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Etiqueta: individualismo

Francisco escribe carta a movimientos y organizaciones populares

A los hermanos y hermanas de los movimientos y organizaciones populares

Queridos amigos

Con frecuencia recuerdo nuestros encuentros: dos en el Vaticano y uno en Santa Cruz de la Sierra y les confieso que esta “memoria” me hace bien, me acerca a ·ustedes, me hace repensar en tantos diálogos durante esos encuentros y en tantas ilusiones que nacieron y crecieron allí y muchos de ellas se hicieron realidad. Ahora, en medio de esta pandemia, los vuelvo a recordar de modo especial y quiero estarles cerca.

En estos días de tanta angustia y dificultad, muchos se han referido a la pandemia que sufrimos con metáforas bélicas. Si la lucha contra el COVID es una guerra, ustedes son un verdadero ejército invisible que pelea en las más peligrosas trincheras. Un ejército sin más arma que la solidaridad, la esperanza y el sentido de la comunidad que reverdece en estos días en los que nadie se salva solo. Ustedes son para mí, como les dije en nuestros encuentros, verdaderos poetas sociales, que desde las periferias olvidadas crean soluciones dignas para los problemas más acuciantes de los excluidos.

Sé que muchas veces no se los reconoce como es debido porque para este sistema son verdaderamente invisibles. A las periferias no llegan las soluciones del mercado y escasea la presencia protectora del Estado. Tampoco ustedes tienen los recursos para realizar su función. Se los mira con desconfianza por superar la mera filantropía a través la organización comunitaria o reclamar por sus derechos en vez de quedarse resignados esperando a ver si cae alguna migaja de los que detentan el poder económico. Muchas veces mastican bronca e impotencia al ver las desigualdades que persisten incluso en momentos donde se acaban todas las excusas para sostener privilegios. Sin embargo, no se encierran en la queja: se arremangan y siguen trabajando por sus familias, por sus barrios, por el bien común. Esta actitud de Ustedes me ayuda, cuestiona y enseña mucho.

Pienso en las personas, sobre todo mujeres, que multiplican el pan en los comedores comunitarios cocinando con dos cebollas y un paquete de arroz un delicioso guiso para cientos de niños, pienso en los enfermos, pienso en los ancianos. Nunca aparecen en los grandes medios. Tampoco los campesinos y agricultores familiares que siguen labrando para producir alimentos sanos sin destruir la naturaleza, sin acapararlos ni especular con la necesidad del pueblo. Quiero que sepan que nuestro Padre Celestial los mira, los valora, los reconoce y fortalece en su opción.

Qué difícil es quedarse en casa para aquel que vive en una pequeña vivienda precaria o que directamente carece de un techo. Qué difícil es para los migrantes, las personas privadas de libertad o para aquellos que realizan un proceso de sanación por adicciones. Ustedes están ahí, poniendo el cuerpo junto a ellos, para hacer las cosas menos difíciles, menos dolorosas. Los felicito y agradezco de corazón. Espero que los gobiernos comprendan que los paradigmas tecnocráticos (sean estadocéntricos, sean mercadocéntricos) no son suficientes para abordar esta crisis ni los otros grandes problemas de la humanidad. Ahora más que nunca, son las personas, las comunidades, los pueblos quienes deben estar en el centro, unidos para curar, cuidar, compartir.

Sé que ustedes han sido excluidos de los beneficios de la globalización. No gozan de esos placeres superficiales que anestesian tantas conciencias. A pesar de ello, siempre tienen que sufrir sus perjuicios. Los males que aquejan a todos, a ustedes los golpean doblemente. Muchos de ustedes viven el día a día sin ningún tipo de garantías legales que los proteja. Los vendedores ambulantes, los recicladores, los feriantes, los pequeños agricultores, los constructores, los costureros, los que realizan distintas tareas de cuidado. Ustedes, trabajadores informales, independientes o de la economía popular, no tienen un salario estable para resistir este momento … y las cuarentenas se les hacen insoportables. Tal vez sea tiempo de pensar en un salario universal que reconozca y dignifique las nobles e insustituibles tareas que realizan; capaz de garantizar y hacer realidad esa consigna tan humana y tan cristiana: ningún trabajador sin derechos.

También quisiera invitarlos a pensar en “el después” porque esta tormenta va a terminar y sus graves consecuencias ya se sienten. Ustedes no son unos improvisados, tiene la cultura, la metodología pero principalmente la sabiduría que se amasa con la levadura de sentir el dolor del otro como propio. Quiero que pensemos en el proyecto de desarrollo humano integral que anhelamos, centrado en el protagonismo de los Pueblos en toda su diversidad y el acceso universal a esas tres T que ustedes defienden: tierra, techo y trabajo. Espero que este momento de peligro nos saque del piloto automático, sacuda nuestras conciencias dormidas y permita una conversión humanista y ecológica que termine con la idolatría del dinero y ponga la dignidad y la vida en el centro. Nuestra civilización, tan competitiva e individualista, con sus ritmos frenéticos de producción y consumo, sus lujos excesivos y ganancias desmedidas para pocos, necesita bajar un cambio, repensarse, regenerarse. Ustedes son constructores indispensables de ese cambio impostergable; es más, ustedes poseen una voz autorizada para testimoniar que esto es posible. Ustedes saben de crisis y privaciones… que con pudor, dignidad, compromiso, esfuerzo y solidaridad logran transformar en promesa de vida para sus familias y comunidades.

Sigan con su lucha y cuídense como hermanos. Rezo por ustedes, rezo con ustedes y quiero pedirle a nuestro Padre Dios que los bendiga, los colme de su amor y los defienda en el camino dándoles esa fuerza que nos mantiene en pie y no defrauda: la esperanza. Por favor, recen por mí que también lo necesito.

Fraternalmente, Ciudad del Vaticano, 12 de abril de 2020, Domingo de Pascua.

Fuente: http://radioencuentro.org.ar/carta-del-papa-a-los-movimientos-populares-del-mundo/

Enfrentar el impacto

Por:
Dr. Jorge Loaiza Cárdenas-
Msc Efraín Cavallini Acuña-
Académicos
Escuela de Planificación y Promoción Social
EPPS-UNA

Imagen: Rodrigo Valverde Naranjo

Como lo planteara E. Morín en la última página de su libro: La Vía para el futuro de la humanidad: “Quizás encuentren, en alguna parte de las ruinas de una biblioteca, este mensaje que les devuelva la esperanza y el coraje”; queremos compartir con ustedes unas palabras de esperanza y decisión, que nos permita enfrentar estos momentos de desesperanza e incertidumbre, al que hemos sido llevados ante la emergencia nacional que enfrenta el país a causa de la pandemia provocada por la enfermedad coronavirus COVID-19 en Costa Rica.

Hoy más que nunca estamos en crisis, no solo provocada por la pandemia del COVID 19, sino por las crisis de un modelo de desarrollo que nos ha llevado a un subdesarrollo intelectual, psíquico, tecnológico y moral.

Intelectual, porque la formación disciplinar que recibimos los occidentales, al enseñarnos a disociar todo, nos ha hecho perder la capacidad de relacionar las cosas y, por lo tanto, de pensar los problemas fundamentales y globales y abordarlos desde la complejidad en que están insertos, es decir vincular lo global con lo local y lo general con lo particular.

Psíquico, porque estamos dominados por una lógica puramente económica, que no ve más perspectiva política que el crecimiento y el desarrollo, y estamos abocados a considerarlo todo en términos cuantitativos y materiales.

Tecnológico, porque no debemos considerar a las tecnologías, como la herramienta que nos resuelve todos los problemas de la comunicación humana. Las tecnologías de la información y comunicación pueden hacernos bien o mal. No todas las tecnologías y cualquier uso que hagamos de ellas es lo más apropiado. No todas nos harán bien. Al contrario, utilizadas inapropiadamente pueden provocarnos torceduras, golpes en nuestra vida diaria, y pueden, sencillamente, embrutecernos. Pero aprovechadas de manera inteligente serán saludables y nos permitirán avanzar sanamente. Se debe elegir con lupa el menú tecnológico, conectarlo a nuestras necesidades reales y proyectos de mejora de la condición social. Es un imperativo utilizar la tecnología con sabiduría e inteligencia. Con ellas tenemos que hacer esfuerzos para tratar de recuperar el contacto humano, y, por consiguiente, la solidaridad. Como ciudadanía tenemos que apropiarnos de las tecnologías de la comunicación e información y reconocer su valor antes de que ellas desbocadas profieran el bazucazo a la humanidad y sigan colonizando nuestra mente y nuestra sociabilidad. Evitemos caer en la red de sus intereses comerciales y/o políticos. Recordemos, como se ha dicho en varios foros, que no está hecha la persona para la tecnología. Sino la tecnología para el ser humano.

Moral, porque el egocentrismo domina sobre la solidaridad. Además, la hiperespecialidad, el hiperindividualismo y la falta de solidaridad desemboca en el malestar, incluso en el seno del confort material. Como mal social, la corrupción es capaz de permear por completo un sistema político, afectándolo desde la cúpula hasta las actividades más cotidianas de la convivencia social sin importar las circunstancias en que nos encontremos. La permanencia de la corrupción en la política permite y atrae a personas impropias e inadecuadas para ejercer cargos públicos y desmotiva y repele a personas honestas que tienen una legítima vocación de servicio público. Los economistas, los sociólogos y los políticos tienen que tener cuidado con pronósticos imprudentes. En el desarrollo de esta crisis del COVID 19, se han visto algunos políticos que vacilan en asentar su estrategia en el principio de que el esfuerzo del Estado debe orientarse a salvar la vida de todos sus ciudadanos, que son los sectores sociales los que deben tener prioridad frente al cálculo utilitarista y mercantilista de las consecuencias económicas, que puede tener esa estrategia que beneficien a ciertos sectores privilegiados a contrapelo de la clase trabajadora y de quienes no gozan de garantías para acceder a una vida justa. La inseguridad no sólo se refiere a la lucha contra la pandemia, también a las consecuencias económicas y sociales que son impredecibles. Por ello, como sociedad, debemos incidir para lograr liderazgos políticos honestos para las siguientes décadas, que cultiven y promuevan la verdadera democracia y no contaminarla.

La crisis de la humanidad son crisis interdependientes, interrelacionadas, tenemos crisis en la salud, cognitiva, de pensamiento, política, económica, social, ambiental, cultural, ética; tenemos una crisis en la relación fundamental entre el individuo y la sociedad, el individuo y la familia, el individuo y él mismo; es decir, estamos abocados al abismo.

Sufrimos un malestar interior que parasita nuestro bienestar exterior. Aquellos que gozan de un aumento de su nivel de vida, ven reducida la calidad de la misma. Pero este es un malestar difuso, que se vive de maneras distintas; por ejemplo, el malestar que afronta la juventud, la desintegración de la familia, el significado de la vejez para la sociedad mundial actual ante la pandemia del COVID 19, entre muchos otros.

Pero toda crisis comporta riesgos y oportunidades; sin embargo, esta crisis humana que hoy enfrentamos con la pandemia del COVID 19 es solo una de ellas; que nos ha llevado a evidenciar los riesgos, pero nos obliga, a buscar las oportunidades de cómo superarlas.  La oportunidad es ver la crisis como una vía hacia un cambio, Así surge la gran capacidad creadora del ser humano que permita regenerar nuestra vida, la vida de nuestras culturas, del legado del pensamiento y conocimiento al cual hoy en pleno siglo XXI hemos logrado alcanzar; este será nuestro máximo instrumental de lucha que nos permitirá definir la ruta que nos llevará hacia ese gran cambio. Como dice Morin “cambiar de vía”.

Pero cambiar de vía no significa frenar el desarrollo científico-técnico-económico, por el contrario, significa repensar y hacer un alto y un acto de contrición, para valorar lo bueno y malo que tenemos en nuestras vidas, de tal forma, que abramos una pluralidad de caminos, reformadores a nuestra vida. Serán muchos los caminos, pero como dice Machado “. el camino se hace al andar”.

El cálculo monetario no puede evaluar el bienestar y el malestar. La tristeza, el abandono y la soledad buscan consuelo en la compra y el consumo. La lógica del cálculo, de la máquina determinista, del rendimiento y de la productividad se extiende por toda la sociedad y se apoderó de todos nosotros. Por esto, necesitamos una reforma de vida, que pueda reducir el poder del dinero y del afán de lucro y de todos aquellos que siempre nos presentan las mismas recetas economicistas.

Necesitamos de una política de solidaridad real no de una de anonimato de solidaridad del estado de bienestar, es decir pasar de promulgar la solidaridad a liberar la fuerza de las buenas voluntades y favorecer las acciones solidarias, por ejemplo, impulsar la economía solidaria en donde se fortalezca el cooperativismo y las asociaciones sin afán de lucro que presten servicios de proximidad, o en el campo educativo, en donde profesores y docentes ofrezcan espacios de formación y acompañamiento técnico y profesional a aquellos que más lo necesiten; o en el campo de la seguridad ciudadana, en donde las comunidades se organicen para controlar la delincuencia y el robo.

Necesitamos un reencuentro con el trabajo en el que se dignifique el aporte de todo ser humano; volverle a cada ser su capacidad de crear, de innovar, de producir de sentirse útil en la vida, produciendo para sí mismo, para otro o para un mercado. Hoy más que nunca hemos aprendido que la salud y la alimentación son las principales fuentes de vida que todo ser humano necesita de manera indispensable, es nuestra responsabilidad velar porque nuestro país siga conservando y consolidando el sistema de salud que poseemos, pero en cuestiones alimentarias debemos reconocer el abandono y desconocimiento al que hemos llevado a nuestro sistema agroalimentario nacional, haber pasado de un sistema autosuficiente que garantizaba su seguridad alimentaria, de tan solo hace 30 años, con un liderazgo y reconocimiento a nivel ciudadano de nuestros agricultores, a un nivel de dependencia absoluta por lo que consumimos a nivel básico y sobre todo por el desconocimiento e invisibilización del pequeño y mediano agricultor de nuestro país, a punto de desaparecerlo. Es innegable e indispensable reactivar el sistema agropecuario de nuestro país, tarea que solo grupos multidisciplinarios y en dialogo abierto y permanente podrán buscar la forma de lograrlo.

Esta reforma de vida necesita de una reforma del pensamiento, que nos muestre la importancia de los prejuicios y los paradigmas que inconscientemente dirigen nuestras formas de conocimiento y comportamiento y nos hacen incapaces de comprender que los demás obedecen a otros preconceptos y otros paradigmas.

Tres pilares fundamentales para cimentar una sociedad próspera, solidaria, cohesionada, un Estado fuerte, representativo y garante de los intereses de los diversos sectores y que convoque a una ciudadanía participativa y proactiva, son la Ética Pública, la idoneidad- y la probidad, estas cualidades garantizan, a su vez la transparencia, la rendición de cuentas y son el filtro para detener los abusos del poder, la corrupción y el favorecimiento económico de una minoría. De manera tal, que se pueda cumplir con los requisitos de una democracia representativa y de una economía solidaria, eficiente y distributiva de la riqueza social. El modelo de desarrollo del Estado costarricense, desde la Segunda República, es una fuente para repensar el Estado y el rumbo de la Costa Rica, de los próximos 30 años.

Necesitamos afrontar la relación con los demás a través de la comprensión del prójimo, la humanización de las emociones y el respeto democrático.

Todos debemos buscar aquello que es importante y necesario para nosotros, todos debemos encontrar el camino de nuestra regeneración, una vuelta a las fuentes generadoras-creadoras.

Trabajemos para diagnosticar y transformar, trabajemos para relacionar y unir. Las reformas son solidarias; no son solo institucionales, económicas, políticas o sociales, son también mentales, y requieren una aptitud para concebir y abarcar los problemas globales y fundamentales, una aptitud que, a su vez, precisa de una reforma de la mente y la forma de pensar nuestras vidas. Pero la reforma de la mente depende de la reforma educativa y de la reforma del pensamiento, ambas son complementarias e indispensables.

En materia educativa es momento para reorientar el modelo, hacerlo más inclusivo, más participativo, las TICS nos han ofrecido herramientas tecnológicas que van a revolucionar la enseñanza y el aprendizaje, y es precisamente donde la juventud nos ha dado una clase de destreza y habilidad para acoplarse a estas nuevas herramientas, el reto es porqué no incluirlos en el diseño de las nuevas formas de implementar el proceso de enseñanza aprendizaje valiéndonos de las TICS.

Ante esta época de crisis provocada por la pandemia del COVID 19 es momento para replantearnos, hacer un alto en nuestras vidas, valorar lo que tenemos, mirarnos como humanos, preguntarnos qué queremos de nuestras vidas, en qué estamos dispuestos a cambiar, y lo más importante creo yo, que puedo hacer por el prójimo, sobre todo aquel que ha perdido las esperanzas de vivir la vida con dignidad humana, aquel necesitado de espiritualidad, de oportunidad, de valoración por lo que es, y no por lo que tiene o puede producir,  aquel que anda en la calle sin norte, aquella que enfrenta sobrevivir con una familia sin  oportunidades de trabajo o empleo, pero no solamente él o aquella que parece estar alejada de mí, muchas veces, ella o él están muy cerca o son parte de mi núcleo familiar.

Insto a que olvidemos nuestro ego disciplinar que no nos deja ver la realidad compleja que afrontamos, debemos pasar de las recetas que todo lo solucionan desde una disciplina; receta, donde mi disciplina es la más favorecida, y los o las otras, son las que deben implementar las sabias soluciones propuestas; debemos buscar el encuentro con el otro, a reconocernos en el otro u otra, a dialogar, a buscar puntos de convergencia que nos permita avanzar en la convivencia fundamentada en el amor por nuestro semejante, porque solo de esta manera podremos avanzar en una sana convivencia en donde lo que planifiquemos sea producto del aporte de cada uno de nosotros.

Finalmente, consideramos que el gobierno y quienes lo presiden realizan las acciones y medidas que humanitariamente, con meditación o alevosía, consideran más oportunas, más que criticar dichas propuestas, debemos realizar aportes o propuestas que mejoren dichas acciones, hay que pasar de la reacción a la acción propositiva. Ya no basta con denunciar, ahora es preciso enunciar, no es suficiente reconocer la crisis, la urgencia, también hay que saber por dónde empezar, el reto es ahora o nunca.

Aún tenemos tiempo para reconstruir y fortalecer aquellas prácticas ciudadanas, que soportan la institucionalidad y la praxis democrática, y que se fundamentan en la moral y la ética pública.

Educación Popular en tiempos de COVID-19

Oscar Jara H.- Presidente de CEAAL

El Contexto Latinoamericano y Caribeño desde antes de la crisis producida por la pandemia del COVID 19, estaba atravesado por una ofensiva neoliberal en distintas dimensiones (política, económica, socioambiental, cultural) que se había extendido por toda nuestra región con una fuerza inusitada en los últimos dos años: el golpe de Estado de Bolivia, el viraje del gobierno en Ecuador, la agresividad del gobierno Brasileño, el creciente bloqueo a Cuba y Venezuela y el resultado de las recientes elecciones en Uruguay reflejan las dinámicas de polarización que se gestan en este marco junto con las crisis abiertas y movilizaciones populares en Haití, Ecuador, Chile y Colombia, la caravana de migrantes centroamericanos, o la derrota del partido Cambiemos en Argentina. Estos y otros factores como el creciente número de dirigentes sociales y ambientales asesinados especialmente en Colombia, aunque también en otros países como Costa Rica, visibilizan la magnitud de esta ofensiva y la polarización que ella produce con respecto a propuestas y movimientos progresistas.

En estas circunstancias, llega la crisis producida por la pandemia del Corona-virus, actualmente en proceso de crecimiento con consecuencias imprevisibles para nuestra región y para nuestro planeta. El análisis de su impacto en las relaciones económicas, políticas, sociales, ambientales y culturales de nuestras sociedades deberá ser un eje central de nuestra acción en los meses venideros.

Por eso, en este contexto se ha hecho aún más necesario disputar desde la Educación Popular el modelo de sociedad al que aspiramos desde una ética del cuidado de la vida y en políticas en beneficio de las mayorías. Retomar, resignificar y recrear la dimensión profunda del sentido de nuestras prácticas y procesos organizativos en función de otro modelo civilizatorio que reemplace al actual modelo cuya crisis se agudiza con esta pandemia. Ante este contexto y las circunstancias que vivimos actualmente en el inicio del año 2020, podemos identificar algunos desafíos presentes para nuestros procesos:

  • Comprender el impacto que tiene y tendrá la pandemia Covid-19 en todo el marco de relaciones de nuestras sociedades, identificando cómo las políticas de privatización (en especial de los servicios de salud) afectan las capacidades de respuesta a una emergencia sanitaria de esta magnitud, así como la necesidad de repensar y redefinir otras relaciones económicas, sociales, ambientales y culturales basadas en otra ética, en otro sentido de la vida (pensar en nuestras sociedades post coronavirus y actuar para conseguirlas).
  • Comprender críticamente al neoliberalismo, desnudado por la pandemia, en su dimensión simbólica y cultural como productor de subjetividades y en su capacidad colonizadora de sentidos a partir de una racionalidad individualista, competitiva y consumista, para construir otra visión del mundo, otra ética y otras subjetividades desde propuestas políticas y acciones solidarias y colectivas centradas en el bien común.
  • Analizar críticamente los modelos de intervención ante la pandemia, utilizados por los distintos regímenes latinoamericanos y sus resultados. Identificar el papel de las políticas públicas ante estas situaciones de vulnerabilidad, así como los impactos diferenciados que esta situación provoca y las estrategias que pueden evitar una profundización de la desigualdad que ya afecta de manera más grave a sectores como las mujeres, personas trans, pueblos indígenas y comunidades campesinas, personas migrantes, iniciativas productivas desde la economía informal, etc.
  • Identificar, promover, sistematizar y visibilizar prácticas alternativas de solidaridad, intercambio desinteresado, ayuda mutua y participación social generadas durante esta crisis, para poder proyectarlas como prácticas democráticas y democratizadoras que se llevan a cabo desde otros paradigmas que el actualmente hegemónico basado en el mercado, las salidas individuales y el lucro.
  • Caracterizar las distintas formas de ejercicio de poder que se enfrentan a las lógicas del neoliberalismo y del autoritarismo que utiliza formalidades democráticas, reflexionando sobre las nuevas formas de construcción de procesos organizativos, de resistencia y de re-existencia con la participación de nuevos actores sociales y políticos.
  • Impulsar acciones y propuestas de descolonización y despatriarcalización de las formas de concebir y organizar las relaciones sociales y económicas, generando otros espacios y criterios de acción basados en la lógica del Buen Vivir, la Economía Social y Solidaria, y el cuidado mutuo y de la naturaleza de la que formamos parte.

Estamos viviendo un cambio de época que puede constituir una oportunidad para que –desde los procesos de educación y participación popular- impulsemos con mayor fuerza el desmonte de las lógicas y patrones culturales capitalistas, patriarcales, extractivistas, individualistas, racistas y coloniales y que desde las prácticas solidarias podamos construir espacios, propuestas, proyectos, programas que protagonizados por los sectores populares se constituyan en los nuevos referentes de otra manera de vivir. El CEAAL asume este desafío de ser movimiento transformador con decisión y compromiso, pero también con humildad, sabiendo que sólo será posible si ampliamos nuestro campo de alianzas, articulaciones y vínculos con otros movimientos, organizaciones y sectores sociales, siendo parte activa de un movimiento mucho más amplio y convergente de transformación.

(Editorial de La Carta del CEAAL # 613, 8 abril 2020: http://ceaal.org/v3/carta613/)

Hacia una acción frente al coronavirus que revitalice la colectividad

…cuando natura, le asesta un golpe a la cultura individualista…

Desde Costa Rica y Centroamérica con visión Latinoamericana. Sujeta a enriquecimiento activo y alegremente esperanzador.

Apuntes para una construcción colaborativa y cooperativa.[1]
Carlos Brenes Castillo cooinspirado con Patricia Palma
Los centroamericanos podemos

Este apunte es eso, un intento por que nuestra acción colectiva, sea lo mejor pensada posible y lo más recreadora de nuestra cultura, hemos compartido una primera versión, con mucha gente de Centroamérica y Latinoamérica, para que sea eso un “rizoma” diría nuestro maestro Francisco Gutiérrez. Favor moverlo y hacerle lo que requiera. La emergencia exige ciertamente una respuesta ciudadana, y provocara definitivamente una reconformación de la convivencia social, las relaciones sociales. Las relaciones de poder y sobre todo del lugar y modelo de estado y política pública. Esto requiere vivir con inteligencia este paso, y capitalizar socialmente lo mejor para que nuestras sociedades retomen con más garras el bien común, la economía solidaria y participación comunitaria, en clave de Nos…Un nosotros evidentemente global. Desde lo local, reconciliándose con los ecosistemas.

De manera esquemática y sencilla visualizamos un esquema para una acción colectiva que nos moviliza y coloca en actividad decidida para lograr los objetivos reconocidos:

  • Colocar los diferentes grupos sociales en tareas y roles que contribuyan a las acciones propias de los organismos estatales, construyendo la respuesta viva de nuestra comunidad humana, potenciando el comportamiento solidario y responsabilidad colectiva, y cambiado las formas de relación y convivencia.
  • Reducir al máximo de la curva de contagiados, en relación con capacidad de respuesta efectiva del sistema de salud nacional, regional y local; prepararnos para los diversos escenarios que nos toque a las diversas personas. (no enfermarse-enfermar y entrar en riesgo de muerte). Organizar la capacidad social, público-privada, para brindar tratamiento exitoso, al quienes enfermen, que eviten o minimicen muertes.
  • Potenciar la rehabilitación y recuperación rápida, el aprendizaje y la interiorización de nuevos comportamientos que eviten la vuelta de la pandemia y nos prepara mejor para otros eventos de este tipo.
La acción colectiva, no existe, lo que existen son personas y grupos que relacionan y entran en relaciones que generan repuestas colectivas y construyen el bien común desde sus prácticas de vida en situaciones de normalidad o de emergencia como la que estamos viviendo. Por eso mirar y partir de las personas, sus sentimientos, movimientos, acciones, pensamientos y decisiones, es el punto de partida. Reconocer quien soy, quienes somos, donde estamos, cómo y con qué y quienes actuamos y que priorizamos, es la base del punto de partida. La toma progresiva de conciencia y sus implicaciones el hilo conductor, colectivizar la toma de conciencia hacia conciencia colectiva, por convicción o coerción, como parece estarse dando, ante la velocidad y agresividad del virus y los patrones culturales.
EJE DE LA ACCIÓN COLECTIVA: la construcción progresiva de la conciencia activa y colectiva. ESTO TIENE QUE VER CONMIGO Y CON NOSOTROS por eso debemos ACTUAR COLECTIVAMENTE POR EL BIEN COMÚN.

Una vez claro lo anterior para fines de acompañar y organizar nuestro accionar inteligente, máxime en situación de emergencia y posiblemente alta carencia de recursos, tiempo y gente, podemos reconocer al menos 5 grandes etapas:

0. Previo al primer contagio y gran desinformación e inacción social. Alta inconciencia sobre nuestro estilo de vida saludable.

1. Etapa de PROMOCION, dado el desarrollo intenso del contagio, con alto riesgo de romper umbral de respuesta. Inicio de respuesta social, insuficiente. DISTANCIAMIENTO SOCIAL EL MANDATO. Esfuerzo centrado en crear y activar conciencia y combatir la negación y evasión.

Línea de acción: Crear conciencia progresiva y activa, que combata la negación y evasión.

2. Etapa de CONTENCIÓN del desarrollo máximo del contagio y levantamiento de la máxima respuesta social, por conciencia o coerción. PROFUNDIZAR EL DISTANCIAMIENTO SOCIAL y lograr “APLANAR LA CURVA.

Reconocer los tres escenarios posibles.

  1. E1. No enfermarse. (Cuido colaboración).
  2. E2. Enfermar y recuperarse.
  3. E3. En riesgo de muerte. En esta etapa emergen dos grandes grupos, riesgos de exclusión social, los mayores de 60 pueden verse así mismo como ya desahuciado, o estigmatizado. Y los jóvenes, “a mí no me pasara nada”.

Es necesario mirar diversas acciones colectivas según escenario y grupo social. Particular atención sobre la llamada primera línea, el personal de salud, que requiere apoyo, estimulo, y ojalá encontrarse en coyunturas manejables.

Línea de acción: PROFUNDIZAR EL DISTANCIAMIENTO SOCIAL y lograr “APLANAR LA CURVA”, CON EL MAYOR ESFUERZO DE ACCION COLECTIVA DECIDIDA, quedándose en casa.

3. Etapa de TRATAMIENTO INTENSIVO. Salvar vidas, importancia de acciones de respaldo, asistencia y apoyo, así como de correcto abastecimiento de la primera línea, la persona de salud, higiene, limpieza, equipamiento. Procurar aumentar, la capacidad física instalada y la capacidad humana existente. El accionar de soporte emocional y físico a las brigadas de trabajo. Especial atención al sector juvenil que está en plena demanda de relaciones intensas.

Línea de acción:  salvar vidas, generar una atmosfera de tranquilidad en la ciudadanía y de asegurar abastecimiento alimentario de la población. Alta conciencia activa en los comportamientos.

4. Etapa de descenso Y CAÍDA DE LA DINÁMICA DE CONTAGIO, conciencia y administración del daño. Mecanismos de respuesta y acompañamiento revitalizador en incubación y estimulación.

En esta etapa la acción colectiva se puede relajar y los comportamientos de distanciamiento social, y de higiene colectiva pueden exceder los niveles de cumplimiento y cuido consciente. Se reconocen y se van haciendo evidentes, en los diversos escenarios y territorios de múltiples prácticas de incubación de buenas iniciativas favorecedoras del logro de los objetivos, y emergen mecanismos estimuladores de la acción -investigación y participación ciudadana.

Línea de acción: No bajar la guardia para evitar una vuelta al fuerte contagio y amenaza del desborde de atención. Interiorización consciente de la acción colectiva.

5. Etapa de REHABILITACION: restablecimiento, reconstrucción y revitalización. Fuerte movilización colectiva solidaria.

El tejido de acciones reconocidas y sugeridas para potenciar nuestra energía social, comportamiento responsable e involucramiento activo, para sanar y restituir tejidos territoriales, según momento y posibilidades, alrededor de la recuperación:

  • Social
  • Física
  • Ambiental
  • Económica

En esta etapa, posiblemente la de mayor prolongación y más grandes desafíos. En especial la importancia de CAPITALIZAR AL MAXIMO, el momento vivido, y centrándose en aquellos CAMBIOS principales derivados, y necesarios a futuro, para minimizar riesgos en otros eventos, entre ellos:

  • Cambio radical de los modelos de convivencia, consciente. Cambios en la manera de estar y compartir de manera diferente y más consciente y responsable social y ambiental.
  • Cambio radical las diversas formas de relacionamiento.
  • Cambios en los patrones alimentarios en función de esquemas nutricionales que coadyuven en estilos de vida saludable y de fortalecimiento inmunológico.
  • Cambios en los modelos de gobernanza y de ejercer el poder, redefinición y reacomodo de las relaciones de poder, donde el bien común, el estado social, el reposicionamiento de la institucionalidad publica, la economía, y en especial los liderazgos ciudadanos y políticos
  • Revalidación de lo cotidiano y de los acercamientos sociales con sentido
  • Cambio profundo en la conciencia social, en el valor de ciencia y el conocimiento, la ambiental en cuanto los limites la restitución del equilibrio ambiental, la casa común y finalmente la conciencia social en cuanto a NOSOTROS, la participación y gestión ciudadana, alrededor del bien común.
Línea de acción: No dejar de invertir y generar las grandes aprendizajes-enseñanzas y fortalecer las ganancias colectivas desarrolladas, en especial el desarrollo de nueva institucionalidad, nuevas normas y reglas para vivir desde nuestras comunidades y el planeta. Una cultura renovada y resignificada.

ANEXO:

Ideas para aprender e impulsar tareas y actividades en cada etapa.

0. Previo al primer contagio y gran desinformación e inacción social. Alta inconciencia sobre nuestro estilo de vida saludable.
  • Fuerte esfuerzo local, colectivo directo y virtual de información y educación consciente, que coloque a todas y todos en cambios de comportamiento inmediato. DISTANCIAMIENTO SOCIAL, Y AISLAMIENTO ACOMPAÑADO DE INTENSAS MEDIDAS DE HIGIENE.
  • Vigilancia activa de comportamientos no deseados, e inadecuados. Informar y reportar a las autoridades
  • Familiarmente y “tribus de amigos” reconocen personas y miembros en condición de riesgo de salud y riesgo social (por ejemplo, violencia doméstica), y perfilan medidas y accionan al respecto.  Higiene y reclusión (cero contactos)
  • Aprovechar y potenciar las redes sociales para informar, accionar y movilizar la población hacia tareas y comportamientos deseados y orientados por las autoridades.
  • Identificar claves nutricionales que pueden favorecer resistencia y recuperación, para incentivar su acceso y búsqueda
1. Etapa de PROMOCION, dado el desarrollo intenso del contagio, con alto riesgo de romper umbral de respuesta. Inicio de respuesta social, insuficiente. DISTANCIAMIENTO SOCIAL EL MANDATO. Esfuerzo centrado en crear y activar conciencia y combatir la negación y evasión.
  • Cambio abrupto de nuestros comportamientos y conducta, eliminación de actividades …” Quédese en casa”, el eje. Redoblar higiene limpieza de manos y reducción a conductas de relacionamiento social basadas en el contacto físico.
  • Cuido de las personas de tercera etapa y acciones de soporte a sus necesidades básicas de alimento y medicina. Se han organizado pequeños grupos y redes de apoyo de personas jóvenes que ayudan a las mayores en estas tareas para que se queden en casa.
  • Orientaciones y “paquetes nutricionales” que brinden soporte y mayor resistencia.
  • Innovación creativa de actividades de teletrabajo y de multiplicación de generación de bienes y servicios, por parte de pequeñas unidades económicas y sus redes y tejidos de cooperación. Reactivación de la Economía Social solidaria.
  • Colaboración y contribución desde la comunidades y economía social solidaria, procurando espacios complementarios, para la atención de personas “sospechosas” y/o contagiadas, en sus periodos de “cuarentena”, en estricta coordinación con las autoridades de salud y gobiernos locales. Se han dado uso de casa, sin alquilar, puestas al servicio del sistema de salud.
  • Diversas iniciativas de apoyo y respaldo culturales, al personal de salud y a las personas en cuarentena, “Cartas de Animo”, “cantos”, videos…aplausos colectivos, radioemisiones locales….
  • Solidaridad y apoyo con las familias del personal de primera línea, en sus barrios y residencias.
  • Iniciativas virtuales de entretenimiento…compartido y otras iniciativas personales familiares…
Etapa de CONTENCIÓN del desarrollo máximo del contagio y levantamiento de la máxima respuesta social por conciencia o coerción. PROFUNDIZAR EL DISTANCIAMIENTO SOCIAL y lograr “APLANAR LA CURVA.

Aunque esperamos que la etapa anterior sumada a las medidas gubernamentales, hayan logrado los más altos resultados, dado el tiempo que hemos tenido, para “APLANAR LA CURVA”, y evitemos valores y cifras no deseables, puede ser la etapa de mayor , e impacto emocional y comunal, y de afectación de todos nosotros, sería como sentí la gente de Limón , sus líderes luchadores, el día siguiente del terremoto, golpeados ….ahora si las cifras fueran, como no las queremos, será donde se demandará la mayor acción colectiva, el abrazo social gigante que nos cohesione, como sociedades…Costa Rica, Centroamérica y Latinoamérica..

  • Actividades de apoyo y respaldo, precautorio y controlado, a las personas, familias y grupos contagiados, desde las comunidades y barrios, apoyando y empujando la recuperación y el mejor desenlace.
  • Acciones solidarias y de apoyo a los sistemas de atención, por ejemplo, desde nuestras ASADAS contribuir con agua, según reglas claras, a aquellas instituciones y espacios que tengan carencia o insuficiencia para atender la emergencia.
  • Mediante voluntariado, inventariar e identificar, unidades económicas pequeñas familiares de subsistencia que estén siendo seriamente afectadas y contribuir, la canalización de apoyo, acompañamiento técnico, desde la ECONOMIA SOCIAL SOLIDARIA…para VACUNARNOS contra la destrucción del tejido económico comentario y local…, impulso de iniciativas creativas e imaginativas de la economía social solidaria. Esa valoración debe servir, en lo inmediato ante los auxilios sociales del estado, y estratégicamente en la etapa 5 de revitalización.
  • Seguimiento y ALTA CAJA DE RESONANCIA Y MULTIPLICADORA de las orientaciones e instrucciones de las autoridades de salud.
  • Fortalecimiento de acciones nutricionales favorecedoras.
  • Repuestas territoriales, sean cantonales o regionales que articulan cooperación, para resistir, sobrevivir y recuperar el tejido…y la buena gobernanza.
  • Mecanismos que “apapachen” a nuestros contagiados y familias, y por supuesto las familias de personas fallecidas. Ya están ocurriendo y circulando en Costa Rica, hermosas iniciativas de cantautores como #YoMeQuedoEnCasa FESTIVAL Centroamérica. Del 18 al 22 de marzo en Facebook live, o Instagram Live…además de poder tomar iniciativas de canto en los Barrios de los italianos y españoles. Es decir, impulsar todo un frente cultural, de fuerte contagio vital. Otro ejemplo fue el concierto de Fito Páez, desde la plataforma de FACEBOOK, el día 20 de marzo.
3. Etapa de TRATAMIENTO INTENSIVO. Salvar vidas, importancia de acciones de respaldo, asistencia y apoyo, así como de correcto abastecimiento de la primera línea, la persona de salud, higiene, limpieza, equipamiento.
  • Procurar aumentar, la capacidad física instalada y Habilitar espacios comunitarios y privados en forma solidaria.
  • Accionar de soporte emocional y físico a las brigadas de trabajo.
  • Aumentar la capacidad humana existente.
  • Especial atención al sector juvenil que está en plena demanda de relaciones intensas.
  • Generar una atmosfera de tranquilidad en la ciudadanía.
  • Asegurar abastecimiento alimentario de la población.
  • Alta conciencia activa en los comportamientos.
  • Resaltar todas las acciones complementarias desde las otras líneas para el manejo emocional y psicológico del momento, información y noticias, desde los núcleos familiares y todo el sistema educativo, público y privado.
  • Comienzan a generarse con más fuerza, frecuencia, intensidad de actividades culturales y artísticas, así como de acompañamiento deportivo.
4. Etapa de descenso Y CAÍDA DE LA DINÁMICA DE CONTAGIO, conciencia y administración del daño. Mecanismos de respuesta y acompañamiento revitalizador en incubación y estimulación. Se mantiene DISTANCIAMIENTO SOCIAL.
  • En esta etapa, posiblemente, podemos re acercarnos en los sueños y nuevos desafíos, en especial poder colaborar desde la comunidad y organizaciones sociales con el Estado, en el recuento y valoración de daños, más allá de los daños en la vida de las personas. Sugerir herramientas y formas de agregación territorial.
  • Valorar identificar y auscultar donde quedan, núcleos generadores, y multiplicar el rescate y sistematización de buenas prácticas de respuesta, acompañamiento, incubación y re-incubación, y estimulación sistemática, para restablecer tejidos, y generar reinserción activa de la población, procurando cuidadosamente nuevas formas y prácticas de ACERCAMIENTO SOCIAL, CONVIVENCIAL Y COLABORATIVO.
  • Mecanismos de agradecimiento y reconocimiento a toda la PRIMERA LINEA DEL PERSONAL DE SALUD, y todo el otro personal de soporte involucrado en el esfuerzo nacional.
  • VALORACION COMUNITARIA de instrumentos y mecanismos para que NO se de una reactivación y crecimiento de la dinámica de contagio. Acciones inmediatas precautorias por sectores y territorios de riesgo.
  • Detectar cuellos dinamizadores del tejido económico, principalmente alrededor de la SEGURIDAD ALIMENTARIA Y NUTRICIONAL., que repotencien y nos vacunen contra el desabastecimiento alimentario. Impulso de acciones con los programas de estado respectivos.
  • Nuevas orientaciones nutricionales favorecedoras.
5, Etapa de REHABILITACION: restablecimiento, reconstrucción y revitalización. Fuerte movilización colectiva solidaria.

El tejido de acciones reconocidas y sugeridas para potenciar nuestra energía social, comportamiento responsable e involucramiento activo, para sanar y restituir tejidos territoriales, según momento y posibilidades, alrededor de la recuperación:

  • Social
  • Física
  • Ambiental
  • Económica

En esta etapa, posiblemente la de mayor prolongación y más grandes desafíos. En especial la importancia de CAPITALIZAR AL MAXIMO, el momento vivido, y centrándose en aquellos CAMBIOS principales derivados, y necesarios a futuro, para minimizar riesgos en otros eventos, entre ellos:

  • Cierre y capitalización de nuestro accionar en función de los objetivos, capitalizando en especial el tejido construido
  • Valoración de los resultados sanitarios y estimulo decidido a la investigación aplicada proactiva.
  • Inventario, reconocimiento y sistematización de las diversas acciones y procesos de acción colectiva en los territorios, que contribuyeron significativamente al logro de los objetivos.
  • Cambio radical de los modelos de convivencia, consciente. Cambios en la manera de estar y compartir de manera diferente y más consciente y responsable social y ambiental.
  • Cambio radical las diversas formas de relacionamiento.
  • Cambios en los patrones alimentarios en función de esquemas nutricionales que coadyuven en estilos de vida saludable y de fortalecimiento inmunológico.
  • Cambios en los modelos de gobernanza y de ejercer el poder, redefinición y reacomodo de las relaciones de poder, donde l bien común, el estado social, el reposicionamiento de la institucionalidad publica, la economía, y en especial los liderazgos ciudadanos y políticos
  • Revalidación de lo cotidiano y de los acercamientos sociales con sentido
  • Cambio profundo en la conciencia social, en el valor de ciencia y el conocimiento, la ambiental en cuanto los limites la restitución del equilibrio ambiental, la casa común y finalmente la conciencia social en cuanto a NOSOTROS, la participación y gestión ciudadana, alrededor del bien común.

Ilustración: https://believe.earth/es/colectividad-que-ensena/


[1] Agradecemos la colaboración activa de muchas personas y esperamos se multiplique enriquezca y mejore. En particular del compañero Héctor Ferlini-Salazar.

Otto no es culpable, otros lo son

Daniel Lara

 

No han terminado de bajar las aguas, ni se ha terminado de hacer un recuento de los daños, ni se han enterrado los muertos y el diario La Nación – el de los 70 años de hiel – titula que las ventas bajas de ayer esperan recuperarse hoy con un viernes doblemente negro. Triste es el día nacional para pensar en el negocio pero algunos sacan a flote el agua sucia que corre por sus venas. En el fondo lo que impera y sale a flote es una lógica perversa que premia el consumo a costa de la naturaleza, de vidas humanas y no humanas. No sería de extrañar que hoy ciudadanos con asueto y sin asueto atiborren Malles y carguen sus tarjetas con cuanto chunche seductor se les ponga en vitrina. El consumo y el individualismo están en liza con la solidaridad imprescindible en este momento de duelo nacional. Esa otra Costa Rica, la meseteña, la inmersa en esa enorme taza de la GAM poco reconoce la otra Costa Rica, la de siempre olvidada, la diezmada por crecidas, Nemagón, pobreza, droga y exclusión.

En los mapas de crisis la colorean de rojito intenso, es la periferia de la taza del bienestar. Pero con o sin huracán siempre está en rojo por una perversa distribución de la renta nacional, en rojo intenso es su atraso socio-económico y casi siempre sirve de pasto electoral a los politiquillos corruptos de siempre. Cada cuatro años los llenan de promesas y en el ínterin drenan sus recursos. Suben los votos, suben las aguas y su vida toca el lodo. Ni Limón ni Upala son pobres, a sus gentes los han empobrecido los ejercicios reiterados de la demagogia y la rapiña político-empresarial. Hay dos Ottos y dos Costa Ricas, de un lado hay responsabilidad y del otro priva el sufrimiento reiterado ante huracanes y rufianes de saco y corbata. Empresarios bananeros metidos a política obligaron a sus obreros a no dejar tierras de amenaza. Otros hacen el billete con una TV chinamera de frivolidad morbosa a costa del dolor de otros. Periodismo de barro y alcantarilla. Precandidatos luciéndose hipócritamente consternados pero defendiendo incapaces lacayos municipales. Bueno lo ha hecho el Gobierno –enmendó la página -, ya era hora, lástima que la contundencia y firmeza no alcanzo desde el arranque y sucumbió a la misma prensa que ventila viernes negros.

Otto (no el de Cuesta de Moras) no es culpable pese al dolor que deja; la naturaleza – y no dejamos ser parte de ella – no es culpable. Si el volcán arroja fuego de las entrañas de la tierra no es venganza de dioses. Tampoco es culpable el invierno y el verano no es suerte mejor, ni los alisios o el Monzón cargan responsabilidad moral por su libre expresión material. Las llamaradas solares no son terribles y otras expresiones como los huracanes, explosiones de estrellas, o riadas no deben merecer nuestro enojo o incomprensión. Hay del religioso que saque provecho y enrede la cosa llevando agua a su molino. La materia se mueve, cambia, se transforma: gracias a ella estamos usted y yo aquí viendo el televisor cargado de morbo y mucho rating huracanado. La racionalidad de la cual nos enorgullecemos es una deriva propia de esa misma naturaleza evolucionada y coronada no pocas veces también de ceguera y despropósito. La inteligencia es materia ascendida luego de millones de años de cambios grandes y pequeños. Pero esa inteligencia no siempre rinde frutos a favor de la vida misma. Si no le queda claro, construir una bomba atómica y enviársela a un enemigo a miles de kilómetros es una concreción material de esa racionalidad humana en continuo ascenso. Pero matar de esa manera no es cosa sabia por más matemáticas involucradas. Tampoco calentar el Planeta es cosa de sabios. Es estupidez crasa, egoísmo elevado a trofeo.

Los partes de la prensa científica internacional han dado cuenta este año del enorme despropósito de ese cacareado desarrollo de la economía. Un paradigma de dominio irracional que tumba esperanzas de algún porvenir para nuestros hijos. Se registran las mayores temperaturas atmosféricas y oceánicas que logran alcanzar cifras demenciales. Se derrite el Ártico, los glaciares eternos del Himalaya, los Alpes y los Andes. Se derrite el permafrost de las estepas y sube el metano raudo y veloz, peor gas que el CO2. Suben los niveles de los mares y el aire se nos ensucia de inmundicia fabril. Los acuerdos de París COP 21 son saludo a la bandera mientras gringos y chinos y otros más corren por todo el mundo tras más materias primas y energía. La fábrica no para de darnos placebos, de quitarnos la plata y la vida buena.

Tendremos muchos más Ottos – los de Cuesta de Moras cunden por doquier y tienen responsabilidad de la tragedia universal por su cantaleta de mercados y menos estados -, violentos y salvajes, su aparición será más frecuente. Al perro flaco se le pegan las pulgas de otros y ottos. Los países pobres pagan la factura ambiental de los desvaríos de las transnacionales afincadas en tierras de Obama, Merkel, Xi Ping y demás. Los indios, mil trescientos millones envidian los éxitos de Nueva York y quieren consumir como ellos. Los ticos corren a Miami o a Golfito por más chunches aunque luego el agua de barro llene los dormitorios de otros. Muchos quieren ser Nueva York pero no hay Tierra saludable para tanta locura irracional. Las chimeneas del mundo industrializado que nos proveen de celulares, carros, aviones y cuanto chunche da la imaginación calientan el único nido que todos compartimos. Caldo de cultivo para aguas calientes que engendran Katrinas y Ottones. Maravillados con la Internet no reparamos en su carga energética cuando cientos de miles de servidores, cables y antenas demandan electricidad. Pareciera mágico las imágenes en las pantallitas pero tiene un costo el encantamiento. Igual el consumo de turismo pone en el cielo todos los días miles de aviones cuyos motores no funcionan con miel de abeja precisamente. Más energía, más químicos, más plásticos, más cosas. Menos paz.

La flecha envenenada de los Viernes Negros se ha clavado en Upala y otros lugares de nuestra geografía olvidada. El huracán de infame nombre es tan solo la expresión brutal del Antropoceno – el tiempo que la humanidad renegó del Jardín del Edén y lo convirtió en un basurero – y solo la compresión cabal de todos los elementos involucrados servirá para torcer la suerte que hemos cosechado. Más solidaridad personal y estatal. Menos barro en nuestras casas y cabeza. El mundo puede ser mejor, no le echemos la culpa a la Naturaleza. Solo tenemos este mundo.

 

Imagen con fines ilustrativos tomada de www.lagranepoca.com

Compartido con SURCOS por Juan Carlos Cruz Barrientos.

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