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Etiqueta: desarrollo tecnológico

¿Por qué América va tan rezagada?

Miguel Sobrado

América ha sido un continente poblado inicialmente por los amerindios, que fueron conquistados posteriormente por gente de todo el planeta, especialmente de Europa. La colonización posterior se realizó sobre la base de la servidumbre, la esclavitud e incluso en algunos casos, con el exterminio de la población originaria.

El racismo abierto o subyacente, cimentó las relaciones de dominación, tanto en relación con los indígenas a quienes se sometió en Iberoamérica a la servidumbre a través de las llamadas “Encomiendas”, como de la esclavitud a que se sometió a la población traída de África.

La gran riqueza americana y la base del capitalismo mundial se generaron en este proceso que André de Melo E Castro, Conde de Galveias y Virrey de Brasil definía en 1739: “Sin negros, no puede haber oro, azúcar ni tabaco”.

Hay que recordar que las repúblicas latinoamericanas fueron producto de la sublevación de los criollos descendientes de los conquistadores, cuando se vieron relegados a un segundo plano por los privilegios que la Corona española les daba a los peninsulares, en la gestión y acceso a las riquezas. Los fundadores de estas nuevas repúblicas se habían convertido en dueños de las tierras, de las minas y otros medios de riqueza. No incluían, más que formalmente, a los indígenas y a los esclavos que no tenían peso económico.

Las nacientes repúblicas nacieron “con los dados cargados”. Los criollos ocuparon todo el espectro de poder, frente a las grandes mayorías étnicas incluidas solo como carne de cañón en los combates por la independencia y las múltiples guerras civiles.

Este desequilibrio de pesos e influencias sociales es el que ha pesado en las relaciones de poder en nuestra América y ES UN PROBLEMA SISTÉMICO, QUE NO SE ARREGLÓ NI CON LAS INDEPENDENCIAS NI CON LOS LLAMADOS PROCESOS DE REFORMA AGRARIA.

Los indígenas, los afrodescendientes y los pobres en general, sin facilidades de acceso a la propiedad y a una educación de calidad vieron disminuidas sus posibilidades a los trabajos manuales de menor remuneración. Por otra parte, las elites acostumbradas a vivir de la renta y de las relaciones de poder clientelistas, orientaron sus ingresos hacia el consumo y el comercio. La innovación no encontró un clima favorable, ni estímulos en las políticas públicas, los empresarios creativos no siempre pudieron alcanzar sus metas.

El menosprecio latente del potencial de los nativos y afrodescendientes restringió la inversión en capital humano y esto no fue problema mientras la demanda de trabajo físico era determinante. Al reducirse esta, producto del desarrollo tecnológico, se resquebrajó la estabilidad del tejido social. Carentes de oportunidades los excluidos engrosaron las filas de la marginalidad, la delincuencia y el narcotráfico.

En otros contextos

Las experiencias de reforma agraria después de la II guerra mundial, en Japón, Corea y Taiwán impulsadas por los Estados Unidos en parte por la urgencia política de entonces, pero fundamentalmente para estimular el desarrollo de los mercados internos que estaban cautivos por las estructuras agrarias latifundistas. Estas reformas, apoderaron con medios de producción a amplios sectores campesinos y contribuyeron a generar una clase media que incidiría posteriormente en las transformaciones políticas de esos países.

Otra suerte corrió la reforma agraria impulsada con fondos del Programa Alianza para el Progreso, para contrarrestar la Revolución cubana. Los fondos de este multimillonario programa administrados por los estados latinoamericanos se utilizaron en muchos casos para “colonización”. Esta resulto ser la compra de fincas alejadas a buen precio de los políticos, para realizar asentamientos de campesinos en las remotidades sin vías de comunicación ni servicios básicos.

Contrasta en ambos casos cómo la decisión política de hacer una reforma agraria, hecha desde el poder de militar de la ocupación, funcionó en Asia apoderando a los beneficiarios, pero no así en América Latina, donde la resistencia de las estructuras de poder la transformó en una forma más de hacer negocio para la elite.

En la actualidad, este rezago se MANTIENE Y SE SUSTENTA en el desigual acceso a los medios de producción, acaparados, en gran medida, por los colonizadores y en las limitantes de acceso educativo y de formación profesional de las cuales dependen sus ingresos.

Esto no se puede cambiar solo luchando contra la corrupción, requiere transformaciones en las políticas públicas de inversión, fortaleciéndolas y haciéndolas inclusivas para toda la población, especialmente de oportunidades educativas, de capacitación organizacional y de acceso a la propiedad que generen el capital humano y social del cambio sistémico.

UNA identifica factores de cambio para planificar hacia el futuro

La sociedad actual caracterizada por la globalización, constante desarrollo científico- tecnológico, espacios para multiculturalidad y diversidad, alta concentración en ciudades, nuevas formas empresariales y de comunicación, problemas económicos y ambientales, entre otros, surge la necesidad de generar cambios novedosos. Es en este contexto, que la Universidad Nacional de Costa Rica-UNA ha decidido llevar a cabo una planificación institucional con proyección al 2040.

Por ello, desde el mes de abril de 2021 la UNA inició un proceso de revisión y análisis prospectivo de las carreras y profesiones del futuro, seguido en el mes de junio de este año, del “Plan Prospectivo Estratégico de la Universidad Nacional-UNA”, que es una iniciativa realizada en apego a la dinámica misional de la UNA, que busca contar con todos los elementos pertinente para construir en conjunto con toda la comunidad universitaria, los escenarios de futuros posibles de largo plazo que caracterizarán el desempeño deseado de la UNA en el futuro, de esta manera, empezar a construir la estrategia desde hoy, mediante la implementación de los restantes instrumentos de planificación (estratégica, táctica y operativa).

Al respecto, el Rector de la UNA, MSc. Francisco González Alvarado, indicó que ante los nuevos retos generados por los cambios sociales, económicos, ambientales y políticos, así como la situación perpetrada por pandemia COVID-19, obliga a la institución universitaria (UNA) a generar, la revisión del portafolio de carreras y profesiones considerando las nuevas tendencias mundiales y educativas, así como la planificación institucional como un todo, para hacerle frente a las demandas de la sociedad, salvaguardando el sentido humanista característico de esta institución universitaria, que permita promover e incidir fuertemente en el desarrollo de Costa Rica.

El Master Ángel Ortega Ortega, Director de la Escuela de Planificación y Promoción Social-EPPS-UNA, explicó que este proceso de planificación será primordial en la UNA, en el marco de cumplir con lo conocido como “tercera misión”; es decir una universidad que contribuya con calidad a atender los principales problemas del país, que además de formar profesionales pertinentes y generar investigación, la Universidad asuma el compromiso de aportar de manera directa al desarrollo nacional, a través de procesos de extensión que permitan llevar la universidad a los contextos regionales, locales, organizacionales y promover en estos, el desarrollo integral de las personas: “Por tanto, la tercera misión consiste en poner el conocimiento existente y el generado por la universidad, al servicio directo del desarrollo económico, social y cultural desde un enfoque de equidad y bajo criterios de sostenibilidad”.

Es decir que, la Universidad tiene el compromiso de generar entregables útiles e innovadores para promover el desarrollo económico y el bienestar social, dentro de los cuales se podrían mencionar: metodologías, estrategias de desarrollo, capacitaciones, modelos organizacionales, patentes, nuevos proyectos micro empresariales, servicios de soporte en áreas estratégicas, entre otras, indicó Ortega.

Para el Dr. Juan Carlos Mora Montero, Director de la Maestría en Planificación de la EPPS-UNA- y coordinador del Proyecto Prospectivo Estratégico de la UNA, el concepto de tercera misión se trata de una labor más de creación de valor privado por parte de la Universidad, generando investigación y apoyo directo a la sociedad: “Es decir, generar nuevos vínculos entre actores, como resultado de dinámicas innovadoras en los distintos niveles micro, meso, macro y establecer modelos exitosos de emprendimiento donde la innovación se convierte en parte fundamental de la competitividad científica, tecnológica y comercial”. Actuar desde la mirada de esta misión, permitiría a la institución beneficiarse de los entornos en donde la articulación de los agentes se encuentra respaldada por un contexto favorable a la innovación y un tejido industrial que demanda resultados científicos y tecnológicos en diversos campos del conocimiento, concluyó Mora.

La UNA de la mano de la Prospectiva Estratégica ha venido realizando una serie de talleres (28 de junio-06 y 19 de julio), donde se han determinado diferentes factores de cambio, es decir, elementos surgidos de las reflexiones de los equipos de trabajo de diversas instancias de la UNA, que han planteado la necesidad de propiciar transformaciones sociales, políticas, culturales, económicas u otros; que influyen en el desarrollo de la Universidad Nacional y de Costa Rica en el futuro, por tanto, deben ser atendidos en esta nueva planificación institucional que ha emprendido la institución.

La Rectora Adjunta, Dra. Marianela Rojas Garbanzo, mencionó el gran acierto del proceso metodológico riguroso que se ha puesto en marcha en los talleres realizados, lo que permitirá pensar la Universidad del futuro con una visión integral de todo el quehacer, que pasa por la reflexión profunda de las carreras que se están ofertando y de las carreras que demanda la sociedad, hasta poder planificar todos los elementos académicos y administrativos, para una acción sustantiva de la UNA en los nuevos entornos que vive la sociedad.

En el taller “Identificación de los factores de cambio, variables estratégicas e hipótesis”, realizado el lunes 19 de julio de 2021, se empleó la herramienta MICMAC para analizar dichos elementos, de esta manera, se hizo un “análisis estructural o semejante”, que posibilitó la generación de una matriz que compara las variables entre sí, para clasificar y organizar los factores de cambio.

Al respecto, se llevó a cabo una ardua labor de reflexión y análisis en los diversos grupos organizados, quienes expusieron en una plenaria los elementos o factores de cambio resultantes del ejercicio.

Dichos factores de cambio que la UNA debe tomar en consideración para su visión de futuro son: creatividad e innovación, normativa institucional, financiamiento público, cambios demográficos, presencia territorial, capacidad de respuesta institucional, avances científico-tecnológicos, modelo de admisión, revoluciones 4.0/5.0, desigualdades socioeconómicas, políticas públicas, cambios de gobierno, regla fiscal, modelo pedagógico, resiliencia a la variabilidad climática, nuevo entono nacional y mundial, ciencia abierta, cambio de autoridades universitarias, modelo de universidad, cuadros de reemplazo personal, GpRD Universidad, planificación universitaria, vinculación con sector productiva y social, generación de ingresos propios, transformaciones mundo del trabajo, modelo de desarrollo país, internacionalización educación superior y vinculación político-ética.

Las conclusiones generales van en dirección de que es prioritario en la UNA desarrollar un modelo universitario que responda al desarrollo país, formar profesionales de alta calidad humana y científica, atender las regiones, entre otros; de esta manera que la UNA universidad posea un alto valor público de la mano con la ética, la sustentabilidad, y el crecimiento científico-tecnológico.

Asimismo, se indica que en la UNA debe adaptarse la normativa institucional para que responda a las necesidades universidad, abrir espacios para la internacionalización, permitir a los egresados transformar el mundo laboral mediante una adecuada formación académica, mantener los componentes éticos en la sustentabilidad y el bienestar eco social, lo que se vería condicionado por la regla fiscal y ajustes presupuestarios.

Se enfatizó en que los principales aspectos internos que deben cambiar son el modelo universitario actual, fortalecer la vinculación productivo-social, la generación de recursos propios, y a lo externo, la UNA debe apostar a la revolución 4.0/5.0, tener presente las variaciones climáticas, transformaciones del mundo del trabajo. En consecuencia, se espera una universidad que transforme la sociedad y brinde producción académica.

Otro elemento, que fue evidenciado en los factores de cambio con alta dependencia y alta influencia para la UNA son las finanzas, por ello, se extrae de los grupos de trabajo la reflexión sobre la necesidad de generación de ingresos para seguir cumpliendo con la misión de la Universidad, de ahí, que tanto, la escasez como generación de ingresos marcarán la pauta de la Universidad. En este sentido, se mencionó que las finanzas tienen una incidencia e impacto a futuro según la normativa que tenga la UNA, que afecta en el territorio, en la ciencia y la tecnología, el modelo universitario, la vinculación del sector social, político, ético y externo. A nivel de las transformaciones globales (nacional y mundial) se considera que las finanzas es un elemento relevante en el presente y podría afectar en el futuro. En cuanto a la colaboración internacional para que la UNA efectúe una movilidad en diversas áreas se considera como elemento frágil a futuro sino se toman medidas.

Para los participantes lo apuntado en la matriz exige de una universidad autónoma, humanista, necesaria, innovadora, vanguardista, sostenible, con presencia en las regiones del país; aquí la normativa es importante, pero no debe ser una limitación, sino que permita alcanzar los fines de la institución, asimismo, la universidad se debe adaptar a la regla fiscal.

Este proceso de trabajo institucional continuará el 10 de agosto con el tema: “Retos y actores sociales e institucionales”, que busca identificar posiciones a favor, en contra o neutra sobre los factores comentados. Para ello se trabajará con un grupo reducido del equipo consultivo que ha participado en los talleres anteriores.

 

Por: Msc. Daniel A. Cavallini Espinoza. Académico-EPPS-UNA
Msc. Efraín Cavallini Acuña- Académico EPPS-UNA

ECA-DCE: 26 07 21

UNA: Invertimos para mejorar

Viernes Científico

 

Mejorar el acceso y la calidad, aumentar los recursos para la innovación y el desarrollo científico y tecnológico, así como mejorar la gestión institucional del sistema de educación superior público de Costa Rica, son los ejes prioritarios del Plan de Mejoramiento Institucional (PMI) de la Universidad Nacional bajo el marco del Proyecto de Mejoramiento de la Educación Superior Estatal (PMES).

El PMI-UNA procura articular el quehacer institucional; define once iniciativas que conforman un conjunto integral y balanceado en términos de cobertura geográfica, beneficiarios, áreas académicas y áreas estratégicas de conocimiento. En cada iniciativa se invierte en infraestructura, mobiliario, equipo científico y tecnológico, becas de posgrado e intercambios académicos; inversiones que se orientan a fortalecer tanto las áreas vigentes así como las áreas emergentes, a saber: emprendimiento, educación permanente, cadena de abastecimiento y logística, radiaciones, innovación de los aprendizajes y de las artes, movimiento humano, terapias complementarias, cambio climático y humanismo; de igual manera, el PMI-UNA se orienta a mejorar la formación integral del estudiante y la gestión universitaria mediante la creación de un sistema de pertinencia y calidad.

Se hace especial énfasis en la formación de recursos humanos y en la edificación de infraestructura que permita crear las condiciones más apropiadas para el desarrollo académico: aulas, laboratorios de docencia e investigación, espacios para la innovación, y mayor capacidad para albergar las nuevas tecnologías de la información. Además, se contará con espacios que favorecerán el acceso y la permanencia en los distintos campus universitarios con la construcción de oficinas para los académicos, residencias, espacios para la recreación y jardines universitarios renovados.

Además, se ejecuta un Plan para Pueblos Indígenas Quinquenal e Interuniversitario (PPIQ), que favorece el acceso, permanencia y conclusión exitosa de los estudios universitarios de estudiantes de esta población, así como planes de gestión ambiental para cada obra constructiva.

El PMES se formuló en respuesta a lo acordado en el artículo 12 del Convenio del financiamiento del Fondo Especial de la Educación Superior 2011- 2015, donde se estableció el compromiso del Gobierno de la República de tramitar y financiar a favor de las instituciones que en su momento integraban el Consejo Nacional de Rectores, una operación de crédito por US$200 millones que se distribuyeron por partes iguales entre las universidades participantes.

Construir para la academia

Este rubro representa más de US$36.000.000 del préstamo que se complementan con US$10.925.616 de recursos institucionales, se construirán los siguientes edificios:

– Emprendimiento, educación permanente y cadena de abastecimiento y logística.

– Radiaciones ionizantes y no ionizantes.

– Complejo para la innovación de los aprendizajes, las artes y la recreación.

– Nuevos procesos industriales, salud ocupacional, y ambiental y cambio climático.

– Movimiento humano y terapias complementarias.

– Centro de Estudios Generales

– Programas de pertinencia y calidad.

– Obras recreativas Campus Coto.

– Residencias y obras recreativas Campus Pérez Zeledón.

– Residencias y obras recreativas Campus Nicoya.

– Residencias y obras recreativas Campus Liberia.

– Residencias Sarapiquí.

Fuente: Unidad Coordinadora de Proyecto Institucional.

En números

– US$6.000.000 para compra de equipo científico y tecnológico.

– Alrededor de US$330.000 han financiado más de 160 intercambios académicos.

– La inversión para infraestructura es de US$36.000.000 del préstamo, que se complementan con US$10.925.616 de recursos institucionales.

– 35.700 m2 de nuevas aulas y laboratorios amueblados y equipados para la investigación, docencia extensión y la prestación de servicios a la sociedad.

– Al menos 30 funcionarios fueron becados para cursar estudios de doctorado.

 

*Imagen con fines ilustrativos.

Enviado por UNA Comunicación.

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