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Etiqueta: discapacidad

Medidas adicionales para las personas con discapacidad ante el COVID-19

Luis Fernando Astorga Gatjens,
luferag@gmail.com

El Consejo Nacional de Personas con Discapacidad (CONAPDIS) ha venido demandando, a las autoridades de Gobierno y a distintas instituciones públicas, la necesidad de que implementen un conjunto de medidas adicionales de protección para las personas con discapacidad, en atención a la declaratoria de Emergencia Nacional por el COVID-19.

Este esfuerzo es tan necesario como oportuno. El pasado martes, 17 de marzo, la Relatora Especial sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad de la ONU, la costarricense Catalina Devandas, reclamó que se han tomado escasas medidas para proporcionar la orientación y los apoyos necesarios a las personas con discapacidad, para protegerlas del contagio de la actual pandemia del COVID-19 que afecta al mundo y a nuestro país. Devandas expresó que “este apoyo es básico para su supervivencia”, por lo que solicitó a los Estados la adopción de medidas adicionales de protección social, y atención de salud oportuna, de calidad y en lugares que garanticen su seguridad y privacidad, en función de que las personas con discapacidad cuenten con apoyo seguro a lo largo y hasta que termine la crisis.

“Las personas con discapacidad se ven afectadas de manera desproporcionada en situaciones de desastre, emergencia y conflicto debido a que las medidas de evacuación, respuesta (incluidos los refugios, los campamentos y la distribución de alimentos) y recuperación les resultan inaccesibles”. (DESA-ONU).

Muchas personas con discapacidad se consideran particularmente vulnerables ante el coronavirus y, por el hecho de la necesidad de asistencia personal, mayor limitación para la movilidad, acceso limitado a la comunicación, son de alto riesgo de contagio. El Gobierno y demás entidades públicas y privadas, que están atendiendo esta desafiante crisis, deben tomar muy en serio estos justos y acertados llamados a poner atención a la situación particular de este sector poblacional, que suma entre 670 640 personas (Censo, 2011) y más de 900 mil (ENADIS, 2018).

Como bien señala el ente rector en la materia: “esta vulnerabilidad se ve incrementada debido a que el 52.4% de la población total con discapacidad, se ubica en los dos quintiles de menor ingreso (214,370 mujeres y 138,627 hombres)”. Y la pobreza y la exclusión social, como es bien sabido, hacen que las personas sean más afectadas por las distintas crisis y ésta de carácter sanitario, las hace severamente vulnerables.

Esta vulnerabilidad se extiende, inevitablemente, a sus familias ya que muchas personas por su condición de discapacidad, demandan la atención directa y cotidiana de familiares. Como ha advertido el CONAPDIS: “la actual situación de emergencia nacional por el COVID-19 limita el contacto entre familiares y coloca en situación de riesgo, abuso o negligencia a las personas con discapacidad.”.

Con el propósito de asegurar el cumplimiento efectivo del derecho a la salud para este amplio sector de la población nacional, se demandan esas medidas adicionales, subrayando –eso si—que no es por su discapacidad “sino, porque muchas de ellas tienen condiciones de salud de riesgo y se encuentran en una situación sensible.”

Cabe aquí invocar el Artículo 11 de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad sobre “Situaciones de riesgo y emergencias humanitarias” (CDPD, ONU, 2006) que indica lo siguiente: “Los Estados Partes adoptarán, en virtud de las responsabilidades que les corresponden con arreglo al derecho internacional, y en concreto el derecho internacional humanitario y el derecho internacional de los derechos humanos, todas las medidas posibles para garantizar la seguridad y la protección de las personas con discapacidad en situaciones de riesgo, incluidas situaciones de conflicto armado, emergencias humanitarias y desastres naturales.”

El oportuno llamado del CONAPDIS incluye como interlocutores, en arreglo a la situación y ámbito que se atienda, al Gobierno, al Ministerio de Salud, a la CCSS, al Ministerio de Trabajo, al MEP y sus Centros de Atención Intergral (CAI), al IMAS, Municipalidades (Comités Municipales de Discapacidad), entre otras entidades públicas. Igualmente, el llamado debe llegar a la conciencia y a la acción de las entidades privadas y actores de sociedad civil, que puedan aportar a este esfuerzo inclusivo.

Es necesario pensar que lo necesario y bueno para este sector significativo de la población es bueno y necesario para toda la sociedad costarricense. Todas y todos estamos en la misma barca que enfrenta la tempestad de esta pandemia global. Rememos todas y todos en el mismo y solidario esfuerzo mientras se supera la crisis.

UNA: Jóvenes con discapacidad se empoderan en medio de la pandemia

“Confianza, empoderamiento, más que todo” es lo que encontró Francini Sánchez Pérez, en medio de la pandemia por la covid-19, en el curso “Formación por competencias básicas vinculadas al mundo del empleo (Habilidades blandas) para jóvenes con discapacidad”, impartido por la Maestría en Pedagogía del Centro de Investigación y Docencia en Educación de la Universidad Nacional (Cide-UNA) y el Consejo de la Persona Joven (CPJ) del Ministerio de Cultura y Juventud.

“Usted quiere estudiar algo y las personas le dicen que mejor lo piense, que le va a costar, solo porque usted tiene discapacidad visual; como que no confían en uno y a la vez lo desaniman”, cuenta esta joven de la comunidad indígena de Quitirrisí de Mora, al referirse a algunas de las limitaciones que ha enfrentado en su vida.

Muy distintas son las palabras y actitudes del equipo de personas facilitadoras de este curso de habilidades blandas, que Francini recibió junto a otros 28 jóvenes de la Gran Área Metropolitana con distintas condiciones de discapacidad, a través de la pantalla de un dispositivo electrónico, en este año de pandemia.

“Ellos me dieron otras herramientas, lo empoderan mucho a uno”, dice Francini, quien valora el aprendizaje en trabajo en equipo, comunicación, interacción con las personas, así como el conocimiento adquirido acerca de la legislación relacionada con discapacidad y de empleo y emprendimientos.

Estudiante de Administración de Servicios de Salud en la Universidad Estatal a Distancia (UNED), Francini agrega que la pasantía que se realiza como parte del curso la orientó sobre lo que le es más fácil realizar dentro de su carrera, qué puede mejorar y también cómo buscar herramientas para tener acceso a diferentes trabajos. “Aprendí mucho, significa mucho. Lo animan a uno a seguir, a no detenerse, a luchar”, asegura esta joven de 26 años.

Más allá de un título

“El curso fue un punto de inflexión en mi vida. Sí recibimos un título, pero pienso que va más allá. Es algo que me va a ayudar mucho, no solo en un trabajo sino afuera porque me da a entender quién soy y realmente qué es lo que quiero”, expresa Ángel Flores Guardado, de 18 años, quien tiene ceguera y vive en San Antonio de Escazú.

Ángel explica que el último trabajo que se realiza en el curso es un plan de acción, donde cada uno explica qué es lo que quiere concretamente para su vida y cómo quiere conseguir sus metas. “Para eso fue este curso, para darnos las bases para poder llegar a ellas”.

Y, sí, Ángel tiene ahora muy claro qué quiere. Primero, entrar a estudiar a una universidad, ya sea ciencias del movimiento humano para ser profesor de educación física, ingeniería en sistemas o administración de empresas.

También le encanta el deporte, lo que ya le ha dado frutos. Como integrante de la selección de futbol para ciegos ha representado a Costa Rica en un campeonato mundial.

Por su parte, Yuliana Fernández Flores, de 26 años, quien tiene una discapacidad cognitiva, asegura que con el curso ha aprendido a desenvolverse sola.

Ella sacó su educación primaria y secundaria con ayuda de adecuación curricular, y más tarde ingresó a estudiar Educación Preescolar en una universidad privada, pero se le dificultó mucho terminar su carrera.

Tiene los certificados de cursos de cocina y elaboración de queques que ha llevado en la Municipalidad de Escazú, así como de computación e inglés, recibidos en un instituto privado.

Por eso, como parte del curso de habilidades blandas impartido por la UNA y el CPJ, realizó práctica como ayudante de cocina, con muy buen resultado. “Me fue super bien, me desenvolví sola, yo hice todo sola, nadie me ayudó”, subraya Yuli, quien hoy se siente inspirada para tomar decisiones por sí misma y con más autonomía para decir “quiero esto”.

Ventana al encuentro

Aunque recibieron su título en sus propias casas, Francini, Ángel, Yuliana y sus compañeros de curso, se graduaron oficialmente el pasado 14 de octubre en una ceremonia virtual, en la que participó el director del Consejo de la Persona Joven, Luis Antonio González.

El director del CPJ resaltó la importancia de la articulación con la UNA para impartir este curso, con el que –considera- estas personas jóvenes están construyendo una mejor Costa Rica, porque las habilidades blandas son fundamentales en la actual coyuntura.

“Hace falta más diálogo para que el país avance hacia mejores lugares, hacia mejores tomas de decisiones y que haya más bienestar. Con ustedes estamos construyendo mejores ciudadanos y ciudadanas y eso es construir un mejor país porque el país no es un mapa, el país somos nosotros y nosotras”, dijo.

Por su parte, Marjon Belderbos, coordinadora de la Maestría en Pedagogía de la UNA destacó que en la virtualidad, “las pantallas –como alguien en un curso dijo- se han convertido en ventanas al encuentro”.

“Parece que hay mucho interés de participar y de conocer otras personas jóvenes en condición de discapacidad para unirse, para dejarse escuchar, para compartir sueños, para apoyarse con las metas que cada quien se pone”, afirmó.

“Este curso los pone a ustedes en el centro, pero queremos que sigan creyendo en sí mismos y luchando por sus derechos, por su metas, por su convivencia con otras personas jóvenes, para juntos construir esta nueva realidad de la que tanto se ha hablado y que nos toca vivir ahora. Espero que el curso les haya apoyado para hacer de esa situación, una situación en que podemos seguir creciendo”, subrayó.

Del 2013 al 2020, 481 jóvenes se han graduado del curso “Formación por competencias básicas vinculadas al mundo del empleo (Habilidades blandas) para jóvenes con discapacidad”, a lo largo del país.

En el marco de la igualdad de oportunidades y mediante una propuesta pedagógica práctica y participativa, el curso facilita a las personas participantes herramientas para promover sus derechos humanos y su inclusión en el mundo laboral, así como el fortalecimiento de su autonomía e independencia.

El curso es coordinado por la académica María Fernanda Fonseca de la Maestría en Pedagogía, con el apoyo de un equipo facilitador, integrado por docentes y estudiantes asistentes.

***Mayores detalles con periodista Oficina de Comunicación 8334-4150.

4° Festival Internacional de Cine Ambiental y de Derechos Humanos FINCADH Costa Rica 2020 ONLINE

El IV FINCADH Costa Rica 2020 se convierte en el Primer Festival On-Line del país

El Instituto Multimedia DerHumALC (IMD) asociación sin fines de lucro radicada en Argentina, para la defensa y la educación en materia de derechos humanos a través del cine con más de 25 años de experiencia en Festivales de Cine, presenta el IV Festival Internacional de Cine Ambiental y Derechos Humanos, FINCADH Costa Rica On-Line, un festival de cine internacional con enfoque social y comprometido con las problemáticas ambientales y los derechos humanos, que cree en el poder del cine como una herramienta para la sensibilización, la visibilización y la discusión de estas temáticas.

Primer Festival On-Line de Costa Rica

Debido a las circunstancias extraordinarias derivadas de la situación de emergencia en salud pública ocasionadas por el COVID-19 a nivel global, el 4° FINCADH Costa Rica 2020 se realizará online, con lo cual se convierte en el primero en el país desde abril de este año, a través de una plataforma web y de las redes sociales.

Inicialmente, esperábamos realizar la mayoría de las actividades del Festival en julio de este año, pero la Emergencia Nacional dictada por la segunda ola de la pandemia del Covid-19, nos llevó a tomar la decisión de pausarlas hasta ahora, que las retomaremos.

En la plataforma web www.fincadhcostarica.org es posible consultar y visualizar las películas, las actividades especiales (cine-foros, charlas y actividades culturales y recreativas), y disfrutar del intercambio vía streaming con directores y cineastas nacionales e internacionales. La fase final del festival será una semana intensiva de actividades que tendrá lugar en los próximos meses, en una fecha que revelaremos próximamente.

El compromiso ha sido generar un evento accesible tanto para el público que nos acompaña cada año como para las nuevas audiencias que quieren sumarse a vivir la propuesta del Festival a través de distintas plataformas digitales y aplicaciones de uso cotidiano, especialmente ampliando el alcance a un público de toda Costa Rica, dado que en las ediciones anteriores hemos estado centrados en la Gran Área Metropolitana.

El FINCADH Costa Rica es el único festival en Costa Rica que se centra en el cine de denuncia, de protesta, documental y de ficción en torno al Ambiente y los DDHH, y es producido desde hace cuatro años por un equipo local con amplia experiencia, liderado por Jess Márquez Gaspar reconocido activista de DDHH, certificado para dicha tarea por la organización internacional Movies That Matters a través de la Especialización Cinema Without Borders, Producción de Festivales de Cine con Compromiso Social.

Desde abril de este año, se ha destacado además con la realización de sus actividades on-line a través de sus redes sociales y las de sus aliados. En particular, gracias a la producción y apoyo de sus partners locales, las ONGs locales Colective Transcendentes, dedicado a la lucha por los DDHH de las personas LGBTI, migrantes y con discapacidad, desde la interseccionalidad; y Organización Transvida, dedicado a la lucha de los DDHH de la población LGBTI en el país, en particular de las mujeres trans desde hace casi una década.

Adjuntamos el comunicado completo para descargar:

Al Sur de la cuarentena

Boaventura de Sousa Santos

Traducción de Antoni Aguiló y José Luis Exeni Rodríguez

Cualquier cuarentena es siempre discriminatoria, más difícil para unos grupos sociales que para otros. Es imposible para un amplio grupo de cuidadores cuya misión es hacer posible la cuarentena al conjunto de la población. En este texto, sin embargo, atiendo a otros grupos para los que la cuarentena es particularmente difícil. Son los grupos que tienen en común una vulnerabilidad especial que precede a la cuarentena y se agrava con ella. Esos grupos conforman lo que llamo el Sur. En mi concepción, el Sur no designa un espacio geográfico. Designa un espacio-tiempo político, social y cultural. Es la metáfora del sufrimiento humano injusto causado por la explotación capitalista, por la discriminación racial y por la discriminación sexual. Me propongo analizar la cuarentena desde la perspectiva de quienes más han sufrido debido a estas formas de dominación. En su conjunto, estos colectivos sociales constituyen la mayoría de la población mundial.

Selecciono unos pocos

Las mujeres. La cuarentena será particularmente difícil para las mujeres y, en algunos casos, incluso puede ser peligrosa. Las mujeres son consideradas “las cuidadoras del mundo”, predominan en el ámbito de la prestación de cuidados dentro y fuera de las familias. Predominan en profesiones como la enfermería o la asistencia social, en la primera línea de batalla de la prestación de cuidados a enfermos y ancianos dentro y fuera de las instituciones. No pueden defenderse en cuarentena para garantizar la cuarentena de los demás. También son ellas las que siguen estando a cargo, exclusiva o mayoritariamente, del cuidado de las familias. Puestas en cuarentena, uno podría imaginar que, con más brazos disponibles en casa, las tareas podrían estar más distribuidas. Sospecho que no será así frente al machismo que impera y tal vez se refuerce en momentos de crisis y de confinamiento familiar. Con los niños y otros miembros de la familia en casa durante las veinticuatro horas, el estrés será mayor y sin duda recaerá más sobre las mujeres. El aumento del número de divorcios en algunas ciudades chinas durante la cuarentena puede ser un indicador de lo que acabo de decir. Por otro lado, es bien sabido que la violencia contra las mujeres tiende a aumentar en tiempos de guerra y de crisis (y ha ido en aumento ahora). Una buena parte de esta violencia se produce en el espacio doméstico. El confinamiento de las familias en espacios pequeños y sin salida puede ofrecer más oportunidades para el ejercicio de la violencia contra las mujeres. Basándose en información del Ministerio del Interior, el periódico francés Le Figaro informaba el 26 de marzo de que la violencia conyugal había aumentado un 36% la semana anterior en París. El Ministro de Policía de Sudáfrica, Bheki Cele, informó el 2 de abril que en la primera semana de cuarentena se registraron 87.000 denuncias por violencia de género.

Los trabajadores precarios e informales, llamados autónomos. Después de cuarenta años de ataques a los derechos de los trabajadores en todo el mundo por parte de las políticas neoliberales, este grupo de trabajadores es globalmente predominante, aunque las diferencias de un país a otro son muy significativas. ¿Qué significa la cuarentena para estos trabajadores, que tienden a ser los más rápidamente despedidos cada vez que hay una crisis económica? El sector servicios, en el que abundan, será una de las áreas más perjudicadas por la cuarentena. El 23 de marzo, la India declaró la cuarentena durante tres semanas, afectando a 1.300 millones de habitantes. Teniendo en cuenta que en la India entre el 65% y el 70% de los trabajadores pertenecen a la economía informal, se estima que 300 millones de indios se quedarán sin ingresos. En América Latina, alrededor del 50% de los trabajadores se emplean en el sector informal. En África, por ejemplo, en Kenia o Mozambique, debido a los programas de ajuste estructural de los años 1980-90, la mayoría de los trabajadores son informales. La indicación de la OMS de trabajar en casa y en aislamiento es impracticable, pues obliga a los trabajadores a elegir entre ganarse el pan diario o quedarse en casa y pasar hambre. Las recomendaciones de la OMS parecen haber sido diseñadas pensando en una clase media que es una fracción muy pequeña de la población mundial. ¿Qué significa la cuarentena para los trabajadores que ganan día a día para vivir día a día? ¿Se arriesgarán a desobedecer la cuarentena para alimentar a su familia? ¿Cómo resolverán el conflicto entre el deber de alimentar a la familia y el deber de proteger su vida y la de ella? Morir de virus o morir de hambre, esa es la opción.

Trabajadores de la calle. Los trabajadores de la calle son un grupo específico de trabajadores precarios. Los vendedores ambulantes, para quienes el «negocio», es decir, la subsistencia, depende exclusivamente de la calle, de quienes transitan en ella y de la decisión, siempre impredecible para el vendedor, de detenerse y comprar algo. Hace mucho tiempo que los vendedores viven en cuarentena, en la calle, pero en la calle con gente. El impedimento de trabajar para quienes venden en los mercados informales de las grandes ciudades significa que potencialmente millones de personas ni siquiera tendrán dinero para acudir a las instalaciones de salud si se enferman o para comprar desinfectante y jabón para manos. Los que tienen hambre no pueden darse el lujo de comprar jabón y agua a precios que están comenzando a sufrir el peso de la especulación. En otros contextos, los uberizados de la economía informal que entregan alimentos y pedidos a domicilio garantizan la cuarentena de muchos, pero por eso no pueden protegerse con ella. Su «negocio» aumentará tanto como su riesgo.

Los sin techo o población de calle. ¿Cómo será la cuarentena para aquellos que no tienen hogar? Personas sin hogar, que pasan las noches en viaductos, estaciones abandonadas de metro o tren, túneles de aguas pluviales o túneles de alcantarillado en tantas ciudades del mundo. En los Estados Unidos los llaman tunnel people. ¿Cómo será la cuarentena en los túneles? ¿No han estado toda su vida en cuarentena? ¿Se sentirán más libres que aquellos que ahora son obligados a vivir en casa? ¿La cuarentena verá una forma de justicia social?

Moradores en las periferias pobres de las ciudades, favelas, barriadas, slums, caniço, etc. Según datos de ONU Hábitat, 1,6 mil millones de personas no tienen una vivienda adecuada y el 25% de la población mundial vive en barrios informales sin infraestructura ni saneamiento básico, sin acceso a servicios públicos, con escasez de agua y electricidad. Viven en espacios pequeños donde se aglomeran familias numerosas. En resumen, habitan en la ciudad sin derecho a la ciudad, ya que, viviendo en espacios desurbanizados, no tienen acceso a las condiciones urbanas presupuestas por el derecho a la ciudad. Dado que muchos habitantes son trabajadores informales, se enfrentan a la cuarentena con las mismas dificultades mencionadas anteriormente. Pero además, dadas las condiciones de vivienda, ¿podrán cumplir con las normas de prevención recomendadas por la OMS? ¿Serán capaces de mantener la distancia interpersonal en los pequeños espacios de vivienda donde la privacidad es casi imposible? ¿Podrán lavarse las manos con frecuencia cuando la poca agua disponible se debe guardar para beber y cocinar? ¿El confinamiento en una vivienda tan pequeña no tiene otros riesgos para la salud tan o más dramáticos que los causados por el virus? Muchos de estos barrios ahora están fuertemente vigilados y, a veces, sitiados por las fuerzas militares con el pretexto de combatir el crimen. ¿No es, después de todo, la cuarentena más dura para estas poblaciones? ¿Los jóvenes de las favelas de Río de Janeiro, a quienes la policía siempre les impidió ir a la playa de Copacabana el domingo para no molestar a los turistas, no sentirán que ya vivían en cuarentena? ¿Cuál es la diferencia entre la nueva cuarentena y la original que siempre ha sido su modo de vida? En Mathare, uno de los suburbios de Nairobi, Kenia, 68.941 personas viven en un kilómetro cuadrado. Como en muchos contextos similares en el mundo, las familias comparten una habitación que también es cocina, dormitorio y sala de estar. ¿Cómo se les puede pedir autoaislamiento? ¿Es posible el autoaislamiento en un contexto de heteroaislamiento permanente impuesto por el Estado?

Cabe señalar que para los habitantes de las periferias pobres del mundo, la actual emergencia sanitaria se une a muchas otras emergencias. Según nos informan los compañeros y compañeras de Garganta Poderosa, uno de los movimientos sociales más notables en los barrios populares de América Latina, además de la emergencia de salud causada por la pandemia, los moradores enfrentan varias otras emergencias. Es el caso de la emergencia sanitaria resultante de otras epidemias aún no resueltas y la falta de atención médica. Este año ya se registraron 1.833 casos de dengue en Buenos Aires. Solo en la Villa 21, uno de los barrios pobres de Buenos Aires, hubo 214 casos. “Por coincidencia”, el 70% de la población en la Villa 21 no tiene agua potable. Este es también el caso de la emergencia alimentaria, porque hay hambre en los vecindarios y los modos comunitarios de superarlo (comedores populares, refrigerios) colapsan ante el dramático aumento de la demanda. Si las escuelas cierran, la comida escolar que garantiza la supervivencia de los niños termina. Finalmente es el caso del surgimiento de la violencia doméstica, que es particularmente grave en los vecindarios, y el surgimiento permanente de la emergencia por la violencia policial y la estigmatización que conlleva.

Los ancianos. Este grupo, que es particularmente numeroso en el Norte global, es generalmente uno de los grupos más vulnerables, pero la vulnerabilidad no es indiscriminada. De hecho, la pandemia requiere que seamos más precisos sobre los conceptos que usamos. Después de todo, ¿quién es anciano? Según Garganta Poderosa, la diferencia en la esperanza de vida entre dos barrios de Buenos Aires (el barrio pobre de Zavaleta y el barrio exclusivo de Recoleta) es de unos veinte años. No es casual que los líderes comunitarios sean considerados de “edad madura” por la comunidad y “jóvenes líderes” por la sociedad en general.

Las condiciones de vida prevalecientes en el Norte global han llevado a que una gran parte de los ancianos se depositen (la palabra es dura, pero es lo que es) en hogares, casas de reposo, asilos. Dependiendo de sus posesiones propias o familiares, estos alojamientos pueden ir desde cajas fuertes de joyería de lujo hasta vertederos de desechos humanos. En tiempos normales, los ancianos comenzaron a vivir en estos alojamientos como espacios que garantizaban su seguridad. En principio, la cuarentena causada por la pandemia no debería afectar en gran medida su vida, dado que ya están en cuarentena permanente. ¿Qué sucederá cuando, debido a la propagación del virus, esta zona de seguridad se convierta en una zona de alto riesgo, como está sucediendo en Portugal y España? ¿Estarían más seguros si pudieran regresar a las casas donde vivieron toda su vida, en el improbable caso de que aún existan? ¿Los familiares que, por su propia conveniencia, los dejaron en asilos, no sentirán remordimiento por someter a sus ancianos a un riesgo que puede ser fatal? ¿Y los ancianos que viven en aislamiento no estarán ahora en mayor riesgo de morir sin que nadie se dé cuenta? Al menos, los ancianos que viven en los barrios más pobres del mundo pueden morir por la pandemia, pero no morirán sin que nadie se dé cuenta. También se debe agregar que, especialmente en el Sur global, las epidemias anteriores han significado que los ancianos tengan que prolongar su vida laboral. Por ejemplo, la epidemia del SIDA ha matado y sigue matando a padres jóvenes, dejando a los abuelos con la responsabilidad del hogar. Si los abuelos mueren, los niños corren un riesgo muy alto de desnutrición, hambre y, en última instancia, de muerte.

Los internados en campos de refugiados, inmigrantes indocumentados o poblaciones desplazadas internamente. Según cifras de la ONU, hay 70 millones. Son poblaciones que, en su mayor parte, viven en cuarentena permanente, y para las cuales la nueva cuarentena significa poco como regla de confinamiento. Pero los peligros que enfrentan si el virus se propaga entre ellos serán fatales e incluso más dramáticos que los que enfrentan las poblaciones de las periferias pobres. Por ejemplo, en Sudán del Sur, donde más de 1,6 millones de personas están desplazadas internamente, lleva horas, si no días, llegar a los centros de salud, y la principal causa de muerte a menudo se puede prevenir, causada por enfermedades que ya tienen remedios: malaria y diarrea. En el caso de los campos de refugiados a las puertas de Europa y de Estados Unidos, la cuarentena causada por el virus impone el deber ético humanitario de abrir las puertas de estos campos de internamiento siempre que no sea posible crear en ellos las condiciones mínimas de habitabilidad y seguridad exigidas por la pandemia.

Los discapacitados. Han sido víctimas de otra forma de dominación, además del capitalismo, el colonialismo y el patriarcado: el capacitismo. Se trata de cómo la sociedad los discrimina, no reconoce sus necesidades especiales, no les facilita el acceso a la movilidad ni las condiciones que les permitirían disfrutar de la sociedad como cualquier otra persona. De alguna manera, las limitaciones que la sociedad les impone hacen que se sientan viviendo en cuarentena permanente. ¿Cómo vivirán la nueva cuarentena, especialmente cuando dependen de quien tiene que romper la cuarentena para darles alguna ayuda? Como se han acostumbrado desde hace mucho tiempo a vivir en condiciones de cierto encierro, ¿ahora se sentirán más libres que los «no discapacitados» o más iguales en relación con ellos? ¿Verán tristemente alguna justicia social en la nueva cuarentena?

La lista de los que están al Sur de la cuarentena está lejos de ser exhaustiva. Basta pensar en los prisioneros y en las personas con problemas de salud mental, es decir, depresión. Pero el elenco seleccionado muestra que, al contrario de lo que transmiten los medios y las organizaciones internacionales, la cuarentena no solo hace más visible, sino que refuerza, la injusticia, la discriminación, la exclusión social y el sufrimiento injusto que causan. Resulta que tales asimetrías se vuelven más invisibles frente al pánico que afecta a los que no están acostumbrados al mismo. A la luz de las experiencias de estos grupos sociales durante la cuarentena, se hace particularmente evidente la necesidad de imaginar y concretar alternativas a los modos de vivir, de producir, de consumir y de convivir en estos primeros años del siglo XXI. De hecho, la pandemia y la cuarentena revelan cruelmente que las alternativas son posibles y que las sociedades se adaptan a las nuevas formas de vida cuando esto es necesario y sentido como correspondiente al bien común.

Imagen: http://crisis-economica.blogspot.com/2014/10/trabajo-informal-trabajo-precario-y.html

Compartido con SURCOS por Óscar Jara Holliday, CEAAL.

UCR: La gente cree que las personas sordas no pueden bailar

El documental ‘Baile en silencio’ muestra el proceso de la puesta en escena de una coreografía donde los protagonistas fueron niños con discapacidad auditiva

En este proyecto de la UCR, los niños sordos demostraron la capacidad de expresarse por medio del baile. Foto: María Peña.

Ocho niños sordos del Centro Nacional de Educación Especial Fernando Centeno Güell son los bailarines protagonistas de la coreografía El ladrón de diamantes, un muy particular montaje de Danza Universitaria. La obra fue dirigida por Gustavo Hernández y puesta en escena en el 2017 con bailarines profesionales y los niños.

Semanas atrás los niños y sus familias, junto con el director Hernández y otros colaboradores de este proyecto, presentaron en la UCR el documental Baile en silencio. En tal audiovisual, se hace un recorrido por las diferentes etapas desarrolladas para lograr concretar esta obra, la cual muestra de manera inobjetable que las personas con discapacidad auditiva sí son capaces de bailar.

La puesta en escena, El ladrón de diamantes, surgió del taller universitario «Mi cuerpo, mi voz», un proyecto inscrito por Gustavo Hernández en los Fondos Concursables de la Vicerrectoría de Acción Social de la Universidad de Costa Rica, cuyo objetivo fue hacer un aporte al Departamento de Audición y Lenguaje del Centro Nacional de Educación Especial Fernando Centeno Güell.

Foto: Semanario Universidad.

Fueron necesarios seis meses en los cuales los niños y el coreógrafo Hernández, junto con los bailarines profesionales de Danza U, trabajaron muy fuerte para construir así una obra llena de sensibilidad y empatía actitudinal para comprender al otro.

Se trabajó, en primera instancia, por medio de talleres solo para los niños y, en un segundo momento, en el montaje con la participación de los ocho niños: Isabella Valverde Fernández, Dalay Sánchez Torres, Dylan Chinchilla Moya, Henry Mendiola Padilla, Sofía García Mora, Norman Domínguez, Pamela Fallas Guzmán, Daniel Silva Méndez.

El arte debe de ser inclusivo

Para el coreógrafo Hernández, este especial montaje es una prueba fiel de que la discapacidad auditiva u otras condiciones de discapacidad no son por sí mismas una limitante para vivir y participar de las diferentes manifestaciones artísticas, las cuales posibilitan a personas con discapacidad satisfacer sus necesidades de expresión.

El coreógrafo y director de la obra, Gustavo Hernández, valoró como una excepcional experiencia el esfuerzo y compromiso mostrado por estos niños sordos. Foto: Semanario Universidad.

Por ello, reafirma Hernández, las prácticas artísticas de este tipo deben incluirse en el sistema de educación formal de la niñez. Además, se debe tener la meta de que el arte sea verdaderamente inclusivo y que transforme a las personas, tal y como esta obra logró una transformación en los niños protagonistas, en sus familias y en el público que asistió a las presentaciones.

Al respecto, afirma Hernández, no es cierto que las personas sordas no pueden bailar. Ellas sienten las vibraciones de la música con todo su cuerpo. En El ladrón de diamantes, estos ocho estudiantes del Centro Nacional de Educación Especial Fernando Centeno Güell dan una prueba irrefutable de ello.

Durante la presentación del documental sobre cómo se realizó el montaje de la obra, los niños y sus familias intercambiaron sus vivencias y aprendizajes con el público asistente. Un elemento coincidente en ese intercambio fue el reclamo de que más organizaciones públicas y de la sociedad civil abran espacios para proyectos similares a este de la UCR.

Desde el arte también se puede trabajar y luchar en pro de una sociedad y una convivencia realmente inclusivas, que generen oportunidades de aprendizaje y crecimiento humanista para las personas con discapacidad; así como una oportunidad de entendimiento para quienes no tienen ninguna condición de discapacidad.

 

María Encarnación Peña Bonilla

Periodista, Oficina de Divulgación e Información

Información tomada de: http://www.ucr.ac.cr/

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UCR: Cahuita tiene una playa accesible gracias a campaña de tapas plásticas

El Parque Nacional Cahuita se convirtió en el primer parque con una playa accesible gracias al apoyo de miles de personas y más de 250 centros educativos, entidades públicas, empresas y organizaciones que se sumaron a la campaña “Cada tapa cuenta” impulsada por la asociación Pro Parques y su programa Amigos de los Parques Nacionales.

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UNA: Jóvenes con discapacidad se gradúan en habilidades blandas

La Maestría en Pedagogía del Centro de Investigación y Docencia en Educación de la Universidad Nacional (Cide-UNA) y el Consejo de la Persona Joven del Ministerio de Cultura y Juventud (UNA) invita al acto de clausura del curso: “Habilidades blandas para jóvenes con discapacidad”, que se realizará el próximo lunes 8 de abril a las 9 a.m. en el Centro Cívico para la Paz, La Capri, Desamparados

25 personas con edades entre 18 y 35 años con distintas condiciones de discapacidad –sensorial, física, psicosocial o cognitiva- se gradúan en competencias básicas vinculadas al mundo del trabajo

Jóvenes provienen de comunidades de Desamparados, entre ellas La Capri, San Miguel, El Porvenir, Dos Cercas, Calle Fallas, San Rafael Arriba y San Rafael Abajo

Estudiantes realizaron su pasantía en empresas como Popular Pensiones, Etipress, Municipalidad de Desamparados, el Consejo de la Persona Joven, Plura, Taco Bell, Hogares de Ancianos Ofelia Carvajal y Carlos María Ulloa, Clínica de Tibás, Micitt, entre otras.

Curso fue impartido por profesionales en Educación Especial de la Maestría en Pedagogía de la UNA, gracias a un convenio con el Consejo de la Persona Joven del Ministerio de Cultura y Juventud.

***Mayores detalles con María Fernanda Fonseca, Maestría en Pedagogía 8716-9456 o en la Oficina de Comunicación 2277-3067.

 

*Imagen con fines ilustrativos tomada de www.universidadescr.com

Enviado por Oficina de Comunicación, UNA.

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Cooperativas como opción de empleo para población con discapacidad

  • Conapdis e Infocoop unen esfuerzos

En la segunda cita de coordinación entre jerarcas y funcionarios del Consejo Nacional de Personas con Discapacidad (Conapdis) y del Instituto de Fomento Cooperativo (Infocoop), se sentaron las bases para un trabajo conjunto que busca promover el modelo cooperativo entre las personas con discapacidad, como una opción de ingresos y empleo en esa población.

A finales del año anterior se dio un primer acercamiento entre las jerarquías institucionales, ya que una de las metas del sector cooperativo en el Plan Nacional de Desarrollo busca promocionar las cooperativas en nuevos grupos de la sociedad. En cuanto al Conapdis, una de las funciones que señala su ley de creación, es la promoción del empleo.

En este segundo encuentro, Gustavo Fernández Quesada, director ejecutivo A.i., del Infocoop señaló que esa institución puede aportar los insumos de formación y capacitación para la integración de cooperativas como fuente de empleo entre la población con discapacidad en todo el país.

En ese sentido, señaló Fernández, el objetivo es promover el modelo cooperativo de manera conjunta con el Conapdis. Recordó que son 75 años de experiencia en Costa Rica en temas cooperativos y enfatizó que es momento para el respeto al derecho de las personas con discapacidad de formar parte del movimiento cooperativista.

Agregó que ya hay experiencias exitosas en el desarrollo de cooperativas de personas con discapacidad, tales como Coopecivel y Coopesuperación.

Concluyó su intervención señalando que el cooperativismo es una forma de distribución de la riqueza que se genera en el país, tal como se ha probado en comunidades como Pérez Zeledón, San Carlos, Grecia y Dota, por citar sólo unos ejemplos.

Por su parte, Lizbeth Barrantes Arroyo, directora ejecutiva de Conapdis, coincidió con el representante de Infocoop en que el objetivo es innovar y unir esfuerzos para aprovechar los conocimientos del Infocoop en materia cooperativa y del Conapdis sobre la realidad de las personas con discapacidad.

En esta cita, desarrollada en el Centro de Capacitaciones La Catalina, ahora perteneciente a Infocoop, se apersonaron las jefaturas de las sedes regionales de Conapdis, quienes trabajarían el tema en sus respectivas comunidades.

“Es necesario reunirse con las cooperativas grandes para que promuevan la inclusión de personas con discapacidad entre sus asociados. En esas cooperativas vamos a trabajar con las jefaturas de Recursos Humanos, para que también sean inclusivos en la contratación del personal administrativo de la cooperativa. Hay grandes cooperativas que son grandes empleadores”, señaló la jerarca de Conapdis.

También las cooperativas se pueden perfilar como organizaciones que puedan asumir proyectos tales como el de desarrollo de turismo accesible en la región Pacífico Central, concluyó.

Se adjunta audio de la directora ejecutiva de Conapdis, Lizbeth Barrantes Arroyo.

 

Imagen con fines ilustrativos.

Enviado por Santiago Blanco Zúñiga.

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UCR: Miles de horas cada año son semillas para una sociedad más inclusiva y respetuosa de las diferencias

  • Este 10 de diciembre se celebran 75 años de la Declaración Universal de los Derechos Humanos

  • Acción Social de la UCR en derechos humanos llega a casi dos millones de personas en todas las regiones

“La vulnerabilidad del incumplimiento de los derechos humanos es un asunto que atraviesa a todos los segmentos de población. En especial, la pobreza, la exclusión educativa, el trabajo informal y otras actividades que los enrolan en actividades ilícitas”, detalló Dina Espinosa Brilla, coordinadora del proyecto EDNA. Foto muestra niños jugando. Archivo VAS.

Para superar los pendientes en materia de derechos humanos y lograr que la mayor cantidad de habitantes en el territorio nacional los disfruten a plenitud, cada año la Universidad de Costa Rica (UCR) invierte miles de horas en la ejecución de más de 130 proyectos inscritos en la Vicerrectoría de Acción Social (VAS).

Los desafíos de la sociedad costarricense para construir una sociedad más equitativa, solidaria y respetuosa de los derechos humanos son múltiples. Por eso, desde cada una de las iniciativas de la VAS se llega a las comunidades con proyectos relacionados con la niñez y la adolescencia, el derecho al trabajo justo, el envejecimiento digno, el acceso a la educación, la prevención de la violencia por causa de género, edad, orientación e identidad sexuales.

Con un presupuesto de ₡265 millones anuales, el personal universitario y la comunidad estudiantil asumen como propios los problemas que impiden que cada persona acceda a los derechos humanos garantizados por la normativa nacional y la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

Precisamente, este 10 diciembre la humanidad celebrará los 75 de la promulgación de dicha declaración. Sus 30 artículos se han constituido una guía para que los Estados y sus instituciones eliminen las barreras para garantizar que todas las personas alcancen esa plenitud, sin distinción alguna.

“Los Derechos Humanos tienen por principio primordial el respeto y el reconocimiento de la dignidad inherente de todas las personas. Esto implica a su vez la gestión de la igualdad de oportunidades, lo que tiene que ver con la inclusión y la reducción de la brecha social”, aseguró el Lic. José Daniel Rodríguez Arrieta, coordinador del proyecto “Población con discapacidad y derechos humanos: comunidades hacia la inclusión y el empoderamiento” (TC-633).

En materia de derechos humanos, el vínculo universidad-sociedad ha sido constante desde la creación de la UCR, aseguró Marjorie Jiménez Castro, vicerrectora de Acción Social. Foto muestra jóvenes que se toman fotografia con marco #AcciónSocialUCR Archivo VAS.

El TC-633, de la Escuela de Ciencias Políticas de la UCR, es una instancia que vincula a estudiantes con las comunidades para fomentar espacios y actividades para reconocimiento, apropiación y sensibilización acerca de los derechos humanos de la población con discapacidad en función de la inclusión.

Una importante cantidad de proyectos de Acción Social trabajan porque la niñez y adolescencia tengan acceso a la salud, la educación y la posibilidad de vivir en ambientes libres de violencias. Uno de ellos es el proyecto del Instituto de Investigaciones en Educación (INIE) denominado “Prevención de Violencia en 100 Centros Educativos del Ministerio de Educación Pública” (ED-3221) . El objetivo es brindar capacitación al personal destacado en dichas escuelas sobre los temas de la violencia intraescolar y fomentar la permanencia en las aulas.

Además, la UCR aporta investigación para el diseño de políticas públicas en esta materia. Por ejemplo, se difunden periódicamente informes relacionados con la niñez y la adolescencia en Costa Rica. Entre ellos destaca el “Informe EDNA: Estado de los Derechos de la Niñez y la Adolescencia” (ED-389), cuyo equipo de profesionales tiene su base en la Escuela de Estudios Generales.

En total, para el año 2018 unos 35 proyectos se relacionan con la población infantil y adolescente en Costa Rica.

Derechos Humanos y vínculo social

“La acción social es un pilar fundamental en la lógica y razón de ser de las universidades estatales. Nuestra labor es enteramente en función de la sociedad costarricense en tanto su progreso y su consolidación como una sociedad inclusiva que busque sostenidamente la reducción de las brechas sociales y económicas. Este es el contacto más directo y tangible de la Universidad con las comunidades a las cuales se debe; es la más visible devolución que se hace de la inversión de una sociedad en la educación superior y no debe nunca escatimarse en esta inversión”, aseguró el Lic. Rodríguez Arrieta.

Como parte de su compromiso con los derechos humanos, la UCR trabaja de la mano con instituciones estatales y organizaciones comunitarias para favorecer condiciones de acceso a todos los derechos para las personas habitantes en el territorio nacional. Foto archivo ODI.

De los 168 proyectos inscritos en la VAS, unos 16 se enfocan en el apoyo coordinado con otras organizaciones para que personas con alguna discapacidad tengan iguales oportunidades de acceso a la educación, la participación ciudadana e integrarse a la fuerza laboral del país.

Un ejemplo es el proyecto del Instituto de Investigación en Educación de la UCR para crear un “Modelo de capacitación en higiene y manipulación de los alimentos para personas con discapacidad intelectual” (ED-3104), que le ha permitido a jóvenes concluir exitosamente el curso este requisito para optar por una oportunidad laboral. Para ello, se diseñaron módulos temáticos a partir de los contenidos del programa estandarizado del Instituto Nacional de Aprendizaje (INA).

Otro proyecto, “Construyendo juntos: Personas con discapacidad en el ejercicio efectivo de los derechos humanos” (ED-3297), ejecutado por el Centro de Investigaciones y Estudios Políticos, se propone que en el país se “cumpla totalmente normativa nacional e internacional en derechos humanos en discapacidad e identificar las brechas normativas que aún persisten entre el ordenamiento jurídico nacional y lo que la Convención de Derechos de Personas con Discapacidad establece”, acotó el magíster Erick Hess Araya, coordinador del mismo.

Hess reafirmó que el “vínculo entre Universidad y sociedad es total, porque el proyecto avanza en la medida en que las personas con discapacidad así lo demandan y porque las personas con discapacidad van a obtener una orientación y asesoría técnica y académica que han solicitado para beneficio de sus propios intereses”. Actualmente, en Costa Rica cerca de medio millón de personas viven con alguna discapacidad y el 64% están excluidas de la fuerza laboral, con especial énfasis las mujeres.

“Decir que la UCR ha contribuido con los más diversos sectores de la sociedad costarricense no es retórico. La UCR ha estado presente desde sus inicios en el mejoramiento de la educación, la formación del concepto integral de la salud, en la generación de competencias productivas comunales, la defensa del ambiente, de los derechos humanos y la reivindicación de las fibras culturales que conforman nuestras identidades”, recordó la M.L. Marjorie Jiménez Castro, vicerrectora de Acción Social.

 

Eduardo Muñoz Sequeira

Periodista Vicerrectoría de Acción Social

Información tomada de: http://www.ucr.ac.cr/

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La UCR promueve la empleabilidad de personas con discapacidad

Fotos de la campaña «UCR: oportunidades para todos y todas», de la UCR.

La Universidad de Costa Rica tiene el firme compromiso de desarrollar un Modelo Integral para la Empleabilidad de Personas con Discapacidad, el cual procure la igualdad, el respeto y la protección de los derechos humanos de este grupo poblacional, y que les ofrezca oportunidades de inclusión en los procesos de selección, contratación y desarrollo propios de la alma mater. Es por eso que, como parte de la implementación de este modelo, presenta la campaña de concienciación «UCR: oportunidades para todos y todas».

Esta campaña inicia el 30 de octubre de este 2018 y está compuesta por cinco videos, en ellos personas con alguna condición de discapacidad, quienes ya trabajan en la UCR, comparten sus vivencias como miembros de la comunidad universitaria. A partir del 30 de octubre, cada martes, durante las próximas cinco semanas, se incluirá uno de los videos en la plataforma institucional UCR Informa y en el Facebook oficial de la Institución.

Además de las historias de vida que narran los cinco videos, el proyecto incluye una serie de vallas informativas ubicadas en diferentes zonas del campus Rodrigo Facio, así como materiales impresos que la Oficina de Recursos Humanos hará llegar a las diferentes dependencias y oficinas de la universidad. El fin es que quienes conforman la comunidad de la UCR reflexionen sobre el derecho de las personas con discapacidad a un trabajo digno y sobre las oportunidades de aprendizaje y de crecimiento personal que representa la interacción en el trabajo entre personas con y sin discapacidad.

Fotos de la campaña «UCR: oportunidades para todos y todas», de la UCR.

En síntesis, la campaña busca generar en la comunidad universitaria una conciencia sólida sobre los derechos, las capacidades y los aportes de las personas con discapacidad en el ámbito laboral de la institución, conciencia que también permita reconocer las posibles contribuciones de este grupo en diferentes espacios de trabajo de la sociedad.

El Modelo Integral para la Empleabilidad de Personas con Discapacidad de la UCR, aprobado en diciembre de 2017, da respuesta a la Ley Núm. 8862 Inclusión y Protección Laboral de las Personas con Discapacidad en el Sector Público, así como a las políticas institucionales 2016-2020. El modelo propone la incorporación de personas con discapacidad en las nuevas plazas administrativas y docentes, como parte del nuevo talento humano contratado. Esta iniciativa integral permite avanzar en la construcción de un entorno laboral accesible, sustentado en una cultura de respeto a los derechos humanos y a la dignidad de las personas con discapacidad, para que se inserten en nuestra comunidad universitaria diversa.

La Oficina de Recursos Humanos de la Universidad de Costa Rica, junto con la Comisión Especializada Institucional y la Oficina de Divulgación e Información presentan esta campaña para promover y construir una institución libre de barreras, con las puertas abiertas para que participen personas con discapacidad y respetuosa de su derecho al trabajo libremente elegido, en condiciones de igualdad y de equidad con los demás.

Fotos de la campaña «UCR: oportunidades para todos y todas», de la UCR.

 

María Encarnación Peña Bonilla

Periodista, Oficina de Divulgación e Información

Información tomada de: http://www.ucr.ac.cr/

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