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Etiqueta: lucha social

Frantz Fanon a 100 años: pensamiento vivo para la liberación

Este 2025 se conmemora el centenario del nacimiento de Frantz Fanon, psiquiatra, escritor y militante anticolonial nacido en Martinica. El Observatorio de Bienes Comunes de la Universidad de Costa Rica (UCR) ha publicado un artículo que recorre su legado, señalando cómo su pensamiento interpela las luchas actuales y exige coherencia entre palabra y acción.

A cien años de su llegada al mundo, su pensamiento no sólo conserva una vigencia inusitada, sino que sigue siendo una guía ética y política para los pueblos que resisten al racismo, el colonialismo y las múltiples formas de opresión que atraviesan el presente.

Fanon no solo fue un teórico radical del colonialismo y la subjetividad, fue un militante que vivió lo que escribió. En su obra “Piel negra, máscaras blancas” (1952), denunció cómo el racismo se incrusta en la subjetividad de las personas colonizadas, y cómo esa violencia simbólica las obliga a portar máscaras impuestas por la cultura blanca dominante.

En “Los condenados de la tierra” (1961), obra escrita poco antes de morir, afirmó que la violencia del colonizado no es gratuita ni irracional, sino una respuesta inevitable a la violencia estructural del colonialismo.

En la publicación el Observatorio destaca también su profundo compromiso político, ya que, renunció a su trabajo en el hospital psiquiátrico de Blida al no poder ser cómplice del régimen colonial francés, y se integró plenamente al movimiento de liberación argelino, asumió misiones diplomáticas y formó parte de una lucha que no era la “de su pueblo natal”, sino la de todos los pueblos colonizados del mundo. Fanon no defendía una causa local, sino una lucha humana y global contra la deshumanización.

Su pensamiento sigue interpelando las prácticas y discursos actuales: desde los movimientos indígenas hasta las juventudes precarizadas, desde las luchas contra el racismo ambiental hasta las búsquedas de salud comunitaria. La descolonización, advierte Fanon, no es solo una consigna académica o simbólica: es una ruptura concreta con las estructuras que jerarquizan vidas.

“El pensamiento de Fanon no se hereda; se activa en la práctica”, señala la nota.

Leé la nota completa en el sitio del Observatorio de Bienes Comunes: https://bienescomunes.fcs.ucr.ac.cr/frantz-fanon-a-100-anos-pensamiento-vivo-para-la-liberacion/

Triunfo judicial comunitario por protestas ante falta de agua en Hatillo

El Sindicato de trabajadores del AyA (SITRAA) compartió el fallo judicial que, luego de meses del proceso judicial, los habitantes de Hatillo quedan absueltos de toda responsabilidad y culpa por la manifestaciones en defensa del acceso fundamental al agua en sus comunidades.

Ese acceso al agua fundamental no logró brindarlo el Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados, y que, a la fecha, señala el sindicato, la presidencia de Juan Manuel Quesada Espinoza no ha brindado solución.

La Alianza por una Vida Digna y SURCOS realizaron un foro en vivo el lunes 7 de julio para abordar las luchas por el derecho al agua en Hatillo. Entre las personas participantes se encuentran Andrés Romero, Ariana Sánchez y Edith García.

Puede ver el foro aquí:

Imagen: Semanario Universidad.

Este 3 de agosto celebramos el Día Nacional del Trabajador Bananero: su significado histórico

Marielos Aguilar Hernández
Historiadora
Catedrática jubilada, U.C.R.

Sería imposible comprender la consolidación del Estado costarricense sin tener en cuenta el invaluable aporte de nuestra clase trabajadora. Ésta, compuesta por hombres y mujeres del campo y la ciudad, participó decididamente, con su creatividad y entrega, en darle impulso a la economía nacional para la agroexportación. Primero, con la expansión del cultivo del café, el cual se convirtió en la base material del posterior desarrollo nacional y, luego, con el incremento de nuevos cultivos, particularmente el del banano en la zona atlántica.

Con la expansión de la producción bananera, ocurrieron cambios profundos en el panorama económico nacional y en la composición de la clase trabajadora costarricense. En lo sucesivo, la aparición de los nuevos obreros agrícolas contratados por la United Fruit Co. vino a modificar, definitivamente, el mundo del trabajo de nuestro país. Surgía así una masa asalariada proveniente de diferentes puntos del territorio nacional y desprovista de las mínimas condiciones para sobrevivir con dignidad. La mayoría eran varones que dejaban su tierra y sus familias, llegaban a las plantaciones bananeras contando tan solo con su fuerza de trabajo para vendérsela a la UFCO, a cambio de un salario, casi siempre insuficiente.

Fueron aquellas condiciones las que permitieron el surgimiento de la conciencia de clase entre los miles de trabajadores que se trasladaron desde comienzos del siglo XX hacia los bananales del Atlántico.

Con paciencia y valentía, aquellos trabajadores fueron forjando su espíritu de lucha ante las injustas condiciones en las se veían obligados a vender su mano de obra. Los bajos salarios, las pésimas condiciones de vivienda, los graves accidentes de trabajo y los altos precios que cobraban los comisariatos -también propiedad de la UFCO- fueron algunas de las razones que alimentaron su espíritu de lucha.

Desde principios del siglo XX, los trabajadores bananeros comenzaron a recurrir a los paros de labores para reclamarle a la UFCO condiciones más justas, sobre todo durante las crisis económicas provocadas por la Primera Guerra Mundial y, luego, por la crisis mundial de 1929. Su conciencia colectiva iba madurando.

Pero no fue sino hasta 1934, cuando persistían los efectos de la Gran Depresión de 1929, que se pudo palpar más claramente la aparición de la conciencia obrera en el seno de los trabajadores bananeros. El desarrollo de uno de los movimientos sociales más estremecedores de aquella época, la histórica huelga bananera del Atlántico, entre agosto y setiembre de 1934, marcó para siempre la historia de los bananales costarricenses.

En aquella ocasión, unos diez mil trabajadores contratados en las diversas fincas bananeras de la zona atlántica lograron ponerse de acuerdo y decretaron una huelga general. Exigían mejores salarios, viviendas dignas, pago en efectivo para eliminar los cupones que solo podían cambiar por mercadería en los comisariatos de la misma Compañía, botiquines con medicamentos de primera necesidad, cobertura de la Ley de Accidentes de Trabajo y, estratégicamente, algo muy importante, el reconocimiento legal del Sindicato de Obreros del Atlántico y demás organizaciones sindicales del país.

Ese pliego de peticiones lo recibieron el día 4 de agosto de 1934 el gerente general de la UFCO y los productores nacionales de banano, acompañado de una carta firmada por el secretario general del sindicato, Carlos Luis Fallas Sibaja, en la que se notificaba el comienzo de la huelga.

A partir del día 5 de agosto se inició el paro de labores, el cual debió prolongarse ante la resistencia de la UFCO a firmar el convenio que pondría fin a ese justo y vigoroso movimiento. Sin embargo, la UFCO nunca llegó a firmarlo.

El sufrimiento de aquellos trabajadores, y sus dirigentes, se escribió con sangre. El gobierno de don Ricardo Jiménez Oreamuno, presionado por la Compañía, envió cuerpos policiales que sometieron por la fuerza la férrea voluntad de los miles de trabajadores que, guiados por sus valerosos dirigentes, escribieron páginas gloriosas en la historia de la clase trabajadora costarricense.

No cabe duda de que el significado histórico del día 4 de agosto de 1934 debe perdurar en la memoria de la sociedad costarricense. Ha sido una fecha que, noventa años después, continúa dignificando a los trabajadores y trabajadoras de las plantaciones bananeras. Más importante aún: es una fecha que debe alimentar la conciencia nacional y la memoria antiimperialista que otrora caracterizó a los trabajadores de las transnacionales del banano.

En las décadas siguientes, los trabajadores bananeros también estuvieron presentes en las luchas por la legislación social costarricense. Incluso, no dudaron en tomar las armas en 1948 para sumarse a la defensa de las Garantías Sociales y el Código de Trabajo, insignes conquistas que, desde 1943, alumbraron el camino correcto hacia la construcción de una Costa Rica más justa y democrática.

Las décadas posteriores a la guerra civil, de nuevo fueron testigo de innumerables paros y huelgas, siempre en defensa de mejores condiciones de trabajo y, muy especialmente, de la libertad de organización sindical, tanto en las plantaciones del Atlántico como en las del Pacífico Sur. Fue así como en la huelga de 1953 en Golfito se conquistó la extensión de la Ley de Accidentes de Trabajo a los bananales y en 1959, luego de otra huelga ejemplar, se logró el derecho al pago de un mes de aguinaldo, como a la mayoría de los trabajadores del resto del país.

La década del setenta del siglo anterior fue un período muy productivo en materia de conquistas laborales por parte de los trabajadores bananeros de todo el país. La firma de un buen número de convenciones colectivas, tanto en el Atlántico como en el Pacífico Sur, trajo mejoras sustantivas, muchas de las cuales venían siendo reclamadas desde aquel lejano mes de agosto de 1934.

A la centenaria producción bananera nacional se le ha sumado, en los últimos tiempos, el cultivo de otra fruta para la exportación, la piña, actualmente producida en la región norte de nuestro país. Sabemos también de sus difíciles condiciones de trabajo. Sus luchas ya han comenzado y el ejemplo de los obreros bananeros, seguramente, les estará marcando el camino a seguir.

A 15 años de la masacre de Changuinola. La violencia continúa

Masacre en Changuinola 2010 | Foto: Gerardo Iglesias (archivo Rel UITA)

Gerardo Iglesias

El 8 de julio de 2010 el aparato represor del gobierno del expresidente Ricardo Martinelli −condenado por corrupción y asilado hoy en Colombia− reprimió con saña al pueblo trabajador de la zona bananera de la provincia de Bocas del Toro.

En aquel entonces, José Raúl Mulino −hoy Presidente de la República− era ministro de Interior, por lo tanto, responsable directo de la feroz cacería de ciudadanos indefensos en el feudo de Chiquita Brands.

José Raúl Mulino sufre del trastorno de acumulación de odio contra los trabajadores bananeros y los indígenas. Aquella salvajada −por la cual debería estar preso− dejó un saldo de dos muertos, 78 lisiados de por vida y 700 heridos de bala y perdigones.
La entonces ministra de Trabajo, Alma Cortés, se dignó ir a la zona bananera donde el Sindicato (SITRAIBANA) había convocado a una huelga en todas las fincas.

En la propia sede del Sindicato, la copetuda ministra mostró también su fobia antiindígena: “Ustedes son unos indios borrachos, ignorantes, analfabetos”, les dijo. “Dejen de hacerle el juego a los dirigentes sindicales, que lo único que quieren es seguir viviendo de las cuotas”, añadió.

Aquella señora copetuda fue condenada en mayo del actual a 32 meses de prisión al no justificar gastos de viáticos por 49 mil dólares en reuniones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en Ginebra, Suiza. La muy instruida señorona resultó una vulgar ladrona.

Hace algunas semanas el presidente Mulino ordenó una nueva cacería en Bocas del Toro. El despliegue de las fuerzas de seguridad llevó por nombre “Operación Omega”. El número de muertos crece a diario, junto a las denuncias de torturas y flagrantes violaciones a los derechos humanos.
Ni siquiera la impunidad es eterna. El que las hace las paga. ¡Prohibido olvidar!

Masacre en Changuinola 2010 | Foto: Gerardo Iglesias (archivo Rel UITA)

La resistencia comunal no duerme: ¡Por una educación digna que defienda el presente y futuro de nuestros hijos e hijas!

Carolina Zúñiga, ANEP.

Carolina Zúñiga Castro

En el ámbito de la educación de nuestra niñez y juventud, enfrentamos un sistema profundamente desafiante. Se ha trazado una ruta de la Educación imaginaria, marcada por recortes presupuestarios que culminan en una alfabetización escasa, casi nula. Esto no es accidental; es una estrategia que busca erosionar la capacidad crítica de las futuras generaciones.

¡Auxilio! ¿Qué sucede en el Circuito 01 de Desamparados, del MEP?

Hoy, el Circuito 01 de Desamparados se encuentra en un caos total. Los recortes presupuestarios, las Juntas de Educación que no logran resistir un sistema desgastante, las familias agotadas por los maltratos institucionales y una infraestructura en constante deterioro son la cruda realidad. La indiferencia de las autoridades ante esta situación es alarmante y se traduce en aulas superpobladas y migración a escuelas fuera de su comunidad, falta de materiales didácticos y un personal docente desmotivado y sobrecargado. Un ambiente laboral hostil que enferma al cuerpo docente.

El principio establecido en el artículo 50 de la Constitución Política, que reza: “El Estado procurará el mayor bienestar a todos los habitantes del país, organizando y estimulando la producción y el más adecuado reparto de la riqueza”, no se cumple. Cientos de familias desamparadeñas vivimos en un estado de alerta constante por la educación de nuestros hijos e hijas. Nos preguntamos: ¿Están en buenas manos? La respuesta, lamentablemente, es un rotundo no. La calidad educativa se deteriora a pasos agigantados, hipotecando el futuro de nuestros jóvenes.

Asistimos a un debilitamiento del pensamiento y del razonamiento. ¿Qué se busca? Una población adormecida, ¡claro! Es mucho más fácil dominar a las masas desde la ignorancia. No hay otra interpretación posible ante la crisis sistémica que estamos experimentando. Se fomenta la memorización por encima del análisis crítico, limitando la capacidad de nuestros estudiantes para cuestionar y proponer soluciones.

Condenamos la violencia institucional que transgrede los Derechos Humanos y que obstaculiza el acceso a políticas públicas, especialmente para mujeres y grupos en situación de vulnerabilidad. Esta violencia se manifiesta en la negación de oportunidades, la falta de apoyo a estudiantes con necesidades especiales y la precarización de las condiciones laborales de quienes luchan por una educación digna.

La lucha comunal vive y no está dormida, ni sumisa. Desde las bases, “los de abajo” nos levantamos para exigir el respeto a nuestros derechos y la garantía de una educación pública de calidad. No callaremos ante la injusticia y seguiremos alzando la voz hasta que se reconozca que la educación es la base de una sociedad justa y equitativa. La resistencia es nuestra arma más poderosa y la usaremos para construir un futuro mejor para todos.

Marcha del Orgullo Antifascista y Disidente este domingo en Parque La Merced

La Red de Solidaridad con Palestina en Costa Rica ha convocado para este domingo 29 de junio, en el marco de la marcha del PRIDE, una manifestación con punto de encuentro en el Parque La Merced en el centro de San José a la 1:00 pm.

La convocatoria bajo el nombre de Marcha del Orgullo Antifascista y Disidente tiene como fin hacer frente a fenómenos como; el avance del fascismo, los discursos de odio cisheteroalopatriarcales, las guerras imperialistas y la profundización de la crisis capitalista.

La marcha también avoca a la causa por la liberación de Palestina, así como la liberación animal, de la tierra, pueblos y cuerpos de cada persona.

El Máximo Gorki de las Américas

Por: Trino Barrantes Araya
Correo-e: camilosantamaria775@gmail.com

Esta frase endosada a Carlos Luis Fallas, por el gran poeta chileno Pablo Neruda, no solo reconoce en Fallas su envergadura literaria, sino más allá de eso, la estatura militante, moral, política e intelectual de Carlos Luis Fallas Sibaja.

Su obra literaria, se convirtió en un vehículo para la formación política de miles de artesanos, zapateros, sastres y panaderos. Para nadie es un secreto muchos artículos, comentarios y opinión política publicadas en los periódicos del Partido Vanguardia Popular, primero en TRABAJO, luego en ADELANTE y finalmente en LIBERTAD. Fallas no fue un escritor que se incorporó a la lucha social, al contrario fue un luchador revolucionario que encontró en la literatura un medio eficiente para expresar sus anhelos y su vocación de justicia.

El discurso de Fallas era el mismo del pueblo humilde, nada de circunloquios y falsas poses literarias, todo lo contrario, su forma de escribir –de por sí rica literariamente- lo acercaba permanentemente a los más humildes los zapateros, los barreteros, de los trabajadores agrícolas; que de por sí, también fueron sus oficios.

Hoy que en el discurso oficial se habla de la necesidad de construcción de identidades, lo cierto es que Calufa ya nos anticipa, pues las putas, los hijos de madres solteras, los desarrapados, los toma guaro, los proletarios y el trabajador bananero o zapatero citadino, forman el tejido social que da lugar a la ternura en su obra literaria.

Pero debemos ir más allá. FALLAS apuesta, aun poniendo su propia vida en juego, por todo aquel o aquella que padeciera las infamias de la explotación capitalista. Digamos, entonces que: Esta identificación total con el pueblo le dio a su obra literaria el valor de la autenticidad, nunca necesitó de la palabrería falsa, ni de retóricas altisonantes, ni del panfleto superficial, para desde la vivencia popular enviar un mensaje de alto valor artístico a los trabajadores”.

Son muchos los libros que nos hereda Fallas: Reseña de la intervención yanqui en Centro América, Mi madrina, Tres cuentos, Un mes en la China Roja, Don Bárbaro, Gentes y Gentecillas, Marcos Ramírez y Mamita Yunai, y una obra inédita: Rojo y Verde, forman parte de la literatura que se hace necesaria para cualquiera que se precise de ser tico.

En lo mejor de lo que avecinaba en las primeras décadas del siglo pasado, con tan solo 20 años ingresa a militar al Partido Comunista de Costa Rica.

Su capacidad crítica, su aguda visión social y su entereza ideológica, lo ponen de inmediato a la par de los grandes cuadros del Partido. Tal vez esta sea una de las razones más genuinas, por la cual Luisa González, Arnoldo Ferreto y Carmen Lyra, hacen del joven Calufa una de sus amistades predilectas.

En Puerto Limón, cumpliendo una pena de destierro, se dio a la tarea de organizar a los trabajadores bananeros y a los pequeños productores que entregaban su cosecha a la Yunai. Este trabajo de organización y concientización culminaron con la gran Huelga Bananera de 1934, uno de los hechos más importantes en la historia de las luchas obreras de América Latina. En el momento de la huelga Fallas era un joven de apenas 25 años, valiente, trabajador y estudioso.

Esta huelga logró que el partido recién fundado en 1931 entrara en contacto con un movimiento obrero poderoso y organizado. Manuel Mora, Jaime Cerdas, Arnoldo Ferreto y otros compañeros, todos muy jóvenes, tuvieron participación activa en el movimiento huelguístico.

Otros dirigentes del movimiento huelguístico como Federico Picado, Lucio Ibarra, Tobías Vaglio, fueron asesinados por orden de la Junta de Gobierno instalada después de la guerra civil de 1948.

Este mismo año se cumplirán 75 años de la Huelga Bananera y ha de ser esta una ocasión para hacer que las nuevas generaciones conozcan la verdad de las luchas obreras y del aporte del Partido Vanguardia Popular a las luchas por el bienestar de los trabajadores, por la libertad de la patria y por la perspectiva de la construcción de una sociedad socialista.

Cómo este joven luchador se convirtió en escritor es una proeza formidable y por lo mismo una lección para las nuevas generaciones.

En los años cuarenta fue regidor municipal y diputado. Desde esas posiciones mantuvo siempre su inconmovible posición militante. No tuvo otro norte más que los intereses de la clase obrera, de los campesinos y de todos los trabajadores.

Durante la guerra civil de 1948 tomó las armas y comandó un grupo muy importante de combatientes. Después fue reprimido, estuvo con otro grupo de compañeros vanguardistas en la Penitenciaría, en condiciones realmente infrahumanas, amenazados de muerte. Contra algunos compañeros se realizaron simulacros de fusilamiento, pero ninguno de ellos traicionó sus convicciones. Una militancia férrea, una gran vocación revolucionaria.

A Carlos Luis Fallas, narra de una manera muy bella Francisco Zúñiga, lo condenaron por el delito de “robo de gallinas”, con testigos falsos. No encontraron ninguna otra falta o crimen de que acusarlo. Simplemente querían mantenerlo preso. Al recobrar su libertad, Fallas siguió luchando en las filas del Partido Vanguardia Popular, hasta el día de su muerte.

Nada ni nadie pudo separarlo de sus obligaciones de militante comunista.

Rendimos homenaje a la memoria de nuestro querido camarada. En su homenaje, junto a María Isabel Carvajal (Carmen Lyra). En el Centro Obrero y Cultural, donde está actualmente la sede del Partido Vanguardia Popular, el camarada Rodolfo Sagot (qepd) hizo un mural en las paredes de la casa del Partido, para rendir respeto a la memoria de estos dos grandes revolucionarios del siglo XX. ¡Gloria eterna a los dos camaradas! Calufa y Carmen Lyra, presentes!

Sí, camaradas, gloria eterna a cada una y cada uno de los grandes luchadores, a nuestro compañero y compañera, porque debemos seguir sembrando su semilla, hasta hacer crecer el huerto de la libertad, la autoderminación y soberanía de nuestra querida nación.

Anexo 1.-

Carlos Luis Fallas Sibaja
1909-1966

Nació en Alajuela el 21 de enero de 1909. Cursó cinco años de la escuela primaria y luego dos de la enseñanza secundaria. Tuvo que abandonar los estudios, fue aprendiz en los talleres de un ferrocarril y, a los dieciséis años, se trasladó a la provincia de Limón. En Puerto Limón trabajó como cargador, en los muelles, después trabajó en las bananeras de la United Fruit Company, en las que por años hizo vida de peón, de ayudante de albañil, de dinamitero, de tractorista, etc.

A los 22 años, regresó a Alajuela para ver morir a su madre. Entusiasmado por las ideas revolucionarias que por ese entonces comenzaban a agitar al país, ingresó al naciente movimiento obrero. Para poder vivir y luchar en las ciudades, aprendió en tres meses el oficio de zapatero, oficio que ejerció por largos años.

Intervino en la organización de los primeros sindicatos alajuelenses y en la dirección de las primeras huelgas; fue a la cárcel varias veces; resultó herido en un sangriento choque de obreros con la policía, en 1933, y en ese mismo año, con el pretexto de un discurso, los Tribunales lo condenaron a un año de destierro en la costa Atlántica, provincia de Limón. Ahí, intervino en la organización de la gran Huelga Bananera del Atlántico de 1934, que movilizó 15.000 trabajadores y que conmovió profundamente al país entero. Por su participación en esta huelga fue encarcelado una vez más.

Fue electo regidor Municipal en 1942 y diputado al Congreso Nacional en 1944.

Jefe Militar improvisado de los batallones obreros durante la guerra civil de 1948.

En esta vida de militante obrero, muchas veces tenía que hacer actas, redactar informes y escribir artículos, por lo que así mejoró su ortografía y redacción.

Se destacó como escritor. Entre sus obras literarias están: “Mamita Yunai” escrita en 1940, obra que pasó desapercibida hasta que Pablo Neruda se propuso que fuera conocida en el mundo entero. “Gentes y Gentecillas”, “Marcos Ramírez”, “Mi Madrina”, “Tres Cuentos”, “Un mes en la China Roja”.

En 1962 la Fundación William Faulkner le otorgó el Premio La Novela Iberoamericana por su libro “Marcos Ramírez” y el 11 de abril de 1966 la Dirección de Artes y Letras le otorgó el premio nacional de literatura “Magón”.

Marcos Ramírez, libro de aventuras infantiles ha sido traducido a varios idiomas como al francés, el alemán y al polaco. Mamita Yunai se ha editado en italiano, ruso, polaco, alemán, checo, eslavo, rumano, búlgaro y en húngaro.

La Asamblea Legislativa lo nombró Benemérito de la Patria, por acuerdo Nº 1793 del 14 de noviembre de 1977.

Murió en San José el 7 de mayo de 1966.

Anexo 2.-

Autobiografía

Tomada del libro Marcos Ramírez

«Nací el 21 de enero de 1909, en un barrio humilde de la ciudad de Alajuela. Por parte de mi madre soy de extracción campesina. Cuando yo tenía cuatro o cinco años, mi madre contrajo matrimonio con un obrero zapatero, muy pobre, con el que tuvo seis hijas. Me crié, pues, en un hogar proletario.

Cursé los cinco años de la escuela primaria y luego dos de la enseñanza secundaria. Tuve que abandonar los estudios, fui aprendiz en los talleres de un ferrocarril y, a los dieciséis años, me trasladé a la provincia de Limón, en el litoral Atlántico de mi país, feudo de la United Fruit Company, el poderoso trus norteamericano que extiende su imperio bananero a lo largo de todos los países del Caribe. En Puerto Limón trabajé como cargador, en los muelles. Después me interné por las inmensas y sombrías bananeras de la United, en las que por años hice vida de peón, de ayudante de albañil, de dinamitero, de tractorista, etc. Y allí fui ultrajado por los capataces, atacado por las fiebres, vejado en el hospital.

Andaba en los 22 años cuando regresé a Alajuela para ver morir a mi madre. Entusiasmado por las ideas revolucionarias y anti-imperialistas que por ese entonces comenzaban a agitar al proletariado costarricense, ingresé al naciente movimiento obrero y, para poder vivir y luchar en las ciudades, aprendí en tres meses el oficio de zapatero, oficio que ejercí por varios años. Intervine en la organización de los primeros sindicatos alajuelenses y en la dirección de las primeras huelgas; fui a la cárcel varias veces; resulté herido en un sangriento choque de obreros con la policía, en 1933, y ese mismo año, con el pretexto de un discurso mío, los Tribunales me condenaron a un año de destierro en la costa Atlántica, provincia de Limón. Allí, entre otras actividades revolucionarias, intervine en la organización de la gran Huelga Bananera del Atlántico de 1934, que movilizó 15.000 trabajadores y que conmovió profundamente al país entero. Por mi participación en esta huelga fui encarcelado una vez más, me declaré en huelga de hambre y, gracias a la acción del pueblo, recobré la libertad. Fui electo por los obreros Regidor Municipal en 1942 y diputado al Congreso nacional en 1944.

Me tocó improvisarme jefe militar de los mal armados batallones obreros que derramaron su sangre durante la guerra civil costarricense en 1948. Derrotados por las intrigas imperialistas, y bajo la brutal y sangrienta represión que desataron nuestros enemigos, fui a la cárcel, estuve a punto de ser fusilado y me adobaron un proceso calumnioso e infamante, pero salvé la vida y recobré la libertad gracias a las protestas del pueblo y a la solidaridad internacional.

En mi vida de militante obrero, obligado muchas veces a hacer actas, redactar informes y a escribir artículos para la prensa obrera, mejoré mi ortografía y poco a poco fui aprendiendo a expresar con más claridad mi pensamiento. Pero, para la labor literaria, a la que soy aficionado, tengo muy mala preparación; no domino siquiera las más elementales reglas gramaticales del español, que es el único idioma que conozco, ni tengo tiempo ahora para dedicarlo a superar más deficiencias.

Mi labor literaria es muy escasa, porque la mayor parte de mi tiempo lo dedico a la lucha por la total liberación de mi pequeña patria. En 1940 escribí Mamita Yunai, publicada en Costa Rica en 1941, y que pasó desapercibida por años, hasta que el soplo poderoso del gran poeta Pablo Neruda la echó a correr por el mundo: hasta el momento se ha editado en italiano, ruso, polaco, alemán, checo, eslovaco, y rumano y pronto aparecerá también en búlgaro y en húngaro; se editó de nuevo en español en Chile en 1949 y en Argentina en 1955, donde actualmente se prepara su reedición. Y ahora esta edición mexicana que es la definitiva. En 1947 publiqué la novela Gentes y gentecillas, en una pésima edición que corregí luego pero que no he podido volver a editar. Ese mismo año escribí una novela y unos cuentos cortos, que me fueron robados y destruidos durante la represión de 1948. En 1952 publiqué aquí Marcos Ramírez, libro de aventuras infantiles traducido ya al francés, al alemán al polaco (actualmente se prepara una nueva edición española en Argentina). Y en 1954 publiqué aquí Mi madrina, en un tomo que contiene dos novelas cortas y un cuento y que se tradujo y se editó ya en Polonia. Y esto es todo hasta el momento.

Carlos Luis Fallas

San José, Costa Rica, 1957.»

Anexo 3.-

Reseña del autor:

Carlos Luis Fallas

Mi autobiografía*

Nací el 21 de enero de 1909, en un barrio humilde de la ciudad de Alajuela. Por parte de mi madre soy de extracción campesina. Cuando yo tenía cuatro o cinco años de edad, mi madre contrajo matrimonio con un obrero zapatero, muy pobre, con el que tuvo seis hijas. Me crie, pues, en un hogar proletario.
Cursé los cinco años de la escuela primaria y luego dos de la enseñanza secundaria. Tuve que abandonar los estudios, fui aprendiz en los talleres de un ferrocarril y, a los dieciséis años, me trasladé a la provincia de Limón, en el litoral Atlántico de mi país, feudo de la United Fruit Company, el poderoso trus norteamericano que extiende su imperio bananero a lo largo de todos los países del Caribe. En Puerto Limón trabajé como cargador, en los muelles. Después me interné por las inmensas y sombrías bananeras de la United, en las que por años hice vida de peón, de ayudante de albañil, de dinamitero, de tractorista, etc. Y allí fui ultrajado por los capataces, atacado por las fieras, vejado en el hospital.

Andaba en los 22 años, cuando regresé a Alajuela para ver morir a mi madre. Entusiasmado por las ideas revolucionarias y anti-imperialistas que por ese entonces comenzaban a agitar el proletariado costarricense, ingresé al naciente movimiento obrero y, para poder vivir y luchar en las ciudades, aprendí en tres meses el oficio de zapatero, oficio que ejercí por largos años. Intervine en la organización de los primeros sindicatos alajuelenses y en la dirección de las primeras huelgas; fui a la cárcel varias veces; resulté herido en un sangriento choque de obreros con la policía, en 1933, y en ese mismo año, con el pretexto de un discurso mío, los Tribunales me condenaron a un año de destierro en la costa Atlántica, provincia de Limón. Allí, entre otras actividades revolucionarias, intervine en la organización de la gran Huelga Bananera del Atlántico de 1934, que movilizó 15.000 trabajadores y que conmovió profundamente al país entero. Por mi participación en esta huelga fui encarcelado una vez más, me declaré en huelga de hambre y, gracias a la acción del pueblo, recobré la libertad. Fui electo por los obreros regidor Municipal en 1942 y diputado al Congreso Nacional en 1944.
Me tocó improvisarme jefe militar de los mal armados batallones obreros que derramaron su sangre durante la guerra civil de 1948. Derrotados por las intrigas imperialistas, y bajo la brutal y sangrienta represión que desataron nuestros enemigos, fui a la cárcel, estuve a punto de ser fusilado y me adobaron un proceso calumnioso e infamante, pero salvé la vida y recobré la libertad gracias a las protestas del pueblo y a la solidaridad internacional.
En mi vida de militante obrero, obligado muchas veces a hacer actas, redactar informes y a escribir artículos para la prensa obrera, mejoré mi ortografía y poco a poco fui aprendiendo a expresar con claridad mi pensamiento. Pero para la labor literaria, no domino siquiera las más elementales reglas gramaticales de español, que es el único idioma que conozco, ni tengo tiempo ahora para dedicarlo a superar más deficiencias.

Mi labor literaria es muy escasa, porque la mayor parte de mi tiempo lo dedico a la lucha por la total liberación de mi pequeña patria. En 1940 escribí Mamita Yunai, publicada en Costa Rica en 1941, y que pasó desapercibida por años, hasta que el soplo poderoso del gran poeta Pablo Neruda la echó a correr por el mundo: hasta el momento se ha editado en italiano, ruso, polaco alemán, checo, eslavo y rumano y pronto aparecerá también en búlgaro y en húngaro; se editó de nuevo en español en Chile en 1949 y en Argentina en 1955, donde actualmente se prepara su reedición. En 1947 publiqué la novela «Gentes y Gentecillas», en una pésima edición que corregí luego pero que no he podido volver a editar. Ese mismo año escribí una novela y unos cuentos cortos, que me fueron robados y destruidos durante la represión de 1948.En 1952 publiqué Marcos Ramírez, libro de aventuras infantiles traducido ya al francés, al alemán y al polaco. Y en 1954 publiqué Mi madrina, en un tomo que contiene dos novelas cortas y un cuento y que se tradujo y editó ya en Polonia. Y esto es todo por el momento.

* Publicada en la edición mexicana de 1957.

Carlos Luis Fallas

San José, Costa Rica, 1957

Biografía corta de Carlos Luis Fallas

Nació en Alajuela el 21 de enero de 1909. Fue Regidor Municipal de San José y diputado.

Fue jefe militar improvisado de los batallones obreros durante la guerra civil de 1948.

Escritor. Entre sus obras literarias están: “Mamita Yunai” escrita en 1940, obra que pasó desapercibida hasta que Pablo Neruda se propuso que fuera conocida en el mundo entero. “Gentes y Gentecillas”, “Marcos Ramírez”, “Mi Madrina”, “Tres Cuentos”, “Un mes en la China Roja”.

En 1962 la Fundación William Faulkner le otorgó el Premio La Novela Iberoamericana por su libro “Marcos Ramírez” y el 11 de abril de 1966 la Dirección de Artes y Letras le otorgó el premio nacional de literatura “Magón”.

La Asamblea Legislativa lo nombró BENEMÉRITO DE LA PATRIA, por acuerdo # 1793 de 14 de noviembre de 1977.

Murió en San José el 7 de mayo de 1966.

Imagen: Foto de Carlos Luis Fallas Sibaja

Solidaridad con el magisterio y pueblo panameño – Red SEPA

Comunicado

¡No más represión!

¡Por dignidad, soberanía y derechos!

Desde la Red Social para la Educación Pública en las Américas-Red SEPA, alianza que defiende y lucha por la educación pública, intercultural y gratuita, destacamos el compromiso del magisterio y pueblo panameño junto a comunidades indígenas que ha posibilitado sostener un conjunto de movilizaciones, plantones y otras acciones propias del Derecho Humano a la Protesta Social, ante un gobierno que responde a toda demanda popular con la represión, decisiones inconsultas violentando las normativas nacionales e internacionales.

A partir del 23 de abril, 2025, el magisterio nacional convocó a Huelga General, como derecho del pueblo panameño de luchar por la derogación de la Ley 462 que atenta directamente contra el sistema financiero en defensa de la Caja del Seguro Social (Programa de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM)); contra la reapertura de la minera de capital canadiense clausurada en el 2023 gracias a la lucha popular que detuvo la vulneración de la soberanía, los embalses y expulsión de las comunidades, triunfo que el gobierno hoy intenta revertir.

Es por ello, que manifestamos nuestro rechazo ante la ola de represión sin precedentes comarcas indígenas y el sector bananero, sufriendo violentas incursiones policiales y detenciones arbitrarias de líderes indígenas en las comunidades de la Comarca Ngäbe-Buglé en Panamá, especialmente en los pueblos Trinidad, El Piro, Ojo de Agua, Tolé, Viguí y El Prado.

Lo anterior, provocando cientos de víctimas heridas y la muerte de Arcenio Agrego, joven adolescente indígena asesinado por fuerzas policiales del gobierno de Mulino, en El Pueblo Emberá de Arimae, Darién, denunciado por Congreso General de Gunayala, integrante de la Coordinadora Nacional de Pueblos Indígenas de Panamá (Coonapip).

A esto se suma, las respuestas de la ministra de educación, Lucy Molinar, dejando sin salario al magisterio en lucha, amenazando con despido masivo a partir del lunes 23 de junio. Ante lo cual, el magisterio nacional convocó el pasado martes 17 de junio, a una marcha nacional el día jueves, para concentrarse en la Corte Suprema de Justicia, quienes tienen cinco amparos de garantía sobre los secuestros salariales y no han dado respuesta, en un contexto de primer acercamiento con autoridades del gobierno y de la iglesia católica donde esperamos que haya verdadera voluntad política de escuchar al magisterio y pueblo panameño.

Denunciamos que el miércoles 18 de junio, se une una acción más de represión, persecución selectiva y detenciones arbitrarias, contra Felipe Cabezas, abogado y dirigente colonense, incansable defensor del pueblo; contra docentes como maestra Guadalupe Camargo, Directiva de AEVE, Iván Rodríguez, Raúl Gutiérrez, Alexis Guevara y Ricardo Andrade.

Reiteramos nuestro apoyo solidario a la legítima lucha encabezada por la ALIANZA PUEBLO UNIDO POR LA VIDA, en general y a la Unión Nacional de Educadores de Panamá (UNEP), de la cual forma parte nuestra hermana organización Frente reformista de Educadores de Panamá (FREP), a la Unión de Educadores por la Calidad de la Educación Panameña (UNECEP) y al Frente de Acción Magisterial (FAM) donde forma parte la Asociación de Profesores de Panamá (ASOPROF).

Instamos al presidente José Raúl Mulino para abrir un camino de diálogo que conduzca a escuchar y tramitar estas justas reivindicaciones. A su vez, a detener de inmediato la campaña de criminalización contra dirigentes indígenas y sindicales como Saúl Méndez, Genaro López y Jaime Caballero; contra dirigencia estudiantil, como Eduardo García, del grupo estudiantil FER29, expulsado sumariamente de la Universidad de Panamá; incluso, confiscando cuentas bancarias de sindicatos y cierre la cooperativa. Así mismo, manifestamos nuestra solidaridad con la familia del joven adolescente del pueblo Emberá de Arimae, Darién, asesinado por defender las justas causas de este movimiento nacional de lucha.

¡Alto a represión, persecuciones selectivas, detenciones arbitrarias, criminalización y judicialización contra el magisterio, sector obrero, de salud, comarcas indígenas y pueblo en general quienes luchan por justicia, dignidad y soberanía!

¡Respeto a los pueblos indígenas Ngöbe del Oriente Chiricano, Bocas del Toro y Emberá de Arimae!

¡Esta Caja tiene dueño, es del pueblo panameño!

¡No a la minería contra las comarcas y comunidades indígenas!

¡Por una educación de los pueblos y para los pueblos!

¡Sin lucha no hay victoria!

¡Pueblo panameño: firmes 55 días de huelga nacional!

Por la Red Social para la Educación Pública en América:

Steve Stewart
Secretario Técnico
19 de junio de 2025.

Pronunciamiento en contra de la represión ejercida por el gobierno de José Raúl Mulino

160 personas y 43 organizaciones, colectivas y colectivos costarricenses presentan carta a la Embajada de Panamá, pronunciándose en contra de la represión ejercida por el gobierno de José Raúl Mulino

El pasado lunes 9 de junio, un total de 160 personas y 43 organizaciones, colectivas y colectivos costarricenses presentaron una carta a la Embajada de Panamá, pronunciándose en contra de la represión ejercida por el gobierno de José Raúl Mulino.

Esto ocurre tras un proceso en el cual el pueblo panameño se ha enfrentado a atropellos sistemáticos y a la represión a las protestas en el país vecino, pues ha habido una creciente movilización que rechaza las últimas decisiones tomadas por el gobierno de Mulino. Un ejemplo de estas decisiones es la Ley 462 que reforma la Caja del Seguro Social, puesto que la reforma implica la eliminación de solidaridad intergeneracional y establecimiento de cuentas individuales, afectando así las pensiones de las próximas generaciones. Asimismo, se ha protestado contra los planes de reactivación de minería de la empresa canadiense First Quantum, y contra el pacto de ampliación de presencia militar estadounidense en áreas de acceso y otras áreas adyacentes al Canal de Panamá.

Las manifestaciones en defensa a las pensiones dignas, a la seguridad social y a la soberanía panameña frente a Estados Unidos, han sido encabezadas por el movimiento estudiantil, sindical y comunidades indígenas; de la misma manera que han participado grupos de mujeres, niñez y otros. Por ende, el pronunciamiento presentado a la Embajada de Panamá en Costa Rica suma estas reivindicaciones de dignidad y justicia social; insta al diálogo, a no criminalizar las protestas, a la protección de los medios y recursos naturales de Panamá, y a mantenerse en solidaridad con el pueblo hermano de Panamá

A continuación, se comparte la carta dirigida al Embajador de la República de Panamá.

9 de junio, 2025

San José, Costa Rica

Señor Embajador de la República de Panamá

Pacífico Escalona Ávila

Presente.



Desde la dignidad y la justicia social

En las últimas semanas hemos presenciado el ejercicio del legítimo derecho del pueblo panameño a luchar por un régimen de pensiones y retiro justo, contra la reapertura de la minera cerrada en 2023 y por el cese de los intentos de reabrir bases militares norteamericanas en su patria. Estas movilizaciones han contado con la presencia activa de los maestros y profesores, estudiantes, comunidades indígenas, sindicatos como el SUNTRACS y el de las Bananeras, entre otros muchos sectores y organizaciones.

La respuesta del gobierno del señor José Raúl Mulino ha sido negar la posibilidad de diálogo que conduzca a escuchar y tramitar estas justas reivindicaciones. Por el contrario, se ha desatado una campaña de criminalización contra dirigentes sindicales como Saúl Méndez, Genaro López y Jaime Caballero; contra dirigentes estudiantiles, como Eduardo García, estudiante de economía, del grupo estudiantil FER29, expulsado sumariamente de la Universidad de Panamá; así como una indiscriminada represión contra las comunidades comarcales de los pueblos originarios y la detención selectiva de luchadores sociales. A las personas educadoras se les ha violado el derecho a recibir salario mientras al sindicato de la construcción se le confiscan sus cuentas bancarias y cierran la cooperativa.

Esto está generando una situación explosiva. Los pueblos del mundo vemos con preocupación lo que está ocurriendo en Panamá e instamos a una pronta salida negociada, partiendo de las justas demandas del pueblo panameño. En particular, señalamos la importancia del cese de la represión y la inmediata liberación a todos los presos políticos, detenidos por luchar y que han sido enviados a cárceles comunes y tratados como delincuentes. Repudiamos la ofensiva antiobrera y antidemocrática que se expresa en los allanamientos de instalaciones y congelamiento de las cuentas de la Cooperativa del SUNTRACS, la persecución judicial contra su secretario general Saúl Méndez y otros dirigentes. Hoy todos somos Panamá que resiste a la destrucción ecológica, la condena a la miseria de los jubilados y nuevas formas coloniales revestidas de cooperación.

Panamá no está sola. Iniciamos desde este momento un proceso de divulgación internacional sobre la lucha de su pueblo.

Firma responsable
Allen Cordero Ulate
Cédula 3-02170094
9 de junio, 2025

FIRMAS

  • A nivel personal

Adrián Gordón / Estudiante

Adrián Jaén España Docente

Adriana Laclé Médica internista

Alejandra Bonilla Leiva Agrónoma

Alejandra Ducca Durán

Alexandre Rojas Parajeles Docente

Álvaro Fernández González Sociólogo jubilado

Allen Cordero Ulate Docente jubilado UCR

Amilcar Castañeda Cortez Docente

Amalia Vargas Rojas Jubilada

Ana Cristina Rossi Novelista y profesora

Andreina Vargas Rodríguez Ama de casa

Ángelo Monge Ingeniero civil urbanista

Antonieta Fernández Quirós Abogada

Carlos Coronado Vargas Dirigente popular

Carlos Guevara Abogado

Carlos Alberto López Herrera Intérprete naturalista

Carlos Moya Cisneros Docente

Carlos Settembrini Jubilado

Casilda Sancho Barrantes Jubilada

Catarina Goldoni Ruiz Jubilada

Celina Valadez Educadora popular

Ciska Raventós Vorst Socióloga

Clarita Quiel Torres Ama de casa y agricultora

Cristopher Montero Corrales Docente universitario

Damaris Orozco Analista de RH

David Morera Herrera Docente

Deby Calderón Vega Chofer

Deymer Moreno Bejarano Docente

Diego Chaverri Sociólogo

Dinorah Romero Morales Ama de casa

Dunia Valverde Segura Docente

Edison Valverde Araya Jubilado

Edwin Alfaro Quesada Jubilado

Edwin Ticak Actor

Eladio Retana Fallas Jubilado

Eli Ortiz Torres

Elías E Aguirre Ramírez Policía

Elides Rivera Navas Presidenta Organización de Mujeres Mano de Tigre

Enjolras Mata Rojas Supervisor de operaciones

Erik Nelson Abogado

Esteban Arias Chavarría Docente

Esteban Fernández Filósofo

Eutiquio Degaiza Estudiante

Félix López Zambrana Agricultor

Flor Lorca Melero Periodista

Florangel Vecchini Zerpa TSU Administración

Franklin Quesada Campos Dirigente sindical

Gerardo Cerdas Vega Sociólogo y profesor

Gerardo Valverde Agricultor

Gilberto Franco Cabrera Prejubilado de JAPDEVA

Giovanni Beluche V Académico universitario

Gloria Laura Gergen Soto Perforador

Gloriana Araya Fernández Desempleada

Gonzalo Barrantes Cartín Docente

Grace Cecilia Serrano Correa Agricultura

Guiomar del R Martín Tedman Jubilada

Hannia Franceschi Barraza Docente universitaria

Heidy Valencia Espinoza Docente

Isabel Briceño Quesada Matrona

Isabel Ducca Durán Jubilada

Isabel Méndez Garita Ama de casa

Isabel Rivera Navas Diseñadora

Jaime Roberto Robert Jiménez Psicólogo social

James Brown

Javier Alvarado Vargas Docente

Javier Cabero Consultor internacional

Jeff Hernández Castro Docente

Jennifer Morgan Desempleada

Jiri Spendlingwimmer Antropólogo

Jorge Barrientos Valverde Docente universitario

Jorge Alens Conte Guerra Académico

Jorge Raúl García Fernández Sociólogo

Jorge Luis Vargas Rivas Manufactura estudiante

José Daniel Díaz Moya Trabajador de call center

José Eduardo Álvarez Araya ACODEHU

Juan Ticak Actor

Karol Pineda Docente

Karla Chinchilla Aguilar Profesora universitaria

Kimberly Umaña Zamora Trabajadora social

Laura Arias Cabrera Docente

Laura Gómez Vázquez Oficinista

Leila Marcela Sánchez Sindicalista

Loreana Araya Fernández

Lorena Molina Jubilada

Lucía Brenes Chaves Docente

Luis Bonilla Bonilla Docente

Luis Angel Céspedes Rodríguez Jubilado

Luis Alberto Salas Sarkis Jubilado

Luz Rosas Ama de Casa

Magda Sánchez Empleada

Marcela Naranjo Segura ACODEHU

Marcela Zamora Cruz Administradora del CAP

Marco Amador Valverde

Marco Vinicio Fournier Psicólogo

María Álvarez Fernández

María Antonieta Chandía Jubilada

María Damaris Badilla Vargas Ama de casa y ambientalista

María de los A. Lobo Umaña Agricultora

María de los A. Téllez Comerciante

María del R Chamorro Tasies Docente

María S Hernández Carmona Historiadora

María López Ama de casa

María Natalia Chaves Vargas

María José Lechado Comité de lucha de vivienda Monte Alto

María Trejos Montero Docente jubilada y activista DDHH

Mariana Lacayo Campos Editora

Mariela Muñoz Galaz Trabajadora social

Marielos Muñoz Solórzano Oficinista

Marylin Morris Zúñiga Estudiante, ama de casa, cocinera

Marta Sanchez

Marvin Hernández Docente

Marvin Soto Arias Estudiante

Mauricio Zeledón Leal Jubilado

Miguel Barrios Gutiérrez Pensionado de la CCSS

Minerva Solano Campos Estudiante y docente

Nancy Piedra Guillén Docente

Nelisse Wielewcki Narloct Docente

Norma Noemy Cisneros Páez Productora

Nubia G Rodríguez Forero Economista

Olga Viviana Gysling Caselli Jubilada

Oliverio A del Águila Mejía Historiador

Olman Bolaños Ortiz Docente universitario

Olman Bolaños Vargas Ilustrador

Orlando Barrantes Cartín Luchador social

Óscar Delgado Cabana Docente

Óscar Navarro Rojas

Pablo Vommaro Docente e investigador

Paola Zeledón Muñoz Trabajadora de call center

Peggy Chamorro Psicóloga y comunicadora

Rafael E López Alfaro Profesor

Rafael Morera Ramos Estudiante universitario

Roberto Ayala S Docente

Roberto Cascante Vindas Docente e investigador

Rodolfo Ulloa Bonilla Sociólogo

Roger Chaves Grijalba Sociólogo

Ronald Solís Alemán Agricultor

Rosa María Muñoz Varela Docente pensionada

Rosángela Cortés Barquero Ama de casa y agricultora

Roxana Cedeño Sequeira Trabajadora social

Ruth Zurbrigen Docente

Sebastián Saborío Docente

Sharo Rosales Defensora de DDHH

Sileny Vázquez Orozco Promotora de la Salud

Silvia Regina de Lima Silva Directora del DEI

Sitaira Cubillo Oficinista

Socorro Trejos

Stefanie Hidalgo Acuña Trabajadora social

Susan Quirós Díaz

Tomas Echeverría Vela Jubilado

Vania Quesada Silva Emprendedora

Vianney Mora Vega Socióloga asesora legislativa

Víctor M Gutiérrez Soto Profesional

Victoria E Borbón Pineda Licenciada en Orientación

Yamileth Fontana Coto Socióloga pensionada

Yamileth Monterrey López Psicóloga

Yaser Ramos Vargas Estudiante de sociología

Yoselyn Leandro Coto Asesorías Agroecológicas

Zoila Martínez Moncada Psicóloga

Zuleika Zambrano Médica

  • Organizaciones, colectivos y colectivas

Asociación Costarricense de Derechos Humanos (ACODEHU)

Asociación Indígena Dockua

Asociación UNAPROA

Biovida

Biriteca

Caz

Centro de Amigos para la Paz (CAP)

Círculo de Debates Marxista

Clan Túbölwak Bribri, Yábamí Dí Káta. Consejo Iriria Sätkök, Yábamí Dí Káta, conocido como Cabagra

Colectiva Feminista La Revuelta

Colectiva por el Derecho a Decidir

Colectiva Profesional para la Ciudadanía

Colectivo COPAL

Comité de Lucha por Vivienda de Monte Alto

Comité de Solidaridad con los Pueblos Originarios Iriria Tsòchok, Costa Rica

Confederación Unitaria de Trabajadores (CUT)

Coordinadora de Lucha Sur Sur

Dinamismo Juvenil A.C

Ecocipreses

Investigaciones Psicosomáticas

FENASEP

Flores Piercing

FUAR

Fundación Nómada Costa Rica

Grupo Socialismo y Libertad

GSL

La Izquierda Diario CR

Movimiento Humanista

Movimiento de Trabajadores y Campesinos (MTC)

Mujeres en Apoyo

Mujeres Indígenas Mano de Tigre

Mundo sin Guerras y sin Violencias

Organización Socialista Revolucionaria (OSR)

Pan y Rosas

Partido Humanista

Partido Izquierda Costarricense (PIZCO)

Partido Revolucionario de Trabajadoras y Trabajadores (PRT)

Preservación de Ecosistemas Zona Norte

Red de Ecología Autónoma

Sindicato de Salud y Seguridad Social

Sindicato Unitario de la UNED (SIUNED)

UNT-BUSSCO

Unión de Amigos para la Protección del Agua (UNAPROA)

Día del Trabajador Bananero – 3 agosto 2025

José Joaquín Meléndez G.

Limón, tierra de historia y lucha, es un enclave donde las compañías extranjeras han sembrado su dominio en vastas plantaciones de banano. Aunque existen empresas nacionales, sus pasos siempre han estado marcados por las imposiciones del capital foráneo. Es un territorio vibrante, un mosaico de culturas donde los ecos de sus pueblos originarios —bribríes, cabécares y Ngäbe-Buglé— se entrelazan con la herencia de migrantes chinos, afrocaribeños, italianos y centroamericanos. Aquí, las lenguas se fusionan en una sinfonía diversa: el bribrí y el cabécar conviven con el inglés caribeño, el mandarín, el italiano y, por supuesto, el español.

Limón es más que un puerto; es una provincia de aromas y colores, de danzas y calypso que retumban en sus calles como un latido ancestral. Sus sabores cuentan la historia de sus pueblos: el rice and beans con coco, la sopa de mondongo, el rondón. Es un rincón donde las tardes de ocio encuentran refugio en partidas de dominó golpeado con fervor sobre la mesa, entre la brisa cálida que acaricia el litoral.

Desde el siglo XIX, Limón ha sido un nodo estratégico con su ferrocarril, sus muelles y el comercio que dinamiza la región, desde la exportación bananera hasta el oleoducto y las grandes zonas de carga. No obstante, la prosperidad no ha alcanzado a sus habitantes. La riqueza quedó atrapada en los márgenes de un desarrollo desigual, y JAPDEVA nació como un intento de cambiar esa realidad. Pero queda la pregunta latente: ¿logró su propósito, o la deuda con el pueblo sigue sin saldarse?

En los campos bananeros, el tiempo parece congelado en una historia que nunca avanza. La injusticia, la marginación y la precariedad persisten, como si aún viviéramos en aquel siglo XIX. A lo largo de los años, el clamor de los trabajadores ha resonado en huelgas que marcaron la historia: 1888, 1919, 1921, 1934, y tantas más en el siglo XX y ahora en el XXI. Todas impulsadas por la misma llama: la lucha por condiciones humanas, por acceso a salud, vivienda digna, salarios justos y el derecho a una jornada sin explotación.

Así nació FETRAL en 1913 y las huelgas bananeras de 1919 y 1921; la UGT del General Volio dio voz a la histórica huelga de 1934. Los obreros bananeros han sido los pilares de esta resistencia, cargando sobre sus hombros no solo racimos de banano, sino el peso de la desigualdad. En cada lucha, han emergido figuras emblemáticas que supieron alzar la voz contra la injusticia: Carlos Luis Fallas, el indomable Calero, Pedro el nicaragüense, Antonio González Espinoza, Isaías Marchena, Freddy Menéndez, José Ángel Marchena, Julio Arroyo Gutiérrez, René García, Ramón Cascante, Carlos Quirós Chavarría, Guillermo Keith, Rodrigo Ureña, Carlos Arguedas Mora, Obed Morales, y tantos más que construyeron una cadena de solidaridad para erguir el pedestal donde deberían permanecer, en lo alto, los obreros bananeros. Limón sigue siendo el corazón de una lucha inquebrantable, un lugar donde el sudor y la dignidad se entrelazan en una historia que aún espera justicia.

En la incansable lucha por la justicia obrera bananera, han emergido abogados con una profunda conciencia sindical, guardianes del derecho convertido en herramienta de dignidad y equidad. Álvaro Monteo Vega, Frank Ulloa Royo, Jorge Regidor Umaña, Mauricio Castro Méndez, Obeth Morales Barquero y Maikol Hernández Arias, Arturo Fournier Facio, Walter Antillón Montealegre quienes han forjado su conocimiento en el derecho individual, colectivo y procesal para proteger a los trabajadores del sector bananero. Su presencia ha sido crucial en la defensa de la estabilidad laboral, el salario justo, la jornada digna, la vivienda y el derecho a la salud, convirtiendo estas exigencias en leyes a través de convenciones colectivas, derribando las estructuras patronales de compañías, testaferros e incluso desafiando al propio solidarismo.

De la épica resistencia de los obreros bananeros brotó una literatura que nos narra su sacrificio, su crudeza y su insaciable sed de justicia. Carlos Luis Fallas Sibaja, con su inmortal Mamita Yunai, nos retrató la explotación sin límites; Carmen Lyra, en Banano Hombre, nos dejó la huella imborrable de Estefanía y su hija enfrentando la brutalidad del sistema. En DONDE NADIE del periodista y filólogo Carlos Villalobos destapó el horror del envenenamiento de trabajadores y sus familias, el daño irreversible en la tierra y el agua. La literatura sigue dando testimonio de esta lucha con LLENA de Gerardo Vargas Varela, las investigaciones de Vladimir de la Cruz L., Marielos Aguilar Hernández y Óscar Aguilar Bulgarelli, y los estudios sobre La United Fruit Company y las huelgas bananeras del Dr. Arturo Fournier Facio.

Hoy, en un presente que todavía enfrenta tempestades de injusticia, un grupo de valientes sindicalistas mantiene viva la llama de la reivindicación obrera. José Luis Castro Vargas (UTRAATLA), Steven Rodríguez Obregón (SINTRAPYBCR), Elvis Rivas Fernández (STAGASH), Carlos Orozco Alvarado (UTRABASI), Didier Leitón Céspedes (SITRAP), Walter Campbell Gómez (STRACHIRI), Donaldo Álvarez Cruz (STRASEICO) y José Agustín Centeno Centeno (SITRACA) han entregado su esfuerzo y convicción a la defensa de los derechos de los trabajadores bananeros. Sus voces resuenan en la misma melodía de las luchas históricas, enfrentando obstáculos que exigen mayor formación sindical, fortalecimiento técnico-profesional, seguridad ocupacional y, sobre todo, la consolidación de una federación que unifique a los sindicatos bananeros.

El sindicalismo sigue enfrentando desafíos gigantescos. La reivindicación de derechos individuales, colectivos y procesales aún es una batalla por ganar, al igual que el mejoramiento de salarios, la estabilidad laboral y la restauración de la solidaridad dentro del movimiento sindical nacional, que muchas veces ha olvidado a los trabajadores bananeros y su causa. Es un reto inmenso, pero un reto que no ha perdido su urgencia ni su relevancia.

Conscientes de la trascendencia de esta lucha, el exdiputado Gerardo Vargas Varela impulsó un llamado a la población y promovió la Ley N° 9393, firmada el 29 de agosto de 2016, durante la presidencia de Luis Guillermo Solís Rivera. Gracias a esta ley, se instauró el 4 de agosto como el Día del Trabajador Bananero, una fecha nacional para rendir homenaje a quienes han construido la historia laboral del país con su sudor y resistencia. En un esfuerzo por arraigar esta memoria en las futuras generaciones, la celebración también se integró al calendario escolar, asegurando que cada centro educativo honre el papel fundamental de estos trabajadores en la cultura, historia, sociedad y economía de Costa Rica.

Que esta conmemoración no sea solo un recuerdo, sino un compromiso de lucha por la dignidad y los derechos de los obreros bananeros. Porque su causa sigue siendo la nuestra.

San José, Costa Rica, 8 junio 2025.