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Etiqueta: Estudios Sociales

Atentado de La Penca: ni perdón ni olvido

Lic. Javier Francisco Cambronero Arguedas

El próximo 30 de mayo se cumplirán 37 años del horroso crimen de La Penca, perpetrado con la finalidad de asesinar a Edén Pastora, en el marco de la lucha interna en Nicaragua entre la contra y el régimen sandinista. Tras dicho atentado que pretendía materializarse en una conferencia de prensa a orillas del rio San Juan, el Comandante Cero resultó severamente herido y se perdieron 7 vidas y hubo 22 heridos más, tras el estallido de una bomba, que aún hoy se desconoce quien la puso. Entre los fallecidos, valerosos trabajadores de la presa, cito a Lynda Frazier (del Tico Times), Jorge Quirós, Evelio Sequeira, Carlos Vargas Genè y Roberto Cruz (murió tiempo después por las secuelas). Entre los periodistas gravemente heridos y que hoy nos sobreviven Nelson Murillo, José Rodolfo Ibarra, Edgar Fonseca y don Gilberto Lopes.

Esa página negra en la historia patria dará origen a través de un decreto ejecutivo de 2010, a la creación del Día del Periodista.

Tras casi 4 décadas, no hay acusados y la justicia nacional e internacional le ha fallado al país y a las familias de fallecidos y sobrevivientes.

Esta fecha no puede pasar desapercibida. Constituye una gran afrenta a nuestra democracia, pues conforme pasa el tiempo se llegan a conocer mayores detalles y se pone en evidencia la complicidad de autoridades nacionales y de cuerpos de seguridad para que se perpetrara dicho atentado, ejecutado en territorio nicaragüense pero orquestado desde Costa Rica donde “otros movieron los hilos”.

Presumo que más de la mitad de quienes leerán esta nota, aún no habían nacido en ese momento. Y es que nos corresponde desmitificar que durante toda nuestra historia hemos sido un remanso de paz, de dicha y felicidad. Y que como los ticos hemos sido vistos tan buena gente y como mansos corderos, pareciera que fuerzas divinas nos han visto con sumo agrado y eso nos ha permitido vivir en medio de la virtud y de la abundancia. Nada más alejado de la realidad. Costarricenses hasta no hace mucho el país y Centroamérica entera, estuvo envuelta en graves y profundos conflictos donde la sangre inocente de miles de hermanos, fue derramada en Nicaragua, Guatemala y El Salvador. Toda esto ocurrió a muy pocos kilómetros de nuestras fronteras. El genocidio en Guatemala donde el general Ríos Montt masacró y provocó la muerte de miles y miles de indígenas. Guerra civil en El Salvador por los combates y enfrentamientos entre el ejército y la guerrilla; entre las víctimas encontramos religiosas asesinadas por los fusiles del ejército y su temible batallón Atlacatl, la invasión al campus de la Universidad Centroamericana y el cobarde asesinato de Ignacio Ellacuría, así como de otros padres jesuitas y el martirio de monseñor Romero, hoy merecidamente canonizado por la iglesia.

Por eso resulta dolorosa la tozudez de autoridades educativas por bajarle el perfil a asignaturas tan importantes como lo son Estudios Sociales y Educación Cívica. Importantes contenidos en los programas de estudio de esas asignaturas en secundaria han estado asociados lógica y naturalmente al estudio de la historia; historia patria e historia de Centroamérica, así como la consolidación de nuestras instituciones democráticas y valores fundamentales como el derecho a la vida y a la libertad de la prensa, debidamente consagrados en nuestra Constitución Política.

De ninguna mara podemos ir a la celebración de un cacareado Bicentenario con una visión parcial de la historia patria. Lo he dicho en otros momentos, se equivocan las autoridades educativas una y otra vez en que pruebas FARO y pruebas ISA no incluyan Estudios Sociales y Educacion Cívica, o será más bien que deliberadamente se quiere que se olvide todo esto y se profundice el mito fundante de que los ticos nunca hemos sufrido conflictos, guerras o violencia alguna. Por ejemplo, ignorar que muchas de las conquistas sociales que hoy disfrutamos fueron concesiones gratuitas de las clases dominantes y que no costaron vidas ni sangre ni lágrimas de otro costarricense que nos ha heredado esta patria. O que luchar por la libertad, la justicia y que la prensa realmente esté al servicio de la verdad ha costado hasta la vida y salud de valientes costarricenses.

Tras los horrores de la década de los ochenta vinieron los acuerdos de paz suscritos en Esquipulas y Chapultepec. Legaba la paz sobre todo a Guatemala y El Salvador. Pero hoy con estupor y dolor miramos las desgarradoras imágenes de caravanas de centroamericanos migrando hacia el norte en busca de una mayor calidad de vida, que su propio país no fue capaz de brindarles. A lo mejor llegó la paz a Centroamérica pero no así se detuvo la desigualdad y el agresivo proceso de acumulación de riqueza, hoy acelerado por la codicia y los efectos de la pandemia.

Por eso hoy debemos hacer un alto en el camino y honrar merecidamente a quienes perdieron su vida aquel 30 de mayo y a quienes resultaron seriamente heridos. No contribuyamos, con nuestra indiferencia a echar una palada más para que convenientemente se olvide tan macabro hecho. No lo merecen las familias de quienes perdieron su vida ni tampoco quienes aún hoy conviven con nosotros: Edgar Fonseca, Rodolfo Ibarra, Nelson Murillo y Gilberto Lopes. Para ustedes, grandes costarricenses y buenos periodistas, nuestra admiración y respeto imperecederos. Sigan haciendo periodismo grande, bueno, del que marca diferencia. Costa Rica los necesita.

27-V-21

Algo NO difundido del nuevo programa de Estudios Sociales

Últimamente, un grupo de docentes se ha manifestado en contra de la nueva propuesta de Programa de Estudios Sociales para secundaria….

En la página 43 de la propuesta dice el texto adjuntado en la parte inferior. ¿Ustedes creen que se pueda oponer tan radicalmente a un programa oficial que dice esto (algo histórico en un programa de estudio del MEP)?

No se han preguntado ¿Quiénes son las personas que lideran la oposición? ¿Por qué la lideran? ¿Qué intereses hay?

Y que no se mal entienda, hay docentes opuestos con buena voluntad, con dudas legítimas y argumentos para la mejora, pero no podemos obviar que hay cuatro manos invisibles que lideran una oposición radical que, en mi humilde opinión, resulta a veces incomprensible.

A manera de cierre: Estudios Sociales en el aula

Lo descrito en líneas anteriores encuentra su razón de ser en la realidad del aula: en las clases de los Estudios Sociales. Al momento de diseñar este programa aspiramos a construir unos Estudios Sociales Subversivos, es decir, una educación transformadora en todos los aspectos, por este motivo visualizamos la contextualización curricular como un espacio que permita una clase dinámica, donde él o la docente sea facilitador de procesos donde los(as) estudiantes participen activamente. Aunque no pretendemos una renuncia con lo magistral, si aspiramos a que sea lo menos del tiempo pedagógico, esto permitirá dedicar más tiempo a trabajos en grupo, investigaciones, talleres, experiencias lúdicas y otras alternativas que permitan un aprendizaje realmente significativo.

Lo anterior implica derrumbar las filas como única forma de organización, en tanto las lecciones de Estudios Sociales favorecerán la organización en subgrupos, el debate en semicírculos, incluso el dialogo de estudiantes y docentes sentados en el piso del aula y, por qué no, llevar la lección fuera de las aulas. Esto último implica poder construir los aprendizajes en las zonas verdes, en la biblioteca e incluso fuera de la institución (mediante giras, visitas a teatros, museos, lugares de la comunidad, instituciones del Estado y otras).

Este proceso exige superar las estrategias que favorecen un aprendizaje memorístico, como lo son los cuestionarios, pareos, identificaciones básicas y otras técnicas de medición. Reconocemos la importancia de la memorización dentro de los procesos aprendizaje pero los contenidos de Estudios Sociales no están orientados a la memorización por sí misma, cada contenido está entrelazado con habilidades y destrezas que determinan como objetivo supremo del aprendizaje el desarrollo de competencias para la vida y la convivencia.

Paralelamente, las clases de estudios sociales deben superar una visión autoritaria del aprendizaje para orientarse a la democratización de los espacios pedagógicos: favorecer la participación activa de los estudiantes en la definición de la investigación, sugerencias de trabajo extra clase y estrategias de aprendizaje así como la participación en la auto y co evaluación, son pilares de este proceso.

Cada actividad en el aula o fuera de ella debe ser vista como una oportunidad para el disfrute, para acercar a nuestros(as) jóvenes a los Estudios Sociales y viceversa, desde talleres lúdicos hasta la utilización de elementos cotidianos para nuestros jóvenes (como su música, redes sociales, espacios recreativos u otros) deben ser parte integral del planeamiento didáctico.

No menos importante, los y las docentes deben planificar sus clases partiendo de la siguiente premisa: el estudiantado no es la ciudadanía futura, es la ciudadanía presente. Por lo cual, todos los esfuerzos deben dirigirse a fortalecer su acción ciudadana, desde la reflexión, la argumentación y el posicionamiento crítico hasta la expresión de sentimientos en una convivencia democrática. La vivencia en el aula, y fuera de ella, debe ser dirigida para la construcción de competencias para la vida, a saber: deliberación, argumentación y trabajo en equipo; tres habilidades que aumentarán su éxito académico-profesional así como las posibilidades de ser actor proactivo y crítico de la política nacional, regional y mundial.

Les invitamos a leer, con tranquilidad, la propuesta pues el diálogo constructivo parte de conclusiones reales y no manipulaciones (sean a favor o en contra)

SORTILEGIOS EDUCATIVOS

«soñando y construyendo una nueva educación»

www.sortilegioseducativos.com

 

Enviado a SURCOS por Sortilegios Educativos.