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Etiqueta: literatura

Cuando la migración es cosa “fashion”

Por Memo Acuña
Sociólogo y escritor costarricense

No leyó mal este título. Le parecerá que el autor de esta columna entró irremediablemente en el escenario de la frugalidad, la distopía, la pos verdad. No. Nunca. Espero nunca caer en ese atolondramiento del sentido que coloca, una vez lo repito, la forma por el fondo.

Cuando escuché esto que les voy a contar por primera vez, creí haber entendido otra cosa: por ejemplo, que era una acción humanitaria para recaudar fondos en favor de las personas que se movilizan a nivel global.

No. No escuché eso.

Por el contrario, la persona que comentaba a un grupo que asistimos a un interesante curso sobre migración y literatura remarcó sus palabras: se trata de un “desfile de alta costura que convierte la migración en espectáculo”.

Llamada paradójicamente “Nuda vida” (ese concepto acuñado por Giorgio Agamben para hacer referencia a la vida en su estado más primitivo, más simple) la muestra trabaja recreando prendas que son utilizadas por migrantes que cruzan de forma riesgosa esa región fronteriza ubicada en la frontera entre Colombia y Panamá denominada Tapón del Darién.

Si. No leyó mal.

Es una actividad organizada por el diseñador colombiano Ricardo Pava para estrenarse hace unos días en el Bogotá Fashion Week. En ella se presentarían diseños “inspirados” (no encontré otra palabra menos elegante para referirme a esto) en el dolor de los que caminan.

Nos compartieron un artículo que puede ser revisado en el sitio “La liga contra el silencio” escrito con rabia por su director Alejandro Gómez Dugand. En ese escrito denominado “Fashion Victims: migrantes convertidos en moda de Ricardo Pava”, el autor comparte algunos ejemplos de ciertas prendas incluidas en la muestra.

Leerlas produce una cierta sensación de asco por eso en que nos hemos convertido como especie. Por eso, sigo insistiendo, la forma nos está convirtiendo en esa generación que acabará con todos los sentidos de inteligencia que nos quedaban como especie humana.

Por allí aparece “el terra” (una mujer y un niño embarrados) el “azul necoclí y tantas otras irracionalidades incluidas en esta “muestra de prendas únicas” al decir de su creador.

En una época en la que coexistimos con el imperio del odio, la xenofobia y el racismo, esta irracionalidad vestida de moda nos deja atónitos.

Y sí.

No dejo de pensar que es un acto de barbarie del pensamiento. Por ello coincido con el autor del artículo cuando dice:

Porque en medio del delirio en el que creemos que la pop-política es política, nos metemos en la locura de pensar que un evento organizado en el MET para las élites y desde las élites tiene algún tipo de relevancia social para quienes realmente están jodidxs. Y creemos que apoyar por medio de imágenes creadas con inteligencia artificial a una cadena que vende pollos fritos y comida chatarra es activismo”.

Es cierto. Ese mundo de la ficción que temimos alguna vez, está aquí. Y pareciera que para algunos, para muchos, la vida ciertamente no tiene sentido, no vale nada.

“El Boom de la novela latinoamericana”, en el Teatro Nacional

El Ministerio de Cultura y Juventud, la Academia Costarricense de la Lengua y el Teatro Nacional organizan la actividad denominada “Miércoles de literatura, poesía y diálogo”.

La actividad será desarrollada en el Teatro Nacional el 4 de junio a las 6:30 de la tarde. Además, contará con la participación del Dr. Arnoldo Mora Rodríguez. El espacio presenta el tema “El Boom de la novela latinoamericana”.

La actividad busca reconocer los aportes de la literatura y la poesía latinoamericana en el fomento de la cultura en la región.

Presentación de libros publicados por la Editorial Oraculi

Oraculi Editorial  y el Ministerio de Cultura y Juventud, por medio de la Benemérita Biblioteca Nacional, se complacen en invitarle a la presentación de los libros Las páginas habitadas de Carolina Gölcher, Los designios de mi mente de Andrés López, Relatos de fantasmas y ánimas en pena de José Luis López, La sociedad del sombrero, sin ti de J.C. Sanabria y A un milímetro de mi de Eduardo Castro.

La actividad será presencial el viernes 9 de mayo a las 4:00 p.m. en la Benemérita Biblioteca Nacional. También se transmitirá por el Facebook Biblioteca Nacional Costa Rica https://www.facebook.com/bibliotecanacional.mcj.cr/

Presentación de libro «¿Idiay? breve viaje por la historia y el habla tica»

La Editorial Perro Callejero y el Ministerio de Cultura y Juventud, por medio de la Benemérita Biblioteca Nacional, se complacen en invitarle a la presentación del libro ¿Idiay? breve viaje por la historia y el habla tica del escritor Rodrigo Soto.

La actividad será presencial el jueves 8 de mayo a las 9:00 a.m. en la Benemérita Biblioteca Nacional. También se transmitirá por el Facebook Biblioteca Nacional Costa Rica https://www.facebook.com/bibliotecanacional.mcj.cr/

Presentación de libro «Exento de poesía 116 dedazos de una vida»

La Embajada de Guatemala en Costa Rica y el Ministerio de Cultura y Juventud, por medio de la Benemérita Biblioteca Nacional, se complacen en invitarle a la presentación del libro Exento de poesía 116 dedazos de una vida del escritor guatemalteco Fran Lepe.

La actividad será presencial el miércoles 30 de abril a las 4:00 p.m. en la Benemérita Biblioteca Nacional. También se transmitirá por el Facebook Biblioteca Nacional Costa Rica https://www.facebook.com/bibliotecanacional.mcj.cr/

Obituario inoportuno

Jiddu Rojas Jiménez

Parece que ahora es signo de «status» intelectual, opinar públicamente sobre la reciente muerte del laureado escritor peruano Vargas Llosa.

Me han preguntado algunos contertulios, que qué pienso del Premio Nóbel de Literatura en el 2010, nacido en Arequipa, Perú.

Mi opinión, no es muy importante, salvo obviamente tal vez, para mi propia reputación. Y como la misma ya no tiene remedio, pues ahí les va… Además, como decía un finado compañero, no hay que dejar pasar a todas las provocaciones, hay algunas que hay que asumir y saber responder.

En primer lugar, diría que su extraordinario legado universal será su obra literaria. Mis respetos a su producción literaria. Punto. De esto acaso, se merece hablar más, y sin hacer apologías, ni obituarios innecesarios. Su monumental obra, no los necesita, y se justifica por sí misma. Esto tampoco debe frenar nunca los merecidos tributos académicos que su obra merece. Y el mejor homenaje es la crítica, claro, me refiero exclusivamente a su obra literaria.

Pero mejor no me pregunten mucho más, acerca del personaje, porque acaso moralmente, como un ciudadano latinoamericano más, pues estoy obligado a decir honestamente lo que pienso sobre otros temas vitales que lo definen.

Éste es el tema álgido en cuestión, y no su indiscutible calidad de escritor universal. ¿Quién se atreve a negar su genio literario? Y a pesar del natural duelo, les advierto que voy con matices, a decir lo pienso al respecto.

Este extraordinario novelista, –el mejor discípulo de Flaubert que modestamente yo haya leído (nunca de Víctor Hugo como él creía) –, en su vejez, ciertamente fue también un «intelectual orgánico», un militante activo, de la Extrema Derecha no Democrática: Keiko Fujimori hija del Dictador Fujimori, la Ayuso en Madrid, el pinochetista Kast en Chile, Bolsonaro en Brasil, la Dictadura Golpista de Perú, etcétera. Recordemos, además, que la Extrema Derecha latinoamericana, tiene un pasado reciente de sangre. Igual, la Derecha Posfranquista en España, su país adoptivo.

Les recuerdo que históricamente, nuestra Extrema Derecha latinoamericana orgánica, no es ni políticamente liberal, ni ilustrada, mucho menos «democrática»; es brutal, racista, golpista y cipaya. Y para mí es inaceptable para una persona políticamente culta, e ilustrada, pieza de nuestra Modernidad Cultural Inconclusa, en América Latina, militar con esa Necrofilia política.

Lo mismo podría decir uno de los panegíricos de Rosario Murillo. Pero hay una gran diferencia acá: No conozco a nadie que le gusten sus terribles poemas de veinte páginas, obligados a escucharse en los mítines políticos. Ni a Pol Pot traducidos, le gustarían, aunque lo amenacen con quedar incomunicado, en la cárcel de El Chipote.

En cambio, quién no puede disfrutar de algo tan deliciosamente cochambroso como «Pantaleón y las visitadoras» (1973), que mi Mamá cubana y conservadora, no me dejó comprar en aquella famosa Librería de la Avenida Central. La filmación de su versión cinematográfica fue censurada en el Perú en 1975.

¿Y cómo olvidar la exquisita incomodidad existencial del Suscrito, quién adolescente huérfano de Madre, vivía con su respetable y apacible Tía y Madrina, al leer luego «La tía Julia y el escribidor» (1977)? Mundo cruel: ¿Por qué putas no tendríamos todos una Tía Julia de verdad? (Ahí entendí mejor a Freud y el Edipo, apenas visto en la clase de Psicología de mi colegio.)

¿Cuál latinoamericano de anteriores generaciones con cultura política mínima (qué terminó siendo un extraño privilegio en esta sociedad), no conoce o atestiguó incluso, situaciones parecidas a las del personaje «Varguitas» y a las de «Conversación en la Catedral» (1969)?

¿Quién no se estremeció con la originalidad de «La ciudad y los perros» o con el profundo conocimiento humano de la miseria tropical de «La casa verde» (1966)?

En resumen, ¿cómo se puede escribir «La fiesta del Chivo» (2000) y apoyar políticamente al ex torturador Bolsonaro o a la Fujimori en Perú? No lo sé. Un misterio sin resolver, que un gran novelista se llevará a la tumba.

Alguna vez traté de entrar y sentarme a escucharlo respetuosamente, en un auditorio repleto, en mi Alma Mater costarricense, como muchos de mis compañeros. Y sí perdón por el luto, pero estoy seguro de que Vargas Llosa celebró perversa y secretamente esa atrevida malacrianza ajena, como contestataria e ingeniosa; sí de mal gusto, y hasta vulgar, pero al mismo tiempo acaso sabia, en su delirante y juvenil ruptura iconoclasta.

Esa anécdota real, sencillamente fue inolvidable, como lo consignó y narró antes en esta Red, el poeta costarricense Alfredo Trejos, testigo privilegiado. La recuerdo como un acto político desesperado de un grupo juvenil anarquista, el cual majaba mis anteriores pasos políticos universitarios, y el cuál rompía con mi honesta evolución política. Es lo que menos deseaba el Suscrito. Pues así se evitaba un debate serio, tanto político como académico. Personalmente, opté por salirme del circo, e irme a repasar «La Tolerancia Represiva», de Herbert Marcuse. Recuerdo que otro compañero, ahora novelista, me llamó y me dio las quejas de la escena. Mentiría si no criticamos política y racionalmente esa acción, pero también mentiría si niego que nos arrancó por teléfono a ambos, una risa sardónica, en media efervescencia política de la lucha contra el Combo privatizador del ICE.

Me refiero por si acaso, a aquella manta, vulgar e irreverente de nuestro polémico amigo de entonces, Francis Lyons, y qué decía: «El chivo sos vos»…

Brutal, innecesaria, chabacana imagen, sí ya lo sé. Digna casi de los fanáticos del Gobierno Autoritario y Populista de turno, y sus insultos cotidianos. Con la importante diferencia, de que unos tienen el poder formal y material, y representan a un peligroso sector de la Lumpen-burguesía. Y otros, desde la Sociedad Civil y en el campo popular lo padecemos. Mientras nuestro Estado Social de Derecho y nuestra Democracia está en juego. Aun así, no podía dejar de recordar y mencionar esa irreverente anécdota. No me disculpo de las risas, y aclaro que siempre defendimos nuestras posiciones juveniles con respeto. Nunca hubiera sostenido o colgado una consigna que insultara a un Escritor admirado.

De vez en cuando hasta lo soez, me saca una lágrima de ironía y una sonrisa nostálgica. Vargas Llosa mismo pidió tolerancia para con los manifestantes universitarios. Eso debe de recordarse también.

Curándome en salud, y aunque uno ya conozca la correcta y académica distinción, entre texto y autor, e incluso entre el autor y la persona física, o entre el mundo libre y onírico de la Literatura, y la brutalidad cotidiana; e incluso entre la violencia estructural económica y política, y la Literatura y las artes; pues inevitablemente uno se preguntará, por alguna intersección humana.

Esto en el fondo no es más que la esperanza ontológica, –de la cual participo–, y cuyo horizonte utópico liberador, trata de buscar una común empatía humana. Algo así como, una supuesta Hermenéutica básica humanista, que fundamente nuestra necesidad de justicia y amor al prójimo. ¿Será mucho desear o postular?

Pero a veces, uno sólo no encuentra esta pretensión axiológica básica, donde la esperaba buscar y encontrar. Y nos damos cuenta simplemente, de la profunda inhumanidad de lo humano. O sencillamente, de lo iluso o «ideológico» (en el sentido crítico de falsa representación social), de nuestras creencias éticas y políticas, más íntimas.

Desde la llamada Escuela de Frankfurt nos habían advertido acerca de la «Razón Sustancial» («Vernunft» en Kant), derrotada por una especie de mera «Racionalidad Instrumental» («Verstand») del Mercado Total (Franz Hinkelammert). En fin, «el sueño de la razón produce monstruos», pintó Goya.

Genio y figura, el personaje Vargas Llosa junto a sus grandes contradicciones, descanse muy en Paz. Su obra literaria sobrevivirá universal.

Presentación de libro «Animal difícil/Difficult Animal»

El Ministerio de Cultura y Juventud, por medio de la Benemérita Biblioteca Nacional y World Graphics, se complacen en invitarle a la presentación del libro Animal difícil/Difficult Animal poemas de Víctor Hugo Fernández con transversiones al inglés de Michel Pharand. Participan en la actividad Álvaro Mata Guille, Guillermo Fernández y Víctor Hugo Fernández.

La actividad será presencial el lunes 31 de marzo a las 4:00 p.m. en la Benemérita Biblioteca Nacional. También se transmitirá por el Facebook Biblioteca Nacional Costa Rica https://www.facebook.com/bibliotecanacional.mcj.cr/

Te veré en primavera…

Caryl Alonso Jiménez

El 20 de marzo de 2025 a las 09.01 GTM, llegó el equinoccio de primavera…

Caryl Alonso Jiménez

Eran posiblemente las 23 horas en Atenas, el frio es intenso en invierno… como todos los meses de enero cuando la llegada de la primavera resulta ser la puerta hacia las temporadas estivales.

Sam venia de un pueblito cercano en Londres. Era el infatigable profesor universitario que había repasado todos los libros de historia política, pero siempre mantuvo el interés de un año sabático en Atenas para estudiar el mundo helénico, del que estaba convencido que era allí donde el renacimiento y pensamiento político tenían una rara combinación de ética y estética.

Había llegado en el programa de estudios de investigación de Inglaterra, solo había durado siete meses y era su última noche en Atenas. Aquello le parecía la liberación de una historia agotadora, volvía a un reencuentro de preservación de valores familiares al que se había atado en matrimonio de joven…

Nada, pero nada hubiera alterado la noche. Era esa curiosa sensación de orfandad que se sienten las últimas horas antes de terminar un viaje… fue en el barrio de Plaka, un encuentro inesperado. Y más, porque tiene el encanto inventado por pequeños bares nocturnos que hacen de la nostalgia, una excusa para evadir el peso de los años.

Son esas pequeñas tabernas nocturnas donde el jazz resulta ser aquella manera de guardar las consideraciones emocionales. Esa noche, por una de esas casualidades… aunque Sam sabía que no hay coincidencias… pero justo, escuchó una voz en tonalidades resueltas que cuestionaba la política y ponía en duda la democracia.

-¿Conoces la historia de Atenas?, le imprecó Sam desde la distancia. Aunque las noches de frio en Atenas son una invitación a la cercanía. Clara, en tono un tanto burlón alcanzó a decir que los ingleses son aquella sociedad que preserva historias de las que no cree.

Sin mediar un encuentro predispuesto y sin mayor ambage de intenciones ocultas, se acercó y dijo sin el protocolo social. -Clarita, ¿y tú? – Sam. Le dijo, también sin perder de vista que era una rubia con rara tez oscura, y una sonrisa resuelta que refrendaba cordialidad. El acento era de un inglés impecable del norte de Estados Unidos.

Pocas veces tenía la disposición de discutir temas académicos y docentes en salones ni tabernas. Pero esa noche no tenía ninguna duda que el tiempo y las ocurrencias del clima siempre tienen una razón para detenerse… y más, porque estaba despidiéndose y una noche perdida a la luz del jazz, que le parecía una buena conversación, tal vez sin las razones para emociones que acontecen en encuentros inesperados.

Hacía muchos años, demasiados de repente, entendía que debía salir de Londres ya no para encontrar verdades políticas, sino para encontrar su propia verdad sobre aquello que siempre había abrigado… entre pasiones no entendidas y libertades contradictorias, en las que una noche, hacen del libre pensamiento un acto esclavo del invierno.

Nunca lo pudo entender, pero esa noche entre coincidencias literarias y narrativas que tienen esos raros sentidos de proximidad, en los que no se trata de pasiones que se apagan en noches fugaces…. No. No era eso. Era justamente aquella razón que termina invadiendo espacios que Freud llama id, que tienen que ver con instintos inconscientes, y del que algunas veces no somos más que prisioneros…

No sabía de esas liviandades que tienen los encuentros furtivos… Clara tampoco. Era de esas mujeres resueltas que se asientan en la profesión, de aquellas libertades que solo se entienden por eso que llamamos plenitud…. Pero también sabía que no era eso. En su pueblo natal sus padres conservadores terminaron por llevarla al matrimonio con esos raros personajes de pueblo que parecieran curiosas antigüedades…

Nunca lo entendió, porque es un raro y extraño acontecimiento, que por lo pequeño resultaba ser el motivo de la noche. Coincidieron que la cigarra periódica que vive oculta por diecisiete años y abre su capullo para salir y cantar una sola noche…. Sentía que algo parecido estaba pasando…. Nunca imaginó que la entomología resultaría ser el motivo más trascendente para despedir una visita de siete meses a Atenas. Su vuelo salía a las siete de la mañana y no quedaba más tiempo que una despedida, como resultan ser aquellas circunstancias que tienen más sentido a un café nocturno… intenso, pero finalmente fugaz.

No sabía exactamente que debía ocurrir, el descubrimiento de esa noche abría una nueva manera de ver el futuro y no podía entenderlo sin Clara. Pero Clara tampoco podía entenderlo sin Sam. Por esas razones que tampoco pueden explicarse. Sam lo tenía más cristalino, había alcanzado el descubrimiento de su tiempo y se resumía en Clara.

No sé qué pasará mañana en Londres, y tampoco contigo, pero quiero verte, y te prometo que estaré aquí, para encontrarnos el primer día de la primavera….

(El relato lo escuché una mañana de otoño a principios de siglo. Clara y Sam son profesores universitarios, viven juntos hace 34 años. Los nombres y lugares fueron cambiados)

Poesía que salva

Por Memo Acuña
Sociólogo y escritor costarricense

En los intermedios de los primeros espectáculos que se presentaban en el Teatro Nacional, el público pasaba a compartir al imponente Foyer, construido a partir de influencias italianas y francesas.

Es una estancia hermosa, decorada con más de 215 piezas de arte de las más diversas expresiones y corrientes estéticas, edificada junto con el imponente Teatro Nacional construido hace 127 años.

Luego de un primer proceso de restauración, la “sala de estar” abrió sus puertas al público y lo hizo de la mejor manera posible.

De la mano y voz de Palabra y Punto, movimiento cultural liderado por las poetas y gestoras culturales costarricenses Rebeca Bolaños y Paola Valverde, se iniciaron una serie de eventos que serán programados a lo largo de 2025, en los que la poesía será la protagonista.

El primero de ellos, desarrollado el miércoles 26 de febrero y denominado “Poesía por siempre”, tuvo dos mesas de lujo en las que precisamente la palabra se entrampó con la historia del lugar, subió por sus amplias y lujosas paredes y se desparramó a través del mármol y los frescos que adornan este lujoso espacio.

La primera mesa fue de altos vuelos: el maestro Alfonso Chase, la joven Lex Valvesco, la siempre potente y honesta Luissiana Naranjo y esa voz infaltable de la poesía contemporánea costarricense que significa Alfredo Trejos.

La segunda mesa no podría haber estado mejor. Osvaldo Sauma, precursor de varias generaciones de poetas, en cuenta quien escribe esta columna; la madre selva cautivante y maravillosa Guadalupe Urbina y el portento y claridad en la poesía de Diego Mora.

Ambas mesas de lectura le hicieron honor al lema con que Paola Valverde presentó durante la noche el espectáculo: la poesía salva a la poesía. Y ese día escogió el lugar correcto para hacerlo.

Porque sí.

También se lee poesía en los parques, escuelas, museos, autobuses, bares, universidades, centros penales. Ahí la poesía cumple su afán democratizador.

Pero el hecho que esta vez haya ocurrido en un lugar con memoria, histórico y contundente, le devuelve un poco de dignidad que las redes sociales y las envidias injustificadas le venían arrebatando. La poesía costarricense, hoy más que nunca, goza de buena salud.

Marzo será la siguiente estación para que la palabra vuelva a perpetuarse en ese hermoso sitio de la cultura. Y lo hará con voz de mujer.

Desde ya programe en su agenda el 12 de marzo a las 6:00 pm (una hora adecuada y conveniente) y déjese tocar por la poesía de Leda García, Shirley Campbell, Julieta Dobles, Lucía Alfaro, Nidia Marina González, Laura Contreras y Arabella Salaverry.

En tiempos de duros y furibundos ataques al arte y la cultura, defender y adecentar la literatura de la forma en que lo hacen Rebeca y Paola merecen el reconocimiento y el apoyo incondicional.

¡Nos vemos pronto en el Foyer!