquí, además de los ingredientes propios, usan rellenos dulces de guayaba, chocolate, piña y de otros sabores, salsas rojas o verdes, como en con el mole, muy presente en la dieta mexicana, de chile y especias.

Si hay algo importante en la elaboración de tamales es que se produce una comida que es totalmente ecológica. Nada de lo que en la preparación de tamales se emplea, ni lo que queda de ese trabajo, produce daños a la naturaleza. Todo es ecológicamente reciclable.

La ceremonia casera para la elaboración de tamales es igualmente una fiesta, especialmente en las casas de familias numerosas, donde muchos miembros participan, en las distintas tareas de preparación de tamales, durante todo el día de preparación, y a veces desde la víspera.

Una vez en mi hogar hicimos tamales, no hace mucho tiempo, lo que fue una fiesta, del día, “y de locos” también. Ayer martes repetí la hazaña con tres nietas, un nieto y una estudiante alemana de intercambio colegial que vive con dos de mis nietas. Desde el lunes tenía preparados los ingredientes que íbamos a usar, para aprovechar mejor el tiempo con los nietos. Una breve explicación introductoria de la historia del tamal y ¡manos a la masa!

Un espectáculo, una fiesta y un asombro cuando quedaron terminados y de buen sabor, cuyas piñas de dos tamales, cada una, se repartieron entre los participantes, y de saborear al final de la jornada el resultado del trabajo, de la fiesta y del alboroto que ocasionó la experiencia de preparar y cocinar tamales.

En la elaboración de tamales, en la casa, el último de los tamales, el llamado “tontón” de los tamales, es muy apetecido, porque allí se ponen todos los ingredientes que sobraron, y obviamente es un tamal más gordito, rellenito, más llenador y dependiendo de quien se lo coma de mayor disfrute.

Para la elaboración de tamales es fundamental la masa de maíz, entre más finita, a mi gusto, mejor. En una época, de adolescente, me enviaba mi abuelita materna al molino para la preparación de la masa del maíz. El maíz podía ser tierno o blanco. Ahora se facilitan las cosas porque se puede comprar directamente la masa ya casi lista y muy fina en supermercados.

El relleno es lo que finalmente distingue al tamal. Arroz, papa, arroz con achiote es lo usual, vainicas, garbanzos, pedacitos de chile dulce, culantro que permite darle sabor, pedacitos o rodajitas de zanahoria, aceitunas, alcaparras, pasas, uvas o ciruelas, rodajitas de huevo duro, guisantes o petit pois o chícharos, arvejas. Además, se puede usar, especialmente, manteca de cerdo para preparar la masa con cebolla picada, ajos, sal, pimienta.

A esto suma la carne que se le pone al tamal, generalmente carne de cerdo o de pollo, pero en las regiones costeras acostumbran a usar también el pescado y el camarón, como en algunas regiones de México.

Las hojas que se usan para envolver los tamales deben limpiarse y lavarse muy bien, remojadas, por lo general en agua caliente, cuando son recién cortadas. Las de venta comercial es suficiente limpiarlas bien. La manteca debe estar muy bien batida antes de agregarla a la masa. El caldo caliente es el que se debe agregar a la masa.

El tamal está listo, ya bien cocido, cuando se puede abrir, uno de la piña, que se despega con facilidad, de la hoja que lo envuelve. Y, listos para comer, cuando han bajado su temperatura y están duros. Lo que se necesita allí es ¡buen apetito!, y el cafecito… Esta es mi experiencia con tamales.

Espero que alguna vez los nietos recordarán este día, que pasaron conmigo, y con la cocinera de la casa, que fue la guía de esta preparación de tamales, y, espero, en los siguientes años en que los vuelva a involucrar en su elaboración, recuerden de lo que hacían con su abuelo, así como yo recuerdo a mi adorada abuelita Ofelia, Ita como cariñosamente le decía, en la elaboración de las comidas.

Repudiamos y condenamos el asesinato del abuelo Ajq’ij Domingo Choc Che

Las organizaciones y personas firmantes de este pronunciamiento, nos sentimos consternados e indignados ante el asesinato del sabio abuelo Ajq’ij Domingo Choc Che. El hecho de quemar vivo a una persona es una expresión de saña, crueldad, maldad y falta de los mínimos principios de respeto a la vida del ser humano. Se sabe que desde meses atrás, se murmuraba en el ambiente de la comunidad el señalamiento de brujo al Tat Domingo. Este es el argumento o la causa aducida por la turba asesina. Ya no es extraño que gente de la misma comunidad, que por paradigmas de pensamiento judeo cristianas, cultura bíblica monoteísta, que llevada al fanatismo religioso lleguen a cometer estos actos delictivos.

Tat Domingo Choc Che era un padre de familia, un comunitario, trabajador, experto en el conocimiento de hierbas – plantas medicinales en su uso ancestral, su especialidad en la ciencia maya era Aj Ilonel. Pertenecía al Concejo de Guías Espirituales Mayas Releb’aal Saq’e’ y formaba parte de un equipo de científicos guatemaltecos y europeos, quienes trabajan en proyectos de investigación con la Universidad de Zurich, Suiza, el University College London, en Inglaterra, y la Universidad del Valle de Guatemala. Entonces, él era una persona de reconocida trayectoria en su comunidad, en su región y a nivel internacional.

La cultura maya es holista, en ese marco los conocimientos de plantas y de ceremonias curativas son expresiones conjuntas, por eso el abuelo Domingo era Aj-ilonel y Ajq’ij a la vez, porque para trabajar con las plantas debe estar en comunicación con el aire, agua, fuego y tierra, así como con los antepasados. Seguramente más de alguna vez, sus asesinos o sus hijos fueron atendidos por el Tat Domingo.

Sin embargo, el sábado 06 de junio, Junlajuj K’at, en la comunidad Chimay, del municipio de San Luis Petén, bajo la acusación de ser “brujo” el Tat Mingo fue quemado vivo. El corrió como una antorcha humana, sus agresores le siguieron y le impedían refugiarse, hasta que cayó y murió calcinado. La existencia de videos y su viralización son pruebas de los hechos que ponen en evidencia a los responsables materiales de este abominable crimen. Para sus hechores murió el brujo, pero para nosotros, Tat Domingo se transformó en una nueva estrella de luz, de vida, de verdad y justicia. El estará en nuestras invocaciones y en nuestras ceremonias. Nadie va a poder impedirlo.

La persecución y criminalización de los especialistas de los conocimientos de la cultura maya, no ha cesado. Se inició desde la colonia. Invasores y doctrineros, en nombre de dios, de la iglesia y del rey de España apresaban, lapidaban y asesinaban a las abuelas y los abuelos Ajkun, Iyom, Ajq’ij y otros. Además, quemaron los libros, papiros y pinturas, obras maestras de nuestras abuelas y abuelos. Durante el conflicto armado interno, en los años de 1980, el alto mando del ejército, en su estrategia contrainsurgente, vinculó brujería con apoyo a la guerrilla, de esta manera justificó la criminalización, persecución, tortura y asesinato de grandes abuelas y abuelos, sabios de la cultura maya. Esto ha quedado en el imaginario social y no se erradica cuando las instituciones estatales centralizadas, autónomas o semiautónomas y la sociedad civil relacionadas a la educación no adoptan en sus políticas la enseñanza y el respeto de las características de las ciencias de los pueblos indígenas que no desligan espiritualidad de los conocimientos, porque se trata de la vida misma.

El asesinato de Tat Domingo Choc Che, es una muestra más que la discriminación, el racismo y xenofobia están presentes en los distintos ámbitos de la sociedad guatemalteca, las cuales, no son erradicadas sino siguen siendo una deuda histórica del trabajo institucional del sistema educativo, los medios de comunicación social, iglesias, sectas, sistema político, sistema de justicia, entre otros.

El reconocimiento del valor científico de los conocimientos mayas y de los demás pueblos indígenas están plasmados como compromisos del gobierno en el Acuerdo Sobre Identidad y Derechos de los Pueblos Indígenas. Asi mismo en este Acuerdo de Paz, el Estado de Guatemala, reconoce la existencia y la práctica de la discriminación y el racismo, acepta que en tanto no se erradique el mismo, jamás este país podrá progresar. El progreso de los mayas es progreso del país.

En la cultura Maya, ser Ajq’ij o Aj Ilonel implica una misión de vida para los cuales se desarrollan cualidades extraordinarias para preservar y transmitir los conocimientos ancestrales maya en distintos campos de la vida a las nuevas generaciones. La persona Ajq’ij va canalizando los conocimientos de acuerdo a las necesidades de las personas o de las comunidades, por ello, la o el Ajq’ij es considerado protector y maestro de la comunidad. Rol que le es disputado por el catequista, el pastor, distintos líderes sociales, maestros, entre otros.

La matanza de guías espirituales mayas, ha representado una catástrofe en la vida del Pueblo Maya, porque se aniquilan a los referentes históricos de los conocimientos y las prácticas propias. Esta pérdida ha dejado un vacío en los principios, valores y normas de vida maya. Vacío que ha sido ocupado por sectas fundamentalistas de las religiones católica y evangélica, las cuales han proliferado en las comunidades. En la actualidad hay católicos y evangélicos que critican a los que practican la espiritualidad maya, cuando miran velas rojas o negras, las califican como los colores del diablo. Una concepción contraria en la filosofía y cosmovisión maya, pues estos colores corresponden a una visión y ubicación en el cosmos, pero la ignorancia y el fanatismo religioso los ha llevado a descalificar y justificar sus actos represivos, vandálicos y asesinos, como sucedió en contra de Tat Domingo Choc Che, que para los mayas es el sabio abuelo.

En Guatemala, la religión constituye un aspecto fundamental en la vida de la mayoría de los guatemaltecos, y aunque las tendencias religiosas han cambiado a través del tiempo, en la actualidad la iglesia católica y la evangélica son quienes cuentan con el mayor número de seguidores, en consecuencia, su gran responsabilidad en la transformación del fanatismo religioso en nuestra sociedad, para que las creencias contribuyan al bien común y no al sectarismo.

ANTE ESTE ASESINATO, DEMANDAMOS:

A las organizaciones de la sociedad civil, indígenas y no indígenas para que se pronuncien sobre este hecho deleznable, que atenta contra la dignidad humana y cualquier principio básico de Derechos Humanos. Que unamos nuestras voces para exigir justicia pronta y cumplida; en conjunto erradiquemos la discriminación, el racismo y la xenofobia en contra de los pueblos indígenas.

A los medios de comunicación social para que informen la verdad y contribuyan a detener una escalada de persecución en contra de los Aj Ilonel, Aj Iyom, Aj Q’ijab’ y demás abuelas y abuelos conocedores y especialistas en los distintos campos de la ciencia desde su cosmovisión maya. A las universidades, centros de investigación y otros, que concreten en sus programas de enseñanza los conocimientos indígenas como ciencia, con la participación de los sabios mayas, no más extractivismo de los conocimientos ancestrales mayas. A las universidades con quienes trabajaba el Tat Domingo Choc Che que apoyen a la familia mediante asesoría legal y otros mecanismos que estén a sus alcances, para resguardar la integridad física y espiritual de los miembros de la familia Choc Che.

EXIGIMOS

Al Gobierno del Dr. Giammattei definir con la participación de organizaciones de Ajq’ijab’ algunas políticas de seguridad para el ejercicio de la espiritualidad maya en cualquier centro ceremonial, ya sea en espacios privados o en espacios públicos.

Al sistema de justicia – MP, PNC y OJ – para que en forma inmediata realice las investigaciones in situ para recoger las evidencias, aprehender a los responsables y ligarlos a proceso penal para que respondan por el asesinato del Tata Domingo Choc Che. Exigimos justicia al Sistema de Justicia Estatal de Guatemala para que la herencia colonial no siga haciéndole daño a nuestra gran civilización maya.

A la Conferencia Episcopal de Guatemala, a la Alianza Evangélica y otras instancias de autoridad de las distintas denominaciones religiosas cristianas para que en conferencia de prensa u otros espacios públicos orienten a sus feligreses en los distintos territorios para que respeten a los guías espirituales mayas y la realización de sus ceremonias. No más atentados contra la vida de Ajq’ijab’ causado por el fanatismo religioso.

A la PNC, que con urgencia ingrese a la comunidad y brinde protección a los miembros de la familia de Tat Domingo, porque los responsables del vil asesinato están y son de la misma comunidad y buscarán asediar y amenazar a los miembros de la familia, para que eviten realizar las denuncias pertinentes de caso.

A la Procuraduría de los Derechos Humanos, que de oficio sea querellante adhesivo en el caso, para garantizar la imparcialidad y objetividad de la aplicación de justicia, de esta manera evitar que se engavete y que quede en la impunidad.

¡ ILONEL DOMINGO CHOC CHE ¡ ¡ VIVE ¡

WA’ MINGO, WANKAT SA’ QACH’OOL, JUNELIK.

Iximulew, Jun Kej

Guatemala, 09 06 2020

Personalidades firmantes:

Otilia Lux de Cotí, Excomisionada de la CEH. Juan León Alvarado, Exembajador de Guatemala. Dr. Abadio Green Stocel, Sabedor del Pueblo Gunadule y reconocido sabio por la UNESCO, Profesor Universitario, Expresidente de la Organización Nacional Indígena de Colombia, ONIC. Angel Canil Grave, Representante Legal de la Fundación Rigoberta Menchú Tum. Marta Juana López Batzín, Exviceministra Técnica de Educación y Docente, Escuela de Historia, USAC. Jorge Raymundo Velásquez, Exviceministro de Educación y Educador. Pablo Ceto de Universidad Ixil. Ajq’ij Edgar Choguaj. Inés Pérez, Maya Kiche’. Ajq’ij Pedro Us. Francisco López Choguaj, Trabajador Social. Angel Bunch, Antropóloga, Defensora en Derechos Humanos. Ajq’ij Marcos Ajpacaja. Claudia María Quintanilla, Arqueóloga. Ajq’ij Vilma Beatriz Morales Hernández. Esmeralda Cajas Cuestas, Abogada y Notaria, activista socio-política. Ajq’ij Adalberto Hernández López, San Antonio Aguas Calientes. María de los Angeles Veliz, estudiante de USAC. Ajq’ij José Yac Noj. Josefa Barreno Morales y Ronaldo Gabriel Pedro Pedro, Santa Eulalia, Huehuetenango. Lorenzo Saban, Alcaldía Indígena de Aldea Montufar, San Juan Sacatepéquez. Carmelita Ixcol Mus, Psicóloga Social. Hermelinda Magtzul y Lilian Juárez de Kaqla. Pedro Martínez, Magdalena Milpas Altas. María Cruz de energía Vital. Jorge David Julajuj Chamalé, estudiante de la Licenciatura en Educación Bilingüe Intercultural con énfasis en la Cultura Maya. Sandra Colaj, estudiante de la licenciatura en Antropología y maestra de educación básica. Fernando Boc, egresado Usac. Gladys Bala, Docente, Escuela de Trabajo Social, Usac. Sandra Yoc, egresada de Escuela de Trabajo Social, USAC. Delfina Solloy del Concejo de Guías Espirituales Wajxaqi’ B’atz’, Sumpango. Verónica Ixen, Patzún, Chimaltenango. Ajq’ij Juana Vásquez Arcón y Ajq’ij Juan Zapil de Komon Ajq’ijab’. Ajq’ij. Mario Marroquín de Chilam B’alam de los K’iche’s. Ajq’ij Rodrígo Chub Ical, Alta Verapaz. Domingo Barreno Morales, Catarina Barreno Morales y Petronila Barreno Morales, Chupol, Chichicastenango. Autoridades Ancestrales Chajoma’ de Chuarrancho, Guatemala. Vicenta Reynoso Tzoc, Ajq’ij Maya K’iche’. Santos Gómez, Ajq’ij Maya k’iche’. José María Tol Chan, Ajq’ij Maya k’iche’. Lidia Elizabeth Florián, docente-investigadora, USAC. Alicia Catalina Herrera Larios, K’amalb’e. Licda. Myriam Bojorques, Docente, Trabajo Social, USAC. Licda. Giglia Canessa, Universidad del Valle de Guatemala. Byron S. Morales Dardón, politólogo. Ajq’ij E. Alberto Ramos Lz de IMAGUAC. Ramiro Batzín, Sotz’il. Juan Diego González. Dr. Roberto Cabrera, activista socio político, Director Adjunto de IEPADES. Dionicio Canahui, maya Achi’. Dr. Vitalino Similox y Nora Coloma, Maya’ kaqchikel Nimatijob’al. Secil Oswaldo de León, Profesor Universitario. Chnab’jul K’amalb’e Sikya Tz’unun. Carlos Chex. Obispo Rosales, Director de PLFM. Medarda Castro, maya Tz’utujil. Héctor Tuy. Ixkot, Armonía y Conocimiento.

Organizaciones firmantes:

 

Enviado a SURCOS por Casilda Sancho.

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