Ir al contenido principal

Etiqueta: limpieza étnica

¿HAMÁS como pretexto?

La instrumentalización de la resistencia para justificar el genocidio en Gaza

Por Juan Carlos Cruz

Fuente: BBC

Desde el 7 de octubre de 2023, la narrativa dominante ha girado en torno al ataque de HAMAS como detonante de una supuesta “respuesta legítima” por parte de Israel. Sin embargo, diversas investigaciones y testimonios revelan que el operativo insurgente fue precedido por señales claras que fueron ignoradas por los servicios de inteligencia israelíes. Esto ha llevado a analistas, juristas y comunicadores críticos a preguntarse si el ataque no ha sido más bien utilizado como pretexto para acelerar un proceso de limpieza étnica que lleva décadas en curso.

Más allá del impacto inmediato, lo que está en juego es la legitimidad de la resistencia palestina y la forma en que ha sido sistemáticamente criminalizada para justificar el despojo territorial, el exterminio y la impunidad internacional. Este artículo propone una lectura crítica desde el derecho internacional, la historia de la resistencia y el análisis comunicacional, desmontando el relato hegemónico que reduce el conflicto a una reacción defensiva frente al “terrorismo”.

Fallos de inteligencia y advertencias ignoradas

Advertencias previas: Según investigaciones del Wall Street Journal y The Jerusalem Post, Israel recibió señales claras del operativo de HAMAS, incluyendo activación de tarjetas SIM israelíes y movimientos de tropas el 6 de octubre.

Interpretación errónea: Los altos mandos pensaron que HAMAS realizaba ejercicios defensivos o preparaba incursiones menores. Se descartaron documentos que apuntaban a un ataque coordinado.

Exceso de confianza: Tras años de contención exitosa, Israel asumió que HAMAS estaba disuadido y debilitado. Esta lectura errónea permitió que el ataque tomara por sorpresa a las fuerzas israelíes.

¿Venganza o estrategia de exterminio?

Masacre posterior: Desde el 7 de octubre, Israel ha asesinado a más de 70 mil personas en Gaza, según cifras de medios palestinos y ONG. La mayoría son civiles, incluyendo miles de niños.

Destrucción sistemática: Hospitales, universidades, archivos históricos y barrios enteros han sido arrasados. Se impide el ingreso de ayuda humanitaria y se bloquea el acceso a agua, electricidad y alimentos.

Desplazamiento forzado: Se ha intentado forzar a la población gazatí hacia el sur, hacia Egipto, lo que ha sido denunciado como una estrategia de limpieza étnica.

Impunidad internacional: A pesar de las denuncias de genocidio, ni EE.UU. ni la UE han exigido un alto al fuego ni han sancionado a Israel. Esto refuerza la hipótesis de que el ataque del 7 de octubre se usa como pretexto para culminar el despojo territorial.

Lectura crítica desde la comunicación y el derecho internacional

Narrativa dominante: Los medios hegemónicos han centrado la cobertura en el ataque de HAMAS, invisibilizando el contexto de ocupación, apartheid y resistencia.

Derecho internacional: La Cuarta Convención de Ginebra prohíbe el castigo colectivo, el desplazamiento forzado y los ataques a civiles. Israel ha violado sistemáticamente estas normas.

Comunicación crítica: Espacios como La BaseLatam, Al Jazeera, Canal Red y medios alternativos han denunciado el uso del lenguaje como arma de guerra: se criminaliza la resistencia y se legitima el exterminio.

La resistencia no comenzó con HAMAS

La resistencia palestina ha sido instrumentalizada por el ente colonial y sus aliados, para justificar el genocidio y el despojo territorial, desde antes de la implantación del estado sionista.

Desde el inicio del proyecto colonial británico que facilitó la creación del Estado de Israel —sin consultar ni reconocer los derechos del pueblo árabe palestino— se ha desplegado una resistencia constante frente al despojo, la ocupación y la violencia estructural. Esta resistencia, en sus múltiples formas, ha sido sistemáticamente etiquetada como terrorismo por los poderes hegemónicos, invisibilizando su carácter legítimo como respuesta a la opresión. La larga lista de acontecimientos violentos no puede entenderse sin reconocer que la resistencia palestina es expresión de un derecho universal: el de los pueblos a defender su tierra, su vida y su dignidad frente a la colonización y la limpieza étnica.

Matriz comparativa: Resistencia palestina vs. represión israelí

Vinculación con resoluciones internacionales

  • Resolución 194 (1948): Reconoce el derecho al retorno de los refugiados palestinos.

  • Resolución 242 (1967): Exige la retirada israelí de territorios ocupados tras la guerra de los Seis Días.

  • Resolución 2334 (2016): Condena los asentamientos israelíes en territorio palestino como ilegales.

  • Estatuto de Roma (CPI): Permite investigar crímenes de guerra, incluyendo limpieza étnica y castigo colectivo.

HAMAS como contrapeso a la OLP y el cambio de rol estratégico:

Desde su fundación en 1987 como escisión de los Hermanos Musulmanes, HAMAS ha sido objeto de una compleja relación con el ente colonial sionista. En sus primeros años, Israel toleró —e incluso facilitó indirectamente— su crecimiento, en parte porque su emergencia fragmentaba el liderazgo de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) y debilitaba la unidad nacional frente a la ocupación. Sin embargo, con el fracaso de los Acuerdos de Oslo y el ascenso electoral de HAMAS en Gaza, el movimiento pasó a ocupar el lugar simbólico y estratégico que por décadas tuvo la OLP: el de enemigo útil, funcional a la narrativa de “defensa” israelí.

En los años 80 y 90, Israel vio con buenos ojos el surgimiento de HAMAS porque debilitaba a la OLP, que había logrado reconocimiento internacional como representante legítima del pueblo palestino. Esta división interna fue instrumentalizada para fragmentar la resistencia.

Ascenso electoral y legitimidad popular. En 2006, HAMAS ganó las elecciones legislativas palestinas con amplio apoyo en Gaza. Su victoria fue desconocida por Israel, EE.UU. y la UE, que impusieron sanciones y bloquearon el gobierno. Desde entonces, HAMAS fue aislado y demonizado como “grupo terrorista”, a pesar de su legitimidad electoral.

A partir de entonces, HAMAS pasó a ocupar el papel de enemigo absoluto. Cada acción de resistencia —desde el lanzamiento de cohetes hasta la defensa armada— ha sido utilizada como pretexto para justificar bombardeos masivos, invasiones terrestres y bloqueos prolongados.

La victimización del ente colonial sionista

Narrativa de autodefensa. Israel ha construido una doctrina comunicacional basada en el “derecho a defenderse”, que se activa cada vez que HAMAS responde a la ocupación. Esta narrativa invisibiliza el contexto de apartheid, colonización y violencia estructural.

Instrumentalización del ataque del 7 de octubre de 2023. El operativo conjunto de HAMAS y otras fuerzas insurgentes fue inmediatamente presentado como una agresión sin contexto. Desde entonces, Israel ha asesinado a más de 70 mil personas en Gaza, destruyendo hospitales, universidades y barrios enteros, bajo el pretexto de eliminar a HAMAS.

La resistencia como derecho, no como amenaza

La existencia de HAMAS —como antes la de la OLP, las intifadas o el movimiento BDS— ha sido utilizada por Israel y sus aliados para justificar una política sistemática de exterminio, desplazamiento forzado y colonización. Pero la resistencia palestina no es la causa del genocidio: es su excusa. Invisibilizar su legitimidad equivale a negar el derecho de los pueblos a defenderse frente a la ocupación, el apartheid y la violencia estructural.

A la luz del derecho internacional, de la memoria histórica y de los testimonios que emergen desde Gaza, lo que se vive no es una guerra, sino una masacre planificada. Y lo que se necesita no es más cobertura mediática del horror, sino una ruptura ética con la narrativa colonial que convierte a las víctimas en culpables y a la resistencia en terrorismo.

La pregunta no es si HAMAS justifica la respuesta israelí. La pregunta es por qué el mundo sigue permitiendo que se utilice la resistencia como pretexto para el exterminio.

Genocidio

José Manuel Arroyo Gutiérrez

         La normativa internacional. El delito de genocidio fue incorporado al derecho internacional mediante la aprobación y entrada en vigencia de la Convención de Naciones Unidas para la Prevención y Sanción del Delito de Genocidio.[1] Su descripción típica incluye “…todos los actos cometidos con el propósito de destruir, total o parcialmente, a un grupo nacional, étnico, racial o religioso” y describe como acciones específicas constitutivas de la conducta delictiva: (a) Matanza de miembros del grupo; (b) Atentado grave contra la integridad física o mental de los miembros del grupo; (c) Sometimiento intencional del grupo a condiciones de existencia que hayan de acarrear su destrucción física total o parcial; (d) Medidas destinadas a impedir los nacimientos en el seno del grupo; y (e) Traslado forzoso de niños del grupo a otro grupo. (Artículo II).

         Esta figura penal es dolosa, es decir, su perpetración supone una “intención probada” de destruir físicamente a un grupo, siendo que la Convención entra a señalar las modalidades de comisión a ser castigadas: (a) El genocidio; (b) La asociación para cometer genocidio; (c) La instigación directa y pública a cometer genocidio; (d) La tentativa de genocidio; (e) La complicidad en el genocidio. (Artículo III).

         La competencia para el juzgamiento del genocidio y figuras asociadas la tiene el tribunal competente del Estado en cuyo territorio se haya cometido el acto, o ante la corte penal internacional que sea competente conforme a los estados-parte que hayan reconocido su jurisdicción. (Artículo IV).

         Finalmente, la comisión de este delito admite como posible agente de la acción o conducta a la persona individual, sea como autor directo, como instigador o como cómplice.

         La normativa nacional. El tipo penal de genocidio fue vertido casi literalmente a la legislación interna de Costa Rica mediante artículo 382 del Código Penal vigente (1970).[2] Prevé una sanción entre 10 y 25 años de prisión, a quien tome parte con propósito homicida, en la destrucción total o parcial de un determinado grupo de seres humanos, por razón de su nacionalidad, raza, o creencia religiosa o política.[3] Con idéntica pena sanciona las conductas particulares de quien: (1) Causare a los miembros de esos grupos graves daños corporales o psíquicos; (2) Colocare a dichos grupos en condiciones de vida tan precaria (sic) que haga posible la desaparición de todos o parte de los individuos que los constituyen; (3) Tomare medidas destinadas a impedir los nacimientos dentro de esos grupos; y (4) Trasladare, por medio de fuerza o intimidación, niños de uno de esos grupos a otros distintos.[4]

         La génesis del concepto. El principal impulsor del concepto genocidio [del griego genus (raza, tribu) y el latín cidio (matanza, masacre)], fue Raphael Lemkin, jurista polaco-judío, quien por vez primera lo acuñó en su libro El Poder del Eje en la Europa Ocupada, publicado en los Estados Unidos de América en 1944, testimonio en el que denuncia los crímenes cometidos por los nazis en Europa.

         Para el criminólogo neozelandés Wayne J. Morrison, “El problema de Lemkin era que ninguna terminología adecuada del crimen cubría los datos que él estaba recibiendo. Las doctrinas tradicionales sobre las leyes o la guerra se basaban en la noción de que estas últimas se libraban entre Estados, en tanto que el Estado alemán estaba librando una guerra contra pueblos, bajo una ideología de superioridad biológica y limpieza racial, y reestructurando Europa. El objetivo nazi no era meramente la derrota de los enemigos del Estado, sino la reorganización biológica de Europa y, más tarde, el establecimiento de un nuevo orden mundial.”[5]

         Aparte de este señalamiento esencial de Morrison en tanto el genocidio es una acción dirigida contra poblaciones determinadas, respecto de las cuales cabe responsabilidad de dirigentes y líderes políticos, insiste en que los alemanes nazis tenían a los civiles como blanco deliberado, se trataba de destruir los elementos esenciales de la vida de ciertos grupos nacionales, destruyendo sus instituciones políticas, sociales, culturales; también su idioma, su seguridad personal, y por supuesto, su vida, libertad, salud y dignidad.

         Para ilustrar la barbarie del fenómeno genocida, el mismo Morrison hace un inventario de al menos 20 genocidios en el mundo, los más graves, durante el siglo XX. Recogemos los que nos han parecido los peores: (1) Entre 1885 y 1908, se exterminó a 8 millones de nativos congoleños del Estado Independiente del Congo, a manos del régimen de Leopoldo II de Bélgica. (No reconocido por la ONU); (2) Entre 1915 y 1922, al menos 1 millón y medio de armenios de Turquía fueron exterminados por los nuevos turcos surgidos del colapso del Imperio Otomano. (Reconocido por la ONU); (3) Entre 1932 y 1933 murieron 38 millones de ucranianos por hambruna impuesta por el gobierno stalinista de la Unión Soviética. (No reconocido por la ONU); (4) Entre 1939 y 1945 se masacró a 6 millones de judíos europeos y a otros 5 millones de gitanos, discapacitados, homosexuales y otros, por parte del régimen nazi de Alemania. (Reconocido por la ONU); (5) En 1965 fueron eliminados físicamente alrededor de 600 mil militantes comunistas por parte del gobierno de Indonesia. (No reconocido por la ONU); (6) En 1971 se calcula que entre 2 y 3 millones de bengalíes de Paquistán Oriental fueron asesinados por el Gobierno Pakistaní. (No reconocido por la ONU); (7) Entre 1975 y 1979 murieron 2 millones de camboyanos a manos del Gobierno de los Jemeres Rojos. (Reconocido por la ONU); (8) En 1995 fuerzas militares servio-bosnias mataron a cerca de 8 mil hombres civiles musulmanes, en la ciudad de Srebrenica, supuestamente bajo protección de los Cascos Azules de Naciones Unidas. Este fue solo un episodio de muchos otros. (Reconocido por la ONU); (9) En 1994 se dio muerte a más de 800 mil personas de la etnia tutsi de Ruanda por parte de milicias de la etnia hutu y soldados del gobierno. (No reconocido por la ONU).[6]

         En América Latina, los hechos más cercanos a genocidios han ocurrido con la masacre perpetrada por el gobierno paraguayo contra el pueblo indígena aché (1972), así como la política de exterminio llevada a cabo contra poblaciones aborígenes por regímenes militares guatemaltecos (1965-1992) y los desaparecidos por razones políticas en Argentina, Uruguay y Chile (1970-1980).

         Genocidio en Gaza. Frente a nuestros ojos, en todo tipo de pantallas, se revela una realidad que evidencia el desarrollo de un genocidio en toda regla. El gobierno del Estado israelí, encabezado por Netanyahu, su gabinete y el ejército de ese país, han puesto en práctica una estrategia de agresión indiscriminada que pretende destruir un grupo nacional, el pueblo palestino, mediante matanzas, atentados contra la integridad física y psicológica de las víctimas, sometiéndolas a condiciones de vida que procuran su aniquilamiento dando muerte a mujeres y niños, y obligando a una expulsión forzada de sus tierras. Todo va dirigido, como lo hicieron los nazis con los judíos, contra un pueblo, una etnia y una cultura. Estas acciones han producido ya, según cálculos conservadores 65 mil asesinados, incluidos más de 20 mil niños y niñas; se realizan constantes bombardeos y destrucción de viviendas, hospitales y escuelas, campos de refugio y ametrallamiento de personas mientras hacen fila para obtener alimentos. No puede caber duda de que se trata de un conjunto de acciones dolosas dirigidas al exterminio de los palestinos para consumar una limpieza étnica y cultural. Bajo ningún concepto de derecho penal internacional puede negarse que estas conductas criminales son técnicamente típicas del delito de genocidio.

         No es de recibo tampoco la alegación de que esto es una “defensa propia” originada en el ataque terrorista de Hamas en octubre de 2024. El derecho penal común contempla los límites de la legítima defensa, obligando a respuestas proporcionadas y razonables, prohibiendo los excesos en toda acción defensiva. Además, el conflicto palestino-israelí no surgió hace un año. Ya son siete décadas en que, como medida agónica del colonialismo inglés, se impuso la creación del Estado de Israel, iniciándose de inmediato las estrategias de despojo y exterminio, más allá del territorio concedido, contra las posesiones territoriales de Palestina. Una solución adecuada, en estos momentos avalada por la inmensa mayoría de naciones del mundo, será la creación y reconocimiento de un Estado Palestino al lado del Estado de Israel.

         Es inadmisible, finalmente, la estrategia propagandística del Estado agresor, acusando de antisemitismo cualquier crítica que se haga a Israel. Los responsables de este genocidio son los militantes de una ideología sectaria llamada sionismo, supremacistas blancos, de extrema derecha y fanáticos del mito bíblico del pueblo elegido, que no puede ser asimilado, bajo ningún concepto, al pueblo y cultura judía.

[1] Emitida el 9 de diciembre de 1948. Entró en vigencia el 12 de enero de 1951. Costa Rica firmó adhiriéndose a esta Convención el 14 de octubre de 1950. El Estado de Israel la firmó el 9 de marzo de 1950. La Delegación Palestina se adhirió el 2 de abril de 2014. Los Estados Unidos de América se adhirió el 25 de noviembre de 1988.

[2] El autor de este artículo no encontró evidencia de que el tipo penal de genocidio fuera incorporado a la legislación interna antes de la emisión del Código Penal de 1970.

[3] El tipo penal costarricense en comparación con el texto de la Convención agrega, en este encabezado, el “propósito homicida”, elimina la razón por “etnia” y agrega la razón “política”.

[4] Este mismo tipo penal nacional, prácticamente es copia literal del Artículo II de la Convención de Naciones Unidas, con la única diferencia que no incluye el supuesto 1) de la Convención referido a causar “Matanzas” de los grupos aludidos, probablemente por darse por supuesto en el encabezado de la versión vernácula el “propósito homicida”.

[5] Morrison, Wayne; Criminología, civilización y nuevo orden mundial; Antrophos Editorial; Barcelona, 2012.npp. 86-93.

[6] Ibid., p. 94.

Nuevo Año 2024 y Nueva Nakba, catarsis necesaria

Por Jiddu Rojas Jiménez

«Escribir poesía después de Auschwitz es un acto de barbarie», así sentenciaba en 1951 el filósofo judío-alemán, sobreviviente del Holocausto, más no Sionista, Theodor Adorno (1903-1969).

Yo pregunto: ¿Después de Gaza en el 2023 nos es moralmente lícito escribir algo? ¿Un voluble ensayo acaso?

La temida y deseada «forma-ensayo», para citar de nuevo al maestro Adorno, ahora en el texto de Liliana Weinberg. No seremos tan ambiciosos. Somos más modestos.

La coyuntura nacional e internacional no está para «El Gran Rechazo» (Adorno/Marcuse), y está escrito que no sólo de la «Dialéctica Negativa» vive el Hombre.

Después de la destrucción cotidiana del «Imperativo Categórico» de Kant, por el «Becerro de Oro», por el Ídolo del Mercado Total, en este Capitalismo Tardío; del embrutecimiento globalizado y de la desinformación de las masas; de la ruptura de los vínculos afectivos por el fetichismo mercantil; de la manipulación de las emociones y carencias por los Fundamentalismos; y de las brutales «guerras de rapiña» al mejor estilo de los Imperialismos de finales del siglo XIX y comienzos del XX; y de la próxima Hecatombe Climática y Ecológica, ¿qué nos queda?

¿Celebrar Navidad, el Niño-Dios, el Día de Reyes, Papa Noel, Santa Claus, Hanukkah, Ramadán, el Amigo Invisible, el Solsticio,p Cumpleaños de Hermes, Krishna, Mithra, Zarathustra, Heracles, Tammuz, o el Nuevo Año Chino en el Occidente y su periferia neocolonial?

Usted escoge: una, varias, algunas, o todas las festividades, porque todas, están ya pasteurizadas, o sea están vacías de un posible sentido simbólico.

Genocidios hubo muchos, desgraciadamente, pero nunca uno transmitido en vivo 24/7. La impotencia en tiempo real es insoportable.

Para los que nos atrevimos a informarnos, y tenemos un poco de empatía y sensibilidad, nunca nada volverá a ser igual.

¿Si quiere mejor puede abrir los regalos de Navidad y no los ojos? El Gobierno de EEUU. y el Lobby Sionista de la AIPPAC, –siempre tan caritativos–, le mandaron de regalo navideño, varios barcos y aviones con cargamento de bombas, misiles, municiones, drones y armas a los niños y niñas de Gaza.

Ya antes, «Semper Fi«, habían colaborado con sus portaaviones y submarinos nucleares. No vaya a ser que algún peligroso terrorista de Hamas, quiera nadar hasta el nuevo yacimiento de gas natural descubierto, en el mar del Levante.

En la pasada Navidad, –con o sin Pesebre o «Pasito», según sea católico o protestante, o todo lo contrario, y más allá de nuestros 900 asesinados locales en nuestra Costa Risa, y del concomitante crecimiento de la Desigualdad social y el Desempleo estructural–, los juguetes bélicos para adultos estuvieron de moda.

Ahí perdonen, sino es «políticamente correcto», pero las AK- 47 sí que estuvieron de moda en algunos barrios populares. No hay plata para violines, ni para tractores, ni para policías, ni para pagarle a la CCSS, pero sí hay para jugosos contratos publicitarios.

Pero nada grave pasa, seamos optimistas. Una Diputada del Oficialismo, acusa al TSE de Golpe de Estado: Sólo porque sanciona a dos partidos políticos oficialistas, por incumplir con la paridad de género para las Elecciones Municipales.

No es tan grave porque la inflación está bajando, claro, pero los precios al consumidor siguen subiendo. Sonría es Navidad.

Junto a los «dildos«, consoladores metafísicos, y juguetes sexuales en oferta, nos repartieron una buena dosis diaria del llamado «terror líquido».

Pero, si quiere realmente ver algo «obsceno» nivel XXX, al decir del maestro Helio Gallardo, en lugar de ver los valientes reportajes y denuncias humanitarias de «Jewish Voice for Peace«, pues puede escuchar al mentado «Papá Chaves» y a «Doña Pili» despotricando en Televisión: «El Malacrianza«, contraataca.

Y así en Costa Risa, pasamos del «miedo líquido» de Bauman, del moderno temor, al amplificado terror.

De por su sí, ninguna potencia internacional que se respete, esconde o disimula que puede torturar sistemáticamente. En consecuencia, los narcos locales también se ponen a la moda global. «Terror líquido» es la nueva y poderosa receta colectiva bifronte, de cortisol y adrenalina.

Será «líquido», acaso, porque en esta «moledora de carne» colectiva, –propia de la imaginación de Roger Waters–, se producen caudales que destrozan e inundan. Es lo propio de una época acelerada, vertiginosa, cargada de nuevas formas sutiles de plusvalía, a partir de nuestros datos («Capitalismo de la Vigilancia», nos advierte Shoshana Zuboff). Es la época donde «todo lo sólido se desvanece en el aire»(Charlie dixit, más no el García, ni crean tampoco que es original del gran Marshall Berman).

Hasta El Papa Francisco condena al «Capitalismo Salvaje», pero a Milei, – católico integrista y fanático militante Sionista–, no le importa lo que diga el «Enviado del Maligno» (sic) y gana un “Balotage”. El nuevo presidente de Argentina goza delirante su síntoma. Argentina es «potencia mundial» de nuevo, y ya no en Fútbol. La «Libertad» prostituida, como «Inversión Orwelliana» de la moderna Esclavitud capitalista.

Es también la época de la verdad encarnada del tango «Cambalache» (1934) de Santos Discéspolo. Videla no ganó ninguna Elección, pero Milei (igual que Hitler y Bolsonaro), sí lo hicieron. Y eso es un síntoma colectivo, aún más grave.

Es «líquido» el terror, como una diarrea pandémica de violencia y agresión. El moderno malestar de la cultura, devino en pura colonización del Tánatos, sin oasis ni territorio para el Eros.

Seamos creativos. Mientras, celebramos ecuménicamente las Fiestas de Fin de Año, pongámonos internacionales, y escojan su atrocidad favorita en Gaza cortesía del Ejército de Israel (IDF):

Más de 11 mil niños muertos; más de mil niños amputados; toda una limpieza étnica: más de 1.9 millones de desplazados de una población aproximada 2.3 millones; familias enteras acribilladas en su casa; adolescentes heridos aplastados por tractores militares; niños quemados vivos con el ilegal fósforo blanco; tanques atacando viviendas con civiles; civiles enterrados vivos por excavadoras militares; misiles contra hospitales con enfermos y heridos adentro; destrucción y demolición de Mezquitas y Universidades; bombardear campos de refugiados; asesinar a personal de la ONU; matar de hambre, sed y frío a la población civil de Gaza; cadáveres de presos entregados sin órganos; personal médico asesinado por francotiradores; bebés muertos en sus incubadoras; madres embarazadas desangradas; constante tortura y violación de menores presos; más de 100 periodistas asesinados; fosas comunes llenas de civiles; masacres de civiles refugiados en escuelas; estadios convertidos en campos de concentración al estilo de Pinochet; crear el Campo de Concentración más grande del Mundo a Cielo Abierto (o sea Gaza misma); o simplemente, calumniar y difamar a todos aquellos que denuncian estas atrocidades y tildarlos de «Antisemitas», al mejor estilo de la propaganda Nazi. (Todo como si los Palestinos, Musulmanes, Cristianos, y Judíos Orientales, no fueran los verdaderos habitantes Semitas originales de esa Tierra).

Más allá del «cinismo ilustrado» en boga, recordemos:

El Sionismo (Revisionista) que Gobierna Israel desde 1948, siempre fue una basura racista y colonialista mal disimulada, –que terminó por enterrar al extraordinario, viejo y moderno Humanismo Judío–, e instauró una distopía colonial con extraordinarios logros tecnocráticos, militares, educativos, científicos, infraestructurales, y capitalistas, pero digámoslo:

Con el Gobierno del Likud (descendiente directo del terrorista «Irgun«) de Netanyahu y sus aliados, – todo con el permiso de EEUU., la OTAN y UE-, se quitó su máscara, y salió su verdadero demonio, fascista, infanticida y genocida… Netanyahu despertó al «Gólem», pero pronto el mago victimario será realmente su propia víctima.

Posiblemente ese descubrimiento del nuevo yacimiento de gas natural «Leviatán» frente a Israel y obviamente, Gaza, en el contexto de la crisis del gas en Europa, –producto de la Guerra entre Rusia y Ucrania–, sea el verdadero motivo, que permitió esa provocación (cada día más sospechosa) del ataque de Hamas.

¿Alguien se acuerda todavía, de cuando la Administración Militar de Israel proscribía en la Gaza Ocupada ilegalmente, a la secular OLP y sólo permitía que las Mezquitas fundamentalistas, canalizaran la ayuda humanitaria? ¿Divide y vencerás? Si Hamas no es estimulada directamente por una típica operación de Contrainteligencia Militar, pues entonces Netanyahu, –a punto hace dos meses de ir a juicio político–, tiene muy «buena suerte». Y yo no creo en la «buena suerte», cuando se trata de grandes intereses geopolíticos. ¿Suena conspirativo? Pues posiblemente, lo es.

Lo cierto es que todavía, hay fanáticos, desinformados, y alienados, hasta políticos «arrugados», jóvenes «empresaurios«, «Progres» vergonzantes, comunicadores a sueldo, y pastores, – algunos más que por interés por miedo–, que callan y hasta defienden, al llamado «Apartheid» del Estado de Israel, justificando sus crímenes de guerra y de lesa humanidad. Dan pena ajena. En algunos países hacer apología del Genocidio es un delito, no en Costa Rica al parecer. Veremos.

¿Qué pasará con la futura anexión de Gaza? ¿Qué pasará con los líderes mundiales responsables de haber permitido esta tragedia política indescriptible? ¿Qué pasará con estos criminales de guerra? Si la Corte Penal Internacional no lo hace primero, la Historia los juzgará.

En fin, otro ciclo solar anual comienza, el viejo se despide, mientras tanto la justa catarsis, se hace necesaria.

¡Paz y Justicia! ☮️🕊️

Gracias, MSC. Jiddu Rojas Jiménez.

#CeseAlFuego #JusticiaParaGaza #AltoAlGenocidioEnGaza

Apuntes para el abordaje al conflicto Gaza-Israel

Mg. José A. Amesty Rivera

Tú, ahí, junto al umbral de nuestra puerta,
entra y bebe café árabe con nosotros
(puedes sentir que eres humano como nosotros)
Tú, ahí, junto al umbral de nuestra puerta
sal de nuestras mañanas
para que tengamos la seguridad de que
somos humanos como tú.

Poema de Mahmoud Darwish (1941-2008),
dirigido al soldado israelí
dispuesto a derribar la puerta de un hogar palestino.

¿Por qué tanta saña contra los palestinos/as, por parte de Israel? tanta inhumanidad, tanta barbarie, tanta miseria humana, tanta bajeza, tanta criminalidad, tanto horror producido a seres humanos, tantos homicidios, tanta sin dolor contra los niños y niñas.

Intentaremos compartir dos aspectos importantes del conflicto, unos políticos y otros histórico-biblico-teologicos, para intentar responder a las iniciales preguntas. A buen entendedor pocas palabras.

Apuntes políticos

  1. Según el historiador israelí Ilan Pappe en El origen de la violencia en Gaza está en la ideología racista de la eliminación del nativo, hasta el 7 de octubre, donde ocurre el ataque sorpresa de Hamas a Israel, el tema de discusión principal era la identidad de Israel, ya que existe o existe una lucha interna entre el Estado de Judea y el Estado de Israel.

El Estado de Judea establecido y conformado por colonos judíos en Cisjordania, el cual es una combinación de judaísmo mesiánico, fanatismo sionista y racismo, que se convirtió en una estructura poderosa, notoria e importante en los últimos años, bajo el régimen de Benjamín Netanyahu, y que estuvo a punto de imponer su forma de vida a Israel, más allá de Judea, más allá de Cisjordania.

Para el Estado de Judea, su capital fue y seguirá siendo Jerusalén, así como para el Estado de Israel, en esto no hay discusión. Situada en los montes de Judea, capital de Israel, la sede del gobierno y el centro histórico, espiritual y nacional del pueblo judío desde que el rey David la convirtió en capital de su reino hace aproximadamente 3.000 años. Santificada por la religión y la tradición, por sus lugares santos y sus templos.

El Estado de Israel, que se alzó contra el Estado de Judea, su principal ciudad de Tel Aviv; pluralista, democrática, laico, occidental o europeo; es una guerra civil fría, pero sin duda, una guerra cultural y religiosa entre ellos mismos.

Así mismo añade Pappe, que se tiene una lucha, por un lado, estaba el apartheid israelí laico, en el que los judíos israelíes sin duda disfrutan de la vida en una democracia plural, al estilo occidental. A su vez, está la versión contraria del apartheid, la mesiánica, la religiosa, la teocrática. En fin, era una lucha interna, sobre el tipo de vida judía en el ámbito público. Por supuesto, no existe Palestina ni en Cisjordania, ni en Gaza, ni descremación contra ellos/as, es decir, los palestinos/as no existen.

Pappe nos sigue ilustrando al afirmar que Israel, tiene unas políticas de eliminación históricas que son: el genocidio, la limpieza étnica o el apartheid, que «tienen su origen en el pensamiento sionista (en los dibujos de los pintores sionistas, en la escritura de los intelectuales sionistas), y que en 1930 se convirtieron en una estrategia que se implementó por primera vez en 1948, con la limpieza étnica que terminó con la expulsión de la mitad de los palestinos/as y la destrucción de la mitad de los pueblos de Palestina. Por cierto, muchos pueblos israelíes están construidos sobre las ruinas de aquellos; algunos kibutz que fueron ocupados por Hamás durante unas horas se construyeron sobre las ruinas de esos pueblos palestinos de 1948, y una cantidad considerable de los palestinos/as que entraron en los kibutz (explotación agraria israelí gestionada de forma colectiva y basada en el trabajo y la propiedad comunes) eran una tercera generación de refugiados de estos mismos pueblos destruidos no lejos de Gaza».

Así concluye Ilan Pappe, «Israel expulsó a 36 pueblos entre 1948 y 1967 dentro de Israel, Israel expulsó a 300.000 palestinos/as de Cisjordania y la Franja de Gaza durante la guerra de junio de 1967. Desde 1967 hasta hoy, Israel ha expulsado a casi 700.000 palestinos/as de Cisjordania y la Franja de Gaza. Y actualmente, Israel continúa la limpieza étnica en lugares como Maghazi, Gaza, el sur, las montañas de Hebrón, la zona del Gran Jerusalén y otros lugares de Palestina».

«La limpieza étnica se ha convertido en el ADN de la política israelí hacia los palestinos y palestinas, y emplea a cientos de miles de personas para llevarla a cabo, porque no se trata de limpiezas étnicas masivas como en 1948, sino de limpiezas étnicas graduales. A veces es la expulsión de una persona o de una familia, a veces es el cierre de un pueblo o el cerco de la Franja de Gaza, que también es una forma de limpieza étnica, porque si creas el gueto de Gaza, no tienes que incluir a esos dos millones de palestinos/as dentro del balance demográfico de árabes y judíos, porque estos palestinos/as no tienen voz ni voto en el futuro de la Palestina histórica».

Claudio Katz en La incursión que trastocó Medio Oriente, lo sintetiza así: «El expansionismo sionista exige una limpieza étnica en el caso de Gaza. Esa política fue desafiada por un operativo espectacular, que demolió la imagen de Israel como potencia invulnerable. La derechización de ese país desestabiliza la contraofensiva imperial estadounidense. Hamas ejerce su legítimo derecho a la resistencia, frente a un Estado terrorista que actúa como agresor«.

  1. Más recientemente, Atilio Boròn en Gaza, Israel y la política del genocidio, señala que la política de genocidio contra los palestinos/as proviene de la mente guerrera de Ben Gurion. Boròn citando a Noam Chomsky en su texto publicado en 1983 y reeditado y actualizado en 1999: Fateful Triangle. The United States, Israel and the Palestinians (Londres: Pluto Press, 1999) Prefacio de Edward Said. Este pasaje se encuentra en la pg. 324 de la edición disponible en internet: https://dn790006.ca.archive.org/0/items/NoamChomskyFatefulTrian, indica: “La doctrina militar de atacar a civiles indefensos (como lo que hoy ocurre en Gaza) procede de David Ben Gurion, que era bastante explícito al respecto, aunque no en público, por supuesto».

Ben Gurion, «en una entrada del 1 de enero de 1948 en su Diario de la Guerra de Independencia, escribe: No hay duda de si una reacción es necesaria o no. La cuestión es solo el momento y el lugar. Volar una casa no es suficiente. Lo que se necesita son reacciones crueles y enérgicas. Necesitamos precisión en tiempo, lugar y víctimas. Si conocemos a la familia (debemos) golpear sin piedad, mujeres y niños incluidos. De lo contrario, la reacción es ineficaz. En el lugar de la acción no es necesario distinguir entre culpables e inocentes. Donde no hubo ataque, no debemos golpear».

En síntesis, señala Boròn, «la tragedia que estamos viendo hoy en Gaza nada tiene de novedosa: “volar” casas, asesinar a familiares de supuestos o reales militantes de Hamás, no tener la menor compasión por niños, mujeres y ancianos, era lo que recomendaba sin remordimiento alguno el fundador del Estado israelí».

Apuntes histórico-biblico-teologicos

  1. Recordemos que inicialmente el pueblo de Israel, no surgió a la existencia como Nación por medio de una guerra, sino que hubo una especie de «eleccion-bendicion» por parte de Yavè (narrada en el libro de Génesis, época de los patriarcas), luego fue la liberación del Exodo, con el pacto y el paso por el desierto, narrados en los libros de Exodo, Levítico, Números, Deuteronomio. En estos escenarios, hubo algunos guerreros y batallas, pero no fueron tan importantes. La guerra vino después, cuando Israel debió ocupar la «tierra prometida».

Recordemos, que Moisés y otros personajes, eran en el pueblo: legisladores, profetas y caudillos. Luego Moisés da la autoridad a Josué como jefe militar, para conquistar la tierra prometida. Surgiendo así, el aparato militar en Israel.

Así, el texto bíblico del Antiguo Testamento, narra la existencia de tres grandes caudillos militares de Israel, dentro del imaginario religioso militar: Josué, David y Judas Macabeo.

Centrémonos en Josué, según Josué. 1:1-10, Josué es enviado a la guerra y su manual era la Ley dictada por Yave a Moisés. Es enviado como soldado, guerrero de una Ley que lo protege, que lo hace triunfar sobre sus enemigos y cuyo general y lugarteniente Josué es elevado a esa categoría. El libro de Josué entonces, es un manual utópico de la conquista religiosa de la tierra, un libro del pasado que resume, lo que fue la conquista israelita de Palestina.

Josué aparece así, en el principio de la historia militar israelita, como ministro religioso de una guerra santa. Él es el primero y en algún sentido el más grande de todos los soldados de esta galería de figuras militares del Antiguo Testamento. Obedeciendo y cumpliendo su Ley, ganó la primera guerra.

  1. Ahora, en El Talmud, que es el libro que contiene la tradición oral, doctrinas, ceremonias y preceptos de la religión judía, que incluye la Mishnà y la Gemara, y que contienen la explicación de la Torá (los cinco libros de Moisés) de los rabinos de los años 100 A.C. hasta 500 A.C, y específicamente la Mishnà explica que «había dos tipos de guerra (la guerra obligatoria y la guerra voluntaria) La guerra obligatoria fue dirigida contra las naciones que habitaban Canaán (los Hetheos, los Amorrheos, los Cananeos, los Pherezeos, los Heveos y los Jebuseos) La guerra obligatoria también incluía los Amalecitos o a un enemigo que había atacado Israel. Con respecto a una guerra voluntaria, el rey podía avanzar solamente después de una decisión de un tribunal de 71 miembros. Esta corte se llamaba el Gran Sanhedrin. Fue el consejo supremo y el tribunal de los judíos que se desarrolló del consejo municipal de Jerusalén Tenía jurisdicción sobre asuntos religiosos tanto como los casos civiles y criminales».

Con relación a la estrategia militar incluía los ataques de sorpresa, las emboscadas, la concentración de fuerza, los ataques de noche, y había tres métodos para conquistar una ciudad fortificada: un medio directo (se penetró la muralla por romperla, por treparla o por excavar un túnel por debajo); el asedio; un medio indirecto (por la artimaña). La ley de la guerra: una comparación bíblica de Diane S. Segal.

Estas notas, brevemente y apretadamente indicadas, pretenden ir hacia una respuesta de los cuestionamientos arriba escritos. Parece haber una explicación histórica y religiosa sobre el actuar israelí contra los palestinos/as en Gaza. Por supuesto, hay otros aspectos que dan razón de este vergonzoso proceder.

Sobre un mapa se pueden trazar todas las líneas
Horizontales, rectas, diagonales
Desde el meridiano de Greenwich hasta el golfo de México
Que más o menos
Pertenece a nuestra idiosincrasia
También hay mapas grandes, grandes, grandes
En la imaginación
E infinitos globos terráqueos
Marta
Pero hoy sospecho que sobre un mapa pequeñísimo
Mínimo
Dibujado en papel de libreta escolar
Puede caber toda la historia
Toda.

Compartimos aquí “Réquiem para la mano izquierda” de Nancy Morejón, en diálogo con la humanidad de la poesía de Darwish y con los ritmos de la música cubana Marta Valdés (a quien está dedicado este poema).

Pronunciamiento del Consejo Universitario sobre la situación en Gaza: omisiones de un comunicado temeroso

El pasado 2 de noviembre, un mes después del inicio de la fase actual del conflicto en el Medio Oriente, el Consejo Universitario de la Universidad de Costa Rica (CU) ha decidido pronunciarse al respecto. En su parte esencial, el comunicado declara “Hacer un llamado al respeto, a la tolerancia y a la solución pacífica de conflictos en estricto cumplimiento del derecho internacional y la apertura del diálogo, la búsqueda de consensos y a que se materialice la reconciliación entre todas las partes». En ese comunicado, el CU no se refiere de manera directa al genocidio en Gaza, ni a la masacre del pueblo palestino en la Cisjordania. Pero especialmente grave es omitir nombrar al responsable por ese genocidio, el estado de Israel.

Tales omisiones reflejan el temor de los miembros del CU a llamar las cosas por su nombre. El genocidio en Gaza y Cisjordania es un proceso de limpieza étnica que ha sido impulsado por el movimiento sionista desde antes de la fundación formal del estado de Israel. El ataque actual de las fuerzas armadas israelíes sobre Gaza alcanza hospitales, campos de refugiados, iglesias, escuelas, ambulancias y cientos de blancos civiles. Cada 10 minutos muere un niño palestino en Gaza. No es una guerra, es un proceso de desplazamiento de una población entera por medio del terror. Así lo hacen ver pronunciamientos y comunicados de organizaciones humanistas, estados y movimientos civiles alrededor del mundo en una ola internacional contra este genocidio, a la cual no ha querido adherirse el CU.

En sus acuerdos, el comunicado del CU hace un llamado por el respeto de la vida humana, los derechos humanos y por un cese al fuego. No hay más detalles. La redacción del pronunciamiento pareciera propio de una situación donde dos estados se encuentran en guerra, ambas igualmente responsables del escenario bélico. Nada más lejos de la realidad. El conflicto actual en Gaza-Cisjordania se ubica en un contexto totalmente asimétrico, donde uno de los ejércitos más poderosos del mundo, financiado por Estados Unidos y la CE Europea, desata todo su poder de fuego contra un movimiento de resistencia de índole popular, que recibe apoyo limitado de algunas naciones árabes, pero principalmente de la población palestina. Las acciones de la resistencia palestina, aceptables o no desde un punto de vista humanitario, son una respuesta al desplazamiento forzoso de la población palestina de su territorio, el cerco económico y militar de sus poblaciones, la represión de su protesta y finalmente, la creación del mayor campo de concentración del mundo, la franja de Gaza. Todo esto a lo largo de más de 75 años. Y son 75 años de violación de acuerdos de las Naciones Unidas, lo que han convertido al estado de Israel, en la práctica, en un estado ilegal y terrorista.

Por lo tanto, en este orden de cosas, son insuficientes y equívocos los llamados tibios de cese al fuego entre las partes y al cese de la violencia, sin señalar las causas históricas del conflicto. El pronunciamiento del CU es precisamente lo contrario de lo que se espera del máximo órgano de poder de una universidad pública. Esperaríamos más bien una visión que caracterice con claridad y sin rodeos la naturaleza del conflicto, y que salga en defensa de la población civil indefensa atrapada en Gaza y del derecho a la autodeterminación que se le ha negado a Palestina desde hace más de siete décadas. Hay un responsable central de lo que está ocurriendo, el estado de Israel y sus socios.

Por lo tanto solicitamos al Consejo Universitario rectificar su pronunciamiento, en favor de otro que considere el ”mandato de nuestro Estatuto Orgánico, el cual proclama una universidad siempre en favor de los pueblos y contra las injusticias sociales.

  1. Jorge Arturo Lobo, Escuela de Biología
  2. Ciska Raventós, profesora pensionada UCR
  3. Wajiha Sasa Marín, Instituto de Investigaciones Psicológicas
  4. Mahmood Sasa Marín, Instituto Clodomiro Picado
  5. Javier Tapia Balladares, Instituto de Investigaciones Psicológicas
  6. Jaime García, profesor pensionado UCR
  7. Isabel Avendaño Flores, Facultad de Ciencias Sociales
  8. Jaime Lobo Segura, profesor pensionada UCR
  9. Zuhra Sasa Marín, Escuela de Arquitectura
  10. Lucia Riba Hernández, Escuela de Arquitectura
  11. Helga von Breymann Miranda, Escuela de Arquitectura
  12. Rodolfo Mejías Cubero, Escuela de Arquitectura
  13. Rolando Pérez Sánchez, Instituto de Investigaciones Psicológicas
  14. Eugenia Gallardo Allen, Escuela de Estadística
  15. José María Castro Madriz, Escuela de Artes Plásticas
  16. Viviana Paniagua Hernández, Escuela de Arquitectura
  17. Sofía Trujillo Quesada, Escuela de Arquitectura
  18. Jorge Barrientos Valverde, Escuela de Estudios Generales
  19. Dylanna Rodríguez Muñoz, Facultad de Ciencias Sociales
  20. Mauricio Álvarez Mora, Facultad de Ciencias Sociales
  21. Andrés Ruiz Sánchez, Instituto de Investigaciones Psicológicas
  22. Fabián Bonilla Murillo, Instituto Clodomiro Picado
  23. Manuel Morales Alpízar, Escuela de Arquitectura
  24. Eugenia Solís Umaña, profesora pensionada UCR
  25. Carlos Mata Quesada, Escuela de Arquitectura
  26. Luis Armando Durán Segura, Escuela de Arquitectura
  27. José Vargas Hidalgo, Escuela de Arquitectura
  28. Zuiri Méndez Benavides, Facultad de Ciencias Sociales
  29. Luis Andrés Sanabria Zaniboni, Facultad de Ciencias Sociales
  30. José Antonio Mora Calderón, Facultad de Ciencias Sociales
  31. Manuel María Murillo, profesor pensionado UCR
  32. Mónica Vul Galperín, Instituto de Investigaciones Psicológicas
  33. Roberto Ayala Saavedra, Escuela de Sociología
  34. Roberto Herrera Zúñiga, Sede de Occidente
  35. David Castillo Mora, estudiante Posgrado en Sociología
  36. Minerva Solano Campos, estudiante de Sociología
  37. Brenda Rey Chavarría, estudiante de Inglés
  38. Leonora de Lemos Medina, Escuela de Ingeniería Mecánica
  39. Andrés Castillo Vargas, Escuela de Psicología e IIP
  40. Robert Laurent Sanabria, Escuela de Ingeniería Topográfica
  41. Yeimer Gerardo Ramos Torres, Escuela de Formación Docente
  42. Jorge Sanabria León, Escuela de Psicología
  43. Andrés Molina Araya, Escuela de Estudios Generales
  44. Julio Loría Cordero, profesor pensionado UCR
  45. Sandra Araya Umaña, profesora pensionada UCR
  46. Amarilis Eunice Acevedo Mejía, estudiante Posgrado en Sociología
  47. Asdrúbal Duarte Esquivel, profesor pensionado UCR
  48. Vera Victoria Sancho Mora, profesora pensionada UCR
  49. Lucía Gutiérrez Espeleta, profesora pensionada UCR
  50. Virginia Ramírez Cascante, profesora pensionada UCR
  51. Alicia Guardián Fernández, profesora pensionada UCR
  52. Koen Voorend, Instituto de Investigaciones Sociales
  53. Alexander Rojas Parajeles, Sede del Pacífico
  54. Jorge Montoya Alvarado, profesor pensionado UCR
  55. Marielos Giralt Bermúdez, profesora pensionada UCR
  56. Mario Villalta Florez-Estrada, Escuela de Arquitectura
  57. Silvia Arguedas Méndez, Escuela de Ingeniería Industrial
  58. Rodiney Chacón, Asociación de estudiantes de Sociología
  59. Verónica Ramírez, Asociación de estudiantes de Sociología
  60. Gabriel García, Asociación de estudiantes de Sociología
  61. Carolina López, Asociación de estudiantes de Sociología
  62. Priscila Madrigal, Asociación de estudiantes de Sociología
  63. Sofía Jiménez, Asociación de estudiantes de Sociología
  64. Julieth Bolaños, Asociación de estudiantes de Sociología
  65. Alex Gómez, Asociación de estudiantes de Sociología
  66. Valentina Palacio, Asociación de estudiantes de Sociología
  67. Yaser Ramos, Asociación de estudiantes de Sociología
  68. José Julián Llaguno, Escuela de Ciencias Políticas
  69. Carlos Mora Aguilar, Facultad de Odontología y CEA
  70. María José Cabezas Castro, Facultad de Ciencias Sociales
  71. Claudia Palma, Escuela de Antropología
  72. Mauricio López Ruiz, Escuela de Sociología
  73. Pietro Scaglioni Solano, Escuela de Ingeniería Mecánica
  74. Marietta Villalobos Barrantes, Escuela de Psicología
  75. Marco Fournier Facio, profesor pensionado UCR
  76. Jeannette Aguilar, Escuela de Psicología
  77. Pascal Girot Pignot, Escuela de Geografía
  78. Gerardo Hernández Naranjo, Escuela de Ciencias Políticas
  79. Adriana Monge Arias, Sede de Occidente
  80. Mariano Sáenz Vega, Centro de Investigaciones Antropológicas
  81. Manuel Zumbado Retana, Escuela de Arquitectura
  82. Marta Montero Calderón, Escuela de Ingeniería de Biosistemas
  83. Javier Vargas Nieto, profesor pensionado UCR
  84. Jorge Enrique Garnier Zamora, profesor pensionado UCR
  85. Rosaura Chinchilla Calderón, Facultad de Derecho
  86. Roberto Herrera Zúñiga, Sede Occidente
  87. Rebeca Gu Navarro, Escuela de Ciencias Políticas
  88. Juan Diego García-Castro, Sede de Occidente
  89. Josué Arévalo Villalobos, Escuela de Psicología
  90. Alejandra Paniagua Bonilla, Sede de Occidente
  91. Rubén Chacón Castro, Facultad de Derecho
  92. Erick Gatgens Gómez, Facultad de Derecho
  93. Ilka Treminio Sánchez, Escuela de Ciencias Políticas
  94. Johnny Alberto Montoya Arroyo, Escuela de Educación Física y Deportes
  95. Tania Rodríguez, Escuela de Ciencias Políticas
  96. Lisbeth Araya Jiménez, Escuela de Ciencias de Comunicación Colectiva
  97. Liliana Monge Sánchez, Escuela de Trabajo Social
  98. Liliana Sánchez Angulo, Vicerrectoría de Acción Social
  99. Mauricio Castro Méndez, Facultad de Derecho
  100. Juliana Martínez Franzoni, Escuela de Ciencias Políticas
  101. Vilma Leandro Zúñiga, Escuela de Psicología
  102. Luis Ángel Oviedo Carballo, Instituto de Investigaciones Económicas

Entendiendo Gaza

9 Oct, 2023

Por Wajiha Sasa, Cónsul honoraria del Estado de Palestina en Costa Rica.

La Franja de Gaza es un territorio palestino un poco más pequeño que el distrito de Orosi en Paraíso de Cartago. Lo habitan dos millones doscientas mil personas. Un 81% de la población vive en condiciones de pobreza y un 46% está desempleada.

Desde el año 2007, Israel le impuso un bloqueo terrestre, aéreo y marítimo y ha librado cuatro devastadores ataques en respuesta al lanzamiento de cohetes desde Gaza hacia Israel por la milicia Hamás, justo como lo que ocurrió el sábado. En todas las incursiones anteriores hemos visto el mismo patrón: el uso desproporcionado de la fuerza por parte de Israel y un menosprecio por las vidas civiles por parte de Israel y Hamás.

Desafortunadamente, no vemos nunca intención de atender las causas de la escalada de tensiones y hostilidades.

En la operación “Plomo Fundido” (2008 -2009), murieron 1434 palestinos, de los cuales 960 eran civiles y un 30% de estos eran menores de edad. Del lado israelí murieron 11 soldados y 3 civiles. En el año 2012, la operación “Pilar Defensivo”, acabó con la vida de 170 palestinos y dos israelíes. En la operación “Margen Protector” del año 2014, murieron 1.500 civiles palestinos. Según datos de las Naciones Unidas, el 30% fueron mujeres y niños. Israel perdió 66 soldados y 5 civiles. Diversas organizaciones de derechos humanos han denunciado los constantes ataques aéreos israelíes en zonas densamente pobladas o ataques directos sobre casas de civiles, violando el derecho internacional.

El gobierno de Costa Rica se pronunció el 7 de agosto del 2014 y solicitó formalmente al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas intervenir en Gaza. También condenó las acciones militares de Israel que calificó como «desproporcionadas» y los ataques de cohetes por parte de Hamás. Muy diferente de la posición que ha tenido en los últimos años la Cancillería costarricense que no reconoce el peso de la ocupación en el conflicto, como no lo hace tampoco en esta ocasión.

Las cifras de fallecidos por este conflicto permiten entender lo dispar del uso de la fuerza por los ocupantes. Podemos desde ya imaginar la reacción desproporcionada a las hostilidades iniciadas por Hamás esta semana.

El bloqueo de Israel al ingreso de personas, bienes y alimentos al territorio gazatí desde hace 16 años es igual de desproporcionado. El resultado es una economía devastada. Las familias no tienen suficiente comida para alimentarse. Entre 12 y 16 horas al día sufren de apagones eléctricos. El bloqueo impide el ingreso de combustible o gas suficiente. Así es imposible que operen hospitales, hogares o empresas. La zona de pesca fue reducida por el ejército israelí que impide a los pescadores acceder a las aguas de pesca acordadas en los Acuerdos de Paz de Oslo. Solo hay una cama de hospital disponible por cada mil personas y un 40% de los medicamentos esenciales están ausentes de los hospitales. Por eso se habla de Gaza como “la prisión más grande del mundo”. Pero ahí no habitan sentenciados, habitan seres humanos, como usted o como yo, que quieren vivir en paz y dignamente.

Las condiciones de ocupación y bloqueo en que viven los gazatíes nutre extremismos y legitima sus liderazgos. La ocupación y la colonización de Palestina es el origen del problema económico, social y de bienestar de la población.

Son varias las resoluciones de las Naciones Unidas que condenan el bloqueo israelí de Gaza y piden su levantamiento. La Resolución 1860 del Consejo de Seguridad del 2009 pidió la reapertura sostenida de los puntos de cruce hacia Gaza y la provisión y distribución sin obstáculos de asistencia humanitaria. La Resolución de la Asamblea General ES-10/18 del 2018 pidió el fin del bloqueo israelí y de las restricciones al movimiento de personas y bienes. Ninguna de estas resoluciones ha sido atendida por la fuerza ocupante. Tampoco han sido atendidas las resoluciones que hablan del uso desproporcional de la fuerza por parte de Israel.

Para entender y reaccionar a lo que sucede en Gaza, la comunidad internacional —Costa Rica incluida— debería entender que el origen del conflicto proviene de la colonización ilegal, de las prácticas de limpieza étnica, de la ocupación militar y del bloqueo económico.

No se va a alcanzar la paz respaldando la ocupación, el bloqueo y la colonización. Los conflictos y la paz se atienden apelando a la justicia, a la proporcionalidad y a la sensatez.

Imagen tomada de Telesur.

Día de la Tierra Palestina, resistir el Apartheid

Este 30 de marzo, conmemoramos el Día de la Tierra Palestina, resistir el Apartheid, la limpieza étnica y el robo de las tierras palestinas

Este 30 de marzo es el aniversario 47 del Día de la Tierra Palestina. En toda la patria ocupada como en la diáspora, los palestinos y todos los que creen en la justicia, la libertad y los derechos humanos, conmemoramos este día, reafirmando el rechazo a las políticas de Apartheid, Limpieza Étnica y robo de tierras que Israel lleva a cabo.

Cada 30 de marzo se conmemora el Día de la Tierra Palestina. El 30 de marzo de 1976, la sociedad palestina convocó una huelga general en protesta por el continuo robo de sus tierras por parte del sionismo israelí.

Los inicios de esa conmemoración se deben a que en esa fecha (30-03-1976- el Ejército asesinó a siete jóvenes palestinos con «ciudadanía israelí» en las manifestaciones que acompañaron esa huelga. Desde entonces, el 30 de marzo ha quedado marcado como una jornada de reivindicación de los derechos legítimos del pueblo palestino. 47 años después, la colonización de Palestina continúa. Día a día, el Estado de Israel roba tierras, expulsa a sus legítimos habitantes, destruye sus viviendas, construye asentamientos y transfiere allí a colonos sionistas extranjeros recolectados de todos los rincones del mundo. Estas prácticas contravienen la legislación internacional y los Derechos Humanos y han sido condenadas por Naciones Unidas y por la gran mayoría de gobiernos del mundo, incluidos los de la Unión Europea y Estados Unidos.

Sin embargo, estas condenas no han sido acompañadas por sanciones efectivas, por lo que Israel continúa con la colonización y el desalojo de los palestinos, habitantes históricos de las tierras, sin sufrir por ello ninguna consecuencia.

Hoy son más de 750.000 los colonos que viven en los asentamientos ‘ilegales’ tanto en Cisjordania como en Jerusalén ocupada. (TODOS los asentamientos son ILEGALES, según la legislación internacional).

El robo de tierras sigue en aumento en forma acelerada y continúan las acciones de limpieza étnica de la población histórica palestina.

Las personas palestinas con ciudadanía israelí –aquellas que viven en el Estado de Israel de 1948- siguen siendo discriminadas. Hay localidades ancestrales palestinas que no son reconocidas y por ello carecen de presupuesto y otras que reciben transferencias menores a las que les corresponderían por su peso poblacional. Además, el Estado de Israel practica con estas personas una discriminación en cuanto a la aplicación de las leyes, segregación educativa y laboral que conduce a su marginalización. La discriminación y el apartheid israelí han sido denunciado por todos los organismos humanitarios del mundo, incluyendo las organizaciones israelíes de derechos humanos.

Muchos de los actos, a realizar en todo el mundo, estarán relacionados con las Campaña de Boicot, Desinversiones y Sanciones contra el Estado de Israel (BDS) y la Campaña Palestina para el Boicot, Académico y Cultural a Israel (PACBI). Ambas iniciativas, surgidas de la propia sociedad palestina, piden el boicot a Israel en tanto que no cumpla con la legislación internacional y con los Principios Generales de los Derechos Humanos.

Jerusalén simboliza toda la crueldad de la ocupación. El Estado de Israel no sólo se niega a retirarse, tal y como exige la resolución 242 de Naciones Unidas, sino que impulsa los planes de ‘judaización’ de toda la ciudad, expulsando a palestinas y palestinos de los barrios en los que habitan desde hace siglos como Silwan o Sheik Jarrah y destruyendo sus casas o entregándoselas a colonos. De hecho, más del 85% de Jerusalén Oriental está ya colonizada.

PalestinaLibre.org, marzo de 2023

Solidaridad con el pueblo Palestino

Mg. José A. Amesty Rivera

En el Día Internacional en Solidaridad con el Pueblo Palestino, hace mucho tiempo, en este país, parece estarse dando una distopía, que es una «utopía perversa donde la realidad transcurre en términos opuestos a los de una sociedad ideal».

Por ejemplo, en Jerusalén, se estaría produciendo una operación de limpieza étnica cuyo uno de sus últimos episodios sería la proyectada expulsión forzosa de los habitantes palestinos del barrio de Sheikh Jarrah y su ocupación por colonos israelíes.

Este artículo no pretende entrar en la polémica sobre los derechos de Israel o los derechos del pueblo palestino, sino poner en el tapete las atrocidades contra éste último, en este sentido, la Cuarta Comisión de la Asamblea General de la ONU adoptó el pasado 14 de noviembre de 2022, el proyecto de resolución de Palestina, para solicitar una opinión consultiva legal de la Corte Internacional de Justicia, sobre la naturaleza de la existencia de la ocupación colonial israelí en el territorio del Estado de Palestina, incluida Jerusalén.

Mientras tanto, el pueblo palestino sufre el auténtico genocidio, al que le somete los gobiernos israelíes. Noten que hablamos del Pueblo Palestino y el Estado (los gobiernos israelíes).

Históricamente, los que en 1967 representaban casi el 98% de la población total (el pueblo palestino), y su sustitución por colonos judíos que ya alcanzarían el 55% de la población de Jerusalén en el 2021.

A su vez, desde 1948, las vidas de la población de Palestina han pasado por situaciones críticas y convulsas, situación que últimamente ha recrudecido la represión y las muertes.

Conocemos que la Comisión Internacional Independiente de Investigación de Naciones Unidas sobre el Territorio Palestino Ocupado, que incluye Jerusalén Occidental, determina que la ocupación israelí en Palestina es ilegal, señalando, hay «motivos razonables» para alcanzar la conclusión de que la ocupación israelí, vulnera las normas internacionales. Han transcurrido setenta y cuatro años desde el comienzo de este trágico conflicto.

Lamentablemente, se sigue cometiendo un genocidio implacable contra los palestinos, contra niños, mujeres y adultos mayores. Ha transcurrido demasiado tiempo desde la ocupación ilegal e impunidad; uso desproporcionado de la violencia, traslado forzoso de personas, confiscación de tierras, destrucción de hogares y castigo colectivo; la tragedia no cesa.

Nosotros cristianos y revolucionarios fieles a la denuncia ante los atropellos a los más débiles, deseamos expresar, que cualquier teología o pastoral comprometida, debe priorizar que la tarea primordial debe ser, la atención y el cuidado de los dolores y las aspiraciones de pueblos oprimidos y comunidades menospreciadas.

En este sentido, la dolorosa situación del pueblo palestino, obliga a cuestionar ciertos cruciales e ineludibles asuntos teológicos.

Un asunto teológico a revisar creemos es, el tema del «pueblo escogido» por Dios, que ha sido un dilema teológico clásico. El teólogo Luis Rivera-Pagán señala: «El riesgoso concepto de «pueblo de Dios», por consiguiente, nada tiene que ver con una alegada descendencia genética. Refiere, más bien, a la lectura de los tiempos en una hermenéutica profética de opresión y liberación».

El otro tema teológico es, ver a Jerusalén como la ciudad santa. Y es que, a través de su extensa historia, Jerusalén ha sido simultáneamente bendecida y maldecida por el reclamo que las tres grandes religiones abrahánicas monoteístas, hacen de ella como ciudad sagrada.

Rivera-Pagàn, en este tema nos ayuda enfatizando: «La sacralidad atribuida a varios lugares en Palestina, Jerusalén en primer rango, ha sido causa funesta de interminables conflictos violentos y sangrientos. ¿Tenemos acaso, ese es el reto que agudamente plantea la teología palestina, los recursos intelectuales y espirituales para reconfigurar este debate de manera que el concepto de “tierra santa” sea punto de partida, no para la “guerra santa”, sino para el diálogo, el entendimiento y la solidaridad entre las tres grandes religiones monoteístas que comparten memorias y escrituras sagradas? De la respuesta a esa pregunta crucial depende en buena medida el destino feliz o infortunado de los diversos pueblos que habitan los valles y colinas de Palestina y quizá incluso la paz mundial».

Finalmente, deseamos concluir este tema, espinoso para muchos/as que, nosotros anuente con la teología de la liberación, subrayamos el camino del arduo, pero deseable y necesario vínculo entre justicia y reconciliación, denuncia profética y esfuerzos pacificadores, recuperación de la historia de agravios y el perdón sanador de la memoria de dos pueblos: Israel y Palestina.

Creemos en el enfoque de Isaías (Isaías. 65: 21-23), de una nueva creación, libre de violencia y devastación bélica, un mundo en el que las comunidades en conflicto, en este caso palestinos e israelíes, «edificarán casas y las habitarán; plantarán viñas y comerán de su fruto. No edificarán para que otro habite, ni plantarán para que otro coma… No trabajarán en vano ni darán a luz para maldición».

Estamos seguros que, este es el sueño del pueblo palestino y el pueblo israelí, un sueño de paz y reconciliación, también un anhelo de otros pueblos, reconociendo que ambos pueblos tienen que sanar las heridas históricas y recurrentes del holocausto judío y la catástrofe palestina.

 

Imagen tomada de Telesur.

LOS PUEBLOS TRASPLANTADOS: SU MENTALIDAD BELICISTA Y GENOCIDA

COLUMNA LIBERTARIOS Y LIBERTICIDAS (25)
Tercera época
Rogelio Cedeño Castro, sociólogo y escritor costarricense

Esas gentes anglosajonas que se propagaron por todo el planeta como una plaga, a las que el antropólogo brasileño Darcy Ribeiro (El Proceso Civilizatorio) llamó “pueblos trasplantados”, han resultado ser lo más peligroso incluso para la supervivencia de la humanidad: su afición por las guerras, las limpiezas étnicas y los genocidios, más o menos encubiertos, así lo evidencian. Entre ellos destacan los estadounidenses o autodenominados “americanos” con su actitud excluyente hacia cualquier otro pueblo o nación que no pueda mirarse en su propio espejo de pueblo elegido de Dios, en primer lugar como aquellos colonos que se independizaron de su majestad británica para expandirse sobre los territorios vecinos como resultado del New Covenant, pero sobre todo estamos hablando aquí de los canadienses, los australianos y neozelandeses, unos “colonizadores” que despojaron de sus tierras a diferentes pueblos originarios cometiendo verdaderos genocidios y etnocidios como parte de su tarea “civilizadora”. Su racismo y su etnocentrismo los llevó a exterminar en menos de un siglo a la totalidad de los nativos de la Isla de Tasmania, la más austral del conglomerado territorial australiano, en el que de manera simultánea, ejecutaron la reducción a su mínima expresión a los aborígenes australianos, a los que despojaron de sus hijos por considerarlos menos que seres humanos, a lo largo de muchas décadas, durante las cuales los convirtieron en parias desarraigados, y los hicieron objeto de la explotación doméstica y aculturación más brutales, un hecho que ocurrió entre los años 1910 y 1970. Tal y como se nos muestra en la película australiana de hace unos veinte años intitulada RABBIT PROFF FENCE, en la que se nos muestra la odisea y la tragedia de dos niñas australianas arrancadas a su madre, las que se fugaron y caminaron de sur a norte dos mil kilómetros, siguiendo la famosa cerca a prueba de conejos, de tal manera que atravesaron a lo ancho todo el territorio continental casi en línea recta, hasta alcanzar el reencuentro con su madre. Se trata de un relato de una antropóloga, nieta de una de las protagonistas de esos hechos, ocurridos en 1930.

El admirado Canadá, todavía súbdito de su majestad británica y miembro de la Commonwealth o Comunidad Británica de Naciones, siguió la misma política que los australianos anglosajones, con el involucramiento de los francocanadienses católicos en contra de los pueblos originarios amerindios e inuits o esquimales, quienes sufrieron no sólo el despojo de sus hijos con la complicidad y participación activas de la Iglesia Católica en esos actos criminales: se han encontrado cientos de cadáveres en los orfanatorios o presuntas escuelas, lo que ha provocado la indignación y la justa protesta de los pueblos originarios.

Tal y como lo denunció Pierre Beaucage de la Universidad de Montreal: “En mayo de 2021, el descubrimiento de un cementerio clandestino, con cientos de tumbas anónimas, en los terrenos de un antiguo internado indígena en Columbia Británica, fue un choque para la opinión pública canadiense. Hubo que reexaminar unas páginas negras de la historia del país: entre 1880 y 1996, unos 150 mil niños indígenas fueron sacados de sus familias y comunidades y colocados en internados bajo la autoridad de la Iglesia católica (70%) o de Iglesias protestantes (30%). El objetivo explícito era borrar toda huella de sus idiomas y de sus culturas para que se asimilaran a la cultura canadiense. Esta política tuvo resultados desastrosos tanto a nivel psicosocial como físico. Miles murieron de mala alimentación y por falta de atención médica adecuada. Además, un gran número fueron víctimas de sacerdotes pedófilos. El silencio sobre este drama fue roto por la Comisión Real sobre los Pueblos Indígenas (CRPA) cuyas audiencias duraron de 1991 hasta 1996. El gobierno federal canadiense fue condenado por los tribunales a pagar importantes indemnizaciones, que nunca compensarán por los daños causados a generaciones de niños y a los pueblos indígenas de Canadá. Estos daños caben dentro de la definición de genocidio adoptada por la ONU.”

En el caso de Nueva Zelanda, si bien los anglosajones fracasaron en el intento de aniquilar a los maoríes descendientes de los polinesios, los que habitaron esas islas durante muchos siglos, a pesar de sus reiterados intentos iniciales y la persistente aculturación que no ha cesado nunca, causando el aniquilamiento de la mayor parte de las tradiciones de este pueblo.

Estos mismos anglosajones que formaron parte de esos pueblos trasplantados, en los casos de Australia y del Canadá, de los que nos hablaba Darcy Ribeiro en su mencionada obra, fueron una excelente carne de cañón para los afanes imperiales de la Gran Bretaña durante la primera y la segunda guerra mundiales. Conviene recordar, al respecto, aquella película Gallipoli, una playa rocosa en la Turquía europea del entonces Imperio Otomano, en la que dejaron sus sueños y sus vidas muchos jóvenes australianos respondiendo al llamado guerrero de su majestad británica. En estos tiempos en que vemos a los gobernantes de la Casa Blanca de Washington impulsando guerras, limpiezas étnicas y toda clase de odios, siempre cercando a otros países con bases militares y armas de destrucción masiva, en cualquier latitud del planeta, conviene reflexionar sobre la patológica naturaleza belicista de estas gentes, la que nos tiene al borde la Tercera Guerra Mundial.

En medio de la escena surrealista, ¿dónde quedó la razón? Segunda parte

Segunda parte

Rogelio Cedeño Castro, sociólogo y escritor costarricense

No tenemos fundamento alguno para pensar que en nuestro (¿de verdad es nuestro?) mundo se haya instalado el reino de la razón, y mucho menos en estos inicios de la tercera década del siglo XXI, con independencia de que, a lo mejor el tan mencionado reino al parecer definitivo, sobre todo a conveniencia de determinados actores sociales interesados, no pasó de ser una entelequia o un mito más de esos que son tan propios del despliegue de la existencia de nuestra especie, el que en este caso ha venido siendo proclamado desde los tiempos de la filosofía de la Ilustración francesa y alemana del siglo XVIII, cuando el filósofo de Königsberg, Inmanuel Kant (1724-1804), proclamó la llegada a la madurez del ser humano y su emancipación, la que hoy aparece sumida en una profunda crisis (Gilberto Lopes, dixit) al no poder responder a los grandes desafíos de nuestro tiempo.

El sonido de las armas, las operaciones efectivas de combate, la destrucción y la muerte violenta, además de la sistemática y dosificada mentira, con su indisimulada limpieza étnica contra una población rusófona en el Dombass ucraniano, las que dan lugar a la censura y las acusaciones recíprocas que, en ciertos momentos, originan una especie de oscurecimiento de la razón, de la capacidad misma de razonar como especie e incluso siquiera como individuos. De manera interesada, digna del lenguaje orwelliano, tal como sucedió con algunos personajes en aquella Animal Farm (George Orwell REBELIÓN EN LA GRANJA 1944), donde de repente los cerdos “revolucionarios” descubrieron y decidieron que había unos animales más iguales que otros, se mantiene ahora un calculado silencio sobre aquellos conflictos armados en los que los muertos no arrojan réditos importantes a los interesados, a lo mejor ni siquiera son dignos de ser considerados como seres humanos: Es por eso que los muertos de Ucrania son más iguales que los de Yemen o Somalia, no importa si para muchas gentes que se apresuran a emitir juicios de valor sin fundamento, y en medio de un océano de ignorancia, acerca de estos hechos de los que no tenemos certidumbre, que por lo general tampoco saben donde están ubicadas geográficamente esas naciones o esas gentes que perecen o hacen morir a otros bajo el fuego “enemigo” o “amigo”, como también en tanto un resultado de la mentira sistemática, la que viene a ser una especie de segunda muerte de las víctimas ante la imposibilidad de establecer la extensión real única (Georges Gurvitch,dixit), dicho de otra manera lo que de verdad ocurrió o está ocurriendo, algo que ya sabemos nunca podrá ser alcanzado ni siquiera cuando concluyan las operaciones efectivas de combate.

Se pretende que aceptemos una sola versión acerca de la naturaleza de un conflicto bélico fabricado por los medios occidentales y hecho a la medida de los intereses de Washington y la Casa Blanca, cuyos consejeros militares y algunos think thank, cercanos a esos centros de poder, apostaron hace tiempo a que la construcción sólida de un edificio de la seguridad europea los haría perder influencia en esa parte del mundo. A medida que vemos la guerra económica contra Rusia, esa que pagaremos todos nosotros, la escena se va tornando cada vez más surrealista, dado que la emocionalidad y la propaganda occidental han ocupado el lugar, al parecer preponderante, que debió haberle correspondido a la razón, a la paz, y a un sentido cabal de humanidad solidaria.

En esta escena surrealista del nuevo siglo, donde los componentes de ella, en especial los individuos y algunos colectivos, dan lugar una combinación de disparatadas acciones, y supuestos que carecen de todo fundamento racional, el que además ni siquiera les interesa o les resulta irrelevante, tal como en aquella obra cinematográfica de Buñuel y Dalí, intitulada “L´Âge d`or” exhibida en una pequeña sala, el estudio 28 de París, en sólo cinco funciones, durante noviembre y diciembre de 1930, además de prohibida en la Francia de las libertades(no me hagan reír) a lo largo de cincuenta años, después de haber sido atacada la exhibición y los espectadores a golpes de garrote, por parte de grupos de choque nacionalistas y ultraconservadores de la derecha católica francesa, proclive al fascismo y formados por esas gentes misóginas y antijudías que dicen defender la familia y la tradición, como parte de esa tendencia que se manifestó, en toda su crudeza, durante el régimen de Vichy, que fue colaboracionista y cómplice con los crímenes y la ocupación nazifascista de Francia, por parte de la Alemania nazi, durante la Segunda Guerra Mundial. No había entonces lugar para la razón, esa tendencia se ha mantenido y sigue creciendo, buena parte de la prensa francesa de entonces se unió al coro reaccionario, y a las demandas de censura o prohibición hacia las expresiones estéticas del naciente surrealismo, el que por muy diversas razones mantiene su vigencia.

Los autores del guión del intrincado y desafiante film “L`Age d`or”, cuando el cine sonoro empezaba a desplazar al mudo, son descritos por René Micha en los siguientes términos: “Il se trouve de surcroît que le filme est l`oeuvre de deux hommes qui ne se rencontrent que par miracle. Le seul réel qu `il acceptent en commun c`est le réel absolu, la poésie. Mais Dali ne songe qu`a «systématiser la confusion » et à contribuer au discrédit total du monde de la réalité», tandis que Buñuel fait profession de réalisme…;il ajoutera toutefois que le surréalisme lui a fait voir autrement la réalité…·( HOMMAGE À ANDRÉ BRETON La nouvelle Revue Française Nº 72 1er avril 1967).

Esa expresión estética y apasionada que busca percibir la realidad a través del amor y la poesía, más allá de la hipócrita institucionalidad burguesa, eclesial y militar se torna escandalosa y demasiado rebelde, incluso entre quienes la enfrentan desde el campo marxista de la llamada lucha de clases, en el que algunos de sus representantes se ha apresurado a condenar a uno de los bandos en esta nueva guerra, fabricada para el beneficio de los especuladores financieros y los fabricantes de armas, esos que ya están obteniendo cuantiosas ganancias, en medio de las cada vez más difusas fronteras entre lo real y lo irreal.