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Etiqueta: Índice de Precios al Consumidor

¿Quién se está comiendo el queque?

Luis Paulino Vargas Solís

Supóngase que agarramos la serie de datos de la Encuesta Continua de Empleo (ECE) del INEC, desde la primera vez que se publicó hasta la más reciente que se hizo pública. Supóngase que nos interesan los datos de ingresos de la población y, con ese fin, comparamos el primer dato registrado con el más reciente. En tal caso, miraremos el dato del trimestre julio-agosto-septiembre de 2010 y el del trimestre octubre-noviembre-diciembre de 2022. En total, habrán trascurrido algo más de 12 años entre el primer dato y el segundo. Supongamos, además, que vamos a considerar los precios, medidos según el Índice de Precios al Consumidor, de modo que consideraremos el nivel de precios promedio que ese Índice nos reporta para cada uno de los dos trimestres mencionados. De esa manera, trataremos de expresar el poder adquisitivo real de los ingresos, una vez hemos descontado el aumento de precios registrados a lo largo de esos 12 años y pico.

Hecha esa operación, la conclusión que resulta se resume en lo siguiente: en el trimestre octubre-noviembre-diciembre de 2022, el ingreso promedio en el sector privado es inferior en -15,3% respecto de nivel que tenía en el trimestre en julio-agosto-septiembre de 2010, más de 12 años atrás. En el sector público hay apenas un pequeño aumento de 3%. Eso sí, debemos indicar que, si hacemos la misma operación a fin de comparar lo ocurrido entre mediados de 2019 y finales de 2022, encontraremos que el ingreso en el sector público, descontada la inflación, se desplomó un -18,4%. El mismo dato para el sector privado fue de -7,4%. O sea: los últimos tres años y unos meses, registran un desbarranco generalizado y catastrófico.

Supongamos que ahora revisamos los datos del Banco Central sobre el Producto Interno Bruto (PIB) y, en particular, el PIB por habitante. Resulta que ese dato, tomado en términos “reales”, o sea, descontando la inflación, aumentó nada menos que un 29,1% entre 2010 y 2022. Inclusive en el período 2019-2022 se incrementa un 4,5%, no obstante que de por medio está la crisis pandémica. Ya vimos que, en este último período, los ingresos de la gente -en el sector privado y más agudamente en el público- sufren una fuerte contracción.

Compare la evolución del dato del PIB por habitante con los de los ingresos promedios de la población ¿cómo entender el abismo que se abre entre una cosa y otra?

Aquí hay anomalías diversas. Una de ellas se relaciona con el PIB, un indicador que ha perdido representatividad, y cada vez resulta más falaz y engañoso. Otra tiene que ver con el propio modelo de desarrollo. Algunos “alguienes” -tan privilegiados que las propias estadísticas del INEC no logran registrarlos- se están quedando con una tajada enorme del queque. Pero, la verdad, seguramente una parte sustancial de ese queque se va hacia el exterior.

ANEP condena decreto salarial

COMUNICADO DE PRENSA

Los asalariados siguen pagando el déficit fiscal

IPC actual se quedó obsoleto, ¡hay que medir la inflación de verdad!

Apelamos, nuevamente, a la unidad sindical en la acción para enfrentar el congelamiento salarial y la defensa del empleo

 

La Asociación Nacional de Empleados Públicos y Privados (ANEP), integrante del Colectivo Sindical PATRIA JUSTA, deja expresión fuerte por esta vía de su más enérgica condena a la desafortunada e imprudente decisión del Gobierno de la República, de imponer el nuevo decretazo salarial del ofensivo, indignante y humillante “reajuste” de los 10 colones por cada 100 mil de salario en el caso de las personas trabajadoras del sector público, aplicable en el segundo semestre de este año 2016.

Además, 75 colones por cada 100 mil, en el caso de quienes tengan un salario base de 442 mil colones o menos, es igualmente ofensivo, indignante y humillante. Esta “migaja” golpea, duramente, a quienes menos ganan en la Administración Pública, como los y las policías, las trabajadoras de los CEN-CINAI, quienes tienen laborales de vigilancia institucional, tareas administrativas, de oficina, secretariales y de servicios generales y hasta personal técnico de diversas especialidades.

La realidad es que son las personas trabajadoras asalariadas de este país las que están pagando el déficit fiscal, lo cual sigue profundizando la desigualdad y atizando la hoguera de la confrontación social.

Mientras que el trabajador sí paga puntualmente sus impuestos, en solamente un año fiscal, 335 importadores dejaron de pagar en Aduanas, la escandalosa cifra de 53 mil millones de colones. ¡Esto no puede continuar así!

Por otra parte, urge una transformación estructural para calcular, con verdadero realismo y sin maquillajes estadísticos, lo que sucede a diario con el costo de la vida. Las cifras oficiales de inflación se contradicen en el día a día con la realidad económica del bolsillo del trabajador.

El actual IPC (Índice de Precios al Consumidor) ha sido totalmente rebasado por las circunstancias económicas que han determinado a Costa Rica como el país más caro de la América Latina. El IPC, con sus contenidos mínimos y básicos de productos y servicios de la canasta básica alimentaria que le da sustento, no está midiendo la realidad del costo de la vida. Debe crearse en un nuevo indicador, un real índice de inflación, que vaya más allá del IPC actual.

“¡Se le está jalando demasiado el rabo a la ternera!”. La ANEP, así como el Colectivo Sindical PATRIA JUSTA venimos planteando, desde el mes de setiembre del año pasado 2015, la gran necesidad de una gran unidad sindical en la acción para enfrentar con verdadera fuerza y contundencia el congelamiento salarial que ya es una realidad más que evidente y reforzada con este nuevo decretazo salarial; y por otro, las amenazas al Empleo Público que siguen plenamente vigentes con varios proyectos de ley en la corriente parlamentaria de la actual Asamblea Legislativa, no solamente el ya sumamente conocido y detestado expediente No. 19.506.

Precisamente, en el día de ayer, en día del decretazo salarial, jueves 4 de agosto de 2016, ANEP y PATRIA JUSTA reafirmamos un proceso de Unidad Sindical en la Acción, conjuntamente con relevantes organizaciones que firmamos un documento relevante titulado “UNIDAD EN LA ACCIÓN EN DEFENSA DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS Y DE LA JUSTICIA TRIBUTARIA”; documento cuyo acuerdo tercero plantea lo siguiente:

“Convocar en el corto plazo a una gran concentración de trabajadores y trabajadoras, en el marco de una jornada nacional de unidad en la acción en defensa de los derechos laborales y la justicia tributaria; en fecha que estaremos comunicando en el momento oportuno”.

Efectivamente, sólo resta acordar una fecha. El hartazgo, la indignación, la molestia, el enojo, el acoso y la agresión psicológica que invade prácticamente todos los diversos colectivos laborales del sector Público, exigen de las dirigencias sindicales, sin excepción alguna, grandes muestras de humildad para acatar el clamor de nuestras respectivas bases laborales: ¡unidad de los sindicatos! Ha quedado claro que a pesar de la importancia de movilizaciones y manifestaciones sectoriales, de carácter parcial, resultan insuficientes para parar tanta agresión.

En lo específico, la Asociación Nacional de Empleados Públicos y Privados (ANEP), formula un vehemente llamado a nuestros socios y a nuestras socias, a nuestra honorable membrecía, a las organizaciones amigas y fraternas del sector Público para que intensifiquemos los preparativos de la necesaria movilización que nos imponen las actuales circunstancias. ¡A prepararse todo mundo! ¡Basta ya!

Albino Vargas Barrantes

Secretario General ANEP

Coordinador Sindical PATRIA JUSTA

 

*Imagen con fines ilustrativos.

Enviado a SURCOS Digital por ANEP.

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Inflación no refleja situaciones particulares de hogares ticos

Roxana Morales Ramos*

 

La inflación refleja lo que sucede con los precios promedio en el país, no las situaciones particulares de cada hogar o persona.

La inflación en un país se mide a través de la variación en los precios de una cesta de bienes y servicios representativos del consumo de los hogares, en un periodo determinado. En Costa Rica se determina a partir del Índice de Precios al Consumidor (IPC), el cual es un indicador estadístico calculado mensualmente por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC). Vale la pena señalar que el INEC es una institución que goza de autonomía funcional y administrativa, por lo que ningún gobierno de turno tiene injerencia sobre los resultados de los indicadores que ésta tiene a su cargo.

El IPC ha sido un buen indicador de lo que sucede con los precios y ha sido utilizado por muchos años como referente en los ajustes salariales, cálculo de tarifas, reajustes en alquileres, para estimar el poder adquisitivo de los salarios, entre otros usos.

La cesta del IPC se actualiza regularmente con el objetivo de que se incorporen los cambios en la estructura de gasto y de consumo de los hogares a través del tiempo. Debido a lo anterior, en cada actualización, algunos bienes y servicios salen de la canasta y otros ingresan; adicionalmente, se incorporan cambios metodológicos que son importantes para mejorar la calidad y la precisión del indicador. Las últimas actualizaciones se realizaron en el 2006 y en el 2015.

Actualmente, el IPC está compuesto por 315 bienes y servicios, cada uno con un peso o una poderación acorde a su importancia relativa dentro del consumo familiar; es decir, no todos los artículos tienen la misma importancia, unos tienen mayor peso que otros y, por tanto, su efecto sobre la inflación depende de dicho peso. Al sumar las ponderaciones de los 315 artículos, el resultado corresponde al 100%.

Dentro del IPC, los doce artículos de mayor peso, en orden descendente, son: compra de automóvil (representando el 5.17% del gasto de consumo de los hogares), alquiler de la vivienda (4.9%), gasolina (2.91%), servicio doméstico (2.61%), educación universitaria (2.60%), servicio de electricidad (2.5%), casado (2%), televisión por suscripción (1.57%), autobús urbano (1.48%), servicio de agua (1.41%), celular pospago (1.40%) y educación primaria (1.39%). De estos doce, entre enero y junio de 2016, la gasolina es la que más ha bajado de precio (-7.4%), mientras que los mayores aumentos se han presentado en educación primaria (+5.5%) y educación universitaria (+4.7%).

Adicionalmente, al analizar la evolución de los precios, en el mismo periodo, por artículo, se observa que el 51.7% ha aumentado de precio, el 4.8% ha mantenido su precio y el 43.5% ha bajado. Los diez que más han subido de precio son: limón ácido, cebolla, apio, naranja, vainica, aguacate, medicamentos contra la hipertensión, servicio telefónico celular prepago, repostería, medicamentos contra el dolor. Y los diez que más han bajado: huevos, chile dulce, plátano, papa, frijoles, diesel, culantro, papaya, pañal desechable, gasolina.

Si se analiza la inflación por grupos, los que han presentado una mayor disminución en los precios son: Alimentos y bebidas no alcohólicas (-1.96%), Prendas de vestir y calzado (-1.67%) y, Transporte (-1.64%). Por su parte, los de mayor aumento son: Educación (+4.29%), Salud (+2.11%) y Alquiler y servicios de la vivienda (+1.65%).

Es necesario mencionar estos aspectos para comprender por qué muchas personas sienten que a pesar de haber una casi nula inflación en lo que va del año (0.01% acumulada a junio), no sienten un alivio en sus bolsillos y más bien siguen percibiendo que la mayoría de precios continúan en aumento y que sus ingresos cada vez les alcanza menos. Y es que cada familia tiene su propia realidad, su propia canasta de consumo y su respectiva fuente de ingresos; la inflación refleja la situación general de los precios en la economía y no las situaciones particulares de cada hogar/persona:

  • No todos los hogares consumen cada mes los 315 bienes y servicios del IPC, ni asignan la misma proporción de sus ingresos para su compra.
  • No todos los hogares/personas cuentan con estabilidad en sus ingresos ni en el empleo.
  • Una baja infación implica un bajo ajuste en los salarios.
  • No todos los trabajadores reciben ajustes semestrales en sus salarios/ingresos.
  • Muchos hogares suman mensualmente algunos bienes y/o servicios a su cesta de consumo.
  • Muchos hogares se endeudan lo que limita su capacidad de consumo.
  • Pocos son los hogares que elaboran sus presupuestos y llevan control de sus ingresos y gastos.

 

Para mayores detalles con la economista Roxana Morales 8329-1556 o en la Oficina de Comunicación 2277-3067.

 

*Observatorio de la Coyuntura Económica y Social Escuela de Economía UNA.

 

Enviado a SURCOS Digital por Oficina de Comunicación UNA.

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