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Etiqueta: emisiones de gases

Espectacularización del activismo ambiental: una reproducción del problema

Por Ana María López Ulate, Marget Martínez y Matthías Pelz Seyfarth
Estudiantes de Geografía, Universidad de Costa Rica
01 octubre, 2022

La cuenca del río Grande de Tárcoles drena una parte importante del agua del Gran Área Metropolitana (GAM) que fluye en dirección suroeste hasta desembocar en el océano Pacífico, junto con una parte importante de los desechos que ahí se producen. El volumen de estos desechos drenados en esta cuenca le ganaron el título de la más contaminada de Centroamérica.

Una parte de estos desechos terminan depositados en la playa Guacalillo, al norte de la desembocadura del río Grande de Tárcoles. Esto ha convertido a esta playa en un escenario de repetidas jornadas de recolección de basura que llevan a cabo organizaciones no-gubernamentales (ONG) ambientalistas y empresas privadas en el marco de sus actividades de “responsabilidad social corporativa”, entre otras organizaciones y actores.

Dichas jornadas son siempre documentadas y publicadas en forma de fotografías, videos e historias en redes sociales por las mismas organizaciones mencionadas y las personas asistentes en sus perfiles personales. Cualquiera que haya asistido a actividades de este tipo puede confirmar, de alguna manera u otra, la posición central que ocupa el espectáculo en estas.

Este carácter de espectáculo impregna el resto del activismo ambientalista en Costa Rica y el mundo, y tiene sus orígenes en la conceptualización y abordaje reduccionistas de la crisis ambiental, en tanto se reducen sus causas a un exceso de emisiones de gases de efecto invernadero; el más emblemático y espectacular de todos siendo el dióxido de carbono (CO2). Así, el deseo de un futuro ambientalmente estable se articula en torno al deseo de reducir las emisiones de CO2.

Como vemos, Costa Rica no escapa de este activismo ambientalista institucionalizado. Actualmente vemos la organización de cumbres para hablar sobre el cambio climático, donde el tema principal sigue siendo la emisión de gases. Lo cual es de importancia, pero puede reflejar lo poco que se abarca el carácter geopolítico de la crisis. Dejando de lado la incidencia que ha tenido la modernidad capitalista en la estructura de las relaciones sociales y la contribución que este factor ha hecho respecto a la crisis.

Por otro lado, también han surgido diversos grupos organizados que se dedican a concienciar a la población civil acerca de: gestión de residuos, producción y consumo de manera responsable, protección de ecosistemas, entre otros. Pero nos ha sido imposible ignorar el hecho de que muchos de ellos son dirigidos por organizaciones no gubernamentales más grandes, las cuales cuentan con una agenda ya establecida enfocada en los puntos mencionados anteriormente. Lo cual intenta contribuir de manera positiva a la mitigación de la crisis; pero si sumamos el hecho referente al espectáculo mencionado al inicio de este artículo, nos hace preguntarnos si de verdad contribuye a un cambio o sigue siendo similar a lo que se ha visto por años.

Ese deseo colectivo de un presente y un futuro sin calentamiento global se vuelca también a un accionar individual neurótico respecto a crisis. Mediante todo tipo de injerencias, se busca obsesivamente reducir estos gases de efecto invernadero. La gobernanza climática incentiva estos comportamientos, cuyo abordaje se basa en la adaptación y mitigación del cambio climático, con soluciones meramente técnicas, sin que se problematicen las relaciones desiguales de poder producidas por la antes mencionada estructuración moderna capitalista de la sociedad.

La presión por hacer y repetir lo que se consideran actos loables, se vuelve demandante e incómoda. Se cae en cuenta de que en realidad, estos accionares individuales no están resolviendo la magnitud planetaria del problema. Esto contribuye a un sentimiento de futilidad y pérdida de confianza frente a la validez de esas respuestas que se están dando de manera individual, y se desvía toda la atención del problema a los tomadores de decisiones y la comunidad científica.

Cabe entonces reflexionar sobre esta manera de actuar, y qué tanto se está aportando para sobrellevar un problema de tipo estructural. El activismo climático dentro del paradigma del desarrollo, para funcionar, tiene que deshacerse de todo aquello que resulta ambivalente y ambiguo, por lo que su metodología se ha basado en limitar y sistematizar la crisis. Esto no funciona porque la realidad está en constante cambio y movimiento, e incluso se ocultan realidades que son difíciles de discernir, así como límites que no resultan evidentes.

En contraposición a este paradigma, recordamos la importancia del pensamiento ecológico así como los movimientos ecologistas (no ambientalistas) como una alternativa sin pretensiones de dominar o controlar. Estos reconocen que la crisis se debe al carácter inherentemente extractivo y desigual del capitalismo y no la reducen a una crisis climática o de emisiones de carbono. Dichos movimientos resisten y apoyan luchas en defensa de los bienes comunes de toda la vida y por otras formas posibles de ser, saber y estar en el mundo, un mundo en el que esta vida no sea explotada en función de la acumulación sin fin.

Desde la Geografía comprendemos la importancia de reflexionar sobre las causas que subyacen a la crisis ecológica. Nos encontramos ante modos de producción que han moldeado la realidad como la conocemos y la forma en que entendemos el espacio, y que principalmente han agravado la degradación social y ambiental. Somos conscientes de que es necesario el cuestionamiento de lo ya establecido y que esto amerita transformación, empezando desde la propia disciplina. Nuevas geografías que trasciendan la objetivización técnico-científica y el dualismo ser humano-naturaleza son necesarias para atender las nuevas realidades propias de la era posmoderna.

Imagen: https://www.tec.ac.cr

Comunidades bribris de Talamanca piden ser territorio libre de REDD+

Zuiri Méndez y Henry Picado (*)

declaratoria territorio bribri
Foto: cortesía Red de Coordinación en Biodiversidad/Kioskos Socioambientales.

Casi 400 personas provenientes de 23 comunidades bribris se reunieron en Suretka el pasado viernes 1 de julio para evocar la lucha por la defensa del territorio de su ancestro Pa Blu Presbere, asesinado el 4 de julio de 1710.

Esta conmemoración se realiza año tras año como símbolo de lucha contra la invasión española. En esta ocasión se tenía previsto presentar públicamente la Declaratoria del Territorio Bribri Libre de REDD+.

Esta declaratoria es un mecanismo construido por las comunidades para defenderse ante la avanzada del proyecto REDD+ (Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación) sobre el territorio indígena. En marzo del 2016 el gobierno dio por terminadas las etapas de información y preconsulta para la estrategia REDD, sin que las comunidades Bribris aprobaran este proceso.

REDD+ es un proyecto impulsado en Costa Rica por el Fondo Nacional de Financiamiento Forestal (FONAFIFO), Ministerio de Ambiente y Energía (MINAE). Al mismo tiempo el Banco Mundial recauda fondos públicos y privados internacionalmente para financiar REDD+ como mecanismo de compensación de las emisiones de carbono. Este mecanismo permite que las industrias paguen permisos para contaminar, y que los causantes de la deforestación a gran escala, como la tala industrial, la expansión de monocultivos, los mega-proyectos de infraestructura, la minería, las grandes represas hidroeléctricas y, sobre todo, la agricultura industrial que se expande hacia los bosques, continúen sin restricciones.

En el territorio Bribri, las comunidades argumentan que REDD+ no sólo es una falsa solución al cambio climático, REDD+ también representa una grave amenaza para las comunidades que dependen de los bosques, ya que limitan su uso tradicional basado en el cultivo itinerante, la recolección, prácticas de subsistencia que han realizado las comunidades indígenas por siglos.

A la presentación de la Declaratoria del Territorio Bribri Libre de REDD+, asistieron casi 400 personas. Fue en las instalaciones de Asociación de Desarrollo Indígena Bribri (ADITIBRI) en Suretka. Se contabilizó la participación de integrantes de las comunidades de Kachabli, Amubli, Katsi, Dururpe, Soki, Alto Coen, Alto Urén, Alto Dúriñak, Arenal, Sepecue, Kloma, Suretka, Meleruk, Tsuiri, Watsi, Bajo Coen, Mojoncito, Yorkin, Kekoldi y Kórbita, además de la comunidad cabecar Orochico.

No son nuevos los rechazos por parte de indígenas. Desde el 2010 son múltiples las denuncias públicas de las comunidades anunciando que el proceso de REDD+ no era de buena fe; ni representaba una consulta previa, libre e informada.

Algunos de los hechos más importantes son:

  • el 29 de agosto del 2014 más de 300 personas cuestionaron ante todo el gabinete del MINAE el proceder y las implicaciones de REDD+;
  • en diciembre del 2014 presentaron su caso en el Tribunal por los Derechos de la Naturaleza en Perú;
  • el 15 de octubre del 2015 más de 400 personas fueron a casa presidencial en Zapote para solicitar al presidente Luis Guillermo Solís que terminaran las negociaciones en territorio Bribri.

Según denuncian las comunidades adversas al proyecto ninguna de estas acciones fueron tomadas en cuenta por el gobierno. En este sentido señalan que estas omisiones son antidemocráticas y violatorias de los derechos indígenas. Por eso integrantes de comunidades de Talamanca decidieron construir participativamente la declaratoria, visitando 15 comunidades del territorio y recolectando más de 300 firmas, para presentarlas al resto de comunidades del territorio el viernes 1 de julio ante la asamblea de la ADITIBRI.

La declaratoria firmada concluye de la siguiente manera:

“[…] Rechazamos cualquier protocolo de consulta, formulada con mediadores culturales, red de asociaciones, Asociación de Desarrollo Integral u otros, en participación con FONAFIFO y MINAE, ya que no contempla un proceso de buena fe, figuras tradicionales y conocimiento de los pueblos indígenas involucrados, violentando evidentemente el espíritu del convenio 169.

[…] No aceptamos los cambios de REDD+, a “REDD+ indígena” u cualquier otro nombre, ya que atropella los derechos de los pueblos en todo el proceso.

Por lo tanto, conscientemente:

Haciendo uso a nuestro derecho de la propia consulta decidimos rechazar el proyecto REDD+, su protocolo de consulta, como cualquier modificación del nombre del proyecto y declaramos el Territorio Bribri de Talamanca libre de REDD+, de la presente fecha en adelante.”

La junta directiva de la ADITIBRI fue convocada en pleno, pero no se apersonaron el número suficiente de representantes, por lo que no hubo quórum. El presidente de la asociación se comprometió a darle seguimiento a esta petitoria. Las comunidades esperan una respuesta pronta de la ADITIBRI al respecto.

(*) Este artículo fue escrito por Zuiri Méndez, de Kioscos Ambientales de la Universidad de Costa Rica y Henry Picado, de la Red de Coordinación en Biodiversidad.

 

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Acuerdo de París sobre Cambio Climático: Ecologistas piden respetar la Declaratoria Bribri

 

Información e imagen tomadas para SURCOS Digital de http://www.vocesnuestras.org/

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Acuerdo de París sobre Cambio Climático: Ecologistas piden respetar la Declaratoria Bribri

Hoy se podría votar Acuerdo de París sobre Cambio Climático

Ecologistas piden respetar la Declaratoria del Territorio Bribri Libre de REDD

Tanto Coecoceiba Amigos de la Tierra y FECON solicitaron respeto a la declaratoria histórica del pueblo Bribri de Talamanca de rechazar la “estrategia indígena a nivel nacional REDD+” que se promueve en el país como una falsa solución al cambio climático contenida en las contribuciones a la mitigación y políticas nacionales.

La declaración del pueblo Bribri es un ejercicio inédito de autodeterminación en respuesta a 8 años de avance, sin trasparencia ni consulta, por parte de diferentes gobiernos centrales, que han repartido en consultorías, talleres y estudios más de $6.7 millones de dólares para lograr convencer a los indígenas de vender sus bosques bajo el discurso de la mitigación del cambio climático [Ver informe].

REDD+ es un negocio para las consultorías: en total el gobierno de Costa Rica giró durante el proceso de creación de estrategia $121,500.00 dólares y $734,233 dólares entregados a ADI’s (Asociación de Desarrollo Indígena) para que comunicaran la estrategia (oficio DG-OF-062-2016). Sin embargo las comunidades del territorio Bribri desconocen del tema. En total el gobierno ha gastado 855,733.39 dólares en la estrategia con los territorios indígenas y a pesar de esto a las comunidades indígenas no tienen acceso cotidiano a la información.

La declaratoria que rechaza REDD+ por parte de los pueblos indígenas Bribris fue elaborada entre marzo y junio de 2016 en más de 15 comunidades del territorio, en espacios auto-organizados bajo su propio idioma y firmada por más de 300 personas. La declaratoria es contundente: “Haciendo uso a nuestro derecho de la propia consulta decidimos rechazar el proyecto REDD+, su protocolo de consulta, como cualquier modificación del nombre del proyecto y declaramos el territorio Bribri de Talamanca libre de REDD+, de la presente fecha en adelante.” Para los firmantes: “El cuido de los bosques es un derecho y deber de toda persona e institucionalidad, para el pueblo Bribri el uso de recursos naturales en medicina, vivienda, educación, espiritualidad y en la vida en toda su complejidad, son concepciones culturales y tradicionales”.

La declaratoria es producto de un largo conflicto donde las comunidades Bribris vienen rechazando que se avance en el proceso sin una consulta previa, a pesar de las negociaciones y ofrecimientos, sin tener claro las implicaciones de estos “negocios climáticos” (Ver cronología del conflicto).

¿El acuerdo de la COP 21 de París es una solución o un fraude?

Tanto la Cumbre de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, como el acuerdo final resultado de la última reunión en París, son una farsa, que no propone medidas reales, profundas y legalmente vinculantes para enfrentar el cambio climático, como ha señalado COECOCEIBA Amigos de la Tierra Costa Rica, advirtiendo que el deterioro ambiental, causado por las emisiones de gases que generan principalmente los países industrializados, no disminuirá si no se toman medidas mucho más radicales.

El mismo acuerdo de París lo reconoce en el punto diecisiete del capítulo dos. Dice lo siguiente: “Observa con preocupación que los niveles estimados de las emisiones segregadas de gases de efecto invernadero en 2025 y 2030 resultantes de las contribuciones previstas… no son compatibles con los escenarios de dos grados centígrados”. O sea, las reducciones previstas determinadas a nivel nacional (INDCs por su acrónimo en inglés), que representan el aporte que cada país estaría en capacidad de hacer a un nuevo régimen climático global post 2020, no son suficientes para evitar un escenario de aumento de la temperatura de dos grados. Ya llegamos a un aumento de un grado centígrado promedio, con las consecuencias ambientales y sociales que esto traerá.

Oilwatch internacional señala que para lograr esto y para que en el 2100 no lleguemos a un máximo de dos grados centígrados de aumento de temperatura a nivel mundial promedio, deberíamos dejar en el subsuelo al menos las dos terceras partes de las reservas conocidas de petróleo, gas y carbón.

Para el caso de Costa Rica la farsa resulta muy clara, ya que la política de Costa Rica ha permitido que este año aumentara en un 6% la importación de combustibles, importación y quema de combustibles y sesenta mil vehículos más en las calles, mientras que nuestra matriz energética depende en un 70 % de petróleo (el 60% lo consume el sector transporte) y el consumo total representa una factura petrolera del 4,5% del PIB. La contradicción con el mito “Costa Rica es un país de energías limpias” fue señalado en el Informe Estado de la Nación (2012). Esto no es sostenible ni renovable.

Además ha instrumentalizado mecanismos para que el sector financiero siga obteniendo mayores beneficios que les permitirá vender productos o servicios bajo una máscara verde. Es el ejemplo de la política de Carbono Neutralidad para el año 2021, de la estrategia REDD y un incipiente pero en camino Mercado de Carbono (es de los primeros en un país en desarrollo como Costa Rica) y el cual sería el espacio donde se podrá comprar y vender créditos de carbono, que podrán ser utilizados por las empresas para compensar sus actividades contaminantes.

Es de trascendental importancia implementar acciones para combatir el cambio climático, incluyendo a las comunidades campesinas y Pueblos Indígenas para construir una visión crítica común para que sean los propios actores quienes tomen las decisiones sobre lo que puede o no pasar en su territorio, y apoyar propuestas para la defensa y la recuperación de los bienes comunes, que impliquen el respeto de los derechos de estas comunidades.

 

Informes: Mariana Porras, Coecoceiba Amigos de la Tierra, tel. 8302 2360, mariana@coecoceiba.org y Mauricio Álvarez, FECON, tel. 88709165, presidencia@feconcr.org

Declaratoria del Territorio Bribri http://www.feconcr.org/doc/Territorio%20bribri%20libre%20de%20redd%2B.pdf

Cronología del conflicto por Redd+ http://www.feconcr.org/doc/CronologiaREDD%2BCR.pdf

 

-También lea:

Día pueblos indígenas: Por la autonomía y la autodeterminación en la defensa del Territorio

 

*Imagen con fines ilustrativos.

Enviado a SURCOS Digital por FECON.

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