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Etiqueta: desconocimiento de la historia

“Que no nos engañen, que no nos quiten la historia”

Dra. Yamileth González García
Ex Rectora de la UCR, integrante del Colectivo Mujeres por Costa Rica

En estos últimos años hemos visto, con bastante preocupación, al gobierno de Rodrigo Chaves tratando de llevarnos hacia un espacio que significa el olvido de la historia; en forma reiterada y permanente hemos sido testigos de diversos intentos por borrar y ocultar nuestra historia reciente y los logros indiscutibles alcanzados en el pasado. Hay un constante afán por hacernos creer que la historia comienza con ellos y que en ese pasado no hay nada positivo, que antes de esta administración todo era caos y corrupción. ¿Cuál es el propósito? ¿Qué buscan con negar y pretender borrar lo que nos antecede? ¿Por qué le tienen miedo a la historia? ¿Es que ignoran que conocer la historia es un elemento imprescindible para avanzar como sociedad?

Es conocido que el conocimiento de la historia y la reflexión inherente a esa disciplina tiene un gran poder formativo para que las sociedades puedan entender el presente y en consecuencia proyectarse hacia el futuro; que la historia es un gran laboratorio para el análisis crítico y reflexivo de toda sociedad que se precie de reconocer sus valores, que en ella se encuentran argumentos para sacar sus propias conclusiones y ayuda a discernir con más claridad lo que puede ser positivo y lo que no. Conocer la historia nos provee de herramientas para, además de pensar críticamente la realidad, hacer ciudadanos más comprometidos. Como lo dice Jaume Claret Miranda, la historia pone en nuestras manos, “las herramientas para entender las raíces de los procesos actuales y los mapas para orientarnos en las incertidumbres del futuro”. ¿Por qué, entonces, el gobierno nos quiere arrebatar esa posibilidad? ¿Es esa una forma de tener el control sobre la ciudadanía? ¿Es que buscan despojarnos de la capacidad reflexiva, analítica y de pensamiento crítico que da el conocer el pasado y los caminos para asumir el presente?

Hago esta reflexión en estos momentos porque, lo reitero, muy a menudo escuchamos a Chaves y su séquito de ministros decir que antes de que asumieran la administración del país, aquí todo era un caos, no había nada que valiera la pena valorar. Un ejemplo claro de esta actitud es que en muchas ocasiones hemos escuchado a la ministra de Educación ignorar la existencia de políticas educativas anteriores a esta administración, elaboradas con los más avanzados planteamientos internacionales; la hemos visto desconocer y hasta despreciar los avances realizados en el desarrollo de las pruebas evaluativas y, al desconocerlas, incurrir en un enorme despilfarro de recursos económicos, al repetir estudios ya realizados en el pasado; lo mismo pasa con las reformas curriculares efectuadas con anterioridad y los avances en la conectividad y qué no decir del descabellado cierre de la Fundación Omar Dengo y la negación de sus aportes, una acción que ha llevado a la existencia de miles de computadoras y otros artefactos electrónicos pudriéndose en las bodegas del MEP en lugar de estar siendo utilizadas por miles de estudiantes como lo habría aprovechado esa misma Fundación; son muchos los logros que se dieron, unos pocos años atrás, sobre todo en tiempos de Leonardo Garnier, Sonia Marta Mora y Gisele Cruz, y que este gobierno niega y oculta.

Un ocultamiento y una negación de la historia, que les lleva no solo a desconocer obras anteriores, sino a asumirlas como propias, o sea que se visten con ropa ajena.

La historia es un proceso y esta administración de Rodrigo Chaves trata de engañarnos al buscar reinventarla (sin éxito) para ponerla a su servicio con el afán de fortalecer su imagen y el control sobre la población y, más, al mismo tiempo, para limitar la capacidad reflexiva de la ciudadanía, para que nos convirtamos en autómatas a su servicio, como muchos de sus seguidores; por eso no se puede desatender el conocimiento de la historia, ni olvidar lo que nos antecede, ese es un saber que nos permite vernos como parte de un proceso, con un lugar en la sociedad y un papel en la definición de nuestro futuro.

Hay que luchar contra este intento gubernamental que pretende despreciar nuestra historia; que no nos borren, que no nos quiten, que no nos engañen con falsas promesas utópicas e incumplidas; que no nos hagan creer que no somos lo que somos, en un afán destructivo de controlar y dominar, como lo pretende Chaves.

No olvidemos, que como escribió Jean Chesneaux “El pasado, próximo o lejano, tiene siempre un sentido para nosotros. Nos ayuda a comprender mejor la sociedad en que vivimos hoy y a saber qué defender y qué preservar…”.