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Etiqueta: Javier Milei

Réquiem para Argentina

Martín Rodríguez Espinoza

La grave crisis vivida a finales de los 90´s e inicios de los 2000, cuando los argentinos buscaban alimentos en los basureros y para sobrevivir había que hacerlo en un “mercado de pulgas”, comprando, vendiendo e intercambiando tiliches para sobrevivir. Cuando los liberales privatizaron absolutamente todo, cuando destruyeron todo y se robaron hasta el dinero de las pensiones, de todas las pensiones, primero con el denominado “corralito”, luego con el saqueo definitivo de las arcas del Estado.

El objetivo, según los liberales, que perseguían con estas restricciones mediante el “corralito” era evitar la salida de dinero del sistema bancario, la medida sería temporal por 90 días, pero finalmente se prolongó por más de dos años. El problema es que era para evitar que el pueblo y los pensionados sacaran su dinero para que los empresarios se lo robaran.

Ese corralito desencadenó pocos días después la llamada crisis de 2001 que llevó a la renuncia de los liberales en el poder, de Cavallo, del presidente Fernando De la Rúa, y a una situación de disolución e inestabilidad social y política que se extendería durante varios años.

Pues bueno, todo eso está por regresar a la Argentina con la elección del liberal Javier Milei.

El déspota y tirano liberal, llega a “despertar leones” dice, y por todo lo que dijo durante la campaña electoral, no dudamos que eso va a hacer, y claro que lo harán, despertarán a los leones liberales para devorar y acabar con todo.

¿A quién engañaron?, no engañaron a nadie, ellos hacen lo que dijeron que van a hacer, privatizar, destruir la institucionalidad, centrar las relaciones con el imperialismo, lo dijeron MUY CLARO, a nadie engañaron.

Quienes SÍ engañaron son esos que se «autodenominan» gobiernos «progresistas», que no son nada más que pararrayos del sistema capitalista cuando entra en crisis, son gobiernos superficiales, que realmente no cambian absolutamente nada.

El «Poder» sigue estando en manos de los grandes ricos, de los millonarios, de los estafadores, los saqueadores; los bancos les siguen perteneciendo y siguen haciendo sus negocios, la tierra sigue estando en sus manos, el comercio de alimentos sigue en sus manos, las fábricas siguen en sus manos, todo sigue en sus manos y el pueblo recibe «cambios» cosméticos.

Un cambio REAL debe ser revolucionario, es poner el PODER en manos del pueblo y acabar con la perenne dictadura de los liberales corruptos. Dar la tierra a los campesinos, educación, salud, trabajo decente al pueblo, poner en sus manos los destinos de la Nación, poner la banca a favor del país y no de los intereses mezquinos de unos cuantos.

Hoy los liberales, en Costa Rica y el mundo, son más peligrosos y arrogantes, son la peor calaña, fascistas, racistas, xenófobos, misóginos, aporofóbicos, y sus gobiernos son de ultraderecha fascistoide.

La alternativa siempre será que el pueblo, que los pueblos del mundo derroquen la dictadura de los liberales y tomen el poder para sí mismos, ya basta de cambios cosméticos, superficiales, con estos NADA cambia y los criminales liberales continuarán en el poder cometiendo sus crímenes.

MRE 20 de noviembre de 2023

Argentina: Encender la luz ante la oscuridad que avanza

Imagen de Pexels vía Pixabay.

 

La segunda vuelta de las elecciones en Argentina dio como ganador al opositor Javier Milei, de la agrupación La Libertad Avanza. El candidato ultraliberal y derechista, hoy presidente electo, ganó el balotaje con el apoyo del ex presidente Mauricio Macri y de la ex candidata del PRO Patricia Bullrich, facción con la que seguramente habrá de co-gobernar.

Comprender el resultado de una elección suele tener un efecto catártico necesario para absorber derrotas, pero también un valor diagnóstico para afrontarlas. Bien vale entonces hacerse tres preguntas: ¿Cuáles son las motivaciones que llevaron a la mayoría de quienes votaron – un 76% del padrón electoral – a hacerlo por un candidato que en otras circunstancias no hubiera llegado tan lejos? ¿Qué sucederá de ahora en más bajo ese gobierno? Y ¿Cuáles son los horizontes más adecuados para pensar las alternativas futuras frente a la involución que augura esa gestión?

La inclusión que no supimos conseguir

Dice el principio metodológico conocido como “Navaja de Ockham”, desarrollado por el fraile franciscano homónimo, que «en igualdad de condiciones, la explicación más simple suele ser la más probable». De este modo, la muy difícil situación socioeconómica de amplios sectores de la población y la necesidad de reemplazar a sus visibles responsables políticos, aparece como una clave insoslayable en el análisis.

Un índice de pobreza del 40% y una indigencia cercana al 10% (datos del ente oficial INDEC) en combinación con un alza de precios galopante (más de un 140% anual) representan un cóctel explosivo que da por tierra cualquier intento por justificarlo.

La precariedad y la informalidad laboral se han vuelto materia acostumbrada, sobre todo entre los jóvenes. Cualquiera que recorra las calles argentinas es testigo de los miles y miles de personas que reciben propinas a cambio de acomodar o lavar automóviles en su sector, limpiar parabrisas en los semáforos, corretear largas horas en motos y bicicletas llevando cargas a las espaldas, trabajar comandados por plataformas digitales llevando pasajeros de incógnito e ilegalmente o simplemente mendigando dinero o alimentos.

Esta situación insostenible es el principal factor que impulsó al pueblo a sentir que era necesario un “cambio” en la gestión. Sin embargo, esta no es la única razón que da cuentas de la derrota del oficialismo, sindicado por la mayoría – no sin una cuota de simplismo y por agencia de repetidos relatos mediáticos y de campaña – como principal responsable.

Los responsables ocultos

Hay actores de esta trama destructiva que son invisibles a los ojos del pueblo, aclamado por la demagogia discursiva como el “soberano” de la democracia. Son los grandes fondos de inversión especulativos y las corporaciones multinacionales en las que el sistema capitalista sintetiza su afán de acumulación. Estos conglomerados ejercen una capacidad de presión y de vaciamiento financiero y moral que es la que detona el desequilibrio y la capacidad de desarrollo humano de los grandes conjuntos.

Asimismo, no puede obviarse en ningún análisis la feroz puja geopolítica en curso entre el decaído pero todavía influyente poder de los Estados Unidos de América frente al avance de China y otras potencias emergentes que representan el fortalecimiento de un mundo pluripolar. Sin duda que el alineamiento automático de Milei con los intereses estadounidenses y su reivindicación del “mundo libre” expresa a quienes sin aparecer públicamente le han brindado apoyo de diversas maneras desde afuera del país.

Desestructuración y ciclos generacionales

Para muchos, por otra parte, el resultado electoral ha sido sorprendente dado el significativo apoyo que cosechó la candidatura de Sergio Massa por parte de instituciones, partidos, movimientos sociales, entidades deportivas y sindicales, diversos colectivos o personalidades de la cultura y la ciencia, entre otros tantos. Esto revela el abismo existente entre la porción organizada del conjunto, que no ha logrado influir suficientemente sobre un enorme grupo que no se siente identificado ni representado, mucho menos orientado por esas orgánicas.

Sucede que hay un proceso en curso poco mencionado por los analistas políticos, que es la desestructuración de los lazos sociales. Esta desestructuración, que podría simplemente ser atribuida a la ideología del individualismo del neoliberalismo noventista, tiene sus raíces más profundas en las aceleradas transformaciones ocurridas en los últimos años, que han cambiado sustancialmente las modalidades laborales y económicas, pero fundamentalmente también las relaciones personales, la actividad cotidiana y la estructura social en su conjunto. Esta desestructuración tiene como correlato el vaciamiento creciente de la institucionalidad que ya no refleja las inquietudes ni necesidades de muchas personas. Desestructuración que crea mundos y submundos distintos y distanciados, desapercibidos en la esfera formal, creando una enorme grieta entre los que – cada vez menos – encuentran cierto resguardo e identidad en espacios tradicionales  y otros – cada vez más – que son arrojados a la intemperie en la que predomina la competencia y la soledad.

Esa asfixia y sufrimiento existencial hoy campea largamente en las nuevas generaciones, para las que la situación de violencia y falta de futuro es angustiante. Angustia que se expresa en el exponencial aumento de las afecciones de salud mental que padecen, pero también en el apoyo brindado a opciones electorales de la ultraderecha, que en un imaginario coyuntural cargado de ira suponen un corte y una expresión de rebeldía a la continuidad mentirosa del sistema.

En el caso de ese amplio conjunto de jóvenes – sobre todo de género masculino según diversas consultoras – donde Milei cosechó votos, hay otra componente a destacar. Es la característica de una memoria generacional distinta a la de las generaciones precedentes. Memoria juvenil para la cual, mayoritariamente, transcurridas ya cuatro décadas desde el regreso a la democracia, no tiene tanto impacto la tragedia de la dictadura de los años 70’, y para la que cobran más relevancia vivencias recientes y la preocupación por el futuro. Desde su presente, los jóvenes, aunque parezca inverosímil a las cohortes encanecidas,  probablemente no se identifican y hasta se rebelan a narrativas que pensaban instaladas para siempre.

Qué se viene ahora

La clara diferencia obtenida por los ganadores de esta larga contienda electoral habilita a éstos a implementar en lo inmediato parte de sus proclamas radicales. Sobre todo, aquellas que retoman las prácticas de privatización de las últimas dos décadas del siglo pasado.

Así la venta del patrimonio nacional a manos privadas será una de las prioridades del gobierno Milei-Macri, como así también el desmonte y vaciamiento de buena parte de estamentos del Estado que consideran gasto superfluo. Del mismo modo, se le abrirá de par en par la puerta a los fondos que quieran apropiarse de codiciados recursos naturales.

Otro aspecto severo será el intento de demoler la protección de los trabajadores y los jubilados, recortando derechos adquiridos en larga lucha.

El límite del ajuste ultraliberal lo pondrán posiblemente los propios mandantes, quienes dictarán los tiempos y las prioridades para no provocar prematuramente un caos social y un sometimiento que, ése sí, pretenden generar gradualmente. A su vez, crearán un clima represivo contra la protesta social apoyándose en el supuesto cuidado de la “paz social” y el derecho de la “gente de bien” a vivir y circular sin el impedimento de movilizaciones populares, acusando a sus promotores de agitación y violencia.

Es seguro que la estructura sindical, tradicionalmente fuerte en Argentina, será blanco del ataque furibundo del empoderado revanchismo, que no dudará en perseguir y encarcelar a líderes sociales para intentar desmantelar estructuras que puedan oponerse a la salvaje apropiación de bienes comunes.

En el ámbito interno, puede haber maniobras distractivas, que no interesan demasiado a los poderes que manejarán las riendas del nuevo gobierno, pero cuyo simbolismo incitará la reacción del progresismo. Ejemplo de ello puede ser un fuerte retroceso en las políticas de Derechos Humanos y de género.

Como sucedió en 2015 a horas de asumir Macri, el tema comunicacional está entre las prioridades inmediatas a ser tomadas por Milei. En este caso, con la privatización de los medios públicos y la agencia estatal de noticias Télam. Nada bueno auguran estas medidas para los medios comunitarios, que garantizan la pluralidad de voces y dependen en parte de financiamiento público.

En el mismo sentido, ya señalan analistas, habrá gestos diplomáticos nítidos de vasallaje, como la ruptura de relaciones con naciones como Cuba o Venezuela, que justifiquen la animadversión “anticomunista” sin que esto toque intereses económicos reales de los exportadores y las grandes empresas locales enfocadas en el comercio con China y Brasil.

El posicionamiento exterior se completará sin duda con un realineamiento con factores de desintegración regional y conspirará contra los gobiernos progresistas intentando, una vez más, fortalecer el alicaído papel de la OEA como brazo ejecutor de los dictámenes norteamericanos en la región.

Encender la luz

Realizado un breve diagnóstico y un sucinto pronóstico, es importante diseñar un tratamiento que ayude a reducir el dolor y extirpar progresivamente las causas de esta oscuridad, que una vez más extiende su manto de sombras sobre Argentina.

Las urgencias en términos de supervivencia e igualdad de oportunidades son más que evidentes. Sin embargo, se verán agravadas por el gobierno entrante. A su vez, las soluciones condescendientes con la concentración económica y la usura financiera han mostrado ser ineficientes, por lo que es preciso construir fuertes consensos alrededor de un Ingreso Básico Universal como parte de los nuevos derechos humanos, propuesta que fue brevemente abordada pero finalmente descartada por el gobierno de Alberto Fernández. Obviamente su implementación no será posible con la gestión de Milei-Macri, pero este período puede ser aprovechado para colocarlo en el sentido común, las banderas de los movimientos sociales y las exigencias a cualquier próximo gobierno.

Lo mismo con la concepción y definición amplia de Bienes Comunes no enajenables, poniendo un límite a la idea de la apropiación infinita.

En la misma dirección de abonar el terreno con elementos de futuro, cualquier construcción evolutiva tendrá que considerar la recomposición de los lazos humanos hoy destruidos desde la misma base social, centrada en la creación de vínculos de cercanía, calidez en el trato y colaboración colectiva. Esa tarea humilde y alejada de toda estridencia, será un buen sustrato para desterrar el odio y la violencia, promoviendo la progresiva instalación de un nuevo sentido vital que tenga al ser humano y sus posibilidades de desarrollo como valor y preocupación central.

Para ello, es preciso revisar en profundidad aquella creencia instalada por la concepción lineal materialista acerca de que los cambios en la estructura socioeconómica son condición previa para futuras modificaciones en la mentalidad, pensando en la posibilidad de que el imprescindible cambio de las condiciones de vida sea integralmente y en simultáneo acompañado por profundas transformaciones intencionales en la interioridad de los conjuntos humanos.

Así podrá afirmarse la nueva utopía colectiva requerida para este tiempo mundializado, una Nación Humana Universal y No Violenta que incluya sin discriminación ni supremacía alguna a todas las culturas y aproveche sus mejores virtudes, abriendo el futuro para el ansiado nuevo Ser Humano, libre de dolor y sufrimiento. Esa es la libertad que queremos que avance en Argentina y en el planeta todo.

Fuente: https://www.pressenza.com/es/2023/11/argentina-encender-la-luz-ante-la-oscuridad-que-avanza/

Milei: el dogmatismo y la borrachera ideológica

Luis Paulino Vargas Solís

El neoliberalismo es una ideología dogmática y, por lo tanto, invulnerable frente a los datos de la realidad. La evidencia se amontona para mostrar que su proyecto es fallido, pero esa evidencia invariablemente quedará invalidada por una respuesta-machote, repetida al infinito: “faltó más”. O sea: faltó liberalizar más, desregular más, que los megaricos sean aún más ricos, que el gobierno sea más pequeño, etc. etc.

Es una ideología que se proyecta al infinito, en el sentido de que su programa político jamás termina de completarse: siempre tiene algo pendiente por ser realizado, y eso permite echarles las culpas a otros: a la socialdemocracia, al socialismo, a las izquierdas, al Estado, a las burocracias públicas, a los sindicatos. Es un blindaje irrompible, que les permite afirmar que la equivocada es siempre la realidad, nunca su teoría.

Creo que esto ayuda a entender que, después de 40 años de hegemonía neoliberal, esta ideología vire hacia la peor versión de sí misma: radicalizada, recalcitrante, profundamente reaccionaria e intransigente. Matriculada con las más alucinadas tesis conspiranoicas, renuncia al legado de la Ilustración, y se declara enemiga de la ciencia y de la racionalidad, enemistada a muerte con el pluralismo de las ideas, los derechos humanos y la democracia.

Es la respuesta a su propia crisis, al fallo de su modelo. Y es, asimismo, una respuesta coherente con su posicionamiento dogmático: puesto que siempre falta algo, lo que sigue pasa por desechar a sus antecesores -no suficientemente furibundos y radicalizados- para forzar a que -ahora sí- su proyecto avance hacia donde esos antecesores no pudieron, o no se atrevieron, a llegar, moviéndose, pues, a lo largo de una asíntota que se aproxima al infinito, pero que jamás lo alcanza.

De ahí los Trump, los Bolsonaro… los Milei. Del neoliberalismo posmoderno al neoliberalismo de las cavernas: barbárico y estridente. Los trajes de diseñador y los modales refinados del primero, ceden su lugar al garrote y la mueca de furia del segundo.

Hoy, en una bacanal orgiástica, las derechas del mundo celebran el gane de Milei. Como si un redentor hubiese bajado del cielo para salvar su fracasado proyecto político-ideológico y levantarlo de las cenizas.

Es una apuesta arriesgadísima: si Milei efectivamente hace lo que dijo que haría, Argentina será empujada al abismo.

Pero, para el neoliberalismo, nada de eso importará: volverá sobre su dogma para repetir la cancioncita: “Milei no hizo todo lo que debía hacerse, todavía falta algo”.

(Publicado originalmente en la página de Facebook del autor: https://www.facebook.com/6defebrero58).

Una patria que reclama

Por José Luis Callaci

“Hay un tiempo para cada cosa y un momento para hacerla bajo el cielo”
Eclesiastés. Capítulo 3. versículo 1.”

También la Democracia tiene su tiempo. Tiempo para conocer y debatir las distintas ideas. Tiempo para reflexionar. Tiempo para decidir… lo que más le conviene a Argentina.

Es lo que los argentinos tendremos que hacer, bajo nuestro cielo y en nuestra Democracia. Lo que nos permitirá vivir más unidos y en paz. Es tiempo de cerrar puertas para que nunca más penetren en nuestras vidas los monstruos oportunistas y vanidosos con propuestas locas, inconsistentes y apresuradas, aprovechándose de justificados malestares y justos reclamos a los gobernantes. Más cuando vienen con claros propósitos de favorecer intereses extranjeros y las mezquinas ambiciones de unos pocos.

Tendremos los argentinos que abocarnos a una profunda reflexión para tratar de dilucidar qué nos pasa. Es inconcebible que un significativo número del electorado esté apoyando, sin inmutarse, a alguien que piensa destruirlo todo: la moneda y el ente regulador, las instituciones públicas que protegen a los ciudadanos, y lo que no es menos peor, alinear al gobierno a los intereses de otro país en una especie de vasallaje.

Apoyar a un desquiciado que reniega de la historia y que sin sonrojos actúa como un vulgar comediante es algo inaudito. La Democracia es de todos y nadie tiene que arrogarse el derecho a violentarla llevándonos a los argentinos a un pasado al que nadie quiere regresar.

Todo tiene su tiempo. Si la excesiva confianza y la insensatez lleva al poder a ese enajenado diletante se corre el riesgo de una total debacle. Algo que tendría graves consecuencias no solo para el pueblo argentino sino para todos los pueblos hermanos de la región.

¿Apoyo a ese Milei? ¿Así como se presenta? ¡¡¡NO, un rotundo NO!!!

Javier Milei, monstruo ultraneoliberal, fascista y antiargentino

Mg. José A. Amesty Rivera

Es ciertísima la frase de Antonio Gramsci «El viejo mundo se muere. El nuevo tarda en aparecer. Y en ese claroscuro surgen los monstruos«. Detrás de esta expresión está la idea que el viejo mundo capitalista fallece, y el mundo nuevo del socialismo emergente tarda en aparecer, en ese ínterin (que parece muy largo), surgen los monstruos, engendros, los ogros, que son individuos, corporaciones, instituciones, otros.  

Y es que esta frase, se ve reflejada en las últimas décadas en América Latina, en las gobernanzas de algunos países: Pinochet en Chile, en Brasil Bolsonaro, Fujimori en Perú, Duque y Uribe Vélez en Colombia, Boric en Chile, por mencionar algunos, además de algunos otros monstruos más pequeños, pero al fin y al cabo engendros del mal.

Todos estos seres tienen en común, moverse dentro del neoliberalismo salvaje y fascista, y además la derecha del continente parece sacarlos de una especie de caja, donde se encuentran los más malos y perversos, además de ser desconocidos, y cuando salen a la arena política algunos suelen ser de una apariencia infernal, muy poco agraciados, repulsivos a la vista y a un paso de la demencia.

Tal es el caso reciente de Javier Gerardo Milei en Argentina, quien acaba de ganar las elecciones primarias argentinas, también llamadas PASO (Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias), que​ fueron creadas en el 2009.

Pero ¿quién es este enigmático personaje? Según el Diario Octubre y otras fuentes, nacido en Buenos Aires, el 22 de octubre de 1970. Es un economista, político y docente argentino, líder, (diputado) del espacio político La Libertad Avanza. Comúnmente es definido por medios de comunicación internacionales como un político de extrema derecha, en tanto que medios nacionales argentinos y consultores políticos de ese país, lo describen como de derecha libertaria. Es seguidor de los postulados formulados por los economistas de la escuela austriaca, y se autodenomina como anarcocapitalista en la teoría, liberal-libertario y minarquista en la vida real, aunque varias de sus posiciones políticas han sido descritas como conservadoras o ultraconservadoras.

El libertarismo, es una filosofía política y legal que promueve una sociedad que garantice la libertad del individuo, los derechos de propiedad privada y la asignación de los recursos a través de la economía de mercado. El libertarismo considera la propiedad y los mercados libres como las bases más sólidas para garantizar la libertad individual.

Milei, se declara admirador de Donald Trump y Jair Bolsonaro. Ha sido retratado en los medios por sus posturas controversiales (y fascistas) en temas como la prohibición del aborto, la liberalización de la venta de armas y órganos humanos, así como por poner al Estado como el principal enemigo.

Se autodenomina un libertario que promete cerrar el Banco Central. Javier Milei ganó notoriedad gracias a sus apariciones en televisión y su discurso agresivo. A pesar de que hace poco tiempo era un desconocido en el mundo público, hoy en día se presenta como el salvador de la “revolución moral” y dice oponerse a todos los políticos tradicionales del país, a los que llama “la casta”.

En un momento cuando en el mundo están surgiendo bloques económicos que desafían la hegemonía de la moneda estadounidense, Javier Milei propone dolarizar la economía argentina.

¿Cuáles son sus propuestas de gobierno más cuestionadas?

  • Milei considera que el peso argentino, es una moneda inviable y que la única solución es adoptar el dólar estadounidense, como signo oficial, así como eliminar la política monetaria.
  • Plantea la privatización de la salud, la educación y las empresas estatales, en función de lo que argumenta que el sistema privado proporciona mejores servicios.
  • Busca la eliminación de todos los ministerios, dejando únicamente los de Economía, Justicia, Interior, Seguridad, Defensa y Relaciones Exteriores.
  • Propone una reforma económica basada en la reducción del gasto público y los impuestos, así como la eliminación de la obra pública.
  • En términos energéticos, aspira terminar con los subsidios e “implementar un esquema tarifario realista”.
  • Proyecta una reforma judicial, y acusa el sistema judicial actual de “perseguir opositores o favorecer amigos”.

Según, el escritor y periodista argentino, Juan Martín Porto, en su artículo: «Milei y una propuesta de política exterior «altamente ideologizada» y «casi caricaturesca», Milei promete, romper relaciones diplomáticas con Brasil y China (los dos principales socios comerciales de la Argentina), en caso de llegar a la Casa Rosada.

A su vez afirma, que su «alineamiento de geopolítica es Estados Unidos e Israel», dos naciones que paradójicamente mantienen un fuerte intercambio comercial con la gigante China.

Para concluir, Porto enfatiza: en un contexto de reconfiguración de la hegemonía global, el candidato presidencial Javier Milei promete una política exterior «altamente ideologizada» desde un alineamiento automático con los Estados Unidos y el congelamiento de los vínculos con países que juzga «comunistas» en un revival «casi caricaturesco de un escenario de Guerra Fría que ya no existe».

A pesar de que estas ideas se fundamentan en falsedades que pasan por alto la realidad histórica y social de Argentina y del mundo, han logrado fundamento entre una parte de la población que expresa su descontento y cansancio ante la situación económica del país.

No en balde, armas, drogas, venta de órganos, homofobia, negacionismo de la dictadura, antiabortismo y misoginia; diversas polémicas en la carrera de Milei, han resultado en críticas hacia su figura, pero también le han proporcionado una notable visibilidad y reconocimiento en el ámbito público.

Milei, también posee una serie de elementos excéntricos en su vida personal que lo distinguen. Tiene una fuerte convicción religiosa y afirma mantener conversaciones con Dios; tiene afición por la seudociencia; convive con cinco perros, a los cuales ha nombrado en honor a economistas famosos, y asegura que puede contactarse con uno de sus canes fallecidos; tiene afición por el rock en inglés y suele cantar canciones de este género en sus actos políticos; también se rodea de mujeres jóvenes y atractivas que se encargan de organizar y promover sus actos y candidaturas, y ha sido acusado por pedir favores sexuales.

En una reciente entrevista al exmandatario uruguayo, José Mujica, por parte del periodista Leo Sarro, respondió el reconocido político, sobre la pregunta ¿Qué sucedería si Milei llega a la presidencia? ¡Socorro! “no porque sea de derecha; me parece que es un loco”.  

A su vez, el youtuber brasileño Diego Ruzzarin, menciona como parte de las excentricidades y secretos de Milei:

  • Duerme con su hermana
  • Elige a sus candidatos con el Tarot
  • Es amigo de multimillonarios oligarcas
  • Se hizo amigo de un rabino, para que no lo acusen de nazi
  • Quiere que haya un libre mercado de órganos y bebes.
  • Quiere privatizar las Fuerzas Armadas Argentinas, entre otras cosas.

Entonces, ¿Cómo se explica que un personaje tan polémico y desestabilizado, con ideas excéntricas, y propuestas cuestionables y regresivas, haya logrado captar la atención y el apoyo de una parte importante del electorado argentino?

Una de las hipótesis plantea que, las condiciones de descontento político y la frustración de un segmento significativo de la sociedad argentina ante los errores del gobierno de Alberto Fernández, sumadas a la crisis económica que venía desarrollándose desde el gobierno de Mauricio Macri, (lo que algunos llaman el hartazgo de la sociedad argentina), fueron elementos determinantes para el ascenso político de Milei, quien supo aprovechar este malestar y presentarse como una supuesta alternativa radical al kirchnerismo y al macrismo, con un discurso antisistema y provocador.

Otros hablan que, ante su triunfo en las primarias y al estar detrás de él, ganó el Fondo Monetario Internacional FMI y el Poder Judicial Argentino.

Otros que ganó Milei, pero, no debemos pasar de subestimarlo a sobrestimarlo. Lo importante es lograr caracterizarlo y entenderlo. El voto le llega por diferentes vertientes: la bronca, lo ideológico y lo mesiánico. Está sólido, sí, pero valoremos todo en su justa medida: tiene apoyo del 20 por ciento del padrón electoral (30 por ciento sobre voto válido), ni más ni menos, según Alfredo Serrano locutor y director argentino.  

 En resumen, varias de las democracias sudamericanas se encuentran bajo un doble acecho: el del narcoestado y el de la restauración salvaje de las políticas neoliberales (como es el caso de Milei), que devastaron a la región hace tres décadas, y de cuyos efectos apenas comenzaban a reponerse las naciones que experimentaron el giro a la izquierda de inicios de siglo.

Por otro lado, el profesor argentino Daniel Campione, Milei, es un apóstol de la “libertad de mercado” que descalifica de cuajo la perspectiva de ponerle la más mínima limitación a las “recompensas” y “castigos” que administraría el autónomo juego de la oferta y la demanda y el imperio absoluto de la llamada libertad de empresa. A lo largo de su alocución (durante la campaña electoral), el candidato no se privó de nada. Ni siquiera de dedicar la victoria a sus perros. Y tampoco de azuzar al coro de adherentes que cantaba “Que se vayan todos, que no quede ni uno solo”, apropiándose de una consigna que cuando surgió hace más de dos décadas, tenía un fuerte tinte de cuestionamiento por izquierda a la dirigencia de la época. Pareciera una mueca trágica.

También, el insigne escritor y pensador Atilio Boron en su artículo, «Apostillas sobre las primarias y un par de recomendaciones prácticas«, señala que el triunfo de Milei, se trata de un «voto castigo», de un grito desesperado que no supo ser escuchado por las fuerzas políticas mayoritarias y que Milei, un astuto demagogo, supo capitalizar muy bien con su gritería y su fiera gestualidad, presuntamente destinada a plantarse en contra del sistema, cuando en realidad es su más reciente y estrafalaria manifestación.

Enfatizando además Boron que, sería temerario arriesgar un resultado definitivo para las próximas elecciones presidenciales. Es más, ni siquiera estamos en condiciones de asegurar quienes serían los protagonistas del balotaje, en caso de que lo hubiera, algo de lo cual tampoco estamos ciento por ciento seguros.

Boron, además, se pregunta: vistos los resultados de las PASO, ¿estamos condenados a ser gobernados por la ultraderecha, o por el fascismo, o por el neofascismo, en cualquiera de sus personificaciones? ¡De ninguna manera! En coyunturas como ésta la voluntad política juega un papel fundamental. De allí que, debemos evitar «caer en los horrores y el caos subsecuente que desatará cualquier gobierno de extrema derecha o fascista, que se instale en la Casa Rosada a partir del próximo 10 de diciembre».

Finalmente, parte de la política exterior, de Milei no es menos desastrosa, él asegura que, si llegara a ser presidente de Argentina, rompería relaciones con China, Venezuela, Brasil, Cuba, Nicaragua y promoverá la eliminación del Mercosur. Por su política monetaria de dolarización de Argentina, critica el ingreso a los BRICS, «no nos alinearemos a los comunistas».

En fin, todavía queda tiempo para no permitir que Milei llegue a la presidencia de Argentina. En este tiempo, es necesario tomar las calles del pueblo y desde allí convencer a los confundidos/as, a los indecisos y a los conscientes, que el camino del neoliberalismo, ya no es una alternativa, y menos la de Milei.

La izquierda argentina, debe tomar un papel protagónico en esta tarea, si es que quiere ser consecuente con sus postulados, acompañando al pueblo en sus luchas, desafíos y a mantener sus logros.

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