Skip to main content

Etiqueta: intelectuales

El silencio de los intelectuales

«La destrucción de la paz y la democracia se debe generalmente a la constitución desigual y paralela de dos círculos de libertades autorizadas, es decir, las libertades de expresión y acción aceptadas por los medios de comunicación y el poder político». 

Artículo del Académico portugués Boaventura de Sousa Santos. Doctor en sociología, catedrático de la Facultad de Economía y director del Centro de Estudios Sociales de la Universidad de Coímbra (Portugal).Traducción de Bryan Vargas Reyes.

Por: Boaventura de Sousa Santos

Los intelectuales no tienen el monopolio de la cultura, de los valores o de la verdad, y mucho menos el monopolio de aquello que debería ser entendido por cualquiera de estos «dominios del espíritu», como se decía antiguamente. Tampoco pueden renunciar a denunciar lo que, en su opinión, consideran ser destructivo de la cultura, de los valores y de la verdad, especialmente cuando esta destrucción supuestamente ocurre en nombre de la cultura, los valores y la verdad. Los intelectuales no pueden dejar de saludar al sol antes de que nazca el día, pero tampoco pueden evitar advertir que muchas nubes pueden nublar el cielo antes de que caiga la noche e impedir que se disfrute la claridad del día.
En Europa estamos asistiendo al alarmante (re)surgimiento de dos realidades destructivas de los «dominios del espíritu»: la destrucción de la democracia, con el crecimiento de las fuerzas políticas de extrema derecha; y la destrucción de la paz con la naturalización de la guerra. Cualquiera de estas destrucciones está legitimada por los valores que pretende destruir: la apología del fascismo se hace en nombre de la democracia y la apología de la guerra en nombre de la paz. Todo esto es posible porque la iniciativa política y la presencia mediática están siendo entregadas a las fuerzas belicistas y a las fuerzas conservadoras de derecha o extrema derecha. Las medidas de protección social para que la población sienta en el presupuesto y en la convivencia que la democracia es mejor que la dictadura son cada vez más escasas debido a los costos de la guerra en Ucrania y al hecho de que las sanciones económicas en contra del “enemigo”, que supuestamente debían causar daño al enemigo, están, de hecho, causando daño a los pueblos europeos cuyos gobiernos se aliaron con Estados Unidos.
La destrucción de la paz y la democracia se debe generalmente a la constitución desigual y paralela de dos círculos de libertades autorizadas, es decir, las libertades de expresión y acción aceptadas por los medios de comunicación y el poder político. El círculo de libertades autorizadas para posiciones progresistas que defienden la paz y la democracia disminuye cada vez más, mientras que el círculo de libertades autorizadas para posiciones conservadoras que hacen apología de la guerra y la polarización fascista sigue creciendo. Los comentaristas progresistas están cada vez más ausentes de los grandes medios de comunicación, mientras que los conservadores dejan pasar semanalmente páginas enteras cargadas de una mediocridad espantosa. Veamos los principales síntomas de este vasto proceso en curso.
1. La guerra de información sobre el conflicto entre Rusia y Ucrania se ha desarrollado hasta ahora de tal manera que incluso los comentaristas con cierto sentido común conservador se someten a ella con repugnante sumisión. Un ejemplo entre muchos de los medios corporativos europeos: en el comentario semanal de un canal de televisión portugués (SIC, 29 de enero de 2023), un conocido comentarista, generalmente una persona de buen criterio dentro del campo conservador, dijo más o menos esto: «Ucrania tiene que ganar la guerra porque si no gana, Rusia invadirá otros países de Europa». Más o menos lo mismo que los televidentes estadounidenses escuchan todos los días de la mano de Rachel Maddow en el canal de televisión MSNBC. ¿De dónde viene este absurdo sino del consumo excesivo de desinformación? ¿Se les habrá olvidado que la Rusia postsoviética quería unirse a la OTAN y a la UE y fue rechazada, y que la expansión de la OTAN en las fronteras de Rusia, en contra de lo que le fue prometido a Gorbachov, podría ser una preocupación defensiva legítima por parte de Rusia, incluso si es ilegal invadir Ucrania, como condené desde primera hora? ¿No sabrán que fueron Estados Unidos y Reino Unido quienes boicotearon las primeras negociaciones de paz poco después de la guerra haber comenzado? Y si, por hipótesis, Zelensky quisiera abrir negociaciones con Putin, ¿creen que solo lo detendría la extrema derecha ucraniana? ¿Estados Unidos o Reino Unido lo permitirían? ¿No han pensado los comentaristas ni por un momento que una potencia nuclear enfrentada a la eventualidad de la derrota en la guerra convencional puede recurrir a las armas nucleares, y que esto puede causar una catástrofe nuclear? ¿Y no se dan cuenta de que en la guerra de Ucrania se explotan dos nacionalismos (ucraniano y ruso) para someter a Europa a una dependencia total de Estados Unidos y detener la expansión de China, el país con el que Estados Unidos está realmente en guerra? ¿Que Ucrania es hoy la prefiguración de lo que Taiwán será mañana? Curiosamente, en este vértigo ventrílocuo de la propaganda, nunca se dan detalles sobre lo que significa la derrota de Rusia. ¿Conducirá al derrocamiento de Putin? ¿La balcanización de Rusia?
2. La ideología anticomunista que ha dominado el mundo occidental durante los últimos ochenta años está siendo reciclada para fomentar hasta la histeria el odio antirruso, a pesar de que se sabe que Putin es un líder autocrático, amigo de la derecha y de la extrema derecha europea. Se prohíben los artistas, músicos y deportistas rusos, y se eliminan los cursos sobre cultura y literatura rusas, tan europeas como la francesa. En la primera reunión internacional del club P.E.N. después de la Primera Guerra Mundial, celebrada en mayo de 1923, los escritores alemanes fueron prohibidos como parte de la estrategia de humillar la potencia vencida en el Tratado de Versalles de 1919. La única voz disidente fue la de Romain Rolland, Premio Nobel de Literatura en 1915. Él, que había escrito tanto contra la guerra, y específicamente contra los crímenes de guerra de los alemanes, tuvo el coraje de declarar, «en nombre del universalismo intelectual»: «No someto mis pensamientos a las fluctuaciones políticas y dementes de la política».
3. La democracia está siendo tan vaciada de contenido que puede ser defendida instrumentalmente por aquellos que la usan para destruirla, mientras que aquellos que sirven a la democracia para fortalecerla contra el fascismo son considerados izquierdistas radicales. Fue unánime el coro occidental para celebrar los eventos de la plaza Maidan de Kiev en 2014, donde comenzó la guerra de hoy. Aunque las banderas de las organizaciones nazis fueron claramente visibles en las protestas, a pesar de la furia popular dirigida contra un presidente elegido democráticamente, Víctor Yanukovych, a pesar de que las escuchas telefónicas revelaron que la neoconservadora estadounidense, Victoria Nuland, había indicado los nombres de aquellos que asumirían el poder en caso de una votación,  incluida la de una ciudadana estadounidense, Natalie Jaresko, que más tarde sería nombrada nueva Ministra de Finanzas…de Ucrania, a pesar de todo esto, estos eventos, que fueron un golpe bien orquestado para ahuyentar a un presidente pro-russo y convertir a Ucrania en un protectorado estadounidense, se celebraron en todo Occidente con la vibrante victoria de la democracia. Nada de esto fue incluso tan absurdo como el hecho de que el diputado de la oposición venezolana, Juan Guaidó, se proclamara presidente interino de Venezuela en una plaza de Caracas en 2019, y eso fue suficiente para que Estados Unidos y muchos países de la UE lo reconocieran como tal. En diciembre de 2022, fue la propia oposición venezolana la que puso fin a dicha farsa.
4. La dualidad de criterios para juzgar lo que está sucediendo en el mundo asume proporciones aberrantes y se ejerce casi automáticamente para fortalecer a los apologistas de la guerra, estigmatizar a los partidos de izquierda y normalizar a los fascistas. Los ejemplos son tantos que cuesta seleccionarlos. Doy algunos de ellos. En Portugal, por ejemplo, el comportamiento ruidoso e insultante de los miembros del partido de extrema derecha Chega en el parlamento es muy similar al comportamiento de los parlamentarios del partido nazi en el Reichstag desde que ingresó en el Parlamento alemán a principios de la década de 1920. Hubo intentos de detenerlos, pero la iniciativa política les pertenecía y las condiciones económicas los favorecían. En mayo de 1933, estaban promoviendo la primera quema de libros en Berlín. ¿Cuánto tiempo esperarán los portugueses? El segundo ejemplo. Siguiendo una orientación derechista global muy patrocinada por las instituciones de contrainsurgencia de Estados Unidos, los gobiernos izquierdistas que no pueden ser derrocados por golpes suaves deben ser desgastados por acusaciones de corrupción. Forzarlos a lidiar con problemas de gobernabilidad y de crisis permanente para que no puedan gobernar estratégicamente. En Portugal, al parecer, solo hay corrupción en el Partido Socialista. Para los medios de comunicación conservadores hegemónicos, todos los ministros del gobierno socialista, hasta que se demuestre lo contrario, son considerados corruptos. No es difícil encontrar ejemplos similares en otros países.
En el plano internacional me refiero a dos ejemplos evidentes. Ahora está prácticamente establecido que la explosión de los gasoductos Nord Stream en septiembre de 2022 fue obra de Estados Unidos (como, por cierto, había prometido Joe Biden), con la eventual colaboración de aliados. Si fue o no fue su responsabilidad, deberá ser investigado sin demora por una comisión internacional independiente. Lo que parece claro es que la parte perjudicada, Rusia, no tenía ningún interés en destruir la infraestructura cuando le bastaría cerrar el grifo. El 8 de febrero de 2023, el respetado periodista estadounidense Seymour Hersh reveló con información concluyente que fue Estados Unidos quien planeó desde diciembre de 2021 la explosión de los gasoductos Nordstream 1 y Nordstream 2[1]. Si es así, estamos ante un delito grave que configura un acto de terrorismo de Estado. Debería ser de gran interés para Estados Unidos, el Estado que se afirma como un defensor de la democracia global, averiguar qué sucedió. ¿Era esta la única forma de obligar a Alemania a unirse a la guerra contra Rusia? ¿El sabotaje de los gasoductos pretendía acabar con la política de mayor autonomía energética para Europa en relación con EE. UU. iniciada por Willy Brandt? Con la energía cara y las empresas cerradas, ¿no fue esta una forma eficaz de detener el motor económico de la UE? ¿Quién se beneficia de ello? ¿Se incluyó en el cálculo el injusto sacrificio impuesto a las familias alemanas de pasar por un invierno sin un calor razonable? El más profundo silencio pesa sobre este acto terrorista.
El segundo ejemplo. La violencia de la ocupación colonial israelí sobre Palestina se intensifica. Desde principios de año, Israel ha matado a 35 palestinos; el 26 de enero asaltó el campamento de refugiados de Jenin en el West Bank y mató a otras 10 personas, incluidos 2 niños. Un día después, un joven palestino mató a siete personas fuera de la sinagoga de un asentamiento israelí en la sección oriental de Jerusalén, que fue ocupada ilegalmente por Israel. La violencia existe en ambos lados, pero la desproporción es brutal, y muchos actos de terrorismo por parte de Israel (a veces cometidos con impunidad por colonos o por militares en los denominados “checkpoints”) ni siquiera se denuncian. No hay enviados de los medios de comunicación occidentales para informar de lo que está sucediendo en los territorios ocupados, donde se produce la mayor violencia. No tenemos imágenes insoportables del sufrimiento y muerte en el lado palestino (a excepción de imágenes furtivas de teléfonos móviles). La comunidad internacional y el mundo árabe no dicen nada. A pesar de la inmensa desproporción de la violencia entre los dos lados de la guerra, no hay ningún movimiento para enviar armas para Palestina, contrario a lo que sí se está haciendo con Ucrania. ¿Por qué la resistencia de los ucranianos es justa y la de los palestinos no lo es?  Europa, el continente donde tuvo lugar el holocausto judío, está en el origen remoto de los crímenes cometidos contra Palestina, pero hoy muestra una odiosa complicidad con Israel. La UE está trabajando arduamente para establecer un tribunal para juzgar los crímenes de guerra. Pero hipócritamente, solo los crímenes cometidos por Rusia. Como en los años que precedieron a la Primera Guerra Mundial, los llamamientos al europeísmo (la paneuropea, como se llamaba entonces) son cada vez más llamamientos a la guerra cargados con una retórica para encubrir el sufrimiento injusto y la pérdida de bienestar que se está imponiendo a los pueblos europeos sin haber sido consultados sobre la necesidad o conveniencia de la guerra.
¿Por qué hay tanto silencio sobre todo esto?
Frente a todo esto, quizás el silencio más incomprensible sea el de los intelectuales. Incomprensible, porque los intelectuales afirman a cada paso tener una mayor clarividencia que la de los mortales comunes. Sabemos por experiencia histórica que, en los períodos inmediatamente anteriores al estallido de las guerras, todos los políticos dicen que están en contra de la guerra mientras contribuyen a ella. En estas condiciones el silencio es pura complicidad con los señores de la guerra. Contrariamente a lo sucedido a principios del siglo XX, no hay fuertes declaraciones de intelectuales reconocidos por la paz o por la «independencia de espíritu» y en defensa de la democracia. Cuando comenzó la Primera Guerra Mundial, tres imperialismos estaban presentes: el ruso, el británico y el prusiano. No había duda para nadie de que el más agresivo era el imperialismo prusiano.
Curiosamente, en ese momento no se escuchó a grandes intelectuales alemanes manifestarse contra la guerra. El caso de Thomas Mann merece una reflexión. En noviembre de 1914, escribió un artículo en la Neue Rundschau[2] titulado Gedanken im Kriege (Pensamientos en tiempos de guerra) en el que defendía la guerra como un acto de Kultur (es decir, Alemania, como él mismo añadiría) contra la civilización. Para él, la Kultur era la sublimación de lo demoniaco (die Sublimierung des Damonischen) y estaba encima de la moral, de la razón y de la ciencia.  Y concluía, “la ley es amiga de los débiles, quisiera nivelar el mundo, pero la guerra hace aparecer la fuerza” (Das Gesetz ist der Freund des Schwachen, mochte gern die Welt verflachen, aber der Krieg lasst die Kraft erscheinen)[3]. Según él, Kultur y militarismo eran hermanos. En 1919, publicó el libro Consideraciones de un apolítico[4] en donde defendería la política del Kaiser y afirmaba que la democracia era una idea antialemana. Felizmente para la humanidad, Thomas Mann cambió sus ideales y se transformó en uno de los grandes críticos del nazismo. Por el contrario, en el lado ruso, las voces críticas contra el imperialismo ruso, desde Kropotkine hasta Tolstoi, desde Dostoievski hasta Gorki, siempre han sido bien notorias.
Hay muchas preguntas que los intelectuales tienen la obligación de responder. ¿Por qué se habrán callado? ¿Seguirá habiendo intelectuales, o lo que queda es una pobre clericultura?
[1]https://seymourhersh.substack.com/p/how-america-took-out-the-nord-stream?r=5mz1&utm_campaign=post&utm_medium=web
[2] Revista literaria alemana trimestral con sus más de 100 años de historia ininterrumpida, es una de las publicaciones culturales más antiguas de Europa.
[3] Citado por Romain Rolland Au-dessus de la mêlée. Paris, Paul Ollendorf, 1915, 59.
[4] Betrachtungen eines Unpolitischen, Berlim, S. Fischer Verlag

Fuente: https://www.bloghemia.com/2023/02/el-silencio-de-los-intelectuales-por.html

Compartido con SURCOS por Roberto Salom Echeverría.

La Alianza por una Vida Digna y la búsqueda de la confluencia de los movimientos de base de la sociedad

José María Gutiérrez – Héctor Ferlini-Salazar

La Alianza por una Vida Digna es un espacio de lucha cultural que busca contribuir con la generación de pensamiento y de propuestas alternativas a los modelos de desarrollo dominantes, las cuales surjan de amplios procesos de base social en Costa Rica. Procura aportar para que nuestro país se enrumbe por senderos de equidad, solidaridad, respeto a la diversidad y el cuidado y defensa del ambiente, en fin, por senderos de bien común.

La Alianza busca crear un espacio y un clima en el cual los sectores subalternos y que están en lucha por defensa de sus derechos se empoderen, al sentir que sus vivencias y anhelos son compartidos por otros sectores en el país, y que sus afanes a nivel local se enlazan con procesos similares en otros territorios y espacios. Ese clima fortalece la convicción de que, en medio de las dificultades y las crisis actual y pasadas, otro mundo es posible. Al hacerlo, se crean condiciones subjetivas para la organización y la articulación. La ausencia de esa lucha cultural, por el contrario, transmite el mensaje de que no hay alternativas a las visiones dominantes, limitando la esperanza.

Como se ha mostrado en muchas ocasiones, la lucha cultural es la llave de procesos sociales emancipatorios de diversa índole. La misma, sin embargo, debe ajustarse a los contextos y particularidades de territorios y sectores. Los problemas que convocan a la organización han variado y los sectores de la sociedad que muestran mayor dinamismo en lo organizativo también han cambiado. Además de sectores comunitarios, campesinos y sindicales, hoy asumen un papel protagónico la juventud, las mujeres, la población sexualmente diversa, los pueblos indígenas, los sectores ambientalistas y defensores del patrimonio biológico y cultural, y los grupos de intelectuales comprometidos, entre otros.

Este enorme dinamismo que se mueve en las bases de nuestra sociedad genera continuamente planteamientos, propuestas, críticas y soluciones, con una enorme creatividad. Se hace indispensable, en la coyuntura actual y en los tiempos por venir, estrechar lazos y buscar unidad en medio de esta rica diversidad. Se debe buscar la confluencia y comprender que, en medio de las particularidades, hay espacios comunes que le darían una gran fortaleza a estos procesos. La lucha cultural procura generar esos ámbitos de encuentro y articulación.

Hay en marcha una disputa por las ideas. A las visiones dominantes, que han mostrado su decadencia e incapacidad para generar bienestar en esta crisis del COVID-19, se debe anteponer la frescura de visiones de mundo que alimenten la justicia, la equidad y la solidaridad. La Alianza por una Vida Digna procura abrir espacios para que esas visiones alternativas tengan voz, se potencien, se encuentren y se enriquezcan. Esa voz y ese accionar colectivo contribuirán, sin duda, a gestar una sociedad más justa y digna.

“24 horas de innovación” reta a 100 estudiantes universitarios

UCR será sede país de competencia internacional

“24 horas de innovación” reta a 100 estudiantes universitarios
En la competencia «24 horas de innovación» participan 100 jóvenes de universidades estatales y privadas (foto: Archivo ODI).

 

Lidiette Guerrero Portilla

Periodista Oficina de Divulgación e Información

 

En el marco de la competencia denominada 24 horas de innovación, 100 estudiantes universitarios, conformados en 20 equipos interdisciplinarios y procedentes tanto de universidades públicas como privadas, asumirán los retos que les hagan las empresas patrocinadoras del evento en Costa Rica.

Entre ellas participan POZUELO, Microsoft, INTEL y Nutrisnacks, las cuales les proponen a los estudiantes universitarios que, en 24 horas, hagan propuestas creativas para resolver algunos problemas que vienen enfrentando en sus empresas desde hace tiempo.

La actividad iniciará a las 8:00 a.m. del 26 de mayo y concluirá a las 8:00 a.m. del 27 de mayo, con la participación de jóvenes estudiantes del TEC, de la UNA, de la UNED, la UCR, la U Latina, la Véritas y la UTN.

Esta es la primera vez que esta iniciativa de la École de Technologie Supérieure (ETS) de Canadá se realiza en Costa Rica, aunque la competencia internacional ha desarrollado ya siete ediciones anteriores, con la participación de más de 1000 estudiantes universitarios en total de países de todos los continentes, entre ellos de Brasil, Francia, Bélgica, Senegal, entre otros.

La ETS también lanzará retos internacionales que los participantes pueden asumir para brindar soluciones al respecto.

E
En grupos interdisciplinarios, los estudiantes trabajarán durante 24 horas continuas, para aportar soluciones innovadoras a los problemas que les planteen (foto: Archivo ODI).

En esta octava edición la Universidad de Costa Rica (UCR) es la sede país y quienes lideran la organización son la Unidad de Gestión y Transferencia del Conocimiento para la Innovación (Proinnova) y la Agencia Universitaria para la Gestión del Emprendimiento (AUGE), ambas de la Vicerrectoría de Investigación y con el apoyo de la Red UCR Emprende.

El objetivo es incentivar la cultura de innovación en el país de manera que se reconozca esta temática como un eje motor para el desarrollo de los países en la sociedad del conocimiento, que los participantes fomenten su espíritu innovador y emprendedor, aprendan sobre el uso de herramientas creativas e innovadoras, trabajen en equipos multidisciplinario y creen alianzas estratégicas.

Los participantes se reunirán en una sesión previa el viernes 22 de mayo, a las 6:00 p.m. en el auditorio de la Ciudad de la Investigación de la UCR, en donde se anunciarán los equipos multidisciplinarios que competirán y se harán ejercicios creativos para que los participantes se conozcan.

Según lo detalló Yorleny Campos, Gestora de Innovación de Proinnova, los participantes se encontrarán el 26 de mayo en el Museo de los Niños para trabajar las 24 horas de la competencia. Dentro de la agenda tendrán distintas actividades lúdicas, tanto para estimular la generación de ideas, como para el esparcimiento creativo y para recibir ciertos tips en el tema de innovación.

Durante el 27 de mayo, los estudiantes filmarán las soluciones que serán evaluadas por parte del jurado, que elegirá las propuestas más innovadoras, tanto para los retos nacionales como los internacionales. Las mejores soluciones nacionales serán premiadas de una vez por las empresas patrocinadoras y para el reto internacional será seleccionada una que quedará participando por Costa Rica ante la ETS.

 

Información tomada de: http://www.ucr.ac.cr/

Suscríbase a SURCOS Digital:

https://surcosdigital.com/suscribirse/

Ser joven hoy

Por Arnoldo Mora

Arnoldo Mora
Arnoldo Mora

 

Fue un 24 de Abril en 1970 frente a la Asamblea Legislativa. Se acababa de aprobar un contrato con la trasnacional ALCOA, gracias al cual la mayoría de los diputados le entregaba a dicho monopolio canadiense el subsuelo de nuestra región Sur para que extrajera la bauxita, obteniendo el país como limosna un ridículo ingreso para las arcas del fisco nacional. Era una entrega de nuestros recursos naturales más preciados en los mercados mundiales al gran capital extranjero haciendo trizas la soberanía patria. Desde los lejanos días de la Colonia y desde los más cercanos de Mamita Yunai, la historia parecía no haber cambiado: los conquistadores imperiales, arrogantes y manipuladores, seguían pretendiendo cambiar espejuelos por oro. Ayer a eso se le denominaba eufemísticamente “evangelizar” porque la ideología dominante en esa época era la teología, impuesta por los Reyes “Católicos” a sus súbditos en aquellos inmensos territorios que, según el depravado Papa Borgia Alejandro VI , le pertenecían por derecho divino (¿¡) a los “cristianísimos” monarcas de España y Portugal. Hoy esa ideología neocolonial ya no se reviste con los falsos oropeles del dogma teológico, sino con los del desacreditado “neoliberalismo”.

Pero con lo que no contaban los apátridas de Abril de 1970 es que la juventud, apoyando a un grupo minoritario pero aguerrido de diputados y de otras destacadas figuras provenientes de la política, de las fuerzas sociales y de los círculos culturales e intelectuales, se rebelara frente a esa afrenta a la Patria de Juanito Mora. Y como nuestro héroe Juan Santamaría en la Batalla de Rivas al quemar el mesón, apedrearon el edificio parlamentario. Toda Cuesta de Moras ardió. Los abanderados de esa gesta patriótica eran jóvenes provenientes de los colegios josefinos y de la UCR. En realidad, lo que pasaba en nuestras calles capitalinas no era más que el eco de las protestas que los estudiantes iniciaron en Mayo del 68 en la Sorbona de París y que muy pronto se extendieron, como un incendio en un potrero en verano, a todos los rincones del planeta sin distingos de ideologías o nacionalidades. Ardió Berkeley en la California capitalista, al igual que Praga (”Primavera”) en la Checoeslovaquia socialista, o el México nacionalista (Tlatelolco)…Mayo del 68 ingresaba a los anales de la historia revestido con aureola de leyenda. Hoy el clamor de las protestas de entonces resuena con más vigor que nunca. En la Plaza Cibeles, el emblemático corazón de Madrid, los jóvenes se denominan “los indignados”. Prometen cambiar la historia de España cobijados bajo la bandera del movimiento “Podemos”. Pero “indignados” hay por todas partes, hasta el punto de que incluso ha alcanzado el centro del poder financiero del mundo: Wall Street.

Visto a la distancia que dan los años, lo hecho por los jóvenes de ayer fue algo más que un sobresalto momentáneo. Vino para quedarse. La juventud dejó de ser tan solo una etapa bio-psicológica de la vida y se convirtió en una manera de ser-en-el-mundo, en una cultura, en una sensibilidad colectiva, que le permite a hombres y mujeres no importa su edad cronológica, concebirse y vivirse como seres auténticamente humanos forjando su propia escala de valores. Pero el trasfondo político de ese grito de rebeldía, como fue el movimiento universal de protesta contra la guerra de Vietnam, los llevó a constituirse como un nuevo sujeto histórico. Desde entonces la historia no se hace sin ellos. Ya la juventud dejó de ser tan solo una etapa “iniciática” cuyo objetivo es ser reconocidos por la sociedad, y se hizo una opción de vida. Ser joven en el contexto cultural actual es tener un sueño (Martin Luther King), cultivar un ideal, forjarse un horizonte de utopía y emprender un camino, cada día como si fuera el primero, como si fuera el último. Lo cual es válido para los individuos al igual que para las generaciones y los pueblos. El clamor de la juventud hoy en día no es tanto por tener un lugar digno en esta sociedad, sino para crear desde sus cimientos una nueva cultura, un nuevo orden económico-político, un nuevo hombre, una nueva humanidad. Por eso, ser joven no es una cuestión de edad sino de actitud frente a la vida. Ser joven es mantener viva la llama de la esperanza.

 

Enviado a SURCOS Digital por el autor.

Suscríbase a SURCOS Digital:

https://surcosdigital.com/suscribirse/