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Etiqueta: depredación de los recursos naturales

El agua, la tierra y el ambiente de don Luis Guillermo Solís. Una réplica necesaria *

El agua, la tierra y el ambiente de don LGS

* Escrito desde la Pampa, 3 de setiembre del 2014, por Confraternidad Guanacasteca. Replica al tema ambiental del informe de los 100 días del Señor Presidente Luis Guillermo Solís.

“El agua no es solo para beber también, se necesita para producir. La tierra no puede ser solo para conservar, también necesitamos que nuestras mujeres y hombres campesinos garanticen la producción de comida.”

–aplausos- Luis Guillermo Solís. Presidente de la República.

“Si cortas el corazón de una sola gota de agua,

de él emergen cien océanos puros.”

Mahúd Shabestri, poeta.

El rumbo del agua, la tierra y el ambiente costarricense tomaron oeste, con el sonado informe de los 100 días. Con aplausos y un poco de chota a Adolfo Hitler, se dibujó el estilo ambiental del nuevo gobierno. En su discurso principal de los 14 grandes escándalos, no se citó ninguno con relación al ambiente. Esos escándalos han sido mayores que la “chatarra” de automóviles desaparecida. La posición del gobernante inicia después de los cuestionamientos de Eva Carazo, que fueron tomadas –por el tono de respuesta- como impertinentes.

Lo ambiental y ecológico no es, no ha sido y seguramente no será prioridad, para ningún gobierno en Costa Rica. No podrá ser, si ese Gobierno, no se ocupa del bienestar general de su COMUNIDAD.

Solís, resume el ambiente en dos recursos: agua y tierra. Menciona que existe un ministro de ambiente y que realiza –por su tono- un excelente trabajo. “A mí, me alegra mucho cada vez que veo al señor ministro en la casa presidencial…”.

1. La apropiación del agua y el Estado

El presidente nos dice con tono de catedrático universitario –casi regañando-, “que el agua no es solo para beber…”. Resalta el gobernante, “…si claro las comunidades están preocupadas por sus recursos ¡idiay!, pero resulta que algunas comunidades quieren agarrarlos y no soltarlo habiendo comunidades que también los necesitan.” El valor histórico de las comunidades queda diluido en un vacío y son las responsables del caos ecológico.

Lo históricamente visible y comprobable, es que las comunidades son un resultado de una larga cadena de tiempo y de personas, que pueden remontarse algunas, a los inicios de la formación del Estado Costarricense.

Son las comunidades arraigadas y pueblos, que han sido conformadas por vecinos de generación, en generación logrando levantar iglesias, parques, plazas, escuelas y acueductos. Algunas de esas comunidades han logrado alcanzar grandes centros urbanos. Esas conformaciones geográficas tienen historias, valores y sobre todo respeto con la naturaleza. Muchas de ellas fueron olvidadas por el Estado y lograron levantar lo que hoy tienen por un esfuerzo colectivo, propio y autónomo. Es por ello que agarran los recursos y no los sueltan. Pues, los políticos los ofrecen sin haber sentido o haber visto el dolor del parto.

Políticos y burócratas han querido negar la formación de las comunidades, pues son los pobladores y vecinos los principales defensores de la depredación de los recursos naturales. No oponerse a tales crímenes constituye heredar a los niños completas tierras de “chatarra”, nada semejante a la de los vehículos de casa presidencial.

Los pensadores intelectuales al servicio de los grandes emporios del dólar, euro y ahora el yuan, quieren introducir esos nuevos conjuntos habitacionales -con arquitecturas mediterráneas y de “Miami”- como comunidades residenciales turísticas. Verdaderas “zonas francas” conteniendo hoteles, supermercados, cines, clínicas y otros servicios. Lugares de exclusión para los vecinos, pero no para los políticos, los cuales pernoctan por esos palaciegos territorios. Los defensores de los “enclaves de exclusión”, afirman que son comunidades y hay que dotarlos del recurso hídrico. Antes, esos bunkers han exterminado humedales y bosques. Todo con la venia de las autoridades municipales y ambientales

En una nueva traducción de la versión presidencial del recurso hídrico, podríamos decir que el agua es para quien la exija con billete en mano y no solo para beberla. El discurso del agua como derecho humano –para los fieles promotores-, perdió total sentido con estas interpretaciones oficiales.

Por cierto, el agua en prioridad debería ser para los ecosistemas, son ellos los que nos dan y prolongan la vida. Esa función podemos premiarla, por medio de su protección legal. Y revisar con pinzas, la ley de recurso hídrico que fue mencionada por el señor Guillermo Solís y que produjo la felicitación a los diputados por rescatarla de la muerte.

En el discurso ambiental presidencial, las instituciones relacionadas con lo ambiental: SETENA, SENARA, AYA, Dirección de Aguas, INCOPESCA, TRIBUNAL AMBIENTAL, no fueron mencionadas como irregulares, pasaron la nota en el análisis presidencial.

La visión antropocéntrica en la repuesta presidencial, es más que evidente, el agua es para los humanos. Los demás seres, existen pero no importan. Estrechez de un economicismo barato de varios catedráticos de la década de los 80 y que han estado asociados a una visión económica solamente del crecimiento y no del bienestar social. El Presidente del Banco Nacional de Costa Rica aún subsiste, y seguramente toma agua embotellada.

2. La tierra en Costa Rica, como discurso político.

El Presidente precisó: “La tierra no es solo para conservar…”. El señor Solís habla como Presidente y no como un parcelero. El mandatario tiene influencia y goza de un poder, para sugerir cambios de uso de las tierras del Estado. Las áreas de conservación, parques nacionales e islas vienen estando en la mira de gobernantes y legisladores. Este gobierno no escapa a esa tentación. Justa razón política para mencionar que “La tierra no es solo para conservar.” Todavía se nos sigue mirando a las personas preocupadas por la ecología como hombres y mujeres que viven en las cavernas.

3. Del continuismo a la improvisación ambiental

Para el Estado lo ambiental son proyectos de explotación pública y privada de los recursos naturales. El desarrollo se encuentra superior a la protección. Es por esto que “la tierra no es solo para conservar…”

El embalse del Arenal y su proyecto hidroeléctrico -en su momento- se inauguró como la obra maestra que iba a solucionar la disponibilidad de energía eléctrica. El canal de riego que sale de esas aguas fue presentado como solución para parceleros y campesinos. Hoy presta riego a grandes haciendas relacionadas con la producción cañera, ganadera y de agroindustria. El riego se encuentra concentrado para unos pocos.

Los proyectos de geotermia -en su momento- fueron presentados como el ejemplo de producción de energías limpias. La energía eólica los gigantes que nos darán energía barata. No sabemos cuánto se paga en alquileres por levantar esos gigantes.

Los grandes proyectos oficiales y no oficiales siempre, han sido presentados como no contaminantes y no dañinos para la naturaleza –ejemplo el polo turístico papagayo, una verdadera indignación ecológica-. La destrucción se esconde con el capítulo de la mitigación del daño. El proyecto siempre va tener buen empleo y desarrollo para la comunidad. Son solo felicidad y encantos, las tragedias se hacen sentir unos años después de funcionamiento.

Los gobernantes no se despegan de los asesores que no paran de hablar de intercambiar “cañones por mantequilla”. Escuela clásica de la economía que tiene al país en difícil situación financiera, de deuda externa y de depredación continúa de sus preciados ecosistemas naturales. Aun así, esas personalidades indignas, continúan ocupando altos cargos públicos y con capacidad para tomar decisiones que afectan el manejo y uso de los recursos naturales de los costarricenses.

Hoy se reciclan los mismos proyectos de uso de los recursos naturales de las administraciones pasadas.

El Proyecto del Río Piedras es presentado como “agua para Guanacaste”. Su costo, pasara los 400 millones de dólares y se desconoce el precio de potabilizar el agua –no sabemos cómo van a pagar la deuda externa, nuestros hijos-. Las posibilidades de financiarlo son el INS o el crédito internacional. Con ello, los grandes consorcios inmobiliarios y hoteleros, podrán seguir consumiendo agua a diestra y siniestra. Para este proyecto, van a ser desafectadas 136 hectáreas de la Reserva Barbudal, así se hace voz a lo expresado por el Presidente: “la tierra no es solo para conservarla…”

Otro golazo, que suena y resuena, es el proyecto de la Cuenca del Nimboyores. Un manto acuífero que ya tuvo conflicto. Desarrollos hoteleros de Guanacaste, en el 2000, con la venia del AYA, quería extraer más de 70 litros por segundo. Hoy diputados, ministros, alcaldes se han sentado para disponer del agua, de nuevo hacen la voz del presidente: “El agua no es solo para beber…”

Los proyectos hidroeléctricos, siguen sonando en la actual administración. Y es que la piedra en el zapato es grande y todo por abrir la boca, en algún momento, el Presidente siendo candidato dijo que iba a bajar la energía. Ahora los más grandes sectores de empresarios se lo reclaman, como si ellos hubieran votado por él. Un millón trescientos mil y un poquillo votaron por Luis Guillermo, ahora vienen 20 tagarotes a pedir que cumpla.

Para el veneno del arsénico en las comunidades de Bagaces, Cañas y otras, se ofrece la misma receta que costaran 1500 millones de colones en filtros para purificar el agua. No sabemos cuánto será el mantenimiento de esas plantas de tratamiento y no desconocemos dónde van a depositar el veneno extraído. Los funcionarios AYA, no pueden imaginar, que es posible encontrar fuentes limpias y baratas. La burocracia del agua, determina que hay que experimentar con filtros y jugar con la salud humana de miles de pobladores de las comunidades.

Los proyectos de geotermia se encuentran en avance y el gobierno de Japón y Costa Rica han suscrito acuerdo para poner en marcha Pailas II y Borinquen, cuyo costo será de más de 560 millones de dólares. No sabemos si van a desafectar algunas áreas de los parques.

APM terminales, sigue la misma línea y varios diputados que visitaron el proyecto no se les permitió entrar por el camino público. El presidente legislativo dijo que había sido un malentendido –todo lo encontrado fue normal. Este proyecto ha sido en repetidas ocasiones cuestionado por el impacto ambiental no solo costero, sino marino.

El proyecto de la refinadora no ha sido enterrado y siguecoleteandocon onerosos gastos en Recope. Estos recursos financieros bien, pueden ser aprovechados en forma satisfactoria para reforestar las cuencas que han destruido el afanado desarrollo, en la provincia de Limón y Guanacaste.

Para terminar, el AYA recomienda a los grandes desarrolladores que se conviertan en Asadas, para legalizar el agua. La presidenta ejecutiva del AYA, expresa: “Los acueductos privados son prohibidos pero existen”. Entonces, es mejor suscribir con ellos convenios de delegación para tenerlos a derecho.

Continuamos, regalando nuestros recursos naturales. Los grandes, siempre se acomodan por donde menos les chima.

4. La zanahoria y la institucionalidad ambiental de Costa Rica

El Ministerio del Ambiente, en su página web, explica los cambios de la cartera de la naturaleza. “El Ministerio ha estado en constante evolución a medida que el sector ambiental ha pasado de ser uno marginal a uno más relevante en los planes del desarrollo del país. Gracias al trabajo realizado por el MINAE, Costa Rica se encuentra hoy entre los primeros puestos del Índice Mundial de Desempeño Ambiental y es reconocido a nivel mundial por sus esfuerzos en pro de la conservación y el desarrollo sostenible.”

Esta rectoría del ambiente depende directamente de lo que se mueve en el escenario económico costarricense. Las políticas y las acciones de este Ministerio son construidas a golpe de tambor y al ritmo de lo que los sectores económicos ligados a las ramas productivas y turísticas fijen como prioridades. Dependiendo de los criterios de esos sectores, así lo ambiental se adapta a esas pautas de producción.

Es evidente que el Ministerio de Ambiente, no es un órgano de conservación y mucho menos de gestión ecológica. Resulta muy difícil poder decir que es una entidad con un fin de vigilancia de los recursos naturales del país, pues con grandes dificultades da seguimiento a las denuncias ambientales.

Este órgano ministerial a lo sumo se ha convertido en un medio de certificación y aprobación de proyectos que impacten el ambiente. En todos ellos aparecen recomendaciones de mitigación y buenos consejos para no hacer el mal al medio ambiente.

Incluso las áreas de conservación son administradas, fuera del reino del Ministro del Ambiente. Y las oficinas regionales carecen de recursos para poder cumplir sus funciones.

En materia marina y costera, con un territorio de mar patrimonial de más de 100 veces más grande que el territorio de tierra firme, el Ministerio de Ambiente se encuentra en pañales y casi no tiene ninguna injerencia. La rectoría del mar, se limita a una institución que solamente tiene la función de otorgar permisos de pesca y acuicultura. Hoy por lo menos se encuentra bendecida por Dios, ya que siempre ha estado en los grandes escándalos de irregularidades y manejos de permisos de pesca. El aleteo de tiburón y la pesca del atún han sido parte del festín de directivos y empresarios de Puntarenas.

Existe el AyA, SENARA, SETENA y la llamada Dirección de Aguas, entidades que tienen relación directa con el ambiente y principalmente con el recurso hídrico. Las tres instituciones están orientadas a la explotación y extracción del recurso hídrico.Es una burocracia capacitada para el saqueo del agua. En forma muy puntual, quizás han participado en un plan de reforestación de alguna de las cuencas. Tal vez, han realizado estudios para proponerla recuperación de algunas cuencas de Costa Rica, pero difícilmente se ha podido pasar más allá del papel y la tinta. Esa deuda del Estado por promover un desarrollo urbano y desequilibrado, no ha sido saldada.

Así las cosas la institucionalidad del ambiente en Costa Rica nos sigue otorgando zanahorias y ahora parece que nos van a dar garrote.

5. El futuro ambiental de Costa Rica

El Presidente y sus ministros, piensan que los grupos relacionados con el ecologismo y el conservacionismo en Costa Rica, se reduce a unos pocos cabezas calientes. Ya doña Laura Chinchilla, en San Carlos, llamo a combatirlos con todas las armas. Hoy, el señor Luis Guillermo Solís dice: “que tenemos que hablarlo despacito.” Es decir que no mucha bulla y escándalo.

Sin embargo, olvida el señor Presidente que la resistencia ambiental no depende de la politiquería, los sectores ligados a la ecología y la conservación del ambiente, difícilmente comen cuento.

Al respecto de la acción por la conservación de los grupos ecologistas, Oscar Fallas, dirigente ecologista y cuyo crimen no ha sido suficientemente explicado, decía:

“El conservacionismo y el ecologismo costarricense son tan viejos como las mismas culturas precolombinas, aparecen en el centro de los mitos, leyendas y prácticas sociales, culturales y productivas de nuestros indígenas como un elemento permanente de la unidad y el respeto por la naturaleza: las plantas, el bosque, los animales silvestres, las fuentes de agua y los ríos como recurso para la sobrevivencia y la tierra como generadora de vida. Todavía hoy, cuando algunos pobladores del pueblo Bri-Bri salen a cazar, le piden permiso a la tierra y a la naturaleza (Ver: Fallas Baldí, Oscar. 1993. Modelos de desarrollo y crisis ambiental en Costa Rica. San José: Asociación Ecologista Costarricense (AECO), Serie Cuadernos de Estudio.Pág.:

Los políticos pactan, esa es su naturaleza. Ellos son entrenados para negociar y dejarse llevar por las cálidas corrientes de los grandes intereses. Los políticos pueden convenir con Dios y con el Diablo.

En el escenario ambiental, deben tomarlo con la mayor precaución y reserva; ya que en la selva, en la montaña, en la playa y en los grandes complejos hoteleros, siempre hay miles de ojos que los observan y los vigilan. Las comunidades seguirán agarrando sus recursos y no los soltaran para esos intereses mezquinos del capital y de los pactos de gobierno.

Ver: Fallas Baldí, Oscar. 1993. Modelos de desarrollo y crisis ambiental en Costa Rica. San José: Asociación Ecologista Costarricense (AECO), Serie Cuadernos de Estudio.Pág.: 9

Enviado a SURCOS Digital por James Siu.

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