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Etiqueta: droga

La Universitaria Que No Quería Vivir

Maynor Sánchez Alvarado.

De todo lo escrito yo amo solo aquello
que alguien escribe con su sangre

Federico Nietzsche

Álvaro Vega Sánchez. Sociólogo

Es el título de la novela testimonial, recientemente publicada por HC Editores de Grecia, que narra la historia de dos jóvenes de zona rural, una estudiante universitaria de familia rica y un pobre pistero de gasolinera, ambos seducidos por el amor y atrapados por la droga. La universitaria sucumbe y muere. El pistero sobrevive para contar esta historia, todo un drama que estila tristeza, dolor y lágrimas; en palabras de Kembly, la protagonista de la novela, “Es la triste hora del asesinato del sol”, cuando su esplendor soberbio y esperanzador cierra los horizontes y da paso a la oscuridad de la dolorosa muerte, por cruel y prematura.

El Premio Magón, José León Sánchez, destaca en el epílogo de la obra: “La Universidad posee dos caminos en donde se gesta la incertidumbre. Uno de ellos puede ser el principal, en donde germina la esperanza a los campos de la historia, el conocimiento, el futuro de la nación. El segundo es más bien una calle, que le llaman La Calle de la Amargura. Maynor Sánchez Alvarado, en las páginas de este libro nos muestra una faceta de un instante tenebroso en la esquina más turbia del desaliento nacional”.

¡Qué oportuna esta obra!, precisamente, porque su autor está retratando, desde la trágica experiencia vivida por dos jóvenes drogadictos, esa “faceta de un instante tenebroso en la esquina más turbia del desaliento nacional”. En efecto, este pequeño país viene opacando su brillo, que ofrecía signos esperanzadores para la construcción de una sociedad más igualitaria, pacífica y amigable. Hoy, transita, precipitadamente, por los caminos de la inequidad, la insensibilidad y la insolidaridad. Una perversa combinación de desigualdad socio-económica y violencia social nos está desfigurando el rostro, haciéndolo irreconocible, como triste y dramáticamente sucedió con Kembly, una bella joven universitaria, que ni sus mismos progenitores alcanzaron a identificarla en el lecho de su muerte trágica, consumada por la droga.  “Un saco de huesos, una calavera sobre un latón de aluminio era imposible de reconocer”, destaca el narrador.

Sí, esta novela, escrita por un novel escritor autodidacta, originario de Río Cuarto, que logró vencer al flagelo de la droga, se convierte en un espejo que proyecta en sus personajes, y en toda su trama, el rostro de esa Costa Rica que ya hace rato se viene desfigurando. Por lo tanto, celebramos su aparición, pues nos convoca, desde lo más profundo del sufrimiento humano –un nicho de cementerio se convierte en casa y refugio de dos jóvenes sumidos en el tenebroso inframundo de las drogas–, a meditar y a reconocer con humildad que hay que dar un viraje radical en este país, si es que queremos brindarles un mejor futuro a las generaciones venideras.  

El mensaje de esta novela es que el mejor antídoto para la droga, y prevenir para que nuestra juventud no continúe siendo arrasada por este flagelo es, sin duda, la educación afectiva, que debería cultivarse desde el hogar, la escuela, el colegio, la Universidad hasta todos los ámbitos del quehacer y la convivencia humana. Una educación que contribuya al cultivo de los buenos sentimientos y emociones, para una convivencia humana digna, por lo justa y solidaria. Para ello, se requiere una sociedad que ofrezca condiciones socioeconómicas básicas que eviten que nuestros niños no puedan asistir a la escuela, tal es el caso del personaje José. Sin embargo, contar con esos recursos no es suficiente; para Kembly su carencia fundamental es de orden afectivo. Ambos son víctimas de una sociedad con una profunda crisis de sentido de humanidad, atrapada en un materialismo frívolo, cuyos efectos son tan letales como los de las drogas, que están victimizando a nuestros jóvenes.

Estamos ante una obra testimonial de gran valor literario y pedagógico. Por su valor literario conmueve las fibras emocionales y corporales más profundas y sensibles; una narración cálida por lo dramática, con algunos jirones casi surrealistas, atrapa al lector para una lectura fluida que se degusta. Como recurso pedagógico, desafía a impulsar un modelo educativo que propicie el fortalecimiento de los vínculos afectivos y la convivencia fraterna y solidaria. Asimismo, preparar mejor a nuestros jóvenes para comprender y sopesar las consecuencias dolorosas y destructivas a que induce el consumo de las drogas. Ojalá, esta obra sea recomendada por el Ministerio de Educación Pública para su lectura, en todos los colegios del país.

Reiteramos que es de celebrar su publicación, casi como un acontecimiento providencial y, sin duda, esperanzador, para un país en donde no podemos seguir perdiendo las nuevas generaciones, por falta de oportunidades. Asimismo, el reconocimiento a su autor, Maynor Sánchez Alvarado, por su osadía de emprender y concluir con éxito la creación de esta novela, en condiciones que le exigieron más que voluntad: sangre, sudor y lágrimas.

La presentación de esta novela se llevará a cabo en la Benemérita Biblioteca Nacional el día 9 de mayo a las 2 p.m.

América Latina: las implicancias de EEUU en Ecuador

Pablo Ruiz*

Las imágenes vistas en Ecuador, en enero pasado, en que un grupo de encapuchados armados se tomaron un canal de televisión fueron impactantes, sin la menor duda. Los grupos criminales, vinculados al narcotráfico, siguen en aumento en Ecuador y en tantos de nuestros países de América Latina impulsados por el rentable negocio de la droga que se consume, en su gran mayoría, en los Estados Unidos y Europa. 

Paralelamente, durante la última década, Ecuador nuevamente está siendo tomado por el gobierno de los mismos Estados Unidos que bajo la bandera del narcotráfico ahora, incluso, ha anunciado un nuevo plan de seguridad de cinco años para Ecuador. 

Es necesario recordar que la fuerte presencia militar de Estados Unidos en Colombia y Perú, los mayores productores de cocaína a nivel mundial, y su lucha contra el narcotráfico, dirigida por el Comando Sur y otras agencias, ha sido un rotundo fracaso en esos países y lo seguirá siendo también en Ecuador. 

Mientras en los Estados Unidos, el principal consumidor de drogas a nivel mundial, no erradiquen las causas profundas que originan la demanda y no se desmonte la red de corrupción y tráfico que existe en los mismos EEUU -la que permite que la droga se comercialice- el negocio de la droga no podrá ser derrotado y los grupos criminales, al contrario, seguirán en aumento convirtiendo nuestras naciones en “estados fallidos” y excelentes compradores de sistemas y armas del Complejo Militar Industrial estadounidense. Buen negocio para ellos, por donde se les mire. 

Entonces la agenda de militarización que Estados Unidos está imponiendo en nuestro continente cada vez más sólo servirá para el control geopolítico de nuestras naciones, mantener la dependencia, e intentar alinearnos con sus políticas guerreristas.

Recapitulemos. A los pocos días de los hechos de violencia en Ecuador, la jefa del Comando Sur de los Estados Unidos (SOUTHCOM), la General Laura Richardson, y el Asesor Presidencial Especial para las Américas, Christopher Dodd, visitaron el país y se reunieron con el Presidente Daniel Noboa.  

“Esta visita –señaló INFOBAE– es una muestra del apoyo de Estados Unidos al Ecuador tras el aumento de la violencia. Además de la entrega de equipamiento y financiamiento para las fuerzas del orden, los Estados Unidos han explicado que han previsto un plan de seguridad para Ecuador con duración de cinco años con base a un acuerdo de cooperación marítima firmado entre ambas naciones”. 

El apoyo estadounidense al gobierno ecuatoriano, de acuerdo a una nota de la Embajada de EEUU en Ecuador, busca “profundizar la cooperación bilateral, incluso en materia de seguridad, cooperación antidroga, migración y desarrollo económico”. 

En concreto, el gobierno estadounidense ha facilitado a Ecuador más de 20.000 chalecos antibalas, más de un millón de dólares en equipamiento de seguridad, incluyendo ambulancias y vehículos de apoyo logístico para la defensa. También, en materia de cooperación, el FBI aumentará su personal en Ecuador en apoyo a la Policía Nacional y a la Fiscalía General. También el Departamento de Seguridad Nacional de EEUU desplegará personal para apoyar el entrenamiento de la policía y la fiscalía; y la USAID aumentará el apoyo a sus programas de seguridad municipal, incluido el apoyo a las comunicaciones de crisis.  En dos palabras: Más intervención.

Involucrar a Ecuador en la guerra

Llamó la atención que la ayuda de EEUU a Ecuador, en enero pasado, llegará en el avión ucraniano Antonov An-124 al aeropuerto de Guayaquil. 

Este hecho es muy inusual. Un avión de un tercer país, más todavía de un país en guerra, como es Ucrania, trae el cargamento de EEUU a Ecuador.

Esto podría ser coherente en el escenario que muy posiblemente el verdadero motivo de la segunda visita a Ecuador de la Jefa del Comando Sur, Laura Richardson, no  fue en primer lugar la situación crítica que se vivía en Ecuador sino concretar la entrega de armas y equipamiento militar ruso, del que dispone Ecuador, anunciadas por el Presidente Daniel Noboa, al gobierno estadounidense a cambio de 200 millones de dólares en equipamiento militar “moderno” de EEUU.

 Esto explicaría el porqué de la presencia del avión ucraniano Antonov An-124 en Guayaquil. Qué mejor que enviar a Ucrania el armamento ruso directamente en un avión ucraniano y con esto saltarse las autorizaciones que posiblemente debe pedir al Congreso estadounidense cada vez más renuente a seguir brindando apoyo militar a Ucrania.

Recordemos que la generala Laura Richardson dijo, en un evento organizado por el think tank estadounidense Atlantic Council, en enero de 2023, que “Rusia tiene aliados en los gobiernos de Cuba, Venezuela y Nicaragua, pero otros seis países tienen equipamiento militar ruso. Estados Unidos está tratando de que esos seis países donen el equipamiento militar ruso a Ucrania y reemplazarlo con armamento estadounidense”.

Con esto, lamentablemente, Ecuador será el primer país de América Latina que sigue las órdenes y deseos del Comando Sur del Ejército de los Estados Unidos de enviar armas destinadas al conflicto armado que se desarrolla en Ucrania pasando por alto la neutralidad estratégica que nuestros países debieran tener de no involucrarse militarmente en ninguna guerra.  

Con esto Ecuador, pasa por alto el principio que América Latina y El Caribe es concebida como Zona de Paz violando el espíritu de la Proclama del 2014 de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, la CELAC, que este año cumple 10 años desde que se firmará en la reunión en La Habana, Cuba, y que aboga, entre otros compromisos, para que “las diferencias entre las naciones se resuelvan de forma pacífica, por la vía del diálogo y la negociación”. 

La militarización en Ecuador

No es nueva la injerencia de Estados Unidos en Ecuador. De acuerdo al sitio defensa.com ya el Comando Sur del Ejército de los Estados Unidos, en agosto de 2023, entregó donaciones por  3,1 millones dólares a las Fuerzas Armadas ecuatorianas.

De acuerdo al medio especializado, 1,1 millones de dólares fue para equipo militar; 1,3 millones de dólares para el Centro de Mantenimiento Fluvial para la Brigada de Selva 19 “Napo”; y 747.000 dólares para equipos de comunicación para la Brigada de Infantería de Marina San Lorenzo.

En septiembre de 2022, una nota de la Agencia EFE informaba que “Estados Unidos donó a Ecuador equipos militares por valor de 730.000 dólares para el control de una zona amazónica cercana a su frontera norte con Colombia, según informó en un comunicado la Embajada estadounidense en Quito”.

En septiembre de 2021, el Comando Sur y las Fuerzas Armadas de Ecuador firmaron un “memorando de entendimiento” con el objetivo de mejorar sus relaciones en materia de seguridad y defensa. El acuerdo titulado “Sistema Cooperativo de Integración de Información Situacional” busca el intercambio de datos e información lo que les permitirá a las fuerzas de Estados Unidos y Ecuador operar de mejor manera.

En el contexto de la firma del “memorando de entendimiento”, la embajada estadounidense en Quito señaló que “los Estados Unidos y el Ecuador gozan de una larga historia de cooperación en materia de seguridad centrada en temas de interés mutuo, incluida la seguridad aérea y marítima” agregando que “desde la reapertura de la Oficina de Cooperación en Seguridad en 2018, la Misión de los Estados Unidos ha entregado más de $2.8 millones en asistencia humanitaria, $1.4 millones en entrenamiento militar, y $27.7 millones en equipos y apoyo a las contrapartes ecuatorianas para combatir operaciones ilícitas y fortalecer la defensa del Ecuador”.

El artículo “Violencia y el rol de EEUU en Ecuador”, publicado en el sitio web de TELESUR, indica que “en el periodo 2021-2022 la asistencia militar de EEUU para Ecuador alcanzó los 172 millones de dólares en el marco de programas militares y antinarcóticos, convirtiéndolo en el principal receptor de asistencia militar en la región”.

Principales receptores de asistencia militar EE. UU. en América Latina y el Caribe (millones de dólares):

Fuente: Elaboración propia en base foreingassitance.gov (2023) Publicado en TELESUR

Más atrás, el 2019, el gobierno ecuatoriano firmó acuerdos con los Estados Unidos que permiten a los militares estadounidenses operar con sus aviones P-3 Orion desde las bases aéreas de Simón Bolívar y desde el aeropuerto de la Isla San Cristóbal ubicada en el archipiélago de las Islas Galápagos para combatir el narcotráfico.

El Ministro de Defensa, Oswaldo Jarrín, dijo entonces que “Galápagos es un portaaviones natural” a modo de justificar la decisión.

A todo lo anterior, Ecuador repuso sus envíos de militares para entrenarse en los EEUU en la sucesora de la Escuela de las Américas que desde el 2001 se llama Instituto del Hemisferio Occidental para la Cooperación en Seguridad (WHINSEC, por sus siglas en inglés). 

Recordemos que el Informe de la Comisión de la Verdad de Ecuador 2010, titulado “Sin Verdad, no hay Justicia”, entre sus recomendaciones señala la importancia de: “Exhortar a los ministros de Defensa Nacional y de Gobierno y Policía para que no se autorice a miembros de Fuerzas Armadas y de Policía Nacional a que asistan a cursos de formación o capacitación en escuelas o instituciones que tengan antecedentes en la enseñanza de prácticas contrarias a los derechos humanos. De manera particular, por su historial en la formación de militares y policías en América Latina vinculados en violaciones de derechos humanos: el Instituto de Cooperación para Seguridad Occidental (Western Hemisphere Institute for Security Cooperation), antes conocido como la Escuela de las Américas (United States Army School of the Americas, USARSA)”.

Recordemos que el 2012, el presidente de entonces, Rafael Correa había decidido retirar a las tropas ecuatorianas del entrenamiento en WHINSEC por las consecuencias nefastas que ha tenido el entrenamiento militar estadounidense para América Latina. Así mismo, Correa tuvo la valentía el 2009 de no renovar el Acuerdo con EEUU del uso militar de la base aérea de Manta.

Actualmente, Ecuador también participa del entrenamiento a policías, fiscales y jueces que brindan los Estados Unidos en la Academia Internacional para el Cumplimiento de la Ley (ILEA, por sus siglas en inglés) ubicada en El Salvador. Aunque algunos crean que Bukele es un anti imperialista, por algunos discursos populistas, El Salvador de Bukele está completamente al servicio de los intereses geopolíticos de los Estados Unidos.

La ILEA ha sido señalada como un instrumento ideológico de los Estados Unidos al servicio de la guerra sucia, la judicialización y criminalización de la protesta social, y la guerra jurídica, también conocida como “lawfare”, contra opositores a Washington y de las políticas neoliberales.

Privilegios e inmunidad

A todo lo anterior, en enero pasado el medio digital Primicias tituló que “Militares de Estados Unidos tendrán inmunidad y libre movilidad en Ecuador”.

El medio señala que la Corte Constitucional revisó tres acuerdos entre Ecuador y EEUU, firmados durante el gobierno de Guillermo Lasso, y, el 11 de enero pasado, les dio luz verde. 

Se trata de los acuerdos: Estatuto de las Fuerzas (SOFA, por sus siglas en inglés), Operaciones contra Actividades Marítimas Transnacionales Ilícitas, y Asistencia en Interceptación Aérea.

El “Estatuto de las Fuerzas” permitirá que los miembros de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos, empleados civiles del Departamento de Defensa, así como los contratistas estadounidenses, empresas y firmas y sus empleados “podrán estar presentes temporalmente en el territorio ecuatoriano para «visitas de buques, entrenamiento, ejercicios, actividades humanitarias».

La jefa del Comando Sur de EEUU, Laura Richardson, durante su visita 2022 a Ecuador. Foto: Southcom.

“Con el acuerdo firmado –señala el medio digital Primicias- Ecuador acepta que este personal estadounidense tenga «privilegios, exenciones e inmunidades» equivalentes a los que tiene el personal diplomático”. De otra forma, se indica que “Estados Unidos mantendrá el control disciplinario y la jurisdicción penal sobre su personal, dentro de territorio ecuatoriano”.

Sobre el acuerdo sobre actividades marítimas, se indica que las aeronaves, los buques y los vehículos operados por el Departamento de Defensa de Estados Unidos en Ecuador “podrán entrar, salir y desplazarse libremente por el territorio ecuatoriano” e “incluye la utilización del espectro radioeléctrico, para sus sistemas de comunicaciones, sin costo alguno”.

En otras palabras, con estos acuerdos se da un manto de legalidad a las operaciones militares que ya Estados Unidos ha venido desarrollando en Ecuador desde hace años. En otras palabras, Ecuador nuevamente se ha convertido en una gran base militar estadounidense, en un punto de avanzada para sus operaciones en la región.

Es lamentable que el Estado de Ecuador se siga militarizando de acuerdo a las políticas del Comando Sur del Ejército de los Estados Unidos que sigue adelante con su estrategia para que las Fuerzas Armadas y de Seguridad de América Latina sean dependientes y obedientes de los Estados Unidos dejando a un lado nuestro derecho a tener plena soberanía y completa independencia.

 

* Pablo Ruiz es periodista, editor de la Revista El Derecho de Vivir en Paz (www.derechoalapaz.org) y coordinador del Observatorio por el Cierre de la Escuela de las Américas en Chile.

https://www.derechoalapaz.com/america-latina-las-implicancias-de-eeuu-en-ecuador/

Siguen cayendo los jóvenes asesinados

José Luis Amador.

José Luis Amador

Si no los matan a balazos los mata la droga.

Este es un tema que, aunque no lo parezca tiene una vertiente cultural, relacionado con la pérdida de valor de la vida. Y las personas que estamos en el campo cultural deberíamos promover un movimiento cultural de lucha por la vida y la esperanza. Así como también se han hecho movimientos contra la guerra en centro américa, contra el SIDA contra, el cáncer de mama, contra la violencia doméstica, de igual modo hay que hacer un movimiento cultural en las Plazas, con guitarras, con poesía, con baile, con deporte. Una cruzada cultural de lucha por la paz interna por la valorización de la vida.

Nos están matando los jóvenes. Se está imponiendo la cultura del cartel y la muerte. Hay que hacer algo para promover la cultura de la paz. Hay que decir no a la muerte. Y ESTO PASA POR LA CULTURA, POR LOS VALORES, POR LA POESÍA, POR LA BELLEZA. Un joven con un revolver no puede ser mejor que un ó una joven con una guitarra, con un arado o un estetoscopio.

Propongo una cruzada de recitales, conciertos, bailes, exposiciones, por la paz y contra la violencia.

Sembremos los parques de pinturas, bailes y canciones.

NO DE MUERTOS.

Honduras, un pueblo hambriento de justicia por décadas

Por Marlin Oscar Ávila

17 de marzo de 2022

Es comprensible la alegría existente en la gran mayoría del pueblo al saber que un juez de primera instancia ha aceptado la extradición del expresidente Juan Orlando Hernández hacia el Juzgado del Sur de Nueva York, EUA, aun cuando hace falta saber sí la defensa apelará a la CSJ, quien en pleno deberá confirmar o denegar su extradición.

Lo que debemos admitir es que la clase política hondureña ha demostrado su incapacidad de resolver los asuntos medulares que han dañado cualitativamente a esta sociedad durante las últimas tres décadas, desde que el neoliberalismo se instaló para no volver a salir de este empobrecido y maltratado pueblo. Es evidente que, desde entonces, la clase política y gobernante, solamente se ha esforzado por auto beneficiarse con las mieles del poder.

Es ilusorio pensar que con la extradición del círculo que controló el poder económico, político y militar durante los últimos doce años, concentrado en el Partido Nacional, guiado por los hermanos Hernández, se terminará con la alta corrupción, el mercado de drogas y el crimen organizado en Honduras. Recordemos que fue con el expresidente Leonardo Callejas (QEPD) que se sentaron las bases de mayor corrupción nacional, cuando el líder del cartel Hernández hacía sus primeros pininos en el legislativo del Estado.

Cuando el Departamento de Estado con apoyo del secretario de la OEA, Luis Almagro, la cúpula militar y eclesial y la oligarquía terrateniente, le dio el golpe de estado a Bolivia, en noviembre del 2019, en nueve meses ese pueblo eligió nuevas autoridades, reponiendo su estado democrático al elegir con un 55.11% sus nuevas autoridades, aun contra los designios del imperio estadounidense y su oligarquía criolla. Aun ahora, continúa fortaleciendo su sistema de justicia y consolidando su democracia. Desde luego, lo menos que ese pueblo podría esperar es que el Departamento de Estado de los EUA y su sistema de justicia, le solicitara en extradición a los principales actores del golpe en Bolivia. Lo que sí ha estado esperanzado el pueblo hondureño.

En Honduras dos factores han sido claves para lograr que la correlación de fuerzas se volcara a su favor. Primero, el agotamiento del sistema de poder local dirigido por un grupo de nacionalistas mafiosos, quienes habiendo logrado persuadir a carteles internacionales de la droga, en particular colombianos y mexicanos, sin excluir a la DEA, sobre sus capacidades políticas de controlar al Estado para hacer del país un paraíso del mercado del narcotráfico internacional, contando desde luego con el beneplácito político de los gobernantes del ejecutivo de EUA. Al agotarse ese sistema frente a los intereses estadounidenses, ese sistema fue resquebrajándose hasta llegar a las últimas elecciones políticas en Honduras, en noviembre último, cuando el mismo gobierno de Joe Biden decidió no permitir fraude alguno y lograr que este sufrido y empobrecido pueblo eligiera a quien quiso, es decir, a la actual presidente Xiomara Castro, con más del 50.63% de las votaciones.

El segundo factor que favorece política y económicamente a Honduras en la actualidad es la coyuntura internacional dada la correlación de fuerzas en el mundo actual, donde hay una lucha encarnizada por el control global o el multipolar tanto en occidente como en oriente. No cabe dudas de que, desde noviembre hasta la fecha, el gobierno local ha tenido que acomodar algunas de sus piezas estratégicas, casi como una forma de sobrevivencia, dado el extremado estado de calamidad en que el narco gobierno, recién concluido, dejó la economía nacional para gobernar el país, con muy limitado poder. Aun ahora se toman decisiones desde el poder Ejecutivo sin contar con el consenso del poder legislativo y menos del Judicial, controlado por el Partido Nacional.

En esta coyuntura internacional de ganar más países adeptos a favor del gobierno de Biden, evitando que la influencia de China siga creciendo de la manera exponencial en que lo ha hecho en nuestro continente últimamente, el acercamiento del poder estadounidense al gobierno de Xiomara Castro ha sido significativo. Desde la asistencia de la vice presidente de EUA, Kamala Harris, a la toma de poder de la presidente Xiomara Castro, el 27 de enero, hasta la fecha, semanalmente, un alto funcionario de Estados Unidos de América ha llegado al despacho presidencial de Xiomara Castro, ofreciendo todo su apoyo, sea militar, político como económico, dese luego, no se publica la letra pequeña. Después de carecer de un embajador gringo, recientemente, 8 de febrero, el gobierno de Biden nominó como embajadora de su país a la Señora Laura Farnsworth, para Honduras con la misión de ayudar a fortalecer los vínculos con Taiwán.

Por ahora, se está gozando de esta buena relación. Es sabido que el estar tan cerca del gran poder de Washington, tiene sus ventajas, como sus desventajas y grandes riesgos. El arte de la política está exactamente en saber cuándo negarse a algo inconveniente para el bienestar colectivo del pueblo al cual se representa. Confiemos en que ese arte estará precisamente al momento necesario, no sea que, como hemos notado en otros puntos, como la nominación del nuevo embajador ante la OEA, se le olvide que gobierna para casi 10 millones de hondureños y debe tomar en consideración la opinión del pueblo, además de la de sus asesores.

Factores para el Crimen Organizado

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Marlin Ávila

Muchos de los males que sufre las sociedades entre Estados Unidos de Norte América y la Patagonia en cuanto a la inseguridad se deben al crimen organizado. El gran negocio del mercado de la droga y la trata de personas, además del mercado de armas son flagelos que ponen en vilo a varias sociedades. Este fenómeno criminal es utilizado de manera política por quienes quieren alcanzar propósitos de dominio frente a sectores sociales de oposición nacional y ha permitido mayor dominio militar, político y económico a quienes ven la región como su patio trasero.

¿Cuáles son los factores que más contribuyen al dinamismo de estos mercados ilícitos, con sus métodos criminales que llegan a lo inimaginable? ¿Qué requieren ellos como mínimo para lograr funcionar exitosamente?

En primer lugar, requieren de gobiernos débiles, pero armados. Los gobiernos latinoamericanos, en especial aquellos que se entregaron a los intereses de las grandes empresas nacionales e internacionales, reduciendo su protagonismo a la menor expresión, contribuyeron a que grandes extensiones de tierra se destinaran al cultivo y procesamiento de la Coca, cambiando su utilidad tradicional indígena, por la utilidad capitalista de comerciantes llegados desde el norte.

No fue hasta cuando algunos países lograron cambios importantes en el estilo y razón de gobernar que se logra revertir el proceso de utilidad de la Coca y su mercado. Aquellos gobiernos que siguen entregándose a su propia reducción en beneficio de la libre oferta y demanda, combinada con la corrupción y la impunidad es donde hay un mayor crecimiento de ese flagelo. Algunos de estos ya se han convertido en Narco Estados, como es el caso de México y posiblemente Honduras, quien va en crecimiento el hecho. Algunos como Colombia, iniciaron ese proceso, especialmente con el gobierno de Uribe, quien quiso regresar al control del gobierno, pero fracasó en las últimas elecciones. Así que la reivindicación de este gobierno, en sacudirse de los narcos está en un proceso exitoso hasta ahora. Lograr extraer esa infección le es muy doloroso a cualquier gobierno. La sangre de los honrados puede pintar algunas instancias, como sabemos bien.

El otro factor es el predominio de la propiedad privada. Si un sistema de gobierno no da prioridad a la defensa de la propiedad privada, donde éste es firme defensor de ese derecho, por sobre otros valores y derechos sociales dentro del marco de la justicia social e histórica, los capitales de los carteles no podrían generarse. Un capo no lograría acumular tantos bienes y capitales financieros, sin tener el respaldo que le dan los gobiernos dentro de una institucionalidad cooptada. Los gobiernos abanderados con el liberalismo son arduos defensores de la propiedad privada por encima de la colectiva o asociativa. Es la manera que los carteles son en bastantes casos, capaces de acumular enormes riquezas, “encubiertas” por su libertad individual de hacer negocios “lícitos”. Cuestionar la posesión de tales capitales “hechos con mucho trabajo y sacrificio de padres, abuelos e hijos” esta contra este principio. Por eso surgen de la noche a la mañana grandes negocios, casinos, clubs, centros turísticos, zoológicos, haciendas, con mucho lujo pero, en muchos casos, sin suficiente clientela o producción. Los carteles compran propiedades de comunidades indígenas, de garífunas, cooperativas, comunitarias o ejidales, no importa, la oferta de ellos es grande, no solamente en capital, pero en acciones de chantaje, de soborno y represión.

Un tercer factor muy importante para que el sistema de mercado ilícito de la droga y personas funcionen, es la libertad individual y empresarial que exige la no intervención del Estado en lo económico, social organizativo y de movilización. El Estado no debe intervenir en la dinámica comercial, el mercado se debe regir solo, por la oferta y la demanda. Así fluyen los estupefacientes y las personas en los corredores internacionales hasta llegar al mejor postor: el mercado de la sociedad norteamericana. Algunos dirán, pero si hay fuertes obstáculos en ese trayecto interpuestos por los gobiernos… sí y no. Algunos carteles tienen más obstáculos que otros, dependiendo cuanto han enmasillado a las instituciones responsables con capas de corrupción y funcionarios asociados en el negocio ilícito que están en el camino, incluyendo a funcionarios en el país de mayor destino. Uno de los sistemas exitosos en esto son las instituciones financieras. Hay redes completas que si no fuera por el lavado de activos, ya hubiesen cerrado el negocio por quiebra. La pregunta que muchos se hacen es, cómo es que los bancos centrales y las flamantes y poderosas Comisiones de Banca y Seguros no descubren esos enormes flujos y la respuesta no parece ser tan difícil, ¡verdad!

Si no fuese por esta libertad, no habría tanta concentración de capital en algunas pocas familias. Para eso es que se exige mucha libertad y la menor intervención de los gobiernos. Los precios y subsidios se manejan en el libre mercado. A veces es bueno que intervenga de manera fuerte por parte de las fuerzas represivas y judiciales del Estado, como cuando un cartel tiene suficiente influencia en las estructuras institucionales se le puede exigir que reprima a los carteles que son de su competencia internacional y nacional. Así ganan ambos. El gobernante se luce como libertador del crimen organizado y uno o dos carteles se empoderan de los territorios de los otros.

Pero un factor que no debe fallar es el del predominio comercial o de mercado. Se trata de que los gobiernos no intervengan más que para fortalecerlo. Por ejemplo, evitar el flujo del mercado humano solamente debe hacerse de manera paliativa. La asistencia social a las familias y la ayuda inmediata son necesarias, especialmente cuando los mercaderes o coyotes se develan de manera muy obvia y sus crímenes son condenados en la opinión pública. Pero llegar a realizar cambios estructurales en el sistema económico para redistribuir los ingresos nacionales de manera que se reduzca significativamente la pobreza y miseria no debe ser en serio. Eso va contra los principios del neo capitalismo salvaje existente, contra el libre mercado, donde el lucro individual esta por encima de los derechos humanos. Eso reduciría la concentración de capitales en pocas familias y llevaría a un estado de real democracia, que no favorece los grandes negocios del narco tráfico y la trata de humanos empobrecidos y fustigados por la inseguridad nacional y regional.

Desde luego, se acepta que exista el orden público, ejércitos eficaces y profesionalizados, en defensa del sistema predominante y sus protagonistas políticos, e incluso, hay casos en defensa de algunos poderosos capos; es importante el control de los medios de información para que des-informen; hay que endurar las leyes que permiten movilizarse a las organizaciones civiles y colectivas; se requiere liberalizar las empresas e instituciones para que salgan bajos sus costos, sin pagar derechos laborales, impuestos y demás obligaciones sociales; el gobierno debe garantizar la inversión privada para lograr más mercado, no importa de qué, con menos gobierno que defienda derechos ciudadanos, se tiene mayor libertad empresarial e individual. Incluso, las iniciativas de zonas libres, son excelentes para crear santuarios de esas famosas organizaciones criminales, puesto que podrían invertir lo que deben lavar y controlar su política y su economía. Invertir en industria, en minería, turismo y otros negocios lícitos y prósperos. Una cobertura excelente.

Es con este modelo, con estos factores que el mercado de estupefacientes, comercio de humanos, utilización mercantil de la niñez, de las mujeres y hombres hambrientos de justicia social, nadan como bañistas expertos los comandos del crimen organizado.

 

Enviado a SURCOS por el autor.

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