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Etiqueta: derechos de las mujeres

Mujeres que se levantan: estrategias de empoderamiento y defensa de los derechos femeninos – en Alternativas

El programa Alternativas, elaborado por el Colectivo Reflexión–Acción, realizará este viernes 14 de noviembre de 2025, a las 18:00 horas (-6 UTC), un conversatorio dedicado a visibilizar experiencias, conocimientos y acciones en defensa de los derechos de las mujeres, así como estrategias de empoderamiento en distintos ámbitos de la vida social.

El espacio, titulado “Mujeres que se levantan: estrategias de empoderamiento y defensa de los derechos femeninos”, contará con un panel diverso de profesionales y activistas que abordarán, desde sus respectivos campos, los desafíos actuales para garantizar la igualdad, la seguridad y el bienestar de las mujeres en Costa Rica.

Panel invitado

  • Irené Barrantes Jiménez
    Especialista en género. Socia del Museo de las Mujeres de Costa Rica. Integrante del grupo de trabajo Agenda CEDAW.
  • Liliana Montiel
    Oficial de Fuerza Pública.
  • Yessenia Orozco Alpízar
    Doctora en Psicología.
  • Yolanda Bertozzi
    Abogada y activista por los derechos humanos de las mujeres.
  • Maricela Pletiés
    Educadora y psicóloga en formación.

La transmisión se realizará en vivo por Facebook Live, YouTube y Spotify de Alternativas.

El programa es producido por el Colectivo Reflexión–Acción, que desde julio de 2020 impulsa espacios de diálogo para construir un país más justo, informado e integralmente humano.

Emisoras amigas

  • Radio Guanacaste 106.1 FM
  • Radio Soberanía
  • Radio Revolución CONAIOC
  • 506 Ondas Alajuela Radio
  • Voces Liberianas 97.3 FM

Cuando las luces de navidad apagan los derechos de las mujeres

Enid Cruz Ramírez
Coordinadora general – MUSADE

La Asociación Mujeres Unidas en Salud y Desarrollo (MUSADE) informa a la opinión pública que, tras una serie de acontecimientos recientes, ha tomado la decisión de suspender el Festival “Renacer sin miedo, por una vida sin violencia”, previsto para el domingo 23 de noviembre en la Plaza La Sabana, como parte de la conmemoración del Día Nacional e Internacional de la No Violencia contra las Mujeres.

La actividad contaba con permiso municipal otorgado desde el 14 de mayo de 2025 y una ampliación aprobada en octubre para extender el uso del espacio a los días 22 y 23 de noviembre. Sin embargo, el 4 de noviembre, MUSADE constató que la Municipalidad de San Ramón estaba promoviendo actividades del Festival Navideño Municipal en el mismo espacio y fecha del domingo 23 de noviembre, sin comunicación previa ni coordinación, pese a existir una autorización vigente para el evento de MUSADE.

Durante la reunión solicitada para buscar alternativas conjuntas, prevaleció el criterio de que las actividades municipales tendrían prioridad, lo que impidió alcanzar un acuerdo equitativo y evidenció la ausencia de mecanismos claros de coordinación interinstitucional.

Ante este panorama, y para no exponer a las y los participantes a un ambiente hostil o de tensión, MUSADE ha decidido realizar el evento únicamente el 22 de noviembre y suspender las actividades del 23 de noviembre, reafirmando su compromiso con la convivencia pacífica, la reflexión social y la defensa de los derechos de las mujeres.

Resulta lamentable que una actividad dedicada a la promoción de la paz, los derechos humanos y la no violencia contra las mujeres se vea desplazada por decisiones institucionales que no respetan los procesos ni los permisos otorgados en tiempo y forma.

Los gobiernos locales tienen un papel fundamental en la promoción de los derechos humanos y la prevención de la violencia de género, al ser el nivel del Estado más cercano a las comunidades. Su respaldo a las organizaciones sociales que trabajan por la igualdad y la no violencia no solo fortalece el tejido comunitario, sino que demuestra coherencia con los compromisos nacionales e internacionales asumidos por el país en materia de derechos de las mujeres.

La situación ocurrida en San Ramón pone en evidencia la ausencia de una política local integral de prevención y atención de la violencia contra las mujeres, que oriente las decisiones municipales y promueva la articulación efectiva con la sociedad civil. Contar con una política de este tipo permitiría garantizar el acceso equitativo a los espacios públicos, el reconocimiento de las organizaciones sociales y la sostenibilidad de las acciones en favor de la igualdad y la vida libre de violencia.

MUSADE hace un llamado a la Municipalidad de San Ramón a revisar y fortalecer sus procedimientos de coordinación interinstitucional, así como a impulsar la construcción participativa de una política cantonal de igualdad y no violencia contra las mujeres, que refleje el compromiso de este gobierno local con la justicia social y la democracia.

La defensa de los derechos humanos no puede subordinarse a intereses administrativos o programáticos institucionales. Las organizaciones sociales también construyen ciudadanía y merecen respeto en los espacios públicos.

MUSADE reitera su compromiso con la participación ciudadana en un marco de equidad, cultura de paz y no violencia, valores que durante casi cuatro décadas han guiado su labor. Asimismo, continuará desarrollando actividades de sensibilización y acción social durante el mes de noviembre, manteniendo su compromiso con las mujeres y la sociedad ramonense.

San Ramón, Alajuela, 11 de noviembre de 2025.

Insólita actuación de Laura Fernández candidata

Alberto Salom Echeverría
albertolsalom@gmail.com
Preludio.

He estudiado la política, casi más de lo que la he practicado. Soy un admirador y a la vez defensor de la extensa lucha en todo el mundo de las mujeres por obtener igualdad de derechos civiles y políticos, por ser respetadas integralmente, por haber logrado visibilizar la violencia verbal y el maltrato físico que ejercen millones de hombres en todo el mundo contra ellas. Quienes así actúan no merecen identificarse dentro del género masculino; al contrario de lo que algunos violadores y cobardes creen de sí mismos. El machismo es en mi opinión la más cobarde y sórdida abyección que puede caracterizar a un ser humano. Quien agrede, viola o asesina a una mujer, es sencillamente un depredador de la especie.

La lucha de las mujeres es probablemente la más ética de todas las luchas de la humanidad, por la dimensión de su propósito. Es la más señera en el campo de los derechos humanos, junto con la lucha en contra de la esclavitud. No tiene otro parangón.

Lo cardinal estriba en que la humanidad no podía dar un paso más certero, en la vindicación integral de la especie contra la opresión en general, mientras no se tomara consciencia del derecho de la mujer a la íntegra y plena igualdad respecto del género masculino.

Breve recuento de los movimientos feministas a finales del siglo XVIII

La lucha de las mujeres por su vindicación alcanzó una dimensión colosal a finales del siglo XVIII, primeramente, con los movimientos feministas liberales, los cuales estuvieron centrados en el derecho al sufragio y a la educación. Creo necesario citar la obra de la escritora, dramaturga y filósofa política, la francesa Olympe de Gouges que escribió “Los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana”, en el año de 1791. Olympe destacaría además porque emprendió un movimiento para eliminar definitivamente la esclavitud en Francia. En 1793 moriría decapitada, tan solo por haber defendido los principios de un estado federado.

En el año de 1792, otra extraordinaria mujer, Mary Wollstonecraft, inspirada en Olympe de Gouges escribió con una visión más amplia, una obra que dio pie a que iniciara una cruzada contra el patriarcado, un sistema político excluyente de la mujer, es decir arremetió contra el poder centrado en las relaciones desiguales de poder entre varones y mujeres.

Dos pensadores masculinos de significación en la literatura politológica feminista

El primero de estos pensadores feministas de género masculino en la época de la Ilustración fue el Marqués de Condorcet. Defendió con vigor la igualdad de género, y encontró con razón que la falta de educación femenina era la base de las diferencias entre los sexos.

Por otra parte, John Stuart Mill nació en 1806 en Inglaterra y falleció en 1873 en Francia. Uno de los liberales más influyentes en el siglo XIX. Dada la influencia que recibió de dos de los socialistas utópicos Fourier y Owen, tuvo ciertos devaneos con el socialismo utópico, pero nunca llegó a acercarse al socialismo de Marx, o socialismo científico.

Mill abogó por la emancipación de las mujeres de la hegemonía del patriarcado. Escribió la obra que intituló “La Servidumbre de las Mujeres”; con anterioridad Taylor Mill había escrito “El Sufragio de las mujeres”. Ambos argumentaron similarmente que la desigualdad de género era una injusticia económica, pero también generaba ineficiencia económica. Asimismo, abogaron por reformas legales, el acceso a la educación y la autonomía femenina. Plantearon críticas profundas, agudas en contra del trabajo no remunerado, la brecha salarial entre géneros masculino y femenino y la opresión estructural. Desde el parlamento Stuart Mill abogó por el sufragio femenino, siguiendo en esto al parlamentario inglés Henry Hunt en 1832.

El siglo XX. La lucha de las mujeres en la ONU

En el siglo XX, se desarrolla con mucho ímpetu la lucha de las mujeres en todo el mundo, aunque no ha sido suficiente para erradicar la violencia del patriarcado en su contra, ni el acoso sexual y laboral, tampoco el crimen en ningún continente. No obstante, se ha avanzado en la definición de los principios del feminismo.

El Pacto de las Naciones Unidas definió el empoderamiento de las mujeres en el siglo XX. De este modo se definieron los principales principios entre los cuales citamos:

1.La promoción de la igualdad de género al más alto nivel de dirección.

2. Se prestó atención principal a resguardar el trato a hombres y mujeres en el trabajo en forma igualitaria. En cuenta el principio de a igual trabajo, igual salario.

3.Respetar y defender los derechos humanos y la no discriminación de las mujeres en ningún ámbito de la vida social y laboral.

4. Se debe velar al mismo nivel por la salud, la seguridad y el bienestar entre los trabajadores y las trabajadoras.

5. La promoción de la educación, la formación y el desarrollo profesional de las mujeres debe convertirse en una obligación de los Estados.

6. Deben llevarse a cabo prácticas de desarrollo empresarial, cadenas de suministro y mercadotecnia a favor del empoderamiento de las mujeres, y

7. Es necesario que los gobiernos evalúen y difundan los progresos en favor de la igualdad de género.

Las luchas de la mujer en Costa Rica y la Insólita actuación de Laura Fernández

Pancha Carrasco es la primera mujer que mi recuerdo retiene, representativa de un coraje y una decisión singular. Pancha Carrasco acompañó las luchas patrióticas del Ejército Nacional en el decenio de los años cincuenta del siglo XIX contra los invasores filibusteros en Centroamérica. Más concretamente se integró al Ejército Libertador, convirtiéndose así en un símbolo de entrega y generosidad de la mujer para los anales de la Historia Nacional. En el año de 1994, la Asamblea Legislativa de Costa Rica la declaró “Defensora de las Libertades Patrias”, una heroína que ha moldeado el alma nacional femenina y no se arredra ante nada. Pancha Carrasco puso el listón muy alto, por lo que es difícil de sobrepasar.

No obstante, desde la década de los años veinte del siglo anterior, aparece la figura de Carmen Lyra, otro de los más altos ejemplos de la mujer costarricense que yace en el altar de la Patria junto a Pancha Carrasco y otras como ellas. Carmen Lyra se enfrentó en 1917 a la dictadura de los Tinoco. Trabajó con denuedo con los maestros, organizó marchas y al principio de la década de los treinta fundó junto a otro Benemérito de la Patria, Manuel Mora Valverde el Partido Comunista de Costa Rica. Desde entonces comenzó a promover el derecho al sufragio para las mujeres mayores de edad de Costa Rica. Fundó el primer jardín infantil de nuestro país y lo unió con la lucha por una educación inclusiva. Mediante sus escritos poéticos y en prosa, escribió cuentos para la niñez, y para la población en general promoviendo la crítica social. Murió lejos de la Patria, exiliada, lo que cada segundo le produjo un intenso dolor espiritual.

Otras grandes mujeres de las letras fueron: Ángela Acuña, Emma Gamboa, Luisa González Gutiérrez, Eunice Odio, Yolanda Oreamuno, Emilia Prieto, Lilia Ramos, Adela Ferreto, Lilia González González, Corina Rodíguez, Vitalia Madrigal, Julia Lang, Vera Yamuni Tabush.

La Liga Feminista fue fundada en 1923 y tuvo desde el principio el objetivo de lucha por el voto femenino. Angela Acuña fue la primera presidenta de dicha Liga. El 20 de junio de 1949, la Asamblea Constituyente de Costa Rica aprobó el voto de la mujer. Alrededor del 80% de los diputados votaron a favor de esta enorme conquista.

No cuento con el espacio para continuar narrando toda la heroica y valerosa lucha del movimiento feminista en Costa Rica, pero no puedo poner punto final, sin dejar de sorprenderme por la pusilanimidad de una persona mujer que aspira a la presidencia de nuestro país, que no tuvo el valor de presentarse a la primera de las mesas redondas, la cual fue celebrada en la Benemérita Universidad Nacional. Hablo como ya sabrán de Laura Fernández. Se excusó de presentarse sin haber presentado una disculpa atendible. Les dio la espalda a las mujeres costarricenses, a toda la población que esperaba escucharla, a la Universidad pública costarricense.

Ni siquiera escatimó el menor esfuerzo, a sabiendas que entre los participantes se encontraba otra mujer, de gran valía e inteligencia que jamás declinaría su participación, porque tiene honor para enfrentar los argumentos de otros cuatro candidatos varones, se llama Claudia Dobles Camargo. Así le cedió a Claudia todo el honor como dije, y también la gloria de haber hablado en nombre de la mujer costarricense y, además para todos los que quisieron escuchar el debate. Mis felicitaciones a todos los participantes, pero especialmente para Claudia Dobles quien intervino con gran calidad y dignidad femenina.

Colectivos feministas exigen investigación y transparencia en el INAMU ante denuncias de manipulación política

Diversas organizaciones feministas han manifestado públicamente su preocupación ante denuncias sobre el presunto uso político de recursos y acciones del Instituto Nacional de las Mujeres (INAMU). Las declaraciones señalan que esta situación vulnera la credibilidad institucional y los derechos de las mujeres, en un contexto de creciente instrumentalización de los temas de violencia de género con fines político-electorales.

El documento titulado “¡Qué vergüenza la presidenta ejecutiva del INAMU!”, difundido por la Red Feminista contra la Violencia hacia las Mujeres, detalla que desde 2022 el INAMU ha sufrido un proceso de debilitamiento institucional, vinculado a recortes, cierres de programas y decisiones administrativas que —según denuncian— han afectado su misión de protección a las mujeres. La red solicita la separación de sus cargos de la presidenta ejecutiva Yerlin Zúñiga y de la funcionaria Claudia Blanco, por presunto uso indebido de recursos institucionales y participación en hechos que podrían configurar delitos de coacción o soborno, vinculados a intereses político-electorales.

Por su parte, la Coalición Feminista emitió el pronunciamiento “El cuerpo como moneda política”, en el que cuestiona el uso del discurso sobre violencia sexual como herramienta de manipulación política, señalando que “no se negocia con nuestros cuerpos, no se lucra con nuestro dolor, y no se juega con la dignidad de las mujeres por conveniencia política”.

A su vez, la Colectiva Profesionales para la Ciudadanía, en su declaración “Una fecha de horror”, repudia la utilización del cuerpo de las mujeres como “moneda política y territorio de abuso y control en esta campaña electoral de 2025”. La organización demanda la separación del cargo de las personas denunciadas y condenadas por delitos sexuales, incluyendo figuras del gobierno, y reclama que el INAMU retome el liderazgo en la defensa de los derechos de las mujeres en Costa Rica y América Latina.

El Comité de Auditorías Sociales, por su parte, respaldó las denuncias, expresando que la instrumentalización de la violencia sexual como estrategia política representa un grave retroceso en la lucha por los derechos humanos de las mujeres y desvirtúa la legitimidad de las denuncias de las víctimas reales de violencia.

Llamado conjunto a la acción

Las cuatro organizaciones firmantes —la Red Feminista contra la Violencia hacia las Mujeres, la Coalición Feminista, la Colectiva Profesionales para la Ciudadanía y el Comité de Auditorías Sociales— coinciden en exigir:

  1. Separación inmediata de sus cargos de las funcionarias denunciadas del INAMU, hasta que se realicen las investigaciones correspondientes.
  2. Apertura de una investigación exhaustiva y transparente por parte de las autoridades competentes.
  3. Restablecimiento del funcionamiento pleno del INAMU, garantizando su independencia y compromiso con los derechos de las mujeres.
  4. Fin a la manipulación política de la violencia de género, reafirmando el respeto a las víctimas y al principio de justicia.

“Las mujeres víctimas de femicidios, sus hijas e hijos sobrevivientes y miles de mujeres que viven situaciones reales de agresión no merecen este atropello, mucho menos de parte de la institución llamada a defenderlas y protegerlas”, es el espíritu que unifica los comunicados.

Imagen: https://concepto.de/movimiento-feminista/

Carta abierta a Fabricio Alvarado

Atención
Diputado
Fabricio Alvarado Muñoz

Costa Rica ha sufrido en los últimos años un aumento vertiginoso de la violencia en todas sus manifestaciones. Desgraciadamente, este aumento de la violencia se concentra de manera especial en los ámbitos de violencia doméstica, violencia de género y la violencia sexual.

El abuso sexual tiene profundas consecuencias a corto y largo plazo, generando problemas físicos, emocionales, sociales y conductuales, al constituir una experiencia traumática que puede marcar un punto de inflexión vital en el desarrollo emocional de la víctima. El abuso sexual deja una herida que suele doler por el resto de la vida.

La violencia, como cualquier fenómeno social, tiene múltiples y diversas causas; sin embargo, existe una relación muy importante con los niveles de desigualdad social, el deterioro del sistema educativo, la deslegitimación del sistema jurídico y político y el desgaste de la confianza en las instituciones. Cada una de estas dimensiones viene mostrando indicadores negativos en lo que va del presente siglo. Una consecuencia muy importante de este proceso de deterioro es la acumulación de estrés, resentimiento y frustración que redunda en un enojo que se generaliza y que refuerza a su vez la deslegitimación. Todo lo anterior redunda en mayor individualismo, menor respeto por las leyes, por el sistema de valores y normas culturales y por los principios políticos de la democracia, a la vez que favorece la adhesión a subculturas ajenas a la paz y el respeto mutuo.

En el caso del abuso sexual, existen, en la mayoría de los casos, raíces profundas en la cultura patriarcal y en el machismo basado en una concepción de la masculinidad letal y abusiva. Entre otras cosas, esta cultura patriarcal enfatiza la concentración del poder, la autoridad y el privilegio en los hombres, mientras que subordina, minimiza y cosifica a la mujer y otras identidades de género. Estas características culturas permean las relaciones sociales en todos sus ámbitos, desde la interacción de pareja hasta la estructuración institucionan, social, política y económica, condiciones todas que promueven y facilitan relaciones agresivas, incluyendo el abuso sexual.

Siendo así, las personas abajo firmantes, todos hombres, reafirmamos nuestro compromiso para combatir la cultura machista tradicional, evidenciando y oponiéndonos a toda forma de violencia contra las mujeres, las personas adolescentes y las niñas y niños, promoviendo nuevas formas de convivencia basadas en el respeto mutuo, el reconocimiento de las diferencias y la solidaridad recíproca. No aceptamos ningún tipo de abuso de poder y reclamamos el procesamiento judicial de cualquier acto que genere agresión basada en diferencias de género, edad, etnia, cultura, religión, condición socioeconómica y orientación sexual, entre otras. Estamos convencidos de que el procesamiento judicial no solo permite establecer las adecuadas consecuencias de los actos agresivos; sino, sobre todo, que permite evidenciar, combatir y condenar los rasgos principales de la cultura patriarcal y su relación con la violencia.

Por lo tanto, exigimos que usted, Fabricio Alvarado, asuma la responsabilidad de sus actos y renuncie a la inmunidad que disfruta como diputado, para que pueda darse un proceso judicial libre de atrasos, privilegios e intereses particulares. El sufrimiento de su víctima y la amenaza permanente y creciente de la violencia en Costa Rica exigen una aproximación objetiva e imparcial, pero contundente y sistemática ante cualquier hecho de agresión.

NOMBRE

IDENTIFICACIÓN

Marco Vinicio Fournier Facio

104430604

Marco Carranza Morales

113180695

Christian Gólcher Benavides

112370214

Juan Carlos Morales Quirós

110010082

Efraín Artavia Loría

104460847

Sharo Rosales Arce

106920853

Cristian Gutiérrez

204830407

Juan Elías Ramírez Sánchez

109490705

Daniel Estrada Vaglio

111490252

Víctor Alexander Monge Briceño

108360509

Ramón Pendones de Pedro

800680523

Gustavo Oreamuno Vignet

108350921

Javier Vindas

106600556

Olman Javier Bolaños Vargas

204200917

Jorge Andrey González Rodríguez

206490956

Martín Jiménez Lopez

302240633

Marvin Amador Guzmán

106730592

Mauricio Alvarado Rivera

106060063

Ronald Wright Ceciliano

106500451

Alfredo Scott

107640507

Edgar Danilo Esquivel Solís

402180259

Luis Andrés Ulloa Aguilar

111970596

Randall Paredes Solano

108290058

Mauricio Quirós León

107320611

Ronald Díaz Vargas

105870283

Rafael Antonio Sanabria Villalobos

304160090

Rolando Barrantes Muñoz

501411193

Otto Rivera Valle

302660585

Habib Succar Guzmán

203240655

Allan Lacy

701580658

Gerardo Hernández N.

106770083

Claudio Oreamuno

104161234

Roger Chaves Grijalba

602290651

Allen Cordero Ulate

302170094

Albert Espinoza Sánchez

502270365

Jorge Alberto Salas Ávila

202830616

Diego Alexander Ugalde Fajardo

114770207

Rodolfo Vicente Salazar

104860933

NOMBRE

IDENTIFICACIÓN

César Olivares Vasallo

800480288

Pablo Miguel Urruela Baudry

900270046

Johan Córdoba

109980383

Oscar Ugalde

2452438

Fernando Arias Avendaño

104460875

Carlos Mata Montero

106000473

Jeffry Carvajal Villalobos

205930065

Andrés Salas Fernández

119940624

Javier Francisco Chavarría Aguilar

118440304

Luis Alfonso Zúñiga Muñoz

503830237

Carlos Vega Ardón

114900971

Juan Carlos Cruz Barrientos

104160403

José Alejandro Herrera Mora

105750893

Armando Torres Fauaz

111830240

Rafael Zamora Calero

111520791

Fernando Rudín Vega

104840457

Roy Umaña Carrillo

401420872

Manfred Hernández Falcón

603590469

Walter Romero

107870515

Ángel Ortega

800720824

Orlando Toledo

800550819

Mario Alberto Sibaja Álvarez

105360815

José Luis Barrientos León

87220000

Gabriel González Cega

105250121

Andrés Vargas Sancho

115340869

Orlando Hernández Ramírez

105420085

Johnny Alfaro González

204660610

Raymi Padilla Vargas

204920163

Jerome Miguel Loría Mesén

111000169

Javier Eduardo Vindas Navarro

114420946

Fernando Fournier Bedoya

113360675

Sergio Olivares Segura

602030628

Fernando Marín Marín

118060859

Bernardo Jaén Hernández

501580141

Sebastián Garro Cerdas

118420971

Ronulfo Morera Vargas

203580292

Ernesto Jara Vargas

109350483

Rodrigo Jiménez

105370978

NOMBRE

IDENTIFICACIÓN

Carlos Manuel Castro Jiménez

204160906

Gerardo Calderón Pérez

304150132

Daniel Ross Mix

109200170

Alexander Céspedes Solís

107340468

Ricardo Sol Arriaza

800970129

Roberto Cascante Vindas

113040892

Franco Martínez Montoya

3193756

Alejandro Muñoz

104970373

Dwight Alfredo Sáenz Sáenz

800860540

Alberto Franco Mejía

105160712

Johnny Castro Vindas

113750838

Oscar Gómez Murillo

205330451

Derek Congram

1,12401E+11

Ignacio Riba Dianda

109590754

Juan Carlos Blanco Montero

116690181

Manuel Ramírez

204270165

José Alberto Montero Castro

401280969

Pedro Gabriel Chaverri Mata

116010015

Luis Gutiérrez Montero

105510152

Mauricio Álvarez Segura

205140780

Jaime Cerdas Solano

105730178

Pablo Cambronero Salazar

110590916

Edgar Mora Guerrero

202901140

Eduardo Fallas Espinoza

112200946

Bernardo Vargas Valverde

104340756

Eduardo Marenco Silva

115050306

Jorge Oller Alpírez

901040729

Asdrúbal Duarte Esquivel

103800881

Juan José Vargas León

116040679

Michael Antonio Porras Jiménez

111550174

Guillermo Mora Murillo

502060664

Mauricio Salom Echeverría

105260308

Carlos Manuel Muñoz Jiménez

401810513

Hubert Chaves Zuñiga

103780893

Ronald chaves Zúñiga

87055404

Marco Aurelio Espinach Suñol

105900225

José Manuel Arroyo Gutiérrez

103991073

NOMBRE

IDENTIFICACIÓN

Octavio Jiménez Pinto

900360980

Marco Antonio Vargas Vargas

104360005

Andrés Gerardo Corrales Godínez

112920750

Guillermo Enrique Oses Segura

203170257

Randall Urbina Paniagua

106290663

Jeannory Chaves Zúñiga

105140883

Jorge Manuel Moya Montero

104051374

Santiago Coto Céspedes

301900731

Ronald José Montero Bonilla

113590534

Aaron Barboza Madrigal

208160809

Oscar Valverde Cerros

108300875

Daniel Porras Zeledón

603720212

Jens Pfeiffer Kramer

800730445

Luis Jiménez Méndez

205880721

DAVID OSORIO VARGAS

109580427

Leonidas Villalobos Morales

103921406

Giancarlo Mathieu Jiménez

113990420

Diego Sorio Calderón

114440346

María Cecilia Mora Camacho

105090460

Carlos Alberto Salas Benavides

203170358

Ronny Umaña Olivas

111440035

Carlos Rodríguez Herrera

502390013

Wilbert Chavarría Castro

204890391

Sergio Pacheco Soto

204340694

Dereck Lazo Umaña

119950947

Mario Erasmo Bello Aroca

801180171

José Arias Porras

107910076

Carlos David Lagos Guevara

1,34E+11

Rodrigo Campos Hernández

302670462

Félix Cristia

584921420

Josue Arévalo Villalobos

109790015

Edgar Porras Thames

103971236

Miguel Ricardo Rodríguez Salas

110390598

José Manuel Cerdas Albertazzi

501950539

Diego Francisco Aguilar Quesada

115690454

Keylor Robles Murillo

115880061

Roger Castillo Barquero

207170323

Josué Cabalceta Cruz

114020977

NOMBRE

IDENTIFICACIÓN

Miguel Ángel Zúñiga Chávez

104061152

Sergio Reuben-Soto

103150723

Raúl Gamboa Ramírez

115470450

MANUEL ANTONIO Solís Avendaño

104090243

Luis Brenes sancho

113150120

Wilfredo Andrés Barrera Bermúdez

114650788

Rodolfo Ulloa Bonilla

105480272

Francisco José Tsukame Cárdenas

901230718

Xavier Sánchez Aguilar

303650659

JOSÉ ANDRES SOLÍS HIDALGO

111390772

Luis Paulo Ocampo

206440930

Ing. Rafael Gerardo Piñar Ballestero

104860254

Bernal Quesada Carvajal

106460714

David Contreras Mora

105310468

Eduardo Araya Núñez

401240264

Esaú Hernández Ramírez-Argüello

305540157

Roberto Salom E

104430579

Gustavo Vargas Zamora

108790106

Benjamín López Salazar

115370688

Carlos Sáenz

104840154

Bernal Esquivel Gutiérrez

107590313

Gustavo Adolfo Chaves Rodríguez

110360681

Augusto Incer Arias

104330636

Enrique Alberto Molina Murillo

108910111

Allan Madrigal Conejo

108570031

Allan Obando Rodríguez

118730556

Rafael Barrientos

109610021

Manuel Jiménez Montero

106160441

Javier Sanchez Valverde

106440950

César Barrantes Bolaños

110180187

J. Augusto Álvarez León

116230219

Andrés Alfonso Barquero Rodríguez

206300983

Bryan Gerardo Méndez Campos

118370519

Diego Pérez Damasco

115120878

Sergio Rodriguez Sequeira

113700054

Omar miranda bonilla

104230030

Giovanny Alexander delgado castro

111180296

Rolando Castro Córdoba

107460896

NOMBRE

IDENTIFICACIÓN

Gerardo Badilla Álvarez

103930932

Leonardo Umaña Álvarez

111550107

Michael Morera Méndez

401840218

Marco Antonio Jiménez Hernández

402150372

Héctor Hernán Hermosilla Barrientos

800930507

CARLOS BONILLA AVENDAÑO

4121878

Vernor Muñoz Villalobos

105640548

Esteban Rodríguez Dobles

205420910

Óscar Castillo Rojas

301951450

Carlos Soto González

112230469

Andrés Ureña Aguilar

111910577

Jeff Hernández Castro

112940829

German Valverde Cerros

109320494

José L. Desanti Montero

700390947

Dennis Percival Sterling McKenzie

702430443

Víctor Julio Madrigal Porras

105440394

Alexis Antonio Rodríguez Brenes

304870500

Edison Rolando Sequeira Piña

106390252

Jose Andrés Rodríguez Vargas

205710041

Guillermo Barrantes Rivas

700471424

José Alfaro

105180468

Marco Cañizales Ramírez

109320081

Luis Carlos Bonilla Soto

304000489

Nicholas Céspedes Chuken

305100777

Gerardo Vázquez Gamboa

104680967

Javier Fallas Mas

108060408

Daniel González Quesada

111190017

Henry Mora Jiménez

105120548

Ernesto M. Guadamuz López

900400932

Dr. Santiago Chaves Aguilar

115560823

Gerardo Ureña

900900746

Roberto Monge Durán

109370854

Ricardo Gutiérrez Pérez

304380531

Alonso Fernández Álvarez

111330025

David Cambronero Arrieta

203100557

Noah Alejandro Alfaro Arends

119540980

Elian Xavier Jiménez Campos

119210768

Michael Lazo Umaña

116620613

NOMBRE

IDENTIFICACIÓN

Eduardo Jaen Hernández

501640278

Mario Vidal Rivera

401970094

Oscar Morera Herrera

107680002

Rigoberto Lazo Valladares

800450482

Marvin Cordero

302650505

Fabricio Bonilla Pacheco

113430782

Luis Incer Arias

103860121

Jenny Hernández Solís

106160590

Edwin Castillo Segura

114140104

Hugo Mora Poltronieri

102670396

Luis Alonso Bonilla Guzmán

106100984

Iván Alpízar Rojas

601210235

Juan Gabriel Calvo Alpízar

112120635

Josuan Stiff Díaz soto

604760840

Álvaro Morales Ramírez

105490438

Ronald González Bryan

116030490

Eduardo Zamora Méndez

401950307

José Andrés Araya Chaves

116830670

Juan Carlos Chinchilla Serrano

112370488

Vinicio Jarquín Cedeño

106350617

Eduardo Badilla Jiménez

603470275

Mauricio Alejandro Gómez Castañeda

304390515

Catalina Peña Castro

109280956

Stefano Battaini

117750126

Carlos Alberto Moya Cisneros

1,59101E+11

Edwin Chacón Muñoz

114030338

José Ramírez Aguilar

401470385

Joseph Mauricio Valerio Cortés

116000960

Amilcar Luna Palma

1,32E+11

Gerardo Cerdas Vega

108970131

Francisco fuentes castillo

114690717

Jaime Arturo Rojas Brenes

401620345

Federico Montero Mejía

103760760

José Miguel Carvajal Espinoza

402280067

Esteban Salazar Romero

112930656

Eddie Jesús Loria Arroyo

107020456

Jorge Casafont F

103860596

Mario Enrique Mora Badilla.

107030676.

NOMBRE

IDENTIFICACIÓN

Jonathan Vindas Molina

401820024

Gabriel Bolaños Corredera

115990198

Marbella Martin Fragachán

800650045

Marco Antonio Cordero Rojas

106210296

Jorge Mora Portuguez

106900544

Antonia Elisabeth Rojas Rojas.

104180618

Cristian Caamaño Chacón

114560013

Carlos Manuel Zamora Hernández

104960618

Samuel de Jesús Larios Azofeifa

117590299

Guido Jiménez Víquez

401250736

Mario Enrique Vargas Delgado

401420887

Alfredo Acosta Gómez

103460829

David Alberto Valerio Sánchez

401990688

Eric Chaves Ramírez

110040877

Wilson Méndez Mora

111130787

Jorge A. Bermúdez Guzmán

103750719

Jose Rafael Hidalgo Rojas

202760133

José Manuel Ramírez Solari

116370216

Marco Antonio Vásquez Esquivel

202940397

Jorge Enrique Corrales Alpízar

203329694

William Aarón Chacón Cavero

114820973

Luis Jiménez Rodríguez

206710721

Hugo Vargas Guzmán

4109355

José Miguel Tapia Fernández

900650374

Reinaldo Fabián Araya Monge

114240851

Héctor Ferlini-Salazar

104540856

Andrés Incer Arias

104620266

Jorge Arturo Montoya Alvarado

105080419

Maynor Song Lara

402130668

Ronald Amauri Castellón Sosa

112830088

Eber Víquez León

116000271

Hernán Arroyo Calderón

601500156

William González Salazar

103120335

Adrián Cruz García

107880069

Marvin Alexis Coto Arias

108650667

Miguel Arrieta Salas

105840215

Oscar Arturo Lücke Sánchez

104250387

Henry Solís Rodríguez

106560965

NOMBRE

IDENTIFICACIÓN

Alexander Castillo Monge

106580079

Jorge Arturo Adolio Cascante

112220528

Edison Valverde Araya

103460024

Rodney Vargas

104360315

Leonidas Adin Alvarado Castro

502330778

Eduardo González Ayala

112160380

Carlos Sanchez

111400326

Edgar Gutiérrez Espeleta

104530822

Ignacio dobles

104330692

José Gómez

800540909

Oscar Oconitrillo Barboza

105610282

Carlos Jones León

700670890

Luis Ángel Arias Moreira

110520711

Lorenzana Novoa

116870326

Jaime Gerardo Delgado Rojs

400960395

Johnny Blanco Elizondo

205610744

Alexander Rodriguez Chaves

109670546

Mauricio Hernandez Garcia

401890962

Edwin Alfaro Quesada

202710124

Víctor Manuel Ortiz Campos

104210674

CLAUDIO Andrey Morera Hernandez

114330956

Claudio Morera Ávila

202730870

Alexander Rojas Parajeles

107130292

Federico Li Bonilla

203380090

Rommel Vega Obando

110420419

Rolando Vargas Li

602020160

Christel Steinvorth

104690054

Manuel Incer Arias

103990517

Carlos Manuel Bolaños Chaves

106780069

Carlos Alberto Fallas Molinari

105180077

Henry Jones

601061213

Jose Alberto Zeledón Jiménez

104360288

Walter Quesada Fernández

105080559

Mauricio Ruiz Sánchez

116120805

Julio César Varela Castro

105270303

Minor Di Bella Hidalgo

2300458

Luis Alberto Rojas Fallas

900540622

Andrés Fernández Romero

108670559

NOMBRE

IDENTIFICACIÓN

Roberto Alfaro Zumbado

103390245

Erick Sojo Marín

303510353

Jode Bárcenas Vargas

601020336

Carlos Monge Meneses

400960724

Alonso Gómez Vargas

104340932

Federico chinchilla miranda

205950934

Alonso Gómez Vargas

104340932

Gino Cappella Molina

105690226

Esteban López Meoño

108920795

Luis Alonso Vargas Ramírez

105620896

Freddy Humberto Vargas Chavarría

401320166

Edgar Bermúdez cubero

601840799

José Castro Roig

203440566

Guerrero Segura Belinda

105240366

José Francisco Nicolás Alvarado

601540475

Luis Aguilera

110540358

José Francisco Nicolás Alvarado

601540475

Ricardo Ascanio Sánchez Loaiza

104120414

Luis Álvaro Calderón Retana

107720674

Pedro Cambronero Orozco

205300679

Marian Valeria Solano Solano

305320912

Oswaldo García Chinchilla

108920490

Francisco Javier Salazar Ramírez

107250635

Gerardo Lopez Barrantes

105290213

Fernando Zamora Bolaños

203260901

Jason Rivera Ugarte

110990131

GUILLERMO SOJO PICADO

302200665

John Manuel Arias

2801456781

Ricardo Boza Cordero

103930612

José Gabriel Almanza Granados

118380317

Enrique Sibaja Granados

108010046

Javier Pacheco

204180179

Mario Rojas Cárdenas

503040046

Jorge Alejandro Obando Sotela

110330855

Christopher Cortes

112360781

Gerardo Mora Burgos

103640085

Mauricio Sánchez Barahona

401550528

Donel Alvarado Zapata

800780504

NOMBRE

IDENTIFICACIÓN

Carlos A Carvajal Guillén

301650069

Guillermo Dinarte García

601540691

Juan José Piñar Chavarría

501910863

Simón Molina Gutiérrez

114610925

Oscar Herrera Naranjo

111230743

Juan Antonio Alfaro Bonilla

109130134

Óscar Madrigal Jiménez

202560766

Marcos Chinchilla Montes

106120735

Braulio Rostran Saballos

901090719

Luis Miguel Herrero K

106430076

Luis Pablo Torres González

1111310744

Berny Abarca Coto

110220424

Rónald Valverde Jiménez

106270689

Jorge Osvaldo Calvo Rodriguez

105440371

Enilson Vega Solorzano

207220459

Oscar Ledezma Acevedo

206080595

Federico Campos Calderón

107900839

Danny Vargas

110410282

Ángel Alberto Fallas Méndez

204500784

Franco Zúñiga Sequeira

106260852

Sebastián Calderón Méndez

117830561

Gabriel Umaña

800740986

Manuel Jiménez Rodríguez

900260124

Enrique Alberto Martín-Hidalgo Ribas

109500994

Luis Gustavo Mena

106040520

José Francisco Rodríguez

106590851

James Adrián Prieto Valladares

302300374

Alexander Rodriguez Guevara

107070818

Luis Monge Díaz

104960100

Jorge Alexander Arias Valverde

107910380

Marco Tulio Tenorio Sánchez

103530299

Manuel Salvador Sequeira Gómez

502950786

Oscar Beita Quesada

105930368

Mario Enrique Rojas Peralta

601740470

Alejandro Augusto García Valerio.

104890785

Javier Acuña Corrales

700780861

Deivid Andrés Hidalgo González

305770946

Juan Carlos Zamora Ureña

108590617

NOMBRE

IDENTIFICACIÓN

Bernal Herrera Montero

104530160

Luis Pablo Zúñiga Morales

104670843

Carlos Enrique Cambronero Jiménez

203380138

Alberto Salom Echeverría

104430578

Camilo Morales

119850685

JUAN JOSÉ SOTO MORALES

202990891

Álvaro Campos Guadamuz

601410470

Juan Urruela Umaña

109530618

Ronald Valverde Vargas

105660724

Mario Contreras Montes de Oca

104670145

Carlos Alberto Salas Benavides

203170358

Mynor Enrique Villachica Pineda

116970798

Eduardo Enrique Aguilar Espinoza

401640494

Javier Bermúdez Romero

108600592

Pascal Olivier Girot Pignot

801340050

Jose Antonio Mora Calderón

113430572

Andrés José Romero Méndez

116080694

Rolando Barrantes Muñoz

501411193

Red de Mujeres Rurales se prepara para la participación en la movilización del 25 de noviembre

La Red de Mujeres Rurales de Costa Rica se prepara para participar activamente en las actividades del próximo 25 de noviembre, Día Internacional de la Lucha contra la Violencia hacia las Mujeres, fecha en la que se realizarán diversas movilizaciones y espacios de articulación social en San José.

Esta organizacion mantiene una labor constante de formación, análisis y acción en defensa de los derechos de las mujeres del campo, denunciando los impactos de políticas que han reducido becas, servicios de salud, apoyos alimentarios y programas comunitarios que beneficiaban a las mujeres, niñas y familias rurales.

“Seguimos promoviendo la organización y fomentando formas para incrementar la pequeña producción de alimentos que permitan una mejor calidad de vida, la organización local de las mujeres y el acompañamiento de las luchas locales”, señalaron representantes de la Red.

La Red de Mujeres Rurales desarrolla encuentros regionales y procesos de capacitación con muy pocos recursos económicos, movilizando a mujeres de diversas comunidades mediante el trabajo voluntario y la cooperación solidaria.

Con motivo de la movilización nacional del 25 de noviembre, la Red organiza la participación de una delegación de 25 mujeres rurales provenientes de distintas zonas del país, entre ellas Pérez Zeledón, Siquirres, Matina, Upala, Los Chiles y territorios indígenas.

“La movilización del 25N es tan necesaria en estos tiempos y permite abrir espacios de diálogo con compañeras de otras organizaciones y movimientos», expresó Orfa Dalila Condega Pérez, representante de la Red.

Las imágenes muestran los espacios de encuentro, formación y organización que la Red impulsa en distintas regiones del país.

Campaña de hombres pide a Fabricio Alvarado renunciar a la inmunidad

SURCOS recibió el siguiente comunicado:

Ante el movimiento que se ha gestado para exigir la renuncia a la inmunidad de Fabricio Alvarado, algunos sectores han pretendido minimizar y desvirtuar el proceso mediante el argumento de que se trata de una persecución política por parte de algunas mujeres de ideas extremas.

Por lo anterior, es muy importante demostrar que somos muchísimos los hombres que también exigimos esta renuncia a la inmunidad, y por las mismas razones esgrimidas por las mujeres, porque nos oponemos claramente a la cultura patriarcal que favorece y permite la violencia de género y particularmente el abuso sexual.

Si usted coincide con esta posición, por favor, ingrese al siguiente enlace para que revise el documento y, si lo tiene a bien, lo firme indicando su nombre completo y su número de identificación:

https://docs.google.com/forms/d/e/1FAIpQLScY9D3-LNZuwl_GgcMOd-ryWM3HZBOSTejeFOnEQOgmPxmWkw/viewform?usp=header

Entre más firmas se recaben más evidente será nuestra posición como hombres sensibles y conscientes y mayor será la presión para lograr un proceso judicial sin atrasos ni privilegios. Por favor, ayude también a circular esta iniciativa circulándola por las redes sociales.

Consejo Universitario de la UCR se pronuncia ante denuncia contra miembro de la Asamblea Legislativa

El Consejo Universitario de la Universidad de Costa Rica (UCR) emitió un acuerdo firme en el que expresa su posición frente a la denuncia presentada contra un miembro de la Asamblea Legislativa por presunto abuso sexual contra una mujer menor de edad al momento de los hechos.

En el acuerdo, tomado en la sesión ordinaria N.º 6942 del 9 de octubre de 2025, el órgano universitario recordó su compromiso con la defensa de los derechos de las mujeres y la condena a toda forma de violencia de la que puedan ser objeto.

Principales consideraciones del acuerdo

El Consejo Universitario señaló que, ante denuncias de esta naturaleza, las personas funcionarias públicas, especialmente quienes ocupan cargos de elección popular, deben responder al principio de transparencia y rendición de cuentas, conforme al mandato constitucional.

El documento también hace referencia a los recientes cuestionamientos sobre la ética y probidad de algunos miembros de la Asamblea Legislativa, tras el rechazo a una solicitud de levantamiento de inmunidad presidencial.

Acuerdos adoptados

  1. Expresar solidaridad con las mujeres víctimas de violencia sexual.

  2. Instar a las personas funcionarias de elección popular a que, cuando existan denuncias en su contra por violencia sexual o actos de corrupción, se sometan al proceso judicial correspondiente.

  3. Reprochar el uso indebido de la inmunidad por parte de personas funcionarias públicas con fines distintos a los que motivaron su creación. El Consejo recordó que someterse a un proceso judicial no implica violar el principio de inocencia.

  4. Comunicar el acuerdo a las diputadas y diputados de la Asamblea Legislativa, así como a los medios de comunicación.

El acuerdo fue firmado por la directora del Consejo Universitario, Patricia Fumero Vargas, Ph.D., y establece que la ética y la responsabilidad pública son condiciones indispensables en el ejercicio de cargos de representación popular.

En el mes de la Patria: Mitos y Realidades de la Democracia Costarricense

José Manuel Arroyo Gutiérrez*

         Los principales mitos de la identidad nacional costarricense han girado en torno a que somos una sociedad igualitaria, forjada desde la Colonia (siglos XVI-XVIII) por pequeños propietarios sumidos en el aislamiento, una agricultura/ganadería de sobrevivencia y una pobreza generalizada; además,  se ha instalado en el imaginario colectivo que somos una comunidad homogénea, mayoritariamente blanca y cristiana católica. A lo anterior hay que agregar el mito de que somos por naturaleza pacíficos, amantes del diálogo y el acuerdo, antes que del conflicto o la guerra. Finalmente, siempre se ha sostenido que los costarricenses creemos en el Estado de Derecho, la educación pública que nos hace una patria con más maestros que soldados, y que la justicia social es pilar  fundamental de nuestra democracia.[1]

         Esta reflexión pretende distinguir mitos de realidades; hacer un análisis crítico de cuánta verdad hay en esa imagen idealizada y romantizada de lo que  se llegó a bautizar como la “Suiza Centroamericana”. Para lograr este propósito nos valdremos de algunos datos y hechos históricos que deslinden certezas de suposiciones, y así pintar un cuadro lo más objetivo posible.

         Tendremos como brújula la idea cardinal de que la Democracia es una Cultura, entendiendo que se define y construye no sólo en las epopeyas históricas, los grandes liderazgos o los programas reformadores o revolucionarios, sino en la participación vigilante y cotidiana de la gente que decide luchar por sus derechos, conservarlos y ampliarlos. La democracia es la dinámica social que avanza en la conquista de derechos, en busca de un horizonte nunca alcanzado por completo. Si la democracia no avanza, se estanca y retrocede; si no fortalece sus instituciones y garantiza su eficacia, se vuelve una parodia de ritos y formalidades vacías. La Democracia no es la dictadura de las mayorías, su esencia pasa por el respeto irrestricto y la integración de las minorías. Ideas como “dictadura en democracia” o “en este país hay exceso de democracia”, o bien, “yo encarno la voluntad del pueblo y por eso soy demócrata”, son sólo variaciones de un peligroso autoritarismo que nada tiene que ver con el auténtico espíritu democrático. En fin, la democracia es un producto cultural que se vive y construye día a día, o se deteriora y languidece sin remedio, bien hacia la anarquía, o peor aún, hacia la demagogia y la tiranía.

  1. Luces y sombras del pacifismo costarricense

         En el largo devenir de la democracia patria, hay que decir, en primer lugar, que el proceso de la Conquista y Colonización de la parte sur del istmo centroamericano fue tardío e incompleto. Pero además, como toda conquista imperial, fue un período violento, cruento y costoso, ante todo en el aspecto humano. Según estimaciones científicas, hacia 1550 la población aborigen en lo que hoy es Costa Rica, ascendía a unas 400 mil personas, organizadas y dispersas por todo el territorio en consolidados cacicazgos. Tan sólo un siglo después, alrededor de 1650, quedaban apenas unos 10 mil nativos americanos, victimas sobre todo de las enfermedades traídas por los europeos, pero también por el sometimiento a regímenes de esclavitud, servidumbre, o bien por su huida voluntaria hacia las regiones montañosas más remotas, como Talamanca.  Hubo que esperar hasta la década de 1920 para que este país volviera a tener aquellos 400 mil habitantes.[2]

         La historia nacional, a pesar de largos períodos de estabilidad política y paz interna, conoció sin embargo varias revueltas y enfrentamientos armados fratricidas: el enfrentamiento entre San José-Alajuela contra Cartago por la capitalidad (Guerra de Ochomogo, 1823); la Guerra de la Liga (1835) con la cual se consolida esa capitalidad en San José; la invasión de Morazán para promover la unidad de Centroamérica (1842);[3]  la revuelta popular que derrocó  la dictadura de los Tinoco (1919); el levantamiento armado del Ejército de Liberación Nacional contra el gobierno de Teodoro Picado (1948). También la pacífica Costa Rica conoció enfrentamientos bélicos en defensa de su soberanía e integridad territorial, como la Campaña Nacional contra la invasión filibustera desde Norteamérica, liderada por William Walker (1856-1857); la llamada Guerra de Sixaola, que perdimos, por disputas fronterizas con Panamá (1921); así como nuestro activo involucramiento en la Revolución Sandinista contra la tiranía de los Somoza en Nicaragua (1979-1982).[4]

         Pero es igualmente cierto que la mayor parte del tiempo vivido por esta pequeña nación, a partir de su independencia, ha estado marcada por períodos prolongados de paz y con una buena dosis de convivencia democrática. Ya en 1823, pese a controlar el poder con apoyo militar, Gregorio José Ramírez lo entregó a una Junta Civil para evitar el agravamiento de las tensiones políticas de entonces.[5] Sobresalen en este sentido también los hechos acontecidos en 1889 –para algunos el “Acta de Nacimiento” de la democracia costarricense- en la que el oficialismo liberal (Presidente Bernardo Soto) prefirió entregar el poder a la oposición conservadora  (José Joaquín Rodríguez), antes que provocar un enfrentamiento armado entre los bandos. Son dignos de mencionarse asimismo eventos similares cuando el candidato Arturo Echandi cedió sus pretensiones presidenciales ante una coalición de republicanos y reformistas (1924), con el mismo propósito de evitar enfrentamientos entre conciudadanos. Lo propio puede decirse de la derrota electoral -que se termina aceptando-, por parte de las fuerzas políticas recién alzadas en armas para la conformación de la Asamblea Constituyente de 1949, que echó por tierra el proyecto social-demócrata de nueva Constitución, acontecimientos históricos que terminaron consumando la entrega del poder a Otilio Ulate, vencedor en los comicios previos a la Revolución de 1948. Finalmente, no se puede dejar de mencionar el liderazgo del Gobierno de Costa Rica, encabezado por el Presidente Oscar Arias Sánchez, en la superación de la peor crisis bélica del Siglo XX en Centro América, con la promoción de los Acuerdos de Paz, Esquipulas I y II (1986-1987) que pusieron fin a uno de los capítulos más sangrientos del continente  y que le valió a Arias Sánchez el Premio Novel de la Paz.[6]

  1. Igualitarismo social

         Es cierto que esta fue una región remota del Imperio Español; un lugar tan alejado de Guatemala y México como de Colombia o el Perú. Es cierto también que no hubo ni grandes yacimientos de minerales, ni tampoco la disposición de numerosa mano de obra para esclavizar o reducir a servidumbre.  Como consecuencia, es verdad que hubo durante el periodo colonial aislamiento, ausencia de latifundio y relativa pobreza generalizada.[7]

         Lo que no es del todo veraz es que, por aquél entonces, Costa Rica fuera una sociedad por completo igualitaria. Una importante diferenciación de clases se perfiló ya desde el siglo XVI. Hubo colonos españoles y sus descendientes  con propiedades más extensas que otros; hubo familias que lograron acceder a mayor riqueza, según la explotación agrícola y ganadera que prosperaban antes de la independencia (1821). Y por cierto, hubo explotación esclavista de afro-caribeños y siervos aborígenes, obligados al servicio de las élites económicas emergentes. Hubo también una clara discriminación de estos mismos sectores, auténticos guetos en los márgenes de los principales centros urbanos. Incluso se promovió la prohibición del ingreso de personas de raza negra y china al Valle Central, políticas que fueron cesadas hasta 1948.  Así que el idílico igualitarismo, en realidad fue muy relativo desde nuestros remotos orígenes.[8]

  1. Homogeneidad étnica

         Si bien es correcto afirmar, entonces,  que la sociedad colonial fue bastante homogénea, la segregación de afro-descendientes y aborígenes fue cediendo a un mestizaje que para finales del siglo XVIII y principios del XIX era más que evidente. La nuestra es una comunidad compuesta, en la actualidad, por personas que tienen, cual más cual menos, abuelos europeos, otros indígenas y también ancestros africanos. Ese mestizaje, para fortuna nuestra, se sigue ampliando y profundizando con la llegada de asiáticos, europeos no españoles y americanos de todas las latitudes, a partir de la segunda mitad del siglo XIX y hasta nuestros días.

         Como hito de la cuestión racial, desde el punto de vista constitucional, la esclavitud como institución fue abolida en el marco de las primeras constituciones de la Federación Centroamericana (1822-1824), a las que Costa Rica se adhirió.[9] En la actualidad, rige la Ley 10120 de 2 de febrero de 2022 en la que, reconociendo la discriminación y racismo que históricamente han sufrido los afro-descendientes, se imponen acciones alternativas para su integración social a todo nivel.

  1. Opción por el Estado Constitucional de Derecho

         En la conformación de Costa Rica como Estado de Derecho hubo tres acontecimientos mundiales que la influyeron de manera definitiva: la Guerra de Independencia de los Estados Unidos de América, sus primeras constituciones (1781 y 1789) y su Declaración de Derechos Civiles (1791); la Revolución Francesa y su Declaración de Derechos del Hombre y el Ciudadano (1789); y la Constitución de Cádiz, España  (1812).[10]  Consta como dato histórico real que, sobrevenida la Independencia, se impuso una clara voluntad por hacer de Costa Rica un Estado de corte republicano, regido por el principio de legalidad. Esta tendencia se inició a partir del Pacto Social Fundamental Interino (Pacto de Concordia, 1821), seguido de una serie de Cartas Fundamentales y Constituciones Políticas que definieron el marco jurídico, la división de poderes, la organización político-administrativa básica del territorio nacional y el reconocimiento de los derechos y obligaciones ciudadanos.  Por otra parte, es cierto que hubo golpes de Estado y gobiernos de facto como los de Braulio Carrillo Colima (1838-1842), Tomás Guardia Gutiérrez (1870-1882), Federico Tinoco Granados (1917-1919) y la Junta Fundadora de la Segunda República, encabezada por José Figueres Ferrer (1948-1949). Sin embargo, curiosamente, con la excepción de Tinoco, se trató de gobiernos en muchos aspectos progresistas. Carrillo se convirtió en el legislador-fundador del Estado costarricense por medio de la promulgación del Código General (1841) y otras leyes estratégicas como la Ley de Vagancia que procuraba maximizar la mano de obra en la naciente producción e industria del café y el trazado de carreteras. El General Guardia abrió las puertas a la Era Liberal con importantes reformas en orden a la secularización del Estado, la construcción del Ferrocarril al Atlántico, la educación pública y la abolición de la pena de muerte.[11]  De igual manera, el período liderado por Figueres Ferrer no sólo respetó las garantías sociales y los derechos laborales de la etapa que lo precedió, sino que sentó las bases de la expansión para la educativas primaria y secundaria, impulsó la construcción de carreteras e infraestructura y revolucionó la producción de energía y telecomunicaciones Todo lo anterior marcó la Era del Estado Social de Derecho o Estado de Bienestar que llega hasta finales del siglo XX. Tres hitos más, de gran relieve y que no pueden dejar de mencionare en este recuento del compromiso histórico de la sociedad costarricense con el Derecho fueron, en primer lugar, la apertura de tribunales civiles por todo el país a partir de 1821, que desplazaron la influencia de la Iglesia en la resolución de conflictos de familia, incluida la violencia doméstica[12]; en segundo lugar, la promulgación y vigencia del Código Civil de 1888, de impronta liberal, que trajo entre muchos otros avances, la temprana legalización del divorcio. El otro hecho de gran trascendencia fue la creación de una Sala especializada en Derecho Constitucional, como parte de la Corte Suprema de Justicia, para la tutela efectiva de los derechos fundamentales de todas las personas (1989).

         Aunque hubo que esperar décadas para que otras minorías accedieran a sus derechos fundamentales, la tutela de las poblaciones aborígenes conoció la Declaración de Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas (2007), y el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) de 1989. En el plano nacional, destacan la Ley Indígena (1977) que garantiza derechos indígenas y tribales, protege sus tierras, culturas y organización social. Está también la Ley de Biodiversidad (1998) que reconoce los “Derechos Comunitarios Intelectuales” y la Ley de Nacionalidad Costarricense (2019) que otorga el derecho a la nacionalidad costarricense a personas aborígenes transfronterizas.  Por su parte, los derechos de personas sexualmente diversas, aunque muy lentamente, han ido avanzando. En el año 1971 se despenalizó las relaciones sexuales consentidas entre adultos del mismo sexo y, mediante fallo de la Sala Constitucional de 2020, se autorizó el matrimonio entre homosexuales. A estos logros normativos, se han unido en los últimos años diversas políticas públicas en favor de la población LGTBI y contra su discriminación.

  1. El sufragio como derecho político fundamental

         Un tema que ilustra muy bien el principio de igualdad política y su relatividad en el tiempo, está dado por la evolución de los derechos civiles y políticos, en particular los derechos electorales. La naciente Costa Rica, con la llegada de la independencia en la primera mitad del siglo XIX, comenzó a cultivar su democracia política en el seno de los cabildos (gobiernos locales) de aquella época.[13] La participación en ellos, sin embargo, estuvo limitada sólo para los varones adultos, propietarios con un determinado monto patrimonial y, circunstancialmente, también “ilustrados”, es decir, que supieran leer y escribir. Los sistemas electorales conocieron otra restricción por el sistema indirecto de los comicios: una primera ronda para escoger un número determinado de electores, y una segunda vuelta para que este pequeño grupo nombrara Jefe de Estado, en un principio, o bien Presidente de la República y diputados del Legislativo posteriormente. No fue sino hasta 1913 que se “universalizó” el voto directo siempre para varones adultos sin otros requisitos; y no fue sino hasta 1925 que se impuso el voto secreto, con lo cual se superó, en parte, las manipulaciones de los sectores dominantes sobre la población electoral, de manera especial, la vigilancia que terratenientes y capataces podían ejercer sobre los campesinos a su servicio. A todo lo anterior hay que agregar que el sistema de sufragio estuvo controlado, hasta mediados del siglo XX, por el mismo Poder Ejecutivo. Esto hizo que los Juntas electorales y los primigenios Consejos o Tribunales electorales, estuvieran designados por el Presidente de la República, algunos de sus ministros y sus agentes políticos regionales. No fueron pocas las veces que este sistema fue cuestionado, pues el oficialismo de turno, tuvo mucho poder para controlar las sucesiones en puestos de relevancia en los procesos electorales.  Huelga decir que no fue sino hasta en la Constitución de 1949 que se conformó un Tribunal Supremo de Elecciones con garantías de independencia y neutralidad suficientes, con las competencias debidas y con un Registro Civil adjunto encargado de llevar el control de las personas con derecho a la ciudadanía y conformar así un padrón electoral confiable.  En esta misma Constitución se reconocieron, por fin, los derechos políticos de las mujeres, que pudieron votar y ser electas a partir de ese momento. La democratización del derecho electoral se terminó de ampliar por último, en 1971, con la reforma constitucional que rebajó la condición de adulto con plenos derechos políticos de los 21 a los 18 años de edad.[14]

  1. El acceso a la educación: columna vertebral de la Democracia

         Más allá de las idealizaciones románticas acerca del compromiso costarricense con la educación, es un hecho real que ya desde la Colonia hubo preocupación por el tema de alfabetizar a los pobladores de estas remotas tierras y darles acceso a la lectura y escritura. Sin duda, a partir de la independencia resulta significativo que tanto el primer Jefe de Estado, don Juan Mora Fernández, como el primer Presidente de la República, José María Castro Madriz, fueran ambos maestros de profesión. Mora Fernández, además, trajo al país la primera imprenta, con lo cual se inaugura en Costa Rica el afán por informar, difundir ideas y respetar la libre expresión.[15] Pero también es cierto que todos los esfuerzos hechos en educación durante el siglo XIX y principios del XX llegaron a porcentajes muy reducidos de la población. Para 1913, el maestro Omar Dengo denunciaba que sólo un 8% de los niños y niñas concluía la educación primaria. La escasez de mano de obra obligaba a la infancia del campo a ayudar en tareas agrarias y domésticas desde muy tempranas edades. Se ha calculado también que todavía para la década de 1930, el presupuesto nacional destinaba más en seguridad pública (cohersión) que en educación.[16]

         En 1814 se fundó la Casa de Enseñanza de Santo Tomás, con aspiraciones de instruir en estudios superiores. En la época de gestación de la República se fundaron muchas escuelas primarias y ya en 1869 se decreta la educación primaria como un derecho obligatorio, gratuito y costeado por el Estado y tanto para niños como para niñas. Los liberales avanzaron con una reforma profunda estableciendo colegios de segunda enseñanza de gran calidad en los principales centros urbanos del país e incluyendo centros educativos para hombres y mujeres (décadas de 1880 y 1890). Se trajeron profesores europeos y se becó a jóvenes talentosos para ir a prepararse a Chile. De ahí surgieron figuras intelectuales de enorme importancia para la evolución de la educación en Costa Rica como Roberto Brenes Mesén, Joaquín García Monge, José Fidel Tristán, Isabel Carbajal (Carmen Lyra). Después de un sostenido esfuerzo nacional y de casi todos los gobiernos, se funda la Universidad de Costa Rica (1940) y a partir de la década de los años 70 inicia un proceso de fortalecimiento de la educación secundaria y universitaria en el país surgiendo la Universidad Nacional con sede en Heredia (UNA-1973), el Instituto Tecnológico en Cartago (TEC-1971), la Universidad Estatal a Distancia (UNED-1977), la Universidad Técnica Nacional radicada en Alajuela (UTN-2008) y un centro especializado en la formación de oficios, el Instituto Nacional de Aprendizaje (INA-1965). La década de 1970 exhibió la inversión en educación más alta en la historia nacional, alrededor de un 30% del presupuesto anual. Ese monto ha ido bajando con los años y en estos momentos se lucha por hacer realidad el 8% que exige la Constitución Política.[17] La norma constitucional vigente, artículo 76, decreta la obligatoriedad y gratuidad de la educación preescolar, general básica y la diversificada.

         En esa misma década de 1970 empiezan a brotar centros educativos privados a todo nivel, también universitarios. La calidad de estos últimos ha sido muy variada y la producción de profesionales se ha vuelto abundante, pero sin control de su calidad. Este fenómeno ha sido parte de las políticas de liberalización y privatización de servicios básicos, en el marco de la transición de Costa Rica del Estado de Bienestar al Estado de Libre Mercado.

  1. Luchas populares: garantías sociales y derechos laborales

         Los primeros movimientos de organización de trabajadores y huelgas asociadas a la reivindicación de sus derechos y condiciones laborales pueden ubicarse en la segunda mitad del siglo XIX. En 1874 se funda la primera sociedad de artesanos de Costa Rica y en ese mismo año estallan disturbios de trabajadores chinos en los campamentos de construcción del Ferrocarril al Atlántico. El conflicto termina en enfrentamiento con tropas estatales y mueren cinco trabajadores. De nuevo en el proceso de construcción de esta vía férrea, se desata la “Huelga de los Tútiles” (1888), en la que operarios italianos paralizaron la obra en protesta por bajos salarios, pésimas condiciones laborales e incumplimientos contractuales.

         Sobrevino de esta manera un importante período en el que siguen conformándose organizaciones y sindicatos, asociados a periódicos que les sirven de medios de comunicación masivos. Así fue como estalló la huelga de panaderos en 1901 y diez años después se produjo una rebelión de obreros en la minas de Abangares, dándose como resultado la muerte de varios capataces a manos de los mineros. Para 1912 se promulga la primera legislación obrera, la Ley de Salarios y se funda la Confederación de Obreros. Un año más tarde surge la Confederación General de Trabajadores (CGT), se inicia la tradición de conmemorar el 1º de mayo como Día Internacional del Trabajo y surge el grupo Germinal, alianza de intelectuales y obreros para la reivindicación de los derechos ciudadanos.  Los esfuerzos de organización y los movimientos huelguísticos se siguieron produciendo. Una alianza de estudiantes, maestros y trabajadores jugó un papel decisivo en la caída del dictador Tinoco (1919); importantes huelgas del sector de ebanistería y carpintería así como de obreros, artesanos y empleados públicos. se desataron en 1920. Como resultado de estos movimientos se decretó la Ley de la Jornada Laboral de Ocho Horas y la Ley de Protección Social de la Salud Pública, antecedente del seguro social de dos décadas después. La CGT en 1922 organizó un amplio movimiento popular contra el alza de los alquileres que también concluyó con la emisión de la Ley de Emergencia del Inquilinato, que vino a regular, limitar y aliviar los abusos que se daban en el cobro de alquileres de viviendas. Como logro del Partido Reformista de Jorge Volio, se promulgó  la Ley de Accidentes de Trabajo en el año 1924. Por otra parte, el auge de la producción bananera en el país trajo los primeros mítines contra la United Fruit Company (1926), y la ocupación de Nicaragua por parte del ejército estadounidense inspiró campañas anti-imperialistas de solidaridad contra esa intervención (1927).

         Para agosto de 1934, con el liderazgo de dirigentes del Partido Comunista recién fundado, se declara la gran huelga bananera contra la United Fruit Co., que concluyó en el mes de diciembre siguiente con la obtención de muchas de las reivindicaciones reclamadas por los trabajadores de las plantaciones. Otro logro con el liderazgo de diputados comunistas fue normativa que impulsó la construcción de viviendas para personas de escasos recursos.[18]

         Por último, con los antecedentes mundiales de la Revolución Mexicana, la Primera Guerra Mundial, la Revolución Rusa y la crisis económica de 1929,  llega al poder el Dr. Calderón Guardia (1940-1944) en cuyo período se sientan las bases de la seguridad social costarricense, como reivindicación de todas las luchas sociales en el país: se funda la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), se introduce el Capítulo de Garantías Sociales en la Constitución y se promulga el Código de Trabajo.[19]

  1. Derechos de las mujeres: sufragio, igualdad y violencia de género

         En octubre de 1923 un grupo destacado de mujeres fundó la Liga Feminista, cuyo principal propósito fue luchar por el derecho al voto. También se propuso alcanzar la igualdad de salarios entre maestros y maestras. Pocos años después, en 1927 se funda la Liga Cultural Feminista con ideales similares. Aunque los derechos políticos de las mujeres se alcanzan hasta en la Constitución de 1949, lo cierto es que durante la primera mitad del siglo XX las mujeres participaron y lideraron en gran medida. los principales movimientos políticos y sociales del país.

         Pero es a partir de la década de 1980 que se produce una auténtica revolución en la normativa internacional y nacional en pro de los derechos políticos y sociales, el principio de igualdad y contra la violencia a las mujeres. Costa Rica ha conocido, desde entonces, su compromiso con la  CEDAW suscrita por el país en 1984, así como la organización de múltiples colectivos feministas y organizaciones de mujeres, incorporadas a estas luchas, con gran impacto en las políticas públicas nacionales y con un liderazgo que trasciende nuestras fronteras.[20]

  1. Del Estado de Bienestar al Estado de Libre Mercado: una democracia amenazada

         Desde una perspectiva sociológica, el modelo de Estado Benefactor (1950-1980) tuvo un importante impacto en la movilidad y ascenso social de varias generaciones de costarricenses, cuyos efectos están aún vigentes, aunque hace ya décadas que este impulso se desaceleró, se estancó y parece estar hoy día experimentando un franco retroceso.

         Pero además, en el período que va de 1960 a 1990, en plena Guerra Fría, el modelo costarricense sirvió de contrapunto a los movimientos revolucionarios y de guerrillas que se experimentaron en América Latina (Cuba, Centro América, Chile), lo que le trajo a Costa Rica grandes ventajas para su financiación y apoyo internacional, sobre todo de parte de los Estados Unidos de América (Alianza para el Progreso) y de Europa Occidental.

         A partir de la década de 1980, al calor de las crisis cíclicas del capitalismo mundial, Costa Rica se vio arrastrada por cambios profundos en su modelo económico, político y social. Las principales respuestas desde los centros de poder a estos tiempos críticos, han llegado a nuestra región con la marca de un neo-liberalismo prepotente y agresivo,  liderado por la alianza Reagan/Thatcher, el Consenso de Washington y los dictados del Banco Mundial (BN) y del Fondo Monetario Internacional (FMI).   Por medio de los “Ajustes Estructurales” y los “Tratados de Libre Comercio”, el país empezó a sentir presiones brutales para decretar la reducción del Estado; la privatización de instituciones y servicios públicos estratégicos (salud, educación, pensiones, electricidad, telecomunicaciones, agua); la apertura a la banca privada y el rompimiento del monopolio de seguros;  la liberalización de reglas “para la competencia”; la “flexibilización” o eliminación abierta de derechos laborales, entre otros temas relevantes.

         Los efectos de este nuevo estado de cosas está siendo evidente: un deterioro en la seguridad social y la atención médica en los centros hospitalarios de la CCSS; una deuda gigantesca del Estado para con esta institución pública; una franca crisis en la enseñanza pública a todo nivel; recortes presupuestarios en los rubros de la asistencia social de los sectores vulnerables; un crecimiento de la pobreza y la inequidad social.[21] Si a lo anterior agregamos el deterioro de la seguridad ciudadana en razón del avance del crimen organizado y el trasiego de sustancias prohibidas, que han convertido a Costa Rica en uno de sus principales territorios de acción, la única conclusión posible es que esta democracia centenaria está enfrentando un claro proceso de disolución o desintegración, sin poderse vislumbrar salidas fáciles en el horizonte.

         Estos abruptos cambios no han estado exentos de respuestas y resistencias desde los sectores medios y bajos de la sociedad.  Ya para 1953 se reagrupó la Confederación General de Trabajadores Costarricenses (CGTC), con fuerte influencia de los comunistas proscritos electoralmente; se siguió celebrando el 1º de mayo con participación importante de trabajadores que conmemoraron su día, y se dieron múltiples huelgas en el sector de maestros y otros servidores estatales.

         En abril de 1970, con los antecedentes de Mayo del 68 en París y la matanza de estudiantes en la Plaza Tlatelolco, México, ese mismo año, el estudiantado costarricense, junto a otros sectores sociales, se manifestó multitudinariamente contra el contrato-ley que se discutía en la Asamblea Legislativa concediendo a la transnacional ALCOA la explotación a cielo abierto de bauxita en el sur del país. Otra gran movilización social se produjo en el año 2000 cuando la resistencia popular impidió la privatización de la electricidad y las telecomunicaciones en manos del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE). Por último, conviene mencionar la gran organización y movilización popular para rechazar el Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos, Centroamérica y República Dominicana (2007), última gran gesta de una buena parte de la ciudadanía costarricense contra los avances del modelo neoliberal, que terminó imponiéndose con métodos espurios. El proceso de erosión del Estado Social de Derecho ha continuado. Los sectores conservadores controlan el Parlamento y casi todos los partidos políticos se han convertido en correas de transmisión de las mismas élites económicas. Si a lo anterior se añaden los graves y frecuentes casos de corrupción con la concurrencia de actores públicos y privados, así como el poder destructivo de la delincuencia organizada y el narcotráfico, hay poco espacio para ser optimistas, a no ser que las reservas morales y políticas del pueblo costarricense despierten y nos den una nueva lección, porque esta Patria sigue valiendo la pena.[22]

BIBLIOGRAFÍA

-Arroyo, José Manuel et altere; Centroamérica: rendir cuentas para que la gente cuente; Coordinación, Introducción y Presentación: Luis Guillermo Solís Rivera y Sergio Ramírez Mercado; Editorial Sexto Piso S.A. de C.V.; México, 2025.

-Cortés, Carlos; Conquistas Sociales en Costa Rica; C.R. Grupo Nación GN S.A.; 1º Edición;  San José, 2014.

-Molina Iván, Palmer Steven; Historia de Costa Rica: breve, actualizada y con ilustraciones; 3º Edición; Editorial UCR; San José, 2022.

-Obregón Quesada, Clotilde (Editoras); Las Constituciones de Costa Rica; Volúmenes I, II, III, IV y V; Editorial Universidad de Costa Rica; San José, 2007.

-Pérez Brignoli, Héctor; Meléndez Chaverri, Carlos; Quesada, Juan Rafael; Salazar Mora, Orlando; Rodríguez, José Miguel; Araya Pochet, Carlos; Acuña, Víctor Hugo; Democracia y Cultura Política en Costa Rica; Coordinador: Jorge Mario Salazar; Ministerio de Cultura-Universidad de Costa Rica; San José, 1990.

-Zelaya, Chester; Aguilar Bulgarelli, Oscar; Camacho, Daniel; Cerdas, Rodolfo; Schifter, Jacobo; ¿Democracia en Costa Rica?: 5 opiniones polémicas; Editorial Universidad Estatal a Distancia: San José, 1979.

Notas:

[1] Aguilar Bulgarelli, Óscar; Costa Rica: Evolución Histórica de una Democracia; En: ¿Democracia en Costa Rica? 5 Opiniones Polémicas; Editorial EUNED, San José, 1979; pp. 27-36. El autor expones visión idílica de Costa Rica en autores como Francisco Trejos Quirós (Origen y Desarrollo de la Democracia en Costa Rica, 1939); Ricardo Fernández Guardia (Crónicas Coloniales, 1967); Carlos Monge Alfaro (Historia de Costa Rica, 1966; Eugenio Rodríguez Vega (Apuntes para una Sociología Costarricense, 1953), entre otros.

[2] Molina, Iván y Palmer, Steven; Historia de Costa Rica: breve, actualizada y con ilustraciones; Editorial Universidad de Costa Rica; San José, 2022; pp.19-38. Ver también: Meléndez Chaverri, Carlos; Orígenes y Naturaleza de la Cultura Democrática Costarricense; en: Democracia y Cultura Política en Costa Rica, Ministerio de Cultura-UCR, San José, 1990: pp. 44-50.

[3] Molina, Iván y Palmer, Steven; ob. cit., pp. 52-57.

[4] Meléndez Chaverri, Carlos; ob. cit., pp 46-54.

[5] Aguilar Bulgarelli, Oscar; ob.cit. p. 36.

[6] Aguilar Bulgareli, Oscar; ob.cit., pp. 44-77. Ver además: Molina, Iván y Palmer, Steven; ob.cit.; p. 75.

[7] Zelaya, Chester; Apuntes Historiográficos sobre la Democracia en Costa Rica; en ¿Democracia en Costa Rica? 5 Opiniones Polémicas; Editorial EUNED, San José, 1977; p. 9-10.

[8] Meléndez Chaverri, Carlos; ob. cit., pp. 42-45. Ver además: Aguilar Bulgareli, Oscar; ob. cit., pp. 27-33. Asimismo: Molina Iván y Palmer, Steven; ob. cit.,  pp. 29-62.

[9] Meléndez, Carlos y Duncan, Quince; El Negro en Costa Rica; Editorial Costa Rica; San José, 2012; pp. 51-52.

[10] Costa Rica, sin dejar de inscribirse desde el punto de vista político-jurídico en la tradición Continental Europea (Roma-Francia-España), opta por un esquema de organización política republicano, con división de poderes, antimonárquico y con reconocimiento de los derechos ciudadanos esenciales, propios de los movimientos revolucionarios norteamericano y francés. Se reconoce también como influencia de los Estados Unidos un esquema de división de poderes con un Ejecutivo fuerte, sólo controlado por el Legislativo de manera excepcional y puntual. Donde más se notan las diferencias jurídicas entre ambos modelos es en el campo de la justicia penal: por un lado, un sistema anglosajón de corte acusatorio (oral, público, adversarial) y con un debido proceso legal muy definido, frente a un sistema más bien inquisitivo (escrito, secreto, no-adversarial) dominante en el mundo de tradición continental-europeo, como es adoptado en casi toda Latinoamérica.  Las ventajas en cuanto a eficiencia y pragmatismo del sistema anglosajón, ha hecho que el continental-europeo haya migrado, en las últimas décadas,  hacia regímenes cada vez menos inquisitoriales y más acusatorios.

[11] Salazar, Jorge Mario; Partidos Políticos y Participación; en: Democracia y Cultura Política en Costa Rica, Ministerio de Cultura-UCR, San José, 1990: p. 112. Ver, además: Meléndez Chaverri, Carlos; ob. cit., p.51.

[12] Molina, Iván y Palmer, Steven; ob. cit.; pp. 57-58.

[13] Aguilar Bulgarelli, Oscar; ob. cit., p. 35.

[14] Salazar Mora, Orlando; Democracia y Sistema Electoral en Costa Rica; en: Democracia y Cultura Política en Costa Rica; Ministerio de Cultura-Universidad de Costa Rica; San José, 1990; pp. 93-106. Ver además: Salazar, Jorge Mario; ob.cit., p. 109-132, así como: Pérez Brignoli, Héctor; La Cultura Política como Cultura Popular; en: Democracia y Cultura Política en Costa Rica; Ministerio de Cultura-Universidad de Costa Rica; San José, 1990; p. 27; y Molina, Iván y Palmer, Steven; ob.cit., p.83.

[15] Meléndez Chaverri, Carlos; ob. cit.; pp. 47-51. Ver además: Aguilar Bulgarelli, Oscar; ob. cit.; pp. 36-37.

[16] Quesada C., Juan Rafael; Educación y Democracia en Costa Rica; en: Democracia y Cultura Política en Costa Rica; Ministerio de Cultura-Universidad de Costa Rica; San José, 1990; pp.  57-72

[17] Aguilar Bulgarelli, Oscar; ob. cit., p. 37. Ver también: Pérez Brignoli, Héctor; ob. cit.; p. 71 y 83-84.

[18] Molina, Iván y Palmer, Steven; ob.cit., pp. 77-118. Ver además: Salazar Mora, Orlando; ob. cit.; p. 98 y Salazar, Jorge Mario; ob. cit.; p. 119.

[19] Cortés, Carlos; Conquistas Sociales en Costa Rica; pp. 84-88. Ver también: Molina, Iván y Palmer, Steven; ob.cit., pp. 77-118 y Pérez Brignolli, Héctor; ob. cit.; pp. 75-77.

[20] Los principales Instrumentos Internacionales para la defensa de los Derechos Humanos de las Mujeres son: (1) Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW, 1979. Entró en vigor en 1981.y fue ratificada por Costa Rica en 1984): (2) Declaración de Viena 1983; (3) Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres (Convención Belem Do Pará). OEA 1994. (4) Declaración y Plataforma de Acción de Beijing 1995; (5) Declaración de los Objetivos de Desarrollo del Milenio ONU 2000; (6) Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. ONU 2015. Por su parte, en el ámbito de la legislación nacional destacan: (1) Ley de igualdad Real entre mujeres y hombres, 1990; (2) Ley contra la Violencia Doméstica, 1996; (3) Ley de Penalización de la Violencia contra las Mujeres, 2007; (4) Modificación a la Ley de Violencia Doméstica, 2011; (5) Ley contra el Hostigamiento sexual en el empleo y la docencia, 2010; (6) Sistema Nacional para la Atención y Prevención de la Violencia Contra las Mujeres y la Violencia Intrafamiliar (Ley No. 8688 del 4 de diciembre del 2008); (7)  Política Nacional para la atención y la prevención de la violencia contra las mujeres de todas las edades en Costa Rica 2017-2032; (8) Ley contra la trata de personas y creación de la Coalición Nacional contra el Tráfico Ilícito de Migrantes y la Trata de personas, 2012; (9) Ley para la Prohibición del matrimonio con personas menores de 15 años, 2007; (10)  Ley 9406 para el fortalecimiento de la protección legal de las niñas y las adolescentes mujeres ante situaciones de violencia de género asociadas a relaciones abusivas. (Ley contra relaciones impropias, 2016).

[21] El indicador que mide la desigualdad (Gini) refiere un proceso de concentración de la riqueza social en cada vez menos personas. En tan sólo 30 años se ha pasado de un rango de 0.4 a un rango de 0.6. La pobreza no ha sido posible bajarla de un 20% desde hace décadas.

[22] Molina, Iván y Palmer, Steven; ob. cit.; pp. 145-186.

*Ex magistrado de la Corte Suprema de Justicia y Profesor Catedrático de la Universidad de Costa Rica.

Más de 300 personas claman por la reapertura de la Sede Regional del INAMU en Occidente

Comunicado

San Ramón, Costa Rica, 29 de agosto 2025. Más de 300 personas se han unido para demanda la reapertura de la sede regional del Instituto Nacional de las Mujeres (INAMU) en la zona de Occidente, tras años de enfrentar graves dificultades de acceso a los servicios que esta institución ofrece.

Hasta hace algunos años, el INAMU contaba con una oficina regional en la provincia de Alajuela, lo que permitía a las mujeres de cantones como San Ramón, Palmares, Naranjo, Zarcero, Grecia, Atenas, Sarchí y Poás acceder a servicios de acompañamiento, asesoría y protección de derechos de manera más cercana. Sin embargo, con el traslado de la sede a San José, este acceso se volvió sumamente complejo, obligando a las mujeres a recorrer largos y costosos trayectos para recibir atención.

Hoy, ante la discusión sobre la posible reapertura de una sede en la región, las organizaciones y personas firmantes reconocen la importancia de la descentralización del INAMU, pero advierten que la ubicación de dicha oficina debe responder verdaderamente a las necesidades de accesibilidad de la población.

La sede regional debe estar en un punto estratégico y de fácil acceso, como lo es la provincia de Alajuela y sus cantones de conexión más ágil, para garantizar que más mujeres puedan acceder a los servicios del INAMU sin enfrentar barreras económicas y geográficas”, señalan las personas firmantes.

El llamado colectivo es claro: el derecho de las mujeres a la atención, la justicia y la igualdad no debe depender de la distancia ni de los costos de traslado.

Por ello, se insta a las autoridades del INAMU a considerar la voz de las comunidades y garantizar que la nueva sede regional responda de forma efectiva a las necesidades de las mujeres de Occidente.

Finalmente, la campaña invita a más personas a sumarse con su firma para fortalecer este clamor y asegurar que las voces de las mujeres sean escuchadas.