Skip to main content

Etiqueta: guerras

Los acontecimientos y cambios en el primer cuarto del siglo XXI

German Masís

Había pensado escribir, como un cronista más de la historia, sobre los acontecimientos más importantes del primer cuarto del siglo XXI, entre los que estaban los avances tecnológicos, los cambios políticos, las modificaciones en la hegemonía económica mundial y las pandemias, tratando de establecer cuáles han sido los acontecimientos más determinantes y relevantes en las sociedades actuales y en la vida de las personas.

Comencé identificando los avances tecnológicos en el mundo, como el acceso extendido de internet a casi todo el mundo, la generalización del uso de los teléfonos móviles, el desarrollo de equipos como los smartphones, el surgimiento de las redes sociales y de la inteligencia artificial y haber descifrado el genoma humano.

Luego pasé a valorar los cambios políticos de mayor repercusión como las primaveras árabes y la caída de algunos gobernantes en los países del norte de África, el brexit en Inglaterra que rompió la Unión Europea, la elección de Putin como presidente de Rusia, el movimiento de los chalecos amarillos en Francia, la elección del primer Presidente negro en Estados Unidos, el surgimiento de gobiernos progresistas en los países de América del Sur y la creación de UNASUR, la difusión de atentados terroristas en varios países occidentales, que incluye los atentados a las torres gemelas en Nueva York, el ascenso de Trump en Estados Unidos y la invasión de Ucrania por Rusia.

También puse atención a algunos acontecimientos, como la disolución de la ETA, las guerras de Irak y Afganistán, a los atentados terroristas en varios países europeos, que incluye los atentados en las torres gemelas en Nueva York, en Inglaterra, en Francia y en España y la preocupación mundial por el terrorismo y la violencia, la invasión de Ucrania por Rusia y la de Israel a los territorios palestinos.

A nivel económico, acontecimientos destacados como el auge de la economía global, la consolidación de China como segunda potencia económica global y su expansión a otros continentes, el surgimiento de la Economía del conocimiento y el predominio de las empresas tecnológicas, la relocalización del capital y su incursión plena en países asiáticos y latinoamericanos y el auge de las grandes corporaciones comerciales y del consumismo, el surgimiento y consolidación del bloque económico de los BRICS, la crisis financiera e inmobiliaria del 2007 y el boom de los tratados de libre comercio impulsado por Estados Unidos.

En el campo ambiental, hechos como el tsunami del Océano Indico, el huracán Katrina y otros huracanes de gran impacto, el impulso de las energías alternativas, la afirmación del calentamiento global y del cambio climático como fenómeno global y en el ámbito de la salud, la pandemia de gripe A1N1 en el 2009 y la del covid-19, la más letal en 100 años.

Por su parte en los deportes, los mundiales de futbol en los continentes africano y asiáticos, de Sudáfrica del 2010 y el de Qatar 2022, abrieron esta competencia a otros continentes, mientras los juegos Olímpicos de Sídney del 2000 y de Río de Janeiro en 2016, llegaron a Australia y Sudamérica, después de muchos intentos.

Quizá ya hemos olvidado los acontecimientos de este cuarto de siglo, pero lo que no podríamos olvidar son las consecuencias de algunos de ellos y el impacto que tuvieron en la vida del país y en nuestras propias vidas.

Probablemente siempre recordaremos la llegada de los teléfonos móviles, de internet y de las redes sociales, el ascenso al poder de Barak Obama y de Lula Da Silva, pero aún más impactante la caída de las torres gemelas en el 2001.

También impactante la crisis económica internacional del 2007 y el Tratado de Libre comercio con Estados Unidos, Canadá, México, los países de Centro América y República Dominicana, que conmocionó y dividió al país en el Referéndum.

El cambio climático ha sido una realidad con sus efectos y desastres por huracanes y los cambios en la temperatura y el clima y en salud, sin duda la pandemia del Covid-19, que puso en emergencia al sistema de salud y restricciones a la población por casi 2 años.

En tanto el mundial de futbol del 2014, marcó una verdadera hazaña para la selección nacional con sus triunfos épicos contra Italia y Uruguay, quedando en el primer lugar del grupo y luego en la siguiente ronda contra Grecia.

Sin embargo, lo realmente importante es establecer cuáles acontecimientos han generado transformaciones que han trascendido y que han cambiado el rumbo del mundo y que son las que explican la realidad actual de los países.

En ese sentido, las tecnologías de la información y de la comunicación, no solo han cambiado las formas de informarse y comunicarse, sino también las relaciones sociales y la veracidad de la información y han generado una brecha tecnológica que no ha sido superada.

Los cambios políticos en el mundo no siempre han sido para el bienestar de la población, si no para llevar al poder a líderes populistas y autoritarios con el apoyo del voto de un segmento pequeño de la población, decepcionado de los partidos y la política tradicional, que apuesta a un cambio que resulta riesgoso e incierto.

Mientras las guerras de este siglo, como las de Irak y Afganistán, Yemen, Sudán, Etiopía, El Congo, Siria, Israel con Irán, Líbano y Palestina y la de Rusia con Ucrania, nos han recordado que éste ha sido el período de mayor cantidad de guerras desde la II guerra mundial y que la paz no ha tenido espacio en este siglo, más allá del terrorismo que ha sido una expresión más de ese estado de guerra permanente en el mundo.

A nivel económico, el predominio de la economía de mercado, de la empresa corporativa multinacional y de la inversión extranjera en un mundo de negocios y finanzas globalizadas, se debate en la actualidad frente al cuestionamiento del libre comercio y la imposición de barreras arancelarias al comercio por parte del otrora promotor de estas estrategias económicas: Estados Unidos; es la globalización y la desglobalización en apenas un cuarto de siglo.

Los acontecimientos y cambios del siglo XXI nos han dejado inmersos en un mundo capitalista más desigual, dominado por el 1% de la población, los ricos y superricos, frente al 99% que se debate en la pobreza y la exclusión. Así mismo, nos han dejado democracias representativas, cada vez más débiles, en ciudades polarizadas, acechadas por el narcotráfico y el crimen organizado y el deterioro de los derechos humanos, dentro de una sociedad líquida, caracterizada por “su estado fluido y volátil, en la que predomina la incertidumbre por la vertiginosa rapidez de los cambios que ha debilitado los vínculos humanos”, según la concepción del maestro Zygmunt Bauman. (2003).

Volver a respirar

Por Memo Acuña
Sociólogo y escritor costarricense

Cinco años después de uno de los primeros avisos de extinción planetaria contemporánea, hemos empezado a hablar de ello.

No se si es mi impresión o una percepción en caliente, pero de un tiempo para acá he notado cómo la gente de mi círculo cercano ha empezado a verbalizar (apalabrar, suelo decir) lo que la pandemia produjo en su vida: miedo, cambios, incertidumbres, preguntas. Si, preguntas que aún hoy luego de prácticamente un lustro, no han sido contestadas.

Para mi gusto uno de los grandes impactos de esa coyuntura sanitaria fue la re conceptualización de la palabra “Normalidad”. En medio de la desolación, la muerte, el confinamiento, la añoranza a volver a un estado anterior provocó que la normalidad fuera vaciada de contenido en su significado profundo.

Porque regresamos a donde habíamos dejado este planeta y pienso que en situaciones peores: guerras, extremismos, odios, más exclusión y la puesta en marcha de un nuevo orden global que no tendrá retorno.

Nada aprendimos entonces de esa crisis civilizatoria, de esos últimos cinco minutos de la humanidad sobre la faz de la tierra, al decir de Leonardo Boff. Nada nos hizo cambiar, ni como seres humanos ni como especie.

La tarea ahora es salir de ese ahogo social y cultural que nos produjo el COVID y sus variantes. Nos restó, por decir lo menos, nuestra capacidad corporal y emocional para respirar. Por eso el odio, por eso la exclusión, por eso la barbarie sin freno.

Re-aprender a respirar significa hacer consciente el acto de estar aquí y ahora. Es significar los momentos que vivimos y no pasar por ellos de forma atolondrada.

Es contar hasta 10.  Respirar-exhalar. “Sacarlo todo afuera”, como la canción. Apalabrarnos de otra forma.

Si el mundo civilizado no les amarra las manos, estos salvajes nos van a llevar a la Tercera Guerra Mundial

  • El Libro Blanco y la militarización de Europa

Gilberto Lopes
San José, 3 de abril de 2025

Una amenaza fundamental

Europa se enfrenta a una amenaza aguda y creciente. La única manera de garantizar la paz es estar preparados para disuadir a quienes quieran hacernos daño. Ha llegado el momento de que se rearme. Estas son algunas de las conclusiones del Libro Blanco Conjunto para la Preparación de la Defensa Europea 2030, divulgado en Bruselas el pasado 19 de marzo.

El Libro Blanco expone un plan para rearmar Europa. Para eso han abierto las puertas al endeudamiento de los países europeos mediante la llamada “Cláusula de Escape”, que permite a los países superar los límites de déficit y de deuda establecidos en las normas europeas, si se trata de inversiones relacionadas con la industria militar.

Cambios en el entorno estratégico

Según el Libro Blanco, el equilibrio político surgido tras el final de la Segunda Guerra Mundial y de la conclusión de la Guerra Fría “se ha visto gravemente alterado”.

Por un lado, estiman que “Estados autoritarios”, como China, tratan de imponer “su autoridad y control sobre nuestra economía y sociedad”.

Por otro, señalan que Rusia “ha dejado claro que sigue en guerra con Occidente” y “seguirá siendo una amenaza fundamental para la seguridad de Europa en un futuro previsible”. Si se permite a Rusia alcanzar sus objetivos en Ucrania –aseguran– “su ambición territorial se extenderá más allá”. Afirmaciones que el presidente ruso, Vladimir Putin, ha rechazado reiteradamente.

Aumentar los gastos de defensa

El gasto en defensa de los Estados miembros de la Unión Europea ha crecido más de un 31% desde 2021, alcanzando los 326 mil millones de euros en 2024.

A principios de marzo, la presidente de la Comisión Europea, la alemana Ursula von der Leyen, había anunciado el plan ‘ReArm Europe’, que contempla un gasto de cerca de 800 mil millones de euros para la defensa del bloque.

La propuesta no ha sido acogida por unanimidad. El 26 de marzo pasado, Gregorio Sorgi y Giovanna Faggionato publicaron en POLITICO (una publicación originalmente con sede en Virginia, vendida en 2021 a la alemana Axel Springer), que países del sur de Europa –Francia, Italia y España– habían expresado preocupación por las consecuencias económicas que el aumento de la deuda podría tener, considerando sus ya elevadas deudas y déficits presupuestarios. “Algunos países tienen serias dudas sobre la posibilidad de endeudarse a esos niveles, dice el artículo, citando a “un diplomático senior de la Unión Europea”, en Bruselas. En vez de asumir nuevas deudas, proponen la emisión de bonos de defensa, colocados por la UE en el mercado de capitales, para financiar esas inversiones. Algo a lo que países como Alemania y Holanda tradicionalmente se han opuesto.

Apoyo militar a Ucrania

El Libro Blanco no contempla iniciativa diplomática alguna. Alineado con la visión militarista de la nueva Comisión Europea, en la que los beligerantes países bálticos encabezan las comisiones de Relaciones Exteriores y Defensa, proponen a los Estados miembros acordar rápidamente una ambiciosa iniciativa de apoyo militar a Ucrania, entrenando y equipando sus fuerzas armadas y suministrándoles munición de artillería y defensa aérea. Ucrania se ha convertido en el principal laboratorio mundial de defensa e innovación tecnológica, dice el documento.

Desde febrero de 2022 Europa le ha proporcionado alrededor de 50 mil millones de euros en apoyo militar y se propone mejorar su capacidad de defensa a través de lo que han llamado “estrategia del puercoespín”, para disuadir cualquier posible nuevo ataque.

Misiles (incluidos los de ataque de precisión profunda), aviones no tripulados y, por lo menos, dos millones de cartuchos para artillería de gran calibre al año, son prioridades compartidas por Ucrania y los Estados miembros de la UE, que pretenden también formar y equipar brigadas ucranianas y apoyar la regeneración de sus batallones.

Esfuerzos que buscan, entre otras cosas, llenar el espacio dejado por un cambio en la política norteamericana, que desde 2022 ha venido sustentado la guerra de Ucrania, como lo demostró el reportaje de NYT, “The partnership: the secret history of the war in Ukraine”, publicado el pasado 29 de marzo.

Pese a las tensiones con Washington, Europa reconoce, sin embargo, que un fuerte vínculo transatlántico sigue siendo crucial para su defensa. La OTAN es la piedra angular de esa defensa.

Más allá de Europa

El documento propone un compromiso ambicioso en materia de seguridad y defensa, “con todos los países europeos afines, los países de la ampliación y los países vecinos (incluidos Albania, Islandia, Montenegro, la República de Moldavia, Macedonia del Norte y Suiza)”, así como seguir estudiando una Asociación de Seguridad y Defensa con la India.

La idea es que la UE explore, además, “oportunidades de cooperación industrial en materia de defensa con los socios del Indo-Pacífico, en particular Japón y la República de Corea, con los que se celebraron Asociaciones de Seguridad y Defensa el pasado mes de noviembre, así como Australia y Nueva Zelanda”.

La guerra a gran escala de Rusia contra Ucrania tiene repercusiones más allá de Europa, dice el Libro Blanco. Las amenazas híbridas y los ciberataques no respetan fronteras. Tampoco lo hace la seguridad en el espacio o en el mar.

La militarización de la industria, un buen negocio

Un mercado de equipos de defensa verdaderamente operativo en toda la UE sería uno de los mayores mercados nacionales de defensa del mundo, asegura el Libro Blanco. Un aumento de la inversión en defensa tendría efectos positivos en toda la economía. La reactivación industrial de la defensa a gran escala exigirá que la industria atraiga y forme a muchos talentos, incluyendo técnicos, ingenieros y expertos especializados.

Reconstruir la defensa europea exigirá una inversión masiva durante un periodo sostenido, tanto pública como privada, para reponer las existencias de equipos militares de los Estados miembros y aumentar la capacidad de producción industrial de defensa europea. El Banco Europeo de Inversiones debe desempeñar un papel decisivo en la financiación de esos programas. Su Plan de Acción de Seguridad y Defensa fue un primer paso en esa dirección, pero se estima que su aplicación debe acelerarse.

Pero impulsar la inversión pública en defensa no será suficiente. Las empresas europeas, incluidas las pequeñas y medianas, deben tener un mejor acceso al capital. La propuesta es que, para el periodo 2023-2027, el Fondo Europeo de Defensa (EDF) financie a las PYME con hasta 840 millones de euros y que el Programa Europeo para la Industria de Defensa (EDIP) cree un Fondo para Acelerar la Transformación de la Cadena de Suministro de Defensa (FAST).

Europa se prepara para las guerras

La UE es y sigue siendo un proyecto de paz, se puede leer casi al concluir el Libro Blanco. Europa debe tomar decisiones audaces –agregan– y construir una Unión de Defensa que garantice la paz en nuestro continente mediante la unidad y la fuerza.

En Bruselas se dice que la Comisión Europea “se ha transformado en un Ministerio de Defensa”, dijo la periodista Gloria Rodríguez, del diario español El País, en un artículo fechado en Bruselas.

La agenda de estos días es elocuente, afirma. “El Libro Blanco que define las amenazas a las que se enfrenta la UE, complementa ReARM Europe, el plan más ambicioso hasta ahora para reforzar a los ejércitos europeos y a la industria de la defensa”, presentado por von der Layen hace dos semanas.

Para Dmitri Peskov, portavoz de la presidencia rusa, las principales señales procedentes de Bruselas y de las capitales europeas se refieren ahora a planes para militarizar Europa. Moscú no ha recibido señales de Bruselas que indiquen un deseo de buscar una solución política del conflicto ucraniano, afirmó.

Necesitan justificarse

Los países miembros de la UE eligieron a la exprimera ministra de Estonia, Kaja Kallas –una de las voces más beligerantes contra Rusia–, como representante de su política exterior porque querían una líder para tiempos de guerra, dicen –citando a fuentes europeas– Niicholas Vinocur y Jacopo Barigazzi, periodistas de POLITICO. “Es tiempo de hechos, no solo de palabras”, agregan.

Si Ud. la oye –dice una voz europea crítica de Kallas, citada por POLITICO –, parece que estamos en guerra con Rusia, lo que no es la línea oficial de la Unión Europea”.

Pero otros aprueban, como la primera ministra danesa –otra voz particularmente beligerante– o un diplomático europeo, no identificado por los autores del artículo, que se siente “muy contento” con el estilo de Kallas.

Odio hacia los rusos expresó el presidente ucraniano, en una entrevista al diario conservador francés Le Figaro. Un “sentimiento apropiado” en tiempos de guerra –afirmó–, que lo ayuda a mantenerse al frente de la lucha.

Un sentimiento que probablemente contribuyó al fracaso de los acuerdos de Minsk, negociados antes de la guerra, en 2014 y 2015, boicoteados por Ucrania, Francia y Alemania. Acuerdos que pretendían dar garantías a las poblaciones rusas de las Repúblicas de Donetsk y Lugansk. Los combates en el este de Ucrania, entre los separatistas y las fuerzas ucranianas, ya habían cobrado unas 14 mil vidas, antes de la invasión rusa, según la británica BBC, y dejado más de un millón de desplazados.

En ese clima, el canciller español, José Manuel Albares, pidió no inquietar inútilmente a la gente. “Nadie se prepara para la guerra” aseguró. Se refería al “Kit de supervivencia” para sobrevivir por lo menos 72 horas, en caso de una emergencia, propuesto por von der Layen. El mismo Albares que en una reunión de seis países europeos en Madrid, el lunes 31 de marzo, proponía, sin lograr apoyo, utilizar los fondos rusos congelados en los bancos europeos para ayudar a Ucrania.

«Necesitan justificarse”, dijo el presidente ruso, Vladimir Putin, comentando la propuesta del kit. “Por ello asustan a su población con una hipotética ‘amenaza rusa’”. «Decir que vamos a atacar a Europa después de Ucrania es una completa tontería. Es la intimidación de su propia población”.

¿Las guerras del futuro?

El colega de Kallas en la Comisión, el exprimer ministro de Lituania Andrius Kubilius, hoy a cargo de la recién creada cartera de Defensa, también partidario de una agresiva política frente a Moscú, estimó que “si Europa la quiere evitar, debe estar lista para la guerra”. Las prioridades del Libro Blanco –destacó– son aumentar los gastos en defensa, pensando “no solo en las guerras de hoy, sino también en las del futuro”.

Putin no se detendrá leyendo el Libro Blanco, agregó. Solo lo hará “si lo usamos para crear drones muy reales, tanques, artillería… para nuestra defensa”.

Para el presidente finlandés, el también conservador Alexander Stubb, la única manera de detener Moscú es “armar Ucrania hasta los dientes”.

Y, por primera vez desde la II Guerra Mundial, Alemania despliega tropas en el extranjero. Se trata de una brigada instalada en Lituania, a 10 km de la frontera con Bielorrusia. Cuando esté plenamente operativa, en 2027, contará con unos 5.000 personas, entre militares y civiles.

Los dos –Kallas y Kubilius– son ciudadanos de dos países bálticos –Estonia y Lituania-, particularmente agresivos contra Rusia. No es arriesgado decir que su designación en esos cargos se debió precisamente a eso.

Resulta que Estonia, con cerca de 1,4 millones de habitantes, y Lituania, con unos 2,9 millones, son, por su población, apenas como un barrio de cualquier ciudad grande de América Latina. El área metropolitana de México, o de São Paulo, tienen cerca de ocho millones de habitantes.

De modo que no deja de sorprender que funcionarios europeos, que podrían ser como alcaldes de barrios de esas ciudades, tengan en sus manos la definición de políticas que pueden llevar el mundo a una nueva guerra de dimensiones catastróficas.

Si el mundo civilizado no amarra las manos a estos salvajes, nos van a llevar a la Tercera Guerra Mundial.

FIN

Mercenarios y contratistas civiles: el negocio sucio de las guerras. Segunda parte

Félix Madariaga Leiva
Periodista

Mucho más allá de lo legal

No son tantos los casos conocidos públicamente – pero son suficientes para preocuparnos – en que estas empresas y sus contratistas civiles, han estado envueltos en escándalos y excesos, con altos costos de vidas en las más diversas latitudes del planeta, violando el derecho internacional humanitario.

El 16 de septiembre de 2007, personal de la empresa estadounidense Blackwater Worldwide (actualmente Academi) utilizó armas de fuego mientras escoltaba un convoy en Bagdad, lo que terminó con la muerte de 17 civiles y 24 heridos iraquíes. Las investigaciones concluyeron que abrieron fuego injustificadamente contra civiles desarmados, sin embargo, a pesar de que 5 contratistas fueron procesados, en 2009 todo quedó en nada.

En noviembre de 2024, un jurado federal ordenó a la empresa CACI Premier Technology a pagar 42 millones de dólares por daños y perjuicios a tres hombres iraquíes que fueron torturados en la cárcel de Abu Ghraib. Sentencia que llegó después de 16 años.

En su informe de octubre de 2023, el Grupo de Trabajo sobre la utilización de mercenarios como medio de violar los derechos humanos y obstaculizar el ejercicio del derecho de los pueblos a la libre determinación, se señalaba que “Para el Grupo de Trabajo sobre la utilización de mercenarios, resulta evidente que el reclutamiento, el adiestramiento, la financiación y la utilización de mercenarios y agentes afines sigue siendo un problema sistémico creciente que atraviesa regiones, países concretos y múltiples conflictos armados. El Grupo de Trabajo ha advertido en repetidas ocasiones que la utilización de mercenarios y agentes afines prolonga los conflictos armados, socava los procesos de paz, desestabiliza las regiones y, lo que es más preocupante, acarrea y agrava la comisión de violaciones graves de los derechos humanos, crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad contra la población civil. El grado de utilización de esos agentes y las atrocidades que cometen en todo el mundo han llegado a cotas nunca antes vistas”.

En ese marco no parece imposible que miembros de estas organizaciones puedan estar interviniendo en cualquier lugar del mundo para su propio beneficio o de un tercero sin ningún tipo de control. ¿Quién podría asegurar que no han intervenido en operaciones de gran envergadura, que podrían incluso desestabilizar un gobierno, como el secuestro de Ronald Ojeda en nuestro País?

Grandes problemas, pequeñas soluciones

La problemática ligada a este mercado de guerra alternativo tiene muchas facetas, sólo señalamos dos: la falta de mecanismos de control y regulación de sus actividades; la segunda, el capital humano ocupado ¿quiénes son? ¿de dónde vienen? ¿Quién se hace cargo de ellos y sus acciones durante y finalizados sus contratos?

El Documento de Montreux (finalizado en 2008, apoyado actualmente por 59 Estados y 3 Organizaciones Internacionales), busca proporcionar un plan para que los gobiernos regulen efectivamente las EMSP, destaca las responsabilidades de los Estados y reafirma las obligaciones existentes en virtud del derecho internacional y en particular, el derecho internacional humanitario (DIH) aunque no es un tratado legalmente vinculante.

Aunque han surgido a lo largo de los años varias iniciativas que intentan regular este mercado, todas con muy buenas intenciones, en la práctica tienen poca eficiencia. Por ejemplo, el Grupo de Trabajo sobre la utilización de mercenarios como medio de violar los derechos humanos y de obstaculizar el ejercicio del derecho de los pueblos a la libre determinación, creado por la ONU en 2005, tiene jurisdicción para monitorear las actividades de las EMSP para asegurarse de que respeten los derechos humanos, pero no tiene autoridad para imponer a los Estados sus recomendaciones.

En 2012, el Departamento de Seguridad y Vigilancia de la ONU emitió el Sistema de Gestión de Seguridad para acompañar a las directrices sobre el uso de los servicios de seguridad; en 2017 el Parlamento Europeo aprobó un informe que insta a regular las EMSP y recomienda únicamente la contratación de EMSP establecidas en la UE para evitar paraísos contractuales.

La guerra entre Rusia y Ucrania se ha convertido en una suerte de imán para los combatientes extranjeros de numerosos países. En el caso de Ucrania, algunos de los mercenarios provienen incluso de varios países latinoamericanos como Argentina, México, Ecuador y mayoritariamente Colombia. De hecho, el presidente Volodímir Zelenski, dijo a principios del año pasado que unas 20.000 personas de 52 países del mundo llegarían a ayudar.

A mediados del 2022, después de que Kiev formara su Legión Internacional de Defensa, ya se habían unido 20.000 “voluntarios”, según el gobierno ucraniano, número que se ha reducido a un estimado de 2.000 a 3.000 personas, lo que a juicio de los expertos es un número muy menor para hacer una diferencia en la guerra. Por su parte, el Ministerio de Defensa de Rusia ha denunciado en numerosas ocasiones que en el territorio ucraniano se registran contratistas de más de 80 países, esto pese a que las leyes de una gran cantidad de Estados prohíbe la actividad mercenaria.

¿Qué sucederá con esos combatientes cuando termine la guerra o sus contratos? La respuesta no es fácil, muchos de ellos ofrecen sus servicios por las expectativas de buenos sueldos y otros beneficios, sin embargo, la realidad choca con las expectativas. En el caso de Ucrania, después de viajar miles de kilómetros, muchos han quedado varados a la espera de ser reclutados y combatir en el frente; algunos se encuentran desaparecidos y muchos ven desvanecerse los sueños de poder radicarse en Europa finalizado el conflicto.

Los ex militares de Pinochet

¿Y cuál es la realidad chilena? Para hacernos una idea, veamos sólo 1 caso. En octubre de 2003, el diario La Tercera publicaba un aviso de la empresa con sede en Washington DC, Red Táctica, en el que se buscaban exoficiales “preferentemente de fuerzas especiales, con salud compatible y con dominio del inglés”. La empresa explicó más tarde que la búsqueda era para tareas de consultoría portuaria. Sin embargo, el presidente de Blackwater, Gary Jackson, decía otra cosa en diario británico The Guardian: “Vamos hasta el fin del mundo en busca de profesionales y los comandos chilenos son muy profesionales y se ajustan al sistema de Blackwater”. El sistema de Blackwater es simple: contratan soldados retirados en el tercer mundo, los entrenan muchas veces en sus mismos países – a veces incluso con ayuda de las fuerzas armadas locales– y los colocan como agentes de seguridad privada en lugares de alto riesgo, como embajadas o bases militares extranjeras en Irak.

En Chile, este esquema de reclutamiento se descubrió por primera vez en 2003, cuando un centenar de oficiales retirados fueron reclutados para hacer tareas de vigilancia en Irak y Afganistán. Según denuncias que la Justicia Militar investigó, fueron entrenados en el país con armamento liviano que habrían entregado militares en actividad. El reclutamiento de mercenarios volvió a aparecer en los titulares a fines de 2005, cuando 105 militares retirados chilenos fueron expulsados de Honduras, donde entrenaban junto a otros latinoamericanos antes de viajar a Medio Oriente. Los exoficiales fueron repatriados a Santiago.

Según las cifras que se manejaban durante la invasión a Irak, unos 1000 exsoldados chilenos habrían trabajado como seguridad privada. Para el exsenador Alejandro Navarro, uno de los primeros en hacer pública la existencia de “mercenarios chilenos”, el número era mucho mayor. En un artículo de 2007 de Página12 señalaba que “Nuestros informes sostienen que alrededor de 2.200 han viajado a Irak y han vuelto a Chile desde la invasión”. Sus fuentes, eran “familiares de los exmilitares contratados e incluso los mismos mercenarios, que de vuelta en Chile se quejan de malos tratos y de no haber recibido los sueldos prometidos”.

Tanto los informes de Navarro como los de la ONU se centraron en Red Táctica y en la figura de su presidente, José Miguel Pizarro, un ex teniente de artillería del ejército chileno, que en 1995 decidió dejar la institución y mudarse a Estados Unidos. Allí no cambió muchos sus hábitos. Ingresó en el cuerpo de infantería de la Marina y más tarde volvió a colgar el uniforme para convertirse en un consultor. En su currículum también se destacan sus apariciones esporádicas como analista en la cadena CNN, que lo presenta como un “experto de conflictos bélicos”. Su encargado de relaciones comerciales en Santiago, Herman Brady, es el hijo de un ex ministro de Defensa de la dictadura de Augusto Pinochet.

Pizarro fue declarado culpable de infringir la Ley de Vigilantes Privados en 2011 por la Corte Suprema de Chile. Pero seguramente la historia no ha terminado allí.

Fuentes:

https://www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/4-87890-2007-07-10.html

https://www.latercera.com/nacional/noticia/el-destino-fatal-de-un-soldado-chileno-en-ucrania/HVLXZERICRFB3HNJ2AA6IYOVKE/

https://tudpam.org/what-is-the-scope-of-activity-of-the-private-military-company-blackwater-or-academy/

https://cronicaseguridad.com/2024/07/19/mercenarios-y-companias-militares-y-de-seguridad-privada-v/

https://www.ohchr.org/en/instruments-mechanisms/instruments/international-convention-against-recruitment-use-financing-and#:~:text=the%20present%20Convention.,Article%205,provisions%20of%20the%20present%20Convention

https://razonpublica.com/ley-prevenir-reclutamiento-mercenarios-colombianos-una-buena-idea/

https://www.elradar.es/guerra-con-animo-de-lucro-implicaciones-de-la-creciente-industria-de-la-seguridad-privada/

https://izquierdarevolucionariamx.net/index.php/internacional/otros-africa/3556-contratistas-civiles-o-mercenarios-del-siglo-xxi

https://www.ohchr.org/es/documents/thematic-reports/a78535-report-working-group-use-mercenaries-means-violating-human-rights

Mercenarios y contratistas civiles: el negocio sucio de las guerras

Por Félix Madariaga Leiva
Periodista

Primera Parte.

¿Quién se hace cargo de ellos cuando termina la guerra y vuelven a sus países de origen?

El ejemplo de Colombia, es un camino que deberían comenzar a pensar los distintos países que proveen de esta mano de obra para la guerra. Crear leyes para una problemática de hoy y del futuro.

Colombia es un ejemplo que nos gustaría que siguieran muchas naciones que son exportadores de combatientes, país en el que desde hace algunos años se está buscando una solución para el grave problema de los mercenarios y las empresas militares y de seguridad privada (EMSP). El año pasado, el presidente Gustavo Petro presentó una ley para impedir el reclutamiento de mercenarios en su país. El proyecto tiene como objetivo principal evitar el reclutamiento y la participación de ciudadanos colombianos en actividades mercenarias: tipificando el delito de mercenarismo, prohibiendo el entrenamiento paramilitar para fines mercenarios, apuntando a la cooperación internacional y dando protección a los veteranos.

Colombia ha sido por años uno de los principales proveedores de mercenarios, lo que se debe fundamentalmente a la alta capacitación militar, falta de oportunidades económicas y una importante demanda global. Más de 4000 ex militares colombianos han sido contratados para servir en conflictos internacionales, principalmente en Oriente Medio y África, lo que demuestra también cómo el capital humano entrenado con recursos estatales se está usando para producir utilidades privadas.

Es evidente que el mercado de los mercenarios y contratistas privados, como les gusta hacerse llamar, crea problemas tanto internos como externos. La participación de ellos en conflictos ajenos puede dañar la imagen y la reputación internacional de un país, además de ser una forma involuntaria de exportación de violencia y criminalidad.

El mercenarismo debe prohibirse y se deben establecer mecanismos internacionales efectivos que controlen, persigan y castiguen a las empresas militares y de seguridad privada que reclutan personas e intervienen de manera poco transparente a lo largo de todo el planeta.

Aplaudimos el esfuerzo de Colombia, y esperamos que inspire a otros países como Chile, donde algunos diputados nos comentaron en off the record que no hay iniciativas ni proyectos en ese sentido. Esto nos preocupa, y nos preocupa de verdad, porque vemos cómo la inseguridad se hace parte de nuestra sociedad, y curiosamente hace un año fuimos testigos, a través de los informativos de TV, del actuar de un grupo de choque paramilitar, con armamento sofisticado, chalecos antibalas y uniformes, secuestrando a un ex militar venezolano desde un edificio de Santiago, para posteriormente asesinarlo y hacerlo desaparecer. No cualquiera tiene la capacidad de realizar una operación militar de esa envergadura. El secuestro del coronel venezolano fue estudiado y planificado con mucha antelación y podríamos pensar que los que actuaron, podrían entrar perfectamente en el perfil de mercenarios ahora convertidos en delincuentes.

El compromiso con la paz y la legalidad no puede encenderse y apagarse a conveniencia

A pesar de la falta de regulación y de los problemas éticos y políticos que comporta, el mercado de las empresas militares y de seguridad privada continúa creciendo viento en popa, con grandes beneficios económicos para las compañías, que obtienen mucha de su mano de obra desde África y Latinoamérica, mano de obra, mejor dicho, carne de cañón. Sí, porque en general, las posiciones especializadas son cubiertas por expertos de los ejércitos oficiales, y al frente de batalla, van, más o menos preparados los pseudo-soldados, que por unos cuantos dólares arriesgan sus vidas en conflictos lejanos, muy lejanos.

Según el Centro de Ginebra para la Gobernanza del Sector de la Seguridad (DCAF), se calcula que actualmente existen más de 450 compañías militares privadas que operan en más de 50 países, empleando a 5 millones de personas en África, 2,5 millones en América Latina y el Caribe y a 2 millones en Europa, aunque es difícil estimar un número exacto ya que existen muchos operadores que actúan en zonas grises o negras del mercado. Económicamente, el valor de este negocio asciende conservadoramente a unos 244.000 millones de dólares.

Los cuatro países que encabezan esta “industria”, con aproximadamente el 70% del mercado son Estados Unidos, Reino Unido, China y Sudáfrica, lógicamente en Estados Unidos se concentran las mayores EMSP siendo también un importante cliente de ellas.

¿Y dónde está el problema?

La participación de este tipo de empresas en conflictos armados no es nueva ni novedosa, aunque por muchos años haya pasado desapercibida a la opinión pública. Las guerras de Irak y Afganistán fueron el punto de inflexión para su crecimiento acelerado. Miles de soldados privados fueron contratados por Estados Unidos para “apoyar” sus operaciones militares.

El problema está en lo que se ha denominado “privatización” de la guerra, las EMPS están asumiendo cada vez más roles y funciones en los conflictos en desmedro de la soberanía de los Estados y su monopolio sobre el uso de la fuerza, con contratistas que en demasiadas ocasiones han demostrado falta de ética y respeto hacia los derechos humanos.

Dentro de las actividades oficialmente declaradas por estas compañías se encuentran, por ejemplo, apoyo logístico, mantenimiento del armamento y los sistemas de defensa, inteligencia, desminado y limpieza de Elementos Explosivos Sin Detonar (UXO´s), asesorías y consultorías en áreas tan diversas como reconstrucción, estabilización, reorganización de fuerzas armadas y policiales, entrenamiento en capacidades específicas y quizás las más polémicas, la seguridad para la protección de instalaciones y personas y la participación en combates.

Y quiénes son los contratistas que llevan a cabo estas funciones, en general, las EMSP utilizan una fuerza de trabajo flexible que seleccionan de acuerdo con sus habilidades. Muchos son exmilitares, en ocasiones de grupos especiales, con experiencia en temas de seguridad, amantes de las armas y la disciplina militar.

Como ejemplo, según un artículo publicado por Izquierda Revolucionaria durante la guerra de Irak había 122 ex militares chilenos “que sirvieron a las órdenes de Pinochet, los reclutaron a través de un anuncio aparecido en el periódico chileno El Mercurio (12/10/03) en el que se invitaba a exmilitares, preferentemente con experiencia en instrucción de comandos y dominio del inglés, para prestar sus servicios de seguridad en el exterior cobrando 18.000 dólares por seis meses de trabajo, al anuncio respondieron 400 infantes de marina y antiguos “boinas negras” (fuerzas especiales del ejército chileno). Estos mercenarios fueron contratados por una de las principales empresas del sector, Blackwater Security, filial de Halliburton (vinculada al vicepresidente estadounidense Cheney)”.

Por decir lo menos, siniestro.

30 de enero Día Escolar de la No Violencia y la Paz

El hogar y la escuela juntos enseñan la paz

Dra. Hazel M. Gutiérrez Ramírez
Pediatra. Especialista en Cuidado Paliativo Pediátrico y Bioeticista
Invitada de ACANAMED

El día 30 de enero se celebra el Día Escolar de la No Violencia y la Paz, y se conmemora el aniversario de la muerte del Mahatma Gandhi (India, 1869-1948). Gandhi fue un líder pacifista que defendió y promovió la no violencia al rechazar de forma tajante cualquier tipo de violencia o maltrato contra los seres vivos y que desdichadamente, fue asesinado por defender estas ideas.

El objetivo de recordar este día es que en todos los hogares y centros educativos de nuestro país sean ambientes defensores de la paz y se incentive en ellos una cultura dedicada a la no violencia en ninguna de sus formas (física o verbal) para nuestros niños, niñas y adolescentes.

En la actualidad, hablar con nuestros hijos sobre la importancia de fomentar la paz, es fundamental. Estamos viviendo situaciones que sólo hace unos pocos años llegamos a considerar que serían impensables. Entre ellas, el desarrollo de guerras entre ya varios países y las numerosas situaciones trágicas ocurridas recientemente donde menores de edad inocentes resultan heridos o pierden la vida ante el uso de violencia desmedida dentro de un ambiente seguro como era su propia escuela o bien su comunidad. Tan solo hace un año en EUA, un niño de 6 años disparó a su maestra de preescolar por haber tenido un desacuerdo con ella: ¿Cómo puede ser esto posible? Sin duda, como adultos responsables del cuidado de nuestros hijos debemos preocuparnos y analizar con conciencia: ¿Qué estamos haciendo mal como sociedad?

La paz no solamente se siembra en las escuelas, más importante aún, se siembra en el seno de cada uno de nuestros hogares. Mientras el niño crece, es dentro de su familia donde el niño aprende cómo comunicarse con otros niños y con los adultos, cómo comportarse durante las diferentes circunstancias de la vida (sean experiencias positivas o negativas) y cómo interactuar con los demás para ser parte de una sociedad. Debemos recordar que cuando el niño inicia el primer año de la escuela, cerca de los 6 años, está madurando y desarrollando su personalidad pues imita las acciones de socialización de sus padres con los demás e incorpora los valores morales trasmitidos dentro de su familia. Es por esta razón, que la responsabilidad de los adultos que cuidan y enseñan a los niños durante estos primeros años de la infancia es tan valiosa e importante: la paz inicia y termina en casa.

Una educación inspirada en una cultura de la no violencia y paz permite que los niños adquieran los conocimientos, actitudes y competencias que refuercen su desarrollo como ciudadanos globales críticos y comprometidos con sus derechos y los de otras personas (UNICEF, 2020). Enseñar a nuestros niños y adolescentes herramientas valiosas para una adecuada convivencia, no sólo les ayudará a aprender a vivir en armonía con los demás, sino también en su futuro desarrollo profesional.

Las habilidades blandas, también conocidas como “habilidades de las personas” o bien “habilidades interpersonales”, son, al contrario de las habilidades duras, una combinación de habilidades humanas, subjetivas y no cuantificables que juegan un papel esencial en la forma que nos relacionamos e interactuamos con otras personas. En conmemoración de esta fecha, deseo destacar 5 habilidades blandas que, si las sabemos enseñar y fomentar en nuestros hijos, tanto en el hogar como en la escuela, serán “semillas de la paz” a lo largo de las futuras generaciones:

  1. Empatía: Permite ver las cosas desde la perspectiva del otro en vez de solo ver la nuestra, es en sí la habilidad de “ponerse en los pies del otro”. Es enseñar a los niños sobre el significado de desarrollar el valor de la sensibilidad para relacionarse con los demás, es que interioricen y apliquen en su forma de vivir la frase de Confucio que una y otra vez, me decía mi padre cuando era pequeña: “No hagas a los demás lo que no quieres que te hagan a ti”.

  2. Habilidades de comunicación: En estos tiempos donde existe tanta globalización y la comunicación es tan diversa a causa de los medios tecnológicos y digitales, el saber comunicarse de forma asertiva es sumamente primordial. Enseñar a nuestros hijos a escuchar activamente a los demás con respeto y atención (mirando siempre a los ojos y no compulsivamente el teléfono como ya con más frecuencia ocurre), o bien, el desarrollo de estrategias de negociación a lo largo de las diferentes etapas de su vida les brindará un mundo abierto con un sin fin de posibilidades de crecimiento y aprendizaje.

  3. Tolerancia: Es promover el respeto a las ideas, creencias o prácticas de los demás, aunque sean diferentes o contrarias a las nuestras. Es un derecho de la infancia y de toda la humanidad el lograr desarrollar un adecuado entendimiento entre personas de distinta procedencia y modos de pensar. El lograr que nuestros niños y adolescentes desarrollen habilidades pacíficas de resolución de conflictos hará sin duda que el uso de la violencia no forme nunca parte de sus vidas, independientemente de las circunstancias que atraviesen.

  4. Respetar los derechos de los demás: Los derechos humanos son normas que reconocen y protegen la dignidad de todos los seres humanos. Estos derechos rigen la manera en que los individuos viven en sociedad y se relacionan entre sí, al igual que sus relaciones con el Estado y las obligaciones del Estado hacia ellos. Las personas también tienen responsabilidades; así como hacen valer sus derechos, deben respetar los derechos de los demás. Ningún gobierno, grupo o persona individual tiene derecho a llevar a cabo ningún acto que vulnere los derechos de los demás (UNICEF, 2015). Es enseñarle a los niños y adolescentes la frase del filósofo Jean-Paul Sartre: «Mi libertad se termina dónde empieza la de los demás”

  5. Trabajo en equipo: Aprender a ser un líder positivo y saber trabajar en equipo es hoy en día una habilidad indispensable. En 1964, Robert Greenleaf fundó el llamado “liderazgo servicial” o “liderazgo compasivo”, el cual es un enfoque de liderazgo en el que ayudar a los demás está por encima de todas las demás prioridades de la persona. En lugar de gestionar para obtener resultados, un líder servicial se centra en crear un entorno en el que su equipo pueda prosperar y realizar su labor de la mejor forma posible. Por el contrario, si enseñamos a nuestros niños y adolescentes a ser individuos puramente individualistas, difícilmente serán buenos líderes. El promover el conocimiento, la comprensión y la práctica de la importancia del trabajo en equipo en nuestros niños y adolescentes, sea con sus propios hermanos como con sus amigos y compañeros de clase, fomentará la búsqueda de objetivos comunes, el sentido de lealtad, seguridad y alta autoestima. Lo anterior, llevará a que se esfuercen por mantener relaciones positivas dentro y fuera de sus grupos de pares y nos aseguraremos que a lo largo de sus vidas sean voces que mitiguen las expresiones o acciones negativas dirigidas hacia los demás.

Como madres, padres, hermanos, abuelos, tíos, cuidadores y educadores los invito a cada uno de ustedes a construir con los niños y adolescentes de nuestro entorno, el camino hacia la paz y no violencia. Es la forma idónea de hacer un mundo mejor para aquellos que vendrán detrás cuando ya no estemos con vida. Como una vez dijo Mahatma Ghandi: «Nosotros tenemos que ser el cambio que queremos ver en el mundo».

Declaración de la 7ª Asamblea Internacional del Observatorio de Derechos Humanos de los Pueblos

Asamblea realizada en la Casa de Cultura Las Jarillas, Ciudad de México los días 7 y 8 de diciembre de 2024.

Con un gran Tlamanalli en ofrenda a la madre tierra por la Paz en el mundo, como pueblos originarios ancestrales nos unimos contra este modelo imperialista, que nos impone guerras mediáticas, jurídicas, políticas, económicas, tecnológicas y con la seria amenaza de convertirla en una guerra nuclear, que destruiría nuestra forma de vida colectiva y podría suponer el fin de nuestra existencia como especie humana.

Nos reafirmamos como un espacio colectivo y de dialogo para seguir encontrándonos como pueblos hermanos que vivimos realidades similares; ante las cuales, constituimos como tarea de primer orden la necesidad de continuar uniendo nuestras voces por la defensa de la vida, de nuestros bienes naturales, de nuestros cuerpos y territorios contra la ocupación, genocidio, saqueo y destrucción que el sistema capitalista, colonialista, imperialista, patriarcal y racista nos impone.

Históricamente hemos aprendido a enfrentar la violencia estructural con una oposición firme expresada desde formas de vidas comunitarias, solidarias, de cuidados colectivos, de saberes arraigados a nuestros territorios y a nuestros pueblos. Lo cual ha permitido fortalecer los procesos de resistencia y lucha de manera creativa y permanente.

Basta de violaciones a nuestros derechos humanos colectivos como pueblos, no más impunidad, alto a las masacres y a los genocidios, fuera el militarismo y paramilitarismo de nuestros territorios.

La militarización es la imposición por la fuerza, es el medio que utilizan los Estados Unidos y la OTAN entre otros de sus aliados, para imponer su hegemonía, evitar el libre desarrollo de los pueblos y contener a los movimientos sociales que se resisten a estos fenómenos generados por la guerra. También y de manera brutal contribuyen a la destrucción ecológica en todo el planeta, siendo uno de los principales responsables del cambio climático.

Desde el Observatorio de Derechos Humanos de los Pueblos manifestamos una vez más nuestro firme compromiso de seguir avanzando en la defensa y respeto de los derechos humanos colectivos de los pueblos, como un instrumento vital para nutrir la solidaridad, la sororidad, la autonomía, la igualdad, la justicia y la paz.

Ante un mundo plagado de injusticias y exclusiones, continuamos uniéndonos para su transformación y lograr constituirnos en un mundo capaz de reconocer la diversidad humana y hacer prevalecer la vida sobre la muerte y la destrucción.

Queremos vivir en paz desde América Latina hasta Palestina y todos los territorios del mundo, esto significa avanzar en la construcción de sociedades justas, guiadas por la solidaridad, y plenas en sus capacidades para desarrollarse libres y soberanamente.

Nuestro continente, debe ser un territorio de Paz, libre de bases militares y de armas nucleares, desde el Observatorio siempre defenderemos las banderas de la Unidad y la integración del Abya Yala.

Nuestro modelo es por la vida, la colectividad, el dialogo, el respeto a nuestra Madre Tierra. Una paz con justicia social, dignidad y libertad.

Libertad a todas las prisioneras políticas y políticos del mundo. Todas las personas que habitamos este planeta tenemos derecho de vivir en PAZ. ¡Si a la Paz!, ¡No a la guerra!.

Alzamos nuestras voces y decimos que los pueblos queremos vivir en Paz, queremos que nuestros territorios sean espacios de paz y armonía con la naturaleza.

¡Alto al genocidio de Israel contra Palestina y Líbano!

¡Todas y todos somos Palestina!

¡Los pueblos queremos Paz YA!

¡Si a la Paz no a la guerra!

¡Desde el Río hasta el Mar Palestina Vencerá!

¡Libertad, Libertad Palestina Libertad!

Mi metro cuadrado

Sergio Gutiérrez

¡Qué carajo! Este metro cuadrado es mío, y no me importa nada más. Hoy, 12 de diciembre de 2024, a las 21:30, me pegué con pared.

¿Por qué hoy y a esta hora? La verdad, no sé.

Si tuviera las imágenes de un pequeño dron volando a tan solo un metro de altura, vería que el día es absolutamente hermoso. Comencé mi día con una esposa perfecta, una familia perfecta, salud, en una casa perfecta, en un barrio perfecto en Santa Ana, con un sol radiante, y con un negocio que marcha bien. En este momento, perfectamente podría irme a dormir y sentir que «debería» estar satisfecho. Mañana podría ser un día igual, y muchos de nosotros seguiríamos adelante sin ningún cambio.

Pero si subimos el dron a 10 metros de altura, ahora mi visibilidad abarca 11 kilómetros a la redonda. Desde esta nueva perspectiva, no veo muchas diferencias. Aún vería a personas enfermas, algunos que han perdido seres queridos, otros que no tienen qué comer, pero en general, la mayoría de las personas podría acostarse y levantarse mañana con un día muy similar al de hoy, encontrando satisfacción en sus vidas.

Si subimos a 100 metros de altura, la perspectiva comienza a cambiar. Vemos más realidades: indigentes, pobreza, personas sin oportunidades. Aún hay belleza y prosperidad, pero es evidente que no todos tendrían la certeza de que mañana seguirán un camino claro hacia la prosperidad.

Lleguemos a 500 metros. Ahora vemos algo completamente diferente. A esa altura, podríamos ver a personas que han sufrido recientemente en lugares como el Pacífico Central, pero que hoy pueden estar disfrutando de la vida. También podríamos ver grandes desarrollos urbanos en zonas como Barrio Escalante, Rohrmoser o el Valle Occidental, impulsados por quienes tienen la suerte de estar en el lugar correcto y disponer de los recursos necesarios. Sin embargo, en otro lado, vemos a familias en Sarapiquí, durmiendo en refugios y hasta en los techos de sus casas tras devastadoras inundaciones. Es esta la altura en la que las imágenes que hoy no me dejan dormir se vuelven abrumadoras.

Si subimos aún más, a 3,000 metros, la visión de Costa Rica cambia por completo. Desde aquí, vemos un país dividido en dos: uno lleno de gente educada y próspera, con un futuro prometedor, y otro que lamentablemente vive una realidad completamente diferente. Sí, los ticos somos privilegiados en comparación con nuestros vecinos, pero… ¿hacia dónde vamos? ¿Qué camino estamos tomando? ¿Tenemos un camino claro hacia la prosperidad? ¿Estamos dejando hombres/mujeres atrás?

Ahora bien, si la Tierra fuera plana, ¡algunos todavía lo creen!, según una visión simplificada de las leyes de la física, bastaría con estar a 100 km de altura para ver toda la superficie de la Tierra. Y al hacerlo, veríamos una realidad de riqueza obscena, pobreza extrema, guerras, paz, diferentes religiones, injusticias extremas, y mucho más. Me pregunto, ¡qué difícil debe ser para Dios tener esa visión!

Elegir la altura es un arte: encontrar el balance entre la sensibilidad hacia los demás y no volverse loco en el intento.

Hoy yo elijo quedarme a 500 metros de altura, perturbado por las imágenes de mis hermanos de Sarapiquí, sufriendo lo que para mí, en mi pequeño metro cuadrado, es inimaginable. Tal vez mañana suba a 3,000 metros para tratar de entender mejor la realidad de Costa Rica, pero lo que definitivamente no haré es quedarme aquí, encerrado en mi metro cuadrado. Simplemente no puedo. ¿Y usted, qué altura elige?

El mundo tal como es (II-III)

Gilberto Lopes

San José, 3 de diciembre del 2024

El genocidio como política

“El genocidio como supresión colonial” es el título del sobrecogedor informe de Francesca Albanese, relatora especial de las Naciones Unidas sobre la situación de los derechos humanos en los territorios palestinos ocupados. Fue presentado a la Asamblea General el pasado 28 de octubre.

Al día siguiente se volvía a hablar de genocidio en la Asamblea General, que inició su debate sobre el impacto del bloqueo que Estados Unidos mantiene desde hace más de seis décadas contra Cuba. Era la 32ª vez que se votaba sobre el tema.

Para el ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez, el bloqueo económico, financiero y comercial de Estados Unidos contra su país califica como otro genocidio.

Estados conoce perfectamente que viola la Carta de las Naciones Unidas y el derecho internacional con esas medidas que, según el gobierno cubano, representó pérdidas por 5.056,8 millones de dólares, solo entre marzo de 2023 y febrero de 2024.

La destrucción del enemigo

George Kennan (1904-2005), notable diplomático norteamericano, fue un escritor prolífico. En “Around the Cragged Hill”, un libro sobre su visión personal de la filosofía y la política trata de diversos aspectos del mundo en que le tocó vivir. Entre ellos la relación entre la política exterior y los militares.

Ahí discute la idea de destrucción total del enemigo, objetivo de la guerra para los militares. La destrucción por sí misma, afirma Kennan, no está de acuerdo con esa idea. Piensa que el objetivo de la guerra debe ser otro. No se trata de provocar la máxima destrucción del enemigo, sino de cambiar sus políticas, su forma de pensar.

Si ese es el objetivo, no se trata de provocar el máximo daño, sino el mínimo. “Todos vivimos en el mismo mundo; y si el objetivo de la guerra no es el genocidio (¿y quién, el Occidente, puede concebir que ese sea el objetivo?, se pregunta), entonces el propósito de cualquier conflicto militar es no tanto destruir militarmente el enemigo, sino cambiar su actitud”.

Occidente después de Kennan (o la miseria humana como política)

Kennan fue el artífice de la política de contención de la Unión Soviética, en un famoso artículo –The Sources of Soviet Conducts– publicado en julio de 1947, con el seudónimo de “X”.

Fue ciertamente su mayor éxito como diplomático. Tuvo mucho menos suerte después, cuando empezó a revisar sus puntos de vista con respecto a la URSS, a la OTAN, a Ucrania o a la relación de los países bálticos con Rusia. Se lamenta, en su libro, del poco caso que le hicieron, pese a los muchos reconocimientos que recibió.

“Occidente” no está dispuesto a oír las recomendaciones de Kennan. Su visión sobre “Occidente” y el genocidio luce hoy ingenua.

“El genocidio debe considerarse un componente esencial y decisivo del objetivo de Israel de colonizar completamente la tierra palestina expulsando el mayor número posible de palestinos” … ”dentro de un proceso de expansión territorial y depuración étnica que ha durado décadas y cuyo objetivo ha sido aniquilar la presencia palestina en Palestina”, afirma Albanese en su informe sobre la situación en Gaza.

No se puede leer el informe (por lo menos yo no puedo) sin una mezcla de sensaciones que terminan por resumirse en una profunda indignación contra los niveles de miseria humana que ha alcanzado el gobierno de Israel y que el informe de Albanese expone con lucidez y coraje.

“…la conducta general de Israel tras el 7 de octubre ha provocado graves daños psicológicos a todos los palestinos, tanto a las víctimas directas como a los que son testigos desde el exilio.

“El objetivo general es humillar y degradar a los palestinos en su conjunto.

“Se desnuda a prisioneros y se los tortura cruelmente en masa; los cuerpos de adultos y niños se amontonan y descomponen en la calle; los supervivientes se ven obligados a comer alimentos para animales y hierba y a beber agua de mar, o incluso aguas residuales; se ha mutilado a miles de personas, incluidos niños pequeños que se quedaron sin extremidades incluso antes de aprender a gatear; se destruyen hogares y se viola la vida íntima; y no queda absolutamente nada a lo que regresar”.

No se trata de política reciente, sino de una sistemática. “La inquietante frecuencia y crueldad de las matanzas de personas, cuya condición de civiles es conocida, son representativas de la naturaleza sistemática de una intención de destruir. A Hind Rajab, de seis años, lo mataron de 355 disparos después de pasar horas pidiendo ayuda; Muhammed Bhar, que tenía síndrome de Down, murió como consecuencia de un ataque con perros; Atta Ibrahim Al-Muqaid, un anciano sordo, fue ejecutado en su casa, de lo que luego se jactaron en los medios sociales su asesino y otros soldados; varios bebés prematuros fueron abandonados deliberadamente en la unidad de cuidados intensivos del hospital Al -Nasr, donde sufrieron una muerte lenta y sus restos se descompusieron…”

Historias difíciles de imaginar. Estamos lejos del sueño de Kennan, o de una guerra de legítima defensa, de una lucha antiterrorista con la que el gobierno israelita pretende justificar el genocidio. “Está bien establecido que Israel no puede invocar la legítima defensa contra la población que está bajo su ocupación. La potencia ocupante debe proteger, no atacar, al pueblo ocupado”, dice el informe.

El ejército israelí ha transformado Gaza en un lugar inhabitable para el ser humano. “Cuando la polvareda se asiente en Gaza, se conocerá el verdadero alcance del horror vivido por los palestinos”, dice Albanese. Me parece justo que entonces algún otro general obligue a los ciudadanos de Israel a ver la destrucción causada por su ejército en Palestina. Como hace unos 60 años otro general obligó a una población alemana a ver la que su ejército había causado a los judíos.

Cada vez más a la derecha

Nadie puede decir que no sabía lo que está pasando. Y que ya se anunciaba después de los resultados de las elecciones del 1 de noviembre de 2022 y la conformación del nuevo gobierno israelí, el más extremista encabezado por Benjamin Netanyahu, acusado de genocidio por la Corte Penal Internacional.

Un informe de Naciones Unidas, publicado el 20 de septiembre pasado, denunciaba lo que calificó de un “éxodo sin paralelo en años recientes” en Cisjordania, donde los colonos israelíes expulsaban de sus tierras, con violencia, a los palestinos. En un editorial del 5 de octubre, el diario Haaretz denunciaba que en Cisjordania “el gobierno de Netanyahu estaba violando la ley”.

El objetivo de la ampliación de los asentamientos, considerados ilegales por la ley internacional y por la misma ley israelí, es parte de una política prioritaria para el actual gobierno, orientada a la ocupación permanente de Cisjordania, o a su anexión.

Aliado a los ultraortodoxos y al nacionalismo religioso, dos hombres representan con particular saña la orientación extremista del nuevo gobierno.

Residente en Givat Haavot, colonia enclavada en el corazón de Hebrón, Itamar Ben Gvir, ministro de Seguridad Nacional, “es un activista impenitente que multiplica las provocaciones pavoneándose por los barrios árabes de Jerusalén este y apareciendo junto a las milicias de autodefensa judías”, afirma Alain Dieckhoff, director de investigación del Centro Nacional para la Investigación Científica (CNRS), la institución de investigación científica más importante de Francia.

El otro es Bezalel Smotrich, líder del Partido Sionista Religioso. “Su vida está totalmente identificada con la colonización judía”, dice Dieckhoff. Nombrado ministro de Hacienda, con competencias específicas en la administración civil de Cisjordania, se ha encargado de promover la expansión de los asentamientos judíos en tierras palestina.

Estados parias

Conocidos los resultados de las últimas elecciones, el presidente norteamericano, Joe Biden, llamó a Netanyahu, para decirle que su compromiso con Israel era “incuestionable”. –¡Felicitaciones amigo!, le dijo.

Como ya lo señalamos, al día siguiente de la presentación del informe de Albanese sobre Palestina, la Asamblea General analizó las consecuencias del bloqueo norteamericano a Cuba.

Para la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) la política de sanciones de Estados Unidos obstaculiza el desarrollo cubano y perjudica el bienestar de su población. La CELAC rechazó la aplicación de leyes y medidas contrarias al derecho internacional adoptadas por Washington, como la ley Helms-Burton, incluidos sus efectos extraterritoriales, así como a la creciente persecución de las transacciones financieras internacionales de Cuba.

El representante permanente de la delegación mexicana ante la ONU, Héctor Vasconcelos y el ministro de Relaciones Exteriores de Brasil, Mauro Vieira, se expresaron contra el embargo. Vieira pidió a Estados Unidos sacar a Cuba de la lista de países patrocinadores del terrorismo y fomentar un diálogo constructivo, basado en el respeto mutuo y la no injerencia.

El ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez, calificó de genocidio ese bloqueo económico. Del 18 al 23 de octubre Cuba sufrió un apagón que afectó todo el país. Los hospitales funcionaron en condiciones de emergencia, las escuelas y universidades suspendieron sus clases, la economía se detuvo.

La causa primaria de la falla del sistema eléctrico nacional fue la carencia de combustible que afectó la generación, asociada al estado precario de las plantas. «Ambas consecuencias directas de las medidas extremas de guerra económica aplicadas por el Gobierno estadounidense desde 2019», específicamente diseñadas para impedir los suministros de combustibles y de partes y piezas para sus plantas”, agregó el canciller cubano.

La Corte Penal Internacional reconoció como genocidio la política de tierra arrasada que Israel ha impuesto en Gaza. Crimen que, de acuerdo con el canciller cubano, comete también Estados Unidos con su política de bloqueo a su país. El 30 de octubre la Asamblea General condenó esa violación de la Carta de Naciones Unidas por Estados Unidos, por 187 votos a dos. Nada de eso será acatado por el actual gobierno norteamericano, ni por el que lo sustituirá a partir de enero próximo. Tampoco cesará el genocidio en Gaza, ni la ocupación de Cisjordania, ni habrá respeto por la ley internacional.

No es extraño entonces que los dos países –Estados Unidos e Israel– hayan votado juntos –y solos– contra la condena al bloqueo norteamericano, con desprecio por la voluntad unánime del mundo.

FIN

El mundo tal como es (I-III)

Gilberto Lopes

San José, 1 de diciembre del 2024

Las guerras y las deudas

Con la deuda mundial acercándose a los cien billones (trillion en inglés) de dólares, el Fondo Monetario Internacional (FMI) recomienda a los gobiernos reducir el déficit y prever nuevas reservas para hacer frente a la crisis que seguramente vendrá, probablemente más pronto de lo que nos imaginamos, advirtió el mes pasado su directora, Kristalina Georgieva.

Las cifras dieron pie a diversas reflexiones. David Dodwell, director ejecutivo del Hong Kong-APEC Trade Policy Study Group, destacó que, en Washington, ven con preocupación como, por primera vez, el servicio de la deuda superará el presupuesto militar: 870 mil millones de dólares, frente a 822 mil millones. Con una deuda de más de 36 billones de dólares, solo en intereses Estados Unidos paga alrededor de 3.000 millones diarios.

Impresionantes también son los datos sobre las consecuencias económicas de la guerra israelí en Gaza: los daños en infraestructura son estimados por organismos financieros internacionales en 18,5 mil millones de dólares. Limpiar 37 millones de toneladas de escombros puede tomar 14 años (o más), mientras que restaurar la economía tomará siete décadas.

En medio de la tragedia humana, de los cerca más de 40 mil muertos, mujeres y niños la mayoría, la economía de Gaza se hundirá un 14% este año, comparado con el año pasado. En todo el territorio palestino ocupado la economía se desplomará un 35%.

La otra guerra, en Ucrania, ha hecho que los gastos militares del país aumenten hasta representar 37% del Producto Interno Bruto (PIB) y un 58% de los gastos del gobierno. En Rusia esos gastos representan casi 6% y 16% respectivamente.

Con las tensiones aumentando en prácticamente todo el mundo, los gastos de la OTAN alcanzaron, el año pasado, 1,34 billones de dólares, de los cuales más de dos tercios corresponden a Estados Unidos. Representaron 55% de los gastos militares mundiales, de acuerdo con el Instituto Internacional de Estocolmo de investigaciones sobre la Paz (SIPRI).

El desorden del mundo

Para ilustrar ese mundo quizás nos sirva la idea de Richard Haass, expresidente del Council on Foreign Relations –un prestigioso think thank norteamericano sobre política internacional–, expuesta en su libro “A World in Disarray”, publicado en 2017, que podemos traducir como “Un mundo desordenado”.

Haass –que, entre otros cargos, fue director del equipo de planificación política del Secretario de Estado Colin Powell, durante la primera administración de George W. Bush– analiza el deterioro de las relaciones entre Estados Unidos y la entonces Unión Soviética, al final de la Guerra Fría. Las cosas se complicaron desde el principio, afirma. Con los rusos derrotados en Afganistán –sus tropas abandonaron el país en febrero de 1989–, Estados Unidos contribuyó a “aumentar los problemas y a humillar” el país, dice Haass. Más importante todavía –agrega– fue la decisión de ampliar la OTAN en los años 90’s, bajo la administración Clinton. Una política que resultó ser “una de las más consistentes y controvertidas de la posguerra fría”.

Las consecuencias de esa decisión han sido analizadas desde los más diversos puntos de vista. Si la OTAN debe subsistir como un pacto militar y Estados Unidos seguir siendo un miembro activo –dijo el notable diplomático norteamericano George Kennan, fallecido en 2005– “yo esperaría que pudiéramos encontrar una manera de no darle el aspecto de una alianza orientada contra ningún país específico, sino más bien como expresión de un interés más duradero en la seguridad y la prosperidad de todos los países europeos de lo que es ahora”.

No ha ocurrido así. La OTAN se expandió hacia el este en diversas olas, de carácter cada vez más ofensivo, dirigidas contra Rusia, hasta que ese avance amenazó con llegar a sus fronteras con Ucrania.

Un mundo unipolar

El presidente ruso, Vladimir Putin, expresó reiteradamente su punto de vista sobre las consecuencias de esa decisión, que hoy son bien conocidas. Su discurso en la Conferencia de Seguridad de Múnich, en 2007, es citado con frecuencia. Entonces el presidente ruso era invitado a esa conferencia. Hoy ya no lo es. Pero volver a ese discurso debería ayudarnos a encontrar una salida al laberinto en que estamos metidos.

Lo que está ocurriendo hoy –dijo entonces Putin– es el intento de introducir el concepto de un mundo unipolar. ¿Con que resultados? Con el abuso de la fuerza militar en las relaciones internacionales, con el desprecio por los principios básicos de la ley internacional, con un Estado -Estados Unidos– saltándose las fronteras nacionales, tratando de imponer un modelo económico, político, cultural. Esto es extremadamente peligroso. El resultado es que nadie se siente seguro, advirtió Putin.

La expansión de la OTAN hacia el este no tomó en cuenta la sugerencia de Kennan, que fue embajador en Rusia en 1952 (donde fue declarado “non grato” por Stalin). Tampoco los líderes políticos de Occidente, en Washington o en Europa, han oído las advertencias rusas sobre los límites de esos avances, ni considerado sus preocupaciones de seguridad. Concluida la Guerra Fría, no fue Moscú quien avanzó hacia el oeste, sino Occidente quien llevó sus tropas hasta las fronteras rusas. ¿Con qué fin?

Olga Khvostunova, del Programa Eurasia del Foreign Policy Research Institute, por ejemplo, se refirió a esas “líneas rojas” establecidas por el Kremlin, cuya violación supondría represalias masivas, incluyendo un ataque nuclear. Las miraba en menos. Khvostunova estimó –en un artículo publicado en septiembre pasado en Foreign Policy– que, a medida en que avanzaba la guerra, diversas “líneas rojas” se cruzaron “sin repercusiones significativas”.

Desde su perspectiva, parece que ni la invasión de Ucrania, en febrero del 2022, ni el uso del nuevo misil balístico hipersónico contra un complejo industrial en la ciudad de Dnepropetrovsk, luego de la utilización por Ucrania de los misiles occidentales para atacar territorio ruso, deben ser vistos como una respuesta a los nuevos avances de Occidente en el escenario de la guerra.

Los analistas del Institute for the Study of War (ISW) -una institución alineada con los intereses de Occidente– estiman que Putin trata de inflar artificialmente las expectativas sobre sus capacidades militares, destacando las características de su nuevo misil. Estiman que esa arma no es más que una adaptación del misil Kedr, que Rusia ha venido desarrollando desde 2018-2019 y no representa un recurso militar novedoso.

La balcanización de Europa

No es la opinión de líderes como el primer ministro polaco, Donald Tusk, una de las voces más agresivas contra Rusia en Europa, para quien “la amenaza de un conflicto global es realmente seria y real”. O para el canciller alemán, que habla de una “terrible escalada”.

Un artículo del diario español El País, del 22 de noviembre pasado –“La OTAN convoca una reunión urgente con las autoridades de Kiev tras el lanzamiento de un misil ruso de nueva generación”–, explica los acontecimientos como una escalada rusa.

Los rusos tienen una visión distinta. Afirman que los misiles estadounidenses, ingleses y franceses, que Ucrania comenzó a utilizar para atacar su territorio, no pueden ser usados sin la participación de personal militar occidental. “Los propios ucranianos no pueden hacer esto”, dijo el portavoz oficial del Kremlin, Dimitri Peskov. El uso del novedoso misil de alcance intermedio “no es una escalada, sino una respuesta a la escalada provocada por Occidente”, afirmó.

El 1 de diciembre Europa giró un poco más a la derecha, en opinión de la periodista Ella Joyner, de la agencia alemana DW. Ese día asumió una nueva Comisión Europea, encabezada nuevamente por la demócrata cristiana alemana Ursula von der Leyen, con la exprimera ministra estoniana, Kaja Kallas, a cargo de la política exterior y el exprimer ministro lituano, Andrius Kubilius, a cargo de defensa, ambos particularmente agresivos contra Rusia.

En su presentación ante el parlamento europeo –que también giró aún más a la derecha en las últimas elecciones– Kallas reiteró la importancia de la victoria de Ucrania y pidió sanciones contra China –que ve como un “rival sistémico”–, por su apoyo a Rusia. “China debe pagar por sus relaciones con Rusia”, afirmó.

Con poco menos de 1,4 millones de habitantes, cerca de 20% de la población de Estonia está en riego de pobreza, según estadísticas oficiales. El Producto Interno Bruto (PIB) cayó un 3% el año pasado. El país se ha mantenido en recesión en 2004 y las previsiones son de un débil crecimiento en los próximos años, como resultado de diversos factores, incluyendo la pérdida permanente de insumos baratos procedentes de Rusia.

En otra cartera clave de la nueva Comisión Europea, la de Defensa, creada expresamente para esta ocasión, el lituano Andrius Kubilius se caracteriza también por su posición particularmente agresiva frente a Rusia, que califica como un Estado patrocinador del terrorismo. Es partidario de incautar los cientos de miles de millones de dólares rusos congelados en Europa, una medida polémica, que otros países europeos ven con más cautela.

En una muestra del clima antirruso que prevalece en los países bálticos, a mediados de noviembre la estatal Radio y Televisión de Lituania (LRT) despidió al periodista Aigis Ramanauskas. Ramanauskas había sugerido matar a quienes ven películas rusas o escuchan música rusa en el país. En su opinión, era indispensable alejar a los niños de esas personas. Ante las reacciones provocadas, se explicó: «Esto es lo que quiero decir a nuestros rusoparlantes: –No, queridos conciudadanos, no insté a que los mataran. No se trataba de ustedes, aunque está claro que odio sinceramente lo que conocemos como ‘mundo ruso'».

Con la política exterior europea en manos de representantes del este europeo; con Inglaterra en franca decadencia, fuera de la Unión Europea; con Francia y Alemania sumergidos en una crisis política y económica, una inevitable tercermundización de Europa, con una derecha extrema controlando el parlamento y la Comisión, con una visión cada vez más provinciana de la política exterior, Europa es, nuevamente, una renovada amenaza para el mundo.

FIN