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Etiqueta: IIP

UCR: Estudiantes de la zona Sur y territorios indígenas enfrentaron la prueba de admisión preparados para tener éxito

Estudiantes del Colegio Finca Naranjo, ubicado en la localidad de Laurel, Puntarenas realizaron prácticas de forma grupal.

Equidad

El proyecto “Preparándonos para la prueba de admisión de la UCR: colegios públicos con bajo ingreso de la Universidad de Costa Rica” llegó en el 2022 a 12 colegios de la zona Sur.

Este jueves 1 de diciembre, miles de estudiantes de todo el país podrán obtener el resultado de Las pruebas de admisión a la Universidad de Costa Rica (UCR). Entre ellos, estudiantes de colegios públicos de la zona Sur, incluyendo territorios indígenas, quienes tienen este año la esperanza de ingresar a la universidad más prestigiosa del país, gracias al apoyo que tuvieron para prepararse.

Jóvenes de los colegios de Abrojo Montezuma, Alto Comte, Buenos Aires, Finca Naranjo, La Casona, Pacífico Sur, Salitre, San Rafael, Santa Rosa, Térraba, Villa Hermosa y Yolanda Oreamuno participaron en el proyecto “Preparándonos para la prueba de admisión de la UCR: colegios públicos con bajo ingreso de la Universidad de Costa Rica” que se desarrolló durante el 2022 en dichas localidades.

Esta iniciativa del Instituto de Investigaciones Psicológicas (IIP), que contó con la colaboración Sede del Sur y Escuela de Orientación y Educación Especial tiene como meta aumentar las probabilidades de ingreso a la UCR de estudiantes de colegios públicos académicos diurnos, con bajos porcentajes de ingreso a la Universidad, por medio de la capacitación a los docentes para que prepararan a sus estudiantes para la prueba.

La prueba de aptitud académica (PAA) busca evaluar habilidades y no contenidos curriculares. Debe considerarse que estas pruebas no son iguales a los exámenes que los y las estudiantes realizan habitualmente en los colegios. Por eso, es necesario que los estudiantes se preparen de manera diferente.

¿En qué consiste el proyecto?

Se trata de un proceso de formación de seis sesiones, diseñado por la profesora Susan Francis, orientado a la resolución de problemas en el contexto de la ejecución de pruebas estandarizadas de habilidades. Para ello, se capacitan dos docentes por colegio que luego llevan a cabo, en sus instituciones, una preparación específica para la prueba de admisión de la UCR con sus estudiantes.

Jóvenes del Liceo Rural de Abrojo tomaron la Prueba de Aptitud Académica este año.

¿Qué incluye la preparación? Se explica qué es una prueba de admisión, qué se necesita saber para resolverla y cómo se puede resolver. Se trabaja con tres estrategias de resolución de la prueba: observar al contexto, lectura comprensiva y asegurar las respuestas. Finalmente, se realizan prácticas con diferentes pruebas en forma individual y grupal.

También se incluye un módulo de Orientación general a la UCR que desarrolló inicialmente el Centro de Orientación Vocacional (COVO) y actualmente está a cargo de las profesoras Viria Ureña y Karla Arroyo, con el apoyo de la Escuela de Orientación y Educación Especial (Carrera de Orientación).

Jais Obando Morales
Jais Obando Morales, profesor del Liceo Rural Salitre, comparte su experiencia en el proyecto “Preparándonos para la prueba de admisión de la UCR: colegios públicos con bajo ingreso de la Universidad de Costa Rica” que se desarrolló durante el 2022 en la zona Sur. Esta iniciativa del Instituto de Investigaciones Psicológicas (IIP) contó con la colaboración Sede del Sur y Escuela de Orientación y Educación Especial.

Más oportunidades

Los estudiantes de los colegios ubicados en los territorios indígenas se enfrentan a desventajas como las largas distancias, el difícil acceso, la falta de conectividad y las diferencias culturales, por lo que resultan con bajos porcentajes de ingreso a la Universidad. Estos colegios suelen ubicarse en la lista de Admisión Diferida de la UCR, en los que un 15 % o menos del alumnado que realizó la Prueba de Aptitud Académica (PAA) fue admitido.

El mecanismo de “Admisión Diferida para promover la equidad”, ofrece una segunda oportunidad de admisión para los jóvenes de estos colegios. Sin embargo, para la profesora M.Sc. Georgina Morera de la Sede del Sur, es muy necesario que la institución realice mayores esfuerzos por llegar hasta las comunidades y facilitar su acceso a la educación superior.

En la Sede del Sur se ha conformado un equipo liderado por Morera, que asumirá, a partir del año 2023, y de manera permanente, la capacitación en los colegios bajo su rango de influencia geográfica, brindándole así la necesaria sostenibilidad al proyecto en dicha zona.

Este proyecto inició en 2017 con colegios del Gran Área Metropolitana (GAM) y hasta el 2021 abarcó un total de 60 instituciones y 120 docentes de la GAM. En 2022 llegó a 12 colegios de la zona Sur y para el año 2023 se propone la extensión del proyecto a 4 de las 6 sedes regionales de la UCR (Guanacaste, Pacífico, Occidente, Del Sur).

Georgina Morera, docente de la Sede del Sur
La M.Sc. Georgina Morera, docente de la Sede del Sur impulsa el proyecto “Preparándonos para la prueba de admisión de la UCR: colegios públicos con bajo ingreso de la Universidad de Costa Rica” que se desarrolló durante el 2022 en los colegios de la zona Sur.

 

Katzy O`neal Coto
Periodista, Oficina de Divulgación e Información, UCR

UCR, Voz experta: Ecos del dolor. Algunas reflexiones en torno a la muerte en jóvenes

Mónica Vul Galperín, coordinadora del Programa de Interés Institucional en Violencia y Sociedad, del Instituto de Investigaciones Psicológicas (IIP) Foto: Laura Rodríguez Rodríguez, UCR

Por M. Sc. Mónica Vul Galperín, coordinadora del Programa de Interés Institucional en Violencia y Sociedad, del Instituto de Investigaciones Psicológicas (IIP)

La lucha que debe darse es política, económica, cultural, educativa, social, porque, sin duda, es del orden del horror constatar la presencia de jóvenes, de cada vez menor edad, inscritos en la espiral de violencia y muerte

Frente al dolor más profundo, al horror, a la tristeza, la rabia, la tendencia es solicitar respuestas a los/las expertos/as. ¿Quién es el responsable, dónde está la causa, qué se pueda hacer para aliviarlo?

El homicidio de Manfred Varberena Novoa, de 23 años, y de Marco Calzada Valverde, de 19 años, nos llena de dolor, nos golpea, por ellos, por los que quedan (sus padres, hermanos y hermanas, sus amigos, sus vínculos), por sus vidas e ilusiones perdidas, por el carácter irreemplazable de cada uno de los jóvenes y por la sociedad en su conjunto.

Si sentimos indignación y dolor es porque esas muertes nos tocan, nos atraviesan. Nada justifica la crueldad, la violencia extrema. La violencia no es solo un acto, es también una atmósfera, un aire irrespirable. Y esta avanza en extensión, radicalidad y crueldad hacia sujetos y colectivos. Entre ellos, los y las jóvenes. 

Estos actos brutales nos llevan a repensarnos, porque ningún cuerpo muerto se reduce a una imagen mediática televisiva. La muerte y sus heridas son reales, generan dolor a quienes las padecenEl lugar que se asume como investigadores/as ante estas situaciones devastadoras no es una cuestión ética menor. No escribo estas líneas desde un lugar de experta, a pesar de que así se define este espacio: “Voz experta”. Lo hago como investigadora en temas de violencias, jóvenes, subjetividades, duelos y desde el ejercicio en la práctica del psicoanálisis, ambas hace ya más de tres décadas.

En la horrorosa situación de la muerte de jóvenes, hay una multiplicidad de variables intervinientes que no debemos, en absoluto, banalizar.

Dicho esto, quisiera introducir algunas preguntas, incómodas, perturbadoras. No pretendo obtener respuestas, sino labrar mi pensamiento, como el movimiento de la pala, que remueve, excava con cuidado y hace agujeros para que algo nazca.   

¿Por qué tantos jóvenes mueren de violencia? ¿Cómo desenmarañar las múltiples cuestiones que allí intervienen? ¿Dónde alojar sus subjetividades? ¿Qué puede llevar a un adolescente o joven a matar a otro?

¿Es posible que algunas vidas de jóvenes se consideren llorables y otras no? ¿Se inmiscuyen diferencias de nacionalidades, clase, raza o género a la hora del acto del duelo?

O será acaso, como plantea Judith Butler, que “las poblaciones se dividen demasiado a menudo, entre aquellas cuyas vidas son dignas de protegerse a cualquier precio y aquellas cuyas vidas se consideran prescindibles?” (Butler, 2021, p. 42).

No faltan los estudios que conciben a los y las jóvenes desde una ausencia total de interrelación entre ellos como sujetos y el lazo social que habitan y les habita, estudios que los patologizan, diagnostican y criminalizan, que los invisibilizan en su condición de sujetos, que ocultan que el estatuto de la construcción de la subjetividad de muchos/as jóvenes los lleva a vivir en los márgenes de referentes socioinstitucionales y en precarios horizontes de futuro.

Hoy, atravesamos tiempos de exclusiones, de dramáticas desigualdades, de naufragios y pueblos a la deriva, en una contemporaneidad en la que el rechazo a las diferencias muestra su costado más duro; época en la cual las segregaciones son el emergente del naufragio mismo de la civilización.

La globalización no solo se presenta como acumulación ilimitada y concentración de la riqueza, sino como segregación, en universos concentracionarios, donde la muerte ejerce sus mejores dispositivos. El discurso capitalista ha sido el modelo más fértil en deshacer los lazos sociales, en la producción de sectores abandonados, desposeídos y excluidos.

La segregación es, el problema más ardiente de nuestra época, universos donde viven jóvenes, mujeres, niños/as y se producen, homicidios, venta de drogas, intoxicaciones, múltiples manifestaciones de violencias. Para muchos de los jóvenes, la violencia y la muerte, el abandono, el abuso, la ruptura de los lazos sociales, vinculada a la precarización y a los despojos, son elementos comunes, en sus casas, en sus barrios, en cada esquina silente, en la expulsión del sistema educativo, la ausencia de políticas públicas, elevadas tasas de desempleo, precarización laboral, narcotráfico.

A esto se suma la invisibilización en situaciones tan graves, como el suicidio en los y las jóvenes, las violencias contra ellos mismos, las adicciones. Personalmente rehúso las tentaciones de psico-patologización, criminalización y modalidades dicotómicas a las que se recurre para explicar las violencias, que, tan sólo sirven para banalizar el problema y ocultar responsabilidades políticas, culturales, de género producidas por el neoliberalismo y su uso de la violencia.

Recientemente, el último informe de PNUD (2021) posiciona a Costa Rica como el quinto país con mayores niveles de concentración de ingreso de América Latina,

Donde, durante el 2021, hubo 538 homicidios lo que representa una tasa de 11,4 personas muertas cada 100.000 habitantes; 9 de cada 10 víctimas fueron hombres; y la mitad tenía entre 20 y 34 años de edad (USAID y PNUD, 2022).

Los jóvenes encarnan en sus vidas y en sus cuerpos esas violencias y muertes

Si bien Costa Rica se mantiene alta en el Índice de Desarrollo Humano (PNUD, 2021), en los últimos años ha sufrido un deterioro en sus indicadores de pobreza, desempleo y desigualdad. El aumento de las tasas de homicidios se relaciona con la distribución o falta de distribución de la riqueza. En este sentido, Costa Rica se ha convertido progresivamente en uno de los 10 países más desiguales del mundo, este es un dato que debe alertar a los gobiernos en relación con la inversión social, especialmente, en jóvenes. Pretender no mirar es encerrase en las murallas de la negación.

La lucha que debe darse es política, económica, cultural, educativa, social, porque, sin duda, es del orden del horror constatar la presencia de jóvenes, de cada vez menor edad, inscritos en la espiral de violencia y muerte. Que sea un joven quien mate a otro joven, que mueran en “ejecuciones” una madrugada cualquiera, que atenten contra sus vidas a secas y pasen a engrosar un número en las estadísticas y las noticias mediáticas.

Noticias que generan tratamientos diferentes para estas muertes, mientras unas, reciben total cobertura, reconocimiento público, la llorabilidad de la sociedad, otras, en cambio, el silencio, el anonimato. La ausencia de nombre, no solo en la vida, sino también en la muerte.

A lo largo de mis investigaciones en torno a violencias vinculadas a jóvenes, desde los años ochenta, algunas, con huérfanos de la guerra centroamericana, en su mayoría menores de 17 años, sobrevivientes y testigos de la tortura y el asesinato de uno o ambos padres; otras, con jóvenes privados de libertad  en el Centro Juvenil de Formación Juvenil Zurquí, como W, quien mató a un compañero de clase de un Centro Educativo de Segunda Enseñanza, también con centenares de adolescentes y jóvenes en instituciones públicas de segunda enseñanza, he podido escuchar y estremecerme con sus testimonios y quebrantos más desgarradores, en un intento por sobrevivir, cueste lo que cueste. Testimonios que al irrumpir mostraban fragmentos de vida negados, invisibilizados, frente a la vulnerabilización. Detrás de cada uno de los y las jóvenes, había una historia personal única, en cada uno de ellos había un antes y un después; de algo estaba segura, sus decires me estremecían, sus palabras me perforaban.

Acudo al filósofo Giorgio Agamben e intento mantener la mirada fija en este tiempo para percibir, no sus luces, sino su oscuridad, intento ver las sombras e incidir en ellas. Hoy, lo hago a través de la escritura, humedeciendo la pluma en las tinieblas del presente.

Resulta imperiosa la necesidad de abordar esta temática desde miradas y lecturas que permitan entrecruzamientos y enfoques diferentes, que no impliquen solo guetificar, criminalizar zonas juveniles de “alto riesgo” e intervenir punitivamente. Crear nuevos paisajes, en un intento de que los y las jóvenes puedan narrar sus sueños, hacer posible que cada una de sus vidas sean vidas vivibles e igualmente llorables, que importen tanto en la vida como en la muerte.

Que existan otros rumbos y nuevas cartografías de deseos, paisajes que se encaminen a la no violencia, con itinerarios nuevos y una esperanza por venir, en una sociedad que no dé la espalda a la muerte y a la violencia en los y las jóvenes.

Esa es la apuesta y constituye el desafío conjunto. Cada una y cada uno de los jóvenes que habitan este país son seres dotados de “potencial y dotados también de un futuro impredecible que debe ser salvaguardado” (Butler, 2021, p. 54).

Bibliografía

Agamben, G (2011) Que es lo contemporáneo. En Desnudez Madrid Ed Adriana Hidalgo.

Butler, J. (2021) Sin miedo. Formas de resistencia a la violencia de hoy. España. EdTaurus.

USAID y PNUD (2022). Costa Rica: Análisis sobre homicidios dolosos Enero diciembre del 2021. Disponible en: https://infosegura.org/wp-content/uploads/2022/02/OnePager-CR-2021-Homicidios-ESP.pdf

OCDE (2018). Estudios Económicos de la OCDE: Costa Rica 2018. Disponible en:  https://www.oecd.org/economy/surveys/Costa-Rica-2018-Estudios-Economicos-de-la-OCDE.pdf

INEC (2022). Encuesta Continua de Empleo al primer trimestre de 2022. Disponible en: https://www.inec.cr/sites/default/files/documetos-biblioteca-virtual/ece_i_t_2022.pdf

PNUD (2021). Informe Regional de Desarrollo Humano 2021. Disponible en: https://www.undp.org/es/latin-america/informe-regional-de-desarrollo-humano-2021

Valencia, S. Vul, M (2020) “Régimen Glotaritario y gestión de los afectos”, en    “Pandemia. Derechos Humanos, Sistema Penal y Control Social (en tiempos de coronavirus)”. España. Editorial Tirant lo Blanch.

Vul, M. (2009). Adolescencia y violencia: homicidio en un Colegio Público. Una lectura desde el Psicoanálisis. Tesis para optar al grado de Magister Scientiae en Psicologia Universidad de Costa Rica, San José, CR.

Vul, M. (2018). Despatologizar. Un desafío al control establecido. Crítica Penal y Poder. Num.14 (2018). Observatorio del Sistema Penal y los Derechos Humanos. Universitat de Barcelona. 2016. 

 

M. Sc. Mónica Vul Galperín
Coordinadora del Programa de Interés Institucional en Violencia y Sociedad, del Instituto de Investigaciones Psicológicas (IIP)

UCR: Las desigualdades en el desarrollo humano impactan en la capacidad para detectar noticias falsas

Personas con educación no universitaria, residentes de zonas costeras y con un bajo ingreso evaluaron con mayor veracidad las noticias falsas presentadas en un estudio experimental

La iniciativa analizó la capacidad de las personas para detectar noticias falsas vinculadas con la temática del COVID-19, así como su propensión a compartir estos contenidos por medio de la plataforma WhatsApp. Foto: Laura Rodríguez Rodríguez, UCR.

Un estudio experimental de la Universidad de Costa Rica (UCR) determinó que factores sociodemográficos como el nivel educativo, los ingresos y la religiosidad marcan diferencias en la capacidad de la población costarricense para detectar las noticias falsas.

El análisis fue desarrollado por los investigadores del Instituto de Investigaciones Psicológicas (IIP), Carlos Brenes Peralta y Rolando Pérez Sánchez, junto con el académico Ignacio Siles González del Centro de Investigación en Comunicación (Cicom).

La iniciativa consideró una muestra a conveniencia de 819 personas con el fin de analizar la capacidad de la población en el país para detectar las noticias falsas vinculadas con la temática del COVID-1, así como su propensión a compartir estos contenidos por medio de la plataforma WhatsApp.

Según Brenes, diversos países alrededor del mundo, incluida Costa Rica, han evidenciado un aumento en la tendencia de compartir noticias falsas durante la pandemia. Dichos contenidos, además, presentan una mayor duración respecto a otros tipos de desinformación caracterizadas por ciclos noticiosos cortos.

El estudio destaca la importancia de estudiar este fenómeno de desinformación surgido en el contexto del confinamiento, dadas las consecuencias que puede tener en la ciudadanía y el impacto que genera en el cumplimiento de protocolos sanitarios y en la evolución de la pandemia.

“Es importante comprender el fenómeno, porque en cuanto haya noticias sobre el COVID-19 y la pandemia también habrá desinformación. La comunidad científica apenas va comprendiendo el tema poco a poco y, como suele suceder con asuntos científicos, es difícil de transmitir a la población”, explicó el investigador.

El estudio segmentó a las personas participantes en tres grupos diferentes y les solicitó que leyeran cinco noticias elaboradas por el proyecto informativo Doble Check. Las informaciones se presentaron a la muestra como publicaciones reales de un nuevo medio digital.

Aunque todas las personas participantes leyeron las mismas noticias, dos de las cuales eran falsas, dos falsas con alguna veracidad y una absolutamente veraz; se crearon condiciones diferentes para evaluar la información en cada grupo y, posteriormente, ver si los miembros estarían dispuestos a compartirla.

Mientras que al primer grupo se le sugirió leer de manera crítica las noticias, el segundo grupo las leyó y, luego, recibió un chequeo de los datos o fact-checking para conocer la veracidad de la información. Por su parte, el tercer grupo no recibió indicaciones antes o después de conocer el contenido.

Después de someter a las personas participantes a las diferentes condiciones descritas, se determinó que quienes tenían educación no universitaria, residentes de zonas costeras, con un bajo ingreso y más religiosas evaluaron con mayor veracidad las noticias falsas.

Brenes afirma que los resultados de este análisis experimental permiten afirmar que “las desigualdades en el desarrollo humano de la población también se reflejan en capacidades desiguales para detectar la desinformación en una noticia”.

Estas personas necesitan mayor acompañamiento, las personas con más educación o desarrollo humano tienen ciertas habilidades críticas y reflexivas para enfrentarse a la desinformación. Las desigualdades impactan en muchas áreas y esta también es una”, enfatizó el experto.

El análisis determinó además que los miembros del primer grupo, a quienes se les instó a analizar los contenidos de manera crítica, mostraron una menor intención de compartir noticias falsas con cierta veracidad, respecto a la población de los otros dos grupos participantes.

“Parece que el hecho de plantear esa mirada crítica despierta en la gente cierta desconfianza. Es un resultado deseable, por un lado, pero al mismo tiempo preocupa porque podrían no creer en la veracidad de la información oficial”, enfatizó Brenes.

Según el investigador principal de la iniciativa, los resultados evidencian que «tanto la exposición al fact-checking como la evaluación crítica de la desinformación contribuyen a reducir la difusión de contenido desinformativo por vía WhatsApp».

El análisis realizado destaca la responsabilidad de los medios de comunicación para mitigar la propagación de las desinformaciones, así como el papel que desempeña la propia ciudadanía para evaluar el contenido que recibe y comparte con sus grupos cercanos.

“Cada persona tiene poder en el ecosistema comunicativo para compartir o no, hacer fact-checking o no, advertir sobre cierta información o no. Hay gente armada para desinformar y otra con habilidades para deconstruir esa desinformación. Vivimos una guerra de la desinformación y ahora depende de quién gana dando esa batalla”, concluyó el académico.

El estudio experimental busca explicaciones causales

Este estudio experimental se basó en un muestreo por conveniencia, es decir, la población consultada fue elegida entre la totalidad de voluntarios y voluntarias mayores de 18 años que respondieron a una convocatoria de participación abierta y divulgada en la red social Facebook.

La selección de las personas se basó en la aplicación de un cuestionario para determinar cierto conocimiento general en torno al impacto de la pandemia en la realidad nacional. Además, se confirmó que fueran usuarios de la plataforma de mensajería WhatsApp.

Lejos de identificar parámetros generalizables o representativos para toda la población del país, la iniciativa intenta establecer explicaciones causales respecto a la forma en que determinadas situaciones de desinformación impactan a la ciudadanía.

 

Andrea Méndez Montero
Periodista, Oficina de Divulgación e Información

UCR: Familias costarricenses adaptan dinámicas y establecen prioridades frente a la pandemia

Investigación de la UCR realiza la primera exploración nacional en torno a procesos educativos y convivencia cotidiana en el contexto del COVID-19

La investigación evidencia que las labores de cuido y el involucramiento parental educativo pedagógico son asumidas mayoritariamente por mujeres. Imagen con fines ilustrativos. Foto: Anel Kenjekeeva.

De manera inesperada, la mesa de comedor de los hogares costarricenses dejó de ser un espacio exclusivo de alimentación para albergar actividades laborales, tareas escolares y otras dinámicas de convivencia. La llegada del COVID-19 trasladó la vida diaria de todos los miembros de las familias a un mismo tiempo y espacio.

El contexto impuesto por la emergencia sanitaria motivó al Dr. Mariano Rosabal Coto y a la Dra. Mónica Salazar Villanea del Instituto de Investigaciones Psicológicas (IIP) de la Universidad de Costa Rica (UCR) a adaptar un estudio sobre involucramiento parental educativo para analizar el tema en el marco de esta nueva realidad.

El estudio forma parte de un proyecto de investigación más amplio denominado “Las relaciones primarias familiares intergeneracionales pueden contribuir al desarrollo educativo de niños y niñas” en el que también participan la Dra. Ana María Carmiol, el Dr. Javier Tapia Balladares y la Dra. Tamara Fuster.

Según el Dr. Rosabal, las interacciones que desarrollan las madres, padres y personas cuidadoras con los niños y niñas gestan ambientes emocionales que impactan de forma directa en sus diversos procesos de aprendizaje, así como en su desarrollo cognitivo y académico.

Las medidas de confinamiento, decretadas en marzo anterior por el Ministerio de Salud, trasladaron a los hogares el cuido de los menores a tiempo completo y la continuidad de las actividades académicas, mientras los adultos responsables lidiaban también con adaptaciones laborales y la protección familiar frente a la emergencia sanitaria.

El cambio descrito en las dinámicas cotidianas generó tensiones al interior de las familias costarricenses y dio lugar a una realidad a la cual logró acercarse el IIP mediante una encuesta digital, aplicada en el mes de abril, tras las primeras tres semanas de confinamiento en Costa Rica.

“Sabemos que en este contexto particular de pandemia hay zozobra, estrés y frustración en los padres y madres. Hay una sobrecarga emocional que necesariamente influye en el acompañamiento que dan a los niños y niñas”, explicó el investigador.

La consulta, divulgada por medio de las redes sociales del propio Instituto y de algunos de sus investigadores, obtuvo respuestas completas de 867 personas, de las cuales el 87,7 % fueron mujeres, en su mayoría costarricenses, de zona urbana y con estudios universitarios completos.

Rosabal afirma que si bien los datos del estudio no son representativos para todo el país, se convierten en una primera exploración nacional en el contexto del COVID-19 que aporta insumos relevantes para investigaciones posteriores en torno al proceso educativo y las dinámicas familiares.

Según la Dra. Salazar, los resultados de la investigación evidencian que las labores de cuido y el involucramiento parental educativo pedagógico son asumidas mayoritariamente por mujeres, quienes ante el incremento de las demandas en el contexto de la pandemia asumieron “una especie de triple jornada”.

“Tienen el trabajo de la casa, el trabajo de afuera, el cuido y ahora la labor pedagógica que ya no es solamente involucrarse en las tareas, sino que ahora es tener una escuela en casa. Todo esto hace que la demanda suba, pero no necesariamente los recursos que tenían para enfrentarla”, mencionó la experta.

Investigadores destacaron que tanto las personas consultadas como las acciones del Ministerio de Educación Pública (MEP) reconocen que también hay aprendizajes en las tareas de la vida cotidiana. Imagen con fines ilustrativos. Foto: Laura Rodríguez Rodríguez.

Las personas que respondieron la encuesta aceptaron que no podían cubrir el trabajo de enseñanza como lo hacen los docentes al tiempo que atienden sus propias obligaciones laborales y las responsabilidades de la casa en medio de la cotidianidad impuesta por el COVID-19.

El contexto obligó a las familias a priorizar las situaciones a su alrededor y colocaron en el primer lugar de importancia el hecho de mantener la salud, seguido por sostener lazos afectivos; mientras que se relegó a un tercer lugar el cumplir las tareas y rutinas.

La encuesta reconoció como principal preocupación de las familias mantener la salud y los ingresos, así como la calidad de la relación en sus lazos afectivos y las condiciones de salud del entorno inmediato, y situaron como última de sus inquietudes el posible atraso o pérdida de continuidad en el ámbito escolar de sus hijos e hijas.

“En una pandemia lo que tenemos que hacer es sobrevivir. Existe la necesidad de priorizar para que la dinámica sea sostenible en el tiempo y, por lo tanto, hay tareas que no se van a cumplir. Tenemos que ajustar las expectativas y flexibilizar, esto también permitirá reconocer lo que está haciendo bien el sistema familiar”, señaló Salazar.

La investigadora destacó que tanto la opinión de las personas consultadas como las acciones incorporadas durante los meses posteriores por parte del Ministerio de Educación Pública (MEP) reconocen que, más allá del avance curricular, también existen aprendizajes en las tareas de la vida cotidiana.

“En este momento, no se trata tanto de avanzar en las materias como de lograr aprender de esta experiencia de vivir en una pandemia y este es un aprendizaje en términos de cuido, de la salud, de la familia, de la casa y de la propia comunidad”, manifestó la experta.

La medición del IIP determinó también que la mayoría de las personas consultadas ha promovido o permitido que sus hijos o hijas conozcan sobre las implicaciones del COVID-19 en la salud, la economía y la sociedad, decisión que según el Dr. Rosabal les permite crear expectativas realistas.

Lejos de que los niños y niñas observen noticieros o consuman contenidos sin supervisión, se recomienda que las personas adultas a su cargo sean las responsables de mediar la información que reciben para garantizar que se maneje un vocabulario y complejidad acorde a sus capacidades.

“Si no hablamos con ellos van a pasar 3 semanas y no van a entender por qué no van a escuela o no ven a los amiguitos o a los abuelos y tampoco van a interiorizar la responsabilidad que tienen de su autocuidado y el cuidado de la familia, así que la información no los daña, sino que los instrumenta”, explicó Rosabal.

Los resultados de esta consulta serán publicados próximamente en un artículo académico, pero ya han sido socializados en espacios abiertos al público y diálogos con el MEP, como parte de una retribución a las personas que aportaron sus experiencias al proceso de investigación.

Los investigadores planean que, superada la pandemia, puedan recolectar datos de manera presencial sobre el involucramiento parental educativo y, de esta forma, ampliar la comprensión del tema en el contexto costarricense, donde resaltan particularidades como la convivencia intergeneracional en un mismo entorno familiar.

 

Andrea Méndez Montero
Periodista, Oficina de Divulgación e Información

UCR: Encuesta nacional visibiliza contradicciones en el reconocimiento de la diversidad cultural en el país

Perspectivas de jóvenes colegiales evidencian la necesidad vigente de crear políticas públicas inclusivas

Resultados de la medición constatan un escaso contacto social de las personas consultadas con las poblaciones afrocostarricenses e indígenas. (Imagen con fines ilustrativos) Foto: Laura Rodríguez Rodríguez.

Pese a que una modificación realizada en el 2015 al primer artículo de la Constitución Política señala que Costa Rica es una nación multiétnica y pluricultural, los resultados de la “Primera encuesta nacional sobre actitudes hacia la diversidad cultural y hacia las poblaciones Indígenas y afrocostarricenses” evidencian contradicciones en el reconocimiento del tema en el país.

La iniciativa se ejecutó durante el primer semestre del año 2019 como resultado de una alianza estratégica entre el Ministerio de Educación Pública (MEP), la Universidad de Costa Rica (UCR) y la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).

La medición estuvo a cargo del Instituto de Investigaciones Psicológicas (IIP) de la UCR y encuestó una muestra aleatoria de 1200 estudiantes de 37 colegios públicos de todo el país, a fin de conocer sus actitudes, creencias y experiencias en torno a las poblaciones indígenas y afrocostarricenses.

Como parte de los resultados de la consulta se determinó que el 74.3% de los jóvenes encuestados estarían dispuestos a recibir en su casa a alguien con un color de piel diferente al suyo, pero al mismo tiempo la cifra se redujo al 58.8% si se tratara de una personas de otra etnia.

Pese a que el 81.5% de los colegiales está de acuerdo con que el país apoye la preservación de tradiciones y costumbres de diferentes grupos culturales, sólo el 37.5% de los consultados está de acuerdo con que las sociedades multiculturales son más capaces de resolver problemas.

La investigación evidenció también niveles de contacto social limitados con ambas poblaciones, pues sólo el 28.8% de los jóvenes cuenta con personas afrocostarricenses en su grupo de amistades, cifra que se reduce al 4.6%, cuando se trata de personas indígenas.

El 60.2% de los colegiales reconoció sentimientos favorables hacia las personas afrocostarricenses y sólo el 52.2% lo hizo con las personas indígenas, mientras que los grupos recibieron una valoración social de 5.77% y 4.13% respectivamente, frente a un 6.2% que se atribuyeron los propios encuestados.

Aunque los jóvenes relacionan a ambas poblaciones con calificativos positivos como trabajadores y alegres, al mismo tiempo les atribuyen estereotipos vinculados con violencia, superstición y pobreza que según la investigación, tenderán a producir actitudes adversas y conductas discriminatorias.

Presentación de los aprendizajes de la Encuesta se realizó por medio de una transmisión en la página de Facebook de UNESCO-San José.  Foto: Laura Rodríguez Rodríguez.

La investigadora del IIP, Vanessa Smith-Castro, afirmó que, tal como lo han detectado otras investigaciones en el mundo, la contradicción es una parte inherente de los seres humanos y refleja la coexistencia de visiones negativas y positivas respecto a un mismo objeto, que se activan en distintos momentos.

“Las visiones o representaciones se activarán frente a aspectos como el discurso imperante en la sociedad o las experiencias personales acumuladas. Nadie es totalmente consistente y en este caso, lo importante es saber que hay ideas que resuenan más que otras cuando los jóvenes piensan en unos u otros grupos” argumentó la investigadora.

Sin embargo, la psicóloga reconoció que las opiniones y los estereotipos negativos tienen impactos reales en las relaciones sociales que además de generar sufrimiento a las personas que se les atribuyen, pueden afectar su desarrollo académico, profesional y por tanto, también otros ámbitos de la vida.

“Los estereotipos terminan modificando nuestras conductas hacia las personas a las que se los atribuimos y al mismo tiempo afectan a esas personas cuando llegan a pensar que eso que se dice sobres ellas es real y entonces se terminan limitando” enfatizó la académica.

Por su parte, la directora de la Cátedra de Estudios de África y el Caribe (CEAC) de la UCR y una de las principales impulsoras de la encuesta, Rina Cáceres Gómez afirmó que las opiniones de los estudiantes consultados son “un espejo” de la sociedad costarricense y evidencian muchas preguntas respecto a la forma en que nos reconocemos.

“Estos jóvenes son el resultados de sus familias, vecinos, amigos medios de comunicación, pero también de los textos y las currículas educativas. Este espejo de lo que somos como sociedad nos muestra que hay una población que no es reconocida y que está siendo invisibilizada en el día a día”, explicó.

La académica considera que la opinión de los jóvenes hace un claro llamado de atención respecto a la necesidad de implementar políticas públicas inclusivas como las que amerita una sociedad multiétnica y pluriculturalidad, al tiempo que “nos obligan a preguntarnos si la modificación constitucional del 2015 quedó en la folclorización de las demandas”.

“Creo que en este momento hay un grito desesperado en todo el mundo que demanda el reconocimiento de quienes componen cada nación. ¿Cuántos de nuestros héroes o símbolos nacionales recuperan el legado indígena o afrodescendiente?, el espacio de la representación política es excluyente y esto hay que cambiarlo, porque es la única forma de que nadie se quede atrás” concluyó la experta.

 

Andrea Méndez Montero
Periodista, Oficina de Divulgación e Información
Información tomada de: http://www.ucr.ac.cr/

UCR: Congreso Regional de Psicología Intercultural buscará unificar la academia centroamericana

"(...) los temas tratados durante el congreso serán de máximo interés no sólo para profesionales en psicología, sino también para cualquier científico social que esté interesado en aprender sobre las múltiples temáticas de interés que se tratarán durante el congreso. “Están invitadas todas aquellas personas interesadas en aprender cómo interactúan las culturas. Todas las personas interesadas en multiculturalismo, migración, religión, procesos políticos y muchos otros temas están invitadas a asistir”(...).

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UCR lidera creación de estándares para Pruebas de Alto Impacto

Andrea Méndez Montero,

Periodista, Oficina de Divulgación e Información, UCR

Aplicación del exámen de admisión a indígenas de Alto Conte
Las Pruebas Estandarizadas de Alto Impacto se utilizan para tomar decisiones que afectan la vida de las personas como entrar a la universidad, conseguir un trabajo o aprobar el bachillerato. – foto Laura Rodríguez Rodríguez, UCR.

El Instituto de Investigaciones Psicológicas (IIP) de la Universidad de Costa Rica (UCR) lidera la creación de estándares que regulen la calidad de las Pruebas de Alto Impacto que se aplican en diversos contextos académicos y profesionales del país.

Las Pruebas son dispositivos o procedimientos evaluativos que brindan muestras de la conducta, características, aptitudes o destrezas de las personas evaluadas; tal como se realiza en los procesos de admisión a universidades, el ingreso al servicio civil o la incorporación a colegios profesionales.

Según la Dra Vanessa Smith, directora del IIP, la iniciativa comenzó en el año 2015 tras determinar que en Costa Rica, este tipo de mediciones se aplican muchas veces sin conocimiento o a partir de instrumentos carentes de validez o viabilidad demostrada.

La ausencia de lineamientos que guíen la creación, validación, aplicación e interpretación de tales mediciones, motivó a que en el 2016 se creara una comisión interinstitucional que apuesta por la construcción de estándares que garanticen su validez, equidad y ética.

“Las pruebas estandarizadas, masivas y de alto impacto se utilizan para tomar decisiones que afectan la vida de las personas como entrar a la universidad, conseguir un trabajo o aprobar el bachillerato…no es un asunto solamente técnico, sino también de la función social que tienen los evaluadores”, explicó la psicóloga.

Smith, quien también forma parte de la comisión interinstitucional que trabaja en el tema, reconoció la necesidad de crear en el país una cultura de la evaluación transparente, pero que además, esté basada en principios científicos.

UCR lidera creacion de estandares para Pruebas de Alto Impacto2
Según la Dra Vanessa Smith, directora del IIP, una comisión interinstitucional trabaja en la construcción de estándares que garanticen la validez, equidad y ética de las Pruebas de Alto Impacto que se aplican en el país.- foto Cristian Araya Badilla, UCR.

“Sabemos que no hay pruebas perfectas, pero queremos que cualquier ciudadano esté tranquilo y tenga la certeza de que las pruebas que se están utilizando cumplen con los estándares de calidad”, enfatizó.

Lejos de elaborar un manual, el IIP apuesta por crear estándares didácticos que permitan hacer “una lista de chequeo” para que cualquier entidad afín al tema pueda determinar si una prueba cumple o no con los niveles de calidad adecuados.

Tras analizar diversos referentes internacionales utilizados en naciones como Estados Unidos o España, la unidad académica trabaja actualmente en la depuración de alrededor de 10 etapas que conformarían los estándares que darán a conocer en el país el próximo año.

Comisión Interinstitucional comparte proceso de trabajo

La Comisión Interinstitucional de Estándares de Calidad para las Pruebas Estandarizadas de Alto realizó este mes de octubre un simposio para compartir los avances de su trabajo con la comunidad académica y las instituciones interesadas en el tema.

UCR lidera creacion de estandares para Pruebas de Alto Impacto3
La Dra. Eiliana Montero Rojas, miembro del equipo de la Prueba de Aptitud Académica del IIP, expresó su preocupación respecto a la ausencia que hay en el país de profesionales que puedan apoyar los procesos de análisis psicométricos en las Pruebas de Alto Impacto. – foto Cristian Araya Badilla, UCR.

Durante el espacio, la M.Sc. Lucrecia Alfaro Rojas, señaló que se debe garantizar que todas las personas evaluadas sean tratadas con justicia y evitar al máximo que su resultado se vea afectado por aspectos o circustancias ajenas a lo que se está midiendo.

La experta, miembro de la comisión y asesora del Comité del Examen de Admisión del Instituto Tecnológico de Costa Rica (TEC), enfatizó sobre la importancia de ofrecer uniformidad en las condiciones de aplicación de una medición, así como en los procedimientos de aplicación y análisis de los datos.

“Las pruebas deben ser accesibles a poblaciones culturalmente distintas o específicas y los apoyos o adecuaciones que se generen no deben modificar los contenidos de las pruebas o afectar la autonomía de las personas”, afirmó.

La Dra. Tania Moreira Mora afirmó que si bien, las tablas de especificaciones son instrumentos tan cambiantes como las poblaciones que se evalúan, su adecuada elaboración permitirá que los ítems de una prueba logren medir adecuadamente las habilidades y contenidos deseados.

Por su parte, el M.Sc. Armel Brizuela Rodríguez, coordinador pruebas de lectura y de escritura del IIP, enfatizó respecto a la importancia de que los items de las pruebas sean elaborados por expertos y no incluyan opiniones o juicios de valor.

La Dra. Eiliana Montero Rojas, coordinadora de la comisión y miembro del equipo de la Prueba de Aptitud Académica del IIP, señaló el importante papel que juegan los análisis psicométricos para medir de forma objetiva, científica y con evidencias empíricas aquellos aspectos o rasgos que no son directamente observables.

Enfatizó su preocupación respecto a la ausencia que hay en el país de “cuadros técnicos formados en esta temática”, lo que a su criterio, ha favorecido que el análisis psicométrico esté casi ausente en las evaluaciones que se están utilizando hoy día para la toma de decisiones.

 

Información tomada de: http://www.ucr.ac.cr/

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Estudio identifica afecto positivo alto en costarricenses con envejecimiento saludable

Proyecto EDAD presenta resultados a adultos mayores participantes

 

Patricia Blanco Picado,

Periodista Oficina de Divulgación e Información

Estudio identifica afecto positivo alto en costarricenses con envejecimiento saludable
El proceso de envejecimiento se puede modificar a lo largo de la vida. Se empieza a envejecer a los 30 años (foto Anel Kenjekeeva).

El proyecto EDAD, que estudió los factores de protección y de riesgo para el envejecimiento saludable, presentó algunos resultados preliminares de la investigación, llevada a cabo con personas adultas mayores del área metropolitana y de Guanacaste.

Ante la presencia de un grupo numeroso de participantes en el estudio, la Dra. Mónica Salazar Villanea, investigadora principal, expuso los primeros datos procesados. La muestra consistió de 307 personas, con edades entre los 60 y 85 años.

La investigación tiene como objetivo determinar las características físicas y cognitivas que inciden en el envejecimiento con bienestar, tanto en las zonas urbanas como rurales, y hacer una comparación con poblaciones de adultos mayores de Estados Unidos.

Además, la información que se genere servirá para aportar a la detección temprana y al tratamiento de las demencias, entre estas el Alzheimer.

El proyecto EDAD es desarrollado por el Instituto de Investigaciones Psicológicas (IIP) de la UCR, en colaboración con el Centro de Gerontología de la Universidad de Kansas, de Estados Unidos.

Estudio identifica afecto positivo alto en costarricenses con envejecimiento saludable2
La investigadora del Instituto de Investigaciones Psicológicas, Dra. Mónica Salazar, dijo que pretenden crear una infraestructura de investigación sobre la población adulta mayor del país (foto Anel Kenjekeeva).

Junto a la presentación de los resultados, en la actividad se ofreció una charla sobre envejecimiento y bienestar a cargo de la Dra. Marcela Martí y del Lic. Luis Ortega Araya, investigadores del proyecto.

Afecto positivo: aspecto clave

El afecto positivo alto en las personas estudiadas es uno de los principales hallazgos del estudio, aspecto que se asocia al envejecimiento con calidad. Esto significa que los adultos mayores perciben mayor apoyo emocional por parte de sus familias y parejas, lo que tiene un impacto directo en el mantenimiento de la salud física, el funcionamiento cognitivo y la participación activa en actividades productivas, explicó Salazar.

La investigadora expresó que “el apoyo emocional percibido está asociado a un mejor autoconcepto; a una satisfacción por la vida; a mayor sensación de autoeficacia, de empoderamiento y de independencia; y a menor depresión”. Estos resultados muestran que los perfiles afectivos de los costarricenses difieren sustancialmente de los perfiles de los estadounidenses, puntualizó.

Estudio identifica afecto positivo alto en costarricenses con envejecimiento saludable3

El estudio también arrojó diferencias en el área urbana y rural. En la primera los participantes diferencian el apoyo que reciben de sus parejas y de la familia, mientras que en las zonas rurales no establecen ninguna diferencia entre el apoyo percibido de la pareja, familiares y vecinos.

La dieta saludable es otro factor que incide en la salud física y mental y en la funcionalidad en la vida diaria. Por lo tanto –según Salazar–, la reducida actividad física es una señal que anuncia la posibilidad de menor función cognitiva. En ese sentido, la investigación confirmó lo que ya se ha estudiado a escala internacional, y es que existe una estrecha relación entre el ejercicio físico que las personas realizan a lo largo de su vida y la salud mental.

El proyecto EDAD analizó en las personas adultas mayores características socioemocionales, alimentación, ejercicio físico, aspectos cognitivos y datos sociodemográficos. Los participantes provienen del Programa Integral de la Persona Adulta y Adulta Mayor (PIAM) de la UCR, de la Asociación Gerontológica Costarricense (Ageco), del Programa Ciudadano de Oro de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) de grupos comunitarios, culturales y religiosos.

Por último, Salazar dijo que esta es apenas la primera etapa del proyecto. Llamó la atención acerca de la necesidad de crear una infraestructura de investigación sobre la población adulta mayor del país. “Se proyecta que en los próximos 25 años van a haber más personas adultas mayores que niños”, concluyó.

En el proyecto también ha colaborado el Centro de Investigación en Ciencias del Movimiento Humano (Cimohu), de la UCR.

“Saber llevar la vida”

Ana Cecilia Mora, vecina de Pavas, tiene 12 años de asistir a los cursos del Programa Integral para la Persona Adulta y Adulta Mayor (PIAM), de la UCR.

Mora valoró muy positivamente su participación en el proyecto, porque según dijo, este les permitió darse cuenta sobre su estado de salud mental y físico.

Doña Ana Cecilia compartió su secreto de envejecer con calidad. Para ella es muy importante “saber llevar la vida en todos los sentidos de la palabra”. La alimentación también ocupa un lugar muy importante, lo mismo que la actividad física. “El ejercicio siempre me ha encantado, casi desde pequeña”, comentó. Ahora, a sus 68 años de edad, se siente muy bien.


“Soy muy feliz”

Rodrigo Castillo Escalante, con 72 años, es un funcionario público jubilado que no para de estudiar y de hacer lo que le gusta. Primero fue educador y posteriormente se formó como abogado. En la actualidad continúa matriculado en la UCR en cursos de Ciencias Políticas, de Administración y de ciencia. Además, asiste con regularidad a los cursos que ofrece el PIAM para las personas adultas mayores.

Para él, la participación en el proyecto EDAD ha sido muy importante, porque pudo hacerse una serie de exámenes físicos como la densitometría ósea, una prueba de esfuerzo físico y otra de flexibilidad y movilidad.

Castillo practica deportes. Le gusta la natación, camina y anda en bicicleta. Además, dedica tiempo a la percusión. Dijo que a su edad es una persona muy feliz, tanto en su ámbito familiar como personal. “Tengo una esposa encantadora. Cada uno tiene sus actividades, otras con mancomunadas. Tenemos una familia muy bonita. Nos vemos casi todos los fines de semana”, expresó.


 

Información tomada de: http://www.ucr.ac.cr/

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La violencia social será el tema de discusión en jornadas

Patricia Blanco Picado,

Periodista Oficina de Divulgación e Información

La violencia social será el tema de discusión en jornadas
La exclusión social y su relación con la violencia es uno de los temas que se han analizado en la UCR en el marco de las iniciativas de investigación de la Comisión y del Programa sobre Violencia y Sociedad (foto archivo ODI con fines ilustrativos).

La violencia social es un fenómeno complejo, con múltiples aristas y que obedece a diferentes factores. Por ello, para su estudio se requiere de la participación de diversas áreas y disciplinas académicas.

Los avances de investigación sobre distintas formas de violencia en el país y en la región latinoamericana serán presentados en las II Jornadas Interdisciplinarias de Investigación en Violencia y Sociedad: desafíos para la investigación de la violencia, el próximo 23 de setiembre, de 3:00 p.m. a 6:00 p.m. en el auditorio de la Facultad de Arquitectura.

En el 2014, la Universidad de Costa Rica (UCR) creó el Programa de Investigación en Violencia y Sociedad, adscrito al Instituto de Investigaciones Psicológicas (IIP), con el fin de contribuir al conocimiento sobre la violencia, indagar sobre su incidencia, magnitud, causas y estrategias para prevenirla.

La violencia no puede ser abordada desde una sola disciplina, razón por la cual el Programa plantea que la investigación se realice desde una óptica multi, inter y transdisciplinaria, aseguró su coordinadora, la M.Sc. Mónica Vul Galperín, investigadora del IIP.

Los temas que se expondrán en estas segundas jornadas tratan sobre la disciplina y el castigo físico en la educación de niños y niñas, la visualización de la violencia política en las guerras de América Latina, la exclusión social y la violencia en Centroamérica, la seguridad ciudadana y la violencia urbana contra las mujeres.

Los proyectos inscritos en el Programa sobre Violencia y Sociedad provienen de las áreas de Filosofía, Sociología, Derecho, Ciencias Políticas y Psicología. A la fecha hay cuatro investigaciones y un proyecto de acción social, que es la Escuela para Padres y Madres.

La violencia social será el tema de discusión en jornadas2
La M.Sc. Mónica Vul, coordinadora del Programa de Investigación en Violencia y Sociedad, aseguró que desde este espacio se pretende fomentar la investigación crítica (foto archivo ODI).

El Programa cuenta con apoyo de la Vicerrectoría de Investigación y de la Rectoría de la UCR.

Los antecedentes de esta iniciativa se remontan al 2008, cuando se organizó un simposio acerca del tema para reflexionar sobre el discurso autoritario y punitivo que en ese momento tomaba fuerza ante ciertos hechos de violencia ocurridos en el país. Posteriormente se creó la Comisión Interdisciplinaria en Violencia y Sociedad, que funcionó desde 2008 al 2012.

“Esta comisión trabajó durante cinco años con funcionarios del Poder Judicial y con varios institutos de investigación de la UCR. Era una comisión interdisciplinaria e interinstitucional que se proponía dar continuidad a lo que se venía haciendo. De allí surgió la necesidad de convertirla en un programa de investigación, que se inauguró en el 2014”, comentó Vul.

Agregó que la idea de crear el Programa es que se convierta en una especie de “paraguas» que aglutine a las investigaciones sobre violencia que se realizan en la UCR para potenciar estos trabajos.

El Programa también se propone diseñar un modelo para el monitoreo de las acciones estatales sobre las distintas manifestaciones de la violencia, aportar criterios científicos para la toma de decisiones y propuestas para la implementación de políticas sociales preventivas en esta materia.

 

Información tomada de: http://www.ucr.ac.cr/

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UCR inicia aplicación de prueba de admisión

Más de 45 mil aspirantes realizarán la prueba en todo el país en setiembre y octubre

 

Patricia Blanco Picado,

Periodista Oficina de divulgación e Información

UCR inicia aplicación de prueba de admisión
Este año participarán 45 650 estudiantes en la prueba de admisión para optar al ingreso a la Universidad de Costa Rica en el 2016 (foto ilustrativa archivo ODI).

La Universidad de Costa Rica (UCR) iniciará este sábado 5 de setiembre la aplicación del examen de admisión a estudiantes interesados en ingresar a esta institución en el 2016.

El 5, 19 y 26 de setiembre elaborarán la Prueba de Aptitud Académica (PAA) los estudiantes aspirantes de primer ingreso; el 13 de setiembre los estudiantes universitarios que repetirán la prueba y del 3 al 16 de octubre los estudiantes que solicitaron adecuación en la aplicación de este requisito.

De acuerdo con la Mag. Jenny Bolaños Valerio, coordinadora del Programa Permanente de la Prueba de Aptitud Académica, adscrito al Instituto de Investigaciones Psicológicas (IIP), de la UCR, este año realizarán el examen 45 650 estudiantes que desean acceder a este centro de educación superior, distribuidos en 60 sedes en todo el país.

Esta es la cifra de estudiantes aspirantes más alta que se ha registrado en 55 años de realización de la prueba de admisión.

Asimismo, el jefe de la Oficina de Registro e Información (ORI), de la UCR, Mag. José Rivera Monge, insta a toda la población estudiantil inscrita a que se apreste a realizar la prueba en las fechas establecidas. “Hemos hecho todos los esfuerzos institucionales para que el proceso esté listo e instamos a todos los estudiantes para que aprovechen esta oportunidad de acceso a la educación superior pública”, expresó.

Realizan el examen distintos tipos de población estudiantil procedentes de centros diurnos, nocturnos, personas con discapacidad y de otras modalidades como bachillerato por madurez y a distancia.

En el proceso de aplicación de la prueba participan 2200 funcionarios de la UCR y de la Universidad Nacional. Para optar al ingreso de cualquiera de estas dos universidades públicas se efectúa una sola prueba.

La PAA mide habilidades intelectuales generales y no conocimiento. Evalúa dos áreas: razonamiento verbal y razonamiento matemático.

La equidad y la excelencia son los dos pilares básicos que orientan el desarrollo de esta prueba.

 

Información tomada de: http://www.ucr.ac.cr/

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