Etiqueta: lucha social
Las mujeres del 8 de marzo. Historia de una lucha continua
Escrito en . Publicado en Análisis, Aportes para el desarrollo.

Vladimir de la Cruz de Lemos
El 8 de marzo se celebraba antes de 1975 como el Día Internacional de la Mujer Trabajadora. Era un día de convocatoria política de las mujeres trabajadoras movilizadas en lucha por la defensa y ampliación de sus derechos laborales y también políticos. En esa tarea, los partidos revolucionarios de todo tipo, especialmente socialistas, comunistas y organizaciones anarquistas, eran los que abanderaban estas luchas y la movilización de esta celebración.
Desde 1975, bajo el amparo de la Organización de las Naciones Unidas, por la presencia entonces de los países socialistas donde se conmemoraba este día, se aprobó celebrar el 8 de marzo como una fecha internacional. Su celebración actual es para reivindicar, defender y ampliar los derechos de las mujeres en todas partes del mundo, al menos de los países integrantes de la ONU, que además irían firmando, en lo sucesivo las Declaraciones y Convenios internacionales relacionados con las mujeres en particular.
Este día, 8 de marzo, se asocia originalmente a las luchas, a partir del siglo XIX, de los trabajadores en general y de las mujeres trabajadoras en particular. Sin embargo, se reconoce que en la Historia anterior hubo importantes mujeres que de distintas maneras defendieron sus derechos y se hicieron presentes en los escenarios políticos, sociales e intelectuales de las sociedades anteriores.
Así, por ejemplo, según nos cuenta la literatura, en la antigua Grecia, Lisístrata, como lo narra Aristófanes, convocó a una huelga sexual contra los hombres para poner fin a la guerra civil que vivían los atenienses, destacándose a la vez como un símbolo a favor de la paz. Proponía un juramento de las mujeres frente a sus hombres:
Lisístrata: Lampitó, todas las mujeres toquen esta copa, y repitan después de mí: no tendré ninguna relación con mi esposo o mi amante.
Cleónica: No tendré ninguna relación con mi esposo o mi amante.
Lisístrata: Aunque venga a mí en condiciones lamentables.
Cleónica: Aunque venga a mí en condiciones lamentables (¡Oh, Lisístrata, esto me está matando!).
Lisístrata: Permaneceré intocable en mi casa.
Cleónica: Permaneceré intocable en mi casa.
Lisístrata: Con mi más sutil seda azafranada.
Cleónica: Con mi más sutil seda azafranada.
Lisístrata: Y haré que me desee.
Cleónica: Y haré que me desee.
Lisístrata: No me entregaré.
Cleónica: No me entregaré.
Lisístrata: Y si él me obliga.
Cleónica: Y si él me obliga.
Lisístrata: Seré tan fría como el hielo y no le moveré.
Cleónica: Seré tan fría como el hielo y no le moveré […]
Lisístrata: ¿Todas han jurado?
Mirrina: Todas.
Otro ejemplo, el sacrificio de Ifigenia, cuando el esposo decide quitarle la vida porque la mujer no acepta la vida que lleva, o las reinas Amazonas, que nos recuerdan a las mujeres guerreras, como lo relata Heródoto, o Aspasia, la mujer más famosa, inspiradora de la política de Atenas, en tiempos de Pericles; o Safo, de la Isla de Lesbos, como bien nos la recuerda el Dr. Juan Jaramillo, como la mujer bien admirada cuya conducta a nadie le importaba en su tiempo; o Sukaina, que desafió a Mahoma, su bisabuelo, demostrándole que en ninguna parte del Corán se le exigía a las mujeres cubrirse la cara con un velo; o Sherezade, la gran tejedora de la narrativa popular, la creadora del cuento oral.
Durante días de la Gran Revolución de 1789, de la Revolución francesa, las parisienses que pedían «libertad, igualdad y fraternidad» y marcharon hacia Versalles para exigir el sufragio femenino.
En 1791 Olympe de Gouges, que era el nombre literario o el seudónimo de Marie de Gouze, escritora, dramaturga, filósofa y política francesa, redacta la «Declaración de los derechos de la Mujer y la Ciudadana», del 5 de septiembre de 1791, en idénticos términos que la «Declaración de los derechos del Hombre y el Ciudadano», del 26 de agosto de 1789, donde reclama para las mujeres los mismos derechos que allí se habían establecido para los hombres, documento que planteaba la emancipación política y la equidad de la mujer, la igualdad entre el hombre y la mujer en la vida privada y en la vida pública, el derecho al voto y al trabajo público, el derecho a hablar en público de temas políticos, a acceder a puestos políticos, a poseer propiedades y el derecho a la educación.
A ella le debemos la expresión: «Si la mujer puede subir al cadalso, también se le debería reconocer el derecho de poder subir a la tribuna», Cabe decir que cayó sobre su nuca la guillotina bajo el período del terror revolucionario.
En Inglaterra, en ese mismo período, Mary Wollstonecraft, en 1790 y en 1792 publica Vindicación de los derechos del hombre, en 1790, y Vindicación de los derechos de la mujer, en 1792, levantando banderas republicanas y de igualdad de la mujer.
En la historia costarricense recordamos a la indígena Biriteca, cuyo valor le dio la seguridad a los caciques y guerreros indígenas, Coyoche, para que, con Pabru Presberi, mantuvieran la resistencia más grande a la invasión española, a principios del siglo XVIII.
Lo mismo, durante el período colonial en América Latina, en la lucha por la Independencia que se asocian nombres de mujeres como Ana de Tarna, María Gregoria, Juana Moreno, Micaela Bastidas Puyuqawa, Tomasa Tito Condemayta, Bartolina Sisa, Cecilia Tupac Amaru.
A partir de la Independencia, la construcción del Estado nación fue lograda, en parte, también por la participación de las mujeres, como fueron, entre otras, Juana de Azurduy, en Alto Perú, a la cual la historia refiere como la máxima heroína de la Independencia de América. Pero, en este orden, destaca el compromiso de Manuela Sáenz, a la lucha bolivariana, o de Pancha Carrasco, en la gesta nacional contra los filibusteros en Costa Rica y en Centroamérica.
El siglo XIX fue, también, el siglo del impacto de la Independencia de las colonias inglesas y de la Revolución norteamericana, de la Revolución francesa, de sus ideales, su republicanismo, sus valores de libertad, igualdad y fraternidad, de la Ilustración, el Iluminismo y el Enciclopedismo, de las revoluciones de Independencia en la América española, de las revoluciones europeas de 1820, 1830 y 1848; del industrialismo en Europa y Estados Unidos, particularmente, haciendo surgir la clase obrera, y con ella las luchas sociales por mejorar las condiciones de trabajo y de seguridad e higiene ocupacional, así como los seguros sociales a finales de ese siglo. Del mismo modo, fue el origen de las organizaciones laborales y sus luchas, las sociedades de socorros mutuos, de mutuo auxilio, ayudas mutuas, las Fraternelles, el cooperativismo, las sociedades de trabajadores, de artesanos y de obreros, las primeras asociaciones sindicales, la I y la II Internacional obreras; las luchas cartistas, ludistas y las propiamente sindicales. Es el siglo del surgimiento de la clase obrera organizada con sus partidos obreros, socialistas, socialdemócratas, anarquistas, con referencia al Manifiesto Comunista, de 1848, los revolucionarios de distintos tipos o denominaciones, junto a los partidos liberales, y al final del siglo de los movimientos socialcristianos al calor de la Encíclica Rerum Novarum.
Un siglo de grandes luchas, entre ellas, las luchas por la rebaja de la jornada de trabajo a 8 horas, lo que se logra entre 1886 y 1890, de manera más generalizada, gracias a las grandes jornadas de lucha del movimiento obrero de los Estados Unidos, en Chicago, y de las luchas obreras en Europa.
Fue también el tiempo del inicio de las luchas políticas y electorales donde las mujeres se movilizan para que se les reconozcan sus derechos políticos, a la par de las reivindicaciones obreras y laborales.
Así, el origen del Día de la Mujer se remonta a los movimientos y luchas obreras del siglo XIX y principios del XX, principalmente en Estados Unidos y Europa.
En el contexto de industrialización temprana de las fábricas, de los trabajadores, que incluían mujeres y niños, sin grandes distinciones con el trabajo de los hombres, se celebraron sucesivas manifestaciones para exigir mejores condiciones de trabajo y salarios, jornadas laborales más cortas y la prohibición del trabajo infantil.
A las pocas semanas de la publicación del Manifiesto Comunista, en los días del 19 al 20 de julio, de 1848, nace el movimiento sufragista en la primera Convención Feminista sobre los Derechos de la Mujer, llamada Convención de Seneca Falls, que produjo el documento conocido como «Manifiesto de Seneca Falls», que se considera la primera convención por los derechos de la mujer, que se celebró en los Estados Unidos, donde participaron 300 activistas por los derechos de la mujer, cuya declaración final fue firmada por más de 100 mujeres. En 1848, las norteamericanas Elizabeth Cady Stanton y Lucretia Mott protestaron contra el impedimento que tenían de hablar en público, y en una convención que trataba la abolición de la esclavitud, acto que se asocia al origen del movimiento feminista de los Estados Unidos.
En marzo de 1857, una ola de huelgas masivas recorrió el Estado de Nueva York, en Estados Unidos. La industria textil se nutría de la explotación esclavista de la población afrodescendiente en los campos algodoneros del Sur, y explotaba a les trabajadores del Norte con jornadas de más de 10 horas diarias.
El 8 de marzo, de 1857, las obreras de New York fueron brutalmente reprimidas, al luchar por mejores condiciones de trabajo, aumento de salarios y rebaja de la jornada de trabajo a 10 horas diarias.
Fue una lucha política para poder influir en la determinación y en la decisión del gobierno de fijar salarios, jornadas y condiciones de trabajo.
En esos mismos días, en 1858, Emmeline Pankhurst, activista política británica y líder del movimiento sufragista, levantó banderas de participación política. Manifestó. «No queremos quebrantar las leyes, queremos redactarlas y refrendarlas».
La situación de las mujeres trabajadoras se agravaba. Se agitaban sus condiciones de vida y de trabajo. A las luchas obreras y las grandes jornadas de las 8 horas de Chicago, de 1886 y 1890, siguieron las luchas obreras y las luchas políticas de las mujeres.
En 1893, en Nueva Zelanda, se autoriza el derecho al voto de las mujeres, y el 28 de noviembre de 1893, Elizabeth Yates se convierte en la primera alcaldesa en el mundo, electa popularmente.
En Inglaterra, igualmente, aparecen las suffragettes, que eran las activistas por los derechos civiles, lideradas por Emmeline Pankhurst, que van a llevar el feminismo, en Inglaterra y Estados Unidos, al terreno del activismo por la igualdad de derechos frente al Estado.
Las luchas del momento, la discusión que giraba en torno a la eliminación de la esclavitud, va a influir en el futuro del movimiento feminista, estableciéndose una correlación entre la lucha por la abolición y la lucha por los derechos de la mujer: muchas de las líderes de esta segunda corriente son esposas de líderes abolicionistas.
Lograda la abolición se producen contactos estrechos entre las feministas y las mujeres negras, en las que destaca Sojourner Truth. Con la abolición de la esclavitud no se igualó la raza, el género, por lo que las luchas feministas electorales siguieron su propio camino.
La lucha desarrollada por las mujeres trabajadoras, en Europa y Estados Unidos, por obtener mejores condiciones de trabajo, era impulsada bajo las banderas de los partidos socialistas y comunistas ya existentes.
En 1900, las mujeres alemanas hicieron una serie de peticiones al Reichstag para exigir el acceso a la universidad y a la posibilidad de presentarse a oposiciones.
En 1903, surgió la Liga Sindical Femenina, una organización de trabajadoras asalariadas estructurada por mujeres socialistas, sufragistas y profesionales liberales norteamericanas. El último domingo de febrero, de 1908, las mujeres de esta Liga Sindical celebraron una manifestación denominada «Día de la Mujer», reivindicando el derecho al voto y mejores condiciones laborales. El acto se repitió al año siguiente en Manhattan donde se reunieron 2000 personas.
En 1907, en Austria, los landstag deciden establecer el voto general y obligatorio.
El 8 de marzo de 1908, 146 mujeres trabajadoras de la fábrica Cotton, de Nueva York, protestaban por los bajos salarios y las malas condiciones laborales, manteniéndose en la fábrica hasta que se lograran sus peticiones. El dueño no aceptó estas protestas laborales, cerró las puertas de la fábrica y le prendió fuego a las instalaciones con las mujeres en su interior, quemándose todas ellas.
A finales de marzo, el 25 de marzo de 1911, en Estados Unidos se produjo incendio que asoló la fábrica Triangle Blouse Company, en Nueva York, en él murieron casi 150 mujeres, muchas de ellas inmigrantes, lo que tuvo una gran resonancia mundial en las legislaciones obreras, y en los propios Estados Unidos. El día del incendio, algunas puertas de la fábrica, que ocupaba los tres pisos superiores de un edificio de diez plantas, estaban cerradas para impedir que los trabajadores salieran a la huelga. Murieron 146 personas de las cuales 125 eran mujeres y 21, hombres. Se dijo que el humo que expedía el edificio en llamas era de color morado por los tejidos que se usaban en la fábrica textil, motivo por el cual el color morado se usa, en las marchas del 8 de marzo, como símbolo que recuerda a estas mujeres y su lucha.
Las líderes del Partido Socialista de los Estados Unidos, antecedente del Partido Comunista de ese país, que se funda en 1919, como Corinne Brown y Gertrude Breslau-Hunt, organizan actos de solidaridad y en conmemoración de las luchas de las trabajadoras textileras de Chicago, que en 1908 exigían la reducción de la jornada de trabajo, mejores salarios y mejores condiciones de trabajo, junto con la reivindicación del sufragio.
Entre noviembre de 1909 y febrero de 1910 se produjo la huelga de las camiseras conocida como el Levantamiento de las 20,000. La huelga fue dirigida por Clara Lemlich y apoyada por la Liga Nacional de Sindicatos de Mujeres Estados Unidos. Su lucha fue por reducir la jornada laboral, obtener mejores salarios y lograr derechos políticos, como el voto.
Una declaración del Partido Socialista de los Estados Unidos de América, del día 28 de febrero, originó el primer Día Nacional de la Mujer, tradición que se siguió celebrando el último domingo de febrero, hasta el año 1913. El Comité Nacional de la Mujer de EE. UU. fue el que recomendó establecer el último domingo de febrero a favor del sufragio femenino.
En 1910, en Copenhague, Dinamarca, se reunió la II Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas, que era la organización que representaba a las mujeres de los partidos socialistas, de los partidos obreros socialistas, de los partidos obreros socialdemócratas y de los partidos laboristas, y de una variedad de organizaciones de mujeres, que pertenecían o estaban vinculadas a la II Internacional Socialista, originalmente fundada por Carlos Marx, en 1864, conocida como la I Internacional, que luego evolucionó a la II Internacional, en la década de 1870, que duró hasta el inicio de la Primera Guerra Mundial, que la desintegró por las divisiones causadas en torno al papel que debían tener los trabajadores frente a la Guerra Mundial.
Las luchas principales de esta organización internacional de mujeres giraban alrededor de la igualdad de género y de los derechos de las mujeres. La dirigente comunista Clara Zetkin dirigía esta asociación internacional, desde 1907, cuando se había constituido su Primera Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas.
En esta II Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas se realiza la Proclamación del Día Internacional de la Mujer, en Copenhague. Con esta proclamación se reiteró la demanda del sufragio universal y se proclamó el 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer Trabajadora.
En esta reunión, de Copenhague, Clara Zetkin y Kathy Duncker, dirigentes del Partido Socialista alemán, propusieron que se celebrara un Día Internacional de la Mujer Trabajadora, lo que se hizo en solidaridad con la lucha de las trabajadoras de Estados Unidos. En este Congreso se destacaron otras mujeres socialistas y comunistas, Rosa Luxemburgo, Aleksandra Kolontái, Nadezhda Krúpskaya, la esposa de Vladimir Lenin, e Inessa Armand.
La propuesta fue aprobada unánimemente por la conferencia con más de 100 mujeres procedentes de 17 países. Esta Conferencia Internacional de Mujeres, existe hoy como una Organización No Gubernamental, que reúne 150 asociaciones de mujeres de todo el mundo y forma parte del Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas.
La propuesta recuperaba la lucha de las mujeres estadounidenses e iniciaba la lucha feminista y socialista, que tendría como bandera los derechos laborales y políticos de las mujeres.
Como Día Internacional se empezó a celebrar en 1911, un 19 de marzo ese año en Alemania, Austria, Dinamarca y Suiza, con mítines a los que asistieron más de 1 millón de mujeres y hombres. Además del derecho de voto y de ocupar cargos públicos, exigieron el derecho al trabajo, a la formación profesional y a la no discriminación laboral.
En 1913-1914, en el marco de los movimientos pro de la paz, que surgieron en vísperas de la Primera Guerra Mundial, las mujeres rusas celebraron su primer Día Internacional de la Mujer el último domingo de febrero de 1913, de conformidad a calendario juliano que todavía tenían. En el resto de Europa, las mujeres celebraron mítines en torno al 8 de marzo del año siguiente para protestar por la guerra o para solidarizarse con las demás mujeres.
En la Rusia pre revolucionaria lo empezaron a celebrar en 1913, el último domingo de febrero, y a partir de 1914, en Rusia, Alemania y Suecia se unificó la celebración al 8 de marzo, como Día Internacional de la Mujer Trabajadora, también para protestar contra la guerra, a la que estaban siendo arrastrados los países europeos.
En Rusia, en el año revolucionario de 1917, aprovechando las luchas obreras de inicio de año, y del proceso democrático revolucionario de febrero de 1917, se celebró el 8 de marzo.
Con el triunfo de la Revolución Socialista de octubre de 1917, Lenin le asignó un importante reconocimiento al papel de la mujer en la lucha política, y en la lucha por el socialismo.
En 1917, ante los 2 millones de soldados rusos muertos en la guerra, las mujeres rusas escogieron de nuevo el último domingo de febrero para declararse en huelga en demanda de «pan y paz», parte de las tres principales consignas revolucionarias que agitaba Lenin en esos días. La tercera consigna era «tierra», las cuales se llevaron a la ejecución con los tres primeros decretos de la Revolución Rusa de octubre, en 1917. Unas 90,000 trabajadoras se manifestaron contra las malas condiciones de trabajo, el hambre, la participación rusa en la Primera Guerra Mundial.
Los dirigentes políticos criticaron la oportunidad de la huelga, pero las mujeres la hicieron de todos modos. A los cuatro días de la huelga, el zar se vio obligado a abdicar y el gobierno provisional concedió a las mujeres el derecho de voto. Esta lucha de las mujeres rusas fue considerada como uno de los primeros momentos de la Revolución bolchevique.
Con la Revolución, las mujeres conquistaron en Rusia derechos que los estados capitalistas negaban a sus compañeras. El sufragio y el derecho para participar en política, el aborto legal libre y gratuito, el derecho al divorcio y al reconocimiento de los niños nacidos fuera del matrimonio, la despenalización de la homosexualidad.
El 23 de septiembre de 1919 Lenin hizo un importante discurso donde trazó «Las tareas del movimiento obrero femenino en la República Soviética». Allí señaló que «todavía la situación de la mujer sigue siendo penosa debido a sus tareas domésticas. Para lograr la total emancipación de la mujer y su igualdad real y efectiva con el hombre, es necesario que la economía nacional sea socializada y que la mujer participe en el trabajo general de producción. Entonces sí la mujer ocupará el mismo lugar que el hombre». Claro está, señalaba Lenin:
Aquí no hablamos de igualar a la mujer con el hombre en lo que se refiere a la productividad del trabajo, la cantidad de trabajo, la duración de la jornada, las condiciones de trabajo, etc.; sostenemos que la mujer no debe, a diferencia del hombre, ser oprimida a causa de su posición en el hogar. Todas ustedes saben que incluso cuando las mujeres gozan de plenos derechos, en la práctica siguen esclavizadas, porque todas las tareas domésticas pesan sobre ellas. En la mayoría de los casos las tareas domésticas son el trabajo más improductivo, más embrutecedor y arduo que pueda hacer una mujer. Es un trabajo extraordinariamente mezquino y no incluye nada que de algún modo pueda contribuir al desarrollo de la mujer.
En la búsqueda del ideal socialista, luchamos por la realización total del socialismo, y en este camino se abre un amplio campo de acción para la mujer. Nos disponemos ahora a emprender concretamente la tarea de desbrozar el terreno para la construcción del socialismo, y la edificación de la sociedad socialista solo comienza allí donde, después de haber logrado la igualdad completa de la mujer, abordamos las nuevas labores junto a ella, libre y de esas faenas mezquinas, embrutecedoras e improductivas. Y estas labores nos ocuparán durante muchos, muchísimos años.
Decimos que la emancipación de los obreros debe ser lograda por los obreros mismos, y ocurre otro tanto con la emancipación de las mujeres trabajadoras: debe ser fruto de su propio esfuerzo. Las trabajadoras deben preocuparse de desarrollar las instituciones a que nos referimos, y esta actividad de la mujer conducirá a hacer cambiar radicalmente la situación que ocupaba en la sociedad capitalista.
Para poder intervenir en política, en el viejo régimen, capitalista, se requería una preparación especial, de modo que el papel de las mujeres en la vida política era insignificante incluso en los países capitalistas más avanzados y libres. Nuestra tarea es lograr que la política sea accesible a toda mujer trabajadora.
En 1921, Lenin, de nuevo abordó el tema de las mujeres el 8 de marzo, en la celebración de esta fecha. Enfatizó en que «bajo el capitalismo, la mitad femenina del género humano esta doblemente oprimida. La obrera y la campesina son oprimidas por el capital y, además, incluso en las repúblicas burguesas más democráticas no tienen plenitud de derechos, ya que la ley les niega la igualdad con el hombre. Esto, en primer lugar, y, en segundo lugar —lo que es más importante—, permanecen en la «esclavitud casera», son «esclavas del hogar», viven agobiadas por la labor más mezquina, más ingrata, más dura y embrutecedora: la de la cocina y, en general, la de la economía doméstica familiar individual». A propósito de la jornada de trabajo 4-3 que se quiere imponer, estas reflexiones de Lenin siguen cobrando gran actualidad.
La Revolución rusa, como parte de su lucha por la liberación y la igualdad de la mujer, estableció, por iniciativa de Alexandra Kollontai, que había sido nombrada Comisaria del Pueblo para la Asistencia Pública, el voto de la mujer, el divorcio y el aborto legal, y que se estableciera en Rusia el 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer. A partir de aquí se empezó a celebrar en distintos países, al impulso también de la III Internacional, organización que impulsó Lenin para desarrollar partidos comunistas y organizaciones sindicales.
En 1918, en Inglaterra, se regula el voto para mujeres mayores de 30 años y poseedoras de una casa. En 1928, la edad para votar se equipara a la de los hombres. Por su parte, en Estados Unidos, la Decimonovena Enmienda de 1920 otorga derecho al voto en todos los estados del país.
Junto al derecho al voto, la lucha feminista tuvo como objetivo los derechos educativos.
Desde 1922 hasta 1975 se institucionalizó el Día Internacional de la Mujer en el contexto de las luchas socialistas y comunistas en todo el mundo. A partir de 1975, con apoyo de la ONU se celebra en todo el mundo. En 1922 en China se celebra este día. En 1924, el 10 de mayo, Ecuador estableció el sufragio femenino.
En España, en 1936 impulsado bajo el período de la II República, por la dirigente comunista Pasionaria, Dolores Ibarruri, se empezó a celebrar el 8 de marzo. En Costa Rica el Partido Comunista, fundado en 1931, se inició la celebración de esta fecha.
Con la Constitución de las Naciones Unidas se abrió un escenario para atender a nivel internacional la situación de las mujeres. Desde el 24 de octubre de 1945 las Naciones Unidas han consagrado el desarrollo y promoción de «las libertades fundamentales de todos, sin hacer distinción por motivos de raza, sexo, idioma o religión»; de la igualdad de derechos de mujeres y hombres como aspecto fundamental de su razón de ser. En la sesión inaugural de la Asamblea General de las Naciones Unidas en Londres, Reino Unido, Frieda Dalen de Noruega se convirtió en la primera mujer delegada en intervenir y Eleanor Roosevelt, de los Estados Unidos de América, pronunció su célebre «Carta abierta a las mujeres del mundo» en la que las llamó a participar más en los asuntos nacionales e internacionales.
Como parte de su atención la ONU creó una comisión funcional del Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas (ECOSOC), la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer (CSW), como el primer organismo intergubernamental mundial dedicado exclusivamente a la promoción de la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres, organismo que ha sido decisivo para supervisar la condición de los derechos de las mujeres en todo el mundo y definir los estándares internacionales sobre igualdad de género. La Comisión reúne a Estados Miembros, a organizaciones de la sociedad civil y diversas entidades.
En diciembre de 1947, la Asamblea General aprobó una resolución por la que se proclamaba el Día de las Naciones Unidas para los Derechos de la Mujer y la Paz Internacional, que los Estados Miembros deben observar todos los días del año, en conformidad con su tradiciones históricas y nacionales. Así se dio, el 10 de diciembre de 1948, la histórica Declaración Universal de Derechos Humanos como el primer reconocimiento mundial de que existen derechos inalienables y libertades fundamentales que se aplican a todos los seres humanos.
En 1952 la ONU aprobó la Convención sobre los Derechos Políticos de la Mujer, donde se estableció que las mujeres tienen derecho a votar en todas las elecciones, en igualdad de condiciones con los hombres, sin discriminación alguna, que las mujeres tienen derecho a ser elegidas para puestos públicos de elección, en igualdad de condiciones que los hombres y sin discriminación, y que tienen derecho a ejercer puestos públicos y toda función pública.
En 1972, la Asamblea General de las Naciones Unidas, en su resolución 3010, declaró a 1975 «Año Internacional de la Mujer».
En 1975, la ONU comenzó a celebrar el ocho de marzo, como el Día Internacional de la Mujer.
En México, en 1975, del 19 de junio al 2 de julio tuvo lugar la primera Conferencia Mundial sobre la Mujer, donde se formuló el Decenio de las Naciones Unidas para la Mujer: Igualdad, Desarrollo y Paz a fin de implementarlo, 1976-1985, un plan de acción para la promoción de la mujer.
En 1977, la Asamblea General de la ONU proclamó el ocho de marzo como el Día Internacional por los Derechos de la Mujer y la Paz Internacional, lo que oficializó, para los países, este día dentro de sus calendarios. Así, la ONU reconoció los orígenes de las luchas de las mujeres que, en Europa, y Estados Unidos, reclamaban a comienzos del a finales del siglo XIX y principios del siglo XX el derecho al voto, mejores condiciones de trabajo y la igualdad entre los sexos.
En 1979, la ONU aprobó la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer, conocida como «Declaración de Derechos de la Mujer», que es el instrumento jurídico internacional más exhaustivo para proteger los derechos humanos de las mujeres. Aquí se define el significado de discriminación contra las mujeres y establecen obligaciones legales para los países que forman parte de ella con el objetivo de poner fin a esta discriminación; se exige que los Estados Miembros eliminen la discriminación contra las mujeres en la esfera pública y privada, incluido el ámbito familiar, y se propone alcanzar una igualdad sustantiva entre mujeres y hombres, tanto en las leyes como en la vida real. Se indica también que la discriminación contra la mujer viola los principios de igualdad de derechos y el respeto de la dignidad humana. Con relación al matrimonio y las relaciones familiares, se faculta a las mujeres a elegir libremente el cónyuge y a contraer matrimonio con su pleno consentimiento; otorga igualdad de derechos y responsabilidades durante el matrimonio y como progenitoras, a decidir libre y responsablemente el número de hijos, a elegir su apellido, a la vez que garantiza los mismos derechos en materia de propiedad y administración de bienes.
En 1984 el Convenio Internacionales por la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer, fue ratificado por Costa Rica.
En materia de derechos reproductivos, la ONU, junto con la Organización Mundial de la Salud, ha reconocido la salud reproductiva como «..un estado general de bienestar físico, mental y social», y reconoce que la salud reproductiva supone la capacidad de disfrutar de una vida sexual satisfactoria y sin riesgos, la capacidad de procrear y la libertad para decidir hacerlo o no hacerlo, cuándo y con qué frecuencia, y el derecho básico de cada pareja, e individuo, a decidir con libertad y responsabilidad el número, frecuencia y tiempo de sus hijos y a tener la información y medios para hacerlo, así como el derecho de todos de tomar decisiones acerca de la reproducción, sin discriminación, coerción ni violencia.
El reconocimiento de estos derechos es un logro importante de las organizaciones de mujeres de todo el mundo, a pesar de la fuerte oposición de los fundamentalistas religiosos, como los que existen en Costa Rica.
En 1994 se había constatado que por lo menos tres mujeres y niñas sufren violencia a lo largo de su vida, lo que constituye una de las violaciones de los derechos humanos más generalizadas que las Naciones Unidas deben priorizar.
En la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo, en El Cairo, Egipto, en 1994, se reafirmó que el cumplimiento de los derechos de las mujeres y las niñas como un motor fundamental del desarrollo sostenible, y situó el empoderamiento de las mujeres en el centro del desarrollo, considerando el derecho de las mujeres y las parejas a controlar su propia fertilidad como el núcleo fundamental de las políticas y los programas sobre población. Este año, 1994, se reconoció el Día Internacional de la Mujer en los Estados Unidos.
Del 4 al 15 de septiembre de 1995 se realizó la Cuarta Conferencia Mundial de las Naciones Unidas sobre la Mujer, en Beijing, China, donde acudieron 17,000 participantes y 30,000 activistas, la cifra más alta del mundo en reuniones de este tipo. Las tres conferencias anteriores se organizaron en Ciudad de México (1975), Copenhague (1980) y Nairobi (1985). En China 189 países aprobaron por unanimidad una referencia progresista a favor del empoderamiento de las mujeres.
En septiembre del 2000 se dio la Cumbre del Milenio donde se proclamó la Declaración del Milenio de las Naciones Unidas, con ocho objetivos diseñados para reducir la pobreza extrema con plazos y una fecha límite de 2015. Entre ellos el Objetivo 3 insta específicamente a fomentar la igualdad de género y el Objetivo 5 a mejorar la salud materna. En el 2015 la ONU había conseguido comprobar que la vida de las mujeres y las niñas en casi todas las regiones en desarrollo había alcanzado la paridad de género en la educación primaria, y los índices de mortalidad materna habían disminuido en un 45 por ciento.
En octubre del 2000 el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas aprobó la Resolución 1325 reconociendo que la guerra afecta a las mujeres de manera diferente e instaba a que las mujeres sean parte fundamental de la prevención, la gestión y la resolución de conflictos. Desde entonces, se han aprobado seis resoluciones más de apoyo —1820, 1888, 1889, 1960, 2106 y 2122—, atendiendo diversos matices, entre ellos, el reconocimiento de la violencia sexual como táctica de guerra hasta la disposición de un sistema de rendición de cuentas con el objetivo de implementar medidas más firmes que permitan a las mujeres participar en la resolución de conflictos y en la recuperación.
En julio del 2010 la ONU crea la Entidad de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres (ONU Mujeres) para acelerar el progreso en la atención de las necesidades de las mujeres y las niñas de todo el mundo.
En el 2011 la ONU, considerando las violaciones de derechos humanos sufridas por la comunidad de lesbianas, gais, bisexuales y personas transgénero, aprobó la primera resolución de las Naciones Unidas sobre orientación sexual e identidad de género, y en el 2014 sobre vulnerabilidad ante la exclusión social o la violencia, como, por ejemplo, las «violaciones correctivas», las agresiones y la negación de servicios básicos, entre ellas las prácticas nociva como la mutilación genital femenina, que afecta hoy a más de 230 millones de mujeres y niñas que sobreviven a la mutilación genital, solo en África más de 144 millones, en Asia 80 millones, y en Oriente Medio 6 millones, en una totalidad de 31 países que realizan esta práctica. En países como Somalia, Guinea y Yibuti más del 90% de mujeres sufren esta práctica.
En el 2013 la ONU aprobó el Convenio sobre las trabajadoras y los trabajadores domésticos (C189) en materia de derechos laborales entra en vigor, ofreciendo a las trabajadoras y los trabajadores domésticos —en su mayoría mujeres— los mismos derechos laborales básicos que al resto de trabajadoras y trabajadores. Desde la aprobación del Convenio 22 países han aprobado leyes que mejoran los derechos sociales y laborales de las trabajadoras y los trabajadores domésticos.
Este tratado de derechos humanos de las Naciones Unidas es el más ratificado después de la Convención sobre los Derechos del Niño.
Todavía queda mucho pendiente. Diariamente 800 mujeres mueren por causas relacionadas con el embarazo que podrían evitarse; una de cada tres mujeres sufre violencia física o sexual; las mujeres ocupan únicamente el 22 por ciento de escaños parlamentarios y actualmente representan más del 60 por ciento de la población analfabeta del mundo.
El 8 de marzo de 2017, se produjo el Primer Paro Internacional de Mujeres para visibilizar la violencia machista en todas sus formas y expresiones: sexual, social, cultural, política y económica.
En Costa Rica se desarrollaron distintos grupos de mujeres y luchadoras, en distintos frentes, incluido el político, como lo fueron las mujeres sufragistas durante las décadas de 1910 y 1920, las mujeres opositoras a los gobiernos de Rafael Ángel Calderón Guardia y Teodoro Picado, y las mujeres organizadas a favor de los presidentes de la Reforma Social, en los años de 1940-1948.
La sociedad costarricense antes de 1949 era muy excluyente. Durante todo el siglo XIX hasta 1913 el voto era público, indirecto y de segundo grado, sin participación de mujeres, lo que se logró hasta 1949. En 1890 el presidente José Joaquín rodríguez planteó la posibilidad de reconocer el voto de las mujeres, sin que se lograra, por la participación que habían tenido en los sucesos del 7 de noviembre de 1889, cuando se movilizaron, junto a los hombres para evitar un posible fraude electoral.
Durante el período de 1890 a 1910 se dieron luchas por la ciudadanía femenina y sobre los derechos políticos de las mujeres, ante el Congreso de la República. Entre 1890 y 1949 se presentan catorce proyectos a la Asamblea Legislativa para otorgarle o reconocerle a las mujeres el derecho al voto.
En 1923, siguiendo los movimientos internacionales se constituyó la Liga Feminista.
En 1925 se intenta aprobar, en el Congreso de la República, el reconocimiento del voto de la mujer, obteniéndose un resultado de 15 diputados a favor y 24 en contra.
El 20 de junio de 1949 en la Asamblea Nacional Constituyente se aprueba el reconocimiento del voto de la mujer. Se universaliza el voto. Se amplía y fortalece el proceso democrático. 33 diputados votaron a favor; 8 lo hicieron en contra.
Por primera ejercen el derecho al sufragio las mujeres en Costa Rica en un plebiscito distrital, de 1951, durante el gobierno de Ulate, para decidir en La Tigra y La Fortuna de San Carlos a cuál cantón pertenecían: si a San Ramón o San Carlos. Fue Bernarda Vázquez Méndez la primera mujer en ejercer y Amelia Alfaro Rojas, la segunda.
A partir de 1953 participan en procesos electorales nacionales. Las tres primeras diputadas fueron, ese año, María Teresa Obregón, Ana Rosa Chacón y Estela Quesada, todas del PLN. En 1998 fueron electas 11 mujeres. Hoy hay 26 de 57 diputadas.
Cada situación de estas, voto directo y secreto, significó mayor desarrollo de la democracia, más participación ciudadana y, menos control oligárquico del poder.
Sobre las mujeres se ejercía presión social y cultural para excluirlas de la vida política. Se les señalaba que su lugar era el corazón del hombre; el hogar y la maternidad; no la política.
En la primera década del siglo XX, se decía que la participación de la mujer en la coeducación conducía a la masculinización de las mujeres y a la feminización de los hombres.
Se afirmó que con la incorporación de la mujer a la política la familia se dividiría y debilitaría.
La universalización del voto en Costa Rica no fue solo una estrategia de los distintos partidos políticos por fortalecer su poder y ampliar el número de electores. Fue el resultado de una lucha democrática y de mayor participación ciudadana.
En la vida ciudadana y democrático las mujeres han tenido un papel destacado. Lucharon contra dictaduras y gobiernos que se consideraron antidemocráticos.
En la década de 1920 se discutió si las mujeres debían constituir un movimiento único de lucha política (las feministas) o, si debían participar más ampliamente, junto a los hombres en todas las luchas sociales, como lo proponía Carmen Lira.
En la década de 1940 en algunos acontecimientos especiales destacan las mujeres organizadas políticamente: en las Jornadas de mayo del 43, en contra de reformas electorales propuestas por Calderón que se consideraban facilitadoras de fraude electoral; el 2 de agosto de 1947 cuando las mujeres de la oposición culminan las luchas de la Huelga de Brazos Caídos con una marcha a la Casa Presidencial donde son reprimidas, con la organización que impulsa el partido comunista, Vanguardia Popular, la Unión de Mujeres del Pueblo en 1947, después llamada Alianza de Mujeres Costarricenses, y en la guerra civil de 1948 cuando las mujeres luchan en ambos bandos políticos, especialmente en la parte logística de la retaguardia de los combates.
En el escenario político electoral, y organizativo, los partidos políticos costarricenses han creado sus frentes femeninos, muy débiles, y que funcionan más para períodos electorales.
Para esos años el Partido Comunista había impulsado su frente femenino y en la década de 1950 hizo surgir la Alianza de Mujeres Costarricenses, donde destacaron, entre otras, Luisa González y Alicia Albertazzi, y bajo su conducción se celebró el 8 marzo como Día Internacional de la Mujer.
En las décadas de 1970 y 1980 en el país los gobiernos atendieron cada vez más políticas de mujeres, especialmente cuando la ONU acogió esta fecha como parte de sus celebraciones anuales e internacionales.
Bajo el primer Gobierno de Oscar Arias Sánchez, en 1986-1990, se desarrollan las leyes más importantes que dinamizan y aceleran la mayor participación e igualdad de la mujer en Costa Rica. Otras leyes son: la de Promoción de la Igualdad Real de la Mujer, de 1990; la Ley contra la Violencia Doméstica, de 1996; la creación del Instituto nacional de Mujeres, en 1998; la Ley de Penalización contra la Violencia de la Mujer, de 1977. En materia electoral se avanzado muchísimo hasta obligar a la paridad vertical y horizontal de candidaturas políticas.
Hoy hay en el país más de 200 organizaciones de mujeres, de diversa naturaleza, que expresan la riqueza de su presencia, aunque muchas de estas organizaciones son más de papel que de la realidad. No se sienten en esta fecha del 8 de marzo, ni se vinculan a las luchas históricas y políticas que originaron esta fecha, ni se ven ni se sienten cotidianamente, ni se movilizan, alrededor de las luchas políticas actuales de las mujeres.
El 8 de marzo debe servir para reflexionar sobre el papel de las mujeres en la vida política, social, económica, cultural, educativa, y especialmente en el papel familiar, y de las nuevas familias, que hoy existen.
La celebración del Día Internacional de la Mujer debe servirnos para impulsar las reformas legislativas que eliminen las trabas que puedan existir para la mejor realización de las mujeres costarricenses, con plenitud de todos sus Derechos y con garantía de los Derechos Humanos de las Mujeres.
El 8 de marzo es un día internacional y nacional de lucha. No es un día de fiesta. Es un día de lucha en tanto todavía haya restricciones, exclusiones, discriminaciones, violencias, opresiones de todo tipo, ejercidas contra las mujeres.
Es un día de lucha para procurar que las mujeres y las niñas tengan el derecho al disfrute pleno, y en las condiciones de igualdad de todos sus Derechos Humanos, para vivir libres de todas las formas de discriminación y violencia.
Los 8 de marzo nos obligan a repasar las jornadas heroicas de las mujeres obreras en sus luchas reivindicativas para exigir y arrancar mejores condiciones de vida y trabajo al voraz sistema opresor, machista, misógino, del capitalismo explotador, cuya lógica es absolutizar la ganancia por encima de cualquier otra condición.
Los convenios e instrumentos jurídicos internacionales, lamentablemente, en muchos países siguen siendo letra muerta y son ineficaces en sus alcances.
El impacto de esta lucha y significado del Día Internacional de la Mujer hace que hoy todos los problemas de nuestra vida diaria se traten desde la perspectiva de las mujeres y se valore de modo más fuerte su importante presencia en todos los ámbitos de la sociedad.
La legislación costarricense ha avanzado notablemente en este sentido, así como gran cantidad de instituciones y organizaciones, de diversa naturaleza, que se han desarrollado con relación a las mujeres, pasando desde las organizaciones precursoras, como la Unión de Mujeres Carmen Lira y la Alianza de Mujeres Costarricenses hasta la Agenda Política de Mujeres Costarricenses, la Defensoría de la Mujer y el Instituto Nacional de la Mujer.
Los Derechos Humanos de las mujeres a la Educación, a la Salud, al Desarrollo, al Trabajo, a la Participación Política, a una Vida Libre de Violencia, a sus Derechos Sexuales y Reproductivos, debe ser realidades y no letras en papel.
El 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, es una jornada que, para muchos, significa simplemente rendir homenaje y hacer regalos a las mujeres, descontextualizada de las luchas que originaron este día. Es una fecha celebrada desde hace más de un siglo marcada por la lucha, los fuertes movimientos de reivindicación política y laboral, por huelgas, marchas y persecuciones y por muertes y represión de mujeres que se movilizaron por estos derechos.
Como fecha internacional declarada por las Naciones Unidas, en todos los países miembros, entre ellos Costa Rica, uno de los países fundadores de la ONU, se celebra oficialmente desde 1975. Antes de esta fecha era una celebración de las fuerzas comunistas, socialistas, anarquistas y revolucionarias, y de movimientos políticos que se sumaban a recordar cada 8 de marzo las luchas de las mujeres que en Europa originaron, con sus causas, esta fecha, y con la que esos partidos y movimientos se identificaban y defendían.
La fecha del 8 de marzo está asociada a las luchas revolucionarias de la clase obrera, de la mujer obrera y trabajadora, y en paralelo a ellas, las luchas sufragistas de las mujeres.
Para las fuerzas revolucionarias, comunistas y socialistas, la emancipación de la mujer se daba simultáneamente, con la emancipación de toda la clase obrera.
La lucha por la igualdad de la mujer en todos los órdenes, incluido el electoral, se debía lograr en la lucha total, en la lucha emancipadora que enarbolaban los comunistas como lucha social y política, lado a lado, hombres y mujeres, trabajadores y trabajadoras. Por eso el Partido Comunista de Costa Rica, al proclamar su Programa Político, recién fundado, en 1931, propuso la igualdad política de la mujer.
Costa Rica tiene más mujeres que hombres, 2,638,345 mujeres, el 17.6% menores de 12 años, el 34.9 % entre los 13 y 35 años, el 36.4% entre los 36 y 64 años y un 11.1% mayores de 65 años. En extrema pobreza viven 8.5%, en pobreza 17.1%, con escuela primaria completa o menos hay un 42.1%, con estudios secundarios incompletos hay 15.4% y fuera de la fuerza laboral 52.4%. La tasa de desempleo afecta más a las mujeres, 9%, que a los hombres, 7.5%; en el subempleo las mujeres son el 6.8% y los hombres el 4.2%; aseguradas pro-trabajo están un 70.8% mientras los hombres tienen una cobertura del 73.5%.
En Costa Rica todavía nos falta mucho que logar y qué ganar.






Fuente: https://www.meer.com/es/79595-las-mujeres-del-8-de-marzo
Compartido con SURCOS por el autor.
Hatillo: agua y criminalización de la protesta social
Escrito en . Publicado en Agua, Derechos.
Observatorio de Bienes Comunes, UCR
El pasado 18 de marzo del 2024, las comunidades de Hatillo continuaron sus manifestaciones en reclamo por las pésimas condiciones de suministro de agua potable que les viene afectando desde semanas atrás. De forma selectiva, las fuerzas policiales actuaron privando de libertad a las personas lideresas comunitarias, lo que demostró una estrategia de represión focalizada, con el fin de desarmar el movimiento e intimidar a las personas participantes.
Ante la implementación de estas estrategias de in-seguridad pública, queremos invitarles a reflexionar sobre las implicaciones de la criminalización de la protesta social, comprendiendo que hay dos elementos que debemos tener presentes:
- Según Constitución Política, el Estado reconoce el derecho humano al acceso del agua potable para consumo humano, por ende tiene la obligación de garantizar este derecho.
- La criminalización de la protesta social es un mecanismo para legitimar la omisión del Estado en su deber de garante de derechos y representa una forma de inseguridad jurídica para todas las personas defensoras de derechos.
Les compartimos esta infografía para abrir este debate.
Detenidos por exigir agua en Hatillo
Escrito en . Publicado en Agua, Derechos.
El martes 18 de marzo, un grupo de personas se unieron para demandar un correcto suministro de agua en Hatillo, y como respuesta institucional se empezaron a realizar arrestos hacia los líderes de dicha movilización.
El video adjunto a esta nota evidencia los arrestos, donde el autor del video destaca la detención selectiva de personas, al ser a los líderes de la protesta a quienes están arrestando, además se reporta una agresión policial a una mujer durante el suceso.
Se reportan 12 personas detenidas, quienes se encuentran en la delegación de Barrio México, a la espera de ser trasladados al primer circuito judicial. Entre los detenidos se encuentran Jorge Arturo Zúñiga Carrasquilla, Valery Nicole Durán Vargas, David Contreras Mora, Harold Araya Coto, Jorge Sánchez Bogantes, Juan Carlos Redondo Araya, José Manuel Ramírez Solari, Laura Bonilla Vargas, y una mujer no identificada.
Ante esto, el sindicato de trabajadores de Acueductos y Alcantarillados (AyA) solicitan una liberación inmediata a los ciudadanos de Hatillo que exigen agua en cantidad y calidad, e infraestructura para las comunidades, no “curtidas con cisternas”, como mencionan.
El sindicato indica que el Presidente Ejecutivo del AyA brinda a empresarios luz verde para disponibilidades, pero no resuelve sobre el recurso para los habitantes. Ante esto demandan urgencia para un decreto que active infraestructura para las comunidades vulnerables, y la redistribución de agua de zonas adineradas a zonas con menos recursos.
Indican que se esperaba un número mayor de detenidos, junto con el ingreso de patrullas a la delegación. De esta forma, llaman a la solidaridad con las personas detenidas ya que la protesta social es un derecho y no un delito.
No a la represión de las comunidades en lucha por el derecho humano de acceso al agua potable
Escrito en . Publicado en Agua, Comunidad, Derechos.
La Alianza Regional Centroamericana para el Agua y el Ambiente (ARCAA) y la Red Centroamericana de Acción del Agua (FANCA); organizaciones basadas en San José Costa Rica; manifestamos nuestro absoluto repudio a los hechos de represión y detención de dirigentes comunales y municipales en lucha por el derecho humano de acceso al agua potable en la comunidad de Hatillo, al sur de San José, capital de Costa Rica.
Desde hace años estas comunidades vienen padeciendo de reiterados cortes y racionamientos en la provisión de agua potable en sus hogares, situación que se ha ido agravando como consecuencia del cambio climático global, que ha hecho más extensa y severa la estación seca en nuestro país; pero sobre todo, debido a la desidia, al desinterés y a la incapacidad de las autoridades de gobierno, que no han tomado las previsiones necesarias para adaptar al país a esta nueva realidad; lo que ocasiona graves problemas no solo de aseo, higiene y salud para estas poblaciones, sino incluso dificultades para la preparación de los alimentos, para la obtención de agua para consumo humano y uso doméstico; así como también el cierre de las escuelas, violentando el derecho a la educación de miles de niños y niñas, por falta del vital líquido.
Nos Solidarizamos con estas comunidades en lucha y con todas aquellas poblaciones que levantan la voz por su legítimo derecho a contar con acceso a agua potable en condiciones de cantidad y calidad adecuadas.
Hacemos un vehemente llamado a las autoridades del gobierno de la República, a que cesen de inmediato la represión, a que liberen sin cargos a todas las personas detenidas, y al cese inmediato de la criminalización y judicialización de la protesta social pacífica y al uso del sistema legal como instrumentos de represión en contra las personas defensoras de los derechos humanos ambientales y sociales.
Hacemos un llamado a todas las organizaciones ambientalistas y comunitarias, así como a las distintas municipalidades del país a que se pronuncien y se movilicen contra estos hechos de represión.
San José, Costa Rica, a los 18 días del mes de marzo del 2024
Tras 5 años de impunidad, se conmemora el pensamiento y la lucha del defensor Sergio Rojas de la comunidad de Salitre
Escrito en . Publicado en Derechos.
-
Diferentes instancias de la UCR se unen para realizar exposición y foro
Este lunes 18 de marzo se cumplen 5 años del asesinato impune del líder indígena Bribri del clan U̱niwak, Sergio Rojas Ortiz. A dos meses del quinto aniversario de este asesinato político, el Juzgado Penal del I Circuito Judicial de la Zona Sur dictó sobreseimiento definitivo alegando que las evidencias recolectadas no son suficientes para realizar el proceso a cabalidad.
Sergio, quien también fue recuperador de tierras y defensor de la vida de los Pueblos Indígenas, fue amenazado de muerte en múltiples ocasiones y sufrió varios intentos de asesinato motivados por su rol dentro de los movimientos indígenas que se organizaron en favor de la recuperación de su territorio. Aun cuando sabía que su vida corría peligro, él mantuvo claro que su lucha es colectiva y en favor de la autodeterminación que les corresponde a los pueblos originarios.
Estamos conscientes que este tipo de violencia racista sistémica sigue siendo ejercida hacia las personas indígenas por parte de múltiples actores y que tiene una incidencia directa en mantener el conflicto por los territorios en el que actualmente se encuentran los Pueblos Originarios del sur de Costa Rica.
Es por esto que, en el marco del quinto aniversario del asesinato de Sergio Rojas, se ha organizado una exposición que lleva por nombre “Justicia y pueblos indígenas en la Costa Rica actual: memoria de la vida y pensamiento de Sergio Rojas Ortiz” donde se recuperan narrativas y testimonios en un esfuerzo por reconstruir su pensamiento y liderazgo, la muestra permanecerá por tres semanas en el Lobby de la Facultad de Ciencias Sociales (1 piso). También se desarrolla el conversatorio titulado “Pueblos indígenas: reflexiones sobre la impunidad en el caso de Sergio Rojas Ortiz”. Las actividades se realizarán a partir de las 4:00 pm en el Lobby de la Facultad de Ciencias Sociales (1 piso) en la Ciudad de la Investigación, para posteriormente pasar al conversatorio en la Sala de Audiovisuales del mismo edificio. Participaran personas de la academia, así como personas de los territorios originarios.
A pesar de cinco años de ausencia física, la semilla de Sergio Rojas continúa floreciendo en los distintos territorios que han sido recuperados, inspirando otras luchas y defensas a favor de los territorios originarios. Su pensamiento forma parte de una memoria ancestral que nos recuerda que cuando nuestras luchas colectivas no cesan a pesar de la ausencia física.
Informes: decolinialidadpuebloscr@gmail.com y geodialogosdesaberes@gmail.com
Ganadores del Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez alzan la voz por periodistas palestinos asesinados
Escrito en . Publicado en Derechos.
El equipo de la serie documental «Platos Rotos: la corrupción que pagamos», que resultó ganadora del Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez en 2023, alzaron su voz en solidaridad con los periodistas palestinos que según datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), para el 2023 representaron más del 70% de los periodistas asesinados en el mundo.
En la ceremonia del 11 de marzo de 2024 en el Teatro Nacional, el equipo de producción de la serie se unió al llamado de diversas organizaciones internacionales, como Reporteros sin Fronteras, el Comité para la Protección de los Periodistas y la UNESCO, para exigir la protección de las y los periodistas palestinos en el conflicto actual.
Al utilizar el lema «No se mata la verdad matando periodistas», lograron transmitir un mensaje a favor de la libertad de prensa en el contexto del conflicto armado de Israel y Palestina. Posteriormente a que se les entregará el reconocimiento, proyectaron este mensaje con una manta, adicionalmente pines en su ropa para destacar la estadística mencionada sobre los periodistas palestinos asesinados en 2023.
Las personas detrás de «Platos Rotos: la corrupción que pagamos», docuserie realizada por Quince de la Universidad de Costa Rica (UCR), buscaron mostrar solidaridad por quienes dieron su vida y por los que siguen poniéndola en riesgo para enseñar la realidad, y manifestarse ante los acontecimientos, que según Carlos Sánchez, el secretario general de Reporteros sin Fronteras, afirmó que desde octubre hasta el 11 de marzo se reportaron al menos 103 periodistas asesinados.
Para finalizar la intervención, el productor ejecutivo de la serie, Carlos Matute, mencionó que como periodistas “es nuestro deber ético y profesional recibir este galardón con un profundo agradecimiento, y sin apartar la mirada de Gaza”.
Fuentes:
Red de Solidaridad con Palestina en Costa Rica. https://www.instagram.com/reel/C4Z_6jEOlr_/?igsh=N2Jmc2MxMjJxY2hq
Fernández González, A. B. (2024). ¡Alto al asesinato de periodistas palestinos! claman los ganadores del Premio Nacional de Periodismo. Semanario Universidad. https://semanariouniversidad.com/cultura/alto-al-asesinato-a-periodistas-palestinos-piden-galardonados-con-el-premio-de-periodismo/
Imagen tomada de Semanario Universidad.
5 años del asesinato de Sergio Rojas
Escrito en . Publicado en Derechos.
El lunes 18 de marzo de 2024 se estarán conmemorando los cinco años del asesinato de Sergio Rojas con la exposición “Justicia y pueblos indígenas en la Costa Rica actual: en memoria de la vida y el pensamiento de Sergio Rojas Ortiz”, con la presencia de la Sra. Roxana Figueroa Calderón y el Sr. Carlos Steven Vargas Figueroa del territorio indígena de Salitre, y el Sr. Pablo Sivas Sivas, del territorio indígena de Térraba. La inauguración de la exposición será a las 4:00 P.M. en el lobby del primer piso de la Facultad de Ciencias Sociales de la Ciudad del Investigación, San Pedro, Montes de Oca.
Adicionalmente se estará realizando un conversatorio a las 5:00 P.M. titulado “Pueblos Indígenas: reflexiones sobre la impunidad en el caso de Sergio Rojas Ortiz”. Los participantes serán la Dra. Marcela Moreno Bujan, M. Sc. Álvaro Paniagua Núñez, Lic. Oscar Retana Montenegro, Dra. Denia Román Solano y Licda. Nathalia Ulloa Castillo. Tomará lugar en la sala de audiovisuales de la facultad de Ciencias Sociales de la Ciudad de Investigación.
Se estará transmitiendo en vivo en el facebook de la Facultad de Ciencias Sociales
Apoyan: El Observatorio para la Acción contra el Racismo Obcra CIAN, Centro de investigación en Cultura y Desarrollo CICDE – UNED, Proyecto Geografía y Diálogo de Saberes, Proyecto Voces y Política.
Proyecto de ley para declarar benemérita de la patria a Emilia Rivas Bustos, primera enfermera
Escrito en . Publicado en Derechos.
El 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, la diputada Vanessa Castro presentó el proyecto de ley número 24209 ante la Asamblea Legislativa de la República de Costa Rica, para declarar benemérita de la patria a Emilia Rivas Bustos V., quien es reconocida como la primera enfermera costarricense y de América Latina.
Emilia Rivas nació el 24 de junio de 1861 en Liberia y falleció el 24 de febrero de 1931. Y su legado perdura en la historia de Costa Rica, destacándose por su dedicación y contribuciones a la enfermería en la región.
El expediente resalta la trayectoria de Emilia Rivas, quien inició su carrera como maestra en Palmira, Comarca de Puntarenas, en 1888, antes de emprender estudios de enfermería en Estados Unidos. En 1897 recibió una beca para estudiar y practicar enfermería en el Hospital Johns Hopkins de Baltimore, lo que le permitió viajar a Estados Unidos y recibir formación especializada de manera gratuita.
Emilia Rivas firmó un contrato para dirigir el Hospital San Rafael de Puntarenas en 1904, convirtiéndose en la primera mujer costarricense graduada de una prestigiosa escuela estadounidense en liderar una institución de salud en el país. Durante sus 25 años de gestión, se destacó por su dedicación para obtener recursos económicos destinados a la atención médica y de enfermería, así como por su servicio abnegado a los pacientes.
El proyecto de ley destaca la importancia de reconocer a Emilia Rivas como pionera en la enfermería costarricense y latinoamericana, y resalta su labor en diferentes hospitales en Estados Unidos, Cuba y Costa Rica.
Para acceder al proyecto de ley completo, diríjase al documento adjunto.
Víctimas del Caso Aldesa claman por justicia ante el fiscal general de Costa Rica
Escrito en . Publicado en Derechos.
La carta dirigida a Carlo I. Díaz Sánchez, Fiscal General de la República de Costa Rica, el 8 de marzo de 2024, por parte de víctimas del caso Aldesa, recalca que son cinco años desde que Aldesa anunció que dejaría de pagar los intereses a los ahorros y prometió reanudar los pagos en tres años, lo cual no ocurrió.
En la carta, los firmantes expresan su descontento ante la falta de acción en el caso, y comentan que se manifiestan el 8 de marzo ante el Ministerio Público, en representación de muchas víctimas del Caso Aldesa, entre ellas muchas que por su estado de salud y edad no pueden unirse y también por quienes fallecieron esperando justicia.
Se presentan con dos mantas que resumen el reclamo y señalan que este caso específico ha sido tratado con inacción, lo cual genera una sensación de impunidad, que ha propiciado sucesivos fraudes similares en especial después del caso Aldesa.
A finales del pasado mes de octubre del año anterior, el señor Presidente de la República, Rodrigo Chaves Robles, recibió a los representantes y escuchó sus inquietudes, expresando su deseo de que el caso no prescriba. Sin embargo, dejó claro que, al estar judicializado, tenía limitaciones en cuanto a las acciones que podía emprender. A pesar de esto, permitió a los representantes hacer divulgación a nivel nacional sobre la preocupación por la prescripción y la falta de justicia.
En esa misma ocasión, los firmantes sostienen que don Carlo Díaz, aseguró tener un cronograma y transmitió la tranquilidad de que no debían temer que algo así sucediera. Sin embargo, el Fiscal Christopher Moreno Chaves tardó un mes adicional en presentar la acusación, y han transcurrido más de tres meses desde entonces sin que se observe un progreso significativo en el caso.
Desde la indagatoria de Javier Chaves Bolaños el 7 de junio de 2019, principal responsable del caso, han transcurrido cinco años, marcando el inicio del conteo hacia la prescripción del caso. La preocupación por esta prescripción es palpable hoy, dado el lento progreso del caso y la cercanía de la fecha límite, con tan solo 60 días hábiles restantes (excluyendo feriados, Semana Santa y fines de semana).
La convocatoria de audiencia preliminar por parte del juez con un plazo prolongado genera aún más inquietud, ya que muchos de los afectados son adultos mayores, algunos cercanos a los 90 años, y existe el temor de que fallezcan sin ver justicia.
La situación económica de los afectados es desesperada. Desde que fueron despojados de sus ahorros, hace ya cinco años, muchos adultos mayores han fallecido en una situación económicamente vulnerable tras años de trabajo y sacrificio.
Muchos de los afectados han perdido las necesidades que antes disfrutaban, como el acceso a medicina privada y terapeutas para prevenir úlceras por presión debido a la postración prolongada en camas mientras. Muchos se han visto obligados a vivir con familiares y vender sus posesiones, como vehículos y muebles, para comprar medicamentos o simplemente para comer. La situación es tan grave que algunos, siendo adultos mayores, se han visto obligados a trabajar nuevamente, ya sea dando clases en sus hogares, haciendo teletrabajo o realizando trabajos ocasionales a cambio de un pequeño ingreso.
Ante la falta de respuesta por parte del Poder Judicial, los afectados se preguntan qué les queda. Temen resignarse a que la justicia no sea cumplida, pues consideran que si no se cumple, no es justicia, y creen que eso ya ha sucedido en este caso. Además, si el caso queda impune y no logran recuperar ni un céntimo de lo perdido, la pena será aún mayor, especialmente al constatar que los activos de Aldesa son insuficientes para cubrir las enormes deudas que mantienen.
Si el caso no es elevado al juez penal de manera inmediata y si la convocatoria de audiencia se programa para dentro de un período excesivamente largo, ya sea en seis meses o incluso años, muchos de los afectados habrán fallecido y no podrán presenciar el cumplimiento de la justicia que tanto han clamado.
Los afectados expresan su esperanza de no perturbar la tranquilidad del destinatario, pero señalan que la suya propia está destrozada. Sin otro particular, se despiden atenta y cordialmente.
Dicha carta reúne las firmas en el momento de entregar la carta con las personas afectadas que lleguen a la manifestación.
Para acceder a la carta oficial, dirigirse al documento adjunto.