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Etiqueta: Escuela de Economía

Memoria y reflexiones de un estudiante en el marco de la celebración de los 45 años de la carrera de Economía en la Universidad Nacional de Costa Rica

Felipe Vindas Benavides
Estudiante de Licenciatura de la Escuela de Economía de la Universidad Nacional

felipe.vindas.benavides@est.una.ac.cr

El 28 de septiembre pasado tuve el gusto de poder asistir a la ceremonia de celebración de los 45 años de la carrera de economía de la Universidad Nacional. En ella, participaron con sus discursos autoridades y ex autoridades de la universidad y la representación de los estudiantes de la carrera en la actualidad. Me gusta siempre llevar cuaderno y lapicero a esta clase de actividades en las que se va a hablar sobre cualquier tema, ya que considero que siempre se puede aprender algo nuevo de lo que cualquier persona tenga que decir. En esta ocasión no fue la excepción, y conforme iba anotando me surgieron una serie de reflexiones que quise retratar en este artículo.

Inició hablando el presidente de la asociación de estudiantes José Pablo Retana. Su discurso consistía en describir su experiencia como estudiante en la actualidad de la carrera de economía. Ante esta consigna, habló no solo de su experiencia, sino también de lo que le transmitieron al respecto compañeros y compañeras de distintos niveles. De esta parte me fue muy grato escuchar que la carrera hace un muy buen trabajo en formar estudiantes con nociones similares de lo que los hace querer estudiar economía: el querer entender el funcionamiento del mundo que les rodea para poder incidir en que sea un lugar mejor para la humanidad y su bienestar. También, las experiencias giraban en torno al gusto por el desarrollo intelectual que pueden alcanzar a través del pensamiento crítico y la búsqueda de la verdad objetiva a través del ejercicio investigativo científico, el cual es de los elementos característicos de la formación en la carrera.

Seguidamente, tuvo la palabra el actual director de la escuela: Jorge Andrey Valenciano. Su intervención giró en torno a cómo la escuela, 45 años después, aún mantenía su consigna de formar profesionales con sensibilidad de los más importantes problemas sociales. Posteriormente, tuvo que interrumpir en un par de ocasiones su discurso por la enorme emoción que le había causado el agradecer a su alma mater haberlo hecho el profesional que es hoy en día. Para mí, esto dejó retratado el cómo desde su creación la Universidad Nacional ha tenido como una de sus misiones fundamentales el ofrecer a cualquier joven dentro de las fronteras costarricenses la oportunidad de superarse profesional y personalmente, sin importar su condición socioeconómica. Esto, en mi opinión, es una labor que debe defenderse en una sociedad costarricense que por décadas ha venido manteniendo una amplia desigualdad de ingreso y de acceso a oportunidades.

Después de las palabras de la representación de la facultad de ciencias sociales, vino para mí lo que sería la atracción principal: conocer lo que tenían que decir las personas que tuvieron la visión de crear la carrera por allá del año 1978. Me refiero a los señores Jorge Arturo Chaves y Saúl Weisleder. Sus puntos de vista eran fascinantes y me hacían sentir privilegiado de haber podido estudiar en la escuela que fundaron. Me llamó mucho la atención que además de ser economistas tuvieran también estudios en filosofía (Don Jorge Arturo y Don Saúl) y teología (Don Jorge Arturo). Esto me ratificó algunas nociones que adquirí semanas atrás en el homenaje a Franz Hinkelammert sobre la importancia que tienen las cuestiones éticas en el ejercicio crítico de la economía. Pero bueno, volvamos al tema de este artículo.

El caso es que particularmente Don Saúl mencionaba en su discurso el cómo desde sus inicios la carrera de economía tenía el propósito de formar profesionales con pensamiento crítico y sin apego a ningún dogma, esto en aras de intentar comprender la sociedad lo mejor posible. Apuntaba que todo enfoque para estudiar la economía es necesario, ya que permite fortalecer e ir desarrollando poco a poco el criterio de lo que posiblemente puede ser cierto y lo que posiblemente puede no serlo. Me sentí identificado con su posición al respecto ya que, en mi aún muy corta experiencia, me parece que un científico social debe tener siempre la noción de la complejidad de su objeto de estudio; y también siempre tener la humildad intelectual de que aun cuando tengamos un criterio razonado y desarrollado por décadas no se puede considerar 100% fiable. Siempre debemos ser abiertos a cambiar de opinión sobre algo si es preciso, esto nos permite tener la capacidad de prosperar como profesionales y como personas. Es decir, en palabras de Don Saúl, el conocimiento siempre debe ser sometido a la crítica y a la lógica; no debemos irnos simplemente por la primera impresión sobre las cosas.

Las consideraciones de don Jorge Arturo iban en una línea similar. Realizó énfasis en que la consigna de la escuela desde el inicio fue formar economistas científicos, no técnicos. Por supuesto que es importante en una sociedad tener profesionales con alto dominio de las cuestiones técnicas como la adecuada medición y modelización de las cuestiones económicas, pero la carrera de economía de la Universidad Nacional vino a llenar ese otro perfil profesional necesario. Esto, parafraseando las palabras del señor rector Francisco González, se ha venido reflejando en las últimas décadas en que en los gobiernos de Costa Rica se hayan gestado políticas públicas que busquen fortalecer al estado de bienestar y no dejar atrás a las clases sociales menos favorecidas en la senda del desarrollo.

Hoy 3 de octubre, día exacto de la fundación de la carrera, no me queda más que decir feliz cumpleaños a la Escuela de Economía de la Universidad Nacional y desearle muchos éxitos en seguir con ese compromiso de mejora continua en la calidad de su educación que la ha caracterizado desde el inicio.

La sociedad costarricense está empeñando su futuro a través del crédito

  • Artículo de opinión por Teresita Solano Sanabria, estudiante de la Maestría Profesional en Economía del Desarrollo, de la Escuela de Economía, Universidad Nacional.

En nuestra sociedad costarricense moderna, es un secreto a voces que hay colegas en el trabajo, familiares de todas las edades y estratos sociales y conocidos que viven día a día con su salario embargado, en proceso de cobro judicial, sus viviendas hipotecadas, entre otras pérdidas. En algunos casos los intereses acumulados son tal que dichos individuos tendrían que trabajar otra vida entera para poder pagar sus deudas, o inclusive varias generaciones más. Según datos recopilados por la Encuesta Financiera a Hogares del INEC en 2022, el 49.6% de los hogares cuentan con algún tipo de crédito, de estos el 11.4% son deudas hipotecarias (generalmente más cuantiosas) y el 44,6% posee deudas no hipotecarias. Además, actualmente hay más de 854.083 procesos de cobro judicial en el Poder Judicial.

Desde un punto de vista macroeconómico, el aumento del endeudamiento a niveles insostenibles para los costarricenses provoca limitaciones en el consumo, aunque en principio sea un incentivo para calentar la economía y generar crecimiento. Por otro lado, a las entidades financieras les favorece que los deudores cancelen al día sus pagos o al menos mantengan la premisa de que tienen la posibilidad de pagar sus intereses en un plazo razonable que les brinde a los acreedores buenos rendimientos. El descontrol sobre las deudas entonces genera a mediano y largo plazo afectaciones para todos los agentes de la economía, además de que deteriora la confianza de los inversionistas y principales prestamistas que participan en la dinámica del crédito.

Un fenómeno interesante visto en otros países como Canadá, es que, aunque los Bancos e instituciones financieras ofrecen opciones de crédito con tasas de interés atractivas para las personas, cuando el nivel de endeudamiento de la sociedad se mantiene demasiado alto, los individuos dejan de comprar viviendas, automóviles y artículos similares ya que no pueden pagar el cúmulo de créditos que mantienen. Este escenario podría generar que algunas estrategias de política monetaria se vuelvan inútiles y así la inflación, el desempleo y otras variables podrían potencialmente salirse de control.

En una escala más individual, la economía doméstica también se ve perjudicada. Las familias sufren deterioro en su calidad de vida, debido a que empeñaron su consumo futuro para adquirir bienes y servicios en el presente que, además, muchas veces son adquisiciones superfluas, sin plusvalía ni ganancias sino bienes que se deprecian. Estas personas generalmente son víctimas del consumismo irresponsable, al punto de que en muchos casos ven amenazada la capacidad de pagar bienes y servicios básicos y tienen una disminución importante en sus niveles de bienestar.

Es trascendental entonces analizar sobre posibles soluciones a esta crisis. Antes de cualquier reforma legal, subsidio o política se vuelve crucial resaltar la importancia de la educación financiera para los individuos, por qué no desde la etapa secundaria, como parte de la educación media (como lo es por ejemplo en países como Francia). Una educación integral puede reforzar los conceptos de límite de endeudamiento recomendado de acuerdo con el salario recibido, a entender las tasas de interés y su comportamiento en el tiempo, el concepto de plusvalía, inversiones sobre gastos, etc. A un nivel más estructural, se deben revisar las leyes y reglamentos que gobiernan las tasas de interés de créditos personales para evitar la usura, obligar a los acreedores a realizar estudios financieros robustos para las personas que desean acceder a un crédito, fortalecer la lucha contra los prestamistas ilegales y las “garroteras” que son de acceso fácil para los costarricenses que desafortunadamente tienen más necesidades y no son candidatos para préstamos regulares en instituciones financieras. El gobierno y los bancos pueden colaborar también en promover la educación financiera y las ventajas de mantener unas finanzas saludables para los individuos y sus familias y generar proyectos para brindar créditos con tasas de interés realistas y accesibles para todos.

Al final del día, el crédito descontrolado es un espejismo para las personas que no cuentan con los recursos necesarios para acceder a ciertos bienes y servicios, que empobrece poco a poco a los deudores y va limitando cada vez más sus ingresos. Pero como vemos no es un tema personal, sino que puede tener implicaciones en la economía del país y frenar el crecimiento y el desarrollo económico si no se sabe administrar de la manera correcta.

Oficina de Comunicación
Universidad Nacional, Costa Rica

 

Imagen ilustrativa.

La engañosa baja del desempleo y la reducción de la población económicamente activa

Artículo de opinión por la académica de la Escuela de Economía de la Universidad Nacional, M.Sc. María Leonela Artavia Jiménez, quien coordina el Proyecto de Investigación Trabajo y Crisis

La disminución del desempleo es algo que todas y todos queremos en este país. Por lo cual si se presenta un decrecimiento hay que celebrarlo y reconocer los avances que ello significa, en especial en esta época post pandemia en la que se han profundizado las asimetrías en los mercados laborales. Sin embargo, festejar una caída del desempleo que no se acompaña de un crecimiento de la población ocupada es dejarse engañar por las cifras, es pasar por alto que en los mercados laborales siempre hay que revisar dos veces lo que está sucediendo y analizar las diferentes aristas, a no ser que se esté consciente de ello y aun así se quiera confundir a la población.

Por ello, aunque podemos notar en los resultados de la Encuesta Continua de Empleo del I Trimestre 2023 (INEC, 2023) que la tasa de desempleo se ubica alrededor del 11%, lo que también se puede visibilizar es que con respecto al trimestre anterior (INEC, 2022a) y al I Trimestre del 2022 (INEC, 2022b) hay una reducción significativa de la población ocupada.

Análisis interanual

En general, los datos del I Trimestre del 2023 con respecto al I Trimestre del 2022 reflejan que hay un total de 139.044 personas más fuera de la fuerza de trabajo y que la población ocupada se redujo en 3.974 personas, pese a que la cantidad de personas desempleadas bajó en 81.448, por lo que no se trata de que esas personas estén encontrando trabajo, por lo que se trata de una reducción de la Población Económicamente Activa (PEA) que, en total corresponde a 85.421 personas en el lapso de un año.

Análisis trimestral

Asimismo, si comparamos el I Trimestre del 2023 con el último trimestre del 2022 los cambios son más profundos, pues se evidencia una reducción de la cantidad de desempleados de 38.306, sin embargo, en este caso tampoco se trata de que pasen a engrosar la población ocupada, por lo contrario, esta se redujo en 74.958 personas, lo cual corresponde a una reducción de la PEA de 113.264 personas.

La población desalentada

Por otra parte, es importante considerar otro fenómeno importante en la población y es que si revisamos las cifras de las encuestas de empleo encontramos que la reducción del desempleo se explica en parte por la población desalentada -que termina ampliando aquella fuera de la fuerza de trabajo- y que corresponde a esa que no está buscando trabajo porque no tiene dinero, se cansó de buscar, no le dan trabajo, no hay trabajo en la zona o sabe que no en esta temporada no hay trabajo, en suma son 24.616 personas.

Pero, ¿quiénes son esas personas desalentadas? En cuanto a sus territorios, son personas mayoritariamente de zonas urbanas, se distribuyen mayoritariamente en la región Central, Brunca y Huetar Norte. En cuanto a su perfil educativo, son personas con una baja especialización, que se concentran mayoritariamente en el grupo etario que va entre los 45 y 59 años, y los 15 y 24 años, y que son sobre todo hombres.

Las presiones sobre la satisfacción de las necesidades

Por lo cual, se mantiene la preocupación sobre la condición de actividad de las personas en el país, pues si la PEA se reduce hay serias presiones sobre los ingresos de los hogares, los cuales dependen mayoritariamente de lo percibido por medio de sus labores -salario- para sostener la satisfacción de sus necesidades básicas. Es decir, ello significa una mayor dependencia económica, por lo cual podríamos esperar incrementos en los niveles de pobreza de la población.

Crecimiento económico que no se traduce en nuevos empleos

Todo esto, mientras el crecimiento económico del país se mantiene al alza, pues según el Banco Central de Costa Rica (2023) la tasa de crecimiento del PIB a precios de mercado fue de un 4.3%, y se proyectó en 3.3% para el 2023, es decir, producimos más pero con menos gente, lo cual es esperable ante un contexto de cambio tecnológico global; sin embargo, plantea el desafío de cómo dotar a la población de las herramientas necesarias para insertarse en esas nuevas formas de trabajo, por un lado. Por el otro, el de cómo generar nuevos puestos de empleo a fin a la población desempleada -y desalentada- mientras se ajusta el perfil de especialización de estas personas, otorgándole una atención especial a la población joven y a las mujeres, para incentivar su inserción en las ciencias.

Alternativas como responsabilidad gubernamental sobre el bien común

Seguimos esperando la reactivación económica necesaria para que la población desempleada sea absorbida por la población ocupada y no por la que se encuentra fuera de la fuerza de trabajo. Continúa la necesidad de que los sectores productivos nacionales se fortalezcan para que puedan producir y generar empleo, para ello, es preciso -primero- saber leer adecuadamente las cifras del mercado laboral para no caer en eso de pasar un gato por una liebre.

Se mantiene la urgencia de que el sector productivo nacional junto con el Estado -incluida la academia- generen alternativas para incrementar la productividad de las actividades económicas y generen puestos de empleo de calidad, para ello, por supuesto que no basta con hacer a la población trabajar más horas.

Ojalá que se vean pronto propuestas en esta materia y en especial, ojalá que estas propuestas estén a la altura del bien común, y no, del aprovechamiento de un sector de la población en detrimento de otros y otras; lo cual no es otra cosa que la responsabilidad del Gobierno electo.

Oficina de Comunicación
Universidad Nacional, Costa Rica

 

Imagen ilustrativa.

Material didáctico sobre la regla fiscal

SURCOS comparte la siguiente información:

Fernando Rodríguez Garro, del Observatorio Económico y Social de la Escuela de Economía de la Universidad Nacional, explica la regla fiscal, sus características y los problemas principales que presenta.

En un primer apartado plantea la cuestión: ¿Qué es la regla fiscal?, y elabora una lista de criterios utilizados por quienes promueven esta regla; además, expone los tipos de reglas que existen, las condiciones y disposiciones de la regla fiscal en Costa Rica, las problemáticas de aplicación y sus posibles roces legales y constitucionales.

Le invitamos a descargar el documento:

Informe trimestral de Coyuntura Económica

En el siguiente link pueden acceder al último informe de coyuntura costarricense (julio-setiembre 2017) elaborado por el *Observatorio de la Coyuntura Económica y Social* de la Escuela de Economía (UNA), para la red de Expertos Económicos de Universidades Latinoamericanas «Econolatin»:

Problemas de liquidez en el Gobierno Central de Costa Rica enciende alertas

http://www.econolatin.com/coyuntura/pdf/costa-rica/informe_economia_costa_rica_septiembre_2017.pdf

 

*Red Econolatin

http://www.econolatin.com/

 

Imagen con fines ilustrativos tomada de www.elescribaenpie.com

Enviado por María Catarina Goldoni Ruiz.

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Analista UNA: Las brechas regionales en el mercado laboral costarricense

Programa Martes Económicos

Lic. Diego Zárate Montero*

 

Del informe Situación del Mercado Laboral Costarricense al segundo trimestre 2016, elaborado por el Observatorio de la Coyuntura Económica y Social de la Escuela de Economía de la Universidad Nacional, dado a conocer hace pocos días, se desprenden importantes resultados, entre ellos, las grandes brechas regionales y territoriales que persisten en el país y que urgen de políticas públicas para su atención.

Las brechas de género en el mercado laboral se amplían cuando se desagregan los datos a nivel regional: por un lado se observa que -en todas las regiones- el porcentaje de mujeres empleadas en ocupaciones de calificación alta es mayor que el porcentaje de hombres; y por otro, que las tasas de desempleo entre las mujeres son más altas que entre los hombres, situación que se agrava cuando se incluye dentro de los desempleados a aquellas personas disponibles para trabajar pero que se encuentran desalentadas. Esto quiere decir que muchas mujeres tienden a desempeñarse en puestos de calificación alta, pero el mercado laboral, en las distintas regiones, no está creando las oportunidades suficientes para ellas.

Por ejemplo, en la región Brunca el porcentaje de mujeres que realiza ocupaciones de calificación alta casi duplica al porcentaje de hombres (25,2% y 13,3% respectivamente), pero al mismo tiempo, el desempleo entre ellas alcanza el 14,9% y entre ellos el 10,8%. Un comportamiento muy similar se presenta en las demás regiones periféricas y, solo en la región Central las brechas de género, tanto en la calificación del empleo como en la tasa de desempleo, son ligeramente menores.

El comportamiento de los indicadores de empleo agregados a escala nacional reflejan, principalmente, el comportamiento de la Región Central: el 65,14% de la fuerza de trabajo costarricense se encuentra en dicha región, así como la mayoría de personas desempleadas (el 61.3%). Asimismo, a nivel nacional, la tasa de desempleo se mantuvo estable, a pesar de haber una menor cantidad de personas ocupadas, y esto se debe, principalmente, a una constante salida de personas del mercado de trabajo, en mayor medida de la región Central. Solo entre el primer y el segundo trimestre del 2016 la fuerza de trabajo a nivel nacional descendió en 44.638 personas, de las cuales 41.830 son de la región Central. Este comportamiento también se verifica en las regiones Chorotega y Huetar Norte, pero no así en las demás regiones. Es importante considerar que una parte de esta población que se sale del mercado de trabajo corresponde a jóvenes que no estudian ni trabajan.

A nivel territorial, la Encuesta Continua de Empleo (ECE) revela una tendencia hacia la baja en los indicadores de desempleo en la vertiente del Atlántico y la cuenca del Río San Juan: la región Huetar Norte presentó una tasa de desempleo de 8,67%, la más baja del territorio nacional en el II trimestre del 2016, aunque con la mayor brecha a nivel de género (un desempleo del 5,8% en hombres y un 14,2% en mujeres) mientras que en la región Huetar Atlántico se experimentan cuatro trimestres consecutivos de reducción de la tasa de desempleo ubicándose en 9,71%, ligeramente superior al promedio nacional.

También a nivel territorial, esta encuesta permite observar que los principales problemas de desempleo se encuentran en la costa pacífica. En la región Chorotega, si bien la tasa de desempleo ha tendido ligeramente hacia la baja en últimos tres trimestres, volvió a situarse por encima del 11% en el segundo trimestre de 2016. En la Región Pacífico Central se ha consolidado una tendencia de aumento en la tasa de desempleo que ya lleva cuatro trimestres consecutivos y se ubicó por encima del 11%. Finalmente, la región Brunca presenta la tasa de desempleo más alta del país por encima del 12% y se consolida como la región con los índices más altos del último año.

De esta manera, se concluye que las asimetrías entre hombres y mujeres en el mercado laboral son estructurales en la economía costarricense ya que son comunes en todo el territorio nacional, siendo las mujeres de la región Huetar Norte las más afectadas. Además, que el comportamiento de los indicadores de empleo agregados a nivel nacional no expresan necesariamente las desigualdades territoriales debido a la alta concentración de la fuerza de trabajo en la región Central y; finalmente, que las regiones de la Vertiente del Pacífico requieren de una mayor atención por parte de las políticas públicas, ya que se viene consolidando una exclusión en el mercado laboral que, de no revertirse, podría convertirse en una crisis de empleo en años venideros.

*Observatorio de la Coyuntura Económica y Social, Escuela de Economía UNA.

 

Imagen con fines ilustrativos tomada de Masters a Distancia.

Enviado a SURCOS Digital por Oficina de Comunicación, UNA.

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El desempleo en Costa Rica

Conferencia de prensa

 

El Observatorio de la Coyuntura Económica y Social de la Escuela de Economía de la Universidad Nacional (UNA) realizó el pasado 19 de marzo en el Colegio de Periodistas la conferencia de prensa: “El desempleo en Costa Rica: ¿un problema estructural o coyuntural?”

Los economistas Roxana Morales, Carlos Arguedas, Greivin Hernández y Greivin Salazar aportaron datos reveladores sobre los siguientes temas:

 

  1. Claro deterioro en calidad del empleo en los últimos 4 años.
  2. Empleo del sector público volátil y con tendencia a la baja.
  3. Empleo informal con clara tendencia al alza.
  4. Informalidad afecta seriamente a población mayor de 45 años.
  5. Desempleo juvenil ronda el 24%.
  6. Mujeres con mayor dificultad para conseguir empleo.
  7. El 67.5% de los desempleados no ha terminado la secundaria.
  8. Un 10% de los desempleados posee algún título universitario.
  9. Trabajadores de “calificación media” pierden poder adquisitivo.
  10. Importante desalineamiento entre oferta y demanda laboral.

 

Enviado a SURCOS Digital por UNA Comunicación.

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