Investigadores identifican los aspectos del envejecimiento saludable para el desarrollo de estrategias de prevención del Alzheimer
La UCR y la Universidad de Kansas investigan los factores del envejecimiento saludable en Costa Rica (foto archivo ODI).
Patricia Blanco Picado,
Periodista Oficina de Divulgación e Información
¿Cuáles son las características personales y del estilo de vida que le permiten a una persona mayor de 65 años mantener una vida activa y saludable?
Conocer y comprender estos factores sobre el envejecimiento saludable en zonas urbanas y rurales, así como sus diferencias, es la razón de un estudio que realiza el Instituto de Investigaciones Psicológicas (IIP) de la Universidad de Costa Rica (UCR), en conjunto con el Centro de Gerontología de la Universidad de Kansas, de Estados Unidos.
El proyecto de investigación, titulado EDAD, analiza poblaciones de adultos mayores del área metropolitana y de Guanacaste, con el fin de determinar los elementos que inciden en el envejecimiento saludable en estas zonas. El estudio tiene también como ejes de trabajo las posibilidades de detección temprana y el tratamiento del deterioro cognitivo y del Alzheimer.
De acuerdo con los especialistas, el estudio se enfoca en medir la influencia de aspectos biológicos y ambientales en el envejecimiento positivo. Como parte de él se hace una “radiografía” de la vida de las personas, que incluye sus facetas psicológicas, físicas, sociales, médicas y ambientales, tales como la dieta, estilos de vida, personalidad, estrés, depresión y habilidades físicas, entre otras.
La península de Nicoya es considerada por los especialistas en demografía como un “área azul”, en donde las personas son más longevas (foto con fines ilustrativos archivo ODI).
Se han entrevistado y evaluado a más de 250 personas adultas mayores del Valle Central y de Guanacaste, lo que ha dado como resultado información sociodemográfica, socioemocional, nutricional, física y cognitiva.
Esto significa que las personas adultas mayores participantes han compartido experiencias personales y aspectos de su historia médica, personal, las enfermedades que existen en su familia, los detalles de su estilo de vida diaria, sus hábitos de alimentación y las percepciones sobre sus redes de apoyo y sobre sí mismos, afirmó la Dra. Mónica Salazar Villanea, investigadora principal del proyecto.
Este conocimiento beneficiará a otras personas en la actualidad y en el futuro servirá para diseñar estrategias de prevención de las demencias y fomentar el envejecimiento saludable.
La península de Nicoya, en Guanacaste, está catalogada internacionalmente por los demógrafos como una “área azul”, que son aquellas regiones en el mundo en donde las personas son más longevas e incluso llegan a los 100 años o más.
El taller brindó herramientas de crianza desde una perspectiva no violenta y de respeto mutuo para la solución de los problemas diarios
Un total de 15 personas, entre padres, madres y otras personas encargadas del cuido y crianza de niños y niñas participaron en el taller sobre crianza positiva, impartido por estudiantes de Psicología de la UCR.
Emanuel García Jiménez,
Periodista Instituto de Investigaciones Psicológicas
Ejercer la maternidad o paternidad y, en general, el cuido y crianza de un niño o niña, no es tarea fácil. Tanto el adulto como el niño aprenden de forma continua. No obstante, en algunas ocasiones la persona adulta necesita información y apoyo para ejercer mejor su labor.
Como apoyo a esta labor, el taller de crianza positiva brindó herramientas de crianza y solución a los problemas diarios, desde una perspectiva no violenta y de respeto mutuo. Un total de 15 personas, entre padres, madres y otras personas encargadas del cuido y crianza de niños y niñas, asistieron a la actividad, sin costo económico para los participantes.
El taller se desarrolló en siete sesiones durante los meses de mayo y junio del presente año. Fue impartido por María Laura Arce, Wendy Araya, Rolando Campos, Gloriana Giusti y Génesis Mesén, estudiantes del curso de Psicología de los procesos grupales, de la carrera de Psicología de la Universidad de Costa Rica (UCR).
La iniciativa se desarrolló en el marco del proyecto Escuela para Padres y Madres, del Instituto de Investigaciones Psicológicas (IIP) de esta universidad.
“La metodología del taller consistió en introducir herramientas de crianza positiva junto con la discusión y reflexión del grupo. Se buscó incentivar la participación e introducir contenidos a partir de las experiencias de los asistentes”, explicó la estudiante Gloriana Giusti.
Giusti destacó la importancia de este tipo de espacios. “Los papás y mamás a veces no se preguntan sobre la experiencia de ser padres y no acuden a espacios donde pueden compartir con otros para darse cuenta que hay otros pasando por las mismas cosas”, manifestó.
Estrategias de crianza positiva
Las personas menores de edad deben ser tratadas como seres valiosos y como sujetos con derechos y responsabilidades, afirmó Giusti al referirse a algunas estrategias de crianza positiva. Por esta razón, deben ser criados en un ambiente de comprensión y libertad.
El proyecto Escuela para Padres y Madres, perteneciente al Instituto de Investigaciones Psicológicas, realizó un taller de capacitación dirigido a padres, madres y personas encargadas de niños y niñas. La foto muestra a algunos de los participantes y las estudiantes que lo impartieron (foto Emanuel García).
Asimismo, los niños y las niñas requieren ser queridos por las personas más cercanas. Estas deben recordarles siempre lo mucho que los quieren y lo importantes que son en su vida. Es importante dedicarles tiempo al día para escucharlos.
Promover el autoconocimiento en los hijos y dejarlos que exploren con cada experiencia y aprendan a pensar por sí mismos a partir de sus propias vivencias. Solo así desarrollarán destrezas para enfrentar distintas situaciones, afirmó Giusti.
Otra forma de crianza positiva es celebrar los logros, por más pequeños que estos sean. Es importante reconocer el progreso y no hacer ninguna crítica. Si se corrige a los hijos es mejor hacerlo de manera propositiva.
Como padre o madre, se debe aprender a autocontrolarse y a conocer las emociones en situaciones difíciles. Respirar lenta y profundamente y contar hasta diez, con los ojos cerrados, visualizar una escena bonita y placentera pueden ayudar a recobrar la calma.
Otra recomendación es pensar lo que se va a decir. ¿Cómo se sentiría usted si otra persona adulta le dijera lo mismo? Analice por qué está enfadado o enfadada. ¿Es realmente por lo que han hecho sus hijos o hijas, o es por algo que le pasa a usted?
Finalmente, poner en práctica el sentido del humor es a veces el mejor de los remedios frente a una situación difícil.
Hablan los participantes
“Cuando uno empieza a tener hijos, nadie le dice cómo tiene que criarlos. A veces uno piensa que con pegar cuatro gritos se soluciona cualquier problema”, comentó Roberto Barberena Sequeira sobre su motivación de asistir junto con su esposa Karla Quesada Jiménez al taller de Crianza positiva.
Barberena cuenta que gracias a la experiencia en esta actividad ahora aplica nuevas técnicas de crianza con su hija de tres años. “Cuando hacía algo malo le gritaba, ahora la abrazo, la beso, hablo con ella y le pido que no lo vuelva a hacer”, aseguró.
Wendy Corea Fajardo también participó en el taller junto a su esposo, Jean Carlo Díaz Gutiérrez. Ambos tienen un hijo de tres años. “La experiencia fue muy bonita, nos brindamos apoyo entre todos. Uno salía con ganas de cambiar muchas cosas y seguir haciendo otras que estábamos haciendo bien”, dijo. Corea comentó que venía con muchos miedos, ya que había sufrido una depresión postparto, pero descubrió que “no hay que ser tan duro con uno mismo como madre o padre”.
Para Cristibel Leandro Aguirre, otra de las asistentes al taller, la clave es buscar ayuda e informarse sobre lo que implica ser padre o madre. “Esto es un aprendizaje para toda la vida, hay que mantenerse informado, eso empoderada más”, opinó.
La Dra. Judith Mounty, especialista de la Universidad de Gallaudet, vino al país invitada por la UCR para asesorar al personal técnico de investigación de la prueba de admisión de esta universidad (foto Anel Kenjekeeva).
Personal de la prueba de admisión de la UCR se asesora en aplicación de tests a personas sordas y con baja audición
Patricia Blanco Picado,
Periodista Oficina de Divulgación e Información
Con una sonrisa en su rostro que la retrata como una persona cálida, la Dra. Judith Mounty es una profesional de la Universidad de Gallaudet, en Estados Unidos, con una formación multidisciplinaria en Educación, Psicolingüística y Trabajo Social.
Mounty es bilingüe, pues se comunica tanto en inglés como mediante la Lengua de Señas Americana (ASL, por sus siglas en inglés), la cual es diferente a la lengua de señas que usa la población sorda de Costa Rica.
Ella prefiere tener un intérprete de ASL a inglés cuando interactúa con personas oyentes, aunque tiene restos auditivos y puede comunicarse en un inglés fluido.
Conversamos con ella en un pequeño cubículo del Instituto de Investigaciones Psicológicas (IIP), en el nuevo edificio de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Costa Rica (UCR). La Dra. Vanessa Smith Castro, directora del IIP, facilitó la estadía de Mounty en Costa Rica y su interacción con personas sordas y oyentes, además de participar como intérprete de inglés-español para esta entrevista.
Mounty vino al país invitada por el IIP para asesorar al personal técnico de investigación de la Prueba de Aptitud Académica (PAA) sobre aspectos de medición que se deben considerar en personas sordas que solicitan el ingreso a esta institución.
Su visita empezó con una conferencia sobre la salud mental, el bienestar y el desarrollo integral de las personas sordas y con baja audición, seguida de un taller de dos días sobre aspectos relacionados con la equidad y el acceso a las pruebas de las personas sordas, y de una sesión de trabajo en grupo enfocado en la PAA.
Durante la conferencia, la Dra. Judith Mounty compartió su conocimiento y experiencias con miembros de la comunidad sorda, estudiantes y docentes (foto Anel Kenjekeeva).
“Nuestro interés es revisar la forma en que estamos haciendo las adecuaciones en la PAA dirigidas a la población sorda y con baja audición, y conocer las mejores prácticas en este campo. Nuestro equipo se esfuerza diariamente por lograr un balance entre la excelencia académica y la equidad, lo cual no es fácil”, explicó Smith.
Bilingüismo: clave desde la niñez
El bilingüismo (adquisición y aprendizaje de la lengua de señas y de la lengua oficial en modalidades oral y escrita) desde la edad temprana es fundamental para el desarrollo integral de las personas sordas y con baja audición. Esto tiene consecuencias a lo largo de sus vidas, enfatizó Mounty, quien también es psicoterapeuta y ha sido maestra de estudiantes sordos de primaria.
“El acceso total al lenguaje en etapas tempranas de la vida es muy importante porque prepara a las personas sordas para leer y escribir y luego para asistir a la universidad”, insistió.
La Dra. Mounty cree que la privación del lenguaje, la cual para los niños sordos frecuentemente significa la ausencia del acceso a la lengua de señas, puede provocar problemas de salud mental en estas personas: «La lengua de señas juega un rol importante en el desarrollo de la identidad de un niño sordo y permite la comunicación de sus sentimientos», recalcó.
Cambios en la educación
Miembros de la comunidad sorda hicieron preguntas y compartieron comentarios a la experta estadounidense. Para ello se contó con un equipo de tres personas que proveyó la interpretación del español al Lesco y del Lesco a la Lengua de Señas Americana (foto Anel Kenjekeeva).
La especialista estadounidense no solo es una académica exitosa dedicada a la educación y bienestar de personas sordas o con baja audición, sino que también habla desde su propia experiencia. Ella es una persona sorda, está casada con una persona sorda y es madre de dos hijas: una hija sorda, quien es asistente de maestras en una escuela para niños sordos y es jugadora de voleibol del Equipo Nacional de Estados Unidos; y una hija oyente quien es estudiante de Comunicación y Relaciones Públicas y se está iniciando como intérprete de ASL.
La Dra. Mounty está convencida de que los jóvenes sordos están en capacidad de seguir una carrera, pero no están ingresando a las universidades porque no “les hemos dado un tipo correcto de educación”, que considere la visión de mundo de las personas sordas, sus habilidades y particularidades.
En las reuniones con el equipo de la PAA, la Dra. Mounty sugirió la posible implementación de un programa para personas sordas, que funcione como antesala a la universidad, para preparar a estudiantes sordos o con baja audición para el aprendizaje en la educación superior. Asimismo, que fortalezca el conocimiento de estas personas sobre el mundo, habilidades de razonamiento abstracto y destrezas académicas tanto en Lengua de Señas Costarricense (Lesco), como en español escrito.
También señaló que, en el ámbito universitario, se requiere elevar el nivel académico de la enseñanza de Lesco y de los estudios sobre sordos como una disciplina académica, y fomentar la creación de departamentos y de programas enfocados en estos temas.
Asimismo, la especialista consideró que es necesario desarrollar competencias culturales en los docentes. “Los profesores que dan clases a estudiantes sordos deben involucrarse y conocer esa cultura, lo cual va más allá de tener un uso instrumental de la lengua de señas, dar clases e irse a su casa al final del día”, manifestó.
La UCR cuenta desde 1981 con el Programa Regional de Recursos para la Sordera (Progreso), adscrito a la Escuela de Orientación y Enseñanza Especial de la Facultad de Educación, que ofrece cursos de enseñanza de Lesco y forma intérpretes de esta lengua.
La lengua de señas
La Lingüística y la Antropología han contribuido al estudio de las lenguas de señas nativas de las comunidades sordas. Estas disciplinas, así como los estudios neurobiológicos en el campo de la educación bilingüe en personas oyentes, han proporcionado información para el desarrollo de una aproximación bilingüe para enseñar a niños sordos o con baja audición.
Las primeras investigaciones formales en Estados Unidos que pusieron a esta lengua al mismo nivel que otras lenguas orales, en términos de su gramática y sintaxis, comenzaron hace más de 50 años, con el trabajo pionero del Dr. William Stokoe. Estos estudios apoyaron el desarrollo de una visión sociocultural de lo que significa ser una persona sorda: personas con una comunidad y una cultura, en oposición al modelo médico que ve a la persona sorda como deficiente y con necesidad de ser «arreglada».
En Estados Unidos, la educación bilingüe para niños sordos o con baja audición comenzó a tomar forma en los años 80. Desde este enfoque se considera a la lengua de señas como la lengua primaria más accesible para ellos. La lengua oral y escrita (como el inglés o el español) es adquirida como una segunda lengua en forma paralela o posteriormente a la lengua de señas. Estudios sobre adquisición de la lengua y sobre neurolingüística apoyan este enfoque.
Actualmente hay tecnologías que promueven y apoyan el desarrollo de la lengua de forma bilingüe, así como la educación bilingüe para personas sordas y con baja audición.
En los programas de educación bilingüe, profesores sordos y con baja audición con frecuencia trabajan en equipo con profesores oyentes, comparten experiencias y aportan modelos fuertes de cada lengua (de señas y oral) a los estudiantes.
En Estados Unidos los programas de educación bilingüe para sordos coexisten en la actualidad con programas con un enfoque monolingüe.
El foro organizado por PRIDENA fue un espacio de discusión y análisis entre los especialistas y el público presente sobre la violencia infantil como uno de los graves problemas que como sociedad está teniendo el país y que debe abordarse de manera urgente (foto María Peña).
Foro de PRIDENA en el Día Internacional de la Familia
María Encarnación Peña Bonilla,
Periodista Oficina de Divulgación e Información
Desaprovechamiento de coordinación inter-sectorial, sobre todo SALUD/PANI.
Pérdida de credibilidad en institucionalidad que debe velar por la protección.
No existe política gubernamental de prevención.
Acciones políticas predominantes respecto al tema de protección y el tema de violencia priorizan un manejo represivo.
Sin duda alguna la negligencia, tanto de parte de las familias, como de parte de algunas instituciones y políticas públicas en Costa Rica, contribuyen con las diferentes expresiones de violencia infantil que se están manifestando en la sociedad costarricense. Así de categórica fue la conclusión en la cual coincidieron los especialistas en materia de niñez y adolescencia que participaron el pasado 15 de mayo en un foro para analizar el tema, organizado por el Programa Interdisciplinario de Estudios y Acción Social de los Derechos de la Niñez y la Adolescencia (PRIDENA) de la UCR.
Dr. Mariano Rosabal Coto: “Hay avances, pero no se dan todas las respuestas necesarias, posibles, ni pertinentes; siguen siendo respuestas centradas en atención, penalización, institucionalización y esto que desgasta al sistema” (foto María Peña).
Durante el foro los especialistas invitados abordaron diferentes aspectos en torno a la violencia infantil: sus detonantes, sus consecuencias individuales y colectivas, los diferentes contextos familiares y sociales, las instituciones del Estado que deben atender el tema y proteger a los infantes; la situación actual de las familias en el país, las prácticas de crianza y los procesos sociales, económicos y demográficos que afectan a este importante núcleo de la sociedad.
Violencia como hechos, no como condición de vida
Según detalló el Dr. Mariano Rosabal Coto, del Instituto de Investigaciones Psicológicas de la UCR (IIP) las principales raíces identificadas sobre la violencia contra niños y niñas, están vinculadas a la llamada negligencia (parental), en sus contextos de crianza, así como con el ejercicio de la disciplina y/o autoridad parental
La sociedad ha visibilizado la violencia como hecho, en detrimento del abordaje de la violencia como condición de vida, como estructura, destacó Rosabal. Y agregó que las políticas de prevención, atención y protección en el área de violencia intrafamiliar priorizan el enfoque de género, diluyendo la primera infancia y su contexto. “Los esfuerzos se han centrado en la protección post-facto de niños y niñas víctimas, no en la reeducación de estructuras básicas de las familias; educar contra la negligencia y otro tipo de prácticas no penalizadas, implica orientarse a la prevención.”
Según Cecilia Villarreal, en materia de violencia infantil es necesario tener un abordaje desde la diversidad de las familias y procurarles una capacidad de auto organización según los roles; además de reconstruir el paradigma de la culpa (foto María Peña).
Ante tal realidad los retos de nuestra sociedad para enfrentar la violencia infantil son, a criterio de Rosabal, muy puntuales: visibilizar a la primera infancia, tener claro cómo las formas predominantes de disciplina se basan o legitiman diversas formas de violencia, recuperar la credibilidad en cuanto a la labor de protección en el PANI, incorporar a la primera infancia en los planes del MIDEPLAN, enfrentar los vacíos en cuanto a políticas y acciones relativas a recreación y tiempo libre, optimizar los sistemas monitoreo.
Urge una política pública de familia en Costa Rica
La catedrática de la Escuela de Orientación de la UCR, Cecilia Villarreal, destacó que es necesario desmitificar el concepto de familia que tradicionalmente ha sido nuclear y sexista; además de reproductor de patrones de relaciones de generación a generación; y construir un paradigma de diversidad y complejidad que posibilite a la familia educar en convivencia democrática, bajo principios de pertenencia (identidad) de orden, compromiso y responsabilidad según el rol que cada quien tiene dentro de la familia.
Pero, por otro lado, también enfatizó Villarreal, hay otros sectores de la sociedad que deben de cumplir también con su función particular ante el tema de la violencia infantil y cuestionarse seriamente qué están haciendo ante esa dolorosa y multifactorial realidad en la que muchos niños y niñas viven su día a día.
El público estuvo conformado por estudiantes de la UCR, profesionales en orientación, funcionarios del PANI, psicólogos, psiquiatras, funcionarios de CEN/CINAIS, entre otros interesados directos en el tema de violencia infantil (foto María Peña).
“Las políticas públicas en el país desmiembran a la familia”, aseveró la especialista, puesto que pretenden atender o asumir a los integrantes de la familia como sujetos independientes: infantes, adolescentes, mujeres, personas ancianas. Lo cual ha dado como resultado recursos y servicios públicos descoordinados por sectores o por problemas y la ausencia de una política pública para la familia como un todo. “Es urgente en Costa Rica una política pública de familia para redimensionar y re abordar la violencia contra nuestra niñez y enfrentar la negligencia tanto familiar como institucional”
La indiferencia parental
Para Carmen María Castillo Porras, coordinadora de PRIDENA, el control y la exigencia parental son elementos clave en la interacción a lo interno de la familia y para prevenir la violencia infantil. Las familias con rasgos de negligencia y falta de compromiso y alta indiferencia parental para los hijos no pueden fomentar prácticas de crianza adecuadas para los niños y prever el abuso.
Y por el ámbito macro social de la familia, agregó la coordinadora, debemos preguntarnos qué le enseñamos a padres y cuidadores desde la institucionalidad con que cuenta el país, y si sabemos responder desde esos programas y políticas públicas a la diversidad de la población que se atiende, ya que ha habido cambios importantes en las prácticas de crianza que impactan el desarrollo de niños y niñas, lo que obliga a reconstruir viejas ideas en las prácticas de crianza.
Prácticas disciplinarias y violencia física
Prácticas disciplinarias y violencia física
Figuras parentales son ambivalentes en relación a castigo físico: se rechaza de palabra pero se legitima su uso
Fuente: Paniamor et al (2010); Rosabal-Coto, (sp); Elizondo & Peña, (2014)
Primer paso para elaborar estándares de medición en Costa Rica
Los representantes de instituciones involucradas en la aplicación de pruebas de medición y evaluación psicológica y educativa coincidieron que es necesario establecer estándares de calidad de estas pruebas en el país (foto ilustrativa Laura Rodríguez).
Patricia Blanco Picado
Periodista Oficina de Divulgación e Información
¿Alguna vez en su vida ha tenido que responder un test psicológico para optar por trabajo o realizar exámenes de bachillerato o de admisión para ingresar a las universidades públicas?
Estos son algunos ejemplos de pruebas de medición y evaluación psicológica y educativa que forman parte de nuestra cotidianeidad y de nuestro entorno social, laboral y educativo. Incluso, hay quienes desconfían de ellas, mientras que otras personas se interesan por saber qué contienen y cómo se aplican.
De acuerdo con los especialistas, Costa Rica carece de estándares para mejorar la calidad de dichas pruebas y hacer un uso apropiado de estas. “Nos preocupa que la falta de conocimiento y la ausencia de estándares de calidad han provocado usos inapropiados de las pruebas en nuestro país, con escasos o nulos procesos científicos de validación”, aseguró la Dra. Eliana Montero Rojas, investigadora del Instituto de Investigaciones Psicológicas (IIP) y coordinadora del foro que se realizó recientemente sobre estándares de validez de dichos instrumentos.
Esta situación, enfatizó, “puede afectar de manera negativa la vida de las personas, ya que se generan inferencias e interpretaciones no válidas, que perpetúan ideas y críticas equivocadas en relación con el papel de estas evaluaciones”.
Instituciones públicas, colegios profesionales, universidades y educadores mostraron gran interés por el foro convocado por el IIP, con el objetivo de generar un proceso de análisis de las pruebas psicológicas y educativas (foto Rafael León).
El foro fue organizado por el Instituto de Investigaciones Psicológicas (IIP) de la Universidad de Costa Rica (UCR), con la participación de representantes de numerosas instituciones del país: Ministerio de Educación Pública, Contraloría General de la República, Colegio de Psicólogos, Dirección General del Servicio Civil, Instituto Tecnológico de Costa Rica, Universidad Estatal a Distancia, Sistema Nacional de Acreditación de la Educación Superior, Colegio de Licenciados y Profesores en Letras, Filosofía, Ciencias y Artes, Universidad La Salle, Programa Estado de la Nación, diversas unidades académicas de la UCR y educadores.
Montero se mostró complacida por la respuesta a la convocatoria del IIP, lo que a su juicio “demuestra que existe un interés genuino en este tema, debido a sus repercusiones en nuestra sociedad”.
La actividad fue convocada con el fin de dar a conocer la publicación Standards for Educational and Psychological Testing del 2014, considerado el manual de estándares de calidad más riguroso a nivel internacional.
Asimismo, añadió, el IIP se propuso como objetivo dar el primer paso para contribuir a generar un proceso participativo entre todas las instancias, que conduzca a la elaboración de estándares para la medición educativa y psicológica en Costa Rica.
La Dra. Tania Mora Moreira, del Instituto Tecnológico de Costa Rica (TEC), presentó la experiencia de la Prueba de Aptitud Académica de este centro de educación superior (foto Rafael León).
El Dr. Guaner Rojas Rojas expuso en el foro sobre los estándares de validez y confiabilidad; la Dra. Montero habló acerca de los estándares de equidad y la justicia, derechos y deberes de los examinados y de los examinadores y el Dr. Carlos Saborío Valverde se refirió a la calidad de las pruebas desde la práctica profesional de la Psicología.
Por su parte, la Dra. Tania Mora Moreira presentó la experiencia de la Prueba de Aptitud Académica del Instituto Tecnológico de Costa Rica y el Mag. Pablo Mena Castillo, del Ministerio de Educación Pública, se refirió a los análisis psicométricos para la calificación de los resultados en las pruebas nacionales de bachillerato.
El IIP publicó recientemente un catálogo con la ficha técnica de más de 40 pruebas, la mayoría de las cuales pueden ser usadas con propósitos de investigación, previa autorización de los autores. La autora de este catálogo es la Dra. Vanessa Smith Castro, directora del IIP.
Montero recordó que este Instituto de la UCR es la entidad nacional con la mayor trayectoria en el campo de la construcción, validación y aplicación de pruebas estandarizadas, con el necesario rigor técnico y científico, y por lo tanto, cuenta con la capacidad para coordinar estos esfuerzos.
Urgen estrategias para mejorar calidad de las pruebas
Costa Rica está rezagada en la estandarización de pruebas de medición psicológica y educativa, consideró el M.Sc. Carlos Saborío Valverde, profesor de la Escuela de Psicología de la Universidad de Costa Rica (UCR) y especialista en psicología forense del Poder Judicial, quien expuso en el foro organizado por el Instituto de Investigaciones Psicológicas (IIP) de la Universidad de Costa Rica (UCR).
Saborío se refirió a la necesidad de desarrollar estrategias para mejorar la calidad de las pruebas, así como a otros temas, en la siguiente entrevista.
-¿Cuál es el objetivo de la utilización de pruebas de medición y evaluación psicológica y educativa?
– Son las pruebas que los psicólogos aplicamos y que nos ayudan a investigar distintos tipos de características de las personas. Estas pueden ser de índole emocional, cognitivo, de personalidad, depende del interés que se tenga. Hay distintos instrumentos que nos ayuda a investigar esto.
-Desde su perspectiva, ¿cuál es el estado de la cuestión en Costa Rica en relación con estas pruebas? ¿Hay controles o acuerdos entre profesionales y en la academia sobre qué tipo de pruebas aplicar y cómo aplicarlas?
– El ente responsable es el Colegio de Psicólogos de todo lo que sea el uso apropiado, ético y científico de estas pruebas. Sí existen regulaciones, pero hay una gran heterogeneidad en las estrategias de evaluación que utilizan las personas, no hay acuerdos nacionales sobre estándares de calidad ni de construcción y utilización de estas herramientas. De hecho este foro es para incentivar esa discusión, ante la necesidad de que profesionalmente nos pongamos de acuerdo y desarrollemos estrategias como gremio y como universidad para contar con una mejor calidad de los instrumentos.
-En ese sentido, ¿cuál debe ser el rol de la academia?
– Debe ser muy activo. Las universidades son las que forman a los profesionales que van a salir a trabajar. Hace falta que se desarrolle un proceso interno de reflexión en las universidades en relación con la necesidad de avanzar en el campo de la evaluación psicológica y de contar con mejores instrumentos. Los colegios profesionales no pueden hacer todo, dependen de los especialistas.
-¿Esta es una situación reciente o se remonta a mucho tiempo atrás?
-Tenemos décadas de estar arrastrando la falta de estándares para tener mejores indicadores de la labor de la evaluación de los psicólogos en este contexto. Esta ha sido un área abandonada, académica y profesionalmente, no se le ha dado la importancia que hoy día tiene. En el país nos hemos quedado atrás en este sentido.
-Al no haber una estandarización de la calidad de estas pruebas, ¿cuáles son los problemas existentes?
-No hay un buen control y esto podría afectar a los usuarios. No tenemos un ente especializado que nos de líneas específicas, técnicas y profesionales, sobre cómo usar las pruebas. Por ejemplo, a nivel forense uno podría llegar a conclusiones que están basadas en datos que tal vez no son las más científicas y veraces, podrían ser datos con mucho sesgo, porque las herramientas que uno usó no están ajustadas a nuestra realidad. Como profesionales en Psicología no solo dependemos de las pruebas, pero sí es cierto que son herramientas muy importantes para tomar decisiones. En el área forense o en contextos clínicos, en los que hay que tomar decisiones sobre la salud de las personas o a nivel educativo, donde hay que tomar decisiones sobre necesidades educativas especiales, el no contar con estándares de control nos hace más vulnerables. No hay principios reguladores a escala nacional que nos indiquen cuál es el camino más apropiado para minimizar esos riesgos de tomar decisiones con datos inadecuados.
-A nivel internacional, ¿existen parámetros que se puedan ajustar al contexto nacional?
-A nivel internacional hay parámetros que el país podría adaptar. Para eso este foro organizado por el IIP, porque estos estándares son una joya en psicometría, nos dan gran garantía de calidad y que podríamos sacar mucho provecho de ellos. También hay otras directrices internacionales, como las de la Comisión Internacional de Test, que nos ayudan a regular la práctica profesional. Hay mucha información, muchas guías de buena calidad y hasta una metodología, lo que falta es tropicalizarlas, ajustarlas a nuestras necesidades.
-¿Podría dar un ejemplo de un test que usted aplica en su trabajo y para qué?
– En Costa Rica se estandarizó una prueba de psicopatología (MMPI-2), conocida como inventario de personalidad, que es la que más se usa a nivel mundial. En el ámbito forense es la prueba que sale mejor evaluada en los estudios que se hacen para ver el uso de pruebas psicológicas. Esta prueba se usa para conocer los problemas de psicopatología que podría tener una persona y se utiliza en casos penales, de víctimas, de familia y civiles, entre otros. Con un estudio que hicimos en la UCR, tenemos la garantía de que nos permite saber cuál es el estilo de respuesta de la persona, si está exagerando, o si más bien está defendiéndose. Son pruebas muy sofisticadas y no son fáciles de manipular, dan indicadores y mucha información sobre problemas que van más allá de lo que la persona muestra abiertamente. A través de estos métodos indirectos de medición podemos controlar este tipo de cosas.
Personas que cumplen este tipo de rol son más propensas a sufrir desgaste físico y emocional
Iniciativa se realiza en el marco del programa Escuela para Padres y Madres
Imagen con fines ilustrativos.
¿Y quién cuida al cuidador o la cuidadora? Esta fue la interrogante desde donde nació la iniciativa de ofrecer un curso que fomente estilos de vida saludables entre las personas que cumplen el rol de cuidadores de otras con algún tipo de necesidad especial, ya sea física o psicológica.
El autocuidado como una estrategia para vivir mejor es el nombre del curso que diseñó e impartirá Daniela Zeledón Estrada, Bachiller en Psicología de la Universidad de Costa Rica (UCR). Esta iniciativa es desarrollada por el programa de acción social Escuela para Padres y Madres del Instituto de Investigaciones Psicológicas (IIP) de esta universidad.
El curso se llevará a cabo a partir del próximo 4 de mayo en la Sede Rodrigo Facio de la UCR; contará con cinco sesiones. Se realizará una sesión semanal los lunes de 1:00 p.m. a 3:00 p.m. La metodología será participativa y los principales contenidos girarán en torno a la importancia del autocuidado y la prevención del desgaste físico y emocional.
Importancia del autocuidado del cuidador
Zeledón explica que “las personas que cumplen el rol de cuidadoras son más propensas a presentar desgaste físico y emocional por las implicaciones de su función, lo cual puede llevar a lo que se conoce como “síndrome del cuidador”.
Las manifestaciones más comunes de este síndrome pueden ser: tristeza y ansiedad, altos niveles de estrés, alteraciones del ciclo de sueño y fatiga, entre otras.
Zeledón comenta que en esas manifestaciones están implicadas tanto la salud física como la emocional del cuidador o cuidadora. Agrega que esta condición puede afectar también a la persona que está siendo cuidada, “produciendo así dos personas enfermas”.
De lo anteriormente planteado es de donde se desprende la importancia del curso propuesto por el IIP, que tiene como objetivo crear espacios que promuevan la salud del cuidador o cuidadora, mediante la concientización de la relevancia del autocuidado.
“El autocuidado son prácticas que la persona cuidadora debe realizar todos los días, y tienen el fin de mejorar la salud y la calidad de vida de las personas que cumplen este vital rol”, explica Zeledón.
Las personas interesadas pueden inscribirse comunicándose con el IIP: iip@ucr.ac.cr / 2511-6978; o bien, con Daniela Zeledón al teléfono: 8860-9044. El curso es gratuito y el cupo es limitado.
Información enviada a SURCOS Digital por Lic. Otto E. Salas Murillo, Periodista Oficina de Divulgación e Información, UCR.