Ir al contenido principal

Etiqueta: energía renovable

Hidrógeno Verde: ¿Solución doméstica para los residuos orgánicos?

Kevin Riley
Ingeniero Ambiental

Avanzando hacia la transición energética

La búsqueda de fuentes energéticas sostenibles y con baja huella de carbono ha impulsado en los últimos años la investigación sobre el hidrógeno verde como una opción clave en la transición energética. Este combustible limpio, que solo libera vapor de agua al ser usado, se perfila como una alternativa estratégica para países que aspiran a alcanzar la neutralidad de carbono. En este contexto, resulta particularmente interesante el caso ecuatoriano estudiado por Coello-Pisco et al. (2024), quienes demostraron que los residuos orgánicos urbanos pueden transformarse en una fuente viable de energía mediante procesos biológicos que producen hidrógeno verde.

En Ecuador, el estudio de se analizó los residuos intradomiciliarios de 286 hogares urbanos, determinando que los residuos alimentarios y vegetales tienen un potencial energético elevado. Los resultados mostraron que el 80,74 % de esa biomasa puede utilizarse para producir hidrógeno verde (Coello-Pisco et al., 2024).

Costa Rica, por su parte, genera una alta proporción de residuos orgánicos, lo cual se posiciona como una oportunidad para generar este combustible limpio y avanzar en la Estrategia Nacional de Hidrógeno Verde 2023 del Ministerio de Ambiente y Energía para avanzar hacia una economía descarbonizada. De acuerdo con el informe nacional de residuos ordinarios, Costa Rica generó en 2021 alrededor de 41 394 693,4 toneladas de residuos orgánicos destinados para compostaje (Ministerio de Salud y MINAE, 2023). Sin embargo, únicamente 2 360 379 toneladas de estos residuos se destinaron realmente al compostaje, lo que representa un 5.70% aproximadamente, es decir, casi un 95% de los residuos orgánicos destinados al compostaje no fueron valorizados. Esta biomasa en lugar de generar emisiones podría transformarse, al igual que en Ecuador, en hidrógeno verde. Integrar este aprovechamiento dentro de las metas nacionales de descarbonización permitiría a Costa Rica fortalecer su independencia energética y reducir las emisiones derivadas de la gestión inadecuada de residuos.

La Estrategia Nacional de Hidrógeno Verde de Costa Rica (MINAE, 2023) proyecta una demanda de entre 18 y 20 kilotoneladas anuales de hidrógeno para 2030 y hasta 420 kilotoneladas para 2050, con un 89% y 91 % destinado al transporte respectivamente. Estas cifras reflejan una visión clara: transformar la matriz energética nacional mediante combustibles limpios. El aprovechamiento de residuos orgánicos aporta un doble beneficio: genera energía renovable y soluciona el problema de gestión de desechos orgánicos. Así, cada kilogramo de residuos orgánicos podría convertirse en una fracción de la energía limpia necesaria para sostener la vida urbana moderna mediante baterías verdes o cocción doméstica.

La obtención de hidrógeno verde a partir de residuos orgánicos puede analizarse como un ejemplo de desmaterialización de la economía, ya que propone reducir el uso de recursos nuevos mediante el aprovechamiento de residuos ya existentes, alineándose también a criterios prácticos de sustentabilidad, como la eficiencia energética, y siendo también un ejemplo de moderación y reciclaje, al reincorporar la biomasa a un ciclo económico y prolongando su vida útil para evitar presiones en el ecosistema por extracción de recursos o disposición final de residuos.

Figura 1. Fuente: International Journal of Hydrogen Energy

Este tipo de iniciativas refleja un compromiso ético con las generaciones futuras, al promover energías menos contaminantes y más resiliente frente a los límites ecológicos del planeta. La equidad entre generaciones es un principio esencial de sustentabilidad, satisfacer las necesidades actuales sin comprometer la capacidad de los ecosistemas para sostener la vida de futuras generaciones, no solo humanas sino de demás organismos

En definitiva, la experiencia ecuatoriana demuestra que la biomasa urbana posee un alto potencial energético para hidrógeno verde, que combinada con políticas públicas como las que Costa Rica busca implementar en tema de descarbonización, podría generar una transformación cultural, un paso hacia una economía amigable que reconoce que el progreso auténtico debe regenerar, y no agotar los ciclos de vida del planeta.

Referencias

Alinejad, Z., Parham, N., Tawalbeh, M., Al-Othman, A., & Almomani, F. (2025). Progress in green hydrogen production and innovative materials for fuel cells: A pathway towards sustainable energy solutions. International Journal of Hydrogen Energy, 50, 1078-1094. https://doi.org/10.1016/j.ijhydene.2024.09.153

Coello-Pisco, S., Rodríguez-Gómez, B., González-Cañizalez, Y., & Manrique-Suárez, R. (2024). Hidrógeno verde como recurso energético sostenible a través de la energía de la biomasa urbana. FIGEMPA: Investigación y Desarrollo, 18(2), 89–100. https://doi.org/10.29166/revfig.v18i2.6799

Ministerio de Ambiente y Energía (MINAE). (2023). Estrategia Nacional de Hidrógeno Verde de Costa Rica. Gobierno de Costa Rica. https://minae.go.cr/energia/Estrategia-Nacional-de-H2-Verde-Costa-Rica.pdf

Ministerio de Salud & Ministerio de Ambiente y Energía (MINAE). (2023). Informe Nacional de Residuos Ordinarios de Costa Rica. Gobierno de Costa Rica. https://www.ministeriodesalud.go.cr/separayvenceras/img/Linea-base-GIR-Taller-6-de-diciembre%202022.pdf

Guatemala: energías renovables que cambian vidas en las comunidades rurales

En su episodio más reciente, la radiorevista AgroEnlace presenta el Proyecto “Energía Rural”, impulsado por el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) con apoyo del programa ARAUCLIMA de la Agencia Española de Cooperación Internacional, y cómo su implementación ha transformado la vida de familias en condiciones de alta vulnerabilidad mediante el uso de tecnologías renovables y eficientes, adaptadas a las necesidades locales.

Desarrollado entre 2022 y 2024 en Guatemala, Costa Rica, Bolivia y Colombia, el proyecto ejecutó 32 iniciativas demostrativas en eficiencia energética y energías limpias, específicamente energía solar, en conjunto con organizaciones de base comunal. En Guatemala, particularmente, se ejecutó con el acompañamiento de ASORECH y ASEDECHI, organizaciones comunitarias con amplia trayectoria.

Las tecnologías instaladas fueron aplicadas a múltiples usos: secado de granos, procesamiento de productos con molinos eléctricos, abastecimiento de agua con bombas de energía solar, riego con goteo, iluminación domiciliar, estufas eficientes y sistemas conectados a la red eléctrica. Todo esto con la participación de asociaciones mixtas, organizaciones de mujeres, cooperativas agrícolas, comités de agua y Centros de Aprendizaje para el Desarrollo Rural (CADER) de las zonas de Chiquimula y Quezaltepeque.

El impacto del proyecto se evidencia en los testimonios de quienes han incorporado estas soluciones en su vida cotidiana:

  • Franklin Michos, productor de la cooperativa CASVACHI en Chiquimula, explicó cómo el bombeo solar, sin requerir el uso de bombas de combustible, permitió producir forraje y ensilar maíz, incluso en la época más seca, aumentando el rendimiento agrícola de la cooperativa de 10 a 30 toneladas por manzana y generando un ahorro mensual de casi mil quetzales, equivalentes a 65.700 colones.

  • Francisca Cruz, agricultora del CADER de Chiramay, relató cómo la instalación de un pozo artesanal impulsado por una bomba sumergible potenciada con energía solar les permite obtener agua de forma más sencilla, para regar las hortalizas y contar con agua para otras necesidades cotidianas. “Ya no jalamos el agua de lejos… ahora tenemos un buen cambio para poder nosotros estar felices con todo el beneficio que tenemos del proyecto”, afirmó.

  • Walter Nehemías Julián Méndez, gerente de la Cooperativa Agrícola Integral Cafetales R.L., detalló cómo la instalación de 5 paneles solares conectados a la red eléctrica de la cooperativa les permitió estabilizar el servicio eléctrico de su planta empacadora y reducir costos en más de 800 quetzales mensuales, equivalentes a 52.500 colones.

  • René Agustín, tesorero del Comité de Preconstrucción, Operación y Mantenimiento de Agua Potable en Ipala, explicó que los paneles solares solucionaron los problemas de voltaje que dejaban las bombas sin funcionar, garantizando ahora un abastecimiento constante y un ahorro económico considerable.

  • En el caso de la Asociación de Mujeres Olopenses (AMO), compuesta por más de 370 socias, la instalación de sistemas de iluminación solar en hogares de mujeres que nunca habían tenido electricidad representó un cambio radical. “Ya no íbamos a estar en lo oscuro”, relataron Mirna Leyva y Olga Romero, destacando también el valor de las capacitaciones en mantenimiento que acompañaron la instalación.

El IICA destacó que este tipo de experiencias demuestran que las comunidades rurales pueden ser protagonistas en la innovación agrícola y energética, para enfrentar en mejores condiciones la variabilidad climática. Por esta razón, actualmente la institución gestiona nuevos fondos con actores cooperantes para ampliar el alcance del proyecto y beneficiar a más personas en zonas aún no cubiertas.

Si desea escuchar el programa completo, puede visitar el siguiente enlace: https://n9.cl/78qlt. Asimismo, si gusta leer la versión escrita del episodio, puede acceder al siguiente enlace: https://n9.cl/56c3g

Fotos: Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA).