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Etiqueta: libros

UCR: La campaña “Compartí tus libros leídos” busca recolectar 100 000 libros para abrir centros de lectura en comunidades que no tienen acceso a estos recursos

La campaña «Compartí tus libros» recolectará libros infantiles y juveniles para crear centros de lectura en escuelas donde no cuentan con estos recursos.

Para el 2024 se proyecta entregar al menos seis centros de lectura en escuelas de Upala, Bagaces, Liberia, La Cruz, Nicoya y Santa Cruz.

Los libros se están recolectando en todas las bibliotecas de la UCR

Según datos del Estado de la Nación, de 3 723 escuelas públicas, solo 593 cuentan con biblioteca, esto significa apenas el 16%. En esos 593 centros educativos, el 66% de sus bibliotecas solo tienen un libro por cada estudiante.

Estos números reflejan deficiencias en diversos aspectos, que afectan a la población escolar costarricense.  Por esta razón, la Editorial de la Universidad de Costa Rica desarrolló el proyecto de acción social, el Mundo de los libros, la lectoescritura y la literatura, que busca contribuir para estimular en los niños y las niñas la lectoescritura y fomentar el acceso a libros en formato impreso.

El proyecto tiene tres componentes, “la Caravana de la lectura y las artes”, el certamen “Mi U en 1000 palabras” y la campaña de donación de libros denominada “Compartí tus libros leídos”.

Según explicó Alexander Jiménez, director del Sistema Editorial de Difusión Científica de la Investigación (Siedin) la iniciativa “Compartí tus libros leídos” pretende recolectar, entre la comunidad universitaria, al menos 100 000 libros de literatura infantil o juvenil, nuevos o ya leídos, en perfecto estado, como cuento, teatro, novela, poesía, para dibujar y juegos de mesa para esta población.

“La campaña consiste fundamentalmente, en una recolección de libros, ese es el primer momento. Le llamamos Compartí tus libros leídos, porque queremos que haya un componente afectivo. En un libro leído hay algo de uno, entonces queremos que haya una transmisión, por decirlo así, de familias o de individuos que quieren donar ese libro que han leído y que probablemente han atesorado y que forma parte importante de su vida”.

Los libros se están recolectando en todas las bibliotecas de la UCR. Foto: Laura Rodríguez Rodríguez, UCR

Con los libros recolectados, se pretende crear centros de lectura en escuelas que carecen de bibliotecas y que se encuentran en cantones con bajos índices de desarrollo humano, y en los que tampoco hay acceso a librerías o a actividades culturales que fomenten la lectura.

El primer centro de lectura se entregará el próximo 23 de abril a la Escuela Náhuatl del cantón de Upala, un centro educativo de atención prioritaria, que cuenta con aproximadamente 450 estudiantes en condiciones de pobreza y pobreza extrema.

Para el 2024 se proyecta entregar al menos seis centros de lectura en escuelas de Upala, Bagaces, Liberia, La Cruz, Nicoya y Santa Cruz.

Jiménez explicó que una vez que se tengan los libros, un equipo de trabajo de la Escuela de Bibliotecología y Ciencias de la Informació (EBCI) se encargará de organizar, clasificar y empacar el material recibido y los dejará listos para su donación.

Además, los proyectos de Trabajo Comunal Universitario, “Arte Público” y “Apropiación participativa del espacio público por medio del arte y la comunicación visual”, intervendrán el espacio físico donde se encontrará el centro de lectura, con pintura mural. Se pintarán diseños que estimulen la  imaginación y la lectura, y serán equipado scon mobiliario que también se pedirá en donación.

Las personas interesadas en compartir sus libros leídos pueden dejarlos en cualquiera de las bibliotecas de la Universidad. La lista competa de lugares y los criterios para la donación pueden consultarse en el siguiente enlace.

Andrea Marín Castro
Periodista Oficina de Comunicación Institucional, UCR

Presentación de los libros Historia de la enfermería en Costa Rica y Semblanza de Emilia Rivas Bustos

La Benemérita Biblioteca Nacional y la Editorial Librería Alma le invitan a la presentación de los libros Historia de la enfermería en Costa Rica y Semblanza de Emilia Rivas Bustos. Primera enfermera de Costa Rica y Primera enfermera de América Latina de Ana María Arias Calderón.

La actividad se realizará el viernes 24 de noviembre a las 2:00 p.m. de manera presencial en la Benemérita Biblioteca Nacional y También se transmitirá mediante los Facebook Live: Biblioteca Nacional Costa Rica https://www.facebook.com/bibliotecanacional.mcj.cr/

Bodeguita Cultural: nueva librería en San Pedro de Montes de Oca

Este 31 de julio será la inauguración de la Bodeguita Cultural, la nueva librería en San Pedro de Montes de Oca.

Con un programa que incluye la presencia de importantes exponentes de la literatura costariicense, la actividad dará inicio a las 5 de la tarde.

Ubicación: Calle de la Amargura – Avenida Cultural, frente a Soda U.

La comunidad de Cartagena, en Guanacaste, se prepara para la instalación de un Punto de Lectura

Hace aproximadamente un año que la comunidad de Cartagena se organizó bajo un Comité de Lectura. El año pasado el Bibliobús visitó durante dos días, diferentes centros educativos de la comunidad.

Después de la visita del Bibliobús del SINABI (Sistema Nacional de Bibliotecas), nos informaron que se seleccionó a la comunidad de Cartagena, para instalar un Punto de Lectura, el que se inaugurará el 27 de julio a las 10 de la mañana y estará ubicado en el parque central de la comunidad.

El mismo es una colaboración de Ministerio de Cultura, Sistema Nacional de Bibliotecas y el patrocinador de la infraestructura es la empresa que tiene a cargo el Aeropuerto Juan Santamaría, más la Editorial Costa Rica que donó la mayoría de los libros.

Esta es una hermosa oportunidad de acercamiento a la información y a la educación para Cartagena.

Información compartida con SURCOS por Gretel Miranda Fallas y Édison Valverde Araya.

Presentación de los libros «Fábulas desde el bosque en Costa Rica» y «Regresan los pájaros»

De Carlos Enrique Rivera Chacón

SURCOS comparte la siguiente información:

Estimado(a) señor(a):

La Benemérita Biblioteca Nacional y La Revista.cr le invitan a la presentación de los libros Fábulas desde el bosque en Costa Rica y Regresan los pájaros del escritor Carlos Enrique Rivera Chacón.

La actividad se realizará el martes 15 de noviembre a las 4:00 p.m. en la Benemérita Biblioteca Nacional. También se transmitirá en el Facebook: Biblioteca Nacional Costa Rica https://www.facebook.com/bibliotecanacional.mcj.cr/

Campaña de recolección de libros ¡Que tu libro cuente otra historia!

SURCOS comparte la siguiente información:

El TC-732 La Capri: organización comunitaria, equidad e inclusión como forma de promoción de una cultura de paz, se desarrolla en la comunidad de La Capri de San Miguel de Desamparados.

Previo a la pandemia teníamos organizada una campaña de recolección de libros y juegos de mesa para equipar las bibliotecas del Centro Cívico por la Paz y la Escuela Finca La Capri, con ello buscamos promocionar la lectura y realizar varios proyectos en estas instituciones. La vuelta a la presencialidad nos permite retomar este proyecto, por lo que estaremos haciendo la recolección del 28 de marzo al 1 de abril, en horario de 8 am a 6 pm, en la entrada del Edificio de Ciencias Sociales y en Estudios Generales. 

 

Imagen de portada tomada de https://queleerlibros.com/

XII Encuentro – Café sin azúcar

El próximo domingo 10 de abril del 2022 en Ciudad Colón, se llevará a cabo el XII “Café sin azúcar”; la inscripción es abierta a poetas, declamadores, músicos/as y artistas en general, el costo de la cuota de inscripción es de 12 mil colones.

Asimismo, se invita a participar a aquellas personas que tengan libros para vender o para realizar trueques. 

Contacto de WhatsApp:

  • 8846-6152 Ronulfo Morera
  • 6257-5388 Clara Sánchez

Gran rifa festival de literatura

SURCOS comparte la siguiente publicación de Librería Francesa:

Una gran rifa para una sola persona porque celebramos del 29 octubre al 7 de noviembre el FestIN de Libros de la Cámara Costarricense del Libro Cámara Costarricense del Libro
Hay varias formas de participar que te explicaremos poco a poco:
  • Etiquetá a otra persona que sea tan amante de los libros como vos en los comentarios de esta publicación para tu primer pase de paticipación.
Estos son los premios que podrás llevar:
  • Taza Chicas Malas – Arabella Salaverry Arabella Salaverry
  • Los Primeros Cien Días – Ariel Arburola Ariel Arburola
  • Más allá de la cámara: transformaciones creativas con photoshop – BAUM Libros Baum Libros
  • El libro de la navidad Editorial Costa Rica Editorial Costa Rica
  • 7 Provincias – Guabaya Games Guabaya Games
  • Neopocalipsis ePub del libro – Horacio González Rodríguez
  • Graines de Riens de Camila Schumacher – Jirafa y yo Editorial La Jirafa y Yo
  • Mysterium Salutis + Guía de Lectura (1era Edición) de José Chacón Jose Chacón – Autor
  • Via 28 Antología de voces de la prosa nacional de Emilia Fallas- Letra Maya Letra Maya Asesoría Editorial
  • ¿Qué se hicieron las damas? de Alicia Miranda Hevia – Montemira
  • Narilú y Rubí de Ruth Angulo – Ojala Ediciones Ojalá Ediciones
  • Cinco Parques Nacionales De Costa Rica (Pop Up) Sipidipi Sipidipi
  • Gótica orientalia de José Ricardo Chaves – Uruk Uruk Editores
Hay tiempo para participar hasta el 3 de noviembre.
La persona favorecida se dará a conocer el jueves 4 de noviembre.
 
**NOTA: Ingresar al Facebook de Librería Francesa para participar

Los libros y la bibliotecas son y siguen siendo importantes

Vladimir de la Cruz

Una querida amiga me pasó, hace unos días, una noticia de la Revista Smithsonian Magazine donde se comenta una nota de Brigit Katz, quien había publicado en NYmag.com, Flavorwire and Tina Brown Media’s Women in the World, el artículo “Could Have Powerful, Lasting Effect on the Mind”, cuya traducción libre es “Creciendo rodeado de libros se puede tener un fuerte efecto duradero en la mente.”

La investigación sugiere que tener grandes bibliotecas en la casa puede tener importantes efectos, en el largo plazo de proficiencia en áreas de la mente.

La proficiencia es la capacidad que una persona puede demostrar en el uso de una lengua extranjera, como la destreza que se puede tener en la lengua particular.

De acuerdo con esta investigación de Brigit Katz, leer un libro ayuda en la función del cerebro, reduce el stress y hace a las personas más empáticas, es decir contribuye para que las personas sepan escuchar, sean más sensibles, tolerantes y receptivas a las emociones de otras personas, que tengan capacidad de entender las emociones, sentimientos, acciones y comportamientos de otras personas, lo que no es muy fácil. Es, en la práctica, una toma de conciencia de los sentimientos de los demás, es aceptar que cada persona tiene sus propios sentimientos y emociones. Es a la vez una acción que ayuda a valorar a las personas que nos rodean, y a fortalecer con ellas las distintas relaciones que tenemos.

Con base en esto en la Universidad Nacional de Australia, un equipo liderado por Joanna Sikora, está buscando los beneficios de crecer alrededor de ambientes llenos de libros, que implica que los hogares, y las familias, deben tener bibliotecas, como herramientas que ayuden en la formación de los niños hasta su vida adulta.

En el 2019 se publicó un estudio en Social Research Science que midió la proficiencia de 160.000 adultos de 31 países en tres campos: Literario, Numérico, en el uso de conceptos matemáticos y Tecnológico en la comunicación de información, usando tecnología digital para comunicarse con otras personas, adquirir y analizar información, con base a la propia experiencia de tener libros en sus casas.

El promedio de libros en la infancia de los encuestados fue de 115, pero variaba respecto a los países. Así, por ejemplo, en Noruega era de 212, en Turquía de 27. En la investigación se determinó que entre más libros había en el hogar más alta era la proficiencia y el nivel literario que resultaba en la encuesta, y más alta la capacidad o habilidad para leer, escribir, hablar y oir. Del mismo modo, entre menos libros más bajo el nivel literario y de crítica literaria. 80 libros incrementaban los niveles al promedio y lo “literario” incrementaba cuando las bibliotecas llegaban a 350 libros, y en ese nivel se mantenía. La investigación se orienta a demostrar que la exposición a libros, en la niñez, estimula herramientas para la vida y produce un gran poder en la mente. De la misma manera, el tamaño de la biblioteca en los hogares es importante y los niños siguen el patrón de los papás que leen.

Por experiencia, mía y de mi familia inmediata, he podido comprobar parte de esta investigación. En mi familia siempre hubo bibliotecas, por pequeñas que hubieran sido. Mi abuelita materna, Ofelia, Ita como cariñosamente siempre la tratamos, tenía la suya muy especializada en libros de teosofía y de rosacrucismo, y de algunos temas literarios y autores como Shakespeare, no en balde se llamaba Ofelia y conocía muy bien toda tragedia de su Ofelia.

Muy pícara mi abuelita, probablemente me quería ligar al teosofismo o al rosacrucismo y me ponía a leerle libros de Madame Blavastki o de Flammarion. En mi época adolescente me pedía que le leyera mientras ella descansaba o hacía ciertas labores domésticas que le permitían poner atención a la lectura. Trató, de esa manera, de meterme en esas corrientes filosóficas, lo que no hice. Mi tío Renán tenía la suya, con un mueble biblioteca, que después lo duplicó, basada principalmente en distintas enciclopedias.

Las casas, en esos años, hasta la década del 80, tenían un mueble biblioteca o estanteros. Generalmente había un pequeño espacio en las casas para estos estanteros o muebles bibliotecas.

Hoy no se construye así. La Pandemia con su encierro obligado y el teletrabajo va a provocar un cambio en las construcciones de apartamentos y casas, que tendrán que tener espacio para ese teletrabajo, donde ahora no hay, y espacio para estanteros o minioficinas familiares.

Mis padres tuvieron una Biblioteca que, en 1948, con motivo de la guerra civil y la represión fue saqueada, totalmente, “confiscada” dijeron, pero nunca la devolvieron, los triunfadores de esa guerra. Tengo los nombres de las personas que llegaron a llevársela, algunos jóvenes, porque eran conocidos de mis familiares.

Después, en la década de 1950 mi madre Zayda de Lemos empezó de nuevo a hacer la Biblioteca. Terminó sus estudios en colegio nocturno, mientras trabajaba, y luego estudió en la Universidad hasta graduarse de Microbióloga. Gran lectora hasta su muerte. Me leía desde niño y me introdujo a la lectura muy temprano.

Mi tío político Edgar Campos, en ese momento, tenía la suya y a finales de la década de 1950 y principios de la de 1960 yo la visitaba, porque vivíamos muy cerca y luego en casas contiguas. Esta sí era una biblioteca grande y rica en muchos campos, aunque el suyo era la economía. Él era economista de gran cultura en general, y de lecturas políticas porque se había formado como comunista en la década de 1940. En los días del 48 fue el detenido en la Penitenciaría Central más joven de esos días. Protegido de Rodrigo Facio pudo reinsertarse, con beca, en la Universidad y graduarse de economista brillante. Por razones de trabajo en la década del 60 se fue a Chile, a la CEPAL y luego a la FAO, en Roma, desarrollándose como funcionario internacional de la ONU, y su biblioteca, por ese motivo, estuvo en mi casa bastante tiempo, lo que fue una gran experiencia para mí cuando era joven de colegio y ya inquieto políticamente. Después, otro gran amigo mío, por estudios en el exterior, dejó su biblioteca en mi casa unos años, lo que también aproveché en lecturas.

A la pura par de mi casa vivía un matrimonio, él periodista Antonio Zavaleta, y ella educadora Azhiyade Estrada, e igualmente tenían una biblioteca. Todos sus seis hijos buenos lectores, y cultivadores de canto y música clásica porque a sus papás les gustaba oír radio Universitaria, especialmente las óperas completas de los sábados en la tarde. Con uno de ellos, con Jorge, gran lector también, “competíamos” en lecturas, él aficionado a Zane Grey, yo a Salgari y a Verne. Una cosa importante es que los colegios ponían lecturas de libros completos. Lamentablemente después introdujeron los resúmenes de libros, bajo la complacencia de las autoridades educativas, y de los propios profesores, eliminando así la lectura de libros completos.

En la década de 1960, y parte de la de 1970, vi funcionar las “lecturas” en los talleres de zapatería, donde en cuartos pequeños un grupo de zapateros, sentados en sus taburetes, en círculo, leían, o les leían, mientras realizaban su oficio, como lo describe Calufa en El Taller, y como existieron en otras partes de México y el Caribe.

En el Colegio Vargas Calvo donde terminé el Bachillerato había una biblioteca y nos obligaban a «una hora» de biblioteca por semana. He tenido la experiencia de dar conferencias o charlas en colegios y pregunto por la Biblioteca, y las visito, y me llevo una gran desilusión de ver lo escasas que son en libros, descansando su acervo casi solo en los textos de uso colegial, además de que cuando las he visitado no hay estudiantes.

En una escuela privada donde están dos de mis nietos tenían más uso de la biblioteca y al mediodía, en su tiempo de descanso y almuerzo organizaban un club de lectura al que fui varias veces a conversar o leerles algo, con grupos que alcanzaron unos 15 o 20 niños estudiantes. En otra ocasión, fui invitado a un kínder, donde iba una de mis nietas, para que les leyera un cuento, lo que acompañó con una sugerencia de lectura, que me presentó mi nieta, que no duraba ni 10 minutos, por las páginas de dibujos y colores que tenía, advertido por la maestra que debía ser muy corto. No hice caso de su advertencia y me llevé como opción varias lecturas de cuentos de Fernando Durán Ayanegui, un poco largos, y fue un éxito mi papel de cuentacuentos, o de lector de cuentos, porque los niños, más de 20, pusieron toda su atención y se aguantaron casi la hora de lectura. Por supuesto, que leía interactuando con los niños. Las maestras no podían creer el interés, la atención y participación de los niños. Incluso una de ellas se fue a traer niños de su aula para que se sumaran a la lectura. Esta experiencia la repetí con igual éxito.

En general mis cuatro hijos entraban a primer grado sabiendo leer y escribir, cuando eso era parte del aprendizaje de ese primer grado, porque fueron estimulados a la lectura. Hoy mis nietos son igualmente estimulados en ese sentido, con mejores tecnologías que les permite ser creativos desarrollando pequeñas historias en videos hechos por ellos, o presentaciones de sus tareas escolares mucho más desarrolladas.

Un día de estos una de mis nietas, de diez años, me pidió una opinión sobre la presencia afrodescendiente, en el mes de agosto, para llevar a la escuela. Llegó a la casa, La llevé a la biblioteca mía que es muy grande, y me dijo, que ella prefería grabarme en el patio para que diera la sensación de que estaba en Limón, lo que me sorprendió a mí por su visión escénica. Entonces me la llevé al patio donde tengo unas matas de banano y en medio de ellas, con un racimo verde colgando casi a la altura del hombro y de la cabeza, grabamos su cinco minutos, dando la sensación de que verdaderamente estaba en Limón.

Cuando iniciaba mis cursos en la Universidad generalmente les hablaba a los estudiantes de la importancia de la lectura. En esencia les decía que eso era lo más importante en la formación universitaria. Que hicieran el esfuerzo de hacer de la lectura un hábito, como el de bañarse, asearse o limpiarse la boca.

Les decía que si leían una página diaria de un libro podían leer 365 al año, que equivalían a la mitad de dos de libros de Harry Potter, que en esos días una hija de unos primos, Lusiana Batalla, colegial, los devoraba, como lo hacía uno de mis hijos, Presbere. Les decía que si leían cinco páginas diarias leerían al año 1825 páginas, que equivalía a 22 libros de 80 páginas cada uno, que equivalían a los que publicaba, en esos días, de Literatura universal el periódico La Nación, cada quince días. Igualmente, que, si aumentaban a 10 páginas diarias, que no les quitaba más que una hora al día, podían leer 3650 páginas al año, equivalente casi a un libro por semana de esa colección. Pero, les enfatizaba, que el secreto de la lectura estaba en leer todos los días, sin descansos, ni días feriados, ni postergaciones de la lectura, porque no se acumula la lectura. Si no se leen las 5 páginas diarias, no se leen 10 al día siguiente o 15 al que sigue, pero, si se leen 5 diarias, el ritmo de lectura va aumentando naturalmente casi sin percatarse de eso. Esto para mí sigue siendo válido.

Hoy en algunas escuelas, especialmente privadas, motivan en la lectura por medios electrónicos. Vi funcionar este método en Estados Unidos con uno de mis nietos, André, en escuela pública, que en ese sistema era el lector No. 1 de su grupo. Actualmente, uno de mis nietos, Julián, sigue sus pasos en Costa Rica, en escuela privada. Esto tiene que ver mucho también con los educadores, en ambos casos maestras.

El libro electrónico no va a sustituir al libro impreso, aunque sí va a desarrollar el grupo de lectores de libros electrónicos. Ya lo estamos viviendo.

Pero, siempre se seguirán editando en papel los libros, que provocan muchas otras sensaciones al tacto, a la vista, al gusto, al olor, al oído mismo. Se pueden tocar, acariciar, se pueden disfrutar en sus olores y texturas… Los libros deleitan en todas sus dimensiones…

En materia de vivienda, por el impacto de la Pandemia del coronavirus, tiene que irse planteando la necesidad de incluir espacios para libreros, o pequeñas bibliotecas, o áreas de estudio, o de teletrabajo en las casas.

De esto no puede escapar la política de construcción de vivienda social, si de alguna manera queremos compensar el régimen de tele estudio que también ha impuesto la Pandemia, y si queremos reducir las brechas sociales existentes.

¡Estimulemos la lectura, sí, pero, también, hagamos bibliotecas familiares en nuestras casas!

El encierro impuesto por la Pandemia del Coronavirus puede ayudar a estimular la lectura en familia, de padres a hijos, de los mismos hijos. Los atrasos que se han evidenciado estos días en materia educativa hay que enfrentarlos y un camino es éste, con la lectura y las bibliotecas familiares. La Bibliotecas Escolares de la Primera Dama Marjorie de Oduber deben revivirse, con prácticas de lectura de los estudiantes en ellas. Hay que promover campañas nacionales a favor de estimular estas Bibliotecas, especialmente para sectores pobres y de zonas alejadas, en las que se involucren las municipalidades, asociaciones de diverso tipo, el sector privado, los mismos sindicatos de educadores.

Si no sacamos a los jóvenes rezagados de su estudio haremos que reproduzcan su retraso en la generación que les sigue. Si no procuramos “salvar” a los 120.000 jóvenes que dejaron, o desertaron de la escuela y el colegio, en este último año, por efectos colaterales de la Pandemia del Coronavirus, no solo los estaremos mandando a los niveles de pobreza de los que no van a poder salir, sino que estamos agravando los costos sociales nacionales del futuro inmediato en asistencia de esta población, que se reproducirá más en su pobreza y extremas pobreza.

La educación ha sido un factor muy importante del desarrollo democrático nacional, y de la construcción de la sociedad democrática costarricense, de estos 200 años, desde la Independencia proclamada en 1821. Ha sido un factor de movilidad social ascendente, un medio de salir de la pobreza.

¡Estimulemos la lectura y las bibliotecas familiares! Hagamos de la educación ese motor para iniciar la Costa Rica del Bicentenario, la que empezó en estos días.