El Frente Nacional de Lucha (FNL) llama a movilización nacional para el 24 de abril a las 9:00 horas, en el marco de la conmemoración del 54 aniversario del triunfo popular contra el contrato con ALCOA.
El llamado es por la defensa del Estado Social de Derecho y de las instituciones democráticas; por la NO venta del Banco de Costa Rica (BCR) y NO más desmantelamiento institucional; por la necesidad de garantizar de manera absoluta el derecho constitucional al acceso al agua potable; por la defensa de la salud pública y el pago de la deuda BILLONARIA que el Estado sostiene con la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS); y por el rechazo a los recortes de la educación, al Patronato Nacional de la Infancia (PANI), a la vivienda, a la cultura y a los demás programas de bien social.
La movilización además busca exigir soberanía alimentaria y tierra para quien la trabaja; también el respeto a la defensa de los derechos y las conquistas de las mujeres trabajadoras.
La Federación Costarricense para la Conservación y el Movimiento Ríos Vivos de Costa Rica se unen a esta gran convocatoria, por la defensa de las conquistas sociales y contra la profundización del modelo neoliberal del actual gobierno.
Sepamos ser libres, el derecho sagrado al salario justo se defiende
La Unión Sindical de la CCSS, ante las nefastas consecuencias que generan la regresividad de la infame legislación antilaboral, cuya imposición implica el deterioro sistemático, así como agudas consecuencias para la calidad de vida de los y las trabajadoras y sus familias hace un llamado a prepararse para defender este esencial aspecto de la vida del trabajador.
El gobierno de la república en la conducción del actual presidente Rodrigo Chaves, es quien vía decreto demostró que es posible la revisión, actualización y mejora de los salarios, cuando de manera injustificada, duplicó el salario de sus poco eficientes ministros, esto a tan solo cuatro meses de haber ocupado sus cargos y sin haber hecho méritos políticos que justifiquen tan significativa auto-receta. La gran tajada remunerativa se impuso sin criterios técnicos, solamente con discursos vacíos y demagógicos.
Contrario a criterios y fallos vinculantes de la Corte Interamericana de Derechos Humanos y de la Organización Internacional del Trabajo y objeto de la más complaciente legislación con el fraude fiscal, es las y los trabajadores de la CCSS y del sector público, a quienes se les ha impuesto doblemente las obligaciones que otros incumplen, llevándonos a un insoportable congelamiento salarial sufrido ya por cinco años, periodo en el que se ha sometido a la totalidad de la población laboral a la asfixia económica objeto del endeudamiento, y condenando a muchos de nuestros compañeros a exponer su seguridad y su vida cuando no se puede pagar.
Ante este negativo panorama, la Unión Sindical de la CCSS hace un vehemente llamado a los y las trabajadoras de la Caja Costarricense de Seguro Social a estar atentos y alertas a las acciones que se convoquen con el objetivo de derribar de una vez por todas el muro neoliberal de congelamiento salarial, condena a la miseria y caída sistemática en la condición de vida de los trabajadores y sus familias.
9 de abril, 2024
¡Se viene la lucha por la justicia salarial!
¡Expresemos nuestro repudio a las políticas que deterioran nuestra calidad de vida!
Ana Lorena Cartín, mujer costarricense, química de profesión, pero con una visión política de la vida llevó a cabo proyectos “desde abajo” -como solía mencionar-, falleció el jueves 21 de marzo de 2024. El Grupo de Trabajo de CLACSO “Violencias en Centroamérica” lamenta profundamente su fallecimiento.
Su labor como directora de Radio Noticias del Continente (RNC), fue fundamental para las luchas de los pueblos de Nuestra América, en particular en el Cono Sur, y en Centroamérica. RNC contó con la presencia de estudiantes costarricenses y exiliados del Cono Sur, principalmente de Argentina.
Su principal misión fue romper el cerco mediático que cubría a los gobiernos dictatoriales de Argentina, Chile, Uruguay y también los de Centroamérica, región del continente que se encontraba en una férrea lucha. En Nicaragua, en 1979 justo triunfaba la revolución sandinista, en El Salvador, el FMLN continuaba su lucha contra la junta militar y en Guatemala las distintas organizaciones guerrilleras hacían lo propio. A esas luchas se sumó RNC, evidenciando las violaciones a derechos humanos y llegó a transmitir la última homilía de Monseñor Romero, la cual, fue escuchada en varias partes del continente. Como recordaba hace poco, “nosotros lo transmitimos todo”.
A sus 31 años, Ana Lorena dirigió RNC, se enfrentó a la injerencia de la dictadura argentina en Costa Rica que solicitó información de ella para lograr el cierre de la radio. Tres años después de su apertura y ante el intento de concluir las transmisiones y cuatro ataques con armas y bombas, la red de solidaridad con la radio vino de países como México, Nicaragua, República Dominicana, Panamá, Ecuador y también de la a Federación Latinoamericana de Periodistas protestó ante el presidente de Costa Rica. En 1981, Ana comentó lo siguiente:
“En esta encrucijada para la libertad de prensa en Costa Rica y en nuestro castigado continente latinoamericano reitero mi señalamiento sobre la arbitrariedad que implicaría cerrar un medio de información, con el pretexto que sea, y dejar impunes a los terroristas que llevaron a cabo ataques armados contra RNC, a los infiltrado en los cuerpos de seguridad estatales que atentaron contra la seguridad de la empresa y de sus trabajadores, a los cómplices de las dictaduras que con lujo de recursos se dedicaron a insultar a la emisora y a lo que es mucho peor, a engañar al pueblo de Costa Rica con una concertada serie de tergiversaciones”.
Nos unimos a sus seres queridos en esta profunda pérdida y desde el Grupo de Trabajo de CLACSO “Violencias en Centroamérica”, la recordamos como una mujer solidaria con las luchas de América Latina.
Dedicado con respeto y honor merecido a quienes aún están con nosotros, como para aquellos que ya partieron. A ellos en estos 54 años de ALCOA, enseñándonos aciertos y también errores cometidos. Gracias por tanta dignidad para con nuestro pueblo.
Lic. Rafael A. Ugalde Q.*
a). Elites con larga vida: Sin querer distinguirse “política” de “politiquería”, a solo dos años de las elecciones presidenciales en 2026, no faltan quienes reducen con espantosa simpleza los graves problemas de los trabajadores nacionales a una cuestión de “bipartidismo”,” izquierdas democráticas” o a un “cambio de gobierno” de turno como táctica electoralista de “quítate porque sigo yo”. Este cruel relato ofende el coeficiente normal de todos los trabajadores, no importa la preferencia partidaria, porque mete bajo la alfombra la destrucción sostenida de los más elementales valores morales y éticos que alimentaron el tejido social para llegar a la sociedad reseñada en algún momento por Juan Rafael Mora, Manuel Mora, Rafael Ángel Calderón Guardia, Monseñor Sanabria, Pepe Figueres, Rodrigo Facio, Juan Guillermo Ortiz Guier, entre una larga lista de patriotas promotores de los más nobles ideales.
Rescatándose el concepto general de “política”, como “oficio” o “acción” de participación directa de la colectividad en la profundización de la democracia y el resguardo de la “cosa pública”; y la “politiquería” como un despliegue propagandístico encaminado a defender, mantener o aumentar las prebendas o privilegios personales o de grupo, alcanzados alrededor del Estado, sus instituciones o el gobierno de turno, alejado de toda gobernanza “de”, “por” y “para” el pueblo, quedamos en uno o en otro bando.
Desde estas dos definiciones convencionales nuestro modelo de convivencia alcanzó en los últimos 40 años un innegable crecimiento macroeconómico, llegando incluso, a ser ya “Jaguar” en la región, según expresión dicha recientemente por el Jefe de Estado, Rodrigo Chaves, relegando, eso sí, relegando para otro momento, la justa distribución de riqueza entre los trabajadores.
Quiere decir lo anterior, por un lado, que desafiando todas las leyes de la economía son otros los creadores de riqueza y no los trabajadores, y por otra parte, mientras la concentración de la riqueza en pequeños grupos, con tentáculos profundos en todos lados, no tiene reversa. Así, sí perteneces aquellos con salarios de hambre y sin patrimonio familiar para pagar una intervención quirúrgica en un hospital privado, salado porque no supiste aprovechar las oportunidades dadas por esta democracia tan particular y economía en pleno auge.
Es innegable en el fondo de la contradicción apuntada que quienes están al frente de los poderes fácticos tienen sus propios relatos, cada cierto tiempo actualizados y modernizados por universidades como Oxford, Chicago o escribidores de oficio, para evadir las responsabilidades históricas en cuanto a la desaparición paulatina del “bien común”, la distribución de la riqueza entre los trabajadores y la imposición del “interés particular” como religión estatal.
La contradicción dicha está presente además en miles de expedientes judiciales esperando “justicia pronta y cumplida” – el fiscalismo impuesto por los organismos financieros y “bendecido” desde la Asamblea Legislativa en todas las últimas administraciones – tocó las bases del Poder Judicial y empuja cada vez más para que la gente tome la justicia en sus manos.
Así también la “seguridad ciudadana” pasó de ser un derecho de la ciudadanía a cargo del Estado, a un negocio privado para quienes tienen recursos. Vino después como obvia consecuencia el narcotráfico y el sicariato como empresas necesarias, metiéndonos como colectividad en una verdadera mafiacracia.
Asimismo el combate de la corrupción es cada vez más una especie de “saludo a la bandera”, ya que aprobadas los compendios de leyes para enfrentar este mal, nos encontramos una mayoría de ellas vigentes, brillantemente redactadas, pero sin colmillos y las molares con caríes, sin adecuado financiamiento para tener jueces, fiscales e investigadores especializados en el complejo fenómeno, que va más allá del lobby, la división de grupos empresariales para reportar cero renta, alcaldes que venden tierra en la milla marítima, camiones cargados de cajas de cigarrillos, licores, repuestos, electrodomésticos etc., sin pago de impuestos.
Lo cierto del caso es que mientras alguien le pone dientes a una nueva ley anticorrupción, contra el tráfico de influencia o el mismo nepotismo innegable en municipalidades y Asamblea Legislativa, el Banco Mundial o el Fondo Monetario Internacional siempre “descubren” gastos excesivos sobre los ingresos recibidos, repitiéndose un malévolo ciclo para que todos los trabajadores y empresarios privados honestos, pagadores de sus obligaciones como corresponde a una sociedad civilizada y solidaria, subsidien a los evasores, a los contrabandistas, a los “astutos” muchachos especialistas en desfalcos y entrega de concesiones etc.
La llamada crisis del agua – solo a manera de ejemplo -nos reventó en la cara por años de improvisaciones y negligencia de esta clase minoritaria a cargo de Acueductos y Alcantarillados, quizá pensando que sería un buen negocio dejar que la entidad se cayera en pedazos y, luego, vender la institución o justificar su tercerización de servicios.
La “burocracia dorada” instalada en lo más alto de AyA permitió en los últimos años (con la sagaz o sin mayor fiscalización de la Contraloría) elevados gastos de representación, salarios de lujo, y hasta viajes al extranjero en primera clase con novias, por aquello de sí el clima del país de llegada estaba muy frio y la chimenea muy distante para el burócrata, mientras las inversiones del Estado en acueductos y alcantarillado llegaban a cuentagotas o no habían del todo.
La chambonada de una empresa excavadora en uno de los Hatillos – rompió una tubería cuando modificaba una alameda- evidenció el estado miserable de la tubería que abastece de agua a los miles de trabajadores de esas populosas ciudadelas; mientras al otro lado de la ciudad las mansiones o los edificios de varias plantas se garantizan agua para sus enormes tanques o piscinas. ¿Quién autoriza la captación de enormes volúmenes de ese líquido para esas construcciones exclusivas, en detrimento de las mayorías? ¿O ya normalizamos esta locura?
Con base en la población que el INEC señala con servicio de alcantarillado sanitario (1.179.528 habitantes) se estimó que su caudal potencial de agua residual para tratamiento corresponde a 2.730 litros (l/s). De éstos, 414,60 l/s son captados y tratados (15,19%), el resto simplemente es recolectado en el sistema de alcantarillado sanitario y descargado en cuerpos de agua (84,81%). Este caudal captado mediante alcantarillado sanitario y tratado representa solo el 4,16% del total de aguas residuales y excretas a nivel nacional. Ver Plan de Inversión de AyA 2021-2025.
Este plan de inversiones, conociendo cómo terminan estos negocios, ya debería ser tema de discusión seria por parte de amas de casa, líderes comunales, sindicatos etc., por encima de “comunicados de prensa” y apoyos morales y obtener, en cambio, proyectos alternativos a la “solución” neoliberal de la falta de agua, sobre la justa distribución del líquido, saneamiento de ríos aledaños a la ciudad y potabilización de sus aguas etc. De lo contrario, las justas demandas de miles de mujeres y varones amenazan sean desnaturalizadas por la tradicional politiquería que no quiere educación política entre el pueblo, a fin de cuidar su chamba cada cuatro años.
A la anterior crisis del agua en todo el país se suma la creciente tendencia de convertir el preciado líquido en dólares y euros, gracias a fincas de todo tamaño dedicadas a la producción y exportación de melones, sandía, naranjas, y cuanta mercancía aparezca y sea convertible en dinero contante y sonante. La deforestación es enorme para su cometido y en algún momento la naturaleza nos pasará la factura.
Además, el crecimiento de la demanda de agua entre la población no se detiene, aparejada con la entrega de importantes fuentes a grandes empresas embotelladoras. La contaminación de los principales ríos cercanos a importantes urbes hace aún más incierto el futuro del agua en nuestro país. Por lo menos mientras no encontremos la forma de convertir un billete de cualquier denominación en ese líquido, sin el cual no vivimos.
b.) Empezamos a asustarnos con la mortaja: Un acertado “diagnóstico país” de ayer, aunque parezca paradójico, tiene hoy gran repercusión y, fue, el llamado programa “Volvamos a la tierra” (Monge Álvarez 1982- 1986). Sin duda alguna sentó las bases, para bien o para mal, del denominado “desarrollo” del país que ha inspirado a todos los gobiernos hasta el 2022, a partir del cual el Ejecutivo encabezado por Rodrigo Chaves, pareciera apostó definitivamente por el gobierno de las grandes corporaciones occidentales. Al estarse cayendo el viejo orden económico mundial, donde emergen los llamados BRICS para sacudirse de la dictadura del dólar y ejercer el comercio sin sanciones, un número considerable de oligarquías en la región cierran fila en tecnología, económica y el campo de las ciencias con la metrópoli a la que han pertenecido de corazón.
Las cifras que alcanzan los llamados países BRICS como bloque son astronómicas: en conjunto representan alrededor del 42% de la población mundial, son el 23% del PIB global, tienen el 30% del territorio del planeta y manejan el 18% del comercio internacional total.
De allí que las visitas a muchos de nuestros países de la generala del Comando Sur de Estados Unidos, Laura Richardson, como del secretario de Estado, Antony Blinken, serán más seguidas, al mismo tiempo que los monaguillos de Milei en la zona comienzan a ganar notoriedad en parlamentos, la academia y la mediática.
De hecho, ya hay voceros en la zona que claman por “revoluciones de colores” en la región, especialmente en Brasil y Colombia, dada su importancia estratégica y vínculos con la OTAN, mientras aprietan más fuerte el cuello a Cuba, Nicaragua y Venezuela, en espera de alzamientos sociales, en vista que estos escribidores o vocerías tienen el poder de definir cuando una elección es democrática, ésta o aquella sociedad tiene derechos humanos e irradia libertad de prensa.
El programa “Volvamos a la Tierra” con suma claridad declaraba las intenciones de lo que debía hacerse en Costa Rica para los siguientes gobiernos, fueran éstos liberacionistas, socialcristianos o de Acción Ciudadana surgido después- unos más que otros adaptaron postulados de ese plan- pues cuatro años resultaban pocos para resolver los miles de kilómetros de vías en mal estado, los problemas de la producción, qué hacer con la banca, la educación, la sanidad, los salarios, cooperativas, las empresas como CODESA etc.
Estado de un tubo mediante el cual abastecen de agua a trabajadores y trabajadoras de Hatillo.
Los gobiernos posteriores a 1986 “ablandaron” la conciencia de sus electores para convencerlos sobre los supuestos beneficios para el pueblo de privatizar empresas públicas, leyes sobre empleo, movilizar “voluntariamente” a miles de empleados públicos para debilitar así el Estado y fortalecer los negocios del nuevo emprendedurismo, girando éste siempre parasitariamente alrededor de los pocos bienes estatales al margen de la embestida “modernizadora” o los pocos servicios aún conservados por una debilucha y enredada administración pública.
Así, en pocos años, emerge una burguesía ligada al libre comercio, ONGS, bancos, fundaciones, centros para inversiones foráneas, servicios profesionales etc., atrincherada en el bipartidarismo, libertarios, “izquierdas democráticas” o pentecostales, entre otros, encargados a lo largo de estos 40 años de disponer a su antojo de la “res pública” y moldear las instituciones existentes a sus intereses; mientras la oligarquía tradicional, ante estas contradicciones de intereses no quiere correr ningún riesgo frente al panorama geopolítico mundial. Apuesta por el llamado “gobierno gerencial” aliado incondicional de unas cuántas multinacionales recomendadas desde la metrópoli.
Las distintas administraciones fortalecieron a los nuevos dueños de las concesiones de playas, normaron la entrega del agua con fines comerciales, dieron a sus amigos el espectro electromagnético, quebraron y compraron bancos, controlaron absolutamente el transporte remunerado de personas, descubrieron que el negocio del siglo era para unos, importar granos, mientras los otros empacaban el arroz y los frijoles, aunque ello significaba mandar al carajo la soberanía alimentaria y a los agricultores locales etc. Un número importantes de empresas del Estado estaba dentro de una enorme firma denominada Corporación de Desarrollo S.A. (CODESA) y sus filiales, que no resistieron el apetito de la nueva clase que se abría camino. (ver “Volvamos a la Tierra”; Págs. 48 “restructuración de CODESA” y 63, inciso ch “trabajadores propietarios”).
En las páginas 66 y 67 el programa se propone “modernizar” el Ministerio de Trabajo para acometer sus fines (no hablaba de aumentar el número de inspectores para que prevalecieran los derechos de los trabajadores ante la voracidad que asomaba), fomentaría, en cambio, el “sindicalismo democrático” que, años más tarde, muchos de sus líderes, propician y defienden los famosos encuentros y foros para el “diálogo social”, en búsqueda de “ajustar” y seguir abrazado al “desarrollo sostenible”. Otros, con un léxico más refinado proveniente de los socialistas europeos, planteaban un “capitalismo del bienestar” para destacar que, es posible “ajustar” los problemas en la democracia, “focalizando” los desajustes y llevando la oportuna “acción social” webberiana. Al final, propietarios de los medios de producción y vendedores de la fuerza de trabajo se ayudan mutuamente y todos somos contentera.
Ya para 2020, el gobierno de turno, abogaba por reducir la planilla del Estado en 7.000 funcionarios, recurriendo a la “movilidad laboral”, como parte de la “agenda de estabilidad financiera”, y así, a fin, de acceder a un préstamo por $ 1750 millones con el Fondo Monetario Internacional (Fuente: https://ameliarueda.com/nota/gobierno-movilidad-reducir-planilla-7000-funcionarios-noticias-costa-rica). Casi simultáneamente, se adiciona al Código Penal, el 2 de mayo de 2022, el artículo 256 bis, estableciendo: se impone pena de diez a treinta días de prisión a quien, sin autorización de las autoridades competentes impidiere, destruyere o dificultare, en alguna forma, el tránsito o el movimiento de transeúntes.
A pesar de los profundos cambios legales, políticos y económicos habidos en las últimas décadas, seguimos sin ser el “primer país desarrollado de América Latina”, esperando ser la sociedad de “propietarios y no de proletarios” y sigue la duda de si somos, efectivamente, Jaguar o Tigrillo en la región y somos el país más feliz del mundo.
c) El gran duelo a machete
Cuando el periódico “La Teja”, el 4 de abril de 2022, nos contaba que Rodrigo Chaves Arguedas, un guardaespaldas del tres veces presidente, José Figueres Ferrer, fue el padre del gobernante Rodrigo Chaves Robles, las posibilidades de un futuro gobierno de riñón verdiblanco quedaba abierto; o por el contrario, entraría en confrontación directa con una parte de la burguesía local surgida gracias a los llamados PAEs e instalada en las esferas decisorias para cumplirle las exigencias de los organismos financieros internacionales.
El primer aviso ocurrió el 31 de mayo de 2023, cuando Chaves dijo que el convenio entre la Coalición Costarricense de Iniciativa de Desarrollo (CINDE), Comex y PROCOMER había llegado a su fin . La coalición privada, que recibía fondos públicos, estaba entre nosotros desde 1982, y por ella pasaron tecnócratas destacadísimos de los partidos Liberación Nacional y la Unidad Social Cristina.
Durante 41 años, según datos dados a conocer por CINDE, hubo 181 mil empleos directos, es decir un promedio de 4.414 anuales, y unos 74 mil empleos indirectos, algo así de 1804 por año.
Casos que sacudieron a la sociedad costarricense y dados a conocer por la prensa en los últimos 30 años durante los gobiernos que se alternaron el PLN-PUSC-PAC.
Asimismo, el 20 de abril de 2023 el ministerio de educación anunció el fin del convenio Marco Cooperación MEP-FOD a partir del 6 de mayo del 2023. El poner fin a este convenio degeneró en furibundos ataques contra la Administración Chaves por diputados liberacionistas y socialcristianos en la Asamblea Legislativa.
Francisco Antonio Pacheco, presidente de la Fundación Omar Dengo, defendió en todo momento lo que denominó el correcto uso de los fondos públicos por unos 235 mil millones de colones en los últimos años para el desarrollo del Programa Nacional de Informática Educativa en 4200 escuelas.
En este contexto, el “gobierno gerencial” de Chaves, no está contra la recolonización en que nos tienen el Banco Mundial y el Fondo Monetario, sino que, al priorizar definitivamente los intereses estadounidenses, en cuanto a la tecnología 5 G, ayudas en materia de seguridad cibernética, entre otras, impone como único patrón ideológico referencial a la sociedad y el gobierno norteamericano, en su marcha hacia la “singapurización “de Costa Rica.
La dimensión de este “pleito a machete”, producido por una burguesía que tuvo 40 años para blindar todos sus intereses con cientos de leyes, jurisprudencias, reformas y decretos, frente a la oligarquía alineada con el gobierno actual y el llamado “occidente colectivo”, que trata de salvar algo de sus 500 años de hegemonía absoluta, lo veremos en “directo” y a “todo color” cuando el Ejecutivo insista en su proyecto estrella de “Ciudad gobierno”, consistente en un complejo sistema de obras instaladas en terrenos del Estado y financiado a largo plazo por el Banco Centroamericano de Integración Económica para alojar ministerios y oficinas públicas, cuyos alquileres, según datos oficiales, dejan $600 millones (₡420.000.000.000) anuales a un reducido número de familiares dedicadas a este negocio y conectadas a la alta politiquería. No se conocen las familias beneficiadas con estos alquileres ni los partidos políticos a que están afiliados.
El otro agarrón de pelo está a la vuelta de la esquina con el proyecto de venta del Banco de Costa Rica, cuyos sectores fortalecidos desde hace 40 años, no rechazan la privatización de este activo, con excelente salud financiera, sino que ellos quieren una porción importante del pastel y éste no sea entero para las empresas preferidas por la oligarquía.
Ojalá los trabajadores y trabajadoras, no importa el partido político por el cual han votado, comprendan que estos “pleitos” que a veces trascienden, son cara y escudo de una misma moneda. A ellos corresponde construir el tejido social con reflexión a fondo y movilización social desde las comunidades, con el fin claro que son ellos los dueños de la historia, en la medida, eso sí, entiendan la política como servicio a los demás; pero sí ella no se articula con otras comunidades y movimientos populares terminarán defendiendo feudos de todo tipo y en todas partes, corriendo el riesgo que la politiquería los reviente.
Mesa Nacional de Diálogo Social y Productivo manifiesta su apoyo solidario al movimiento de protesta que promueve el Magisterio Nacional ante el incumplimiento del ajuste salarial.
Abril, 2024.
La Mesa Nacional de Diálogo Social y Productivo se solidariza con los trabajadores y las trabajadoras del Magisterio Nacional que no han recibido el reajuste salarial por el aumento de costo de La Mesa Nacional de Diálogo Social y Productivo se solidariza con los trabajadores y trabajadoras del Magisterio Nacional que no han recibido el reajuste salarial por el aumento de costo de vida.
Hacemos un llamado urgente a todos los sectores sociales y productivos para que se unan en defensa de la dignidad salarial de los trabajadores y las trabajadoras de la educación costarricense.
El Magisterio Nacional de Costa Rica inicia su quinto año consecutivo de congelamiento salarial, lo que significa que desde el 2020 a la actualidad, no han recibido el ajuste salarial correspondiente al aumento del costo de vida.
Esta situación es alarmante, esencialmente ante el preocupante aumento en el costo de vida durante este período prolongado.
A pesar del acuerdo firmado y las reiteradas promesas públicas del gobierno actual de realizar el pago de ajuste a los salarios de acuerdo con las condiciones económicas y el costo de vida, la realidad muestra una falta de acción efectiva que atienda los derechos salariales. La clase trabajadora magisterial, junto con otros sectores laborales del ámbito público, ha soportado el peso de las decisiones en materia fiscal de los últimos años bajo el pretexto de proteger las finanzas públicas.
Sin embargo, el congelamiento salarial solo agrava las dificultades para las personas trabajadoras y debilita la calidad del sistema educativo público, que es fundamental para el progreso del país.
Es imperativo unirnos en esta lucha por un salario digno para los trabajadores y las trabajadoras de la educación costarricense. La educación pública, su enorme y ejemplar planilla de trabajadores y de trabajadoras no deben ser sacrificadas en medio de la crisis económica que enfrenta nuestro país.
Ante este escenario, respaldamos la convocatoria del Sindicato de Trabajadores y Trabajadoras de la Educación Costarricense (SEC), quienes convocan a una manifestación de Protesta Nacional ante el incumplimiento del gobierno al pago de ajuste salarial, el próximo lunes 1 de abril de manera regionalizada en todo el país, en San José la concentración será a las 9:00 am, frente al Ministerio de Hacienda de Costa Rica, para exigir el justo y merecido ajuste salarial del sector público y que se descongelen los salarios, con un especial énfasis en el sector educativo.
Desde la Mesa Nacional de Diálogo Social y Productivo, expresamos nuestra solidaridad y respaldo a la lucha justa de la clase trabajadora de la educación costarricense.
En unidad podemos lograr un cambio significativo y garantizar un futuro mejor para los trabajadores y las trabajadoras de la educación costarricense y el sistema educativo en su compuesto.
Puntos de concentración regionalizados de la protesta para este lunes 01 de abril 2024.
Un comunicado del SEC señala que mantendrán las medidas de presión hasta que el gobierno cumpla con el pago de la deuda por costo de vida tal y como se había acordado.
Le invitamos a escuchar el presidente del SEC:
El dirigente magisterial enfatiza que un valor de la credibilidad es «muy preciado e importante». Ante la necesidad de que se respete el salario y su recuperación por costo de vida llama a todo el personal docente a estar presente en la protesta. Señala al presidente de la República que el compromiso asumido no se cumplió. Compartimos el video:
El presidente del SEC llama a defender la dignidad del magisterio nacional:
La Confederación de Trabajadores Rerum Novarum (CTRN) hace expreso su apoyo y solidaridad con la lucha de nuestra organización afiliada, el Sindicato de Trabajadoras y Trabajadores de la Educación Costarricense (SEC), ante el incumplimiento por parte del gobierno, del pago del reajuste salarial por costo de vida del año 2020.
El gobierno firmó un acuerdo en el cual la Ministra de Educación, Anna Katharina Müller, el Ministro de Hacienda, Nogui Acosta y la Ministra de Planificación, Laura Fernández Delgado se comprometieron a pagar el aumento retroactivo por costo de vida a las trabajadoras y trabajadores de la educación en la segunda quincena de marzo, pero no cumplió, manteniendo la deuda con gran cantidad de personas trabajadoras del magisterio nacional.
Dicho aumento corresponde al último reajuste por costo de vida reconocido a la clase trabajadora asalariada del sector público, decretado en diciembre de 2019 y que no se hizo efectivo por la pandemia.
Por esta razón, el SEC ha convocado al magisterio nacional a unirse este lunes 1 de abril y salir a las calles a protestar, como una forma de exigir respeto a la dignidad del Magisterio y exigir al Gobierno que cumpla con su palabra y con los compromisos firmados.
“Las personas trabajadoras de la educación costarricense, así como otros sectores, han experimentado años de congelamiento salarial, mientras que el costo de vida golpea a sus familias mes a mes. La fecha acordada para el pago retroactivo del reajuste por costo de vida del año 2020 estaba pactada para la segunda quincena de marzo, sin embargo, aún se lo adeudan a 30.000 trabajadoras y trabajadores de la educación”, detalló Fanny Sequeira, Secretaria General de la CTRN.
Por su parte, Gilbert Díaz, Presidente del SEC agregó que el gobierno no cumplió con su palabra de cancelar la deuda a todo el Magisterio Nacional y no claudicarán en la lucha por defender los derechos de los trabajadores y las trabajadoras de la Educación.
Un Gobierno que no cumple lo que firma no respeta a su pueblo y no merece su confianza.
Integrantes de la Asociación Nacional pro Sufragio de la Mujer encabezadas por Elizabeth Cady Stanton y Susan B. Anthony.
Vladimir de la Cruz de Lemos
El 8 de marzo se celebraba antes de 1975 como el Día Internacional de la Mujer Trabajadora. Era un día de convocatoria política de las mujeres trabajadoras movilizadas en lucha por la defensa y ampliación de sus derechos laborales y también políticos. En esa tarea, los partidos revolucionarios de todo tipo, especialmente socialistas, comunistas y organizaciones anarquistas, eran los que abanderaban estas luchas y la movilización de esta celebración.
Desde 1975, bajo el amparo de la Organización de las Naciones Unidas, por la presencia entonces de los países socialistas donde se conmemoraba este día, se aprobó celebrar el 8 de marzo como una fecha internacional. Su celebración actual es para reivindicar, defender y ampliar los derechos de las mujeres en todas partes del mundo, al menos de los países integrantes de la ONU, que además irían firmando, en lo sucesivo las Declaraciones y Convenios internacionales relacionados con las mujeres en particular.
Este día, 8 de marzo, se asocia originalmente a las luchas, a partir del siglo XIX, de los trabajadores en general y de las mujeres trabajadoras en particular. Sin embargo, se reconoce que en la Historia anterior hubo importantes mujeres que de distintas maneras defendieron sus derechos y se hicieron presentes en los escenarios políticos, sociales e intelectuales de las sociedades anteriores.
Así, por ejemplo, según nos cuenta la literatura, en la antigua Grecia, Lisístrata, como lo narra Aristófanes, convocó a una huelga sexual contra los hombres para poner fin a la guerra civil que vivían los atenienses, destacándose a la vez como un símbolo a favor de la paz. Proponía un juramento de las mujeres frente a sus hombres:
Lisístrata: Lampitó, todas las mujeres toquen esta copa, y repitan después de mí: no tendré ninguna relación con mi esposo o mi amante. Cleónica: No tendré ninguna relación con mi esposo o mi amante. Lisístrata: Aunque venga a mí en condiciones lamentables. Cleónica: Aunque venga a mí en condiciones lamentables (¡Oh, Lisístrata, esto me está matando!). Lisístrata: Permaneceré intocable en mi casa. Cleónica: Permaneceré intocable en mi casa. Lisístrata: Con mi más sutil seda azafranada. Cleónica: Con mi más sutil seda azafranada. Lisístrata: Y haré que me desee. Cleónica: Y haré que me desee. Lisístrata: No me entregaré. Cleónica: No me entregaré. Lisístrata: Y si él me obliga. Cleónica: Y si él me obliga. Lisístrata: Seré tan fría como el hielo y no le moveré. Cleónica: Seré tan fría como el hielo y no le moveré […] Lisístrata: ¿Todas han jurado? Mirrina: Todas.
Otro ejemplo, el sacrificio de Ifigenia, cuando el esposo decide quitarle la vida porque la mujer no acepta la vida que lleva, o las reinas Amazonas, que nos recuerdan a las mujeres guerreras, como lo relata Heródoto, o Aspasia, la mujer más famosa, inspiradora de la política de Atenas, en tiempos de Pericles; o Safo, de la Isla de Lesbos, como bien nos la recuerda el Dr. Juan Jaramillo, como la mujer bien admirada cuya conducta a nadie le importaba en su tiempo; o Sukaina, que desafió a Mahoma, su bisabuelo, demostrándole que en ninguna parte del Corán se le exigía a las mujeres cubrirse la cara con un velo; o Sherezade, la gran tejedora de la narrativa popular, la creadora del cuento oral.
Durante días de la Gran Revolución de 1789, de la Revolución francesa, las parisienses que pedían «libertad, igualdad y fraternidad» y marcharon hacia Versalles para exigir el sufragio femenino.
En 1791 Olympe de Gouges, que era el nombre literario o el seudónimo de Marie de Gouze, escritora, dramaturga, filósofa y política francesa, redacta la «Declaración de los derechos de la Mujer y la Ciudadana», del 5 de septiembre de 1791, en idénticos términos que la «Declaración de los derechos del Hombre y el Ciudadano», del 26 de agosto de 1789, donde reclama para las mujeres los mismos derechos que allí se habían establecido para los hombres, documento que planteaba la emancipación política y la equidad de la mujer, la igualdad entre el hombre y la mujer en la vida privada y en la vida pública, el derecho al voto y al trabajo público, el derecho a hablar en público de temas políticos, a acceder a puestos políticos, a poseer propiedades y el derecho a la educación.
A ella le debemos la expresión: «Si la mujer puede subir al cadalso, también se le debería reconocer el derecho de poder subir a la tribuna», Cabe decir que cayó sobre su nuca la guillotina bajo el período del terror revolucionario.
En Inglaterra, en ese mismo período, Mary Wollstonecraft, en 1790 y en 1792 publica Vindicación de los derechos del hombre, en 1790, y Vindicación de los derechos de la mujer, en 1792, levantando banderas republicanas y de igualdad de la mujer.
En la historia costarricense recordamos a la indígena Biriteca, cuyo valor le dio la seguridad a los caciques y guerreros indígenas, Coyoche, para que, con Pabru Presberi, mantuvieran la resistencia más grande a la invasión española, a principios del siglo XVIII.
Lo mismo, durante el período colonial en América Latina, en la lucha por la Independencia que se asocian nombres de mujeres como Ana de Tarna, María Gregoria, Juana Moreno, Micaela Bastidas Puyuqawa, Tomasa Tito Condemayta, Bartolina Sisa, Cecilia Tupac Amaru.
A partir de la Independencia, la construcción del Estado nación fue lograda, en parte, también por la participación de las mujeres, como fueron, entre otras, Juana de Azurduy, en Alto Perú, a la cual la historia refiere como la máxima heroína de la Independencia de América. Pero, en este orden, destaca el compromiso de Manuela Sáenz, a la lucha bolivariana, o de Pancha Carrasco, en la gesta nacional contra los filibusteros en Costa Rica y en Centroamérica.
El siglo XIX fue, también, el siglo del impacto de la Independencia de las colonias inglesas y de la Revolución norteamericana, de la Revolución francesa, de sus ideales, su republicanismo, sus valores de libertad, igualdad y fraternidad, de la Ilustración, el Iluminismo y el Enciclopedismo, de las revoluciones de Independencia en la América española, de las revoluciones europeas de 1820, 1830 y 1848; del industrialismo en Europa y Estados Unidos, particularmente, haciendo surgir la clase obrera, y con ella las luchas sociales por mejorar las condiciones de trabajo y de seguridad e higiene ocupacional, así como los seguros sociales a finales de ese siglo. Del mismo modo, fue el origen de las organizaciones laborales y sus luchas, las sociedades de socorros mutuos, de mutuo auxilio, ayudas mutuas, las Fraternelles, el cooperativismo, las sociedades de trabajadores, de artesanos y de obreros, las primeras asociaciones sindicales, la I y la II Internacional obreras; las luchas cartistas, ludistas y las propiamente sindicales. Es el siglo del surgimiento de la clase obrera organizada con sus partidos obreros, socialistas, socialdemócratas, anarquistas, con referencia al Manifiesto Comunista, de 1848, los revolucionarios de distintos tipos o denominaciones, junto a los partidos liberales, y al final del siglo de los movimientos socialcristianos al calor de la Encíclica Rerum Novarum.
Un siglo de grandes luchas, entre ellas, las luchas por la rebaja de la jornada de trabajo a 8 horas, lo que se logra entre 1886 y 1890, de manera más generalizada, gracias a las grandes jornadas de lucha del movimiento obrero de los Estados Unidos, en Chicago, y de las luchas obreras en Europa.
Fue también el tiempo del inicio de las luchas políticas y electorales donde las mujeres se movilizan para que se les reconozcan sus derechos políticos, a la par de las reivindicaciones obreras y laborales.
Así, el origen del Día de la Mujer se remonta a los movimientos y luchas obreras del siglo XIX y principios del XX, principalmente en Estados Unidos y Europa.
En el contexto de industrialización temprana de las fábricas, de los trabajadores, que incluían mujeres y niños, sin grandes distinciones con el trabajo de los hombres, se celebraron sucesivas manifestaciones para exigir mejores condiciones de trabajo y salarios, jornadas laborales más cortas y la prohibición del trabajo infantil.
A las pocas semanas de la publicación del Manifiesto Comunista, en los días del 19 al 20 de julio, de 1848, nace el movimiento sufragista en la primera Convención Feminista sobre los Derechos de la Mujer, llamada Convención de Seneca Falls, que produjo el documento conocido como «Manifiesto de Seneca Falls», que se considera la primera convención por los derechos de la mujer, que se celebró en los Estados Unidos, donde participaron 300 activistas por los derechos de la mujer, cuya declaración final fue firmada por más de 100 mujeres. En 1848, las norteamericanas Elizabeth Cady Stanton y Lucretia Mott protestaron contra el impedimento que tenían de hablar en público, y en una convención que trataba la abolición de la esclavitud, acto que se asocia al origen del movimiento feminista de los Estados Unidos.
En marzo de 1857, una ola de huelgas masivas recorrió el Estado de Nueva York, en Estados Unidos. La industria textil se nutría de la explotación esclavista de la población afrodescendiente en los campos algodoneros del Sur, y explotaba a les trabajadores del Norte con jornadas de más de 10 horas diarias.
El 8 de marzo, de 1857, las obreras de New York fueron brutalmente reprimidas, al luchar por mejores condiciones de trabajo, aumento de salarios y rebaja de la jornada de trabajo a 10 horas diarias.
Fue una lucha política para poder influir en la determinación y en la decisión del gobierno de fijar salarios, jornadas y condiciones de trabajo.
En esos mismos días, en 1858, Emmeline Pankhurst, activista política británica y líder del movimiento sufragista, levantó banderas de participación política. Manifestó. «No queremos quebrantar las leyes, queremos redactarlas y refrendarlas».
La situación de las mujeres trabajadoras se agravaba. Se agitaban sus condiciones de vida y de trabajo. A las luchas obreras y las grandes jornadas de las 8 horas de Chicago, de 1886 y 1890, siguieron las luchas obreras y las luchas políticas de las mujeres.
En 1893, en Nueva Zelanda, se autoriza el derecho al voto de las mujeres, y el 28 de noviembre de 1893, Elizabeth Yates se convierte en la primera alcaldesa en el mundo, electa popularmente.
En Inglaterra, igualmente, aparecen las suffragettes, que eran las activistas por los derechos civiles, lideradas por Emmeline Pankhurst, que van a llevar el feminismo, en Inglaterra y Estados Unidos, al terreno del activismo por la igualdad de derechos frente al Estado.
Las luchas del momento, la discusión que giraba en torno a la eliminación de la esclavitud, va a influir en el futuro del movimiento feminista, estableciéndose una correlación entre la lucha por la abolición y la lucha por los derechos de la mujer: muchas de las líderes de esta segunda corriente son esposas de líderes abolicionistas.
Lograda la abolición se producen contactos estrechos entre las feministas y las mujeres negras, en las que destaca Sojourner Truth. Con la abolición de la esclavitud no se igualó la raza, el género, por lo que las luchas feministas electorales siguieron su propio camino.
La lucha desarrollada por las mujeres trabajadoras, en Europa y Estados Unidos, por obtener mejores condiciones de trabajo, era impulsada bajo las banderas de los partidos socialistas y comunistas ya existentes.
En 1900, las mujeres alemanas hicieron una serie de peticiones al Reichstag para exigir el acceso a la universidad y a la posibilidad de presentarse a oposiciones.
En 1903, surgió la Liga Sindical Femenina, una organización de trabajadoras asalariadas estructurada por mujeres socialistas, sufragistas y profesionales liberales norteamericanas. El último domingo de febrero, de 1908, las mujeres de esta Liga Sindical celebraron una manifestación denominada «Día de la Mujer», reivindicando el derecho al voto y mejores condiciones laborales. El acto se repitió al año siguiente en Manhattan donde se reunieron 2000 personas.
En 1907, en Austria, los landstag deciden establecer el voto general y obligatorio.
El 8 de marzo de 1908, 146 mujeres trabajadoras de la fábrica Cotton, de Nueva York, protestaban por los bajos salarios y las malas condiciones laborales, manteniéndose en la fábrica hasta que se lograran sus peticiones. El dueño no aceptó estas protestas laborales, cerró las puertas de la fábrica y le prendió fuego a las instalaciones con las mujeres en su interior, quemándose todas ellas.
A finales de marzo, el 25 de marzo de 1911, en Estados Unidos se produjo incendio que asoló la fábrica Triangle Blouse Company, en Nueva York, en él murieron casi 150 mujeres, muchas de ellas inmigrantes, lo que tuvo una gran resonancia mundial en las legislaciones obreras, y en los propios Estados Unidos. El día del incendio, algunas puertas de la fábrica, que ocupaba los tres pisos superiores de un edificio de diez plantas, estaban cerradas para impedir que los trabajadores salieran a la huelga. Murieron 146 personas de las cuales 125 eran mujeres y 21, hombres. Se dijo que el humo que expedía el edificio en llamas era de color morado por los tejidos que se usaban en la fábrica textil, motivo por el cual el color morado se usa, en las marchas del 8 de marzo, como símbolo que recuerda a estas mujeres y su lucha.
Las líderes del Partido Socialista de los Estados Unidos, antecedente del Partido Comunista de ese país, que se funda en 1919, como Corinne Brown y Gertrude Breslau-Hunt, organizan actos de solidaridad y en conmemoración de las luchas de las trabajadoras textileras de Chicago, que en 1908 exigían la reducción de la jornada de trabajo, mejores salarios y mejores condiciones de trabajo, junto con la reivindicación del sufragio.
Entre noviembre de 1909 y febrero de 1910 se produjo la huelga de las camiseras conocida como el Levantamiento de las 20,000. La huelga fue dirigida por Clara Lemlich y apoyada por la Liga Nacional de Sindicatos de Mujeres Estados Unidos. Su lucha fue por reducir la jornada laboral, obtener mejores salarios y lograr derechos políticos, como el voto.
Una declaración del Partido Socialista de los Estados Unidos de América, del día 28 de febrero, originó el primer Día Nacional de la Mujer, tradición que se siguió celebrando el último domingo de febrero, hasta el año 1913. El Comité Nacional de la Mujer de EE. UU. fue el que recomendó establecer el último domingo de febrero a favor del sufragio femenino.
En 1910, en Copenhague, Dinamarca, se reunió la II Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas, que era la organización que representaba a las mujeres de los partidos socialistas, de los partidos obreros socialistas, de los partidos obreros socialdemócratas y de los partidos laboristas, y de una variedad de organizaciones de mujeres, que pertenecían o estaban vinculadas a la II Internacional Socialista, originalmente fundada por Carlos Marx, en 1864, conocida como la I Internacional, que luego evolucionó a la II Internacional, en la década de 1870, que duró hasta el inicio de la Primera Guerra Mundial, que la desintegró por las divisiones causadas en torno al papel que debían tener los trabajadores frente a la Guerra Mundial.
Las luchas principales de esta organización internacional de mujeres giraban alrededor de la igualdad de género y de los derechos de las mujeres. La dirigente comunista Clara Zetkin dirigía esta asociación internacional, desde 1907, cuando se había constituido su Primera Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas.
En esta II Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas se realiza la Proclamación del Día Internacional de la Mujer, en Copenhague. Con esta proclamación se reiteró la demanda del sufragio universal y se proclamó el 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer Trabajadora.
En esta reunión, de Copenhague, Clara Zetkin y Kathy Duncker, dirigentes del Partido Socialista alemán, propusieron que se celebrara un Día Internacional de la Mujer Trabajadora, lo que se hizo en solidaridad con la lucha de las trabajadoras de Estados Unidos. En este Congreso se destacaron otras mujeres socialistas y comunistas, Rosa Luxemburgo, Aleksandra Kolontái, Nadezhda Krúpskaya, la esposa de Vladimir Lenin, e Inessa Armand.
La propuesta fue aprobada unánimemente por la conferencia con más de 100 mujeres procedentes de 17 países. Esta Conferencia Internacional de Mujeres, existe hoy como una Organización No Gubernamental, que reúne 150 asociaciones de mujeres de todo el mundo y forma parte del Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas.
La propuesta recuperaba la lucha de las mujeres estadounidenses e iniciaba la lucha feminista y socialista, que tendría como bandera los derechos laborales y políticos de las mujeres.
Como Día Internacional se empezó a celebrar en 1911, un 19 de marzo ese año en Alemania, Austria, Dinamarca y Suiza, con mítines a los que asistieron más de 1 millón de mujeres y hombres. Además del derecho de voto y de ocupar cargos públicos, exigieron el derecho al trabajo, a la formación profesional y a la no discriminación laboral.
En 1913-1914, en el marco de los movimientos pro de la paz, que surgieron en vísperas de la Primera Guerra Mundial, las mujeres rusas celebraron su primer Día Internacional de la Mujer el último domingo de febrero de 1913, de conformidad a calendario juliano que todavía tenían. En el resto de Europa, las mujeres celebraron mítines en torno al 8 de marzo del año siguiente para protestar por la guerra o para solidarizarse con las demás mujeres.
En la Rusia pre revolucionaria lo empezaron a celebrar en 1913, el último domingo de febrero, y a partir de 1914, en Rusia, Alemania y Suecia se unificó la celebración al 8 de marzo, como Día Internacional de la Mujer Trabajadora, también para protestar contra la guerra, a la que estaban siendo arrastrados los países europeos.
En Rusia, en el año revolucionario de 1917, aprovechando las luchas obreras de inicio de año, y del proceso democrático revolucionario de febrero de 1917, se celebró el 8 de marzo.
Con el triunfo de la Revolución Socialista de octubre de 1917, Lenin le asignó un importante reconocimiento al papel de la mujer en la lucha política, y en la lucha por el socialismo.
En 1917, ante los 2 millones de soldados rusos muertos en la guerra, las mujeres rusas escogieron de nuevo el último domingo de febrero para declararse en huelga en demanda de «pan y paz», parte de las tres principales consignas revolucionarias que agitaba Lenin en esos días. La tercera consigna era «tierra», las cuales se llevaron a la ejecución con los tres primeros decretos de la Revolución Rusa de octubre, en 1917. Unas 90,000 trabajadoras se manifestaron contra las malas condiciones de trabajo, el hambre, la participación rusa en la Primera Guerra Mundial.
Los dirigentes políticos criticaron la oportunidad de la huelga, pero las mujeres la hicieron de todos modos. A los cuatro días de la huelga, el zar se vio obligado a abdicar y el gobierno provisional concedió a las mujeres el derecho de voto. Esta lucha de las mujeres rusas fue considerada como uno de los primeros momentos de la Revolución bolchevique.
Con la Revolución, las mujeres conquistaron en Rusia derechos que los estados capitalistas negaban a sus compañeras. El sufragio y el derecho para participar en política, el aborto legal libre y gratuito, el derecho al divorcio y al reconocimiento de los niños nacidos fuera del matrimonio, la despenalización de la homosexualidad.
El 23 de septiembre de 1919 Lenin hizo un importante discurso donde trazó «Las tareas del movimiento obrero femenino en la República Soviética». Allí señaló que «todavía la situación de la mujer sigue siendo penosa debido a sus tareas domésticas. Para lograr la total emancipación de la mujer y su igualdad real y efectiva con el hombre, es necesario que la economía nacional sea socializada y que la mujer participe en el trabajo general de producción. Entonces sí la mujer ocupará el mismo lugar que el hombre». Claro está, señalaba Lenin:
Aquí no hablamos de igualar a la mujer con el hombre en lo que se refiere a la productividad del trabajo, la cantidad de trabajo, la duración de la jornada, las condiciones de trabajo, etc.; sostenemos que la mujer no debe, a diferencia del hombre, ser oprimida a causa de su posición en el hogar. Todas ustedes saben que incluso cuando las mujeres gozan de plenos derechos, en la práctica siguen esclavizadas, porque todas las tareas domésticas pesan sobre ellas. En la mayoría de los casos las tareas domésticas son el trabajo más improductivo, más embrutecedor y arduo que pueda hacer una mujer. Es un trabajo extraordinariamente mezquino y no incluye nada que de algún modo pueda contribuir al desarrollo de la mujer.
En la búsqueda del ideal socialista, luchamos por la realización total del socialismo, y en este camino se abre un amplio campo de acción para la mujer. Nos disponemos ahora a emprender concretamente la tarea de desbrozar el terreno para la construcción del socialismo, y la edificación de la sociedad socialista solo comienza allí donde, después de haber logrado la igualdad completa de la mujer, abordamos las nuevas labores junto a ella, libre y de esas faenas mezquinas, embrutecedoras e improductivas. Y estas labores nos ocuparán durante muchos, muchísimos años.
Decimos que la emancipación de los obreros debe ser lograda por los obreros mismos, y ocurre otro tanto con la emancipación de las mujeres trabajadoras: debe ser fruto de su propio esfuerzo. Las trabajadoras deben preocuparse de desarrollar las instituciones a que nos referimos, y esta actividad de la mujer conducirá a hacer cambiar radicalmente la situación que ocupaba en la sociedad capitalista.
Para poder intervenir en política, en el viejo régimen, capitalista, se requería una preparación especial, de modo que el papel de las mujeres en la vida política era insignificante incluso en los países capitalistas más avanzados y libres. Nuestra tarea es lograr que la política sea accesible a toda mujer trabajadora.
En 1921, Lenin, de nuevo abordó el tema de las mujeres el 8 de marzo, en la celebración de esta fecha. Enfatizó en que «bajo el capitalismo, la mitad femenina del género humano esta doblemente oprimida. La obrera y la campesina son oprimidas por el capital y, además, incluso en las repúblicas burguesas más democráticas no tienen plenitud de derechos, ya que la ley les niega la igualdad con el hombre. Esto, en primer lugar, y, en segundo lugar —lo que es más importante—, permanecen en la «esclavitud casera», son «esclavas del hogar», viven agobiadas por la labor más mezquina, más ingrata, más dura y embrutecedora: la de la cocina y, en general, la de la economía doméstica familiar individual». A propósito de la jornada de trabajo 4-3 que se quiere imponer, estas reflexiones de Lenin siguen cobrando gran actualidad.
La Revolución rusa, como parte de su lucha por la liberación y la igualdad de la mujer, estableció, por iniciativa de Alexandra Kollontai, que había sido nombrada Comisaria del Pueblo para la Asistencia Pública, el voto de la mujer, el divorcio y el aborto legal, y que se estableciera en Rusia el 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer. A partir de aquí se empezó a celebrar en distintos países, al impulso también de la III Internacional, organización que impulsó Lenin para desarrollar partidos comunistas y organizaciones sindicales.
En 1918, en Inglaterra, se regula el voto para mujeres mayores de 30 años y poseedoras de una casa. En 1928, la edad para votar se equipara a la de los hombres. Por su parte, en Estados Unidos, la Decimonovena Enmienda de 1920 otorga derecho al voto en todos los estados del país.
Junto al derecho al voto, la lucha feminista tuvo como objetivo los derechos educativos.
Desde 1922 hasta 1975 se institucionalizó el Día Internacional de la Mujer en el contexto de las luchas socialistas y comunistas en todo el mundo. A partir de 1975, con apoyo de la ONU se celebra en todo el mundo. En 1922 en China se celebra este día. En 1924, el 10 de mayo, Ecuador estableció el sufragio femenino.
En España, en 1936 impulsado bajo el período de la II República, por la dirigente comunista Pasionaria, Dolores Ibarruri, se empezó a celebrar el 8 de marzo. En Costa Rica el Partido Comunista, fundado en 1931, se inició la celebración de esta fecha.
Con la Constitución de las Naciones Unidas se abrió un escenario para atender a nivel internacional la situación de las mujeres. Desde el 24 de octubre de 1945 las Naciones Unidas han consagrado el desarrollo y promoción de «las libertades fundamentales de todos, sin hacer distinción por motivos de raza, sexo, idioma o religión»; de la igualdad de derechos de mujeres y hombres como aspecto fundamental de su razón de ser. En la sesión inaugural de la Asamblea General de las Naciones Unidas en Londres, Reino Unido, Frieda Dalen de Noruega se convirtió en la primera mujer delegada en intervenir y Eleanor Roosevelt, de los Estados Unidos de América, pronunció su célebre «Carta abierta a las mujeres del mundo» en la que las llamó a participar más en los asuntos nacionales e internacionales.
Como parte de su atención la ONU creó una comisión funcional del Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas (ECOSOC), la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer (CSW), como el primer organismo intergubernamental mundial dedicado exclusivamente a la promoción de la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres, organismo que ha sido decisivo para supervisar la condición de los derechos de las mujeres en todo el mundo y definir los estándares internacionales sobre igualdad de género. La Comisión reúne a Estados Miembros, a organizaciones de la sociedad civil y diversas entidades.
En diciembre de 1947, la Asamblea General aprobó una resolución por la que se proclamaba el Día de las Naciones Unidas para los Derechos de la Mujer y la Paz Internacional, que los Estados Miembros deben observar todos los días del año, en conformidad con su tradiciones históricas y nacionales. Así se dio, el 10 de diciembre de 1948, la histórica Declaración Universal de Derechos Humanos como el primer reconocimiento mundial de que existen derechos inalienables y libertades fundamentales que se aplican a todos los seres humanos.
En 1952 la ONU aprobó la Convención sobre los Derechos Políticos de la Mujer, donde se estableció que las mujeres tienen derecho a votar en todas las elecciones, en igualdad de condiciones con los hombres, sin discriminación alguna, que las mujeres tienen derecho a ser elegidas para puestos públicos de elección, en igualdad de condiciones que los hombres y sin discriminación, y que tienen derecho a ejercer puestos públicos y toda función pública.
En 1972, la Asamblea General de las Naciones Unidas, en su resolución 3010, declaró a 1975 «Año Internacional de la Mujer».
En 1975, la ONU comenzó a celebrar el ocho de marzo, como el Día Internacional de la Mujer.
En México, en 1975, del 19 de junio al 2 de julio tuvo lugar la primera Conferencia Mundial sobre la Mujer, donde se formuló el Decenio de las Naciones Unidas para la Mujer: Igualdad, Desarrollo y Paz a fin de implementarlo, 1976-1985, un plan de acción para la promoción de la mujer.
En 1977, la Asamblea General de la ONU proclamó el ocho de marzo como el Día Internacional por los Derechos de la Mujer y la Paz Internacional, lo que oficializó, para los países, este día dentro de sus calendarios. Así, la ONU reconoció los orígenes de las luchas de las mujeres que, en Europa, y Estados Unidos, reclamaban a comienzos del a finales del siglo XIX y principios del siglo XX el derecho al voto, mejores condiciones de trabajo y la igualdad entre los sexos.
En 1979, la ONU aprobó la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer, conocida como «Declaración de Derechos de la Mujer», que es el instrumento jurídico internacional más exhaustivo para proteger los derechos humanos de las mujeres. Aquí se define el significado de discriminación contra las mujeres y establecen obligaciones legales para los países que forman parte de ella con el objetivo de poner fin a esta discriminación; se exige que los Estados Miembros eliminen la discriminación contra las mujeres en la esfera pública y privada, incluido el ámbito familiar, y se propone alcanzar una igualdad sustantiva entre mujeres y hombres, tanto en las leyes como en la vida real. Se indica también que la discriminación contra la mujer viola los principios de igualdad de derechos y el respeto de la dignidad humana. Con relación al matrimonio y las relaciones familiares, se faculta a las mujeres a elegir libremente el cónyuge y a contraer matrimonio con su pleno consentimiento; otorga igualdad de derechos y responsabilidades durante el matrimonio y como progenitoras, a decidir libre y responsablemente el número de hijos, a elegir su apellido, a la vez que garantiza los mismos derechos en materia de propiedad y administración de bienes.
En 1984 el Convenio Internacionales por la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer, fue ratificado por Costa Rica.
En materia de derechos reproductivos, la ONU, junto con la Organización Mundial de la Salud, ha reconocido la salud reproductiva como «..un estado general de bienestar físico, mental y social», y reconoce que la salud reproductiva supone la capacidad de disfrutar de una vida sexual satisfactoria y sin riesgos, la capacidad de procrear y la libertad para decidir hacerlo o no hacerlo, cuándo y con qué frecuencia, y el derecho básico de cada pareja, e individuo, a decidir con libertad y responsabilidad el número, frecuencia y tiempo de sus hijos y a tener la información y medios para hacerlo, así como el derecho de todos de tomar decisiones acerca de la reproducción, sin discriminación, coerción ni violencia.
El reconocimiento de estos derechos es un logro importante de las organizaciones de mujeres de todo el mundo, a pesar de la fuerte oposición de los fundamentalistas religiosos, como los que existen en Costa Rica.
En 1994 se había constatado que por lo menos tres mujeres y niñas sufren violencia a lo largo de su vida, lo que constituye una de las violaciones de los derechos humanos más generalizadas que las Naciones Unidas deben priorizar.
En la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo, en El Cairo, Egipto, en 1994, se reafirmó que el cumplimiento de los derechos de las mujeres y las niñas como un motor fundamental del desarrollo sostenible, y situó el empoderamiento de las mujeres en el centro del desarrollo, considerando el derecho de las mujeres y las parejas a controlar su propia fertilidad como el núcleo fundamental de las políticas y los programas sobre población. Este año, 1994, se reconoció el Día Internacional de la Mujer en los Estados Unidos.
Del 4 al 15 de septiembre de 1995 se realizó la Cuarta Conferencia Mundial de las Naciones Unidas sobre la Mujer, en Beijing, China, donde acudieron 17,000 participantes y 30,000 activistas, la cifra más alta del mundo en reuniones de este tipo. Las tres conferencias anteriores se organizaron en Ciudad de México (1975), Copenhague (1980) y Nairobi (1985). En China 189 países aprobaron por unanimidad una referencia progresista a favor del empoderamiento de las mujeres.
En septiembre del 2000 se dio la Cumbre del Milenio donde se proclamó la Declaración del Milenio de las Naciones Unidas, con ocho objetivos diseñados para reducir la pobreza extrema con plazos y una fecha límite de 2015. Entre ellos el Objetivo 3 insta específicamente a fomentar la igualdad de género y el Objetivo 5 a mejorar la salud materna. En el 2015 la ONU había conseguido comprobar que la vida de las mujeres y las niñas en casi todas las regiones en desarrollo había alcanzado la paridad de género en la educación primaria, y los índices de mortalidad materna habían disminuido en un 45 por ciento.
En octubre del 2000 el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas aprobó la Resolución 1325 reconociendo que la guerra afecta a las mujeres de manera diferente e instaba a que las mujeres sean parte fundamental de la prevención, la gestión y la resolución de conflictos. Desde entonces, se han aprobado seis resoluciones más de apoyo —1820, 1888, 1889, 1960, 2106 y 2122—, atendiendo diversos matices, entre ellos, el reconocimiento de la violencia sexual como táctica de guerra hasta la disposición de un sistema de rendición de cuentas con el objetivo de implementar medidas más firmes que permitan a las mujeres participar en la resolución de conflictos y en la recuperación.
En julio del 2010 la ONU crea la Entidad de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres (ONU Mujeres) para acelerar el progreso en la atención de las necesidades de las mujeres y las niñas de todo el mundo.
En el 2011 la ONU, considerando las violaciones de derechos humanos sufridas por la comunidad de lesbianas, gais, bisexuales y personas transgénero, aprobó la primera resolución de las Naciones Unidas sobre orientación sexual e identidad de género, y en el 2014 sobre vulnerabilidad ante la exclusión social o la violencia, como, por ejemplo, las «violaciones correctivas», las agresiones y la negación de servicios básicos, entre ellas las prácticas nociva como la mutilación genital femenina, que afecta hoy a más de 230 millones de mujeres y niñas que sobreviven a la mutilación genital, solo en África más de 144 millones, en Asia 80 millones, y en Oriente Medio 6 millones, en una totalidad de 31 países que realizan esta práctica. En países como Somalia, Guinea y Yibuti más del 90% de mujeres sufren esta práctica.
En el 2013 la ONU aprobó el Convenio sobre las trabajadoras y los trabajadores domésticos (C189) en materia de derechos laborales entra en vigor, ofreciendo a las trabajadoras y los trabajadores domésticos —en su mayoría mujeres— los mismos derechos laborales básicos que al resto de trabajadoras y trabajadores. Desde la aprobación del Convenio 22 países han aprobado leyes que mejoran los derechos sociales y laborales de las trabajadoras y los trabajadores domésticos.
Este tratado de derechos humanos de las Naciones Unidas es el más ratificado después de la Convención sobre los Derechos del Niño.
Todavía queda mucho pendiente. Diariamente 800 mujeres mueren por causas relacionadas con el embarazo que podrían evitarse; una de cada tres mujeres sufre violencia física o sexual; las mujeres ocupan únicamente el 22 por ciento de escaños parlamentarios y actualmente representan más del 60 por ciento de la población analfabeta del mundo.
El 8 de marzo de 2017, se produjo el Primer Paro Internacional de Mujeres para visibilizar la violencia machista en todas sus formas y expresiones: sexual, social, cultural, política y económica.
En Costa Rica se desarrollaron distintos grupos de mujeres y luchadoras, en distintos frentes, incluido el político, como lo fueron las mujeres sufragistas durante las décadas de 1910 y 1920, las mujeres opositoras a los gobiernos de Rafael Ángel Calderón Guardia y Teodoro Picado, y las mujeres organizadas a favor de los presidentes de la Reforma Social, en los años de 1940-1948.
La sociedad costarricense antes de 1949 era muy excluyente. Durante todo el siglo XIX hasta 1913 el voto era público, indirecto y de segundo grado, sin participación de mujeres, lo que se logró hasta 1949. En 1890 el presidente José Joaquín rodríguez planteó la posibilidad de reconocer el voto de las mujeres, sin que se lograra, por la participación que habían tenido en los sucesos del 7 de noviembre de 1889, cuando se movilizaron, junto a los hombres para evitar un posible fraude electoral.
Durante el período de 1890 a 1910 se dieron luchas por la ciudadanía femenina y sobre los derechos políticos de las mujeres, ante el Congreso de la República. Entre 1890 y 1949 se presentan catorce proyectos a la Asamblea Legislativa para otorgarle o reconocerle a las mujeres el derecho al voto.
En 1923, siguiendo los movimientos internacionales se constituyó la Liga Feminista.
En 1925 se intenta aprobar, en el Congreso de la República, el reconocimiento del voto de la mujer, obteniéndose un resultado de 15 diputados a favor y 24 en contra.
El 20 de junio de 1949 en la Asamblea Nacional Constituyente se aprueba el reconocimiento del voto de la mujer. Se universaliza el voto. Se amplía y fortalece el proceso democrático. 33 diputados votaron a favor; 8 lo hicieron en contra.
Por primera ejercen el derecho al sufragio las mujeres en Costa Rica en un plebiscito distrital, de 1951, durante el gobierno de Ulate, para decidir en La Tigra y La Fortuna de San Carlos a cuál cantón pertenecían: si a San Ramón o San Carlos. Fue Bernarda Vázquez Méndez la primera mujer en ejercer y Amelia Alfaro Rojas, la segunda.
A partir de 1953 participan en procesos electorales nacionales. Las tres primeras diputadas fueron, ese año, María Teresa Obregón, Ana Rosa Chacón y Estela Quesada, todas del PLN. En 1998 fueron electas 11 mujeres. Hoy hay 26 de 57 diputadas.
Cada situación de estas, voto directo y secreto, significó mayor desarrollo de la democracia, más participación ciudadana y, menos control oligárquico del poder.
Sobre las mujeres se ejercía presión social y cultural para excluirlas de la vida política. Se les señalaba que su lugar era el corazón del hombre; el hogar y la maternidad; no la política.
En la primera década del siglo XX, se decía que la participación de la mujer en la coeducación conducía a la masculinización de las mujeres y a la feminización de los hombres.
Se afirmó que con la incorporación de la mujer a la política la familia se dividiría y debilitaría.
La universalización del voto en Costa Rica no fue solo una estrategia de los distintos partidos políticos por fortalecer su poder y ampliar el número de electores. Fue el resultado de una lucha democrática y de mayor participación ciudadana.
En la vida ciudadana y democrático las mujeres han tenido un papel destacado. Lucharon contra dictaduras y gobiernos que se consideraron antidemocráticos.
En la década de 1920 se discutió si las mujeres debían constituir un movimiento único de lucha política (las feministas) o, si debían participar más ampliamente, junto a los hombres en todas las luchas sociales, como lo proponía Carmen Lira.
En la década de 1940 en algunos acontecimientos especiales destacan las mujeres organizadas políticamente: en las Jornadas de mayo del 43, en contra de reformas electorales propuestas por Calderón que se consideraban facilitadoras de fraude electoral; el 2 de agosto de 1947 cuando las mujeres de la oposición culminan las luchas de la Huelga de Brazos Caídos con una marcha a la Casa Presidencial donde son reprimidas, con la organización que impulsa el partido comunista, Vanguardia Popular, la Unión de Mujeres del Pueblo en 1947, después llamada Alianza de Mujeres Costarricenses, y en la guerra civil de 1948 cuando las mujeres luchan en ambos bandos políticos, especialmente en la parte logística de la retaguardia de los combates.
En el escenario político electoral, y organizativo, los partidos políticos costarricenses han creado sus frentes femeninos, muy débiles, y que funcionan más para períodos electorales.
Para esos años el Partido Comunista había impulsado su frente femenino y en la década de 1950 hizo surgir la Alianza de Mujeres Costarricenses, donde destacaron, entre otras, Luisa González y Alicia Albertazzi, y bajo su conducción se celebró el 8 marzo como Día Internacional de la Mujer.
En las décadas de 1970 y 1980 en el país los gobiernos atendieron cada vez más políticas de mujeres, especialmente cuando la ONU acogió esta fecha como parte de sus celebraciones anuales e internacionales.
Bajo el primer Gobierno de Oscar Arias Sánchez, en 1986-1990, se desarrollan las leyes más importantes que dinamizan y aceleran la mayor participación e igualdad de la mujer en Costa Rica. Otras leyes son: la de Promoción de la Igualdad Real de la Mujer, de 1990; la Ley contra la Violencia Doméstica, de 1996; la creación del Instituto nacional de Mujeres, en 1998; la Ley de Penalización contra la Violencia de la Mujer, de 1977. En materia electoral se avanzado muchísimo hasta obligar a la paridad vertical y horizontal de candidaturas políticas.
Hoy hay en el país más de 200 organizaciones de mujeres, de diversa naturaleza, que expresan la riqueza de su presencia, aunque muchas de estas organizaciones son más de papel que de la realidad. No se sienten en esta fecha del 8 de marzo, ni se vinculan a las luchas históricas y políticas que originaron esta fecha, ni se ven ni se sienten cotidianamente, ni se movilizan, alrededor de las luchas políticas actuales de las mujeres.
El 8 de marzo debe servir para reflexionar sobre el papel de las mujeres en la vida política, social, económica, cultural, educativa, y especialmente en el papel familiar, y de las nuevas familias, que hoy existen.
La celebración del Día Internacional de la Mujer debe servirnos para impulsar las reformas legislativas que eliminen las trabas que puedan existir para la mejor realización de las mujeres costarricenses, con plenitud de todos sus Derechos y con garantía de los Derechos Humanos de las Mujeres.
El 8 de marzo es un día internacional y nacional de lucha. No es un día de fiesta. Es un día de lucha en tanto todavía haya restricciones, exclusiones, discriminaciones, violencias, opresiones de todo tipo, ejercidas contra las mujeres.
Es un día de lucha para procurar que las mujeres y las niñas tengan el derecho al disfrute pleno, y en las condiciones de igualdad de todos sus Derechos Humanos, para vivir libres de todas las formas de discriminación y violencia.
Los 8 de marzo nos obligan a repasar las jornadas heroicas de las mujeres obreras en sus luchas reivindicativas para exigir y arrancar mejores condiciones de vida y trabajo al voraz sistema opresor, machista, misógino, del capitalismo explotador, cuya lógica es absolutizar la ganancia por encima de cualquier otra condición.
Los convenios e instrumentos jurídicos internacionales, lamentablemente, en muchos países siguen siendo letra muerta y son ineficaces en sus alcances.
El impacto de esta lucha y significado del Día Internacional de la Mujer hace que hoy todos los problemas de nuestra vida diaria se traten desde la perspectiva de las mujeres y se valore de modo más fuerte su importante presencia en todos los ámbitos de la sociedad.
La legislación costarricense ha avanzado notablemente en este sentido, así como gran cantidad de instituciones y organizaciones, de diversa naturaleza, que se han desarrollado con relación a las mujeres, pasando desde las organizaciones precursoras, como la Unión de Mujeres Carmen Lira y la Alianza de Mujeres Costarricenses hasta la Agenda Política de Mujeres Costarricenses, la Defensoría de la Mujer y el Instituto Nacional de la Mujer.
Los Derechos Humanos de las mujeres a la Educación, a la Salud, al Desarrollo, al Trabajo, a la Participación Política, a una Vida Libre de Violencia, a sus Derechos Sexuales y Reproductivos, debe ser realidades y no letras en papel.
El 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, es una jornada que, para muchos, significa simplemente rendir homenaje y hacer regalos a las mujeres, descontextualizada de las luchas que originaron este día. Es una fecha celebrada desde hace más de un siglo marcada por la lucha, los fuertes movimientos de reivindicación política y laboral, por huelgas, marchas y persecuciones y por muertes y represión de mujeres que se movilizaron por estos derechos.
Como fecha internacional declarada por las Naciones Unidas, en todos los países miembros, entre ellos Costa Rica, uno de los países fundadores de la ONU, se celebra oficialmente desde 1975. Antes de esta fecha era una celebración de las fuerzas comunistas, socialistas, anarquistas y revolucionarias, y de movimientos políticos que se sumaban a recordar cada 8 de marzo las luchas de las mujeres que en Europa originaron, con sus causas, esta fecha, y con la que esos partidos y movimientos se identificaban y defendían.
La fecha del 8 de marzo está asociada a las luchas revolucionarias de la clase obrera, de la mujer obrera y trabajadora, y en paralelo a ellas, las luchas sufragistas de las mujeres.
Para las fuerzas revolucionarias, comunistas y socialistas, la emancipación de la mujer se daba simultáneamente, con la emancipación de toda la clase obrera.
La lucha por la igualdad de la mujer en todos los órdenes, incluido el electoral, se debía lograr en la lucha total, en la lucha emancipadora que enarbolaban los comunistas como lucha social y política, lado a lado, hombres y mujeres, trabajadores y trabajadoras. Por eso el Partido Comunista de Costa Rica, al proclamar su Programa Político, recién fundado, en 1931, propuso la igualdad política de la mujer.
Costa Rica tiene más mujeres que hombres, 2,638,345 mujeres, el 17.6% menores de 12 años, el 34.9 % entre los 13 y 35 años, el 36.4% entre los 36 y 64 años y un 11.1% mayores de 65 años. En extrema pobreza viven 8.5%, en pobreza 17.1%, con escuela primaria completa o menos hay un 42.1%, con estudios secundarios incompletos hay 15.4% y fuera de la fuerza laboral 52.4%. La tasa de desempleo afecta más a las mujeres, 9%, que a los hombres, 7.5%; en el subempleo las mujeres son el 6.8% y los hombres el 4.2%; aseguradas pro-trabajo están un 70.8% mientras los hombres tienen una cobertura del 73.5%.
En Costa Rica todavía nos falta mucho que logar y qué ganar.
Sojourner Truth, abolicionista y activista por los derechos de la mujer nacida en la esclavitud.Manifestaciones del Día Internacional de la Mujer alrededor del mundo.Lucretia Mott, abolicionista y defensora de los derechos de la mujer que pasó a la historia por participar en la organización de la Convención de Seneca Falls.Manifestaciones del Día Internacional de la Mujer alrededor del mundoEmmeline Pankhurst, activista política británica y líder del movimiento sufragista, el cual ayudó a las mujeres a ganar el derecho a votar en Gran Bretaña.Manifestaciones del Día Internacional de la Mujer alrededor del mundo.
Ante la implementación de estas estrategias de in-seguridad pública, queremos invitarles a reflexionar sobre las implicaciones de la criminalización de la protesta social, comprendiendo que hay dos elementos que debemos tener presentes:
Según Constitución Política, el Estado reconoce el derecho humano al acceso del agua potable para consumo humano, por ende tiene la obligación de garantizar este derecho.
La criminalización de la protesta social es un mecanismo para legitimar la omisión del Estado en su deber de garante de derechos y representa una forma de inseguridad jurídica para todas las personas defensoras de derechos.
Les compartimos esta infografía para abrir este debate.