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Etiqueta: equidad

UCR: Estudiantes de la zona Sur y territorios indígenas enfrentaron la prueba de admisión preparados para tener éxito

Estudiantes del Colegio Finca Naranjo, ubicado en la localidad de Laurel, Puntarenas realizaron prácticas de forma grupal.

Equidad

El proyecto “Preparándonos para la prueba de admisión de la UCR: colegios públicos con bajo ingreso de la Universidad de Costa Rica” llegó en el 2022 a 12 colegios de la zona Sur.

Este jueves 1 de diciembre, miles de estudiantes de todo el país podrán obtener el resultado de Las pruebas de admisión a la Universidad de Costa Rica (UCR). Entre ellos, estudiantes de colegios públicos de la zona Sur, incluyendo territorios indígenas, quienes tienen este año la esperanza de ingresar a la universidad más prestigiosa del país, gracias al apoyo que tuvieron para prepararse.

Jóvenes de los colegios de Abrojo Montezuma, Alto Comte, Buenos Aires, Finca Naranjo, La Casona, Pacífico Sur, Salitre, San Rafael, Santa Rosa, Térraba, Villa Hermosa y Yolanda Oreamuno participaron en el proyecto “Preparándonos para la prueba de admisión de la UCR: colegios públicos con bajo ingreso de la Universidad de Costa Rica” que se desarrolló durante el 2022 en dichas localidades.

Esta iniciativa del Instituto de Investigaciones Psicológicas (IIP), que contó con la colaboración Sede del Sur y Escuela de Orientación y Educación Especial tiene como meta aumentar las probabilidades de ingreso a la UCR de estudiantes de colegios públicos académicos diurnos, con bajos porcentajes de ingreso a la Universidad, por medio de la capacitación a los docentes para que prepararan a sus estudiantes para la prueba.

La prueba de aptitud académica (PAA) busca evaluar habilidades y no contenidos curriculares. Debe considerarse que estas pruebas no son iguales a los exámenes que los y las estudiantes realizan habitualmente en los colegios. Por eso, es necesario que los estudiantes se preparen de manera diferente.

¿En qué consiste el proyecto?

Se trata de un proceso de formación de seis sesiones, diseñado por la profesora Susan Francis, orientado a la resolución de problemas en el contexto de la ejecución de pruebas estandarizadas de habilidades. Para ello, se capacitan dos docentes por colegio que luego llevan a cabo, en sus instituciones, una preparación específica para la prueba de admisión de la UCR con sus estudiantes.

Jóvenes del Liceo Rural de Abrojo tomaron la Prueba de Aptitud Académica este año.

¿Qué incluye la preparación? Se explica qué es una prueba de admisión, qué se necesita saber para resolverla y cómo se puede resolver. Se trabaja con tres estrategias de resolución de la prueba: observar al contexto, lectura comprensiva y asegurar las respuestas. Finalmente, se realizan prácticas con diferentes pruebas en forma individual y grupal.

También se incluye un módulo de Orientación general a la UCR que desarrolló inicialmente el Centro de Orientación Vocacional (COVO) y actualmente está a cargo de las profesoras Viria Ureña y Karla Arroyo, con el apoyo de la Escuela de Orientación y Educación Especial (Carrera de Orientación).

Jais Obando Morales
Jais Obando Morales, profesor del Liceo Rural Salitre, comparte su experiencia en el proyecto “Preparándonos para la prueba de admisión de la UCR: colegios públicos con bajo ingreso de la Universidad de Costa Rica” que se desarrolló durante el 2022 en la zona Sur. Esta iniciativa del Instituto de Investigaciones Psicológicas (IIP) contó con la colaboración Sede del Sur y Escuela de Orientación y Educación Especial.

Más oportunidades

Los estudiantes de los colegios ubicados en los territorios indígenas se enfrentan a desventajas como las largas distancias, el difícil acceso, la falta de conectividad y las diferencias culturales, por lo que resultan con bajos porcentajes de ingreso a la Universidad. Estos colegios suelen ubicarse en la lista de Admisión Diferida de la UCR, en los que un 15 % o menos del alumnado que realizó la Prueba de Aptitud Académica (PAA) fue admitido.

El mecanismo de “Admisión Diferida para promover la equidad”, ofrece una segunda oportunidad de admisión para los jóvenes de estos colegios. Sin embargo, para la profesora M.Sc. Georgina Morera de la Sede del Sur, es muy necesario que la institución realice mayores esfuerzos por llegar hasta las comunidades y facilitar su acceso a la educación superior.

En la Sede del Sur se ha conformado un equipo liderado por Morera, que asumirá, a partir del año 2023, y de manera permanente, la capacitación en los colegios bajo su rango de influencia geográfica, brindándole así la necesaria sostenibilidad al proyecto en dicha zona.

Este proyecto inició en 2017 con colegios del Gran Área Metropolitana (GAM) y hasta el 2021 abarcó un total de 60 instituciones y 120 docentes de la GAM. En 2022 llegó a 12 colegios de la zona Sur y para el año 2023 se propone la extensión del proyecto a 4 de las 6 sedes regionales de la UCR (Guanacaste, Pacífico, Occidente, Del Sur).

Georgina Morera, docente de la Sede del Sur
La M.Sc. Georgina Morera, docente de la Sede del Sur impulsa el proyecto “Preparándonos para la prueba de admisión de la UCR: colegios públicos con bajo ingreso de la Universidad de Costa Rica” que se desarrolló durante el 2022 en los colegios de la zona Sur.

 

Katzy O`neal Coto
Periodista, Oficina de Divulgación e Información, UCR

La mayor desigualdad, retroceso en equidad y un país partido, los hallazgos del informe 2022 del Estado de la Nación y lo peor los hemos “normalizado”

German Masís Morales

Nuevamente, el informe 2022 del Estado de la Nación, nos alerta sobre hallazgos que de alguna manera hemos conocido en informes anteriores, mediante estadísticas de pobreza y empleo del INEC o en estudios de entidades de investigación de las Universidades, pero que los medios de prensa han vuelto a destacar en esta ocasión.

Titulares como que Costa Rica tuvo en 2021 la mayor desigualdad en los últimos 35 años, Desigualdad llega a su peor nivel desde 1987, Costa Rica se nos está partiendo y Miles de hogares condenados a salir y regresar a la pobreza, revelan los hallazgos recientes del informe, ante lo que nos preguntamos que ha hecho y que está haciendo el Estado y la sociedad costarricense, para revertir esa condición de desigualdad que es ya una característica que incluso nos distingue a nivel internacional.

Reconocer que el país profundizó los rezagos sociales y económicos en la última década, que hay una parte de la población que goza de mucho bienestar, mientras un grupo cada vez numeroso está excluido de servicios esenciales, como educación, trabajo y empleo de calidad, que la alta inestabilidad de ingresos y empleos temporales es la causa de la entrada y la salida de miles de hogares de la pobreza y que la región Brunca fue nuevamente la más pobre, son hallazgos que ya no nos sorprenden, por reiterados, pero que debiera llamarnos a una profunda reflexión sobre las múltiples desigualdades, de ingreso, de riqueza, de patrimonio, de oportunidades, de género, étnicas, de capacidades, de acceso a la educación, a la salud, a la tecnología y territoriales, que existen y que reproducimos permanentemente.

En varias ocasiones, hemos analizado y presentado en estas páginas, en concordancia con el Estado de la Nación, aportes sobre la pobreza en el 2021: la zona rural y las regiones Brunca, huetar Caribe y Norte con las peores condiciones, el índice de desarrollo humano cantonal: la realidad de las desigualdades regionales, las zonas costeras, fronterizas y rurales, nuevamente las de menor desarrollo humano, impulsar el desarrollo de las regiones periféricas o continuar con el Gamcentrismo, el reto impostergable, los programas gubernamentales de desarrollo regional, esfuerzos parciales y limitados frente a las persistentes desigualdades, en los que se hace referencia a todas esas fuentes de desigualdad.

La pobreza por ingresos insuficientes se mantuvo en un 23% y la pobreza extrema en 6.4% y representa casi 400 mil hogares(399.439) y 1,329.757 personas que están en pobreza total y 110.831 hogares y 393.385 en pobreza extrema, mientras que cerca de un 10% de los hogares se encuentran constantemente en riesgo de caer en pobreza o son muy vulnerables, especialmente en las regiones periféricas, Brunca, Huetar Caribe y Norte y Pacífico Central, en las que la pobreza supera el 30% de la población, no obstante ya escuchamos todos esos datos sin inmutarnos.

Porque la desigualdad y la pobreza, también se observa en el paisaje, sólo tenemos que mirar las diferencias en el acceso a la vivienda, a la educación, a la salud y a la tecnología, los grandes condominios y residenciales de alto costo, frente al crecimiento de barrios marginales, en las ciudades y las costas, los grandes centros comerciales, los colegios y hospitales de alto costo y la infraestructura de educación y salud pública deteriorándose, es decir es “un país partido”, pero lo hemos “normalizado”, probablemente debido a que hay “ganadores y perdedores”, como dice el Presidente.

Las personas no son el problema, sino la solución

José Luis Pacheco Murillo

Hace 11 años el mundo alcanzó los 7.000 millones de personas y el próximo 15 noviembre superará los 8.000 millones, anunció el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de Naciones Unidas (ONU).

Según las últimas proyecciones de ONU habría unos 658.048.000 (658 millones) de personas en América Latina y el Caribe, lo que representa apenas la mitad de la población que poseen China y la India que cada uno supera los 1300 millones de personas.

Para algunos esta cantidad de personas representan un problema, sin embargo, lo que se debe tener claro es que nunca y bajo ninguna condición las personas somos problemas. Por su parte, Natalia Kanem, directora ejecutiva del UNFPA indicó que las personas deben ser el centro, las personas no son el problema, sino la solución, pues la experiencia ha enseñado que invertir en la gente y en sus derechos propicia sociedades más pacíficas, prósperas y sostenibles. Por esto resulta indispensable «situar la protección de los derechos y la promoción del bienestar de las personas, las familias y las comunidades en el centro de los esfuerzos”.

Es necesario que las acciones de los gobiernos se encaminen más a la protección y menos al abandono de las personas.

El tener como centro de atención las técnicas económicas y financieras para que haya mayor riqueza para unos pocos en lugar de buscar la mayor equidad posible, es lo que nos tiene como estamos, con situaciones de pobreza extrema y con tasas de desempleo nunca vistas.

No debemos de asustarnos porque hayan más personas, lo que debemos de buscar son acciones para que haya más equidad y más solidaridad.

En el mundo hay muchísimo desperdicio y es una injusticia que se tengan personas con hambre y necesidad por un lado y por el otro dejando que comida se desperdicie y se bote.

Dios quiera que los líderes mundiales tomen acción para que el ser humano, las personas, volvamos a ser el centro de atención y que los temas económicos y financieros se dirijan a brindar mejor calidad de vida para las personas. Que sean el medio y no el fin.

Necesitamos transparencia y acuerdos

José Luis Pacheco Murillo

Lo peor que nos puede pasar como país es que no haya diálogo entre quienes tienen que tomar las decisiones trascendentales para el avance y el desarrollo del país. Lo peor que nos puede pasar es que se impongan intereses mezquinos sobre los intereses que a todos nos puedan favorecer.

El hecho de que haya habido diálogo entre el presidente de la República con sus ministros y los diputados del Congreso Nacional, al menos con los jefes de fracción, independientemente de los asuntos que trataron, es un buen indicio y una esperanza sobre lo que debe prevalecer sobre los asuntos nacionales.

El país lo que requiere son acuerdos. El país lo que necesita es transparencia. El país lo que exige es menos corrupción y mayor esfuerzo por la equidad. Eso implica e implicará sacrificios de los diferentes sectores, pero es necesario que lo logremos.

Hoy estamos atentos a ver de qué manera el Ministerio de Hacienda se ponga de acuerdo en relación con el marchamo para que tengamos reglas claras.

Es necesario también el diálogo con el Poder Judicial y que se logren acuerdos que, sin faltar a la independencia de poderes, se puedan llegar a alcanzar para que la cosas funcionen de la mejor forma para bien del país.

No es tiempo de entrar en polémica o en desavenencias en razón de las diferencias que podamos tener. No importa que hayamos pasado años con lo mismo, no nos resistamos al cambio. Por lo general es bueno cambiar y eso implica ser tolerantes y aceptación de lo nuevo. Aunque quizá no nos guste al principio, al final resultará más positivo que negativo.

Dios quiera que logremos entender que solamente a través del diálogo, de los acercamientos y de las formas de comunicación serias y verdaderas es que lograremos romper amarras y permitir que las cosas fluyan.

Eso es lo que debemos promulgar y sobre eso debemos servir y trabajar. Dios quiera que lo lograremos.

“Generaciones Perdidas” en Uruguay y Costa Rica

Álvaro Vega Sánchez, sociólogo.

En un reciente programa de Alto Voltaje de Radio CRC 89.1, la exministra de Cultura señora Mimi Prado y el analista político don Fausto Amador hicieron una referencia comparativa al estilo de desarrollo de Uruguay y Costa Rica, mostrando que, para la década de 1980, mientras en Costa Rica el índice de pobreza era de 20%, en Uruguay era de 39%, y que actualmente Uruguay lo ha reducido a un 8% mientras Costa Rica lo ha incrementado en más del 20%.

Por otra parte, destacaron que en Costa Rica se inició un programa de capacitación en informática educativa y acceso a computadoras 15 años antes que Uruguay, bajo un convenio entre la Fundación “Omar Dengo” y el Ministerio de Educación Pública, sin embargo, hoy Uruguay la ha superado al contar con cobertura total de internet para estudiantes de primaria y secundaria, así como acceso a computadoras, facilitadas por el Estado, gratuitamente, a estudiantes y profesores. Efectivamente, en Uruguay ya para el año 2009 el 100% de sus estudiantes de colegios públicos poseía un dispositivo para conectarse gratis a internet desde su centro educativo. Un primer logro del plan Ceibal, una política de Estado que puso a Uruguay a la delantera en virtualidad, de tal manera que lo sembrado durante trece años evitó que la emergencia por el COVID 19 tuviese un impacto mayor en el aprendizaje de los estudiantes (https://www.elespectador.com/educacion/el-secreto-de-uruguay-para-ser-el-lider-en-educacion-virtual-en-a-latina-en-cuarentena-article/).

A finales de la década de 1980, Uruguay mostraba una población con un rostro de adultos y adultos mayores; había emigrado, a diferentes países, casi toda una generación relativamente joven -“generación perdida”-, debido a la persecución, represión y tortura a que se vieron expuestos desde la década de 1970 por los regímenes dictatoriales represivos que adherían a la denominada doctrina de seguridad nacional, y que devastaron la institucionalidad democrática de la mayoría de países de Suramérica. Por su parte, Costa Rica mostraba una “generación perdida” de estudiantes que no habían logrado concluir sus estudios secundarios, lo que contribuyó a incrementar el índice de pobreza, debido a otra forma de represión: el sometimiento a los dictados de los organismos financieros internacionales, como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, que imponían el derrotero neoliberal de menos Estado y más Mercado, cifrando esperanzas en un mercado globalizado, donde la copa del crecimiento económico una vez llena se derramaría para “bendición” de los pobres.

A diferencia de Uruguay, para los analistas citados, Costa Rica perdió el rumbo, precisamente por haber apostado a un estilo de desarrollo donde no se ha logrado articular el crecimiento económico con la integración y cohesión social, la equidad. Hoy, después del comprobado fracaso de ese estilo de desarrollo, se continúa priorizando el crecimiento económico, apelando al viejo cuento de que “no se puede hacer chocolate sin cacao”, cuando lo que sucede es que el cacao está en manos de una minoría, y así la mayoría está destinada quedarse sin chocolate.

Un ejemplo de este equivocado derrotero salta a la vista en la negociación del Fondo Especial para La Educación Superior (FEES). En un conversatorio propiciado por La Revista, el exministro de Hacienda, don Guillermo Zúñiga, señalaba que un presupuesto de gobierno expresa las prioridades del mismo; y llamaba la atención sobre la necesidad de poner a la educación en primer plano, ante el desafío que representan los acelerados procesos de cambio. Por su parte, el jurista constitucional, don Rubén Hernández, destacaba que independientemente de cuál fuese el nuevo gobierno su expectativa era que este tendría que prestarle atención especial y urgente a la educación; el “apagón educativo” sería una prioridad.

El país puede pretender jugar en primeras en calidad de vida y bienestar social. Tenemos condiciones para hacerlo, precisamente, gracias a la apuesta decidida y valiente que hicieron nuestros grandes estadistas, particularmente en el siglo pasado, por la salud y la educación, dos pilares esenciales de nuestro Estado Social de Derecho. Eso sí, se requiere retomar el rumbo fortaleciendo el régimen de seguridad social en salud y revolucionando el sistema educativo, invirtiendo más y mejor en todos sus niveles. Es decir, poner de nuevo a la educación como prioridad de una política de Estado.

Para ello, hay que renovar el pacto social ciudadano por la equidad y la solidaridad, buscar mecanismos para renegociar la deuda pública, impulsar una verdadera reforma fiscal que ponga a tributar a las grandes empresas nacionales y extranjeras y dejar de golpear el bolsillo de la clase media y de los pobres. No se debe continuar raspando la olla de estos sectores, como se pretende ahora, poniéndole impuestos al aguinaldo y al salario escolar, mientras se continúa llenando la olla de los que más tienen.

Es tiempo de dejar atrás el discurso populista de quienes llegan al poder hablando a favor de los pobres para luego gobernar a favor de los ricos. Necesitamos un gobierno de mayorías y para las mayorías. Estas mayorías están apoyando y cifrando sus esperanzas en el gobierno actual. Se le ofrece, así, una gran oportunidad para darle un nuevo rumbo a este país. Urge hacerlo para bien de la democracia y la paz social.

Ya no es posible recuperar a la “generación perdida” de los años 1980, pero sí es posible crear condiciones para no perder a una nueva generación, fuertemente golpeada por la pandemia sanitaria y las pandemias de la pobreza y la desigualdad.

De “comprarse broncas” a “armar broncas”

Álvaro Vega Sánchez, sociólogo

                Nos parece acertado que el presidente, para “ordenar la casa” o “limpiar la finca”, se esté comprando algunas broncas. Hay que hacerlo, lo exigen las circunstancias actuales si aspiramos a construir una sociedad con equidad y justicia social.  Sin embargo, cuando se continúa protegiendo a grupos de gran poder económico, no se vislumbra que se estén comprando las broncas sustantivas para los cambios estructurales que exige el país. Y más aún cuando se continúa golpeando a la institucionalidad social, garante de un Estado Social de Derecho. Más bien, lo que se hace es “armar broncas”.

                Comprarse broncas sustantivas, que signifiquen un viraje en políticas públicas para la equidad y el bienestar del pueblo, no es cuestión simplemente de sustituir a unos sectores privilegiados, como los grandes arroceros, para trasladarle el negocio a otro sector privilegiado, los grandes importadores de arroz. Comprarse la bronca, en este y otros casos, significa proteger al consumidor, regulando los precios de la canasta básica y no permitiendo que la sacrosanta ley de la competencia fije los precios, aduciendo que la misma favorece al consumidor. Lo mismo sucede con las medicinas. Ahora resulta que con un decreto que permite la libre importación de medicamentos, automáticamente, vamos a tener medicinas baratas. Eso es dar “atolillo con el dedo” o “pan y circo” al pueblo. ¿Cuándo se ha visto que el mercado es intrínsicamente tan generoso como para garantizar un equilibrio de precios en favor del consumidor? 

                Asimismo, se arman broncas cuando se ataca a las universidades públicas poniendo a pelear a los niveles educativos básicos y de secundaria con los superiores. Se compara naranjas con chayotes, al pretender justificar la reducción de los recursos a las universidades aduciendo que los niveles básicos y de secundaria atienden a más de un millón de estudiantes mientras el superior apenas alcanza más de cien mil. No hay duda que hay que invertir más y mejor en educación primaria y secundaria, pero para ello se tiene que ordenar primero la casa del MEP, comprarse la bronca, desde adentro, con la ineficiencia administrativa y, desde afuera, con los grandes evasores de impuestos y los asalta bancos y de fondos de pensiones. Y no buscar un chivo expiatorio en las universidades, que sí han sabido hacer la tarea académica con excelencia, y además han venido introduciendo correctivos, por ejemplo, en materia salarial, algo que se les continúa cobrando con mala intención. Y esto es armar broncas, porque tampoco se tocan los “salarios de lujo” de altos jerarcas de todas las instituciones del sector público.  

Cuando se busca castigar las buenas prácticas institucionales de universidades que puntean en el ranking latinoamericano de calidad, en lugar de estimularlas, por supuesto, convocándolas a introducir correctivos razonables, lo que efectivamente se hace es armar broncas. Es propio de una gestión que en lugar de dialogar para buscar consensos opta por el camino fácil del mandato autoritario.  En esta dirección, el presidente Rodrigo Chaves no se ha desmarcado de la “dictadura en democracia”, que llevaron al país a niveles insoportables de injusticia social, tanto del gobierno de Oscar Arias como del de Carlos Alvarado, y que son los causantes principales de la “muerte neurológica” de sus respectivos partidos, Liberación Nacional y Acción Ciudadana, en sus inicios inspirados en ideales social demócratas, que estos gobiernos tiraron por la borda al casarse con el neoliberalismo. Lamentablemente, don Rodrigo pareciera estar corriendo la segunda milla en esa misma dirección. Ojalá corrija el rumbo, y aprenda de los errores del PLN y el PAC, y para bien del país haga la diferencia sustantiva, sin maquillajes ni portes efectistas. Es la hora de la verdad y la coherencia.     

                Así como el presidente Rodrigo Chaves reconoce que la protección de nuestros bosques y la biodiversidad está en el ADN del costarricense, o sea, ya es un componente de nuestra identidad cultural, debería reconocer que también es parte de nuestro ADN el Estado Social de Derecho, con una institucionalidad social robusta. Optar por otros caminos es darse contra la pared, armar broncas innecesarias. Y con ello, conducir a profundizar las crisis de gobernabilidad democrática, incluida la de partidos nuevos que nacen para morir y viejos que mueren, precisamente por situarse en el camino equivocado, una vía que no es la costarricense; una vía fraguada por poderes fácticos nacionales y extranjeros que solo buscan usufructuar de un Estado débil y complaciente, al servicio de sus mezquinos intereses.

                Son apenas 100 días de gobierno.  El pueblo ha venido renovando sus esperanzas de cambio significativo. El gobierno actual, para bien del país, puede rectificar. La “dictadura en democracia” del cerco neoliberal nunca será el rumbo para garantizar una democracia solidaria, sin odios que propician el conflicto y la violencia, y con equidad y justicia social. Es hora de comprarse broncas sustantivas, y con quienes verdaderamente hay que hacerlo; no armar broncas innecesarias que agiten las aguas más de lo que ya están. Necesitamos un país que avance hacia la reactivación económica con justicia y paz social.

UCR: Voz experta: ¿Cómo impulsar las publicaciones académicas de mujeres en la Universidad de Costa Rica?

Por: ​​​​​​​Dra. Tatiana Aguiar Montealegre, directora de la Red Institucional de Formación y Evaluación Docente RIFED.

Por: ​​​​​​​Dra. Tatiana Aguiar Montealegre, directora de la Red Institucional de Formación y Evaluación Docente RIFED.

La biblioteca de Éfeso, en la actual Turquía, fue construida en el año 117 A. C. Era la tercera más grande del mundo, tal como lo muestran ocho orgullosas columnas sobre pedestales a ambos lados de la entrada. Fue (y me atrevo a decir que lo sigue siendo) una de las edificaciones más impresionantes del imperio Romano. ¡Cómo no serlo si allí descansaban más de 12.000 papiros con el conocimiento de la humanidad! Me pregunto cuántos de ellos estaban escritos por mujeres… cuestiono, además, si hemos avanzado en lo que llevamos de este siglo para lograr que las mujeres validen y publiquen en mayor cantidad sus hallazgos en las distintas áreas disciplinares.

Las diferencias abismales entre la producción académica masculina y la femenina están ampliamente documentadas (Koffi, 2021; Ludine et al., 2018; Royal Society of Chemistry, 2019; Sharma & Poole, 2018). Solo por mencionar un ejemplo, el porcentaje promedio de mujeres que publica en revistas académicas sobre Economía es solamente el 7.5% (Hengel, 2022).

La Universidad de Costa Rica (UCR) no está exenta de esta disparidad. La producción académica enviada para evaluación en Régimen Académico en los últimos 3 años se compone de un total de 6304 materiales de diverso tipo. Entre ellos, un 36% proviene de solicitudes de calificación presentadas por profesoras y el restante 64% por profesores (Comisión de Régimen Académico, 2021). El detalle puede apreciarse en el siguiente cuadro:

Comparativo interanual de la demanda de evaluación de producción académica por género y área académica

ÁREA

2019

2020

2021

Género

Total

Género

Total

Género

Total

F

M

F

M

F

M

Artes y Letras

91

206

297

28

69

97

183

123

306

Ciencias Agroalimentarias

61

74

135

41

41

82

59

72

131

Ciencias Básicas

74

223

297

16

246

262

74

223

297

Ciencias Sociales

204

335

539

171

292

463

217

323

540

Salud

209

195

404

114

147

261

197

180

377

Ingeniería

49

206

255

49

111

160

28

218

246

Estudios Generales

60

108

168

9

27

36

53

63

116

Sedes Regionales

82

241

323

55

96

151

70

154

224

Otros

30

30

60

9

20

29

36

14

78

Total general 

860

1618

2478

492

1049

1541

915

1370

22

Fuente: Comisión de Régimen Académico (2021).

¿Qué efecto tiene la publicación? Dejan constancia de avances en las disciplinas del saber y promueven nuevas reflexiones con respecto a las múltiples realidades de las que formamos parte. Las publicaciones, además, impactan de forma significativa las trayectorias académicas: “La publicación de trabajos en revistas académicas arbitradas es, y lo será de manera creciente, un elemento fundamental de juicio respecto al desempeño de los miembros de la comunidad académica” (Belcher, 2019, p. 12-13). En otras palabras, desarrollar artículos y capítulos de libros permite el ascenso en las distintas categorías que tienen las estructuras universitarias. En la UCR existen cuatro: persona instructora, adjunta, asociada y catedrática.

La brecha de género se va ampliando conforme se avanza en Régimen Académico. Por cada 5 hombres instructores hay 4 mujeres; sin embargo, esta proporción cambia en el nivel más alto: por cada 2 hombres catedráticos hay solamente 1 mujer. El detalle de la cantidad de mujeres y hombres se aprecia a continuación:

Personal docente en Régimen Académico por género y categoría activo al 22 de noviembre de 2021

Género

Instructor (a)

Adjunto (a)

Asociado (a)

Catedrático (a)

Femenino

371

84

197

161

Masculino

464

104

263

321

Total

835

188

460

482

Fuente: Comisión de Régimen Académico (2021).

Cuando se comparan con los hombres en la academia, Erin Hengel (2022) advierte que las académicas suelen tener redes de investigación de menor tamaño y sus manuscritos son evaluados con mayor rigor. Además, la autora ha encontrado evidencia de que, cuando las mujeres escriben en conjunto con sus contrapartes masculinas, se les reconocen menos méritos pues se asumen que estuvieron en posiciones asistenciales y no como gestoras centrales de la publicación.

Por otra parte, se han detectado pocas diferencias en las horas en que hombres y mujeres necesitan para llevar a cabo una publicación; sin embargo, hay evidencias claras de que son los académicos varones quienes tienen concluyen con mayor frecuencia sus manuscritos y los envían a las revistas para publicación (Ceci et al., 2014).

El tema me atraviesa no solamente porque soy mujer, también soy docente e investigadora. Escribir textos académicos es un proceso que implica articulaciones entre conocimiento y experiencia. Se hace a puerta cerrada. Quizás por eso, las personas imaginan que es sencillo, automático y, sobre todo, rápido. Nadie podría haber sintetizado mejor el temor que se tiene a hablar de lo que realmente sucede cuando se escribe que Wendy Laura Belcher (2019): “Escribir es para la vida académica lo que el sexo era para la Viena del Siglo XIX: todos lo hacen y nadie habla de ello” (p. 29).

Enfrentar las dificultades de la escritura académica ha sido una prioridad en distintas universidades (Becker & Richards, 2007; Charmillot, 2013). Algunas de las experiencias más exitosas reportadas en la literatura giran en torno a crear grupos de trabajo en donde personas que se encuentran escribiendo sobre distintos proyectos, se reúnen para comentar avanzas e, incluso, trabajar en un espacio compartido.

¿De qué forma deseamos fortalecer los procesos de publicación de las mujeres? Desde la Vicerrectoría de Docencia y la Red Institucional de Formación y Evaluación Docente, queremos iniciar un proceso de diálogo en voz alta que repercuta en acciones concretas. Tal como advierte Daniel Cassany (2012), la formación que se recibe para escribir es escasa y este acto “se convierte en una tarea tan ardua como construir una casa, llevar la contabilidad de una empresa o diseñar una coreografía” (p. 14).

Para el II Ciclo 2022 planteamos el apoyo a 12 mujeres académicas. Esta primera iniciativa brindará un espacio de acompañamiento grupal durante 16 semanas para ahondar en los pasos necesarios para desarrollar una publicación académica y vendrá de la mano con la aprobación de ¼ de tiempo o 10 horas asistente para el desarrollo de una o varias publicaciones.

Cuando me imagino el conocimiento que se generará y publicará en los próximos 50 años, veo un altísimo estante de madera en donde se ven los lomos de las revistas y los libros que llegarán a existir. Quiero pensar que una gran parte de las voces dentro de las páginas son femeninas, y que esas palabras que las contienen son leídas por mujeres pero también por hombres.

REFERENCIAS

Becker, H. S. & Richards, P. (2007). Writing for social scientists: how to start and finish your thesis, book, or article. Second Edition. Chicago: University of Chicago Press.

Belcher, W. L. (2019). Writing your journal article in twelve weeks. Second Edition. Chicago: The University of Chicago Press.

Casany, D. (2012). La cocina de la escritura. Buenos Aires: Anagrama.

Ceci, S. J. et al. (2014). Women in academic science: a changing landscape. Psychological Science in the Public Interest, 15(3), 75-141.

Charmillot, M. (2013). Penser l’écriture de la science. En: Devenir Chercheur. Écrire une thèse en sciences sociales. París: Éditions de l’École des Hautes Études en Sciences Sociales.

Comisión de Régimen Académico (2021). Informe de Labores. Centro de Evaluación Académica, Universidad de Costa Rica.

Hengel, E. (2022). Publishing while female. Are women held to higher standards? Evidence from peer review. Revisión y publicación del tercer capítulo de la tesis para optar por el grado de Doctora en Economía de la Universidad de Cambridge.

Koffi, M. (2021). Innovative ideas and gender inequality. Memphis: Mimeo.

Ludine, J.; Bourgeault, I. L.; Clark, J.; Heidari, S. & Balabanova, D. (2018). The gendered system of academic publishing. Lancet, 391: 1754-1756.

Royal Society of Chemistry (2019). Is publishing in the chemical sciences gender biased? Londres: Royal Society of Chemistry Publications.

Sharma, J. & Poole, D. N. (2018). Gender bias in publishing. Lancet, 392, 1515-1516. DOI: https://doi.org/10.1016/S0140-6736(18)31998-6

 

Tatiana Aguiar Montealegre
Directora de la Red Institucional de Formación y Evaluación Docente RIFED

Programa Alternativas. Ley 7600: 26 años de deuda en igualdad, inclusión y equidad – enlace al video

El pasado viernes 03 de junio del 2022, en el programa Alternativas, se desarrolló el tema: “Ley 7600: 26 años de deuda en igualdad, inclusión y equidad”.

Como panelistas participaron: 

  • Erick Chacón
  • Ericka Álvarez
  • Patricia Ruiz
  • Mario Valverde Madrigal

Durante aproximadamente 2 horas, los panelistas reflexionaron sobre los prejuicios y acciones discriminatorias que aún en la actualidad, 26 años después de que entrara a regir la Ley 7600, tienen que seguir enfrentando las personas con discapacidad desde la sociedad civil, pero también desde el propio Estado costarricense.

Reconocen que aunque en la actualidad hay muchísimos espacios de lucha, la Ley 7600 sigue representando su emblema normativo y su respaldo en la defensa de sus derechos. Es por tanto, que se vuelve importante señalar que el marco jurídico de protección de los derechos humanos en Costa Rica es “maravilloso” en el papel; sin embargo, está fallando en su debida ejecución, reglamentación y cumplimiento. 

Los panelistas concuerdan en que la institucionalidad costarricense se ha apoyado en la vigencia de la Ley 7600 para que parezca que ya se alcanzó la inclusión, pero la realidad es que hay una enorme deuda histórica en todo el país, principalmente en los territorios fuera del Gran Área Metropolitana (se cita el ejemplo de Nicoya), donde el abandono del Gobierno Central se visualiza en temas de infraestructura, educación, oportunidades de empleo, derecho a salud integral, espacios de recreación inclusivos, entre otros.

Se le invita a sintonizar la grabación del programa accediendo al siguiente enlace: https://fb.watch/dKhEazfxOm/

Derechos Humanos al mejor postor: Mercantilización de la lucha LGBTI

Eduardo Muñoz
Comunicador Social y Activista de Derechos Humanos

Si hay algo es perverso es poner signo de colones a las luchas por construir una sociedad inclusiva y respetuosa de los Derechos Humanos, y para muestra un botón multicolor de la organización del Mes de la Diversidad en Costa Rica.

Mientras en las década de los ochenta y noventa el país vivió una cruenta persecución de parte de los órganos de seguridad del Estado Costarricense, que sin duda se puede calificar como tortura de Estado, en la actualidad el Mes de la Diversidad se concentra más en generar ingresos con actividades con precios absolutamente prohibitivos para la mayoría de la población costarricense.

Al igual que en otras latitudes, lo que deberían ser actos conmemorativos por las personas que mancharon con su sangre las cárceles durante las golpizas recibidas en comandancias policiacas, o por quienes durante décadas tuvieron que vivir con los consecuencias de las torturas psicológicas recibidas por agente policiales, se terminó convirtiendo en una charanga multicolor sin contenido político y vacía de reflexión. Como evidencia el concierto de una otrora reconocida cantante mexicana de los años noventa, que para presenciar sus carencias vocales habrá que pagar entre $200 y $30 para quienes con pocos recursos se tendrán que conformar con estar de pie en la gramilla del Estado Nacional. Igualmente con el resto de actividades, que al estilo de una suerte de Hollywood tico, tendrán su alfombra roja en un hotel en las inmediaciones de Belén, Heredia, y de nuevo, nada es absolutamente gratis. Como ya sucedió en otros países, la comunidad LGBTI paga tarifas mucho más elevadas que el promedio de la población en general, hasta para comprar una botella de agua habrá que destinar un cantidad importante.

De hecho, no está mal que empresas privadas hagan aportes a causas como estas, el punto en discusión es dónde está la frágil frontera entre la conmemoración y hasta dónde el dinero de patrocinadores solo tiene como objetivo el mercadeo dirigido a una población que se supone con mayor capacidad adquisitiva, sin reflexionar en los aportes que otras generaciones hicieron para poner en discusión pública que todas las personas tienen los mismos derechos, sin distingo de ningún tipo.

A excepción de la marcha del domingo 26 de junio, las actividades pagadas seguirán siendo excluyentes para muchas personas, y pensando en términos geográficos están pensadas para el Gran Área Metropolitana. En ese sentido, se debe apuntar que según el último Estado de la Nación las personas que habitan en la ruralidad se ubican en los quintiles de menores ingresos y son excluidas del desarrollo social costarricense.

Pero esa transformación que se vive dentro del movimiento LGBTI costarricense contemporáneo tampoco es ajena de otros similares. Por ejemplo, el Día Internacional de las Mujeres ha sufrido un vaciamiento histórico, y con el “apoyo” de empresas privadas se ha convertido en una fecha para la comercialización de productos del cuidado personal, moda y zapatería. Incluso el ideario político de Ernesto “Che” Guevara hace décadas terminó reducido a productos mercantilizables para las posteriores generaciones “progres”, que estampan la clásica foto del revolucionario en tasas, camisetas, libretas, cuadernos y afiches que adornan más de una oficina; todas imágenes vaciadas del contenido político y que el mercado capitalista hábilmente lo asumió como un producto más para este sector de consumidores específico.

En el fondo la cuestión es si la comunidad LGBTI se siente representada por estas actividades comerciales que año con año van borrando de nuestra historia las luchas frontales que se dieron contra el Estado, y cómo con productos de marketing se ha diluido la huella de la sangre y las dignidades humanas arrasadas por las clases políticas dirigentes hoy bañadas con discursos de una diversidad inofensiva, pero que esquiva realizar cambios sustanciales y más bien sigue firme en sus acuerdos con los sectores conservadores político-religiosos que han surgido recientemente en Costa Rica y América Latina que cuestionan los avances en materia de Derechos Humanos a luz de sus creencias religiosas.

No sería de extrañar que como fruto de esos acuerdos el Estado se de a la tarea de “revisar” el camino recorrido hacia la igualdad, mientras los liderazgos LGBTI se siguen conformando con marchas coloridas sin propuestas de transformación política de fondo.

La igualdad, la equidad y la inclusión han costado sangre, dolor, humillaciones y persecución para quienes se atrevieron a exigirla, nada ha sido gratuito ni espontáneo.

Foto Anel Kenjekeeva

Mensaje del Partido Acción Ciudadana de cara a los resultados de las elecciones de Segunda Ronda

En torno a los resultados de la segunda ronda electoral Costa Rica concluyó su jornada electoral en orden y en paz a pesar de los fuertes cuestionamientos a los partidos y las candidaturas finalistas. El candidato Rodrigo Chaves del Partido Progreso Social Democrático resultó electo con más del 50% de los votos válidos emitidos y un abstencionismo cercano al 43% (el más alto desde 1948), un ambiente político adverso, altamente polarizado y con grandes desafíos ante la recuperación postpandemia. 

Finalizado el proceso electoral, reconocemos y aceptamos la voluntad popular, como lo hemos hecho siempre y el reto de continuar trabajando por la Costa Rica que queremos.

La pasada contienda electoral deja claro que ninguna de las opciones políticas en juego tiene la fuerza suficiente para hacer cambios que trastoquen el complejo tramado de la corrupción, los abusos de poder, el clientelismo y el populismo. Es necesario insistir en la búsqueda de acuerdos multisectoriales, sin exclusiones, que deberán fundarse en la visión del bien común, el respeto a los derechos humanos, la igualdad y equidad de las mujeres, el desarrollo sostenible, la descentralización y la gobernanza multinivel. 

La atención a las provincias costeras y a las poblaciones en condición de vulnerabilidad se impone como prioridad nacional y para ello, se requiere ajustes estructurales de gran calado que deberán hacerse por la vía democrática y respetando los procesos legítimos que establece la institucionalidad pública.

Sin diálogo y sin búsqueda de acuerdos justos de largo plazo, este país podría verse sumergido en protestas de todo tipo, debilitando aún más la credibilidad en el sistema de partidos políticos, las oportunidades de desarrollo económico y las capacidades del Estado para encontrar soluciones que beneficien a la toda la ciudadanía en un ambiente de paz. 

Se requieren reglas claras y transparentes para abordar con diligencia las grandes necesidades de los sectores más vulnerables, en una coyuntura global desfavorable, que impone ajustes radicales al estilo de desarrollo. El Partido Acción Ciudadana se encuentra en un proceso de diálogo partidario, basado en la autocrítica de su gestión política para renovar su propuesta programática y la ruta de trabajo con atención a la experiencia de las dos administraciones y 21 años de existencia. Trabajamos en la promoción de los diálogos territoriales, sectoriales y de poblaciones para el fortalecimiento de las organizaciones de la sociedad civil y una cultura de responsabilidad con la ética pública y privada.

Por nuestra parte, el compromiso es promover y contribuir en la formulación de acuerdos multisectoriales, vigilar la ejecución eficaz y transparente de los fondos públicos, ambientes de trabajo respetuosos de la dignidad de las personas y particularmente de las mujeres. 

Nos mantendremos vigilantes de los derechos humanos, la cultura de paz, la justa distribución del ingreso, la protección de los recursos naturales, la separación de poderes, la lucha contra la corrupción y el narcotráfico, el ejercicio responsable y democrático del poder. Propiciaremos encuentros con sectores progresistas para la elaboración de una agenda común y la defensa del Estado social de derecho. 

¡Por Costa Rica siempre!