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Etiqueta: Fernando Morales Martínez

1° de octubre Día Nacional e Internacional de las Personas Adultas Mayores

Centenarios de la Península de Nicoya

Dr. Fernando Morales Martínez
Médico geriatra y gerontólogo
Decano de la Facultad de Medicina de la Universidad de Costa Rica
Miembro Honorario de ACANAMED

En el año 2017 un grupo de médicos geriatras y gerontólogos, investigadores del Hospital Nacional de Geriatría y Gerontología, bajo mi coordinación, realizó una investigación clínica con la población centenaria de la Península de Nicoya, que buscaba conocer su condición clínica tomando en cuenta la cuadrifuncionalidad en el área física, mental, funcional y social, cuyo objetivo era aclarar, desde el punto de vista geriátrico y gerontológico, los factores de éxito de este grupo poblacional.

Para realizar esta investigación, de previo se consultó con los siguientes investigadores quienes tienen experiencia en estudios de población centenaria y fueron invitados presencialmente a Costa Rica: Dr. Robert Schreiber de la Universidad de Harvard; Dr. Thomas Perls de la Universidad de Boston y de las doctoras Karen Andersen y Signe Hoi. Rasmussen, ambas de la Universidad de Dinamarca. Además, en la reunión anual del grupo internacional de expertos en estudios de poblaciones centenarias que se llevó a cabo en el recinto de Santa Cruz de la Universidad de California, se presentó y se avaló el protocolo de la investigación.

La investigación puso en evidencia una serie de características que presentan los centenarios de la Península de Nicoya; todos estos hallazgos fueron publicadas en la revista científica Aging Clinical and Experimental Research, en el año 2019 en Europa.

Una Zona Azul es un área de mayor longevidad, en el mundo existen solo cinco: Okinagua en Japón, Cerdeña en Italia, Icaria en Grecia, Loma Linda en California, Estados Unidos, y la península de Nicoya en Costa Rica.

Para la realización de esta investigación se contó con el aval del Comité Ético Científico local y del Consejo Nacional de Investigación en Salud. Además, se solicitó el consentimiento informado, el cual tuvo la anuencia tanto de la persona centenaria como del familiar responsable.

Se inició con un proceso de inducción en el Hospital de la Anexión, en Nicoya, con las autoridades y profesionales de las Áreas de Salud de los cinco cantones de la zona: Carrillo, Santa Cruz, Hojancha, Nandayure y Nicoya. Luego los investigadores se trasladaron a la Península, con el fin de evaluar, in situ, a cada uno de los 43 centenarios.

Una vez concluida la recolección de información, debidamente procesada y analizada, se compartió con la Dirección Regional de Salud de la zona con la Dirección General, el Hospital de la Anexión, las áreas de salud y con los EBAIS donde están adscritos los pacientes centenarios, con el objetivo de que se les brindara el seguimiento correspondiente. Además, en los casos en los que se detectó alguna enfermedad, se coordinó con el Hospital de la Anexión para ser estudiados y tratados con el geriatra local y el apoyo del Hospital Nacional de Geriatría y Gerontología.

Fotografía de Facebook de Nicoya Zona Azul Journey.

Nos aseguramos por diferentes rutas de que esa información llegara a todos los médicos que tenían la responsabilidad de estos centenarios. Se realizaron más de 50 diferentes exámenes, entre los que se contemplaron fuerza prensil, electrocardiogramas, test de la memoria, marcha, funcionalidad, actividades de la vida diaria, depresión, autopercepción (como se perciben ellos mismos), y múltiples exámenes de laboratorio. Con todos esos resultados, en cada caso, se hizo un análisis integral valorado por dos médicos especialistas en geriatría y gerontología.

Los centenarios viven en áreas rurales y están a distancias considerables entre ellos, por lo que se invirtió tiempo en los traslados del equipo a cada domicilio. Todos estaban en áreas separadas, pero dentro de los cinco cantones que componen la Zona Azul.

Del total de los 43 centenarios, 25 eran mujeres y 18 hombres. Predomina la viudez en las mujeres que suman 20 centenarias. La edad promedio es de 102 años. Eso se comprobó por medio de las constancias de nacimiento del Registro Civil y de bautismo de la Iglesia católica. La mayor concentración estaba en Santa Cruz, seguida de Nicoya. Las mujeres tienen en promedio más de seis hijos, la mayoría de los centenarios vive con su familia y solamente dos viven en el Hogar para Ancianos de Nicoya. En general tienen un buen apoyo familiar con tres, cuatro y hasta cinco generaciones alrededor, en algunos casos.

En cuanto a las enfermedades crónicas, la principal fue visual por cataratas intervenidas quirúrgicamente, hay presencia de hipertensión arterial (menor que en la población adulta mayor general), diabetes mellitus solo hubo cuatro casos, cáncer tres casos, cardiopatía isquémica (irrigación precaria en corazón) se detectaron cuatro casos, enfermedad pulmonar, obstrucción crónica, nueve casos y dos de anemia severa.

Destacó el poco uso de medicamentos, menos de uno por persona, lo que constituye la cifra más baja reportada por la literatura médica mundial a nivel de personas adultas mayores. El patrón del sueño fue en promedio de ocho horas diarias y solo siete casos tomaban algún medicamento para dormir.

En cuanto al estado anímico, 30 casos respondieron estar satisfechos, solamente uno tuvo un puntaje de diagnóstico de depresión, lo cual refleja la satisfacción de su estado de vida.

En relación con la nutrición, su dieta es rica en granos, frijoles, maíz, legumbres, cerdo, animales de corral, productos lácteos (queso tipo cuajada), frutas, verduras, baja ingesta de harinas y carbohidratos; su dieta, aunque modesta es suficiente. No se encontró ningún índice de masa corporal en rango de obesidad.

Fotografía de Facebook de Nicoya Zona Azul Journey.

Respecto al estado funcional, los hombres presentaban mejor funcionalidad que las mujeres.

Los exámenes de laboratorio se revisaron en dos ocasiones para tener certeza de que estaban correctos. Se lograron detectar dos casos de anemia severa. En cuanto a electrocardiogramas, el 20% no presentó ninguna afectación.

Estas personas han sido muy activas, trabajaron en el agro y tienen su parcela y habitaciones modestas donde viven rodeados de su descendencia que les apoyan presencialmente.

Debemos aprender mucho de ellos en cuanto a la actitud hacia la vida, sus buenos hábitos de salud y su gran espiritualidad, documentada en que el 100% de los participantes profesaba una religión: el 86% de la población era católica y el 14% de otras creencias religiosas.

Sin duda alguna las personas centenarias de la Península Azul han puesto a Costa Rica en un lugar especial en el mundo, por su gran longevidad; desafortunadamente, la evidencia demográfica reciente, parece indicar que, paulatinamente, este comportamiento longevo, desaparecerá en los próximos años.

Fotos: Nicoya Zona Azul Journey en Facebook.

Respeto para las personas adultas mayores – 15 de junio conmemoraciones nacional y mundial

15 de junio:
Día Mundial de la Toma de Conciencia contra el Abuso y Maltrato en la Vejez.
Día Nacional contra el Abuso, Maltrato, Marginación y Negligencia hacia las Personas Adultas Mayores.

Dr. Fernando Morales Martínez
Médico Geriatra y Gerontólogo
Decano Facultad de Medicina
Universidad de Costa Rica

Hoy 15 de junio, Día Mundial de la Toma de Conciencia contra el Abuso y Maltrato en la Vejez y el Día Nacional contra el Abuso, Maltrato, Marginación y Negligencia hacia las Personas Adultas Mayores, que se constituye en un tema relevante, debido a la significativa proporción de personas de 65 años y más, que representan un 13,63% de la población costarricense (ENAHO, 2022), al respecto deseo exponer esta reflexión.

Hace 48 años en la revista médica British Medical Journal, se publicó un artículo del Dr. Burston que lo tituló “Maltratando a la abuelita” (Granny batterig), llamando la atención al mundo científico del abuso hacia los mayores por parte de los familiares.

En 1995, en el Hospital Nacional de Geriatría y Gerontología fundamos el Comité de Estudio Integral del Adulto Mayor Agredido y Abandonado (CEINAA), con el fin de llevar a cabo un abordaje interdisciplinario para fortalecer el diagnóstico y tratamiento de las personas adultas mayores en condiciones de abuso y abandono e identificar las características correspondientes con el fin de establecer lineamientos de atención.

En 1999, en nuestro país se publica la Ley Integral para la Persona Adulta Mayor, en donde se propone garantizar la protección jurídica y psicosocial de la población adulta mayor afectada por el abuso físico, psicológico, patrimonial, sexual o por negligencia, por medio de la aplicación de las medidas de protección y procedimientos establecidas en Ley Contra la Violencia Doméstica.

En mayo de 2012, Costa Rica se sumó a los países de América Latina y el Caribe quienes, reunidos en la tercera Conferencia regional intergubernamental sobre envejecimiento en San José, adoptamos la Carta de San José sobre los Derechos de las Personas Mayores de América Latina y el Caribe. Nuestro compromiso consistió en no escatimar esfuerzos para promover y proteger los derechos humanos y las libertades fundamentales de todas las personas adultas mayores, así como la férrea e inclaudicable voluntad de trabajar en la erradicación de todas las formas de discriminación y violencia, y de crear redes de protección de las personas de edad para hacer efectivos sus derechos.

El 15 de junio de 2015, los Estados miembros de la Organización de los Estados Americanos (OEA), aprobaron la Convención Interamericana sobre la Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores y Costa Rica fue uno de los 5 Estados que de inmediato firmaron su texto, junto a los gobiernos de Uruguay, Argentina, Brasil y Chile.

Hay que recordar que Costa Rica ratificó la Convención Interamericana sobre la Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores, mediante la Ley No. 9394 del 8 de setiembre de 2016 y el Decreto Ejecutivo No. 39973 del 12 de octubre de 2016. Con lo cual, desde el año 2016, el país cuenta con un marco de referencia vinculante de derechos humanos específicos para las personas adultas mayores.

Estas y otras normativas como la Ley que penaliza el abandono de las personas adultas mayores, así como la jurisprudencia de la Sala Constitucional conforman el marco jurídico de protección a las personas adultas mayores en nuestro país.

Como lo señala la Convención Interamericana sobre la Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores, la persona adulta mayor tiene derecho a vivir una vida sin ningún tipo de violencia y maltrato. A su vez, define la violencia contra la persona adulta mayor como cualquier acción o conducta que cause muerte, daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico a la persona adulta mayor, tanto en el ámbito público como en el privado.

En esta definición se comprende, entre otros, los distintos tipos de abuso, incluso el financiero y patrimonial, y maltrato físico, sexual, psicológico, explotación laboral, la expulsión de su comunidad y toda forma de abandono o negligencia que tenga lugar dentro o fuera del ámbito familiar o unidad doméstica o que sea perpetrado o tolerado por el Estado o sus agentes dondequiera que ocurra.

El maltrato hacia las personas adultas mayores es un problema social grave y actual, sin importar el nivel económico o educativo de quien lo ejerza o padezca. Las personas adultas mayores suelen ser víctimas de malos tratos y abusos por parte de sus familiares, vecinos, entidades públicas y privadas. Esta situación repercute en su salud, calidad de vida y en el reconocimiento y respeto a sus derechos humanos y libertades fundamentales.

Los factores de riesgo son múltiples en especial para aquellas personas adultas mayores que están en vulnerabilidad, enfermedad crónica irreversible, no cuentan con familiares o parientes y están en total abandono.

La realidad es que el abuso, maltrato, abandono y la negligencia hacia las personas adultas mayores está presente en nuestra sociedad y cada año se acrecienta más, agravada en los últimos años como resultado de las consecuencias de la pandemia por la COVID-19.

Desafortunadamente los datos que evidencian esta problemática de violencia en las personas adultas mayores no son tan precisos y los que se muestran están lejos de la realidad, lo que no permite tomar decisiones y acciones oportunas en la protección de sus derechos mediante respuestas ante las múltiples necesidades de esta población.

Esta es una situación creciente que debemos poner atención con medidas correctivas oportunas porque alcanza todos los extractos de la sociedad.

El objetivo es que se contemple una nueva visión del envejecimiento, de tal manera que se promueva la inclusión de las personas adultas mayores en la sociedad, se ofrezcan bienes y servicios de calidad y de manera especial, se dé cuenta de su contribución al desarrollo.

Quiero invitarlos a construir una cultura de protección a la integridad y dignidad de las personas adultas mayores con el fin de lograr el reconocimiento de sus derechos humanos, su empoderamiento y, por supuesto, estimular e incrementar sus capacidades para defenderse ante situaciones abusivas. Hoy son ellos, pero mañana puede ser cualquiera de nosotros que se encuentre en esta espiral de violencia y se vea perjudicado.

1 de octubre, Día Internacional de las Personas Adultas Mayores

La Sarcopenia

Dr. Fernando Morales Martínez
Médico Geriatra y Gerontólogo
Miembro Honorario de ACANAMED

La Sarcopenia es una condición médica. Fue descrita por el doctor Irwin Rosemberg en los años ochenta. Esta enfermedad se caracteriza por los cambios que afectan la marcha, movilidad, ingestión energética, estado nutricional, independencia y otras funciones relacionadas con la pérdida y distribución de la masa muscular en las personas adultas mayores, principalmente.

Señora Francisca Castillo Castrillo (qdDg), con 108 años bailando una pieza musical

Desde que nacen, los seres humanos mantienen un equilibrio entre la cantidad de músculo que se forma y la cantidad de músculo que se pierde. Este equilibrio se da en condiciones óptimas hasta los 25 a 30 años de edad y mantiene esa condición estable en los siguientes 10 años; es decir, hasta los 40 años de edad en promedio, el ser humano goza del sano equilibrio en la masa muscular y por consiguiente el adecuado funcionamiento de las facultades descritas en el primer párrafo de este artículo. 

La adecuada alimentación y el ejercicio físico disciplinado y constante determinan la acumulación y reservas de la masa muscular en cada persona. Ahora bien, la pérdida de masa muscular que se relaciona con el envejecimiento y se acompaña de la pérdida de la fuerza muscular, la alteración del desempeño físico o ambas cosas, es lo que conocemos como Sarcopenia.

Las consecuencias se empiezan a manifestar a partir de los 40 años con una pérdida del 8 por ciento de masa muscular, un proceso gradual que opera hasta  los 70 años de edad y aumenta al 15 por ciento de pérdida de masa muscular cada década, posterior a los 70 años, reitero.

Las consecuencias de este proceso irreversible de masa muscular, en relación con la edad adulta, trae como consecuencia la disminución de la fuerza muscular y sumado a ello la merma en la capacidad del autocuidado. En consecuencia, se reduce la capacidad del individuo para responder a la enfermedad. Por ejemplo, si sufre una lesión o traumatismo quirúrgico, su cicatrización será más lenta y estará más expuesto al riesgo de caídas y de fracturas. La prevención y el manejo se dirigen a mantener el equilibrio entre la cantidad de músculo que se pierde y la cantidad que se forma. Esto se logra a través del ejercicio disciplinado y la nutrición balanceada, factores que han mostrado muy buenos resultados.

Se conoce que la capacidad de incrementar la síntesis de proteína muscular se mantiene frágil aún en la persona adulta mayor. De ahí que los programas de ejercicios de resistencia han mostrado ser muy efectivos para mantener o mejorar la fuerza muscular y el desempeño físico, preferiblemente en el contexto de un programa de entrenamiento bien dirigido. Este entrenamiento bien dirigido debe necesariamente incluir una fase de trabajo de movilidad y otra de entrenamiento de resistencia y de tolerancia. Las principales consecuencias de la Sarcopenia se relacionan todas con la funcionalidad y la dependencia física.

En ese contexto se vuelve de vital importancia atender el llamado de la Organización Mundial de la Salud y de la Organización de las Naciones Unidad, voces autorizadas que claman por que las personas de todas las edades nos mantengamos en actividad. Y en el caso de las personas adultas mayores, fieles a lo que se pide en la llamada Década del Envejecimiento Saludable.  Esto es, ni más ni menos, lograr ser independientes y autónomos físicamente, condición física que por derivación proporciona satisfacción y buena calidad de vida al ser humano, con el fin de disfrutar los años que nos corresponda vivir en la etapa de la plenitud.

1 de octubre: Día Nacional e Internacional de las Personas Adultas Mayores

Dr. Fernando Morales Martínez
Médico Geriatra y Gerontólogo, Miembro Honorario de ACANAMED

El primero de octubre de cada año se celebra el Día Nacional y Mundial de la Persona Adulta Mayor. La Organización de Las Naciones Unidas y la Organización Mundial de la Salud han declarado el período comprendido entre el 2021 y el 2030, como la década del envejecimiento saludable para las personas adultas mayores.

La Organización Mundial de la Salud define entonces envejecimiento saludable como un proceso continuo para optimizar las oportunidades de mantener y mejorar la salud física y mental, la independencia y la calidad de vida a través de la movilidad, capacidad de aprender y de tomar decisiones, de mantener relaciones sociales y realizar actividades que les agraden.

El envejecimiento está muy relacionado con la interacción de factores físicos, sociales e individuales. Como seres humanos tenemos en nuestras manos algunas estrategias que podemos aplicar para cambiar el rumbo hacia un envejecimiento saludable. Dentro de las estrategias individuales se deben implementar desde las primeras etapas de la vida, algunas medidas preventivas que permitan un envejecimiento satisfactorio.

Siempre se ha dicho que la expectativa de vida está relacionada con la genética; sin embargo, ésta representa únicamente un 30% de influencia total en la salud, mientras que el otro 70% depende del impacto de factores positivos y negativos en la trayectoria de vida de las personas, es decir, la posibilidad de alcanzar la vejez con buena calidad de vida depende, en gran medida, de factores medioambientales e individuales (estilos de vida).

Al vivir en sociedad, nos comunicamos y relacionamos con otras personas; familiares, amistades o vecinos, formando una convivencia en la que nos apoyamos y ayudamos mutuamente.

En nuestro país tenemos el privilegio de contar con una de las cinco zonas azules del mundo, ubicada en la península de Nicoya, donde se ha identificado un grupo de personas mayores que han llegado a cumplir más de cien años (centenarios) y que además de su longevidad han logrado vivir de manera saludable. Dentro de los factores más importantes que se evidenciaron en el estudio de centenarios, para conseguir un envejecimiento exitoso, están: vivir con una dieta modesta que consiste en verduras, legumbres, carnes con poca grasa, (cerdo, pollo, res o pescado), tortillas de maíz, abundante agua; evitar el licor, tabaco, drogas ilícitas y polifarmacia; realizar actividad física; fomentar la espiritualidad en unión de sus familias; entre otros factores positivos de vida.

Es nuestra propia determinación la que nos va a conducir a tener un autocuidado, practicar una adecuada higiene de la salud, tener una nutrición suficiente y balanceada, evitar todo tipo de abusos y mantenernos activos funcional y cognitivamente.

Finalmente, como dice un viejo refrán español y que lo deberíamos practicar: poca cama, poco plato y mucha suela de zapato.